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FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS-ULEAM POR MIGUEL BARZALLO FISIOLOGÍA HUMANA GUYTON CAPÍTULO 27 FORMACION DE LA ORINA POR LOS RIÑONES: PROCESAMIENTO TUBULAR DEL FILTRADO GLOMERULAR REABSORCION Y SECRECION POR LOS TUBULOS RENALES Cuando el filtrado glomerular pasa por los túbulos renales, atraviesa sucesivamente las distintas partes del mismo: el túbulo proximal, el asa de Henle, el túbulo distal, el túbulo colector y finalmente el conducto colector, este recorrido, algunas sustancias se reabsorben selectivamente en los túbulos volviendo a la sangre, mientras que otras son secretadas desde la sangre a la luz tubular. La orina ya formada y todas las sustancias que contienen, la suma de los tres procesos básicos que se producen en el riñón: la filtración glomerular, la reabsorción tubular y la secreción tubular. Excreción urinaria= Filtración glomerular Reabsorción tubular + secreción tubular La secreción da cuenta de una cantidad significativa de los iones potasio, los iones hidrogeno y algunas otras sustancias que aparecen en la orina. La reabsorcion tubular es selectiva y cuantitativamente importante Filtración = Filtración glomerular x Concentración en el plasma Si la concentración de glucosa en el plasma es de 1 g/litro, la cantidad de glucosa que se filtra cada día es de unos 180 litros/día x 1 G/litro, es decir, 180 g/día. Los procesos de la filtración glomerular y de la reabsorción tubular son cuantitativamente muy grandes en comparación con la excreción urinaria de muchas sustancias, esto significa que un pequeño cambio de filtración glomerular o de la reabsorción tubular puede producir, posiblemente, un cambio bastante importante de la excreción urinaria. Pero la reabsorción tubular y la filtración glomerular están inmediatamente coordinados, de modo que no se produce fluctuaciones importantes de la excreción urinaria. A diferencia de la filtración glomerular, que es relativamente no selectiva (todos los solutos del plasma se filtran excepto las proteínas o sustancias ligadas a estas), la reabsorción tubular es muy selectiva. Algunas sustancias, como la glucosa y los aminoácidos, se reabsorben casi completamente en los túbulos, por lo que su excreción urinaria es prácticamente nula. Mucho de los iones del plasma, como el sodio, el cloruro y el bicarbonato, también se reabsorben en abundancia, pero su tasa de reabsorción y de excreción urinaria varía mucho dependiendo de las necesidades del organismo, urea y la creatinina se reabsorben mal en los túbulos y se excretan en cantidades relativamente grandes. Gracias a que los riñones controlan la tasa de reabsorción de diversas sustancias, estos órganos regulan la excreción de solutos independientemente unos de otros. La reabsorción tubular comprende mecanismo pasivos y activos Una sustancia se reabsorba, primero debe ser transportada: A través de las membranas del epitelio tubular hasta el liquido intersticial renal, y luego A través de las membranas de los capilares peritubulares hasta la sangre. La reabsorción de agua y de solutos se efectúa mediante un transporte que comprende una serie de pasos. La reabsorción a través del epitelio tubular para pasar al líquido intersticial se lleva a cabo mediante un transporte activo o pasivo, el agua y los solutos pueden transportarse, bien a través de las propias membranas celulares (vía transcelular), bien a través de los espacios intermedios que existen entre las células contiguas (vía paracelular). Luego una vez producida la reabsorción a través de las células epiteliales tubulares hasta el líquido intersticial, el agua y los solutos recorren el resto del camino atravesando las paredes de los capitales peritubulares para pasar a la sangre por ultrafiltración (paso principal), proceso que esta mediado por fuerzas hidrostáticas y coloidosmoticas. Los capilares peritubulares se comportan de forma muy parecida a los extremos venosos de la mayoría de los demás capilares del organismo porque existe una fuerza de reabsorción neta que moviliza al líquido y a los solutos desde el intersticio a la sangre. Transporte activo Un soluto puede desplazarse en contra de un gradiente electroquímico, necesitando la energía que proporciona el metabolismo. El transporte acoplado directamente a una fuente de energía, como la hidrólisis del trifosfato de adenosina (ATP) y se llama transporte activo primario. Un buen ejemplo de esto es la bomba ATPasa de sodio-potasio, que funcionan en la mayoría de los tramos del túbulo renal. El transporte que esta acoplado indirectamente a una fuente de energía, como el debido a un gradiente iónico, se conoce como transporte activo secundario. La reabsorción de la glucosa por el túbulo renal es un ejemplo de transporte activo secundario. El agua siempre se reabsorbe por un mecanismo físico pasivo (no activo) que es la osmosis, que significa que la difusión de agua efectúa desde una zona de baja concentración de solutos (alta concentración de agua) a otra de alta concentración de solutos (baja concentración de agua).

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FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS-ULEAM POR MIGUEL BARZALLO FISIOLOGÍA HUMANA GUYTON CAPÍTULO 27

FORMACION DE LA ORINA POR LOS RIÑONES: PROCESAMIENTO TUBULAR DEL FILTRADO GLOMERULAR REABSORCION Y SECRECION POR LOS TUBULOS RENALES Cuando el filtrado glomerular pasa por los túbulos renales, atraviesa sucesivamente las distintas partes del mismo: el túbulo proximal, el asa de Henle, el túbulo distal, el túbulo colector y finalmente el conducto colector, este recorrido, algunas sustancias se reabsorben selectivamente en los túbulos volviendo a la sangre, mientras que otras son secretadas desde la sangre a la luz tubular. La orina ya formada y todas las sustancias que contienen, la suma de los tres procesos básicos que se producen en el riñón: la filtración glomerular, la reabsorción tubular y la secreción tubular.

Excreción urinaria= Filtración glomerular – Reabsorción tubular + secreción tubular La secreción da cuenta de una cantidad significativa de los iones potasio, los iones hidrogeno y algunas otras sustancias que aparecen en la orina. La reabsorcion tubular es selectiva y cuantitativamente importante Filtración = Filtración glomerular x Concentración en el plasma Si la concentración de glucosa en el plasma es de 1 g/litro, la cantidad de glucosa que se filtra cada día es de unos 180 litros/día x 1 G/litro, es decir, 180 g/día. Los procesos de la filtración glomerular y de la reabsorción tubular son cuantitativamente muy grandes en comparación con la excreción urinaria de muchas sustancias, esto significa que un pequeño cambio de filtración glomerular o de la reabsorción tubular puede producir, posiblemente, un cambio bastante importante de la excreción urinaria. Pero la reabsorción tubular y la filtración glomerular están inmediatamente coordinados, de modo que no se produce fluctuaciones importantes de la excreción urinaria. A diferencia de la filtración glomerular, que es relativamente no selectiva (todos los solutos del plasma se filtran excepto las proteínas o sustancias ligadas a estas), la reabsorción tubular es muy selectiva. Algunas sustancias, como la glucosa y los aminoácidos, se reabsorben casi completamente en los túbulos, por lo que su excreción urinaria es prácticamente nula. Mucho de los iones del plasma, como el sodio, el cloruro y el bicarbonato, también se reabsorben en abundancia, pero su tasa de reabsorción y de excreción urinaria varía mucho dependiendo de las necesidades del organismo, urea y la creatinina se reabsorben mal en los túbulos y se excretan en cantidades relativamente grandes. Gracias a que los riñones controlan la tasa de reabsorción de diversas sustancias, estos órganos regulan la excreción de solutos independientemente unos de otros. La reabsorción tubular comprende mecanismo pasivos y activos Una sustancia se reabsorba, primero debe ser transportada:

A través de las membranas del epitelio tubular hasta el liquido intersticial renal, y luego A través de las membranas de los capilares peritubulares hasta la sangre.

La reabsorción de agua y de solutos se efectúa mediante un transporte que comprende una serie de pasos. La reabsorción a través del epitelio tubular para pasar al líquido intersticial se lleva a cabo mediante un transporte activo o pasivo, el agua y los solutos pueden transportarse, bien a través de las propias membranas celulares (vía transcelular), bien a través de los espacios intermedios que existen entre las células contiguas (vía paracelular). Luego una vez producida la reabsorción a través de las células epiteliales tubulares hasta el líquido intersticial, el agua y los solutos recorren el resto del camino atravesando las paredes de los capitales peritubulares para pasar a la sangre por ultrafiltración (paso principal), proceso que esta mediado por fuerzas hidrostáticas y coloidosmoticas. Los capilares peritubulares se comportan de forma muy parecida a los extremos venosos de la mayoría de los demás capilares del organismo porque existe una fuerza de reabsorción neta que moviliza al líquido y a los solutos desde el intersticio a la sangre. Transporte activo Un soluto puede desplazarse en contra de un gradiente electroquímico, necesitando la energía que proporciona el metabolismo. El transporte acoplado directamente a una fuente de energía, como la hidrólisis del trifosfato de adenosina (ATP) y se llama transporte activo primario. Un buen ejemplo de esto es la bomba ATPasa de sodio-potasio, que funcionan en la mayoría de los tramos del túbulo renal. El transporte que esta acoplado indirectamente a una fuente de energía, como el debido a un gradiente iónico, se conoce como transporte activo secundario. La reabsorción de la glucosa por el túbulo renal es un ejemplo de transporte activo secundario. El agua siempre se reabsorbe por un mecanismo físico pasivo (no activo) que es la osmosis, que significa que la difusión de agua efectúa desde una zona de baja concentración de solutos (alta concentración de agua) a otra de alta concentración de solutos (baja concentración de agua).

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Los solutos pueden transportarse a traves de las celulas epiteliales o entre ellas. Las células del túbulo renal, al igual que otras células epiteliales, se mantienen juntas, por medio de uniones herméticas (uniones estrechas). Los espacios intercelulares laterales están situados por detrás de esas uniones herméticas y separan las células epiteliales del túbulo. Los solutos pueden reabsorberse o secretarse a través de las células por vía transcelular o atravesando las uniones herméticas y los espacios intercelulares, siguiendo la vía paracelular. El sodio es una sustancia que se desplaza por ambas vías, aunque la mayoría lo hace a través de la vía transcelular. En algunos segmentos de la nefrona, especialmente en el túbulo proximal, el agua se reabsorbe también a través de la vía paracelular y las sustancias disueltas en el agua, sobre todo los iones potasio, magnesio y cloruro son transportados junto con el líquido que se reabsorbe entre las células. El transporte activo primario a través de la membrana tubular esta ligado a la hidrólisis de ATP. La importancia especial del transporte activo primario es que puede mover solutos en contra de un gradiente electroquímico. La energía para este transporte activo procede de la hidrólisis del ATP realizada por la ATPasa unida a la membrana. Los transportadores activos primarios que conocemos son la ATPasa de sodio-potasio, la ATPasa de hidrogeno, la ATPasa de hidrogeno-potasio y la ATPasa de calcio. Un buen ejemplo es la reabsorción de sodio a través de la membrana del túbulo proximal. Gracias al funcionamiento de esta bomba de iones, se mantiene una concentración intracelular de sodio baja y una concentración intracelular de potasio alta y se genera una carga negativa final de unos -70 milivoltios dentro de la célula. El bombeo de sodio de la célula a través de la membrana basolateral de la misma favorece la difusión pasiva de sodio a través de la membrana luminal de la célula, desde la luz tubular al interior de la célula por dos razones:

1. Existe un gradiente de concentración que favorece la difusión de sodio hacia el interior de la célula porque la concentración intracelular de sodio es baja y la concentración de sodio del líquido tubular es alta.

2. El potencial negativo intracelular de -70 milivoltios atrae a los iones sodio positivo desde la luz tubular hacia el interior de la célula.

La reabsorción activa de sodio mediante la bomba de sodio-potasio tiene lugar en la mayor parte de los túbulos. En el túbulo proximal, hay extenso borde en cepillo en el lado luminal de la membrana. También existen proteínas transportadoras de sodio, que unen los iones sodio en la superficie luminal de la membrana y los liberan dentro de la célula, proporcionando así una difusión facilitada de sodio a través de la membrana, al interior de la célula. Estas proteínas transportadoras de sodio son también importantes para el transporte activo secundario de otras sustancias, como la glucosa y los aminoácidos, la reabsorción neta de los iones sodio desde la luz tubular hacia la sangre supone al menos tres pasos.

El sodio difunde a través de la membrana luminal (llamada también membrana apical) al interior de la célula a favor de un gradiente electroquímico creado por la ATPasa de sodio-potasio en el lado basolateral de la membrana.

El sodio atraviesa la membrana basolateral tubular en contra de un gradiente electroquímico gracias a la bomba ATPasa de sodio-potasio.

El sodio, el agua y otras sustancias se reabsorben del líquido intersticial y pasan a los capilares peritubulares por ultrafiltración, un proceso pasivo gobernado por gradientes de presión hidrostática y coloidosmotica.

Reabsorcion activa secundaria a traves de la membrana tubular. Hay dos o más sustancias que se ponen en contacto con una determinada proteína de la membrana (una molécula trasportadora) y ambas atraviesan juntas la membrana. Cuando una sustancia (el sodio, por ejemplo) difunde a favor de su gradiente electroquímico, la energía liberada se utiliza para que la otra sustancia (la glucosa, por ejemplo) pase en contra de su gradiente electroquímico (un co-transporte). Por eso, el transporte activo secundario no precisa energía directamente del ATP o de otras fuentes do fosfato de alta energía. La fuente directa de energía es la que se libera por la simultánea difusión facilitada de la otra sustancia transportada a favor de su propio gradiente electroquímico. Una vez dentro de la célula, la glucosa y los aminoácidos salen atravesando las membranas basolaterales por difusión facilitada, impulsada por las elevadas concentraciones de glucosa y aminoácidos que existen en la célula. La reabsorción de la glucosa depende de la energía gastada por la bomba activa ATPasa primaria de sodio-potasio de la membrana basolateral. Gracias a la actividad de esta bomba, se mantiene un gradiente electroquímico para la difusión facilitada de sodio, a favor de la corriente hacia el interior para el transporte simultáneo contra gradiente de la glucosa través de la membrana luminal. Esta reabsorción de la glucosa se llama transporte activo secundario por que la glucosa se reabsorbe con muchas dificultades contra un gradiente químico, por eso es secundario al transporte primario activo de sodio. En la reabsorción de la glucosa, el transporte activo secundario se produce en la membrana luminal, mientras que la

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difusión facilitada tiene lugar en la membrana basolateral, y la captación pasiva debida al paso masivo o principal se produce en los capilares peritubulares.

Secreción activa secundaria en los tubulos Hay algunas sustancias que son secretadas por los túbulos mediante un transporte activo secundario, esto supone un contratransporte, la energía liberada por el desplazamiento facilitado de una de las sustancia permite el paso contra gradiente de una segunda sustancia en dirección opuesta. La entrada de sodio en la célula esta acoplada con la expulsión de hidrogeno por la célula mediante el contratransporte de sodio-hidrogeno. Este transporte esta mediado por una proteína especifica que se encuentra en el borde en cepillo de la membrana luminal. Pinocitos, un mecanismo de trasporte activo para reabsorcion de proteinas Las del túbulo proximal, reabsorben moléculas grandes, como las proteínas, mediante pinocitosis, la proteína se une al borde en cepillo de la membrana luminal. Una vez dentro de la célula, la proteína es digerida a sus aminoácidos integrantes, los cuales se reabsorben a través de la membrana basolateral y

pasan al líquido intersticial. Como la pinocitosis requiere energía, se considera una forma de transporte activo. TRANSPORTE MAXIMO DE LAS SUSTANCIAS QUE SE REABSORBEN ACTIVAMENTE. Las sustancias que se reabsorben o se secretan activamente hay un límite de la tasa de soluto que puede transportarse y que se denomina el transporte máximo. Este límite se debe a la saturación del sistema de transporte específico cuando la cantidad de soluto suministrada al túbulo (conocida como carga tubular) supera la capacidad de las proteínas transportadoras y de las enzimas especificas que intervienen en el proceso de transporte. Normalmente, no hay glucosa detectable en la orina, porque prácticamente toda la glucosa filtrada se reabsorbe en el túbulo proximal. Pero cuando la carga filtrada supera a la capacidad de los túbulos para reabsorber la glucosa, hay excreción urinaria de glucosa. En los adultos, el transporte máximo de la glucosa es, en promedio, de unos 320 mg/min, mientras que la carga filtrada de glucosa es solo de 125 mg/min que cuando la carga tubular esta en sus límites normales de 125 mg/min, ni hay perdida de glucosa por la orina. Sin embrago, cuando la carga tubular asciende por encima de 220 mg/min, empieza aparecer una pequeña cantidad de glucosa en la orina, un punto que ha sido denominado como umbral de la glucosa. Obsérvese que esta aparición de glucosa en la orina (al nivel del umbral) se produce antes de llegar al transporte máximo. Una razón de la diferencia entre el umbral y el transporte máximo es que no todas las nefronas tienen el mismo transporte máximo para la glucosa, y algunas nefronas excretan glucosa antes de que otras hayan alcanzado su transporte máximo, el transporte máximo en los riñones se alcanza cuando todas las nefronas han llegado a su máxima capacidad de reabsorción de la glucosa. En la diabetes mellitus descompensada (incontrolada), la glucosa plasmática puede elevarse a concentraciones altas que producen una carga de glucosa filtrada que sobre pasa el transporte máximo y da lugar a la excreción de glucosa en la orina. Sustancias que se transportan pero que no muestran un transporte máximo Las sustancias que reabsorben pasivamente no muestran transporte máximo porque su tasa de transporte está determinada por otros factores, como son:

El gradiente electroquímico para la difusión de las sustancias a través de la membrana La permeabilidad de la membrana para la sustancia, y El tiempo que el líquido que contienen esa sustancia permanece dentro del túbulo.

El transporte de este tipo se conoce como transporte por gradiente en función del tiempo porque su velocidad depende del gradiente electroquímico y del tiempo de permanencia de la sustancia en el túbulo, que a su vez, depende de la tasa del flujo tubular. Algunas sustancias transportadas activamente también tienen las características de un transporte de gradiente-tiempo. Por ejemplo de ello es la absorción de sodio en el túbulo proximal. La principal razón de que el transporte de sodio en el túbulo proximal no muestre un trasporte máximo es que hay otros factores que limitan la tasa de reabsorción aparte de la tasa máxima de transporte activo. Una cantidad significativa de sodio que se transporta fuera de las células se escapa retrógradamente y entra en la luz tubular a través de las uniones herméticas epiteliales. La tasa de esta difusión retrograda depende de varios factores como:

a) La permeabilidad de las uniones herméticas, y b) Las fuerzas físicas intersticiales, que determinan la parte más voluminosa del flujo que se reabsorbe desde el

líquido intersticial al interior de los capilares peritubulares. El transporte del sodio en los túbulos proximales responde principalmente a los principios del transporte por gradientes en función del tiempo, más que a las características del transporte tubular máximo. Esto significa que cuanto mayor es la concentración de sodio en los túbulos proximales, mayor es su tasa de reabsorción, cuanto mas lenta es la tasa del líquido tubular, mayor es el porcentaje de sodio que depende reabsorberse de los túbulos proximales. En las partes más distales de la nefrona, las células epiteliales, estos segmentos, la reabsorción de sodio muestra un transporte máximo, este transporte máximo puede aumentar en respuesta a determinadas hormonas, como la aldosterona.

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La reabsorción pasiva de agua por ósmosis esta acoplada principalmente a la reabsorcion de sodio Cuando los solutos se transportan fuera del túbulo sea por mecanismos de transporte activo primarios o secundarios, sus concentraciones tienen tendencias a descender dentro del liquido y aumentar en el intersticio renal. Esto da lugar a una diferencia de concentraciones que producen ósmosis del agua en la misma dirección en que se transportan los solutos, a saber la luz tubular al intersticio renal. Una gran parte del flujo osmótico de agua se produce a través de las llamadas uniones herméticas entre las células epiteliales, así como a través de las propias células, las uniones herméticas no son tan herméticas como da a entender su nombre, y permiten una difusión significativa de agua y de pequeños iones. Esto es especialmente así en los túbulos proximales, cuya permeabilidad al agua es elevada, y algo menor, aunque significativa, a la mayoría de los iones, como el sodio, el cloruro, el potasio, calcio y magnesio. Conforme el agua se desplaza y atraves de las uniones herméticas por osmosis, también puede haber desplazamiento de algunos solutos, proceso que se conoce como arrastre del disolvente. Y como la reabsorción de agua, los solutos orgánicos y los iones esta acoplada a la reabsorción de sodio, los cambios de la reabsorción de sodio influyen significativamente en la reabsorción de agua y de otros muchos solutos. En las partes más distales de la nefrona, que comienzan en el asa de Henle y se extienden hasta el túbulo colector, las uniones herméticas se vuelven mucho menos permeables al agua y los solutos, y las células epiteliales tienen también un área superficial de la membrana muy disminuida. Debido a ello, el agua no puede desplazarse fácilmente por ósmosis a través de la membrana tubular. Sin embargo, la hormona antidiuretetica (ADH) aumenta mucho la permeabilidad al agua en el túbulo distal y el túbulo colector, el desplazamiento del agua a través del epitelio tubular solo puede producirse si la membrana es permeable al agua, independientemente de la amplitud del gradiente osmótico. En el túbulo proximal, la permeabilidad al agua es siempre alta y el agua se reabsorbe con la misma rapidez que los solutos. En la porción ascendente del asa de Henle, la permeabilidad al agua es siempre baja, de modo que no se reabsorbe casi nada de agua, a pesar del elevado gradiente osmótico que existe. La permeabilidad al agua en las últimas porciones de los túbulos (túbulos distal, túbulos colector y conductos colectores) puede ser alta o baja, dependiendo de la presencia o ausencia de ADH. Reabsorcion de cloruro, urea y otros solutos por difusion pasiva Cuando el sodio se reabsorbe a través de las células epiteliales tubular, los iones negativas como el cloruro son transportados junto con el sodio debido a los potenciales eléctricos. El transporte de los iones sodio cargados positivamente fuera de la luz, deja al interior de la luz cargada negativamente con respecto al líquido intersticial. Esto hace que los iones de cloruro difundan pasivamente a través de la vía paracelular. También se produce reabsorción de los iones cloruro debido a un gradiente de concentración de cloruro que se produce cuando el agua se reabsorbe en el túbulo por ósmosis, con lo cual se concentran los iones cloruro en la luz tubular la reabsorción activa de sodio está íntimamente acoplada a la reabsorción pasiva del cloruro por medio de un potencial eléctrico y aun gradiente de concentración de cloruro. Los iones de cloruro también pueden reabsorberse por transporte activo secundario. El más importante de los proceso de transporte activo secundario que intervienen en la reabsorción de cloruro es el co-transporte del cloruro con el sodio a través de la membrana luminal. La úrea también se reabsorbe pasivamente del túbulo, pero en una cuantía mucho menor que los iones cloruro. Conforme el agua de los túbulos se reabsorbe, aumenta la concentración de la úrea en la luz tubular. Pero la úrea no difunde con la facilidad como lo que lo hace el agua, la mitad aproximadamente de la úrea que se filtra en los capilares glomerulares se reabsorbe pasivamente en los túbulos especialmente en el conducto colector de la médula interna, por unos trasportadores específicos de la úrea y el resto de la urea se elimina con la orina, dejando que los riñones excreten grandes cantidades de este producto de desecho del metabolismo, creatinina no atraviesa la membrana tubular. Por lo tanto, la reabsorción de la creatinina que filtra es casi nula, así que prácticamente toda la creatinina filtrada en los glomérulos se excreta por la orina.

REABSORCION TUBULAR PROXIMAL Los túbulos proximales tienen gran capacidad para la reabsorción activa y pasiva Un 65 % de la carga de sodio y de agua filtrada y un porcentaje algo menor del cloruro filtrado se reabsorben en el túbulo proximal antes de que el filtrado llegue al asa de Henle. La gran capacidad del túbulo proximal para la reabsorción se debe a sus características especiales, las células epiteliales del túbulo proximal gozan de intensa actividad metabólica y tienen gran número de mitocondrias que sostienen sus potentes procesos de transporte activo. Las células tubulares proximales tienen un extenso borde en cepillo en el lado de la luz de la membrana, así como un amplio laberinto de conductos intracelulares y basales, elementos todos que proporcionan una extensa área superficial a la membrana de los lados luminal y basolateral del epitelio que permite el transporte rápido de los iones sodio y de otras sustancias. La amplia superficie del borde en cepillo de la membrana de la célula epitelial esta también dotada de molécula proteicas

transportadoras, que transportan gran parte de los iones sodio a través de la membrana luminal, ligado por el mecanismo de co-transporte al paso de numerosos nutrientes orgánicos, como los aminoácidos y glucosa. El resto de sodio se transporta desde la luz tubular al interior de la célula mediante mecanismos de contratransporte, que reabsorben el sodio al tiempo que secretan otras sustancias al interior de la luz tubular, especialmente iones hidrogeno.

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En la primera mitad del túbulo proximal, el sodio se reabsorbe por co-transporte junto con la glucosa, los aminoácidos y otros solutos. Pero en la segunda mitad del túbulo proximal queda poca glucosa y aminoácidos para reabsorberse, y por eso aquí el sodio se reabsorbe sobre todo junto a los iones cloruro. La segunda mitad del túbulo proximal tiene una concentración relativamente alta de cloruro (alrededor de 140 mEq/L) en comparación con la primera parte del túbulo proximal (uno 105 mEq/L) porque cuando se reabsorbe el sodio, lo hace perfectamente con la glucosa, el bicarbonato y los iones orgánicos en el túbulo proximal, dejando tras de sí una solución que contiene una concentración mayor de cloruro. En la segunda mitad del túbulo proximal, la mayor concentración de cloruro favorece la difusión de este ion desde la luz del túbulo a través las uniones intercelulares, y al líquido intersticial renal. Concentraciones de los solutos a lo largo del túbulo proximal Aunque la cantidad de sodio que se encuentra en el líquido tubular disminuye mucho a lo largo del túbulo proximal, la concentración del sodio (y la osmoralidad total), sigue siendo bastante constante porque la permeabilidad al agua de los túbulos proximales es tan grande que la reabsorción de sodio. Algunos solutos orgánicos, como la glucosa, los aminoácidos y el bicarbonato se reabsorben con mucha mayor avidez que el agua, así que sus concentraciones disminuyen considerablemente a lo largo del túbulo proximal. La creatinina, aumenta su concentración a lo largo del túbulo proximal. La concentración total de solutos reflejada por la osmoralidad, sigue siendo prácticamente la misma a todo lo largo del túbulo proximal debido a la permeabilidad extraordinariamente alta de esa parte de la nefrona al agua. Secreción de ácidos y bases orgánicas por el túbulo proximal Es un sitio importante para la secreción de ácidos y bases orgánicas, tales como las sales biliares, oxalato, urato y catecolaminas. La secreción de estas sustancias en el túbulo proximal mas la filtración al túbulo proximal por los capilares glomerulares y la ausencia casi total de reabsorción por los túbulos, contribuyen, todos ellos conjuntamente, a su rápida excreción por la orina. En el caso de algunos fármacos, como la penicilina y los salicilatos, el aclara miento rápido por los

riñones crea un problema en lo que se refiere al mantenimiento de una concentración terapéutica eficaz del fármaco, el ácido para-aminohipúrico (PAH) y eliminarlo por la orina. Por esta razón, la tasa de aclaramiento del PAH se puede utilizar para estimar el flujo plasmático renal. TRANSPORTE DE AGUA Y SOLUTOS EN EL ASA DE HENLE Está formada por tres porciones la porción descendente delgada, la porción ascendente delgada y la porción ascendente gruesa. La porción descendente delgada y la porción ascendente delgada, tiene membranas epiteliales finas sin bordes en cepillo, con pocas mitocondrias y grados mínimos de actividad metabólica. La parte descendente de la porción delgada es muy permeable al agua y moderadamente permeable a la mayoría de los solutos, incluidos la urea y el sodio, permite la difusión simple de sustancias a través de sus paredes, alrededor del 20 % del agua filtrada se reabsorbe en el asa Henle, y casi toda esa reabsorción tiene lugar en la rama descendente delgada, porque la rama ascendente, en sus dos porciones: la delgada y la gruesa, es prácticamente impermeable al agua, una característica que es importante para la concentración de la orina. La porción gruesa del asa de Henle que comienza hacia la mitad de la rama ascendente, tienen gruesas células epiteliales dotadas de gran actividad metabólica y capaces de reabsorber activamente sodio, cloruro y potasio, alrededor del 25 % de las cargas filtradas de sodio, cloruro y potasio se reabsorben en el asa de Henle, su mayor parte en la porción ascendente gruesa del asa. También se reabsorben en la porción ascendente del asa de Henle cantidades considerables de otros iones, como calcio, bicarbonato y magnesio. La rama descendente delgada no

reabsorbe cantidades significativas de ninguno de estos solutos. Un elemento importante de la reabsorción de solutos en la rama ascendente gruesa es la bomba ATPasa de sodio-potasio que funciona en las membranas basolaterales de las células epiteliales. Al igual que en el túbulo proximal, la reabsorción de otros solutos en la porción gruesa del asa de Henle ascendente está íntimamente relacionada con la capacidad reabsorbida de la bomba ATPasa de sodio-potasio, la cual mantiene una baja concentración intracelular de sodio. Proporciona una gradiente favorable para que el sodio se desplace desde el líquido tubular hasta el interior de la célula. En la porción ascendente gruesa del asas de Henle, el desplazamiento del sodio a través de la membrana luminal esta mediado principalmente por un cotransportador de 1 sodio, 2 cloruro y 1 potasio. También existe una importante reabsorción paracelular de cationes, como el Mg++, Ca++, Na+, y K+, en la porción gruesa de la rama ascendente, debida a ligera positividad de carga de la luz tubular respecto al líquido intersticial. Aunque el co-transporte de 1-sodio, 2-cloruro, 1-potasio mueve una cantidad igual de cationes y aniones al interior de la célula, existe una ligera retrodifusion de iones, potasio hacia la luz generando una carga positiva de unos +8 milivoltios en la luz tubular. La rama ascendente gruesa del asa de Henle es el lugar de acción de los poderosos diuréticos de <<asa>> furosemida, ácido etacrínico y bumetanida, los cuales inhiben la acción del co-transportador 2 cloro-potasio.

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Esta carga positiva fuerza la difusión de cationes como Mg++ y Ca++ desde la luz tubular hacia el liquido intersticial, a través del espacio paracelular. La rama ascendente gruesa también tienen un mecanismo de contra-transporte de sodio-hidrogeno en la membrana del lado luminal de la célula, el cual hace mediador en la reabsorción de sodio y en la secreción de hidrogeno por esta porción del túbulo. Como la parte gruesa de la porción ascendente del asa de Henle es prácticamente impermeable al agua, la mayor parte del agua que queda libre en esta parte permanece en el túbulo, el liquido tubular de la rama ascendente se vuelve muy diluido conforme avanza hacia el túbulo distal, un hecho que es muy importante, pues

permite que los riñones diluyan o concentren la orina en diferentes condiciones. TUBULO DISTAL La porción gruesa de la rama ascendente del asa de Henle desemboca en el túbulo distal. El extremo inicial del túbulo distal forma parte del complejo yuxtaglomerular que proporciona una regulación por retroacción de la TFG y del flujo sanguíneo a esa misma nefrona, y el ultimo extremo del túbulo distal es muy contorneada que comparte característica con el segmento grueso de la rama ascendente del asa de henle que reabsorbe con avidez la mayoría de los iones, como el sodio, potasio y cloruro, pero es prácticamente impermeable al agua y la urea. Se denomina porción diluyente porque también diluye el líquido tubular. Alrededor del 5% de la carga filtrada de cloruro de sodio se reabsorbe en la primera parte del túbulo distal. El co-transportador sodio-cloro mueve el cloruro de sodio desde la luz tubular hasta el interior de la célula y la bomba ATPasa sodio-potasio transporta el sodio fuera de la célula a través de la membrana basolateral. Los diuréticos tiacídicos, para los trastornos como la hipertensión y la insuficiencia cardíaca, inhiben el co-transportador sodio-cloro. Ultima porcion del tubulo distal y TUBULO COLECTOR CORTICAL La segunda mitad del túbulo distal y el tubo colector cortical que le siguen poseen características funcionales parecidas, están formados por dos clases distintas de células, las células principales y las células intercaladas. Las células principales reabsorben sodio y agua de la luz y secretan iones potasio al interior de la luz. Las células intercaladas reabsorben iones potasio y secretan iones hidrogeno al

interior de la luz tubular. Las células principales reabsorben sodio y secretan potasio La reabsorción de sodio y la secreción de potasio por las células principales dependen de la actividad de una bomba ATPasa de sodio-potasio que se encuentra en la membrana basolateral de cada célula. Esta bomba mantiene una concentración baja de sodio dentro de la célula y, por tanto, favorece la difusión de sodio al interior de la célula por medio de conductos especiales. La secreción de potasio por estas células, desde la sangre a la luz tubular comprende dos pasos:

El potasio penetra en las células gracias a la bomba ATPasa de sodio-potasio, que mantiene una elevada concentración intracelular de potasio y luego

Una vez allí, el potasio de la célula difunde a favor de su gradiente de concentración a través de la membrana luminal y pasa al líquido tubular.

Las células principales son los primeros lugares de acción de los diuréticos ahorradores de potasio, como espironolactona, eplerenona, amilorida y triamtereno. Los antagonistas de la aldosterona compiten con sus receptores por tanto inhiben los efectos estimulantes de esta hormona. Los bloqueantes de los canales del sodio inhiben la entrada de sodio en sus respectivos canales en la célula.

Estos mecanismos reducen a su vez el transporte de potasio al interior de las células y disminuye finalmente la secreción de potasio al líquido tubular. La células intercaladas secretan intensamente iones hidrógeno y reabsorben iones bicarbonato y potacio La secreción de iones hidrogeno por las células intercaladas esta medida por el mecanismo de transporte de la ATPasa de hidrogeno. El hidrogeno se produce en estas células por la acción de la anhidrasa carbónica sobre el dióxido de carbono y el agua, que forma acido carbónico y este se diciosa seguidamente en iones hidrogeno y bicarbonato. Los iones hidrógenos son secretados posteriormente al interior de la luz tubular y por cada ion hidrogeno secretado queda disponible y un ion bicarbonato para reabsorción a través de la membrana basolateral. Las células intercaladas pueden reabsorber también iones potasio.

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Las características funcionales de la última porción del túbulo, colector cortical.

1) Las membranas tubulares de ambas porciones son impermeables casi por completo a la úrea, al igual que la porción diluyente de la primera porción del túbulo distal; de ahí que casi toda la urea que entra en estas porciones pase a lo largo del conducto colector para excretarse por la orina aunque alguna parte de la úrea se reabsorbe en los conductos colectores medulares.

2) Tanto en la última porción del túbulo distal como las porciones corticales de lis túbulos colectores reabsorben iones sodio y la tasa de reabsorción está controlada por hormonas especialmente por la aldosterona. Al mismo tiempo estas porciones secretan iones potasio procedente de la sangre de los capilares peritubulares y los vierten a la luz tubular, proceso que también está controlado por la aldosterona y por otros factores, como la concentración de iones potasio en los líquidos corporales.

3) Las células intercaladas de estas porciones de la nefrona secretan intensamente iones hidrogeno gracias al mecanismo activo de la ATPasa de hidrogeno. Este proceso es distinto a la de la secreción activa secundaria de los iones hidrogeno realizada por el túbulo proximal, pues es capaz de secretar iones hidrogeno contra un elevado gradiente de concentración, nada menos que de 1000 a 1. Las células intercaladas juegan un papel esencial en la regulación acidobasica de los líquidos corporales.

4) La permeabilidad al agua de la última porción del túbulo distal y del conducto colector cortical está controlada por la concentración de la ADH, llamada también vasopresina. Cuando existen niveles elevados de ADH, estas porciones del túbulo son permeables al gua, pero si no hay ADH son prácticamente impermeables al agua. Importante para el control del grado de dilución o concentración de la orina.

CONDUCTO COLECTOR MEDULAR Aunque los conductos colectores medulares absorben menos de 10 % del agua y del sodio filtrados constituyen el último sitio para la elaboración de la orina y por tanto, este punto desempeña un papel sumamente importante para determinar la excreción urinaria final de agua y solutos. Las células epiteliales de los conductos colectores son de formas casi cubicas con superficies lisas y pocas mitocondrias.

La permeabilidad del conducto colector medular para el agua está controlada por la concentración de la ADH. Cuando la ADH es alta, el agua se reabsorbe ávidamente al intersticio medular con lo que se reduce el volumen de la orina y se concentran en la mayoría de los solutos de la orina.

A diferencia del túbulo colector cortical, el conducto colector medular es permeable a la urea. Por tanto, parte de la urea tubular se reabsorbe y pasa al intersticio medular, contribuyendo la capacidad global de los riñones para formar una orina concentrada.

El conducto colector medular es capaz de secretar iones hidrogeno contra un elevado gradiente de concentración, como ocurre también en el túbulo colector cortical. El conducto colector medular tiene también un papel esencial en la regulación del equilibrio acidobásico.

Resumen de las concentraciones de los distintos solutos en las diferentes porciones tubulares. El hecho de que un soluto llegue o no a concentrarse en el liquido tubular depende del grado relativo de reabsorción de ese soluto con respecto a la reabsorción del agua. Si se reabsorbe un porcentaje de agua mayor, la sustancia queda más concentrada. Si se reabsorbe un porcentaje mayor de soluto, esa sustancia queda más diluida. Cuando el filtrado se desplaza a lo largo del sistema tubular, la concentración se eleva progresivamente a más de 1, si se reabsorbe mas solutos que agua. Además si una sustancia es secretada por el epitelio tubular al interior del túbulo, esto hará que aumente también su concentración en el líquido tubular. La creatinina y la úrea, se concentran mucho en la orina. En general, estas sustancias no son necesarias para el cuerpo, y los riñones se han acomodado a reabsorberlas solo ligeramente o nada en absoluto, o inclusivo, la secretan al interior de los túbulos, las sustancias como la glucosa y los aminoácidos, se reabsorben intensamente; todas ellas son sustancias que el cuerpo debe conservar y casi nada de ellas se pierden por la orina. REGULACION DE LA REABSORCION TUBULAR. Equilibrio glomerulotubular: capacidad de los túbulos para aumentar la tasa de reabsorcion en respuesta del aumento de la carga tubular. Mecanismo más elemental de control de la reabsorción tubular es la capacidad intrínseca de los túbulos de aumentar la reabsorción en respuesta a una carga tubular excesiva. Este fenómeno se conoce como equilibrio glomerulotubular. El equilibrio glomerulotubular indica que la tasa total de la reabsorción aumenta conforme lo hace la carga del filtrado, aunque permanezca relativamente constante en el porcentaje de la TFG reabsorbida en el túbulo proximal en el 65 % aproximadamente. Es evidente que los mecanismos del equilibrio glomerulotubular pueden actuar independientemente de las hormonas y demostrarse en riñones completamente aislados e incluso en segmentos del túbulo proximal completamente aislados. La importancia del equilibrio glomerulotubular ayuda a impedir que porciones de los segmentos tubulares distales sufran un sobre carga cuando aumenta la TFG. El equilibrio glomerulotubular actúa como una segunda línea de defensa amortiguando los efectos de los cambios espontáneos de la TFG de la eliminación urinaria. Actuando conjuntamente los mecanismos de autorregulación y el equilibro glomerulotubular impiden que se produzcan grandes cambios de la cantidad de liquido que llega a los túbulos distales cuando la presión arterial experimenta variaciones, o cuando hay otros trastornos que, de otro modo, producirían estragos en el mantenimiento de los homeostasis del sodio y del volumen.

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Capilares peritubulares y fuerzas físicas del líquido intersticial renal Las fuerzas hidrostáticas y coloidosmoticas son las que gobiernan la tasa de reabsorción que se produce atraves de los capilares peritubulares. Los cambios de la reabsorción capilar peritubular pueden, a su vez, influir en la presión hidrostática y coloidosmotica del intersticio renal, y en el último término, en reabsorción de agua y solutos desde los túbulos renales. Valores normales de las fuerzas físicas y tasa de reabsorción. Cuando el filtrado glomerular pasa a través de los túbulos renales, normalmente se reabsorbe más de 99 % de agua y la mayoría de los solutos. Los líquidos y los electrolitos se reabsorben desde los túbulos a los intersticios renal y de aquí, a los capilares peritubulares. La tasa normal de reabsorción capilar peritubular es de unos 124 mL/min. La reabsorción a través de los capilares peritubulares se calcula asi:

Reabsorción = Kf x Fuerza de reabsorción neta. La fuerza de reabsorción neta es la suma de las fuerzas hidrostáticas y coloidosmotica que favorecen o se oponen a la reabsorción a través de los capilares peritubulares. Estas fuerzas son:

1) La presión hidrostática que existe en los capilares peritubulares que se oponen a la reabsorción; 2) La presión hidrostática que existe en el intersticio renal que favorece la reabsorción 3) La presión coloidosmótica de las proteínas plasmáticas de los capilares peritubulares que favorecen la

reabsorción. 4) La presión coloidosmotica de las proteínas del intersticio renal que se oponen a la reabsorción.

Como la presión capilar peritubular es normalmente de unos 13 mm Hg y la presión hidrostática del liquido intersticial renal es por término medio, de 6 mm Hg, hay un gradiente positivo de presión hidrostática entre los capilares peritubulares y el liquido intersticial de unos 7 mm Hg que se oponen a la reabsorción del liquido. La presión coloidosmotica del plasma que favorece la reabsorción es de unos 32 mm Hg y la presión coloidosmotica del intersticio, que se opone a la reabsorción es de 15 mm Hg dando lugar a una fuerza coloidosmotica final de 17 mm Hg que favorece a la reabsorción. Por tanto, restando la fuerzas hidrostáticas netas que se oponen a la reabsorción (7mm Hg) con las fuerzas coloidosmoticas netas que favorecen la reabsorción (17 mm Hg) se obtiene una fuerza de reabsorción de unos 10 mm Hg. El otro factor que contribuye aumentar la reabsorción del liquido en los capilares peritubulares es un coeficiente de filtración (kf) grande debido a la alta conductividad hidráulica y la gran área superficial de los capilares que normalmente es de 12,4ml/min/mm Hg. Regulación de las fuerzas físicas que actúan en los capilares peritubulares Los dos factores determinantes de la reabsorción de los capilares peritubulares que están directamente influidos por los cambios hemodinámicas renales son la presión hidrostática y la presión coloidosmótica de los capilares peritubulares. La presión hidrostática de los capilares peritubulares está influida por la presión arterial y la resistencia de las arteriolas aferente y eferente.

Los aumentos en la presión arterial tienden a elevar la presión hidrostática de los capilares peritubulares y a disminuir la tasa de reabsorción.

El aumento de la resistencia de las arteriolas aferentes o de las eferentes disminuye la presión hidrostática de los capilares peritubulares y tienden a incrementar la tasa de reabsorción.

Aunque la constriccion de las arteriolas aferentes aumenta la presión hidrostática de los capilares glomerulares. La reabsorción de los capilares peritubulares es la presión coloidosmótica del plasma que circula por esos capilares; al aumentar la presión coloidosmótica, se incrementa la reabsorción capilar peritubular. La presión coloidosmótica de los capilares peritubulares está determinada por:

La presión coloidosmótica del plasma en la circulación general (sistémica); al aumentar la concentración de la proteína plasmáticas de la sangre de todo el organismo, hay tendencia a la elevación de la presión coloidosmotica en los capilares peritubulares, lo que aumenta la reabsorción.

La fracción de filtración; a mayor fracción de filtración, es la cantidad de plasma que se filtra a través del glomérulo y, por consiguiente mas se concentran las proteínas plasmáticas que quedan por detrás.

Como la fracción de la filtración se define como el cociente TFG/flujo plasmático renal, la fracción de filtración puede elevarse como consecuencia de aumento de la TFG o una disminución del flujo plasmático renal, algunos agentes vasoconstrictores renales, como la angiotensina II, reduce el flujo plasmático renal y aumenta la fracción de filtración, y al aumentar el kf aumenta la reabsorción, mientras que los descensos de kf disminuyen la reabsorción en los capilares peritubulares. Presiones hidrostáticas y coloidosmótica del intersticio renal Las variaciones de las fuerzas físicas que actúan sobre los capilares peritubulares influyen en la reabsorción tubular modificando la fuerza física que actúan en el intersticio renal que rodea a los túbulos. Un descenso de la fuerza de reabsorción a través de la membrana de los capilares peritubulares debido, bien a un aumento de la presión hidrostática capilar peritubular, bien a una disminución de la presión coloidosmotica capilar peritubular, disminuye la captación de líquidos y solutos desde el intersticio a los capilares peritubulares. Esto, a su vez, eleva la presión hidrostática del líquido intersticial y disminuye la presión coloidosmotica del líquido intersticial debido a la dilución de las proteínas en el intersticio renal. Estos cambios disminuyen seguidamente la reabsorción neta de líquidos desde los túbulos renales al intersticio, especialmente los túbulos proximal. Una vez que los solutos han entrado en los conductos intracelulares o en el intersticio renal, por trasporte activo o por difusión pasiva, el agua es extraída de la luz tubular y pasa al intersticio por osmosis. Una

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vez que el agua y los solutos se encuentran en los espacios intersticiales, pueden pasar a los capilares peritubulares, o pueden difundir retrógradamente, atravesando las uniones epiteliales, hacia la luz tubular. Las llamadas uniones herméticas que existen entre las células epiteliales del túbulo proximal son en realidad, bastante permeable, por lo que hay cantidades considerables de sodio que pueden difundir en ambas direcciones a través de esas uniones. Cuando disminuye la reabsorción en los capilares peritubulares, aparecen en un momento de la presión hidrostática de líquido intersticial y una tendencia a que una mayor cantidad de solutos y de agua difundan retrógradamente hacia la luz tubular, lo que reduce la tasa de reabsorción neta. Lo contrario ocurre cuando hay un aumento de la reabsorción en los capilares peritubulares, por encima del nivel normal. Un aumento inicial de la reabsorción por los capilares peritubulares hace que baje la presión hidrostática del líquido intersticial y que aumente la presión coloidosmotica del mismo. Esto dos factores favorecen el desplazamiento del liquido y de solutos hasta el exterior de la luz tubular para entrar en el intersticio; por tanto, disminuye la difusión retrograda de agua y solutos hacia la luz tubular y aumenta la reabsorción tubular neta. En general la fuerzas que aumentan la reabsorción en los capilares peritubulares aumenta también la reabsorción de los túbulos renales, al inversa, los cambios hemodinámicas que inhiben la reabsorción en los capilares peritubulares inhiben también la reabsorción tubular de agua y solutos. Efecto de la presión arterial sobre la eliminación de orina; mecanismo de la presión-natriuresis y presión-diuresis. Los aumentos, aunque sean pequeños, de la presión arterial es frecuente que produzca elevaciones considerables de la excreción urinaria de sodio y agua,

fenómenos que se conocen como natriuresis por presión y diuresis por presión. La elevación de la presión arterial dentro de los límites de 75 a 160 mm Hg suelen tener solo un efecto sobre el flujo sanguíneo renal y la TFG. El ligero aumento de la TFG que se producen contribuye, en parte, al efecto que produce el aumento de la presión arterial sobre la eliminación de orina.

Cuando se altera la autorregulación de la TFG, como ocurre con frecuencia de las enfermedades renales (nefropatías), las elevaciones de la presión arterial produce aumentos muchos mayores que la TFG

Un segundo efecto que eleva la eliminación de la orina este disminuye el porcentaje de la carga de sodio y agua filtrada que reabsorbe los túbulos. Los mecanismos responsables de este efecto se debe en parte al ligero ascenso de la presión hidrostática de los capilares peritubulares, especialmente en los vasos rectos de la medula renal, seguido de la elevación de la presión hidrostática del líquido intersticial renal.

Un tercer factor que contribuye a los mecanismos de la natriuresis por presión y diuresis por presión es la menor formación de angiotensina II. La angiotensina II eleva directamente la reabsorción de sodio en los túbulos; además, estimula la secreción de aldosterona y eso acentúa más la reabsorción de sodio. La disminución de la formación de angiotensina II contribuye al descenso de la reabsorción tubular de sodio que se produce cuando se eleva la presión arterial.

Control hormonal de la reabsorción tubular Cuando aumenta el ingreso de potasio, los riñones deben excretar más potasio al tiempo que mantiene una excreción normal del sodio y otros electrolitos. De igual modo, cuando al aporte de sodio varia los riñones deben ajustar adecuadamente la excreción urinaria de sodio sin que cambie de forma importante la excreción de los otros electrolitos. Algunas hormonas del organismo actúa favoreciendo esta especificidad de la reabsorción tubular de los distintos electrolitos y del agua. Aldosterona aumenta la reabsorción de sodio y la secreción de potasio. La aldosterona, secretada por las células de la glomerulosa (zona glomerular) de la corteza suprarrenal, es un importante factor regulador de la reabsorción de sodio y la secreción de potasio por los túbulos renales. El lugar fundamental de acción de la aldosterona son las células principales de los túbulos colectores corticales. El mecanismo por el cual la aldosterona aumenta la reabsorción de sodio y, simultáneamente, la secreción de potasio es mediante la estimulación de la bomba ATPasa de sodio-potasio situada en el lado basolateral de la membrana de las células del túbulo colector cortical. La aldosterona aumenta también la permeabilidad al sodio de la cara luminal de la membrana. Si falta la aldosterona, como ocurre en la destrucción o de una insuficiencia de las gládulas suprarrenales (enfermedad de addison), se produce una intensa pérdida de sodio y una retención de potasio en el organismo. El exceso de secreción de aldosterona, como ocurre en los pacientes con tumores suprarrenales (síndrome Conn), se acompaña de retención de sodio y de agotamiento de potasio. La aldosterona es todavía más importante como regulador de la concentración de potasio que de la concentración del sodio. La angiotensina II aumenta la reabsorción de sodio y agua. La angiotensina II es quizás la hormona más potente del cuerpo que retiene sodio. La formación de angiotensina II aumenta en los casos que se acompañan de descenso de la presión arterial, o de disminución del volumen de líquido extracelular, como después de una hemorragia o de unas pérdidas de agua y sal de los líquidos corporales. La mayor formación de angiotensina II ayuda entonces a la normalización de la presión arterial y del volumen de los líquidos extracelulares a través de un aumento de la reabsorción de sodio.

1. La angiotensina II estimula la secreción de aldosterona, que a su vez, aumenta la reabsorción de sodio

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2. La angiotensina II produce constriccion de las arteriolas eferentes, lo cual tiene dos efectos sobre la dinámica de los capilares peritubulares para aumentar la reabsorción de sodio y agua. Primero la constriccion de la arteriola eferente disminuye la presión hidrostática de los capilares peritubulares, y con ello aumenta la reabsorción tubular final, especialmente en los túbulos proximales. Segundo, la constriccion de la arteriola eferente, al reducir el flujo sanguíneo renal, aumenta la fracción de filtración en los glomérulos y eleva la concentración de las proteínas y la presión coloidosmotica en los capilares peritubulares y aumenta la reabsorción tubular de sodio y agua.

3. La angiotensina II estimula directamente la reabsorción de sodio de los túbulos proximales, las asas de Henle y los túbulos distales y los túbulos colectores. Estimula la bomba ATPasa de sodio-potasio en la membrana basolateral en la célula epitelial tubular. Un segundo efecto es estimular el intercambio de sodio por hidrogeno de la membrana luminal especialmente en el túbulo proximal.

La ADH aumenta la reabsorción de agua Aumenta la permeabilidad de agua de los túbulo distal, el túbulo colector, y los epitelios del conducto colector, este efecto ayuda al cuerpo a conservar agua en circunstancias como la deshidratación. Cuando falta la ADH, desempeña un papel esencial en la regulación de la orina El péptido auricular natriurético disminuye la reabsorción de sodio y agua Existen ciertas células en las aurículas del corazón, que cuando se distienden debido a un aumento del volumen plasmático, secretan una sustancia llamada péptido auricular natriurético. Las concentraciones elevadas de este péptido inhiben a su vez la reabsorción de agua y sodio por los túbulos renales, sobre todo en los conductos colectores. Esta menor reabsorción de sodio y de agua aumenta la excreción de orina y eso ayuda que se normalice el volumen sanguíneo La hormona paratiroidea aumenta la reabsorcion de calcio. Es una de las hormonas reguladoras del calcio más importante del organismo. En los riñones es aumentar la reabsorción tubular de calcio, sobre todo en los tubulos distales y quizás también en el asa Henle y otras acciones como inhibir la reabsorción de fosfato por el túbulo proximal y del magnesio por el asa de Henle. La activación del sitema nervioso simpático aumenta la reabsorcionde sodio La activación del sistema nervioso simpatico pueden disminuir la excreción de sodio y agua producir constricciones de la arteriola renal lo que disminuye la TFG. Impulso simpaticos aumentan también la reabsorción de sodio en el tubulo proximal y en porcion gruesa de la rama ascendente del asa de Henle. Aumenta la liberación de renina y la formación angiotensina II, lo que se sobreañade al efecto general del aumento de la reabsorción tubular y de disminución de la excrecion de sodio por el riñon EMPLEO DE LAS TECNICAS DE ACLARAMIENTO PARA CUANTIFICAR LA FUNCION RENAL El aclaramiento renal de una sustancia es el volumen del plasma que es completamente depurado de esas sustancias por los riñones en la unidad del tiempo. El concepto de aclaramiento lo proporciona un metodo útil para cuantificar la función excretora de los riñones, se puede usar para calcular la velocidad con la que la sangre fluye atraves de los riñones y también para medir las funciones básicas del riñón: filtración glomerular, la reabsorción tubular, y la secreción tubular. El aclaramiento se refiere al volumen del plasma que se necesitaría para proporcionar la cantidad de sustancias que excreta la orina en la unidad del tiempo. Se puede usar el aclaramiento de la inulina para carcular la TFG Si una sustancia se filtra libremente (tan libremente como el agua) y no se reabsorbe ni se secreta por los túbulos renales, entonces la tasa a la que se excreta esa sustancia es la orina es igual a la tasa a la que esa sustancia se filtra por los riñones. Una sustancia que cumple estos criterios es la inulina. La inulina no la elabora el organismo, si no que se obtiene de las raíces de ciertas plantas y hay que administrarla al paciente por vía intravenosa para medir la TFG. La inulina no es la única sustancia que puede utilizarse para medir la TFG, clínicamente, y con esta misma finalidad se han utilizado al creatinina el yodotamalato radiactivo. Comparaciones del aclaramiento de la inulina con los aclaramientos de distintos solutos Comparando el aclaramiento de una sustancia con el aclaramiento de una inulina que es, como sabemos, una medida de la TFG, se pueden hacer algunas generalizaciones.

1. Si el aclaramiento de una sustancia es igual al de la inulina, esa sustancia se filtra solamente y no se reabsorbe ni se secreta

2. Si el aclaramiento de esa sustancia es menor que el de la inulina la sustancia han tenido que ser reabsorbida por los tubulos de las nefronas,

3. Si el aclaramiento de dicha sustancia es mayor que de la inulina, entonces las sustancias ha sido secretada por la porcion tubular de la nefrona.