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Page 1: Caballero Dalla-Corte Gabriela · En los años de independencia, el español Pedro García Panés, el último extranje-ro en ocupar el obispado paraguayo, mantuvo su cargo aunque

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La construcción de los estados nacionalesy el conocimiento de las instituciones

como fuente en la educación parala ciudadanía

El proyecto de cooperaciónJornadas Educación y Ciudadanía

con Perú, Bolivia, Ecuador y Paraguay

Patrícia-Victdria Martinez i Alvarez (ed.)

o@ Universitat de Ba¡celona

Pubücacions i Edicions

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Page 5: Caballero Dalla-Corte Gabriela · En los años de independencia, el español Pedro García Panés, el último extranje-ro en ocupar el obispado paraguayo, mantuvo su cargo aunque

Universitat de Barcelona. Datos catalognifi cos

Jornadas Educación y Ciudadanía

La construcción de los estados nacionales y el conocimientode las instituciones como fuente en la educación para laciudadanía : el proyccto de cooperación Jomadas Educacióny Ciudadania con Peru, Bolivia, Ecuador y Paraguay

Recull de pon¿ncics presentades en les Jom¿das Educ¿cióny Ciudadanía al llarg de les sevcs quatre primercs edicions,

entre el 2008 i cl 201 I , celebrades a Barcelona i organitzadesper la Univcrsitat de Barcelona

Referéncies bibliográñques

ISBN 978-84-475-357 3-6

I. Universitat de Barcelona

l. Estat 2. Ciutadania 3. Educació 4. Democrácia

5. Dsscentralització administrativa ó. Catalunya

7. Bolívia 8. Equador 9. Paraguai 10. Peru

11. Congressos

@ Publicacions i Edicions dc la Universitat de Barcelona

AdolfFlorensa, s/n

08028 Barcelona

Tel.:934 035 530

Fax: 934 035 531

www.publicacions.ub.edu

[email protected]

rsBN 978-84475-3573-6Depósrro Lec¡L 8-41.573-2011Inpn¡stó¡¡ y e¡¡cu¡o¡a¡¡ecrór.r Gráficas Rcy

Queda rigurosamente prohibida la rcproducción total o parcial de

esta obra. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la

cubierüa, puede scr reproducida, almacenada, transmitida o utilizadamediante ningún tipo de medio o sistema, sin autorización previapor escrito del editor.

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ÍNnrcn

Las autoras y los autores. 9

Prólogo

Patrícia-V. MnnrÍnpz I Al-venez. El proyecto <Jomadas de Educación y Ciudadanía

con Perú, Bolivia, Ecuador y Paraguay> y la publicación <La construcciónde los estados y el conocimiento de las instituciones como fuente en la educaciónparalaciudadaníu 13

Presentación

Carles CennpRAS . l1María Ángeler our R^"0*. . . . . . . . . . . . . . . lgPilar GencÍe Jon¡ÁN 23

PRIMERAPARTEReflexiones sobre la construcción de los estados, las institucionesy los procesos democráticos en América Latina (siglos xrx-xxr)

Cielo Z¡ru¡Nw¡nc. La educación como formadora de ciudadanos nacionales

en el estado-nación en América Latina. Algunas consideraciones históricas . 29

Herib Ceselleno Cnvpos. De la centralización a la descentralizacíó¡.Cambios en el Estado paraguayo (1989-2010) 43

Eva Moul-Es R¡y¡. La importancia de las fronteras en la construccióndel estado-nación y de la ciudadanía en el Cono Sur: el caso de la Triple Frontera(Argentina, Brasil y Paraguay). 5l

Gabriela Delra Conrs C¡.s¡LLsno. El caso paraguayo. La eleccióndel obispo diocesano: poder civil y poder religioso 6l

Natália Esv¡nnr Cosas. Construyendo la nación en la distancia: un análisisdel tejido asociativo ecuatoriano y sus expresiones identitarias en el área

de Barcelona y su entorno 15

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SEGUNDA PARTE

Las experiencias de trabajo y de reflexión sobre la ciudadanía en el Parlamento

de Cataluña y en la Universidad de Barcelona

Lluís G. PIsenxlt Rrpne. El conocimiento de las instituciones propias

de los estados democráticos como fuente en la educación para la ciudadanía 9l

Enric Pru.rs. Educación para las ciudadanías en sociedades líquidas

en su dimensión política 95

Esther M¡,nrÍN. Un nuevo reto

de la inmigración y el reconoc

de los extranjeros residentes .

de la democracia constitucional. La integración

imiento del derecho de sufragio

109

lmmaculada Bann¡.r r Vñers. Inmigración y derechos sociales: la protección

de los consumidores. El caso de los servicios públicos de mediación

en Cataluña. l2l

Joaquim Pners. Ciudadaniay educación: experiencias y visiones universitarias . 133

TERCERA PARTE

Las Jomadas <<Educación y Ciudadanía>: un espacio parala reflexión acerca

de las posibilidades de cooperación entre las universidades y las instituciones

de representación política

Custodio Anns Nlpro. Democratización, descentr alización y universidad

en el Perú.

José Luis Vnncns. Jornada de trabajo e intercambio de experiencias

entre la Universidad de Barcelona, el Parlamento de Cataluña

y las universidades e instituciones parlamentarias peruanas 153

Rina Cor.Nsro Muñoz. Participación ciudadana en un país diverso: el papel

que la universidad debe cumplir 165

Magdalena Ce¡Íes ps Ln Vscn. La educación boliviana en un nuevo contexto

t4t

político-social lll

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El caso paraguayo.La elección del obispo diocesano:

poder civil y poder religioso

Gabriela D¡lle Conrp CeeeI-I-sno

TElAA/Universitat de Barcelona

Resumen: Tras la muerte del doctor Francia, producida en r84o, el militar Mariano Ro-que Alonzo Romero presidió la Junta Provisional de Paraguay desde febrero a marzo de

184t, momento en que asumió con el civil Carlos Antonio López el cargo de <<cónsul

de la repúblico. Ambos cónsules decidieron poner fin a la vacante de la sede episcopal:en febrero de t842, López comunicó al Sumo Pontífice Gregorio XVI (t83t-t846) que

la revolución de independencia paraguaya había ocasionado, más que la separación res-pecto de la antigua metrópoli, el aislamiento completo ((como único medio de desviarladel vértice de la anarquía que todavía añige a los Estados vecinos en esta parte de laAmérica del Suó.

Palabras clave: poder civil, poder religioso, obispado del Rio de la Plata.

La arquidiócesis asuncena fue el territorio eclesiástico reconocido como obispa-do del Río de la Plata, sufragáneo del arzobispado de Lima, que fuera creada porla bula papal de Pablo III, fechada el r de julio de $47. En 16o9 Asunción pasó

a depender de la diócesis metropolitana de Charcas, independizada del arzobis-pado limeño. Ocho años después, en 1617, se separó la gobernación de BuenosAires y la diócesis asuncena mantuvo un obispo como representante eclesiástico.En los años de independencia, el español Pedro García Panés, el último extranje-ro en ocupar el obispado paraguayo, mantuvo su cargo aunque a partir de lSllquedó bajo un estricto control del nuevo gobierno, que declaró la independenciaparaguaya respecto de Buenos Aires, capital virreinal desde t776, y de la monar-quía hispana. Desde el momento en que el liberal José Gaspar Rodríguez deFrancia asumió la dirección del Estado paraguayo (r8r4-184o), se le prohibió a

García Panés ejercer como obispo y en 1816 la administración de la diócesis que-dó en manos de un partidario del gobierno del doctor Francia, Roque AntonioCéspedes Xeria, que asumió como provisor y vicario general de la Iglesia para-

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guaya.r Durante quince años, García Panés soportó que Francia justificara sureclusión alegando su supuesta <enfermedad mentab>. Regresó a su puesto pormandato del gobierno, pero solo pudo ejercer durante tres meses, ya que fallecióen octubre de t838.

En todo ese período, el ejercicio del patronato nacional por parte del gobiernoparaguayo independizó la comunidad religiosa del país de los vínculos extranjeros,

especialmente de la Santa Sede, con la que sobrevendría una conflictiva y distante

relación que acabaría por resolverse en las primeras décadas del siglo xx. Las conse-

cuencias más importantes de la imparable intromisión del Estado en los asuntos

eclesiásticos del país fueron la clausura del Colegio Seminario de San Carlos, la su-

presión en 1824 de las casas de los religiosos regulares asuncenos (los dominicos,franciscanos y mercedarios fueron extinguidos y sus conventos convertidos en cuar-

teles), la extinción de los conventos y la secularización de los religiosos, hasta dejara la Iglesia paraguaya en la mínima expresión, sin sacerdotes jóvenes y con un obis-po dependiente del lnternuncio de Brasil.'Este proceso llevó indefectiblemente a lareducción del clero secular y al cercenamiento de las atribuciones del obispo. Lamilitarización del doctorFrancia (como luego harían los López), producida a 1o largode las primeras décadas de independencia paraguay a, reforzó la centralización esta-

tal mientras el resto de los territorios rioplatenses se sumían, de acuerdo a la miradadirigida por la dirigencia paraguaya, en guerras civiles calificadas lisa y llanamentede <anárquicas>, o gobernadas por <dictadores> como Juan Manuel de Rosas.

Tras la muerte del doctor Francia, producida en I84o, el militar MarianoRoque Alonzo Romero presidió la Junta Provisional de Paraguay desde febrero a

marzo de r84t, momento en que asumió con el civil Carlos Antonio López elcargo de <<cónsul de la república>. Ambos cónsules decidieron poner fin alava-cante de la sede episcopal: en febrero de t&4zLópez comunicó al Sumo PontíficeGregorio XVI (183I-1846) que la revolución de independencia paraguaya había

ocasionado, más que la separación respecto de la antigua metrópoli, el aislamien-to completo (como único medio de desviarla del vértice de la anarquía que toda-

r. Archivio Segreto Vaticano (A.S.V.), Archivio della Sacra Congregazione degli Affari Ec-clesiastici Straordinari (A.E.S.). Paraguay, t853-t856, Pos. 5, Fasc. t34, Informe de la MisiónExhaordinaria de la República del Paraguay, ministro plenipotenciario Francisco Solano López,París, a cardenal Giacomo Antonelli, secretario de Estado de la Santa Sede, Roma, I de setiembre

de 1854. Este trabajo se inscribe en el proyecto de investigación financiado por el MICINN(España), HARzoog-o7o94.

z. A.S.V., A.E.S., Paraguay, 1848, Pos. 3, Fasc. r33, <Relazione sullo stato della Chiesa e

sulla scarsit?¡ di sacerdoti>>. Entre las funciones intraeclesiales del nuncio apostólico cabe señalar losinformes sistemáticos enviados a la Santa Sede sobre las condiciones sociales y religiosas del país

al que es enviado, y la promoción de las relaciones entre el Estado que se le adjudica, el cuerpo

religioso y el Sumo Pontífice.

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El caso paraguayo. La elección del obispo diocesano: poder civil y poder religioso 63

vía aflige a los Estados vecinos en esta parte de la América del Sud>.3 El aisla-miento no era tanto una estrategia para defenderse de las fuerzas extranjerasreligiosas y monárquicas, sino más bien resultado de la reacción contra los ries-gos que suponía quedar sometido a Brasil, por un lado, o a las regiones rioplaten-ses inmersas en una cruenta guerra civil, por el otro. A partir de entonces la ca-

tegoría <aislamiento>> sería utilizada de manera recurrente tanto por el gobiernoparaguayo como por la propia Santa Sede a la hora de valorar las posibilidades de

implementar un nuevo modelo católico en el país.

Años después de la muerte de Marco Antonio Maiz, producida en 1848, elgobierno paraguayo designó al presbitero Juan Gregorio Urbieta (uno de los úni-cos religiosos educados en el seminario de San Carlos) como vicario general yauxiliar del obispo. En la comunicación enviada en junio de 1853 a la Santa Sede,

Basilio Antonio López solicitó que se dispensara al clero paraguayo de <la faltade grados universitarios, que por la calamidad de los tiempos que ha afligido estaparte de América, no ha podido obtener>>, pero solicitó mayor apoyo para asegu-

rar la pervivencia de la república.a Detrás de este pedido se percibe también unacrítica a la profunda desatención en que había quedado Paraguay en todas esas

décadas. Esta política del obispo paraguayo coincidió con el diseño de la misiónde su sobrino, Francisco Solano López, a Europa.

El período de entreguerras paraguayo es una demostración de la dependen-cia en que quedó sumido Paraguay respecto a los países vecinos. En el ámbitoreligioso, la guerra de la Triple Alianza (t865-t87o) ejerció un singular impactoen la organización del clero paraguayo: en mayo de 1865 el papa Pío IX elevó lacatedral de Buenos Aires a la categoría arzobispal y convirtió a la Iglesia para-guaya en sufragánea de la porteña. Francisco Solano López tomó conocimientode este cambio en el campamento de batalla ya iniciada la guerra, y dos años

después, en diciembre de 1868, ordenó la ejecución del obispo Manuel AntonioPalacios, tras acusarlo de <traición alapaftia>> Todos estos hechos provocaron lasuspensión de las relaciones con el Vaticano, que serían recuperadas quince años

después, a finales de la década de t87o, y dejaron a la Iglesia paraguaya sin jerar-quía reconocida por el Sumo Pontífice.

La segunda mitad del siglo xrx y la primera mitad del xx muestran el conti-nuado intento del Estado paraguayo por oponerse con firmeza a los mandatos

¡. A.V.S., A.E.S., Paraguay, t84z-r846, Pos. z, Fasc. r33, <Al Santísimo Padre GregorioXVI, del Supremo Gobiemo de la República del Paraguay (Carlos Antonio López)>, r5 de febrerode 1842, con la traducción al italiano.

4. Archivio Segreto Vaticano (A.S.V.), Archivio della Sacra Congregazione degli Affari Ec-clesiastici Straordinari (A.E.S.), Paraguay, r853-r856, Pos.5, Fasc. r34, obispo BasilioAntonioLópez, Asunción, a cardenal Giacomo Antonelli, secretario de Estado de la Santa Sede (o de suSantidad), Roma, 8 de junio de r85¡.

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papales y frenar así la dependencia religiosa en que quedó la Delegación Apostó-lica de la República del Paraguay en tres momentos significativos de las relacionescon la Santa Sede. El primer momento se inicia en r84o, cuando la diócesis deAsunción fue restituida por orden papal a la nunciatura de Brasil. Pese a la com-plejidad de esta decisión, fue aceptada el zt de diciembre de r84o por el obispoGaetano Baluffi, que fuera internuncio y delegado apostólico de la Santa Sedepara Nueva Granada y toda la América Meridional entre t836 y 1842, con exclu-sión del Imperio del Brasil.s El segundo coincide con la guerra de la Triple Alian-za, cloando, creado en 1865 el arzobispado de Buenos Aires, la diócesis de Asun-ción fue calificada de sufragánea respecto de la nunciatura de Buenos Aires. Eltercero se inicia en rg2g, cuando la diócesis fue elevada a la categoría de arquidió-cesis, asumiendo como primer arzobispo el hasta entonces obispo Juan SinforianoBogarín, y al erigirse los obispados sufragáneos: Concepción y Villa Rica.6

El período de entreguerras paraguayo constituye una etapa histórica de sin-gular importancia que permite entender la recuperación eclesiástica a partirde t87o, la exclusión de los sacerdotes que habían participado en el gobierno deFrancisco Solano López, y el reconocimiento de la independencia del arzobispa-do de Paraguay respecto a Brasil (t848-I865) y la Argentina (t865-t93o). En eltranscurso de esos complejos años, observamos la lucha entre la idea de organi-zar vna Iglesia verdaderamente <<nacional>>, formada por sacerdotes nacidos yeducados en el país, frente a la jerarquía educada en el Colegio Pío Latinoameri-cano y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. La misa en guaraníformó parte de aquella disputa liderada incluso por el obispo Juan SinforianoBogarín, quien defendió la primacía de los sacerdotes paraguayos que confesa-ban a sus feligreses en la <<lingua del popolo, gran parte del quale neppur capisce

lo spagnolo>>, tal como planteó en I9o9 a Pío X (t9o3-I9r4), implorándole tam-bién el derecho de publicar el catecismo en versión guaraní.7

5. A.S.V., A.E.S., Paraguay, r84o, Pos. r, Fasc. t33. También Donís Ríos, 2oojt 55.6. Huboqueesperarcasidosdécadas(t948),yapasadalaguerradelChaco(1932-1935),para

la fundación del vicariato apostólico del Chaco Paraguayo y el del Pilcomayo a partir de la Prefec-tura Apostólica creada en 1925, que había tenido jurisdicción precisamente en territorios en disputacon Bolivia. En t957 se erigió la diócesis de San Juan Bautista de las Misiones y se creó la prela-tura Nullius de Encamación; en 196o la prelatura de Caacupé (elevada a diócesis en 1967), en 196rla de Coronel Oviedo y en 1968 la de Alto Paraná.

7. Bogarín solicitó <<sopprimere il testo latino della puychiere, che, secondo I'uso locale, nons'impara dal popolo; 2.o Conservare comé 5." comandamento della Chiesa'layer le decimi e le prin-cipi alla Chiesa di Dio' segondo la formula tradizionale... 3.'aggiungere al texto spagnolo del cate-

chismo un altro compendio owero la versione dell'estesso testo ufficiale in guarani, lingua volgaredel popolo, gran parte del quale nessun capiscono I'spagnolo>, A.S.V., Archivio Particola¡e di Pío X(A.P. Pío X), Corrispondetua, 124, fasc. Catechismo I, Riproduzioni e versioni, ff. 342-594, sotto-fasc. <Versioni del Catechismo di S.S. Pío X (1905-1911)>, f. 591; documento parcialmente citadoen Diéguez, 2003: 191.

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A inicios de t93o, cuando Paraguay y Bolivia comenzaron a armarse paralanzarse al conflicto que se conoce como guerra del Chaco, se acrecentó tambiénla disputa sobre los derechos paraguayos en el ámbito religioso. En agosto de

I93o, la Santa Sede autorizó la creación del arzobispado del Paraguay para rom-per con la dependencia del país respecto al arzobispado de Buenos Aires, y Bo-garín asumió como arzobispo.8 En 1948 el reconocimiento de Pío XII Gq:q-1958) del arzobispado de Paraguay y del vicariato apostólico del ChacoParaguayo, este último dependiente de la Sagrada Congregación de la Propaga-ción de la Fe, constituye el cierre de una tensa relación que mantuvieron Para-guay y el Vaticano entre los siglos xrx y xx, y que ayudó a orientar, después deltriunfo paraguayo en la guerra del Chaco, el proyecto nacionalizador en el occi-dente del país y la propia dictadura de Alfredo Stroessner (t954-1989).

La organización socio-política paraguaya a partir de la segunda mitad delsiglo xrx tomó el ámbito religioso como uno de los ejes principales de la cons-trucción del Estado. Los grupos de poder idearon estrategias para consolidar lanación y el Estado observando especialmente el ámbito de la sociabilidad religio-sa y los conflictos surgidos con los poderes internacionales. Los diversos respon-sables de la organizaciónpolítica, el dictador Francia, los López, y posteriormen-te los presidentes que asumieron los destinos del país en el período de entreguerras,disputaron por el control de los sacerdotes y la elección de la nacionalidad delobispo. Tanto en el discurso, como en las representaciones simbólicas, la Iglesiacatólica fue un terreno de organización estatal antes de la invasión, con la conse-cuente pérdida de hegemoniaapartir de la derrota. No obstante, pese a la debacleque supuso la guerra de la Triple Alianza, en las décadas posteriores Paraguaylogró la independencia respecto al arzobispado de Buenos Aires cuando se estabapreparando el país parala guerra contra Bolivia.

Las problemáticas particulares de Paraguay, al ser un Estado con la mitad de

su territorio en disputa (la zona occidental o Chaco con Bolivia) y su condiciónde país invadido y vencido por los aliados (Argentina, Uruguay y Brasil), han

otorgado medios diferenciadores. En Paraguay no hubo un triunfo lineal de los

valores e ideales de una nación homogénea. La identidad nacional que tomó formade la mano de los grupos de poder incorporó el pasado indígena y el mestizaje en

la sociedad paraguaya, y el valor de las mujeres después de la guerra en la recons-trucción simbólica del país (Potthast-Jutkeit, 1996), como principios esenciales desu legitimidad. Ejemplificaban también la heterogeneidad étnico-cultural asegu-rada por la exigencia del conocimiento del guaraní para cualquier sacerdote que

se vinculara con sus feligreses, repartidos en el territorio nacional. El Archiviodella Sacra Congregazione degli Affari Ecclesiastici Straordinari (Sagrada Con-

8. Cargo que cumplió hasta su fallecimiento, producido en Ig4g (Zubizarreta, rg85: z6t-263).

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66 La construcción de los estados nacionales

gregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, A.E.S), eue se conserva enel Archivio Segreto Vaticano (A.SV), permite entender el sentido del calificativo<intruso> que la Santa Sede atribuyó a un sector del clero paraguayo, encabezadopor el sacerdote paraguayo más enigmático del siglo xx: el padre Fidel Maí2. Losinformes confidenciales enviados a Roma por la curia establecida en América, en

especial desde Río de Janeiro y desde Buenos Aires, dan cuenta también del siste-mático rechazo manifestado por el gobierno paraguayo al clero de origen extran-jero establecido en Asunción hasta inicios del siglo xx. En este sentido, se estudia

el contexto de la elección del primer obispo diocesano paraguayo a mediados del

siglo xx desde la perspectiva del poder civil y religioso.

En efecto, en t84z Carlos Antonio López advirtió alpapa Gregorio xu que

durante todo el <paréntesis de incomunicación>> mantenido con Roma, el gobier-

no paraguayo nunca había pensado en desobedecer alacabezavisible de la Igle-sia universal, pero la propia situación religiosa del país, sumada a la supuesta

demencia del obispo Pedro García Panés (que como hemos dicho volvió a ejercer

el obispado tres meses antes de su muerte, producida en octubre de t838), eran

males inherentes al desarrollo del proceso político del cual los cónsules estaban

intentando salir. López reconoció que como consecuencia de aquel <<aislamien-

to>>, el estado del clero era francamente desolador: a mediados del siglo xrx solo

había 56 sacerdotes, casi todos ellos viejos y enfermos, que debían satisfacer las

necesidades de más de 8z parroquias y capillas. Los párrocos tenían que movili-zarse con gran dificultad entre distantes y pingües parroquias, con una numerosa

feligresía, en un obispado sin obispo y sin cabildo eclesiástico:

Se nos presentó otro [mal] no menos sensible y fue la entera demencia de Reverendo

obispo diocesano don Fray Pedro García Panés, que duró por más de 16 años reco-brando al fin su primitivo juicio pocos meses antes de morir en octubre de 1838.

Pero en esta época habían fallecido los canónigos que formaban el Cabildo Eclesiás-

tico de esta Santa Catedral y no había cómo reponerlos por la razón indicada. Elclero regular se hallaba en el mismo caso que el secular y aun más diminuto. Las

tres casas de religiones mendicantes, Franciscanos, Mercedarios y Dominicos, lla-maron de tal modo la atención del finado Dictador Ciudadano [José] Gaspar [Rodrí-guez de] Francia que por decreto supremo del zo de septiembre de t8z41as dio su-primido destinando los secularizados al cura animarum para calmar el clamorpúblico y conservar el culto católico. Ochenta y dos parroquias que contiene este

antiguo Obispado aun oi oi mismo no pudieron ser todas servidas, y fue necesario

encomendar dos y hasta tres curatos a un solo párroco dejando inservidas muchas

doctrinas y capillas filiales.e

9. A.V.S., A.E.S., Paraguay, ¡8¿z-t8+6, Pos. z, Fasc. t33, <Al Santísimo Padre Gregorio xvr,

del Supremo Goviemo de la República del Paraguay (Carlos Antonio López)>>, t5 de febrero de

1842, con la traducción al italiano.

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Los cónsules convocaron entonces a los curas párrocos que según él confor-maban el <clero nacional). Elzz de abril de t842, los 5I curas párrocos en activofueron convocados a un sínodo extraordinario para nombrar un vicario general

provisorio <<ad Universalitatem Causarum>>, pues así lo exigía la <ley de la nece-sidad> al mejor servicio de Dios y de la causa pública, y eligieron al <vicariogeneral presbítero secular ciudadano José Vicente Orué, cura de la Villa de San

Isidro de Curuguaty, que había trabajado más de 3z años continuos), según rezala carta enviada por los cónsules Mariano Roque Alonzo Romero y Carlos Anto-nio López al nuncio apostólico residente en la Corte de Río de Janeiro. Gracias a

la mediación del internuncio, la Santa Sede reconoció a Orué su condición de

vicario capitular de la diócesis asuncena, con facultades amplias como juez ecle-siástico interino para administrar el santo sacramento de la confirmación."'

José Vicente Orué, sin embargo, falleció el mismo año de r84z sin satisfacerprácticamente ninguna de las expectativas del gobierno paraguayo." Tras años de

vacancia del obispado, primero por la supuesta enfermedad mental de Pedro Gar-cía Panés y luego por la repentina muerte de Orué, los cónsules optaron por elegira fray Basilio Antonio López como obispo diocesano y a un auxiliar de quien se

esperaba que se hiciera cargo de la diócesis si moría el obispo, Marco AntonioMaí2. Basilio, hermano del cónsul Carlos Antonio López," así como Maí2, fueronespecialmente defendidos como <hljos del suelo asunceño>>, poseedores de los

conocimientos del idioma guaraní propio del país, capaces de socorrer y catequi-zar útilmente las reducciones indígenas y de enseñar las doctrinas católicas a unapoblación aislada del resto del subcontinente. Fueron también presentados en

Roma como un <presbítero secular ciudadano de 6I años> en el caso del obispo, ycomo (presbítero ciudadano de 59 años>> en el caso de Maí2,'3 pero nada se dijo

ro. A.V.S., A.E.S., Paraguay, t84z-r846, Pos. z, Fasc. t 33, Santa Sede, Roma, a Juan IgnacioCodolini, arzobispo de Edesa y secretario de la Sacra Congregación de la Propaganda Fide, 8 de

agosto de r842, incluyendo documento impreso en latín <F. I. Facultates concessae a SS D.N.D.Gregorio Div Provid PP XVI, R. D. Josepho Vincentio Orué Vicario Capiturali Dioccesis de Para-

guai in America Meridionali>r; A.V.S., A.E.S., Paraguay, t84z-t846, Pos. z, Fasc. 133, Santa Sede,

Roma, a monseñorAmbrosio Campodonico, internuncio apostólico de la Santa Sede residente en laCorte de Río de Janeiro, jo de agosto de t842.

rr. A.V.S.,A.E.S., Paraguay, r84z-t846, Pos. z, Fasc. r33, cónsules de Paraguay MarianoRoque Alonzo Romero y Carlos Antonio López, Asunción, a monseñor Ambrosio Campodonico,internuncio apostólico de la Santa Sede residente en la Corte de Río de Janeiro, r 5 de febrero de r 842.

tz. Hacia r8o9, Basilio Antonio López estudiaba filosofia en el convento franciscano cuandocomenzaron los conflictos políticos. Fue durante varios años transferido a Buenos Aires, y pocodespués de la supresión de las órdenes religiosas en Paraguay, y tras ser exclaustrado por orden deldoctor Francia, ocupó una parroquia asuncena.

I 3. Durante toda su actuación, el gobierno paraguayo careció de bulas papales o pontificias quepreconizaran a estos dos sacerdotes. Adernás, pese a la previsión de que el obispo auxiliar MarcoAntonio Maíz pudiese sustituir aLópez en caso de muerte, Maíz falleció en mayo de r848, A.S.V.,

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del peso del nuevo obispo en la red familiarde los López, que dominarían el poderpolítico paraguayo hasta el inicio del período de entreguerras.

La diócesis paragtraya dependía de monseñor Ambrosio Campodonicodesde su nombramiento como internuncio apostólico en el Imperio brasilero(r84I-r845) y como delegado apostólico de su Santidad para las provincias ar-gentinas, Chile, Bolivia, Uruguay y Paraguay (América Meridional).'+ Apenas

Campodonico asumió esta importante función jerárquica, el gobierno paragua-yo comunicó a Campodonico la elección de dos obispos alegando el derecho

del sistema de <<patronato)) que reservaba al gobierno <<civil> la facultad de vi-sar las disposiciones pontificias,'s porque <<l'esperienza ha dimostrato I'impor-tanza di questa providenza tanto piu necessaria quanto che il Vescovato diquesta Repubblica e di una ampiezza molto grande e un Vescovo vecchio nonprotrebbe soddistare pienamente agli obblighi del sacro Ministero>>. A la inte-rrupción de la llegada de sacerdotes enviados por el Papa se sumaba el poderío

creciente de los curas párrocos que conformaban el <<clero nacional>>, y la elec-

ción de un obispo local como atribución del gobierno para garantizar la ((causa

pública>. El gobierno paraguayo pidió a la Santa Sede que aceptara el nombra-miento de los dos obispos, Basilio Antonio López y Marco Antonio Maí2, unoanciano y otro más joven, diocesano y auxiliar, respectivamente, en virtud de

la necesidad espiritual que tenía la <Iglesia paraguaya),'6 justificó la elección

A.E.S., Paraguay, r848, Pos. 4, Fasc. r33, vicario general de Paraguay, Pedro José Moreno, Asun-

ción, en ausencia del obispo Basilio Antonio López, a monseñor Ambrosio Campodonico, intemun-

cio apostólico de la Santa Sede residente en la Corte de Río de Janeiro, 19 de mayo de 1848.

14. A.S.V., A.E.S., Paraguay, r85ó, Pos. 5, Fasc. r35. Los intemuncios apostólicos en Brasily en la delegación apostólica de las Repúblicas de la ConfederaciónArgentina, Uruguay y Paraguay

fueron: Giacomo Filippo Fransoni (I823-t829); Pietro Ostini (t829-r832); Ambrosio Campodoni-co (r84r-r845), internuncio desde r84r y delegado apostólico para la América Meridional a pafirde r84z; Gaetano Bedini (I845-r847); Vincenzo Massoni (t856). Apartir de este período, Marian-no Falcinelli Antoniacci (r8S8-r86¡); Ángelo di Pietro (r879-r882); Mario Mocenni (r882); Vin-cenzo Vannutelli (1882-1883); Rocco Cochia (1884-1887); Girolamo Maria Gotti (t892-t896),José Macchi (l9oo-I9o4); desde Igoz se transforma en nunciatura apostólica.

r 5. La constitución paraguaya sancionada por la Convención Nacional Constituyente el z5 de

agosto de 1967 y promulgada por el Poder Ejecutivo en la misma fecha, suprimió finalmente el

derecho del patronato, admitiendo un régimen concordatario. El artículo 6 establece que <la reli-gión oflcial es la Católica, Apostólica, Romana, sin perjuicio de la libertad religiosa que queda ga-

rantizada con arreglo a los preceptos de esta Constitución. Las relaciones oficiales de la República

con la Santa Sede se regirán por concordatos u otros acuerdos bilaterales>. El artículo r49, referido

a las atribuciones del Congreso, dispuso su obligación de <aprobar o rechazar los tratados, conve-

nios, concordatos y demás acuerdos internacionales suscriptos en nombre de la República, y auto-

rizar al Poder Ejecutivo a declarar la guerra y a concertar lapaz>>.

16. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. t33, cónsules de Paraguay Mariano

Roque Alonzo Romero y Carlos AntonioLópez, Asunción, al Nuncio Apostólico de la Santa Sede

en la Corte de Río de Janeiro, 15 de febrero de 1842.

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afirmando que se trataba de dos religiosos <<nacidos y procreados en esta Repú-blica de buenos padres y de legítimos matrimonios timoratos a Dios, observa-dores de la Santa ley y obedientes súbditos de Vuestra Beatitud)).'7

Poco después de ser informado de la designación de los <ciudadanos> Lópezy Maiz, el internuncio Ambrosio Campodonico denunció desde Río de Janeirolas escasas dotes de los elegidos para dedicarse al ejercicio ministerial, aunque se

negó a confesar la identidad de su informante secreto, un (correspondante, che loconosce da lungo tempo>. Sobre el obispo auxiliar Maiz, por ejemplo, Campodo-nico comunicó que <egli molti anni indietro fu Vice Rettore del Seminario Ves-covile, questo essento stato chiuso a motivo delle vicende politiche, accettó unaparrochia, che amministia on che al di dbggi>. Si López y Maíz eran los mejoresreligiosos con que contaba Paraguay, el internuncio escribió irónicamente que laIglesia católica debía encomendarse a la Divina Sabiduría, ya que ni siquiera era

esperable que cumplieran con su obligación de visitar Roma.'8 Pese a recibir este

escueto pero sugestivo comunicado, Gregorio XVI aprobó el nombramiento de

los dos obispos el zI de diciembre de t842.'rCampodonico también advirtió que López y Maíz actuaban sin el consenti-

miento de la Santa Sede y que carecían de bulas papales que los legitimaran. Se

dirigió al rector de la catedral paraguaya repitiendo su preocupación por la criticasituación nacional y <la decadenzadel clero cattolico nel Paraguay), que era resul-tado de circunstancias luctuosas: <la distanze di questo Impero sono cosi grande,

le strade casi cattive, eimezzi di communicazione mal sicuri, che le lettere che

anivano debbono recar piu meraviglia di quelle che si puisdono>, concluyó el in-ternuncio, solo podían salvarse con un intenso intercambio epistolar."'Campodo-nico también hizollegar aRoma el contenido de los diversos informes que recibie-ra desde Montevideo. Uno de esos partes puntualiza que <nel Paraguay esistono

due partiti, uno del detento Francia che vorrebbe preservare nell isolamento, I'altrode gli attali consoli che bramano rientrare in communicazione col resto del mon-

t7. Referencias en A.S.V., A.E.S., Paraguay, t857, Pos. 6, Fasc. r35, monseñor Marino Ma-rini, Encargado de Negocios interino de la Nunciatura en Rio de Janeiro (t854-t857) y delegado

apostólico en Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia y Buenos Aires (t857-t864),Paraná(capital provisoria de la Confederación Argentina), a la Santa Sede, t 857.

t8. A.VS.,A.E.S., Paraguay, t84z-r846, Pos. z, Fasc. t33, monseñorAmbrosio Campodoni-co, internuncio apostólico de la Santa Sede residente en la Corte de Río de Janeiro, a la Santa Sede,

t8 de agosto de 1842.t9. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. r33, incluye documento del Papa Gre-

gorio XVI, <Diletis Filius Nobilibus Viris Carolo Lopez et Mariano Alonzo ditionis ParaguaianoSupremis Moderatoribus>.

zo. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. r 33, monseñor Ambrosio Campodoni-co, internuncio apostólico de la Santa Sede residente en la Corte de Río de Janeiro, al cura rector dela catedral de Paraguay, Asunción, 1843.

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do>. Describió la conmoción y trastrocamiento en que estaba sepultada <quellamisera cittá> asuncena, y agregó que la religión se encontraba en pésimo estado enun inculto país en el que el papado se podía contentar con mantener como mínimoalgunas prácticas religiosas: <É certo che i primi hanno por iscopo di estinguerepuer questo nuzzo negativo la Religión Cattolica, conviene dunque credere che isecondi fra gli altri fini, abbian almen quello di conservarla.La corrispondenzapercid che quei Signori hanno riassunta con cotesta Santa Sede¡>."

Campodonico también hizo referencia al aislamiento producido por la <<ex-

traña dictadura de Francia>>, que había segregado al <<mísero Paraguay [...] pertanti anni dal mondo>. En una misiva enviada a la Santa Sede, criticó insistente-mente al gobierno paraguayo por distanciar la <provincia del Paraguay> de Roma(senza la quale non puo sussistere la vera religione>, afirmó." Según el internun-cio, se trataba de un distanciamiento producido por una voluntad política quedebía ser contrastado para mantener la influencia eclesiástica en la región frentea otras potencias como Inglaterra."3 El poderío británico ejercido en las antiguascolonias rioplatenses se aprovechó de la desmembración territorial. El virreinatose mostró desprotegido por la incapacidad hispana de sostener sus fuerzas nava-les y mercantiles, y con una gran fragilidad en virtud de las fracturas políticasinternas de sus grupos criollos (Mclean, 1995). Por ello, Campodonico planteó laurgencia renovar la relación entre <tutte le nazioni del vecchio e nuovo mondo>.La América Meridional adolecía de párrocos; las parroquias estaban vacantescasi en su totalidad, <<ed si fatto male, qualora loro incorra, non han rimedio [...]popoli quali separatisi [...] si che mal gli fornisce l'angustia della lor Chiesa Na-zionale [... ]Non posso temere che il nuovo governo dalla providenza fondato incotesta gia si florida Cristianitá del Paraguay, e che ha percid bisogno di pensierialti e generosi affin dimalzare il nuovo Popolo a quel maggior grado di prosperi-tá, a mi la dol [...] sua indole e I'ubertá del suo suolo il posson condurre, vogliaimpuciolir l'ancino a contestarsi, in fatto di mezzi spirituali, di quei pochi, cheuna chiesa per tanti anni separata, ha potuto a gran pena conservare).'4

z r. A.V.S., A.E.S., Paragua¡ t84z-t846, Pos. z, Fasc. r33, monseñorAmbrosio Campodoni-co, internuncio apostólico de la Santa Sede residente en la Cofe de Río de Janeiro, a la Santa Sede,18 de mayo de 1842.

zz. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 1842-1846, Pos. 2, Fasc. 133, monseñorAmbrosio Campodoni-co, internuncio apostólico de la Santa Sede residente en la Corte de Rio de Janeiro, a la Santa Sede,

17 de abril de 1842.23. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. r33, monseñorAmbrosio Campodoni-

co, intemuncio apostólico de la Santa Sede residente en l¿ Corte de Rio de Janeiro, al gobiemoparaguayo,Asunción, zo de abril de t842, traducción al español.

24. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. r33, monseñorAmbrosio Campodoni-co, intemuncio apostólico de la Santa Sede residente en la Corte de Río de Janeiro, a los cónsulesparaguayos Mariano Roque Alonzo Romero y Carlos AntonioLópez, Asunción, 1843.

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El caso paraguayo. La elección del obispo diocesano: poder civii y poder religioso 7l

Si seguimos estas ideas, podemos comprender la insistencia de monseñorCampodonico ante la Santa Sede para obtener apoyo para el obispado de Asun-ción. Paraguay necesitaba, según él,forzar la apertura de sus puertas comercialesy la comunicación con los otros países europeos y con la Santa Sede para frenar,al mismo tiempo, la creciente presencia británica en un ámbito preocupante comoera la expansión de las prácticas metodistas. El intercambio epistolar muestra elcreciente interés de la Santa Sede por adentrarse en los territorios independiza-dos a partir de la reproducción de las confidencias de la jerarquía eclesiásticarepartida en los territorios vecinos. La confesión que hizo llegar a Roma el inter-nuncio residente en uno de los únicos territorios que todavía permanecía en ma-nos de una monarquía europea, Brasil, refleja la preocupación de la Santa Sede

por conservar su poderío más que la situación religiosa paraguaya:

L Inghilterra sempre sollecita nel promovere i suoi interessi commerciali, ha gia scel-to un Incariato presso quella Repubblica, il quale si trova gia qui, e partirá fra pochigiorni. E probabile che in quel paese ancor vergine le si quirá un nuovo scolo alle memanifattare. Dio voglai, che, come i accaduto al Brasile, e a Buenos Ayres, non siserva di questo mezzo per introduri le sue Bibblie e il Medotismo. Non saprei direche specie di giurisdizione Ecclesiastica abbia potuto esercitarsi nel Paraguay [...] Dapersone degne di fede ho inteso che bullinio Vescovo di sua natura timido.'5

Los religiosos paraguayos también hicieron llegar al Sumo Pontífice sus pro-pias impresiones. El obispo auxiliar Maí2, por ejemplo, se quejó abiertamente a

mediados de 1843 de la <<escasez y ancianidad de los individuos de ese respetableclero>> paraguayo, y pidió a Campodonico su apoyo ante la Santa Sede para repo-ner <<las bajas que el tiempo ha dejado en los soldados de Cristo>>.'ó Basilio Anto-nioLópez,por su parte, aludió alafalta de sacerdotes y de seminarios para curarlas heridas morales de los paraguayos.'7 Aun cuando puedan observarse los in-tentos gubernamentales y eclesiásticos paraguayos para conseguir apoyo en

Roma, lo cierto es que el gobierno afectó una de las tradiciones más importantesen el país: redujo los días festivos en el obispado asunceno en el que la riquezaprincipal era la actividad agrícola. <<Enrazón de tener que cuidar a sus labores en

25. A.V.S., A.E.S., Paragua¡ 184z-1846, Pos. z, Fasc. r 33, monseñor Ambrosio Campodoni-co, intemuncio apostólico de la Santa Sede residente en la Corte de Río de Janeiro, a la Santa Sede,

t7 de abril de t842.26. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. r33, obispo auxiliar Marco Antonio

Maí2, Asunción, a monseñor Ambrosio Campodonico, intemuncio apostólico de la Santa Sede re-sidente en la Corte de Río de Janeiro, zo de agosto de r 843.

27. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. r33, obispo Basilio AntonioLópez,Asunción, a monseñor Ambrosio Campodonico, intemuncio apostólico de la Santa Sede residenteen la Corte de Río de Janeiro, z3 de agosto de 1843.

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campo y residir a largas distancias de sus pa.rroquias>, afirmaron los cónsules,era imprescindible reducir las fiestas religiosas. Con la pretensión de justificar ellibre accionar del gobierno paraguayo, Carlos Antonio López también se refirióa la <difícil comunicación con la Santa Sede y lo moroso del trámite a tan enormedistancia>, como causa fundamental de la ruptura de las relaciones y, en especial,de la escueta comunicación mantenida con Roma.'8 Las constantes reuniones quela cúpula eclesiástica mantuvo para definir la política a seguir en Paraguay, rei-teraron la imagen de que el Estado paraguayo atenazaba a la Iglesia católica enesos lejanos territorios rioplatenses. No obstante, la Santa Sede aceptó la trans-formación de las costumbres religiosas paraguayas, en especial en cuanto a lareducción del número de las festividades, con la única intención de congraciarsecon el gobierno, que se mostraba desde hacía años contrario al control históricoejercido por la Santa Sede sobre los territorios americanos.'e

A la muerte de Aponte, producida en 1892, el gobierno presionó para que

accediera el paraguayo Juan Sinforiano Bogarín al obispado y también para entre-gar sus parroquias a sacerdotes nacidos en el país, aunque la Constitución de no-viembre de t87o no decía nada al respecto. En 1892, el gobierno participó en laredacción del reglamento de la asamblea que debía elegir un candidato de la ternaformada por el administrador diocesano Claudio Arrúa, el secretario Narciso Pa-

lacios y el propio Bogarín.ro Arrua convocó al clero nacional y redactó un regla-mento oficial que, por primera vez, reguló el accionar de los sacerdotes. El z6 de

abril de r$gzla catedral permaneció silenciosa mientras se imponía la candidatu-ra de Bogarín, y en los días siguientes se produjo un tenso conflicto entre La De-mocracia y El Independiente. Luego de sucesivas elecciones y debates, el 5 demayo el presidente paraguayo se fundó en los principios constitucionales del pa-tronato y comunicó el nombre del nuevo obispo a la Santa Sede. También ordenóa Manuel Gondra dirigirse a Roma con la misión de presentar un solo candidatoaceptado para el obispado. En esta lucha entre el gobierno y la Santa Sede, Gondrapresentó una terna, satisfaciendo así los pedidos del Pontífice, aunque colocó elnombre de Bogarín en primera línea, cumpliendo con el presidente paraguayo.3'

28. A.S.V., A.E.S., Paraguay, t 848, Pos. 3, Fasc. t 33, documento <Relazione sullo stato dellaChiesa e sulla scarsita di sacerdotir>.

29. A.V.S., A.E.S., Paraguay, 184z-1846, Pos. z, Fasc. I33, Santa Sede, Roma, a cónsules para-guayos Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonzo Romero, Asunción, t4 de diciembre de 1842.

3o. A.S.V., A.E.S., Paraguay, Asunción, r9zo, Pos. 6o, Fasc. ro, <Reglamento para laAsam-blea del clero publicada el z5 de abril de t892, Claudio Amia administrador diocesano, NarcisoPalacios secretario, para proclamar los tres candidatos>, copia presentaü por la Nunciatura Apos-tólica, Buenos Aires, l9zo, a la Santa Sede, Roma.

31. A.S.V., A.E.S., Paraguay, Asunción, r9zo, Pos. 6o, Fasc. ro, Nunciatura Apostólica delParaguay (tachado Intemunciatura), Asunción, a cardenal Pietro Gasparri, secretario de Estado dela Santa Sede, Roma, 14 de setiembre de r9zo, <Objeto: elección del obispo en el Paraguay>.

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Reconocido Bogarín como el nuevo obispo <hijo de la tierra>>, tanto por laautoridad <civib como por la <religiosa>, se inició en el país un proceso de inte-gración del clero nacional a los mandatos del Sumo Pontífice, pero con una gran

independencia respecto a la Santa Sede. Durante el primer gobierno de JulioArgentino Roca, el internuncio Luigi Matera (r879-t884) fue expulsado por elcanciller Eduardo Wilde, y solo en l9oo, durante la segunda presidencia de Roca,

se reiniciaron las relaciones con la Santa Sede a través de monseñor AntonnioSabatucci (I9oo-19o6), quien asumió como internuncio apostólico en Argentinay delegado apostólico y enviado extraordinario en las Repúblicas de Uruguay yParaguay, siendo sustituido por monseñor Achille Locatelli (t9o7-r9t6). Desde1916 se impusieron los nuncios apostólicos, siendo el primero monseñor AlbertoVassallo di Torregrossa (r916-r9zz), qtrc consiguió ampliar su jurisdicción a Pa-

raguay en enero de tgzo, y fue nombrado nuncio apostólico en agosto de ese

año.3' En I9t9, cuando el Vaticano concedió a Bolivia el control del vicariato delChaco, ese dilema se reiteró en la escueta comunicación que el clero y el gobier-

no paraguayos mantuvieron con el Pontífice. Tras largos años de fuertes tensio-nes entre la Santa Sede y el gobierno paraguayo, en la década de tgzo se dio unvuelco a las relaciones diplomáticas y, por ende, al papel de la Iglesia católica en

la configuración de la jerarquía eclesiástica y de la labor del clero: en I92I se

reconoció la nunciatura apostólica del Paraguay, accediendo como nuncios apos-

tólicos los monseñores Giovanni Cardinale Beda (t9zz-tgz6),33 Filippo Cortesi(tgz6-r936), que afrontó la guerra del Chaco, y Giuseppe Fietta (1936-1953). Elreclamo de independencia de la Iglesia paragúayade toda otra autoridad eclesiás-

tica que no fuese la del Vaticano, ilumina parcialmente la naturaleza de la cons-trucción del Estado y de la nación paragutaya a partir de t87o, y el papel que

cumpliría la disputa eclesiástica y lapráctica religiosa católica en este proceso.

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82, fasc. 4oz: <Diócesis, Asuntos Diversos> (tgzz-1925), ff. r-3ot; <Govematori ecclesiastici>, ff.I-34; en especial, monseñor Giovanni Beda Cardinale, Buenos Aires, a la Santa Sede, z7 de noviem-bre de 1924, en <Vita ed organizzazionepanocchiale nell'Argentina, Uruguay e Paraguay>, ff. 35-62.

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