capítulo i

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"La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible." - Meditaciones, del Emperador Marco Annio Catilio Severo de los Romanii, M1. “Los espectadores ven más que los jugadores” - Bushido, autor desconocido, de la Biblioteca de Raiburujin. UNO Reconocimiento Curiosidad Familia El objeto cayó entre las montañas de las Tierras Vedadas, una región de picos agrestes mezclada con montes más suaves, repleta de bosques frondosos de hoja caduca, ríos embravecidos que desembocaban en el Mar Extenso y restos de origen desconocido para los nativos refugiados en sus ciudades o aldeas pegadas a ellas. No era un mero cometa o resto de los Objetos Celestiales, llamados así por el pueblo llano, que de cuando en cuando caían sobre la tierra; estaba envuelto en fuego antinatural y la detonación que siguió a su impacto vaporizó la vegetación cien metros a la redonda. De haber habido algún espectador en las cercanías, hubiera visto como el objeto atravesaba los cielos nocturnos, una tormenta particularmente feroz y se incrustaba un tercio en la tierra, en un pequeño valle, mientras el fuego antinatural parecía desvanecerse y dejaba el objeto inmaculado. Era una especie de columna cuadrada con un frontal enmarcado más pequeño y redondeado de un material que parecía absorber la luz. En la cabeza de la columna una inscripción dos palos con una línea horizontal tanto en su base como corona eran el único signo distinguible de su origen o fabricante. En la parte trasera una serie de orificios y cuerdas de material extraño lanzaban pequeños truenos o derramaban líquidos de diversos colores. En

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"La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible."- Meditaciones, del Emperador Marco Annio Catilio Severo de los Romanii, M1.Los espectadores ven ms que los jugadores- us!ido, autor desconocido, de la Biblioteca de Raiburujin.UNOReconocimientoCuriosidadFamiliaEl objeto cay entre las montaas de las !ierras "edadas, una re#in de picos a#restes me$cladacon montes m%s suaves, repleta de bos&ues 'rondosos de (oja caduca, r)os embravecidos &ue desembocaban en el Mar E*tenso y restos de ori#en desconocido para los nativos re'u#iados en sus ciudades o aldeas pe#adas a ellas. +o era un mero cometa o resto de los ,bjetos Celestiales,llamados as) por el pueblo llano, &ue de cuando en cuando ca)an sobre la tierra- estaba envuelto en 'ue#o antinatural y la detonacin &ue si#ui a su impacto vapori$ la ve#etacin cien metros a la redonda..e (aber (abido al#/n espectador en las cercan)as, (ubiera visto como el objeto atravesaba los cielos nocturnos, una tormenta particularmente 'ero$ y se incrustaba un tercio en la tierra, en un pe&ueo valle, mientras el 'ue#o antinatural parec)a desvanecerse y dejaba el objeto inmaculado. Era una especie de columna cuadrada con un 'rontal enmarcado m%s pe&ueo y redondeado de un material &ue parec)a absorber la lu$. En la cabe$a de la columna una inscripcin dos palos con una l)nea (ori$ontal tanto en su base como corona eran el /nico si#no distin#uible de su ori#en o 'abricante. En la parte trasera una serie de ori'icios y cuerdas de material e*trao lan$aban pe&ueos truenos o derramaban l)&uidos de diversos colores. En los 'lancos m%s si#nos e*traos aparecieron con'orme el calor del 'ue#o antinatural y los provocados por el impacto se alejaban de la columna, aun&ue su propsito o descripcin parec)an cambiar se#/n el punto de vista u observador. Cuando el incendio circundante remiti merced a la tormenta, los si#nos casi se desvanecieron pero perduraron lo justo para lo &ue estaba por suceder. .e repente, uno de los rayos impact en la columna y toda esta se ilumin cuan estrella reci0n nacida. 1os palos, si#nos, cuerdas y l)&uido brillaron con nueva ener#)a. 1ossi#nos en particular parecieron reaccionar al in'lujo del rayo, reor#ani$%ndose, modi'icando su sentido, respondiendo al rayo. .ic(a respuesta ser)a imposible de discernir para ese (ipot0tico observador, pero otro suceso le apartar)a de tal consideracin. En la seccin 'rontal un a#ujero comen$ a 'ormarse, justo en lo &ue ser)a el centro de la columna. El a#ujero pronto se convirtien una l)nea &ue dividi el 'rontal en dos, lle#ando (asta la cabe$a y perdi0ndose en la tierra. .eesa l)nea sur#ieron cientos, miles, decenas de miles, &ue como una red alcan$aron todos los rincones del 'rontal, des(aci0ndolo en miles de peda$os. 1a tormenta se#u)a ru#iendo a su alrededor, siendo los 'las(es de los rel%mpa#os el /nico instante de lu$ en el &ue poder observar a&uello &ue contuviera la columna. En su interior, al#o despertaba...Mi primer recuerdo son los ra"os de la tormenta, el fogonazo que atraves# mis prpados. $l segundo fue lo que vi al abrir mis ojos, aunque no entend%a palabras ojo u p%rpado- simplemente sab%a. La tierra empezaba a tragarse mi cubil, penetrandoen el interior en el proceso. La parte superior de la tierra parec%a cristalizada, mientras que la inferior manten%a su plasticidad. &ent% miedo, un instante de miedo' miedo a ser enterrado, a que uno de los pedazos cristalizados me cortase, pero solo durante un instante. (n segundo ms tarde el miedo fue reemplazado por la confianza, la seguridad. Mi cubil "a no se enterrabapasados unos segundos, " cuando me decid% a tocar un fragmento cristalizado estuvo fr%o al contacto. )bserv* mis alrededores con cautela pero tambi*n con ansia de saber que era este lugar. Las paredes eran lisas, solo interrumpidas por peque+os orificios de colocaci#n aparentemente aleatoria " a mi espalda toda una fila de estos desde el tec!o a la base. ,oc* uno de estos orificios, bordeado de un material esponjoso " que repel%a la lluvia quele ca%a por azar. -o pude obtener ma"or informaci#n de lo aparente, as% que dirig% mi vista al e.terior. /uera, la tormenta parec%a a0n ms enojada ante mi despertar. $ntonces la seguridad dio paso a la resoluci#n. &al% gateando del cubil !acia el mundo e.terior, ese que me abrum# cuando le mostr* mi rostro. Los sonidos " figuras confusas que vi dentro del cubil fueron magnificados, dotados de ma"or malevolencia con cada flas! de luz. Monstruos de formas imposibles parecieron cernirse ante m% desde todas partes, como espectros surgidos del bosque en la distancia, de la tierra !umeante en sus lindes, de las nubes, de la lluvia ca"endo sobre mi cuerpo desnudo. $ntonces grit*, por miedo, por ira al ser amenazado en mi primer instante de e.istencia aunque entonces no lo supiera, por desafiar a todo aquel que osara enfrentarse a mi... por soledad. 1rit* " grit*,elevando mi rostro !acia las nubes " los ra"os, retndoles a que descargasen su ira contra m%. $.tend% mis brazos tanto como pude, sintiendo repugnancia porque mis supuestos asesinos atacasen en grupo " no cara a cara. $l golpe nunca lleg#. La tormenta se fue alejando, llevando su enojo a otra parte, perdonando mi vida aparentemente. Los monstruos que unos segundos antes parecieron sedientos de mi ser dieron paso a meras sombras, reflejos capric!osos de luces en mi entorno. 2ero sent% la amenaza, la necesidad de defenderme. -o olvidar%a esto' que lo invisible era tan peligroso como lo visible.2asados unos minutos, cuando pude serenar mis emociones, volv% mi vista a lo que !asta entonces llam* cubil, aunque nunca !ab%a o%do palabra semejante. 3asi por instinto mi visi#n se vio atra%da por el s%mbolo en su corona. Al#o debe si#ni'icar, pens*, " de inmediato pareci# surgir de mi interior la respuesta' era un n0mero de una lengua que no conoc%a " sin embargo sab%a. $l n0mero era el 44. Mas otras preguntas surgieron al verlo5 67ui*n era "o8 69e d#nde ven%a8 62or qu* era el 448 $staba solo, rodeado de tierra destrozada, por lo que llegu* a una posible respuesta5 no era de esta tierra. 7uedaban el qui*n " el por qu*, pero tendri que esperar. 4nspeccion* a fondo mi cubil, intentando captar cuantos detalles pude con los 0ltimos flas!es de la tormenta en retirada. -o era natural, pues no ten%a relaci#n alguna con el entornocircundante. 2na c%psula, pens* de repente, vine en una c%psula. Luego me alej* un poco, buscando entre la tierra calcinada signos que me a"udasen a comprender. La parte cristalizadaparec%a tener peque+as ondulaciones que part%an de mi cpsula en progresi#n. 3mpact0- lle#u0 a esta tierra en una c%psula &ue provino de los cielos- proven#o del cielo, conclu%. La tormenta se alej# ms all de las elevaciones que rodeaban mi campo de visi#n, por lo que regres* a la cpsula " aguard* al amanecer. 3uriosamente, " en ausencia de luz, sab%a perfectamente dondeestaba " seguramente podr%a recorrer grandes distancias sin perder mi camino. :endr%a que asegurarme lo antes posible. ;a en la cpsula, mantuve los ojos fijos en el e.terior, tratando de atravesar la negrura " cuando desist% a las estrellas que reemplazaron a la tormenta. $ran tan bellas...El c(ico se mantuvo alerta (asta el alba, momento en el &ue abandon la c%psula. 1a visin de las estrellas provoc en la criatura un e'ecto m%#ico, como si su presencia le llenase de calor y serenidad. 3mbuido de ello, dedic su primer d)a a e*plorar el bos&ue circundante a la $ona de impacto. Camin entre los %rboles, tratando de captar cuantos detalles pudo. Esa misma maanaaprendi &ue aparte de su orientacin sin#ular pod)a reconocer cuanto ve)a a partir de su memoria y de los recuerdos &ue lle#aban a su mente en oleadas. Reconoci decenas de especies de plantas y %rboles, de (on#os y mus#os, pero no encontr otro ser vivo &ue caminara. Alcan$las 'aldas de la montaa justo 'rente a la c%psula, pero el bos&ue le imped)a ver nada m%s all% delos montes a espaldas de la misma o de a&uella &ue avecinaba. 3nvirti el resto del d)a en buscarla mejor ruta (acia la cima, y tras encontrarla re#res a su (o#ar, no sin antes reco#er al#unas ramas y piedras ca)das. En el crep/sculo y apoyado de espalda en la c%psula comprob el estadode las ramas y piedras &ue seleccion de vuelta. A&uellas dos con mayor resistencia las separ para 'abricar un objeto, una lan$a. El resto servir)an para traer lu$ cuando la oscuridad volviese.1a se#unda noc(e 'ue muc(o m%s pl%cida &ue la primera, y el c(ico pudo contemplar las estrellas apoyado de nuevo contra la c%psula e iluminado por la (o#uera &ue (ab)a improvisado.Sus conocimientos parec)an crecer a cada instante &ue pasaba, pero las pre#untas de la noc(e anterior se#u)an acos%ndole como si al#o estuviera a#a$apado entre los matojos de un repec(o &ue encontr en su e*ploracin. -ecesito ropas, comida, e.plorar a0n ms tierra, pens. $l fr%ono me afecta muc!o, pero la ropa me proporcionar protecci#n " camuflaje, camuflaje... con la comida la situaci#n es similar. 3uando alcance la cima de la monta+a me dirigir* al punto ms e.tra+o que encuentre. Sumido en este y otros planes se arracim a/n m%s sobre s) y se dio por vencido ante el calor y lo &ue entendi era sueo. El c(ico se durmi, y el c(ico so...El despertar 'ue (orrible. Baado en sudor, y con el 'r)o ati$ando a/n m%s lo &ue acababa de pasar, el c(ico reaviv con un sentimiento cercano al p%nico la (o#uera con las ramas &ue reserv para otra noc(e. 4uedaban varias (oras para el alba, pues descubri &ue era capa$ de contar el paso del tiempo, pero el c(ico decidi &ue en cuanto entrara en calor subir)a a esa cimay encontrar)a respuestas y un lu#ar m%s se#uro. 1as estrellas le o'recieron su calor, pero el c(iconecesitaba uno m%s inmediato, m%s ')sico. 1o &ue so 'ue demasiado (orrible para con'ormarse con observar las luces del cielo.1a marc(a (acia la cima 'ue muc(o m%s r%pida &ue el d)a anterior, impulsada por la necesidad. ,tro (ec(o 'ue &ue por primera ve$ el c(ico vio 'ormas de vida aparte de las plantas. Eran seres alados &ue c(illaban y #ra$naban unos contra otro mientras iban de %rbol en %rbol. 2jaros. 4u0 te ocurre?