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La tragedia cotidiana en Acto Cultural de José Ignacio Cabrujas Resumen: Este artículo pretende abor- dar la noción de tragedia en la obra teatral Acto Cultural (1976) de José Ignacio Ca- brujas (1937-1995). Se estudian las posi- bles relaciones entre tragedia, personaje y sociedad en el contexto de la realidad ve- nezolana y, al mismo tiempo, se valora la significación de esta pieza teatral en la con- figuración de algunos de los rasgos cultura- les propios de nuestra nación. Acto Cultural es, en muchos sentidos, una propuesta es- cénica sobre personajes que enfrentan su forma particular de tragedia, pero también es una lectura del país. Palabras clave: tragedia, humor, cul- tura, sublime, apariencia. Preámbulo El humor siempre ha representado una forma particular de rebeldía ante algo, una manera de sobrevivir que, disimulada en la sonrisa, se levanta sobre el dolor, las injusticias y la maldad. Se hace entonces inevitable recordar unas palabras del hu- morista argentino Enrique Pinti, las cuales hablan sobre la permanencia del humor en donde se ha implantado el caos y el dolor. Y es que -como dice Pinti- allí donde exis- te desdicha, desesperanza e injusticia, el humor encuentra un lugar apropiado para revelarse y permanecer. No puede existir el humor sin conflictos, pues éste surge pre- cisamente en los momentos de incertidum- bre, incredulidad y desesperación; surge para "decir" ese caos, para desnudarlo Martha Durán Escuela de Letras. Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. Abstract: This article tries to explain the notion of tragedy in the play Acto Cultural (1976) by José Ignacio Cabrujas (1937-1995). The possible connections among tragedy, character, and society in the context of the Venezuelan reality are being studied. At the same time, the me- aning of this play in the configuration of some of the cultural features proper of our nation is being valued. Acto Cultural is, in many senses, an scenic proposal about the characters that face their particular way of tragedy, but it is also a reading og the country. Key words: tragedy, humor, culture, sublime, appearance. bajo la sonrisa del que puede reconocerse en él. "el humorismo es el penúltimo paso antes de la desesperación", dice el escritor argentino Isidoro Blaisten; no podría ha- berse dicho de mejor manera. No es entonces extraño que, en nuestra convulsionada Venezuela, el humor haya tenido un gran alcance en todas sus for- mas de presentación. Desde el chiste, la parodia y la sátira, hasta la comedia; el humor ha pasado a ser una de las manifes- taciones más importantes del ser venezo- lano. El teatro no escapa de esta realidad, todo lo contrario, sus manifestaciones más importantes a lo largo de nuestra historia como sociedad se han visto fuertemente arraigadas en el humor, incluso desde los tiempos de la colonia. Ya en "el período del Recibido: 11/07/06 Aceptado: 16/10/06 24

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La tragedia cotidiana en Acto Culturalde José Ignacio Cabrujas

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La tragedia cotidiana en Acto Culturalde José Ignacio Cabrujas

Resumen: Este artículo pretende abor-dar la noción de tragedia en la obra teatralActo Cultural (1976) de José Ignacio Ca-brujas (1937-1995). Se estudian las posi-bles relaciones entre tragedia, personaje ysociedad en el contexto de la realidad ve-nezolana y, al mismo tiempo, se valora lasignificación de esta pieza teatral en la con-figuración de algunos de los rasgos cultura-les propios de nuestra nación. Acto Culturales, en muchos sentidos, una propuesta es-cénica sobre personajes que enfrentan suforma particular de tragedia, pero tambiénes una lectura del país.

Palabras clave: tragedia, humor, cul-tura, sublime, apariencia.

PreámbuloEl humor siempre ha representado una

forma particular de rebeldía ante algo, unamanera de sobrevivir que, disimulada enla sonrisa, se levanta sobre el dolor, lasinjusticias y la maldad. Se hace entoncesinevitable recordar unas palabras del hu-morista argentino Enrique Pinti, las cualeshablan sobre la permanencia del humor endonde se ha implantado el caos y el dolor.Y es que -como dice Pinti- allí donde exis-te desdicha, desesperanza e injusticia, elhumor encuentra un lugar apropiado pararevelarse y permanecer. No puede existir elhumor sin conflictos, pues éste surge pre-cisamente en los momentos de incertidum-bre, incredulidad y desesperación; surgepara "decir" ese caos, para desnudarlo

Martha DuránEscuela de Letras.Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.

Abstract: This article tries to explainthe notion of tragedy in the play ActoCultural (1976) by José Ignacio Cabrujas(1937-1995). The possible connectionsamong tragedy, character, and society inthe context of the Venezuelan reality arebeing studied. At the same time, the me-aning of this play in the configuration ofsome of the cultural features proper of ournation is being valued. Acto Cultural is, inmany senses, an scenic proposal about thecharacters that face their particular wayof tragedy, but it is also a reading og thecountry.

Key words: tragedy, humor, culture,sublime, appearance.

bajo la sonrisa del que puede reconocerseen él. "el humorismo es el penúltimo pasoantes de la desesperación", dice el escritorargentino Isidoro Blaisten; no podría ha-berse dicho de mejor manera.

No es entonces extraño que, en nuestraconvulsionada Venezuela, el humor hayatenido un gran alcance en todas sus for-mas de presentación. Desde el chiste, laparodia y la sátira, hasta la comedia; elhumor ha pasado a ser una de las manifes-taciones más importantes del ser venezo-lano. El teatro no escapa de esta realidad,todo lo contrario, sus manifestaciones másimportantes a lo largo de nuestra historiacomo sociedad se han visto fuertementearraigadas en el humor, incluso desde lostiempos de la colonia. Ya en "el período del

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Gobernador Osorio y del Procurador Simónde Bolívar, de 1588 a 1597, se comenzarona representar comedias" 1. en la Plaza Ma-yor (hoy Plaza Bolívar).

Nuestra historia como país, desde sufundación hasta nuestros días, está llenade atropellos y pésimos gobernantes. Noes raro entonces que de este entristece-dor panorama surja un teatro tan rico enmanifestaciones humorísticas dirigidastanto a la crítica y a la rebeldía, como ala distracción y al olvido momentáneo denuestra particular tragedia. Pero, más es-pecíficamente, ¿cuál es nuestra tragedia?,¿nos concebimos desde una mirada trágicao, por el contrario, nos identificamos máscon aquellos personajes esbozados comoel avaro o el gracioso que con personajestrágicos como Edipo o Hamlet? Creo quela respuesta a esta última pregunta se hapresentado en líneas anteriores: nuestramanera de asumir el caos o los conflictos-ya sean personales o colectivos- ha ten-dido a irse siempre de la manera más re-lajada posible, el humor.

Muchos de los acontecimientos más im-portantes de nuestra historia se han idointernalizando en nuestro imaginario co-lectivo a manera de chistes cotidianos, co-medias, parodias o sátiras teatrales (recor-demos, por ejemplo, las obras de AquilesNazoa). Pero es cierto que la tragedia -o lavisión trágica- no está ausente en nuestroteatro, y es sobre esta forma peculiar detragicomedia que hablaremos en este en-sayo, tomando como referencia primordialuna de las obras más importantes del dra-maturgo venezolano José Ignacio Cabrujas(1937-1995), Acto cultural. De esta obradestacaremos entonces las relaciones exis-tentes entre tragedia, comedia y la realidadsocial en que Acto Cultural está inmersa.

De lo sublime a lo cotidianoSe declara inaugurado este ensayo.No podríamos hablar de la tragedia -o

de una forma particular de tragedia- sin

1 Extraído de la página del Centro de Docu-mentación Virtual del Teatro Venezolano.

acudir de manera inevitable a las ideasplanteadas por Aristóteles en su Poética.Es necesario acudir a él, aunque sólo seapara establecer las diferencias que presentauna obra como Acto Cultural en relacióncon las características de la tragedia plan-teadas por Aristóteles. Si para Aristóteles(1990, 6) la tragedia es "imitación de unaacción elevada y perfecta, (...) con un len-guaje diversamente ornado en cada parte,por medio de la acción y no de la narración,que conduce, a través de la compasión ydel temor, a la purificación de estas pasio-nes"; entonces en qué sentido Acto Cultu-ral se relaciona con esta idea antigua de latragedia. Sería inútil e, incluso, imposible,forzar la obra de Cabrujas a las ideas aris-totélicas, pues en principio esta obra no esuna tragedia en el sentido tradicional deltérmino. Obviamente, no existe en ActoCultural un héroe que pase de la felicidada la desdicha gracias a una acción inevitableque lo condujera a ello. ¿Imitación de hom-bres mejores que nosotros? No. ¿Imitaciónde una acción elevada?, tampoco. Enton-ces, ¿en qué sentido esta obra posee cier-tos aspectos de lo trágico? ¿Cómo puedehaber tragedia sin la representación de un"hecho" terrible y lamentable? Si tomamosestas palabras al pie de la letra, es evidenteque no encontraremos ninguna coinciden-cia entre la tragedia de los personajes deSan Rafael de Ejido y los personajes de latragedia clásica. Debemos entonces trasto-car ciertas categorías para llegar al sentidotrágico de la obra de Cabrujas.

La sociedad de Aristóteles entendía per-fectamente el concepto de sublime o "ac-ciones sublimes", su historia estaba llenade actos heroicos, de personajes nobles,pues ella misma era una sociedad que vivíaen la pomposidad y en la fastuosidad. Perocómo asumimos los venezolanos dicha so-lemnidad. ¿La tenemos acaso? ¿Podemosasumir con verdadera seriedad una posturanoble, una forma de actuar sublime o unaactitud trágica frente a los acontecimien-tos personales o sociales sin que al final seescuche una fuerte risotada que no pudo

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contenerse más? Nuestra gran tragedia,en realidad, siempre ha sido la imposibili-dad de asumir un hecho trágico con sinceraseriedad. No estamos preparados para losolemne, pues nuestra manera de asumirla vida está arraigada a la capacidad quetenemos para reírnos de esa vida. ¿La tra-gedia de los personajes de San Rafael deEjido?: la carencia de una verdadera iden-tidad nacional, el vacío intelectual que in-tenta llenarse -o disimularse- a partir deldiscurso altisonante y grandilocuente, ysobre todo, la imposibilidad de cambio.

En un pueblo donde nada ocurre; dondeel tiempo pasado y presente son igualesporque "nada ha cambiado", y sobre todo,donde el futuro será indefectiblemente elmismo de hace quince o veinte años; lasociedad Luis Pasteur resulta ser enton-ces un inútil eufemismo de las vacías vi-das de sus habitantes. "...desde hace quin-ce años, desde el día que murió la viudade Louis Pasteur está uno aquí todos losviernes fomentando el arte, la ciencia y laindustria y las cerámicas chibchas de SanRafael..."(Pág. 105), dice Amadeo Mier.Cada uno de los personajes lo dicen a sumanera y de acuerdo a su experiencia per-sonal o colectiva. Antonieta le dirá a Cos-me: "iQuiero pasarme un día sin escucharesa inmoralidad que haces con los dientes.iTengo quince años soportándola!"(Pág.109). Francisco Xavier: "...iPorque siemprees así, y no va a cambiar nunca (...) sonquince años diciendo lo mismo ...¿Qué ha-cemos? ¿Propongo un minuto de silencio ysigo con el orden del día? ¿Quince años desilencio?" (Pág. 131). Quince años de si-lencio, revela Francisco Xavier. Silencio quese intenta llenar con el lenguaje ampulosopero vacío de contenido, con el protocoloexagerado, con los extensos epítetos deelogio, esto es, con el ruido más que el dis-curso. Nada cambia en este pueblo (país);la acción no le sigue al discurso, al decreto.Lo que dicta el "papel" no corresponde conla práctica. Somos una sociedad de apa-riencias, de fachadas, de "gestos", o comodice Luis Britto García en su relato Manual

de supervivencia para irrecuperables: "Nogeneramos realidades, sino simulacros"(2001, 85).

En Acto Cultural el silencio es algo quese impone cuando no se tiene nada quedecir, ya que la llegada de un silencio nodeclarado haría que estos personajes es-cucharan el vacío de su sociedad, de sucultura y de sus propias vidas. Citemos denuevo a Luis Britto García (2001, 84):

La barahúnda es sustituto detodos los vacíos; la convoca-toria de reuniones inútiles, re-ducción del prójimo a contami-nación sonora (...) El estruendocon el cual se difunde un enun-ciado es inversamente propor-cional a su contenido. Ensorde-ce y vencerás (...) Nada comoel terror que se apodera de unareunión en cuanto hay un silen-cio. Más que al paso de un án-gel, se teme al de una idea.

¿Cuántos minutos de silencio fuerondecretados en Acto Cultural sólo por notener nada que decir? Incluso, el final de laobra "Colón, Cristóbal, el genovés alucina-do" no encuentra un final que no sea otroque el silencio, pues ante la indefinición deeste final lo más apropiado es invocar -pordecreto- un minuto de silencio. "El fin es lomás importante de todo" dice Aristótelesen su Poética, y en la obra de Cabrujasel silencio y las risas de la directiva de lasociedad Louis Pasteur revelan ciertamen-te la gran tragedia de este pueblo: el va-cío, la detención en el tiempo sin atisbosde progreso. Aquel que decrete el silencioha salvado los abismos de ese vacío, hacontenido con "disimulo" la verdad que nosinquieta; quizá una sonrisa inclusa, unasinceridad que amenaza o, simplemente,una idea.

Ruido y silencio -dos términos general-mente antagónicos- sirven de igual ma-nera a los personajes de San Rafael deEjido para velar sus tragedias individualesy, sobre todo, su gran tragedia social. Losextensos actos protocolares y la retóricadesmedida, son utilizados entonces como

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una suerte de comodín que suspende -pormomentos- la revelación de una verdadque nadie querría escuchar.

Pero, como ya lo dijimos, hay otra ma-nera de reaccionar frente a los conflictoso el caos: el humor. Todo deviene en larisa, única forma que tiene el venezolanode asumir un hecho lamentable o solemne.El momento más grandioso en el viaje deColón, es decir, la llegada al nuevo mundoanunciada por la voz de Rodrigo de Trianaal decir "Tierra", es representado con la li-gereza y la informalidad de la risa; es elúnico instante en que todos ríen, en quetodos -ante la consciencia de no ser vis-tos por nadie, pues el público se ha ido(si alguna vez lo hubo)- se muestran taly como son. Es este el momento en quese revela el verdadero carácter del venezo-lano, su incapacidad de asumir lo sublimecomo sublime, y su carencia de seriedad-o sinceridad- ante estos actos gloriosos.En una conferencia dictada por Cabrujas el12 de enero de 1995 en el ciclo "La cultu-ra del trabajo", el dramaturgo venezolanocomenta:

Bolet Peraza nos alertaba quea lo largo de nuestra historia,nos ha sido vedado lo sublime,el sentimiento trágico. El vene-zolano no asume la tragedia,porque la tragedia expresa unafe del hombre en sí mismo (...)Así, el país que habitamos, sunaturaleza escénica, sus imá-genes, lo que ha creado comoimagen es una picardía, un actode sátira de sí mismo, así nosllamamos un país de humor, aveces de buen humor y otrasde mal humor 2'.

Así, Cabrujas, como también la SociedadLouis Pasteur, lo que hace es desheroificarla historia de Colón. Se representa estaobra para llenar vacíos culturales e inte-lectuales, y sobre todo, como excusa pararevelar las tragedias personales de cadapersonaje; pero por supuesto, bajando esa

2 www.analitica.com/bitblioteca/cabrujas/vi-veza.asp.

tragedia de su pedestal originario hastaconvertirla en motivo de risa, asumiéndolade la única manera en que la puede asumirel venezolano: el desparpajo.

En una de las confesiones de Amadeo,éste le cuenta a Cosme la posición ridículay absurda que éste asumió ante un hechotan terrible como es la traición de una mu-jer. Hecho que en la tragedia antigua hu-biera ocasionado la muerte de alguien o eldesgarramiento del ser, pero Amadeo, porel contrario, profirió a su mujer un discursosobre la moral y el honor, donde sólo laretórica vacía de contenido emocional pre-valecía. Es en este momento cuando Ama-deo escucha por primera vez su voz, estoes, tiene conciencia de la importancia queéste le atribuye a la "forma" por encimadel contenido. "Es la patria una cuestiónde acento", dirá Purificación. La aparienciaes lo que importa, o como lo dice FranciscoXavier: "Lo que importa en San Rafael es elgesto" (Pág. 131). Así, en este preciso mo-mento, Amadeo tiene plena consciencia dela actitud absurda que ha asumido frente asemejante hecho, diciendo:

Mi voz, Cosme. Sentí mi voz.Comencé a escucharme y eraun milagro, una elocuencia in-creíble, aquella certeza, aquellaprecisión casi gramatical quehabía en mi rabia. iLa gramáti-ca, Cosme! iNo había nada pordentro! iHabía sintaxis! iAdje-tivos, adverbios, sustantivos,participios, concordancias deplural y una desesperada ne-cesidad de evitar los malditos"ques" galicados! iMe oía! iLapistola en la mano y yo oyén-dome...! iLe hablaba...! iY másque hablarle, le informaba...lapedagogizaba...! (...) ¿Se havisto cosa más ridícula? Yo allí,en la infamia, y hablando de losdramaturgos del Siglo de Oro...(Pág. 128)

Cada uno de los personajes van revelan-do -aunque ya todo el pueblo lo sepa- suspequeñas tragedias, van desnudándose

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mientras representan la historia trastocadade Colón. Es la última presentación de lasociedad Louis Pasteur, es su sentencia demuerte, pues se permitieron revelarse talcual son, se permitieron ser ellos mismos, yen este país, esto es "inmoral". No sabemosquienes somos, o lo sabemos y no quere-mos reconocerlo porque dejaríamos de ser"cultos". Nuestra noción de Cultura está in-mensamente alejada de la verdadera formaque tenemos de asumir la vida. La teoría escontraria a la praxis. No tenemos nuestrapropia identidad o no queremos aceptarla,por eso la tomamos prestada. Atreverse aser nosotros mismos es un error, es "an-ticultural". En palabras de Cosme: "iQuiénsabe si el Gobernador nos hubiera aumen-tado la subvención cultural...! iPero no...!iTú querías ser original...! (Pág. 150).

Por esto el pueblo se ha detenido en elgran personaje de Acto Cultural, Petit, "deorigen francés por supuesto". Él es el iconode la Cultura, la imagen de la exquisitez, esdecir, el no venezolano. Aunque ha muertohace muchos años, Petit sigue presente enla vida de estos personajes como "ejemplode Cultura". Lo sublime no se correspondecon lo que somos, a nosotros nos quedanlos "quince rones y mi culo de mi alema-na. Pero entonces me dice: ila Cultura! ...ilaobra!", como dice Cosme Paraima en unarranque de sinceridad. Este discurso sin-cero en demasía de Cosme, nos hace recor-dar un relato de Luis Britto García llamado"Puntilloso regodeo de la cultura exquisita",en el cual se resume esta noción de "cultu-ra" que ha asumido el venezolano:

La sublimidad exquisita rehuyetodo cuestionamiento de fondo:todo fondo (...) La sublimidad esforánea y extemporánea: abo-mina del aquí y el ahora, impla-cables marcos de toda creación.Tolera al pemón mientras toqueviolín y lo aprenda con méto-do japonés. Nunca tuvo tantoscisnes y hadas la literatura ve-nezolana como cuando becabaa los escritores el andino JuanVicente Gómez (2000, 53).

"Yo no sé lo que somos" dice Amadeo.No sabemos cómo definirnos, estamos enuna espera de encontrar nuestra verdaderaidentidad, estamos sumidos en una suertede letargo donde sólo se muestran las apa-riencias y el "deber ser". Una larga pausasigue a las palabras de Purificación: "iTo-dos están esperando!", el silencio se pre-senta sin anunciarse para revelar la ver-dadera condición - no del público - del servenezolano: la espera. Y es que en realidadActo Cultural es un develamiento y unadeclaración de nuestra trágica realidad: lamentira colectiva en que vivimos, un "vivirpostizo" como diría el propio Cabrujas.

La representación de "Colón, Cristóbal, elgenovés alucinado" resulta ser entonces undesastre, pues la junta directiva ha alteradolo establecido en el parlamento para descu-brir y reconocer su tragedia personal o co-lectiva. Así, Acto cultural es una tragico-media del ser venezolano, una sátira dondelo grotesco o lo absurdo se descubre; dondeAmadeo puede confesar: "Pasa que soy es-títico, Cosme. Una verdadera tragedia ínti-ma"; al mismo tiempo que Isabel la católica(Antonieta) declara su orgásmica felicidadante la llegada del "fluido de Fernando". Laobra de Cabrujas es una muestra del carác-ter doble de nuestra sociedad, donde porun lado asumimos una postura solemne yfalsa en nombre de una cultura que no esla nuestra, y por el otro, lanzamos ventosi-dades y reconocemos que "la verdad es micompadre, la verdad es el resorte medianteel cual puedo burlar la apariencia legal"3.,que la verdad son los "quince rones" o el"culo de la alemana". Recordemos lo dichopor Frye (1991, 295) sobre la estrecha re-lación entre la sátira y lo cómico:

Dos cosas, pues, son esencia-les a la sátira; una es el ingenioo humor basado en la fantasíao en un sentido de lo grotes-co o de lo absurdo; la otra esun objeto que atacar. El ataquesin humor, o reprobación pura,

3 El estado del disimulo. Entrevista a JoséIgnacio Cabrujas. p. 12.

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constituye uno de los límites dela sátira.

Nos reímos de la exagerada parafernaliaprotocolar de Acto cultural, porque logra-mos identificarnos y reconocernos en ella;nos reímos de la cotidianidad en que se re-presenta "Colón, Cristóbal, el genovés aluci-nado", porque la historia solemne nos aburrey nos desvincula con lo que realmente somos.Queremos ser una sociedad "apolínea", comodice Cabrujas, pero lo que dice "el acta" ola ley no se parece en nada a nosotros. Pre-sentamos a un Colón que "duerme a piernasuelta", gritamos -en pleno acto- desde elescenario buscando a nuestra madre y pre-guntando a los invitados por ella, queremossubir al Olimpo e inmediatamente alguiennos sujeta de los pies para recordarnos dedónde somos, y llamamos a las obras de arte"cositas culturales".

Honorables amigos y distinguidos dis-crepantes de estas líneas, excelentísimoslectores; escuchemos nuestra literatura."Numerosos son los derechos que tieneque conquistar el venezolano real paraigualarse con el pueblo mítico que describela Constitución. Acaso el primero de ellossea el derecho a nombrarse a sí mismo"(Britto G. 2000: 115).

Proponemos un minuto de silencio.

BibliografíaAristóteles (1990). Poética, Caracas:

Monte Ávila Editores, C.A.Britto G. Luis (2000). Elogio del panfle-

to y de los géneros malditos, Mé-rida (Venezuela): Ediciones El Librode Arena. (2001). Golpe deGracia, Mérida (Venezuela): Edi-ciones El otro, el mismo.

Cabrujas, José I. (1989). El día que mequieras. Acto cultural, Caracas:Monte Ávila Editores, C.A.

Cabrujas, José I. y otros (1980) Esta-do y Heterodoxia, Caracas: VadellHermanos Editores.

Frye, Northrop (1991) Anatomía de lacrítica, Caracas: Monte Ávila Edito-res, C.A.

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Cuevas: Un pintor de imágenes narrativas

I

Iliana Morales GollarzaInstituto de Investigaciones Literarias y Linguís-ticas. Universidad del Zulia.Maracaibo, Venezuela.

Resumen: La mirada de un observadorcomún es el punto de partida de la reflexiónde este trabajo. A partir de la pintura deLuis Cuevas hago referencia a la presen-cia de algunos elementos que me permi-ten organizar unas imágenes, desde dondees posible percibir una historia Presento lareflexión basada en la selección de cincocuadros: Vuelo de espaldas (cuadro 1), Ri-tual ( cuadro 2), Mujer en Columpio(cuadro3), Homenaje a Lam (cuadro 4).Plumario(Cuadro 5).EI hilo lector va indicando im-presiones que descubren propuestas me-tafóricas desde el color y sus expresionestécnicas. Una imagen narrativa, El instantey la certeza, Los personajes, La máscara,son cuatro partes que ordeno para darleforma a ese ojo que pasa sobre la tela yrecrea apreciaciones. Desde la observacióndel cuadro y con la complicidad de la esté-tica de recepción se ordenan algunas ideascalificadas por la intuición.

Palabras clave: Cuevas, imágenes na-rrativas, observación,sentido mágico.

1. Una imagen narrativaDesde la ayuda que puede prestar un

área teórica como la estética de la recep-ción, se construye una apreciación de lapintura del Luis Cuevas. Artista plásticozuliano, que desde los años ochenta ha re-corrido con imágenes, colores y técnicasun espacio metafórico que transita entresímbolos, figuras, caligrafías. De este pro-ceso hablan sus exposiciones. Por mencio-nar algunas señalaremos: Los Visitantes

Abstract: The sight of a common ob-server is the departure point for reflectionin this work. Starting with the paintings ofLuis Cuevas, reference is made to the pre-sence of some elements that allow for or-ganizing images from which it is possible toperceive a story. The reflection is based onfive paintings: Backward Flight (painting1), Ritual (painting 2), Woman on a Swing(painting 3), Homage to Lam (painting 4)and Plumario (Painting 5). The interpretivethread goes along indicating impressionsthat discover metaphoric proposals fromcolor and its technical expressions. A na-rrative image, the moment and certitude,the characters and the mask are the fourparts ordered to give form to that eye pas-sing over the canvas and recreating appre-ciations. From observation of the paintingsand with the complicity of the aesthetics ofreception, some ideas are ordered, quali-fied by intuition.

Key words: Cuevas, narrative images,observation, magic sense.

(1983), Canaguaras, Mananos y otros Ma-chorros (1988) Tierra de Caracoles (1989),Sobreviviente de la Magia (1990) Del sig-no a la Figuración (1991), Luis Cuevas elCanaguarte (1997) Atmósferas Encendidas(2004),Eine Magische Welt (2005), Prohi-bido cazar iguanas (2006).

A veces ver un cuadro lleva al obser-vador a imaginarse la historia que estácontada allí. Pocas veces escucha uno lahistoria que ha querido contar el pintor, y

Recibido: 20/10/06 Aceptado: 02/11/06

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