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  • nueve ArtistAs que nuncA existieron

    LA ArtistA desApArece

    BrumA

    AnLisis pLstico pArA unA BiogrAfA

    eL Arte suBconsciente

    eL sndrome de eLiZABetH LAYton

    eL HomBre sin cuALidAdes

    conservAs

    unA isLA desde eL tren

    instALAcin eLctricA

    37

    23273539454961

  • 2Lo que estara en vas de desaparicin no es ms que un tipo de inteligencia, que ser reemplazado por otro, quizs con ventaja. La inteligencia es un instrumento de adaptacin, y mal podra servir para adaptarse a un mundo que ha dejado de existir.

    La utilidad del arte, Csar Aira

  • 3LA ArtistA desApArece Alba Ocaa dej de documentar sus piezas en verano de 2010. Esta decisin encendi un fascinante viaje hacia el anonimato que lleg a sus ltimas con-secuencias en enero de 2016.

    Al principio se trataba de poner a prueba el aspecto visual imperante en su campo, omitiendo pruebas grficas en favor de una documentacin verbal. Elocuentes construcciones y juegos de palabras servan como reemplazo del testigo visual que tan necesario se haca para la supervivencia del artista contemporneo, formado por imgenes. Las descripciones de los hechos iban tomando protagonismo frente a los retratos de los hechos, sirvien-do bajo su punto de vista para rescatar la importancia de los hechos en s. Autodidacta y aventurera, su descubrimiento del arte de accin y la autono-ma de este formato frente a la performance (la falta de espectador, el aleja-miento de la espectacularidad) alimentaban una puesta en valor del hecho artstico, de la intencionalidad frente al vestigio, del gesto frente a la materia. Ella misma articul esta militancia en el ttulo su ltima exposicin, si se le puede llamar as: Memoria contra documento.

    Pasado un tiempo quedaron slo los ttulos. Combinaciones de palabras, an ingeniosas, que prescindan de explicaciones. Ya no pareca necesario acompaar sus sugerentes pero cada vez ms escuetos ttulos de informa-cin adicional. Acusaba de condescendientes a sus compaeros, viendo en la sobreexplicacin una falta de respeto hacia las ideas, un impedimento para que se desarrollasen libremente y cobrasen vida ms all de su intencin original. Segn ahondaba en sus experimentos, descubra que le importaba menos y menos la opinin de sus contemporneos: crtica, prensa e incluso otros artistas (con la excepcin de un reducido ncleo de amistades, entre ellas la pintora Estelle Li, con quien comparti numerosos correos electr-nicos discutiendo estas ideas). Con el tiempo, dej de importarle tambin la comprensin. Nunca le haba convencido el concepto de espectador, para su gusto demasiado vinculado a la pasividad de lo que comenz a denominar Artes extraescnicas. Pblico era una palabra que le resultaba ms interesante, pero no por mucho tiempo.

    El siguiente paso fue omitir toda documentacin y con ella la promocin, el aviso. Dej de interesarle cualquier atencin que no tuviese una naturaleza espontnea. Limit su papel al de ideadora y ejecutora, siempre al pie del can pero cada vez menos protagonista. No ms avisos, autopromocin

    christian fernndez mirn

  • 4ni contribuciones a medios especializados. A medida que se separaba de las normas, el mundo perda inters. Se ignoraban mutuamente. Llegado este punto, a Alba slo le interesaba la documentacin que surgiese de terceros, cuanto ms desconocidos, mejor. Cada vez que alguien haca una foto de una de sus imperceptibles acciones o le contaba a alguien lo que haba visto, Alba senta que haba tenido lugar un gran triunfo. Una conexin autntica. Lamentablemente era casi imposible apreciar estas manifestaciones, an ms desapercibidas que sus intervenciones sobre la realidad.

    De alguna manera estaba trabajando hacia el populismo mediante la des-aparicin de todo acto de mediacin. Sin embargo, Alba rechazaba la cultura popular fruto de la sociedad de consumo. Esta contradiccin le provocara mucha frustracin pero tambin aumentaba el valor de aquellas pocas conexiones que anhelaba. Previamente a 2010, sus trabajos tangibles estaban cargados de optimismo crtico, poniendo la atencin sobre pequeos comer-cios de su ciudad a punto de desaparecer, oficios tradicionales y la toma de conciencia del paso del tiempo, de la accin y del consumo. Detestaba el rit-mo trepidante de la poca en que le toc vivir y a menudo haca referencia a momentos histricos de revueltas polticas y sociales, evidenciando una adoracin por el cambio y la nostalgia caractersticas de quienes han cono-cido el pasado a travs de relatos y testimonios.

    Aquella ltima muestra pblica no puede describirse con facilidad. Nunca fue visitada por ms de una persona a la vez y pona en cuestionamiento la experiencia y la implicacin de la figura que conocemos como espectador. Se desconoce cuntas personas pudieron visitar el espacio preparado por Alba y en qu momento se desmantel, puesto que la compleja cadena de tareas y revelaciones que la artista tram como sendero resulta imposible de rastrear. Encontramos un fragmento del texto de recepcin de la casa, donde describa la experiencia como una bsqueda del tesoro de proporciones pi-cas, manejando a la vez una potica cotidiana y que disipaba las lneas entre arte y vida. Ella siempre haba soado con involucrar a un pueblo entero, a una ciudad, todos implicados en un mismo juego. Sin embargo Memoria contra documento se presentaba como un viaje aparentemente solitario, donde uno senta que le rodeaban pistas y cmplices pero no tena forma de saber-lo con certeza. Balancendose entre la ficcin y la realidad, cada persona deba cuestionar, valorar y dar importancia a lo que le conmoviese durante la experiencia.

    El ltimo rastro que documentara una pieza artstica de la artista corres-ponde al 3 de noviembre de 2012. Aquella maana, Ramn Costa encontraba en la puerta de su apartamento la nota amarilla que hoy forma parte de la prestigiosa coleccin Alexandra Werner.

  • 5Desde ese momento la actividad de Alba se convierte en misterio. En conver-saciones con Estelle y Mara Herrero, y slo al ser preguntada, mencionaba algunas de sus actividades de manera anecdtica, procurando evitar darles importancia o ahondar en las descripciones ms all de una mencin asp-tica. Un baile fugaz en el interior de un callejn, permanecer quieta duran-te horas en un mismo punto de la calle, parpadeos incesantes frente a una guardia de seguridad mientras llevaba gafas de sol. Cuanto ms se adentraba en la invisibilidad, ms clara vea la coherencia artstica y menos interesan-te la prctica de sus contemporneos. Sus amigos artistas, en el filo de los cuarenta y debatindose entre la continuidad y el abandono, acumulaban becas y residencias en una carrera desesperante por la legitimacin. Ella se adentraba mientras en la libertad que le sugera la falta de pruebas, a pesar de estar dirigindose en lnea recta a ninguna parte, como sugiri Herrero en su correspondencia.

    Releyendo sus notas, queda claro que Alba era consciente de la importan-cia de la documentacin, de la huella. Fotografas, dibujos, textos, statement. Haber estado all. Pero cada vez encontraba menos sentido en esas manifes-taciones heredadas, sobre todo cuando consideraba el trabajo de los artistas que ms admiraba, completos desconocidos en la Historia del arte y recopi-lados en su inclasificable Reasons to continue and to stop (Motivos para conti-nuar y para detenerse). Ella haba decidido abandonar la profesin en pos de la prctica, convertir su vida en arte aunque significase, claramente desde los ltimos meses de aquel 2010, sobrevivir de cualquier otra manera.

    Alba compaginaba un trabajo rutinario (ayudante en la pequea floristera Amalia de Getafe, donde acumul un rechazo por las flores cortadas que podemos apreciar en El final de tu vida) con su actividad paseando perros en el centro de Madrid. Estas ocupaciones le permitan ganarse la vida humil-demente y, en sus propias palabras, evitar las distracciones del artista con pretensiones profesionales. Perder su fe en el sistema no le hizo perderla en la prctica artstica, a pesar de lo que especularon muchas de las perso-nas entrevistadas durante esta investigacin. En su ltima entrevista antes de la desaparicin, Alba dijo que aunque no mantena una cuenta rigurosa ni desvelara su mtodo de archivo, su obra artstica ascenda a ms de seis mil cuatrocientas piezas. Aquella tarde en Montpellier, cuando le pregunt cmo poda demostrarlo o si acaso le importaba, sonri y me mir a los ojos. Un silencio despus, me dijo: A un artista hay que creerle o ignorarle. Eso es lo que he aprendido.

  • 6La desaparicin del objeto artstico, resultado de una disminucin de su forma, de una hemorragia de su visibilidad, es cualquier cosa salvo un aticismo de la nada o un elogio de la infranqueable pureza del vaco.

    Artistas sin obra I would prefer not to, Jean-Yves Jouannais

  • 7BrumAmario snchez Arsenal

    Ai es un artista desconocido. Todava no sabemos si se trata de una mujer o un hombre, no nos lo ha querido desvelar. Dice que le gusta la confusin porque es la nica regin en la que el ser humano no se siente cmodo. Est copando los timelines de Twitter y colapsa todas las redes sociales cuando lleva a cabo sus performances. La revista VOGUE.es no quiso dejar pasar la oportunidad de entrevistar a este misterioso artista, eso s, por escrito. Este es el resultado de tres o cuatro das de correos electrnicos y una conversa-cin paradigmtica. N 178, mayo 2014 / M.P.

    Hblanos un poco de ti. Quin eres y por qu usas esta mscara?En primer lugar, no uso ninguna mscara, en mi da a da bajo a comprar el pan con normalidad sin ocultarme de nadie pero, y por otra parte, como podrs intuir, no pienso revelar el enigma de mi creacin. Ai no es slo un nombre o una marca, sino tambin una actitud ante la vida.

    Entonces, podras decirnos en qu momento diste inicio a este proyecto creativo y por qu?El motivo es evidente. Al igual que el resto de mis congneres, yo tambin siento el descontento generalizado. Supongo que fue el da en el que ese malestar alcanz unas cotas impensables lo que me motiv a impulsar este proyecto. Si te soy sincero, a da de hoy, pienso que ni tan siquiera puede denominarse as.

    Cmo definiras a Ai, si es que Ai es una actitud ante la vida?Ai son muchos seres humanos comprimidos en uno solo. Ai es el esputo que nadie se atreve a lanzar en la calle. Ai es la respuesta incmoda que nadie querra leer en la prensa. Ai es el malestar de la gente ante lo incomprensible.

    Casi nada. Y cmo lo materializas?Es relativamente sencillo: desmaterializndolo.

    Explcanos un poco esto.Soy de los que piensa que un artista, en ltimo trmino, no tiene que explicar necesariamente su obra.

  • 8Y los que no te entiendan?Que acudan al instinto si alguna vez lo tuvieron. Sin la menor modestia, eso no es problema mo.

    Empezamos fuerte. Hemos visto que tienes revolucionadas las redes sociales. A qu crees que se debe?Sinceramente, ni idea. Ciertamente la fama no es mi territorio, e intuyo que lo que se dice sobre m en las redes sociales es irrelevante.

    Irrelevante? Ests en boca de todo el mundo.Eso no es verdad. Las redes sociales son por antonomasia el altavoz social de la modernidad. Lo que all se dice, all queda, por lo general. Pero bueno, imagino que un tuit es tan irrelevante como una conversacin vaca.

    No crees que haya excepciones?Creo que Twitter, Facebook y las dems redes son tan efmeras como elctricas. Que algn da llegarn los algoritmos y lo conquistarn todo. Sabes lo que significa eso?

    Si te refieres a los algoritmos, s, algo sabemos al respecto. Pero, qu tienen que ver los algoritmos contigo?Mucho! De hecho, no sabes si ahora mismo es un algoritmo quien responde tus preguntas!

    Debera ser precavida entonces?No lo s, eso slo deberas saberlo t.

    Nos hemos informado en profundidad sobre tu proyecto artstico y resulta que el gran Maurice Keegan es tu agente. Cmo es la experiencia de trabajar con un personaje tan clebre como l?Precisamente, las gracias tendras que drselas a l. De no haber mediado, hoy no habra aceptado esta entrevista. Me lo pidi como un favor especial.

    Cambiemos de escenario. Cul es tu mayor hallazgo como artista? Y tu mayor aportacin profesional a la escena artstica contempornea?Hallazgos? Me gusta la palabra. Uno tan divertido como terrible: adivinar lo absurda que es la sociedad frente al acto supremo y todava ms ridculo si cabe de la creacin contempornea. En cuanto a la aportacin, se me hace difcil hablar en estos trminos; pero en cualquier caso, sera la nada, el vaco, la superficialidad. Estoy convencido de que la gente no aprende, slo consume y se entretiene. La dimensin democrtica de la cultura es un concepto mal entendido.

  • 9Deberamos entender la cultura de algn modo determinado?Evidentemente, joder!

    Mustranos el camino. Dinos cmo, estamos perdidos.No conozco el camino; de hecho, no s cul es el buen camino, pero s cul el malo. Me entiendes ahora?

    Ms o menos. Pero voy a ser machacona. Cul es ese no-camino?El no-camino es el entretenimiento equiparado a la creacin contempornea. Pienso que sera aconsejable tomar el sendero de algo as como la seriedad de lo serio, mientras que el camino arraigado en la actualidad es el contrario. La cultura se somete al divertimento.

    Sigue, por favorLos gobiernos pretenden asimilar la alta cultura con los paquetes de cruceros, y as, como comprenders, no se llega a buen puerto. Y nunca mejor dicho, porque se prostituye la cultura y se magnifica el magazine.

    El magazine?S, el magazine, el folletn, la noticia, el EXTRA de los antiguos peridicos! Es como las revistas mensuales. Qu s yo, al final terminan por cobrar sentido nica y exclusivamente en el momento en el que se anuncian. Despus acaban en un saco roto. El arte contemporneo debera ser otra cosa.

    Y de la financiacin qu opinas?Que es importante. Qu voy a opinar yo, que cobro en un ao ms de lo que muchas personas en veinticinco no se atreveran a imaginar? Preferira no seguir por ah. Todos ganamos en funcin del mercado al que pertenecemos.

    Y no ha sido ste objeto de duras crticas por tu parte?Claro, pero mi intencin iba y va mucho ms all. Al fin y al cabo, yo no soy nadie: tan slo un ser afortunado e irrelevante que desaparecer (as sea) y que quiere dejar algo importante en los cerebros de la gente. Ya te lo dicho antes. La mentalidad ha de ser otra. No s cual, pero no sta. Estamos devastando todo lo bonito que tiene la vida, empezando por los gneros, la forma de hablar, pero no slo, pues tambin atae a la mirada, a la atencin que le prestamos a las cosas, a la poltica, la cultura, el arte, pero tambin a las relaciones humanas.

    Para que yo lo entienda, qu eres? Una especie de profeta tal vez?Te estoy empezando a respetar por este tipo de gilipolleces. Me encantan. Slo digo que la gente tiene miedo de alzar la voz pronunciando grandes

  • 10

    valores, que esas mismas personas se sienten cohibidas porque una palabra puede sepultarlos socialmente o, lo que es peor, marginarlos como animales, entiendes? No se trata de quin soy o dejo de ser, sino de lo que quiero decir, coo.

    Me queda ms claro. Ahora bien, volvamos a lo artstico. Cmo calificaras tu obra? Cules son tus referentes?Mi obra es concepto, el estilo no entra dentro de ella. Me da igual coser un roto que un descosido. Prefiero certificar ideas que parir objetos. Dejemos el fetichismo para otras ocasiones. Los referentes son escasos, al menos que yo sepa. Duchamp es el padre del fin del mundo, pero esto todo el mundo lo sabe; ms all, no me interesa ninguna forma de autoridad creativa. Esta es otra de las ideas con las que trabajo.

    Cul de tus obras crees que te define mejor?Una obra, dices? Uf, deja que piense.. . Quiz aquella de Nueva York en la que di plantn a la superpoderosa Lynda Foster y su ejrcito meditico de periodistas. Me encant imaginar su culo burgus de mujer disfrazada con una copa de champn en la mano esperando con una sonrisa de plstico durante treinta minutos. Nunca me importaron una mierda ni ella ni sus noticias, pero esa accin supuso para m un desvirgamiento artstico inevitable. Todo lo dems, desde esa fecha (no recuerdo el ao, quizs Maurice lo sepa) no han sido ms que reinterpretaciones de una faceta de la realidad que solamente yo crea ver y que, a da de hoy, y bajo una decepcin supina, no ha dejado de hacerse ms fuerte.

    Podras adelantarnos algunos detalles sobre tu prximo proyecto?Claro, con mucho gusto, aunque no descarto que est mintindote. Hay varios, pero slo puedo desvelarte uno. Se llamar Jugar a ser artista con una palabra.

    Puedes decirme de qu se trata?Embrionariamente consiste en congregar a diez o quince muchachos y muchachas a que lean y analicen algunos textos que yo mismo, previamente, habr escogido y seleccionado: textos de filosofa del lenguaje, esttica de la creacin contempornea o cosas as; para ligereza ya tenemos las revistas de la peluquera. La idea al fin y al cabo es que interacten y comenten sensaciones, apreciaciones, tonteras tal vez, lo que sea; que compartan palabras y respiraciones para que al final de la sesin (una sesin nica y de un da completo de duracin) les presente un montaje que habr realizado a tiempo real con todos esos gestos, caras, voces, incluso con su cadencia respiratoria porque, hete aqu la sorpresa, los habr estado grabando sin que ellos mismos lo sepan. La violacin de la intimidad me importa un bledo, esto es la vida, en arte nadie puede pensar

  • 11

    en lucrarse: se pierde la esencia humana de la que proviene. La vida debera ser el escenario de una aventura que compartimos y nos engrandece. En realidad me emociona pensarlo.

    Y sobre la obra indesvelable?Precisamente si la desvelara, esta entrevista se ira a la mierda.

    El ttulo solamenteBruma.

    Qu sugerente.T crees?

    [M.P. para VOGUE.es]

  • 12

    /click/

    E-mail / 27 julio 2013 / 14: 37 h.

    Hola, Ai. Te escribo para saber si has decidido aparecer o no. No me jodas, no puedes dejarme en bragas ante los representantes de la firma. Son gente poderosa, as que lo menos que querrn ser ver al protagonista del proyecto. Me parece normal. Me he visto obligado a hablar con Emile, espero que no te moleste, pero esto es algo verdaderamente importante y no puedo dejar que lo deseches por un capricho disparatado. Comprenders que si no conseguimos el patrocinio de la firma, tendr que repensar mi continuidad en el proyecto. Si quieres que tratemos el problema con la intencin de solucionarlo, llmame, escrbeme o avsame como prefieras. Yo, al contrario que t, siempre estoy aqu, que para eso soy tu agente. Por favor, contstame cuanto antes.

    Un abrazo,

    M.K.

    Lejos quedaba ya aquel ao de soy-de-letras-no-recuerdo-los-nmeros cuando la prestigiosa galera neoyorquina Knoedler organiz su primera individual. Fue algo inesperado, la prensa no se hizo especial eco de la noti-cia y la gente lleg aturdida. Algunos quedaron sorprendidos y muchos de ellos estafados. Por alguna razn que a da de hoy desconozco, Ai, el hasta entonces ente encapsulado, no se present. El acto qued a merced del buen hacer de la galerista, una mujerona de cuarenta y tantos de suprema elegan-cia y postura llamada Lynda Foster. Cada vez que pasaba a mi lado inclinaba discretamente su boca y, pronunciando sobre mi oreja izquierda un divino cuya sonoridad no lograba yo adivinar si era una insinuacin o una estupi-dez, con rapidez volva a la batalla de los medios, contonendose. Nunca lo descifr. En fin, los medios acudieron apresuradamente y fueron llegando en tropel. All se presentaron unos doce corresponsales provistos con sus cmaras de largo alcance y objetivos poderosos, como si su intencin fuera captar la instantnea trascendente, ms all del misterio, pero, al parecer, no hubo manera. Y es que el enigma empezaba ya en el nombre. Como ya he sealado, se hace llamar Ai, no se saba si por una simptica afinidad con Ai Weiwei, cuya obra no ha conocido en China ni literal ni figurativamente, o por un juego ridculo y pueril de palabras que lo emparentaban gramatical-mente con el pronombre personal de primera persona de la lengua inglesa.

  • 13

    _a__erre_

    _te__i_

    _ese__te__a_

    _i__ene__uve_

    _i__ese_

    _i__be__ele__e_

    Despus de este evento de proporciones considerables atend da y noche, solcito y sin descanso, las propuestas de distintos medios que queran llevar a cabo sus correspondientes entrevistas. El New York Times, la revista Vogue, el Herald Tribune, incluso los del Financial Times queran un artculo: decan que su obra incida de manera positiva en las economas burstiles de cier-tos accionistas afiliados. Agrrate. La repercusin fue una verdadera locura. Yo, Maurice Keegan, que ya estaba de vuelta y conoca todas las tretas de los medios de comunicacin, les di calabazas. Saba que slo les interesaba la novedad, algo de lo que Ai evidentemente se nutra y aprovechaba, pero tena miedo de que lo sepultaran insurrecto antes de verse cara a cara ante el ente artstico. Lo tena claro. La idea deba primar sobre el cuerpo. Una contradiccin? Tal vez, pero no muy distinta del modo en que la gente con-sume arte contemporneo. O al menos eso pensaba por aquel entonces.

    E-mail / 9 junio 2013 / 10:43 h.

    Seor Ai,

    No s si uso el gentilicio correcto porque es usted de lo ms execrable que puede encontrarse hoy da. Nos trata como basura y adems se re de nosotros. Tiene guasa. Y mucha mala baba a juzgar por sus continuas ausencias. Es que no tiene respeto por el pblico? A estas alturas empiezo a sospechar que esa gente a la que utiliza para llevar a cabo sus acciones, como gusta usted de llamarlas, estn compradas y pervertidas por el tacto sucio de su

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    dinero. Es algo inaceptable para alguien con una mnima nocin de moral. Es usted de lo peor que he visto. Tan slo le hago llegar esta nota para que tenga conocimiento de que todava hay gente que opta por no seguirle el juego y que prefiere decir la verdad a ausentarse.Sin ms inters,

    G.

    Al igual que los asistentes que fueron a la mtica exposicin de la Galera Knoedler, mucho ms pblico se senta estafado cuando hablaba de Ai. Nunca contestaba a los e-mails, su ego era incontestable. Siempre se lo adverta: Contesta las notificaciones, es importante crear dilogo, pero Ai a menudo se mostraba indispuesto para hacer algo que no fuera contes-tarme a m (a Dios gracias) o ensimismarse en sus prximas acciones, de continuo polmicas. Para variar, haba hecho algo fuera de tono. La obra se llamaba Cuntame cosas / Cuntate cosas y consista en un grupo de personas desnudas dispuestas en una gran sala blanca inmaculada. Danzaban en crculo cogidos de la mano y daban pequeos saltitos moviendo el cuerpo violentamente como si quisieran deshacerse de algo en su interior. Lo cierto es que la crtica achac una nota recurrente a Matisse que l neg casi por principio, aunque yo sospecho que fue su ego. El caso es que los danzantes, presumiblemente gente espontnea que por su propia voluntad decidi participar en el proyecto, comenzaron a sacar pequeos tubos de pintura que guardaban camuflados en una estrecha rionera. Con ellos empezaron a rociarse el cuerpo de pintura al leo indiscriminadamente. Rojos, azules, violetas, amarillos, verdes, los danzantes empezaban a adquirir el color de un cuadro de Matisse. Mira que se lo dije, me repito siempre.

    Ai era una revolucin, conoca perfectamente las estructuras de poder y, lejos ya de vindicarlas o criticarlas, haca un ejercicio de ridiculez colecti-va. El concepto era lo importante, pero siempre dentro de su virtualidad. Consideraba que la carne haba agotado las posibilidades de un supuesto rol generacional en el arte contemporneo. La inmaterialidad, sin embar-go, era un terreno infinito. Pero siempre acababa contradicindose, como aquella vez que hizo actuar a seis exuberantes mujeres en torno a un pene de dimensiones faranicas. Resultaba obvio. El tamao slo importa como smbolo, como idea para conectar distintos significados y volverlos uno, por eso le gustaba poner en escena esos pollones desmesurados. Pero la cosa no terminaba ah. Cada una de las jvenes llevaba en la cabeza una estructura plstica con la forma de una enorme vagina, las seis iguales, lo que haca que su aspecto fuera ms circense que amenazador. Uno a uno y con leves sacu-didas, cada coo morda la gran polla con cierta suavidad; pero a medida que la msica iba incrementando el ritmo y el volumen (todo perfectamente

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    orquestado con un Miles Davis desconocido, cido y estridente), las seis pactaron contraatacar al unsono, y entonces, a la seal de un chasquido apenas perceptible para el pblico, se abalanzaron violentamente contra el falo gigante creando la absoluta sensacin posterior de ruina y decadencia. Creo que el pblico entendi la accin, al menos a juzgar por sus sonrisas, si es que acaso alguna vez la sonrisa ha sido sinnimo de utilidad en el arte.

    E-mail / 12 junio 2013 / 20:14 h.

    Hola Ai. Me llamo Helen y soy fan tuya desde la primera performance que vi. No recuerdo cmo se llamaba, un grupo de mujeres en torno a una polla o algo as. Me pareci muy potico. Desde el colectivo feminista Mujeres o nada apoyamos tu obra. Sabemos que eres una artista comprometida con los valores feministas que reivindica el derrocamiento del poder establecido. El heterocentrismo es una realidad y tus iniciativas hacen que esto no siga siendo as. Espero que algn da nos veamos y nos conozcamos personalmente. Un beso, compaera! :__)

    Lejos ya de lo controvertido que pudieran resultar sus performances, tuve que recordar a Ai la reunin que tenamos la semana decisiva en que pretenda vender su ltimo proyecto a una multinacional holandesa cuya aporta-cin econmica podra suponer un hito para su carrera. Tambin para m. Al cabo de cuatro das, obtuve una contestacin y todo sealaba que por su parte, y de nuevo una vez ms, su presencia brillara por su ausencia. Insist en que meditara sobre la responsabilidad del encargo y en la importan-cia de ofrecerles un rostro para el proyecto, el suyo, en realidad los suyos, y concienciarlo de la infinita repercusin que Douwe Egberts Coffe & Tea Sothern Europe podra otorgarnos en calidad de partner. Como el patroci-nio de las artes era algo esencial para que los proyectos salieran adelante, Ai reflexion sobre el entuerto pero dictamin finalmente su negativa a dar la cara ante los accionistas de la multinacional. En condicin de mana-ger personal y agente artstico, vi la espada de Damocles sobre mi cabeza. La responsabilidad se acrecentaba a medida que el pasotismo flagrante de Ai se haca latente. Volva a no responder mis correos electrnicos. De nuevo se echaba a un lado. Y yo, insisto, su agente, que vea el desastre de manera tan inminente como ambiguas son las palabras con las que ahora lo narro, me senta en una horrible encrucijada.

    No se dign a contestarme. Al parecer la decisin ya estaba tomada. El pro-blema era que Ai soaba con un tipo de arte no materializado, con un eflu-vio esttico que hunda sus races en la teora del espritu de Hegel y que, sin embargo, conoca de odas, nunca directamente. Le seduca la idea de lo porttil y lo virtual. Supongo, porque jams me lo ha dicho, que habra

  • 16

    ledo a Vila-Matas y desde entonces fantasea obsesivamente con la ficcin. Aunque, ahora que lo pienso, y dejando a un lado los derroteros estticos, nunca llego a explicarme cmo ni dnde ni cundo acept ser agente suyo. Yo por entonces era representante literario de Sam Shepard y algo, prove-niente de alguien, lleg a mis ojos. Entonces, casi por casualidad, me imbu de lo atractivas que eran sus propuestas. Fue cuando profundic en su obra y detect en ella algo de interesante.

    No soy ninguna alma caritativa. O vendo o no vendo, eso es todo. Si no hay ndice de rentabilidad, no me molesto. Llevo muchos aos en este tingla-do como para perder el tiempo con niatos que se creen profetas. El que dice niatos, dice niatas, no vayan a tomarme por sexista. No es el caso. Porque, de haber algn negocio posible, el mo es el del fracaso. Desde que Sam decidi volcarse en su faceta como actor y guionista de cine, lo mo ha sido errar en constante decadencia hacia formas de creacin menos ambiciosas. Empec en cine con Malcom McDowell, un actor de portento trgico, dramtico, teatral. Y como a veces la vida nos reserva un extrao destino, esta quiso que despus de estar al servicio del equipo de produc-cin de una pelcula de Stanley Kubrick, cuyo protagonista no era otro que Malcom, ste acudiera desesperado en mi ayuda, pues Tinto Brass tena ya en mente hacer una pelcula de romanos que por aquel entonces corroa sus entraas, y quera repetir papel principal. Lo cierto es que, a pesar de que la cosa se alarg ms de cinco aos, result ser un autntico fiasco; la pelcula apenas si tuvo repercusin y termin convirtindose en la nica alternativa posible a la que puede aspirar una pelcula cuando slo tres personas han llegado a verla contando, por supuesto, con el acomodador de sala: un lar-gometraje de culto, lo que hoy quiere decir DVD o BluRay de borderfreaks o culturetas oscuros.

    Despus del rotundo abandono profesional de Malcom, vinieron un sinfn de pequeos contratos con productoras mediocres y algn que otro actor de renombre, pero por lo general todo fue discreto. Hasta, claro est, la irrup-cin de Sam. l s era un verdadero profesional. Era capaz de hacer un guin con cuatro datos, tres pinceladas y dos tonos. Un prodigio de la escritura en movimiento. De l aprend que los genios pueden ser humanos, sin embar-go, desde entonces, nada ha vuelto a ser lo mismo. Tuve que congraciarme con la peor caterva del mundo cinematogrfico, aceptar encargos humillan-tes y compensatorios por cuatro dlares, rebajarme a una calidad de trabajo que no era ni mucho menos la ma, y todo por pensar que as subsista y que esa era mi labor. Mentira. Por eso, despus del vuelo en solitario de Sam, algo que era ms que previsible dado su talento y su carcter camalenico, y la huida flagrante de Sophie, mi pareja, que se march a Brasil con un productor de alta alcurnia, me vi anestesiado, resignado ante la oportunidad que se le presentaba a Sam como agente independiente y a la vez conforme

  • 17

    con que deba mantenerme al margen de las aventuras de Sophie para no estorbarla. Fue entonces cuando apareci Ai. Su proyecto, su entusiasmo y, sobre todo, las ganas de querer decir algo, todava no s el qu, pero para lo que se mostraba enfervorecido desde dentro, me animaron a ocuparme de este asunto que a priori me quedaba lejos. Jams haba representado a ningn artista, no conoca la dinmica musestica ni los derechos de imagen de cada cual, pero por alguna extraa razn confiaba en ello. Tal vez fuese el antdoto perfecto para superar lo mediocre en que se haba convertido mi vida sentimental y profesional, no lo s, quiz me engae, quiz nos engaemos todos los das; y por eso, en parte, tal vez me identifiqu con su sentido de la ficcin.

    E-mail / 18 agosto 2013 / 02:44 h.

    Hi, Mau.Estoy trabajando en otra obra. Vas a flipar esta vez! S que no te gustaron las anteriores, que pensabas que eran referenciales y eso, pero esta es distinta. Creo que he sabido darle forma. Siempre me lo dices, pero qu me importa que la gente logre cazar la idea, la tendrn ah, en sus mismas narices! Te volver a escribir ms adelante. Y no me des ms la tabarra con los holandeses. No es asunto mo, para eso te pago. Cudate.

    Ai

    Envuelto como estaba en una bruma de incertidumbres, mi vida ntima se desmoronaba, la profesional haba adoptado la arquitectura de un martiro-logio y los xitos eran poco menos que vagas ilusiones. Ai era lo nico que daba sentido a mi existencia, el nico puntal desde donde combatir la agona y, sobre todo, matar el aburrimiento, el mal moderno por antonomasia.

    E-mail / 20 agosto 2013 / 16:05 h.

    Querido Ai. Tus proyectos me tienen preocupado, nunca das seales de vida y, cuando apareces, lo haces slo para hablar de tus excitantes circunstancias. La gente, yo mismo incluso!, voy a pensar que te reduces a un perfil de Twitter o, peor incluso, que no existes! Realmente no s cul es la diferencia. Y aunque s que mi labor es la que es, que me tengo que ceir a un contrato establecido, comprenders que contigo las cosas oscilan demasiado. Los potenciales inversores, nuestros socios, las corporaciones que se han interesado por tu trabajo, no han tenido ms que el rostro pesadumbroso de Maurice Keegan para poder invertir sus fondos en programas artsticos que, evidentemente, no he podido defender

  • 18

    como podras haberlo hecho t. Por no conocer, no conozco ni tu sexo, ni tu cara, ni tu voz. Eso s, estoy empapado de tu obra, tu magna obra, esa con la que se te debe llenar la boca cada vez que la pronuncias. En serio, me parece flagrante esta forma de trabajar; por un tiempo la consider atractiva, pero ya no me gusta y no s si estoy dispuesto a continuar. Tendr que meditarlo y valorar la situacin. Esto no hay dios que lo levante, Ai. Tienes que comprender que has de defender tu obra. Que la idea predomina sobre la corporeidad? Que s, que estoy de acuerdo contigo, pero estas operaciones has de atenderlas de otro modo. No os entiendo a algunos artistas que vais por ah como si todo el mundo tuviera que tolerar vuestros caprichos mientras escups al pblico a la cara. Adems, llega un punto en el que, sentirme formar parte de ello, me irrita conmigo mismo y hasta me cabrea. Qu puedo hacer? Tal vez tengo una alternativa que no sea drstica? No s, cuando quieras presentarme esa obra tan revolucionaria, hzmela llegar, como siempre. Ahora tengo otras cosas ms importantes de las que ocuparme.Cudate t tambin,

    Mau

    Semanas despus, y cuando para entonces ya habamos enviado la news-letter convocando a los distintos medios, comenc a recibir propuestas de revistas y peridicos. Queran saber ms del proyecto y algunos incluso estaban interesados en realizar una entrevista. El magazine Metaculture, por ejemplo, un medio especializado en arte contemporneo y artistas emergentes se mostr muy interesado en el proyecto Bruma, esta obra con la que, siempre segn Ai (porque yo ya dudaba mucho de la validez de sus piezas), podra significar el punto y aparte definitivo en su pro-duccin. Su carrera era otra cosa. Nunca tuvo perspectiva profesional de futuro. De tal modo la maniobra se redujo a desplazar mi responsabilidad, a dejar abiertas las propuestas que me llegaban, usando para ello un tono cordialsimo que invitaba a pensar a cualquiera que todo era posible. Ese era el objetivo. Al menos hasta que pasase esta ltima locura en la que yo ya no crea.

    La cuestin era hacer creer a la prensa que finalmente Ai se aparecera como el Espritu Santo, desde arriba, como siempre. Lo curioso fue pensar en la razn por la cual nunca se mostraron incrdulos; puede que fuera porque eran los nicos que vean sus obras realmente interesantes. Lo desconozco por completo, no me molest en averiguarlo, pero algo me haca sospechar que esta vez Ai se haba propuesto dinamitar el tinglado. Despus de no haber visto reaccin suya alguna ante mi salida de tono y la consecuente

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    amenaza de huida, mi instinto me deca que Ai ya estaba provisto de algn movimiento aadido, como si lo tuviera perfectamente calculado y mi gesto rudo e insolente slo hubiera supuesto algo ms dentro del guin perform-tico establecido. En cualquier caso, todo ola a chamusquina.

    E-mail / 04 octubre 2013 / 02:50 h.

    Hola Mau. Puede que este correo te sorprenda, pero tranquilo, sucede que tengo insomnio y no puedo dormir. Me gustaba la idea de escribirte para recordarte que maana es el da. El da! Parece que todo est a punto. No se trata de un aviso, ni tan siquiera de una amenaza; sin embargo, quera decirte que esta pieza puede herir sensibilidades. T me conoces, quiz no sea ejemplo de nada, pero sabes que soy honesto. No tengo nada contra nadie excepto con el pblico. Son mierda y yo y todos, incluido t, somos parte de esa mierda, lo entiendes? Quiero agradecerte tambin tantos aos de trabajo a mi lado. Habr sido duro o a lo mejor no. Eso slo lo sabes t. En fin, de un modo u otro, maana nos vemos. Abrazo y cudate.

    Ai

    No entenda nada de lo que estaba sucediendo, me senta turbado, ms que de costumbre. A qu vena ese correo? En todos los aos que llevo como agente y representante suyo, jams haba percibido tanto afecto de golpe. Le gustaba escribirme para recordarme? Que quiere agradecerme, dice? Abrazos? Joder, entender esto era como intentar resolver un maldito rom-pecabezas sin rompecabezas. Si pensaba darme la patada o de veras quera darme un abrazo, cosa difcil hasta el momento, lo llevaba claro. Creo que, al menos en esta ocasin, por una vez en seis aos que llevo contigo, me adelantar. Esto me deca al releer el mensaje.

    E-mail / 06 octubre 2013 / 03:11 h.

    Ai. En primer lugar, decirte que saba que no vendras. An as, y aunque no lo creas, te lo agradezco. Es mejor afrontar las despedidas de manera radical y no hacerlas ms difcil. En cuanto a la obra, prefiero guardarme la opinin, sera redundante decir que has conseguido la ms sincera de tus piezas. Enhorabuena por ella y por tu nueva etapa? En fin, espero que sigas produciendo sea con quien sea y que todo te sea leve. Se cierra un punto y aparte.Un abrazo,

    Mau

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    No sabra cmo definir el broche de Ai. Todava no conozco las pretensiones que tena con esa maniobra. Supongo que la gente que fue no la entendi, al menos en toda su complejidad, pero eso ya no importaba. Ai pensaba que haba cerrado su carrera escupiendo indiscriminadamente en la cara del pblico con ese tono oracular tan caracterstico, precisamente Ai, tan carente de otras tantas cosas Lo nico que saqu en claro fue tal vez la adopcin de ese nombre. Al principio, al no saber si era hombre o mujer, asum, quiz por ser yo mismo un hombre, que Ai tambin lo era, quin sabe. Recib agradecimientos de gente dispar que confunda indistinta-mente su gnero. Y aunque para Ai no era un problema, apuesto cuarenta a uno que incluso le gustaba provocar dicha ambigedad. Pero, por qu Ai? Una clave? Un cdigo? El enigma haba sido desvelado. Por fin. Y a pesar de que con seguridad no se sabe su gnero, yo dudo incluso de su existencia. He odo hablar de unos peculiares sistemas algortimicos capaces de res-ponder, aun emocionalmente, ante complejos sistemas de palabras o cual-quier estmulo escrito. Evidentemente Ai exista. Pero era una ficcin tal vez? Todo el mundo sabe que las ficciones son tan reales como la realidad; de hecho, pueden ser la realidad misma. Y Bruma precisamente hablaba de eso: del ltimo alarido fruto del desencanto hacia la vida, de la falta de respeto hacia el prjimo, del grito de desesperacin que extirpa la mala conciencia, del desafecto social y, sobre todo, de la endogamia artstica. Esta vez no recu-rri a Matisse, a Picasso o a Duchamp, se cit a s mismo. Jams su sentido comn le haba amenazado tanto. Bruma era, a tenor de una intencionalidad marcada y prevista, un ocaso como idea y un preludio como cuerpo.

    _a__erre_

    _te__i_

    _ese__te__a_

    _i__ene__uve_

    _i__ese_

    _i__be__ele__e_

    Ai, desapareciendo, haba aparecido.

  • 21

  • 22Qu situacin pudo dar lugar al curioso proyecto de transformar un texto?.

    Contra la interpretacin, Susan Sontag

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    AnLisis pLstico pArA unA BiogrAfA Con cuatro aos recuerdo que tena el pelo muy corto. Tengo tambin algu-nos recuerdos de mi casa, pero sobre todo me acuerdo de una fuente. En ella nos reunamos con la gente del pueblo. No haba nada ms en aquella plaza, solo la fuente y la gente. Los nios corramos alrededor de ella y tambin hundamos las manos hasta las muecas. Poda verla desde mi ventana.

    Con doce aos, recuerdo que mi madre nos sent en una mesa para contarnos que mi padre haba perdido su trabajo. Es la mesa que ves aqu. La hizo mi abuelo, con la madera que trajo su amigo de Noruega. Es una buena madera, ha aguantado mucho. Primero pas por casa de mis abuelos, luego estuvo en casa de mis padres y ahora lleva conmigo bastantes aos. Al principio tuvieron que cortarle un poco las patas porque mi abuelo la hizo demasiado alta. Tiene una forma rara.

    Con 13 aos me enamor por primera vez. Al ao siguiente me volv a enamorar y al siguiente tambin. Nos queramos sin saber quienes ramos porque eso no importaba. Entonces cambiaba todo muy deprisa. Todo era una cuestin de un s o un no.

    Cuando dej la casa de mis padres, conoc las hojas en blanco. Tena 18. Ese ao fue muy largo porque insist en escribir el sentido de lo que estaba viviendo. Mi casa estaba a un lado de la carretera y al otro lado, compraba baadores para ir a la playa. Por las dudas, al ao siguiente empec a viajar a clase. Por las dudas dibuj toda la coleccin de esculturas griegas. Por las dudas lo apunt todo.

    Y comenz otro ao, encima de una bicicleta, hasta bajarme para irme a otro pas.

    Vivir en un sitio blanco me cambi. Mi rutina se convirti en coreografa. Siempre igual, todo todos los das a la misma hora, con pequeas variaciones de minutos. Todo eran lneas rectas y para sobrevivir, invent algunos paisajes.

    garazi valmaseda

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    Despus dej todo a la izquierda. La ciudad prometa futuro. Al principio la memoria fue tirando de mi, pero acab acostumbrndome. Como si se tratase de un proceso de revelado, congel fragmentos de tiempo.

    Poco a poco, la palabra me convenci del todo.Perd la lgica del resultado, y en los aos siguientes, el mundo fue ocupando su espacio en la cabeza.

    An as, hoy lanc una piedra. Tendr que esperar a que vuelva.Mientras tanto, seguir afirmando que lo hice.

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    La modernidad traduce una tentativa difusa de saturacin del espacio y del tiempo mediante una emisin sonora incesante. Al ser el silencio una zona sin roturar, disponible, libre de uso, provoca una respuesta de relleno, de animacin, para que pueda romperse esa su inutilidad. Pues el silencio, visto desde una perspectiva productiva y comercial, no sirve para nada; ocupa un tiempo y un espacio que podran ser ms productivos si se dedicasen a otro objetivo que les propiciase mayor rendimiento. Para la modernidad, el silencio es un residuo a la espera de un uso ms fructfero, es como un solar en el centro de la ciudad, una especie de reto que pide su rentabilizacin, que se le d la utilidad que sea, ya que permaneciendo como est no es ms que una pura prdida.

    El silencio, aproximaciones, David Le Bretn

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    eL Arte suBconsciente Desde que el primer homnido tom la decisin de festejarse a s mismo pintando en la caverna, hasta aquel momento en el que Kandinsky volte uno de sus cuadros y descubri la abstraccin pictrica. Desde que Diego Velzquez decidi incluirse en el retrato de la familia de Felipe IV hasta que Duchamp embotell el aire de Pars en un pequeo frasco de cristal, el arte contemporneo y su discurrir a lo largo de la historia del hombre se podra definir como una lucha constante e irrefrenable de huida del academicismo. La destruccin promovida por las vanguardias, el mainstream del pop-art, los acontecimientos experienciales de la performance y las ideas sin for-malizar del conceptualismo no son ms que nuevas frmulas y estrategias inventadas por los artistas en un intento de comunicar contenidos sin ser pervertidos por el mercado y otras economas de valores. En el contexto con-creto de la ciudad de Madrid, existe un ejemplo de artista que propone nue-vas prcticas que secundan esta tesis planteada consistente en crear obras al margen de la institucin y difcilmente absorbibles por el sistema capita-lista. Se trata del artista conocido con el seudnimo de Grau y que sigue la estela de grandes autores como son Robert Smithson, Gordon Matta-Clark o Walter de Mara.

    Grau es un artista de origen espaol que trabaja sobre el medio urbano desa-rrollando obras de gran contenido crtico en relacin con la gestin de los espacios pblicos. Comenz sus estudios en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid donde ya inici su carrera con pequeas interven-ciones en el mismo recinto de la facultad al comprobar que los espacios comunes (entre ellos la misma sala de exposiciones) estaban mal admi-nistrados con unas polticas de uso que no beneficiaban al alumnado. Poco despus se traslad a la ciudad de Berln donde adquiri su firma artstica Grau (gris en alemn). Autobautizarse con el nombre de un color supuso un sello que estampara en toda su produccin en la que el gris, como color y como concepto, tiene gran presencia y relevancia. Al terminar sus estudios superiores se traslad a Estados Unidos becado por el Portland Art Museum. Fue precisamente en Portland donde inici y promovi el movimiento de arte urbano conocido como Graffiti Removal consistente en realizar graffitis a travs de una tcnica de superposicin de capas monocromas que cubren las firmas en muros ya existentes. Se obtienen as unas composiciones cro-mticas que recuerdan al expresionismo abstracto de Rothko. Esta serie de pintadas colectivas surgi ante la necesidad del artista de realizar graffi-tis que perdurasen en el tiempo sin ser limpiados por los ayuntamientos,

    Alejandro cinque

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    simbolizando as la conquista del espacio urbano a travs de una resistencia camuflada. En el ao 2002 Matt McCormick dirigi un documental con el ttulo The Subconscious Art of Graffiti Removal en el que realiza una investiga-cin detallada de los orgenes y proclamas del movimiento Graffiti Removal.1 De vuelta en el continente europeo y ya con reconocimiento a nivel global en el mundo del arte contemporneo, Grau llev a cabo varias intervenciones en distintas ciudades. Una de las ms polmicas fue la llamada In/Between realizada en 2002 que consisti en llenar las calles de Zagreb de basura procedente de las casas de los vecinos del centro de la capital croata. Esta instalacin documentada por la artista Nicole Hewitt en una pelcula hom-nima, pretenda hacer una reflexin sobre el contexto del dicotmico extra-rradio del sur de Zagreb donde conviven el moderno edificio del MSU Muzej Suvremene Umjetnosti (museo de arte contemporneo) en contraste con el mercadillo-chavolsta producindose una controvertida gentrificacin.2 Atrado por la situacin de crisis y la agitacin social de estos ltimos aos, Grau regres a Madrid donde reside actualmente para incorporarse como activista en el movimiento 15M diseando la infraestructura de lonas azules que sirvieron de plataforma para la Acampada Sol. En estos ltimos aos su actividad se ha centrado en sealizar diferentes espacios pblicos de la ciu-dad caracterizados por estar en situacin de deterioro o abandono debido a una mala gestin por parte de los partidos polticos. Los casos ms famosos con los que ha trabajado son el Edificio Espaa al que pint toda la fachada de la planta cero de gris. Esta accin de monocromizar hasta el ms mni-mo detalle de la manzana supuso un gran impacto visual que sirvi para enfatizar una problemtica que va a concluir en el derribo de uno de los edificios ms emblemticos de la Gran Va. Otra intervencin que sigue la misma lnea crtica es la realizada sobre el pegaso de mrmol esculpido por Agustn Querol en 1905 con el fin de decorar la azotea del antiguo Ministerio de Fomento y que por problemas de estructura y peso termin tras varias derivas reubicado en la Plaza de Legazpi. Este pegaso, en su origen, for-maba parte de un conjunto escultrico compuesto por dos pegasos y una gloria. La Gloria fue a parar a la Glorieta de Cdiz y uno de los pegasos ha quedado abandonado en el almacn de la calle Ancora esperando a una res-tauracin que ya poco puede rectificar tras sufrir varios daos irreparables. El segundo pegaso actualmente est en el centro de la Plaza de Legazpi, rea conflictiva por ser escenario de varias tramas de especulacin urbanstica

    1. Para ms informacin del documental The Subconscious Art of Graffiti Removal, consulte la web del director Matt McCormick: http://www.rodeofilmco.com/2011/the-subconscious-art-of-graffiti-removal/

    2. Para ms informacin de la pelcula In/Between, consulte la web de la productora Zagreb Film: http://www.zagrebfilm.hr/katalog_film_detail_e.asp?sif=21

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    protagonizadas por proyectos faranicos como son el soterramiento de la M-30, la ampliacin de la lnea 3 de metro y la remodelacin de Madrid Ro. Esta planificacin del distrito, tras la crisis financiera, ha dejado a la zona, promesa del progreso, en una situacin de precarizacin en el paisaje del barrio y el pegaso de la rotonda se ha convertido en smbolo de ello. Por todo esto, Grau decidi intervenirlo cubrindolo con una lona remitiendo a la obra de Christo o Joseph Beuys y pasando a ser bautizado por los vecinos como La momia. La documentacin de esta pieza titulada A Fall a travs de fotografas, audios y reproducciones realizada en colaboracin con la artista turca Sibel Horada fue expuesta en Matadero Madrid y en la Galera Daire (Estambul).3 En una entrevista reciente al artista realizada por Garazi Valmaseda para la revista de arte contemporneo Nueve publicada por el CA2M (Centro de Arte 2 de Mayo), Grau relat una ancdota del proceso del proyecto confesando que cuando estaba trabajando en la intervencin sobre el pegaso de Querol regal un boceto en miniatura en forma de estatuilla del caballo velado al concejal de distrito que gobernaba por aquel entonces a modo de nuevo souvenir turstico del barrio. Otra de las piezas atribuidas a Grau es la construccin de un mirador de hormign ubicado en el deso-lador barrio de Tetun y con vistas al ncleo econmico de la capital capi-taneado por las famosas 4 Torres. De nuevo, Grau plantea a travs de un monumento otro caso de contraste urbanstico y social entre el paisaje del poder econmico visible desde el mirador ante el estratgico abandono de los barrios residenciales que rodean Plaza Castilla y cuyo valor de suelo se ha ido incrementando en los ltimos aos. La ltima obra a analizar en este recorrido por la obra de Grau es la que instal en la periferia del Congreso de los Diputados en relacin a la protesta Rodea el Congreso. Bajo el ttulo Vuestros muros de contencin sern nuestras barricadas, Grau levant una fronte-ra por medio de un vallado que bloqueaba el acceso de la clase poltica a la ciudad. A travs de un juego del secuestro, el pueblo queda metafricamente liberado de los gobernantes. Si el pueblo no puede ocupar el Congreso, que los polticos no puedan escapar impunes de l declar Grau.

    Analizando toda su trayectoria, se comprende perfectamente el mensaje que Grau pretende transmitir a travs de sus obras y no es otro ms que el de aportar nuevas miras a objetos, contextos o paisajes urbanos que estn incorporados dentro de nuestra rutina visual pero que vistos desde una per-cepcin crtica son smbolos de una situacin precaria ante la cual la ciuda-dana debe sublevarse.

    3. Para ms informacin sobre las exposiciones en Matadero y la Galera Daire, consulte la web de la artista Sibel Horada: http://www.sibelhorada.com/?p=686

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  • 34Algunas personas tropiezan entre s. Microaccidentes.

    Tentativa de agotamiento de un lugar parisino, Georges Perec

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    eL sndrome de eLiZABetH LAYton Entre susto y sorpresa. Es una sensacin extraa, agradable y simptica. Le ocurre siempre que tropieza con algo que inesperadamente interrumpe su trayecto hasta el metro o el camino de vuelta a casa, esos lugares que ms conoce y que tiende a pensar que no cambian. Duda que algunas de esas cosas que aparecen de improviso alterando sus lugares no sean ms que casualidades, composiciones arbitrarias debidas a la consecucin de un par o tres de eventos azarosos.

    Todo empez el da que recuper la costumbre de salir de casa con las gafas de lejos puestas y cancel la tarifa de datos de la lnea de su smart- phone. Las primeras demostraciones eran confusas. Necesit tiempo para entrar en su lgica semntica e identificar ese discurso intermitente. Pensaba a menudo en cuntas de ellas se habra perdido, cuntas habra ignorado, pisado o esquivado distradamente. Estaba claro que haba desaprovechado una importante parte del repertorio de aquel artista misterioso.

    Sndrome de Elisabeth Layton. Una autoevaluacin muy acertada, en su opinin. Claramente eso es lo que le pasa. Es un impulso involuntario y difcilmente controlable a crear sin parar. Lleva aos con ello. A falta de diagnsticos oficiales apropiados, ha tenido incluso que crear su propio sndrome.

    La primera de las intervenciones en su da a da que sinti como ataque directo apareci en el buzn de su domicilio un 4 de mayo. Era una pos-tal. Estaba detrs de un par de facturas de los gastos del mes anterior. Al llegar a ella en su repaso rpido del correo se pregunt quin le enviara algo tan hortera. No tena siquiera la gracia de una broma postal, las tpicas imgenes playeras que se envan con nostalgia guasona hacia los veraneos sesenteros levantinos. Corresponda ms bien a la categora de collage de monumentos destacados, en este caso, de la ciudad de Palencia. No cono-ca a nadie en Palencia, ni tena noticias de que ningn amigo hubiese pla-neado un viaje por esa zona. Le dio la vuelta a la postal y ley: Sndrome de Elisabeth Layton.

    manuela pedrn nicolau

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    Al girarse hacia las escaleras su vista pas rpidamente por la papelera del portal que haca poco haban consensuado en junta situar bajo los buzo-nes, para que as fuera ms sencillo deshacerse de los folletos que anuncian masivamente restaurantes chinos y tiendas de electrodomsticos. Esta vez entre tanta morralla publicitaria haba varias postales, todas similares a la suya y, como descubri al coger una dedicada a Valladolid, todas contenan el mismo texto.

    Elisabeth Layton es la artista ms prolfica de la que nunca haya odo hablar. Durante los ltimos diecinueve aos de su vida Layton produjo un autorretrato al da, lo que suman seis mil novecientos treinta y cinco dibujos de trazo fino (le gusta escribirlo con letras porque siempre resulta ms impactante). No es nadie relevante en la escena del arte internacional, por supuesto. Conoci su obra a travs de una pgina web casera que los herederos de la artista registraron en 2003 para dar a conocer su exagerada coleccin.

    De la figura de Layton le fascina la persistencia e inutilidad, a partes iguales, que desprende su carrera artstica. Sin haberla conocido ni haber investigado mucho ms acerca de su biografa, cree que comparten cuadro mdico y que, por cuestiones generacionales, ella merece dar nombre al trastorno.

    El simple hecho de identificar las piezas supone un reto personal, argumen-tar para s por qu aquello constituye un acto pretendidamente artstico y por qu corresponde a quien cree.

    No obtiene reconocimiento alguno por su trabajo. Ni siquiera espera a contemplar las reacciones que sus piezas generan. Es un acto impulsivo que no persigue nada a cambio. Una vez encontr un post-it pegado en su puerta que preguntaba el Sndrome Elizabeth Layton? Haca poco haba repartido por los buzones de los dos edificios de nmero contiguo al suyo postales de ciudades castellanas en las que indicaba su patologa. No esperaba que nadie se tomase la molestia de darle muchas vueltas a esa extraa misiva y menos que replicase la accin en busca de repuestas. Se asust. No le gustaba la idea de que alguien quisiera encontrar al responsable de aquello. Llevaba cierto tiempo trabajando en esos edificios y no quera echar a perder toda su investigacin, por lo que pens darle un giro agresivo a sus acciones que persuadiese a abandonar la bsqueda a aquel vecino o vecina entrometida.

    Tiene las intervenciones del artista incgnito catalogadas en dos tipos: puta-das y amables sorpresas. La categora putadas incluye aquellas acciones y

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    resultados que entorpecen el desarrollo habitual de su vida o aquellas que le cuestan dinero. Como cuando encontr la cerradura de su puerta obstruida por quince palillos pintados de colores fluorescentes de los que colgaban diminutas pancartas que insultaban al gremio internacional de cerrajeros en quince idiomas distintos. Por supuesto, tuvo que llamar a un cerrajero que result ser poco agradable y muy sensible en lo que a su profesin refe-ra. No accedi a cargar la factura al seguro, lo que supuso un inesperado gasto en su previsin mensual.

    En la categora amables sorpresas estn todas aquellas intervenciones que no sabe exactamente por qu le generaban cierta alegra extra. Por lo gene-ral se trata de disimuladas composiciones, como aquella en la que aprovech los surcos entre los adoquines de la calle para incrustar numerosos cristales diminutos que reflejaban la luz y deslumbraron a todo viandante cabizbajo entre esa primavera y el siguiente otoo.

    Contina creando. Sigue llevando a cabo intervenciones sutiles que persiguen dilogos difusos con no sabe quin. Intenta pensar lo menos posible para no renunciar a la espontaneidad de sus acciones.

    Contina observando.Sigue buscando una explicacin a esas intervenciones, alguien que respon-da por ello. Se ha comprado una gafas de sol graduadas, porque empieza el verano.

  • 38Que la poesa sea hecha por todos, no por uno, significa tambin que ese uno, cuando se ponga en accin, har todas las artes, no una.

    La nueva escritura, Csar Aira

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    eL HomBre sin cuALidAdes Con ocasin de la inauguracin de una exposicin retrospectiva del artista madrileo Mario Sigre en el CA2M (Centro de Arte Dos de Mayo) en Mstoles (Madrid) tuve la oportunidad de entrevistarle y conocer un poco ms de ese Hombre sin cualidades al que en un juicio apresurado haba catalogado pre-viamente como un personaje algo prepotente. Despus de conversar con l a lo largo de, la que a mi me pareci una brevsima tarde, en su taller de la calle del Pez, pude trazar el perfil de un Mario Sigre sincero, un artista entregado a la bsqueda continua de medios de expresin que conecten con su nece-sidad de contar, de agotar obsesiones o de repensar el mundo que le rodea. De la entrevista mantenida rescato para esta publicacin el extracto en el que conversamos sobre el tema de su obra artstica ms temprana.

    He ledo en alguna entrevista anterior que te interesaba mucho trabajar sobre el concepto del fracaso y del xito. De hecho, recuerdo algunas de tus exposiciones como Nostalgia de McEnroe, Ergonoma del fracaso o Vivo del arte en las que esta cuestin constitua claramente el motor principal de la obra. Contina siendo este un aspecto sobre el que le gustara seguir profundizando?Trabajar en esas exposiciones que citas fue muy pasional, se trata de algunos de mis primeros trabajos y los abord desde una perspectiva casi adolescente. En Nostalgia de McEnroe reflexionaba sobre el saber perder y la privacin de identidad del perdedor al que se le niega incluso la oportunidad de expresarse libremente. Vivo del Arte trataba ms directamente acerca del xito y buscaba dar una respuesta a la eterna pregunta que se haca todo el mundo, incluso yo mismo Cmo s que soy un artista? Cundo convenimos que una persona es artista y otra no? La apuesta de Vivo del Arte simplificaba esa cuestin hasta hacerla ponderable. Si me alimentaba de lo que el pblico del museo me proporcionaba y consegua no slo no adelgazar sino incluso engordar cinco kilos, quedara legitimado como artista. El arte era lo que me daba de comer. Eso es lo que importaba. Respecto a tu pregunta de si me gustara seguir profundizando en ello, reconozco que ahora mismo no es una de mis prioridades. Hay otros artistas, como Marta Gala, que estn construyendo un universo entorno al concepto del fracaso de una profundidad terica y una elegancia en sus

    elena Yotti

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    planteamientos que me resultan muy interesantes. Actualmente prefiero seguir reflexionando sobre ese tema como observador de las propuestas que se me presentan.

    Sin embargo, cuando comparti esas obras con el pblico, se habl de una cuarta exposicin que vendra a redondear su reflexin acerca del fracaso. Tengo curiosidad existi ese proyecto?Si, es cierto, apenas lo recordaba (risas) cuando esos trabajos que mencionas fueron gestados, haba una cuarta exposicin que no alcanz nunca su madurez definitiva. Se titulaba Dme Cuntas y haca referencia a la letra de una cancin de un grupo punk alemn de la poca. Su ttulo traducido sera algo as como Cuntas pollas hay que chupar para llegar dnde tu ests?. Los algoritmos resultantes de trabajar con el nmero de felaciones que el personaje declaraba haber practicado en los ltimos diez aos, su puntuacin en la lista de los hombres y mujeres ms influyentes de Europa y su sueldo (solo el que ellos mismos reconocan) eran el punto de partida para elaborar unas interesantsimas estructuras de silicona (risas de nuevo). Pero la gente no se mostraba muy interesada en airear determinados detalles de su vida privada y entretanto yo me hice mayor y el tema dej de apasionarme.

    El Hombre sin Cualidades se exhibir en el CA2M hasta el prximo 23 de agosto. Acercarse a esta exposicin es una ocasin nica para conocer la trayectoria y el discurso artstico de Mario Sigre.

  • 41

  • 44Siempre he sabido que slo hay un nico campo de batalla. Sin escapatoria.

    Kassel no invita a la lgica, Enrique Vila-Matas

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    conservAs

    Martn Salcedo tiene dos pueblos: uno es Teocaltiche, en el estado de Jalisco; el otro es Villaseco del Pan, provincia de Zamora. Es fotgrafo y ha trabajado durante aos en la Universidad Autnoma de Mxico retratando las investi-gaciones de un equipo de antroplogos sobre difuntos bien preservados. Martn vive por y para las momias. Como l mismo me explic hace tiempo, una momia puede ser cualquier cuerpo que se haya conservado rela-tivamente bien a pesar de estar muerto. Debido a la extrema sequedad de ciertas zonas, el proceso de momificacin se da a menudo de forma natural, por lo que han aparecido casos en los que todo el cementerio de un pueblo est compuesto por cadveres perfectamente conservados. Sin duda, estos eran sus casos preferidos. Salcedo se senta fascinado por las investigaciones de sus compaeros que, se supone, tena que retratar de forma asptica y precisa. Pero cuando l haca fotos no poda dejar de pensar en la muerte, en la vida y en sus pequeas intersecciones. Seguramente por ello sus imgenes tenan un componente personal, terrorfico, artstico segn sus colegas. Este enfoque especial de la fotografa cientfica fue tensando su relacin con el decano de la facultad, encargado de asignar subvenciones a los proyectos y poco amigo de las excentricidades en una disciplina tan seria como es la antropologa. Su acuerdo con la facultad haba durado aos, pero una discusin agravada por un mal tequila termin de golpe con la concesin del presupuesto destinado al fotgrafo. A partir de ese momento tendran que ser los mismos antroplogos los que realizasen de forma metdica y objetiva las fotografas. Por primera vez en aos, Salcedo se vio sin trabajo, con algo de dinero y con mucho tiempo libre por delante. Decidi irse una temporada al pueblo de su madre, en el que slo haba pasado unos pocos veranos de nio, pero en el que conservaba una casa y algunos familiares. La llegada del fotgrafo a Villaseco del Pan se produjo a finales de noviembre. Le pareci que haba cambiado poco en todos esos aos. La entra-da del pueblo segua presidida por un gigantesco paraleleppedo de paja, las seoras iban en bata y segua habiendo un nico supermercado. Martn Salcedo se plante su estancia como un periodo de descanso y reflexin. Quera olvidarse de la universidad y de la burocracia. En cambio quera encontrar sus orgenes, como se suele decir. Nada ms llegar, cuando an estaba deshaciendo el equipaje, llama-ron a la puerta. Un seor con bastn y perro de caza se present. Se llamaba Higinio. Martn no acab de entender el parentesco que les una, pero le cay bien y conversaron sobre lo mucho que haba cambiado el pueblo. Cambios que, desde luego Martn, no haba percibido.

    Jaime gonzlez cela

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    Los das se sucedan y el fotgrafo poco a poco fue conociendo a todos sus vecinos. Record caras viejas y conoci gente nueva. Retom la cmara y comenz a pasear con ella con la intencin de usarla de nuevo. Pero siempre acababa sus paseos sin haber siquiera acercado el ojo al visor. Por las noches pensaba preocupado en por qu no lograba hacer fotos. Quizs slo le gustaba hacer fotos de momias, pero en Villaseco a Martn Salcedo las momias le pare-can muy lejanas: les separaban miles de kilmetros, un ocano y un decano poco creativo. Le habl a su nuevo amigo, Higinio, sobre el bloqueo que sufra y a ste se le ocurri que poda intentar fotografiar animales disecados, a fin de cuentas son casi lo mismo, y en Villaseco, pueblo cinegtico, estos abun-daban. El fotgrafo record que, de nio, los animales disecados le gustaban. Estar cerca de un animal salvaje, aunque llevase muerto tiempo y tuviese ojos de cristal, le pareca emocionante. Durante un tiempo se dedic a fotografiar a la gente del pueblo con sus animales muertos: jabales, zorros, bhos, perros y gatos posaron obedien-temente ante su cmara. Martn Salcedo pens que esto le satisfaca e imagin que quiz su obsesin con las momias vena del gusto por la taxidermia que pareca tener todo el pueblo de su madre. Al caer la noche sola volver a casa agotado, encenda la lumbre y se acostaba. Era invierno, haca fro y prefera quedarse en el piso de abajo cerca de la chimenea. Muchos aos despus, cuando yo preparaba un trabajo sobre su obra, Martn me cont lo que haba descubierto en Villaseco. Una noche haba deci-dido subir al piso de arriba. Deca que se anim a investigar por aburrimiento. Llova desde haca das y no sala de casa. Yo me pregunto por qu no habra subido antes. El caso es que ese da s que lo hizo, y entr en su antiguo cuarto donde haca aos que no dorma. Entr tambin en el bao y reconoci las viejas cortinas de la ducha e incluso subi hasta el desvn lleno de trastos y cajas viejas. Pero cuando volva haca el saln buscando el calor del fuego se dio cuenta de que se haba saltado una habitacin: el dormitorio de su madre. Entr. All estaba, sobre la mesilla. Disecado. Con los ojos de cristal que pare-can ocupar casi toda su pequea cabeza. No se asust. Record. Pens en su madre y comprendi que se encariara con l, que quisiera que siguiese hacindole compaa. A fin de cuentas lo haba llevado en su interior duran-te casi nueve meses. Martn cogi al que, de haber nacido con vida, habra sido su hermano mayor y lo baj. Lo coloc junto al fuego. Durmi tranquilo y so con sus veranos en el pueblo, con el feto disecado encerrado en un bal. So con su madre y con el lugar en el que esconda la llave que utilizaba para guardar a su hermano los veranos en los que iba de vacaciones a visitarla. Martn me cont esto aliviado, como el que te cuenta que ha encon-trado algo que llevaba tiempo perdido. Yo le anim a que siguiera haciendo fotos de momias.

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  • 48Cuntos sueos, sistemas de pensamiento, intuiciones y frases realmente nuevas han escapado de la escritura?.

    Artistas sin obra I would prefer not to, Jean-Yves Jouannais

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    unA isLA desde eL tren

    Al contrario de lo que muchos crticos creen, Vernica Garcs no estaba interesada, en un primer momento, por los espacios de productividad de la vida cotidiana. No haba ledo a Maurizio Lazzarato cuando en mayo de 2008 empez a intervenir en el tren, ni conoca a muchos artistas con los que ahora se le relaciona. Por aquel entonces solo le interesaba experimentar ese viaje de otra manera, sin ms. Ella tena libertad para hacer y eso constitua su principal motivacin. No dependa de ninguna galera ni institucin que le obligara ni siquiera a tener una lnea coherente de trabajo.

    Vernica se suba al tren y pensaba en las posibilidades que le conceda ese espacio y ese tiempo limitado para ser artista. Una hora al da cinco veces por semana saliendo de la estacin de Atocha hasta la de Mstoles Central. As comenz a intervenir en ese contexto de una manera muchas veces invisible. De esta primera poca fue el proyecto Lectura compartida, (Vernica nunca fue buena poniendo ttulos, lo cual le bloqueaba a veces, pero no la detena en ningn caso) en el que observaba las lecturas de los viajeros, se haca con esos libros y los lea en los siguientes trayectos. Entre los que ley (solo les conceda un viaje a cada uno) Nueve Dragones de Michael Conelly, Luna Nueva de Stephenie Meyer o el Smbolo perdido de Dan Brown, entre muchos otros. Los veinticinco minutos de trayecto hacan que no pudiera superar los primeros captulos. Ella no tena un objetivo claro con este proyecto, pero tampoco le importaba.

    Fue tambin por aquella poca cuando empez a intervenir en las ventanas del cercanas. Con un cter haca marcas sobre el cristal con un leve trazo casi imperceptible. Era tan sutil que tena que incidir el sol directamente para poder observar los dibujos. En un primer momento, y siguiendo con los ejercicios de observacin, representaba a los viajeros que le acompaaban. Ms adelante tambin incluira imgenes recurrentes que le perturbaban por algn motivo. An hoy, si el viajero se fija con detenimiento, puede descu-brir todo un universo monstruoso en las ventanas de los trenes de cercanas.

    Pero quiz los proyectos ms reconocibles de la artista fueron los incluidos en la exposicin que tuvo lugar en el Reina Sofa: Camino al trabajo: El artis-ta como productor insensato1, en el que el comisario Prez Villarejo haca una

    Victoria Gil-Delgado

    1. MNCARS, 2012. Del catlogo recomiendo especialmente el texto de Antonio Negri donde comenta algunas de las obras de Vernica Garcs en torno a la productividad.

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    reflexin sobre la productividad capitalista detenindose en el tiempo en el que los trabajadores se dirigen a sus empleos. Las obras de Vernica se expusieron al lado de las de Santiago Sierra y Karmelo Bermejo2, entre muchos otros artis-tas preocupados en hacer brecha sobre la lgica del capital. Pero, a diferencia de stos, Vernica solo incida en su propio recorrido. Y sus motivaciones cla-ramente eran otras.

    En Camino al trabajo se expuso, incompleta, La Piscina (2008-2013) serie fotogr-fica compuesta por ms de quinientas imgenes. Los crticos la relacionaron pronto con la serie de piscinas de California de David Hockney y al trabajo de Cabello/Carceller Sin ttulo (Utopas), donde fotografan los lugares de encuentro social en su decadencia. Es cierto que, al igual que en esas obras, el cuerpo y el deseo eran los dos ejes del trabajo de Vernica. Pero a diferencia de estas, en la obra de Garcs no hay una preocupacin por la perfeccin de la imagen. Algunas aparecern borrosas o con manchas del cristal o incluso con el reflejo de la propia artista. Porque lejos de transmitir nicamente la melancola del cambio en el estado de las cosas, hay una idea recurrente que se filtra entre las imgenes. Estn realizadas a distancia desde el tren por lo que la fotgrafa se convierte en voyeur de algo que no puede alcanzar, y la piscina en su objeto de deseo. El instante en el que se toman las fotografas es mnimo y el espectador sabe que un segundo despus la piscina desaparecer ante los ojos de la artista que se alejar veloz de ese punto.

    Lo que poca gente sabe es que La Piscina es una reinterpretacin de un cuento de Cortzar, La isla a medioda3. En este relato se cuenta la historia de Marini, un auxiliar de vuelo que atraviesa recurrentemente la misma lnea area, de Roma a Tehern. Un da descubre que a las doce en punto se ve por la ventanilla una pequea isla con forma de tortuga. As cada medioda deja sus labores y contempla la isla fascinado desde el avin. El protagonista se obsesiona tanto con ese lugar que decide llegar a la isla y desde all observa al avin pasar a la misma hora.

    Lo que nunca se public fue la continuacin del proyecto. Vernica decidi bajarse y realizar una nica fotografa desde la piscina hacia el tren, a la hora en la que supona ella estara pasando de vuelta a casa. Como en el cuento, Vernica se desdobla generando dos espacios de realidad. Convirtindose as no slo en la persona que viaja en el tren, sino tambin en la que disfruta en la piscina.

    2. De Santiago Sierra incluyeron el dptico fotogrfico, Obstruccin de la via con un camin de carga en hora punta, 1998. De Karmelo Bermejo Booked, proyecto que el artista describe as: Todos los tickets para el autobs de las 7:00 am de un da laborable con origen Bilbao y destino Madrid fueron comprados con dinero pblico para que hiciese su recorrido vaco.

    3. La isla a medioda esta dentro del libro de cuentos de Julio Cortzar Todos los fuegos el fuego, publi-cado en 1966.

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    Cerca de aqu, 2012

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    El otro proyecto incluido en la exposicin fue Cerca de aqu, una revisin del cle-bre trabajo Lejos de aqu de Isidro Valdivieso. En el ao 73 el artista conceptual se propuso emprender un viaje para habitar un lugar donde no hubiera estado nadie antes. All, en una isla sin nombre en mitad del Pacfico4, paso un ao sin hacer nada. El artista nunca document lo ocurrido por los que muchos descre-yeron de la hazaa5.

    En 2012 Vernica ide la manera de hacer posible esa obra con las condicio-nes espacio temporales que le propiciaba su tren. As que se baj en Fanjul, una de las paradas en las que nunca se haba bajado, para buscar un lugar indito para el ser humano. Despus de una deriva de dos horas por las proximida-des, se detuvo al llegar a un descampado. Se adentr entre las hierbas crecidas del espacio y se dirigi a una zona alejada de los lmites y de la parte central, pensando que tal vez nadie habra pisado ese mismo punto. All permaneci veinte minutos sin saber muy bien por qu. Saba que tena que quedarse, que el tiempo era importante. Al contrario que en el artista Isidro Valdivieso, Vernica document la pieza con un dibujo. En l muestra el recorrido desde la estacin de tren hasta el lugar en el que solamente estuvo ella.

    Y fue poco despus de la exposicin cuando la gente empez a relacionar a Vernica Garcs conmigo. En contra de lo que alegaron, Vernica no naci para satisfacer una demanda del mercado del arte; ni siquiera parti, como es evidente, de la mente de otro artista. El nico motivo que me llev a crearla fue la pura experimentacin. Yo llevaba un tiempo escribiendo sobre artistas y necesitaba acercarme a su realidad de una manera radical. La idea ms cohe-rente, dentro del absurdo de todo el proyecto, fue darle a la artista mi trnsito en el tren camino al trabajo, el nico en el que soy libre de otras tareas diarias. Me pareci que poda ser un tiempo ms que suficiente para que una artista se desarrollara en plenitud.

    Aqu me gustara aclarar que la artista poco a poco fue tomando cierta inde-pendencia de mi manera de actuar y sera un error dar por sentado que somos la misma persona. Por mucho que la haya inventado, las obras parten de su experiencia, as que no puedo ms que defenderla como una artista que trabaja y piensa con autonoma. Queden estos escritos como prueba de su existencia.

    4. As describe Valdivieso la localizacin de la isla. Vase el catlogo con su obra completa Una botella sin mensaje, Roma Publicaciones, 1997.

    5. S. Santos, El traje nuevo del emperador. Algunas mentiras del Arte Contemporneo, Anagrama, 1987.

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    quiero que mi oBrA seA un esfuerZo intiL Entrevista a Vernica Garcs por Christian Fernndez Mirn.

    Te propongo aprovechar el viaje para dividir esta entrevista. Mientras el tren arranca, yo formulo una pregunta o un tema. En el espacio entre para-das, me respondes. A cada estacin, una nueva pregunta. Te parece bien?Me parece perfecto.

    (Embajadores). Empezamos por el punto de partida de tu trayecto diario, un trayecto que define tu metodologa y tu posicionamiento artstico. Se trata de una liberacin o de una limitacin?Quiero pensar que es una liberacin. Mi propuesta parte de considerar un trayecto en tren como un microcosmos y que por ello puedes hacer lo que sea en l. Por otra parte creo que es muy positivo limitar tus pautas de actuacin para no dispersarte.. . no s. Tambin es cierto que a veces me gustara hacer cualquier otra cosa, pero ya no puedo, sabes? Mi mente es incapaz de desconectar de mi proceso de trabajo.

    (Laguna). Es verdad, pero me pregunto por tus estrategias la explotacin de un contexto tan definido. Cmo sacarle tanto partido a un tren?Porque no es slo un tren. Es un lugar lleno de historias y experiencias. Tambin tiene sus normas de comportamiento no escritas, su lenguaje oculto y sus contradicciones. Este adems es un tren especial. Une el centro con el sur y en las horas en las que viajo nunca se llena. La gente se relaja y tiene una actitud distinta a la que mantienen en otros lugares. No s.. . es un poco lo que te deca antes, un tren es un universo.

    (Aluche). Alguna gente considera liberador el tiempo en transporte pblico. Uno no conduce sino que es conducido, un maravilloso margen de improductividad. A ti te sirve de excusa y de marco para crear. Lo definiras as, como tu espacio creativo?Es mi espacio para ser artista. Es el que tengo tiempo real para concentrarme en algo y hacerlo. ltimamente me doy cuenta que lo que hago en el tren tambin invade otros momento de mi da. De repente me encuentro pensando en ideas para el tren en mi casa, en el trabajo, en el sper. Pero no es lo mismo, la actitud es otra. Me interesa tambin lo que dices sobre el transporte como un lugar de improductividad. Quiero que lo sea cuando yo soy artista, aunque

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    esto pueda parecer una contradiccin. Defiendo un espacio improductivo en el que nada de lo que haga como artista me reporte ningn beneficio.Que solo sea un esfuerzo intil y absurdo. (Fanjul). En ocasiones observas a otros pasajeros. Hay alguien que llame tu atencin hoy?(Risas) Hoy? La verdad es que no es fcil detenerte a pensar en una persona, aunque no lo parezca. Requiere su tiempo. Tienes que tener una conexin especial, no s. Por ejemplo cuando estoy cansada me cuesta ms encontrar a alguien. Pero hoy no, hoy eres t en el nico en el que me he fijado. Mi pequea intervencin en el tren el hecho de que me acompaes y hables conmigo me parece todo un proyecto. De hecho haba pensado en invitar a gente a compartir mi viaje. Solo para hablar

    (Las guilas). Con un trabajo tan prximo a la creatividad como el tuyo, es curioso que necesites acotar un tiempo y un espacio al margen para tu propia actividad artstica. Hblame de esta separacin.Quiz no tenga tanto que ver con la creatividad, despus de todo. Es verdad que lo separo del resto de mi tiempo pero porque hay una necesidad ms all de la intencin. Creo que ser artista no consiste solo en la mirada consciente ni creativa, creo que se trata de una actitud responsable. Hay que dedicarle un tiempo y sobre todo hay que hacer, no slo pensar. Y ah est la dificultad, tienes que asumir riesgos. Como en mi proyecto Cerca de aqu, no tiene sentido si no te pierdes y encuentras el lugar, sabes?

    (Cuatro Vientos). Ya hemos salido del tnel. El exterior aporta nuevas posibilidades. Las ventanas son como pantallas, el tren se llena de luz e imgenes...S, la verdad es que creo que es difcil no mirar por la ventana cuando sales del tnel. Ver, por ejemplo, ah la ves? La casa amarilla. Cuando vuelvo del trabajo, siempre veo a un hombre de barba blanca regando sus rosas. El otro da intervine el cristal con esa imagen: un seor regando en la ventana. Quiz algn da te lo encuentres en el tren. Perdona, aqu viene, tengo que hacer una foto.. .

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    (San Jos de Valderas). Ahora pasamos por delante de la piscina. Qu fue lo que te atrajo de ella?Ya est. Siempre pienso en esta piscina. Mucho antes de ser artista ya sacaba fotos y pensaba en el da en que bajase del tren y me metiera a nadar. Desde el tren parece que est cerca de la estacin, pero no lo est. El tren y la piscina configuran dos tiempos distintos que me interesan. Son como realidades paralelas sabes? Una en movimiento y otra mucho ms esttica, solo unidas por mi mirada. All est la gente disfrutando de su tiempo libre y yo voy al trabajo esa sensacin se hace ms fuerte los sbados de verano. Claro, todo cambia segn el momento en que observe la piscina. Me interesa mucho vaca. Esa idea del lugar inadecuado al momento. Tambin me gusta ver el agua sucia incluso limpia pero sin gente. Me parece un lugar excepcional para trabajar con l.

    (Alcorcn). Tienes nuevos proyectos en mente, o qu crees que puede ser lo prximo?A lo que est evolucionando mi trabajo es a salir del tren. A ver las posibilidades pero jugando fuera del medio de transporte. Me gustara cogerme el primer tren de Atocha hacia otro lugar. Pero an tengo que cerrar los parmetros.

    (Las Retamas). En qu momento te emanciparas del tren? Es algo que te imaginas?Te refieres a cundo acabar de trabajar en el tren como artista?

    S. Es algo que pens desde el primer da. Lo dejar cuando ya no tenga que coger ese tren todos los das. Esa es la pauta.

    (Mstoles). Aqu estamos. Muchas gracias. Gracias a ti, todo un placer.

  • La piscina, 2008-2013

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    La piscina, 2008-2013

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  • 60Hoy vivimos en un mundo de cajas negras.

    La utilidad del arte, Csar Aira

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    instALAcin eLctricA

    Eres Tarcaniota?Todava no lo s.Decides a menudo salir en la historia? Nunca, sta es la primera vez. Y qu quieres decir? . . . Me escuchas? S. Por qu miras arriba? Por si cae algo, otra vez.

    CoRRESPoNDENCiA Carta 1. 20 de abril de 2014 Querido amigo, sube la msica para que no sospechen del estado de nimo.

    Carta 2. 21 de abril de 2014 Consta de una primera parte denominada instalacin elctrica; consta de una segunda parte denominada reaccin de pblico. La primera parte se articula desde un telfono colgado de una pared en una sala rectangular de unos tres metros aproximadamente. El telfono es un telfono de la Compaa Nacional de Telefona. Estar descolgado con el hilo zarandendose al aire. Carta 3. 24 de abril de 2014 El personaje principal ser Espaa. Carta 4. 25 de abril de 2014 No voy a salir al escenario. Carta 5. 25 de abril de 2014 Mi intencin es que la instalacin elctrica se formalice en un espacio con acceso a personas y animales. Quiero que los animales escuchen el texto. Una vez que recibas el texto Espaa, porque as se llamar, agradecera una correccin exhaustiva. Me estoy extendiendo, debo ahora, almorzar. Carta 6. 28 de abril de 2014 Si no hubiera otra solucin, subira al tren, que desciende la montaa hasta llegar al valle.

    Jess Labandeira pastor

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    Carta 7. 1 de mayo de 2014 Desde aqu veo la ciudad desvanecerse. El azul desplegndose en azules. Un nio frmula un problema en la cocina: si hay veintisiete trozos de tarta cortados, cuntos trozos de tarta se repartirn? Carta 8. 2 de mayo de 2014 Un aire glido se precipita por la escalera. Carta 9. 3 de mayo de 2014 Ir hasta all vestido como el Bello Brummel. Me colocar la corbata elegantemente. Ser necesario comprar unos zapatos negros. Que la voz que cuelga module hacia el susurro. Sabes qu? El Bello Brummel se cepillaba los dientes con una raz roja, se depilaba con una pinza de plata, anudaba la corbata a la perfeccin, y sala a las tres de la madrugada acicalado perfectamente. Yo saldr a las cuatro. Carta 10. 4 de mayo de 2014 No habr planteamientos, ni desenlaces. Slo habr nudos. Carta 11. 5 de mayo de 2014 Me estn saliendo cabellos plateados a ambos lados de la cabeza. Carta 12. 6 de mayo de 2014 Me estoy riendo. Carta 13. 7 de mayo de 2014 Estoy avanzando en el texto Espaa. Carta 14. 9 de mayo de 2014Si alguien cuelga el telfono, la voz dejar de sonar. Se apagar la funcin. Ser el fin de la instalacin elctrica Espaa. Carta 15. 10 de mayo de 2014 Ser costumbre tuya o ser costumbre ma? Carta 16. 11 de mayo de 2014 Si vinieras alguna vez, conoceras los paseos nocturnos de Carlota. Carta 17. 12 de mayo de 2014 Me he permitido una extravagancia: he bailado en mi habitacin. He dejado a un lado a Espaa, y he bailado. He cruzado mi habitacin de una esquina a otra esquina. He levantado los hombros para agilizar el ritmo, y los brazos tambin los he suspendido tmidamente. El baile ha durado lo que ha durado la cancin, pero como la he puesto varias veces, ha

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    durado ms de lo habitual. Me lo he pasado bien. He llegado a sofocarme, inmediatamente me he sentado en una silla a la que tengo cierta simpata. Carta 18. 13 de mayo de 2014Hoy he hecho una aproximacin con mi voz, una simulacin con el texto Espaa como si saliera del telfono. Lo que para ti puede ser un despiste, para mi puede ser una oportunidad. No es ms que eso. Carta 19. 15 de mayo de 2014Sabes que nunca he sabido cul es el cuento de la lechera. Carta 20. 15 de mayo de 2014Te dir cmo empieza el texto Espaa. Empieza con una pregunta: cunto pesa Espaa? Los filtros no terminan de funcionar. He dudado si introducir a Carlota. Carlota podra haber sido la que lleva la maleta. Te preguntars quin es. Finalmente he decidido abandonarla. No ser ella la que condicione el texto. Carta 21. 16 de mayo de 2014Tengo miedo de perder el armazn, los encajes. La tela de sonido debe ser de seda, descendiente y sin fisuras. Salgo de casa para escuchar tonos, ondulaciones, salgo en busca de esa voz para Espaa, precisa y sibilina, que cuelgue al aire, que flote en ese espacio, que ser la sala, oscura. Busco intimidad. Imagina deslizar el corazn por un tobogn de agua, imagina el sonido al caer. Carta 22. 17 de mayo de 2014Texto EspaaCunto pesa Espaa?Depende de lo que quieras portar. Solo tengo una maleta.Entonces tendrs que elegir.Cmo mete uno, una idea en la maleta? Cmo saca uno, una idea de la maleta? Qu raro eres nio! A quin habrs salido? Espaa est incrustada en las ramas. Si la rodean que la partan por la mitad. As sabremos que hay dentro. Poco a poco Espaa se olvida de Espaa. Algn da ha tenido recuerdo de s misma? Seguro que fue en la piscina municipal. No vamos a ir a jugar a los bolos, que se te meta en la cabeza, tampoco nos daremos un chapuzn, no ahora. Eso es Espaa, dijo el nio. Es un cuerpo enorme.

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    Cunto pesar?La ltima vez que estuvimos jugamos a los bolos en Chamartn. Chamartn. Chamartn.Importa estar fuera; no dentro. Estas sillas no las haba visto nunca. Ni esa astilla en la ventana, ni siquiera como indicador emocional. A Espaa le gusta poner los brazos por detrs mientras camina agarrado. Forra y brue. El nio dice: me gustan estas vistas. Os veo caminar. Ya da igual s vamos a jugar a los bolos. Hay que buscar la forma.Hurgar y prolongar. Quiz Espaa se parezca a todo lo que hemos olvidado o quiz se parezca a todo lo que no hemos vivido dice la nia.Todo lo que te puede decir es que hemos llegado un poco pronto. Quiz tenamos que haber llegado ms tarde.El suelo se quiebra por el volumen arrastrado. Habra que adelgazar los anclajes y reducir la maleta para saber el peso exacto.

    Eran ms o menos las cuatro de la maana cuando Espaa se ha despertado. Ha metido los prismticos en la maleta. Sin decir nada, sin pensar nada, nada en su cabeza. Ha metido los prismticos en la cabeza y en el coche. Espaa se ha comprado un coche para avanzar el camino. El nio y la nia van en los asientos traseros del coche. En el asiento del copiloto va una mochila repleta de utensilios e ideas. Poco a poco el coche desaparece en la carretera. Ancha, amarga. Espaa, pasada la ruta se estrella frente a un animal, un burro ojeroso y con mirada de ayuda. Muere el burro, muere Espaa. Resucita Espaa. El nio y la nia esperan en un cruce durante meses hasta que llega Espaa. Se suben al coche y preguntan: durar esto que sentimos toda la noche? Cunto dura una noche en una coche como ste? Espaa silencia cada pregunta, acelerando en esa recta larga hacia dentro. Espaa siente la recta hacia dentro. El paisaje ha desaparecido a ambos lados de la carretera por su oscuridad, no hay postes de luces. El nio y la nia no hablan, solo se miran. Espaa pregunta: sabis conducir? Mueven la cabeza negativamente. Nos vamos a encontrar gente en el camino?Escucharis voces y veris cuerpos. Por dnde?Cerca vuestro.Qu es eso que se ve?Es el inicio de la alucinacin.

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    Parece una pareja caminando, agarrados del brazo.Es eso una alucinacin? No lo s, no he visto nada... por cierto,dnde os conocisteis vosotros?En el cruce.Cunto tiempo llevbais esperando? No lo sabemos. Hasta que llegaste t con el coche. Y quin os solt all? Vuestros padres? . . .Recordis algo de antes de llegar al cruce? Nada, slo una historia que nos cont un hombre que pas por all y se qued un rato con nosotros. Qu os cont? Nos cont que una vez una cabeza cay en un jardn de una casa donde vivan nios y padres. Y cmo era? Era una cabeza normal y corriente. Qu hicieron con ella? La escondieron, pero al rato desaparecieron los nios y los padres que habitaban la casa.. . hasta quedar la casa deshabitada. Y la cabeza? Se qued con la casa y el jardn. Y dnde est esa casa y ese jardn? Eso no lo sabemos, pero seguro que no muy lejos del cruce. Estamos cerca del cruce? Por qu lo preguntas? Porque podramos buscar esa historia. Te refieres a la c