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Carbonell, Beatriz - El Otro, En La Cultura MapucheTRANSCRIPT
EL OTRO, EN LA CULTURA MAPUCHE
Beatriz Carbonell
“El sentido del Otro es tanto alteridad como diferencia” (1991-Baudrillard J.)
Cada cultura posee sus propias configuraciones simbólicas, pero lo interesante es
en antropología poder pensar simultáneamente la universalidad de los símbolos y la
especificidad de la cultura a que nos referimos.
La alteridad es referirse al otro como Otro, es aquel lejano o exótico que no nos
toca, está alli, sabemos que existe pero no nos toca.
En cambio el Otro de la diferencia es ese Otro,tan cercano que no nos gusta
confundirnos con él.
Pero el Otro no tiene sentido en sí, el sentido se lo da mi mismidad.
La antropología se plantea como un viaje al diferente, a la diversidad,
domesticando las fronteras culturales, escribiendo nuevas dimensiones cuando la
Otredad se inscribe en las nuevas alternativas de la Globalización.
La antropología debe drásticamente adaptarse a las nuevas realidades profundas y
diversas, no puede soslayar visitar la Alteridad, aunque esto indique alejarse de sus
territorios, de sus certezas, de sus pertenencias simbólicas o materiales, para
remontarse buscando asimilar lo que quiere traducir y aproximandose a misterios
cognitivos y físicos, para develarlos.
Pero he aquí el peligro de traspaso de territorios, sin lejanías no se construyen
proximidades.
Desprenderse para constituirse en la realidad de otros generando intentos de
reordenamiento de la Alteridad, sin que constituya ajenidad, porque los mundos
simbólicos nos cruzan y se nos vuelven transversales, y desde alli la búsqueda para
reconstruir nuestras certezas.
Cómo organizar nuestras fronteras interiores?
No es fácil, el mundo de las alteridades, de nuestros fragmentos, de nuestros
prójimos desconocidos nos llevan a lo “relacional”.
Construir lo mediacional para crear proximidades, para producir acercamientos,
para el entendimiento, y en ese recorrido simbólico se produce un vaciamiento
hacia el Otro en la medida que podemos.
Cuando trabajamos en comunidades indígenas, en este caso mapuche, se nos
presenta la fuerza de la Otredad y debemos elaborar desde la práctica, estrategias
para poder transitar los espacios de relaciön.
En principio se produce la no aceptación, por mi aspecto winka (blanco), sufro la
discriminación y la diferencia, es el tiempo y la inalterabilidad de mi trabajo la que
sostiene en las comunidades,mi presencia.
Se me permite permanecer y se me mide o controla para saber cómo actuaré, hasta
que al transcurrir del tiempo, comprenden y respetan mi conocimiento sobre su
cultura, cuando se ha ganado el prestigio, el terreno que se me permite transitar es
más firme.
Cuando me interno en las comunidades para trabajar aspectos de salud-enfermedad,
cosmología, shamanismo, mito y ritual, sacralidad en el lenguaje, cada vez,
comprendo la dificultad que presenta la interpretación, cada vez profundizo en
estadios siempre nuevos hacia el interior de la cultura, arribando a instancias de
cognición diferentes, que diversifican mi manera de pensar .
La Otredad tiene también un sentido en la cultura mapuche, sin duda desde mi
mismidad, yo soy el Otro para ellos.
Winka (blanco), diferente, con sentido y significados que propugnan sentimientos
de rechazo y de superioridad, ser winka es ser expropiador de la tierra, mapuche
(mapu tierra, che hombre) ser mapuche es ser hombre de la tierra, toda su vida
transcurre con los ciclos agrarios, la vida está vinculada a la Naturaleza, y el
hombre blanco (winka) se apropia de lo más sagrado que significa la Diosa Madre
Tierra, alambra las extensiones de tierra, establece propiedades, leyes y estatutos
que arrasan los derechos naturales del ad mapu (ley mapuche).
Quinientos años han transcurrido desde entonces y la cultura mapuche no se integra
y aunque transcurra en áreas de seudo-aculturación, mantiene intactos sus valores, y
subyace inconmovible al paso de cambios y progresos y globalización.
A pesar de ser encubiertamente discriminados, mantienen su representación como
grupo para ocupar un lugar firme en los intercambios
Usan la repercusión de esa misma discriminación en la construcción de una
identidad, que no se disuelve en el Otro, sino que reafirma su carácter de minoría
etnica.
La lengua (mapudungun) y la memoria (rakhiduam) son elementos básicos para
mantener la estructura cultural.
El mapudungun es lengua sacra, no es habla, porque algunas generaciones han
dejado de hablarla para no ser discriminados al hacerlo, pero se mantiene en las
comunidades y es transmitida por los abuelos a los nietos, se usa en las ceremonias
y rituales, mantiene su carácter sagrado ya que por medio de ella las machis
(shamanes) se comunican con los ancestros (espíritus sagrados), es a través de ella
que se realizan las ceremonias de machitun (sanación) o nguillatun (rogativa
comunitaria).
La memoria es para las comunidades mapuches uno de los ejes más importantes de
la cultura, lo que tienen de rakidhuam (pensamiento) lo tienen de “ser”.
La existencia toda está en la memoria, que es individual y comunitaria.
Los ancianos son los encargados de vigilar la continuidad de la cultura mediante el
mapudungun y el rakhiduam.
Pureza y sacralidad , se transmiten en estas expresiones, que no tienen traducción ni
interpretación.
Es a través del mapudungun y de las ceremonias que los ancianos transmiten sus
conocimientos a los nietos, y la lengua que ha sufrido los problemas de la no
evolución por no ser habla, se transforma junto a la forma de pensar, en un sistema
de resistencia cultural, porque no puede ser transmitida , ni interpretada, mantiene
el vigor étnico.
El sentido del Otro, tiene en la cultura mapuche un importante significado, cuando
en las ceremonias se busca la alteridad, en el “espíritu” que desde el Wenu Mapu
(estadio de cosmovisión superior) transmitirá a la machi (shaman) los
conocimientos en salud y enfermedad, y en los aconteceres que sucederán para la
comunidad.
La alteridad está presente en el rehue (altar o escala de 5 o 7 escalones que conduce
al Wenu Mapu) por donde la machi se dirigirá en búsqueda de los ancestros para
sanar o interpretar sucesos futuros para las comunidades.
A veces ese espíritu baja hasta la machi y desde ella se expresa con voz “alterada” y
produce situaciones de posesión sobre lo s que participan de la ceremonia, siempre
es la machi la encargada de regresar el espíritu al estadio de creencias (Wenu
Mapu).
Estos estados alterados son a la manera de los tunguses, trances no inducidos por
hipnóticos, sino producidos por el sonar del kultrun (tambor ritual).
El vuelo del shamán, se produce de manera natural, inducido por el sonido del
kultrun y de la lengua, que tiene un sentido de sacralidad.
Cuando se trabaja en salud-enfermedad, uno de los conceptos que debe considerarse
es el de que el bien y el mal son complementarios en esta cultura.
El daño se produce por falta de equilibrio, hay factores benignos y factores
malignos en la Naturaleza, si el individuo ha producido por su accionar , un
desequilibrio en estos factores el mal o daño provoca la enfermedad.
Cuando se actúa se debe accionar en función de toda la Naturaleza, si asi no se
hiciera,se apodera el wekufu (espíritu maligno) del individuo y le puede causar la
muerte, o enfermedades muy importantes.
El Wekufu es una energía negativa que puede apoderarse (posesión) del individuo
en cualquier circunstancia, dificilmente lo abandonará salvo que medie la curación
de la machi.
Cuando un individuo enferma, la sanación se hará dentro de la familia y dentro de
la comunidad, el desequilibrio nunca es exclusivamente individual.
El Wekufu se apodera del individuo , por un daño que se hace a distancia, por un
objeto que se introduce en el cuerpo de la persona, sin que éste se percate de ello
(astilla, pelo, sangre, etc), o por posesión sobre la mente y el espíritu del que
enferma.
Para quitar el mal se exorcisa al enfermo, por medio de succión, de rogativas, se
extrae el mal y se lo introduce en los órganos de un animal para luego quemarlos,de
esa manera el fuego extinguirá el daño.
Luego las hierbas medicinales terminarán la curación.
Nuevamente el carácter de la alteridad al extraer el mal del cuerpo del individuo e
introducirlo en el cuerpo de un animal vivo, que luego se sacrificará y se quemarán
sus entrañas para exterminar “el mal”.
El carácter mágico-religioso que se expresa en las prácticas y creencias de sanación,
es racional, procura encontrar causas, le da importancia a la experiencia y consigue
un nivel de abstracción y tiene una orientación fundamentalmente práctica.
El pensamiento religioso-mágico, busca las causas de los fenómenos, sus
respuestas, más amplias que las de la ciencia, incluye un estudio y observación de
hechos en la realidad y permiten una acción y solución concreta a un problema o a
una enfermedad.
La búsqueda de la solución tiene connotación moral, el brujo (kalku) como figura
moral opuesta, actúa como fuerza estabilizadora en la sociedad, ayuda a explicar la
angustia individual y regula las relaciones sociales ante los conflictos.
La Antropología como el estudio de los otros, pero quien es el Otro?
El Otro es el objeto y sujeto (sujeto sometido)de la investigación?
Es real ese Otro? Está afuera o es una construcción de nuestra imaginación?
Si buscamos a ese Otro, quién es entonces el Otro?.
En apariencia estaría afuera, en el exterior del observador o investigador.
Marc Augé (1995) dice que la exterioridad , sea segura o problemática, estaría
definida por tres parámetros:
- la exigencia de cientificidad
- reconocimiento de la alteridad
- interiorización del observador
Pero quien nos asegura que realmente estos tres parámetros definirían la
exterioridad del objeto observado.
Al principio el Otro está lo más Otro posible, lo más diferente, lo más exótico, con
el tiempo los exotismos desaparecen y ese Otro se nos va pareciendo y haciéndose
cada vez semejante hasta casi confundirse con nosotros.
Se reduce la distancia entre el observador y el observado, en el terreno etnológico se
desplaza el lugar de la alteridad y en cierto modo se interioriza, pasa desde afuera
hacia adentro, se reducen las diferencias.
Se reconoce al otro en uno mismo, se produce el autoencuentro, cuando al
incorporar la reflexión renunciamos al absoluto (de nuestras verdades)
Se comunican los subuniversos y se superan las contradicciones.
El prójimo y el lejano, no son estáticos, interaccionan y se transforman en el
tiempo.
La etnografía es constructivista, no alcanza ni puede reducirse a un conjunto de
reglas que se aprenden para aplicarlas posteriormente, en la práctica se inscriben de
la manera como los pueblos construyen el sentido respecto a sus sensaciones
acciones y valores.
En el primer desafío:
Nos confrontamos a un ser humano, que es una totalidad compuesta por
dimensiones biológica, psicológica y cultural , muchas veces desde un dato
biológico se construye lo cultural, o desde lo cultural construimos otro hecho de
base.
En los estudios de salud-enfermedad he trabajado el cuerpo, como modo de
construir hechos en comunidades, a través de enfermedades y cambios, para
reconstruir la forma de pensar o arribar a sucesos culturales, en una sociedad como
la mapuche, que es ágrafa.
A través de la forma de vestir el cuerpo de la mujer mapuche, cuyos ornamentos y
vestidos están cargados de simbolismos y significados, se lee en los rituales, toda la
cosmovisión de ese pueblo.
En el segundo desafío se instala :
El problema de la interpretación, en el encuentro de un objeto que es alteridad,
compromete al antropólogo a comprender la cultura del Otro, con el consiguiente
riesgo de quedar “aprisionado” al interior del discurso de ese Otro, y de no poder
elaborar conocimiento que trancienda la particularidad del Otro.
Cuando un mapuche de la comunidad me observa como “winka”, construye
conocimiento a partir de la observación y me clasifica de acuerdo a su análisis y a la
lógica de su manera de pensar.
El peligro sería “ aspirar” (pretender absorber) demasiado rápido el discurso del
Otro en el propio, sin tener en cuenta la singularidad de las culturas, pretendiendo
poder descifrar.
El tercer desafío es el problema de “volver a sí mismos”, después de haber estado
en la experiencia del Otro
Tal vez sea éste el desafío más importante, cómo volver después de haber
pretendido estar en la experiencia del Otro?
Nunca más seremos los mismos.
Hay que considerar aquí, el peligro que entraña la ilusión de que somos iguales, que
podemos ingresar al universo del Otro.
Hasta dónde... en la realidad ?
Qué nos da derecho a intervenir en el universo del Otro?
Debemos considerar que el individuo tiene sus propios etnomodelos, sus
capacidades de análisis y comprensión y conceptualización, de interpretación y
explicación, para describir su percepción y concepción de la realidad
Debemos reconocer aquí las limitaciones perceptivas y cognitivas que afectan y
alteran (inevitablemente) la etnografía.
Desde ese lugar, se debe ceder al “actor” la palabra, y descubrir cómo él construye
su mundo de experiencia, a partir de qué categorías produce sus ordenaciones,
como organiza los fenómenos socioculturales en su mente y qué significados les
asigna.
Son ellos los mejores “etnógrafos” de su cultura
El análisis sociocultural no es patrimonio exclusivo del investigador, se recuperan
así descripciones “desde dentro” que registran matices sutiles y expresivos, de
cómo reconstruye el Otro su propia experiencia.
Conclusiones:
Cuando nos encontramos trabajando en terreno, imbuidos de metodología y
técnicas que obedecen a nuestro subuniverso, creemos poder dominar los hechos
y los sucesos desde el campus del observador que investiga, sin comprender que
en ese plano las circunstancias nos van a demostrar que la alteridad y la
diferencia nos tocan, de diversas maneras:
- Cuando creemos que el espacio de encuentro está determinado por nuestro
control, y descubrimos luego que nunca fue asi.
- Cuando escribimos, lo que otros leeran,sin comprender que no todos los
significados pueden representarse de forma lingüística, reconocer los límites
de nuestro lenguaje nos permitirá re-conocer mejor los valores de la cultura
que trabajamos. Las ideas simplistas nos sumerge en el reduccionismo
- Cuando nos embarcamos en un viaje hacia “el Otro” y en el trayecto
comprendemos que el mapa que nos guia carece de datos precisos y que
nuestra “pericia”de lo que creíamos saber sobre “los otros” va cayendo en el
preciso instante en que asaltamos el lugar del Otro, convencidos de nuestro
método.
Por el respeto que nos merecen las culturas a las que arribamos, dejamos en el
camino los anhelos de éxito en nuestros escritos, cuando silenciamos lo que
comprendemos como sagrado y no debemos difundir, cuando nos regocijamos
con la música sagrada de un tayil (canción que solo cantan las mujeres, según
su linaje) o con el epew(cuento mapuche) narrado por un lonko (jefe) al
atardecer, o con el secreto de una machi(shaman).... porque es en ese espacio,
que no tiene tiempo, donde podemos llegar a “comprender” que más importante
que el éxito... es el camino recorrido.
B i b l i o g r a f í a
Augé, M. (1995) “El sentido de los otros: actualidad de la antropología”
Paidós-Barcelona
Baudrillard,Jean (1991) “La transparencia del mal” Anagrama- Barcelona
Carbonell,Beatriz (1999)”Fronteras geográficas versus fronteras culturales”
Univ. Lehigh- San Diego- EEUU
(2000) “Shamanismo” Apuntes Seminario Panorama A-
borigen- Univ. Fasta- S.C.Bariloche - Argentina
Geertz,Clifford (1973) “The interpretation of Cultures” Basic Books. N.York