En esta noche tan especial, he sido el elegido para pronunciar éste brindis, algo de lo que siento muy honrado y agradecido.

¡Felicidades papá! ¡Felicidades mamá! Su boda fue, sin duda, una gran idea: solo hay que ver los hijos tan estupendos que tienen: Walter aquí presente, Cristhian, que por motivos laborales no ha podido estar aquí, pero que también es participe de esta alegría, Junior que desde el Cielo nos protege y llena de bendiciones y quien les habla… hoy que es vuestro aniversario, queremos darles las gracias por su amor, por su ejemplo y por habernos convertido en el centro de sus vidas.

Somos muy afortunados por tenerlos como padres.

Un matrimonio excepcional no se da cuando se casa una “pareja perfecta”. Se da cuando una pareja normal aprende a convivir y amarse con sus diferencias.

He sido testigo de lo difícil que ha sido llegar adonde están, pero siempre se han prodigado tanto amor y comprensión y es por eso que la celebración debe ser diaria. Todos los días debemos brindar por ustedes, por su amor, por su ejemplo de vida.

Hace 40 años sembraste una semilla con su Boda, día a día la fuiste regando y cuidando a pesar de las dificultades. El árbol creció y dio sus frutos, de sus ramas salimos sus hijos y después sus nietos, que los quieren muchísimo, hoy es un árbol frondoso lleno de amor. Queremos agradecerles todos sus esfuerzos en estos años y la felicidad que nos han dado.

¡Felices Bodas de Rubi!