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CAPÍTULO 2. POLÍTICAS CULTURALES EN MÉXICO
El objetivo general de este segundo apartado de nuestra tesis, es presentar una
visión histórica panorámica acerca de las principales acciones a través de las
cuales se han venido instrumentando determinadas políticas culturales en nuestro
país, desde el siglo XIX hasta nuestros días, con el propósito de identificar
algunos de sus principales actores y circunstancias en que se implementaron.
2.1. Antecedentes históricos de política cultural en México
Para Enrique Florescano “la promoción, organización y transmisión de la
cultura ha tenido cuatro protagonistas con distintos niveles de participación en
México: el Estado, los medios de comunicación (el periodismo primero y más
tarde la radio, la televisión y en los últimos años la Internet), las instituciones
académicas y grupos aislados de la sociedad civil. De todos ellos el único que
logró desarrollar lo que podría llamarse una política cultural persuasiva y continua
fue el Estado”.31
Como se anotó en líneas anteriores, a continuación presentamos algunos
pasajes históricos de nuestra vida nacional que ofician a modo de referentes
clave para identificar a los protagonistas o actores de las políticas culturales
seguidas en nuestro país, así como sus principales contenidos programáticos o
institucionales.
2.1.1. El siglo XIX: lo culto vs. lo indígena
En el siglo de la Independencia de nuestro país, con una sociedad
sumamente estratificada y con grandes asimetrías en el acceso a la educación y
a los bienes culturales en general, aquélla se dividía entre poseedores de cultura
31 Enrique Florescano. “Una panorámica”, en Nexos, Núm, 345, Año 28, Vol. XXVIII, México, septiembre de 2006, p. 39.
–entendida como acceso a la educación y a las bellas artes del imaginario
moderno- (los mestizos, blancos, hacendados) y quienes carecían de ella (los
indios, morenos, trabajadores de la hacienda).
Ante esta dualidad entre los que accedían y los que no accedían a la
cultura, el Estado decidió fundar instituciones que permitieran que los unos
conservaran y enriquecieran su capital cultural y los otros lo adquiriesen.
A lo largo de los diferentes gobiernos que se sucedieron por aquella época,
con distintas tendencias políticas, había una visión común acerca de los objetivos
para alcanzar a través de la cultura entendida como cemento de la identidad
patria:
- La unificación nacional, a través de los símbolos compartidos, traducida, a
manera de ejemplo, en la creación de instituciones para albergar piezas
arqueológicas y de importancia histórica.
- La fundación de instituciones para la promoción del “arte culto” (la música y la
literatura, entre otras manifestaciones artísticas).
- La promoción de la educación pública laica y científica, asociada a la idea de
progreso que empapaba el pensamiento de la época en el mundo, y su influencia
en México.
Después de consumada nuestra independencia como país soberano,
México ha experimentado profundos procesos de cambio en todos los ámbitos de
su vida social. En este contexto, la definición de una política cultural nacional en el
siglo XIX resultaba una tarea compleja ya que existían distintos elementos
culturales para construir nuestra identidad nacional a través de la educación y el
fomento de la ciencia y las artes.
De hecho, desde antes de nuestra independencia, en materia de política
cultural en México existía como antecedente la creación de las Academias
Borbónicas, en donde se definía a esta política como “el delimitar y reglamentar
diversos espacios del quehacer científico y cultural”.32
Como señalamos líneas arriba, las políticas culturales se enfocaban a la
búsqueda de lineamientos que definieran el nacionalismo y la soberanía, resultado
de la inestabilidad y transformación de la época por la que el país estaba pasando.
En esta tesitura, en 1825 se crea el Museo Nacional, lo que llevó a
incrementar la atención y cuidado del patrimonio histórico y artístico de la nación.
Este acontecimiento se caracterizó como el primer intento por recuperar el pasado
de nuestro país y las raíces más sólidas de nuestra identidad. A consecuencia de
esto, en el mismo año, Guadalupe Victoria promulga una nueva ley que prohibía la
exportación de antigüedades, de igual manera promovía el cuidado y resguardo de
zonas y monumentos arqueológicos, artísticos e históricos.
La actividad artística tuvo continuidad en la tradición desde 1783, la Real
Academia de las Nobles Artes (San Carlos) se había convertido en el recinto
desde donde Manuel Tolsá y otros, no solo generaban su obra, sino también
encauzaban discípulos.33
Pintores de academia o pinceles de la realidad, ambos interactuaban en la
riqueza dinámica de la cultura que nos distingue. Lo mismo puede verse en el
panorama musical del siglo XIX, en donde convergen las pautas de los
conservatorios y los versos de la lírica popular. En periódicos o libros, humildes
tertulias o auditorios elegantes, la escritura de novelas o las lecturas de poesía
también contribuían a la búsqueda de una expresión nacional. Entre la caída del
régimen colonial y la caída del régimen porfiriano, la cultura mexicana recorre
32 Rafael Tovar y de Teresa. Modernidad y política cultural, Fondo de Cultura Económica, México, 1994, p. 22. 33 Ibid., p. 24.
desde la herencia de la ilustración novohispana hasta los propósitos del
positivismo porfirista y se debate entre la adhesión a los proyectos educativos
nacionales o a la generación de sus particulares expresiones artísticas. 34
2.1.1.1. La educación, fundamental para el México independiente
El primer antecedente de política cultural en México estaba vinculado a la delimitación jurídica, así como a un nuevo sistema educacional. En esta época la educación ocupaba un lugar destacado ya que es considerada el conducto de obtención de conocimiento con el cual se podría crear una especie de dominación de técnicas y métodos de saberse efectivos y al mismo tiempo crear una cultura democrática y de respeto a las garantías individuales para todos los habitantes del país. Para 1833, la educación del niño era la base primordial de la ciudadanía y de la moral social. Esta reforma trajo consigo nuevos lineamientos en la educación pública de México ya que se estableció la libertad de la enseñanza y la educación laica, así como la fundación de escuelas normales para una mejor preparación del profesorado de la nación.35
En términos de la política estatal del México naciente, la educación cumplía
la función de ser promotora y generadora cultural. Con la educación pública se
pretendía encontrar un conjunto de valores que, dentro de una enorme diversidad,
ofreciera el origen de la unidad: promover el uso de un idioma, definir los valores
sociales que le dieran vida y sentido a la patria y crear entre los mexicanos una
conciencia de nacionalismo arraigado, capaz de enfrentar agresiones o amenazas
externas.36
Así, las inquietudes y originalidad de las obras de autores como Joaquín
Fernández de Lizardi y Manuel Payno, reflejaban en libros la situación de la nación
en esta época a manera de sátira de resistencia ante el poder colonial, pero con
el influjo de las ideas de la Ilustración europea; de igual manera autores como
Ignacio Manuel Altamirano reflejaban el escenario pero de una manera más
34 Ibid., p. 25. 35 Raúl Martínez Bolaños, “Orígenes de la educación pública en México”, cit. en Fernando Solana et. al. (coordinadores). Historia de la educación pública en México, México, Secretaría de Educación Pública/Fondo de Cultura Económica, 1981, p. 19, cit. por Rafael Tovar y de Teresa. Ibid., p. 27. 36 Ibid., p. 28.
tradicionalista a través sus extensas novelas, obras literarias, poéticas y
periodísticas, mostrando el pluralismo de nuestra cultura, lo que produjo el
surgimiento de creadores literarios de gran reconocimiento como Vicente Riva
Palacio, Guillermo Prieto, Manuel Acuña, entre otros.
A mediados del siglo XIX la educación y la cultura se habrían convertido en
un gran debate y en un proceso de constantes definiciones. Es en estas fechas
cuando Justo Sierra defiende una educación laica y junto a Gabino Barreda inicia
la organización de la enseñanza preparatoria, al mismo tiempo Guillermo Prieto
generaba una polémica alrededor de la enseñanza de la historia nacional,
mientras Joaquín Rébsamen promovía la formación de maestros. En esta
polémica también surgieron conflictos sobre la educación en escuelas del campo,
además de las ideas de Manuel Flores en torno a las relaciones de la mujer con
las profesiones liberales.
A finales del siglo XIX, José María Velasco plasmó en sus pinturas paisajes
de naturaleza esencial e inconfundiblemente mexicana, de igual manera capturó
en retratos cada uno de los momentos de la historia mexicana mostrando con
éstos las transformaciones que el hombre ha venido dejando a lo largo de los
años, no solo estructuralmente, sino cultural y genéricamente.
Los Congresos Nacionales de Institución Pública de 1889-1890 y de 1890-
1891, fueron escena de esta diversidad de polémicas y foro de sus definiciones.
Más allá de las diferencias, sin embargo, las propuestas quedaron sancionadas en
leyes, así lo demuestran la Ley de Instrucción Pública en el Distrito y Territorios
Federales de 1888 o las reformas a la Ley Orgánica de Instrucción en 1869,
promovidas por Baranda desde 1883, en este caso la novedad de la legislación, la
creación de las propias leyes, representaban un aliento o anhelo de modernidad
organizativa que se ponía por encima del tradicionalismo de las polémicas. 37
37 Ibid., p. 31.
Cabe destacar que durante la época del Porfiriato Justo Sierra fue uno de
los más distinguidos intelectuales, no solo por su notable lucidez y vigorosa
personalidad, sino además por su creación y titularidad en 1905 de la Secretaría
de Instrucción Pública y Bellas Artes. Esta Secretaría sería la sede donde
desembocarían proyectos y definiciones del área de la educación, al mismo
tiempo sería donde se formalizaría y pondría en marcha por primera vez una
política cultural explícita y articulada. La secretaría, aparte de reunir a la
educación en sus diferentes niveles, unía a ella instituciones culturales de gran
importancia como el Museo de Arqueología e Historia, el Conservatorio Nacional,
la Escuela Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional y la Inspección General
de Monumentos Artísticos.
Tres años después de la creación de la Secretaría, Sierra impulsó la Ley de
Educación Primaria para el Distrito Federal y los Territorios en donde se propugna
el carácter nacional de la educación y, a la triada tradicional de educación
intelectual, educación moral y educación física, se añade la educación estética.38
Sierra, intelectual, actor y promotor de la esfera cultural, es de los pocos
que advierten a Díaz del desgaste de la dictadura: ésta no se ajustaba ya al
reclamo de cambio imperante. Porfirio Díaz, inflexible, habría de enfrentar el
levantamiento de la primera revolución social del mundo del siglo XX.39
Como vemos, la Secretaría de Instrucción Pública se encargaba de regular
el funcionamiento del Museo de Arqueología e Historia, el Conservatorio
Nacional, la Escuela de Arte Teatral, la Escuela Nacional de Bellas Artes, la
Biblioteca Nacional y la Inspección General de Monumentos. Asimismo, en 1910
se comenzó a construir el Palacio de Bellas Artes. El proyecto liberal se pospuso
con la llegada de la Revolución Mexicana.
38 Ibid., p. 32. 39 Ibid., p. 34.
2.1.2. La revolución: el nacionalismo como política cultural y símbolo identitario
Se puede decir que la revolución sacudió las ideas y refrescó la visión sobre
la cultura, el patrimonio y las políticas públicas. En la Constitución de 1917 la
cultura apareció por primera vez en el Artículo 3º: ahí se establece que el criterio
que orientará a la educación se orienta a favor del progreso científico, la lucha
contra la ignorancia y sus efectos, la servidumbre, los fanatismos y los perjuicios.
Durante la primera etapa de la revolución, la política cultural se equiparaba
a la política educativa porque había que alfabetizar a la mayoría de la población
que permanecía iletrada. En 1921 Álvaro Obregón creó la Secretaría de
Educación Pública encabezada por José Vasconcelos y se conformó el Sindicato
de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores, que aglutinaba a buena parte de los
artistas comprometidos con el proyecto nacional/popular revolucionario. En 1923
esta agrupación hizo público su Manifiesto:
El arte del pueblo de México es la manifestación espiritual más grande y más sana del mundo y su tradición indígena es la mejor de todas... Repudiamos la pintura llamada de caballete y todo el arte de cenáculo ultra-intelectual por aristocrático y exaltamos las manifestaciones de arte monumental por ser de utilidad pública. Proclamamos que toda manifestación estética ajena o contraria al sentimiento popular es burguesa y debe desaparecer porque contribuye a pervertir el gusto de nuestra raza, ya casi completamente pervertido en las ciudades.40
El apoyo que recibieron artistas, intelectuales y maestros fue excepcional.
Como señala Florescano, “Obregón elevó el presupuesto de la Secretaría [de
Instrucción Pública] a una altura nunca antes vista y Vasconcelos concibió un
proyecto que abarcaba todos los sectores de la educación (básica, media
superior, humanidades, ciencias, tecnología), y le impuso la tarea de liberar a la
40 Eduardo Nivón, “Políticas culturales en el tránsito de dos siglos” Citado por García Canclini, Nestor en “Políticas culturales en América Latina”, Grijalbo, México
población de la ignorancia y el fanatismo y forjar una nación unida, asentada en
sus propias tradiciones históricas y valores culturales”.41
Para alcanzar estos propósitos los sucesivos gobiernos posrevolucionarios
impulsaron un proceso de institucionalización de la cultura impresionante. Durante
las décadas de 1920 y 1930 se constituyeron los organismos, acciones y
programas enlistados a continuación42:
-Misiones culturales y maestros rurales
-Campaña de alfabetización masiva
-Departamentos: Escolar, de Bellas Artes y de Bibliotecas y Archivo
-Escuelas nocturnas
-Formación de obreros calificados
-Inauguración de dos mil bibliotecas
-Tirajes masivos de libros de literatura clásica
-Departamento de Antropología, antecesor del INAH (fundado por Lázaro
Cárdenas en 1938)
-Consejo Nacional de Educación Superior y de la Investigación Científica
-Consejo Técnico de Educación Agrícola
-Instituto Nacional de Psicopedagogía
-Cárdenas convirtió el Castillo de Chapultepec en el Museo Nacional de Historia
-Instituto Politécnico Nacional
-Casa de España en México (luego se convierte en El Colegio de México)
En esta etapa de México cabe destacar la participación de José
Vasconcelos quien sería el iniciador de nuevas instituciones y políticas y promotor
en campos tanto culturales como educativos.
Al promulgarse la nueva Constitución Mexicana, en 1917, por decreto de
Venustiano Carranza, se desprenden de la Secretaría de Instrucción Pública y
41 Enrique Florescano. Op. cit., p. 39. 42 V. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, "Antecedentes", en Cultura [Actualización: 7 de marzo de 2006], en www.diputados.gob.mx/cesop/
Bellas Artes diversas instituciones dejando únicamente la administrativa. A partir
de 1917 las instituciones que formaban parte de la Secretaría de Instrucción pasan
a ser cargo del Departamento Universitario y de Bellas Artes.
Al llegar Álvaro Obregón a la presidencia de México en 1920, ratifica a
Vasconcelos como Jefe del Departamento Universitario y Bellas Artes y lleva ante
la Cámara el proyecto de creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Lo primordial para Vasconcelos ya no sólo era el enseñar a leer, sino que era de
gran importancia poner al alcance de todos material de lectura (especialmente
infantil) mediante bibliotecas, lo que trajo consigo el impulso a la imprenta.
Vasconcelos además del fomento a la lectura a través de bibliotecas,
también incorporó a la educación básica la iniciación a las artes como la música y
el dibujo, además de coordinar a las academias y grupos de arte que se
encontraban dispersos. Se ofrecieron muros de edificios como el de la SEP para
la creación de murales donde grandes pintores mexicanos plasmaban arte con
objeto y contenido social, que en un principio obtuvieron una gran crítica, pero
años después, la crítica misma y la obra muralista, se convirtieron en parte
destacada de la historia cultural del país.
También fue Vasconcelos quien encabezó una naciente relación de la
política con los artistas, creadores e intelectuales; muestra de esta preocupación
fueron las Misiones Culturales, las cuales complementaban el interés de
Vasconcelos por incorporar el arte a la educación, mediante la capacitación
técnica y artística de intelectuales y creadores mexicanos a maestros rurales.
A la llegada de Plutarco Elías Calles a la presidencia de la República se
crea la estación radiofónica de la SEP, así como nuevos centros de educación
artística.
La política cultural y educativa de esta época se centró en cinco grandes
rubros: escuelas, bellas artes, alfabetización, bibliotecas y educación indígena.
Bassols, es quien marcó la continuidad de la política cultural y educativa en
México, incorporando al Departamento de Bellas Artes (en 1934) el Palacio de
Bellas Artes, además de promulgarse la Ley sobre Protección y Conservación de
Monumentos y Bellezas Naturales en el año de 1930.
2.1.2.1. Nuevas instituciones culturales
Al trasformarse la Secretaría de Educación Pública se crean dos nuevas
dependencias, primero el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
durante el sexenio de Lázaro Cárdenas, además del Instituto Nacional de Bellas
Artes (INBA) durante el periodo de Miguel Alemán. Surgen también el Museo de
Arte Moderno, la Pinacoteca Virreinal, entre otros. Para 1972 se crea la Ley
Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos.
Antes, en 1942, se había creado el Seminario de Cultura Mexicana, fue quizá la
primera institución que se especializó en el estudio de nuestra cultura.43 En la
década de los setentas se crea la Subsecretaría de Cultura, base de lo que hasta
la fecha es el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).
El surgimiento de dependencias de la Subsecretaría de Cultura Popular y
Educación Extraescolar orientadas específicamente a la protección, promoción y
difusión de la cultura y el arte popular, se perfiló como un lineamiento esencial de
la política cultural a partir de los años setentas. La Dirección General de Culturas
Populares se sumó también a la Subsecretaria de Cultura, en su afán por
promover el rescate, la preservación y la difusión de las diversas culturas
populares, rurales y urbanas, que coexisten en el mosaico de la cultura nacional.44
43 Rafael Tovar y de Teresa. Op. cit., p. 46. 44 Ibid., p. 48.
En síntesis podemos decir que el panorama que distingue a la política
cultural a partir de la Revolución Mexicana se expresó en su valioso afán de
institucionalizar su acción, crear nuevas dependencias, fomentar el florecimiento
de las artes y fortalecer la continuidad de la alfabetización, lectura, libros y
bibliotecas. En diciembre de 1988, un Decreto presidencial daría nacimiento al
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).45
• Los tres objetivos de la política cultural en México
A partir de la toma de posesión de la presidencia del país por Carlos Salinas
de Gortari, éste inicia un proceso de modernización neoliberal global: su objetivo
principal desde entonces ha sido la transformación integral de todos los ámbitos
de la vida nacional, especialmente el económico y las modalidades de
participación del Estado en las relaciones sociales, todo ello a favor de los grandes
grupos económicos nacionales y extranjeros. Paralelo a este hecho, de nueva
cuenta se enarboló la bandera de la “identidad nacional” entendida, básicamente,
como la preservación de nuestro pasado con orgullo y emblema del “ser
mexicano”. Era necesario iniciar una fase institucional y programática más que
diera rumbo y sustento a una nueva política cultural, de carácter más privatista.
En esta tesitura, para el 31 de mayo de 1989 quedaría establecido ante el
Congreso de la Unión el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, en donde se
establece la creación de la Subsecretaría de Cultura, base de lo que hasta la
fecha es el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).
En el Plan Nacional de Desarrollo mencionado se señalan tres objetivos de
la política cultural:
[…] la protección y difusión de nuestro patrimonio arqueológico, histórico y artístico. Se trata en este sentido de rescatar, investigar,
45 Ibid., pp. 49 y 50.
catalogar y conservar el acervo de todos los mexicanos. Para ello se prevén, entre otros proyectos, acciones tendientes a salvaguardar zonas y monumentos prehispánicos, revitalizar los centros históricos de origen colonial, consolidar la estructura de la red de museos y promover el rescate y la difusión de las diversas manifestaciones de la cultura popular, tanto urbana como rural. El segundo objetivo se refiere al estimulo de la creatividad artística. Con este fin, se prestará especial atención a la reestructuración de la educación artística, especialmente en el nivel profesional, se reforzarán los proyectos de capacitación de maestros como promotores culturales; se establecerán nuevos talleres y centros regionales de formación y, por conducto del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, se ofrecerán becas de alto nivel para que los artistas e intelectuales se dediquen exclusivamente, por un tiempo determinado, a la obra de creación. El tercer objetivo alude a la difusión del arte y la cultura. Para alcanzarlo, se prevé la consolidación y el desarrollo de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas y la promoción de nuevas ediciones, que atiendan de manera particular a los niños y a los jóvenes, así como una más amplia distribución, a lo largo de todo el país, de las publicaciones.46
De esta manera, se planteó una nueva forma en que el Estado garantizaba
la preservación, promoción y difusión de la cultura. Para el año de 1988 se crearía
el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), y posteriormente,
el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA).
A grandes rasgos podemos decir que a partir de los años ochenta del siglo
XX, la cultura se convierte en un negocio rentable, tanto para el Estado como
para particulares. Se estableció un sistema de becas para creadores, surgieron
festivales como El Cervantino y el del Centro Histórico de la Ciudad de México,
los conciertos masivos en las plazas públicas. A la vez, el sector privado se
organizó rápidamente y se reestructuraron las disqueras, las organizadoras de
espectáculos populares y las televisoras.47
46 Poder Federal Ejecutivo. Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, México, 1989, p. 117, cit. en Ibíd., p. 54. [Las negritas son nuestras]. 47 Luis Felipe Crespo Oviedo. “Desarrollo histórico de la política gubernamental”, en Sistema Nacional de Cultura. Informe de México, disponible en: www.campus-oei.org/cultura/mexico/c2.htm (enero 3, de 2006).
2.1.3. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA)
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes se creó el 7 de diciembre de 1988
y sus objetivos primordiales son el impulso de la identidad nacional, irrestricta
libertad de creación y acceso creciente de los mexicanos a los bienes y servicios
culturales.
A este consejo se integraron las siguientes entidades:48
-Instituto Nacional de Bellas Artes (órgano desconcentrado).
-Instituto Nacional de Antropología e Historia (órgano desconcentrado).
-Fondo de Cultura Económica (empresa participante estatal mayoritaria).
-Fondo Nacional para el fomento de Artesanías (fideicomiso público).
-Festival Internacional Cervantino.
-Educal S.A. de C.V (empresa de participación estatal mayoritaria).
-Biblioteca de México.
-Radio Educación (órgano desconcentrado).
Asimismo se agruparon las siguientes unidades operativas:
-Dirección General de Bibliotecas.
-Dirección General de Publicaciones.
-Dirección General de Culturas Populares.
-Unidad de Programa Cultural de las Fronteras.
-Para 1989 se crea el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCNE, organismo
público descentralizado).
• Modernización del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
48 Rafael Tovar y de Teresa, Modernidad y política cultural, Fondo de Cultura Económica, México, 1994, pp. 60-61.
Con el programa de modernización del CNCA, después de un trabajo de
evaluación y diagnóstico, se detectaron los siguientes problemas para llevar a
cabo una política cultural nacional:49
— Resistencia a la transformación de la anterior Subsecretaría, en
detrimento del desarrollo y consolidación de las funciones normativas o
coordinadoras del nuevo órgano desconcentrado.
— Su nivel de coordinación resultaba insuficiente para revertir añejas
tendencias de deterioro, principalmente del INAH y del INBA.
— Su acción institucional en los estados de la República era muy limitada.
— Los presupuestos para el fomento y estímulo se aplicaban
tradicionalmente bajo la responsabilidad individual de los funcionarios
facultados al efecto.
— Era imprescindible impulsar el crecimiento de la infraestructura cultural y
fomentar la libertad, corresponsabilidad y participaron de todos los
sectores de la población.
Los principales objetivos de la política cultural que se establecieron desde
entonces y sus principales acciones fueron los siguientes:
Preservación
— Impulso al programa de inventarios y catálogos del patrimonio cultural.
— Conservación y puesta en valor de zonas arqueológicas.
— Conservación y revitalización de los museos ya existentes, así como la
creación de nuevos museos.
— Consolidación y difusión del patrimonio documental, resguardado en
archivos, bibliotecas, mapotecas, hemerotecas, fototecas y fonotecas.
49 Ibid., p. 65.
— Actualización y formación de recursos humanos para la preservación del
patrimonio cultural.
— Protección jurídica de zonas arqueológicas, zonas y monumentos
históricos y artísticos.
— Difusión de los valores de nuestra historia, a partir del conocimiento y
preservación del patrimonio cultural.
— Establecimiento de mecanismos de colaboración con estados,
municipios y sociedad civil para la preservación del patrimonio artístico,
arqueológico, histórico y paleontológico.
Promoción
Uno de los objetivos principales del CNCA es la de promover, a través de todos
los medios, la creación cultural y artística en todas sus manifestaciones.
Las acciones emprendidas por el CNCA en la materia se encaminan a
garantizar a la sociedad en general, y a los creadores en particular:
— Becas y estímulos de alto nivel, para que los artistas e intelectuales, los
jóvenes creadores, ejecutantes y grupos artísticos, cuenten con mejores
condiciones para su trabajo.
— Apoyo directo para la realización de proyectos culturales.
— Establecimiento de un completo sistema de estímulos que contemple,
tanto la premiación y la difusión de creaciones determinadas, como el
aliento y reconocimiento a quienes han contribuido a lo largo de toda su
carrera creativa a enriquecer el patrimonio cultural y artístico de México.
— Establecimiento de condiciones de igualdad que favorezcan y estimulen
la creación en todo el territorio mexicano.
— Reestructuración de la educación artística, especialmente en el nivel
profesional.
— Creación de nuevos talleres y centros regionales de formación cultural y
artística.
Difusión
La difusión de la actividad artística y cultural le confiere un verdadero sentido a las
tareas de su preservación y promoción.
Las acciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en materia
de difusión proponen:50
— Ofrecer el acceso a los bienes y servicios artísticos y culturales al mayor
número posible de mexicanos y a los más diversos sectores de la
sociedad.
— Modernizar los servicios culturales que ofrecen las instituciones
nacionales.
— Mejorar y aumentar la cobertura de las bibliotecas públicas, las
ediciones, espectáculos y, en general, todos los servicios de difusión
cultural y artística.
— Lograr un desequilibrio entre el acercamiento de la población a valores
de la cultura universal y de la cultura nacional a partir de sus distintas
expresiones regionales.
— Difundir la cultura en el exterior.
Descentralización y correspondencia
Para llevar a cabo estas líneas de acción, a partir del gobierno de Miguel de la
Madrid (1982-1988) hasta el actual, se ha vuelto un principio recurrente de los
diversos programas de gobierno el de la descentralización del gobierno nacional.
50 Ibid., pp.74-75.
El Programa Nacional de Descentralización en el sexenio salinista nace con
el objetivo de reforzar estas acciones, unificar la política del CNCA y mantener
una relación directa con los gobiernos, autoridades y comunidades culturales de
los estados. Se orienta esencialmente a propiciar acciones coordinadas de
gobierno (federal, estatal y local o municipal) para el desarrollo más equilibrado y
equitativo de las oportunidades de estímulo a la creatividad artística y de acceso a
los bienes y servicios culturales.51
Para ello el CNCA ha generado los siguientes lineamientos:52
— Instrumenta un programa Nacional de Descentralización de bienes y
servicios.
— Busca incentivar en todas las regiones, estados y poblaciones mestizas
o indígenas, el florecimiento de las mismas condiciones y oportunidades
de creación artística.
— Ha dimensionado de manera prioritaria el estudio, promoción y difusión
de las expresiones culturales de nuestras fronteras.
— Alienta una descentralización política o administrativa de las unidades e
instituciones culturales federales en todos los estados, buscando un
mayor nivel de acercamiento y colaboración con las autoridades
respectivas.
— Instrumenta nuevos mecanismos jurídicos de colaboración con los
gobiernos y la sociedad civil a nivel regional, estatal y municipal.
2.1.4. CONACULTA en el “gobierno del cambio”, 2001-2006
La política cultural del gobierno de Vicente Fox quedó plasmada, al menos
discursivamente, en el Programa Nacional de Cultura 2001-2006 que se enmarca
en el Programa Nacional de Desarrollo.
51 Ibid., p. 79. 52 Ibid., p. 77.
El objetivo central del Programa Nacional de Cultura se propuso acrecentar
la equidad e igualdad de oportunidades de desarrollo cultural a partir de la
preservación y difusión del patrimonio cultural en toda la variedad de sus
manifestaciones tangibles e intangibles, pasadas y contemporáneas, y del
estímulo a la educación, la creación y la difusión artísticas y culturales para
ponerlas al alcance de todos los mexicanos.53
Los principales lineamientos, acciones y programas que ahí se establecen son,
resumidamente, los siguientes:
2.1.4.1 Patrimonio cultural
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es el organismo encargado
de investigar, conservar, desarrollar y difundir el patrimonio histórico del país. Las
diferentes instituciones dentro del INAH tienen diversas funciones de acuerdo con
los objetivos planteados en el Programa Nacional de Cultura, desde la formación
de especialistas en antropología, arqueología y conservación, por citar unos
ejemplos, hasta la infraestructura museística donde se alberga el patrimonio
histórico.
Desde hace varios años, también las lenguas de las etnias originarias se
han convertido en motivo de atención prioritaria, de manera que el campo de la
lingüística para su estudio, difusión y preservación es parte de este instituto.54
2.1.4.1.1. Culturas populares e indígenas
El objetivo principal de la política hacia las culturas populares e indígenas se
orienta a fortalecer el respeto, el aprecio y la promoción de sus múltiples
53 Programa Nacional de Cultura 2001-2006, CONACULTA , México, 33, disponible en: www.conaculta.gob.mx/programa/33.htm 54 V. Ibid., p. 73.
expresiones, ya que se les considera “la raíz más profunda de nuestra
identidad”.55
A partir del reconocimiento constitucional de la pluriculturalidad del país, los
pueblos indígenas pasaron a formar parte de la política cultural con más o menos
suerte según el gobierno en turno (recuérdese el gobierno de Luis Echeverría
(1970-1976) quien se caracterizó por su discurso populista e indigenista, por
ejemplo).
El organismo que se ha venido encargando de los rubros sobre cultura
popular e indígena es la Dirección General de Culturas Populares y el programa
de mayor impacto es el PACMYC que atiende y apoya económicamente las
iniciativas y los proyectos que presentan y gestionan las organizaciones y los
creadores populares e indígenas.56
2.1.4.2. Creación artística
Dentro del campo de la creación se contempla la investigación, la formación de
artistas, el estímulo a la creación y formación de públicos, fundamentalmente. Su
objetivo central es promover el desarrollo cultural del país, combinando los
esfuerzos y recursos que el Estado, la sociedad civil y la comunidad artística
dedican a este rubro.57
Como señalamos líneas arriba, el Fondo Nacional para la Cultura y las
Artes (FONCA) es el principal instrumento nacional diseñado para estimular la
creación artística. Se trata de la utilización de recursos económicos dirigidos a
proyectos artísticos de calidad y opera como enlace, intermediario, aval y eje
concentrador de recursos financieros, lo cual facilita a grupos artísticos,
55 V. Ibid., p. 73. 56 V. Ibid., pp. 75-76. 57 V. Ibid., p. 87.
instituciones públicas y privadas la posibilidad de llevar a cabo proyectos
especiales con la participación de la sociedad civil y los tres niveles de gobierno.58
2.1.4.3. Libro y lectura
La principal propuesta del Programa Nacional de Cultura en materia de difusión
cultural, se condensa en el programa Hacia un país de lectores cuyo marco de
alcance es la formación y capacitación de lectores de todas las edades, hasta la
producción, distribución y difusión de los libros, en estrecha colaboración con el
Sistema Educativo Nacional y con los sectores social y
privado.http://www.camaradediputados.gob.mx/cesop/Comisiones/3_cultura.htm -
_ftn1459
Así mismo, el fomento de las industrias culturales y de las empresas
culturales es un tema de vital relevancia ya que ha pasado a ocupar un lugar
central en la agenda cultural. En este aspecto podemos comentar que hace falta
precisar que aquí se alude a un espectro de iniciativas comerciales que van
desde Televisa, por ejemplo, hasta una pequeña editorial independiente; desde la
marca disquera EMI, hasta una banda de rock que produce su propio disco.
El tema de las nuevas tecnologías como instrumentos para la creación
cultural, el acceso a la cultura, la formación de artistas, la conservación del
patrimonio, la investigación sobre creación artística, la cultura popular y la
diversidad cultural, son otros temas que se tratan de manera ambigua en las
agendas.60
58 Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, disponible en: fonca.conaculta.gob.mx (junio 8, 2006). 59 Programa Nacional de Cultura. Op. cit., p. 155. 60 Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, "Políticas públicas y gestión gubernamental de la administración vigente", en Cultura [Actualización: 8 de marzo de 2006], disponible en: www.diputados.gob.mx/cesop/
2.5. Algunas acciones, proyectos y programas
Durante la administración 2001-2006 a cargo de Vicente Fox Quezada, a través de
CONACULTA, y atendiendo a un cúmulo de críticas provenientes de la comunidad
artística y cultural, así como de ciudadanos, intelectuales y público inconforme por
la poca eficacia y desarrollo de una verdadera democracia cultural, se estableció
el programa La Cultura en tus Manos, a través del cual se trató de responder a las
demandas de este público y comunidad cultural y artística.
Para una mejor comprensión de lo realizado en dicho programa, se hará un
breve resumen descriptivo de las mejoras a la política cultural de México dentro de
sus tres principales objetivos como son la preservación, promoción y difusión de la
cultura.
2.5.1. Preservación Dentro del programa de actividades del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), durante la administración 2001-2006 se trabajaron casi medio
millar de proyectos de investigación sobre temas considerados prioritarios o
relevantes a lo largo de las diversas regiones del país. Por ejemplo, los que se
ocupan de las poblaciones de origen africano, como el proyecto “Estudios sobre
las poblaciones y culturas de origen africano en México”, “La muerte de los
esclavos negros y sus descendientes en el Ingenio de San Nicolás de Ayotla”,
“Mujeres de origen africano y sociedad virreinal en la Ciudad de México”, entre
otros.
Asimismo, el INAH ha promovido proyectos nuevos, como “Yacimientos de
Obsidiana en el centro del país”; “Cerro de la Amada”, en Chiapas;
“Arqueoastronomía, inventario y diagnóstico de recursos culturales sumergidos en
el Golfo de México”. También cabe destacar el apoyo otorgado por el INAH a
proyectos que han contribuido al conocimiento científico a formular programas de
trabajo gubernamentales y a la toma de decisiones sobre el patrimonio cultural,
como la propuesta para la definición de la Ley de Derechos Lingüísticos y la
constitución del Instituto de Lenguas Indígenas. 61
Entre los proyectos auspiciados por el INAH podemos destacar los
siguientes62:
• “Etnográfica de las regiones indígenas de México en el nuevo milenio”.
Iniciativa compartida por equipos regionales de 24 estados, busca
analizar la realidad actual de la problemática indígena del país.
• “Cerro de la Estrella”. Proyecto interdisciplinario en el que participan 40
estudiosos de varias disciplinas analizando vestigios de las culturas
teotihuacana y coyotlateca, así como cerámicas encontradas en Puebla,
Morelos, Oaxaca y en la cuenca de México. Sus hallazgos revelan que
este cono volcánico, dedicado a la adoración del fuego, fue un lugar
central de la religiosidad antigua y atrajo a distintos grupos étnicos del
Altiplano.
Además de apoyo a investigaciones antropológicas e históricas, el INAH
realiza actividades como foros de discusión y diálogo académico en distintos
campos como la lingüística, etnología y antropología social, así como
participaciones en coloquios como el Leonardo Manrique, en el ámbito de la
lingüística, y la semana de la Diversidad Sexual y el Congreso Internacional sobre
Salud y Enfermedad, en el de la antropología física. También organiza mesas
redondas en distintos puntos arqueológicos del país, como la cuarta y quinta
edición realizada en Teotihuacan durante el gobierno foxista, en donde se abordan
diversas temáticas acerca de la vida, arquitectura, etc., de las culturas del México
antiguo.
61 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. La cultura y las artes en tiempos del cambio, FCE/CONACULTA, México, 2005, p. 55. 62 V. Ibid., pp. 56-58.
En el año 2003 se inauguró la nueva sede de la Escuela Nacional de
Conservación, Restauración y Museografía (ENCRYM) con el fin de atender la
necesidad exponencial de generar cuadros técnicos, profesionales, para la
atención de la preservación del patrimonio histórico del país. Otra de las grandes
tareas impulsadas por el INAH es la conservación y rehabilitación edificios con
interés histórico y social, por ejemplo el Castillo de Chapultepec, los ex conventos
de Corpus Christi y San Juan Evangelista, en la Ciudad de México. Para este fin,
el INAH ha establecido relación con distintos órdenes de gobierno así como
organizaciones sociales, como es le caso de la Secretaría de Turismo que financió
el proyecto de la restauración de la urbe tolteca de Tula, Hidalgo.
Como señalamos líneas arriba, la participación de la iniciativa privada a
través de fundaciones (Banamex, Televisa, Telmex, etc.) ha sido un hecho
destacado en la restauración de varios sitios declarados con valor histórico por el
INAH, por ejemplo, del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Las acciones de preservación del patrimonio histórico y cultural del país son
coordinadas e instrumentadas por la Dirección General de Sitios y Monumentos
del Patrimonio Cultural. El objetivo central de esta dirección es proteger, conservar
y restaurar el acervo de sitios, monumentos históricos y objetos artísticos de
propiedad federal.63
La Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural tiene
como norma de trabajo el promover la vinculación externa con universidades,
gobiernos estatales y municipales e institutos de la cultura. De igual manera se
cuenta con la colaboración de organismos internacionales como el World
Monuments Fund y la Cathedral Architects’ Association, entre varios más.
63 V. Ibid., p. 79.
2.5.1.1. La Coordinación de Patrimonio Cultural, Desarrollo y Turismo
Como respuesta a un contexto en el que el turismo (sobre todo el internacional) ha
venido ganando cada vez más relevancia dada la intensificación de la
globalización, se creó esta coordinación durante la administración 2001-2006 con
el fin de analizar y establecer los vínculos entre el patrimonio cultural y los
sectores del desarrollo, en especial la industria turística. Ello significa, para las
comunidades, un beneficio que podría aparecer en toda su extensión si se
articulan de manera exitosa los recursos culturales con los procesos económicos y
sociales.64
La coordinación ha venido impulsando actividades de promoción del turismo
“cultural” como la realización de congresos y encuentros, como es el caso del
Congreso sobre Patrimonio Gastronómico y Turístico Cultural que tiene el objetivo
de generar proyectos y programas que redunden en el posicionamiento de cada
vez más y mejores sitios de interés turístico, sobre todo internacional (playas,
zonas arqueológicas, ranchos cinegéticos o de caza, playas y balnearios, etc.).
Para este fin se ha contado, de acuerdo con documentos de CONACULTA, con la
participación de autoridades municipales, gestores culturales y prestadores de
servicios turísticos, quienes se encargan de diseñar guías y rutas que difundan el
patrimonio cultural y que se abordan en los seminarios, talleres y encuentros.
La Coordinación de Patrimonio Cultural, Desarrollo y Turismo también
cuenta con un programa editorial con el fin de divulgar información acerca de los
encuentros, estudios, investigaciones y convenios internacionales en la materia.
También se cuenta con un centro de documentación y página Web donde se da
información acerca de la coordinación, sus actividades, congresos y seminarios;
de igual manera se puede consultar el boletín Vínculos, y acceder a ponencias,
relatos e informes finales de congresos y seminarios.
64 V. Ibid., p. 91.
Finalmente, otra de las instancias administrativas referidas al rubro de
promoción, preservación y estudio del patrimonio cultural e histórico del país es el
Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero. A
través de este centro se pretende la conservación y reconversión de la
infraestructura ferroviaria; para ello se han llevado a cabo investigaciones sobre el
vasto patrimonio conformado por vías, derecho de vía, estaciones, puentes, etc.,
susceptibles de reaprovechamiento como espacios culturales, educativos o de
atención a las necesidades de servicio de salud, entre otros.
En esta lógica se creo la Asociación Mexicana de Museos de Ferrocarriles
en distintas localidades como en Empalme en nuestro estado, Tulancingo,
Acámbaro, Aguascalientes, Oaxaca, San Luís Potosí, Mérida, Chihuahua,
Torreón, Pachuca y Monterrey.
Resumiendo, podemos decir que el patrimonio cultural ferrocarrilero, e
histórico en general, se inscribe hoy en las políticas neoliberales que reconocen la
necesidad de incorporar la cultura como un elemento del desarrollo sustentable,
aprovechando la infraestructura disponible para fortalecer la descentralización
cultural y el desarrollo económico de las localidades con “vocación” turística.
2.5.2. Promoción
El Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) tiene como objetivo
estimular la creación artística en todas sus manifestaciones. Además de ser un
instrumento para promover, difundir y preservar nuestro patrimonio, el Fondo es el
mecanismo financiero del Consejo Nacional para la Cultura y Artes: recibe y
administra las aportaciones que el Gobierno y la sociedad civil destinan al estímulo
de la creación artística. Asimismo, colabora con las distintas dependencias del
CONACULTA para que operen programas con las instituciones responsables de la
cultura en los estados.65
65 V. Ibíd., pp. 323 y 325.
Al FONCA desde su origen se le asignaron las siguientes tareas: apoyar la
creación y producción artística de calidad; promover y difundir la cultura;
incrementar el acervo cultural, además de preservar y conservar el patrimonio de
la nación.
El FONCA cuenta con 17 programas en los cuales anualmente lanza una
convocatoria a creadores y artistas para que participen con sus propuestas,
mismas que son evaluadas por comisiones dictaminadoras formadas por artistas y
creadores de reconocido prestigio.
Los programas vigentes del FONCA son los siguientes66:
• Sistema Nacional de Creadores de Arte.
• Sistema Nacional de Creadores de Arte para Creadores Eméritos.
• Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales.
• Programa de Jóvenes Creadores.
• Programa de Intérpretes.
• Programa de Apoyo a Escritores en Lenguas Indígenas.
• Programa de Apoyo para Estudios en el Extranjero.
• Programa del Intercambio de Residencias Artísticas (Austria, Canadá,
Colombia, España, Estados Unidos, Francia, República Checa y
Venezuela)
• Programa de Fomento a la Traducción Literaria.
• Artes Aplicadas.
• Programa Edmundo Valadés de Apoyo a la Edición de Revistas
Independientes.
• Programa de Apoyo a Músicos Tradicionales Mexicanos.
• Programa de Apoyo a la Traducción de Obras Mexicanas a Lenguas
Extranjeras.
66 V. Ibíd., pp. 326 y 327.
• Contacto Cultural, Fundación Cultural México-Estados Unidos de
América, A.C.
• Programas Teatros para la Comunidad Teatral.
• México en Escena, Programa de Apoyo a Grupos Artísticos
Profesionales de Artes Escénicas.
• Programa México: Puerta de las Américas, Encuentro de las Artes
Escénicas.
La Comisión de Artes y Letras es el órgano encargado de la decisión del
proceso de selección en estos programas. En la integración de esta comisión
participan personalidades prominentes del espacio cultural y artístico; en ella
participa un representante del INBA, uno del centro Nacional de las Artes y otro de
la Dirección General de Vinculación Cultural de CONACULTA.
Algunas de las facultades de este grupo de personas son la de analizar y
revisar el funcionamiento de los programas, decidir los criterios en que deberán
basarse las diversas comisiones de selección, evaluar su desempeño y proponer
candidatos para formar parte de dichos jurados.
De acuerdo a la normatividad imperante, el solicitante, y público en general,
cuenta con la posibilidad de saber en qué fase se encuentra todo proyecto
participante, ya sea en la fase administrativa, técnica o resolutiva.
A últimas fechas, en el Programa de Apoyo para Estudios en el Extranjero
se incluyeron nuevas especialidades como diseño textil, diseño de vestuario y
multimedia.
2.5.2.1. Dirección General de Asuntos Internacionales
La Dirección General de Asuntos Internacionales tiene el objetivo de promover en
el extranjero la imagen de México como un país de rica diversidad cultural y de
presentar en México lo más destacado del arte y las culturas del mundo.67
Entre algunas de las muestras internacionales promovidas por esta
dependencia del CONACULTA en los últimos años, destaca el proyecto de arte
prehispánico “El camino de Aztlán: arte de una patria mítica”, expuesto en 7
ciudades de Estados Unidos; “El crepúsculo de los mayas” y “Metrópolis mexica”
en Francia, todos en el 2001. Para el 2006 CONACULTA organizó la muestra “El
jaguar prehispánico: huellas de lo divino”.
Esta Dirección también da apoyo a la participación de artistas y galerías en
importantes ferias y bienales en el extranjero, aquí podemos destacar las de
Venecia y Estambul, las de Sao Paulo, Lima, MERCOSUR, la Internacional de
Arquitectura de Sao Paulo, la de Yokohama y la de Beijing. Además da apoyo a
muestras extranjeras en nuestro país como la realizada en Monterrey y en la
Ciudad de México: “China imperial: las dinastías de Xi´an” y “El mundo de Carlos
V: de la España medieval al Siglo de Oro”.
2.5.2.2. Centro Nacional de las Artes (CENART)
Esta instancia administrativa es un conjunto de espacios escénicos, escuelas y
centros de investigación, cuya finalidad es la difusión artística, además de apoyar
los procesos de docencia e investigación. Para la operación de sus programas
cuenta con una serie de escuelas y centros de investigación que en el aspecto
administrativo dependen del INBA, y que impulsan un nuevo enfoque
interdisciplinario: las Escuelas Nacionales de Danza Clásica y Contemporánea
(ENDCC); de Arte Teatral (ENAT), de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda
67 V. Ibíd., p. 335.
(ENPEG); la Escuela Superior de Música (ESM), además de los Centros
Nacionales de Investigación, Documentación e Información de las Artes Plásticas
(CENDIAP); de Investigación, Documentación e Información de la Danza José
Limón (CENIDI-Danza); de Investigación, Documentación e Información Teatral
Rodolfo Usigli (CITRU). Asimismo se encuentra en el CENART el Centro de
Capacitación Cinematográfica, A.C. (CCC), que depende del IMCINE. 68
Durante la Administración 2001-2006 el CENART reforzó un proyecto de
educación artística profesional a partir de los siguientes principios: especialidad de
educación artística, interdisciplinariedad e integridad del conocimiento, vinculación
entre educación e investigación, con la vida artística profesional y exploración del
arte y las nuevas tecnologías.
En cuanto este último punto, cabe destacar que el CENART, a partir de su
experiencia con el Centro Multimedia, asumió el reto de generar un modelo
pedagógico basado en la televisión. Para este propósito se diseñaron cursos con
objetivos, secuencias y formas de producción de imagen que combinan la labor
del comunicador, el diseñador gráfico, el escenográfo, el pedagogo y el
especialista en diversas disciplinas artísticas, enfatizando las posibilidades de
interacción con el participante y con un sistema de servicios escolares capaz de
soportar las inscripciones en línea y formas de comunicación dialógicas con todos
los actores del proceso educativo en los estados.69
2.5.2.3. Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBA)
Los fines del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBA) son “el cultivo,
fomento, estímulo, creación e investigación de las bellas artes en las ramas de la
música, las artes plásticas, las artes dramáticas y la danza, las bellas letras en
todos sus géneros y la arquitectura” (art. 2, frac. I), así como la organización y
68 V. Ibíd., p. 131. 69 V. Ibíd., p. 135.
desarrollo de la educación profesional en todas las ramas artísticas (art. 2, frac. II).
Además, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e
Históricos otorga al INBA la responsabilidad de proteger el patrimonio artístico de
México.70
Una tarea esencial del INBA también consiste en crear vínculos entre los
creadores y artistas, además de incidir en la formación y atracción de nuevos
públicos, así como la formación y educación de creadores. En este sentido, el
INBA cuenta con programas para la educación artística, son 29 escuelas que se
suman a la de nivel superior de más de un centenar de universidades, institutos y
centros escolares públicos y privados que imparten al menos una de las siguientes
categorías: danza, música, teatro, arquitectura y artes plásticas o visuales, lo que
hace una suma de 500 carreras a nivel licenciatura y posgrado de donde 114
licenciaturas y 5 posgrados son impartidos desde el INBA.
El Instituto al desarrollar proyectos académicos, reforzó la conexión con
secretarias, institutos de cultura, universidades, centros municipales y regionales e
instancias públicas y privadas.
En cuanto a investigación, destaca el trabajo de los Centros Nacionales del
INBA, el cual incluyo cerca de 200 proyectos encaminados a generar y divulgar el
conocimiento en turno a la danza, la música, el teatro y las artes plásticas, así
como a sistematizar información sobre aspectos poco atenidos como la danza
para los niños, la didáctica, los códigos lingüísticos y las nuevas formas de
entretenimientos del discurso visual y la generación de proyectos
multidisciplinarios de investigación para la creación y la producción artística.71
70 V. Ibíd., p. 109. 71 Ibíd., p. 125.
2.5.2.4. Dirección General de Culturas Populares e Indígenas
El fin de la Dirección General de Culturas populares e Indígenas (DGCPI), ha sido
ampliar la participación de los grupos que producen y recrean las culturas
populares e indígenas; de que sean los creadores, las organizaciones, los pueblos
y comunidades quienes orienten la acción de las instituciones. El principal objetivo
de la DGCPI es “fortalecer el respeto, el aprecio y la promoción de las expresiones
culturales populares e indígenas, raíz fundamental de nuestra identidad”. 72
Dentro de los programas de la Dirección se encuentra el de Desarrollo
Integral de la Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas donde sus
principales líneas de acción giran en torno a temáticas como: la mujer indígena en
el desarrollo cultural, lenguas y literatura indígenas, apoyo a la cultura de los
indígenas migrantes, apoyo a los creadores indígenas y apoyo a microempresas
culturales indígenas.
Para estos efectos, se han instalado fondos específicos, tripartitas, en
vinculación con la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y
los gobiernos de los estados, como es el caso de Sonora, Veracruz, San Luís
Potosí, Chiapas, Chihuahua, Oaxaca, Hidalgo y Guanajuato.73
2.5.3. Difusión 2.5.3.1. Dirección General de Publicaciones
La Dirección General de Publicaciones (DGP) de CONACULTA tiene como
principal misión la distribución y venta de libros y revistas, así como la producción
y edición de éstos. También está a cargo de la organización y asistencia de ferias
72 Ibíd., p. 225. 73 Loc. cit.
del libro, realización de talleres, seminarios, coloquios, presentaciones y
conferencias, así como la vinculación con otras editoriales.74 Veamos ahora
algunos de sus principales programas y acciones.
2.5.3.1.1. Programa Nacional de Salas de Lectura
La DGP cuenta con el Programa Nacional de Salas de Lectura, a través del cual
se encomienda una colección de libros a un voluntario para que éste, por lo menos
una vez a la semana, los ponga al alcance de un grupo de personas y se realicen
actividades relacionadas con la lectura, como debates, lecturas en voz alta, la
visita de algún autor, etc. También se prestan libros a los miembros del grupo para
que puedan disfrutar de la lectura en la comodidad de su casa, sin embargo, los
libros de esta colección son responsabilidad y propiedad del coordinador de la
sala. Los voluntarios, antes de poder llevar una sala de lectura, son capacitados y
aprobados en un curso organizado por la DGP y la Dirección de Vinculación
Cultural del CONACULTA, además de las autoridades culturales de un estado.
Una de las aportaciones del programa es que la acción de los promotores
de lectura trasciende las salas de lectura a las escuelas, bibliotecas y centros
culturales:
En la segunda mitad del 2001, el programa de Salas de Lectura, en coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores, se extendió a nueve ciudades en Estados Unidos. Asimismo, en el 2002, con la Dirección de Animación Cultural del CONACULTA, se abrieron 228 salas para públicos con necesidades especiales, en centros de readaptación social, hospitales psiquiátricos, clínicas del IMSS y del ISSSTE, centros para la atención de ancianos y casas hogar. Las salas de lectura se encuentran en hogares -34 por ciento-, plazas, parques, oficinas, casas de la cultura; algunas viajan en maletas, canastas y cajas por ejidos y rancherías donde no existe un solo libro que no sea de texto en kilómetros a la redonda.75
Según cifras de CONACULTA, el 43 por ciento de estas salas se
encuentran en zonas rurales o semiurbanas; el 62 por ciento de los asistentes son 74 V. Ibíd., p. 23. 75 Ibíd., p. 27.
mujeres; los niños y adolescentes representan el 67 por ciento de los usuarios; se
atiende por semana alrededor de 20 o 25 personas, prestándose unos 10 libros.
2.5.3.1.2. Ferias del libro
La feria más importante organizada por la DGP, es la Feria Internacional del Libro
infantil y Juvenil (FILIJ). Esta feria se realiza bajo los auspicios de la Cámara
Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) y se lleva a cabo en la
Ciudad de México en el Centro nacional de las Artes, durante la semana del Día
Nacional del Libro. Oficia como un punto de reunión anual para importantes sellos
editoriales, además que se desarrolla un amplio programa cultural donde se
cuenta con la visita de especialistas de distintos países quienes participan en
actividades como el Seminario Internacional de Fomento a la Lectura. Como otras
acciones ya expuestas, las ferias del libro buscan incrementar el gusto por la
lectura en niños y jóvenes, por lo que se cuenta con talleres de diversos géneros
literarios, así como la participación de cuenteros y cuentacuentos, entre otras
iniciativas.
2.5.3.1.3. Programas radiofónicos y Programa Cultural Tierra Adentro
La DGP cuenta con la coproducción de 2 programas de radio: “Los libros tienen la
palabra” trasmitido por Radio UNAM, y “Circo, maroma y libros” con Radio
Educación. También se destaca la edición de la revista Tierra Adentro, dirigida a
promover la lectura entre jóvenes; esta revista cuenta con la colaboración de
artistas visuales, escritores y promotores culturales jóvenes. Para favorecer a la
descentralización el director de la revista Víctor Manuel Cárdenas, creó la figura
del “director huésped”, con el propósito de que cada uno de sus números sea
codirigido por alguna persona que radique en ciudades diferentes.
2.5.3.1.4. Educal
En materia de distribución y comercialización de libros, las autoridades
gubernamentales del país reconocen un enorme rezago, principalmente en
provincia, debido a una muy pobre infraestructura de librerías, situación que tiende
a empeorar al paso del tiempo. Ante tal circunstancia, el CONACULTA, a través
de Educal, S.A. de C.V., puso en marcha un programa dedicado a desarrollar en
todos los estados la más extensa red de librerías como acción prioritaria para
abatir en alguna medida este déficit en la oferta cultural.76
Educal, S.A. de C.V., es la compañía paraestatal que comercializa los
bienes culturales que producen las instituciones coordinadas por el CONACULTA
y las dependencias que lo forman. Distribuye y vende libros, revistas, grabaciones,
reproducciones, joyería y objetos artesanales. Desde el 2001, Educal ha dedicado
especial interés en la producción editorial de las instituciones culturales y los
editores de los estados. Para el 2005 operaba más de 80 librerías y tiendas de
museo en todo el país.77 Además Educal participa en ferias del libro dentro y fuera
del país donde se promueve, exhibe y venden libros con precios preferenciales.
2.5.3.1.5. Dirección General de Bibliotecas
Ante el insuficiente desarrollo de la red de bibliotecas públicas municipales y su
crónica escasez en sus acervos, la Administración Federal 2001-2006 propuso a
los gobiernos de los estados, a los municipios y a las comunidades que, bajo la
coordinación técnica y normativa y con el apoyo del CONACULTA y su Dirección
General de Bibliotecas (DGB), se realizara un esfuerzo adicional para elevar el
servicio de las bibliotecas. Para ello, de acuerdo con la Ley General de Bibliotecas
vigente desde 1988, se tomaron una serie de medidas para extender el servicio de
bibliotecas públicas y mejorar sustancialmente su calidad en todos sus niveles,
76 V. Ibíd., p. 39. 77 V. Ibíd., p. 23.
desde la más pequeña biblioteca en una comunidad rural hasta la muy
cuestionada biblioteca central de la Red nacional de Bibliotecas Públicas, la
Biblioteca de México José Vasconcelos.78
Como podría esperarse de este tipo de dependencias, a través de la DGB
se realizan capacitaciones a bibliotecarios, cursos de fomento a la lectura, cursos
básicos de formación de bibliotecarios, sobre todo en nuevos campos tecnológicos
como es el caso del Programa de Acceso a Servicios Digitales en Bibliotecas
Públicas, entre otros. Este programa se diseñó conjuntamente con el Instituto
Latinoamericano de la Comunicación Educativa, un modelo de formación
integrado por cuatro cursos: introducción al programa, servicios básicos de
operación, seguimiento de la operación de los módulos digitales y estrategias para
mejorar el servicio.79 También se cuenta con la formación de bibliotecarios y
responsables de redes bibliotecarios en el extranjero.
Es en esta Dirección donde se inició el proyecto del nuevo edificio de la
Biblioteca de México José Vasconcelos, modificando con ello el acervo de las
instalaciones de La Ciudadela, dado que el proyecto propone que en esta antigua
ubicación se mantengan los fondos de libros antiguos, los especializados y la
hemeroteca de revistas y periódicos antiguos, además de que se creen algunos
servicios especializados de información, consulta e investigación,
fundamentalmente sobre México.80
2.5.3.2. Festival Internacional Cervantino
Referirnos al Festival Internacional Cervantino (FIC) es aludir al evento de difusión
quizás de mayor proyección para CONACULTA (así como el Festival Alfonso
Ortiz Tirado lo es para el Instituto Sonorense de Cultura –ISC-, como veremos);
por su carácter internacional es uno de los más relevantes de América. El objetivo
78 V. Ibíd., p. 43. 79 V. Ibíd., p. 44. 80 V. Ibíd., p. 48.
principal del FIC ha sido el de ofrecer a la ciudad de Guanajuato, a su estado y al
país, un evento artístico plural y diverso, que logre la vinculación de todos los
sectores sociales. La creación de un espacio de intercambio y apertura para
proyectar las manifestaciones artísticas mexicanas en el mundo, además de
contribuir al desarrollo de los programas de educación, información y
perfeccionamiento de los artistas del país, han sido dos de los objetivos
alcanzados a través de las ediciones de este magno festival.81
El Comité organizador del FIC es el encargado de conseguir patrocinio a
empresas públicas y privadas mexicanas, y con la colaboración de la Secretaria
de Relaciones Exteriores y el Convenios de Cooperación Cultural, ha obtenido
importantes apoyos económicos de instituciones y empresas de países invitados.
Además este festival ha sido una actividad económica significativa para
Guanajuato, ya que se ha convertido en un nicho paran el turismo cultura
(nacional e internacional) beneficiando con ello a restaurantes, bares, hoteles,
comercios, agencias de viaje, antros, transportes urbanos, casetas de cobro, entre
otros negocios e instituciones.
2.6. Algunas reflexiones críticas sobre la política cultural en México
A manera de cierre del capítulo y con el fin de tener una visión más amplia de la
situación actual de la política cultural en México, a continuación presentamos un
apartado en donde se recogen algunas opiniones de escritores, productores,
creadores, editores y demás personajes relacionados con la cultura en nuestro
país, publicadas en la edición número 345 de la revista Nexos titulada “¿A quien le
importa la cultura?” (ya mencionada en la nota 30 a pie de página) del mes de
septiembre del 2006. Para una mejor identificación de los artículos y su relación
con los objetivos de la política cultural, se continuará con la división que se ha
venido utilizado a lo largo del presente trabajo (preservación, promoción y difusión
de la cultura).
81 V. Ibíd., p. 161.
Para empezar tomaremos el artículo escrito por el presidente del Patronato
de la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara Raúl Padilla, titulado “Creación
de valor público” donde reflexiona de una manera general sobre la política cultural
en México, su perspectiva sobre ésta y aspectos que en su opinión se requieren
para una política cultural más idónea.
Padilla afirma que en la actualidad México requiere de una política cultural
de Estado, es decir, una política cultural comprometida con la promoción del bien
público, así como con la comunidad y el desarrollo nacional en general. Por otra
parte incita a aprovechar el enriquecimiento y cambios positivos en nuestro país,
tal es el caso de la globalización, la cual considera una oportunidad para
enriquecer nuestra propia visión en relación con el mundo sin perder nuestra
identidad.
Propone las siguientes acciones:82
— Una nueva Ley de Cultura. Fortalecer el papel del gobierno federal, ya que
a pesar de que el CONACULTA ha impulsado la acción del Estado en
materia cultural, su proyección es aún insuficiente debido a su escasa
autonomía de gestión (frente a los intereses del grupo gobernante
representado notoriamente por el ejecutivo, por ejemplo), lo que impide que
el consejo lleve a cabo prósperamente sus tareas; al mismo tiempo propone
llevar a cabo una descentralización regional y municipal de los recursos,
instrumentos y atribuciones de las políticas culturales, además de aumentar
la participación de artistas, creadores y sociedad civil.
— Creación de la Secretaría de Cultura. Crear una instancia administrativa al
más alto nivel del gobierno federal que opere como mecanismo de
82 Raúl Padilla. “Creación de valor público”, Nexos. ¿A quién le importa la cultura?, volúmen XXVIII, número 345, septiembre de 2006, p. 67.
coordinación y apoyo a un sistema desconcentrado de entidades donde
participen los propios protagonistas de la cultura, pero con el rango
suficiente para ser interlocutor, también, de primer nivel.
— Ley de mecenazgo e incentivos fiscales. Crear una ley de mecenazgos e
incentivos fiscales que dé seguridad a la participación privada en el
financiamiento de las actividades culturales.
— Construcción de infraestructura. En nuestro país lamentablemente
carecemos (a excepción de la Cd. de México) de teatros, salas de
conciertos y museos de grandes dimensiones. Por lo tanto, aunado muchas
veces al escaso interés por la cultura, en la mayoría de las entidades del
país no se tienen los espacios y la oferta adecuada para el disfrute de ésta.
— Impulso a las industrias editorial, cinematográfica y musical. El mayor
desafío aquí es incrementar el fomento a la lectura y aumentar los
presupuestos y la promoción del sector cinematográfico, de esta manera se
lograría una mayor producción anual y de buena calidad.
— Potenciar el papel de los medios de comunicación en la cultura. Hacer un
mejor uso de los medios masivos de comunicación para obtener un mayor
acceso a los valores artísticos y culturales para la población en su conjunto.
— Extender la política cultural a las comunidades mexicanas en Estados
Unidos. Crear un programa de apoyo para los aproximadamente 25
millones de mexicanos en Estados Unidos; de esta manera se generarían
condiciones favorables para su desarrollo cultural y económico y, sobre
todo, de la conservación y proyección de su identidad cultural. Además la
industria cultural se fortalecería debido a la presencia de la cultura latina, la
cual es una gran parte del mercado cultural estadounidense.
— El sector cultural como eje para el desarrollo económico. Es un eje
importante como fuente de empleo, así como palanca para impulsar nuestro
desarrollo. Al respecto señala algo que nos parece importante: “en nuestros
días el estado no tiene los recursos materiales y de autoridad para
implantar una política cultural dirigida desde arriba, centralizada y operada
mediante un aparato burocrático costoso. Además, como somos una
sociedad abierta, el estado ya no es el único actor capaz de promover la
cultura. El rumbo de la evolución cultural no es monopolio de ninguna
agencia, pública o privada, sino la consecuencia de un proceso complejo en
el que todos los involucrados deben tomar parte”.83
2.6.1. Preservación
Para tener una visión general acerca de las características del desarrollo histórico
de las políticas culturales sexenales del México posrevolucionario, incluimos aquí
algunas reflexiones que al respecto ha formulado el historiador Enrique
Florescano en la edición de la revista antes mencionada.
De entrada señala que el proyecto cultural posrevolucionario, impulsado
destacadamente por Vasconcelos en el gobierno de Obregón, durante décadas
mostraron la virtud de haber invertido grandes recursos presupuestarios,
intelectuales y organizativos en la búsqueda de un proyecto nacional en materia
educativa, artística y cultural. Sin embargo, también reconoce que en el trayecto
de los diferentes gobiernos posrevolucionarios se presentaron serias
deformaciones en materia de centralismo administrativo, nepotismo,
descoordinación administrativa, escasez de recursos presupuestarios, etc.
Por otra parte señala que, no obstante que la promoción, organización y
transmisión de la cultura en nuestro país ha contado con la participación de cuatro
protagonistas de gran importancia, como son el estado, los medios de
comunicación, las instituciones académicas y grupos aislados de la sociedad civil.
Sólo el Estado ha logrado desarrollar lo que se podría llamar una política cultural.
83 Raúl Padilla. “Creación de valor público”, en Nexos, Núm. 345, Año 28, Vol. XXVIII, México, p. 68.
Desde el inicio del proyecto cultural posrevolucionario, la educación y la
cultura crecieron a pasos agigantados y otorgó a la Secretaría de Educación
Pública (SEP) funciones que desde entonces la caracterizan: educación,
protección del patrimonio y enseñanza de las artes, construcción de bibliotecas y
fomento de la lectura y el libro. Pero este proyecto con todos sus logros y virtudes,
también creó algunas irregularidades que dieron paso a rasgos negativos, dentro
de los cuales el autor resalta los siguientes:84
o El centralismo ha sido, quizás, el más negativo de todos y el más
identificable en la política cultural. Un centralismo que se proyecta
desde las instituciones, museos, conservatorios, bibliotecas,
cinéticas, a la enseñanza y a la investigación, las fuentes de trabajo
y la emisión de imágenes y mensajes culturales. Una de sus
manifestaciones sería el crecimiento de la infraestructura cultural,
pero notoriamente ubicado en la Cd. de México, en forma análoga a
la concentración del poder y de las instituciones del gobierno federal.
Un gran ejemplo de ello, señala Florescano, es la actual
administración del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que
además de haber expulsado a la UNAM y a la Universidad
Veracruzana del Consejo de Antropología, le cierran el paso a la
participación ciudadana, la colaboración responsable, así como al
apoyo de organizaciones sociales, instituciones académicas y al
sector privado.
o Otro rasgo negativo de vital importancia, muy ligado al anterior, es
que las instituciones culturales sufren de una dependencia absoluta
del gobierno, lo que provoca un incumplimiento de los fines
otorgados en un inicio (fenómeno de “burocratización” de las
decisiones y acciones). A manera de ejemplo de esta situación en lo
84 Enrique Florescano. “Una panoramica”. Nexos. ¿A quién le importa la cultura?, volúmen XXVIII, número 345, septiembre de 2006, pp. 39-41.
que toca al rubro de preservación cultural, Florescano señala que, a
50 años de existencia del INAH, éste no ha concluido el inventario
de las zonas arqueológicas que protege. Así como el Instituto
Nacional de Bellas Artes no cuenta con un registro de las obras y
bienes que preserva.
o El tercer rasgo negativo y no menos importante es la falta de interés
por parte de las instituciones gubernamentales hacia la demanda de
la población, por lo que señala el autor, presentan exposiciones o
programas de difusión que solo atienden al interés de las personas
encargadas de la institución. Por otra parte, dejan a un lado la
elaboración y presencia de exposiciones en todas sus expresiones
artísticas de la tradición popular o la formación social y política del
país: “En lugar de cumplir con la vocación pública que les dio origen,
son recintos ensimismados en círculos sindicales y burocráticos.
Con la excepción del Museo Nacional de las Artes y el Museo de
San Carlos, que renovaron su museografía y programaron
exhibiciones innovadoras, el resto permanece estancado”. 85
o Por último, siguiendo con el rubro de preservación de la cultura
nacional, se refiere a la “obsoleta” Ley Federal sobre Monumentos y
Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, expedida en 1972. Al
respecto afirma que a pesar de que nuestro país ha experimentado
grandes cambios en su población, territorio, desarrollo urbano,
medios de comunicación y retos con el crecimiento de la
globalización, esta ley no ha tenido ningún tipo de actualización
hasta la fecha. También sostiene que es importante que el INAH
haga un “reciclaje” de personal para evitar la carencia de iniciativas
renovadoras.
85 Ibíd., p. 40.
Pero no todo es centralismo y burocracia en cuanto a políticas culturales en
nuestro país, también existen áreas en las cuales se han dado las mejores
experiencias de innovación y creatividad cultural, un ejemplo de ello, sostiene
Florescano, son empresas culturales exitosas como los museos privados Franz
Mayer, el Marco de Monterrey y ferias que cumplen su cometido como es el caso
de la Feria del Libro de Guadalajara, además de valorar el importante papel que
juegan la radio y la televisión como transmisoras de la cultura y enlace entre lo
tradicional y la vanguardia.
2.6.2. Promoción
Para tocar el tema de la promoción cultural, nos referiremos a una de las primeras
formas de promoción moderna: el mecenazgo. Además de echar un vistazo a la
falta de reconocimiento y apoyo que existe hacia algunos creadores, músicos y
demás artistas en nuestro país. Para ello tomaremos como referencia la opinión
del narrador y ensayista Enrique Serna, así como los cuestionamientos de la
periodista y escritora Ángeles Mastretta.
No cabe duda que después de elegir al “gobierno del cambio” se pensó que
por estar libre de corruptelas e inercias burocráticas, la cultura tendría un fastuoso
renacimiento. Como afirma Serna, al principio se veían signos optimistas sobre
esa posibilidad, a manera de ejemplo comenta que Jorge Castañeda desde la
secretaría de Relaciones Exteriores tenía toda la intención de fomentar la cultura
ofreciendo embajadas y agregadurías a cineastas, pintores y miembros
destacados de la literatura, poniendo en claro su gran apego por la buena
literatura y el talento artístico, y si el nuevo gobierno no compartía este gusto con
él, por lo menos la dependencia a su cargo si lo haría. Pero para su suerte el
gusto le duró poco ya que muy pronto llegó el nombramiento de Sari Bermúdez
para dirigir al CONACULTA, impuesta por un capricho de Marta Sahagún, “[…]
después de un proceso de auscultación amañado, los partidarios del nuevo
régimen comprendimos que la política cultural del foxismo había caído en manos
de gente inepta y estrecha de miras”. 86
Serna opina que bien se podría decir que el único “logro cultural” de este
sexenio es la “magna necedad” de haber construido “a un costo exorbitante”, una
fastuosa megabiblioteca que duplica las funciones de la Biblioteca Nacional de la
UNAM, discrimina al 80% de la población lectora y centraliza el acervo libresco del
país, en menoscabo de las bibliotecas públicas de provincia.
Por otro lado, también es crítico de la gestión de López Obrador en el
Distrito Federal y de la política cultural que impulsó, pues considera que se tenía la
esperanza de que el gobierno perredista diera un gran impulso a la cultura, pero la
desilusión fue igual o mayor cuando AMLO destinó un presupuesto “mezquino” al
Instituto de Cultura del D.F., además de desmantelar la exitosa Red de Libro-
clubes y entregó el Zócalo de la ciudad “a la mercadotecnia del espectáculo”.
No bastando esto, critica el que los diputados del PRD aprobaron en bloque
la nueva Ley de Radio y Televisión (“Ley televisa”), acciones sumadas que han
llevado a un sector importante de intelectuales y artistas ha “[…] recordar con
nostalgia el mecenazgo despótico del viejo régimen corporativo]” 87 y afirmar que
en esos tiempos estaban mejor. Y es que durante el régimen priista el cultural era
uno de los sectores más beneficiado dentro de la lógica del clientelismo político
que ganaba adeptos a través de la repartición de los recursos, pecuniarios y de
prestigio, pero que, por otra parte, contaba con grandes promotores de la cultura,
con un capacidad de alto nivel como, por ejemplo, Rafael Tovar y de Teresa, quien
presidió el CONACULTA durante el sexenio salinista. 88
86 Enrique Serna. “Crisis del mecenazgo despótico”, en Ibíd., p. 74. 87 Ibíd., p. 75. 88 Como un reconocimiento a su gestión y trayectoria, hasta hace unos días pues renunció, fungió como Coordinador de la Comisión Conmemorativa del Bicentenario de nuestra Independencia.
Serna destaca la relación insana, pero efectiva, entre política, intelectuales,
artistas y actividad cultural. Especialmente en los últimos tres sexenios (Salinas,
Zedillo y Fox), las políticas culturales distribuyeron, selectivamente, becas para
creadores, dinero para difusión de las artes, una gran cantidad de conciertos y
exposiciones, etc.
A manera de ilustración, el autor refiere el caso de la vida cultural de
Morelos cuando el gobierno se encontraba a cargo de Jorge Carrillo Olea y el
Instituto Morelense de Cultura, dirigido por Mercedes Iturbe, en donde literatos,
teatreros y artistas plásticos atraídos por el apoyo brindado comenzaron a
instalarse en Cuernavaca montando talleres y creando grupos actorales.
Pero como no todo es “miel sobre hojuelas”, toda esta belleza cultural se vio
empañada al descubrirse que el mecenas que brindaba tal apoyo económico,
también escondía a un grupo de secuestradores que el mismo jefe de policía
dirigía y al mismo tiempo ofrecía protección al narco Amado Carrillo, mejor
conocido como “El señor de los cielos”.
Un logro más durante el gobierno priista fue la creación del FONCA, pero
que también fue manchado por Salinas de Gortari dejando de encargado a Víctor
Flores Olea que cuando el país pasaba por una sutil crisis educativa, éste se
encargaba de dar más becas y repartir puestos entre artistas e intelectuales
consentidos, lo que solo generó que la comunidad cultural perdiera credibilidad
ante la sociedad y los nuevos gobiernos (recuérdese a manera de ejemplo las
críticas que recibía personalidades como Héctor Aguilar Camín y el Grupo
“Nexos”, Rolando Cordera, etc.).
Para concluir Serna sugiere:
Si la comunidad cultural quiere hacerse oír y respetar por los gobiernos de la nueva era, debería solicitar que el Estado invierta más en la educación y en la creación de un público para las artes, en vez de mendigar fondos para
sostener a tantos dinosaurios artísticos y literatos que llevan décadas incrustados en el presupuesto. La renuencia de los nuevos gobiernos a practicar el mecenazgo despótico debería alegrar a todos los intelectuales y artistas de valía, pues ahora es más factible que la política cultural del Estado se rija por criterios de calidad. México es un país patriotero con una fuerte propensión al autodesprecio, una contradicción esquizoide que la programación televisiva refuerza día con día al exhibir lo peor de nuestra idiosincrasia. Es urgente renovar al cine, la música popular, la telenovela y el teatro, para que nuestra gente pueda mirarse en un espejo diáfano. Pero hasta ahora los gobiernos del PAN y el PRD han asignado a la cultura una función decorativa, mientras dejan la televisión en manos de una oligarquía zafia, que solo sabe ganar dinero embruteciendo al pueblo. Si de verdad quieren enmendar errores en este campo deberían erradicar de una vez por todas el clientelismo en su relación con la casta divina de la cultura, fortalecer a los canales 11 y 22 para que compitan al parejo con las televisoras comerciales, recuperar el 12% del tiempo estatal en las cadenas privadas para corregir los estragos del marketing y encomendar la dirección del aparato cultural a funcionarios de alta jerarquía.
Por su parte Ángeles Mastretta se refiere al injusto trato que históricamente
han recibido los artistas de nuestras etnias y comunidades pobres en general.
Pone como ejemplo a las mujeres del pueblo de Xitlama en la Sierra Negra de
Puebla quienes bordan flores en trozos de manta que después serán parte de una
blusa de china poblana y que pasarán a manos de otra mujer de otro lugar del
país para plasmar su arte en otra parte de lo que será un vestido de china
poblana, y que mientras nosotros tenemos clara la imagen de un vestido
mexicano de este tipo, estas artistas no tiene ni una vaga idea de cómo luce un
traje como éste, completo.
En cada parte de estos atuendos está una artista que en su creación no ve
más allá de unos cuantos centavos para sobrevivir. ¿Por qué ellas sólo pueden
ser costureras a destajo y una muchacha de su misma edad, instalada a bordar en
la colonia Condesa, logra ser reconocida como diseñadora y cobrar lo que se
debe, darle su nombre a lo que hace, volverlo célebre y explotarlo?, los dos
trabajos son dignos de reverencia, como menciona Mastretta sólo que no se ha
podido encontrar una relación más equitativa para que ambos se valoren de
manera justa.
Nos invita a pensar que con sólo mirar a nuestro alrededor bastaría para
encontrar a cada paso a músicos callejeros con talentos excepcionales o
creadores urbanos, grandes pensadores, entre otros artistas e intelectuales que
necesitan apoyo económico e institucional para seguir produciendo, y que todo
ese talento podría estar en nuestras manos y las del gobierno para promocionarlo,
evaluarlo y de alguna manera favorecerlo.
Mastretta coincide con la opinión de Hugo Hiriart, “artista entre artistas”
como ella lo nombra, de que el estado debe preocuparse por avivar en sus
ciudadanos el gusto y la pasión por el arte, el respeto y el conocimiento de sus
artistas:
“Yo escribo libros, no sé qué hacer para que otros los lean o los escriban. Sé,
sí, que vivir en un país en el que quienes escriben y leen libros, quienes
hacen música o cine, quienes pintan, tocan una marimba o bordan una
camisa sean respetados y queridos, será vivir en un país menos ingrato, en
un mundo que es mejor por el solo hecho de que se piensa y se conoce
mejor”, concluye Mastretta. 89
2.6.3. Difusión
La radio y el cine serán los protagonistas de este último apartado, los cuales
además de jugar un papel muy importante como difusores de la cultura y el arte,
son también un espacio para la creación.
Tal vez la dominante función informativa, de entretenimiento y
acompañamiento musical o de interlocución, es la razón por la que a los medios
electrónicos se les considere no solo como un medio de comunicación, sino como
creadores culturales (radio, televisión y cine).
89 Ángeles Mastretta. “Diría Sabines: Yo no lo sé de cierto, lo supongo”, en Nexos, Núm. 345, Año 28, Vol. XXVIII, México, p. 56.
Emiliano López Rascón, productor de radio y artista sonoro, al hablar de la
relación entre radio y cine, sostiene el enorme potencial de la radio como un
espacio de creación de formas y contenidos estéticos. De hecho, junto con el cine
han generado talentos que han dejado su huella en ambos medios,
intercambiando experiencias, tal es el caso emblemático, entre otros muchos, de
Orson Wells, Groucho y Chico Marx, Walter Rutmannn, y más actualmente el
lauteado director de cine mexicano Alejandro González Iñárritu.
El talento y experiencia de estos creadores han quedado de manifiesto en
la producción de radiodramas, la construcción de paisajes sonoros, radioarte,
adaptaciones literarias, recreaciones documentales, interferencias creativas en las
ondas hertzianas, combinaciones de palabras, ruidos, efectos y silencios. No
obstante ello, señala Emiliano, esta tarea se vería estimulada con la creación de
un centro de capacitación de arte radiofónico o sonoro. Lo más cercano a esta
idea es el proyecto de Radio Educación el Laboratorio Experimental de Arte
Sonoro y eventos impulsados por CONACULTA como Transitio.Mx y el Festival de
Arte Sonoro.
Para López Rascón la tarea estratégica de los creadores de radio o
radioastas “[…] será articularse como una comunidad y fortalecer sus vasos
comunicantes […]. En la agenda se encuentra claramente marcada la necesidad
de crear, prácticamente inventar, consumidores de obras radiofónicas, el auge de
los audiolibros es un inicio” 90. Por otra parte también señala que el otro desafío,
además de articularse como comunidad, es el de adaptarse al dominio de las
nuevas tecnologías como herramientas de producción y canales de distribución
(podcasts, portátiles multimedia y audio por Internet).
90 Emiliano López Rascón. “Para la creación radiofónica: Pesimismo moderado”, en Nexos, Núm. 345, Año 28, Vol. XXVIII, México, p. 54.
En cuanto a estímulos a la cultura y el arte por parte del gobierno, existe la
sección de Medios Audiovisuales, pero dentro de las convocatorias del FONCA los
requisitos no perfilan el diseño de este tipo de trabajos. El más importante y único
foro de encuentro para la comunidad radiofónica orientada al arte y la cultura de
México es la Bienal de Radio Internacional, quien cuenta con el apoyo de
CONACULTA en algunos encuentros y exposiciones como las mencionadas
líneas arriba..
Por otra parte, uno de los observadores más agudos de la vida cultural y
política del México cercano y actual, Carlos Monsiváis, comenta que para
enriquecer la cultura fílmica es necesaria la participación del Estado, del sistema
educativo, de los medios masivos y de los gobiernos regionales. Que así como se
responsabiliza a estas instituciones del fomento a la lectura por medio de la
educación introduciéndonos a ellas al mundo de los libros con títulos de
Cervantes, Quevedo, García Lorca, Neruda, García Márquez y otros, se podría
incluir también un lugar destacado a la cultura fílmica en la educación y en la
promoción de la cultura, si en la formación personal y ciudadana se incluyera el
ver obras del séptimo arte como El ciudadano Kane, Lo que el viento se llevó, Flor
Silvestre, Rojo amanecer y otros largometrajes que bien valdría la pena conocer.
De hecho, a manera de ejemplo, Monsiváis cita el caso del proyecto de
CONACULTA quien en el sexenio de Salinas editó varias series de clásicos
internacionales, entre ellos de directores latinoamericanos.91 Pese a ello señala
que “[…] la cultura fílmica aún no se toma en serio social y gubernamentalmente”.
En síntesis podríamos decir que si hablamos del potencial de los medios
masivos de comunicación como promotores del arte y la cultura en nuestro país,
creemos que sus mejores días están por venir. En el caso específico del cine,
pese a los apoyos que recibe del Instituto Mexicano de Cine (IMCINE), y de otros
fondos, la producción anual es de alrededor de 20 películas, además de una
91 Carlos Mosiváis, “Y tu filmografía también (Política cultural y saberes fílmicos), en Ibid., p. 62.
presencia del cine nacional de un 7% del total del cine en pantalla en el país (el
avasallamiento de Hollywood es claro a nivel mundial).
Sin embargo, con el trabajo coordinado de instituciones como el Instituto
Mexicano del Cine, el Centro de Capacitación Cinematográfica, la Cineteca
Nacional, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la
UNAM, Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) o Canal 22 de
CONACULTA, entre otras, consolidarían una cultura fílmica socialmente más
distribuida lo cual, a su vez, estimularía, como sostiene Monsiváis, una mayor
responsabilidad del gobierno en esta materia.
Con el fin de continuar con la visión panorámica de las políticas culturales
implementadas sobre todo en los últimos años en nuestro país, en el capítulo
siguiente presentamos un análisis sumario del origen, programas y principales
actividades del Instituto Sonorense de Cultura (ISC), institución coordinadora de
las políticas culturales en nuestro estado y co responsable del Instituto Municipal
de Fomento a la Cultura y las Artes (IMFOCULTA) en el diseño e implementación
de políticas culturales en Nogales, nuestro estudio de caso.