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Capítulo Macroeconomía del largo plazo y del corto plazo ¿ De qué se ocupa la macroeconomía? ¿Qué métodos y qué supuestos simplificadores utilizan los macroeconomistas para explicar el funcionamiento de la economía? Éstas son las cuestio- nes que abordamos en este capítulo de introducción. El capítulo explica la filosofía en la que se basa nuestro curso de macroeconomía. En concreto, explica por qué hemos dividido el libro en dos, uno sobre el largo plazo y otro sobre el corto pla- zo. Su lectura ayudará a comprender las relaciones entre los siguientes capítulos y a ver dónde encaja cada uno en el planteamiento general. Este capítulo presenta, además, algunos conceptos y elementos importantes de los modelos macroeconómicos que utilizaremos repetidamente en capítulos posteriores. Comenzamos viendo cómo se define la macroeconomía. A continuación, explicamos por qué es útil desarrollar teorías macroeconómicas independientes para el largo plazo y el corto plazo. Finalmente, acabamos el capítulo resumiendo los diferentes supuestos en los que se basan los modelos macroeconómicos del corto plazo y del largo plazo. ¿Qué es la macroeconomía? Parece lógico empezar un libro de texto de macroeconomía con una definición general de ma- croeconomía. Sin embargo, el lector no va a ver aquí una definición absolutamente clara; senci- llamente, no creemos que exista una. De hecho, los economistas han tenido dificultades incluso para definir con claridad la ciencia general de la economía. El economista y Premio Nobel Gary Becker dijo en una ocasión que «la economía es el estudio de la asignación de los recursos escasos para satisfacer usos alternativos» . Esta definición dice, desde luego, algo esencial sobre lo que es la economía (principalmente sobre lo que es la microeco- nomía). Sin embargo, algunas partes de la macroeconomía se ocupan de situaciones en las que los recursos no son escasos, ya que no se utiliza a pleno rendimiento el trabajo y el capital exis- tentes. Según la definición anterior, estas importantes situaciones del mundo real no entrarían dentro del reino de la economía. . La idea en la que se basa esta definición se remonta al siglo XIX y el primer estudioso que la formuló de forma general  fue Lionel Robbins en su famoso Essay on the Nature and Significance of Economic Science, Londres, Macmillan, 932,  ª edición. .

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Capítulo

Macroeconomía del largo plazo y del corto plazo

¿De qué se ocupa la macroeconomía? ¿Qué métodos y qué supuestos simplificadores utilizan los macroeconomistas para explicar el funcionamiento de la economía? Éstas son las cuestio-nes que abordamos en este capítulo de introducción.

El capítulo explica la filosofía en la que se basa nuestro curso de macroeconomía. En concreto, explica por qué hemos dividido el libro en dos, uno sobre el largo plazo y otro sobre el corto pla-zo. Su lectura ayudará a comprender las relaciones entre los siguientes capítulos y a ver dónde encaja cada uno en el planteamiento general. Este capítulo presenta, además, algunos conceptos y elementos importantes de los modelos macroeconómicos que utilizaremos repetidamente en capítulos posteriores.

Comenzamos viendo cómo se define la macroeconomía. A continuación, explicamos por qué es útil desarrollar teorías macroeconómicas independientes para el largo plazo y el corto plazo. Finalmente, acabamos el capítulo resumiendo los diferentes supuestos en los que se basan los modelos macroeconómicos del corto plazo y del largo plazo.

¿Qué es la macroeconomía?

Parece lógico empezar un libro de texto de macroeconomía con una definición general de ma-croeconomía. Sin embargo, el lector no va a ver aquí una definición absolutamente clara; senci-llamente, no creemos que exista una. De hecho, los economistas han tenido dificultades incluso para definir con claridad la ciencia general de la economía.

El economista y Premio Nobel Gary Becker dijo en una ocasión que «la economía es el estudio de la asignación de los recursos escasos para satisfacer usos alternativos». Esta definición dice, desde luego, algo esencial sobre lo que es la economía (principalmente sobre lo que es la microeco-nomía). Sin embargo, algunas partes de la macroeconomía se ocupan de situaciones en las que los recursos no son escasos, ya que no se utiliza a pleno rendimiento el trabajo y el capital exis-tentes. Según la definición anterior, estas importantes situaciones del mundo real no entrarían dentro del reino de la economía.

.   La idea en la que se basa esta definición se remonta al siglo XIX y el primer estudioso que la formuló de forma general fue Lionel Robbins en su famoso Essay on the Nature and Significance of Economic Science, Londres, Macmillan, 932, ª edición.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

Dado lo difícil que resulta definir de un modo breve y preciso la economía, no debería sor-prender que también sea difícil hacer una subdivisión absolutamente clara entre microeconomía y macroeconomía. A veces se dice que la macroeconomía es la parte del análisis económico que se ocupa de la economía en su conjunto. Eso induce a pensar que la microeconomía sólo se ocupa de los pequeños elementos de la economía, como un agente o el mercado de un producto. Aun-que la macroeconomía se ocupa en gran parte de la economía en general, esta distinción entre macroeconomía y microeconomía es inexacta. Algunas partes importantes de la macroeconomía no se ocupan (directamente) del conjunto de la economía sino más bien de comprender mercados específicos como el mercado de trabajo o el mercado de crédito. Y una parte grande e importante de la microeconomía, la teoría del equilibrio general, se ocupa de la interacción entre los mercados, es decir, de la economía en su conjunto.

Creemos, pues, que la mejor caracterización de la macroeconomía es la que formula simple-mente las principales cuestiones que se plantean en esta rama de la economía.

Definición de la macroeconomía por temas

¿Cuáles son las fuentes de crecimiento de la producción agregada y de la renta per cápita a largo plazo? ¿Y a qué se deben las fluctuaciones de la actividad económica que observamos a corto plazo? Éstas son las preguntas básicas de la macroeconomía. A riesgo de simplificar excesivamente, pode-mos decir, pues, que la macroeconomía es el estudio del crecimiento económico y de los ciclos económicos. Como veremos más adelante, para explicar las variaciones de la producción total también debemos comprender las variaciones del consumo total, de la inversión total y de la tasa de desempleo, así como la interacción entre estas variables reales con las variables nominales, como el nivel general de precios, los salarios, los tipos de interés nominales, los tipos de cambio, etc. Por lo tanto, la ma-croeconomía también se ocupa del estudio de estas variables.

Definición de la macroeconomía por métodos

Antes hemos definido la macroeconomía por temas: la macroeconomía se define por las cuestiones que estudian los macroeconomistas. Según una versión «empirista» estricta, que también implica la elección del método, la macroeconomía se ocupa de explicar la evolución de las series temporales ob-servadas de variables económicas como el PIB, el consumo, la inversión, los precios y los salarios, la tasa de desempleo, etc. Esta definición refleja la idea de que una disciplina científica debe definirse en función de los datos que pretende explicar.

No estamos totalmente de acuerdo con esta idea. Creemos que existen algunas aportacio-nes científicas puramente teóricas que deben considerarse parte de la macroeconomía. Sin em-bargo, al igual que el resto de los macroeconomistas, estamos muy influidos por la visión em-pirista. Para garantizar la relación entre la teoría y el mundo real, las teorías deben evaluarse contrastándolas con los hechos y, en principio, las nuevas teorías deben estar justificadas e ir acompañadas de datos empíricos ilustrativos. El lector verá que nuestro libro refleja en gran medida este enfoque .

2.   Según esta teoría, es importante estar familiarizado con las definiciones de las principales series estadísticas sobre variables macroeconómicas. No las incluimos en este libro, ya que suponemos que el lector ya ha visto en un curso anterior de macroeconomía los conceptos básicos de la contabilidad nacional y las medidas convencionales de la in-flación y el desempleo, etc.

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

¿Por qué agregan los macroeconomistas?

Las variables que se incluyen en los modelos macroeconómicos normalmente son variables agre-gadas que abarcan la economía en su conjunto. Por ejemplo, en macroeconomía a menudo descri-bimos todo el lado de la producción de la economía como si se produjera una única mercancía con dos únicos factores: capital y trabajo, variables unidimensionales ambas que pueden representar-se mediante un número. En cambio, la microeconomía estudia modelos desagregados en los que normalmente no se «permite» agregar, por ejemplo, la producción de naranjas y manzanas en la producción de fruta.

La agregación que se realiza en los modelos macroeconómicos plantea obvios problemas. To-memos, por ejemplo, el concepto de stock de capital agregado. El capital es un medio de producción producido, por lo que comprende, por ejemplo, los edificios y los ordenadores. ¿Cómo deben sumar-se las cantidades de los diferentes bienes de capital para obtener un único número que represente su productividad conjunta? En la práctica, el stock de capital real agregado se calcula multiplicando las cantidades de los diferentes bienes de capital por los precios que tenían en un año base y suman-do los valores de las cantidades de edificios, ordenadores, etc., calculados a los precios del año base, que se mantienen fijos. Esta forma de calcular la cantidad de capital agregado parecería razonable siempre que los precios relativos de los diferentes bienes de capital se mantuvieran razonablemente constantes a lo largo del tiempo. Pero sabemos que el precio relativo de los ordenadores ha bajado enormemente en las últimas décadas y que su productividad ha aumentado al mismo tiempo ver-tiginosamente. La utilización de los precios relativos para obtener una medida agregada del capital que represente la productividad de los factores producidos es, por tanto, un método dudoso.

No obstante, el supuesto de que tanto el capital como la producción total pueda representar-se por medio de un único número es habitual en macroeconomía. ¿Cómo podemos defender, por ejemplo, que se represente la producción de multitud de bienes y servicios por medio de un único valor llamado «producción agregada»? Existen varias líneas de defensa:

. La producción de muchos bienes y servicios –incluidos los bienes de capital– tiende en rea-lidad a variar con el tiempo en el mismo sentido. Dado que los volúmenes de producción de la mayoría de las industrias tienden a estar correlacionados positivamente, parece defendi-ble la utilización de conceptos como producción agregada o inversión agregada, aunque no tengamos un método para medir estos agregados que sea totalmente correcto en todas las circunstancias.

. La economía es un mecanismo tan complejo que no podemos esperar que explique y describa todo detalladamente. Para comprender al menos algunas de las regularidades económicas observadas, tenemos que hacer grandes simplificaciones prescindiendo de muchos detalles. La agregación de variables es una cómoda forma de simplificar.

. El hecho de que un supuesto muy simplificador sea útil o no es, en última instancia, una cues-tión empírica. Si un modelo construido a partir de grandes simplificaciones realiza predic-ciones que son acordes con las variaciones observadas de algunas variables económicas, ese modelo parece útil para comprender (algunos de) los determinantes de esas variables. Proba-blemente, también será útil entonces para evaluar los efectos de las medidas económicas que pretenden influir en las variables examinadas.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

En palabras del economista Robert Solow (de quien el lector oirá hablar mucho más en este curso),

«Toda teoría depende de supuestos que no son realmente ciertos. Eso es lo que hace que sea una teoría. El arte de hacer teorías que tengan éxito consiste en postular los supuestos simplificado-res inevitables de tal forma que los resultados finales no dependan excesivamente de ellos» .

El largo plazo frente al corto plazo

Como hemos señalado, la macroeconomía busca respuestas a la pregunta «¿cuáles son las fuentes de crecimiento del PIB per cápita a largo plazo?» y «¿a qué se deben las fluctuaciones del PIB a corto plazo?». También trata de responder a algunas preguntas relacionadas con esa, como «¿qué explica el nivel de desempleo a largo plazo?» y «¿a qué se deben las variaciones a corto plazo del desempleo?». Como estas preguntas se refieren a horizontes temporales diferentes, hemos dividido el libro en dos volumenes: el primero se ocupa de las cuestiones del largo plazo antes mencionadas y el segundo de las cuestiones del corto plazo.

Pensamos que las dos partes de la macroeconomía son muy importantes, pero se puede argu-mentar que las cuestiones que aborda la macroeconomía del largo plazo son las más importantes. Consideremos un país pobre como Uganda, cuyo PIB per cápita sólo representa alrededor de un por ciento del PIB per cápita de Estados Unidos. Una cuestión de política económica habitual en la macroeconomía del largo plazo es cómo podría un país como Uganda iniciar un proceso de creci-miento que le permitiera representar gradualmente, por ejemplo, hasta un 0 por ciento del nivel de Estados Unidos. Una cuestión de política económica habitual en la macroeconomía del corto plazo es qué podría hacer, por ejemplo, el gobierno del Reino Unido, de Suecia, de Dinamarca o de los Países Bajos para que la tasa de desempleo no experimentara la subida del 5 al 8 por ciento que experimentaría después de una perturbación negativa de la economía. Esta última cuestión nos parece muy importante, pero para todo aquel al que le preocupe el bienestar a largo plazo de los seres humanos, parece más esencial la primera.

Fenómenos económicos a largo plazo y a corto plazo

La distinción entre macroeconomía del largo plazo y macroeconomía del corto plazo es prime-ro y, fundamentalmente, una distinción entre los fenómenos que queremos entender. Eso nos lleva a distinguir entre las características fundamentales de los modelos que utilizamos y las características de las medidas económicas que analizamos. A continuación, fundamentamos estas afirmaciones y explicamos la naturaleza de la diferencia entre los modelos macroeconómicos del largo plazo y del corto plazo.

Comencemos examinando algunos datos. En las Figuras . y ., hemos decidido centrar la atención en dos países, Estados Unidos y Dinamarca, ya que puede considerarse que son ca-sos extremos: Estados Unidos es una economía grande y relativamente cerrada que tiene un sector público bastante pequeño (en comparación con los europeos), mientras que Dinamarca es una economía pequeña y relativamente abierta que tiene un gran sector público. Queremos explicar que, a pesar de estas diferencias, las dos economías comparten algunas características cualitativas importantes. Las cifras de países como el Reino Unido, Suecia, España, los Países Bajos y casi todas las economías de mercado desarrolladas mostrarían las mismas característi-cas cualitativas.

3.   Robert M. Solow, «A Contribution to the Theory of Economic growth», Quarterly Journal of Economics, 70, 956, págs. 65–94.

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

En la Figura ., mostramos los logaritmos naturales de los PIB reales anuales de Estados Unidos y de Dinamarca correspondientes al periodo 87–995, expresados en números índice cuya base 00 es el año 87 en ambos países. La Figura . muestra las tasas anuales medias de desempleo de los dos países correspondientes a los 00 últimos años. En ambas figuras, los datos efectivos están representados por las curvas en zigzag de trazo más grueso.

Figura .: Logaritmo del pIB real de Estados Unidos y de Dinamarca, 873–995

Nota: el logaritmo del pIB en 873 se ha normalizado a 00.

Fuente: Angus Maddison, The World Economy: Historical Statistics, Development Centre Studies, OCDE, 2003.

EEUU

95

140

135

130

125

120

115

110

105

100

1993198319731963195319431933192319131903189318831873

Dinamarca

199319831973196319531943193319231913190318931883187395

140

145

135

130

125

120

115

110

105

100

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

Las figuras también contienen curvas que son mucho más suaves. Pretenden representar las tendencias de las series relevantes. En el Capítulo II., veremos una técnica para construir una ten-dencia de ese tipo (que es, de hecho, la que se utiliza aquí). De momento, consideremos que estas curvas son como las que trazaría intuitivamente un profano con un lápiz si se le pidiera que ilustra-ra el «movimiento subyacente» o el «nivel de gravedad subyacente».

Figura .: Tasa anual de desempleo de Estados Unidos y de Dinamarca en el siglo XX

Fuente: R. B. Mitchell, International Historial Statistics, Macmillan, 998; US Bureau of Labor Statistics; S.A. Han-sen,  Økonomisk Vækst  i  Danmark,  Bind  2,  94—983, Akademisk  Forlag,  984;  Statistisk Tiårsoversigt,  Statistics Denmark.

1903 199919911983197519671959195119431935192719191911

EEUU

30

0

5

10

25

20

25

1906 1990 199719831976196919621955194819411934192719201913

Dinamarca

18

0

2

3

6

14

12

10

8

16

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

En todo caso, las cifras sugieren que las variaciones de cada una de la series están formadas por dos componentes: un componente tendencial, que representa la evolución general y es recogido por las curvas continuas, y un componente cíclico, que representa las fluctuaciones interanuales y que es recogido por las desviaciones verticales positivas y negativas entre la curva de datos obser-vados y la curva tendencial.

Tal vez piense el lector que los componentes cíclicos de la Figura . no parecen tan grandes. Para destacar las fluctuaciones (en torno a la tendencia a largo plazo), hemos trazado la Figura ., que muestra la tasa anual de variación del PIB real y la variación absoluta anual de la tasa de desempleo de Estados Unidos y de Dinamarca correspondientes al periodo más breve 980–00. La tasa anual de variación del PIB va desde algo más del 6 por ciento hasta cerca de – por ciento en algunas ocasiones y la tasa de desempleo aumenta a veces hasta dos puntos porcentuales en un solo año y otras veces baja dos puntos en un solo año. Estas variaciones cíclicas son de consi-derable magnitud.

La macroeconomía del largo plazo se ocupa de comprender las tendencias de series como las que acabamos de mostrar, que representan el crecimiento a largo plazo del PIB y el desempleo a largo plazo o desempleo estructural, respectivamente. La macroeconomía del corto plazo se ocupa de entender las fluctuaciones anuales o trimestrales, por ejemplo, del PIB y de la tasa de desempleo. Obsérvese que cada parte de la teoría macroeconómica corresponde a cada una de las preguntas que planteamos en nuestra definición de la macroeconomía.

La mayoría de los economistas creen que para comprender la tendencia es necesario un tipo de explicación diferente al tipo de explicación necesaria para comprender las fluctuaciones. Los diferentes modelos macroeconómicos son expresiones formales de estas diferentes explicaciones. Los supuestos fundamentales de los modelos del largo plazo y del corto plazo son, pues, diferentes, por lo que los propios modelos también son diferentes . Pero ¿por qué tiene que haber teorías macroeconómicas diferentes para entender las tendencias y para explicar las fluctuaciones? A continuación, analizamos esta cuestión más detalladamente.

La teoría macroeconómica del corto plazo

Tal vez sea esclarecedor comenzar con un ejemplo. Consideremos la situación de la economía danesa en 99 y 99, mostrada en la Figura .. En 99, el PIB real danés estaba totalmente estancado, pero en 99 ¡aumentó repentinamente alrededor de un 5,5 por ciento! Este especta-cular cambio afectó a la tasa de desempleo, que bajó casi dos puntos porcentuales.

Perturbaciones exógenas

Una explicación macroeconómica convencional de esta fluctuación a corto plazo comenzaría diciendo que en 99 la economía danesa sufrió una perturbación exógena positiva, que es un acontecimiento repentino que es mejor considerar que proviene de fuera del sistema económico (danés). Ese acontecimiento podría ser una perturbación de la oferta, como un incremento repen-tino de la productividad de los recursos, o una perturbación de la demanda, como un aumento repentino del consumo o de la inversión interiores debido, por ejemplo, a una mejora de las ex-pectativas sobre el futuro o a una política fiscal o monetaria más expansiva o a un aumento re-

4.   No todos los economistas piensan que se necesitan supuestos diferentes para explicar los fenómenos macroeconó-micos a corto y largo plazo. Algunos creen que puede utilizarse un único modelo para comprender tanto el crecimiento económico como las fluctuaciones, ya que piensan que las fluctuaciones no se deben (únicamente) a perturbaciones exógenas sino (también) a fuerzas que se encuentran dentro del propio sistema económico. Esta hipótesis de los ciclos económicos endógenos es demasiado avanzada para el presente curso de macroeconomía.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

Variación anual relativa del PIB realEEUU

1980 1985 1990 1995 2000

Po

rcen

taje

8

−2

0

2

4

6

Variación anual absoluta de la tasa de desempleoEEUU

1980 1985 1990 1995 2000−2,5

1,5

0,5

−0,5

−1,5

Pu

nto

s p

osi

cio

nal

es

Variación anual relativa del PIB realDinamarca

1980 1985 1990 1995 2000

6

−3−2−1

012345

Po

rcen

taje

Variación anual absoluta de la tasa de desempleoDinamarca

1980 1985 1990 1995 2000−2

21,5

10,5

0−0,5−1

−1,5Pu

nto

s p

osi

cio

nal

es

Figura .: Variación relativa anual del pIB y variación absoluta de la tasa de desempleo

Nota: los orígenes de las columnas que indican las variaciones relativas del pIB son las tasas anuales medias de crecimiento del pIB, que son 2,97 y ,74, en el caso de Estados Unidos y de Dinamarca, respectivamente. Las tasas anuales efectivas de crecimiento son las distancias que van de cero al límite (inferior o superior, según el caso) de la columna.

Fuente: OCDE, base de datos de Economic Outlook.

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

pentino de la demanda de exportaciones danesas. La política fiscal danesa se suavizó, de hecho, en 99–99 y el tipo de interés real bajó al mismo tiempo. Además, los mercados de exporta-ciones danesas en Europa comenzaron a crecer más deprisa en 99. Podemos suponer, pues, que la perturbación de 99 fue principalmente una perturbación positiva de la demanda.

Decir que el aumento repentino de la producción danesa se debió a una perturbación exógena, básicamente a un suceso sin explicar, no es, desde luego, ahondar mucho. Pero obsérvense dos cosas. En primer lugar, las economías son sacudidas continuamente por acontecimientos que es mejor considerarlos exógenos desde el punto de vista de la teoría económica. Por ejemplo, los eco-nomistas no deben ocuparse de explicar las fluctuaciones de las cosechas que se deben a cambios meteorológicos y probablemente no deben tratar de explicar todos los cambios de humor de los consumidores y de los inversores. Centrando la atención en la pequeña economía de Dinamarca, un aumento repentino de la demanda de exportaciones que se debe a acontecimientos ocurridos en otros países también debe considerarse exógeno. En segundo lugar, la aparición de la perturba-ción no es el final de la historia. Una perturbación puede ser lo que inició el cambio de la actividad económica, pero no puede explicar por sí sola todas las reacciones económicas posteriores de los hogares y las empresas. Hay que explicar algo más.

Rigideces nominales

Para que un aumento de la demanda agregada de bienes y servicios provoque un aumento de la producción, como se observó en Dinamarca en 99, tiene que ser rentable para las em-presas danesas aumentar su oferta de producción para satisfacer el aumento de la demanda. A corto plazo, el stock de capital está más o menos dado, por lo que sólo es posible aumentar la producción utilizando más trabajo. A medida que aumenta el número de trabajadores que utilizan el stock de capital dado, es probable que la productividad marginal de las horas adi-cionales trabajadas disminuya. Si la productividad marginal del trabajo está disminuyendo, parece razonable pensar que las empresas sólo querrán aumentar el empleo si baja el salario real. El salario real es W/P, donde W es el salario monetario y P es el nivel de precios. Proba-blemente, el aumento de la demanda de bienes y servicios provocará una subida de P. Si el salario nominal W es rígido a corto plazo, esta subida de los precios provocará una disminu-ción del salario real, lo que inducirá a las empresas a contratar más trabajo para aumentar su oferta de producción.

Por lo tanto, otro ingrediente clave en nuestra explicación de la fluctuación es el supuesto de que hay alguna rigidez nominal a corto plazo, en este caso, un salario monetario rígido. El su-puesto de que los salarios nominales son fijos durante un cierto periodo de tiempo es bastante realista. Las empresas y los trabajadores no renegocian sus salarios todos los días o todos los meses, ya que la negociación es un proceso que lleva tiempo y que entraña el riesgo de provocar un conflicto laboral desagradable y caro.

Pero la experiencia también indica que los precios nominales de la mayoría de los bienes y los servicios sólo se ajustan cada cierto tiempo. En un interesante análisis empírico de los pre-cios de venta de las revistas estadounidenses en los kioscos, el economista Stephen G. Cecchetti observó que con una inflación general media del por ciento al año los precios de las revista, sólo cambiaban, en promedio, cada 6 años. Eso significa que la inflación erosiona, en promedio, alrededor de un 5 por ciento el precio real de una revista antes de que se modifique el precio nominal5.

5.   Stephen g. Cecchetti, «The Frequency of price Adjustment: A Study of the Newsstand prices of Magazines», Journal of Econometrics, 3, 986, págs. 255-274.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA0

La rigidez de los precios nominales de las revistas no es un caso especial. En un análisis empírico de la rigidez de los precios, el economista Alan Blinder preguntó a una muestra de directivos de empresa con qué frecuencia cambiaban los precios de sus productos más impor-tantes en un año representativo. Alrededor de un 50 por ciento de los directivos respondió que sólo los cambiaba una vez o menos al año6. La explicación de la causa por la que las empresas (en su mayoría) no ajustan inmediatamente sus precios cuando varía la demanda y el coste es una enigmática cuestión a la que volveremos en el apartado 5.

Hemos afirmado antes que un salario nominal rígido, unido a un precio nominal flexible que se ajusta al alza, podría provocar una disminución de los salarios reales que haría que fuera rentable para las empresas ofrecer más producción en respuesta a una perturbación positiva de la demanda. Si un descenso del salario real es la razón habitual por la que las empresas quieren aumentar su producción en respuesta a una perturbación positiva de la demanda, es de esperar que exista una relación negativa entre la producción y los salarios reales. Sin embargo, la producción a menudo aumenta sin que disminuyan simultáneamente los salarios reales. Es, pues, importante preguntar-se si un aumento de la demanda de producción puede inducir a las empresas a aumentar su oferta aunque todos los precios nominales sean fijos a corto plazo (por lo que el salario real no varía). La respuesta es «sí», siempre que los precios sean más altos que los costes marginales antes de que la perturbación de la demanda afecte a la economía. En la práctica, la mayoría de los mercados se caracterizan por ser imperfectamente competitivos, es decir, las empresas tienen algún poder de monopolio que les permite cobrar precios superiores a los costes marginales. En ese caso, podrán aumentar sus beneficios totales incrementando su producción cuando aumenta la demanda, aun-que tengan que mantener fijos sus precios durante un tiempo.

La cuestión básica es que la rigidez de los precios o de los salarios nominales a corto plazo pue-de explicar por qué un aumento exógeno de la demanda agregada nominal provoca un aumento a corto plazo de la producción real y del empleo. Si los precios nominales son fijos, todo el aumento de la demanda se traducirá en un aumento de la producción real, ya que las empresas imper-fectamente competitivas estarán encantadas de aumentar su oferta mientras sus precios (fijos) sean superiores a los costes marginales. Y aunque los precios suban en respuesta al aumento de la demanda, un salario nominal rígido significa que la subida de los precios reducirá los salarios reales, lo cual estimulará, a su vez, el empleo y la producción. En la práctica, tanto los salarios nominales como los precios nominales son rígidos a corto plazo, aunque en diferente grado en los distintos mercados.

Errores en la formación de las expectativas

Nuestra explicación de las fluctuaciones a corto plazo de la producción danesa se ha basado hasta ahora en dos ingredientes: las perturbaciones exógenas y las rigideces nominales a corto plazo. Pero hay un tercer ingrediente que es esencial para comprender perfectamente las fluc-tuaciones: los errores en la formación de las expectativas. Para verlo, consideremos la expansión danesa de 99 y supongamos que el salario real danés disminuyó realmente, al subir algunos precios en respuesta al aumento de la demanda y quedarse rezagados los salarios nominales. Dado el descenso de los salarios reales, ¿por qué, a pesar de eso, se mostraron dispuestos los tra-bajadores daneses a aumentar su oferta de trabajo y permitieron así a las empresas aumentar el empleo y la producción? Una de las respuestas posibles es que los sindicatos del mercado de trabajo danés muy sindicado habían conseguido unos salarios reales superiores a la desutilidad marginal del trabajo, por lo que algunos trabajadores estaban desempleados involuntariamen-

6.   Alan S. Blinder, «On Sticky prices: Academic Theories Meet the Real World», en N. g. Mankiw (comp.), Monetary policy, Chicago, University of Chicago press, 994. 

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

te antes del aumento de la demanda. Por definición, un trabajador que está desempleado invo-luntariamente está dispuesto a aceptar un empleo aunque el salario real sea inferior a su nivel actual (siempre que no disminuya demasiado).

Pero esta hipótesis no hace más que dejar a un lado la pregunta de por qué los sindicatos permitirían que bajara el salario real a pesar de estar aumentando la demanda de trabajo. Si los sindicatos estaban negociando en 99 para lograr un cierto salario real w para 99, ¿por qué aceptarían de repente que el salario real bajara por debajo del objetivo fijado para 99 en un momento en el que la demanda de trabajo estaba aumentando? Lo más probable es que la disminución de los salarios reales no fuera buscada por los sindicatos. Si éstos hubie-ran previsto perfectamente la perturbación positiva de la demanda de 99 y su influencia en el nivel de precios, habrían negociado un salario monetario más alto en 99 para conseguir el salario real que querían, w, es decir, habrían exigido un salario monetario que satisficiera W = P . w.

Sin embargo, como los salarios (en su mayoría) tuvieron que fijarse antes de la perturba-ción y como la perturbación no se previó perfectamente, el salario monetario negociado tuvo que basarse en el nivel esperado de precios Pe que no incluía todo el efecto inflacionista de la perturbación: W = Pe . w < P . w. Cuando la perturbación afectó a la economía y los precios su-bieron más de lo previsto, los sindicatos se encontraron atrapados en sus convenios salariales nominales y, dado el derecho del empresario a contratar más trabajadores al salario monetario negociado, los sindicatos tuvieron que permitir a sus afiliados ofrecer más trabajo aunque el salario real observado, W/P, fuera inferior al salario real fijado como objetivo, W/Pe = w.

Este ejemplo ilustra nuestra afirmación de que en las fluctuaciones económicas normal-mente intervienen los errores en la formación de las expectativas, en este caso, los errores de los trabajadores (sindicatos). Cuando algunos precios y algunos salarios monetarios son rígidos a corto plazo, una perturbación imprevista también lleva a algunas empresas a cometer errores en la formación de sus expectativas. Cuando las empresas fijan los precios para un determinado periodo, basan sus decisiones de precios en sus costes esperados en los que influirá el nivel ge-neral de precios esperado Pe. Cuando la perturbación imprevista afecta a la economía, algunas empresas (llamémoslas grupo ) están a punto de ajustar sus precios y pueden tener en cuenta el efecto inflacionista de la perturbación en sus costes. Pero otras muchas (grupo ) que han revisado recientemente sus precios decidirán mantenerlos durante un tiempo, aunque la subida de los precios cobrados por las empresas del grupo eleve los costes de las del grupo por en-cima del nivel de precios esperado. Mientras la perturbación no eleve los costes marginales por encima de los precios fijados de antemano, incluso las empresas del grupo querrán aumentar su producción para hacer frente al aumento inesperado de la demanda.

Macroeconomía del corto plazo: recapitulación

Podemos recapitular los puntos de este apartado de la forma siguiente: la teoría macroeconómica del corto plazo, que pretende explicar las fluctuaciones económicas de un año a otro o de un trimestre a otro, normalmente incluye las tres características siguientes:

. las perturbaciones exógenas, es decir, la influencia brusca y repentina en la economía de los cam-bios en las preferencias, la tecnología o la política económica.

. la rigidez nominal a corto plazo, es decir, cuando en un periodo después de que se haya producido una perturbación, algunos precios y salarios permanecen rígidos.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

. los errores en la formación de las expectativas, es decir, cuando en un periodo después de que se haya producido una perturbación, algunos precios son diferentes de los que se esperaban antes de la perturbación7.

La teoría macroeconómica del largo plazo

Aunque las perturbaciones exógenas, la rigidez temporal de los salarios o de los precios y los errores en la formación de las expectativas son necesarios para comprender las variaciones in-teranuales del desempleo y del PIB, la mayoría de los economistas piensan que es mejor dejar de lado estas características cuando se trata de explicar la evolución subyacente o tendencial de la tasa de desempleo y del crecimiento del PIB durante largos periodos. No tiene lógica pensar que las curvas tendenciales suavizadas de las Figuras . y . sean el resultado de una sucesión de perturbaciones aleatorias ocurridas durante los más de 00 años analizados. Las perturbaciones tienen que ir, por definición, en sentido contrario de vez en cuando. Si la tecnología mejora cons-tantemente todos los años e implica un aumento del PIB per cápita anual del por ciento, no debe considerarse que este cambio anual de la tecnología sea una perturbación sino un movimiento gradual previsible. Además, aunque los salarios y los precios nominales sean rígidos a corto plazo, se ajustan a más largo plazo. En la teoría macroeconómica del largo plazo, dejamos, pues, de lado las tres características que definen la macroeconomía del corto plazo.

Modelos macroeconómicos del largo plazo: los supuestos básicos

En otras palabras, la teoría macroeconómica del largo plazo, que pretende explicar los movimientos tendenciales de las principales variables económicas en torno a los cuales se producen fluctuaciones interanuales, describe la economía como si no hubiera perturbaciones exógenas, es decir, las variables fundamentales, como las preferencias y la tecnología, evolucionan de un modo uniforme y previ-sible a lo largo del tiempo; los precios se ajustan totalmente en todos los periodos de acuerdo con la flexibilidad total de los precios a largo plazo de la economía; y las expectativas siempre son correctas.

El lector debe observar atentamente la expresión «como si» de esta definición. Si los supuestos de la macroeconomía del corto plazo reflejan correctamente la realidad, (casi) todos los años la economía reaccionará a las perturbaciones, los precios no se ajustarán totalmente y se comete-rán errores en la formación de expectativas, debido a que siempre hay nuevas perturbaciones. No obstante, algunos fenómenos pueden comprenderse mejor examinando la economía como si no hubiera perturbaciones, los precios siempre se ajustaran totalmente y las expectativas siem-pre fueran correctas. Entre esos fenómenos incluimos el crecimiento a largo plazo y el nivel de

7.   Algunas  teorías  macroeconómicas  del  corto  plazo  no  suponen  que  los  precios  sean  rígidos,  por  ejemplo,  la  teoría de Milton Friedman presentada en «The Role of Monetary policy», American Economic Review, 58, 968, págs. –7, y otras aportaciones más formales como la de Robert E. Lucas, Jr., «Expectations and the Neutrality of Money», Journal of Economic Theory, 4, 972, págs. 03–24 o  la  teoría de  los ciclos económicos reales explicada en el apartado 4 del Capítulo  II.6. Un importante aspecto de estas teorías es que las fluctuaciones pueden entenderse en un modelo que sólo supone que hay perturbaciones y posiblemente errores en la formación de las expectativas. por lo tanto, no pode-mos extraer de la mera observación de las fluctuaciones la conclusión de que los salarios o los precios son rígidos: las fluctuaciones son teóricamente compatibles con el ajuste continuo de todos los salarios y los precios, como veremos en los Capítulos II.5 y II.6. De hecho, un importante aspecto de la teoría de los ciclos económicos reales es que puede utilizarse una única clase de modelos  económicos para entender  tanto  las cuestiones  del  crecimiento económico a largo plazo como las cuestiones de las fluctuaciones a corto plazo. Los modelos de esta clase se parecen mucho a los modelos de crecimiento que se analizarán en capítulos posteriores. El único elemento relevante que hay que añadir a los modelos de crecimiento para que también sean modelos de las fluctuaciones son, según esta teoría, las perturbaciones exógenas de la oferta. Esta tesis nos parece teóricamente interesante, pero hoy en día se acepta en general que las rigideces a corto plazo de los precios y de los salarios son importantes para comprender las reacciones a corto plazo de la economía ante las perturbaciones y que las perturbaciones de la demanda son importantes.

.

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

desempleo a largo plazo. Por lo tanto, los modelos macroeconómicos del largo plazo describen el equilibrio a largo plazo subyacente hacia el que tiende la economía, aunque la continua aparición de perturbaciones y el lento ajuste a estas perturbaciones impliquen que la economía nunca se encuentre exactamente en ese equilibrio a largo plazo.

En otras palabras, para explicar cómo pudo pasar el crecimiento económico de Dinamarca de cero por ciento en 99 a 5,5 por ciento en 99 y disminuir significativamente al mismo tiempo el desempleo, debemos tener en cuenta las perturbaciones exógenas, la rigidez de los precios y los errores en la formación de las expectativas. Para explicar el crecimiento anual medio del PIB del , por ciento en el periodo 950–998 o de la tasa media de desempleo del 5, por ciento, es mejor no tener en cuenta estas tres características que complican el análisis y centrar la atención en las fuerzas fundamentales que rigen la evolución de la economía a largo plazo.

Rigideces reales y la teoría de la tasa natural

El supuesto de la macroeconomía del largo plazo de que todos los salarios y los precios se ajustan totalmente en todos los periodos significa que no hay rigideces nominales a largo plazo. Pero puede muy bien haber rigideces reales permanentes que impidan que los precios y los salarios reales se ajusten a los valores en los que se encontrarían en condiciones de competencia perfecta. La fle-xibilidad de los salarios y de los precios a largo plazo puede ser diferente de la flexibilidad que se supone en el modelo tradicional de competencia perfecta. A continuación, analizamos un ejemplo simplificado para explicar lo que queremos decir. Para concretar el análisis, mostraremos cómo pueden surgir rigideces reales como consecuencia del poder de mercado de los sindicatos, pero haremos hincapié en que aunque los sindicatos sean débiles o no existan, hay otros mecanismos que pueden provocar importantes rigideces reales, como mostrará claramente nuestro análisis del Capítulo I..

Consideremos una economía dividida en muchos sectores, cada uno de los cuales está repre-sentado por una empresa que produce un producto diferenciado y tiene un sindicato que controla la oferta de trabajo a las empresas del sector. Supongamos para simplificar el análisis que el traba-jo es el único factor de producción variable y que se necesita una unidad de trabajo para producir una unidad de producción en cada sector. El coste medio y marginal de producción de la empresa será igual al salario de su industria. En microeconomía, se sabe perfectamente que una empresa maximizadora de los beneficios que se enfrenta a una curva de demanda de pendiente negativa y cuya demanda tiene una elasticidad-precio constante fijará su precio con un margen constante sobre su coste marginal. Si el nivel medio de los salarios nominales es W, el nivel medio de los pre-cios P puede especificarse, pues, de la forma siguiente:

P = mp W, mp > , ()

donde mp es el margen de la empresa representativa.

Consideremos ahora el sindicato que monopoliza la oferta de trabajo de un sector i. Para sim-plificar el análisis, supongamos que el sindicato es tan fuerte que puede imponer realmente el sa-lario nominal Wi que deberá pagar la empresa que representa al sector i. El sindicato fija el salario con el fin de maximizar la función objetivo Ω, donde:

V =Wi

P− y Li.

()

Aquí, Li es el nivel de empleo del sector i, Wi/P es el salario real de los afiliados al sindicato que trabajan en la empresa i y υ es la renta real que pueden ganar en otro sector los afiliados si no en-cuentran trabajo en el sector i. La variable v a veces se conoce con el nombre de «opción exterior» de los trabajadores y se especifica a continuación. Dado que Wi/P – υ es la renta (excedente) que

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

obtiene el afiliado por trabajar en la empresa i en lugar de tener que buscar trabajo en otro sector, la magnitud Ω es la renta total que consiguen los afiliados al sindicato por trabajar en la empresa i. En el Capítulo I., explicaremos detalladamente por qué es razonable suponer que el sindicato quiere maximizar esta renta total; de momento, le pedimos al lector que acepte este verosímil supuesto.

Cuando el sindicato fija el salario Wi, debe tener en cuenta que una subida del salario indu-cirá a la empresa a contratar menos trabajadores. Si el sindicato cobra un salario medio tal que Wi/W = , la empresa del sector i tendrá el mismo nivel de costes que sus competidoras de otros sectores y tendrá un volumen medio de ventas. Por lo tanto, el sindicato puede esperar conseguir una parte proporcional del empleo total, por lo que el empleo del sector i será L/n, donde L es el em-pleo agregado y n es el número de sectores. Pero si el sindicato del sector i sube su salario relativo, Wi/W, el empresario deberá subir el precio relativo de su producto, lo que reducirá el volumen de ventas y el empleo en el sector. Dado que, según la ecuación (), W= P/mp, podemos especificar, pues, la demanda de trabajo del sector i de la forma siguiente:

employment in firm i. In Chapter 13 we shall explain in detail why it is reasonable toassume that the trade union wants to maximize this total rent; for the moment we ask youto accept this plausible assumption.

When setting the wage rate Wi, the union must take into account that a higher wagewill induce the firm to hire fewer workers. If the union charges an average wage rate sothat WiW # 1, the firm in sector i will have the same cost level as its competitors in othersectors and will experience an average volume of sales. The union may then expect to gaina proportional share of total employment, so employment in sector i will be Ln, where L isaggregate employment and n is the number of different sectors. But if the union for sectori raises its relative wage rate, WiW, its employer will have to raise his relative outputprice, leading to a lower volume of sales and employment in the sector. Noting from (1)that W # Pmp, we may thus specify the demand for labour in sector i as:

(3)

where the parameter σ measures the numerical wage elasticity of labour demand. Sincethe trade union for sector i is small relative to the rest of the economy, it takes the outsideoption υ and the general price level P as given. By setting the nominal wage rate, Wi, theunion thus implicitly chooses its real wage, WiP. Using (3) to eliminate Li from (2), anddifferentiating the resulting expression for Ω with respect to Wi, we obtain a necessary(first order) condition for the optimality of the wage rate set by the union. Since the log-function is increasing we may as well differentiate the log of Ω, which is convenient here:

(4)

We see that the union will set the real wage as a constant mark-up over the outsideoption. Let us take a closer look at this option. If the unemployment rate is u, the repre-sentative union member has a probability 1 0 u of finding another job if he has to look forwork outside sector i. In that case he may expect to earn the average real wage WP. Thereis also a probability u that the union member will remain unemployed if he does not obtaina job in sector i. In that situation the worker will receive a real unemployment benefit, b,assumed to be lower than the average real wage. The outside option, defined as the realincome a worker may expect to earn outside sector i, may thus be specified as:

(5)

From (4) and (5) we may derive a simple theory of long-run unemployment whichwill help to clarify the concept of real rigidities. Inserting (5) into (4), and denoting the realwage rates inside and outside firm i by wi and w, respectively, we get:

(6)wi = mw[(1 − u)w + ub],wi ] Wi

P ,w ]

W

P.

υ = (1 − u) W

P+ ub.

Wi

P= mwυ,mw ]

σσ − 1

p 1.

d ln ΩdWi

=1

Wi

P− υ

1

P− σ

1

Wi= 0u

Li =L

n Wi

W −σ

=L

n mpWi

P −σ

,σ p 1,

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()

donde el parámetro s mide la elasticidad numérica de la demanda de trabajo con respecto a los salarios. Dado que el sindicato del sector i es pequeño en relación con el resto de la economía, se considera dada la opción exterior υ y el nivel general de precios P. Fijando el salario nominal, Wi, el sindicato elige implícitamente su salario real, Wi/P. Utilizando la ecuación () para eliminar Li de la ecuación () y diferenciando la expresión resultante de Ω con respecto a Wi, obtenemos una condición necesaria (de primer orden) de la optimalidad del salario fijado por el sindicato. Dado que la función logarítmica es creciente, también podemos diferenciar el logaritmo de Ω, lo cual resulta cómodo aquí:

employment in firm i. In Chapter 13 we shall explain in detail why it is reasonable toassume that the trade union wants to maximize this total rent; for the moment we ask youto accept this plausible assumption.

When setting the wage rate Wi, the union must take into account that a higher wagewill induce the firm to hire fewer workers. If the union charges an average wage rate sothat WiW # 1, the firm in sector i will have the same cost level as its competitors in othersectors and will experience an average volume of sales. The union may then expect to gaina proportional share of total employment, so employment in sector i will be Ln, where L isaggregate employment and n is the number of different sectors. But if the union for sectori raises its relative wage rate, WiW, its employer will have to raise his relative outputprice, leading to a lower volume of sales and employment in the sector. Noting from (1)that W # Pmp, we may thus specify the demand for labour in sector i as:

(3)

where the parameter σ measures the numerical wage elasticity of labour demand. Sincethe trade union for sector i is small relative to the rest of the economy, it takes the outsideoption υ and the general price level P as given. By setting the nominal wage rate, Wi, theunion thus implicitly chooses its real wage, WiP. Using (3) to eliminate Li from (2), anddifferentiating the resulting expression for Ω with respect to Wi, we obtain a necessary(first order) condition for the optimality of the wage rate set by the union. Since the log-function is increasing we may as well differentiate the log of Ω, which is convenient here:

(4)

We see that the union will set the real wage as a constant mark-up over the outsideoption. Let us take a closer look at this option. If the unemployment rate is u, the repre-sentative union member has a probability 1 0 u of finding another job if he has to look forwork outside sector i. In that case he may expect to earn the average real wage WP. Thereis also a probability u that the union member will remain unemployed if he does not obtaina job in sector i. In that situation the worker will receive a real unemployment benefit, b,assumed to be lower than the average real wage. The outside option, defined as the realincome a worker may expect to earn outside sector i, may thus be specified as:

(5)

From (4) and (5) we may derive a simple theory of long-run unemployment whichwill help to clarify the concept of real rigidities. Inserting (5) into (4), and denoting the realwage rates inside and outside firm i by wi and w, respectively, we get:

(6)wi = mw[(1 − u)w + ub],wi ] Wi

P ,w ]

W

P.

υ = (1 − u) W

P+ ub.

Wi

P= mwυ,mw ]

σσ − 1

p 1.

d ln ΩdWi

=1

Wi

P− υ

1

P− σ

1

Wi= 0u

Li =L

n Wi

W −σ

=L

n mpWi

P −σ

,σ p 1,

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()

Vemos que el sindicato fijará el salario real con un margen constante sobre la opción exterior. Examinemos más detenidamente esta opción. Si la tasa de desempleo es u, el afiliado representativo tiene una probabilidad – u de encontrar otro trabajo si tiene que buscar trabajo fuera del sector i. En ese caso, puede esperar ganar el salario real medio W/P. También existe una probabilidad u de que el afiliado siga desempleado si no consigue trabajo en el sector i. En esa situación, el trabajador recibirá una prestación real por desempleo, b, que se supone que es menor que el salario real medio. La opción exterior, que es la renta real que un trabajador puede esperar ganar fuera del sector i, puede especificarse de la forma siguiente:

employment in firm i. In Chapter 13 we shall explain in detail why it is reasonable toassume that the trade union wants to maximize this total rent; for the moment we ask youto accept this plausible assumption.

When setting the wage rate Wi, the union must take into account that a higher wagewill induce the firm to hire fewer workers. If the union charges an average wage rate sothat WiW # 1, the firm in sector i will have the same cost level as its competitors in othersectors and will experience an average volume of sales. The union may then expect to gaina proportional share of total employment, so employment in sector i will be Ln, where L isaggregate employment and n is the number of different sectors. But if the union for sectori raises its relative wage rate, WiW, its employer will have to raise his relative outputprice, leading to a lower volume of sales and employment in the sector. Noting from (1)that W # Pmp, we may thus specify the demand for labour in sector i as:

(3)

where the parameter σ measures the numerical wage elasticity of labour demand. Sincethe trade union for sector i is small relative to the rest of the economy, it takes the outsideoption υ and the general price level P as given. By setting the nominal wage rate, Wi, theunion thus implicitly chooses its real wage, WiP. Using (3) to eliminate Li from (2), anddifferentiating the resulting expression for Ω with respect to Wi, we obtain a necessary(first order) condition for the optimality of the wage rate set by the union. Since the log-function is increasing we may as well differentiate the log of Ω, which is convenient here:

(4)

We see that the union will set the real wage as a constant mark-up over the outsideoption. Let us take a closer look at this option. If the unemployment rate is u, the repre-sentative union member has a probability 1 0 u of finding another job if he has to look forwork outside sector i. In that case he may expect to earn the average real wage WP. Thereis also a probability u that the union member will remain unemployed if he does not obtaina job in sector i. In that situation the worker will receive a real unemployment benefit, b,assumed to be lower than the average real wage. The outside option, defined as the realincome a worker may expect to earn outside sector i, may thus be specified as:

(5)

From (4) and (5) we may derive a simple theory of long-run unemployment whichwill help to clarify the concept of real rigidities. Inserting (5) into (4), and denoting the realwage rates inside and outside firm i by wi and w, respectively, we get:

(6)wi = mw[(1 − u)w + ub],wi ] Wi

P ,w ]

W

P.

υ = (1 − u) W

P+ ub.

Wi

P= mwυ,mw ]

σσ − 1

p 1.

d ln ΩdWi

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Wi

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1

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1

Wi= 0u

Li =L

n Wi

W −σ

=L

n mpWi

P −σ

,σ p 1,

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(5)

De las ecuaciones () y (5) podemos deducir una sencilla teoría del desempleo a largo plazo que ayudará a aclarar el concepto de rigideces reales. Introduciendo la ecuación (5) en la () y representando los salarios reales de dentro y de fuera de la empresa i por medio de wi y w, respecti-vamente, tenemos que

employment in firm i. In Chapter 13 we shall explain in detail why it is reasonable toassume that the trade union wants to maximize this total rent; for the moment we ask youto accept this plausible assumption.

When setting the wage rate Wi, the union must take into account that a higher wagewill induce the firm to hire fewer workers. If the union charges an average wage rate sothat WiW # 1, the firm in sector i will have the same cost level as its competitors in othersectors and will experience an average volume of sales. The union may then expect to gaina proportional share of total employment, so employment in sector i will be Ln, where L isaggregate employment and n is the number of different sectors. But if the union for sectori raises its relative wage rate, WiW, its employer will have to raise his relative outputprice, leading to a lower volume of sales and employment in the sector. Noting from (1)that W # Pmp, we may thus specify the demand for labour in sector i as:

(3)

where the parameter σ measures the numerical wage elasticity of labour demand. Sincethe trade union for sector i is small relative to the rest of the economy, it takes the outsideoption υ and the general price level P as given. By setting the nominal wage rate, Wi, theunion thus implicitly chooses its real wage, WiP. Using (3) to eliminate Li from (2), anddifferentiating the resulting expression for Ω with respect to Wi, we obtain a necessary(first order) condition for the optimality of the wage rate set by the union. Since the log-function is increasing we may as well differentiate the log of Ω, which is convenient here:

(4)

We see that the union will set the real wage as a constant mark-up over the outsideoption. Let us take a closer look at this option. If the unemployment rate is u, the repre-sentative union member has a probability 1 0 u of finding another job if he has to look forwork outside sector i. In that case he may expect to earn the average real wage WP. Thereis also a probability u that the union member will remain unemployed if he does not obtaina job in sector i. In that situation the worker will receive a real unemployment benefit, b,assumed to be lower than the average real wage. The outside option, defined as the realincome a worker may expect to earn outside sector i, may thus be specified as:

(5)

From (4) and (5) we may derive a simple theory of long-run unemployment whichwill help to clarify the concept of real rigidities. Inserting (5) into (4), and denoting the realwage rates inside and outside firm i by wi and w, respectively, we get:

(6)wi = mw[(1 − u)w + ub],wi ] Wi

P ,w ]

W

P.

υ = (1 − u) W

P+ ub.

Wi

P= mwυ,mw ]

σσ − 1

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,σ p 1,

14 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

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(6)

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

Suponiendo que el margen del sindicato mw es el mismo en todos los sectores, se deduce de la ecuación (6) que los sindicatos cobrarán el mismo salario en todos los sectores. Por lo tanto, pode-mos igualar wi y w en la ecuación (6) y despejando w, tenemos que

Assuming that the union mark-up factor mw is the same across sectors, it follows from (6)that trade unions will charge the same wage rate in all sectors. Hence we may set wi #win (6) and solve for w to get:

(7)

where we assume u p (mw 0 1)mw for a meaningful expression. Equation (7) is theeconomy’s wage curve showing how the real wage claimed by unions depends on theunemployment rate and the rate of unemployment benefit: under the condition juststated, the real wage claim falls if unemployment goes up.

In a macroeconomic equilibrium the real wage claimed by unions must be consistentwith the real wage implicitly offered by firms through their price setting. According to (1),firms implicitly offer the real wage w ]WP # 1mp. Inserting this into (7) and solving foru, we get the long-run equilibrium unemployment rate, denoted by :

(8)

You may check for yourself that this equilibrium unemployment rate will be positive butsmaller than one provided that mwmpb ` 1 or, equivalently, bw ` 1mw. In other words,as long as the replacement ratio bw offered by the system of unemployment insurance isnot ‘too’ high, we get a meaningful solution for the equilibrium unemployment rate. (Ourassumption mwmpb ` 1 implies w p b as well as as assumed above,which you should check.)

Note that a positive unemployment rate emerges even though we did not assume anynominal rigidities: the nominal variables W and P can be freely scaled up or down in theequations above.

The unemployment problem is rooted in the market distortions reflected in the mark-up factors mp and mw. If there were no unions and labour markets were perfectlycompetitive, workers could not drive wages above their outside option. According to oursimplified model equilibrium unemployment would then be zero, as you can see by settingmw # 1 in (8). But unions do exist and do have market power.8 In the situation wheremw p 1, the unemployment generated by union monopoly power will be exacerbated byimperfect competition in product markets. This is because weaker product market com-petition implies a higher value of the price mark-up, mp, and according to (8) this willincrease the value of : when firms drive down the level of real wages by pushing pricesabove marginal costs, the amount of involuntary unemployment must rise to bring unionwage claims down in line with the real wages implicitly offered by firms through theirmonopolistic price setting. We also see from (8) that a higher level of unemploymentbenefits will raise the equilibrium unemployment rate when unions have market power.

Yu

Yu p (mw − 1)mw

Yu =mw − 1

mw

1 − mpb=

mw − 1

mw(1 − mpb).

Yu

w =mwu

1 − mw(1 − u) b =

1

1 − mw − 1mw 1

u

b,

1 MACROECONOMICS FOR THE LONG RUN AND FOR THE SHORT RUN 15

8. You may ask why rational workers would want to form trade unions if unions create involuntary unemployment.Chapter 13 will offer an answer to this.

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(7)

donde suponemos que u > (mw – )/mw para que la expresión tenga sentido. La ecuación (7) es la curva de salarios de la economía y muestra que el salario real que piden los sindicatos depende de la tasa de desempleo y de la cuantía de las prestaciones por desempleo: en las condiciones que acabamos de establecer, el salario real demandado baja si el desempleo aumenta.

En equilibrio, el salario real que demandan los sindicatos debe ser coherente con el salario real que ofrecen implícitamente las empresas a través de la fijación de sus precios. Según la ecuación (), las empresas ofrecen implícitamente el salario real w = W/P = /mp. Introduciendo esta ex-presión en la ecuación (7) y despejando u, obtenemos la tasa de desempleo de equilibrio a largo plazo representada por u:

Assuming that the union mark-up factor mw is the same across sectors, it follows from (6)that trade unions will charge the same wage rate in all sectors. Hence we may set wi #win (6) and solve for w to get:

(7)

where we assume u p (mw 0 1)mw for a meaningful expression. Equation (7) is theeconomy’s wage curve showing how the real wage claimed by unions depends on theunemployment rate and the rate of unemployment benefit: under the condition juststated, the real wage claim falls if unemployment goes up.

In a macroeconomic equilibrium the real wage claimed by unions must be consistentwith the real wage implicitly offered by firms through their price setting. According to (1),firms implicitly offer the real wage w ]WP # 1mp. Inserting this into (7) and solving foru, we get the long-run equilibrium unemployment rate, denoted by :

(8)

You may check for yourself that this equilibrium unemployment rate will be positive butsmaller than one provided that mwmpb ` 1 or, equivalently, bw ` 1mw. In other words,as long as the replacement ratio bw offered by the system of unemployment insurance isnot ‘too’ high, we get a meaningful solution for the equilibrium unemployment rate. (Ourassumption mwmpb ` 1 implies w p b as well as as assumed above,which you should check.)

Note that a positive unemployment rate emerges even though we did not assume anynominal rigidities: the nominal variables W and P can be freely scaled up or down in theequations above.

The unemployment problem is rooted in the market distortions reflected in the mark-up factors mp and mw. If there were no unions and labour markets were perfectlycompetitive, workers could not drive wages above their outside option. According to oursimplified model equilibrium unemployment would then be zero, as you can see by settingmw # 1 in (8). But unions do exist and do have market power.8 In the situation wheremw p 1, the unemployment generated by union monopoly power will be exacerbated byimperfect competition in product markets. This is because weaker product market com-petition implies a higher value of the price mark-up, mp, and according to (8) this willincrease the value of : when firms drive down the level of real wages by pushing pricesabove marginal costs, the amount of involuntary unemployment must rise to bring unionwage claims down in line with the real wages implicitly offered by firms through theirmonopolistic price setting. We also see from (8) that a higher level of unemploymentbenefits will raise the equilibrium unemployment rate when unions have market power.

Yu

Yu p (mw − 1)mw

Yu =mw − 1

mw

1 − mpb=

mw − 1

mw(1 − mpb).

Yu

w =mwu

1 − mw(1 − u) b =

1

1 − mw − 1mw 1

u

b,

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8. You may ask why rational workers would want to form trade unions if unions create involuntary unemployment.Chapter 13 will offer an answer to this.

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(8)

El lector puede comprobar por sí mismo que esta tasa de desempleo de equilibrio será positiva, pero menor que uno siempre que mwmpb < o, lo que es lo mismo, b/w < /mw. En otras palabras, en la medida en que la tasa de sustitución b/w que ofrece el sistema de seguro por desempleo no sea «demasiado» alta, obtenemos una solución razonable de la tasa de desempleo de equilibrio (como debe comprobar el lector, nuestro supuesto mwmpb < implica que w > b, así como que u > (mw – )/mw, como hemos supuesto antes).

Obsérvese que la tasa de desempleo es positiva, aunque no supongamos que hay rigideces no-minales: las variables nominales W y P pueden alterarse libremente en sentido ascendente o des-cendente en las ecuaciones anteriores.

El problema del desempleo se debe a las distorsiones del mercado reflejadas en los márgenes mp y mw. Si no hubiera sindicatos y los mercados de trabajo fueran perfectamente competitivos, los trabajadores no podrían conseguir unos salarios superiores a su opción exterior. Según nuestro modelo simplificado, en ese caso el desempleo de equilibrio sería cero, como puede verse igualando mw a en la ecuación (8). Pero los sindicatos existen y tienen poder de mercado8. En la situación en la que mw > , el desempleo generado por el poder de monopolio del sindicato es exacerbado por la competencia imperfecta existente en los mercados de productos, debido a que al haber menos competencia en el mercado de productos, el valor del margen de los precios, mp, es mayor y, según la ecuación (8), eso aumentará el valor de u: cuando las empresas presionan a la baja sobre el nivel de salarios reales fijando unos precios superiores a los costes marginales, la cantidad de desem-pleo involuntario debe aumentar para que las demandas salariales de los sindicatos disminuyan y sean acordes con los salarios reales que ofrecen implícitamente las empresas a través de su fijación monopolística de precios. También vemos en la ecuación (8) que un aumento de la cuantía de las prestaciones por desempleo eleva la tasa de desempleo de equilibrio cuando los sindicatos tienen poder de negociación.

8.  Tal vez se pregunte el lector por qué los trabajadores racionales querrían formar sindicatos si éstos crean desempleo involuntario. En el Capítulo I.3 damos una respuesta.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

Cuando los economistas hablan de «rigideces reales», a menudo quieren decir que las im-perfecciones del mercado distorsionan permanentemente los precios reales y los salarios reales reclamados por las empresas y por los trabajadores y los alejan de los precios (reales) relativos competitivos que garantizarían el pleno empleo de los recursos. Incluso a largo plazo, cuando todos los salarios y los precios nominales han tenido tiempo de ajustarse totalmente a sus niveles deseados, estas distorsiones estructurales del mercado persisten, dejando a la economía en un estado de desempleo permanente. Nuestro análisis sugiere que el grado de rigidez real existente en la economía puede medirse por medio de la magnitud de los parámetros mw, mp y b que con-tribuyen al desempleo de equilibrio. También podríamos medir simplemente el grado de rigidez real por medio de la tasa de desempleo de equilibrio, ya que hemos visto que u = 0 en el caso de competencia perfecta.

Tradicionalmente, en macroeconomía la tasa de desempleo de equilibrio a largo plazo que implican las rigideces reales de la economía se denomina tasa natural de desempleo. Ésta es la tasa de desempleo que surge cuando todos los precios relativos se han ajustado totalmente de acuerdo con la flexibilidad de los salarios y los precios a largo plazo. Siguiendo esta tradición, utilizaremos el término «tasa natural de utilización de los recursos» para referirnos a la tasa a la que se utilizan los factores de producción en el equilibrio a largo plazo cuando la economía ha agotado todas sus posibilidades de ajustar los precios. Por definición, en competencia per-fecta no hay rigideces reales ya que en una economía competitiva los salarios (relativos) reales se ajustan hasta que la demanda de cada recurso sea igual a la oferta total de ese recurso. Eso significa simplemente que la tasa natural de utilización de los recursos es del 00 por ciento. Por el contrario, si existen rigideces reales, la tasa natural de utilización de los recursos será inferior al 00 por ciento.

Hemos sugerido que el grado de rigidez real de la economía puede medirse por medio del nivel de la tasa natural de desempleo. Debemos añadir que a los economistas a veces les resulta útil trabajar con un concepto algo distinto al de rigidez real. Según esta definición alternativa, el gra-do de rigidez real se mide por medio de la sensibilidad de los salarios reales y de los precios reales ante una variación a corto plazo de la tasa de desempleo con respecto a la tasa natural. Si esta sensibilidad es baja, se dice que el grado de rigidez real es elevado. En el apartado 5, adoptaremos este concepto alternativo de rigidez real que resultará útil para explicar las rigideces nominales a corto plazo. En todo caso, la rigidez real en un sentido amplio se refiere al hecho de que el grado de flexibilidad de los precios relativos de la economía es menor de lo que sería en el mundo ideal de competencia perfecta.

El papel crucial del lado de la oferta en el modelo macroeconómico del largo plazo

Como indica el sencillo ejemplo de la ecuación (8), la tasa natural de empleo, – u , viene dada por el lado de la oferta de la economía, ya que los parámetros mw, mp y b son características de las estructuras del lado de la oferta de la economía. Eso tiene una importante consecuencia: en los modelos macroeconómicos del largo plazo, en los que se supone que los salarios y los precios se ajustan totalmente en todos los periodos, la producción es determinada únicamente por el lado de la oferta. En cualquier periodo dado, hay una población activa L y un stock de capital (pre-determinado) K. Por lo tanto, la producción depende totalmente del lado de la oferta, ya que no puede ser mayor que el volumen que puede producirse con la cantidad de trabajo ( – u )L y la cantidad predeterminada de capital.

En cambio, en los modelos macroeconómicos del corto plazo, las rigideces nominales de sala-rios y precios y los errores en la formación de las expectativas pueden hacer que el empleo se aleje de su tasa natural. Por lo tanto, el empleo no se determina simplemente en el lado de la oferta como acabamos de describir, pues ahora influye también en el empleo la demanda agregada de bienes

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

y servicios. Por lo tanto, en los modelos macroeconómicos del largo plazo el empleo siempre co-rresponde a la tasa natural, mientras que en los modelos del corto plazo el empleo es determinado también por el lado de la demanda y fluctúa en torno a la tasa natural.

Modelos estáticos y dinámicos

Un modelo macroeconómico del largo plazo puede ser un modelo estático de un periodo. Tal vez pa-rezca sorprendente, pero a veces es útil centrar la atención en un único periodo que es un «periodo final», en el sentido de que no ha habido nuevas perturbaciones durante mucho tiempo y la eco-nomía ha terminado de hacer todos sus ajustes. En ese caso, se describe simplemente la economía en el periodo final. El objetivo es caracterizar el equilibrio hacia el que tiende la economía a largo plazo, sin complicar la teoría con un análisis explícito del proceso dinámico que lleva a la economía al equilibrio a largo plazo. Los modelos de desempleo estructural a largo plazo presentados en los Capítulos I. y I. son de este tipo.

En cambio, los modelos dinámicos del largo plazo describen explícitamente el proceso de acu-mulación de capital y normalmente también describen la evolución de otras importantes varia-bles stock, como la población activa, la cantidad de recursos naturales, etc. Estos modelos, también llamados modelos de crecimiento, siempre contienen la siguiente relación dinámica entre el flujo actual de inversión y el aumento del stock de capital:

Kt+ –

Kt = I

t – δ K

t (9)

donde Kt es la cantidad de capital existente en el periodo t, It es la inversión bruta en el periodo t y δ es la tasa a la que se deprecia el capital, 0 <δ < . En una economía cerrada, el nivel de inversión bruta It debe ser igual al ahorro bruto St. En una economía cerrada, la ecuación de la acumulación de capital se convierte, pues, en

Kt+ –

Kt =S

t – δ K

t (0)

Por lo tanto, el ahorro desempeña un papel fundamental en los modelos de crecimiento. En muchos modelos, se supone simplemente que los hogares siempre ahorran una proporción exóge-na s de la renta total, por lo que en cualquier periodo t tenemos que St = sYt. Los modelos de creci-miento que utilizan este supuesto se llaman modelos de Solow9.

Existen otros modelos de crecimiento más avanzados en los que el ahorro se halla a partir de la maximización de funciones de utilidad sujetas a las oportunas restricciones presupuesta-rias. Sin embargo, dejamos estos modelos más complicados para un curso de macroeconomía más avanzado, pues los modelos de Solow son buenos y se utilizan frecuentemente para enten-der muchas cuestiones relacionadas con el crecimiento. No obstante, para analizar los efectos de la política económica, estos modelos tienen el inconveniente de que no contienen funciones de utilidad y, por lo tanto, no permiten analizar explícitamente las consecuencias de las dis-tintas medidas económicas para el bienestar. En los modelos de Solow, sólo hay que examinar las consecuencias de la política económica para variables económicas como el PIB o el nivel de consumo y se supone simplemente que es «bueno» que la renta o el consumo per cápita sean elevados.

9.   Se llaman así en honor al premio Nobel Robert M. Solow que hizo aportaciones fundamentales a la teoría del crecimien-to económico. Algunas de ellas constituyen el tema de los Capítulos I.3 y I.5 de este libro.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

Explicación de las rigideces nominales

Antes hemos señalado que las rigideces nominales despeñan normalmente un importante papel en la explicación de las fluctuaciones económicas a corto plazo. Como mostraremos en este apar-tado, el fenómeno de la rigidez real analizado en el apartado anterior puede ayudarnos a compren-der por qué la rigidez nominal a corto plazo puede ser compatible con una conducta económica racional. Concretamente, mostraremos que cuando los salarios reales que quieren conseguirse no son muy sensibles a las variaciones del nivel de actividad económica, los costes de los ajustes de los salarios o de los precios nominales, aunque sean muy pequeños, pueden ser suficientes para inducir a los agentes racionales a no ajustar los salarios o los precios nominales a corto plazo en respuesta a las fluctuaciones de la actividad económica.

Es razonable suponer que el ajuste de los salarios nominales tiene algunos pequeños costes. Por ejemplo, los líderes sindicales pueden tener que dedicar algún tiempo a sentarse en la mesa de negociaciones con el empresario para firmar un nuevo convenio colectivo. Además, cuando varía la demanda de empleo, los responsables de fijar los salarios pueden tener que dedicar algunos recursos a estimar la magnitud exacta del cambio si quieren estar seguros de que fijarán el salario óptimo. Asimismo, las empresas pueden incurrir en pequeños costes al modificar sus precios nomi-nales. Por ejemplo, tal vez deban imprimir nuevos catálogos o dedicar otros recursos a informar de los nuevos precios al mercado.

Los costes de ajustar los precios o los salarios nominales a menudo se conocen con el nombre de «costes de menú», como los costes que tiene para un restaurante la impresión de un nuevo menú. En la mayoría de los casos, es probable que esos costes sean bastante pequeños, por lo que normalmente no se tienen en cuenta en los modelos económicos. Pero si podemos demostrar que incluso los costes de menú muy pequeños pueden ser suficientes para inducir a los agentes econó-micos a no ajustar los salarios o los precios nominales ni siquiera en respuesta a grandes pertur-baciones, tenemos una explicación potencial de las rigideces nominales que parece que existen en el mundo real0.

Explicación de la rigidez de los salarios nominales

Comencemos examinando las circunstancias en las que la rigidez de los salarios nominales puede ser el resultado de la optimización de la conducta económica. Nuestra estrategia es medir la pérdida en que incurren los responsables de fijar los salarios si no ajustan su salario nominal en respuesta a una variación de la tasa de desempleo de una magnitud realista. Si esta pérdida es muy pequeña, la conducta óptima desde el punto de vista privado puede ser no modificar el salario para evitar el coste de ajustarlo.

Basamos nuestro análisis en el sencillo modelo de formación de los salarios desarrollado en el apartado anterior. Suponemos ahora por comodidad que el sistema de seguro de desempleo ofrece una prestación fija en relación con el nivel salarial medio, b ≡ cw, donde la tasa de susti-tución c < es una constante. Recordando que w ≡ W/P, la opción exterior (5) puede expresarse como una función de la tasa de desempleo:

()

0.   N. gregory Mankiw ha hecho una aportación fundamental a la teoría de la rigidez nominal basada en los costes de menú en un ameno artículo titulado «Small Menu Costs and Large Business Cycles: A Macroeconomic Model of Mono-poly», Quarterly Journal of Economics, 00, 985, págs. 529–539. Más adelante, la teoría de los costes de menú fue desa-rrollada por Mankiw y algunos otros llamados nuevos keynesianos, entre los que se encontraban Laurence Ball y David Romer, en «Real Rigidities and the Non-Neutrality of Money», Review of Economic Studies, 57, 990, págs. 83–203.

.

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

Obsérvese que dado que wi es el nuevo salario óptimo (en ausencia de costes de ajuste), debe sa-tisfacer la condición de primer orden, ∂Ω/∂wi = 0. Por lo tanto, podemos recoger aproximadamente la pérdida de utilidad de la ecuación () mediante

(6)

No decimos explícitamente que la opción exterior υ también es una función del salario real me-dio de la economía w, ya que sabemos por la ecuación () que w permanecerá constante en el nivel /mp siempre que los precios nominales no sean rígidos. Introduciendo la ecuación () en la () y recordando que wi ≡ Wi/P, obtenemos el salario real óptimo que elegiría el sindicato si el ajuste de los salarios no tuviera ningún coste:

wi = mwυ(u) = mw[−(−c)u]w. ()

Sin merma de generalidad, podemos elegir nuestras unidades de medición de manera que la población activa total sea igual a , lo que implica que L = – u. Introduciendo este supuesto en la ecuación () y la expresión resultante en la (), así como en la (), podemos expresar la función objetivo del sindicato que afilia a los trabajadores del sector i de la forma siguiente:

We do not state explicitly that the outside option υ is also a function of the averageeconomy-wide real wage w, since we know from (1) that w will remain constant at thelevel 1mp as long as nominal prices are not rigid. Inserting (11) into (4) and rememberingthat wi ]WiP, we get the optimal real wage which the union would choose in the absenceof any costs of wage adjustment:

(12)

Without loss of generality, we may choose our units of measurement such that the totallabour force is normalized to unity, implying L # 1 0 u. Inserting this into (3) and sub-stituting the resulting expression into (2) along with (11), we may write the objectivefunction for the union organizing the workers in sector i as:

(13)

We can now analyse whether the union in a specific sector would actually want to adjust itsown real wage wi relative to the constant average real wage if the unemployment ratewere to change. In that case the union would want to change its nominal wage rate Wi, sincethis is the only way it can affect its real wage rate. And if all unions had an incentive toadjust their own real wage relative to the market real wage, this would initiate an economy-wide adjustment of nominal wage rates, so nominal wage rigidity would be absent, eventhough real wage rates would stay constant due to the mark-up price setting of firms.

Suppose that the union in sector i has initially set a real wage rate wi #mwυ(u) corre-sponding to some initial level of unemployment u. Suppose further that an exogenousshock drives unemployment to a new and higher level u. In the absence of any costs ofnominal wage adjustment, the union would then want to set the real wage wi #mwυ(u)given by (12). If it chooses not to change its wage rate, leaving it at the initial level wi toavoid the costs of wage adjustment, the union will suffer the following utility loss, UL,excluding adjustment costs:

(14)

Since the union’s objective function (and hence UL) is specified in terms of real income,the utility loss in (14) is directly comparable to the fixed real cost of nominal wage adjust-ment, denoted by C. Hence the union will want to maintain the real wage rate wi if UL ` C,and in that case its nominal wage will be rigid. To estimate how high C will have to be toprevent wage adjustment, it is convenient to take a second-order Taylor approximation ofΩ(wi, u), calculated around the new optimum wage rate wi:

(15)

Note that since wi is the new optimal wage rate (in the absence of adjustment costs), itmust satisfy the first-order condition, ∂Ω∂wi # 0. Hence we may approximate the utilityloss in (14) by:

(16)UL Q −1

2 ∂ 2Ω(wi,u)

(∂wi)2 (wi − wi)

2.

Ω(wi,u) Q Ω(wi,u) +∂Ω(wi,u)

∂wi (wi − wi) +

1

2 ∂ 2Ω(wi,u)

(∂wi)2 (wi − wi)

2.

UL = Ω(wi,u) − Ω(wi,u).

Ω(wi,u) = (wi − υ(u))1 − u

n (mpwi)−σ.

wi = mwυ(u) = mw[1 − (1 − c)u]w.

1 MACROECONOMICS FOR THE LONG RUN AND FOR THE SHORT RUN 19

Li

# 0 inoptimum

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()

Ahora podemos averiguar si el sindicato de un sector específico querría realmente ajustar su propio salario real wi en relación con el salario real medio constante si variara la tasa de desempleo. En ese caso, el sindicato querría cambiar su salario nominal Wi, ya que ésta es la única forma en que puede influir en su salario real. Y si todos los sindicatos tuvieran un incentivo para ajustar su propio salario real en relación con el salario real de mercado, eso iniciaría un ajuste de los salarios nominales en toda la economía, por lo que los salarios nominales no serían rígidos, incluso aunque los salarios reales permanecieran constantes debido a la fijación de los precios con un margen por parte de las empresas.

Supongamos que el sindicato del sector i ha fijado inicialmente un salario real wi = mwυ (u ) que corresponde a algún nivel inicial de desempleo u . Supongamos, además, que una perturbación exó-gena lleva al desempleo a un nuevo nivel más alto u. En ausencia de costes de ajuste de los salarios nominales, el sindicato querría fijar el salario real wi = mwυ (u) dado por la ecuación (). Si decide no cambiar su salario y lo deja en el nivel inicial wi para evitar los costes de ajuste de los salarios, sufrirá la siguiente pérdida de utilidad, UL, excluidos los costes de ajuste:

UL = Ω(wi,u) − Ω(wi,u). )

Dado que la función objetivo del sindicato (y, por lo tanto, UL) se especifica, en relación con la renta real, la pérdida de utilidad de la ecuación () es directamente comparable con el coste real fijo del ajuste de los salarios nominales, representado por C. Por lo tanto, el sindicato querrá man-tener el salario real wi si UL < C y, en ese caso, su salario nominal será rígido. Para estimar lo alto que tendrá que ser C para impedir un ajuste salarial, es cómodo tomar una aproximación de Taylor de segundo orden de Ω(wi, u), calculada en torno al nuevo salario óptimo wi:

(5)

= 0 en el óptimo

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA0

The second derivative in (16) may be calculated from (13). Doing this, using the definitionmw ] σ(σ 0 1) plus the fact that (4) implies (wi 0 υ)wi # 1σ, and expressing UL as afraction of the union’s total wage bill (where the expression forwiLi follows from (3)), we find that:11

(17)

Before the shock to unemployment, the union had set its wage rate wi optimally inaccordance with (12). Since wi is also given by (12), it follows that:

(18)

Not surprisingly, we see from (17) and (18) that the larger the rise in unemployment, u 0 u, and hence the larger the fall in the value of the outside option of union members, thelarger is the union’s utility loss from not adjusting the wage rate.

Armed with Eqs (17) and (18), we can calculate how high the costs of nominal wageadjustment will need to be to prevent such adjustment, assuming a set of parametervalues which generate a realistic initial unemployment rate. First we note that whenb # cw # cmp, the expression for the natural unemployment rate given in (8) simplifies to

(19)

As an example, suppose that the replacement rate c is equal to 0.5 (not unrealistic for theaverage worker in many OECD countries) and that the economy is initially in long runequilibrium at an unemployment rate equal to 5 per cent. Inserting andc # 0.5 into (19), it follows that σ # 40. Finally, suppose that the increase in the unem-ployment rate is two percentage points, u 0 u # 0.02, implying a large 40 per cent increasein unemployment. Inserting these parameter values into (17) and (18), one finds thatULwiLi Q 0.002. In other words, the costs of wage adjustment – broadly interpreted toinclude the costs and inconveniences of rewriting wage contracts plus the resource costsof re-estimating the optimal wage – only have to amount to about one-fifth of 1 per cent ofthe wage bill to make it suboptimal for the individual union to reduce its nominal wage

u = Yu = 0.05

Yu =mw − 1

mw(1 − c)=

1

σ(1 − c).

wi − wi

wi=

(1 − c)(u − u)1 − (1 − c)u

.

UL

wiLi Q σ − 1

2 w i − wi

wi 2

.

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

20 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

11. From (13) we have

Inserting mw # σ(σ 0 1) and (w i 0 υ)w i # 1σ into the latter expression, we get:

Substituting this expression into (16), dividing by , and using the definition of mw again, weend up with (17).

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

∂2Ω(∂wi)

2 = −σ mp

mw 1 − un (mpwi)

−(σ+1).

= σmp1 − un (mpwi)

−(σ+1)(σ + 1)wi − υwi − 2.

∂2Ω(∂wi)

2 = σmp1 − un [mp(σ + 1)(wi − υ)(mpwi)

−σ−2 − 2(mpwi)−σ−1]

∂Ω∂wi

= 1 − un [(mpwi)

−σ − σmp(wi − υ)(mpwi)−σ−1]X

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La segunda derivada de la ecuación (6) puede calcularse a partir de la (). Calculándola y basándonos en la definición mw ≡σ / (σ – ) y en el hecho de que la ecuación () implica que (wi – υ)/wi = /σ expresando UL en porcentaje de la masa salarial total del sindicato

The second derivative in (16) may be calculated from (13). Doing this, using the definitionmw ] σ(σ 0 1) plus the fact that (4) implies (wi 0 υ)wi # 1σ, and expressing UL as afraction of the union’s total wage bill (where the expression forwiLi follows from (3)), we find that:11

(17)

Before the shock to unemployment, the union had set its wage rate wi optimally inaccordance with (12). Since wi is also given by (12), it follows that:

(18)

Not surprisingly, we see from (17) and (18) that the larger the rise in unemployment, u 0 u, and hence the larger the fall in the value of the outside option of union members, thelarger is the union’s utility loss from not adjusting the wage rate.

Armed with Eqs (17) and (18), we can calculate how high the costs of nominal wageadjustment will need to be to prevent such adjustment, assuming a set of parametervalues which generate a realistic initial unemployment rate. First we note that whenb # cw # cmp, the expression for the natural unemployment rate given in (8) simplifies to

(19)

As an example, suppose that the replacement rate c is equal to 0.5 (not unrealistic for theaverage worker in many OECD countries) and that the economy is initially in long runequilibrium at an unemployment rate equal to 5 per cent. Inserting andc # 0.5 into (19), it follows that σ # 40. Finally, suppose that the increase in the unem-ployment rate is two percentage points, u 0 u # 0.02, implying a large 40 per cent increasein unemployment. Inserting these parameter values into (17) and (18), one finds thatULwiLi Q 0.002. In other words, the costs of wage adjustment – broadly interpreted toinclude the costs and inconveniences of rewriting wage contracts plus the resource costsof re-estimating the optimal wage – only have to amount to about one-fifth of 1 per cent ofthe wage bill to make it suboptimal for the individual union to reduce its nominal wage

u = Yu = 0.05

Yu =mw − 1

mw(1 − c)=

1

σ(1 − c).

wi − wi

wi=

(1 − c)(u − u)1 − (1 − c)u

.

UL

wiLi Q σ − 1

2 w i − wi

wi 2

.

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

20 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

11. From (13) we have

Inserting mw # σ(σ 0 1) and (w i 0 υ)w i # 1σ into the latter expression, we get:

Substituting this expression into (16), dividing by , and using the definition of mw again, weend up with (17).

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

∂2Ω(∂wi)

2 = −σ mp

mw 1 − un (mpwi)

−(σ+1).

= σmp1 − un (mpwi)

−(σ+1)(σ + 1)wi − υwi − 2.

∂2Ω(∂wi)

2 = σmp1 − un [mp(σ + 1)(wi − υ)(mpwi)

−σ−2 − 2(mpwi)−σ−1]

∂Ω∂wi

= 1 − un [(mpwi)

−σ − σmp(wi − υ)(mpwi)−σ−1]X

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(donde la expresión de wiLi se deduce de la ecuación ()), observamos que

The second derivative in (16) may be calculated from (13). Doing this, using the definitionmw ] σ(σ 0 1) plus the fact that (4) implies (wi 0 υ)wi # 1σ, and expressing UL as afraction of the union’s total wage bill (where the expression forwiLi follows from (3)), we find that:11

(17)

Before the shock to unemployment, the union had set its wage rate wi optimally inaccordance with (12). Since wi is also given by (12), it follows that:

(18)

Not surprisingly, we see from (17) and (18) that the larger the rise in unemployment, u 0 u, and hence the larger the fall in the value of the outside option of union members, thelarger is the union’s utility loss from not adjusting the wage rate.

Armed with Eqs (17) and (18), we can calculate how high the costs of nominal wageadjustment will need to be to prevent such adjustment, assuming a set of parametervalues which generate a realistic initial unemployment rate. First we note that whenb # cw # cmp, the expression for the natural unemployment rate given in (8) simplifies to

(19)

As an example, suppose that the replacement rate c is equal to 0.5 (not unrealistic for theaverage worker in many OECD countries) and that the economy is initially in long runequilibrium at an unemployment rate equal to 5 per cent. Inserting andc # 0.5 into (19), it follows that σ # 40. Finally, suppose that the increase in the unem-ployment rate is two percentage points, u 0 u # 0.02, implying a large 40 per cent increasein unemployment. Inserting these parameter values into (17) and (18), one finds thatULwiLi Q 0.002. In other words, the costs of wage adjustment – broadly interpreted toinclude the costs and inconveniences of rewriting wage contracts plus the resource costsof re-estimating the optimal wage – only have to amount to about one-fifth of 1 per cent ofthe wage bill to make it suboptimal for the individual union to reduce its nominal wage

u = Yu = 0.05

Yu =mw − 1

mw(1 − c)=

1

σ(1 − c).

wi − wi

wi=

(1 − c)(u − u)1 − (1 − c)u

.

UL

wiLi Q σ − 1

2 w i − wi

wi 2

.

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

20 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

11. From (13) we have

Inserting mw # σ(σ 0 1) and (w i 0 υ)w i # 1σ into the latter expression, we get:

Substituting this expression into (16), dividing by , and using the definition of mw again, weend up with (17).

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

∂2Ω(∂wi)

2 = −σ mp

mw 1 − un (mpwi)

−(σ+1).

= σmp1 − un (mpwi)

−(σ+1)(σ + 1)wi − υwi − 2.

∂2Ω(∂wi)

2 = σmp1 − un [mp(σ + 1)(wi − υ)(mpwi)

−σ−2 − 2(mpwi)−σ−1]

∂Ω∂wi

= 1 − un [(mpwi)

−σ − σmp(wi − υ)(mpwi)−σ−1]X

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(7)

Antes de la perturbación del desempleo, el sindicato había fijado su salario wt óptimamente de acuerdo con la ecuación (). Dado que wi también viene dado por la ecuación (), se deduce que:

The second derivative in (16) may be calculated from (13). Doing this, using the definitionmw ] σ(σ 0 1) plus the fact that (4) implies (wi 0 υ)wi # 1σ, and expressing UL as afraction of the union’s total wage bill (where the expression forwiLi follows from (3)), we find that:11

(17)

Before the shock to unemployment, the union had set its wage rate wi optimally inaccordance with (12). Since wi is also given by (12), it follows that:

(18)

Not surprisingly, we see from (17) and (18) that the larger the rise in unemployment, u 0 u, and hence the larger the fall in the value of the outside option of union members, thelarger is the union’s utility loss from not adjusting the wage rate.

Armed with Eqs (17) and (18), we can calculate how high the costs of nominal wageadjustment will need to be to prevent such adjustment, assuming a set of parametervalues which generate a realistic initial unemployment rate. First we note that whenb # cw # cmp, the expression for the natural unemployment rate given in (8) simplifies to

(19)

As an example, suppose that the replacement rate c is equal to 0.5 (not unrealistic for theaverage worker in many OECD countries) and that the economy is initially in long runequilibrium at an unemployment rate equal to 5 per cent. Inserting andc # 0.5 into (19), it follows that σ # 40. Finally, suppose that the increase in the unem-ployment rate is two percentage points, u 0 u # 0.02, implying a large 40 per cent increasein unemployment. Inserting these parameter values into (17) and (18), one finds thatULwiLi Q 0.002. In other words, the costs of wage adjustment – broadly interpreted toinclude the costs and inconveniences of rewriting wage contracts plus the resource costsof re-estimating the optimal wage – only have to amount to about one-fifth of 1 per cent ofthe wage bill to make it suboptimal for the individual union to reduce its nominal wage

u = Yu = 0.05

Yu =mw − 1

mw(1 − c)=

1

σ(1 − c).

wi − wi

wi=

(1 − c)(u − u)1 − (1 − c)u

.

UL

wiLi Q σ − 1

2 w i − wi

wi 2

.

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

20 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

11. From (13) we have

Inserting mw # σ(σ 0 1) and (w i 0 υ)w i # 1σ into the latter expression, we get:

Substituting this expression into (16), dividing by , and using the definition of mw again, weend up with (17).

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

∂2Ω(∂wi)

2 = −σ mp

mw 1 − un (mpwi)

−(σ+1).

= σmp1 − un (mpwi)

−(σ+1)(σ + 1)wi − υwi − 2.

∂2Ω(∂wi)

2 = σmp1 − un [mp(σ + 1)(wi − υ)(mpwi)

−σ−2 − 2(mpwi)−σ−1]

∂Ω∂wi

= 1 − un [(mpwi)

−σ − σmp(wi − υ)(mpwi)−σ−1]X

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(8)

Como cabría esperar, vemos en las ecuaciones (7) y (8) que cuanto mayor es el aumento del desempleo, u – u y, por lo tanto, cuanto mayor es la disminución del valor de la opción exterior de los afiliados al sindicato, mayor es la pérdida de utilidad que experimenta el sindicato si no se ajusta el salario.

Siguiendo con las ecuaciones (7) y (8), podemos calcular cómo de altos tienen que ser los costes del ajuste de los salarios nominales para impedir ese ajuste, partiendo de un conjunto de valores de los parámetros que generan una tasa de desempleo inicial realista. En primer lugar, ob-servamos que cuando b = cw = c/mp, la expresión de la tasa natural de desempleo de la ecuación (8) se simplifica:

The second derivative in (16) may be calculated from (13). Doing this, using the definitionmw ] σ(σ 0 1) plus the fact that (4) implies (wi 0 υ)wi # 1σ, and expressing UL as afraction of the union’s total wage bill (where the expression forwiLi follows from (3)), we find that:11

(17)

Before the shock to unemployment, the union had set its wage rate wi optimally inaccordance with (12). Since wi is also given by (12), it follows that:

(18)

Not surprisingly, we see from (17) and (18) that the larger the rise in unemployment, u 0 u, and hence the larger the fall in the value of the outside option of union members, thelarger is the union’s utility loss from not adjusting the wage rate.

Armed with Eqs (17) and (18), we can calculate how high the costs of nominal wageadjustment will need to be to prevent such adjustment, assuming a set of parametervalues which generate a realistic initial unemployment rate. First we note that whenb # cw # cmp, the expression for the natural unemployment rate given in (8) simplifies to

(19)

As an example, suppose that the replacement rate c is equal to 0.5 (not unrealistic for theaverage worker in many OECD countries) and that the economy is initially in long runequilibrium at an unemployment rate equal to 5 per cent. Inserting andc # 0.5 into (19), it follows that σ # 40. Finally, suppose that the increase in the unem-ployment rate is two percentage points, u 0 u # 0.02, implying a large 40 per cent increasein unemployment. Inserting these parameter values into (17) and (18), one finds thatULwiLi Q 0.002. In other words, the costs of wage adjustment – broadly interpreted toinclude the costs and inconveniences of rewriting wage contracts plus the resource costsof re-estimating the optimal wage – only have to amount to about one-fifth of 1 per cent ofthe wage bill to make it suboptimal for the individual union to reduce its nominal wage

u = Yu = 0.05

Yu =mw − 1

mw(1 − c)=

1

σ(1 − c).

wi − wi

wi=

(1 − c)(u − u)1 − (1 − c)u

.

UL

wiLi Q σ − 1

2 w i − wi

wi 2

.

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

20 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

11. From (13) we have

Inserting mw # σ(σ 0 1) and (w i 0 υ)w i # 1σ into the latter expression, we get:

Substituting this expression into (16), dividing by , and using the definition of mw again, weend up with (17).

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

∂2Ω(∂wi)

2 = −σ mp

mw 1 − un (mpwi)

−(σ+1).

= σmp1 − un (mpwi)

−(σ+1)(σ + 1)wi − υwi − 2.

∂2Ω(∂wi)

2 = σmp1 − un [mp(σ + 1)(wi − υ)(mpwi)

−σ−2 − 2(mpwi)−σ−1]

∂Ω∂wi

= 1 − un [(mpwi)

−σ − σmp(wi − υ)(mpwi)−σ−1]X

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(9)

Supongamos, por ejemplo, que la tasa de sustitución c es igual a 0,5 (tasa realista en el caso del trabajador medio en muchos países de la OCDE) y que la economía se encuentra inicialmente en equilibrio a largo plazo con una tasa de desempleo del 5 por ciento. Introduciendo u = ū = 0,05 y c = 0,5 en la ecuación (9), se deduce que σ = 0. Supongamos, por último, que el aumento de la tasa de desempleo es de dos puntos porcentuales, u – u = 0,0, lo que implica un gran aumen-to del desempleo, a saber, un 0 por ciento. Introduciendo estos valores de los parámetros en las ecuaciones (7) y (8), se observa que UL/w

iL

i ≈ 0,00. En otras palabras, los costes del ajuste de

los salarios –que en términos generales incluyen los costes y las incomodidades de revisar los con-venios colectivos más los costes en recursos de estimar de nuevo el salario óptimo– sólo tienen que

.   De la ecuación (3) se deduce que

The second derivative in (16) may be calculated from (13). Doing this, using the definitionmw ] σ(σ 0 1) plus the fact that (4) implies (wi 0 υ)wi # 1σ, and expressing UL as afraction of the union’s total wage bill (where the expression forwiLi follows from (3)), we find that:11

(17)

Before the shock to unemployment, the union had set its wage rate wi optimally inaccordance with (12). Since wi is also given by (12), it follows that:

(18)

Not surprisingly, we see from (17) and (18) that the larger the rise in unemployment, u 0 u, and hence the larger the fall in the value of the outside option of union members, thelarger is the union’s utility loss from not adjusting the wage rate.

Armed with Eqs (17) and (18), we can calculate how high the costs of nominal wageadjustment will need to be to prevent such adjustment, assuming a set of parametervalues which generate a realistic initial unemployment rate. First we note that whenb # cw # cmp, the expression for the natural unemployment rate given in (8) simplifies to

(19)

As an example, suppose that the replacement rate c is equal to 0.5 (not unrealistic for theaverage worker in many OECD countries) and that the economy is initially in long runequilibrium at an unemployment rate equal to 5 per cent. Inserting andc # 0.5 into (19), it follows that σ # 40. Finally, suppose that the increase in the unem-ployment rate is two percentage points, u 0 u # 0.02, implying a large 40 per cent increasein unemployment. Inserting these parameter values into (17) and (18), one finds thatULwiLi Q 0.002. In other words, the costs of wage adjustment – broadly interpreted toinclude the costs and inconveniences of rewriting wage contracts plus the resource costsof re-estimating the optimal wage – only have to amount to about one-fifth of 1 per cent ofthe wage bill to make it suboptimal for the individual union to reduce its nominal wage

u = Yu = 0.05

Yu =mw − 1

mw(1 − c)=

1

σ(1 − c).

wi − wi

wi=

(1 − c)(u − u)1 − (1 − c)u

.

UL

wiLi Q σ − 1

2 w i − wi

wi 2

.

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

20 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

11. From (13) we have

Inserting mw # σ(σ 0 1) and (w i 0 υ)w i # 1σ into the latter expression, we get:

Substituting this expression into (16), dividing by , and using the definition of mw again, weend up with (17).

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

∂2Ω(∂wi)

2 = −σ mp

mw 1 − un (mpwi)

−(σ+1).

= σmp1 − un (mpwi)

−(σ+1)(σ + 1)wi − υwi − 2.

∂2Ω(∂wi)

2 = σmp1 − un [mp(σ + 1)(wi − υ)(mpwi)

−σ−2 − 2(mpwi)−σ−1]

∂Ω∂wi

= 1 − un [(mpwi)

−σ − σmp(wi − υ)(mpwi)−σ−1]X

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Introduciendo mw = σ/(σ – ) y (wi – v)/wi = /σ en la última expresión, tenemos que 

The second derivative in (16) may be calculated from (13). Doing this, using the definitionmw ] σ(σ 0 1) plus the fact that (4) implies (wi 0 υ)wi # 1σ, and expressing UL as afraction of the union’s total wage bill (where the expression forwiLi follows from (3)), we find that:11

(17)

Before the shock to unemployment, the union had set its wage rate wi optimally inaccordance with (12). Since wi is also given by (12), it follows that:

(18)

Not surprisingly, we see from (17) and (18) that the larger the rise in unemployment, u 0 u, and hence the larger the fall in the value of the outside option of union members, thelarger is the union’s utility loss from not adjusting the wage rate.

Armed with Eqs (17) and (18), we can calculate how high the costs of nominal wageadjustment will need to be to prevent such adjustment, assuming a set of parametervalues which generate a realistic initial unemployment rate. First we note that whenb # cw # cmp, the expression for the natural unemployment rate given in (8) simplifies to

(19)

As an example, suppose that the replacement rate c is equal to 0.5 (not unrealistic for theaverage worker in many OECD countries) and that the economy is initially in long runequilibrium at an unemployment rate equal to 5 per cent. Inserting andc # 0.5 into (19), it follows that σ # 40. Finally, suppose that the increase in the unem-ployment rate is two percentage points, u 0 u # 0.02, implying a large 40 per cent increasein unemployment. Inserting these parameter values into (17) and (18), one finds thatULwiLi Q 0.002. In other words, the costs of wage adjustment – broadly interpreted toinclude the costs and inconveniences of rewriting wage contracts plus the resource costsof re-estimating the optimal wage – only have to amount to about one-fifth of 1 per cent ofthe wage bill to make it suboptimal for the individual union to reduce its nominal wage

u = Yu = 0.05

Yu =mw − 1

mw(1 − c)=

1

σ(1 − c).

wi − wi

wi=

(1 − c)(u − u)1 − (1 − c)u

.

UL

wiLi Q σ − 1

2 w i − wi

wi 2

.

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

20 INTRODUCING ADVANCED MACROECONOMICS

11. From (13) we have

Inserting mw # σ(σ 0 1) and (w i 0 υ)w i # 1σ into the latter expression, we get:

Substituting this expression into (16), dividing by , and using the definition of mw again, weend up with (17).

wiLi = wi(1 − u

n )(mpwi)−σ

∂2Ω(∂wi)

2 = −σ mp

mw 1 − un (mpwi)

−(σ+1).

= σmp1 − un (mpwi)

−(σ+1)(σ + 1)wi − υwi − 2.

∂2Ω(∂wi)

2 = σmp1 − un [mp(σ + 1)(wi − υ)(mpwi)

−σ−2 − 2(mpwi)−σ−1]

∂Ω∂wi

= 1 − un [(mpwi)

−σ − σmp(wi − υ)(mpwi)−σ−1]X

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Introduciendo esta expresión en la ecuación (6), dividiendo por 

 y utilizando de nuevo la definición de mw, llegamos a la ecuación (7).

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

representar alrededor de un quinto de un por ciento de la masa salarial para que sea subóptimo para el sindicato demandar un salario nominal más bajo, a pesar del enorme aumento del desem-pleo. Si el aumento de la tasa de desempleo sólo es de punto porcentual (lo que todavía representa un aumento del desempleo del 0 por ciento), los valores de nuestros parámetros implican que los «costes de menú» de ajustar los salarios sólo tienen que representar un 0,05 por ciento de la masa salarial para que los salarios nominales sean rígidos. Esos costes de ajuste tan pequeños no pare-cen, desde luego, improbables.

Recapitulando, incluso los costes de menú muy bajos pueden hacer que los salarios nominales demandados por el sindicato sean rígidos a corto plazo, por lo que el nivel general de salarios nomi-nales será también rígido.

La relación entre la rigidez real y la nominal

Obsérvese que la rigidez nominal y la rigidez real están estrechamente relacionadas: el término (wi – wi)/wi que aparece en la ecuación (7) mide cuánto le gustaría al sindicato modificar su salario real si el ajuste no tuviera costes. Puede considerarse, pues, que (wi – wi) /wi es una medida inversa del grado de rigidez de los salarios reales. Cuanto menor es esta magnitud, menor es el deseo de ajustar los salarios reales en respuesta a las fluctuaciones del desempleo, por lo que mayor es el gra-do de rigidez de los salarios reales y viceversa. Y cuanto mayor es el grado de rigidez de los salarios reales, menores son los costes de menú necesarios para impedir el ajuste de los salarios nominales, por lo que mayor es el grado de rigidez de los salarios nominales. En cambio, si (wi – wi) /wi es gran-de, lo que significa que el grado de rigidez real es bajo, según la ecuación (7) es improbable que pequeños costes de menú impidan el ajuste de los salarios nominales. En suma, parece que para que los salarios nominales sean rígidos, el grado de rigidez de los salarios reales debe ser relativa-mente elevado.

En nuestro modelo de fijación de salarios y desempleo basado en los sindicatos, el grado de rigidez de los salarios reales es realmente alto, ya que una variación de la tasa de desempleo sólo produce un pequeño efecto en el valor de la opción exterior para el trabajador medio, dados unos valores razonables de los parámetros. Naturalmente, los resultados de un modelo tan sim-plificado no deben interpretarse en un sentido demasiado literal. Sin embargo, otras teorías de los mercados de trabajo imperfectos, como la teoría de los «salarios de eficiencia» presentada en el Capítulo I., tienden también a implicar que los salarios reales son bastante rígidos y la evi-dencia empírica presentada en el Capítulo II. sugiere que la correlación entre los salarios rea-les y la actividad económica es bastante débil, mientras que la correlación entre la producción y el empleo es muy estrecha, como es de esperar si la rigidez de los salarios reales es importante en la práctica. Así pues, la teoría aquí esbozada puede ser realmente un interesante candidato a la explicación de la rigidez de los salarios nominales.

Explicación de la rigidez de los precios nominales

La teoría de los costes de menú también puede explicar la rigidez de los precios nominales. Eviden-temente, si las empresas fijan sus precios de acuerdo con nuestra ecuación de fijación de precios a partir de un margen, P = mpW, y si el salario nominal es rígido, se deduce que los precios nominales también serán rígidos.

Pero aunque los salarios nominales no fueran rígidos, los precios nominales podrían serlo. Si suponemos que los costes de ajuste de los salarios nominales son nulos, por lo que los salarios nominales son totalmente flexibles, el modelo del mercado de trabajo antes presentado sigue im-plicando que la rigidez de los salarios reales es considerable, dados unos valores razonables de los parámetros. Eso significa que los responsables de fijar los salarios (los sindicatos) no querrán alte-rar mucho los salarios nominales y reales cuando cambie la actividad económica, a pesar de que

Libro_SORENSEN.indb 21 3/4/08 10:02:35

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

el ajuste salarial no tiene costes. Por consiguiente, los costes salariales reales de las empresas sólo experimentarán moderadas fluctuaciones a lo largo del ciclo económico. Es posible poner ejemplos verosímiles en los que esta rigidez de los costes reales de producción de las empresas hace que los precios nominales sean rígidos incluso cuando los costes de menú de la modificación de precios sean muy bajos.

Este paralelismo entre la falta de incentivos para ajustar los salarios y los precios puede expli-carse de la forma siguiente: en nuestro modelo de fijación de salarios por parte del sindicato, la op-ción exterior es el coste real de oportunidad que tiene para el sindicato «vender» un empleo más al propietario de la empresa i por medio de la moderación salarial (ya que la opción exterior es la renta real que podría haber obtenido un afiliado al sindicato en otra parte del mercado de trabajo). Como la opción exterior es bastante insensible a las variaciones del desempleo, el sindicato pierde poco no ajustando su salario. Asimismo, si el coste laboral real que tiene para la empresa la producción y la venta de una unidad más de producción es insensible al ciclo económico, tiene pocos incentivos para ajustar su precio real y, por lo tanto, a menudo se abstendrá de ajustar su precio nominal para ahorrar costes de menú.

Dado que la empresa considera dados los precios fijados por todas las demás empresas, la de-cisión de la empresa i de modificar su precio nominal Pi también es una decisión de modificar su precio (relativo) real, Pi/P. Por lo tanto, la rigidez de los precios nominales es un reflejo de la rigidez de los precios reales, de la misma manera que la rigidez de los salarios nominales se debe a la rigidez de los salarios reales.

Observaciones finales sobre las rigideces nominales

Debe hacerse hincapié en que aunque el coste en que incurre el sindicato (el coste privado) no ajustando su salario probablemente sea bajo, el coste social de la rigidez de los salarios nominales puede ser considerable. La razón por la que el sindicato estima que lo que gana ajustando su propio salario nominal es poco se halla en que considera dados todos los demás salarios y precios. Pero si se pudiera inducir a todos los sindicatos a bajar simultáneamente sus salarios nominales en respuesta a una disminución del empleo agregado, reducirían colectivamente la tasa de inflación (a través de la ecuación de fijación de precios P = mpW) y, como se explica en el Volumen II, eso tendería a elevar la demanda real agregada. De esta forma, sería posible limitar significativamente la reducción de la producción y del empleo. Tomemos nuestro primer ejemplo numérico anterior: si un ajuste a la baja coordinado de los salarios y los precios pudiera conseguir un aumento de la demanda agrega-da que redujera a la mitad el incremento del desempleo de dos puntos porcentuales, la producción total y la renta real aumentarían más de un punto porcentual en relación con el escenario de re-ferencia, en el que no se produce ningún ajuste nominal, dado el supuesto que subyace a nuestra ecuación de fijación de precios de que la función de producción es lineal en la cantidad de empleo. Este aumento significativo de la renta debe compararse con el bajo coste de menú del ajuste de los salarios que sólo representa un 0, por ciento de la masa salarial y, por lo tanto, un porcentaje aún menor del PIB total. Así pues, dado que la rigidez de los salarios nominales provoca una pérdida considerable de producción, su coste social es mucho mayor que el coste privado que se cree que tiene la falta de ajuste de los salarios nominales. Exactamente por las mismas razones, es probable que el coste social de la rigidez de los precios nominales sea mucho mayor que el coste privado que cree que tiene cada uno de los responsables de la fijación de precios. Esta es la razón por la que debe tomarse en serio el problema de la rigidez nominal.

2.   Con una función de producción lineal, el pIB total (y) después de una perturbación del desempleo es y =  – u =  – 0,07 = 0,93, por lo que si el desempleo aumentara un punto porcentual menos, la producción aumentaría en dy/y = du/( – u) = 0,0/9,93 ≈ 0,0 en relación con el escenario de referencia en el que el desempleo aumenta dos puntos porcentuales.

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

Por último, debemos hacer hincapié en que la teoría de los costes de menú aquí esbozada sólo pretende explicar las rigideces nominales a corto plazo. Con el paso del tiempo, a medida que se acumulan las perturbaciones, los agentes que mantienen constantes sus salarios o sus precios pro-bablemente se alejarán cada vez más de sus salarios y sus precios óptimos. Finalmente, observarán que es óptimo pagar los costes de menú para realinear la posición de sus precios relativos: a largo plazo, los salarios y los precios sí se ajustan.

La política económica a largo plazo y a corto plazo

Un importante motivo para estudiar los fenómenos económicos es la necesidad de tener mejor in-formación para formular la política económica. Por ejemplo, queremos comprender las fuentes de crecimiento económico, ya que podría ser útil para formular una política de fomento del crecimien-to en un país de renta baja que esté tratando de escapar de la pobreza.

La división de la macroeconomía antes descrita lleva a hacer una división paralela entre la política económica a largo plazo que pretende fomentar el crecimiento y la prosperidad a largo plazo y reducir el desempleo a largo plazo y la política económica a corto plazo que pretende reducir las fluctuaciones económicas y sus nocivas consecuencias provocadas, por ejemplo, por un aumento repentino del desempleo.

Sin embargo, la división de la macroeconomía sugiere algo más que esta clasificación de la política económica según sus objetivos. Los supuestos básicos y diferentes que subyacen a las dos partes de la teoría macroeconómica tienen consecuencias para los cauces a través de los cuales pueden influir en la economía la política económica a largo plazo y la política económica a corto plazo.

Recuérdese, por ejemplo, que la macroeconomía del largo plazo supone que los salarios y los precios nominales se ajustan totalmente. Como hemos visto en la ecuación (8), eso significa que el desempleo a largo plazo es determinado exclusivamente por los parámetros mw, mp y b que refle-jan las características estructurales de los mercados de trabajo y de productos. Como se debe a las características estructurales básicas de la economía, la tasa natural de desempleo también se deno-mina tasa «estructural» de desempleo. Por lo tanto, una medida económica que pretenda reducir el desempleo a largo plazo sólo puede tener éxito si afecta a las estructuras básicas de la economía. Concretamente, nuestro análisis sugiere que esa política debe tratar de aumentar el grado de com-petencia en el mercado de trabajo o en el de productos (reduciendo los valores de mw y mp) y reducir la generosidad del sistema de seguro de desempleo (reduciendo b).

Del mismo modo, las medidas económicas destinadas a fomentar el crecimiento y la prosperi-dad a largo plazo deben afectar a una o varias características estructurales de la economía, como la propensión a ahorrar e invertir a largo plazo, a dedicarse a la educación y la I+D, etc. En suma, las medidas económicas a largo plazo deben ser medidas estructurales.

En cambio, una política a corto plazo para reducir los ciclos económicos puede ser una política monetaria o fiscal de gestión de la demanda. Esa política puede afectar a la tasa de ocupación a corto plazo, aunque no influya en las estructuras y en los incentivos básicos de la economía. La razón se halla en que los precios y las expectativas a corto plazo no se ajustan totalmente y, por lo tanto, las variaciones de la demanda nominal afectan a las variables económicas reales, como explicamos antes.

3.   En los modelos más complejos del mercado de trabajo, hay otras formas de reducir la tasa natural de desempleo, como la mejora del nivel y la composición de las cualificaciones por medio de la educación y la formación con el fin de mejorar el ajuste entre las cualificaciones que poseen los trabajadores y las que demandan los empresarios.

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INTRODUCCIÓN A LA MACROECONOMÍA AVANZADA

Resumen

En este capítulo, hemos explicado las ideas que subyacen a la estructuración de nuestro curso de macroeconomía. Comprender estas  ideas es  importante para entender bien  los dos volú-menes este libro. Resumamos, pues, nuestros principales conceptos y argumentos, tomando los  elementos  clave  en  una  secuencia  diferente  que  ayudará  a  aclarar  la  distinción  entre  la macroeconomía del largo plazo y la macroeconomía del corto plazo:

.   El equilibrio a largo plazo de la economía es la combinación de cantidades y precios relativos que surgiría en un equilibrio general en el que los salarios y los precios han tenido tiempo de ajustarse totalmente a las perturbaciones y en el que no ha habido más perturbaciones durante un periodo suficientemente largo.

.   Si el equilibrio a largo plazo es el resultado de la competencia perfecta, todos los agentes eco-nómicos consideran dados los salarios y los precios y hallan sus ofertas y demandas óptimas determinadas por los precios, y los precios se ajustan para igualar estas ofertas y demandas en un mercado tras otro. 

. En la práctica, los estudios empíricos a menudo observan que los precios son superiores a los costes marginales, lo que indica que la mayoría de los mercados –incluido el mercado de trabajo– se carac-terizan por la competencia imperfecta. Aún podemos seguir considerando que los precios relativos a largo plazo son determinados por un sistema subyacente de equilibrio general, aunque no por ningu-no que garantice la igualdad entre las ofertas y las demandas determinadas por los precios.

. La  tasa natural es la tasa de utilización de los recursos que se obtiene cuando los precios re-lativos se han ajustado totalmente a sus valores de equilibrio a largo plazo. La competencia imperfecta normalmente  implica que  la  tasa natural es  inferior al 00 por ciento. Cuando es así, decimos que imperan las rigideces reales. Las rigideces reales implican que los agentes no desean reducir mucho sus salarios y sus precios (relativos) reales en respuesta al desempleo o al exceso de capacidad productiva. por lo tanto, los salarios y los precios reales no se ajustan lo suficiente para impedir una infrautilización permanente de los recursos.

. La macroeconomía del largo plazo aspira a explicar  las tendencias de  las principales variables económicas y  los efectos de  las medidas económicas estructurales. En  la macroeconomía del largo plazo, la economía se analiza como si los precios relativos se ajustaran totalmente a sus valores de equilibrio a largo plazo en cada periodo, las variables fundamentales de la economía como las preferencias y la tecnología evolucionaran de un modo uniforme y predecible y las ex-pectativas siempre fueran correctas. Una consecuencia es que en la macroeconomía del largo plazo la producción agregada se determina solamente en el lado de la oferta y es igual al nivel de producción que puede obtenerse cuando se utilizan los recursos existentes a su tasa natural.

. Las  rigideces nominales de los salarios y los precios a corto plazo significan que algunos sala-rios y precios monetarios son fijos durante un cierto periodo de tiempo. La evidencia empírica muestra que la mayoría de  los precios y  los salarios monetarios sólo se ajustan cada cierto tiempo incluso cuando la  inflación es significativa. por  lo  tanto,  las rigideces nominales  im-peran a corto plazo y pueden hacer que la tasa de empleo de los recursos se aleje de la tasa natural durante periodos suficientemente largos como para ser de interés.

. Los  agentes ajustan sus salarios o sus precios nominales con el fin de alterar sus salarios o sus precios reales. Como las rigideces reales implican que los agentes no quieren modificar mucho sus precios reales en respuesta a los cambios de la actividad económica, las rigideces reales también tienden a generar rigideces nominales. Cuando el grado de rigidez real es ele-vado, las rigideces nominales de salarios y precios a corto plazo pueden ser óptimas desde el 

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  MACROECONOMÍA DEL LARgO pLAZO  y DEL CORTO pLAZO

punto de vista privado, aunque los costes de menú derivados del ajuste de salarios y precios nominales sean muy pequeños. Al mismo tiempo, el coste social que implica la rigidez nominal puede ser mucho mayor que el coste privado que el agente cree que tiene.

. Las rigideces nominales de salarios y precios a corto plazo pueden implicar que algunos precios relativos también sean fijos a corto plazo. por ejemplo, si los salarios nominales y los precios nomi-nales son fijos, los salarios reales serán fijos. Las rigideces nominales a corto plazo pueden explicar también por qué los precios (reales) relativos se ajustan a sus niveles de equilibrio a largo plazo.

. La macroeconomía del corto plazo trata de explicar las fluctuaciones de las principales series tem-porales económicas en torno a su valor de tendencia y los efectos de las medidas económicas de estabilización. Los economistas creen que las perturbaciones exógenas (los cambios impredecibles y repentinos de factores tales como la confianza empresarial, las preferencias y la tecnología), las rigideces a corto plazo de los salarios y los precios nominales y los errores en la formación de las ex-pectativas son fundamentales para comprender las fluctuaciones económicas a corto plazo. Como consecuencia de las rigideces nominales y de los errores en la formación de las expectativas, la tasa efectiva de utilización de los recursos puede alejarse de la tasa natural. por tanto, a corto plazo, la demanda agregada es tan importante para la actividad económica como la oferta agregada.

Ejercicios

Ejercicio . Agregación en economía

Explique por qué los macroeconomistas normalmente trabajan con variables agregadas y los argumentos que utilizan para defender este procedimiento. ¿Cree que son razonables los argu-mentos? Justifique su respuesta.

Ejercicio . Macroeconomía del corto plazo y del largo plazo

Explique los diferentes supuestos en los que se basa la macroeconomía del corto plazo y la del largo plazo. ¿Cree que son razonables estos supuestos? Justifique sus respuestas.

Ejercicio . La política macroeconómica a corto plazo y a largo plazo

Explique la diferencia entre las medidas estructurales y las medidas de gestión de la demanda. Explique los conceptos de «rigideces nominales», «rigideces reales» y «tasa natural de utiliza-ción de los recursos». Trate de poner ejemplos concretos de medidas de política económica a corto plazo y a largo plazo que sean representativas.

Ejercicio . La lucha contra el desempleo estructural

Trate de pensar en medidas de política económica que podrían reducir la tasa natural de des-empleo. Explique por qué cree que estas medidas podrían reducir el desempleo a largo plazo.

Ejercicio . Los costes de menú y las rigideces reales y nominales

Explique y analice el tipo de costes incluidos en el concepto de «costes de menú». Explique por qué y en qué sentido son necesarias las llamadas rigideces reales para que los salarios y los precios nominales sean rígidos.

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