breve guía de introducción a la ecología política - palacio
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Volumen 9 - No. 3 Diciembre de 2006 Gestin yAmbiente
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Recibido para evaluacin: 10 de Octubre de 2006Aceptacin: 13 de Diciembre de 2006Recibido versin final: 19 de Diciembre de 2006
Breve gua de introduccin a la Ecologa
Poltica (Ecopol):Orgenes, inspiradores, aportes y temas deactualidadGermn A. Palacio C.1
RESUMEN
La propuesta metodolgica de la ecologa como campo de la diversidad, complejidad e
interconectividad debe ayudar a responder a problemas de interseccin de distintas disciplinas,entre ellas la historia ecolgica o ambiental, la economa ecolgica y el tema que nos ocupa, la
ecologa poltica. Este artculo se concentra en unos temas que considero claves de la literatura
producida. Entre ellos, los trabajos con impacto epistemolgico de carcter poltico
emancipatorio y los que apuntan a la fundamentacin jurdico-poltica de la cuestin ecolgica.
Resalta algunos autores latinoamericanos. Plantea unos temas centrales de la agenda de
investigacin, entre ellos, los temas de gobermentalidad seguridad biodiversidad y justicia
ambiental. La Ecopol debe ser una reflexin en torno de las relaciones de poder y saber sobre la
naturaleza y su apropiacin, transformacin, produccin y control.
PALABRAS CLAVE: ecologa poltica poder naturaleza gobermentalidad seguridadbiodiversidad.
ABSTRACTThe methodological approach of ecology as a field of diversity, complexity, and
interconectivity should help to answer problems of intersection between different disciplines such
as ecological or environmental history, ecological economics, or politcal ecology. This article
presents certain relevant themes related to epistemology, emancipation, and legal and political
bases of the ecological question. It underlines contributions of several Latin American authors,
and central research topics such as governmentality, security, biodiversity, and environmental
justice. Political Ecology is a political concern about power and knowledge problem s on social
fabrication, distribution and control of nature.
KEY WORDS: ecologa poltica poder naturaleza gobermentalidad seguridadbiodiversidad.
1. PhD. Historia. Profesor Titular,Universidad Nacional deColombia-Sede [email protected]
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1. INTRODUCCINUna dcada y un lustro despus de las ms amplias, discutidas, celebradas y divulgadas
reuniones mundiales la oficial y la paralela- en torno del cuidado del planeta y de la armonizacinentre el desarrollo y las preocupaciones ambientales 1 , el estatus de tal preocupacin ha regresado
a un relegado segundo o tercer plano. Ello ha ocurrido en la agenda poltica del ms poderoso
Estado del planeta, liderado por magnates petroleros y sus asociados, pero tambin en la de
nuestro pas, liderado por empresarios legales y en trance de legalizacin y tambin por ganaderos.
En ambos casos, ha tenido lugar en el marco de un temor generalizado a un enemigo vagamente
definido como terrorismo, lo que ha arrinconado polticamente al pas en la esquina noroccidental
de Suramrica bajo la presin de los Estados Unidos, de un lado, y buena parte de los pases
suramericanos, de otro.
La prdida de estatus de los temas ambientales tiene un trasfondo poltico-institucional.
La reforma institucional de 2003 del Ministerio de Ambiente en Colombia,2 hace parte de la
regeneracin patritica y conservadora que slo tiene parangn con la que ocurri a fines del
siglo XIX,3 y exige una reflexin de fondo sobre lo que est ocurriendo en el mbito transdisciplinario
de lo ambiental. Ello nos llev, no simplemente a tratar de reflexionar sobre la poltica ambiental,
sino de manera ms profunda y ambiciosa, sobre ecologa poltica. Como el tema de la ecologa
es dominado por el pensamiento biolgico, no fue fcil lograr presentar esta reflexin con el
rtulo que le corresponde. Por ello este artculo pretende tener, entre otros interlocutores, a
acadmicos provenientes de la biologa y hace un esfuerzo por colocar las bases de un dilogo
con ell@s. Igualmente, este artculo aspira a iniciar una conversacin con toda la gente interesada
en poltica, incluidos, l@s politlog@s y por supuesto, los polticos. El descrdito de los polticos
no debera hacernos olvidar que muchos cambios son ms ar duos de lograr sin una participacin
en poltica y de l@s poltic@s.
Dicho lo anterior, tambin es cierto que el propsito central de este artculo es presentar
ante la comunidad acadmica nacional la trayectoria, aportes y algunos temas centrales de la
ecologa poltica, un campo poco reconocido en el pas. Como teln de fondo, el proyecto de
Fortalecimiento del Saber y la Gestin Ambiental Amaznica de la Sede Amazonia de la
Universidad Nacional de Colombia coorganiz junto con el grupo de trabajo de Ecologa Poltica
de CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) y el grupo de investigacin de
Historia, ambiente y poltica, un seminario internacional a fines del mes de octubre en la ciudad
de Leticia. Este artculo y los que siguen hacen parte de las labores realizadas con ocasin deesa reunin.
Si bien esta divulgacin es el propsito central de este artculo, hay que reconocer una
limitacin, antes de entrar en materia. Debido a que este campo est en formacin, particularmente
en nuestro pas, aunque puede ser ms familiar para militantes ambientalistas que para
acadmic@s,4 una parte de esa literatura no se ofrece con el rtulo de ecologa poltica. Esto
hace ms complejo este esfuerzo. De hecho, ella es mucho ms amplia y requiere un esfuerzo
de revisin ms exhaustivo. Por ahora, aspiro a que lo se presenta aqu sea suficiente ilustrativo,
orientador e inspirador, por lo que, de antemano, presento excusas por vacos u omisiones.
Aunque los otros artculos que suceden a ste permitirn ampliar el panorama, la idea es recibir
retroalimentacin a posteriori por aquellos que interesados en contribuir al debate. Todas sus
crticas y aportes son bienvenidos para una labor que, en el marco de la academia, es ms bien
pionera en el pas.
1. ETIMOLOGA, CONVENCIONES Y POLISEMIAA primera vista, se puede afirmar que la ecologa poltica es la reflexin p oltica en torno
de temas o problemas ambientales. Este modo simple de plantear el asunto exige aclaraciones
ya que la ecologa regularmente se concibe como una especializacin de la biologa.
Precisamente, es@s bilog@s suelen reaccionar con extraeza a la expresin ecologa poltica.
Ella normalmente no se ensea ni se aprende en los doctorados de ecologa. La pregunta es
1 Cumbre de la Tierra de Rio deJaneiro, 1992.
2 El Ministerio del MedioAmbiente fue sustituido en 2003por el Ministerio de Vivienda,
Medio Ambiente y DesarrolloTerritorial, de modo que en la
prctica se redujo el estatus de lostemas manejados en el anteriorministerio, adems de que lostemas ambientales han sidorelegados detrs de prioridades deseguridad nacional, llamadademocrtica.
3 La reaccin conservadora defines de siglo XIX al predominioliberal que inicialmente fuebautizada como Regeneracin yque dio lugar a un perodo dehegemona conservadora que
perdur hasta 1930, tiene algo deparecido al perodo actual en queun presidente liberal est
realizando una agenda ideolgicapatritica de derecha.
4. ONGs tales como Ecofondo,Ilsa, Censat-Agua Viva,
Ambientalistas en Accin, entreotras, tendran menos problema
para reconocer y adentrarse en ladiscusin de la Ecopol que losacadmicos mismos. Ver porejemplo el texto producido porCensat, con autora deHildebrando Vlez (2006) llamadoEcologa poltica de la energa.
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entonces: en que sentido puede ser poltica la ecologa? Para prestar una respuesta convincente
y despejar esa extraeza escptica, vale la pena avanzar por partes y realizar una indagacin
sobre la etimologa del concepto.
Tanto la ecologa como la economa tienen una raz comn de origen griego, oikos, quequiere decir casa. Sabemos que la economa, que tiene una tradicin acadmica ms larga que
la ecologa, por sus races, debera ser el estudio del manejo del hogar. 5 No obstante, la economa
moderna normalmente se refiere al manejo de asuntos externos al hogar, en este caso, el
mercado. Como se ve, su origen etimolgico, no corresponde con precisin a lo que realiza la
disciplina. Esto no debera sorprender ya que tanto lo que hacen la una como la otra no derivan
exactamente de sus races etimolgicas, sino se refieren a asuntos convencionales, como
veremos enseguida.
Si los dos conceptos comparten una raz comn, la diferencia entre economa y ecologa,
eventualmente, se podra encontrar, no en el prefijo compartido eco sino en su sufijo diferenciado,
es decir, nomos, de un lado, y logos, de otro. Permtanme desalentarlos. 6. Ambos sufijos
tienen significados comunes: uno que es importante resaltar es la acepcin de ley y de norma
pero tambin de ciencia. Nadie pondra demasiado nfasis en estas diferencias ya que hay usos
de nomos y logos especficos como en el caso de astrologa y astronoma. El reconocimiento
cientfico se le concede al sufijo nomos, en astronoma, mientras a la astrologa slo se leconcede un carcter paracientfico con su toque de esoterismo. Todo esto, en realidad, conlleva
a que la discusin sobre la luz que eventualmente pueda arrojar la indagacin sobre races
etimolgicas de economa y ecologa pueden ser bizantinas ya que los conocedores saben que
la ecologa poltica tiene unas importantes races en la economa poltica. Se trata ms bien
de denominaciones que obedecen a convencionalismos que responden al uso de quienes
han escrito, desde hace ms de unas cuatro dcadas, sobre temas ambientales que tienen
implicaciones o explicaciones de corte poltico.
Lo anterior nos conduce a otro tipo de esfuerzos intelectuales: cuando la ecologa se la
concibe como un campo especializado de la biologa, casi naturalmente se excluye, en unos
casos, o relega, en otros, al ser humano a un ltimo lugar en el contexto del conjunto de relaciones
entre seres bitios y abiticos que explora el campo de la ecologa. Los esfuerzos de eclogos,
en este sentido, son loables, aunque normalmente simplifican las lgicas culturales, polticas o
sociales que hacen a los seres humanos distintivos frente a otros animales. As, la trada que
constituye el ABC de la ecologa, ecosistemas, comunidades y poblaciones se podra aplicar a
esos seres biolgicos conocidos como humanos. En otros casos, como en la socio-biologa
(Wilson, 1975) pretenden extrapolar el conocimiento biolgico hacia la sociedad en un ejercicio
que por su determinismo, entre otros problemas, ofende a la comunidad cientfica de las ciencias
sociales.
La seduccin intelectual y social generada por la nocin de ecologa como un concepto
que expresa diversidad, complejidad e interconectividad (Ricklefs y Miller: 1999, p.3) desde la
dcada de 1960, gener una polisemia del trmino, por lo cual se empez a utilizar en
combinaciones variadas, sin que exista un texto fundador en sentido estricto. Ms que una
expansin de las reglas de la ecologa a los humanos como lo habran intentado de manera
tmida grandes eclogos como Odum (1957), por ejemplo, ha inspirado el surgimiento de variados
grupos intelectuales a bautizar como ecologa a otras reas emergentes del conocimiento
acadmico. Este es el caso, por ejemplo, de la economa ecolgica, que se preocupa por
cuestionar el olvido sobre la naturaleza en que incurre la economa que se volvi exclusivamente
crematstica, es decir de mercado, y que en la economa ambiental es reincorporado como
externalidades. Estos economistas ecolgicos estudian el uso de energa y materiales enecosistemas en que viven seres humanos (Martnez Alier y Schlpmann, 1991, p. 11). Esta rea
de trabajo intelectual adquiere caractersticas especficas de conformidad con su preocupacin
inicial que se diferencia de la ecologa, en su sentido ms convencional, que es el sentido
biolgico, ya que introducen a los seres humanos.
El caso de la historia ambiental es tambin muy ilustrativo. Por ejemplo, hasta
prcticamente bien avanzado el siglo XX, la historia como disciplina era considerada un asunto
de agencia humana y la naturaleza o los ecosistemas carecan de esa cualidad estrictamente
humana. Como se sabe, desde fines del siglo XIX, se empez a aceptar la idea de que la
5. Para hacer un contraste simple,el gran autor de la economa
poltica Adam Smith public suRiqueza de las Naciones en 1776,inspirado en antecesores fisicratasfranceses, mientras que el trminooikos, atribuido a Haekel seremonta a 1864.
6. Mientras nomos est asociadoa uso, costumbre, manera orden,derecho fundamento, regla,norma prescripcin, ley mxima,opinin general modalidadmusical, meloda y cancin, logosse refiere a algunos asuntossimilares: mxima, sentencia,
palabra dada discurso,conversacin razonamiento,argumento relato, narracin,
prosa tratado, razn, inteligencia,juicio, ley, o ciencia.
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naturaleza fuera aprehendida como un objeto de evolucin, como en la geologa y en la historia
natural (no humana), pero no de Historia. La crisis ambiental y algunos intentos por otorgar
algn tipo de subjetividad o de agencia a la naturaleza forz a pensar a los historiadores en
formas creativas de incorporarla en sus anlisis de manera ms activa, en un esfuerzo que slo
recientemente empieza a tener frutos (Palacio, 2003). De hecho algunos historiadores usaron laexpresin ecolgico, como en el caso del Imperialismo ecolgico de Alfred Crosby (1986) para
narrar la historia de la expansin biolgica de Europa, la cual, a pesar del ttulo, es histrico de un
modo que incorpora conocimientos de geologa, arqueologa, agronoma, zoologa y
epidemiologa.
En sntesis, la nocin de ecologa, que si bien es utilizada con mucho xito como
especializacin de la biologa, no tiene una acepcin nica. Tiene ms de cinco dcadas de uso
variado en particular en la modalidad de ecologa poltica, de modo que su comprensin como el
estudio de las relaciones de los organismos entre s y con su entorno se extiende ms all de
la biologa, en la medida que el entorno incluye toda el rea de lo social y, en consecuencia,
incluye lo poltico. Esa manera metafrica de usar la nocin de ecologa ha dado lugar a una
expansin del trmino, como es el caso de la versin del filsofo francs, Flix Guattari (1990)
quien se ha referido a las tres ecologas, la del ambiente, la social y la del espritu. En conclusin,
la nocin de ecologa es polismica.
2. ORGENES INTELECTUALES, ENFOQUES Y DEFINICINLos textos especializados remontan la utilizacin de la expresin ecologa poltica a un
escrito del antroplogo Eric Wolf publicado en 1972. La antropologa y la arqueologa asociadas
a la ecologa humana, que estudia las estrategias adaptativas de los humanos frente a diferentes
ecosistemas, tuvieron una importante influencia en esa formacin pero su enfoque era muy
ecolgico y poco poltico.7 El trmino de ecologa poltica, acuado por tarde en los 1970s, fue
asociado a problemas de acceso y control sobre los recursos y el mal uso de la tierra, y trat de
juntar enseanzas de la ec ologa con la economa p oltica. Peet y W atts (2004, 9) afirman que s us
orgenes intelectuales provienen de la fusion entre la ciberntica y la teora de sistemas de
Gregory Bateson y Howard Odum la ecologa cultural y antropolgica ya mencionada, incluyendo
a Julian Steward, Peter Vayda y Roy Rappaport y los trabajos sobre riesgos y desastresambientales. Sin embargo, ellos subrayan que las preocupaciones de la economa poltica
cambiaron cualitativamente el asunto, al introducir los temas de pobreza, campesinado,
marginalidad y otros conceptos de la economa poltica crtica. Por regla general, se reconoce a
la economa poltica en las races de la ecopol.8 Probablemente nadie cuestionara entre los
aportes inspiradores, los de la geografa de la Escuela de Berkeley, particularmente, a Carl
Sauer.
As como la Ecopol tiene variadas fuentes inspiracin, hay definiciones diversas, las cuales
han ido cambiando de nfasis con la dinmica de la comprensin de los problemas amb ientales.
Tal vez cuatro son los enfoques con ms trayectoria: el primero, se concentra principalmente en
los problemas rurales y campesinos, como en el caso de E. Wolf (1972) pero tambin en el de
Blaikei y Brookfield (1987) que se enfoca en la degradacin del suelo en una mirada que busca
explicar los cambios sociales en trminos de clases y grupos en relacin con los recursos de la
tierra. Otra vertiente que puede tener como texto de referencia an ms remoto es el de Cockburn
y Ridgeway (1979) que examina los movimientos ambientales en Estados Unidos y Europa y losmalos manejos de las corporaciones y el Estado en relacin con los problemas ambientales
urbanos y rurales se podra decir que incorpora los enfoques de los nuevos movimientos
sociales.9 En tercer lugar, la importancia de la ecologa poltica marxista no puede ser descartada
y uno de los textos pioneros, poco mencionados en la literatura anglosajona, que siempre viene
a la mente es el del socilogo francs Andr Gorz (1980), aunque una visin ms contempornea
puede ser la presentada en la coleccin ms reciente de James OConnor (1997) con una
pregunta central sobre si el capitalismo es o puede ser sostenible. No podra excluirse de estas
referencias ilustres la propuesta de Joan Martnez Allier (2005) y su ecologismo de los pobres.
7. Augusto Angel (1995), porejemplo, con su esquemaEcosistema-Cultura mediado porla tecnologa, es el de JulianSteward (1946-59).
8. Existe una versin de economapoltica clsica que tiene unossupuestos que pretenden sertcnicos o cientficos como fuentede decisiones polticas. Se tratade las tesis de origen malthusianosobre los problemas ambientales.En mi opinin, no se trata de unaecologa apoltica (Robbins,2004), sino en los difundidosanlisis ambientales basados enla demografa que considera,desde comienzos del siglo XIX, quenos enfrentaramos a una crisis
producida por el contraste delcrecimiento exponencial de la
poblacin y el crecimientoaritmtico de la produccinalimenticia que pronostica quehabr mucha ms gente quecomida en contrastantes
proporciones eventualmentecatastrficas.
9. Un texto reciente que mira elproblema en ese mismo sentidoes el de R. Bryant y S. Bailey(1997) al considerar dentro de losactores ms relevantes al Estado,las instituciones multilaterales, lascorporaciones y empresarios
privados, las organizaciones nogubernamentales y a losmovimentos de base. Es notablela ausencia de los partidos polticosambintales los cuales no puedendejar de considerarse.
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Todas estas aproximaciones se fundan en enfoques que no dan la primaca a la poltica
como tal sino a las fuentes del poder poltico, es decir a la economa, o la sociedad y sus clases
y formas de organizacin. Este relegamiento conceptual de la poltica ocurre en otros estudios
que se reconocen como ecologa poltica. Este es el caso de la Ecopol de algunos gegrafos
(Zimmerer y Basset, 2003), por colocar un ejemplo, que intentan integrar la geografa con losestudios ambientales.
En cambio, deberamos buscar una definicin que coloca en el centro lo poltico, sin dejar
de reconocer e incorporar los aportes de los trabajos referidos. Si bien, la ecologa es tomada
como m etfora de las interconexiones de las relaciones polticas, (Forsyth : 2003, p. 3) la
Ecopol estudia las relaciones de poder en torno de la naturaleza o, si se quiere, en torno de los
ecosistemas o el paisaje que parecen ser las formas contemporneas del discurso sobre la
naturaleza.
Con estas advertencias, se puede ensayar una definicin que lejos de pretender
descalificar cualquiera otra definicin particular, en un campo que est en formacin, implique
una perspectiva que incorpore los aportes de los antecesores pero que sea claramente poltica.
Por ello, propongo que la Ecopol es un campo de discusin inter y transdisciplinario que reflexiona
y discute las relaciones de poder en torno de la naturaleza, en trminos de su fabricacin social,
apropiacin, y control de ella o partes de ella, por distintos agentes socio-polticos. Al referirme arelaciones de poder, tomo una perspectiva de la poltica en sentido amplio, que desborda lo
estatal, gubernamental o pblico. Desde este punto de vista, la ecologa poltica no piensa la
poltica slo como los asuntos ambientales de las polticas gubernamentales, sino de manera
ms amplia, las jerarquas y asimetras de diferentes campos de relaciones de poder en torno
de la naturaleza, ya sean de clase, de gnero, tnicas o electorales pueden ser tambin locales,
regionales, nacionales, internacionales o basadas en otra categora con relevancia o
implicaciones polticas. Esta Ecopol no se restringe slo a asuntos definidos por el estado
territorial sino, como corresponde a las caractersticas transfronterizas e interconectadas de la
naturaleza, su agenda va ms all de la poltica del estado central o federal e incorpora las
escales interconectadas de lo glocal10 .
Igualmente, la ecologa poltica discute los aspectos de la fabricacin, construccin o
sistematizacin social de la naturaleza no slo en cuanto a los asuntos materiales, como tales,
sino a su construccin imaginaria o simblica. Por ello incluye la forma como la sociedad, de un
lado y la ciencia, de otro, se imagina o inventa las nociones de naturaleza y lo que considera
problemas ambientales. Estos imaginarios tienen implicaciones polticas. As por ejemplo,
durante el siglo XIX y buena parte del siglo XX, el trpico fue visto bajo lgicas colonialistas e
imperialistas como lugares malsanos, poblado de gente indolente y perezosa, en contraste con
la zona templada. La misin colonialista era civilizar esos trpicos.
Esa Ecopol reconoce los aportes de la economa poltica de modo que analiza los
procesos de apropiacin de la naturaleza, por lo cual revisa su circulacin, distribucin y consumo.
Ello incluye los agentes que participan en ese proceso de elaboracin las formas de su
constitucin en mercanca desde el punto de vista econmico y en bien desde el punto de vista
jurdico. De all se derivan las modalidades y disputas en torno de su apropiacin, usufructo y
control de la naturaleza. En consecuencia, tambin analiza las disputas, luchas y negociaciones
de esos agentes, lo que deriva en los problemas econmico-polticos de justicia ambiental.
Las relaciones de poder sobre la naturaleza incluyen la construccin histrico-social de la
misma, de los ecosistemas y de la ciencia de la ecologa. Por ejemplo, la lucha por la tierra fue,
por mucho tiempo, el elemento fundamental de la naturaleza a estudiar por los interesados enlas preocupaciones econmico-sociales. Era tambin el trasfondo de la hegemona y dominacin
poltica. Hoy en da, la tierra ve crecer un foco de atencin recientemente descubierto en la
irrupcin de la biodiversidad, como un aspecto fundamentalmente valioso de la naturaleza. Y la
lucha por la tierra puede estar cediendo paso, en algunos aspectos, por su carcter estratgico,
a la lucha por la biodiversidad. Por ello, el escenario de esa disputa es nacional y local en el caso
de la tierra, mientras que es glocal en el caso de la biodiversidad.
Una vez planteada una definicin, en reconocimiento a la trayectoria de la Ecopol, destaco
algunas reas de reflexin y lneas de investigacin que hacen parte los debates de actualidad
10. Lo glocal incorpora los procesoscomplejos de intereaccin de loglobal con lo local que los procesosde globalizacin contemporneoshan redefinido profundamente.
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y que concentran buena parte de las energas de la Ecopol. Subrayo: la crtica epistemolgica el
cambio ambiental emancipador y la fundamentacin jurdico-poltica que implica la crisis
ambiental global. Esto ser presentado en la siguiente seccin para en la siguiente resaltar
algunos de los aportes latinoamericanos.
3. DEBATES DE ACTUALIDAD PLANTEADOS DESDE LA ECOPOL La Ecopol como crtica epistemolgica: uno de los esfuerzos tericos de la Ecopol se
orienta a examinar las formas de reconocimiento y validacin del saber sobre la naturaleza,
incluidas las formas de p roduccin de saber cientfico. Aunque la Ecopol se inspira en el
conocimiento y propuesta metodolgica de la ecologa, discute los cimientos epistemolgicos
de ese conocimiento. Por ello, la crtica es una parte clave de la Ecopol. Trata de examinar la
relacin entre la produccin de saber y su ejercicio. En esta direccin los libros de Phillip Scott
and Sian Sullivan (Ed., 2000) y de Tim Forsyth (2003) son dos aportes recientes de gran utilidad.
Al propor cionar una filosofa poltic a de la ciencia ambiental, estos autores consideran
que la ciencia no puede ser analizada haciendo abstraccin de la poltica (Forsyth, 2003, xiii).
Cuestionan la creencia ms bien ciega en los cientficos, a quienes se les concede la ltima
palabra de las explicaciones sobre los problemas ambientales. Afirman que, en ocasiones, las
leyes ambientales tienden a ser generalizaciones empricamente no siempre sostenibles. Scott
y Sullivan (2000, 1), en particular, examinan la creacin y legitimacin del conocimiento ambiental,
al tiempo que cuestionan las narrativas ambientales que se fundan en un poder basado en la
Gran Conversacin de la ciencia reificada. Cuestionan la genealoga de las narrativas
ambientales como un asunto de fe, porque tienen la apariencia de la ciencia. Trabajan sobre
la idea de que hay unos mitos surgidos del discurso cientfico ambiental. Entre ellos, los principales
son las ideas linerales, simplistas y progresivas de deforestacin, degradacin y deterioro del
medio como soporte de las formulaciones cientficas y las compresiones populares (Scott y
Sullivan: 2000, p. 5). Junto con las explicaciones cientficas postulan que hay un proceso de
coproduccin de ciencia ambiental junto con activismo politico (Palacio y Ulloa: 2003, p.4) Un
problema a considerar es que hay una poltica de la ecologa que es legitimacin de una poltica
ambiental.
Esta rea de la Ecopol debe considerar no solo la Gran Narrativa a que se refieren los
autores mencionados, sino debe reconocer las formas locales del saber, en contraste con el
produccin del saber y la verdad dominante, no solo cientfica sino meditica de carcter global.
El reconocimiento y validacin del saber local tienen implicaciones econmicas y jurdico-polticas,
particularmente, cuando los desarrollos tecnolgicos asociados a la biodiversidad son fuente
clave de la acumulacin real o potencial de excedentes. Para hacerse una idea de la importancia
de esta discusin, ella se puede parangonar con la disputa sobre el saber fabril que tuvo lugar a
comienzos del siglo XX a travs de la lucha por la imposicin del taylorismo y el fordismo sobre
los trabajadores en los procesos industriales. Ahora se trata del proceso de produccin de la
vida. De todos modos, una actitud crtica hacia el saber cientfico que produce una cierta verdad
ambiental y el reconocimiento de los saberes locales sobre la naturaleza hacen parte de la
agenda de la Ecopol.
La Ecopol como propuesta emancipatoria: un buen ejemplo de esta perspectiva es la
coleccin de Richard Peet y Michael Watts, (2004). Visto como poltica y objeto acadmico, la
Ecopol implica una posicin de cambio ambiental y justicia social liberadora. Como subrayan loseditores, Las luchas sobre los recursos descansan en el centro de las luchas sobre el poder
(Peet y Watts: 2004, p. xiv). La naturaleza est profundamente involucrada en las identidades
polticas del siglo XXI (p. 4).
Un buen ejemplo de esta crtica poltica es el artculo de Mike Davis (2004, p.48-63), quien
elabora sobre la Ecopol de las hambrunas que encuentra en las races de las ideas sobre el
Tercer Mundo. Davis estudia las hambrunas que ocurrieron en el siglo XIX en muchas zonas
tropicales y que hoy relacionamos con el fenmeno del Nio. Estas hambrunas acompaaron al
perodo poltico liberal que recomendaba que el Estado no debera atender los problemas sociales.
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Un resultado de semejante coincidencia ayud a producir la idea de las hambrunas son sinnimo
de Tercer Mundo. Se trata de una visin que incorpora tanto la historia ambiental como la economa
poltica (Davis, 2004, p.48-63).
Otro ejemplo puede ser el de Susana B. Hecht (2004) y lo que ella llama los bosquesinvisibles. Ella muestra que hubo gran deforestacin durante el siglo XX. No obstante, lo que se
ve en Centro Amrica y, en particular, en El Salvador, es que han resurgido bosques antropognicos
y se han regenerado otros. La narrativa de la deforestacin est atada a los cientficos
preservacionistas interesados en bosques primarios. Este resurgimiento implica un nuevo inters
en una naturaleza socialmente construida (Hecht: 2004, p. 64-65). Para contrarrestar el mal de
la deforestacin, el remedio que se sigue proponiendo son los parques. Pero pocos explican por
qu algunos bosques se mantienen y otros se regeneran. Como estudio de caso ella se detiene
en los bosques invisibles de El Salvador, siendo este pas un caso que siempre es presentado
como ejem plo de casi total deforestacin. Concluye que el discurso de la conservacin en
Centro Amrica ha sido y sigue siendo dominante que los intereses de salvadoreos es poco
importante en estos discursos y que las evidencias prueban que la dinmica de los bosques es
ms complicada de lo difundido, por lo cual es necesario ver no solo los bosques prstinos
(Hecht: 2004, p.96-7).
Para el tema de la refundamentacin del sistema jurdico-poltico contemporneo, dosautores de origen francs, entre otros, son particularmente interesantes. El filsofo e historiador
de la ciencia que trabaja en la Universidad de Stanford, Michel Serres (1995) por ejemplo, intenta
una fundamentacin de un nuevo contrato que llama natural, parafraseando la teora poltica
burguesa fundada en el contrato social. Mientras el contrato social olvida a la naturaleza del
acuerdo poltico que funda la existencia del Estado, el contrato natural intenta construir un contrato
de carcter global en que la naturaleza es parte constituyente del acuerdo poltico. Es un sujeto
jurdico-poltico de carcter global. Luc Ferry (1994), por su parte, analiza la eventual construccin
jurdica de la naturaleza como sujeto a travs del anlisis d e litigios judiciales. Llega a conclusiones
diferentes de Serres. Es posible aceptar la agencia de la naturaleza, pero su posicin no es
ecocntrica sino antropocntrica, por lo que el cuidado y la responsabilidad sobre la naturaleza
sigue siendo humana. Estos pueden considerarse los dos polos de un debate que es mucho
ms complejo y rico pero que vale la pena resear para los interesados en profundizar en esta
discusin (Palacio, 1995).
4. ALGUNOS APORTES DE LA LITERATURA LATINOAMERICANAAunque la mayor parte de la literatura resea da se concentra en los aportes recientes
publicados en ingls y en francs, aqu presento algunos trabajos que son claves para una
literatura latinoamericana. Nuevamente, no hay una pretensin de ofrecer el panorama completo
de la literatura, sino de seleccionar algunos de los ms relevantes, lo cual ser tarea de un
trabajo posterior, que debera incluir decididamente la literatura brasilera.
En primer lugar, sealo como referencia obligada a Joan Martnez Allier (2005), quien fue
pionero en plantear sistemticamente la relacin entre economa y ecologa dando lugar a una
crtica profunda sobre las limitaciones y miopas de una economa de mercado que no involucra
a la naturaleza en sus anlisis (Martnez Allier y Schlpmann, 1991). Adicionalmente, desarrolla
una lnea que junta su economa ecolgica con la ecologa poltica como el estudio de los
conflictos ecolgico-distr ibutivos. En esta interseccin se ubica el ecologism o de los pobresque es el rea de la justicia ambiental, dndole vuelta al nfasis de cierto ambientalismo oficial
que culpa a los pobres como agentes del deterioro ambiental y mostrando que, regularmente,
los pobres escogen la conservacin y medidas ambientalistas, aun cuando no tengan un discurso
ecologista. Ese ecologismo popular piensa en esos grupos sociales que viven directamente de
los recursos naturales (Martinez Alier, 2005). Segn Martnez Alier, la Ecopol es un campo creado
por gegrafos, antroplogos y economistas ambientales (2005, p.2). Martnez Alier publica una
revista de Ecologa Poltica que no se produce con la periodicidad que requiere una revista
acadmica quizs porque tiene un inters ms de militancia ambiental que de rutina acadmica.
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Este anlisis de los grupos sociales pobres, la referencia a la economa poltica y las
disciplinas que resalta Martnez Alier son suficientes para entender que lo poltico no es el ncleo
de la reflexin sino un punto de llegada de ella. Aunque se trata de una de las ms distinguidas
y estimulantes contribuciones al campo de la Ecopol, aqu se defiende la necesidad de colocar
lo poltico en el centro de la reflexin. Como hemos visto y seguiremos viendo, este relegamientode la poltica es una caracterstica de muchos de los autores de este campo interdisciplinario en
formacin.
Alguien que no puede fallar en un listado sobre ecologa poltica es Arturo Escobar (1995).
Su crtica demoledora a los fundamentos del desarrollo (incluido el sostenible) como una
antropologa de la modernidad ha sido ampliamente leda por el pblico acadmico en Europa,
Norteamrica, Amrica Latina y no me equivocara al afirmar que tambin ello ha ocurrido en el
subcontinente indio. Inspirndose en Martin OConnor (1993) propone que el capital en su fase
moderna se apropia y explota materias primas. Esta fase se acompaa ahora de otra forma
posmoderna de carcter ecolgico en la que se ambientaliza la naturaleza. Esto ocurre en
buena medida, a travs del discurso de la biodiversidad, por medio del cual la naturaleza llega a
ser una fuente de valor en s misma. (p. 192-211).
Otros aportes que tienen asidero institucional son de gran importancia para superar el
todava fragmentado panorama intelectual latinoamericano. Hctor Alimonda (2002 2006) coordinadesde CLACSO, el grupo de trabajo en Ecologa Poltica. Bajo su liderazgo se han producido dos
libros que son de lectura obligada para quienes quieren tener una parte importante del
pensamiento latinoamericano en Ecopol. Aunque la inspiracin marxista es fuerte en estas
colecciones, tambin hay contribuciones con sustentos tericos y prcticos variados. La temtica
es, as mismo, variada. Si esa es, desde un punto de vista, su fortaleza, en parte, tambin es su
debilidad al no contar con una agenda temtica que permita marcar un derrotero de la Ecopol
latinoamericana. Tal vez este sea uno de los desafos de los prximos aos.
El trabajo de Margarita Serje (2006), como otros de los presentados ac, no es de fcil
clasificacin ya que su carcter interdisciplinario puede ser reclamado desde distintas
perspectivas. Vinculada la autora est vinculada a un departamento de antropologa, su formacin
incluye arquitectura y geografa 11 pero su ms reciente contribucin El revs de la Nacin.
Territorios salvajes, fronteras y tierras de nadie (2006) debe hacer parte de los libros de lectura
obligatoria de la Ecopol. Ella presenta la otra cara Colombia, una Colombia no oficial, de territorios
salvajes y las tierras de nadie, es decir, la mitad del pas como el territorio olvidado en apariencia
pero necesario en su carcter fronterizo y salvaje para la construccin de la otra parte, oficial, de
la Nacin. Unas visiones sobre una naturaleza y una geografa particular son esenciales para la
construccin histrica de una categora poltica fundamental cual es la Nacin. Eso es Ecopol.
Por ltimo, sin nimo de ser comprehensivo ni hacer justicia con todos los aportes, quienes
estn trabajando en historia ambiental deben ser tenidos en cuenta. Siendo an ms reciente
que la Ecopol misma, es creciente el inters por su desarrollo. Particularmente personas que
trabajan simultneamente en ambos campos. El libro de Guillermo Castro-Herrera (1992) es
pionero en esta rea de investigacin que correlaciona las formas de la dependencia con las
transformaciones de la naturaleza y la explotacin de materias primas. Se trata de un trabajo que
tiene clebres antecedentes en Eduardo Galeano (1967) y que intenta recoger los aportes de la
economa-mundo de I. Wallerstein con las enseanzas del historiados ambiental norteamericano,
Donald Worster.
A nivel nacional, el grupo de trabajo de historia, ambiente y poltica12 que expresamente
aspira a fusionar ambas reas historia ambiental con ecologa poltica ha propuesto un trabajoque tiene ramificaciones importantes. Naturaleza en disputa, y Fiebre de tierra calientede Germn
Palacio (2001 2006) son textos de historia ambiental pero tambin tienen un trasfondo que
puede ser ledo como Ecopol. Se trata de una historia ambiental cruzada por conflictos que en su
trasfondo son polticos. En Naturaleza en disputa (2001) se sealan tres fases de la historia
reciente de Colombia aportando una propuesta heurstica as: propone el perodo 1850-1930
como la fase de una naturaleza liberalizada el perodo de 1930-1980 como naturaleza
modernizada y 1980 hasta el presente como naturaleza ambientalizada. Cada una de estas
etapas tiene unas formas jurdico-polticas predominantes de modo que en la primera fase, la
liberalizacin de la tierra y los bosques est a la orden del da, al tiempo que los esfuerzos por
11. Para colocar un ejemplo de ladificultad de clasificacin conmuchos de estos textos, el deMauricio Nieto (2000) presenta sulibro Remedios para el Imperiocomo historia de la ciencia. En mihistorigrafa sobre historiaambiental lo incluyo, pero bien
puede ser una contribucin dehistoria ambiental a la ecologa
poltica.
12. Liderado por Germn Palaciopero incluye a Margarita Serje,Juan Manuel Gonzlez, CatalinaToro, Stefania Gallini, AndrsGuhl, Astrid Ulloa, Carlos Zrate,Germn Ochoa, Claudia Leal,entre otros.
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definir una organizacin poltico-territorial en la segunda, una intervencin del Estado orientada
por el desarrollismo marca la transformacin de la naturaleza y en la tercera, 1980 en adelante,
una retrica de sostenibilidad y ambientalismo aparece superficialmente aunque en la prctica
subordinada a una remercantilizacin neoliberal de la naturaleza que condiciona de una nueva
forma los cambios en la natrualeza y el manejo de los ecosistemas. En Fiebre de tierra caliente(2006) se presenta la transformacin del paisaje ecuatorial como parte de un conflictivo proceso
de imposicin de unas versiones civilizatorias basadas en ideales de altiplano y tierra fra.
Para cerrar esta breve gua de introduccin a la Ecopol con especial inters para l@s
lectores colombian@s, voy a mencionar cuatro temas de frontera de la Ecopol, que al tiempo
son aportes para quienes estudian los temas de la poltica. Ellos son: gobermentalidad,
globalizacin y conservacin securitizacin de los temas ambientales y terrorismo biodiversidad
y apropiacin jurdico-poltica de la naturaleza y justicia y conflicto ambiental.
5. ALGUNOS TEMAS DE FRONTERAPresento en esta seccin algunos temas que por su importancia estratgica y actualidad
constituyen un aporte a la discusin poltica del pas. Se trata de lneas de investigacin por
desarrollar. Los llamo temas de frontera en el sentido estratgico e innovador de su estudio.
Colocan la preocupacin de la poltica en el centro de inters de una poltica de la naturaleza.
Ecogobermentalidad, globalizacin y conservacin: aunque los historiadores ambientales
han producido estudios suficientes que muestran los orgenes non-sanctos de los parques
naturales y las reas protegidas (Neumann, 1998 Palacio, 2003), ellos todava siguen pareciendo
la nica solucin para la conservacin de bosques y de ecosistemas de inters estratgico o
especial. Esos estudios muestran la versin americana de los parques como esos sitios
inventados desde fines del siglo XIX, en medio de la expansin capitalista hacia el Oeste de los
Estados Unidos a costa de los pueblos indgenas y animales que los sustentaban. Fueron
lugares imaginados por las elites como reservorios de una Amrica prstina e intocada por la
civilizacin, la urbanizacin y la industria. (Kay y Simmons, 2002 Cronon, 1995 Nash, 1967
White, 1991). La versin europea, continuacin de los aristocrticos cotos de caza de nobles y
prncipes, fueron zonas de exclusin de cacera y recursos para campesinos y pobres en beneficio
de un deporte aristocrtico (MacKinsey, 1988 Grove, Richard, 1995). Contemporneamente,
ambas concepciones comparten la exclusin aparente de lo humano para darle realce a lo
natural y, particularmente, excluyen a los lugareos para dar lugar al turismo de clase media
americano, en un caso, y el turismo de elite en Africa, en el segundo (Neumann, 1998).
Pues bien, esas reas sujetas a la proteccin especial de carcter ecolgico son en
Amrica Latina, en buena medida, financiadas con recursos internacionales. Su suerte entonces
parece depender menos del inters del Estado, que en todo caso se ha plegado y est obligado
a respetar una normatividad internacional, aunque los recursos que destina a estas extensas
reas son completamente exiguos para cubrir adecuadamente sus responsabilidades, por lo
que sin la cooperacin internacional se caeran a pedazos. La formas de la gestin y
administracin de estos extensos territorios es nacional en la fachada pero en el fondo estn
internacionalizados. En el marco de esta problemtica entra el concepto de gobermentalidad,
sugerido por Michel Foucault y trabajado por la Ecopol (Neumann, 2004 Goldman, 2004).
Se habla de gobermentalidad, en este caso, no gobernabilidad, que es otro asunto-,como un concepto que ayuda a pensar la dimensin poltica de la globalizacin, como esas
formas institucionales en gestacin que tienen un soporte y apoyo financiero internacional,
independientemente de que la gestin especfica tenga lugar a travs del estado central o de
estados regionales o municipales. La gobermentalidad ocurre sin necesidad de un soporte
poltico global o un estado mundial pero es analizable por las fuerzas, actores y redes que
soportan institucionalmente los procesos de globalizacin. Dentro de esa red de instituciones
entran las entidades de la as llamada comunidad internacional, pero tambin las instituciones
de potencias con radio de accin extranacional, en nuestro caso, particularmente, los Estados
Unidos tambin son socias, las entidades de nuestro Estado fragmentado que loran ser paraguas
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de recursos provenientes del exterior y las ONGs con poder de negociacin en la esfera
internacional.
Securitizacin de los temas ambientales y terrorismo: Debido a que desde comienzos de
la dcada de los 90s se miraba con optimismo la expansin del capitalismo, gracias a la cadade los regmenes socialistas y a los desarrollos tecnolgicos, el discurso de la globalizacin se
volvi un lugar comn y parte de una retrica ampliamente difundida y hasta popular.
Simblicamente, el 11 de Septiembre de 2002 represent el fin del predominio de este discurso
y su sustitucin por el del terrorismo. Mientras la poltica americana est dominada por los
magnates del petrleo, los temas ambientales pasan a un lugar relegado, lo que implica que
son o rechazadas o teidas por polticas de lucha contra el terrorismo, es decir, sujetas a polticas
de seguridad nacional, securitizados. Nadie plantea que la globalizacin termin, como de hecho
tampoco haba comenzado a fines de los 80s, sino en el siglo XV. Lo que se propone es que las
formas de globalizacin basadas en un supuesto mercado libre pasan a un segundo plano,
opacadas por un discurso poltico-militar que se hace no solamente dominante en la esfera
pblica e internacional sino tambin global en escala.(Palacio, 2006-1)
La ecogobermentalidad es compleja y no libre de contradicciones al faltarle un locus
institucional que la centralice. La idea de Imperio (Negri y Hart, 2001 2004) es demasiado
vertical, demasiado romana para aprehenderla adecuadamente como red de poder. Laecogobermentalidad se securitiza en esta nueva poca, lo cual no es nuevo para Colombia. Por
ello la fumigacin de parques en Colombia ha dado lugar a disparidades y disputas entre polticas
de conservacin financiadas por la Unin Europea frente a polticas de seguridad del Estado
colombiano patrocinadas desde el gobierno de los Estados Unidos que, tanto en el caso de las
drogas ilegales como en otros que llevan la justificacin de luchas contra el terrorismo, libra sus
luchas lejos de sus fronteras. En todo caso, los parques, que son nacionales en la forma,
sobreviven como parte de una agenda global.
La reaccin electoral americana a los fracasos de la poltica de Bush en Irak podra hacer
pensar que prximamente regresar a la agenda americana e internacional el tema ambiental.
Eso porque el petrleo debe empezar a ser sustituido por otras formas de energa, particularmente
biocombustible, que paradjicamente ser presentado como amigable al ambiente y porque la
agenda demcrata es ms afn con la proteccin ambiental que la republicana. El discurso de Al
Gore podra, eventualmente, tener de nuevo cabida. Pero como el enemigo real o ficticio terrorista
sigue vigente, la agenda ambiental ser cada vez ms securitizada y los temas del calentamiento
global, bajo esta luz, relanzados. Es lo que de hecho ha pasado en Colombia. Los parques son
fumigados y los narcos junto con la guerrilla son acusados de atentar contra el bosque en una
disputa en la que el gobierno no se ha detenido ni para mantener las buenas relaciones con los
vecinos. El caso de Ecuador es el ms diciente y son patticas y poco amistosas las declaraciones
de los funcionarios del gobierno colombiano.
Biodiversidad y apropiacin jurdico-poltica de la naturaleza. Por mucho tiempo, la lucha
por el control y aprovechamiento de la naturaleza, aunque era una parte de un complejo de
disputas por materias primas, se vea especialmente a la luz de las luchas agrarias,
particularmente, la tierra. En esa poca, la biodiversidad no tena palabra pero exista en el
imaginario nacional sutilmente, como una gran riqueza tropical, una infinita confusin (Rivas,
1946 Palacio, 2006).13 En la poca en que la naturaleza muta a ecosistemas, la lucha por la tierra
se localiza, pero irrumpe una nueva cualidad descubierta en la naturaleza, la biodiversidad, que
se vuelve objeto de disputa global.
Como dije en un pasaje anterior, los desarrollos tecnolgicos asociados a la biodiversidadson fuente clave de la acumulacin real o potencial de excedentes en esta fase del trabajador
social global, que ahora Negri y Hart (2004) llaman la multitud. Para hacerse una idea de la
importancia de esta discusin, ella puede parangonarse con la disputa sobre el saber fabril que
tuvo lugar a comienzos del siglo XX, como la imposicin del taylorismo y el fordismo sobre los
trabajadores en los procesos industriales y en el trabajo burocrtico. En esta nueva poca, se
trata del proceso de produccin, reproduccin o intervencin en la vida o porciones de ella, que
implican la apropiacin del conocimiento restante, todava no integrado a la tecnociencia
dominante. Este ncleo de conocimiento humano ha sido desarrollado en el marco de
13. Medardo Rivas, cronista defines del siglo XIX, se refera as ala variedad de plantas en loshuertos de la vertiente de tierracaliente de Cundinamarca
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comunidades locales de todo tipo, y en algunos casos tiene un carcter social, como el
conocimiento de la chagra, manejado orgullosamente por mujeres, o por un conocimiento
individual y especializado monopolizado por sabedores y chamanes.
Justicia y Conflicto ambiental: bosques y aguas. Una dcada despus de la euforiaambiental de comienzos de los 90s, la belicosa poltica petrolera del gobierno estadounidense,
poco o nada quiere dedicarle a un campo que no parece ser un negocio suficientemente rentable,
todava. China e India crecen a toda mquina y sus preocupaciones siguen estando marcadas
por el consumo. Las razones ticas de carcter ambiental, estn bien pero slo para los
movimientos antiglobalizacin. La lucha contra el terrorismo absorbe preocupaciones y recursos.
En ese contexto de competencia intensificada por la presin de nuevos pases emergentes
econmica y polticamente, en varios pases se lanzan proyectos de leyes sobre bosques y
aguas. El caso colombiano, uno de varios ya que estas iniciativas tiene un carcter internacional,
ya logr aprobar una ley de bosques que atenta a romper las limitaciones de regulaciones
ambientales y sobre territorios indgenas que estn pesando sobre grandes extensiones
boscosas tropicales.
Con esta ley, se inventa una nueva figura jurdica llamada vuelo forestal que es presentado
por un imberbe pero soberbio ministro de Agricultura como una panacea para los pobres
agricultores del pas. Dice que ahora ya no tendrn que hipotecar o vender sus tierras para poderexplotarlas porque ya existe la figura del vuelo forestal. Como las tierras indgenas son, desde
1890, inembargables, inalienables e imprescriptibles y estn protegidas por convenios
internacionales como el de la OIT, ahora ya podrn hacer algo con esa madera finsima que
poseen en la Amazonia, en el Choc biogegrfico u otras zonas boscosas sobrevivientes a los
embates del desarrollo, sin necesidad de transferir la propiedad, problema constitucional y legal
complicado soportado en una legalidad internacional. Se trata de una sofisticada tctica para
explotar las tierras que, de otro modo, seguiran, bajo esta lgica, siendo incultas o mal
aprovechadas, bajo la lgica del desarrollo. El vuelo forestal es una la figura jurdica innovadora
que si logra funcionar cambiar el carcter de la dinmica de la deforestacin. Le abrir paso a
la explotacin de los bosques sin las incmodas restricciones que pesan en la legislacin sobre
pueblos indgenas.
Al mismo tiempo, hace cola en la agenda legislativa la ley de aguas, que es otro paso
adelante en el proceso de privatizacin del agua, que se abri paso con las polticas neoliberales
en los servicios pblicos hace un par de dcadas. La siguiente fase de este proceso apunta a
privatizar las fuentes de agua y manantiales. Al fin y al cabo se anuncia que es probable que
algunas guerras del siglo XXI ocurran por disputas en torno de agua potable, existe un comercio
con barcos que se desplazan llevando agua a partes distantes del globo y los pases rabes,
petroleros y ricos estarn cada vez ms vidos y necesitados. Tambin las necesidades de la
agricultura a gran escala son cada vez mayores. Los movimientos ambientales revitalizarn su
agenda hacia temas de gran inters social donde la defensa de los bosques es condicin de
supervivencia de las poblaciones bosquesinas,14 as como el acceso al agua es un derecho
pblico de inters comn, es decir de escala humana. La Ecopol debe examinar las formas
jurdicas que la redefinicin de la naturaleza o parte de ella implica. Se trata de una lucha por
justicia y solucin de necesidades sociales cuyo ncleo es la naturaleza, antes que una aspiracin
fcil de caricaturizar por la eventual ternura que produzca uno que otro oso panda o delfn rosado.Conclusin: El campo amplio de la ecologa de carcter nter y transdisciplinario debe ser
proyectado tilmente hacia mbitos de significacin en reas en que la investigacin ha avanzado
en otros pases y continentes, sin perjuicio de los desarrollos ms convencionales de la ecologa
que realizan l@s bilog@s y, que no es necesario resaltar su importancia. De ese modo, lapropuesta metodolgica de la ecologa como campo de la diversidad, complejidad e
interconectividad debe ser tenida en cuenta como factor de estmulo e inspiracin investigativa
para responder a problemas de interseccin de distintas disciplinas, entre ellas la historia
ecolgica o ambiental, la economa ecolgica y el tema que nos ocupa, de la ecologa poltica.
Si un poco de apertura se le pedira a los eclogos convencionales, especficamente,
desde la otra orilla poltica existe la responsabilidad de ser flexible para aceptar aportes desde
nuevas perspectivas. Especficamente, hay que reconocer que es mnimo, si no nulo, el trabajo
que se realiza en ecologa poltica dentro de los departamentos de ciencia poltica en el pas.
14. El Seminario de Ecopolrealizado en Leticia discuti lasimplicaciones polticas de lacategora bosquesino acuada porJ. Gasch y J. . Echeverri (2003). En el trasfondo del asunto est laidea de que la tradicional dualidadrural-urbano, campesino-ciudadanono da cuenta apropiada de quienesviven en y del bosque. Se tratade un intento de superar esadualidad, de un lado, y de otro,avanzar una categora sociolgicaque supere y aglutine las divisiones
por razones tnicas.
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Probablemente no se ofrece ni como una materia electiva. Eventualmente, algunos profesores
promueven el inters de alumnos heterodoxos y dispuestos a tomar riesgos intelectuales poco
reconocidos por sus colegas. La retrica inter y transdisciplinaria no enraiza en unas estructuras
acadmicas hostiles. Sigue siendo cierto que es mucho ms fcil hablar de interdisciplina que
producir interdisciplinariamente.
Este artculo present el panorama de una literatura no completa pero s selecta, de modo
que los interesados tengan elementos bsicos para adentrarse en lo producido dentro de este
campo de la Ecopol. Incorpor aportes de la bibliografa en ingls, algo en francs y ha puesto
atencin a la literatura latinoamericana, menos en cantidad que en calidad. Se concentr en
unos temas que considero claves de la literatura producida. Entre ellos, los trabajos con impacto
epistemolgico aquellos que pretenden tener un carcter poltico emancipatorio y otros temas
que apuntan a la fundamentacin jurdico-poltica de la cuestin ecolgica. Resalt algunos
autores latinoamericanos, aunque queda en deuda una revisin exhaustiva con la importante
produccin brasilera, algo de la cual es incorporada en el grupo de trabajo de FLACSO liderado
por Hctor Alimonda. Finalmente plante unos temas centrales de la agenda de investigacin,
entre ellos, los temas de gobermentalidad y conservacin seguridad, terrorismo y medio ambiente
biodiversidad y apropiacin jurdico-poltica de la naturaleza y justicia y conflicto ambiental.
He propuesto un argumento central en la lectura de esta literatura: debido a que en lasraces de la Ecopol estn la economa poltica y otras disciplinas no estrictamente polticas, la
poltica como tal no est colocada en centro y principio de la reflexin sino como punto de llegada
de esas otras disciplinas econmicas, sociales, geogrficas, antropolgicas o de otro tipo. La
Ecolpol que no posee algo as como el padre y texto fundador, es hecha por quienes consideran
su trabajo como Ecopol: hacen camino al andar. Es por ello el momento que vale la pena
considerar el argumento aqu presentado: la Ecopol debe ser una reflexin en torno de las
relaciones de poder y saber sobre la naturaleza y su apropiacin, transformacin, produccin y
control. Si la ecologa a secas pretende ser ciencia, la ecologa poltica es anlisis poltico en
torno de la naturaleza.
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