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  • 7/22/2019 Cantabria Romana Moneda

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    Jos Manuel Iglesias, Juan Antonio Muiz (eds.),Regio Cantabrorum , Santander, 1999, 259-268

    LA CIRCULACIN MONETARIA EN LA CANTABRIA ROMANADE LA CONQUISTA AL SIGLO III

    Juan Jos CepedaUniversidad de Cantabria

    Los hallazgos monetariosLas monedas, como otros materiales arqueolgicos, slo adquieren un pleno

    significado histrico cuando han sido recuperadas en contextos precisos. Lo que hoysabemos de la circulacin y uso de la moneda en el territorio que los romanosdenominaron Cantabria o regio Cantabrorum , est por tanto muy influido por la propiaprctica arqueolgica y por la calidad y detalle con el que se nos han trasmitido lasnoticias de los hallazgos casuales. En este sentido, se hace necesario empezar estetexto reconociendo la precariedad de nuestras fuentes de informacin, todavadominadas salvo excepciones que se sealarn oportunamente - por las referenciasgenricas y por las descripciones incompletas, que impiden en muchos casos conocer laverdadera naturaleza de los hallazgos. Tal es as que an estamos ms cerca del usohistrico de la moneda romana como mero indicador de la distribucin del poblamientoantiguo en la regin un uso que es casi anticuarista - que del estudio de la circulacinmonetaria propiamente dicha, que ha de realizarse sobre enclaves previamentedelimitados y definidos por la prctica arqueolgica. An con estas limitaciones,intentaremos en las pginas que siguen comentar algunos de los aspectos msdestacados que presenta la distribucin de los hallazgos monetarios conocidos,valindonos de los repertorios generales publicados en los ltimos aos y de las noticiasque hemos podido recabar personalmente. Siempre que lo permitan nuestras fuentes deinformacin haremos hincapi en la distincin entre los hallazgos de circulacin -generalmente recuperados en lugares habitados o frecuentados durante la Antigedad -y los depsitos o tesoros, que muestran siempre una disposicin ms aleatoria y cuentancon problemas de interpretacin especficos1.

    La primera difusin de la monedaUn paso muy genrico de Estrabn, referido a las costumbres de los pueblos

    montaeses del norte peninsular, ha servido de justificacin en la historiografa modernapara defender el carcter primitivo de la economa de los cntabros antes de suincorporacin al orbe romano. La noticia que nos transmite el gegrafo de Amasia queposiblemente debamos atribuir a un prstamo de Posidonio redactado en la primeramitad del siglo I a.C. - nos seala efectivamente que estas gentes desconocan el uso dela moneda y practicaban una suerte de economa natural en la que los intercambios serealizaban en especie o mediante el recurso de lminas de plata, sin duda por ser sta

    1 La mayor parte de los hallazgos casuales se encuentra recogida en J.R. VEGA DE LA TORRE, Numismticaantigua de la provincia de Santander,Sautuola , 3, 1982, pp.235-270; IDEM, Hallazgos numismticos de la pocaromana en Palencia, Burgos y Cantabria,Sautuola , 5, 1986-1988, pp.257-270; IDEM, Nueva aportacin alconocimiento de la circulacin monetaria de poca romana en Cantabria,VII Congreso Nacional de Numismtica ,Madrid, 1990, pp.395-412; IDEM, Santoa romana, I. Numismtica. Objetos metlicos y seos. Vidrios,Cuadernos deTrasmiera , 4, 1993, pp.13-24.

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    una medida de valor que gozaba ya de aceptacin2. An sin pasar por alto este detalle,que nos seala claramente un estadio intermedio entre lo que es una economapuramente natural y un sistema ms evolucionado, con valores metlicos de referencia,es obligado considerar el carcter nada inocente de la cita y la estereotipada utilizacinque se hace en ella del tpico de la barbarie, como forma de destacar las virtudescivilizadoras de Roma. A juzgar por lo que sabemos a partir de las evidenciasarqueolgicas podemos pensar, en cambio, en una realidad ms compleja, en la que lamoneda no era del todo desconocida para los habitantes del septentrin hispano.

    Recientes hallazgos y el redescubrimiento de otros ya antiguos, esparcidos pordistintos puntos del territorio que se extiende desde el Noroeste hasta la DepresinVasca, sugieren que en vsperas de la conquista romana - en los ltimos decenios delsiglo I a.C. - la moneda comenzaba a ser un objeto relativamente familiar para loshabitantes de esta regin. Las evidencias disponibles nos hablan fundamentalmente deluso de las denominaciones de plata, que aparecen las ms de las veces formando parte

    de ocultaciones y atesoramientos. Se trata casi en su totalidad de denarios ibricos,acuados en los talleres de la Celtiberia y el Valle del Ebro en un arco cronolgicoimpreciso que debemos situar entre el ltimo cuarto del siglo II y los aos 70 a.C.Aunque estas monedas son ibricas en sus tipos y leyendas, proceden de territoriosque se encuentran ya bajo la tutela romana y fueron emitidas seguramente siguiendo lasdirectrices del poder establecido, tal como revela su adaptacin lato sensu - al patrnmetrolgico del denario romano. Las cecas que se identifican con ms frecuencia Secobirices , Turiasu y Bolscan son tambin las que se responsabilizan del grueso de laemisin en los aos que marcan el conflicto sertoriano en la Pennsula, que determina,como es admitido comnmente, la coyuntura temporal precisa para la produccin de la

    parte ms consistente de este tipo de monedas. Una vez puesto en circulacin, estenumerario parece alcanzar tambin - a partir del primer tercio del siglo I a.C. losterritorios ms septentrionales, seguramente como resultado de la combinacin de variascircunstancias favorables. Entre ellas habremos de sealar la participacin decontingentes mercenarios, oriundos de estas regiones, en las contiendas civiles quesacuden el ltimo siglo de la Repblica seguramente pagados con denarios ibricos ola predisposicin que existe, entre estas misma poblaciones, para aceptar en lasoperaciones comerciales ms importantes una moneda de plata de buena calidad, queabunda en las regiones ms desarrolladas de la Meseta y el Valle del Ebro. Tal comorevela la cultura material caracterstica de los pueblos del Norte en las fases finales de lasegunda Edad del Hierro, estos contactos deban de ser algo frecuente3.Los datos concretos de que disponemos sobre la presencia de moneda ibrica ensuelo cntabro se reducen en la actualidad a dos referencias incompletas sobre laaparicin de sendos tesorillos de denarios en La Cavada en el entorno de la ra deCubas, en la zona ms oriental de la Baha de Santander y Soto Iruz (Santiurde deToranzo), adems de una corta serie de hallazgos aislados en la que se incluyen variosdenarios republicanos recogidos tambin por J.R.Vega de la Torre. Por lo que respectaa los tesorillos, slo el de Soto Iruz permite, siquiera aproximadamente, conocer su

    2 Estrabn, III, 3,7 (ed. F. LASSERRE, Pars, 1966, p.58).3 Cf. J. GONZLEZ ECHEGARAY,Los Cntabros , Santander, 1986, pp.131-138, con recopilacin de fuentes. Eluso militar de las acuaciones ibricas es defendido, entre otros, por F. BELTRN, Sobre la funcin de la moneda

    ibrica e hispano-romana, enEstudios en homenaje al Dr. Antonio Beltrn Martnez , Zaragoza, 1986, pp.904-906.

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    contenido, que inclua una proporcin imprecisa de denarios ibricos (se describen dosejemplares de Secobirices y uno de Turiasu ) y republicanos (al menos un ejemplaracuado en Roma hacia el 107 a.C., del tipo RRC 306). De entre los hallazgos aisladoshay que destacar los dos denarios de Turiasu recuperados en el castro prerromano deCelada Marlantes, que constituyen una evidencia ms del uso espordico de este tipo demonedas en los lugares de hbitat ms caractersticos del norte de la Pennsula. El restode hallazgos aislados plantea serios problemas de interpretacin, ya que, como secomprueba en las series de circulacin procedentes de lugares habitados tras laconquista romana, pueden ser meramente residuales y haber sido introducidos en elterritorio con bastante posterioridad a la fecha de su emisin.

    El numerario de tipo ibrico que nos encontramos en Cantabria deja de ser acuadoposiblemente hacia el 72 a.C. No obstante, en amplias zonas de la Pennsula que semantienen an en una posicin marginal respecto al dominio de Roma su uso seprolonga, sin apenas aportaciones posteriores, hasta el cambio de era, de tal forma que

    es perfectamente asumible que su prdida haya podido producirse a lo largo de unamplio perodo. En este sentido, cobra especial significacin la interpretacin que se darecientemente a los tesoros recuperados en distintas zonas del Noroeste afectadas porlas campaas militares romanas4. La inclusin de monedas con evidentes signos dedesgaste y el hecho de aparecer asociadas a contextos de abandono generalmente encastros - permiten suponer razonablemente que su prdida se ha producido en lacoyuntura de la conquista, posiblemente en los aos 29-26 a.C. si no posteriormente.Esta posibilidad interpretativa no debe ser desechada cuando nos enfrentamos ahallazgos descontextualizados como los aqu comentados, aunque su confirmacinrequerir sin duda de nuevas evidencias.

    Si el conocimiento de la moneda entre los cntabros parece hoy por hoy asumible yapara los decenios inmediatos a la conquista romana, no debemos deducir de ello queexistiera una verdadera circulacin monetaria en la regin. El uso espordico es una cosay la vigencia de una economa monetaria en la que adquieren pleno sentido las tresfunciones clsicas de la moneda, como medio de cambio, medida de valor y acumulacinde riqueza- otra bien distinta. Esta circunstancia slo parece haberse producido conposterioridad a la conquista, seguramente de forma harto imperfecta y como algoinducido en gran parte por las propias necesidades de la administracin romana delterritorio. Casi con seguridad, podemos afirmar que los primeros responsables de laimplantacin de un uso ms generalizado de la moneda, hubieron de ser los soldadosromanos que integraban el numeroso ejrcito de ocupacin encargado de mantener elorden en el territorio recin conquistado. A ellos debieron de pertenecer sin duda algunosde los hallazgos monetarios ms significativos que se han reseado recientemente en labibliografa arqueolgica. As sucede con el tesorillo aparecido en el castro de Espina delGallego (Corvera de Toranzo), en lo que parece haber sido un barracn militar ocupadopoco despus de someterse el territorio circundante, quiz ya entre los aos 26 y 22 a.C.Las monedas conocidas nueve denarios acuados en su mayor parte en Roma - sedistribuyen entre el 114 y el 42 a.C., unas fechas ciertamente altas para lo que cabraesperar de un conjunto perdido como muy pronto en el contexto de la campaa de

    4 R.M.S. CENTENO,Circulao monetria no Noroeste de Hispnia at 192 , Oporto, 1987, pp.193-7; P. ALEGRE,Dos tesorillos de denarios ibricos del castro de Chano, provincia de Len,VIII Congreso Nacional de Numismtica ,Madrid, 1994, pp.189-210.

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    Augusto, pero que quiz se explican por la propia endeblez numrica de la muestra, queno recoge en toda su amplitud la composicin del medio circulante contemporneo5. Untestimonio de la importancia que tiene esta fase inicial de la presencia romana en lapropia difusin de la moneda lo encontramos tambin en la relativa frecuencia con la quese localizan ejemplares tardorrepublicanos y del propio Augusto entre los hallazgosespordicos hasta ahora publicados. Un rpido examen de las evidencias recogidashasta ahora en la bibliografa nos permite comprobar que sobre una cincuentena dehallazgos procedentes de treinta y cuatro lugares distintos, hasta el final de la pocaseveriana, aproximadamente un 15% (ocho ejemplares) son acuaciones pertenecientesa esta fase inicial6. El repertorio podra quiz ampliarse igualmente con una parteimprecisa de las monedas de tipologa ibrica procedentes de hallazgos aislados sincontexto siete conocidos que sabemos traan tambin consigo las tropas romanas7.

    La circulacin altoimperial

    Realizar un estudio sobre la circulacin monetaria partiendo de hallazgos que an enla actualidad siguen siendo en su mayor parte la consecuencia del azar y de la propiaseleccin de sus descubridores puede resultar cuando menos arriesgado. Estacircunstancia nos obliga a considerar que lo que digamos tiene por el momento el valorde meras notas aproximativas. Lo que sabemos de la distribucin de los hallazgos dentrode los lmites de la Cantabria romana nos indica una aparente concentracin en las zonascosteras, en puertos y fondeaderos tales como los situados en Santoa y la baha deSantander (el antiguoPortus Victoriae ), y en el sur del territorio, en torno a la ciudad deIuliobriga y los enclaves ms romanizados de la actual provincia palentina. Se trata deseries por lo general escasas nueve monedas en Santoa, trece en la pennsula de la

    Magdalena (Santander)8

    producto de recuperaciones casuales o de actuacionesarqueolgicas muy puntuales. En su conjunto, las monedas identificadas se distribuyende acuerdo con lo que es el patrn ms comn en la circulacin de la Hispania Citerior,dominada en primer lugar por los ases producidos en las cecas del Valle del Ebro,especialmente en los reinados de Augusto y Tiberio, y luego por las series en su mayorparte irregulares de Claudio I, que siguen los prototipos de Roma. El reinado deClaudio es precisamente el mejor documentado sobre el conjunto de hallazgos (con onceejemplares inventariados). Durante el siglo II el as cede su lugar al sestercio comodenominacin ms corriente, en lo que es un claro reflejo de la poltica monetaria que se

    5 E. PERALTA, Espina del Gallego: ltimo baluarte de los cntabros,Revista de Arqueologa , 212, 1998, pp.42-4. Aunque el autor no indica el nmero, podemos deducir que se trata de nueve monedas a partir de las fotografas quepresenta. El ejemplar ms reciente es del tipo RRC.494/39a.

    6 Se excluye la muestra procedente de la ciudad deIuliobriga , comentada ms adelante.7 El carcter arcaizante de buena parte del numerario que portaban consigo las tropas romanas queda ahora bien

    documentado en el campamento de Andagoste (lava), escenario de uno de los primeros encuentros documentadosentre el invasor y los habitantes de la franja cantbrica, casi al pie de la divisoria de aguas. Este emplazamiento, recindescubierto, fue ocupado posiblemente en algn momento de los aos 36 34 a.C., en el transcurso de una de lascampaas que preparaban el terreno para la conquista definitiva de la regin. De las 20 monedas identificableshalladas en el lugar, 12 son anteriores al 46 a.C. y, lo que es ms importante, corresponden en su totalidad aacuaciones de ceca hispnica; cf. J.A. OCHARAN, Monedas perdidas en un combate indito de las guerrascntabras en el Valle de Cuartango (lava),X Congreso Nacional de Numismtica , Albacete, e.p.; varios de estosejemplares aparecen ahora ilustrados en el catlogo de la exposicinLos Cntabros , Santander, e.p.

    8 J.L. CASADO, J. GONZLEZ ECHEGARAY,El puerto de Santander en la Cantabria romana , Santander, 1995,pp.70 y 128-129. Los ejemplares fotografiados son los siguientes: un as deEmporiae (siglo I a.C.), un bronce hispano-romano indeterminado, cuatro ases de Claudio, un as de Domiciano, un sestercio de Adriano, otro de Gordiano III, unantoniniano de Galieno y dosnummi de Constantino I (310-318) y Constante (342-348).

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    aplica en la ceca de Roma. Como en otros lugares del Imperio, tambin aqu lasmonedas empiezan a escasear a partir del final de la dinasta antonina. Con posterioridada Cmodo apenas podemos sealar el hallazgo de dos sestercios de Severo Alejandroen las localidades de Comillas y Ubiarco, otro de Gordiano III en La Magdalena, y unacorta serie de denominaciones de plata, representadas por un denario de Julia Mamea yun antoniniano de Gordiano III en La Rabia.

    En la breve relacin anterior hemos dejado conscientemente al margen la serie dehallazgos procedentes de la ciudad de Iuliobriga . Ello se debe a que en s mismaconstituye una muestra representativa, de entidad no comparable a la del resto de lasevidencias disponibles. En efecto, podemos sealar en la actualidad 119 monedas conesta procedencia, en su mayor parte recuperadas durante de las campaas deexcavacin que, de forma discontinua, se han llevado cabo desde 19409. Los lmitestemporales en los que se incluyen se adecan a lo que es el perodo de ocupacin dellugar, entre los siglos I y III d.C. Dentro de estos lmites, conviene destacar la elevada

    proporcin de monedas que se puede atribuir a las fases iniciales del establecimiento,hasta llegar a los reinados de Calgula y Claudio. Los datos disponibles nos permitencomprobar la existencia de un aprovisionamiento temprano, que arranca seguramentecon la fundacin de la ciudad en poca augustea, quiz ya entre los aos 16-13 a.C.10 Esposible reconocer as la presencia de algunos elementos caractersticos, comunes a lacirculacin monetaria augusteo-tiberiana de las ciudades y campamentos militares de laCiterior.- Circulacin residual de moneda ibrica y tardorrepublicana . Se encuentra bienrepresentada entre los denarios una moneda que se mantiene largo tiempo en uso yque no tiene problemas para ser reaceptada fuera de su mbito primero de circulacin

    y, en menor medida, entre los ases. Estos ltimos tienen el mismo origen geogrfico quelas piezas emitidas posteriormente a partir de Augusto, y no es aventurado suponer quehayan llegado al lugar entonces, tradas por los primeros ocupantes. A los ejemplarescatalogados hay que aadir tambin un nmero impreciso de piezas perforadas,sealadas por J.M.Iglesias, sin curso legal en el momento de su prdida11.- Dominio absoluto de la moneda acuada en el interior de la provincia . Hasta elreinado de Calgula prcticamente toda la moneda menor que circula en la ciudadprocede de las cecas instaladas en las colonias y municipios del Valle del Ebro y enClunia (con Tiberio).Iuliobriga es por tanto uno ms de los lugares que permiten hoy enda comprobar la existencia de un claro nexo financiero entre las recin pacificadasregiones del Norte y Noroeste y las ciudades de ese mbito, cuya moneda sirve sin dudadurante el siglo I para afrontar al menos una parte de los pagos militares y de los gastosde acondicionamiento del nuevo territorio. La alta proporcin de monedas que se puedeatribuir a los momentos iniciales de la ocupacin (el 55% de los ejemplares han sidoacuados antes del 37 d.C.), debe de estar en directa relacin con la importancia

    9 Queda pendiente, no obstante, la publicacin de los ejemplares correspondientes a las campaas de 1980-1988, en su mayor parte ausentes del catlogo que aqu se presenta.

    10 Esta es la fecha barajada con ms frecuencia; cf. J.M. IGLESIAS, A. RUIZ GUTIRREZ,Epigrafa romana deCantabria , Burdeos-Santander, 1998, p.23.

    11 J.M. IGLESIAS,Juliobriga , Santander, 1985, p.56. Hoy sabemos que manipulaciones tales como el recorte delas monedas - para obtener valores fraccionarios o el perforado de ejemplares obsoletos bien para ser utilizadoscomo colgantes o ser posteriormente partidos aparecen ya en contextos de los aos 40-30 a.C., tal como secomprueba en Andagoste.

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    administrativa y econmica que desempea la ciudad poco despus de la conquista. Lascantidades respectivas que se pueden atribuir a las distintas cecas provinciales - enparticular Calagurris, Celsa, Turiaso y Blbilis - nos sirven para reconocer ciertassimilitudes con la circulacin que se documenta en el campamento, relativamenteprximo, de Herrera de Pisuerga, que alberga a lalegio IIII Macedonica desde los aos20/15 a.C. La comparacin vale especialmente para el numerario de Augusto - el msabundante en ese establecimiento - aunque las coincidencias ms notables se producenen poca de Tiberio, con un dominio similar, en ambos casos, de las acuaciones deClunia (un tercio del total). Hay que sealar tambin la existencia de otros elementos quepermiten relacionar las monedas halladas en la ciudad con el medio circulante de losambientes militares. En concreto, hay que destacar la elevada proporcin decontramarcas que se documentan sobre las monedas de Augusto y Tiberio, as como laaparicin de piezas recortadas, fenmenos ambos que cada da parece ms clarodebamos relacionar con los ambientes castrenses. Algunas de las marcas documentadas

    tales como la cabeza de guila (c.4 y c.5) o las iniciales LA, L (c.54 y c.26) - ofrecenpocas dudas al respecto. El fenmeno del contramarcado parece ser especialmentecaracterstico de los reinados de Tiberio, Calgula y Claudio, prolongndoseocasionalmente hasta Vespasiano, como se comprueba en el ejemplar n75 de nuestrocatlogo, de origen galo. La presencia de estas monedas suele ser habitual en lugaresque cuentan con un fuerte aprovisionamiento en los aos prximos al cambio de era, detal forma que las contramarcas han podido servir tambin para confirmar la validez deesos mismos valores en pocas menos favorecidas12.

    Las monedas con fechas de acuacin posteriores al reinado de Tiberio representancomparativamente una porcin menor del numerario circulante en la ciudad deIuliobriga .

    En cualquier caso, son testimonio suficiente para que reconozcamos la continuidad en laocupacin hasta poca severiana. Dentro de este grupo de acuaciones se encuentranprcticamente todos los valores de uso habitual en los medios romanizados, siendo elsestercio el que aparece mejor representado. Hemos de destacar, no obstante, laimportancia numrica de los denarios, cuya prdida no suele ser tan frecuente como la delos valores de bronce. Los ejemplares inventariados corresponden a series posteriores ala reforma de Nern, que normalmente circulan sin ningn problema hasta finales delsiglo II. Su hallazgo podra tener alguna relacin con circunstancias anormales en la vidade la ciudad, quiz con procesos de abandono repentino o destruccin en el lmite deeste perodo.

    Aunque las monedas de la primera mitad del siglo III son siempre escasas enHispania como consecuencia sin duda del bajo nivel de produccin de los valoresbsicos utilizados hasta entonces su nimia representacin en la muestra estudiada nosobliga a considerar la posibilidad de que reflejen un notable descenso de la actividaddesarrollada en el lugar. Hemos de pensar que sta habra alcanzado cotas casimarginales hacia los aos 260-270, en las fechas en que se acuan los dos antoninianosque cierran la muestra. Estas dos monedas, que corresponden a series acuadas en

    12 M.P. GARCA-BELLIDO, La moneda y los campamentos militares,Los finisterres atlnticos en la Antigedad.poca prerromana y romana , Gijn, 1996, pp.104 ss. con bibliografa anterior. Sobre la circulacin en Herrera: A.MORILLO, C. PREZ GONZLEZ, Hallazgos monetarios de Herrera de Pisuerga en colecciones privadas,Actas IICongreso de Historia de Palencia. I , Palencia, 1990, pp.443-461; J. MOREDAet al., Hallazgos monetarios en Herrerade Pisuerga (Palencia),Actas III Congreso de Historia de Palencia. I , Palencia, 1996, pp.241-289.

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    gran volumen, han sido perdidas por gentes que quiz frecuentaban un lugar que ya nocumpla funciones de hbitat, como parece indicar el hecho de haber sido recuperadasfuera de contexto.

    A partir de la segunda mitad del siglo III tambin se observa en el resto del territoriocntabro una escasez notable de numerario. De todas formas, debemos ser cautos en suvaloracin. Como en otros lugares del norte peninsular con una escasa tradicin en laexcavacin de asentamientos romanos, su poca representacin en el registro deevidencias puede obedecer sin ms a factores selectivos, relacionados con la bajaconsideracin que este tipo de monedas tienen en la actualidad o con la dificultad queexiste para su reconocimiento sobre el terreno, debido a su escaso tamao. Seguramentehabr que esperar nuevas intervenciones arqueolgicas y que se publiquen losresultados de otras ya concluidas para poder compensar en cierta medida la imagen quenos proporcionan los hallazgos casuales. Ya en el lmite del perodo aqu consideradodebemos sealar no obstante la aparicin de un importante tesoro de antoninianos en

    uno de los puntos ms meridionales del territorio, en el trmino de Valsadornn(Palencia), cerca de lo que parece haber sido un establecimiento rural. De las 18.000monedas que - en nmeros muy aproximados - integraban el conjunto, se puedenestudiar en la actualidad 2.421, que proporcionan interesantes datos sobre el procesoseguido en la acumulacin. Se trata, en su mayora, de antoninianos de Galieno yClaudio II, acaparados en un corto lapso de tiempo y ocultados en los primeros meses delao 269. Las monedas de Claudio II son, sin duda, el componente ms interesante deeste tesoro, debido a la sorprendente homogeneidad que presenta su distribucin y alhecho de haberse integrado en el conjunto sin apenas tiempo para entremezclarse en lacirculacin local. En efecto, las 453 monedas acuadas a su nombre proceden en su

    totalidad del taller de Roma y presentan una altsima proporcin de enlaces de cuo. Eldato es interesante ya que nos permite reconocer la existencia de un flujo de monedadirecto entre Italia y el interior de la Pennsula, en unas fechas ciertamente convulsas,marcadas por la reciente recuperacin de los territorios hispnicos, englobados en elllamadoimperium Galliarum 13.

    Anexo. Hallazgos monetarios en Iuliobriga Los ejemplares que se catalogan a continuacin proceden de los repertorios de J.M. SOLANA,Los

    cntabros y la ciudad de Iuliobriga , Santander, 1981, pp.241-263; J.R. VEGA DE LA TORRE, Numismticaantigua de la provincia de Santander, cit. supra n.1; Hallazgos numismticos..., cit., p.269; as como delos avances de excavacin publicados por J.M. IGLESIAS,Julibriga. Ciudad romana de Cantabria ,Fundacin Santillana, Madrid, 1983; IDEM,Julibriga , Santander, 1985, pp.46 y 56-58 (2, 28, 97, 104, 111).Se han aadido cinco monedas inditas, procedentes de las campaas de 1981-1984, incluidas en elcatlogo de la exposicinLos Cntabros , Santander, en prensa (4, 38, 53, 80, 112) y otras cincorecuperadas en las campaas de 1997 y 1998 (29, 30, 84, 103, 110). La relacin se presenta forzosamenteabreviada. Cuando se trata de los mismos ejemplares hemos optado por indicar los pesos que aparecen enel catlogo de Vega de la Torre, en lugar de los de Solana, mucho menos precisos. Las referenciasbibliogrficas han sido uniformadas y actualizadas en la medida en que lo permitan los datos de partida.Los catlogos utilizados son los siguientes: A. VIVES,La moneda hispnica , Madrid, 1926 (= V); M.H.CRAWFORD,Roman Republican Coinage , Cambridge, 1974 (= RRC); M. AMANDRY, A. BURNETT, P.P.RIPOLLS,The Roman Provincial Coinage , Londres-Pars, 1991 (= RPC); H. MATTINGLY,et al . (eds.),The Roman Imperial Coinage , 10 vols. Londres, 1923-1994 (= R.; el volumen I corresponde a la segundaedicin, de C.H.V. SUTHERLAND). En la columna denominacin se han utilizado las siguientes

    13 J.J. CEPEDA, Tesoros monetarios de la segunda mitad del siglo III: Valsadornn, 1937; Porto Carro, 1974,XCongreso Nacional de Numismtica , Albacete, e.p.

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    abreviaturas: D (denario), Ant (antoniniano) HS (sestercio), Dp (dupondio) S (semis), Ae (indeterminado,cobre). Los pesos se indican en gramos; cuando van precedidos por las letras y p se quiere sealar quecorresponden a ejemplares recortados o perforados. Al margen de esta circunstancia, tambin nosencontramos con monedas que tienen pesos sensiblemente bajos respecto a lo que corresponde a ladenominacin identificada- debido sin duda a la fuerte alteracin metlica que han sufrido en el lugar dedeposicin. En la columna destinada a las observaciones se indica la existencia de contramarca con la

    sigla C. seguida de un nmero que se remite al listado recogido en RPC (vol.II, pp.809-810). Cuando seconoce, se seala igualmente la posicin de la contramarca con las abreviaturas a./ r. (anverso/ reverso).

    N Den. Reverso Ceca Fecha Referencia Peso Observ.MONEDA IBRICA

    1 D Bolscan 105-72 V.43. 2 --2 D Secobirices 80-72 -- Forrado

    Irregular3 As Segia 105-72 V.42. 3-4 12,564 As Bilbilis 80-72 V.63. 10-11 9,96

    5 As Bilbilis 80-72 V.63. 10-11 9,136 As Celse 80-72 V.62. 6 14,21REPBLICA

    7 D AHALA Roma 54 RRC.433.2 --8 As Ilegible. Tipo Jano bifronte No precisable s. I a.C. 11,009 D Ilegible. Roma s. I a.C. 3,29

    10 D LEG III Ceca mvil 32-31 RRC.544.15 --OCTAVIANO/ AUGUSTO (31 a.C.-14 d.C.)

    11 D IMP CAESAR Italia 29-27 R.264 1,8012 As C.CASSIVS CELER Roma 16 R.376 6,1313 As C.MARC.CAP Q.VRSO Calagurris 29-27 RPC.434 --14 As M.PLAET.TRAN Q.VRSO Calagurris 29-27 RPC.435 --15 As Q.ANTONI L.FABI Calagurris 29-27 RPC.438 9,20C.41 C.5416 As L.BAEB.PRISCO C.GRAN.BROC Calagurris 27-2 RPC.441 9,4217 As L.BAEB.PRISCO C.GRAN.BROC Calagurris 27-2 RPC.441 p6,18 C.4 a.18 As L.BAEB.PRISCO C.GRAN.BROC Calagurris 27-2 RPC.441 10,4919 As SPARSO ET CAECILIANO Osca 2 a.C.-14 RPC.287 10,8420 As MVN.TVRIASO Turiaso 2 a.C.-14 RPC.405 14,0021 As MVN.TVRIASO Turiaso 2 a.C.-14 RPC.405 11,30 C.92 r.22 As M.CAECIL.SEVERO C.VAL.AQVILO Turiaso 2 a.C.-14 RPC.408 --23 As L.MARIO L.NOVIO Turiaso 2 a.C.-14 RPC.411 --24 As [l mario l nouio] Turiaso 2 a.C.-14 RPC.411? 8,00 C.9225 As MN.KANINIO L.TITIO Caesaraugusta 6 a.C.-14 RPC.322 --26 As TIB CLOD.FLAVO L.IVVENT.LVP Caesaraugusta 2 a.C.-14 RPC.328 7,3927 As M.SEMP.TIBERI L.LICI.VARO Bilbilis 2 a.C.-14 RPC.392 10,50 C.28? r.28 As L.COR.CALIDO L.SEMP.RVTILO Bilbilis 2 a.C.-14 RPC.395 10,02

    29 As L.COR.CALIDO L.SEMP.RVTILO Bilbilis 2 a.C.-14 RPC.395 9,0930 As L.COR.CALIDO L.SEMP.RVTILO Bilbilis 2 a.C.-14 RPC.395 --31 As L.CORN.TERRE M.IVN.HISP Celsa 27 RPC.270 8,2032 As L.SVRA L.BVCCO Celsa 17-12 a.C. RPC.271 10,1433 As L.BAGGIO MN.FESTO Celsa 12-5 a.C. RPC.273 11,3034 As L.BAGGIO MN.FESTO Celsa 12-5 a.C. RPC.273 9,8935 As L.BAGGIO MN.FESTO Celsa 12-5 a.C. RPC.273 7,31 C.5 a.36 As CN.DOMIT C.POMPEI Celsa 5-3 a.C. RPC.278 9,88

    TIBERIO37 D PONTIF MAXIM Lugdunum 14-37 R.30 3,1038 As CN.POMP M.AVO T.ANTO M.IVL.SERAN Clunia 14-37 RPC.452 12,7339 As CN.POMP M.AVO T.ANTO M.IVL.SERAN Clunia 14-37 RPC.452 10,0940 As CN.POMP M.AVO T.ANTO M.IVL.SERAN Clunia 14-37 RPC.452 7,76 C.5 a.

    41 As CN.POMP M.AVO T.ANTO M.IVL.SERAN Clunia 14-37 RPC.452 4,6042 S L.DOMI.ROBV T.OCTA.METAL Clunia 14-37 RPC.453 -- C.1

  • 7/22/2019 Cantabria Romana Moneda

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    Juan Jos CEPEDA La circulacin monetaria en la Cantabria romana. De la conquista al siglo III 267

    N Den. Reverso Ceca Fecha Referencia Peso Observ.43 As L.IVL.RVF T.CALP.CON

    T.POMP.LON P.IVL.AVIClunia 14-37 RPC.456 11,00 C.4a C.1r

    44 As L.IVL.RVF T.CALP.CONT.POMP.LON P.IVL.AVI

    Clunia 14-37 RPC.456p10,40 C.1 C.26

    45 As L.IVL.RVF T.CALP.CONT.POMP.LON P.IVL.AVI

    Clunia 14-37 RPC.456 6,70 C.1

    46 As [clunia...] Clunia 14-37 8,7047 As Ilegible Clunia 14-37 4,50 C.148 As L.FVL.SPARSO L.SATVRNINO Calagurris 14-37 RPC.448 -- C.549 As C.CELERE C.RECTO Calagurris 14-37 RPC.450 13,0650 As V.V.OSCA Osca 14-37 RPC.296 --51 As MN.SVLP.LVCAN M.SEMP.FRONT Turiaso 14-37 RPC.413 12,5052 S T.SVLP.QVAR PONT.PLA Turiaso 14-37 RPC.414 4,6053 As C CAEC SER M VAL QVAD Turiaso 14-37 RPC.417 13,1854 As L.CAEC.AQVIN M.CEL.PALVD Turiaso 14-37 RPC.419 11,0255 HS DIVVS AVGVSTVS MVN TVR Turiaso 14-37 RPC.422 --C.69 C.9256 As DIVVS AVGVSTVS MVN TVR Turiaso 14-37 RPC.423 --C.92 C.9357 As Ilegible Turiaso 14-37 --58 As CCA Caesaraugusta 14-37 RPC.333 9,4059 As CCA Caesaraugusta 14-37 RPC.340 12,6460 As CCA Caesaraugusta 14-37 RPC.340 7,3961 As IVLIA AVGVSTA CCA Caesaraugusta 14-37 RPC.341 15,00 C.5 a.62 As IVLIA AVGVSTA CCA Caesaraugusta 14-37 RPC.341 12,7063 HS PIETATI AVGVSTAE CCA Caesaraugusta 28-29 RPC.344 20,8064 As TI.CAESARE V

    L.AELIO SEIANO COSBilbilis 31 RPC.398 11,50

    65 Ae Ilegible No precisable 14-37 --CALGULA

    66 As SCIPIONE ET MONTANO Caesaraugusta 38-39 RPC.374 12,00CLAUDIO

    67 As LIBERTAS AVGVSTA / SC Irregular 50-54 R.cf.113 8,3468 As LIBERTAS AVGVSTA / SC Irregular 41-54 R.cf.97/113 6,5069 As s.l. / SC Irregular 41-54 R.cf.100/

    11610,32

    70 As s.l. / SC Irregular 41-54 R.cf.100/116

    7,13

    71 As Ilegible No precisable 41-54 7,6572 HS Ilegible No precisable 41-54 --

    NERN73 As PONTIF MAX TR POT IMP PP / SC Lugdunum 65 R.417 ss. 11,2074 Dp VICTORIA AVGVSTI / SC // II No precisable 64-66 8,3075 Dp SECVRITAS AVGVSTI / SC Lugdunum 66 R.519 Vespasianus

    (ligado)SPQR en r.76 HS DECVRSIO SC No precisable 62-68 --77 As [genio augusti] Roma 62-68 R.83 ss. 12,84

    VESPASIANO78 D AVGVR TRI POT Roma 70-72 R.30 --79 D VESP AVG Roma 74 R.85 1,9080 As AEQVITAS [august] / SC Roma 74 R.666 7,6381 Ae Ilegible Roma 72-79 --

    DOMICIANO82 Dp TR P COS VII DES VIII PP / SC Roma 81 R.236 12,0083 HS [diuae iuliae aug diui titi f spqr] Roma 90-91 R.400 19,9484 D IMP XXI COS XV CENS P PP Roma 91 R.156 2,5185 HS Ilegible Roma 81-96 16,5086 HS Ilegible Roma 81-96 26,00

    NERVA87 D CONCORDIA EXERCITVM Roma 96-98 R.14 2,98

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    Juan Jos CEPEDA La circulacin monetaria en la Cantabria romana. De la conquista al siglo III 268

    N Den. Reverso Ceca Fecha Referencia Peso Observ.TRAJANO

    88 D PM TR P COS IIII PP Roma 101-102 R.59 ss. --89 HS SPQR OPTIMO PRINCIPI / SC Roma 103-111 R.497 --90 HS SPQR OPTIMO PRINCIPI / SC Roma 103-111 R.543 23,3091 HS SPQR OPTIMO PRINCIPI / SC Roma 103-111 R.543 21,5092 D Q TITI IMP CAES TRAIAN AVG GERDAC PP REST Roma 107 R.cf.776 --

    93 HS SPQR OPTIMO PRINCIPI / SC //ARAB ADQ

    Roma 112-117 R.610 18,30

    94 D SPQR OPTIMO PRINCIPI //ALIM ITAL

    Roma 112-117 R.243 --

    95 S DAC PARTHICO PM TR POT[xx cos ui pp] / SC

    Roma 115-116 R.645 4,99

    96 HS Ilegible No precisable 98-117 --ADRIANO

    97 D PM TR P COS III Roma 119-122 R.77-b --98 HS HISPANIA / SC Roma 134-138 R.851 --99 HS TR POT COS II / PANNONIA SC Roma 137 R.1059 --

    100 HS Ilegible Roma 117-138 20,00ANTONINO PO101 As TR POT COS III / SC Roma 140-144 R.704/705 6,10102 As SC Roma 147-148 R.1263-b 7,00103 D COS [ii]II No precisable 145-161 R.cf.128 1,93 Irregular

    MARCO AURELIO104 D CONCORD AVG TR P XVI // COS III Roma 161-162 R.35 2,53105 As SALVTI AVGVSTOR TR P XVII / SC //

    COS IIIRoma 162-163 R.850 8,50

    106 HS VICT AVG TR POT XX IMP III COS III / SC

    Roma 166 R.925 21,30

    107 HS FECVNDITAS / SC Roma 161-176 R.1638 20,00108 HS TEMPOR FELIC / SC Roma 161-176 R.1674 10,60109 HS [sideribus recepta] / SC Roma 176 R.1715 17,40110 HS [tr] P II [pm ...] / / [...]PA[...] Roma 172-180 12,78111 D VENVS VICTRIX No precisablepost 166 R.cf.786/ 787 2,56 Irregular

    CMODO112 D [tr p viii] IMP V COS III PP Roma 183 R.50 2,49113 As Ilegible Roma 180-192 6,10

    CARACALLA114 D CONCORDIA FELIX Roma 201-206 R.124-a 1,80115 D INDVLG FECVNDAE Roma 210-213 R.214 2,50116 HS PM TR P XVIII IMP III COS IIII PP //

    SCRoma 215 R.544 22,70

    TRAJANO DECIO

    117 HS DACIA / SC Roma 249-251 R.112-b 15,71GALIENO

    118 Ant LIBERO.P.CONS AVG Roma 266-268 R.230 --CLAUDIO II

    119 Ant [aeterni]T [aug] N-//- Roma 269-270 R.16 1,05