borón, atilio - raúl en nueva york

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Borón, Atilio - Raúl en Nueva York

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  • :: portada :: Cuba ::

    12-10-2015

    Ral en Nueva YorkAtilio A. BoronRebelin

    Al Secretario de Estado John Kerry debera reconocrsele la hidalgua que trasuntan sus palabrascuando dijo, al explicar ante la prensa internacional el cambio de la poltica de Estados Unidoshacia Cuba, que "durante ms de cincuenta aos tratamos de aislar a Cuba del sistemahemisfrico, y los que terminamos aislados fuimos nosotros". Reconoci una gran verdad: a lo largode esta pulseada de medio siglo la pequea isla del Caribe, gigantesca por su proyeccin moral ypor su condicin de potente faro de referencia para los procesos de liberacin en frica, Asia yAmrica Latina, termin por imponer sus condiciones a la Roma americana: normalizacin derelaciones sin renunciar un pice a los postulados de la revolucin, sus conquistas histricas y sinabandonar siquiera por un momento la ruta escogida hacia su segunda y definitiva independencia.Claro que Washington tampoco archiva sus viejos planes: seguir promoviendo el "cambio dergimen" en Cuba, lo que demuestra que, parafraseando a Jorge Luis Borges, "el imperio esincorregible", y proseguir con sus planes de dominacin mundial denunciados a lo largo dedcadas por Noam Chomsky, ese Bartolom de las Casas del imperio norteamericano comoapropiadamente lo llamara Roberto Fernndez Retamar.

    El empecinamiento de Washington revela los alcances de la enfermiza obsesin cubana de laburguesa imperial: quieren apoderarse de esa isla desde hace ms de doscientos aos -como lodeclarara en 1783 quien luego sera el segundo Presidente de Estados Unidos, John Adams- y nohan podido. Pudieron con tantos otros pases, pero no con Cuba. Esa obcecacin, hecha crnica porel decurso de los siglos, se convierte en la madre de una conducta diplomtica aberrante: serestablecen relaciones con Cuba pero se declara arrogantemente que no se cejar en el empeopor derrocar al gobierno con el que se "normalizan" relaciones y por acabar con las instituciones ylas leyes de lo que, con desdn, se denomina "el rgimen". Esto en psiquiatra se llama"esquizofrenia", en diplomacia se suele utilizar un trmino ms amable: "duplicidad", pero en elfondo es lo mismo. Y para lograr ese ilegal y sedicioso cambio de rgimen -imaginemos larecproca: que Ral Castro hubiera declarado que al normalizar relaciones con Estados Unidos LaHabana no cejara en sus esfuerzos para derrocar al gobierno y al orden social imperante en aquelpas!- Washington apela a un arsenal de instituciones gubernamentales o no, todas financiadas porel Tesoro estadounidense, con el irreprochable, en el papel, propsito de "revitalizar a la sociedadcivil". El Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, lvaro Garca Linera, hace rato queviene denunciando el carcter de tentculos del imperialismo de estas ONGs cuya verdadera misines bien otra: socavar desde adentro a los gobiernos de izquierda y progresistas de la regin. Estaconsigna: "revitalizar a la sociedad civil", es un conveniente eufemismo que encubre su verdaderoobjetivo: subvertir el orden constitucional y precipitar la cada de todo gobierno consideradoinamistoso por, o insumiso ante, los mandamases del imperio. Ejemplos recientes y sumamentealeccionadores de la "revitalizacin de la sociedad civil" auspiciados por Washington son Ucrania,Libia, Siria y antes, en Nuestra Amrica, Honduras y Paraguay.

    La heroica resistencia de Cuba es la que le otorga a ese pas un prestigio internacional que slo unpuado de grandes potencias pueden exhibir. Y eso fue siempre as, una constante en la historia dela Revolucin. Es un lugar comn entre los especialistas sealar que pese a su subdesarrollo laCuba revolucionaria siempre tuvo una poltica exterior independiente. An en los aos ms frreosde la vinculacin econmica con la URSS y el Comecn Cuba haca su poltica exterior en funcin desus principios y de los intereses generales de la revolucin en el Tercer Mundo.

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  • Contrariamente a lo que decan los dizque expertos norteamericanos, La Habana jams fue un"proxy" de Mosc. Su decisiva participacin en la liquidacin del apartheid en Sudfrica a travs dela guerra en Angola fue obstinadamente rechazada por la URSS, pero Fidel hizo lo que saba quedeba hacer. Y tena razn y por eso gan. Lo mismo su apoyo a diversos movimientos de liberacinnacional en Nuestra Amrica, Asia o frica, vistos con malos ojos por la burocracia sovitica. Estaindependencia, costosa y moralmente inobjetable, se traduce en el enorme prestigio otorga al pasque procede de ese modo. Y Cuba lo tiene, en grado sumo. La reciente visita del Presidente RalCastro a Estados Unidos, con motivo de la Asamblea General de las Naciones Unidas, es unarotunda prueba de ello. Ningn otro presidente de Amrica Latina y el Caribe tuvo una presenciatan destacada en Nueva York: el cubano pronunci tres importantes discursos: uno en la Cumbre dela ONU sobre los objetivos del desarrollo sostenible; otro, al da siguiente, 27 de Septiembre, en la"Conferencia de lderes globales sobre igualdad de gnero y empoderamiento de las mujeres", paraconcluir con la alocucin presentada el 28 de Septiembre en el marco de la 70 Asamblea Generalde Naciones Unidas. Aparte de ello mantuvo reuniones bilaterales con Barack Obama, VladimirPutin, Franois Hollande; el Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon, Alexander Lukashenko(Belars), Filipe Nyusi (Mozambique), Stefan Lfven (primer ministro de Suecia) y Nicols Maduro, alpaso que mantuvo un breve reunin informal con Xi Jinping y entrevistas con influyentespersonalidades del pas anfitrin como el expresidente Bill Clinton; diez Congresistas de ambospartidos: los senadores Patrick Leahy y Heidi Heiltkamp; con Andrew Cuomo (el poderosoGobernador del estado de Nueva York), Bill de Blasio (Alcalde de la ciudad de Nueva York) ynumerosos empresarios; residentes cubanos y activistas de la solidaridad.

    Volviendo a lo de Kerry, Cuba no slo no pudo ser "aislada del mundo", como quera la derechanorteamericana y sus peones de Miami, sino que por la coherencia de su trayectoria, por laintransigencia absoluta en la defensa de sus principios se gan el respeto de propios y ajenos. Alpunto tal que para disear una nueva poltica para el hemisferio Washington tuvo primero quecomenzar a desmontar su poltica en relacin a Cuba. Esto era el prerrequisito necesario paracomenzar a reconquistar la influencia perdida al sur del Ro Bravo. A tal grado llega el respeto porla isla caribea que an gobiernos de derecha en la regin se plegaron al coro de amigos queexigan el fin del bloqueo y del ostracismo al que haba sido condenada por su inclaudicablederecho a ser duea de su propio destino. Hacia fines de mes, el 27 de Octubre, volver a ponersea votacin en la Asamblea General de la ONU la cuestin del bloqueo de Estados Unidos a Cuba.Hace ms de veinte aos que la mayor de las Antillas viene ganando esa votacin por un margenescandaloso de votos. El ao pasado 188 pases condenaron el bloqueo (eufemsticamente llamado"embargo" por Estados Unidos) contra dos votos a favor del bloqueo (Estados Unidos y su verdugoregional, el gobierno genocida de Israel) y tres abstenciones de pases de la Micronesia y de nulagravitacin en el sistema internacional. Con los desarrollos abiertos desde el 17 de Diciembrepasado es probable que el resultado sea an ms contundente a favor de la isla. De todos modos,la comunidad internacional ya se ha expedido y el bloqueo a Cuba qued inscripto en la historiacomo uno de los mayores crmenes perpetrados, por tanto tiempo, por la ms poderosasuperpotencia de la historia contra un pequeo gran pas cuyo imperdonable pecado ha sidocumplir con el sueo libertador de Mart. No obstante, despus de esta nueva victoria diplomticaquedar un largo trecho por recorrer para si no acabar al menos atenuar los efectos del bloqueo: elpresidente de Estados Unidos no puede alegar impotencia porque tiene en sus manos una serie deprerrogativas que le permiten hacerlo sin tener que pasar por el Congreso, hoy dominado por unaturba inculta y reaccionaria que avergonzara a los Padres Fundadores de la nacin norteamericana.Imagnense a un Washington, un Jefferson, un Hamilton, un Franklin, escuchando a esperpentoscomo Ileana Ros- Lehtinen , Marco Rubio y Lincoln Daz-Balart o a quienes ovacionaron de pie ennumerosas ocasiones las regurgitaciones racistas y genocidas de Benjamin Netanyahu! Obamapuede hacerlo y hay algunas seales de que aspira a retirarse de la presidencia con algunos gestosque le permitan pasar a la historia con un balance final un tanto ms favorable.

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  • Rebelin ha publicado este artculo con el permiso del autor mediante una licencia de CreativeCommons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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