caminata club los pumas narracion caminante

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Don Julio Eduardo Gómez, buenas noches. Quiero comentarle que en Facebook, en el perfil de Ubaque, desde mi perfil, coloqué un texto sobre Ubaque, escrito hace dos años, cuando caminé ya sin perderme. Lo transcribo aquí, pues no sé si pueda visualizarse completamente en Facebook. Gracias por su paciencia al leerlo, pues puede parecer largo. Para compartir con el Club Los Pumas. Hasta pronto. EL CAMINO DE LOS MUCHOS NOMBRES El camino de los muchos nombres. Ubaque. El camino de las sombras y las luces, a las 4 y 10 a.m.; el de las piedras, todo el trayecto; el de la llovizna permanente, cerca del páramo, en el páramo y después del páramo; el del piso de jabón, donde todos caímos antes de las tres primeras horas recorridas; el de los mil distintos tonos de verde paramuno, si tomamos en préstamo las palabras de Jorge Cafrune; el del niño de trece años, que, a pocos minutos de Puente Piedra, preguntaba si faltaba mucho para terminar, con lo cual revelaba sin confesarlo su primera caminata por este sendero de nebulosas montañas; el del cambiante frío, según entrara en intercambio con la energía y movimientos de los caminantes; el de la niebla envolvente que hacía extraviar de la mirada a quien se encontrara cinco metros adelante y atrás de cada viajero convirtiendo a cada uno, y por momentos, en un ser errante en medio de dos posibles caminos; por ello, también es el camino de las preguntas (Buenos días, ¿por aquí voy bien para Ubaque?) y el de las conversaciones con los habitantes que conducían dos ovejas o aquella señora que ordeñaba su vaca y deseaba buen día al transeúnte, o el del señor que anunciaba poner su improvisada venta en el camino mientras decía que ya había pasado el primer explorador sin haber preguntado nada a nadie, tal vez porque sería un baquiano; también es el camino del agua y el jabón y el del agua y la crema dental, delatados en aquella jovencita que a las siete de la mañana lavaba ropa bajo el frío de ese sábado 26 de enero de 2008, o la señora que enjuagaba su boca mientras respondía siga por ahí que el camino lo lleva; es el camino de la superviviente ruana y el sombrero de muchos de los paisanos de Ubaque, como aquel que recomendó devolverse por el camino hasta donde se ve una casa grande y coger por ahí hasta encontrar otra vez el camino de piedra; es el camino de

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Page 1: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

Don Julio Eduardo Gómez, buenas noches.  Quiero comentarle que en Facebook, en el perfil de Ubaque, desde mi perfil, coloqué un texto sobre Ubaque, escrito hace dos años, cuando caminé ya sin perderme. Lo transcribo aquí, pues no sé si pueda visualizarse completamente en Facebook.  Gracias por su paciencia al leerlo, pues puede parecer largo.  Para compartir con el Club Los Pumas.  Hasta pronto.

EL CAMINO DE LOS MUCHOS NOMBRES

 

El camino de los muchos nombres.  Ubaque.  El camino de las sombras y las

luces, a las 4 y 10 a.m.; el de las piedras, todo el trayecto; el de la llovizna

permanente, cerca del páramo, en el páramo y después del páramo; el del

piso de jabón, donde todos caímos antes de las tres primeras horas

recorridas; el de los mil distintos tonos de verde paramuno, si  tomamos en

préstamo las palabras de Jorge Cafrune; el del niño de trece años, que, a

pocos minutos de Puente Piedra, preguntaba si faltaba mucho para

terminar, con lo cual revelaba sin confesarlo su primera caminata por este

sendero de nebulosas montañas; el del cambiante frío, según entrara en

intercambio con la energía y movimientos de los caminantes; el de la niebla

envolvente que hacía extraviar de la mirada a quien se encontrara cinco

metros adelante y atrás de cada viajero convirtiendo a cada uno, y por

momentos, en un ser errante en medio de dos posibles caminos; por ello,

también es el camino de las preguntas (Buenos días, ¿por aquí voy bien

para Ubaque?) y el de las conversaciones con los habitantes que conducían

dos ovejas o aquella señora que ordeñaba su vaca y deseaba buen día al

transeúnte, o el del señor que anunciaba poner su improvisada venta en el

camino mientras decía que ya había pasado el primer explorador  sin haber

preguntado nada a nadie, tal vez porque sería un baquiano; también es el

camino del agua y el jabón y el del agua y la crema dental, delatados en

aquella jovencita que a las siete de la mañana lavaba ropa bajo el frío de

ese sábado 26 de enero de 2008, o la señora que enjuagaba su boca

mientras respondía siga por ahí que el camino lo lleva; es el camino de la

superviviente ruana y el sombrero de muchos de los paisanos  de Ubaque,

como aquel que recomendó devolverse por el camino hasta donde se ve

una casa grande y coger por ahí hasta encontrar otra vez el camino de

piedra; es el camino de los niños que van a cumplir alguna orden de la casa

al tiempo que uno de ellos podía decir mire,  siga hasta el puente, lo cruza,

y después coge la izquierda, porque si coge el otro va a dar a Chipaque; es

el camino del agua con sonido de cántaro, cuando el sendero corre siempre

junto al río y éste se pierde en pequeñas cavernas que dejan oír su voz;   es

el camino del humo, del fuego, de la olla, de la cerveza, de la carne, de la

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chicha y el maíz con sabores que renacen cada año al paso de los

peregrinos cuyo aquíleo paso se detiene en Puente Piedra, pues el primer

reto de llegar hasta allí estaba ya cumplido, a pesar de que para muchos ya

era suficiente; es el camino del silencio, cuando aún hay muchos repasando

sueños y cansancios y sólo se escuchan los mugidos, ladridos, balidos y

relinchos de esos seres que presienten solitarios y agitados pasos

irrumpiendo el día; es camino del barro salvador cuando la piedra mojada se

ha hecho trampa donde todos caemos y donde ya no importa que el agua

ingrese a nuestros pies; es el camino de la alfombra, ya de tierra, ya de

lama o musgo, que bajo el pie del andador se hacía remanso y daba

tranquilidad al cuerpo fustigado de tantos trayectos de subida y de bajada

irregulares; es el camino del saludo, cuando ya el pueblo había despertado y

quizá el primer nómada había atravesado la calle principal, mientras de la

iglesia caían chispas de calor de una mano humana que preparaba la

iluminación que recibiría en el interior a los miles de paseantes que a cada

hora llenarían Ubaque; entonces, a partir de allí, los viajantes en el monte

serían peatones en las calles; es por esos nombres y los que cada

excursionista haya sentido y sienta en las más de cuatro, cinco, seis y más

horas de travesía que este pueda también llamarse el camino de los muchos

nombres. 

 

Dado en Bogotá, cincuenta y ocho horas, seis minutos después y un buen

número de dolores, desde la rodilla izquierda hasta otras partes del cuerpo

que guarda la memoria de esta ruta donde las preguntas y las respuestas

fueron el mapa que me condujo Por el histórico Camino Real de los

Virreyes. 

 

Con agradecimiento a quienes algún día, hace veinte años, debieron

inventar esta recuperación de la memoria histórica, topográfica, religiosa,

geográfica y cultural.

 

Víctor Manuel Cuervo Ballén

 

 

 

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¡Y aquí estáUbauqe, después de casi diez horas de camino! Siempre hay una primera vez.

 

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Casa de la región, por una ruta alejada de la caminata, pues a partir de aquí extraviamos el camino.

 

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Campesino de la región.

 

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Portalito en el camino.

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Más páramo.

 

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Verdor permanente que nos lega la naturaleza.

 

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¡Qué bello regalo del páramo!

 

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Páramo, montaña, silencio, soledad, armonía.

 

Page 11: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

Otra panorámica desde la altura, antes de aproximarnos al pueblo.

 

Page 12: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

¡Yo de aquí no me paro!, decía Laura Catalina; ¡Llegamos, qué alegría!, decía Íngrid Marcela.

 

Page 13: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

El suscrito, Víctor Cuervo Ballén, con mis dos hijas.

 

Page 14: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

Rumbo a Ubaque, con camino despejado.

 

Page 15: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

Uno de los organizadores entrega el carné de caminante, numerado, en el paso llamado Puente Piedra.

 

Page 16: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

Religiosidad, orgullo, devoción

Page 17: Caminata Club Los Pumas Narracion Caminante

Colaboración del caminante VICTOR CUERVO BALLEN