Campaña elecciones sindicales

¿Por qué? Los procesos de elecciones sindicales están afectados por la campaña antisindical que diversas fuerzas políticas y sociales están realizando en los últimos años.

Este contexto se convierte en un factor adverso añadido que habrá que combatir e inten-tar minimizar, especialmente en los próximos meses, cuando se elige el mayor número de delegados de todo el periodo electoral.

El objetivo de este argumentario no es atacar a nadie.

El objetivo es:

Defender la legitimidad de las elecciones sindicales.

Defender el derecho de los trabajadores a organizarse, reivindicar y negociar las deci-siones que se toman en su empresa y que les afectan directamente.

Defender a la Unión General de Trabajadores, la honorabilidad de sus integrantes, y la buena fe de sus actuaciones.

Elecciones sindicales Es un proceso electoral masivo, que se realiza periódicamente, y de forma continuada, en todo el país, regulado por ley, con preavisos, campañas electorales, censos, candidaturas y registro público de resultados.

Las únicas diferencias (con las elecciones generales, autonómicas, municipales o euro-peas) son:

• Que no se realizan en un solo día, sino con carácter permanente.

• Que para participar en ellas es necesario ser trabajador asalariado de una empresa de más de 6 trabajadores.

• Que nunca sale un Ministro a un balcón ni a una rueda de prensa a proclamar sus re-sultados.

Las elecciones sindicales crean un mecanismo de interlocución de los trabajadores en cada empresa.

¿Para qué?

Para plantear reivindicaciones y exigencias a sus empresas/empresarios.

Pocos las conocen

Pocos quieren reconocerlas

Nadie puede negar sus resultados

¿Gusta a los empresarios que sus trabajadores se

organicen para, todos juntos, exigir y poner condiciones?

Generalmente, no. Y de ahí la infinidad de casos de presión, y coacción a los trabajadores para para que no se presenten en ninguna candidatura, o que no haya elecciones.

El que reivindica, el que no se resigna, el que cuestiona las decisiones, el que pelea por lo suyo, el activista laboral no gusta a los empresarios; por eso puede sufrir represalias de muchos tipos en su trabajo, y por eso la ley -cuando actúa en representación de los com-pañeros que le han elegido en las elecciones sindicales- le concede algunas protecciones, que no privilegios.

Las elecciones sindicales crean un mecanismo de interlocución de los trabajadores en cada empresa.

¿Se cobra por ser delegado sindical?

No. Los delegados no reciben dinero público, ni les paga UGT. El Sindicato sí financia los gastos del proceso electoral, la formación de los delegados, los materiales informativos, y los servicios de asesoramiento (abogados, economistas, etc…) a los que los delegados pueden acudir para desempeñar su función sindical.

Los únicos recursos públicos que se destinan a las elecciones sindicales provienen del Ministerio de Empleo (antes Trabajo) y se denominan “Subvenciones a las Organizacio-nes sindicales en proporción a su representatividad por la realización de actividades de carácter sindical”.

El Ministerio de Empleo tiene establecida una cantidad a tal fin que se reparte entre cerca de un centenar de sindicatos que participan en procesos electorales en función de los re-sultados obtenidos.

Tomemos como ejemplo el ejercicio 2012: Se realizaron 14.462 procesos de elecciones sindicales, se eligieron 43.687 delegados, de UGT eran 16.573, y recibió 4.173.308,70 de euros. Por tanto: UGT, en compensación por los recursos que invirtió en los proce-sos de elecciones sindicales de 2012, recibió de dinero público 251,81 euros por delegado obtenido.

¿Cuáles son los Retos de este proceso?

Credibilidad de nuestras candidaturas

La campaña antisindical, y la judicialización de la gestión del Sindicato en algunos ámbi-tos, pueden llevar a los trabajadores a ser reacios a votar nuestras candidaturas.

Las terceras opciones

Al igual que ha sucedido en el proceso de elecciones al Parlamento Europeo, los votantes pueden tratar de buscar opciones diferentes, creando nuevos sindicatos, o mediante agrupaciones electorales de trabajadores.

La precariedad generalizada

El miedo está instalado en la población: al despido, a la no renovación del contrato, a la bajada de sueldo, al cambio de puesto, al traslado, a pedir un día, a darse de baja, etc… Las consecuencias de este “clima” específicamente sobre los procesos electorales son difíciles de prede-cir. Hacer sindicalismo implica que todos superemos ese miedo.

Esgrimir información frente a quienes quieren ensuciar el nombre del Sindicato No debemos dejar que los trabajadores se queden con impresiones sobre nuestra implicación

en esos casos que la prensa llama “de corrupción”, y en los que se mete de todo como si to-dos los casos fueran igual y a todos afectaran de la misma manera.

Para evitar ese totum revolutum lo mejor es la información, contar la verdad de lo que hay, y poner las cosas en su sitio.

UGT ni teme, ni debe temer a la verdad. ¿Por qué?

- Porque la verdad es que tenemos más imputados por actuaciones de reivindicación y por el ejercicio de la libertad sindical que por eso que llaman corrupción.

- Porque la verdad es que en el caso de los ERE, que afecta a UGT-Andalucía, hay 180 imputados, sólo uno es de UGT.

- Porque la verdad es que no somos la única organización sindical que tiene a alguno de sus miembros inmersos en este tipo de procesos. Es más, ni siquiera somos la organización sindical con más implicados en estos procesos.

- Porque la verdad es que no hay ninguna resolución judicial que diga que el Sindicato, o al-guno de sus miembros, ha tenido una conducta de mala gestión en el manejo de recursos públicos.

- Porque lo que sí es verdad es que al parecer hay dos varas de medir en esto de la aplica-ción de la Justicia. ¿Es comprensible que los altísimos ejecutivos de Caixa Penedés, con-denados por “conducta maliciosa” por su gestión al frente de la entidad estén condenados a 1 y 2 años de prisión, y un sindicalista a 3 años de prisión por echar tinte en una piscina durante una huelga?

- Porque la verdad es que quienes defienden la gestión al frente de Caja Madrid de Blesa o Rato, son los mismos que critican el papel de los sindicatos en los consejos de administra-ción de las antiguas cajas de ahorros, que más o menos es como decir que si se hunde un edificio el responsable no es el arquitecto, sino el vigilante de la obra.

Esgrimir información frente a quienes quieren ensuciar el nombre del Sindicato UGT tiene más procesados y condenados por participar en huelgas y manifestaciones que por

presuntas irregularidades de gestión (*).

Afectados por ejercer el derecho de huelga y manifestación

Afectados por presuntas irregularidades de gestión

Serafín y Carlos

(2008, negociación del convenio de transpor-te de mercancías de Pontevedra)

Salvador Mera Ex Secretario General de UGT-Cádiz (dimitió sin celebrarse juicio)

Ana y Tamara

(2010, negociación del convenio gallego de instalaciones deportivas)

Gonzalo Martín

José M. Nogales y Rubén Ranz

(2012, trabajador de SMC-UGT, por la huelga general del 29 de marzo)

Raúl Fernández (2010, trabajador de Airbus, por participar en la huelga general del 29 de septiembre)

Datos provisionales, pendientes de actualizar

UGT no es la organización con más imputados por casos de irregularidades de gestión.

Imputados de UGT Imputados de CCOO

Salvador Mera (ex Secretario General de UGT-Cádiz)

Roberto Carmona

Gonzalo Martín Enrique Manuel Jiménez

Juan Antonio Florido

Juan Caravaca

Gonzalo Fuentes

José Cabrera

Miguel Ángel Soto (tesorero de CCOO-Andalucía)

Rodolfo Benito (miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal) Datos provisionales, pendientes de actualizar

Hay que recordar que: Las fiscalías que están pidiendo cárcel para los sindicalistas que participan en huel-

gas, no actúan en los casos de coacción y amenazas a trabajadores para que no ejer-zan ese derecho fundamental (denunciados en medios de comunicación).

Que algunos de los procesos contra UGT han sido iniciados por el autodenominado “Sindicato Manos Limpias”, que no es un sindicato, pero sí una organización ultradere-chista.

Las irregularidades en la gestión de los cursos de formación, por ejemplo, están te-niendo un trato muy desigual por los medios de comunicación en función de quiénes son los afectados…

El empresario Alfonso Tezanos, vocal de la directiva de la patronal madrileña de la CEOE, ha sido acusado de presunta estafa en los cursos de formación del llamado CASO ANERI y detenido.

Ningún cargo o dirigente de UGT está imputado por causa parecida.

El caso Aneri ha tenido un tratamiento in-formativo de perfil mucho más bajo que las informaciones referidas a UGT.

Las fuerzas políticas y perio-dísticas quieren desacreditar sindicatos, no empresarios

Atajar las dudas sobre nuestra credibilidad

Informar a los compañeros en las empresas de LA REALIDAD de los procesos judicia-les en los que está inmersa UGT, de su evolución, y de lo que representan en el en-torno laboral en relación a otras organizaciones sindicales y patronales.

Recordar a los trabajadores en los centros de trabajo que los medios de comunicación son empresas, con intereses muy concretos, y que desgraciadamente YA NO EXISTE EL PERIODISMO DE SERVICIO AL INTERÉS PÚBLICO, sino que lo que más abun-da es el sectarismo. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/05/22/actualidad/1400782562_001431.html.

Apelar al sentido crítico de los compañeros a la hora de analizar las informaciones, las declaraciones de unos y otros, y las propuestas que se realizan.

Recordar que en las elecciones sindicales se eligen a los representantes en las em-presas, y que a la hora de evaluar su voto deben tener en cuenta quienes son las per-sonas que componen las candidaturas, porque ellos y ellas serán quienes les repre-senten, a quienes podrán acudir para resolver sus dudas o reclamar apoyo.

No queremos una democracia que se reduzca al voto cada cuatro años, y en el ámbito de las elecciones sindicales es posible ir mucho más allá: los elegidos están en el cen-tro de trabajo, y es posible escrutar su actuación, hacerles llegar críticas y propuestas, y mejorar entre todos la tarea de representación y reivindicación.

Sí, UGT es un sindicato con muchos años.

Sí, tenemos una larga carrera de actuaciones, en muchas ocasio-nes conseguimos mejorar las cosas, en otras ocasiones no.

Sí, cometemos errores. ¿Hay alguien en alguna parte que no los cometa?

NO, no nos importa equivocarnos, lo que no aceptamos es quedar-nos sin hacer nada.

No, cuando cerramos un acuerdo sin conseguir todo lo que quere-mos no nos estamos rindiendo, sólo mejoramos el punto de partida de la siguiente negociación.

Hay una realidad, que es importante que tengamos clara nosotros, y que dejemos clara a nuestros compañeros en los centros de trabajo: Superman no existe, y los sindicatos no somos Superman.

La experiencia nos demuestra que nadie nos ha regalado el sistema de pensiones, la pro-tección social, la sanidad pública, la educación pública… Nadie regala el empleo, ni las condiciones de trabajo, de la misma manera que nadie regala el salario.

Nadie nos provee de la Justicia, nadie reparte la igualdad, ni nadie nos surte de democra-cia. No existe el Superman de los derechos laborales ni el de los derechos civiles.

Cada uno tenemos un papel que desempeñar. Los sindicatos no son un ente abstracto, con un poder abstracto, para conseguir cosas. Los sindicatos no son Superman.

Los sindicatos son trabajadores que ha decidido unirse, hacer su aportación, dedicar algo de su tiempo a intentar cambiar las cosas. Nunca ha sido de otra manera.

El Estado protector que construimos entre todos (y contra unas cuantas élites) ha podido llevarnos a pensar lo contrario. Pero ese Estado lo han destruido los Gobiernos durante la crisis. ¿Alguien cree que nos lo van a devolver voluntariamente? No, si queremos recons-truirlo habrá que volver a ganárselo a quienes se benefician de habérnoslo quitado.

UGT cambiará si la cambian sus militantes, sus votantes, sus simpatizantes. Nuestro rum-bo no lo van a cambiar los Think-Tank financiados por las grandes grupos económicos, ni la presión de medios de comunicación y periodistas (de los que se salvan pocos) que nadie sabe a ciencia cierta cómo se financia ni a qué intereses sirven.

Si alguien no participa en una organización, no es simpatizante de una organización, no colabora con esa organización, no le interesa lo que defiende esa organización, ¿debe de-cidir qué debe ser, cómo debe actuar, y cómo debe gobernarse esa organización? No.

UGT cambiará si quienes la forman y la comparten quieren que cambie. UGT no va a ocul-tar su nombre ni arriar sus banderas, porque no ha cometido ningún delito. Algunos consi-deran que difamar es legítimo en un conflicto de intereses. Pero el tiempo y la Justicia es-tablecerán la verdad.

Informar, explicar, instar a pensar con sentido crítico, defender nuestro trabajo, defender nuestras propuestas, defender a nuestros candidatos, y pedir a nuestros compañeros que voten libremente, para cambiar las cosas, para luchar por lo suyo.