caracter masoquista e9 sp

3
La fase anal del desarrollo – Carácter Masoquista Eneatipo 9 (Vicente Bautista Cano). La estructura del carácter masoquista queda fijada durante la fase anal del desarrollo, que comienza aproximadamente a partir del año y medio, y que se prolonga hasta los dos y medio o tres años. Etiología El desarrollo de este niño durante la fase anal va a estar condicionado por la vivencia que le proporciona el hecho de que, en su experiencia, la consecuencia natural de la satisfacción de las necesidades no sea la relajación y el bienestar, sino el aumento de tensión y el displacer. Lo diferencial en la disfunción nuclear del carácter masoquista es que se va estructurando a partir del momento en que el niño es obligado a ponerse en contra de sus necesidades básicas reales mediante coacción, bien sea por la fuerza o por el chantaje emocional, incluso a veces de manera violenta. Mecanismo de defensa: De este modo se origina la disociación de sí y se estructura la confluencia, principales mecanismos de defensa psicoemocional del carácter masoquista. En un determinado momento de su psicoterapia, ya avanzada, E. se refiere así a este mecanismo: «Acaba de derrumbarse la única estrategia que conocía: el comprender a los demás, el servir de apoyo a otros, de comodín incondicional para quien quiera echar mano de mí.

Upload: vicente-bautista-cano

Post on 20-Oct-2015

33 views

Category:

Documents


9 download

DESCRIPTION

Caracter masoquista Eneatipo 9

TRANSCRIPT

Page 1: Caracter Masoquista E9 SP

La fase anal del desarrollo – Carácter Masoquista Eneatipo 9 (Vicente Bautista Cano).

La estructura del carácter masoquista queda fijada durante la fase anal del desarrollo, que comienza aproximadamente a partir del año y medio, y que se prolonga hasta los dos y medio o tres años. Etiología El desarrollo de este niño durante la fase anal va a estar condicionado por la vivencia que le proporciona el hecho de que, en su experiencia, la consecuencia natural de la satisfacción de las necesidades no sea la relajación y el bienestar, sino el aumento de tensión y el displacer. Lo diferencial en la disfunción nuclear del carácter masoquista es que se va estructurando a partir del momento en que el niño es obligado a ponerse en contra de sus necesidades básicas reales mediante coacción, bien sea por la fuerza o por el chantaje emocional, incluso a veces de manera violenta. Mecanismo de defensa: De este modo se origina la disociación de sí y se estructura la confluencia, principales mecanismos de defensa psicoemocional del carácter masoquista. En un determinado momento de su psicoterapia, ya avanzada, E. se refiere así a este mecanismo: «Acaba de derrumbarse la única estrategia que conocía: el comprender a los demás, el servir de apoyo a otros, de comodín incondicional para quien quiera echar mano de mí.

Page 2: Caracter Masoquista E9 SP

Estructura corporal

La cara de las personas con estructura masoquista tiene, casi sin excepción, una expresión bondadosa y apaciguadora; los ojos, que suelen ser grandes y la mirada tierna, dejan traslucir con frecuencia un sentimiento de tristeza y de resignación que, en general, no es procesado de forma consciente. En función del mayor o menor contacto que la persona tenga con sus emociones de rabia y pena, los músculos maseteros pueden estar muy desarrollados, duros y dolorosos a la presión, o poco desarrollados, planos y blandos cuando el contacto con dichas emociones haya sido mayoritariamente anestesiado. La situación más frecuente es que se tenga algún contacto íntimo con estas emociones y que los músculos maseteros, ejerciendo su función de contención, se hipertrofien y mantengan las mandíbulas en constante presión y movimiento rumiante (bruxismo), lo que puede ocasionar trastornos dentales. No deja de resultar coherente con esta desconexión general del masoquista, el que este movimiento rumian-te aparezca sobre todo mientras la persona duerme. Algunos especialistas no encuentran otro remedio que prescribir una especie de mordedor, que la persona se coloca al ir a dormir para evitar que las muelas se desgasten y se inflamen las encías. La movilización pélvica, junto con el desbloqueo del cuello y del diafragma, son las piedras angulares de la psicoterapia bioenergética en el carácter masoquista, siendo a través de ellos como el masoquista podrá recuperar el contacto con su fuerza para poder confrontar y establecer límites, así como para el encuentro consigo mismo para su diferenciación y autonomía.

Page 3: Caracter Masoquista E9 SP

Dinámica emocional Desde el punto de vista del Eneagrama, se corresponde con el Eneatipo IX, al que se le da el nombre de Pereza. La pereza va referida exclusivamente a todo lo relacionado con la introspección y el desarrollo espiritual. Mientras el masoquista se resigna y “santifica” el sufrimiento, el oral lo dramatiza, culpabilizando explícitamente al otro. Su principal mecanismo psicoemocional de defensa: la disociación y la confluencia. La búsqueda de la expresión de la rabia nunca será un objetivo prioritario. Si la expresión de la rabia se toma como el objetivo prioritario de una psicoterapia, ésta no producirá ningún cambio saludable; más bien favorecerá el sentimiento masoquista de la impotencia y la auto descalificación, el sentimiento de no poder ni física ni emocionalmente con la rabia. Muy alejada del objetivo terapéutico, reforzará por el contrario la situación pantanosa en que se encuentra; una situación de impotencia que alcanzará también al terapeuta. Mucha y paciente ha de ser, pues, la atención dispensada al masoquista durante el proceso terapéutico a fin de no ponerle en situaciones de auto humillación o de descalificación. Por tanto, la confrontación debe ser cuidadosamente medida según sus reales posibilidades, y no amoldarse a la impaciencia del terapeuta, por más que éste se pueda sentir poco gratificado, aburrido, o incluso desarrollar una sensación de impotencia. Colocar al terapeuta en la impotencia es un recurso del componente masoquista de cualquier carácter, tanto más del masoquista. Y entrar en este juego es hundirse también en la “ciénaga masoquista”. En terapia “En mi caso, ni siquiera tú puedes ayudarme; yo no puedo, pero tú tampoco”.