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Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez 74 CAPÍTULO II EL COMPORTAMIENTO SALARIAL Y EL EMPLEO INTRODUCCIÓN. Partiendo del análisis realizado en el Capítulo I, nos encontramos que los dos elementos sustanciales, desde la parte económica, que han incidido e inciden en la crisis actual de la constitución de los fondos de pensiones, son el ingreso salarial y el empleo, estos son los elementos que han generado la crisis actual de los fondos de pensiones. Ésta crisis es el resultado directo de las políticas económicas derivadas de los modelos de desarrollo económico implementadas desde la década de los cuarenta, pero sobre todo de las implantadas desde los ochenta, con el modelo neoliberal. Un criterio que prevalece actualmente sobre la crisis de los fondos de pensiones es la insuficiencia de las aportaciones realizadas por los trabajadores a los mismos, ya que no responden a los requerimientos actuales para cubrir la demanda de pensiones. Por una parte, se menciona que la proporción del salario que se dedica a las pensiones es baja, que es insuficiente para formar el fondo que individualmente requerirá un trabajador al momento de jubilarse y por el tiempo que disfrutará de éste beneficio. Siendo la aportación por parte de los trabajadores: en el caso de los afiliados al ISSSTE del 6.125% del sueldo básico; y en el caso del IMSS 1.125% sobre el salario base de cotización. Por la otra, que en virtud de que la esperanza de vida se ha incrementado, el tiempo de aportación se debe incrementar, es decir, la edad de jubilación se debe aumentar. Finalmente, aunque a partir de 1992 se implanto el Sistema de Ahorro para el Retiro, que se constituyo en principio como un esquema complementario, al que se le incorporo el Fondo de vivienda. El monto de este nuevo instrumento no constituyo un recurso suficiente para paliar el déficit del fondo principal. Los ingresos salariales han seguido una tendencia errática, sobre todo en el actual modelo de desarrollo, pues se han sujetado a un incremento anual inferior al de la inflación, es decir, han perdido su poder adquisitivo, y en consecuencia su

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Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

74

CAPÍTULO II

EL COMPORTAMIENTO SALARIAL Y EL EMPLEO

INTRODUCCIÓN.

Partiendo del análisis realizado en el Capítulo I, nos encontramos que los dos

elementos sustanciales, desde la parte económica, que han incidido e inciden en

la crisis actual de la constitución de los fondos de pensiones, son el ingreso

salarial y el empleo, estos son los elementos que han generado la crisis actual de

los fondos de pensiones. Ésta crisis es el resultado directo de las políticas

económicas derivadas de los modelos de desarrollo económico implementadas

desde la década de los cuarenta, pero sobre todo de las implantadas desde los

ochenta, con el modelo neoliberal.

Un criterio que prevalece actualmente sobre la crisis de los fondos de

pensiones es la insuficiencia de las aportaciones realizadas por los trabajadores a

los mismos, ya que no responden a los requerimientos actuales para cubrir la

demanda de pensiones. Por una parte, se menciona que la proporción del salario

que se dedica a las pensiones es baja, que es insuficiente para formar el fondo

que individualmente requerirá un trabajador al momento de jubilarse y por el

tiempo que disfrutará de éste beneficio. Siendo la aportación por parte de los

trabajadores: en el caso de los afiliados al ISSSTE del 6.125% del sueldo básico; y

en el caso del IMSS 1.125% sobre el salario base de cotización. Por la otra, que en

virtud de que la esperanza de vida se ha incrementado, el tiempo de aportación se

debe incrementar, es decir, la edad de jubilación se debe aumentar. Finalmente,

aunque a partir de 1992 se implanto el Sistema de Ahorro para el Retiro, que se

constituyo en principio como un esquema complementario, al que se le incorporo

el Fondo de vivienda. El monto de este nuevo instrumento no constituyo un

recurso suficiente para paliar el déficit del fondo principal.

Los ingresos salariales han seguido una tendencia errática, sobre todo en el

actual modelo de desarrollo, pues se han sujetado a un incremento anual inferior

al de la inflación, es decir, han perdido su poder adquisitivo, y en consecuencia su

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nivel de aportación en la constitución de los fondos de pensiones, ha disminuido

considerablemente, lo que ha contribuido en la insuficiencia de los mismos. Si los

incrementos salariales hubiesen mantenido el mismo nivel de incremento anual de

la inflación, los trabajadores habrían mantenido el mismo nivel de vida, no habrían

mejorado, pero tampoco empeorado. Si el incremento salarial hubiese sido

superior al de la inflación, el nivel de vida de los trabajadores habría mejorado,

pero como el incremento aplicado por las políticas públicas de los gobiernos en

turno, fue inferior permanentemente a la inflación el nivel de vida se empeoró

considerablemente durante estos últimos treinta años, ha alcanzado niveles

preocupantes, por esta razón es conveniente estudiar el comportamiento salarial.

Actualmente con las reformas de los sistemas de pensiones en el IMSS y en

el ISSSTE, las dos instituciones de seguridad social más importantes del país,

tanto por el número de trabajadores, como por los recursos que cuentan, han

conducido a establecer dos esquemas de jubilación para conformar los fondos

necesarios para la misma, el esquema de aportación para el reparto solidario y el

de aportación en cuentas individualizadas. En ambos casos no se ha llegado a la

conformación de un fondo suficiente para atender la demanda que en un futuro

generarán los posibles jubilados.

Los promotores del nuevo esquema de cuentas individualizadas suponen

que en el futuro próximo se habrá disminuido la presión actual sobre los fondos de

pensión. Sin embargo, habrá que preguntarse si el fondo formado en la cuenta

individualizada es suficiente para cubrir los requerimientos de vida del jubilado, si

los rendimientos que éste genere serán verdaderamente garantes de un

incremento significativo superior al incremento de la inflación y finalmente, si las

aportaciones voluntarias de los trabajadores puedan ser significativas en la

medida en que se acerca a la edad de jubilación.

En tanto, en el esquema de reparto solidario la situación seguirá

incrementando el déficit, debido a que el número de trabajadores ha disminuido en

virtud de haber transitado una parte importante de ellos al de cuentas

individualizadas. El fondo de pensión es y seguirá siendo insuficiente, pues las

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

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aportaciones seguirán la tendencia, aunque se haya definido puntualmente el

monto salarial destinado a cada rubro de la seguridad social que demanda o

demandará el trabajador. En este esquema el total de las aportaciones van

conformando el monto de la reserva matemática, que se va utilizando de acuerdo

a la demanda de los pensionados, y desde luego, se incrementa por las

aportaciones de los trabajadores nuevos, que ya no habrá, debido a las nuevas

reformas a las leyes del IMSS y del ISSSTE, es decir, este esquema está

destinado a desaparecer en el futuro inmediato. Sin embargo, las obligaciones

futuras por los trabajadores que demanden pensión deberán cubrirse aún cuando

la reserva se haya consumido, convirtiéndose en una deuda pública. El problema

fundamental de la crisis actual es que no se generó la reserva matemática y ahora

los egresos por pensiones son mayores que los ingresos, así que no existe

ninguna posibilidad de conformar reserva alguna.

En virtud de que la conformación del fondo de pensión esta determinado

principalmente por los ingresos salariales, es pertinente analizar cuál ha sido su

comportamiento en los últimos años, y de acuerdo a las tendencias que este sigue

teniendo, corroborar si es posible que se solvente la actual crisis de los mismos.

En cuanto al empleo, es el otro elemento sustancial a considerar en el

estudio, pues además de estar directamente vinculado con los niveles salariales,

responde también a la políticas públicas implantadas por los gobierno en turno.

Considerando que el empleo formal constante y permanente de un trabajador le

permite aportar regularmente los recursos para constituir su fondo de pensión, es

importante estudiar la tendencia que éste ha seguido sobre todo en los dos últimos

modelos de desarrollo.

Hay que contemplar que el empleo está sujeto por una parte al crecimiento

económico, al nivel de inversión y al incremento natural de la Población

Económicamente Activa, la que año con año se incrementará. Esta demanda

anual de plazas laborales nuevas requerirá de una política pública sostenida por

incrementar las fuentes laborales necesarias para atenderla. Considerando

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

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también que parte de la demanda de plazas laborales será cubierta por las

vacantes generadas por los trabajadores que se jubilan y los que fallecen. Sin

embargo, los niveles de jubilación no se han incrementado ya que las fuentes

laborales formales no crecieron lo que se requería. Una parte importante de la

PEA está constituida actualmente por el empleo informal, lo que muestra la

ineficiencia de las políticas implantadas al respecto. Lo que nos plantea la

necesidad de abordar el estudio del empleo y sus tendencias en este capítulo.

2.1 La política salarial en el largo plazo.

En los modelos de desarrollo económico implantados desde la década de los

cuarenta, donde nace la seguridad social en forma institucionalizada con la

fundación del IMSS en 1944, se ha aplicado una política salarial acorde a las

necesidades que el desarrollo imponía. Así, en el modelo de sustitución de

importaciones (1940-1954) dada la política de apoyar la industrialización del país,

y buscando formar la mano de obra que impulsara este proceso se mantuvo una

política salarial acorde al momento, con el propósito de incentivar la incorporación

de amplios sectores de la población rural al trabajo industrial, proporcionando

ingresos salariales superiores a los ingresos de los trabajadores agrícolas y

manteniendo bajos los precios de los productos de la canasta básica.

En el modelo de desarrollo estabilizador (1954-1970), la política económica

aplicada a los ingresos de los trabajadores se modificó en virtud de que, por una

parte, los trabajadores de las grandes empresas se habían organizado en

sindicatos y centrales obreras, y por la otra, el buscar dar la continuidad a la

industrialización obligo a los gobiernos en turno a estabilizar la situación laboral a

partir de otorgar incentivos a los trabajadores, pero también a los empresarios al

mantener y en algunos casos incrementar los incentivos fiscales. En este contexto,

la organización de los trabajadores desempeño un papel importante en la política

salarial, en virtud de que el partido en el poder (PRI) buscó el control de los

trabajadores a partir de las direcciones sindicales, promovió beneficios adicionales

para sus agremiados y creo sindicatos blancos para acentuar su poder. El tamaño

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

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del Estado ha crecido y se busca compartir los beneficios de la seguridad social a

sus trabajadores con la creación en 1959 del ISSSTE.

En el modelo de desarrollo compartido, la política salarial va acompañada de

la participación importante del Estado en la industrialización del país con la

creación, adquisición o fusión de empresas con la participación del Estado, ya sea

en forma mayoritaria, minoritaria o plena. Esta política sufre un impulso al buscar

regular el descontento social que se había generado desde finales de la década

de los cincuenta hasta los setenta. Las luchas de sectores importantes de los

trabajadores por la independencia y democracia sindical, mejores condiciones

laborales y de ingresos, mantuvieron incrementos salariales superiores a la

inflación hasta el fin del boom petrolero y la presencia de la crisis del 82.

Uno de los elementos centrales de la política económica del modelo

implantado desde principios de los ochentas, el modelo de desarrollo neoliberal,

después de la crisis del ochenta y dos, fue la reducción de la demanda para

controlar la inflación. Se estableció la política de incrementar los salarios por

debajo del crecimiento de la inflación. Se decía y se mantiene dicha afirmación,

que los aumentos salariales son inflacionarios, por lo que sus incrementos deben

ser inferiores a la inflación. Por tal motivo, los trabajadores acrecentaron sus

ingresos por debajo del incremento de precios de las otras mercancías. La

mercancía fuerza de trabajo no recibió el mismo trato, ya que ésta si provoca

inflación galopante. Como si la crisis de la década perdida hubiese sido

consecuencia de incrementos salariales.

A este panorama se le acompaña una política salarial de contracción de los

ingresos de los trabajadores. Durante la década de los ochenta los incrementos

salariales no se empatan con el crecimiento del costo de la vida, la tasa promedio

anual de la inflación (68.7% anual) supera en 16.7 puntos la tasa anual de

incremento salarial (52% anual). Para la década de los noventa la tasa anual de

inflación fue de 17.5%, mientras que los salarios mínimos crecieron en promedio

14.1% anual. Solamente hasta el primer quinquenio del dos mil los salarios

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presentan frente a la inflación una diferencia de tasas del 0.13% anual. En virtud

de que las aportaciones al fondo de pensiones de los trabajadores están en

función del ingreso salarial, ya sea en salarios mínimos, para los trabajadores

afiliados al Seguro Social o en el monto de salario base, para los trabajadores al

servicio del Estado, nos encontramos que las aportaciones al fondo de pensiones

son también reducidas. En consecuencia, no se aportó al fondo lo que se requería,

y esto se mantuvo por más de tres décadas, lo que ha generado que cuando los

trabajadores deseen jubilarse habrán formado un fondo muy reducido.

En la década de los ochentas se alcanzaron niveles de inflación anual

superior al cien por ciento (cuadro 2.1). En tanto que los niveles de incremento

salarial siempre fueron inferiores, nunca los trabajadores recuperaron su poder

adquisitivo. Esta política se mantuvo hasta la fecha, por lo que el deterioro ha ido

en aumento, hasta acumular niveles de pérdida del poder adquisitivo del salario

mínimo cercano al 217% en el 2012 respecto de 1980, es decir, actualmente un

salario mínimo alcanza a comprar el 30% de lo que compraba en 1980. Aunque en

la década de los noventa y en la actual, primera del tercer milenio, la inflación

disminuyo considerablemente, los incrementos salariales no alcanzan los niveles

de la inflación. Se sigue castigando a los trabajadores del error de los ochentas.

Posiblemente para algunos sectores de los trabajadores el nivel de deterioro

salarial sea inferior al que ha sufrido el salario mínimo, sin embargo, éste siempre

es mayor al 100%.

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Salario Mínimo Nominal y Proyectado según Inflación 1980 - 2012

Cuadro 2.1

Año Salario Mínimo Nominal

Salario Proyectado

Inflación Diferencial

1980 140.69 1981 183.05 179.38 -3.67 1982 244.83 284.90 40.07 1983 398.09 576.83 178.74 1984 598.66 953.17 354.51 1985 938.81 1,505.38 566.57 1986 1,474.50 2,803.25 1,328.75 1987 2,760.83 6,496.36 3,735.53 1988 7,040.69 13,910.72 6,870.03 1989 7,833.66 16,696.39 8,862.73 1990 9,138.89 21,145.71 12,006.82 1991 10,789.58 25,922.13 15,132.55 1992 12,084.02 29,959.94 17,875.92 1993 13.06 32.88 19.82 1994 13.97 35.17 21.20 1995 14.95 47.48 32.53 1996 18.43 63.81 45.38 1997 24.30 76.96 52.66 1998 27.99 89.23 61.24 1999 31.91 104.03 72.12 2000 35.12 113.90 78.78 2001 37.57 121.15 83.58 2002 39.74 127.25 87.51 2003 41.53 132.95 91.42 2004 43.29 139.27 95.98 2005 45.24 144.83 99.59 2006 47.05 150.08 103.03 2007 48.88 156.03 107.15 2008 50.84 164.03 113.19 2009 53.19 169.80 116.61 2010 55.78 177.16 121.38 2011 58.03 183.82 125.79 2012 60.52 192.09 131.57

Fuente: Series Históricas INEGI 2009. Elaboración propia

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Considerando que las aportaciones al fondo de pensiones esta en función del

salario, nos encontramos con que los trabajadores aportaron menos de lo que en

realidad debieron haber aportado. Existiendo en consecuencia una aportación

deficitaria al fondo en el 217%, para ingresos salariales que siguieron la misma

dinámica del salario mínimo. Es decir, el fondo tiene una depreciación de éste

nivel, por lo que en consecuencia los efectos de una política salarial impuesta por

los gobiernos en turno han traído, en el largo plazo, un déficit en los fondos de

pensiones.

Por lo anterior, nos encontramos que los subsidios que otorga el gobierno en

turno para cubrir el déficit, son el pago por los errores del pasado. El problema es

que este subsidio se paga de los recursos aportados también por los trabajadores,

es decir, de sus impuestos. Por lo que los trabajadores siguen pagando los errores

de la crisis de los ochentas ya que con sus impuestos se cubre el déficit generado

al fondo de pensiones al no haber recibido los trabajadores los aumentos

correspondientes a la inflación.

En este sentido, los trabajadores deberían haber aportado al fondo de

pensiones los montos correspondientes a dicho déficit, o sea, si consideramos a

un trabajador que percibía, y percibe, en términos de los salarios mínimos y que

aportaba al fondo de pensiones desde 1980, actualmente tiene un déficit en su

fondo por un monto equivalente al 217% de las aportaciones que le hubiera

correspondido pagar.

En este esquema, no existe información oficial sobre los montos del fondo

formado por las aportaciones, es más, no se sabe ¿qué se ha hecho con el

fondo?, ¿cómo se ha invertido? Para estimar el monto del déficit que debe existir

a la fecha, habrá que considerar que algunos trabajadores fallecieron, otros se

jubilaron, otros siguen en activo y otros más se invalidaron. Si un trabajador

todavía permanece activo el monto total del déficit es del 217% de su sueldo. Los

que se jubilaron, se invalidaron o bien fallecieron después de 1980, tendrán un

déficit que depende de los años que hayan transcurrido hasta el momento de

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

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recibir su pensión. En este esquema tendremos que tomar en cuenta también a

los trabajadores nuevos que se fueron incorporando a la seguridad social.

Desde luego, un elemento determinante a considerar en esta estimación es

que algunos trabajadores obtuvieron incrementos superiores a los que recibieron

los salarios mínimos. Por lo tanto, el monto total del déficit del fondo de pensiones

depende de los factores anteriormente mencionados y de proyectar estos factores

año tras año hasta el momento actual. Ante esta circunstancia una estimación

gruesa pero válida puede ser tomar el monto del fondo en 1980 y acumularlo año

con año a una tasa nominal anual que arroje una tasa efectiva de inflación total del

217%, sumando al mismo las aportaciones anuales que se hayan realizado. Pero

en virtud de que la información no existe públicamente, es verdaderamente difícil

cuantificar este monto.

Algunos, consideran que si se hubiesen otorgado los aumentos en los

salarios conforme al comportamiento de la inflación, de todas maneras la situación

respecto al déficit en los fondos de pensiones existiría y que sería de una

magnitud mayor, debido a los altos ingresos salariales que actualmente se

tendrían. Es decir, la situación sería semejante, pero con el agravante de que el

costo del déficit sería mayor. Sin embargo, este planteamiento es bastante

limitado, puesto que se considera solamente el aspecto monetario, olvidando que

detrás de los ingresos salariales están las personas, las familias que dependen de

dicho ingreso para su subsistencia.

Si los trabajadores hubieran percibido sus salarios de acuerdo a la inflación,

el consumo se hubiera mantenido en niveles bastante mejores que los actuales,

se hubiera incentivado el mercado interno y desde luego el empleo. Pero sobre

todo el nivel de vida de los trabajadores sería bastante superior al que

actualmente tienen. La salud y la educación de los mexicanos sería de mejor nivel,

pues se habrían alimentado mejor, dedicarían más recursos a su formación y

tendrían mejor nivel educativo. Posiblemente, el ahorro familiar hubiera tenido un

lugar bastante mejor que el que actualmente tiene, ya que aumentarían los

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ingresos disponibles, lo que permitiría que la pobreza tuviese una menor

proporción. En resumidas cuentas, se tendría una mayor calidad de vida, lo que

desde luego beneficia a los mexicanos. “El efecto de un mayor salario en la

pensión es claro: a mayor salario, mayor aportación a la cuenta individual y por lo

tanto mayor pensión”27.

Otro aspecto a considerar en relación a las aportaciones al fondo de

pensiones, es que un incremento actual en el porcentaje del salario dedicado al

fondo no sería considerablemente gravoso al bolsillo de las personas.

2.2 El Empleo.

El estudio y análisis del empleo implica dos aspectos fundamentales, el

primero de ellos es el económico y las políticas públicas implantadas, y el

segundo, la evolución demográfica de la Población Económicamente Activa. La

importancia del empleo en los sistemas de pensiones consiste en que si los

trabajadores aportantes a los fondos de pensión no mantuvieron el nivel de

empleo durante su vida productiva, ni tuvieron empleo permanentemente, o bien,

no lograron realizar sus aportaciones durante el tiempo requerido por variaciones

en sus contrataciones laborales, las aportaciones en la constitución de sus fondos

de pensiones los conducen a la insuficiencia de los mismos.

En relación al desarrollo económico encontramos que las políticas públicas

implantadas por los diversos gobiernos respecto al empleo han sido insuficientes y

que en el modelo de desarrollo actual, responden a un incremento reducido de

nuevas plazas laborales y a un incremento de la población empleada en el

mercado informal. Durante los gobiernos del modelo de Sustitución de

Importaciones (1940-1954) el empleo tuvo un incremento considerable debido a

que la expansión económica que vivió el país permitió la generación acelerada de 27 Crecimiento económico, empleo, salarios y sistemas de pensiones. Sistemas de pensiones. Desafíos y oportunidades. Javier Beristáin Iturbide. p 95.

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empleos formales que permitieron a las instituciones de seguridad social crecer en

forma continua y permanente.

El modelo de Desarrollo Estabilizador dio continuidad a dicho crecimiento en

sus inicios, aunque el ritmo de crecimiento no fue tan acentuado. Sin embargo, la

política de empleo respondía al crecimiento poblacional y los niveles de

desempleo eran muy bajos.

Partiendo de este hecho, es necesario analizar el comportamiento del empleo

formal y cuántos trabajadores están incorporados a los sistemas de seguridad

social. Revisemos algunos datos estadísticos al respecto. En principio veamos la

composición de la Población Económicamente Activa por sexo.

CUADRO 2.2

1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010TOTAL 5,858,116 8,272,093 11,253,297 12,955,057 22,066,084 24,063,283 40,161,543 48,609,600Tasa anual de crecimiento 3.5% 3.1% 1.4% 5.5% 0.9% 5.3% 1.9%Hombres 5,425,659 7,144,872 9,235,022 10,488,800 15,924,806 18,418,695 26,418,355 30,370,258Tasa anual de crecimiento 2.8% 2.6% 1.3% 4.3% 1.5% 3.7% 1.4%Mujeres 432,457 1,127,221 2,018,275 2,466,257 6,141,278 5,644,588 13,743,188 18,239,342Tasa anual de crecimiento 10.1% 6.0% 2.0% 9.6% -0.8% 9.3% 2.9%

POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA POR SEXO 1940 - 2010

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009. 6° Informe de Gobierno, Felipe Calderón. Gráfico 2.1

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

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Del gráfico observamos que la PEA crece progresivamente entre las décadas

de 1940-1950 y 1950 - 1960, a tasa promedio anual del 3.51% y 3.12%

respectivamente, mientras que en la década de 1980 - 1990 su ritmo de

crecimiento se reduce considerablemente, al 0.9% promedio anual, con respecto a

la década anterior. Sin embargo, en la década de 1990 al 2000 tienen un

crecimiento acelerado al pasar de 24 millones 63 mil personas a 40 millones 161

mil personas, es decir, crece en un 5.25%, y para la década del 2000 al 2010

crece al 1.92%. Este crecimiento vinculado a los modelos de desarrollo de las

décadas referidas muestra que la tasa promedio anual de crecimiento económico

del modelo de desarrollo neoliberal implantado desde los ochentas ha sido del

2.66% en treinta años, el que coincide con la tasa de crecimiento de la PEA en

esos años. En tanto que en el modelo de desarrollo compartido, que se ubica en la

década de los setenta, el crecimiento de la PEA es del 5.25%, y para el modelo de

sustitución de importaciones el crecimiento alcanza tasas del 3.5% y 3.12%.

Gráfico 2.2

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009.

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Si analizamos el comportamiento de la PEA por sexos vemos que la

incorporación de la mujer en las actividades remuneradas se acentúa en la década

de los setenta y las dos últimas décadas, creciendo a tasas anuales del 10% entre

1940 Y 1950 y del 6% en la siguiente década, mientras que para la década de los

setentas crece al 9.5%, en tanto que para la década de los ochentas cae al niveles

negativos del 0.8%. En la década de los noventa crece al 9.31% y la del dos mil al

2.87%. Esto muestra la incorporación acentuada de la mujer a las actividades

remuneradas en las tres décadas mencionadas. En la actualidad la participación

de la mujer en la PEA alcanza el 37.5%, lo que manifiesta una importante

evolución del papel de la mujer en las actividades remuneradas, y desde luego en

el crecimiento económico del país.

Gráfico 2.3

-2.0%

0.0%

2.0%

4.0%

6.0%

8.0%

10.0%

12.0%

1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010

POBLACIÓN ECONÓMICAMENTE ACTIVA por SEXOTasa promedio anual de crecimiento

1940-2010

TOTAL Hombres Mujeres

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009.

Analizando el comportamiento de la PEA en función a la población ocupada

tenemos que aunque las mediciones de la población ocupada datan de la década

de 1940, tenemos que durante tres décadas no hubo población no ocupada,

surgiendo el fenómeno en forma considerable durante la década de los setenta,

donde crece a 672,834 personas no ocupadas y a 659,870 durante la siguiente

década. Manteniendo casi el mismo número para la década de los noventa

(659,388 personas). Sin embargo, para la última década el número crece en 284%

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

87

a una tasa promedio anual del 14.4%, lo que manifiesta un incremento

exponencial de esta población.

En consecuencia, un elemento determinante para establecer el derecho a la

seguridad social está definido por el empleo formal, es decir, los trabajadores que

están afiliados al sistema de seguridad social son los trabajadores con empleos

formales y son los que estarían vinculados a la productividad con los beneficios

derivados de ella. Esto no quiere decir que los trabajadores no afiliados a los

sistemas de seguridad social y que tienen empleos no formales no estén

incorporados a la productividad. Sin embargo, como el tema a tratar es la

seguridad social en la productividad marcamos la frontera entre ambos.

Gráfico 2.4.

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009.

Ante este panorama conviene revisar qué ha ocurrido con la población

ocupada, por una parte, tenemos que una parte de esta población se emplea en el

trabajo formal, es decir, en actividades remuneradas en empresas establecidas

formalmente ante la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, cumpliendo con los

requisitos legales con registro federal de contribuyentes. Por la otra, una población

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88

ocupada en actividades que no cuentan con registro federal de contribuyentes y

que operan en la informalidad, donde tenemos que una parte importante de ella se

ha convertido en población ocupada en el mercado informal. Finalmente, tenemos

que una parte de la PEA es desocupada, es decir, no realiza actividades laborales,

ya sea porque está dedicada a estudiar o porque ni estudia ni trabaja, aunque

algunas de estas personas realizan actividades del hogar. Esto manifiesta un

proceso de desintegración en la composición de la población en actividades

productivas y de esta la población beneficiada por la seguridad social.

Del gráfico 2.5 observamos que la tendencia de la población no ocupada

crece en forma acentuada durante la década del dos mil, destacando el año 2009

con una tasa anual del 132%. Del 2002 al 2005 y el 2011 crece a tasas superiores

a dos dígitos. Esta tendencia muestra que no se generaron los empleos

requeridos para la PEA que creció a una tasa promedio anual del 2.28%.

Población económicamente activa y población ocupada Serie anual1998 a 2012

Cuadro 2.3

AÑO PEA

TASA ANUAL %

POB OCUPADA TASA

ANUAL %

POB NO OCUPADA

TASA ANUAL

%

1997 38,344,658 37,359,758 984,900 1998 39,562,404 3.2% 38,658,762 3.5% 903,642 -8.3% 1999 39,648,333 0.2% 38,953,337 0.8% 694,996 -23.1% 2000 40,161,543 1.3% 39,502,155 1.4% 659,388 -5.1% 2001 40,072,856 -0.2% 39,385,502 -0.3% 687,354 4.2% 2002 41,085,736 2.5% 40,302,173 2.3% 783,563 14.0% 2003 41,515,672 1.0% 40,633,197 0.8% 882,475 12.6% 2004 43,398,755 4.5% 42,306,063 4.1% 1,092,692 23.8% 2005 42,274,306 -2.6% 40,791,814 -3.6% 1,482,492 35.7% 2006 43,575,476 3.1% 42,197,775 3.4% 1,377,701 -7.1% 2007 44,411,852 1.9% 42,906,656 1.7% 1,505,196 9.3% 2008 45,460,003 2.4% 43,866,696 2.2% 1,593,307 5.9% 2009 47,041,909 3.5% 43,344,281 -1.2% 3,697,628 132.1% 2010 49,013,369 4.2% 46,075,672 6.3% 2,937,697 -20.6% 2011 50,018,965 2.1% 46,355,701 0.6% 3,663,264 24.7% 2012 51,511,199 3.0% 49,076,676 5.9% 2,434,523 -33.5%

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009. 6° Informe de Gobierno, Felipe Calderón H.

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

89

Gráfico 2.5.

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009. 6° Informe de Gobierno, Felipe Calderón.

Tasa de desempleo abierto en áreas urbanas Serie anual de 1973 a 2011 Cuadro 2.4

Año Tasa

general Año Tasa

general Año Tasa

general Año Tasa

general

1973 7.5 1983 6.8 1993 3.4 2003 3.3 1974 7.2 1984 5.7 1994 3.7 2004 3.8 1975 7.2 1985 4.4 1995 6.2 2005 3.5 1976 6.7 1986 4.3 1996 5.5 2006 3.2 1977 8.1 1987 3.9 1997 3.7 2007 3.4 1978 6.8 1988 3.6 1998 3.2 2008 3.5 1979 5.8 1989 3 1999 2.5 2009 3.6 1980 4.5 1990 2.8 2000 2.2 2010 3.5 1981 4.2 1991 2.6 2001 2.4 2011 3.6 1982 4.2 1992 2.8 2002 2.7 2012 3.6

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009. 6° Informe de Gobierno, Felipe Calderón

Por otra parte, revisando la tasa de desempleo (Cuadro 2.4), observamos

que ha mantenido su tendencia en la última década, lo que indica que no ha sido

consistente la política de empleo de los gobiernos en turno. Es decir, no se han

generado los nuevos puestos de empleo necesarios para atender la nueva

demanda de trabajo. Esto genera que se vaya acumulando el déficit y crezca en

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

90

forma acelerada la población no empleada. Aunque existen indicadores de que la

recuperación económica tardara más tiempo del esperado, por lo que ésta seguirá

creciendo.

Gráfico 2.6.

Fuente: INEGI. Series Históricas 2009. 6° Informe de Gobierno, Felipe Calderón.

Retomado el tema de la seguridad social en la productividad, aunque cabe

aclarar que lo anterior tiene una relación estrecha con la productividad, pues el

desempleo no se generó porque se incremento considerablemente la

productividad, sino más bien fue debido al bajo crecimiento de la economía

durante los dos sexenios de gobiernos panistas, el PIB creció a una tasa promedio

anual de 1.9%. Crecimiento por debajo de la inflación, que no estimula el

desarrollo y crecimiento de las empresas.

En el contexto del esquema solidario de los fondos de pensiones

encontramos que otro elemento determinante es que la población participante en

el mismo debería crecer o al menos mantenerse al mismo nivel. Sin embargo, esto

no sucedió, pues a partir de la crisis de los ochentas encontramos que, por una

parte, el Estado desincorpora una serie de empresas de su propiedad, pasándolas

a la propiedad privada o desapareciéndolas. Por la otra, que empresas privadas

fueron a la quiebra y desaparecieron, otras, redujeron sus operaciones y

despidieron personal, otras más congelaron sus contrataciones nuevas. Esto

evidentemente creo un desempleo que alcanzo niveles considerables.

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

91

En el cuadro 2.5 se muestra que el sector público se reduce

considerablemente, al vender o liquidar empresas de su propiedad, lo que trajo

una reducción de su planta laboral y en consecuencia de la población cotizante al

fondo de pensiones.

EMPRESAS DEL SECTOR PÚBLICO DESINCORPORADAS Cuadro 2.5

Año Entidades

Inicio del periodo reducción Fin del

periodo

1985 1044 89 955 1990 549 131 418 1991 418 90 328 1992 328 58 270 1993 270 12 258 1994 258 6 252 1995 252 13 239 1996 239 10 229 1997 229 -3 232 1998 232 -29 261 1999 261 25 236 2000 236 34 202 2001 202 -3 205 2002 205 -2 207 2003 207 -3 210 2004 210 1 209 2005 209 -4 213 2006 213 2 211

2007 211 1 210

2008 210 14 196

2009 196 196

2010 196 -1 197

2011 196 1 195

2012 196 -6 202

Fuente: 6ª Informe de Gobierno, Vicente Fox Q. y 6° Informe de Gobierno de Felipe Calderón H.

Como consecuencia de la desincorporación de empresas del sector público,

encontramos que el ISSSTE ve reducido el crecimiento de su población

asegurada, entre 1980 y 2006 (cuadro 3.4), la tasa de crecimiento anual no llega

al 3%, excepto en 1984 y 1986 que son del 10.8 y 7.9% respectivamente. En

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

92

consecuencia, al no existir una política de empleo creciente en el sector público se

limitan las condiciones planteadas para el esquema de reparto de las pensiones,

por lo que el fondo se mantiene con casi la misma población cotizante, que

aunado a la pérdida de del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores del

sector público, muestra una pérdida considerable en la conformación del fondo.

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

93

COBERTURA DEL ISSSTE Cuadro 2.6

Total % Trabajadores % Pensionados %

1961 503,4 3,2% 146,6 3,7% 133,0 2,7% 13,6 14,3%1962 510,7 1,5% 149,3 1,8% 134,4 1,1% 14,9 9,6%1963 599,6 17,4% 180,2 20,7% 163,3 21,5% 16,9 13,4%1964 655,8 9,4% 195,7 8,6% 176,5 8,1% 19,2 13,6%1965 1.071,0 63,3% 283,7 45,0% 261,4 48,1% 22,3 16,1%1966 995,5 -7,0% 326,3 15,0% 300,7 15,0% 25,6 14,8%1967 1.217,3 22,3% 397,5 21,8% 368,0 22,4% 29,5 15,2%1968 1.253,3 3,0% 424,4 6,8% 390,9 6,2% 33,5 13,6%1969 1.327,1 5,9% 458,5 8,0% 420,5 7,6% 38,0 13,4%1970 1.347,5 1,5% 472,5 3,1% 430,5 2,4% 42,0 10,5%1971 1.584,8 17,6% 514,7 8,9% 468,7 8,9% 46,0 9,5%1972 1.813,0 14,4% 581,4 13,0% 532,0 13,5% 49,4 7,4%1973 2.088,8 15,2% 669,5 15,2% 617,4 16,1% 52,1 5,5%1974 2.905,5 39,1% 910,4 36,0% 856,1 38,7% 54,3 4,2%1975 3.448,6 18,7% 1.068,6 17,4% 1.012,7 18,3% 55,9 2,9%1976 3.918,5 13,6% 1.144,2 7,1% 1.086,9 7,3% 57,3 2,5%1977 4.367,2 11,5% 1.272,5 11,2% 1.212,8 11,6% 59,7 4,2%1978 4.994,7 14,4% 1.500,6 17,9% 1.438,1 18,6% 62,5 4,7%1979 4.879,2 -2,3% 1.473,2 -1,8% 1.407,6 -2,1% 65,6 5,0%1980 4.985,1 2,2% 1.503,7 2,1% 1.435,3 2,0% 68,4 4,3%1981 5.319,4 6,7% 1.603,0 6,6% 1.531,8 6,7% 71,2 4,1%1982 5.467,9 2,8% 1.657,8 3,4% 1.583,8 3,4% 74,0 3,9%1983 5.611,0 2,6% 1.729,0 4,3% 1.650,5 4,2% 78,5 6,1%1984 6.080,5 8,4% 1.937,8 12,1% 1.828,2 10,8% 109,6 39,6%1985 6.447,9 6,0% 1.978,9 2,1% 1.857,4 1,6% 121,5 10,9%1986 6.957,3 7,9% 2.139,9 8,1% 2.004,0 7,9% 135,9 11,9%1987 7.356,6 5,7% 2.233,8 4,4% 2.095,3 4,6% 138,5 1,9%1988 7.415,1 0,8% 2.265,3 1,4% 2.098,4 0,1% 166,9 20,5%1989 7.844,5 5,8% 2.284,7 0,9% 2.097,2 -0,1% 187,5 12,3%1990 8.302,4 5,8% 2.216,5 -3,0% 2.012,2 -4,1% 204,3 9,0%1991 8.506,7 2,5% 2.236,7 0,9% 2.018,5 0,3% 218,2 6,8%1992 8.642,9 1,6% 2.279,4 1,9% 2.046,0 1,4% 233,4 7,0%1993 8.919,0 3,2% 2.357,1 3,4% 2.107,1 3,0% 250,0 7,1%1994 9.101,0 2,0% 2.418,0 2,6% 2.149,8 2,0% 268,2 7,3%1995 9.246,0 1,6% 2.462,4 1,8% 2.180,5 1,4% 281,9 5,1%1996 9.311,0 0,7% 2.488,4 1,1% 2.188,5 0,4% 299,9 6,4%1997 9.472,0 1,7% 2.539,0 2,0% 2.220,6 1,5% 318,4 6,2%1998 9.724,0 2,7% 2.612,6 2,9% 2.274,8 2,4% 337,8 6,1%1999 9.8976.7 1,8% 2.671,2 2,2% 2.304,5 1,3% 366,7 8,6%2000 10.066,0 1,7% 2.723,7 2,0% 2.337,8 1,4% 385,9 5,2%2001 10.237,0 1,7% 2.779,9 2,1% 2.368,8 1,3% 411,1 6,5%2002 10.309,5 0,7% 2.814,7 1,3% 2.372,7 0,2% 442,0 7,5%2003 10.352,3 0,4% 2.843,6 1,0% 2.367,5 -0,2% 476,1 7,7%2004 10.463,0 -0,1% 2.889,4 1,6% 2.379,3 0,5% 510,1 7,1%2005 10,608.0 1.4% 2.945,6 1,9% 2.398,3 0,8% 547,3 7,3%2006 10,766.0 1.5% 3.005,5 2,0% 2 424.8 0,9% 578.4 7,0%2007 10,980.9 2.0% 3100.8 3.2% 2490.5 2.7% 610.3 5.5%2008 11,300.7 2.9% 3209.0 3.5% 2542.3 2.1% 666.7 9.2%2009 11,589.4 2.6% 3311.9 3.2% 2582.4 1.6% 729.5 9.4%2010 11,993.4 3.5% 3451.2 4.2% 2644.4 2.4% 806.8 10.6%2011 12,206.7 1.8% 3522.9 2.1% 2680.4 1.4% 842.5 4.4%

2012 p/ 12,484.6 3616.8 2.7% 2719.0 1.4% 897.8 6.6%

Año Población derecho habiente %

Asegurados directos

Fuente: Instituto de Seguridad y Servicios sociales de los Trabajadores del Estado.

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

94

La crisis económica de los ochenta, provocó una baja considerable en el

empleo, por lo que muchas empresas privadas quebraron o bien redujeron sus

operaciones, lo que incidió en la reducción de las plazas laborales. Por otra parte,

el modelo de desarrollo que inicia en dicha década, se orienta hacia el mercado

exterior, privilegiando la reducción del sector público, por lo que se ponen a la

venta las empresas del sector estatal y se produce una drástica reducción de

burócratas en 1985 (quinientos mil aproximadamente). Esto genera que las

aportaciones de los trabajadores del apartado B se reduzcan considerablemente.

En el caso de los trabajadores del sector privado ocurre una situación

semejante, también acentuada desde la década de los ochenta, donde la crisis de

1982, y el proceso inflacionario que se desata afecta en forma considerable la

constitución del fondo de pensiones. De acuerdo al comportamiento del número de

trabajadores asegurados al Seguro Social (Cuadro 2.7) vemos que la tasa

promedio anual en la década de los sesenta fue de 10%, para la década de los

setenta se reduce al 7.4%, para la década de los ochenta nuevamente se reduce

al 5.4%, donde en la de los noventa se vuelve a reducir alcanzando niveles del

3.5%, y la actual década solamente alcanza el 1.1%. Comparativamente con los

derechohabientes sigue la misma tendencia, solamente que a partir de los ochenta

crece por debajo de la de los asegurados, siendo negativa en la década actual

(-0.3%).

Sin embargo, en la década de los ochenta observamos que aunque para los

años 1981, 1984, 1985, 1987 y 1989 las tasas de crecimiento del número de

trabajadores fueron superiores al 5%, en el resto de los años fueron o negativas o

muy insignificantes, es decir, no existió un patrón de crecimiento sostenido. Esto

generó fuertes fluctuaciones en la contratación de trabajadores y en consecuencia

en sus aportaciones al fondo de pensiones.

Para la década de los noventa, encontramos que entre 1992 y 1995 las tasas

anuales son casi todas negativas, donde en 1995 llega a ser del -5.4%. Lo que

muestra que también se mantuvo la inestabilidad en el empleo, donde las fuertes

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

95

fluctuaciones en la contratación de trabajadores afecto las aportaciones al fondo

de pensiones.

En lo que va de la primera década del siglo XXI, tenemos que solamente el

año 2000 y 2005 tienen tasas de crecimiento superiores al 4%, por lo que se

vislumbra más estabilidad y una reducción en las fluctuaciones, sin embargo, esto

no implica una mejora considerable en el número de trabajadores que contribuyen

al fondo de pensiones.

COBERTURA DEL IMSS Cuadro 2.7

Años Total de

derechohabientes %

Asegurados % Años Total de

derechohabientes %

Asegurados %

1944 355 527 136 741 1979 20 987 823 6.1% 5 499 825 6.6%1945 533 555 50.1% 206 813 51.2% 1980 24 125 307 14.9% 6 368 936 15.8%1946 631 099 18.3% 246 537 19.2% 1981 26 915 951 11.6% 7 112 457 11.7%1947 747 745 18.5% 286 749 16.3% 1982 26 884 938 -0.1% 7 036 539 -1.1%1948 834 084 11.5% 318 111 10.9% 1983 26 977 383 0.3% 7 059 122 0.3%1949 894 603 7.3% 340 132 6.9% 1984 29 388 434 8.9% 7 630 396 8.1%1950 973 085 8.8% 373 644 9.9% 1985 31 528 583 7.3% 8 132 189 6.6%1951 1 049 357 7.8% 399 758 7.0% 1986 31 061 918 -1.5% 7 985 558 -1.8%1952 1 154 487 10.0% 434 557 8.7% 1987 34 336 010 10.5% 8 757 094 9.7%1953 1 247 876 8.1% 464 669 6.9% 1988 35 066 352 2.1% 8 917 056 1.8%1954 1 348 200 8.0% 499 651 7.5% 1989 37 212 960 6.1% 9 926 336 11.3%1955 1 576 196 16.9% 582 570 16.6% 1990 38 575 140 3.7% 10 764 012 8.4%1956 1 813 533 15.1% 669 694 15.0% 1991 38 953 374 1.0% 11 333 485 5.3%1957 2 096 756 15.6% 758 774 13.3% 1992 37 464 560 -3.8% 11 368 526 0.3%1958 2 514 351 19.9% 899 504 18.5% 1993 36 737 601 -1.9% 11 317 348 -0.5%1959 2 821 350 12.2% 1 003 779 11.6% 1994 36 553 822 -0.5% 11 561 004 2.2%1960 3 360 389 19.1% 1 200 708 19.6% 1995 34 323 844 -6.1% 10 931 810 -5.4%1961 4 064 347 20.9% 1 419 030 18.2% 1996 37 260 967 8.6% 11 895 198 8.8%1962 4 776 822 17.5% 1 594 315 12.4% 1997 38 106 493 2.3% 12 347 950 3.8%1963 5 200 285 8.9% 1 703 402 6.8% 1998 40 577 986 6.5% 13 161 563 6.6%1964 6 347 149 22.1% 2 069 480 21.5% 1999 42 957 532 5.9% 13 989 972 6.3%1965 6 815 685 7.4% 2 209 915 6.8% 2000 45 053 710 4.9% 14 788 263 5.7%1966 7 175 360 5.3% 2 315 103 4.8% 2001 44 718 984 -0.7% 14 812 302 0.2%1967 7 611 395 6.1% 2 447 398 5.7% 2002 45 351 546 1.4% 15 136 004 2.2%1968 8 186 716 7.6% 2 633 054 7.6% 2003 41 519 135 -8.5% 15 556 510 2.8%1969 9 076 408 10.9% 2 901 907 10.2% 2004 43 006 225 3.6% 16 229 295 4.3%1970 9 772 492 7.7% 3 120 763 7.5% 2005 44 531 666 3.5% 16 850 541 3.8%1971 10 429 537 6.7% 3 232 658 3.6% 2006 46 635 901 4.7% 17 736 538 5.3%1972 11 591 972 11.1% 3 581 084 10.8% 2007 48 650 488 4.3% 18 605 441 4.9%1973 13 876 623 19.7% 3 900 811 8.9% 2008 48 909 706 0.5% 18 750 321 0.8%1974 14 306 391 3.1% 4 019 884 3.1% 2009 49 134 310 0.5% 19 026 378 1.5%1975 16 337 593 14.2% 4 305 532 7.1% 2010 52 310 086 6.5% 20 263 495 6.5%1976 16 551 576 1.3% 4 337 864 0.8% 2011 54 906 396 5.0% 21 500 627 6.1%1977 17 377 633 5.0% 4 553 817 5.0% 2012 57 475 897 4.7% 22 583 000 5.0%1978 19 789 239 13.9% 5 156 969 13.2%

Fuente: Dirección de Incorporación y Recaudación, DIR, Coordinación de Prestaciones Económicas, DPES y la Unidad de Personal, DAED.

(2) A partir de 2010, la cifra de pensionados incluye a aquellos asociados al IMSS como patrón.

(1) La estadística de “población derechohabiente del IMSS” incluye tanto a asegurados y pensionados, como a sus familiares dependientes. Las cifras de asegurados y Fuente: Instituto Mexicano del Seguro Social.

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

96

En este contexto, los trabajadores enfrentan ahora una situación difícil de

resolver, pues, por una parte, la reducción de las fuentes de empleo, limita el

crecimiento de la población activa, que con sus aportaciones contribuye al pago de

las pensiones vigentes, y por la otra, los bajos niveles de ingreso salarial que

siguen siendo castigados y que no logran recuperar su poder adquisitivo, lo que en

consecuencia genera que las aportaciones actuales de los trabajadores activos al

fondo de pensiones, también sean reducidas. En 1980 la relación de trabajador

activo-pensionado (cuadro 2.2) en el IMSS era de 13.1 activos por cada

pensionado, y en 2006 llega a ser de 5.8 activos por cada pensionado. En tanto

que para el ISSSTE pasa de 19 en 1980 a 3.6 en 2006. Lo que muestra las

transformaciones de la estructura ocupacional durante las dos últimas décadas del

siglo XX. Desde luego que estas reducciones también son debidas, como ya se

vio, a las tendencias demográficas.

Por lo anterior, vemos que es falso el planteamiento que se nos presenta que

las distorsiones económicas e inequidades que modelo de reparto generó entre

“los trabajadores percibían sus contribuciones como un impuesto. Esto los

desincentiva a emplearse en el sector formal, reduciendo la oferta laboral de dicho

sector en la economía. Asimismo, al percibir las contribuciones a la seguridad

social como un impuesto se incrementan los costos laborales del empleador y se

reduce la demanda laboral del sector formal. Ambos efectos traen como

consecuencia un aumento en la informalidad del empleo”28. Es evidente que los

trabajadores tienen mayor seguridad en los empleos formales, pero si éstos

disminuyen esencialmente por las crisis económicas, y por la política económica

del actual modelo de desarrollo, que privilegia el mercado exterior como motor del

desarrollo, entonces existen menos plazas laborales disponibles. Las

contribuciones de los trabajadores por sus ingresos no serían una carga

significativa, si sus ingresos hubieran sido adecuados a la inflación.

28 xxxxx

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

97

El desempleo es el resultado de un bajo crecimiento, de un crecimiento lento

e inestable, que muestra una escasa transformación del mercado laboral, una

aguda polarización de los ingresos e incentiva las migraciones de la población

económicamente activa. Esto ha sido consecuencia de la alta volatilidad de las

economías de los países latinoamericanos como consecuencia de su inserción en

la globalización. “Frente a ello, los países de América latina no han creado los

mecanismos institucionales y económicos para hacerle frente a la volatilidad y a

sus consecuencias negativas para el crecimiento y la generación de empleos e

ingresos”29.

En consecuencia un elemento determinante para alcanzar una vida digna es

el tener empleo seguro y estable, esto contribuirá a modificar la situación actual,

ya que las bajas pensiones que se ofrecen y el alto costo de la vida, no

pronostican una situación favorable en el largo plazo a la clase trabajadora. Es

necesario modificar la política salarial en forma paulatina para que en el mediano y

largo plazo esta situación pudiese ser revertida.

Si en la actualidad no se realizan aportaciones sustanciales de los

trabajadores a la formación de su fondo de pensiones, en el futuro nos

encontraremos con una situación más crítica que la actual. Este monto de las

aportaciones no depende del porcentaje del salario, pues si este aumenta,

reducirá el ingreso actual del trabajador, lo que en si no contribuye a mejorar su

situación económica. Más bien, debe mejorarse el monto salarial con aumentos

superiores a la inflación para recuperar su poder adquisitivo y para que las

aportaciones a su fondo de pensión sean las adecuadas y se incrementen

conforme se incrementa el costo de la vida.

Actualmente se plantea como una alternativa adecuada a lo reducido de las

aportaciones el que se incremente el porcentaje de la aportación, sin embargo,

esto en las condiciones que ya hemos descrito sobre la política salarial, representa

disminuir aún más el salario. Implicaría que las condiciones de vida ya de por sí 29 xxxxxx

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

98

deterioradas después de más de cuatro sexenios, se deterioraran aún más. La

calidad de vida disminuiría. No sería una solución en el largo plazo al problema,

puesto que de todas maneras un salario reducido no aportaría los recursos

suficientes al fondo.

Otro elemento que se incorpora al análisis es el de los trabajadores del

ISSSTE, que optaron por el esquema del fondo solidario. Se argumenta que el

fondo formado por cada trabajador es insuficiente, puesto éste se constituye a

partir de la proporción de las aportaciones realizadas, es decir, el conjunto de las

aportaciones realizadas al fondo por los trabajadores en activo, permite otorgar al

trabajador que se jubila el monto estipulado en función al salario promedio de los

últimos cinco año de cotización, para el caso del ISSSTE, y en salarios mínimos

conforme al grupo de cotización para el caso de los trabajadores afiliados al IMSS.

En el fondo solidario el conjunto de las aportaciones de todos sus aportantes

cubrirán los requerimientos de los jubilados, tanto los que cumplieron aportando lo

correspondiente por su ingreso salarial, como los que su bajo ingreso salarial

produjo una insuficiente aportación para formar su fondo, así como también de

aquellos, que su aportación fue insuficiente por el tiempo en que dedicaron a las

mismas, y finalmente, porque el tiempo de vida (esperanza de vida) en que gozan

o gozarán de su pensión va más allá de lo previsto. En este último caso se

encuentran aquellos en que por la política económica aplicada en el recorte del

gasto social llevó a que los jubilaran en forma prematura. Estos factores han

contribuido considerablemente a generar faltantes al fondo de pensiones.

El principio del fondo solidario en los sistemas de pensiones se estableció en

la década de los años cuarenta, se consideraba que los montos de pensiones se

formarían con las aportaciones de los trabajadores, los patrones y el gobierno,

tasadas en función a su salario, formando su propio fondo de pensión. Con las

aportaciones del conjunto de los trabajadores en activo que continuaran cotizando

se conformaría un fondo global, así las personas que se incorporaran a la fuerza

laboral formal se constituirían en los nuevos miembros del fondo y también

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

99

contribuirían con sus aportaciones a formar una reserva que cubriría los

requerimientos pensionarios que se fuesen demandando, es decir, un sistema

solidario. Este esquema llamado de reparto, es semejante al seguro de vida,

donde las sumas aseguradas que se pagan por fallecimiento, se cubren de las

reservas formadas por las aportaciones de la totalidad de los asegurados, y donde

los asegurados más jóvenes, o de reciente ingreso, contribuyen con sus fondos en

el pago de las sumas aseguradas de los que fallecen. Por tal motivo, es esencial

que se incremente constantemente el número de asegurados nuevos, ya que

éstos contribuirán subsidiando a los que fallecen. Sin embargo, esto no sucedió

en el caso de las pensiones, aquí se supuso que los trabajadores nuevos

subsidiarían a los trabajadores que se jubilarán. Por lo que un principio bás ico, era

que el número de trabajadores nuevos en empleos formales deberían de aumentar

para que se pudiesen subsidiar a los que se jubilaban.

El problema esencial que se desprende de este esquema es que no se

cumplió con los supuestos iniciales que lo crearon, es decir, no se previeron los

costos de los nuevos beneficios sociales que se otorgaron a los trabajadores,

como fue la pensión a las viudas, a los hijos menores y a los dependientes

económicos, los gastos de estos beneficios se cargaron a los presupuestos de los

organismos de seguridad social, sin embargo, en el largo plazo se ha convertido

en una carga importante a dichos presupuestos.

Actualmente, enfrentamos el problema que la población económicamente

activa ocupada en empleos formales se ha reducido, es decir, la empleada en la

informalidad ha crecido llegando en el 2013 al 60%30 (Cuadro 2.8), lo que indica

que la población aportante a los sistemas de pensiones no ha crecido como se

esperaba. Esto conduce a que el monto de las aportaciones no crecerá lo que se

requiere. Tenemos entonces que los aportantes formales no han crecido como se

requeriría, los empleos nuevos creados no reducirán el déficit pues son

30 http://www.imss.gob.mx/estadisticas/financieras/Pages/cubo.aspx

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

100

insuficientes y por otra parte se han perdido empleos, lo que produce un

crecimiento neto del empleo menor al deseado (Cuadro 2.9).

POBLACIÓN OCUPADA EN EMPLEOS FORMALES E INFORMALES Cuadro 2.8

Tipo de unidad económica

Población ocupada

Total Formal Informal

Total 48,732,252 100.0% 19,461,229 39.9% 29,271,023 60.1%

100.0% 100.0% 100.0% Sector informal 14,221,779 29.2% -- 0.0% 14,221,779 48.6% Trabajo doméstico remunerado

2,202,107 4.5%

64,185 0.3%

2,137,922 7.3%

Empresas, gobierno e instituciones

25,570,482 52.5%

18,816,934 96.7%

6,753,548 23.1%

Ámbito agropecuario

6,737,884 13.8%

580,110 3.0%

6,157,774 21.0%

Conforme al cuadro 2.9 tenemos que el crecimiento de la economía en el

último sexenio ha sido efectivamente insuficiente, pues creció en cinco años a una

tasa promedio anual del 1.7%, lo que motivó que el comportamiento de los

empleos netos tuvieran un vaivén considerablemente insuficiente para el

crecimiento de la PEA. Al no cubrir la nueva demanda de empleos tenemos que se

va rezagando y creciendo la demanda de empleos nuevos.

Empleos creados, perdidos y netos de acuerdo con los empleos registrados en el IMSS, México, 2006-2011 Cuadro 2.9

Año Empleos creados Empleos perdidos Empleos netos

2006 806,819 -302,822 503,997

2007 861,005 -331,791 529,214

2008 415,100 -444,689 -29,589

2009 337,390 -509,103 -171,713

2010 959,221 -226,842 732,379

2011 811,384 -199,832 611,552 Fuente: cálculos del CONEVAL con base en los cubos dinámicos del IMSS, disponibles en http://www.imss.gob.mx/estadisticas/financieras/Pages/cubo.aspx

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

101

En el contexto del empleo, tenemos que una parte importante de la población

ocupada que tiene edades entre 14 y 44 años, se encuentra en el sector de la

informalidad (66.4%), donde el 23.5% tiene edades inferiores a los 25 años, y el

76.5% entre 25 y 44 años de edad. En consecuencia tenemos que esta población

joven no participa de la seguridad social, o bien, goza solamente de los servicios

médicos, pero no tiene participación en la conformación de las pensiones.

Población ocupada y en el empleo informal por grupos de edad y participación

porcentual específica

Cuadro 2.9

Total 48,732,252 29,271,023 60.10% 19,461,229 39.9%De 14 a 24 años 9,605,324 19.7% 6,872,633 71.6 2,732,691 28.4%De 25 a 44 años 23,174,186 47.6% 12,566,368 54.2 10,607,818 45.8%De 45 a 64 años 13,655,459 28.0% 7,999,273 58.6 5,656,186 41.4%De 65 años y más 2,276,472 4.7% 1,821,104 80 455,368 20.0%No especificado 20,811 0.0% 11,645 60 9,166 44.0%

Empleo formal

Población ocupada

Empleo informalTotalGrupo de edad

Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 3er. trimestre de 2012

Finalmente, otra consideración importante, es la reciente modificación de la

Ley Federal del Trabajo, donde la incorporación de la contratación por hora

generara un esquema complicado para los trabajadores en empleos formales,

puesto que al ser contratados por hora, sus aportaciones en el fondo de pensiones

se reducirá conforme al número de horas laboradas, y el tiempo de aportación se

incrementará hasta alcanzar el tiempo obligatorio marcado por la reglamentación

de la seguridad social.

Bajo este esquema, la situación se presenta desventajosa para los

trabajadores que si se considera un incremento en la edad obligatoria de

jubilación, habrá que considerar el número de años obligatorios de aportación, y el

que la edad promedio de incorporación al empleo formal se ha incrementado hacia

los treinta años, lo que conducirá a que la edad de jubilación en promedio podría

rebasar los 75 años.

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

102

CONCLUSIONES.

1.- A partir de la implantación del modelo de desarrollo neoliberal en la década de

los ochenta, se acentúa el problema de los fondos de pensión.

2.- Un primer elemento que salta a la vista es la insuficiencia salarial, provocada

desde la década de los ochenta, donde la política pública respecto al salario fue la

contracción del mismo por debajo de la inflación, para contenerla, e incentivar la

inversión productiva.

3.- La caída salarial afecta considerablemente las aportaciones a los fondos de

pensión, por tal motivo, se debe modificar incrementando los salarios por encima

de la inflación. Una forma, podría ser incrementando las aportaciones patronales a

los fondos de pensión.

4.- La insuficiente aportación a los fondos de pensión no generará una retribución

pensionaria para satisfacer las necesidades mínimas de los jubilados.

5.- Si se mantiene la precariedad en los ingresos salariales las aportaciones a los

fondos seguirán siendo insuficientes y sin importar el esquema pensionario se

generarán pensiones insuficientes.

6.- El incremento del empleo informal muestra que la política pública de

generación de empleos no está funcionando.

7.- El incremento en las plazas del empleo informal muestra que la población

aportante a los fondos de pensión no crece adecuadamente.

8.- La proporción de la Población Económicamente Activa que recibe los

beneficios de la seguridad social y del derecho a una pensión disminuye, por lo

que la población desprotegida aumenta considerablemente.

9.- La población no beneficiaria de la seguridad social demandará en el futuro

mediato ser subsidiada y se convertirá en una carga social presupuestaria

importante para el erario público.

10.- Es imprescindible que el modelo de desarrollo sea modificado en materia de

generación de empleos formales.

12.- La nueva contratación por hora contemplada en la Ley Federal del Trabajo,

reformada en 2013, presenta una difícil situación para que los trabajadores

Salarios y Empleo Laureano Hayashi Martínez

103

mantengan sus aportaciones a los fondos de pensión, sobre todo en cuanto a la

antigüedad en el empleo y el tiempo de cotización obligatoria.