cambios en el concepto de familia

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Página 1 de 1 VII ENCUENTRO PROFESORES: ESCUELA Y FAMILIA: EDUCANDO JUNTOS "Cambios en el concepto de familia: una mirada sociológica” (Materiales 1 para la conferencia de Javier Elzo, en el 7º Encuentro de Profesores organizado por la FERE de la Comunidad de Madrid el día 29 de Septiembre de 2004) La composición de los hogares españoles, según se desprende del último Informe del Instituto Nacional de Estadística, dado a conocer en mayo del año 2004, nos muestra que, todavía, el modelo nuclear tradicional de familia (padre, madre con o sin hijos) sigue siendo el mayoritario en la sociedad española actual. Bajo el concepto de “otro tipo de hogar” se engloba al 12% de hogares y a casi el 15 % de personas. Si añadimos un 7% de hogares conformados por adultos con hijos (donde caben los viudos con hijos y las denominadas familias monoparentales) que agrupan al 6% de personas llegamos al 20 % de hogares españoles o, si se prefiere, al 80 % de hogares y personas viven hoy, en España, según el modelo tradicional, nuclear, al incluir ahí también las personas solteras sin hijos a cargo. Composición de los Hogares Españoles el año 2001 Situación Hogares (En %) Personas (En %) Pareja sin hijos 19,4 12,8 Pareja con un hijo 18,5 18,3 Pareja con dos hijos 22,2 29,2 Pareja con tres o más hijos 8,1 14,0 Total hogar tradicional/nuclear 68,2 74,3 Persona sola menor de 65 años 5,0 1,6 Persona sola de 65 y mas años 8,0 2,6 Un adulto con hijos 7,0 5,9 Otro tipo de Hogar 12,0 15,6 Total Otros tipos de hogares 32,0 25,7 Fuente. INE 2004, según “El País, 15 de mayo 2004, reelaboración JE. Otra cosa distinta es que, según la misma fuente, del año 1996 al año 2002 haya casi doblado el porcentaje de hijos nacidos fuera del matrimonio que pasa en las fechas 1 . Muchos de estos textos han sido ya utilizado en otros Congresos o Jornadas. Me he servido, en particular de mi texto “La familia, entre la añoranza estéril y las incertidumbres del futuro”. (paginas 21-33) en el “Libro de Ponencias” del II Congreso “La Familia en la Sociedad del Siglo XXI”, Madrid, Valencia y Sevilla, 24 de Febrero - 3 de Marzo de 2004. Edita FAD, Madrid 2004, 559 páginas. Más recientemente, en las Jornadas sobre “Familia y Cambios Sociales” organizadas por la Delegación Municipal de Asuntos Sociales, Área de la Familia, del Ayuntamiento de Cádiz, el día 28 de Abril de 2004 y en Burgos, organizado por su Ayuntamiento el 18 de mayo en una reflexión sobre “Los nuevos retos en la familia de hoy”.

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    VII ENCUENTRO PROFESORES: ESCUELA Y FAMILIA: EDUCANDO JUNTOS

    "Cambios en el concepto de familia: una mirada sociolgica

    (Materiales1 para la conferencia de Javier Elzo, en el 7 Encuentro de Profesores organizado por

    la FERE de la Comunidad de Madrid el da 29 de Septiembre de 2004) La composicin de los hogares espaoles, segn se desprende del ltimo Informe del Instituto Nacional de Estadstica, dado a conocer en mayo del ao 2004, nos muestra que, todava, el modelo nuclear tradicional de familia (padre, madre con o sin hijos) sigue siendo el mayoritario en la sociedad espaola actual. Bajo el concepto de otro tipo de hogar se engloba al 12% de hogares y a casi el 15 % de personas. Si aadimos un 7% de hogares conformados por adultos con hijos (donde caben los viudos con hijos y las denominadas familias monoparentales) que agrupan al 6% de personas llegamos al 20 % de hogares espaoles o, si se prefiere, al 80 % de hogares y personas viven hoy, en Espaa, segn el modelo tradicional, nuclear, al incluir ah tambin las personas solteras sin hijos a cargo.

    Composicin de los Hogares Espaoles el ao 2001 Situacin Hogares

    (En %) Personas (En %)

    Pareja sin hijos 19,4 12,8 Pareja con un hijo 18,5 18,3 Pareja con dos hijos 22,2 29,2 Pareja con tres o ms hijos 8,1 14,0 Total hogar tradicional/nuclear 68,2 74,3 Persona sola menor de 65 aos 5,0 1,6 Persona sola de 65 y mas aos 8,0 2,6 Un adulto con hijos 7,0 5,9 Otro tipo de Hogar 12,0 15,6 Total Otros tipos de hogares 32,0 25,7 Fuente. INE 2004, segn El Pas, 15 de mayo 2004, reelaboracin JE. Otra cosa distinta es que, segn la misma fuente, del ao 1996 al ao 2002 haya casi doblado el porcentaje de hijos nacidos fuera del matrimonio que pasa en las fechas 1 . Muchos de estos textos han sido ya utilizado en otros Congresos o Jornadas. Me he servido, en particular de mi texto La familia, entre la aoranza estril y las incertidumbres del futuro. (paginas 21-33) en el Libro de Ponencias del II Congreso La Familia en la Sociedad del Siglo XXI, Madrid, Valencia y Sevilla, 24 de Febrero - 3 de Marzo de 2004. Edita FAD, Madrid 2004, 559 pginas. Ms recientemente, en las Jornadas sobre Familia y Cambios Sociales organizadas por la Delegacin Municipal de Asuntos Sociales, rea de la Familia, del Ayuntamiento de Cdiz, el da 28 de Abril de 2004 y en Burgos, organizado por su Ayuntamiento el 18 de mayo en una reflexin sobre Los nuevos retos en la familia de hoy.

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    sealadas, del 11,7% al 21,4 %. Este hecho muestra que, mas all de la continuacin del modelo tradicional del hogar familiar, no solamente las relaciones sexuales sino tambin los nacimientos tiene lugar, cada vez en mayor medida fuera del hogar. Con estos solos datos, y a expensas de profundizar ulteriormente en los mismos, emitiramos esta hiptesis que, como su nombre indica, exige verificacin posterior: la perdurabilidad y hasta el deseo de mantener la familia tradicional (como muestran la alta valoracin que reciben en las encuestas) se estn disociando cada vez ms, de facto, de la procreacin. El iter y los perfiles diferenciales de esta disociacin, as como la percepcin de lo que la familia sea merecen atencin preferente. Las pginas que siguen, avanzan unas reflexiones en ese sentido. De la pareja a la familia

    Uno de los ejes centrales que van a atravesar la realidad familiar de los prximos aos en Espaa es el que va de la acentuacin de la pareja al de la relacin padres e hijos. Con la acentuacin de la pareja queremos decir que la razn primera de la conformacin del matrimonio es la unin con el otro para hacer una vida en comn, hasta que el amor o la comunin existan aunque eso no quiera decir, de entrada, que no se desee la perpetuacin de la relacin matrimonial. En este modelo matrimonial de pareja, cabe, en los extremos, dos planteamientos que resumiramos as: se trata de dos personas que se buscan, buscando el propio inters o de dos personas que se buscan buscando el inters de ambos. En el primer caso estaramos ante dos individuos que en realidad, conscientes de ser seres sociales, buscan en el otro la respuesta a su propia y particular necesidad de sociabilidad y en tanto el otro se lo ofrezca mantendrn la relacin de pareja. Cada individuo, en la pareja, tiene como proyecto vital el desarrollo de su individua persona. Esto va mucho ms all del individualismo como actitud y de la individualizacin social como categora sociolgica y, propiamente hablando, cabe hablar, de egotismo a dos. Es evidente que esta pareja tiene escasas posibilidades, no dir de perpetuarse sino, incluso, de mantenerse como tal pareja un tiempo prolongado. Obviamente, en este modelo el hijo solamente puede venir como consecuencia de un despiste y, si tal cosa sucediera, normalmente no llegar a nacer. Gilles Lipovestsky en la conferencia que pronunci en el Congreso de Madrid del ao 2003, La Familia en la sociedad del siglo XXI, lo dice con claridad meridiana, con estas palabras: la familia post-moderna es la familia en la que los individuos construyen y vuelven a construir libremente, durante todo el tiempo que les de la gana y como les de la gana. No se respeta la familia como familia, no se respeta la familia como institucin, pero se respeta la familia como instrumento de complemento psicolgico de las personas. (...) Es como una prtesis individualista. La familia es ahora una institucin dentro de la cual los derechos y los deseos subjetivos son ms fuertes que las obligaciones colectivas2. Este modelo de familia (que yo prefiero llamar pareja) existe. Qu duda cabe pero no es el nico, ni es el, estadsticamente hablando, ms numeroso ni, tampoco, el ms deseado por hombres y mujeres jvenes en edad de emancipacin de la familia de origen y con deseos de conformar, sea una familia propia, sea una pareja estable.

    2 . Ver La familia ante el reto de la tercera mujer: amor y trabajo en Libro de Ponencias del Congreso La Familia en la sociedad del siglo XXI, edita Fundacin de Ayuda contra la Drogadiccin, Madrid 2003, pgina 83.

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    En efecto, siguiendo la reflexin a nivel de pareja, hay que sealar que es muy distinto el caso de dos personas que deciden convivir para hacer una vida conjunta, tener un proyecto compartido de vida, an manteniendo espacios y mbitos de privacidad y de gran discrecin, no necesariamente compartidos. Conforman una pareja que, como tal pareja, se sitan en la vida que la quieren vivir como proyecto compartido. Es lo que se llama una pareja estable que la diferencia del matrimonio porque no han querido adquirir el compromiso social de aparecer como tal sea de forma cannica, esto es, el matrimonio religioso, sea de forma civil. No voy a entrar aqu en la cada da mas tenue diferencia entre ambas modalidades cuando las parejas de hecho reivindican derechos, de sucesin por ejemplo porque, sociolgicamente aunque no jurdicamente, estamos ante una realidad prcticamente idntica: dos personas que establecen un proyecto de vida en comn en la que el otro es algo ms que un soporte para m, como veamos en el modelo anterior. El otro y yo, como pareja, queremos construir un modo de vida, un estilo de vida y hasta un proyecto de vida. En este modelo el hijo, aunque no conforme la prioridad de la unin que se sita en el proyecto de vida compartido, el hijo, deca, es posible y puede aparecer en el horizonte vital de la pareja, una vez asentada y que, como se deca antes, propiamente sera fruto del amor y de una decisin consciente y madurada. Es un hijo querido, propio o ajeno, biolgico o adoptado, natural o consecuencia de una fertilizacin in vitro, inseminacin artificial etc., y no un hijo sobrevenido. La mujer no se ha quedado embarazada y ha dado a luz un nio. Entonces esta pareja, propiamente hablando, se hace familia. No es este el itinerario ms habitual, menos an el ms tradicional para que, quepa hablar de familia, pues lo habitual ha sido, y sigue siendo, que, desde el momento de conformar la pareja ya se piense en los hijos. En todo caso, cada da me inclino mas a reservar el concepto de familia a una unin intergeneracional (de dos generaciones) en la que la generacin adulta asume la responsabilidad de educar al miembro o miembros de la generacin menor con los que conviven de forma estable y duradera. Hay una corriente en la sociologa francesa de la familia que insiste en este punto, sealando que en los cambios radicales que estamos observando en las relaciones familiares, y en las modalidades de esas relaciones, parece irse afirmando la bsqueda de la intimidad, la familia nuclear de padres e hijos, an sin olvidar, bien al contrario, la historia familiar. Es lo que encontramos, por ejemplo en una investigacin francesa, en base a un trabajo de campo en tres generaciones, algo as como el estudio de la FAD que se present en el Congreso del ao 2003 de dos generaciones, padres e hijos, del que dir dos palabras en el punto siguiente, solamente que ampliado a tres3. Ya en la introduccin afirman con fuerza que en este comienzo del siglo XXI, los vnculos familiares a veces son incluso inventados y construidos como lugares de memoria que sirven para celebrar una identidad colectiva reconstruida (Pg. 13), sobre la base de neotransmisiones con motivo de encuentros, ayudas financieras, sostn espordico de los hijos, o de los padres ya mayores...En proporciones muy importantes, se constata el repliegue sobre el hogar, la centralidad de la vida domestica. El desarrollo del matrimonio de eleccin, en el que los dos cnyuges se han escogido libremente (...) y el amor por los hijos actan conjuntamente. Y aaden citando a Shorter el cimiento afectivo de la familia moderna engloba ms que el marido y la esposa: mantiene

    3 . Para el caso espaol me refiero, obviamente al estudio Hijos y Padres: comunicacin y conflictos. O.c. FAD, Madrid 2002. 344 pginas. La investigacin francesa es de Claudine Attias-Donfut, Nicole Lapierre y Martine Segalen. Le Nouvel Esprit deFamille. Editions Odile Jacob, Paris 2002, 294 pginas.

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    tambin a sus hijos en el interior de esta unidad sentimental4. Creo que cabe decir que esta realidad francesa es, estadsticamente hablando, an ms fuerte en Espaa pese a que ideolgicamente todava estemos en el proceso de ida que no de vuelta como los franceses. As el 84 % de los espaoles (aunque solamente el 77 % en los que tienen entre 18 y 24 aos) afirman que el nio necesita un hogar con un padre y una madre para crecer felizmente. A lo que hay que aadir, sin embargo, que solamente el 41% de las mujeres (27 % entre los y las no tengo el dato segmentado por sexos- que tienen edades comprendidas entre los 18 y los 14 aos) piensan que una mujer necesita hijos para realizarse5. Segn este planteamiento lo esencial y la especificidad de la familia estara en el compromiso y la consiguiente responsabilidad personal y social de conducir a la edad adulta, eso es educar, a los menores de edad que, obviamente, necesitan el soporte material, afectivo y nmico de las personas adultas hasta su emancipacin. Lo secundario es la modalidad formal de la pareja adulta. Con secundario no queremos decir que sea intrascendente sino justamente lo que hemos dicho, secundario. Secundario nos parece, en efecto, aunque no intrascendente, lo repito, que tengan unos padres de sexo diferente o del mismo sexo (y soy consciente del rechazo que esta afirmacin provoca en mucha gente, incluso muy prxima), que tengan dos padres o uno, que sean hijos biolgicos de sus padres o que sus padres los acojan sin ser ellos mismos los padres biolgicos, que los hijos hayan nacido mediante el recurso a la inseminacin artificial u otras formas de reproduccin que an no podamos prever aunque si vislumbrar. Me parece, aado como inciso, que estimo muy importante comenzar a reflexionar en una perpetuacin de la raza humana en la que se d una disociacin mucho ms marcada que en la actualidad entre la relacin sexual y la reproduccin de la especie humana. La ciencia biotecnolgica no ha hecho sino empezar y, no nos engaemos, en este punto, no cabe poner fronteras a la investigacin.

    Cuatro tipos de familia nuclear

    En la investigacin Hijos y padres. Comunicacin y Conflictos6 procedimos a elaborar una tipologa de familias en base a estas cuestiones: las respuestas de los padres (aunque el anlisis tambin incluye respuestas de los hijos), fundamentalmente sobre la organizacin y las relaciones en el seno de la familia, las causas de los conflictos en la familia, y la postura de los padres respecto a una serie de valores finalistas. He aqu, brevemente, un resumen de la tipologa resultante. 4 . Nouvel Esprit de Famille. O.c.p. 15. La citacin esta tomada de Edward Shorter, Naissance de la famille moderne. Pars, Ed. du Seuil, 1977, pgina 279. 5. En Andrs Orizo Fr. y Elzo J. (directores), "Espaa 2000, entre el localismo y la globalidad . La Encuesta Europea deValores en su tercera aplicacin, 1981-1999". Universidad de Deusto. Ediciones SM. Madrid 2000, o.c. pgina 122 y ss. 6 . De mi captulo 7 en Hijos y Padres... o.c.

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    Una Tipologa de familias espaolas en razn de las relaciones internas entre padres e hijos y de los valores finalistas de los padres

    N Denominacin Porcentaje 1 Familia familista, endogmica 23,7 % 2 Familia conflictiva 15,0 % 3 Familia nominal 42,9 % 4 Familia adaptativa 18,4 % Total padres N=1000 100,0 % Fuente: E. Megas (director). Hijos y Padres: comunicacin y conflictos. FAD, Madrid 2002, captulo 7. 1. Familia familista, endogmica (23,7% de las familias espaolas) Este modelo de familia es, para muchas personas, digamos que tradicionales en el sentido de que miran con agrado lo que siempre han conocido y valorado como bueno, sera el modelo de familia de siempre, ideal y relativamente aorado. Se trata de una familia donde las responsabilidades de unos y otros estn claras y son asumidas sin dificultad, por previamente sabidas y reconocidas. En concreto los papeles paterno y materno estn muy definidos al modo tradicional pero sin las aristas ms sangrantes de la prepotencia del hombre sobre la mujer. Familia en la que las relaciones de padres e hijos son buenas, las mejores de entre los cuatro grupos que conforman nuestra tipologa. Padres con identidades fuertes (mayor presencia de catlicos practicantes, pero tambin hay agnsticos y no creyentes por encima de la media), con opciones probablemente ya asentadas. Es es este modelo de familia, de los cuatro de la tipologa, donde menos drogas consumen los hijos lo que no quiere decir, en absoluto, que no las consuman. Este modelo de familia tiene el handicap de un enrocamiento excesivo en si misma, con una mirada bsicamente precautoria hacia el exterior, exterior con el que algn da los hijos tendrn que enfrentarse, ya fuera del nicho familiar. Esta familia tiene capacidad para transmitir los valores de los padres. La duda, nuestra duda radica en si la transmisin de valores, realizada, en este caso, por reproduccin de lo inculcado por sus padres se ha hecho propia, esto es, si ha pasado por el cedazo de la duda y la confrontacin personal al modo como se realiza la socializacin en la mayora de la juventud actual, sobretodo cuando tal socializacin tiene alguna espesura. Esto es, nos preguntamos como reaccionarn los hijos cuando salgan a la intemperie, fuera del hogar, del nicho clido en el que han vivido. No queremos dar la impresin de que necesariamente el choque con la realidad vaya ser desestabilizador. De hecho no tenemos suficiente informacin pero algo s podemos decir y algo importante: el modelo de familia en el que ellos se han educado est desapareciendo a ojos vista, especialmente en las capas sociales ms formadas, en un punto central y neurlgico de ese modelo familiar. Me refiere al concepto y realidad de ama de casa. Es el papel de la madre, y lo que supone de reordenacin del padre, cosa que se olvida demasiado, lo que hace que ese modelo tradicional de familia est llamado si no a desaparecer si a ser profundamente remodelado. Los datos de las Encuestas de Valores nos dicen, por ejemplo, que en Espaa solamente uno de cada tres jvenes entre los 18 y 24 aos estn muy o bastante de acuerdo con la idea de que ser ama de casa llena tanto como trabajar por un salario y todava menos con la afirmacin de que un trabajo est bien, pero lo que la mayora de las mujeres quieren en realidad es un hogar y unos hijos. Esta vez poco mas de uno de cada cuatro (el 26 %) aquiescen con el tem, menos an

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    entre los universitarios (23 %) y, aunque no tengo la cifra, no me cabe duda que entre las chicas universitarias la cifra est debajo del 20 %7. S, otro mundo se abre, ante el que no cabe ponerse una venda en los ojos sosteniendo el modelo familista como l nico modelo vlido de familia, ni necesariamente el mejor para el mundo que se abre ante nuestros ojos. 2. Familia conflictiva (15,0% de las familias espaolas). Es la familia en la que sus miembros peor se llevan entre s, donde ms conflictos se dan, por causa del consumo de drogas, por las cuestiones de orden sexual de los hijos, por las amistades de stos e, incluso, por las relaciones entre los hermanos. Las relaciones de los padres con sus hijos son, con diferencia, las peores de los cuatro grupos, y la comunicacin es muy escasa o mala (cuando no muy mala). Por diferentes razones nos inclinamos a pensar que estamos ante situaciones que tienen su raz, en no pocos casos, en los propios padres, pues presentan un universo de valores muy distante al mayoritario en los hijos, amn de una rigidez en sus propias concepciones de la familia, con una delimitacin de estatus y roles paterno y filiares relativamente envarados. Las malas comunicaciones, los conflictos, pueden estar inmediatamente ocasionados por el comportamiento de los propios hijos (en este grupo encontramos los mximos consumidores de drogas), pero en su raz, en su secuencia temporal, nos inclinamos a pensar que cabe inscribirlos en la ecuacin nmica de los padres. Son padres nominalmente religiosos, algo menos formalmente definidos en sus valencias polticas (inclinados a la derecha), y con unos hijos que, stos ya en mayor proporcin, son claramente no religiosos y no tienen reparo en decirse de derechas, incluso en mayor proporcin que sus propios padres aunque no falten los que sitan en las antipodas de sus padres. 3. Familia nominal (42,9% de las familias). Es el modelo mayoritario en nuestra sociedad. Se trata de una familia en la que las relaciones de padres e hijos pueden ser calificadas, con absoluta propiedad, como de coexistencia pacfica ms que de convivencia participativa; los miembros de estas familias se comunican poco y, menos an, participan en afanes, preocupaciones y objetivos comunes. Los padres estn, en gran medida, cohibidos, desimplicados, sin que aborden con una mnima profundidad lo que requieren sus hijos; son padres, que buscan vivir al aire del tiempo, valorando el da a da, el tiempo libre y de ocio, el estar guapos... Una familia light, cuya unin se considera menos importante que para el conjunto poblacional, en la que las opiniones de los hijos no son, de verdad y en profundidad, muy consideradas por sus padres. Nuestra hiptesis es que estamos ante un prototipo de coexistencia pacfica en muchas familias espaolas: las cosas son como son, los hbitos juveniles son los que son y ms

    7 . Ver en el captulo de Carmen Valdivia sobre la familia, en la pgina 138, tabla y comentarios, en Andrs Orizo Fr. y Elzo J. (directores), Ayerbe M., Corral J., Dez Nicols J., Gonzlez-Anleo J., Gonzlez Blasco P., Setin M. L., Sierra L., Silvestre M., Valdivia C. "Espaa 2000, entre el localismo y la globalidad. La Encuesta Europea deValores en su tercera aplicacin, 1981-1999". Universidad de Deusto. Ediciones SM. Madrid 2000, 397 pginas.

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    vale que nuestros hijos no resulten bichos raros; con tal de que no se sobrepasen demasiado, es normal que se diviertan al modo como se divierten hoy los adolescentes; algunas charlas precautorias de cuando en vez, y que la fortuna reparta suerte o, al menos, evada la peor suerte. Cuando se vayan introduciendo en la veintena, las cosas se irn aquilatando por s mismas, se concluye y se mira a otro lado. Obviamente no se discute con los hijos: dos no discuten si uno no quiere. No es entre ellos donde encontramos los mayores consumos de drogas, aunque s de alcohol, pero no siempre hay relacin directa entre los niveles de consumo y los conflictos y disputas familiares asociados a ellos. Basta con no querer enterarse...Al preguntar a los padres de este grupo por las cosas que les ayudaran a resolver la educacin de sus hijos, exigen un mayor compromiso del otro miembro de la pareja, lo que nos indica una falla en la responsabilizacin conjunta de la educacin de los hijos. Tanto los padres como los hijos sitan, en comparacin con los otros tipos, a los amigos como el espacio privilegiado donde se dicen las cosas ms importantes para orientarse en la vida, otorgando menor grado de importancia (de forma particularmente llamativa) a los libros, a la escuela y a la iglesia. No es de extraar que estemos ante el modelo de familia en el que la socializacin estructurada sea la ms escasa de los cuatro modelos que presentamos. Los padres se posicionan, muy significativamente, como catlicos no practicantes, ligeramente escorados a la derecha, fiel imagen de las tendencias mayoritarias de la sociedad de la Espaa de trnsito de siglo. 4. Familia adaptativa (18,4% de las familias). He aqu el modelo de familias nacientes: es el ms moderno, el que mejor refleja las tensiones de las nuevas familias. Probablemente bajo su denominacin se esconden variantes que no podemos tener en cuenta dada la escasez de la submuestra no permiten desgajamientos con cierta seguridad estadstica. Gran parte de los nuevos e incipientes modelos familiares de los que hablan los socilogos de la familia cabran en este macromodelo. Como definirlo?. Por la bsqueda de acomodo, de adaptacin a las nuevas condiciones, a los nuevos papeles del hombre y de la mujer de hoy en el microcosmos familiar, al creciente protagonismo de los hijos que vienen pidiendo autonoma nmica (quieren crear su universo de valores), y que tambin pretenden libertad en el uso y disfrute del tiempo libre al par que acompaamiento (discreto pero efectivo) de los padres en su inexorable autonomizacin. Se trata de una familia con buena comunicacin entre padres e hijos, con capacidad de transmitir opiniones y creencias, abierta al exterior, familia no exenta de conflictos, de desavenencias, a veces graves, fruto bsicamente de situaciones nuevas en los papeles de sus integrantes, mujer y hombre, madre y padre, padres e hijos. A diferencia de lo que sucede con el grupo primero, en el que los roles y estatus estn claros, en este modelo las responsabilidades de cada uno estn en revisin continua y el trabajo o las acciones familiares, en tanto que familiares, no resultan evidentes y son objeto de tanteos y de incertidumbres. De ah la presencia de conflictos derivados de un ajuste de roles en las nuevas estructuras familiares y de relacin, de la necesidad de ir creando una nueva cultura, de la bsqueda conjunta de un acomodo ante las nuevas formas de trabajo y ocio de las generaciones emergentes, ante las exigencias de autonoma de los adolescentes (que unos padres, con ms formacin que la media y con unas ideas abiertas no pueden no escuchar aunque no siempre estn dispuestos a aquiescer). Otro rasgo clave es que es una familia que, an valorando fuertemente la vida intrafamiliar,

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    est muy abierta al mundo exterior; sus miembros no son familistas y endogmicos como los del grupo primero. Esta familia (mosaico de familias, ms exactamente) emergente, que hemos denominado adaptativa, parece ser la familia de la negociacin, de la bsqueda, del acomodo, no llegando siempre y, menos an a corto plazo, a los resultados deseados. Es en este modelo de familia donde la tasa de divorcios y separaciones es ms elevada. Pero, las que atraviesen con xito la prueba de la adaptacin a la modernidad, permitirn a las nuevas generaciones insertarse con mayores garantas en la sociedad del futuro. Ausencia de conflicto en la adolescencia, en el seno de las familias, no es garanta de solidez en las estructuras nmicas adquiridas y conformadas con las que andar por la vida, ya adultos, con criterios autnomos.

    Entre esos miembros hay agnsticos, no creyentes y ateos por encima de la media, especialmente en los hijos, pero tambin mas padres catlicos practicantes que en la media, dando los hijos los mismos valores que esa media global. stos ltimos tambin consumen ms drogas que la media, aunque bastante menos que los del tipo de la familia conflictiva. Dos ejes de fondo: Individualizacin (y secularizacin) e insercin social de la mujer Ahora bien, mas all de diferencias formales entre las familias creo que cabe resaltar dos ejes que las atraviesan, las sustentan y que, en gran medida, determinan la eclosin de las nuevas familias, en el horizonte occidental de matriz cristiana. Las familias no pueden sustraerse a la realidad social en la que se insertan: el fenmeno de la individualizacin (a caballo con la secularizacin, fenmenos difciles de separar) como caracterstica mayor de nuestro sistema de valores y, conjuntamente con ello la insercin social de la mujer que prcticamente ha abandonado, en las clases dirigentes, su estatus mayor de ama de casa. Estamos ante dos vectores centrales y determinantes de la nueva sociedad, luego de las nuevas familias. Quiero aadir no sea ms que para dejar constancia de la nueva situacin que se ir creando en Espaa en las prximas dcadas, la conformacin de matrimonios inter-tnicos e interreligiosos como consecuencia del auge de la inmigracin, como fenmeno aadido a tener en cuenta y del que aqu no puedo ocuparme8. El fenmeno de la individualizacin ha sido subrayado con fuerza como uno de los elementos mayores de nuestra sociedad. Jan Kerkhofs, S.J. en el Forum Deusto, con motivo de la presentacin del estudio Espaa 2000, entre el localismo y la globalidad, realizado desde la Universidad de Deusto, sealaba precisamente que a lo largo de toda Europa y a travs de nuestras encuestas (del European Values Study) de 1981, 1990 y 1999-2000, se revelan unas tendencias de las que participan casi todos los pases9. El profesor Kerkhofs, en la propia conferencia, con apoyatura del banco de datos del EVS, 8 . He reflexionado sobre este punto en Familia y religin: libertad religiosa o confrontacin. (pginas 401-431) en Dionisio Borobio (Coordinador), Familia e interculturalidad. Publicaciones de la Universidad Pontificia de Salamanca. 474 pginas. Salamanca 2003. 9 Jan Kekhofs, Tendances rlves par les Enqutes de lEuropean Values Study et perspectives davenir en Movimientos de personas e ideas y multiculturalidad, Vol. 1, Pg. 266. ED. Forum Deusto. Universidad de Deusto. Bilbao 2003. 277 pginas.

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    ofrece varios ejemplos de las consecuencias para las familias europeas de los fenmenos de individualizacin y secularizacin. As seala que mientras el ao 1981, el 29% de los franceses consideraban el matrimonio como una institucin pasada de moda, esta cifra sube al 36 % el ao 1999, mientras que para los irlandeses las cifras son del 12 % y del 23%, respectivamente. En Espaa estas cifras eran del 16 % el ao 1981, para situarse el ao 1999 en el 23%, pero el ao 1990 la cifra haba descendido hasta el 13%10. La media europea de 32 pases, el ao 1999 era 19 %. Obviamente el fenmeno de la individualizacin aplicada a la familia ha sido objeto de atencin y estudio fuera del marco de las Encuestas de valores. Parece obligado referirse a Ulrich Beck y a Elisabeth Beck-Gernsheim pues conforma la lnea central de su anlisis. Ya en su libro de 1990, traducido al espaol ocho aos despus bajo el ttulo de El normal caos del amor. Las nuevas formas de la relacin amorosa11, sostiene esta tesis: No se est creando quizs, (...) una utopa de pequeo formato, ms all (subrayan ellos) de las grandes tradiciones de sentido, una utopa no tradicional (no codificable, no institucionalizable, no obligada a legitimarse) adaptada a la base de la existencia individualizada, una existencia que al mismo tiempo pretende superar, siguiendo su promesa?(Pgina 234). Y se preguntan inmediatamente despus donde haban de encontrar un sentido poscristiano e intramoderno (subrayan ellos) a esta nueva realidad para responder que este sentido es el amor. De ah que titulen el captulo como la religin terrenal del amor, amor que constituye el modelo de sentido para los mundos de la vida individualizados, para la arquitectura de su vida, de lo que consideran social, de lo que tienen que inventar por su propia cuenta. Para el amor destradicionalizado, todo se presenta en forma de yo: la verdad, el derecho, la moral, la salvacin, el mas all y la autenticidad. (Subrayan los autores) Este amor moderno tiene-segn su esquematismo- su fundamento en s mismo, por tanto en los individuos que lo viven (pgina 236). La consecuencia es muy clara. No hay norma externa a la pareja. La norma la establece cada pareja, cuando no cada individuo en la pareja. Son o pretenden ser autnomos, esto es creadores de sus propias normas. Esta es la fuerza y la debilidad del matrimonio moderno y la causa del vrtigo y de sus mltiples incertidumbres. No otra cosa es lo que llevamos aos diciendo cuando nos referimos al modo de socializacin de los jvenes y adolescentes de la llamada postmodernidad, en el mbito occidental, que se realiza bsicamente desde la experimentacin grupal (compartir y ensayar conductas y valores) con otros adolescentes y jvenes y no tanto desde la reproduccin, an crtica, de lo transmitido por otras instancias histricas de socializacin como la familia, la escuela, las iglesias, los partidos polticos e, incluso, los medios de comunicacin social. Desde esta perspectiva sito yo la calificacin de "individualista" que se atribuye al joven de hoy, sin dar necesariamente (ni sobre todo nicamente) a esta apelacin la connotacin de egosmo o autismo social, sino ms bien la de autoconstruccin del ser joven. Claro que el reto es gigantesco y, aunque la mayora transitan sin mayores sobresaltos el largo periodo de la adolescencia, particularmente entre nosotros, bajo la modalidad del tardojoven, como yo les llamo y adultescente Eduardo Verd, bien cobijados en el nicho familiar, pocos son los que salen a la intemperie y se adentrarn en la creacin de su propia familia pertrechados con algo ms que el deseo de acertar en la eleccin. Porque, y esto todos los socilogos 10 . Carmen Valdivia en Espaa 2000, entre el localismo y... o.c.p. 111. 11 . Editado por Paidos, Barcelona, 1998, las citas provienen de las pginas 13 y 263, respectivamente.

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    y estudiosos de la familia, al fin acaban admitiendo, la familia no ha muerto como predijera al inicio de la dcada de los 70 David Cooper12. Al contrario, es un plebiscitado objeto de deseo. Las encuestas son formales y repetitivas hasta la saciedad. Preguntados los ciudadanos por las cosas que consideran importantes en la vida, entre la familia, el trabajo, el tiempo libre, los amigos, la poltica y la religin, encuesta tras encuesta la familia aparece en primersima posicin13. La proporcin de jvenes que se proyectan en el futuro viviendo solos es del 10% en el estudio Jvenes Espaoles 99. Otra cosa diferente es que cada da haya ms adultos que vivan solos pero, hay que decirlo con fuerza, eso no supone la muerte de la familia sino que, al menos en parte, es consecuencia de las dificultades inherentes al modelo romntico, electivo, de la familia actual. Que aumente el nmero de divorcios no es sino la cara invertida de este modelo de familia electiva, supremo objeto de deseo en el que tantas esperanzas se pone. Se habla mucho de la crisis de la familia. Pero si crisis hay es crisis de xito, de exigencia. La familia es la institucin social, junto a la Iglesia, que ms tiempo perdura entre nosotros, la ms antigua. Porque somos seres sociables y queremos compartir nuestra vida con otra persona. No queremos vivir solos. Queremos vivir con otra persona. Y queremos vivir felices con otra persona. Muchos queremos adems que nuestro amor, no slo perdure sino que se traslade a nuestros hijos. Lo que sucede es que, en una sociedad que cada da es ms agresiva, donde la solidaridad se ha institucionalizado luego burocratizado, pedimos ms y ms a la familia a la que queremos gratuita y no competitiva. De ah su xito, de ah su fragilidad. De ah que muchas veces no logremos lo que nos hemos propuesto. El amor se marchita, se rompe y lo que se pens como un espacio de cario y ternura se convierte en flor mustia, cuando no en corona de espinas. La separacin se hace inevitable. Se ponen tantas esperanzas en la familia, que no podemos soportar que nos hayamos equivocado. La familia se rompe a nuestro pesar, hasta con alivio cuando la situacin se hace insoportable. Pero esta situacin no supone en absoluto la muerte de la familia. La familia puede morir, lo repito, cuando sta se agote en la pareja. La cosa ser inevitable cuando, de forma mayoritaria -pues siempre habr circunstancias y casos particulares- la pareja no se constituya como un proyecto de vida en comn, abierta a la educacin de hijos, propios o adoptados, sino como una mera unin de dos personas que deciden vivir juntos, a veces sin convivir, y ello mientras el otro o la otra me ayude a seguir viviendo. En el fondo, mi pareja solo me interesa en funcin de que me sirva a m. Es una pareja instrumental, una prtesis individualista como tan acertada y dramticamente la ha definido Lipovestsky.

    12 . David Cooper. La muerte de la familia. Editorial Ariel, Barcelona 1976. El original The Death of the Family, Harmondsworth, England: Pelican Press, 1971. Tambin en New York: Vintage Books, 1971. Su afirmacin de la familia como cmara letal que destruye las personalidades humanas (pgina 4), dio la vuelta al mundo. 13 .En Espaa ver, por ejemplo, el captulo primero de Andrs Orizo Fr. y Elzo J. (directores), Ayerbe M., Corral J., Dez Nicols J., Gonzlez-Anleo J., Gonzlez Blasco P., Setin M. L., Sierra L., Silvestre M., Valdivia C. "Espaa 2000, entre el localismo y la globalidad . La Encuesta Europea deValores en su tercera aplicacin, 1981-1999". Universidad de Deusto. Ediciones SM. Madrid 2000, 397 pginas.

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    El valor de los hijos y los hijos como valor supremo: la proteccin social a las familias Aunque no pocas veces se relaciona de forma demasiado simplista la cada de la fecundidad y el aumento de la actividad profesional de las mujeres, es evidente, sin embargo, que hay relacin entre ambos fenmenos. De hecho en todos los pases modernos avanzados han disminuido las tasas de natalidad y, al mismo tiempo, se ha incrementado la participacin de las mujeres en el mercado de trabajo. Pero no se puede demostrar una relacin de causalidad entre ambos fenmenos, como bien apunta Luis Flaquer. As hay pases con altas tasas de actividad econmica de las mujeres y niveles de fecundidad relativamente altos, como es el caso de Suecia, mientras que otros, a pesar de tener unas bajas tasas de actividad femenina, no presentan niveles altos de fecundidad, como es el caso de Espaa, Italia y Holanda. La pregunta es la de saber si caben, en la actualidad, modelos de familia donde se conjuguen un rgimen de proteccin social con pleno reconocimiento de la nuclearidad familiar (todava eje de la familia sociolgica espaola) pero sin el sometimiento, muchas veces en solitario, de los padres a las cargas inherentes a la educacin de los hijos, tambin ejes de la familia sociolgica espaola. Cuando hablamos de cargas nos referimos, doblemente y con la misma fuerza, a las cargas financieras y a las que se derivaran de su exclusin en la promocin social. Mi opinin es que todo esto es no solo posible sino tambin deseable. Desde esos parmetros nos parece razonable avanzar en un modelo ideal-tpico de familia en Espaa donde se mantengan las races de sociabilidad y responsabilidad hacia los hijos junto a la promocin social de la madre. Lo ms sencillo a resolver, si hay voluntad poltica para ello, es la cuestin de las cargas financieras. La evolucin de los valores familiares en Espaa, especialmente en la gente joven, han dejado ya atrs la idea de que el varn haya de ser el sostenedor financiero de la familia. Otra cosa bien distinta es que de hecho as sea pero esta realidad, en gran medida, no es sino la consecuencia de una poltica familiar francamente raqutica que, de hecho, deja en los padres, la responsabilidad financiera de sustentar la crianza y educacin de los hijos. Y como el hombre encuentra ms fcilmente trabajo y, en muchos casos, ganando ms que la mujer trabajando lo mismo la consecuencia es obvia: estadsticamente hablando el hombre trae el dinero a casa donde la mujer se queda. La cuestin de la compatibilizacin de la insercin y promocin social de la mujer con la crianza y educacin de los hijos trasciende al ncleo familiar y es un problema social. Ins Alberdi lo deca en el primer Congreso de La familia en la sociedad moderna del ao 2003 en su intervencin que tena precisamente como tema conciliacin entre el trabajo y las responsabilidades familiares de hombres y mujeres. En las conclusiones de sus reflexiones dice que...la primera forma alternativa de enfrentarnos a los problemas de las familias jvenes de hoy en da, es plantear que los problemas son sociales, que los problemas son de todos y que la familia es un gran valor social en nuestra cultura, en nuestra tradicin y en nuestra sociedad y que la tenemos que proteger y preservar entre todos... Ins Alberdi propone que haya apoyos externos, fundamentalmente los servicios sociales, llammosles servicios de guarderas as como flexibilidad en los horarios, tanto en el trabajo como en los comercios. Sin embargo se muestra contraria a dar dinero a las mujeres para tener hijos porque, arguye,

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    actualmente hay muchas mujeres, con ingresos muy importantes y no tienen hijos, y esperan a los 35 o a los 36 aos y les cuesta tomar la decisin de tener hijos14. Estoy de acuerdo con Ins Alberdi aunque no veo inconveniente alguno, bien al contrario en que se de dinero no a las mujeres como tal sino a las madres (si estn solas) o a los padres (padres y madres, quiero decir) por la crianza y educacin de sus hijos (propios o adoptados, insisto). Los hijos y su educacin son un bien inestimable. Me pregunto qu otro bien es superior, en una sociedad asentada como la espaola de hoy en da, como la del nio o nia y la labor de hacer de ellos seres adultos en equilibrio cognoscitivo y afectivo. Lograr que ese trnsito se haga de la mejor forma posible es labor de sus padres, s, pero tambin del conjunto social. Por lo dems la psicologa parece ponerse de acuerdo en sealar que los primeros aos de la vida de una persona son capitales. No voy a detenerme aqu en la cuestin de si es preferible la guardera al cuidado del hijo en el hogar al menos el primer ao de su vida, si no los dos primeros. Amn de que resultara hasta imposible, por no decir ridculo, zanjar esta cuestin con un s o un no, cuestin que tiene tantos recovecos y tantas situaciones personales diferentes. Pero s parece razonable prever la posibilidad de que en los primeros meses, si no aos de la vida, el padre o la madre, o ambos de forma compartida, puedan, sin quebranto econmico y sin menoscabo de su vida laboral dedicarse a la educacin de sus hijos. Si en otros pases ya se hace no veo porqu no pueda hacerse en el nuestro. Creo adems que las nuevas tecnologas y el nuevo mercado del trabajo pueden venir en nuestra ayuda. Las nuevas tecnologas porque cada vez hay ms trabajos no presenciales y el nuevo mercado porque cada vez los trabajos son y van a ser mas cambiantes. No cabe alguna forma de discriminacin positiva hacia los padres o madres que deciden quedarse un tiempo prolongado en casa en la educacin de los hijos a la hora de volver a insertarse en el circuito del trabajo?. Por supuesto que s. Adems ayudara a solventar la mala conciencia de muchos padres (mas madres que padres en masculino, digmoslo sin ambages) que sienten como un continuo escozor en su conciencia por no dedicarse ms a sus hijos. Lo veo en mi propia vida docente cosn mis colegas profesoras. Porque hay que decirlo una y mil veces, no hay mas hijos porque es complicado tenerlos en nuestra sociedad, con nuestros baremos y criterios de atencin a los hijos, y con el nivel (que no calidad de vida) que queremos tener y mantener, hay que aadir tambin. Hijos que, por primera vez en la historia de la humanidad, nacen cuando nosotros queramos que nazcan (o casi porque a veces no conseguimos que nazcan cuando los deseamos) a diferencia de lo que suceda, todava ayer mismo, que nacan cuando el cielo o la naturaleza queran. Las autoras de la investigacin trigeneracional francesa que he citado pginas arriba, terminan prcticamente su libro con esta reflexin: el aumento del nmero de personas mayores, conjugado con el de la creciente autonoma de las mujeres (y su deseo a tener hijos, aado yo) hace prever que har falta un compromiso mayor por parte del Estado hacia ellas. Se preguntan las tres autoras como conclusin, que comparto plenamente, si la familia moderna no va a provocar un nuevo contrato social15. S, aado yo, un nuevo contrato social que coloque a la familia en el lugar querido por la inmensa mayora de los ciudadanos espaoles: en primera fila de sus prioridades, de sus objetivos vitales, el bien tan anhelado y tan frgil. 14 . Ins Alberdi en el Libro de Ponencias de La familia en la sociedad del siglo XXI, o.c. pginas 210-211. 15. Claudine Attias-Donfut, Nicole Lapierre y Martine Segalen. Le Nouvel Esprit de Famille, o.c.p. 278.

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    Porque no estamos como se dice, a veces, en el fin de la familia por la emancipacin de la mujer pues la mujer desea tener hijos y educarlos ella misma, eso si, en corresponsabilidad con su marido y sin que vaya en detrimento de su promocin profesional y social. No veo tampoco ventaja alguna en trasladar la educacin de los hijos al Estado y que no sean los padres quienes la asuman. Aunque el Estado debe respetar exquisitamente la dimensin nmica de la familia y su composicin formal. El reto del futuro de las familias en Espaa est en conciliar la educacin de los hijos (el bien supremo de nuestra sociedad) con la, an incipiente, insercin social de la mujer y la, an mas incipiente, corresponsabilidad familiar del padre. Hay un modelo que me resulta particularmente grato, al que denomino de autonoma familiar compartida entre los padres (biolgicos o no) y firmemente sostenida por la sociedad a travs del Estado. Es la conjuncin de la nuclearidad del modelo familista espaol (la primaca de la familia), no endogmica, con la proteccin social escandinava. O si prefieren del macro modelo adaptativo de nuestra tipologa del 2003, la acentuacin de la dimensin familiar, autnoma, respetuosa del hacerse de los hijos, siempre con la proteccin social escandinava. Porque no hay un solo modelo. No hay familia sino familias. Es una cuestin abierta pues hay y habr otros modelos familiares. Pero siempre ser importante discernir unas y otras familias siendo a nuestro juicio uno de los elementos centrales en el discernimiento, si no el primero, el papel real del hijo y su educacin entre los objetivos prioritarios de los padres. Septiembre de 2004 Javier Elzo Catedrtico de Sociologa en la Universidad de Deusto