U N I V E R S I D A D N A C I O N A L D E L A P L A T A / FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

C O M U N I C A C I O N / TV3 - TURNO NOCHE - NIVEL 1 CICLO LECTIVO 2017 S q u i l l a c i o t i / J o n e s

AGUADA - LA TÉCNICA

La tinta es un líquido que contiene varios componentes como pigmentos y colorantes y se utiliza en este caso para crear tintes. Posee versatilidad para otros usos,

pero nos centraremos en lo que sigue. Habremos oído hablar de la tinta China, que es la protagonista principal de ésta técnica. Es originaria de Asia, y se fabrica con

diferentes compuestos como metales, cascaras de diferentes semillas y animales marinos como el calamar o el pulpo y algún que otro aglutinante.

Estas técnicas se utilizan mezcladas con agua y sus aplicaciones son diversas. Nosotros nos centraremos en lo que se llama " Aguada "; aquí la tinta se utiliza mezclada

con agua en diferentes proporciones, su principal aplicación es con pincel, aunque por necesidad, nada impide utilizar plumas en determinados trazos. Los efectos que

se consiguen son variados. Unas veces, se refuerzan simplemente las sombras, otras, el pincel añade detalles en las partes oscuras. La aguada aporta al dibujo nuevas

calidades luminosas y cromáticas.

A partir de la Edad Media, los artistas comenzaron utilizando la aguada para dar más veracidad y vida al dibujo, ya que completaba la representación lineal al añadir el

juego de luces y sombras, que representaba mejor el modelado. Por medio de un pincel que mojaban en una solución teñida, pálida y transparente, o en agua pura,

distribuían una parte de los pigmentos presentes en el dibujo. Algunas veces reforzaban el efecto de sus aguadas, o aumentaban su atractivo, repasando el pincel

húmedo sobre algunas partes del dibujo, secas o no. La clave de una buena técnica de la aguada reside en una buena estimación del reparto de la luz en el dibujo, que

debe ser enseguida plasmada con una aguada más o menos diluida. Al poseer una amplia gama de tonos, el éxito dependerá de la ejercitación y experimentación de la

técnica, que permitirá una evaluación y una comparación meticulosas de sus matices, observados en todo el trabajo. Por consiguiente, en el hacer, conviene actuar

prudentemente y proceder a aumentar la intensidad tonal de tal o cual parte sólo tras una detenida reflexión.

Todos los matices de pardo, nogal, bistre, índigo, caolín verde, tinta neutra, sanguina, negro de carbono, son apropiados para la aguada, así como la acuarela parda. Se

puede aplicar sin problemas en los dibujos a lápiz y a pluma y con precaución sobre el pastel, la tiza y el carboncillo.

La aguada es una técnica acumulativa, se comienza por aplicar capas pálidas y transparentes, añadiendo capa sobre capa -sin perder nunca de vista el conjunto del

dibujo- hasta obtener los tonos más oscuros. Es difícil rebajar la intensidad de un tono aplicado ya sobre el dibujo, por lo que el exceso de tinta habrá siempre que

evitarlo. La aplicación de capas sucesivas, gradualmente más oscuras, pero siempre transparentes, produce ese efecto de sombras aterciopeladas. El procedimiento

requiere mucha paciencia, ya que hay que esperar que una capa se seque antes de aplicar la siguiente.

PREPARACIÓN DEL PAPEL:

Debemos utilizar papeles destinados a técnica húmeda. Estos tipos de soportes necesitan una preparación particular antes de empezar a utilizarlos.

La principal diferencia entre ellos es la densidad del papel, que se mide en gr./m². A mayor gramaje, mayor capacidad para soportar carga de agua. A partir de 130

gr./m² se puede trabajar con técnica húmeda, pero se corre el riesgo de romper el papel, en cambio con papeles de 240 o superior son más seguros. Otra diferencia es

la textura de la superficie puede ser lisa o rugosa. Cada una de estas dos cualidades dejará un acabado distinto (a criterio de cada uno).

TENSADO DEL PAPEL:

El papel antes de usarlo hay que estirarlo, para que pueda soportar los lavados con agua sin deformarse. La manera más fácil de realizar esto es la siguiente:

Asumiendo posición inclinada, se rocían ambos lados de la hoja, mediante cubrimiento rápido y veloz para evitar empapar el papel (puede utilizarse rociador, pincel o

brocha).

Se deja que absorba el agua durante un tiempo breve (se irá notando la hinchazón de papel). Inmediatamente se pegará al tablero, con cinta de papel. Una vez seco,

recuperará su tamaño original y quedará una superficie tensa y firme, ideal para trabajar después.

El proceso de secado tiene que hacerse en posición horizontal (con peso encima) y despacio para que no seque antes por algún lado, creando tensiones en el papel,

que pueden romperlo o deformarlo. Cuando esté completamente seco, se retira del tablero.

PINCELES: Lo normal es que sean los mismos que se utilizan para acuarelas, son

los idóneos para técnicas líquidas, variaran el nº dependiendo para

qué lo utilicemos.

TINTAS:

Existe una variedad importante de marcas y calidades, con lo cual es

aconsejable probar y elegir después.

APLICACIÓN DE LA TÉCNICA

Bibliografía sugerida:

disponible en Biblio/FAU

http://www.biblio.fau.unlp.edu.ar

-Harrison, Hazel. (1998)

Enciclopedia de técnicas de

acuarela. Buenos Aires. La Isla

-Harrison, Hazel. (1993) Escuela de

acuarela: guía práctica para pintar

con acuarela. Barcelona. Edunsa.