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CAPÍTULO III: FENOMENOLOGÍA DE LA JORNADA INTRODUCCIÓN. A lo largo de la Jornada, a través de las diversas pláticas, las dinámicas, los momentos de alegría y de oración, cada joven vive paso a paso un proceso muy personal de encuentro con Jesús. Este contacto de él con la Gracia de Dios exige de todos los que integramos el M.J.V.C. respeto y atención, servicio y dedicación, para que lleguemos a ser todos en las manos de verdaderos instrumentos más y más aptos en la realización de esta acción evangelizadora de la Iglesia. Tenemos aquí una razón válida para incluir en el Manual este capítulo, que nos va a permitir visualizar y comprender mejor el proceso de la Jornada, a saber: ¿Qué está viviendo el joven? ¿Qué siente en cada uno de los momentos de la Jornada? ¿Cuáles son las fuerzas, las presiones y obstáculos que se presentan en su proceso de conversión? ¿Puedo yo, como auxiliar, ayudarlo a crecer como cristiano y a que se comprometa con Cristo? ¿Cuáles son los criterios que debo yo manejar para hacer más efectiva mi labor? Estas y otras preguntas más que nos surjan, creemos encontrarán respuesta en estas líneas. Por fenomenología de la Jornada estamos entendiendo nosotros todo el proceso, personal y comunitario, que vive el joven durante esta experiencia. Comprenderlo mejor nos ayudará a servirlo mejor, dentro de una acción auténticamente evangelizadora. Es indudable que, durante el proceso de la celebración de la Jornada, estamos considerando la integridad y la totalidad de la persona joven que vive esta experiencia de Dios. Comenzaremos por señalar algunos Criterios Generales que nos permitan ubicar nuestra reflexión. En seguida presentaremos algunos factores relacionados con la persona misma del joven, para luego señalar lo que va ocurriendo en el desarrollo de la misma y algunos puntos de interés especial. 1.- CRITERIOS GENERALES Tenemos en seguida algunos criterios generales que debemos todos tomar en cuenta en la Jornada de Vida Cristiana. 1. 1.- EL ESPÍRITU SANTO No olvidemos que el Espíritu Santo es el Gran Evangelizador. Sin Él, afirma Pablo VI, "los esquemas más elaborados sobre bases sociológicas o sicológicas se revelan pronto desprovistas de valor. El Espíritu Santo es el agente principal de la

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CAPÍTULO III:FENOMENOLOGÍA DE

LA JORNADA

INTRODUCCIÓN.

A lo largo de la Jornada, a través de las diversas pláticas, las dinámicas, los momentos de alegría y de oración, cada joven vive paso a paso un proceso muy personal de encuentro con Jesús. Este contacto de él con la Gracia de Dios exige de todos los que integramos el M.J.V.C. respeto y atención, servicio y dedicación, para que lleguemos a ser todos en las manos de verdaderos instrumentos más y más aptos en la realización de esta acción evangelizadora de la Iglesia.

Tenemos aquí una razón válida para incluir en el Manual este capítulo, que nos va a permitir visualizar y comprender mejor el proceso de la Jornada, a saber: ¿Qué está viviendo el joven? ¿Qué siente en cada uno de los momentos de la Jornada? ¿Cuáles son las fuerzas, las presiones y obstáculos que se presentan en su proceso de conversión? ¿Puedo yo, como auxiliar, ayudarlo a crecer como cristiano y a que se comprometa con Cristo? ¿Cuáles son los criterios que debo yo manejar para hacer más efectiva mi labor? Estas y otras preguntas más que nos surjan, creemos encontrarán respuesta en estas líneas.

Por fenomenología de la Jornada estamos entendiendo nosotros todo el proceso, personal y comunitario, que vive el joven durante esta experiencia. Comprenderlo mejor nos ayudará a servirlo mejor, dentro de una acción auténticamente evangelizadora.

Es indudable que, durante el proceso de la celebración de la Jornada, estamos considerando la integridad y la totalidad de la persona joven que vive esta experiencia de Dios.

Comenzaremos por señalar algunos Criterios Generales que nos permitan ubicar nuestra reflexión. En seguida presentaremos algunos factores relacionados con la persona misma del joven, para luego señalar lo que va ocurriendo en el desarrollo de la misma y algunos puntos de interés especial.

1.- CRITERIOS GENERALES

Tenemos en seguida algunos criterios generales que debemos todos tomar en cuenta en la Jornada de Vida Cristiana.

1. 1.- EL ESPÍRITU SANTO

No olvidemos que el Espíritu Santo es el Gran Evangelizador. Sin Él, afirma Pablo VI, "los esquemas más elaborados sobre bases sociológicas o sicológicas se revelan pronto desprovistas de valor. El Espíritu Santo es el agente principal de la Evangelización. El es quien impulsa a cada uno a anunciar el Evangelio y quien, en lo hondo de las conciencias, hace aceptar y comprender la Palabra de Salvación" (cfr. E.N. 75).

El Espíritu Santo es quien realiza la Jornada. El moldea cada corazón y sabe tocarlo en el momento adecuado.

Un buen Auxiliar sabe discernir los signos de la presencia del Espíritu y ser paciente, dejando que sea Dios quien actúe en cada persona. Sabrá él mismo llenarse de ese Espíritu y dejarse impulsar por Él.

1. 2.- LA FUERZA DEL MENSAJE.

No nos cansaremos de recordar que lo que la Jornada anuncia es una Buena Nueva, un mensaje alegre y gozoso de liberación. Dicho mensaje, lo hemos dicho ya antes, tiene fuerza por sí mismo, puesto que la Buena Nueva es el mismo Jesús, quien toca los corazones de los jóvenes. Para que la Jornada logre su objetivo será necesario no olvidar que es Dios, y no nosotros, el que actúa en ellos.

Por la Fe estamos convencidos que este mensaje, el "Kerygma" de salvación tiene fuerza por sí mismo, sin tener que depender de dinámicas o de criterios meramente humanos. Es esencial que creamos en la Fuerza y Sabiduría de Dios, a fin de no depender de nuestro propio esfuerzo. El mensaje, por sí mismo, llegará al corazón de cada joven.

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Si creemos en la fuerza del mensaje, tenemos que cuidar su integridad; presentarlo claramente y sin ambigüedades. La Jornada es siempre la presentación adecuada del contenido de la fe que expresamos en el Credo, así como de todas sus implicaciones doctrinales que nos permiten conocer y relacionarnos con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo

1. 3.- UNA VISIÓN DE FE.

La Jornada es una experiencia libre que hacemos del Dios personal que lleva a una adhesión que se llama fe. La fe es creer en alguien y, por lo tanto, vivir una relación interpersonal con Dios que me ama. Esto implica ver la Jornada con una mirada de Fe, es decir, con los ojos de Dios. Tratar de ver y comprender las cosas como Él las ve: "La mirada de Dios no es como la mirada del hombre: El hombre mira las apariencias, pero Yahvé mira el corazón (1 Sam.16, 7).

Si buscamos despertar la fe en los jóvenes, debemos ser los primeros en vivir y profundizar nuestra fe en Jesús.

1. 4.- TESTIMONIO PERSONAL

Conviene repetir aquí una vez más, algo sobre lo que ya hemos insistido: El testimonio personal. Hoy, más que nunca, nos dice nuevamente Pablo VI, el testimonio de vida se ha convertido en una condición esencial de la predicación (cfr. E.N. 76).

Tarea del Equipo de la Jornada y de Asesoría será ofrecer una profunda, clara y vivencial presentación de la doctrina cristiana, pero, sobre todo, ser ellos mismos testigos de esa fe.

1. 5- SERIEDAD EN LA PREPARACIÓN,

Ya hemos comentado algo sobre la preparación del equipo responsable de la Jornada. Recordemos siempre que, como jóvenes evangelizadores, debemos ofrecer un servicio serio y de calidad. Para muchos jóvenes la Jornada es su oportunidad única para conocer a Cristo. ¿Volverá a presentarse otra en su vida? No la desperdiciemos.

1. 6.- DIMENSIONES DEL SER HUMANO.

A lo largo de la Jornada, tenemos en las manos jóvenes que viven toda su dimensión humana. Así pues, tengamos muy en cuenta su:

Dimensión personal: la persona humana y sus necesidades físico-intelectuales, afectivas y espirituales. Dimensión sociológica: la vivencia de la Jornada es profundamente sociológica y comunitaria, y necesitamos descubrir cada uno de

estos aspectos en una dimensión integradora.

Dimensión Espiritual, con dos vertientes:

Dimensión cristiana: respuesta profunda para vivir según la propia vocación recibida en el Bautismo, ser Hijo de Dios.

Dimensión eclesiológica: el espacio vital en que se realiza la vida de los cristianos es la Iglesia, con todo lo que significa e implica actuar y vivir como Iglesia, presente en el mundo y su servidora.

2.- EL PARTICIPANTE.

Es necesario ahora decir una palabra sobre el joven que asiste a la Jornada. Esto es importante pues hay que evitar la masificación, saber dar una atención personal a cada joven que viene a nosotros buscando un encuentro con Dios.

2. 1.- LA PREPARACIÓN PREVIA.

Siempre será necesaria una preparación anterior a la Jornada. El muchacho que asiste a nuestras Jornadas viene con su historia propia, con un rostro, un pasado y una personalidad que merecen todo nuestro respeto.

De aquí la importancia de la Prejornada. No deberá asistir a la Jornada algún muchacho o muchacha que no haya tenido una buena prejornada o pasado por algún proceso de preparación.

Es importante tener presente que:

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La Jornada no es una terapia en la que se pueden resolver los diferentes problemas de la existencia humana; Tampoco es una mera experiencia de reunión de un círculo social que se congrega por motivos altruistas;

Ni mucho menos una dinámica que explota el sentimentalismo humano, y que no tiene las formas y expresiones que permiten canalizarlo sanamente.

No es un simple cúmulo de conocimientos intelectuales que se adquieren mediante un método cognoscitivo.

La preparación anterior tendrá en cuenta estos y otros elementos significativos.

2. 2- LA PERSONA DE QUIEN PARTICIPA EN LA JORNADA

2.2.1.- Dimensión Personal.

En La Jornada procuramos acercarnos a las dimensiones y potencialidades del joven. Para ello, tengamos en cuenta la capacidad de autoconocimiento, comunicación interpersonal y ubicación en el ambiente y realidad social que cada uno de los participantes vive.

Es importante buscar en la Jornada los elementos integradores que hacen crecer al joven y le van dando su personalidad, ya que bien sabemos que, en esta etapa de su vida, aún sigue configurando su propia personalidad.

Si tenemos claros y equilibrados estos elementos de la persona de un joven, este irá captando, de verdad, un nuevo sentido a su vida en los diversos aspectos que lo constituyen como una persona humana, con mayor razón si tomamos en cuenta la inspiración cristiana de la vida y del propio ser que manejamos en la Jornada.

Digamos ahora una palabra sobre las diferentes dimensiones de la persona del Jornadista.

1. El aspecto físico

Dentro de la dimensión personal del joven que participa en una Jornada, el aspecto físico es importante, ya que por su medio, nosotros conocemos y nos comunicamos profundamente. La Jornada aprovechará todos los instrumentos que afectan los sentidos del joven, procurando que, a través de ellos, tenga el conocimiento intelectual y afectivo de la información-formación que se le va proporcionando y sepa, definitivamente, asimilarla en los diferentes aspectos de su propia vida.

2. El aspecto afectivo.

Otro aspecto de la persona es lo afectivo. Lo afectivo es bien significativo. No sólo tenemos una razón, sino que el afecto está integrado a nuestro ser y es parte de nosotros mismos. Necesitamos equilibrarlo y saber conducirlo. Evitaremos explotarlo, manipularlo, convertirlo en sentimentalismo. Cuidaremos con delicadeza trabajar el sentimiento o los sentimientos profundamente humanos y legítimos, ya que estos sí surgen de una autentica vivencia y son, en sí, la expresión de una carencia o la manifestación de una riqueza. Verdadera tarea del Equipo de la Jornada, junto con sus asesores sacerdotes y laicos, es la de tener cuidado de crear y mantener este sano equilibrio del que hablamos

2.2.2.- La Dimensión social o sociológica.

El joven, por su carácter, es social. Busca la compañía de otros jóvenes con quienes convivir.

Recordemos, sin embargo, que la Jornada no es una simple reunión de jóvenes que analizan algunos fenómenos sociales con instrumentos sociológicos en busca de nuevos criterios; y que tampoco se trata de un grupo de jóvenes que se reúnen ya sea para compartir tiempos, dinámicas y juegos o para confrontar ideas sin un punto en común que los una.

La Jornada es un encuentro con Dios, con el hermano, consigo mismo. Las tres realidades van ligadas. Es así como las relaciones interpersonales que vive durante esos días un joven de esa edad le ayudan definitivamente a vivir su encuentro en la fe. Y esta fe, a su vez, ilumina su propio Yo, su ser social y da también sentido a la realidad social que lo rodea y que a menudo lo desborda. En esta realidad está llamado a ser protagonista y en ella existe un lugar, que es precisamente "su lugar".

2.2.3.- La Dimensión espiritual

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Lo espiritual en el ser humano expresa su trascendencia, su ansia profunda de la búsqueda de Dios. Es, sin duda, una necesidad plena para todos, pero con mucha mayor fuerza para quien ha recibido el Bautismo cristiano, y en la persona que, aunque ella misma no lo sepa, la acción de Dios ha ido trabajando paulatinamente y la ha conducido en la búsqueda del propio Dios.

Esta dimensión espiritual presenta al bautizado dos vertientes:

La vertiente cristiana: En la primera, la cristiana, tengamos presente que es fácil diluir el mensaje espiritual de la Jornada en una simple confrontación del cristianismo con otras religiones o filosofías, y esto no es la Jornada. Como tampoco consiste en buscar nuevas corrientes o tendencias doctrinales. Igualmente peligroso es reunir personas para querer manipularlas hacia una experiencia de vida cristiana.

Lo cristiano de la Jornada consiste, además de ser una experiencia libre del Dios personal y de la adecuada presentación del contenido de la Fe, como ha quedado señalado antes, en ofrecer un camino de espiritualidad de la vida cristiana a través de la oración. La Jornada es una escuela de oración, donde Jesús mismo se acerca al joven para enseñarlo a orar.

La Liturgia celebra la Fe. En la Jornada, el joven vive la liturgia celebrando su propia Fe. Debe ser participativa y clara, sobre todo en la Eucaristía, como veremos más adelante. En la Jornada se afianzan y viven, en un nuevo descubrimiento, los Sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Reconciliación o Confesión. El joven enriquece en mucho su vivencia de la Fe. Es indispensable cuidar y preparar la Liturgia y los momentos de oración para que se adecuen al grupo.

La vertiente Eclesiológica: La otra vertiente de lo espiritual, para el bautizado, es la eclesiológica. Importantísimo para el joven cristiano es descubrir, conocer mejor y aprender a amar profundamente a su Iglesia.

La Jornada es ir caminando con el joven para que experimente y haga suya la Iglesia como comunidad de fe, esperanza y caridad. Lo ayuda a que sea protagonista, viva y construya la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

El joven que vive su Jornada ve con claridad su pertenencia a la Iglesia y palpa la acción del Espíritu Santo en sus miembros. Admira así la estupenda obra de la Gracia en la Virgen María, su entrega y su fidelidad y se siente acompañado por Ella en su caminar diario de un testigo de la fe. Se despierta en él el deseo de imitarla.

Queda claro para nosotros que la Jornada no propicia ser un grupo sectario divorciado de la Iglesia particular y que no quiere ver nada con la Pastoral Juvenil de la Diócesis o de la Parroquia. Tampoco favorece el poco aprecio al Papa y a los Obispos, antes al contrario, valora su palabra que, como Pastores, entregan a la juventud. Propicia que apreciemos el Magisterio de la Iglesia y que lo tengamos como guía en las diversas circunstancias de la vida.

La Jornada nos lleva a amar la Iglesia y a entregarle nuestra vida como jóvenes laicos en busca del llamado de Dios a un servicio específico (vocación) en ella, y con ella, al mundo. Es ya en el joven semilla de un deseo de formar comunidad.

Debemos ser terriblemente respetuosos de esta dimensión espiritual del joven y presentar la Jornada como una oportunidad, en verdad privilegiada, para un encuentro con Dios, y que sin duda alguna va a iluminar y clarificar el que él mismo es una persona trascendente. Vemos ahora mejor la importancia de mantener en el desarrollo de la Jornada un justo equilibrio entre lo material y lo espiritual en el ser humano del joven.

3.- EL PROCESO DE CONVERSIÓN

3.1.- TODA CONVERSIÓN ES UN PROCESO

Toda conversión es un proceso. Vamos avanzando progresivamente hacia el Señor, conociéndolo y amándolo más. Conocer bien este proceso y cuáles son sus etapas nos permitirá acompañar más de cerca al joven y ayudarlo en su propio proceso.

El Documento de Puebla nos muestra con claridad la importancia de conocer este proceso:

"La educación ordenada y progresiva de la fe debe ser la acción prioritaria en América Latina", acción que lleve a "un proceso de conversión y crecimiento permanente y progresivo de la fe”. Debe formar "hombres comprometidos personalmente con Cristo, capaces de participación y comunión en el seno de la Iglesia y entregados al servicio salvífico del mundo" (D.P. 997, 998, 1000).

Es indispensable distinguir las diversas etapas y momentos que forman el proceso evangelizador, que esté bien definido y conocido por todos, para así poder trabajar con criterios claros y unificados. Lo confirma la Catechesi Tradendae:

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"La Evangelización es una realidad rica, compleja y dinámica, hecha de elementos o, si se prefiere, de momentos, esenciales y diferentes entre ellos, que es preciso saber abarcar en una sola mirada y en la unidad de un solo momento" CT 18.

El Documento de Puebla nos insiste en la importancia de este proceso:

"Como educadores en la fe de las personas y de las comunidades, procurarán empeñarse en una metodología, en forma de proceso permanente, por etapas progresivas, que incluya la conversión, la fe en Cristo, la vida en comunidad, la vida sacramental y el compromiso apostólico."(D.P. 1007).

Veamos ahora algunos elementos presentes en todo proceso de conversión, y que debemos de conocer para ayudar mejor al joven:

3.2.- MOMENTOS IMPORTANTES DE UN PROCESO DE CONVERSIÓN:

3.2.1.- la preparación y disponibilidad

En el proceso de Prejornada se buscará conocer y si posible quitar los posibles obstáculos De esto ya hemos hablado en este capítulo.

3.2.2.- la escucha del mensaje: el testimonio, persona de Jesús.

En segundo lugar viene la presentación clara y explícita del Mensaje de Salvación, presentación hecha "de manera fehaciente", creíble, y que suscite la fe. La persona de Jesús resalta en su plena verdad.

Siempre será indispensable el Testimonio claro y comprometido del Auxiliar. Nadie espera que el Auxiliar sea un experto, pero sí que sea coherente con lo que predica.

3.2.3.- la profundización: diálogo,

Para profundizar en este mensaje que se le presenta, el participante necesita de uno o varios momentos de diálogo, de intercambio, de joven a joven o con un adulto, para compartir vivencias, resolver dudas, comparar puntos de vista, remover obstáculos.

3.2.4.- La respuesta personal

El mensaje presentado requiere de un espacio para ser asimilado y aceptado. Son necesarios ciertos mecanismos que ayuden a esta aceptación. Si se pide una respuesta, debe darse al joven la oportunidad de dar esa respuesta: tiempo, silencio, acompañamiento, ambiente adecuado. Todos estos elementos son indispensables para una respuesta madura, personal libre.

3.2.5.- la explicitación de la respuesta

En algún momento esta respuesta debe ser explicitada, una vez que se ha interiorizado el mensaje y hecho vida. Solo será válida aquella respuesta que se dé sin presiones, con plena libertad, en pleno conocimiento de causa.

Ayudará mucho a dar esta respuesta el ver que otros jóvenes la han dado antes y son coherentes con su fe.

4.- ELEMENTOS DE LA JORNADA QUE AYUDAN AL PROCESO

En esta sección queremos mencionar algunos elementos propios de la Jornada que ayudan muchísimo al proceso de conversión personal durante la Jornada.

4.1.- LUGAR Y HORARIO

4.1.1. Un Lugar adecuado

Es importante que sean adecuados los espacios físicos donde se celebra la Jornada, pues ayuda, sin lugar a dudas, a un mayor aprovechamiento de la experiencia.

4.1. 2.Equilibrio en el horario

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Debemos asimismo cuidar el equilibrio del horario entre los tiempos de trabajo, reflexión, recreación, descanso, aseo, alimentación y otros, pues su adecuado manejo nos facilitará una mejor integración. La Jornada es, en cierta forma, una escuela, donde vamos realizando todo un aprendizaje de reflexión, interiorización y apertura al conocimiento y al diálogo con los demás. De aquí la importancia de saber dar suficiente tiempo al intercambio y que busquemos las dinámicas y formas más adecuadas. Sabemos que la juventud, por excelencia, es sincera y nosotros debemos proporcionar a su sinceridad, el campo adecuado en el que fructifique plenamente.

4. 2.- MOMENTOS ESPECIALES

Algunos momentos de la Jornada pueden ser aprovechados para facilitar a cada joven su encuentro con Cristo. Mencionemos algunos:

4.2.1.-RECEPCIÓN DE LOS PARTICIPANTES.

Al llegar a la Jornada, el joven puede sentirse desubicado, perdido: no conoce a nadie, no está seguro de querer estar ahí, tiene dudas.... Una acogida sincera, alegre, con cantos, una atención personalizada le ayudarán a abrirse y participar.

De igual modo, una Dinámica de Presentación al inicio de la Jornada ayudará a que exista confianza entre los miembros del grupo.

4.2.2.- LOS CORRILLOS Y DINÁMICAS

La finalidad de los Corrillos y otras dinámicas se explica en el Capítulo VI sobre "Recursos adicionales". Si se llevan con seriedad, y no por rellenar el horario ni para sustituir una plática, estas actividades pueden ayudar al proceso de conversión, ya que proporcionan un espacio para el diálogo, la profundización y asimilación del tema. Desafortunadamente en muchos casos las dinámicas son contraproducentes, pues no se toman con la seriedad debida. Cada Escuela, junto con Asesoría, deberá escoger y evaluar con atención las dinámicas empleadas, cuidando de que no sean manipuladoras ni sentimentalistas.

4.2.3.--LA FIESTA Y LOS MOMENTOS DE JUEGO

En muchos lugares se han introducido estas actividades en la Jornada como un momento de distracción y convivencia. Donde se han sabido llevar, han dado muy buenos resultados. Estos momentos de recreo y distracción son muy útiles, nuevamente si se les sabe utilizar. Habrá que ponerlos en los momentos adecuados para dar una pausa o descanso conveniente. El abusar de ellos, sobre todo de la fiesta, puede crear desorden y desinterés en la Jornada. En muchas ocasiones la fiesta se ha prestado a música escandalosa, chistes de mal gusto, demasiado ruido, rompiendo el ambiente propio de la Jornada.

4.2.4. LOS FOROS Y LAS MESAS REDONDAS.

La mesa redonda también se explicará en el Capítulo VI. Los foros son sesiones de preguntas y respuestas que los participantes pueden plantear al asesor o a los Auxiliares sobre temas relacionados con la Jornada. Este momento de diálogo franco y abierto ayuda mucho a despejar dudas y contestar preguntas que, de otra manera no se atreverían a hacer. La participación de un sacerdote en este momento es invaluable. Ayudará a completar el proceso de conversión al aclarar muchas dudas y orientar hacia una búsqueda constante.

4.2.5.- LA "MISA DIDÁCTICA".

Los jóvenes participantes en una Jornada suelen tener muchas dudas y desconocen no pocas cosas prácticas de nuestra religión. Lo que podríamos llamar una "Misa Didáctica" es, sin lugar a duda, algo que ayuda a resolver esas dudas, conocer lo que se ignora y, sobre todo, el camino para conocer mejor el misterio de la Eucaristía.

El sacerdote, en su celebración, además de explicar la función de los ministros, hablar de los vasos sagrados y de otras cosas más, insistirá en profundizar el sentido de cada una de las partes de la Eucaristía, permitiendo al joven, al asimilarlas, abra su corazón y aproveche este hecho de Jesús, que salva a la humanidad. Así conoce y profundiza más su participación en la Misa.

4.2.6.- LA "LABOR DE PASILLO".

En toda Jornada hay momentos de descanso, de distracción, de pausa entre las actividades. Estos momentos no son por ello momentos "vacíos". Al contrario, pueden ser aprovechados con gran fruto por los Auxiliares y la Asesoría al hacer lo que se conoce como "labor de pasillo".

Por "labor de pasillo" entendemos ese diálogo personal, informal que el Auxiliar suscita con el participante en estos momentos libres. Acercarse al joven, ganarse su confianza, entablar un diálogo con él son pequeñas cosas que ayudan muchísimo al proceso de

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conversión. Estos momentos de encuentro pueden ser decisivos para el joven. El Auxiliar puede evaluar el crecimiento del participante a lo largo del Retiro y brindarle, en caso necesario, la ayuda que requiere. Puede igualmente detectar los casos más difíciles y dar una respuesta adecuada.

Tanto los Auxiliares como los asesores, cada uno en su papel, deben desempeñar esta tarea. Esto requiere de un esfuerzo adicional, pero bien vale la pena.

4.2.7.- LOS MOMENTOS DE REFLEXIÓN PERSONAL

Estos serán básicamente de dos tipos:

A.- Los momentos comunitarios: La Jornada deberá contar con varios momentos de oración personal, pero en un ambiente comunitario. Esto es importante pues genera comunión en el grupo y con Dios. Como posibles momentos sugerimos los siguientes:

oraciones de la mañana y tarde Visita al Santísimo

Misas: "didáctica", de clausura, etc.

B.- Los momentos individuales: es importante dejarle al joven la oportunidad de interiorizar y comprometerse con lo que está viviendo comprometiendo toda su persona. Por ejemplo:

Oración después del Vía Crucis Momentos de "Desierto"

En los descansos

Confesión personal y diálogo con el Sacerdote

5.- OBSTÁCULOS A LA CONVERSIÓN.

Finalmente es bueno recordar que pueden existir obstáculos, incluso serios, para la conversión: un vicio grave, una experiencia previa negativa con un sacerdote, o con un grupo católico.

Otras posibles causas de escándalo son: el anti-testimonio, posturas de búsqueda de poder o de reconocimiento, hipocresía, etc.

No juzguemos a la ligera a las personas que han pasado por estas dificultades y que necesitan de nuestra ayuda para vencerlas. A menudo nuestra actitud podrá ayudar a sanar esas heridas. Aquí vemos la importancia de brindar un servicio serio. ¡No hagamos Jornadas a la ligera!

6.- NUESTRA JORNADA.

Siendo la Jornada una acción evangelizadora de la Iglesia dentro de la Pastoral Juvenil, en un proceso de conversión del joven, recojamos aquí lo que el Documento de Puebla, en su número 1205, nos dice, y que definitivamente se aplica a nuestra Jornada de Vida Cristiana:

"La Pastoral Juvenil (LA JORNADA) será la pastoral de la alegría y de la esperanza que transmite el mensaje gozoso de la salvación a un mundo (A TRAVÉS DE SUS JÓVENES) muchas veces triste, oprimido y desesperanzado en busca de su liberación."