canto xi

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Historia

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CANTO XIArmado Agamenn con esplndidas armas conduce por la maana a sus tropas a las filas de combate; lo mismo hacen Hctor y los otros prncipes de Troya. Ante el inslito valor de Agamenn que enardece a la turba desconocida, se excitan los troyanos y se inicia una gran batalla. El mismo Hctor apartado por mandato de Zeus hasta las murallas de la ciudad, evita el coraje del enardecido adversario, mientras aqul se marcha del combate mal herido. Realizado esto, Hctor vuelve a pelear e infunde a los suyos un nuevo valor. Diomedes, Odiseo y yax vuelven a la decada batalla; pero Diomedes herido por Paris se regresa violentamente hacia las naves; asimismo Odiseo herido por Soco y muerto aqul, vindose rodeado por los troyanos, se libra del combate ayudado por Menelao y yax. A poco a Macan y Euripilo los hieren las flechas de Paris. Viendo Aquiles a Macan que se adelantaba en el carro de Nstor, envi a Patroclo para reconocer su presentacin. Tan pronto como reconoci ste a Macan y librado por Nstor de tan miserable muerte, le pide que o bien implore directamente la ayuda de Aquiles en auxilio de los aqueos o que l mismo espante a los enemigos revestido con el armamento de Aquiles. Al regreso Patroclo hiere al peligroso Euripilo y es curado en su tienda de campaa.CANTO XIIRechazados los aqueos contra las murallas (hecho abominable a los dioses; a ellos mismos los rechazan detrs de la misma ciudad), ven que los troyanos se dirigen a las naves y que estn a punto de atravesar ya el foso. Desconcertados al principio por lo difcil del momento bajan de los carros por consejo de Polidamante y corren divididos en cuatro grupos. Asio se atrevi a atacar una de las puertas desde su carro y fue rechazado por los dos Lapitas con gran matanza de los suyos. Polidamante interpret augurios adversos que no intimidaron a Hctor en perseguir a los enemigos. stos aunque molestados por un viento tempestuoso, defienden sus trincheras con suma fortaleza, estando en los primeros lugares los dos yax. Por otra parte entran Sarpedn y Glauco a quienes se les opone Menesteo y son llamados por l, yax el mayor y Teucro. Son heridos Epicles, el compaero de Sarpedn y Glauco por Teucro; finalmente l es derrotado en la almena del muro. Los aqueos atacan duramente la muralla, abierta por la parte de los licios; Hctor conjura el peligro y tapa la puerta con una enorme piedra y abre a los suyos el camino hacia las naves.CANTO XIIIPasando el muro los troyanos, por diversas partes, matan a los aqueos, cuando Poseidn conmovido por la calamidad en su interior por Zeus, se acerca a los que defendan las naves. Oculto bajo forma humana para animar a los que se detenan, exhorta primero a los dos yax y despus a los dems capitanes. As los yax y otros, rechazan a Hctor de la matanza de las naves en plena fila de combate; al poco, Idomeneo, movido por Poseidn a combatir, habindose unido con Merin, socorre por la izquierda a los afligidos aqueos. Despus se traba un feroz combate en el que Zeus favorece a los troyanos y Poseidn a los aqueos. Sobresale entre stos, el valor de Idomeneo. ste, da muerte a Otrioneo, Asio y Alctoo y asimismo, en compaa de Merin, Antloco y Menelao lucha con superioridad contra Eneas, Defobo, Hleno y Paris. Tambin detiene a Hctor quien haca poco se hallaba en el centro del lugar y de tal modo lo apremian los yax y otros grupos, que ya se retiran los troyanos: pero fortalecido Hctor por el consejo de Polidamante, conduce repentinamente contra el enemigo a los que haba reunido. yax da comienzo a un nuevo combate y se pelea por ambas partes con grandes clamores.CANTO XIVNstor, atemorizado por el clamoro del combate, sale de su tienda en la que an se curaba Macan, para explorar los hechos en el lugar en que se realizaban. Agamenn, Odiseo y Diomedes, dolindose an por las heridas, le salen al encuentro cambindose de lugar por la misma causa; el primero de los cuales angustiado por el xito de la guerra y viendo ahora abierta la muralla, reflexiona sobre la huida. Odiseo reprueba esta determinacin, y as Diomedes persuade a todos a que vuelvan a la batalla y que con su presencia ayuden a todos, dndoles certidumbre y consejos; al mismo tiempo Poseidn conforta a Agamenn que ya se iba y da fortaleza al ejrcito. Mientras tanto Hera, para elevar la moral de los aqueos, se arregla en su persona y se prepara delante de Zeus en el monte lda para atraerlo con todos los halagos de una esposa; para lo cual se coloca el cngulo de Afrodita y hace venir desde Lemnos al dios Sueo, quien lo entretiene en el estado de descanso. Poseidn haba puesto asechanzas en este tiempo, mediante el consejo de Sueo, la suerte de los aqueos que les devolvi auxilindolos prontamente. Hctor, herido por el golpe de la piedra que le haba lanzado yax, estaba sin alientos y fue transportado y curado por sus soldados. Combatiendo los aqueos a los troyanos, elevados ya sus fuerzas y espritu de combate, los alejan de las naves, persiguindolos en primer trmino yax el menor.CANTO XVDespertando de su letargo Zeus, ve a Poseidn dando ayuda a los troyanos contra los aqueos. Enseguida, reprende speramente a Hera y manda llamar del Olimpo a Iris y Apolo; se sirve de ellos como de sus ministros para restituir sus fuerzas a los troyanos y simultneamente predice toda la serie de designios hasta la destruccin de la ciudad. Habiendo regresado Hera a la morada de los dioses, Ares sabe por ella lo referente a la muerte de su hijo Asclafo y se apresta para la venganza; Atenea reprime su clera. Apolo e Iris se presentan ante Zeus y por mandato de ste obliga a Poseidn bajo amenazas a que abandone la guerra. ste a pesar de estar lleno de temor an se atreve a resistirse. Apolo alienta a Hctor, ya sanado y retirado del combate por esa causa, y renueva la suerte de los troyanos. Hctor acomete a los fortsimos aqueos que dejando de combatir se retiraban a las naves; mata a una parte de ellos; a otros los hace huir, yendo delante el dios, quien agitando su gida estremeci de temor a los aqueos y fortaleci a los troyanos, pues derribando el muro, prepar el camino para destruir al ejrcito. Por esta terrible desgracia que le comunic Eurpilo, Patroclo regres ante Aquiles y lo exhort para que los ayudara en ese ltimo trance. Mientras tanto los aqueos combaten terriblemente ante sus naves cayendo muchos de ambas partes. Finalmente ellos se retiran sin dispersarse entre las filas de las naves, desde las que yax Telamonio defiende del fuego, armado con una lanza, porque ya Hctor amenazaba quemar la nave de Protesilao.CANTO XVIAquiles le presta a su amigo Patroclo que le suplicaba y peda ayuda, sus propias armas y tropas para salir a combatir bajo la condicin de que se contentase con rechazar a los troyanos de las naves y no se expusiese a mayores peligros. Debilitado ya el mismo Ayax, no pudo impedir que se pusiese fuego a la nave. Visto lo cual Aquiles, llama a su amigo a las armas, prepara las filas de los suyos, les habla y hechas las libaciones y las preces los despide. De pronto, habiendo visto el jefe de los mirmidones, aterrorizados a los enemigos, el engao de la figura de Aquiles, libra del ataque a la nave y apaga el incendio. Comienza de nuevo la batalla y a los que huian cegados por el pavor, los persigue sobre la trinchera y aun a campo abierto. Enseguida, Glauco mata a Sarpedn, hijo de Zeus, habiendo quedado asi vengadas las matanzas. ste juntamente con Hctor y otros de los en terrible combate con los aqueos que arrastraban los despojos, les quita el cuerpo de Sarpedn. Apolo ve esto y por mandato de Zeus es lavado el cuerpo y ungido y llevado a Licia por sus amigos. Por aquel tenor de los acontecimientos el feroz Patroclo persigue a los troyanos hasta la ciudad, sube a su muralla pero es apartado de aquel lugar por el dios; sin embargo, resiste de nuevo a Hctor que irrumpe lleno de fuerza, mata a su auriga Cebrin y se lleva el cadver despus de haberlo despojado. Finalmente mata a muchos de la masa de soldados hasta que Eufrobio lo hiere, aterrorizado l mismo por la fuerza de Apolo y despojado de sus armas; Hctor le da muerte e insta a Automedonte a encaminar el carro de Aquiles llevndolo junto a las naves.CANTO XVIIMuerto Patroclo, Menelao mata a Euforbo y lo despoja de sus armas. Hctor por consejo de Apolo dejando de perseguir a Automedonte le quita los despojos y regresa, mientras Menelao hace venir a yax el mayor, para que cuide el cadver. Hctor se retira ante yax, pero incitado por la reprensin de Glauco vuelve nuevamente, luciendo soberbiamente las armas de Aquiles, a fin de arrebatar el cuerpo y lleno de fortaleza anima a cada uno de los suyos en el mismo campo de batalla; simultneamente llamados por Menelao acuden con presteza los ms valientes aqueos. As en un mismo lugar se origina un terrible combate entre Menelao y Hctor con cada una de sus tropas y pelean uno y otro con distinta suerte. Ellos para defender el cuerpo de Patroclo y stos para que lo arrastren y sea causa de ludibrio. Zeus vuelve el vigor a los caballos de Aquiles que se dolan por la muerte de Patroclo y Automedonte los regresa al combate en unin con Alcimedonte. Hctor, Eneas y otros, atacan el carro de Aquiles para apoderarse delos nobles caballos y los aqueos sostienen con fiereza el mpetu de aquellos, quienes tratan tambin de rescatar el cadver. Entonces Menelao implora nuevas fuerzas a Atenea, y Apolo exhorta a Hctor con la aprobacin de Zeus. Finalmente viene a menos la fuerza aquea, y aun el mismo yax Telamonio, tiembla, bajo cuyo mandato Menelao enva un mensajero a Aquiles, y es Antloco, quien le anuncia la muerte de Patroclo y las derrotas recibidas, y el mismo Menelao junto con Merin apoyado por la compaa de los yax, se atreve a llevarse el cadver hasta las naves, metindose entre los enemigos que combatan.CANTO XVIIIRecibida la noticia de la muerte de Patroclo, Aquiles se entrega a la desesperacin y a los lamentos. Ante estas lamentaciones despertada Tetis, llega desde el mar con su cohorte de Nereidas para consolar a su hijo; a quien cuando ve lleno de ambicin de vengarse de Hctor, aunque aquello habra de ser decidido por el destino, difiere su deseo para el ltimo da, pero le promete que le llevar armas nuevas fabricadas por Hefesto. Habiendo regresado las Nereidas a su mansin, Tetis se apresura hacia el Olimpo, mientras se renueva la batalla sobre el cuerpo de Patroclo que finalmente hubiera quedado en poder de Hctor, a no ser que Aquiles por consejo de Hera hubiese aterrorizado a los troyanos con su aspecto y voz terribles y los hubiese hecho huir hasta las murallas enemigas; mientras tanto los aqueos, rescatado el cuerpo, lo llevan a la tienda de Aquiles, al entrar la noche. Los troyanos tienen una tumultosa asamblea y Polidamante los persuade de que se salven dentro de las murallas, no sea que Aquiles venga a las filas y acabe con ellos; pero este prudente consejo desagrada a Hctor y al pueblo. Los troyanos redoblan la vigilancia durante la noche con sus armas; los aqueos y al frente de ellos Aquiles, lloran la muerte de Patroclo, embalsaman el cadver y lo colocan en el atad. Aquella misma noche llega Tetis al Olimpo en donde Zeus acababa de reprender a su esposa porque ayud a Aquiles y es recibida amigablemente en la mansin de Hefesto. Para Hefesto le era fcil si se lo pedan con insistencia, fabricar escudos y toda clase de armas con su arte exquisito.CANTO XIXA la salida del sol, Tetis le da a Aquiles las armas que haba fabricado Hefesto y lo excita nuevamente a la alianza para la guerra; pues el cuerpo de Patroclo derrama divinos olores a fin de que dure incorrupto para la sepultura. Aquiles, reuniendo una samblea, olvida su ira, y pide continuar la guerra cuanto antes. Por su parte Agamenn confiesa su error y una vez reconciliado, ofrece los dones prometidos por medio de su legado Odiseo; pero olvidndolos l, tal vez con intencin de vengarse, apremia a comenzar la batalla. Finalmente cede ante Odiseo y espera hasta hallarse presente al que lo aconsejaba mientras las tropas tomaban el desayuno y recibe ante la asamblea los dones y a la hija de Brises, causa de la discordia a la que Agamenn jur devolverla intacta mediante un sacrificio expiatorio. Se trasladaron los dones desde un lugar pblico a la tienda de Aquiles en donde las mujeres lloraban a Patroclo y el hroe mismo vuelve a lamentarse y se abstiene firmemente de probar alimento, tomndolo el ejrcito. Aquiles es deleitado por Atenea, enviada desde el cielo; poco despus se pone las nuevas armas, sube al carro con Automedonte y sabido por otro el destino de sus caballos, marcha a la fila lleno de vida.CANTO XXPreparados ambos ejrcitos y llamados los dioses a la asamblea, Zeus les permite que cada uno socorra a cualquiera de los dos que desee a fin de que no madure la matanza para los troyanos por la crueldad de Aquiles. As marchan a la guerra, Hera, Atenea, Poseidn, Hermes, Hefesto, para ayudar a los aqueos; y Ares, Febo, Artemisa, Latona, Janto y Afrodita, a los troyanos. Las tierras celebran con estremecimiento y temor la entrada de los dioses. Antes del comienzo de la batalla, Febo excita a Eneas contra Aquiles que amenazaba a Hctor. Mientras tanto los dioses por convencimiento de Poseidn se sitan alejados del combate. A varias provocaciones sigue el combate de Aquiles con Eneas a quien Poseidn libra por medio de una nube, pues segn los orculos le tena destinado un reino entre los troyanos; Hctor, que est por agredir a Aquiles, es rechazado por Febo. Aquiles mata entre otros troyanos a Polidoro, hijo de Pramo. Estando ya por vengar la muerte de su hermano, se dirige Hctor contra Aquiles a quien lo salva tambin Febo rodendolo con una nube. Movido por el dolor Aquiles ataca a los dems troyanos y llena el campo de una espantosa ruina de muertos y armas.CANTO XXIAquiles acosa a los troyanos, parte hacia la ciudad y parte hacia el Janto (el Escamandro) y habiendo despedazado a muchos en el ro, conserva a doce jvenes vencidos, para las exequias de Patroclo. Ah mismo mata a Lican, hijo de Pramo a pesar de sus splicas; despus a Asteropeo, jefe de los peonios junto con otros de aquel pueblo, habindose librado del enfurecido ro desigual en fuerza. Continuaba la matanza hasta que Janto, obstruido por el nmero de cadveres, compadecindose, mand que su cauce se desbordara contra l. Apenas se escapaba Aquiles cuando de nuevo tena que saltar; pero el ro enfurecido lo sumerga en sus ondas y persegua al que volva a escapar. Ya le faltaban las fuerzas al que luchaba entre las olas, pero Poseidn y Atenea se las aumentaban; entonces Janto que estaba demasiado irritado, llam en su ayuda a Simis, pero Hera llam a Hefesto que quem el campo y al ro y ni las llamas lo detenan si no las hubiese aumentado la misma diosa. Se iniciaron despus combates personales entre los dems dioses: Ares, Atenea, Afrodita, Febo, Poseidn; Hera, Artemisa; Hermes, Latona. Despus de esto vuelven al Olimpo los dioses, excepto Febo quien se dirigi a Troya, mientras Aquiles haca estragos a travs del campo y a los dems los empuj su furia hacia el interior de la ciudad en la que Pramo mand que se cerrara la puerta. Para que aquellos no fueran diezmados en la fuga, Apolo detuvo a Aquiles introduciendoa Agenor, y despus l mismo disfrazado bajo la apariencia de Agenor, lo enga huyendo y as lo alej de la ciudad.CANTO XXIIAmbos ejrcitos se haban puesto en lugar seguro en el campo, cuando Hctor, estando l solo, permanece frente a Aquiles que volva de perseguir a Febo. Desde el muro queran detener a Hctor sus parientes que lloraban desolados. Vanamente, porque a ste el pudor y a aqul el afecto les impeda retirarse del lugar; sin embargo, aparecindosele un dios bajo aspecto de hombre, hizo huir a Hctor atemorizado. Lo persigui fieramente Aquiles y dio tres vueltas alrededor de la muralla. Entre tanto Zeus, compadecindose de Hctor, pes su destino en la balanza y decret su muerte. Febo lo abandon al instante y Atenea lo incit a combatir bajo la apariencia de su hermano Defobo. De esta manera los hroes se unen en singular combate en el que estando presente Atenea, ayuda a Aquiles y se burla de Hctor con terrible engao. Finalmente, Aquiles, en lo ms lgido del combate lo atraviesa con su lanza, lo despoja de sus armas e insultndolo y manchndose de ignominia, insulta a los suyos y atado a su carro lo arrastra hacia la base naval. Toda la ciudad llora la muerte de su querido Hctor y gritan amargamente sus parientes desde la muralla y Andrmaca es llevada a su casa.

CANTO XXIIILos mirmidones dejan sus armas alrededor del fretro de Patroclo, yendo delante Aquiles quien poco despus les prepara el banquete fnebre. l mismo cena ante Agamenn y anuncia las exequias para el prximo da. A la siguiente noche se le presenta durante el sueo la imagen de Patroclo que le pide justos funerales. Por mandato de Agamenn se llevan leos por la maana, se presenta el cuerpo y se dispersan las caballerias de Aquiles y de los dems; sacrificadas ante l muchas vctimas y los doce jvenes troyanos, se hace la hoguera, se enciende y arde con el soplo del Breas y del Cfiro, mientras el cuerpo de Hctor es preparado por Afrodita y por Febo. Al da siguiente se recogen y llevan a la urna los huesos de Patroclo para que estn algn dia, segn promesa hecha, junto con los de Aquiles; se levanta tambin un tmulo improvisado. Aquiles aade en honor del difunto, certmenes de varias clases en los que se llevan premios y regalos los principales jefes aqueos. En equitacin: Diomedes, Antloco, Menelao, Merin, Eumelo y Nstor; en pugilato: Epeo y Eurialo; en lucha: yax Telamonio y Odiseo; en carreras: Odiseo y yax el menor, as como Antiloco; en competencia de armas: Diomedes y yax Telamonio; en disco: Polipetes; en flechas: Meriones y Teucro; y lanzando dardos: Agamenn y Meriones.CANTO XXIVTerminados los juegos, los aqueos se entregan a la cena y al sueo; Aquiles permanece insomne y durante la maana arrebata el cadver de Hctor atado al carro cerca del tmulo de Patroclo, repetida esta profanacin ante los dioses durante varios das, parte se duelen de ello, parte se alegran; compadecido Febo, que guardaba aun ntegro el cuerpo, se queja ante todos gravemente, y por esto Zeus, llamando a Iris por medio de Tetis, manda a Aquiles que desista de tanta crueldad y que no rehse devolver el cuerpo a los que quieren redimirlo; al mismo tiempo y por su mandato, Iris exhorta a Pramo a que, pagado el rescate de redencin, reciba a su hijo. Se llevan a cabo estas gestiones doce das despus de la muerte de Hctor. Pramo, durante la noche, al igual que Hcuba y todos los dems troyanos, renen preciosos dones y cargan con ellos un carro conducido por el pregonero Ideo y manda que se prepare otro. Entonces hechas las libaciones y aceptado el augurio directo, comienzan a recorrer el camino. Hermes llega ante Pramo por mandato de Zeus, y lo lleva a la tienda, sirvindole de viga durante el tiempo dedicado al sueo. Aquiles, vencido fcilmente por las splicas del rey, recibe el precio de la redencin, le devuelve el cuerpo lavado, envuelto en tnicas y concede once das de tregua para la sepultura y of recindole honrosa cena lo manda a descansar. Al amanecer del dia siguiente, conducindolos Hermes, Pramo lleva el cuerpo a la ciudad a cuya vista salieron todos los troyanos con grandes lamentos; colocado poco despus en palacio, despus de haberse presentado los cantores, lloran Andrmaca, Hcuba y Helena. Hecha despus la pira, se celebra el funeral y el banquete.