borges en el centro del infinito

152
Ficha del Libro Ficha del Libro Inicio > Colección digital > Libros Lista de títulos | Lista de temas | Lista de autores BORGES EN EL CENTRO DEL INFINITO D'Angelo, Biagio TABLA DE CONTENIDO Prólogo, por Lisa Block de Behar PDF ¿Borges neobarroco? PDF El jardín de las versiones que se bifurcan. Una nota sobre la traducción en la obra de Borges PDF Borges, Puig y los lenguajes comunicantes PDF El Sur, Beowulf y el Azar. Una nota sobre el discurso religioso en la obra poética de Borges PDF Per speculum in aenigmate. Reflejos y espejos en Borges y Guimaráes Rosa PDF Elogio del caos (y de su orden). Brújulas, palomares y otros barroquismos en Borges y Calvino PDF B(i)orges Dostoievskiano. Una posible resolución de un problema de don Isidro Parodi PDF Antiguas posesiones. La memoria de Borges y el rostro de Shakespeare PDF Dédalo ausente. Brodski al margen de Borges PDF Dante, Borges y el libro PDF Borges en el laberinto de Dante PDF Bibliografía PDF Lista de títulos | Lista de temas | Lista de autores © 2002 - 2008 UNMSM - Oficina General del Sistema de Bibliotecas y Biblioteca Central Todos los derechos reservados Lima - Perú Page 1 of 1 Borges en el centro del infinito 07/02/2011 http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/libros/2006/borges_centro/contenido.htm Click to buy NOW! P D F - X C h a n g e V i e w e r w w w . d o c u - t ra c k . c o m Click to buy NOW! P D F - X C h a n g e V i e w e r w w w . d o c u - t ra c k . c o m

Upload: giuliana-mavila-ugarte

Post on 05-Jul-2015

343 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

Page 1: Borges en El Centro Del Infinito

Ficha del Libro

Ficha del Libro

Inicio > Colección digital > Libros

Lista de títulos | Lista de temas | Lista de autores

BORGES EN EL CENTRO DEL INFINITO

D'Angelo, Biagio

TABLA DE CONTENIDO

Prólogo, por Lisa Block de Behar PDF

¿Borges neobarroco? PDF

El jardín de las versiones que se bifurcan. Una nota sobre la traducción en la obra de Borges

PDF

Borges, Puig y los lenguajes comunicantes PDF

El Sur, Beowulf y el Azar. Una nota sobre el discurso religioso en la obra poética de Borges

PDF

Per speculum in aenigmate. Reflejos y espejos en Borges y Guimaráes Rosa

PDF

Elogio del caos (y de su orden). Brújulas, palomares y otros barroquismos en Borges y Calvino

PDF

B(i)orges Dostoievskiano. Una posible resolución de un problema de don Isidro Parodi

PDF

Antiguas posesiones. La memoria de Borges y el rostro de Shakespeare

PDF

Dédalo ausente. Brodski al margen de Borges PDF

Dante, Borges y el libro PDF

Borges en el laberinto de Dante PDF

Bibliografía PDF

Lista de títulos | Lista de temas | Lista de autores

© 2002 - 2008 UNMSM - Oficina General del Sistema de Bibliotecas y Biblioteca Central Todos los derechos reservados

Lima - Perú

Page 1 of 1Borges en el centro del infinito

07/02/2011http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/libros/2006/borges_centro/contenido.htm

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 2: Borges en El Centro Del Infinito

13[13]

Más allá de otros encomios, abundan los reconocimientos que in-sisten en las anticipaciones estéticas y teóricas que prodiga la obrade Borges y la constante incidencia que sus revelaciones continúanproduciendo en la imaginación de sus más leales lectores y de susno menos incansables estudiosos. No deja de llamar la atenciónque las inspiradas presunciones de sus ficciones o las razonadasprofecías que ha especulado hayan coincidido con gran parte delpensamiento del siglo XX así como con las doctrinas que —discon-tinuas— lo formulan, con las tendencias literarias y artísticas, conlas invenciones de una tecnología dominante que las encauza odetermina. Tal vez, más que coincidencias, la inesperada confir-mación de esas previsiones por las formas de un presente que lasconvalida, sea una de las claves de su lectura que intriga a la vezque más seduce.

Ajena a las certezas del vidente, la advertencia de tales conje-turas no se limita ni atiene a los datos proporcionados por los sen-tidos, vacilantes y precarios, aunque los atiende, ni se ajusta a lasargumentaciones, siempre parciales, de una lógica que niega a larazón fundamentos de otro carácter y, por eso, tanto los dice comolos contradice. Entre esas fluctuaciones no se descarta que Borgeshaya podido prever, en algún hueco de su tabla menos periódicaque arbitraria y de la inestabilidad deliberada de sus clasificacio-nes, un compartimiento reservado para la imprevisibilidad de in-

Prólogo

Lisa BLOCK DE BEHAR

Universidad de la República, Montevideo

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.13

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 3: Borges en El Centro Del Infinito

14

terpretaciones abstrusas y otro, igualmente imprevisible, para laerudita devoción que le consagraría un estudioso de su obra, quienentabla con ella una transacción respetuosa y responsable, capazde dar lugar al discurso fluido de Borges en el centro del infinito,este libro que alude, desde el título, a la inconclusión desmesura-da del mundo de Borges, donde, inabarcables, se encuentran Orien-te y Occidente y todos los tiempos en un mismo lugar.

Desde Sicilia, Biagio D’Angelo llega al Perú. Previamente, susanhelos académicos habían encontrado en Venecia la calma lacu-nar que canaliza la belleza y la duplica al mismo tiempo. Atraídoluego por el rigor estepario y poético de la lengua y las creacionesde una Rusia inmemorial, ha atravesado —como en intrépidos tiem-pos de aventuras y de descubrimientos no necesariamente azaro-sos— continentes, océano y cordillera, para establecerse en Lima,donde prosiguen, fervorosas, sus denodadas iniciativas institucio-nales y multiplicadas las actividades literarias.

Lúcido estudioso de Borges, ubicado en el espacioso cruce cos-mopolita y universal de culturas ancestrales y alejadas, entre lasintemporales tradiciones americanas, inseparables de sus varia-das impresiones autóctonas más recientes, Biagio podría animar,con fácil soltura, a algunos de esos inquietantes personajes de loscuentos de Borges que no saben de fronteras, si interceptan cono-cimientos recíprocos, ni de límites, si coartan su vaivén.

Tratándose de Borges, sería ocioso redundar sobre la concilia-ción de coordenadas opuestas, sobre la confusión de los márge-nes con el centro, el juego de espejos enfrentados, las palabras dedoble filo, las dualidades de una identidad en fuga a lo largo dequebrados laberintos, las ambivalencias de la representación quesuspenden la referencia, la indistinción de los géneros y la asimi-lación de las funciones literarias. Las expansiones ilimitadas desu universo tientan las estrategias de la investigación comparatis-ta y Biagio las admite y favorece. Sabe que Borges pone en escritu-ra, como quien pone en escena, los abismos insondables del pen-samiento y apuesta a la visibilidad de esas ideas que desbordanel ensayo, desafiando la narración por medio de una reflexiva au-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.14

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 4: Borges en El Centro Del Infinito

15

dacia epistemológica, tan temeraria como la que llevaron a cabolos viajeros que, apartándose de los vestigios arqueológicos de sustierras de origen, celebran la novedad de vastas culturas tan anti-guas como las que dejaron atrás.

De un océano al otro o de un lado y otro del mismo océano,Biagio se propone encontrar las riquezas literarias y, como un ade-lantado oriundo de otras tierras, transmite la fidelidad secular deuna revelación trascendente. Todo un mundo se concentra en cadalectura, instancia a la que Borges dio carta formal de ciudadanía,extraterritorial y fantástica. Biagio la suscribe en la fundamenta-da felicidad de sus planteos.

Las notas de ese itinerario intelectual y geográfico entonan—porque también dan vigor— un discurso a varias voces, propia-mente coral, consolidado no sólo por las numerosas citas que Bia-gio transcribe, siempre oportunas y bienvenidas, sino porque lasinterpretaciones que las comentan logran modular ecos de Borges,plurales y profundos, en un contexto de resonancias que no ate-núa el registro inasible del autor. Al leer a Borges y al inscribirsus lecturas en procura del «centro del infinito», Biagio da pie auna especie coral distinta que, por medio de una voz que interme-dia un armonioso acorde, releva la voz del escritor, con las cuer-das de un instrumento bien temperado capaz de acompañar, su-brayando, los motivos que cuentan, sin atenuar los desplazamien-tos de un infinito vagamundo y vigente.

Todo lector intenta repetir en silencio los pasos alados de unautor que lo precede y lo guía, aspirando a alcanzar la verdad deun texto anterior, como el mítico manuscrito que, en lengua extra-ña, narra las andanzas de un lector ejemplar, o de cualquier lec-tor, que cree en la fluidez fantástica de la ficción, como en las pro-fundidades de la poesía o en las verdades poéticas del ensayo y,al creer en ellas, en realidad las crea.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.15

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 5: Borges en El Centro Del Infinito

17

«Quise ser también un prosista barroco, quise ser Quevedo, Saave-dra Fajardo y Góngora. [...] Entonces publiqué un libro titulado In-quisiciones, escrito en español latinizado, en un español que trata-ba de plagiar a Quevedo, digamos, y a Saavedra Fajardo, y a Gra-cián»:1 son palabras pronunciadas por Jorge Luis Borges, casicomo una confesión, durante una de sus innumerables entrevis-tas-conferencias. Nuestro propósito es ver el espacio que ocupa elparadigma barroco y, sobre todo, neobarroco, conforme a las re-cientes reflexiones críticas, en la obra borgiana. Es obvio que, porninguna razón, es posible encasillar la genialidad de la escrituray del pensamiento del escritor argentino en una época determina-da —lo que, en cambio, lo condenaría a un tiempo y un espaciodefinidos, y no lo dejaría en su extraordinaria, olímpica, actual cla-sicidad. Su barroco, y como veremos, eventualmente, su neobarro-co, son mucho más que un mero Zeitgeist, o un reproductor de for-

[17]

¿BORGES NEOBARROCO?*

* El texto es parte del resultado de los trabajos presentados en el ColoquioInternacional «Caribbean Interfaces caribeños», Katholieke UniversiteitLeuven, Campus de Kortrijk, 21 de mayo de 2005. Estoy agradecido, deforma particular, a la colega Nadia Lie, de la Universidad Católica de Lovaina,por el apoyo incondicionado y la amistad intelectual que me ha demostradodurante el período de mi peregrinación europea.

1 Jorge Luis BORGES, «La belleza no es un hecho extraordinario», en CuadernosHispanoamericanos. Homenaje a Jorge Luis Borges, 505-507 (julio-septiembre, 1992), p. 59.

La diferencia y la repetición sólo se oponen en apariencia.No existe ningún gran artista cuya obra no nos haga decir:

‘la misma y sin embargo otra’.(Gilles DELEUZE, Proust y los signos)

El sueño (autor de representaciones),En su teatro, sobre el viento armado

Sombras suele vestir el bulto bello.

Síguele; mostraráte el rostro amado,Y engañarán un rato tus pasiones

Dos bienes, que serán dormir y vello.(GÓNGORA, Varia imaginación que, en mil intentos)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.17

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 6: Borges en El Centro Del Infinito

18

mas, estilos, lenguajes que descubren la génesis artística de la obra:se trata, más bien, de la percepción lucidísima de una época, comoaquella de los descubrimientos científicos y las «maravillas» delsiglo XVII, cíclicamente consustancial (aunque con variaciones,como, por otro lado, en toda su obra artística) a la época contem-poránea, en la que Borges realizó su actividad creativa. Si su es-critura no será, naturalmente, la de un prosista barroco, como élmismo había preanunciado, el narrador de aquel cuento genial quees «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius», sabrá esperar la invasión del mun-do de Tlön, «revisando en los quietos días del hotel de Adroguéuna indecisa traducción quevediana (que no pienso dar a la im-prenta) del Urn Burial de Sir Thomas Browne» (BORGES 2005: I,474).2 También Pierre Menard, escritor-transcriptor-repetidor ex-tra tempo del Quijote, no quedará, naturalmente, sin fascinación porel episteme barroco, ya que su obra «visible» contempla «una tra-ducción manuscrita de la Aguja de navegar cultos de Quevedo, inti-tulada La boussole des précieux» (2005: I, 476).

* * *

Las últimas décadas han propuesto un «renacimiento» de relec-turas, reconsideraciones, revisiones de las categorías histórico-cul-turales, presentando, así, en el paso (no demasiado obvio) de lamodernidad a la postmodernidad, un compacto universo creativoy una nueva periodización cultural, denominados por el contro-vertido término de «neobarroco».

Este término, «neobarroco», inaugurado por Omar Calabrese,en su ensayo de 1987, L’etá neobarocca, ha sido corroborado por otrosaportes teóricos que han servido para fijar algunos fenómenos deldebatido mundo de la crisis de la modernidad. Así, de ChristineBuci-Glucksmann, con La raison baroque (1984), a Gilles Deleuze,Le pli. Leibniz et le baroque (1988), hasta Poétique baroque de la Caraï-be, de Dominique Chancé (2001), la postmodernidad ha releído la2 Todas las referencias a la obra borgiana proceden de la edición siguiente: Jorge

Luis BORGES, Obras completas (en cuatro volúmenes). Buenos Aires: EmecéEditores, 2005.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.18

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 7: Borges en El Centro Del Infinito

19

cuestión neobarroca como correlato epistemológico de la crisis dela fe, de la política, de los ideales. Calabrese entiende el neobarro-co, por analogía al barroco, como una categoría del espíritu con-temporáneo, constituido por «categorizaciones que ‘excitan’ fuer-temente el orden de sistemas, y lo desestabilizan en algunas par-tes, lo someten a turbulencias y fluctuaciones, y lo suspenden enla decidibilidad de los valores» (1987: 30).3 Ya Michel Foucault ha-bía intuido que el siglo XVII representa una de las épocas en la queel cambio de mentalidad resultó tan radical que el crítico francésinterpretó este tránsito temporal como una fractura paradigmáticacon el pasado. Otro ejemplo de esta relectura de la época barrocanos proviene de Benito Pelegrín quien, en unas páginas dedica-das a Baltasar Gracián, reconoce una novedad epistemológica.Para él, más allá de una conciencia artística acentradora, típica deaquel arte «moderno» que quisiera surgir pretenciosamente como«universal», «el barroco ha devenido un valor refugio, plural, dela singularidad [...] (un barroco) irracional y reaccionario cuandola Razón era subversiva [...] Barroco es entonces lo irracional, loinsensato, la disidencia, que devienen subversivos» (1983: 76-77).

Acerca de la discusión sobre la hispanidad de América Lati-na, y al concepto de neobarroco, el cubano Severo Sarduy es pro-bablemente el primer escritor latinoamericano en teorizar la reno-vación del episteme barroco. En sus Ensayos generales sobre el ba-rroco (1987), observa que los autores de la tradición literaria lati-noamericana, en primer lugar Sor Juana Inés de la Cruz, han esta-do siempre fascinados por una vocación «cosmológica» y «total».La irreverencia característica de Sarduy, influenciada por las lec-turas de Lacan y Derrida, en primer lugar, llega a una crítica de-constructiva de la unificación o unidad del mundo («la violentapulsión de unificación, el feroz deseo del Uno» —SARDUY 1974: 24),aunque la exigencia de tal necesaria justificación unitaria no esnunca completamente censurada. Mucho antes de Sarduy, José Le-zama Lima, otro extraordinario cubano, revindica la naturalezabarroca del arte latinoamericano debido a un movimiento de prés-

3 Versión nuestra al castellano.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.19

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 8: Borges en El Centro Del Infinito

20

tamos y donaciones intercontinentales: las formas barrocas euro-peas llegan a autonomizarse en Latinoamérica con el auxilio deun programa o de un contenido «local», americano. La identidadliteraria nace, según Lezama Lima, dentro de este intercambio pro-lífico y no beneficia a uno desfavoreciendo al otro. Esta búsquedadel universal parangón forma parte del nuevo episteme barroco,reconocido antes por Lezama Lima y luego, por otras vías, por AlejoCarpentier. Lezama Lima, subrayando irónicamente que «el barro-co es cosa nuestra», es decir cosa cubana y latinoamericana, notiene ninguna intención de desvincularse de la relación con el ori-gen cultural europeo. Más bien, en un panfleto publicado en 1953,precedente de su obra teórica maestra, La expresión americana (1957),en la cual se concentra sobre la madurez barroca de Latinoaméri-ca, Lezama Lima define la cultura barroca iberoamericana comoun connubio de creación y de dolor aceptado según los principiosde la fe católica de la cual él era ferviente participante. «Una cul-tura asimilada o desasimilada por otra no es una comodidad [...]sino un hecho doloroso, igualmente creador, creado» (1953: 63).

El neobarroco, por lo tanto, no se presenta como un discursorepetitivo, ni como una reproposición de fórmulas anacrónicas yacríticas; por lo contrario, para lectores y teóricos de la cultura comoSarduy o Carpentier, que acabamos de mencionar, el barroco re-fuerza la comprensión de la postmodernidad, en un sorprendenteregreso cíclico, mediante el cual podemos interpretar algunas se-ñales de crisis y desilusiones contemporáneas. La «re-apropiación»de una poética barroca, a justo término, toma el nombre de neoba-rroco, favoreciendo, de tal manera, nuevas investigaciones queabarcan el continente latinoamericano, y, con éste, lugares de es-critura puestos de lado, como, por ejemplo, la literatura francófo-na y anglófona del archipiélago caribeño. Si bien este «nuevo» mo-delo barroco de lectura filosófica del mundo huye de un mero re-ciclaje de formas de la tradición, en realidad él acepta, por un lado,y quebranta, por el otro, el pasado, reproponiendo temas, estilos,ideologías, inconscientemente, a través del método fascinantede la variación. De hecho, no es casual que el tema musical sea

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.20

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 9: Borges en El Centro Del Infinito

21

uno de los principios artísticos predilectos por los posibles auto-res neobarrocos; en primer lugar, Alejo Carpentier, que en Lospasos perdidos (1953) y en Concierto barroco (1974) ofrece sus esta-dos visionarios neobarrocos en torno a la mezcla de culturas enHispanoamérica.

La pregunta que mueve nuestra reflexión acerca de una esti-mulante conjetura de Borges neobarroco, proviene de una asom-brosa semejanza entre, justamente, el autor cubano de El siglo delas luces y el escritor de Ficciones. Durante una entrevista entregadaen Point-à-Pitre, de 1965, Carpentier, definiendo el mundo caribe-ño y, en línea general, el continente latinoamericano entero comocomplejo, caótico, extraordinario, declara que, en ese contexto, lobarroco no puede ser reducido únicamente a un estilo: la desme-sura, característica típicamente barroca y, al mismo tiempo, la re-proposición de temas e imágenes de la historia, mediante juegoslingüísticos y referencias insólitas, son «maravillosos» redescubri-mientos de una verdadera poética que puede ofrecer una interpre-tación de la disposición caótica del cosmos. El barroco, lejos deser un estilo histórico, cerrado entre los polos temporales y espa-ciales del siglo XVII, entonces, se define, en la concepción de Car-pentier, como un «estado de ánimo» que se manifiesta en autorescomo Cervantes, Rabelais, en taxonomías culturales como el góti-co o la arquitectura azteca, así como en el carácter visionario de laimaginación de Rimbaud hasta llegar a la densidad de las pági-nas de la Recherche proustiana. Es decir, lo barroco, como poética,se encuentra allí donde la escritura se transforma, se renueva, seabre a la mutación constante, con una capacidad combinatoria queparece agotarse y saturarse. Lo barroco no se adhiere a épocas decertezas científicas o espirituales; más bien, sería barroca toda for-ma de arte que, inquietamente, hila y deshila, como Penélope, eltejido que une la Verdad a cada manifestación de existencia, y eneste deshilvanarse le parece insuficiente y, sobre todo, inatendi-ble, apoyarse sobre una sola verdad, mientras que la multiplici-dad y la ambigüedad más corresponden a la enigmaticidad y, qui-zá, incomprensibilidad del mundo. «El academismo es caracterís-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.21

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 10: Borges en El Centro Del Infinito

22

tico de las épocas asentadas —afirma Carpentier—, plenas de símismas, seguras de sí mismas. El barroco, en cambio, se manifies-ta donde hay transformación, mutación, innovación» (1981).4

Confrontamos ahora esta declaración de Carpentier con la de-finición que Borges consigna de «barroco», publicada en el prólo-go de la edición de 1954 de la Historia universal de la infamia:

Yo diría que Barroco es aquel estilo que deliberadamente agota(o quiere agotar) sus posibilidades y que linda con su propiacaricatura […] Barroco (Baroco) es uno de los modos del silogis-mo; el siglo XVII lo aplicó a determinados abusos de la arquitec-tura y de la pintura del siglo XVII; yo diría que es barroca la eta-pa final de todo arte, cuando éste exhibe y dilapida sus medios.El barroquismo es intelectual y Bernard Shaw ha declarado quetoda labor intelectual es humorística. Este humorismo es invo-luntario en la obra de Baltasar Gracián; voluntario o consenti-do, en la de John Donne. […] Bajo los tumultos no hay nada.No es otra cosa que apariencia, que una superficie de imágenes;por eso mismo puede acaso agradar. (BORGES 2005: I, 307)

A partir de sus palabras, es evidente que Borges no puede serclasificado ni como barroco, ni como neobarroco, tout court. ParaBorges el barroco es una categoría mental permanente, una cons-tante puesta en discusión de categorías rígidas o esquematizadas;es una continua recuperación arquetípica de estilos y retóricas, enel momento en el que el espíritu creativo siente la necesidad deevadir su propia estaticidad; no es secundario que Borges abra su«otra inquisición», «La esfera de Pascal», con la frase «Quizá lahistoria universal es la historia de unas cuantas metáforas» y laconcluya con una ligera variación, justamente, barroca: «Quizá lahistoria universal es la historia de la diversa entonación de algu-nas metáforas» (2005: II, 16 y 18).

Es indicativo que Pascal representa una de las figuras, entrelos intelectuales barrocos, más próximas a la escritura o al siste-ma estético borgianos: él sintetiza el paradigma de la duda, del4 Léase la transcripción de la conferencia sobre lo barroco y lo real maravilloso

dada por el escritor cubano en Caracas el 22 de mayo de 1975, publicada enCARPENTIER 1981: 111-135.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.22

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 11: Borges en El Centro Del Infinito

23

escepticismo, de la inquietud que caracterizan al hombre de laedad moderna y, por extensión, el hombre de la modernidad, «unroseau pensant, esa infinita miseria que posee la grandeza de unarazón que se revela al cabo —si lo fundamental es conocer a Diosy el mundo— frágil e insuficiente instrumento» (BUSQUETS 1992:306). Borges nos ofrece una imagen de Pascal como intelectual «de-construccionista», que percibe el «pensar» y el «sentir» (términospascalianos) en su fragmentariedad: el cosmos se le presenta a Pas-cal (y a Borges, quizá) en su espectacularidad frenética, casi cir-cense, y dentro de las luces psicodélicas de las estrellas interroga-das, nace un sentimiento de aniquilación y reconstrucción, de in-comprensibilidad y extravío:

En aquel siglo desanimado, el espacio absoluto que inspiró loshexámetros de Lucrecio, el espacio absoluto que había sido unaliberación para Bruno, fue un laberinto y un abismo para Pas-cal. Éste aborrecía el universo y hubiera querido adorar a Dios,pero Dios, para él, era menos real que el aborrecido universo.Deploró que no hablara el firmamento, comparó nuestra vidacon la de náufragos en una isla desierta. Sintió el peso incesan-te del mundo físico, sintió vértigo, miedo y soledad, y los pusoen otras palabras: «La naturaleza es una esfera infinita, cuyo cen-tro está en todas partes y la circunferencia en ninguna». Así pu-blica Brunschvicg el texto, pero la edición crítica de Tourneur(París, 1941), que reproduce las tachaduras y vacilaciones delmanuscrito, revela que Pascal empezó a escribir effroyable: «Unaesfera espantosa, cuyo centro está en todas partes y la circunfe-rencia en ninguna». (BORGES 2005: II, 18)

La revalorización actual, postmoderna, del espacio y del tiem-po barrocos se origina en la concepción desconsolada de un artejunto a su nadir más inferior, a sus silencios, a sus necesidades deparodiar, reciclar formas y conceptos e imágenes alegóricas que «ar-tificiosamente» (es decir, por medio del artificio) nos conducen aun gesto que no posee objetivo, a una ausencia de profundidad, auna articulación de pensamiento contemporáneas como vanidad,inutilidad, nulidad. En este aplastamiento ontológico, barroco y ne-obarroco, Dios no es sino simplemente supuesto, obvio, necesario,

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.23

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 12: Borges en El Centro Del Infinito

24

tal vez, pero no influyente: no cabe duda de que el patetismo filo-sófico de Baruch Spinoza, tenido en gran consideración por Bor-ges y por las corrientes filosóficas postmodernas, cautiva porqueconsiste en relativizar las cosas del mundo con una creación queacaba por ser una «casualidad» intrínseca a la realidad (es el con-cepto spinoziano de natura naturans). Spinoza atrae a Borges, men-te profundamente dada al raciocinio, porque el filósofo holandéspropone una razón excelsa que domina las pasiones del mundohasta transformar, y recluir, el universo en un acto geométrico. Elpatetismo desemboca finalmente en un dudoso pesimismo y unaatormentada laceración del sujeto («Borges y yo» en El hacedor): «Spi-noza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; lapiedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he dequedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy)» —2005: II, 197.

Se trata, por lo tanto, de un relativismo que en Borges provie-ne de frecuentar a Leibniz, cuyo sistema de pensamiento sostieneun mundo único y relativo, seleccionado entre una multiplicidadde mundos posibles; así que el posibilismo se vuelve doctrina mo-dernísima de negación (o indiferencia) de (o a) la solución del la-berinto cósmico:

Búsqueda de una anterioridad o de una autoridad, una realidadotra, una realidad alta, donde alteridad y altura se confunden enotro mundo, por encima. Podría ser el mundo posible, el mun-do elegido del que hablaba Leibniz elegido, leído, libros sobrelibros sobre libros que creen —sobre ese poco de realidad quehabía una vez— una sobrerrealidad próxima a las estrellas,próximo a los símbolos, antes de estrellarse y fracturarse en par-tes. (BLOCK DE BEHAR 1999: 73)

Borges problematiza, y quizá anticipa, las teorías acerca de labúsqueda de una poética común al tiempo crucial que histórica-mente él vivió, entre la tradición angustiada de la modernidad yla experimentación artística de la duda y de la negación de reve-laciones metafísicas proveniente de la frecuentación de la filoso-fía inglesa de Hume y Berkeley. La suerte misma del escritor pare-ce ser definida por un curioso barroquismo: «Al principio [el es-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.24

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 13: Borges en El Centro Del Infinito

25

critor] es barroco, vanidosamente barroco, y al cabo de años pue-de lograr, si son favorables los astros, no la sencillez, que no esnada, sino la modesta y secreta complejidad» (2005: II, 252), afir-ma Borges en el prólogo a la recopilación poética El otro, el mismo,donde parece entreverse la necesidad de la superación de un esti-lo barroco a favor de una poética de mayor consistencia y perso-nalidad, que no es opuesta al barroco, pero que de éste mantienela «complejidad», sutil, imperceptible, casi invisible. Borges declara,además, haber «renunciado a las sorpresas de un estilo barroco»,pero dejando entender su interés hacia una poética que le corres-pondía, por lo menos, en cuanto a ars combinatoria, técnica de va-riaciones, ansia de una respuesta prefabricada a las cuestioneseternas del ser. En El informe de Brodie, hablando de dichas «re-nuncias» barrocas, Borges se confiesa:

Durante muchos años creí que me sería dado alcanzar una bue-na página mediante variaciones y novedades; ahora, cumplidoslos setenta, creo haber encontrado mi voz. […] Es verosímil queestas razonables razones sean un fruto de la fatiga. La ya avan-zada edad me ha enseñado la resignación de ser Borges. (2005:II, 428)

Ser Borges, justamente, o «desgraciadamente», como él mismoamaba subrayar, bajo aquella ironía que fue su fuerza vital, deter-minante en su poética artística y humana, es alcanzar un centro,el del rostro propio, que se esconde, se desplaza, muda entre ho-rrores, dolores e incertidumbres: este movimiento de vaivén, en for-ma de espiral, en forma de fuego y aire, que representa, en un últi-mo análisis, la búsqueda del otro, del yo, es aquella tensión dico-tómica entre la finitud del hombre y la infinitud del gesto miste-rioso que subyace a cada acción humana. Bastaría con proponer-se, como se prefijó Borges, el arduo trabajo de dibujar el mundo,igual que en el sueño de posesión de saber en el siglo XVII, «épocatrágica», «arte de la crisis», «mundo como confuso laberinto», se-gún las célebres expresiones de José Antonio Maravall (1985: 249-254 ss):

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.25

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 14: Borges en El Centro Del Infinito

26

Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largode los años puebla un espacio con imágenes de provincias, dereinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, dehabitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de per-sonas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberintode líneas traza la imagen de su cara. (BORGES 2005: II, 248)

Bajo esta lectura, nos parece que Borges pueda considerarseautor barroco, y más bien, neobarroco, en el sentido de una opera-ción intelectual y artística que, como sostiene Gillo Dorfles, «indi-vidualiza el abandono (o la caída) de todos los caracteres de or-den y simetría, y entrevé el adviento (no siempre positivo, pero tam-poco necesariamente negativo) de lo desarmónico y asimétrico».5

Se trata de la misma «oscilación», que en nuestro caso podríamosdefinir como «neobarroca», que Eco otorga a la estructura básicade la «obra abierta», una oscilación ineliminable, un «inestableequilibrio entre la iniciativa del intérprete y la fidelidad a la obra»(ECO 1999: 13).

La producción borgiana, entre otros y sí mismos, yo y espejos,desenmascara un engranaje de juegos y laberintos que, parodian-do, simulando, falsificando, construyen (o de-construyen) una ima-gen de sí que continuamente se posee y se pierde, se agarra y sere-encuentra trágicamente multiplicada.

Por ello, a Borges le interesa del barroco aquella «verdad de laduda, que consiste en hacer de la verdad no una posesión, sinouna aspiración y una conquista», que «cuestiona la supuesta co-incidencia entre el ser y el parecer, entre el objeto y la mente queaprehende» (BUSQUETS 1992: 302). No obstante el método cartesia-no se configure, según Borges, como una severa reducción de lamultiplicidad y de la diversidad a formas simples y geométricas,el argentino dedica un poema, tal vez irónico, a Descartes (en Lacifra), sobre la duda benéfica que vuelve inaceptable todo esque-ma maniqueo, toda subdivisión naturalística:

5 DORFLES, Gillo. Architetture ambigue, Bari: Dédalo, 1985, citado en CALABRESE

1987: 18.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.26

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 15: Borges en El Centro Del Infinito

27

Soy el único hombre en la tierra y acaso no hay tierra ni hombre.Acaso un dios me engaña.Acaso un dios me ha condenado al tiempo, esa larga ilusión.Sueño la luna y sueño mis ojos que perciben la luna. (2005: III,323)

«Cambio violento» respecto de los estilos precedentes, segúnEmilio Orozco en su capítulo sobre el barroquismo, «el Barroco pier-de la confianza en lo natural incluso en la experiencia de los sen-tidos. Recordemos una vez más la expresión, tan bien repetida másde una vez en nuestro Barroco, de que ese cielo azul que todosvemos ni es cielo ni es azul» (1975: 45 —en cursivas en el original).Este juicio de Orozco resulta asombroso por su modernidad. Laduda sistemática y la incertidumbre de definición «lingüística»(sobre objetos, acciones, pensamientos, opiniones) sorprenden, enel ejemplo presentado, por su actualidad y, en cierto modo, repeti-tividad. La vida es variadamente interpretable, parecen insistir losartistas barrocos. Las luces y las sombras, como en las pinturasde Caravaggio o de Rubens, iluminan y «desbordan», u oscure-cen, zonas peligrosas u ocultas, silenciadas en precedencia.

En esta tensión entre finitud e infinitud que el Barroco propo-ne como poética propia, original, autónoma, tensión de antónimos,raramente resuelta y siempre entre pliegues, como sugiere Deleu-ze, el Neobarroco descentra el centro armónico de las oposiciones,transfiriéndolo hacia una utopía en la que reina el vacío, la impo-sibilidad de la respuesta, la tragedia, el desmembramiento. Sarduyinsistía no sólo en el silencio de una presencia metafísica, sino tam-bién en una configuración ya híbrida de cuerpos, rostros, respues-tas, escrituras. De esa forma, al faltar el sentido que empuja lo exis-tente a la realización de sí, el Neobarroco se propone como episte-me subversivo, en definitiva como general incertidumbre, dentrodel cual la «violenta pulsión del Uno», según la frase de Sarduy,se anula, o mejor, se abre a una escritura múltiple, différante, po-dríamos decir con Derrida, desestabilizante.

Sin embargo Borges, como Calvino por otro lado, no puede serreconducido a una desmesura aniquiladora. La escritura de Bor-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.27

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 16: Borges en El Centro Del Infinito

28

ges vive dentro de estas contradicciones y su juego laberíntico, queabarca géneros, códigos, alterándolos, con la gracia y el implantearquitectónico estructuradísimo de la variación barroca, se revelacomo una abismal inquietud para la eternidad, la muerte, la vidaantes y después de la vida.

La descentración del género literario representa, a nuestro ver,aquel «desequilibrio» fecundo que proviene de los artificios de unaescritura neobarroca que procura el asombro, la desmitificación decualquier esquema prefijado, y también la compañía inteligente dellector.

De hecho, no hay nadie como Borges que, en lengua castella-na, ponga en discusión la tradición del concepto mismo de géne-ro literario. Maestro absoluto del palimpsesto, muchos de sus cuen-tos parecen más bien ensayos y el lector no sabe con certeza a quéatenerse. Tal cosa ocurre, por ejemplo, con Pierre Menard, autor delQuijote. El mundo clasificatorio parece, en una atenta investiga-ción, volverse flou, eliminando las barreras entre un género y otro,entre una forma y otra. Los relatos en función utópica problemati-zan con vehemencia la misma validez de la utopía como pensa-miento y literatura; en esto, es discípulo de Wells y otros narrado-res ingleses distópicos, y precursor de toda una atmósfera que losescritores del siglo XX de Europa Central y Rusia (como Platonov yNabokov) han puesto en evidencia. El mundo rígido del relato po-licial, que Stevenson definía como «ingenious but lifeless» (inge-nioso pero sin vida), se revela en toda su artificialidad. Y esta afir-mación, en principio demoledora, en cambio le resulta, si pensa-mos en los Seis problemas para don Isidro Parodi, escrito en colabo-ración con Adolfo Bioy Casares, o en La muerte y la brújula, extraor-dinariamente constructora, proficua, feliz. Señalamos también laoscura decisión de no escribir nunca novelas (con la conspicuaexcepción de escribir, por lo menos, «sobre» Don Quijote), género,como es notorio, detestado por el autor argentino, y de refugiarse,más bien, en una forma narrativa en la frontera entre el cuento bre-ve (casi una imitación contemporánea de los «exempla» medieva-les) y el ensayo, cuyo ideal es la brevedad y la confusión de am-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.28

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 17: Borges en El Centro Del Infinito

29

bos modelos de escritura. A través de la re-utilización de procedi-mientos típicos de la poética barroca, como la paradoja y el placerestético-intelectual suscitado por el uso de las palabras, Borges creaun «principio narrativo» dominante en su narrativa, como biensubraya Humberto Núñez-Faraco:

Through the use of irony, parody, and paradox, the reader isleft with an uncomfortable, yet intriguing taste of deceit. Sucha feeling generates, nevertheless, an intellectual and aestheticpleasure which is due to its intrinsic ambiguity. Borges’s tech-nique consists, among other things, in mixing a number of in-gredients that do not cancel each other but neither fuse in per-fect accord. In fact, their effect is so overwhelming that they caneasily deceive the reader as to the essential nature of the narra-tive. This disparity produces a semantic and logical tension thatis unresolvable as long as we remain within the boundaries ofthe text, that is, within the author’s fabrication of lies and tric-ks. We cannot leave this fabric, however, without losing thestory altogether. (2001: 226 —cursivas mías.)

Borges crea géneros nuevos, mundos nuevos, formas nuevas,nuevos espejismos; finalmente, crea una nueva estética en que laficción parece más profunda que la realidad. De esta teatralidadtrompe-l’oeil, Borges crea así personajes que nunca existirían peroque podrían existir, con una existencia absolutamente auténtica(o ficticiamente real) aunque sea sólo en el papel. Entre palimpses-tos y revisión (o, si se quiere, alteración) de los géneros literarios,Borges cambia definitivamente las estructuras mentales del lector,subvierte las categorías de la comunicación escrita, adopta unapostura marginal y en esta marginalidad construye una propiaepistemología. No por nada Borges convirtió el género periodísti-co en un género literario: la conversación-entrevista. La más pro-funda y humana de entre las múltiples que se le hicieron es la co-lección de diálogos intitulada Borges el memorioso (CARRIZO 1986),donde el placer intelectual y la ironía son puestos a la orden dellector. Otra muestra de esta pasión por lo marginal es evidente enlas antologías de diversos temas, escritas en solitario o en colabo-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.29

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 18: Borges en El Centro Del Infinito

30

ración. En modestos volúmenes, Borges hace una recreación de esosdiscursos y les permite funcionar como artificios literarios. Toman-do textos y tradiciones provenientes de diversas fuentes y cultu-ras, los animales, el cielo, el infierno y los sueños pasan a ser «per-sonajes». Manual de zoología fantástica (en colaboración con Mar-garita Guerrero, 1957), El libro del cielo y del infierno (en colabora-ción con Adolfo Bioy Casares, 1960) y El libro de sueños (1976) con-forman una trilogía particular. La marginalidad de Borges consis-te en una reconsideración del panorama teórico de la literaturadesde la ficción o la escritura literaria, en un cautivar la atenciónsobre los peligros y beneficios del olvido y sobre lo que componela posibilidad de la eternidad aun en la experiencia de la tempo-ralidad. Aunque esto pueda dar por resultado, desconsoladamen-te, como Borges escribe en «Una rosa amarilla», de El hacedor, elque los libros no sean nada, ni «un espejo del mundo, sino unacosa más agregada al mundo» (2005: II, 184).

Borges, rompiendo con la tríada básica de la comunicación,altera, con una filosofía que no pretende ser sistemática, la monó-tona repetición de los hechos del universo y busca en éste una tras-cendencia iluminadora. Los mundos nuevos y las formas nuevas,los artificios y la recreación discursiva emergen de una influenciadecididamente barroca, casi como si Borges fuese un nuevo Co-pérnico, en búsqueda de renovadas experimentaciones que, final-mente, no hacen que decrezca la distancia entre las certezas cien-tíficas y espirituales, y los fogosos deseos de conocimiento y demuerte. El «texto» total de Borges se revela, según las investiga-ciones de Umberto Eco, «potencialmente sin fin» (1999: 15). Ecorecuerda, además, que la naturaleza de un texto no puede basarseen la idea de una significación definitiva y definitoria; a este pro-pósito, conectándose con la práctica de la reconstrucción, Eco re-fiere que la teoría de Derrida se apoya toda en «el poder del len-guaje, y su capacidad de decir más de lo que no pretende decirliteralmente» (1999: 329). Esta capacidad subyacente al texto va-ría y se adecua también a la obra «abierta» borgiana.

Borges oscila, perplejo, entre la nerviosa, pasiva aceptación dela imposibilidad de un verdadero, último conocimiento, y la per-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.30

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 19: Borges en El Centro Del Infinito

31

suasión de que la razón humana, por justificar su existencia, debereconocer una intervención divina, fuera de las capacidades inte-lectivas. Por eso, el laberinto puede ser la morada del Minotauroque, a pesar de su aspecto monstruoso, querido también por dio-ses vengadores, se revele como casa de espera de un liberador; oel abismo infernal de la biblioteca de Babel, en que no existe nin-gún centro, y que se reduce geométricamente a «una esfera espan-tosa, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en nin-guna» (2005: II, 18). No es, entonces, ni escándalo, ni motivo deincoherencia, presentar una contrapropuesta a esta línea famosa:su revés podría destacarse de entre las palabras de la conferenciade Borges intitulada «La inmortalidad»: «En cualquier momentoestamos en el centro de una línea infinita, en cualquier lugar delcentro infinito estamos en el centro del espacio, ya que el espacio yel tiempo son infinitos» (2005: IV, 190).

Toda la obra de Borges vive justamente de esta tensión deopuestos que, expresándose en géneros inseguros e intersecantes,construye y de-construye una poética neobarroca sin garantía decertezas, que se manifiesta en las imágenes barrocas de un espa-cio arquitectural cerrado, pero abierto en todos lados, de un sueñoque concibe la vida y el arte, de un caos que es la verdadera apa-riencia del universo, del laberinto donde el centro se desvanece,por voluntad ajena.

* * *

Quizá, detrás de estos espejismos barrocos y neobarrocos, de estetrabajo intelectual que desgasta y enaltece, que humilla y alegra larazón y los sentidos, haya otra posibilidad, la última, aquélla delretorno a la simplicidad del lenguaje, sin metáforas banales y aza-rosas, ni vilipendios filosóficos y lingüísticos: quizá el poeta quie-ra, como el Góngora arrepentido por tanta soberbia, de «Los con-jurados», «volver a las comunes cosas: / el agua, el pan, un cán-taro, unas rosas» (BORGES 2005: III, 534).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.31

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 20: Borges en El Centro Del Infinito

33

Aunque la bibliografía sobre Borges sea infinita, como lo es cual-quier libro para él, existen siempre aspectos del escritor que se po-drían abordar y en los cuales encontrar huecos u omisiones. Bor-ges siempre se apresuró en declarar que su arte narrativo no con-tiene ningún tipo de formulación estética ni la revelación de unafilosofía sistemática como principio subyacente a todo el procesocreativo del escritor (cf. AGHEANA 1990). La dicotomía arte narrati-vo / estética, o texto literario / teoría, corresponde, según Borges,a una aberración: es contraponer el valor «ontológico», esencialdel gesto narrativo a una teorización que pretende explicar los dis-tintos niveles de realización artística, como si esa pudiese ser de-tallada abiertamente, sin violar la pureza fenomenológica de laobra de arte. Todo texto (literario, artístico, fílmico) que intente «ex-plicar» o «demostrar» carece de auténtica artisticidad o «literarie-dad», para retomar una expresión cara a los formalistas rusos, ydecae en un mensaje ideológico que transformaría la obra de arteen un pamphlet importuno y tendencioso. En Borges, este eje dico-tómico se revela particularmente problemático, sobre todo si sepiensa en su creación de una forma narrativa al límite entre el cuen-to breve y el ensayo, cuyo ideal es la brevedad y la confusión deambos modelos de escritura.

EL JARDÍN DE LAS VERSIONESQUE SE BIFURCAN.

UNA NOTA SOBRE LA TRADUCCIÓNEN LA OBRA DE BORGES*

Savez-vous pourquoi j’ai si patiemment traduit Poe?Parce qu’il me rassemblait.

Charles BAUDELAIRE

[33]

* El texto fue precedentemente publicado en Assumpta CAMPS (org.), Ética ypolítica de la traducción en la época contemporánea. Barcelona: EditoraPPU, 2004, pp. 95-110.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.33

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 21: Borges en El Centro Del Infinito

34

En un trabajo sumamente estimulante y apasionado, tituladosignificativamente «Borges o las ironías de un vidente ciego», LisaBlock de Behar relata que el argentino amaba repetir un ejemploen el cual comparaba el álgebra y la literatura: si en álgebra lossignos más y menos se excluyen, en literatura pasa lo contrario:estos signos se atraen recíprocamente e imponen a la concienciauna sensación ambigua y, al mismo tiempo, auténtica:

Desde sus escritos de vanguardia, en los tiempos del ultraísmoespañol y latinoamericano, Borges pasó de la perplejidad a lafascinación al observar que las palabras no solo podían tenervarios significados sino que esa pluralidad podía abarcar signi-ficados contrarios […]. En El informe de Brodie el cuento epóni-mo de uno de sus últimos libros de cuentos, Brodie asimila lapeculiaridad del lenguaje de las tribus a la de nuestra lengua; eltexto está en español, sin embargo el informe dice: «No nos ma-ravillemos en exceso; en nuestra lengua el verbo to cleave valepor hendir y adherir». (BLOCK DE BEHAR 1994b: 81-82)

David Brodie es el autor de un manuscrito encontrado en unejemplar del primer tomo de la versión firmada por Edward Lanede Las mil y una noches, que el autor Borges sostiene querer tradu-cir «fielmente al castellano», deseando no modificar su extraño «in-glés incoloro». El resultado es asombroso: la palabra del informese manifiesta en toda su ambigüedad y pluralidad, es decir, otrosnombres u otras versiones de la traducción, o sea de la introduc-ción de un texto en otro contexto.

La paradoja borgiana del silencio (o rechazo) sobre la teoríaestética en favor de una observación nueva, casi perturbada, delfenómeno literario que rompe la monótona repetición de los he-chos del universo y busca en este una trascendencia iluminadora,parece fortificarse con el lugar que ocupa la traducción dentro delproceso creativo y artístico de Borges. Procedemos a investigar elprincipio estético de la traducción en el autor argentino, recordan-do su famosa afirmación, con que se abre «Las versiones homéri-cas», según la cual «ningún problema es consustancial con la li-teratura y con su modesto misterio como el que propone la traduc-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.34

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 22: Borges en El Centro Del Infinito

35

ción» (2005: I, 252). Borges es consciente de que, excepto la lec-tura, la segunda actividad central para el proceso creativo es latraducción:

La traducción, en cambio, parece destinada a ilustrar la discu-sión estética. El modelo propuesto a su imitación es un texto vi-sible, no un laberinto inestimable de proyectos pretéritos o laacatada tentación momentánea de una facilidad. Bertrand Rus-sell define un objeto externo como un sistema circular, irradian-te, de impresiones posibles; lo mismo puede aseverarse de untexto, dadas las repercusiones incalculables de lo verbal. Un parcialy precioso documento de las vicisitudes que sufre queda en sustraducciones. (2005: I, 252 —cursivas mías.)

Emerge así el concepto de traducción como labor incansablede variaciones posibles, un «hecho móvil», considerado en distin-tas perspectivas, según las mismas palabras de Borges: «Un largosorteo experimental de omisiones y de énfasis» (2005: I, 252), yaque el único texto definitivo correspondería «a la religión o al can-sancio»: la traducción es trabajo creativo de lectura y relectura, deinterpretación, de sondeo intelectual, de reproposición de virtudeso vicios ajenos, de gozo y conmoción, que permite dialogar, más omenos fielmente, con la imaginación (o las imaginaciones, comosostiene Borges) del autor-creador.

No es inútil citar las obras y los autores que Borges tradujo alo largo de su existencia, ya que ellos mismos representan unapuerta privilegiada para comprender al argentino y, sobre todo,para averiguar el estatus del trabajo del traductor como concien-cia teórica y práctica.

La primera obra traducida por Borges es probablemente elcuento de Oscar Wilde, El príncipe feliz, publicada en El País deBuenos Aires el 25 de junio de 1910. Sus mejores trabajos pertene-cen a la merecidamente celebérrima antología de Los mejores cuen-tos policiales, escrita a cuatro manos con Adolfo Bioy Casares. Enla colección que tanto influyó sobre el problema epistemológico queencierra la novela policial como género y poética, se encuentranlas traducciones del estimadísimo G.K. Chesterton, «El honor de

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.35

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 23: Borges en El Centro Del Infinito

36

Israel Gow» y «Los tres jinetes del Apocalipsis»; el cuento de Na-thaniel Hawthorne, «Las muertes repetidas»; y, finalmente, dos re-latos de Edgar Allan Poe, entre los más apreciados por nuestroautor, «La carta robada» y «La verdad sobre el caso de M. Valde-mar». No falta un curioso G. Apollinaire con «El marinero de Áms-terdam» y «Las muertes concéntricas» de Jack London, de quienBorges tradujo para la Revista Multicolor también el cuento «Lasmuertes eslabonadas» nueve años antes (BIOY CASARES y BORGES

1943). Mencionamos también las Fabulas de R.L. Stevenson, queBorges consideraba una pequeña y secreta obra maestra; el quintocapítulo del Urn-Burial de Sir Thomas Browne, publicado en Surde 1944 y que será citado en «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius» como laúnica lectura-pasatiempo del mundo tlönizado.

Otras traducciones son los Cien dísticos del viajero querubínicode Ángelus Silesius, cinco poemas de Hermann Hesse, «La esperan-za» de Villiers de l’Isle Adam, la última hoja del Ulises joyciano,un cuento de Giovanni Papini insertado en la famosa Antología dela literatura fantástica («La última visita del caballero enfermo»), unraro Henri Michaux («Un bárbaro en Asia»). Además, la excep-cional versión de Hojas de hierba de Walt Whitman, publicada en1969; una controvertida y «borgiana» interpretación de la Meta-morfosis kafkiana; una parte de las sagas nórdicas de Snorri Stur-luson, «La alucinación de Gylfi», de la que Borges fue un confesopropulsor en una época de problemático nacionalismo universal.Finalmente, un cuento de Las mil y una noches, «Historia de Abdu-la, el mendigo ciego», con el que Borges elige un tema relacionadoa la ceguera y traduce a Antoine Galland, quien tradujo el origi-nal árabe, según un juego singular de cajas chinas o, mejor dicho,de textos que se bifurcan.

En las brillantes páginas de su reflexión sobre la práctica dela traducción, George Steiner brinda una imagen de Borges que,más allá de la excesiva y entusiasta predilección por el autor ar-gentino, enfoca el problema de la traducción en la dirección de unavida metaforizada por la traducción misma. Borges es, en las pa-labras de Steiner, «the most acute, most concentrated commentary

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.36

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 24: Borges en El Centro Del Infinito

37

anyone has offered on the business of translation» (1992: 73 —cursivas mías). Más adelante, defiende la percepción de Borges deser un auténtico traductor por saber conscientemente que «hislabor belongs “to oblivion” (inevitable, each generation retransla-tes), or “to the other one”, his occasion, begetter, and precedentshadow» (1992: 76).

De hecho, si —como sostiene Claudio Guillén— un acto de tra-ducción es «la tentativa de comprender una lengua diferente de lapropia, puesto que las significaciones, las alusiones, las tonalida-des, los ritmos cambian inexorablemente» y que «una lectura com-pleta requiere la comprensión de un mundo verbal que difiere delnuestro» (1985: 346), entonces, en Borges, esto se vuelve comenta-rio metafórico por extensión, forma de diálogo con el mundo (olos mundos), tentativa de alcanzar un lenguaje único y universalque es, a su vez, metáfora de la verdad.6

Con estas premisas epistemológicas se entiende la peculiar fas-cinación de Borges por el trabajo utópico, inventivo, imaginariode un lenguaje universal como el pseudosistema propuesto por elobispo John Wilkins, inmortalizado en Otras inquisiciones:

Las palabras del idioma analítico de John Wilkins no son tor-pes símbolos arbitrarios; cada una de las letras que las integranes significativa, como lo fueron las de la Sagrada Escritura paralos cabalistas. Mauthner observa que los niños podrían apren-der ese idioma sin saber que es artificioso; después en el cole-gio, descubrirían que es también una clave universal y una en-ciclopedia secreta […]. Notoriamente no hay clasificación deluniverso que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muysimple: no sabemos qué cosa es el universo […]. Cabe ir máslejos; cabe sospechar que no hay universo en el sentido orgáni-co, unificador, que tiene esa ambiciosa palabra. Si lo hay, faltaconjeturar su propósito; falta conjeturar las palabras, las defini-ciones, las etimologías, las sinonimias, del secreto diccionariode Dios.

6 Recuérdese que en un ensayo sobre la traducción, Die Aufgabe des Übersetzer(1923), Walter Benjamin proponía su idea visionaria y mesiánica de un procesoque permitía superar la innumerable variedad lingüística del mundo.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.37

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 25: Borges en El Centro Del Infinito

38

La imposibilidad de penetrar el esquema divino del universo nopuede, sin embargo, disuadirnos de planear esquemas humanos,aunque nos conste que estos son provisorios. El idioma analíticode Wilkins no es el menos admirable de esos esquemas. Los gé-neros y especies que lo componen son contradictorios y vagos;el artificio de que las letras de las palabras indiquen subdivisio-nes y, divisiones es, sin duda, ingenioso. (BORGES 2005: II, 90-92)

De cierta forma, la traducción vive de este proyecto utópico ylleno de esperanzas que posee, al mismo tiempo, una naturalezade signos arbitrarios y un orden «esquemático» que intenta justi-ficar el caos del mundo. Para Borges, la traducción es paráfrasisposible de un mundo que, de otra forma, como toda la literatura,sería difícilmente detectable, y a pesar de este esfuerzo, permane-ce en su misterio. Borges percibe al traductor (y, por ende, la tra-ducción) como relación de un poeta que intenta conciliar polos pa-ralelos. Se trata de una pluralidad de mundos (recuérdese aquí elpolisistema cultural inaugurado por la escuela israelí y el trabajode Itamar Even-Zohar) que introduce, transpone, recrea una re-vi-sión del mundo como propia:

Traducir es introducir. Traducir es trasladar verbalmente, de unespacio a otro, no sólo textos sino muestras, miembros, cosas,retazos de culturas dispares. Se trata de una acción, una iniciati-va cultural, tan innovadora como cualquier otra, en lo que serefiere al público receptor. (Guillén 1985: 352)

El reclamo de Guillén al hecho de que «se trata de [...] una ini-ciativa cultural» encaja magistralmente con la versión que es consi-derada como la obra maestra de las traducciones borgianas: la Eddade Snorri Sturluson; sin el aporte de Borges, que trasladó el imagi-nario de las sagas nórdicas al hemisferio austral, con dificultadesevidentes hubiéramos tenido acceso al original mundo fantásticode Islandia, con aquel sistema poético de metáforas, las kenningar, alas que Borges dedicó uno de sus estudios más modernos y asom-brosos en el campo de la poética de la literatura anglosajona.

De acuerdo con Steiner, según el cual el traductor es, en últi-ma instancia, un hermeneuta que recoge y reelabora temáticas, va-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.38

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 26: Borges en El Centro Del Infinito

39

lores éticos, posturas sociales o contenidos culturales, Borges pro-puso, con su versión de la mitología islandesa al castellano, otraversión del cuestionamiento del universo, de la presencia-ausen-cia de Dios, del dinamismo y poder de la libertad humana. En sulibro Antiguas literaturas germánicas, escrito en colaboración conDelia Ingenieros, Borges afirma que, para él, la historia de la alu-cinación de Gylfi, episodio central de Edda, se revela como un en-gaño perpetrado al hombre de parte de los dioses; más aún, losdioses mismos son «engaño», ilusión (BORGES e INGENIEROS 1951:104). Borges elige, además, traducir «erróneamente» el término is-landés antiguo ginning (de aquí el nombre originario de Gylfagin-ning) como «alucinación» y descarta la versión literal «decepción».Es probablemente una elección que manifiesta una sensibilidad yuna inquietud de parte de Borges, una profundización del mundoreligioso transmitido por las sagas escandinavas, y una percep-ción de su extraordinaria modernidad. La condición del hombrees desesperante y él no es más que un fantoche en las manos deuna presumida divinidad. Léase, una vez más, el trágico resumenque Borges retoma del pesimismo humano en «El idioma analíti-co de John Wilkins»:

El mundo —escribe David Hume— es tal vez el bosquejo rudi-mentario de algún dios infantil, que lo abandonó a medio ha-cer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra de un diossubalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la con-fusa producción de una divinidad decrépita y jubilada, que yase ha muerto. (2005: II, 91)

Es obvio que la traducción no es un acto de pura transcrip-ción, inocua, inocente: la escritura borgiana está siempre dispues-ta a brindarnos una perspectiva aguda sobre la práctica traducto-ra, aunque no simplifique el cliché, abusado por su naturaleza,del viejo adagio italiano de traduttore/traditore. Idealmente, el tra-ductor no quiere traicionar a nadie, trátese de autores u obras, perono siempre resulta consciente de la imposibilidad de ofrecer untexto igual al original. Es el caso planteado en uno de los cuentosmás famosos y discutidos de nuestro autor: Pierre Menard, autordel Quijote. ¿O sería mejor escribir «traductor» del Quijote?

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.39

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 27: Borges en El Centro Del Infinito

40

Lisa Block de Behar descarta las lúcidas y lícitas interpreta-ciones de Maurice Blanchot, en Le livre à venir, y de George Steineren el ya mencionado y célebre After Babel. Para la estudiosa uru-guaya, sería un error confundir a Pierre Menard con «el» traduc-tor ideal porque, de esta manera, se desvía «así, por un desplaza-miento sobreinterpretativo, la oposición (identificación) autor-lec-tor, más legítima, que nos interesa: el texto de Cervantes y de Pie-rre Menard son verbalmente idénticos» (1987: 115). Sin embargo,no obstante las pertinentes y sugestivas reflexiones de la autoracitada, el caso de Pierre Menard se presenta como extraordinaria-mente liminal y admite ambas posiciones: la traducción es escri-tura y reescritura, y Menard «vigila» la «gran memoria literaria»(retomo aquí otras expresiones utilizadas por Block de Behar) trans-formándose en un lector-elector-selector-traductor. De esa forma secumplen las palabras de Haroldo de Campos quien define la tra-ducción como un acto de «transcreación», mientras que Genettehabla de «transtextualidad» y de «transposición» (GENETTE 1989:264), es decir una modalidad de lectura, de apropiación, de amis-tad y rivalidad entre los textos que componen la historia de la lite-ratura. Concordamos con las palabras de Daniel-Henri Pageaux:«el texto traducido es una especie de utopía, de no-lugar […], nidel todo semejante al texto original, no totalmente asimilable a untexto directamente escrito en su misma lengua o lengua meta. Laactividad traductora transforma un texto meta en una especie deintertexto» (2003: 129).

Borges afirma en el prólogo de Ficciones que el verdadero autorde «Pierre Menard, autor del Quijote» es «el destino que su prota-gonista se impone» (2005: I, 457), y ese destino se configura comoobra de ambición, la obra «subterránea, la interminablemente he-roica, la impar» (2005: I, 477). Releamos «el» párrafo explicativo:

No quería componer otro Quijote —lo cual es fácil— sino el Qui-jote. Inútil agregar que no encaró nunca una trascripción mecá-nica del original; no se proponía copiarlo. Su admirable ambi-ción era producir unas páginas que coincidieran —palabra porpalabra y línea por línea— con las de Miguel de Cervantes. (2005:I, 478)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.40

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 28: Borges en El Centro Del Infinito

41

Borges nos recuerda que la metodología de trabajo utilizada porPierre Menard es la más sencilla de todas, y la más imposible: «ser»Miguel de Cervantes, operación que rechaza por tratarse de una«disminución»: decide, entonces, como es evidente, «seguir siendoPierre Menard y llegar al Quijote, a través de las experiencias dePierre Menard» (2005: I, 478). El resultado, según Borges, y con élconcuerda sin duda el lector, es que ambos textos son «verbalmen-te» idénticos, pero el texto de Menard es definido, con provocación,«casi infinitamente más rico. (Más ambiguo, dirán sus detractores;pero la ambigüedad es una riqueza)» (2005: I, 480). La labor de Me-nard se realiza, finalmente, en «una empresa complejísima y de an-temano fútil» (2005: I, 481). Su traducción, que Borges llama (ma-gia de lo literario) de «palimpsesto», representa, bajo forma de me-táfora, la asombrosa «vanidad que aguarda todas las fatigas delhombre» (2005: I, 481). Además, detrás de la técnica traductora in-augurada por Menard, la lectura puede revelar un universo miste-rioso y complejo, una renovación de cánones insólitos, como la atri-bución a Céline o a Joyce de la Imitación de Cristo, como se sugiereen el final del cuento, que nos brindaría otra luz frente a autores,culturas, mundos. La traducción, en Borges, admite la posibilidad(quizá puramente utópica o banal) de ser, una vez más, lectura dela realidad, investigación, puente o coyuntura de polos o versio-nes por lo general aislados o sin conexión potencial alguna.

Que la traducción sea diálogo infinito a través de tiempos yespacios, que sea reescritura y relectura es lo que supone Borgesdecretando, más allá de la mera práctica traductora, a autores comoSchopenhauer, De Quincey, Stevenson, Mauthner, Shaw, Chester-ton, Léon Bloy dentro de «el censo heterogéneo» (2005: I, 517) desus lecturas preferidas.

Pierre Menard no es sólo un autor del Quijote, sino el autor, ellector, el traductor de la obra cervantina. En Borges, el traductor eslector, autor, recreador de textos. Para él, traducir es un problemadelicado, primordial en la historia de la literatura. Relacionada conl’affaire Pierre Menard, una de las más constantes preocupacionesborgianas reside en la irresuelta reflexión sobre el acto de la tra-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.41

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 29: Borges en El Centro Del Infinito

42

ducción como práctica que exalta la individualidad del traductoro como fórmula arquetípica de considerar los textos literarios comovariantes de un Ur-text, primigenio, irreducible y sagrado. Borgeslevanta esta cuestión en una de las más importantes Otras inquisi-ciones. En «La flor de Coleridge», Borges vuelve a proponer ideasde otros autores como Paul Valéry, Emerson, Shelley. Sus conside-raciones son aplicables a una nueva dimensión de la traduccióncomo práctica intertextual en que el hombre posee un papel nadadesdeñable:

Hacia 1938, Paul Valéry escribió: «La Historia de la literaturano debería ser la historia de los autores y de los accidentes desu carrera o de la carrera de sus obras sino la Historia del Espí-ritu como productor o consumidor de literatura. Esa historiapodría llevarse a término sin mencionar un solo escritor» […].Shelley dictaminó que todos los poemas del pasado, del pre-sente y del porvenir, son episodios o fragmentos de un solo poe-ma infinito, erigido por todos los poetas del orbe. (2005: II, 19)

Esta especie de panteísmo literario resulta provocador si sepiensa que la literatura —y con ella la traducción, a menudo des-prestigiada como práctica ancilar—, es el producto de variantes yvariantes y más variantes de un texto fijo, último, sagrado, y quedichas variantes representan metafóricamente un laberinto de ten-tativas en búsqueda del Texto:

En el orden de la literatura, como en los otros, no hay acto queno sea coronación de una infinita serie de causas y manantialde una infinita serie de efectos. Detrás de la invención de Cole-ridge está la general y antigua invención de las generacionesde amantes que pidieron como prenda una flor. (2005: II, 19)

Para Borges, la literatura es —indudablemente— orden, comoen el fragmento aquí mencionado; pero es también caos de elemen-tos que buscan febrilmente un punto de síntesis impersonal, atem-poral, que supere las diatribas entre posturas clásicas y románti-cas, como el mismo Borges parece aludir en su «inquisición»:

Quienes minuciosamente copian a un escritor, lo hacen imper-sonalmente, lo hacen porque confunden a ese escritor con la li-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.42

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 30: Borges en El Centro Del Infinito

43

teratura, lo hacen porque sospechan que apartarse de él en unpunto es apartarse de la razón y de la ortodoxia. Durante mu-chos años, yo creí que la casi infinita literatura estaba en un hom-bre. Ese hombre fue Carlyle, fue Johannes Becher, fue Whitman,fue Rafael Cansinos Assens, fue De Quincey. (2005: II, 21)

Copiar minuciosamente, estando de acuerdo con la prácticaotorgada por Pierre Menard, podría ser sinónimo de traducción.No siempre la copia debe ser necesariamente fiel o precisa, buena.La participación temporal, histórica de los autores-traductores enbúsqueda de una presumida —pero deseada— inmortalidad per-mite traicionar, violentar o superar al texto «visible» traducido: esla inquietud que Borges demuestra y desnuda desenmascarandolas técnicas utilizadas por los traductores de Las mil y una noches,en el célebre y extenso estudio incluido en Historia de la eternidad.Borges parece reproponer, a través de las labores de los traducto-res de una obra «superior al Alcorán», la misma forma circular demúltiples traductores que se intersecan violentamente en una com-petición desenfrenada, se imitan casi por querer re-escribir una obraya realizada, se superan en una lucha de dioses y gigantes. Latraducción de Richard Burton fue la versión que permitió a Bor-ges conocer el mundo árabe y la fascinación de un libro que inclu-ye mil y una historias que pueden ser infinitas e interactuantesgracias al poder de la palabra escrita y oral. Burton, por ejemplo,logra aumentar su reputación de arabista en el ámbito internacio-nal y suplanta la versión del orientalista Eduardo Lane, «que ha-bía suplantado a otra de Galland» (BORGES 2005: I, 424), la difun-dida versión afrancesada de la obra árabe, «la peor escrita de to-das, la más embustera y más débil, pero fue la mejor leída» (2005:I, 425), reconoce Borges. Para entender la conquista de Burton, es-cribe el autor argentino, «hay que entender esa dinastía enemiga»(2005: I, 424): Burton, de hecho, mejora largamente la versión pú-dica y edulcorada de Lane, que repudia las presumidas obsceni-dades textuales, las referencias y alusiones eróticas, y «las rebus-ca y las persigue como un inquisidor» (2005: I, 426). A esas versio-nes se añade la operación «literal y completa» del Dr. Mardrus,que tradujo el árabe Quitab alif laila uâ laila con Livre des milles nuits

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.43

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 31: Borges en El Centro Del Infinito

44

et une nuit… Borges se maravilla por la riqueza imaginativa, másallá del texto original, que Mardrus infunde en su versión, proba-blemente por cautivar al público y recrear un mundo árabe fan-tasmagórico e inexistente, más de fábula que verídico, si esto fue-ra posible dada la naturaleza de la obra. Asimismo, si dicha tra-ducción resulta la más legible de todas, para Borges aquella ver-sión, que «no traduce las palabras sino las representaciones dellibro» (2005: I, 438) es metáfora de una gran libertad narrativa yartística, y de la creación de un excesivo orientalismo visual decliché. Borges no ahorra su propio comentario, índice de una mez-cla curiosa de admiración y placer documental del sabio:

Mardrus es el único arabista de cuya gloria se encargaron losliteratos con tan desaforado éxito que ya los mismos arabistassaben quién es […]. Celebrar la fidelidad de Mardrus es omitirel alma de Mardrus, es no aludir siquiera a Mardrus. Su infide-lidad, su infidelidad creadora y feliz, es lo que nos debe impor-tar. (2005: I, 438)

La última traducción de la que se ocupa este imprescindibleensayo borgiano es la alemana, realizada por Enno Littmann, de-finida por Borges como insípida y, al mismo tiempo, tesonera, deestilo «lúcido, legible, mediocre» (2005: I, 440): su tranquilidadasombra a Borges, por su ausencia de riesgo intelectual y poético,por sus raras incursiones en la materia auténtica del texto tratado.Sin embargo, Borges sigue consciente de que la traducción es unterreno fundamental en el desarrollo del fenómeno literario y cul-tural; no por casualidad este ensayo entra, de pleno derecho, en la«eternidad» histórica y contingente, e incluso aspirando a más.Para Borges, en definitiva, no hay sino una traducción literal (querecupera la presuntuosa ideología romántica de la importancia sa-grada del escritor que, con su voz profética, desea alcanzar al mun-do tangible y no tangible) y una traducción parafraseada (que, enrealidad, reafirma la configuración de todo el mundo único, artís-tico, riquísimo del escritor-traductor, su pensamiento, su mentali-dad, su fantasear, su «traición», volcando así las nociones, a ve-ces estáticas, de texto y autor).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.44

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 32: Borges en El Centro Del Infinito

45

La hermosa discusión Newman-Arnold (1861-62), más memo-rable que sus dos interlocutores, ha razonado extensamente lasdos maneras generales de traducir. Newman vindicó en ella elmodo literal, la retención de todas las singularidades verbales:Arnold, la severa eliminación de los detalles que distraen o de-tienen. Esta conducta puede suministrar los agrados de la uni-formidad y la gravedad; aquella, de los continuos y pequeñosasombros. Ambas son menos importantes que el traductor y quesus hábitos literarios. Traducir el espíritu es una intención tanenorme y tan fantasmal que bien puede quedar como inofensi-va; traducir la letra, una precisión tan extravagante que no hayriesgo de que la ensayen. (2005: I, 427)

En definitiva, estamos de acuerdo con las conclusiones de EfraínKristal (2002) cuando sostiene que la traducción es para Borges con-tar la «misma historia» de una forma ligeramente diferente.

For him, as for so many characters in his own fictions, the crea-tor of a literary work is inevitably a recreator or an editor whochanges the emphasis or recombines elements of other works.If, as Borges believed, the themes, stories, and metaphors thatcan be rehearsed in a work of literature have probably alreadybeen exhausted, translation is not only a privileged vantage po-int from which to appreciate a literary practice; it is perhapsthe only one. Borges’s achievements as translator are a tributeto his humility and craftsmanship; they are like the masterpie-ces of Pierre Menard —invisible. (2002: 138-139)

Precisamente, la figura de Pierre Menard asume la connota-ción paradigmática de ser el referente y la referencia de todas lasfunciones literarias, aquel autor que no existe (tampoco su obra) yque, sin embargo, él celebra, glorifica en su obra invisible. Borgeses Menard o Menard es «por» Borges, como afirma Lisa Block deBehar con la habitual lectura poética que caracteriza su escritura:

Menard es un lector, un crítico, autor, traductor, según algunos,un personaje, en todos los casos. Existe por Borges, y la preposi-ción vale como causa, como sustitución y como multiplicación:Borges por Menard, un autor por otro autor que no existe; comosi multiplicara por cero, la cifra que reúne todas las cifras, loagota, lo suprime. (1999: 87)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.45

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 33: Borges en El Centro Del Infinito

46

Si Blanchot afirma que la traducción es una actividad dúpliceporque la misma obra se presenta bajo las especies de un doblelenguaje, con razón Lisa Block de Behar advierte el peligro que ocu-rre con la obra de Menard: «Ocurre justamente lo contrario: se du-plica la obra, pero el lenguaje permanece exactamente el mismo, elespañol de Cervantes no aparece modificado en ningún detalle»(1994a: 74).

«La traducción es la expresión de una diferencia», sugiere Pa-geaux en una perspectiva antropológica y es una operación «so-bre el pensamiento del Otro» (2003: 130). A pesar de la homoni-mia pragmática que, según Block de Behar, practicaría Menard consu Quijote coincidente, Menard es un traductor sui géneris, fronte-rizo, excepcionalmente fiel (¡falso problema de la fidelidad!). Laobra invisible de Menard no es la obra visible de Cervantes: él operaen una identidad regeneradora de textos: «El traductor dobla untexto pero, en tanto que doblaje, es otra cosa, otro texto: no coincidecon el original y, todavía más, lo sustituye; no lo borra pero lo des-figura, lo transfigura, en el mejor de los casos» (1994a: 74 —cursi-vas mías).

La realización de Menard no es un caso aislado: su obra invi-sible no está muy distante de la obra visible de otro traductor re-conocido (de la cultura persa), aquel Edward Fitzgerald, que, pa-rafraseando a Borges, colaboró en las Rubaiyat de Umar Khayyán ypara el cual «las vicisitudes y el tiempo sirvieron para que […] [losdos] fueran un solo poeta» (BORGES 2005: II, 72 —cursivas mías).

Borges rehuye metódicamente la propuesta de una teoría de latraducción; sin embargo, como siempre ocurre en sus escritos, lafalta de pretensión de sistematicidad se revela, por lo contrario, ydeja entrever, misteriosamente, para el crítico y el lector apasiona-do, una filosofía de la traducción iluminadora y, a veces, contratoda esperanza, contra toda apariencia, sistemática y fiel.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.46

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 34: Borges en El Centro Del Infinito

47

En dos insólitas películas como La rosa púrpura del Cairo (1985) yDeconstructing Harry (1997), Woody Allen, genial atravesador depuentes fílmico-literarios, no sólo plantea brillantemente la con-flictiva problemática entre la realidad y la ficción, sino que pre-senta un original metadiscurso sobre el cine: mediante las cons-tantes invasiones de personajes ficticios que salen de la películapara refugiarse en el mundo real y de mujeres, dignas reconstruc-ciones de Madame Bovary, que aspiran a entrar en el rígido cua-drado de la pantalla, la realidad aparece privilegiada, situada porencima de la ficción, y el blanco y negro del ficticio mundo delcine se colorea cuando se cruza con lo real. Allen, meticuloso yácido, cuando no «deconstruccionista», nuevo Pirandello del grandécran, demuestra hábilmente cómo el cine y la literatura han deve-nido lenguajes comunicantes, incorporándose recíprocamente te-mas, funciones, weltanschaaungen. «Tout film est un film de fiction»,sentencia Christian Metz (1977: 63). El cine, según su propia eti-mología, tiene la pretensión de proponer una imagen (o miríadasde imágenes) en movimiento que, más que el texto literario, fun-ciona como filtro entre la mirada del sujeto y la realidad. Presen-tando una realidad menos mediatizada que el lenguaje literario y

BORGES, PUIG Y LOS LENGUAJESCOMUNICANTES*

a Ana Lúcia

Nené agregó que la entusiasmaban, le parecían letras escritas paratodas las mujeres y a la vez para cada una de ellas en particular. Mabel

afirmó que eso sucedía porque los boleros decían muchas verdades.(Manuel PUIG, Boquitas pintadas)

* El texto transcribe la conferencia presentada en el Departamento de Cienciasde la Comunicación, Universidad de la República, Montevideo, Uruguay, el22 de julio de 2004.

[47]

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.47

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 35: Borges en El Centro Del Infinito

48

gracias al «juego» ficcional de una distancia con la realidad mis-ma, aparentemente más reducida, el «texto» cinematográfico semuestra así como herramienta mimética más verosímil, gloriándo-se, por ende, de representar o figurar la verdad: «All coincide in atextual proximity: the text assimilates them into an affinity whichis proximity and similarity. The text makes the “próximo prójimo”»(BLOCK DE BEHAR 1991: 612). Y una vez más, nos alcanza e inquietala pregunta de qué cantidad de verdad hay en la «exhibición» dela ficción y qué se oculta, qué se abandona, qué se selecciona. LisaBlock de Behar sugiere que la ambivalencia de los lenguajes lite-rario y cinematográfico, («comunicantes», porque comunican undiscurso y «se» comunican), representa, en síntesis, el signo dis-tintivo, la marca de identificación de dos signos que comparten lamisma mirada, la misma acepción metafórica:

Las imágenes se encuentran y se apartan en una encrucijada detransformaciones: una exterioridad que se interioriza, un inte-rior que deja de serlo. El film es otra cinta sin fin de Escher oMoebius que da lugar a un infinito estético donde la oposición deespacio es aparente, las visiones se confunden, porque visión eslo que se ve y también lo que se imagina: la verdad-ficción, el afue-ra-adentro, el blanco, el negro, donde termina empieza. (1987:136 —cursivas mías.)

Con el advenimiento de la industria cinematográfica en losaños veinte del siglo pasado, la crítica rusa había ya intuido, gra-cias a los estudios formalistas, la importancia del gesto o de la co-municación no culta, que no había registrado, en cambio, interésde estudio en los ámbitos literarios. Sería suficiente dar algunosejemplos de este cambio de rumbo: la atención brindada por Sklo-vski a la evolución de un género capital como la novela y su deu-da con el folletín decimonónico; los estudios de Lotman relativosa una cultura no exclusivamente literaria que abarca siempre másvastos ámbitos de investigación hasta transformar el patrimoniode una civilización en una «semiosfera», un conjunto interactuantede signos; la tentativa de Todorov de ennoblecer un género malentendido y, hasta sus trabajos, no suficientemente investigado,

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.48

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 36: Borges en El Centro Del Infinito

49

como el fantástico, y que representa la entelequia de cualquier apor-te literario; y finalmente, Bajtín con su proceso de carnavalizaciónde la literatura y el estudio de la cultura popular como valioso ygenuino ejemplo de descanonización del lenguaje áulico, culto.Bajtín, en su celebérrimo y, a veces, abusado ensayo sobre el car-naval, advierte que en las representaciones artísticas siempre elindividuo parece «dotado de una segunda vida que le permit[e]establecer nuevas relaciones, verdaderamente humanas, con sussemejantes» (1990: 15) y en su espacio privilegiado, como en esteentre-espacio que se obtiene de la confluencia de los lenguajes ci-nematográfico y literario, «el carnaval ignora toda distinción en-tre actores y espectadores [...] Los espectadores no asisten al car-naval, sino que lo viven» (1990: 12-13). ¿Verdad o ficción? ¿Quiénauténticamente está representando, reflejando la realidad, en todosu utópico capturar del instante eterno con forma definitiva?, ¿elcine, mediante imágenes aparentemente más concretas o la litera-tura, con su polisemia variamente interpretable? Afirma Lisa Blockde Behar que el enunciado ‘la vi con mis propios ojos’ evidenciasólo una «parte de verdad, es ver en parte(s); de esas partes, seforma la ficción».7 Los personajes del cine y de la literatura soncomo los bufones descritos por Bajtín, cuyo valor es, en esencia,fronterizo y se presentan semióticamente intercambiables:

Los bufones y payasos [...] no eran actores que desempeñabansu papel sobre el escenario. Por el contrario, ellos seguían sien-do bufones y payasos en todas las circunstancias de su vida.Como tales encarnaban una forma especial de la vida, a la vezreal e ideal. Se situaban en la frontera entre la vida y el arte (enuna esfera intermedia), ni personajes excéntricos o estúpidos niactores cómicos. (BAJTÍN 1990: 13)

La contribución de la crítica rusa es fundamental en esta di-rección y es lamentable que se olviden las participaciones de otrosestudiosos como Eijenbaum, Tynianov (frecuentemente mal tradu-cidos, añadiendo así mal sobre mal) en relación con la forma pa-

7 Lisa BLOCK DE BEHAR, «Recuerdos de cine y variaciones sobre notas al pie»,en <http://www.querencia.psico.edu.uy/revista_nro5/lisa_block.htm>.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.49

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 37: Borges en El Centro Del Infinito

50

ródica, o Jakobson respecto de la incidencia de la lengua en la cul-tura. Sin embargo, estas últimas décadas, que llevan el sello de erade la comunicación, permiten reconsiderar las lecturas críticas dela escuela rusa, así que se asiste hoy a un fenómeno curioso: lacultura popular lentamente se ha metamorfoseado en cultura cul-ta, sustituyéndola, a veces, con propuestas violentas y perentorias.En la narrativa del siglo XX, a partir de la pérdida de la centrali-dad del texto literario strictu sensu, las formas de lo culto parecenhaberse desvanecido en una nebulosa coloración popular que par-ticipa de aquella postmodernidad, cuya definición taxonómica si-gue todavía en discusión. Mediante el derribamiento de los angos-tos cánones tradicionales, donde ‘tradicional’ era sinónimo de oc-cidental y eurocéntrico, y la desjerarquización de una literaturasupuestamente «alta», es decir, autocelebrante, nacionalista y glo-riosa, la comunicación literaria ha discutido su propia dinámicaoriginal. La crítica formalista y la contribución de la escuela se-miótica francesa resultan indispensables modelos de lectura delmundo, a través de la mediación del discurso deconstruccionista.La marginalidad en lo literario, o la disposición culturológica denuevos centros, permite percibir la naturaleza de hibridismo y dereciclaje de géneros y formas que, detrás de un confuso orden de-finitorio, representan una clave de lectura del mundo, un modeloepistemológico que, utilizando elementos triviales, cómicos o a-li-terarios, se eleva como tentativa hermenéutica de la actual condi-ción antropológica.

Desde su nacimiento oficial, en 1895, el cine comparte con laliteratura una complicidad antigua y placentera que no concierneexclusivamente a los realizadores del séptimo arte, sino también alos autores. Autores y realizadores revitalizan recíprocamente elsistema de la narración, aunque con lenguajes y recursos distin-tos (la temporalidad, la disposición espacial, la difícil —y mila-grosa— obtención de la simultaneidad, su posible y plausible re-lectura o adaptación, «transposición» según el término acuñadopor Genette). El cine se interesa por la literatura, y viceversa, por-que ellos son lenguajes o, mejor dicho, manifestaciones privilegia-das de lenguajes con objetivo epistemológico. La crisis del sujeto

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.50

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 38: Borges en El Centro Del Infinito

51

de la modernidad y la confusión acerca de la condición existen-cial de alcanzar la verdad encuentra en el cine un arte ambiguo, aveces deletéreo, constantemente amenazante por la pretensión deexhibir una realidad ficticia que utiliza la mimesis como única ope-ración objetiva y representativa de lo real.

A través de la influencia del cine en sus trabajos de ficción,Jorge Luis Borges y Manuel Puig lograron renovar la tradición li-teraria insertando textos de la cultura popular y modelos despres-tigiados, como por ejemplo milongas (famoso, a este propósito, elpoemario borgiano Para las seis cuerdas), en guiones de películas(los guiones de «Los orilleros», «El paraíso de los creyentes», «In-vasión» y «Les autres», realizados por la excepcional dupla Bor-ges-Bioy Casares, y los diversos guiones escritos por Puig durantetoda su carrera artística, del Centro Experimental de Cinematografíade Roma a la adaptación de su novela El beso de la mujer araña).No es del todo azarosa la afirmación de Miguel Arias quien, du-rante la «Semana de Autor» organizada por el Instituto de Coope-ración Iberoamericana, en abril de 1990, declaró que Puig es unescritor borgiano, «porque él también tiene su biblioteca babélicadonde están, si no todos los libros del mundo, sí todos los folletos,todas las aleluyas, todos los álbumes de familia, todas las cartasíntimas de la anónima humanidad» (GARCÍA-RAMOS 1991: 18).

La interrelación del lenguaje del cine y el sentido literario queeste lenguaje opera, en el ámbito epistemológico, en las poéticasde Borges y Puig, representan una auténtica declaración de amoral séptimo arte. Es bien sabido que Borges, siempre gran apasio-nado del cine, también durante la ceguera, escribió, bajo el insóli-to disfraz de crítico cinematográfico, ocasionalmente reseñas y ar-tículos, como aquellos dedicados a Citizen Kane, King Kong y CityLights, sin olvidar las numerosas películas «olvidadas» por la his-toria y las modas. De hecho, por boca del protagonista de «El Ale-ph», la vindicación del hombre moderno debería evocar un ser«provisto», entre los demás comforts, «de cinematógrafos y linter-nas mágicas» (BORGES 2005: I, 659). Para Puig, consumado cinéfiloque llegó a contar con una videoteca de no menos de tres mil vo-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.51

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 39: Borges en El Centro Del Infinito

52

lúmenes, el cine representó la mejor forma de escapar de un mun-do vetusto y apoético, a tal punto que sus obras viven de un len-guaje literario novedoso que podríamos llamar «cinematográfico».

Los ensayos y artículos de crítica cinematográfica de Borgesfueron publicados, en su mayor parte, en la revista Sur, entre losaños 1931-1943, y han sido recopilados en el importante volumende Edgardo Cozarinsky, Borges y el cine (1974). Borges afirmó, ade-más, en el prólogo a la primera edición de su Historia universal dela infamia que su cuento «Hombre de la esquina rosada» era un«ejercicio de prosa narrativa» con «propósito visual» (2005: I, 305):el cuento-guión de Borges, visualmente épico, existencialmente trá-gico, sería objeto de la película homónima del cineasta argentinoRené Mugica, cuyo texto era apreciado por Borges como superioral suyo. Hay también dos artículos que aparecieron en Discusión,«Films» y «Sobre el doblaje». En este último, la abierta aversiónborgiana por el doblaje, que escondería en realidad «la concienciageneral de una sustitución, de un engaño» (BORGES 2005: I, 300),representa las espantosas posibilidades que posee el arte de com-binar elementos, signos, funciones: «Sight-seeing is the art of disappo-intment, dejó anotado Stevenson; esa definición conviene al cine-matógrafo y, con triste frecuencia, al continuo ejercicio imposter-gable que se llama vivir» (BORGES 2005: I, 300). La conclusión in-tensísima y significativa demuestra cuánto había penetrado el cinemetafóricamente en el discurso poético borgiano. Por otro lado, en«Films», Borges expresa sus opiniones a propósito de ciertas pelí-culas de los años treinta y, al mismo tiempo, propone temerariosjuicios que aluden a su poética. Empezando con una crítica ferozcontra Charles Chaplin, «uno de los dioses más seguros de la mi-tología de nuestro tiempo», cuyo filme Luces de la ciudad es paraBorges un «acto personal, presuntuoso» (2005: I, 234); el autor deFicciones rescata sólo La quimera del oro, «lánguida antología de pe-queños percances, impuestos a una historia sentimental» (2005: I,235). Borges detesta el atroz y postizo sentimentalismo, maniobra-do por medio de una «fotografía superficial» y por una «espectralvelocidad de la acción». En el largo diálogo-entrevista con RichardBurgin, Borges reafirma, después de treinta años, su preferencia

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.52

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 40: Borges en El Centro Del Infinito

53

por Buster Keaton, caballero del cine mudo, y su pasión cinemato-gráfica por Greta Garbo, protagonista de Ninotchka (Ernst Lubitch,1939) y de Anna Christie (Clarence Brown, 1930). Sin embargo, esteartículo brilla por la predilección hacia las películas de Josef vonSternberg, «pero no las tonterías que hizo con Marlene Dietrich,cuando ya se abandonó exclusivamente al arte fotográfico, y se ol-vidó del cinematógrafo, sino las películas que hizo con Bancroft,con Kohler» (VÁZQUEZ 1999: 98). Más que la novedosa direcciónde Eisenstein, Borges declara preferir de Sternberg el uso lacónico,inmediato y formalmente perfecto de las imágenes, que le recorda-ba el estilo rápido y esencial de Séneca y, al mismo tiempo, el sen-tido de la fatalidad y de lo épico, género que Borges jamás consi-deró como anacrónico y saturado. En un fragmento de una apasio-nante y reveladora conversación con Antonio Carrizo, Borges ma-nifiesta, a través del gusto por el cine, una preocupación poéticapeculiar:

—Cuando yo frecuentaba el cinematógrafo, cuando mis ojos po-dían ver, a mí me gustaban mucho dos tipos de películas: loswestern y las películas de gangsters. Sobre todo las de Josef vonSternberg. Yo pensaba: Qué raro, los escritores han olvidado que unode sus deberes es la épica y aquí está Hollywood que, comercial-mente, ha mantenido la épica. En una época que está olvidadapor los escritores; o casi olvidada. Y Hollywood ha salvado esegénero: ese género que la humanidad necesita, además. Usted ve quelas películas de cowboys son populares en todo el mundo. ¿Porqué? Bueno, porque está lo épico en ellas. Está el coraje, está eljinete, está la llanura también. Todo eso los acerca, y sobre todoa nosotros, sobre todo a los argentinos.

—¿Por qué necesita el hombre de lo épico?

—Bueno… ¿Por qué necesita el hombre el amor? ¿Por qué ne-cesita el hombre la felicidad? ¿Por qué necesita la desventura?Es un apetito elemental yo diría el de la épica. La prueba está en quetodas las literaturas empiezan por la épica. No se empieza porla poesía personal y sentimental. Se empieza por la loa delcoraje. Se empieza por el elogio del coraje, por la alabanza.(CARRIZO 1986: 17 —cursivas mías.)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.53

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 41: Borges en El Centro Del Infinito

54

El subrayado de Borges relativo a la necesitad antropológicade leer o ver «épica» es más actual que nunca. Bastaría pensar enel estudio de Franco Moretti sobre la persistencia de la forma épi-ca en la novela del siglo XX y reflexionar sobre el hecho de que, enestos tiempos de desecados cerebralismos literarios, se manifiestesiempre más fuertemente que el lector (y el espectador) necesita de«historias». La frase clave del cuento «El Sur», «Ciego a las cul-pas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distraccio-nes» (BORGES 2005: I, 562), podría resonar en una tragedia clásicade Sófocles o Eurípides. Con un movimiento de «transvaloriza-ción», según la definición de Genette (1989: 459), que afecta unsistema de valores antiguo dándole validez contemporánea, Bor-ges interpreta la épica como un deber moral del escritor y una exi-gencia estructural del individuo porque, más que un género está-tico y rígido, el epos coincide con un desafío narrativo al destino:el cuento es primordial para exorcizar la angustia y, quizá, la fal-ta de coraje para encarar la muerte y el más allá. En este sentido,la cita siguiente, expresa sutilmente la simbólica alusión a la vidacomo fotograma de un filme:

Recordó bruscamente que en un café de la calle Brasil (a pocosmetros de la casa de Irigoyen) había un enorme gato que se de-jaba acariciar por la gente, como una divinidad desdeñosa. En-tró. Ahí estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la en-dulzó lentamente, la probó […] y pensó, mientras alisaba el ne-gro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban comoseparados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en lasucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidaddel instante. (BORGES 2005: I, 564 —cursivas mías.)

Manuel Puig había intuido que la novela estaba en un calle-jón sin salida y que, si no se podía decretar la muerte, su enferme-dad senil era muy grave. Puig vislumbra en la aplicación del mé-todo del folletín a la novela, la posibilidad teórica de renovar eldiscurso novelesco y la necesitad poética de redescubrir historias,de contar (y recontar) hechos, como lo viene haciendo la telenove-la desde los años sesenta. Dos citas de El beso de la mujer araña

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.54

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 42: Borges en El Centro Del Infinito

55

revelan la exigencia de «narratividad» psicológica, ya que la pelí-cula, aunque cree un espectador «pasivo», lo «activa» en una re-creación de escape de una cotidianidad gris y alarmante, dondereina la falta de aire puro y de comunicación:

—Me había olvidado de esta mugre de celda, de todo, contán-dote la película.

—Yo también me había olvidado de todo. [...]

—Entonces me estás inventando la mitad de la película.

—No, yo invento, te lo juro, pero hay cosas que para redon-deártelas, que las veas como las estoy viendo yo, bueno, de al-gún modo te las tengo que explicar. [...] Y si no quieres, pacien-cia, me la cuento yo a mí mismo en voz baja. (PUIG 1976: 23)

Puig, a través del personaje de Molina, transmite una inquie-tante sinceridad: las narraciones de las películas derrotan la inco-municabilidad del espacio cerrado y hórrido de la cárcel y tendrán,como resultado, una siempre más creciente intimidad con Valen-tín. El narrador, además, explotando las posibilidades narrativasy temáticas de las películas, llega a establecer distintos discursosque, en un momento, se desarrollarán paralelamente y se mezcla-rán. De esta manera, la línea que separa la ficción de la realidadse va debilitando para dejar que aumenten las correspondenciasy las deudas entre una y otra. Ya Sklovski, en 1929, profetizaba elretorno de la novela-folletín con el auxilio del cine, que lo vio, ade-más, como colaborador y guionista de numerosas películas:

El folletín contemporáneo es una tentativa de unificar el material,no por medio de un héroe, sino del narrador. Es una de-noveli-zación del material. El método del escritor de folletines consisteen transferir el objeto sobre otro plan no con los medios delsiuzhet. [...] El folletín parangona objetos grandes a objetos pe-queños, les atraviesa con una sola palabra, cuenta un caso, acon-tecido en Occidente, parangonándolo a uno ocurrido aquí.

El folletinista hace con su folletín aquello que deberían hacerun redactor ideal: no solo ideal, sino también un redactor real.(1979: 299 —traducción mía.)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.55

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 43: Borges en El Centro Del Infinito

56

Entre los pioneros de un cine de vanguardia que transponíael lenguaje literario en el lenguaje cinematográfico, Sklovski, ene-migo de una concepción de un cine «literario» en que la historialineal sufre las convenciones narrativas, afirmaba la exigencia deque el arte (cine o literatura es igual) debía reconstruir la vida, larealidad en devenir, no tanto la banal representación de lo coti-diano, sino la sinuosidad de las sensaciones reales, la libertad crea-tiva, la fragmentada dinámica de los acontecimientos que rigen lascosas y buscan una percepción unitaria del mundo. La operaciónlingüística-narrativa de Puig se funda, malgré lui, en la ruptura demodelos predeterminados y en el hallazgo de formas épicas (comoel cine con sus mitologías, inmortalizadas por la pluma sarcásti-ca de Roland Barthes) desacralizadas y parodiadas. Como sinteti-za Bella Jozef, Puig, con sinceridad y desilusión, «señala la incon-gruencia de ese mundo de pasiones, de aventuras y los sentimien-tos desmesurados en contraste con la vida cotidiana, sin riesgo nipasiones», y añade:

Puig no aplica enteramente la fórmula del género: supo elabo-rar su obra sin el rígido esquematismo de situaciones ni la es-trecha univocidad de sentido común en los productos de masa.Si la psicología es buscadamente folletinesca, lineal, las catego-rías que usa para organizar el universo ficcional son antirro-mánticas. La atmósfera, cursi, brota de las mismas cosas, y eltono narrativo, de implacable objetividad, es de precisión do-cumental. Puig, a través de la enunciación que permite al relatocierta ambigüedad, se acerca a la literatura «culta» y al lectormás intelectualizado. Arranca las raíces más positivas de estemodo de novelar, imprimiéndole personalidad y estilo, confi-riéndole verdad y valor, la historia del hombre medio de nues-tros días. Muestra la inautenticidad de ciertos modos de vivir yla alienación debida a los medios de comunicación de masa. Laapertura del discurso se hace, así, en un rasgo de ironía y dehumor.8

8 Bella JOZEF, «Manuel Puig: las máscaras y los mitos en la noche tropical», en<http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v1n1/ens_06.htm>.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.56

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 44: Borges en El Centro Del Infinito

57

La cultura de masas opera, de un lado, con formas ya conoci-das y, del otro, con elementos neomitológicos, incluyendo en suuniverso la novela policial, la science fiction y, obviamente, la tele-novela. Esta homologación obtenida de un reciclaje de estilos, pas-tiches y crisis del sistema de valores afecta también el mundo delcartoon, sagazmente puesto en pole position por Eco, que ve en lano aceptación de sí mismo del simpático Snoopy (de los Peanutsde Charles B. Schultz) una forma de revelación velada de la inco-municabilidad del siglo XX:

Contrapunto continuo a la congoja de los humanos, el perroSnoopy conduce a la última frontera metafísica las neurosis deadaptación fracasada. Snoopy sabe que es un perro; ayer era pe-rro; hoy es perro; mañana será quizá todavía un perro; para él,en la dialéctica optimista de la sociedad opulenta que consienteascensos de status en status, no existe esperanza de promoción.A veces intenta el extremo recurso de la humildad [...], se unetiernamente a quien le promete estima y consideración. Habi-tualmente, no obstante, no se acepta e intenta ser lo que no es.(ECO 1968: 308-309)

Condicionados de esa forma por la lectura epistemológica denuestro tiempo, los lenguajes «comunicantes», como les hemos lla-mado, se multiplican, se perpetúan, se ramifican. Borges y Puighan abierto un camino que es ahora una verdadera «epidemia»de signos polifuncionales: gracias a ellos, ahora lo literario o esinteracción de imágenes o no es. El texto fílmico —por la fuerzade su misma naturaleza— es, más que el texto literario, «el resul-tado del inicio y acabamiento de una mirada» (TALENS 1991: 205)o, parafraseando al cantante brasileño Tom Jobim, una práctica«pela luz dos olhos teus», de la que Borges y Puig se han perfecta-mente apropiado. Los personajes de Puig, por ejemplo, afirma concertitud Cristina Fangmann, «miran la realidad a trasluz, como semira el negativo de una foto. La visión del mundo está filtrada porun celuloide, por una transparencia que lejos de mostrar la vidareal tal cual es, la deforma y la transforma en un mundo de fanta-sía y de ilusiones» (en AMÍCOLA y SPERANZA 1998: 121). Parece la

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.57

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 45: Borges en El Centro Del Infinito

58

didascalia crítica de las películas de Woody Allen. En particular,si pensamos en su primera novela, La traición de Rita Hayworth(1968), Manuel Puig juega con el cinematógrafo también en la cons-trucción misma del relato, montaje de discursos fílmicos, donde elcine incide en la vida más que la realidad, construyendo identi-dades falsas a través del contenido filosófico de las imágenes. De-leuze, de hecho, con su idea pseudovirtuosa de que la «historiadel cine es un largo martirologio», tiene razón en afirmar, en lasprimeras páginas de su escrito sobre el cine, que «les grands au-teurs de cinéma nous ont semblé confrontables non seulement àdes peintres, des architectes, des musiciens, mais aussi à des pen-seurs. Ils pensent avec des images-mouvement, des images-tempsau lieu de concepts» (1983: 7-8). Sin embargo, los códigos y lospréstamos de la gran pantalla han indudablemente florecido en elámbito literario, modificando, mejor dicho, «transmodificando» elaburrido lenguaje de la oficialidad textual.

En el ensayo «El arte narrativo y la magia», incluido en Discu-sión, Borges distingue una narrativa «realista» de una «mágica»:si la primera consiste en una representación mimética de la cau-salidad que el individuo comúnmente vive como experiencia desu finitud, problema aparentemente central de la novelística, la se-gunda configura un orden «lúdico, atávico» que rige el mundomediante un principio de «simpatía», gracias al que hechos acon-tecidos en lugares distintos y geográficamente lejanos, y bajo lascircunstancias más disparatadas, pueden poseer un vínculo «má-gico», figuración que prevé afinidades, ecos, sorpresas en el ámbi-to auténticamente artístico. Las novelas de aventuras, las detectivefictions, «la infinita novela espectacular que compone Hollywoodcon los plateados ídola de Joan Crawford» (BORGES 2005: I, 243) re-presentan aquella «teleología de palabras y de episodios […] om-nipresente también en los buenos films» (2005: I, 244). Fragmentosde cuentos famosísimos como «El Sur» y «El jardín de senderosque se bifurcan» son justamente considerados reelaboración de es-cenas de directa imitación de las secuencias de montaje típico delcine hollywoodiano de aquellos tiempos. En la aproximación (me-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.58

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 46: Borges en El Centro Del Infinito

59

tafóricamente) cinematográfica de Borges, el montaje es una técni-ca de control de sentimientos, una objetivización de hechos quepertenecerían sólo al individuo y, finalmente, una manera de blo-quear el instante en una eternidad fotográfica para intentar su im-posible posesión. La llegada de Stephen Albert al laberinto-jardínde Ts’ui Pên es descrita como la secuencia de una cámara que vi-gila con prudencia y complicidad la existencia desde un espacioonírico:

Absorto en esas ilusorias imágenes, olvidé mi destino de per-seguido. Me sentí, por un tiempo indeterminado, percibidor abs-tracto del mundo. El vago y vivo campo, la luna, los restos dela tarde, obraron en mí […]. La tarde era íntima, infinita. El ca-mino bajaba y se bifurcaba, entre las ya confusas praderas. Unamúsica aguda y como silábica se aproximaba y se alejaba […].Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres perono de un país: no de luciérnagas, palabras, jardines, cursos deagua, ponientes. Llegué, así, a un alto portón herrumbrado. En-tre las rejas descifré una alameda y una especie de pabellón.(BORGES 2005: I, 509)

Los personajes de Puig, en cambio, de Valentín Arregui en Elbeso de la mujer araña, a Pozzi en Pubis angelical, de Larry en Maldi-ción eterna a quien lea estas páginas son individuos de vidas reales alas que el autor se deleita contraponiendo una voz ficcional dialo-gante, teatral, fílmica, en otras palabras, «guionesca», como Moli-na; Ana, la muchacha que se muere de cáncer en Pubis angelical o,finalmente, el viejo enfermo y paralítico en Maldición eterna a quienlea estas páginas. El cine, la radio, el cómic «nivela[n] los géneros ylas clases sociales. De esta manera, finalmente, todos se encuen-tran bajo el manto de estrellas de la cultura de masas» (SANTOS 2002:80). Para Puig, el cine era la realidad, o mejor: él veía, de esa for-ma, el mundo, con los elementos de verosimilitud e hipocresía, debovarismo y de sueños imposibles, de goce y de infiernos, de per-sonajes reales que se confunden con los imaginarios y de perso-najes inventados que parecen melancólicamente auténticos. «Nadaes realista, todo es estilizado», indica Puig al final del primer acto

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.59

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 47: Borges en El Centro Del Infinito

60

de Bajo un manto de estrellas. Puig, además —quizá malignamen-te— se preguntaba si el cine y la televisión podrían terminar conla literatura, y su impresión —obviamente negativa— se revela in-teresante para nuestro objetivo:

En el cine la atención se ve requerida por tantos puntos de atrac-ción diferentes que resulta muy difícil, o directamente imposi-ble, la concentración en un discurso conceptual complicado. Enel cine la atención tiene que dividirse entre el reclamo de laimagen, el de la palabra, el de la música de fondo. Además, elreclamo de la imagen en movimiento es algo que tiene que serespecialmente tenido en cuenta. No es lo mismo que el reque-rimiento de un cuadro, donde se cuenta con el estatismo de laimagen. En cambio, la concentración que permite la página im-presa da margen al narrador a otro tipo de discurso, más com-plejo en lo conceptual especialmente. Además, el libro puedeesperar, el lector puede detenerse a reflexionar, la imagen cine-matográfica no. (En Klahn y Corral 1991: 290)

Para Puig, en definitiva, es la «naturaleza de la atención hu-mana» la que decide cuáles historias pueden ser abordadas porla literatura, y cuáles los límites impuestos por la objetividad dela realidad, es decir, el hombre tendrá que considerar la determi-nación de una lectura específica. Cine, televisión y, ¿por qué no?,música («ella cantaba boleros», repetiría aquí Cabrera Infante) sonlenguajes que necesitan de «posturas» heterogéneas:

La lectura del espectador cinematográfico es otra que la del lec-tor de novela, y que esa lectura cinematográfica, si bien tienealgo de la lectura literaria, tiene también mucho de la lecturade un cuadro. Sería entonces una tercera lectura, que participade características de la lectura literaria y de la plástica, pero quees en fin de cuentas diferente. (En Klahn y Corral 1991: 290)

Retomando una apodíctica definición de Rodríguez Monegal,para Borges y Puig, el cine es «instrumento de análisis» (1972: 379),discurso que desanida la crisis de la representación artística y abrelas puertas a la reincorporación de lo marginal en lo supuesta-mente canónico. Proust, acérrimo enemigo de una vulgar literatu-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.60

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 48: Borges en El Centro Del Infinito

61

ra «realista», así como de cada forma de arte «popular» o «nacio-nal-popular», en su sentido más detractor y aristocrático, refiereque esta literatura:

Est la plus éloignée de la réalité, celle qui nos appauvrit et nousattriste le plus, car elle coupe brusquement toute communica-tion de notre moi présent avec le passé, dont les choses gar-daient l’essence, et l’avenir, où elles nous incitent à la goûter denouveau. (PROUST 1954: 887)

Sin embargo, el cine, como metalenguaje, por su competiciónafanosa y constante con la realidad, «imita» y «limita» la percep-ción de lo real, colocándose como espejo engañoso y «deforman-te», fácil e «informante» al mismo tiempo. Quién sabe si por esarazón los holandeses llaman al cinematógrafo «bioscoop», asícomo los finlandeses lo llaman «elokuva»: la lengua, a veces, sedivierte con trampas, mentiras, ilusiones: en los términos (y no sólo)«bioscoop» o «elokuva», la vida sigue (o precede) a las imágenes,las miradas, lo que incesantemente se observa («kuva» = ilustra-ción). Se recae en la falacia, otra vez, quizá menos inconsciente-mente, de que detrás del ojo de la cámara («scoop»), de sus direc-tores, de los actores se exponga, como en un museo, la vida («bio»o «elo») con su inaprensible desarrollo o devenir. Si como sostie-ne Milan Kúndera, «la vida está en otra parte», el cine y la litera-tura comunican (y se «entrecomunican») una filosofía de la per-cepción y de lo vivido que reenvía a otro lugar (metalenguaje-me-taespacio). En esta dimensión «bioscópica», no sería azaroso in-cluir a dos «fil(m)ósofos» como Borges y Puig en una hipotéticalista de autores comunicantes.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.61

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 49: Borges en El Centro Del Infinito

63

En una entrevista con María Esther Vázquez, Borges ofrecía unadefinición personal que ha sido siempre considerada la etiquetaconvencional con que el mundo literario ha mirado la concepciónmetafísica y religiosa del autor de Ficciones:

Yo no tengo ninguna teoría del mundo. En general, como yo heusado los diversos sistemas metafísicos y teológicos para finesliterarios, los lectores han creído que yo profesaba esos siste-mas, cuando realmente lo único que he hecho ha sido aprove-charlos para esos fines, nada más. Además, si yo tuviera quedefinirme, me definiría como agnóstico, es decir, una personaque no cree que el conocimiento sea posible. (VÁZQUEZ 1977: 107)

Junto al presumido traje de escritor agnóstico, Borges, malgrélui, se esconde de los críticos en una vestal del escepticismo, unmétodo negativo que conduce a la negación de la realidad, aun-que eso represente, en definitiva, el fracaso de la razón o del pen-samiento, medidas de todas las cosas, que se encierran así en elresultado que ofrece el análisis de la realidad a los sentidos. Lacrítica se ha afanado en determinar qué tendencia abrazó Borgescomo escritor filosófico. Jaime Rest (1976) ha escrito que Borges era

[63]

EL SUR, BEOWULF Y EL AZAR.UNA NOTA SOBRE EL DISCURSO RELIGIOSO

EN LA OBRA POÉTICA DE BORGES*

* El texto fue anteriormente publicado en Todas as Letras. Revista de Línguae Literatura, Universidade Mackenzie, año 5, n.º 5, 2003, pp. 49-63.

Entonces ocurrió lo que no puedo olvidar ni comunicar. Ocurrió launión con la divinidad, con el universo (no sé si estas palabras difieren).

El éxtasis no repite sus símbolos; hay quien ha visto a Dios en un resplandor,hay quien lo ha percibido en una espada o en los círculos de una rosa.

Yo vi una Rueda altísima, que no estaba delante de mis ojos, ni detrás,ni a los lados, sino en todas partes, aun tiempo. […] Entretejidas, la

formaban todas las cosas que serán, que son y que fueran, y yo era unade las hebras de esa trama total… […] Ahí estaban las causas y los efectos

y me bastaba ver esa Rueda que la de imaginar o la de sentir!Vi el universo y vi los íntimos designios del universo.

J. L. BORGES (El Aleph, «La escritura del dios»)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.63

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 50: Borges en El Centro Del Infinito

64

un autor nominalista, repetidor literario de la filosofía de Guiller-mo de Occam y, luego, de Berkeley; Juan Nuño (1986) ha preferidoconvertirlo en un seguidor del platonismo y del reino de las Ideas,hasta parafrasear el refrán cartesiano a un «Recuerdo, ergo sum»(luego existo);9 Ana María Barrenechea (1967) lo consideró siem-pre un panteísta nihilista, que ha declarado insuficiente la estruc-tura rígida del lenguaje; en tanto que Jaime Alazraki (1974) lo cre-yó un panteísta spinoziano, que leyó el sistema del universo comouna sustancia única o una unidad independiente en la que Diosno es sino una fuerza impersonal inmanente en la naturaleza, yque no trasciende el universo. O, en fin, la lectura de Zulma Ma-teos (1998), quien ve en Borges un firme trasfondo pesimista, dederivación schopenhaueriana, que surca (y, tal vez, compromete)la hermenéutica poética borgiana. Otra vez, el total conocimientode Dios sería imposible, a menos que no se utilicen ni construyancomplejos teoremas geométricos que «labra(n) / a Dios con geo-metría delicada» (BORGES 2005: III, 166) —«Baruch Spinoza». Estascríticas revelan, sin duda, sus parcialidades. Si el escéptico, en úl-tima instancia, niega porque nada coincide con su afán de bús-queda metafísica dentro de lo real, y si tampoco las palabras lepermiten pasar por alto (como el neti, neti —«no esto, no esto»—de los Upanishads) la finitud de los actos e intenciones del hom-bre, la afirmación borgiana de ser agnóstico o la definición de es-cepticismo son esquemáticas y no respetuosas de la interpretaciónde la obra del autor argentino.

Es injusta la estima (o desestima) bajo la que se ha leído y re-leído el trabajo poético de Borges, quizá debido al irónico comen-tario del mismo autor, quien declaró una vez haber escrito suscuentos para que se le soportase su poesía. Más que en la obranarrativa, la poesía permite la exploración del tema religioso o me-tafísico en la concepción borgiana. Lo reconoce también Saúl Yur-

9 Véase, sobre todo, el capítulo IX del libro de Juan Nuño, «Refutación deltiempo» (1986: 114-136). A propósito del idealismo de los instantes y lasfugacidades, que alimenta, según Nuño, la inspiración metafísica de Borges,en el epílogo se lee: «La memoria, única garantía de la identidad del yo [...]salva no tanto porque recupera, cuanto porque mantiene» (1986: 138).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.64

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 51: Borges en El Centro Del Infinito

65

kievich afirmando que la originalidad poética de Borges se asien-ta justamente:

En su discurso mental, en un excepcional poder de asociación,en sus procesos lógicos que parten de premisas inhabituales […][Borges] imprime a lo circunstancial y contingente un salto me-tafísico. Por anhelo de permanencia, desdeña lo novedoso, idea-liza la realidad empírica e irá eliminando de su poesía todo sig-no de contemporaneidad. (YURKIEVICH 1971: 137)

En Borges, la poesía es la confesión íntima, casi memorialista,reservada, «misteriosa», por la naturaleza misma de la poesía,según el prólogo a la edición de las Obras completas 1923-1977,donde el autor se confiesa así:

Yo querría sobrevivir en el Poema conjetural, en el Poema de losdones, en Everness, en El Golem y en Límites. Pero toda poesía esmisteriosa; nadie sabe del todo lo que ha sido dado escribir. Latriste mitología de nuestro tiempo habla de la subconciencia o,lo que aun es menos hermoso, de lo subconsciente; los griegosinvocaban la musa, los hebreos el Espíritu Santo; el sentido esel mismo. (BORGES 1977: 22)

En el prólogo de Elogio de la sombra, unos años antes, Borgeshubiera añadido unas afirmaciones que, leídas en el conjunto de lacita ya mencionada, reflejan una particular afinidad con una poe-sía que sí es trabajo, casi labor medieval, pero también instrumentode revelaciones ocultas y profundas, brindando al lector una lectiohumilitatis que no es difícil encontrar en los espíritus de letras:

La poesía no es menos misteriosa que los otros elementos delorbe. Tal o cual verso afortunado no puede envanecernos, por-que es don del Azar o del Espíritu; sólo los errores son nues-tros. Espero que el lector descubra en mis páginas algo que pue-da merecer su memoria; en este mundo la belleza es común.(BORGES 2005: II, 380)

Agnosticismo y escepticismo son definiciones excepcionalmen-te fragmentadas, hasta incompletas, del complejo mundo del pen-samiento borgiano. De hecho, si el agnosticismo es la concienciade la imposibilidad de que el conocimiento de Dios sea realizable,

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.65

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 52: Borges en El Centro Del Infinito

66

y si el escéptico percibe la derrota de la razón como medida deconocimiento de lo absoluto en lo real, en Borges se establece, másbien, una postura de humildad y de reconocimiento de la insufi-ciencia de la razón en la investigación metafísica. Su poesía, comopor otro lado toda su obra, incluyendo la vasta y originalísima pro-ducción ensayística, revela, no obstante, la persistencia de la ne-gación de un ens perfectissimus, una sorprendente y conmovedoraapertura, casi un punto de fuga, que revela no tanto una negacióndesesperada y sin salida, cuanto una apasionada y seria reflexiónsobre los enigmas últimos de la realidad.

Es muy significativo que Borges haya intentado explicar suspreferencias e influjos filosóficos en el género por él inventado, laentrevista. Como en las páginas entregadas a la escritura de Ma-ría Esther Vázquez, Borges justifica sus gustos, sus incursiones enlas culturas más dispares y, al mismo tiempo, tan profundamenterelacionadas entre ellas, durante sus conversaciones con RichardBurgin, en las que admite su espontánea inquietud metafísica, na-tural y, por lo tanto, genuina (1974: 29 ss).10 La obra poética esextraordinariamente representativa de esa inquietud religiosa, sitenemos sobre todo cuenta del valor etimológico de la palabra «re-ligión» que se asocia con el aspecto de relación, amistad (o quizáenemistad) con lo Último, pertenencia. Borges, efectivamente, ha-bla a partir de conceptos más que por sus impresiones, evitandoasí la caída en lo visionario y lo místico, tan lejos de su concre-ción y concepción poéticas:

Borges poeta no busca, él lo dice, la ebriedad, la hybris o el der-vichismo, caer en trance, ni en el poeta […] ni en el receptor delpoema […]. No parece intentar llegar a lo sublime, a lo inefa-ble, que es una de las metas de casi todos los poetas, ni traspa-sar los límites de la comunicación ordinaria mediante secretase informulables asociaciones emotivas, por una misteriosa do-sificación de sensaciones. (GARCÍA DE ENTERRÍA 1992: 31)

1 0 «[Unos] dan por supuesto el universo. Dan todo por supuesto. Incluso sedan por supuesto ellos mismos. Es así. Jamás se preguntan nada, ¿verdad?No piensan que sea extraño el hecho de vivir» (BURGIN 1974: 29).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.66

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 53: Borges en El Centro Del Infinito

67

En el prólogo a su obra poética, escrito en 1976, Borges decla-ra que su poética bien podría «denominarse» una aplicación dela estética de George Berkeley:

El sabor de la manzana (declara Berkeley) está en el contacto dela fruta con el paladar, no en la fruta misma; análogamente (di-ría yo) la poesía está en el comercio del poema con el lector, noen la serie de símbolos que registran las páginas de un libro.Lo esencial es el hecho estético, el thrill, la modificación físicaque suscita cada lectura. Esto acaso no es nuevo, pero a mis añoslas novedades importan menos que la verdad. (BORGES 1977: 21)

En ese sentido se puede concordar con la interpretación de Cer-vera Salinas, según el cual:

La lírica de Borges es un himno a la razón, al pensamiento re-flexivo, a la palabra como logos. Desde el «principio» hasta el«testamento», cumple ese arcano dictamen en la continua trans-formación de su naturaleza poético-filosófica «hermosamentefatal» […] y termina dibujando la historia de una eternidad. (CER-VERA 1992: 218)

El axioma filosófico de Berkeley, «esse est percipi», fascina aljoven Borges con la negación de que la existencia de lo materialno depende de nuestra percepción y, de acuerdo con el obispo ir-landés, Borges admite que la realidad no es autónoma, sino cons-tantemente creada y poseída por Dios, que la percibe continua einfatigablemente. Si el ser existe o se reduce sólo a un ser percibi-do, el mundo es, en el sistema de Berkeley, ordenado y reguladopor Dios, coherente a causa de su fundamento último. Borges acep-ta en un primer momento, y luego rechaza, la postura de un dios«espectador oblicuo», en cuya imagen está ausente la existenciade un hombre que insatisfactoriamente sigue buscando un senti-do, único ser en la naturaleza consciente de su propia existenciay de la existencia de las cosas. Dios podría ser, en una alternanciade dudas y convicciones, una conjetura, posibilidad de conocernuestro destino, o un ser ajeno o indiferente a la constitución dela realidad. En un fragmento de su conversación radiofónica conAntonio Carrizo, Borges declara: «He dudado de Dios, pero no de

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.67

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 54: Borges en El Centro Del Infinito

68

su cara […] Tendrá que parecerse a mi padre […] Y tendrá que pa-recerse a alguna mujer también» (CARRIZO 1986: 136).

Borges instaura entonces un diálogo especial con el lector, «unaconfesión, que a un tiempo será íntima y general, ya que las cosasque le ocurren a un hombre les ocurren a todos» (1977: 17). Ya elprimer poema que abre Fervor de Buenos Aires, escrito a poco me-nos de sus veinticinco años, es una meditación sobre la muerte,con su origen y herencia barroca, con su intimismo ya no moder-no, que «no es retiro, ni soledad, sino búsqueda de una intimidadmás vasta, más compartida, quizá perdida», como sugiere Paoli(1992: 46), y representa la apertura a la posibilidad de un «mila-gro incomprensible», a veces perturbante, a veces refutado:

Vibrante en las espadas y en la pasióny dormida en la hiedra,sólo la vida existe.El espacio y el tiempo son formas suyas,son instrumentos mágicos del alma,y cuando ésta se apague,se apagarán con ella el espacio, el tiempo y la muertecomo al cesar la luzcaduca el simulacro de los espejosque ya la tarde fue apagando. («La Recoleta» —1977: 29-30)

En este espacio privilegiado que ayuda al poeta en la reflexiónmetafísica y lo sumerge en el pensamiento de muerte, el Sur fun-ciona como metáfora lingüístico-poética y existencial, punto con-clusivo y punto de partida, lugar del imaginario y lugar del anhe-lo, mundo exterior que es doméstico y, berkeleyanamente, univer-sal: «En un confín del vasto Sur persiste / Esa alta cosa, vaga-mente triste» («Coronel Suárez» —1977: 473)

Sin ser abstracto, pues está bañado por el flujo de la memoriabenéfica de los espacios queridos y, por ende, sagrados, el Sur sevuelve un punto nuevo en la brújula y en la búsqueda del autor,en el cual se pueden ver aquellas estrellas que su «ignorancia noha aprendido a nombrar / ni a ordenar en constelaciones» («ElSur» —1977: 31). El deseo de llenar la ignorancia con un sistemafilosófico o poético se pone de manifiesto en el poema «Final de

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.68

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 55: Borges en El Centro Del Infinito

69

año». Borges reconoce la ardua tarea del hombre seriamente apa-sionado en el encuentro con algo «que buscaba», en la insistenciade que «perdure algo en nosotros» (1977: 43), que quizá ni siquie-ra los sistemas filosóficos pueden revelar al poeta. Del peligro deque Dios pueda destruir el mundo («actividad de la mente, un sue-ño de las almas, sin base ni propósito ni volumen»), como se leeen «Amanecer» (1977: 51), pasa de inmediato a la contemplaciónfeliz y casi infantil del regreso de la luz, día tras día, como tam-bién se denota significativamente en el poema «Benares»:

(Y pensarque mientras juego con dudosas imágenes,la ciudad que canto, persisteen un lugar predestinado del mundo,con su topografía precisa,poblada como un sueño,con hospitales y cuartelesy lentas alamedasy hombres de labios podridosque sienten frío en los dientes). (1977: 54)

La pregunta que cierra el poemario es indicativa de una meto-dología que el autor utilizará desde entonces en todas sus formas:«¿soy yo esas cosas y las otras / o son llaves secretas y arduasálgebras / de lo que no sabremos nunca?» («Líneas que pude ha-ber escrito y perdido hacia 1922» —1977: 67).

Es una pregunta oscilante entre angustia metafísica y deseode comprensión profundo, radical, pacificante. De acuerdo conPaoli, se puede admitir que la lectura y hermenéutica del universono se manifiestan en el arte borgiano como un angustiante o trági-co sentimiento de la vida:

La metafísica es, por el contrario, para el intelecto y la fantasíade Borges, un terreno de aventura y de descubrimiento, de ex-periencia y de recreación: aunque vea la raíz maligna y la factu-ra imperfecta del mundo, él se deja involucrar en el estupor yjúbilo que se experimentan frente al enigma. (PAOLI 1992: 61 —traducción mía.)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.69

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 56: Borges en El Centro Del Infinito

70

Ya en el poema «Final de año» (a pesar del azar, que esconde«la causa verdadera« y el fluir del tiempo, enigmático e indistinto,que corre infinitamente como el río de Heráclito), Borges no puedeevitar «el asombro ante el milagro» ni renunciar al estupor y a laalegría que el universo, misterioso ajedrez, pero sumamente regla-do por la necesaria justicia mortal, lleva consigo. Borges es cons-ciente de que la muerte, como la pampa argentina, «está en su pe-cho» («Al horizonte de un suburbio» —1977: 75) como un tesoroincorruptible y único («vasta y vaga y necesaria muerte», escribeen «Blind Pew» —1977: 140), y marca la existencia para evitar queel hombre enloquezca detrás de una presumida inmortalidad va-nidosa (BURGIN 1974: 96-97). Una muerte justa, casi franciscana,inevitable, como aquella recordada en la última batalla del gene-ral Quiroga en el poema homónimo, y que, sin embargo, humana-mente «desgasta, incesante» («Límites» —1977: 166). La muerterige el gobierno del mundo, pero no tiene derecho a la palabra de-finitiva. Dentro esa perspectiva, el individuo (y, por ende, el poe-ta) intenta descifrar mezquinamente el universo, otorgándole unapropia lectura, una visión parcial, de forma que pueda parecer que«el mundo es unas cuantas tiernas imprecisiones» («Manuscritohallado en un libro de Joseph Conrad» —1977: 82) y que «el mares un antiguo lenguaje que yo no alcanzo a descifrar» («Singladu-ra» —1977: 83). Así que la vida del poeta, sus jornadas, sus no-ches, «se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios y a las detodos los hombres» («Mi vida entera» —1977: 87) y se desarrollaen una restitución de los «centavos del caudal infinito que [Diosle] pone en las manos» (1977: 89). Dentro del marco de la percep-ción gozosa y dramática de su propia existencia, Borges encuen-tra lugares geográficos que prefiguran zonas eternas como la trans-figuración poética de Buenos Aires en «Cuaderno San Martín»(1929), y más adelante en «El otro, el mismo» (1964), o en las mi-longas hermosísimas de «Para las seis cuerdas» (1965), en que ca-sas, patios, aguas, árboles y nombres representan descripcionesminuciosas de una realidad que subyace a la voluntad de un «mis-terio cuyo vacante nombre poseo y cuya realidad no abarcamos»

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.70

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 57: Borges en El Centro Del Infinito

71

(«La noche que en el Sur lo velaron» —1977: 103), en una geogra-fía mítica y mística, «declaración de la maestría de Dios» (1977:119), como Borges escribe en el Poema de los dones, reconocido porel mismo autor como una de sus composiciones predilectas. Enefecto, se trata de una de las composiciones más significativas deldiscurso religioso borgiano, en la que no sólo se reúnen todos lossímbolos de su arte poética, enciclopedias, atlas, cosmogonías, bi-bliotecas, sub specie paradisi, parafraseando al mismo Borges, sinoporque es, sobre todo, una reivindicación de la aceptación exis-tencial de su ceguera como un don divino que lo une a las figurasproféticas de la literatura clásica, en primer lugar, Homero, y de labúsqueda metafísica que, aquí, llega a repetir con atrevimiento queel hacedor del universo solamente puede nombrarse como azar.Es la fantasmagórica reproducción de espejos y ajedreces, de sue-ños y olvidos, del mundo como teatro cristalino y engañoso:

Cuenta la historia que en aquel pasadoTiempo en que sucedieron tantas cosasReales, imaginarias y dudosas,Un hombre concibió el desmesurado

Proyecto de cifrar el universoEn un libro y con ímpetu infinitoErigió el alto y arduo manuscritoY limó y declamó el último verso.

Gracias iba a rendir a la fortunaCuando al alzar los ojos vio un bruñidoDisco en el aire y comprendió, aturdido,Que se había olvidado de la luna […].

Siempre se pierde lo esencial. Es unaLey de toda palabra sobre el numen […].Y, mientras yo sondeaba aquella minaDe las lunas de la mitología,Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,La luna celestial de cada día.

Sé que entre todas las palabras, unaHay para recordarla o figurarla.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.71

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 58: Borges en El Centro Del Infinito

72

El secreto, a mi ver, está en usarlaCon humildad. Es la palabra luna.

Ya no me atrevo a macular su puraAparición con una imagen vana,La veo indescifrable y cotidianaY más allá de la literatura. («La luna» —1977: 131-132)

Es notorio que Borges, al igual que la escuela de Viena, consi-deró a la metafísica como una rama de la literatura fantástica, yque él mismo, sin intención alguna de formular un sistema filosó-fico preciso y puntual dentro del marco literario, utiliza la filoso-fía casi con el mismo objetivo. Por esta razón, Borges se justificacon una famosa afirmación en la cual admite «Yo soy un lector,simplemente. A mí no se me ha ocurrido nada. Se me han ocurri-do fábulas con temas filosóficos, pero no ideas filosóficas. Yo soyincapaz del pensamiento filosófico» (CARRIZO 1986: 143).

No cabe duda de que la filosofía es en Borges el instrumento yla posibilidad con que el autor puede explorar, indagar en lo fan-tástico, es decir, aquel mundo al que se dirigen las reiteradas yconstantes interrogantes de la existencia humana:

Yo he compilado alguna vez una antología de literatura fantás-tica [...], pero delato la culpable omisión de los insospechados ymayores maestros del género: Parménides, Platón, Juan EscotoErígena, Alberto Magno, Spinoza, Leibniz, Kant, Francis Bra-dley. En efecto, qué son los prodigios de Wells o de Edgar AllanPoe [...] confrontados con la invención de Dios, con la teoría la-boriosa de un ser que de algún modo es tres y que solitaria-mente perdura fuera del tiempo? («Notas» —2005: I, 296)

No obstante, Borges se obstina en proclamar que no hay afir-mación filosófica o religiosa seriamente sostenida en su obra y quela filosofía parece limitarse a la imitación de una «técnica literariamal elaborada». En la óptica de Borges, eso corresponde a verdad:la búsqueda se acerca más a un «sistema de palabras» que a unapostulación rígida, y no creativa o poética. Así, la búsqueda vamás allá de las palabras, más allá del signo que ellas representa-rían mediante el lenguaje:

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.72

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 59: Borges en El Centro Del Infinito

73

Un tercer tigre buscaremos. ÉsteSerá como los otros una formaDe mi sueño, un sistema de palabrasHumanas y no el tigre vertebradoQue, más allá de las mitologías,Pisa la tierra. Bien lo sé, pero algoMe impone esta aventura indefinida,Insensata y antigua, y perseveroEn buscar por el tiempo de la tardeEl otro tigre, el que no está en el verso.(«El otro tigre» —1977: 139)

En la obra de Borges se reitera la afanosa búsqueda del senti-do de la realidad; no obstante, ese sentido se revela inalcanzablepara el hombre por causa de su débil capacidad cognitiva: en esadirección, Borges posee una fe irrefutable y cierta en reconocer quelos acontecimientos del universo y los acontecimientos de la vidadel hombre necesitan de explicación y tienen un propio sentido, aveces inescrutable. En la filosofía cristiana medieval tomista, Agus-tín afirmaba que Dios conoce cada acción del hombre, desde laeternidad, incluso la acción que libremente elige el hombre. ParaBorges, esta hipótesis no necesita absolutamente de un supuestoorden del mundo, ya que el universo podría darse dentro de loscaprichos, arbitrios, o dentro de un azar decidido por un Dios ju-gador y espectador al mismo tiempo, gozador eterno de su mismacreación («No hay una cosa de Dios en el sereno ambiente / queno lo exalte misteriosamente, / el oro de la tarde o de la luna», selee en la lírica «Jonathan Edwards» —1977: 236). Sin embargo,Borges no acepta siempre y constantemente esta propia idea deDios, característica que una crítica destructiva ha observado en susistema poético-literario: la aceptación de la realidad como azar ocomo orden se coloca a pleno derecho en una lucha existencial,personal, casi íntima, en la persuasión de que «la batalla es eter-na y puede prescindir de la pompa de visibles ejércitos con clari-nes», como dirá en su poema «Página para recordar al coronel Suá-rez, vencedor en Junín» (1977: 193). De hecho, en otros textos, como«El idioma analítico de John Wilkins», Borges incurre en la mis-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.73

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 60: Borges en El Centro Del Infinito

74

ma lectura filosófica del mundo: «La imposibilidad de penetrar elesquema divino del universo no puede, sin embargo, disuadirnosde planear esquemas humanos, aunque nos conste que éstos sonprovisorios» (2005: II, 91-92).

Los esquemas humanos, en una cierta forma, le dan prestigioa la condición existencial del individuo y también un sentido aaquel sinsentido que parece involucrar los objetos, las existencias,en el largo fluir inexorable del tiempo («y ansiosa y breve cosa quees la vida», concluye el poema «Texas»).

Todas las cosas son palabras deIdioma en que Alguien o Algo, noche y día,Escribe esa infinita algarabíaQue es la historia del mundo. En su tropel

Pasan Cartago y Roma, yo, tú, él,Mi vida que no entiendo, esta agoníaDe ser enigma, azar, criptografíaY toda la discordia de Babel.(BORGES 1977: 196)

Detrás de la agonía del mundo y del ser se percibe tambiénla imposibilidad de ser felices, aunque la única vía de salvación—según la tesis de Schopenhauer (reconocido como el filósofo máscitado por Borges, y que más lo habría influenciado en ciertas caí-das pesimistas de su concepción existencial)— consista en la vidavivida como compasión, a través de la filosofía o del arte y, en par-ticular, a través de la negación de la voluntad.

El único error innato que albergamos, es el de creer que hemosvenido al mundo para ser felices. Hay que reconocer que es in-nato, porque se identifica con nuestra existencia misma, nues-tro ser es su paráfrasis y nuestro cuerpo su monograma, puesno somos más que voluntad de vivir, y lo que entendemos porfelicidad es precisamente la satisfacción sucesiva de la volun-tad. (SCHOPENHAUER 1960: 247)

No se quedaría nada más que la muerte, «otro mar, esa otraflecha / que nos libra del sol y de la luna y del amor» (1977: 248),en que el único goce es el de «estar triste, esa vana costumbre que

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.74

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 61: Borges en El Centro Del Infinito

75

me inclina / al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina» (1977: 248).No sólo el caos prevalece alternativamente sobre el orden, sino quela incertidumbre reina soberana, y no hay ningún espacio de co-nocimiento cierto:

¿Fluye en el cielo el Rhin? ¿Hay una formauniversal del Rhin, un arquetipo,que invulnerable a ese otro Rhin, el tiempo,.dura y perdura en un eterno Ahora […]?(«Correr o ser» —2005: III, 354)

El pesimismo innato se revela, más que una desesperante pos-tura nihilista que transformaría al poeta en un ideólogo, en unasombrante realismo dictado por la conciencia de la fragilidad hu-mana y de su condición de inevitable dependencia de un Dios,cuyo nombre, pronunciado, no ayuda a orientarse en el laberintodel mundo:

[…] Quizá el destino humanoDe breves dichas y de largas penas

Es instrumento de otro. Lo ignoramos.Darle nombre de Dios no nos ayuda.Vanos también son el temor, la duda

Y la trunca plegaria que iniciamos.¿Qué arco habrá arrojado esta saetaque soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?(1977: 447)

En ciertas páginas, el poeta contestará diciendo ser «eco, olvi-do, nada» («Soy» —1977: 434) o «soy el que no conoce otro con-suelo / que recordar el tiempo de la dicha» («The thing I am» —1977: 550). Sin embargo, no se trata, en estas líneas, de un aniqui-larse, de un rechazo de la existencia hasta el suicidio moral, sinode una ceguera real y metafísica al mismo tiempo («sólo puedover para ver pesadillas», o «pienso que si pudiera ver mi cara sa-bría quién soy en esta tarda rara» —1977: 450-451), o de una ma-yor percepción del ser, como se puede leer en las íntimas revela-ciones, «The Unending Rose», dedicadas a Susana Bombal:

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.75

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 62: Borges en El Centro Del Infinito

76

Soy ciego y nada sé, pero preveoQue son más los caminos. Cada cosaEs infinitas cosas. Eres músicaFirmamentos, palacios, ríos, ángeles,Rosa profunda, ilimitada, íntima,Que el Señor mostrará a mis ojos muertos.(2005: III, 130)

No se trata, entonces, de un «bel morir», como irónicamenteafirmaría Mutis, sino de un realismo ontológico, de una afirmaciónde consciente finitud, de reiteración de gestos y pensamientos, deimposibilidad manifiesta en el «ejecutar un acto nuevo», de «tejerla misma fábula», de «repetir un repetido endecasílabo», de soñarcon la misma pesadilla cada noche, de ser «la fatiga de un espejoinmóvil, o el polvo de un museo», como se expresa en el poema«Eclesiastés I, 9» (2005: III, 328). Así, Borges invita al lector a pen-sar en la propia muerte, antes deseada, ahora cáusticamente pre-figurada («Te espera el mármol que no leerás» —1977: 253), ya queel hombre no es más que sombra (aquí el castellano permite esa aso-nancia, parafraseando un verso borgiano) y observa la putrefac-ción y la disgregación de cada día, el temor de pensar que se estáde alguna forma muerto, de ser errante siempre, eterno wanderer,sin posada, de desear el mortal traspaso con el fin de entender porfin el universo. El pedido de conocer sus rasgos últimos, verdade-ros, ante el entretejido de mitologías y cosmogonías, permanececomo grito constante, «algo que ya padece. Algo que implora. /Después de la historia universal. Ahora» (1977: 422), fórmula poé-tica de oración que, como está escrito en «El mar», se repite «antesque el tiempo se acuñara en días»: «¿Quién es el mar, quien soy?Lo sabré el día / Ulterior que sucede a la agonía» (1977: 275).

Hay evidentemente crisis y dudas, decepciones por el engañoque la realidad promete. Borges no se sustrae a esta humana an-gustia: uno de los poemas dedicados al laberinto indica una des-esperación por un camino que nunca tendrá fin ni respuesta («nohabrá nunca una puerta» es el célebre incipit del poema), ni la tristepero justiciera esperanza de encontrar «en el negro crepúsculo la

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.76

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 63: Borges en El Centro Del Infinito

77

fiera» (1977: 332). Es uno de los momentos más obscuros y tene-brosos que Borges transmite a sus lectores, aunque en el centro deotros laberintos, el autor encontrará su redención terrenal a travésdel amor de su amada y fiel María Kodama.

Sin embargo, en uno de los poemas que Borges más amaba ycon el cual quisiera que los hombres lo recordaran después de sumuerte, «Everness», el autor argentino inventa un nuevo términoque se lanza hacia una eternidad suntuosa de «arduos corredo-res» y puertas que se cierran para dejar entrever que: «Sólo del otrolado del ocaso / Verás los Arquetipos y Esplendores» (1977: 258).

El rostro del Misterio que la razón desesperadamente busca,con la conciencia de que esa búsqueda explica todo el afán inago-table del hombre, se encontrará en un everness más allá de lo per-ceptible, de lo tangible, de lo humanamente doloroso o esclavizan-te: «Libre de la metáfora y del mito / Labra un arduo cristal: elinfinito / Mapa de Aquél que es todas Sus estrellas» (1977: 261).

En Borges, la posibilidad de abarcar, es decir, comprender el ig-noto universo y su sistema, encuentra en el correlativo objeto delperdido tiempo anglosajón el otro motivo recurrente de nostalgia, esearduo deseo de un bien ausente, para retomar la definición tomista.

Desvelando una verdad superior, la poesía de Borges se con-figura, más bien, como tentativa de coparticipación a la imageny forma de la totalidad y de lo infinito, llámese eso Dios o Aleph.En un comentario a la fuerza misteriosa de esa letra primigenia,Lisa Block de Behar modifica el motivo de «nostalgia» con el tér-mino intenso y sugestivo de «aspiración»: «La aspiración se ex-tiende a otra forma de la realización, se entiende como un anhelo,el aliento de un deseo, la aspiración profunda, la “inspiración”que anima» (1999: 39).

Esa «aspiración» es sumamente perceptible en uno de sus poe-mas más conmovedores, «Composición escrita en un ejemplar dela gesta de Beowulf», en el que Borges intuye, con admirable efica-cia poética, la inmortalidad del alma y, sobre todo, la validez delafán existencial, aunque el universo persista en un misterioso einagotable silencio, sin revelación, sin puertas terrenas abiertas.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.77

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 64: Borges en El Centro Del Infinito

78

El poema se presenta como un escolio, casi idéntico a aquellos quelos hombres de la Edad Media utilizaban para comentar los tex-tos sagrados, y que, ocasionalmente, se convertían en auténtico ynovedoso lenguaje crítico-poético.

A veces me pregunto qué razonesMe mueven a estudiar sin esperanzaDe precisión, mientras mi noche avanza,La lengua de los ásperos sajones.Gastada por los años la memoriaDeja caer la en vano repetidaPalabra y es así como mi vidaTeje y desteje su cansada historia.Será (me digo entonces) que de un modoSecreto y suficiente el alma sabeQue es inmortal y que su vasto y graveCírculo abarca todo y puede todo.Más allá de este afán y de este versoMe queda inagotable el universo.(1977: 225)

Las historias antiguas de Inglaterra, de la saga de Islandia, delos temerarios navegadores, de sus misioneros cristianos y de susdivinidades, que expresaban la oculta cara de los dioses, fascinana Borges, quien, nuevo escolástico medieval, re-escribe la historiamisma a través de su poética (no en el sentido de una estética, queel autor siempre refutó). Esa reescritura salva del olvido, es fuerzasagrada de la memoria; por eso, la traslada «tan lejos de esos ma-res y de ese ánimo» (1977: 493), como se aprecia en «Einar Tam-barskelver (Heimskringla, I, 117)». En otros poemas, el alba en Is-landia es descrita, por ejemplo, como el instante más «suspendi-do» del universo, edénico, perdido para siempre. La Edad Media,especialmente la anglosajona, «tan calumniada y compleja», comoescribe Borges en las primeras páginas de Siete noches, dedicadasa la Comedia dantesca, funciona como aquel «dilatado imperio quelos Vikings no quisieron fundar» («Things that might have been» —1977: 540), como el reino que pudiera ser y no fue, como todas lasobras inconcebibles que nos fue dado sólo entrever. En este arca-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.78

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 65: Borges en El Centro Del Infinito

79

no blank space, en el que todo lo no ocurrido reenvía a la percep-ción de un misterio u orden que todo lo contiene, y también lo norealizado pero aún deseado, la postura del poeta está lejos de seretiquetada como negación incrédula y nihilista, o panteísmo spi-noziano de un «hombre que engendra Dios» en la penumbra. Bor-ges es hombre de otros tiempos y sin embargo les trasciende pro-féticamente: «No en vano fui engendrado en 1899. Mis hábitos re-gresan a aquel siglo y al anterior y he procurado no olvidar misremotas y ya desdibujadas humanidades» (1977: 470).

Por un juego del destino o por una ficción divina, Borges bus-ca un lugar que abarca estepas y mares, los confines de la ÚltimaThule y de la pampa sureña; él es el auténtico homo religiosus, ema-nación de aquella cultura medieval de la cual Dante representabala figura más sugestiva y común a la conciencia poética del autorargentino. Borges, homo religiosus post litteram, percibe la religiosi-dad como relación reconocida y vivida con el Misterio, como evi-dencia en el hombre de una «realidad» que no deriva directamen-te de donde el individuo fenomenológicamente proviene, sino desu dramática y exclusiva dependencia del Misterio. En las antípo-das de Dante, Borges se reconoce deudor de otro gran autor y homoreligiosus que expresó en sus obras la lucha por la libertad autén-tica del hombre: Herman Melville. En la poesía dedicada al crea-dor de Moby Dick y, al mismo tiempo, al mutilado capitán Ahab,Borges se dirige a aquel semblable que «siempre se dio a los maresdel planeta» para entrar «en aquel otro mar, que es la Escritura»(1977: 484). Junto a Dante, Borges dialoga dignamente con Mel-ville en una fructífera y prodigiosa hermandad poética11 (queincluye, entre los múltiples nombres, a Browning y Whitman,los evangelistas y los Borges), y viajando por Islandia, pampas delSur y otros «mares que largamente surca», puede esperar, a fuer-za de una obstinada seriedad con los aspectos más ásperos de loreal, «los eventuales dones de la busca, / no el fruto sabiamenteinalcanzable» (1977: 410).

1 1 Debo esta hermosa definición a Emir Rodríguez Monegal; véase su apasionadovolumen Borges. Una biografía literaria (1987: 130-135).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.79

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 66: Borges en El Centro Del Infinito

81

La mitología griega, inmortalizada en el tercer libro de la Metamor-fosis de Ovidio, ha transmitido por largas generaciones la notoriapreocupación y funesta profecía de Tiresias, el cual había predi-cho a Narciso que, para vivir, él no hubiera tenido que verse nun-ca. Presagio mortal que, desde entonces, asocia el espejo con el ob-jeto mortífero o la engañosa manufactura de desdoblamientos yenfermedades, de locuras y percepciones de enigmas.

En su excepcional trabajo dedicado a la literatura europea yla Edad Media latina, Ernst Robert Curtius (1955) relata un signi-ficativo episodio desarrollado en Ricardo II, donde el Rey, queShakespeare inmortalizó en uno de sus mejores dramas históri-cos, manda traer un espejo para que, viendo su rostro reflejado,pueda considerar todos sus pecados. El espejo es uno de los te-mas y motivos más recurrentes de la literatura universal, y no sólooccidental: Curtius enumera muchos autores que han utilizado lametáfora del espejo, desde el riquísimo imaginario bíblico hastaEsquilo; desde Aristóteles, que injustamente la despreciaba por no

* El texto aquí presentado fue publicado con el mismo título en EduardoCOUTINHO, Lisa BLOCK DE BEHAR y Sara VIOLA RODRÍGUES (orgs.), Elogio daLucidez. A comparação literária em âmbito universal, Porto Alegre: EditoraEvangraf, 2004, pp. 327-334.

[81]

PER SPECULUM IN AENIGMATE.REFLEJOS Y ESPEJOS EN BORGES

Y GUIMARÃES ROSA*

A Tania Carvalhal,prodígio de juventude e beleza:

Non t’ho perduta. Sei rimasta, in fondoall’essere. Sei tu, ma un’altra sei:

senza fronda né fior, senza il lucenteriso che avevi al tempo che non torna,

senza quel canto. Un’altra sei, piú bella.(Ada NEGRI, «Mia giovinezza»)

Give me the glass, and therein will I read(William SHAKESPEARE, Richard II)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.81

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 67: Borges en El Centro Del Infinito

82

comunicativa desde el punto de vista de la retórica, hasta lapoesía barroca.

Un cuento de João Guimarães Rosa, «El espejo», de la colec-ción Primeras historias, nos permite entrever y construir puentes crí-tico-estéticos entre la poética del autor brasilero y Borges, quien con-sideró el motivo del espejo como un modelo estructural a su con-cepción hermenéutica del mundo y del hombre, y por ende del ar-tista. Jaime Alazraki (1977), que ha dedicado páginas muy pene-trantes y detalladas a la presencia de este motivo en los cuentos deBorges, reconoce que el espejo representa en el argentino, y sobretodo a lo largo de su escritura poética, «la dimensión de una obse-sión personal a la que su obra dota de sentidos varios» (1977: 132),y avisa que «como Borges-poeta, los personajes de sus relatos bus-can ese otro que habita en el fondo de un espejo» (1977: 144).

El cuento de Guimarães Rosa parece ser un homenaje discretoy personal a la obra de Borges; si no, por lo menos, en este relatoel escritor brasilero manifiesta el interés por una confrontación conuna materia, de antiguo origen, y que no dejó de fascinar a los au-tores del siglo XX. Fuera del continente brasilero y de los estudio-sos de la obra rosiana, «El espejo» es un cuento no muy conocido,a diferencia de la novela Grande sertão: veredas o de otros cuentoscomo «La tercera orilla del río», más frecuentemente antologadosy, curiosamente, incluidos en la misma colección de cuentos dedonde proviene «El espejo».12 Guimarães Rosa advierte al lector,por medio de su narrador, que su relato no es simplemente unaaventura, ni una «historia», de acuerdo con el título de la colec-ción, sino una experiencia provocada por una serie de «racioci-nios e intuiciones», a la que el espejo revela no sólo las leyes ópti-cas, físicas, de la reflexión, sino aquella misteriosa y concreta «tras-cendencia» que ya Merleau-Ponty había destacado.

En su ensayo Le visible et l’invisible, el pensador francés decla-ra que «la visibilité comporte une non-visibilité» (MERLEAU-PONTY

1964a: 300). Más bien, el sujeto percibe la ontología de la cosa, no

1 2 Todas las referencias al cuento «El espejo» se darán a partir de la ediciónespañola: João GUIMARÃES ROSA, Primeras historias, traducción de VirginiaFagnani Wey, Barcelona: Seix Barral, 1969, pp. 113-124.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.82

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 68: Borges en El Centro Del Infinito

83

tanto en su mera apariencia, sino en aquel «invisible» que consti-tuye su «parte total» y, por ende, su «misterio». Presencia y au-sencia no se contradicen. Privilegiando lo visible, Merleau-Pontyañade: «La vision n’est pas un certain mode de la pensée ou pré-sence à soi : c’est le moyen qui m’est donné d’être absent de moi-même, d’assister du dedans à la fission de l’Etre» (1964b: 81).

Guimarães Rosa parece seguir las reglas de esta filosofía de lavisión, en la que «ver» es siempre «más» que ver lo perceptible, lovisible; es como subrayar que, de una cierta manera, existe un «in-visible» de lo visible y que la visión no se puede nunca reducir alo que el sujeto ha visto: «Me reporto a lo trascendente. Pero, todoes la punta de un misterio. Incluso los hechos. O la ausencia deellos. ¿Duda? Cuando nada pasa hay un milagro que no estamosviendo» (1969: 115).

En las primeras páginas del cuento, Rosa reflexiona sobre los«reflejos» que causarían los espejos, a diferencia de las fotogra-fías, que retraen siempre un momento «posterior» y, por ende, nun-ca reproducirán el ser en su instante absoluto, perfecto, contem-poráneo. El narrador añade, además, que quien no se da cuentade eso, «es porque vivimos, de modo incorregible, distraídos delas cosas más importantes» (1969: 116). Naturalmente, recuerdael narrador, hay una infinidad de espejos que se unen a los tiposplanos, de uso cotidiano: ¿qué (o quién) se ve reflejado en espejoscóncavos, convexos, parabólicos? Los espejos de esos géneros noshacen reír, «nos reducen a monstruos estirados o globosos» y po-drían, además, aterrorizar diabólicamente «a horas avanzadas dela noche alguna [por] otra pavorosa visión» (1969: 117). En pocaslíneas, entramos en la trama del cuento: en el lavabo de un edifi-cio público, lugar que corresponde a la vanidad del ser y a la ca-sualidad casi banal de gestos cotidianamente repetidos, el narra-dor se fija en un juego de espejos que asustan y amenazan, ya queeste yo reconoce otro que lo está mirando en el mismo instante:

Le explico: dos espejos —el uno de pared, el otro de puerta la-teral, abierta en ángulo propicio— hacían juego. Y lo que vi,por un instante, fue una figura, perfil humano, desagradable al

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.83

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 69: Borges en El Centro Del Infinito

84

último grado repulsivo, si no hediondo. Me dio náuseas, aquelhombre, me causaba odio y susto, erizamiento, espanto. Y era—en seguida descubrí…; era yo, de veras. ¿Le parece a usted que,algún día, iba yo a olvidarme de esa revelación? Desde entoncesempecé a buscarme —el yo por detrás de mí—. (GUIMARÃES 1969: 115—cursivas mías.)

El descubrimiento es doble: el yo «de veras» y el comienzo dela búsqueda de aquel «yo por detrás de mí» («eu por detrás demim») como sencilla y poéticamente relata el narrador del cuento.Esta segunda fase o percepción es inevitablemente más importan-te e involucra al narrador en una serie de desenvolvimientos téc-nicos pacientes y temerosos que le abren enigmas «en tremendasmultiplicaciones» con la constatación asombrosa y aterradora: «losojos de uno no tienen fin. Sólo ellos paraban inmutables, en el cen-tro del secreto. Más allá de una máscara, si es que de mí se burla-ban. Porque el resto, el rostro cambiaba permanentemente». (GUI-MARÃES 1969: 119). Empiezan así ciertos «ejercicios espirituales»,según la imagen misma utilizada por el narrador, a través de losque el objetivo se reduce a una reeducación de la mirada y a unbloqueo de los ojos, hasta anular la «máscara» de su rostro. Evi-tando fielmente el encuentro con espejos o similares objetos refle-jantes, llega el momento en que el narrador afirma haberse miradoen un espejo y no haberse visto. El horroroso acontecimiento lohace reflexionar sobre la ausencia en él de una «existencia cen-tral, personal, autónoma» y llega a la conclusión de ser una cria-tura «des-almada»:

¿Entonces, lo que se me fingía de un supuesto yo, no era másque, sobre la persistencia del animal, un poco de herencia, desueltos instintos, energía pasional extraña, un entrecruzarse deinfluencias, y todo lo demás que en la permanencia se indefi-ne? Me decían eso los rayos luminosos y la faz vacía del espejo—con rigurosa infidelidad. Y, ¿sería así con todos? Seríamos nomucho más que los niños —el espíritu del vivir sin pasar deímpetus espasmódicos relampagueados entre espejismos: la es-peranza y la memoria. (GUIMARÃES 1969: 122)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.84

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 70: Borges en El Centro Del Infinito

85

Cuando se ve de nuevo, su rostro es un «todavía-ni-rostro»,una «carita de niño, de menos-que-niño, solo» (GUIMARÃES 1969:123-124). La búsqueda, que acaba con una sumaria reconciliacióny un regreso a la pureza infantil, coincide finalmente con un «sal-to mortal», ya que «la vida consiste en experiencia extrema y se-ria» (1969: 124). Son espacios, cuestiones, interrogantes que Gui-marães Rosa coloca en una zona semitransparente del discurso,una verdadera tercera margen en donde la duda no es ni cruel nisádica: más bien, el narrador, figura mítica y atormentada, encuen-tra en el diálogo ficticio con el lector una dimensión renovada dela existencia entre aquellos indispensables espejismos, como la es-peranza y la memoria, que se entreven en la búsqueda del otro (dra-máticamente ficticia y auténticamente humana). Se trataría, segúnDavi Arrigucci Jr., de un esquema artístico que Rosa utiliza en otrostextos como A hora e vez de Augusto Matraga y Meu Tio o Iauaretê. Elotro, que se puede condensar en un simple (aparentemente) espe-jo de un lavatorio, representa siempre un desafío razonable a lomisterioso, a lo imponderable. Es una búsqueda que revela «pro-fundas afinidades» y sorprendentes diferencias. Con su generosay atenta memoria Emir Rodríguez Monegal, recordando un en-cuentro con Rosa, afirma que éste creía, sí, en lo sobrenatural, perocuyo misterio no era necesariamente doloroso: «Su espíritu reli-gioso no espera sólo las sombras en el más allá» (en GUIMARÃES

1969: 16). De aquí probablemente su auténtica pasión para la re-presentación literaria de niños y discapacitados, de criaturas to-davía no corrompidas por la duda devastadora y nihilista. EnRosa, como en Borges, no se trata de la «sorpresa» del filósofo, dela sistematicidad del pensamiento, sino de un movimiento puro,infantil, libre que el contacto con la realidad provoca, así como su-braya muy justamente Davi Arrigucci Jr.:

Se establece una especie de antropología poética, en la que la in-mersión en el alma del hombre rural queda representada, al mis-mo tiempo, como proceso dialógico del esclarecimiento. En rea-lidad, de este modo, se abre una especie de escenario dramáticopropicio para la confrontación y el debate de ideas, donde el

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.85

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 71: Borges en El Centro Del Infinito

86

mythos se vuelve logos, escenificación dramática en la que la tra-ma narrativa se traduce en el discurso intelectual.13

La pregunta con la que se concluye la extraordinaria epifaníadel episodio del espejo («você chegou a existir?») quizá podría sercolocada como exergo de la obra borgiana: resulta particularmen-te interesante el paralelo o, mejor dicho, el asombroso espacio co-mún a Borges en un breve escrito (¿cuento, reflexión, sueño?) deEl hacedor («Los espejos velados»), en que el yo narrante declarahaber conocido «de chico ese horror de una duplicación o multi-plicación espectral de la realidad, pero ante los grandes espejos»(2005: II, 174). La confesión de sus «insistidos ruegos a Dios y alángel de [la] guarda» que «era el de no soñar con espejos» acabacon la inquietud de reconocerse reflejado, quizá también «existi-do», en la «aciaga servidumbre» de su rostro, «una de mis carasantiguas».

La «antropología poética» considerada por Arrigucci se mueveen las oscilaciones de temores y apariencias, de verdades ocultadasy no re-conocidas, «los miles de reflejos / que entre los dos crepús-culos del día / tu rostro fue dejando en los espejos» (BORGES 2005: II,326), que podrían enloquecer o dudar atrozmente de que todo con-sista en definitiva en una «ciega máscara impersonal»:

Yo temo ahora que el espejo encierreEl verdadero rostro de mi alma,Lastimada de sombras y de culpas.El que Dios ve y acaso ven los hombres.(«El espejo» —BORGES 2005: III, 211)

Los Arquetipos y los Esplendores que, de derivación platóni-ca, esconden la auténtica versión cosmológica, y que tanto fasci-naron a la poética borgiana, revelan que este mundo, con sus ha-bitantes, con sus individualidades razonables, sus sentimientos,sus esperanzas y miedos, no es sino el espejo de un orden divinoinescrutable. Tal reconocimiento filosófico, fideístico, que casi iró-

1 3 Véase el ensayo de Davi ARRIGUCCI Jr., Mestizo y paradójico GuimarãesRosa, en «Proyecto Patrimonio. Archivo João Guimarães Rosa»:<http://www.letras.s5.com/rosa201102.htm>.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.86

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 72: Borges en El Centro Del Infinito

87

nicamente nos conecta con la concepción rosiana del mundo (y laironía es otro rasgo de la filosofía clásica que ambos escritores hancompartido) fluctúa entre el eje del terror, de la pesadilla, de la abs-tracción, que formas esenciales generarían en los hombres que lasregistran (como, por ejemplo, en el poema «Los espejos», de El ha-cedor), y el eje del estupor, de la maravilla para con la perfecciónde formas e intenciones, de la intuición de estar participando deun milagro (como se puede leer en «El sueño de Coleridge»). Pero,así se trate del mito del doble y de su magia, de la deformaciónhorrorosa de los cuerpos, o de la infinita persecución de sus actosmultiplicadores, el espejo revela «un germen de aventura sobre-natural», como sostiene Ana María Barrenechea: «insinúe o nocualquiera de estos aspectos, siempre basta su sola presencia parasentir la disolución que nos amenaza» (1967: 175).

El espejo, en Rosa y en Borges, denuncia «públicamente» eldesdoblamiento del individuo como imagen sospechada, creaday convertida en fantástica por el yo mismo, porque el mito del do-ble no puede realizarse sin el hombre, sin su imaginación y capri-chos filosóficos.

Si es verdad que la «disolución nos amenaza» y que la muerteestaría velada detrás de «la cifra de las cosas / que somos y queabarcan nuestra suerte» («El espejo» —BORGES 2005: II, 545), con-dición no irreal sino, quizá, «hiperrealista», el espejo es también«a sacred fount», para retomar el título de una obra de Henry Ja-mes sumamente apreciada por Borges, de creaciones y re-creacio-nes literarias. Aunque Daniel Balderston, autor del diccionario defrecuencias de Borges, haya declarado que entre las palabras másutilizadas en las obras de Borges figuran «Dios» y «Borges», lapalabra «espejo», junto con su metáfora, permanece siempre comouna de las más repetidas y laberínticas. Resulta indispensable, porlo tanto, detenerse en un solo ejemplo creativamente derivado deaquella «fuente sagrada»: el fatigoso recorrido que se incluye enel cuento «El acercamiento a Almotásim».

La obra es doblemente laberíntica y llena de espejismos: se pasade ediciones críticas a alusiones interpretativas relativas al géne-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.87

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 73: Borges en El Centro Del Infinito

88

ro de la novela en cuestión, de rocambolescos capítulos a «peripe-cias» y «vertiginoso pulular de dramatis personae»: no es casuali-dad que su «feliz subtítulo» sea «A Game with Shifting Mirrors»,un juego de espejos que se desplazan.

Esquemáticamente, el argumento de la novela trata del viaje-peregrinación de un joven estudiante de Bombay, «musulmán»,«librepensador», que ha refutado «la fe islámica de sus padres».En una noche de luna de muharram se encuentra en el centro deun tumulto entre musulmanes e hindúes. Este «protagonista visi-ble […] mata (o piensa haber matado) a un hindú» (2005: I, 444).El devenir de la novela y, por ende, del cuento es la huida del jo-ven estudiante hasta que la peregrinación se transforma en re-flexión, homicidio, sentido de culpa, etapas laberínticas y discon-tinuas de una nueva odisea disimulada. En este recorrido angus-tiante y contradictorio, el protagonista «visible» se abre a la posi-bilidad de la búsqueda metafísica:

Repensando el problema llega a una convicción misteriosa. Enalgún punto de la tierra hay un hombre de quien procede esa claridad;en algún punto de la tierra hay un hombre igual a esa claridad. El es-tudiante resuelve dedicar su vida a encontrarlo. (2005: I, 445)

El encuentro con Almotásim es toda una narración de reen-víos y pseudoencuentros, que aluden al verdadero encuentro queacontece, por lo menos, ficcionalmente, pero que el lector no pue-de directamente conocer, porque la novela de Bahadur termina eneste punto fatídico.

Se trata, entonces, de espejos y reflejos que contienen, en uncalidoscopio de variaciones cóncavas y convexas, la misma apre-miante pregunta que animaba la escritura de Guimarães Rosa:«você chegou a existir?»; el argumento general de la novela de Ba-hadur y de su «glosa» borgiana es platónico:

La insaciable busca de un alma a través de los delicados reflejosque ésta ha dejado en otras: en el principio, el tenue rastrode una sonrisa o de una palabra; en el fin, esplendores diversosy crecientes de la razón, de la imaginación y del bien. A medi-da que los hombres interrogados han conocido más de cerca a

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.88

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 74: Borges en El Centro Del Infinito

89

Almotásim, su porción divina es mayor, pero se entiende que sonmeros espejos. (2005: I, 445 —cursivas mías.)

Difícilmente se puede concordar con la lectura que sostiene quelos espejos (no sólo en Borges) son —junto con sueños, utopías ycorredores obscuros, sin salida y sin sentido— símbolos de la irrea-lidad. En Borges y en Guimarães Rosa, los espejos son manifesta-ciones poéticas, inquietantes, contradictorias, como el descubri-miento de Uqbar, o de la propia cara incompleta o ausente delcuento rosiano, que reconfiguran la creación estética y, con ella,los signos interrogantes de la humanidad.

Los espejos revelan una dúplice llamada identitaria: la memo-ria del individuo, que se observa y se encuentra (o re-encuentra)en ellos, y el recorrido laberíntico que es indispensable enfrentar,entre obscuridades y aniquilamientos, revelaciones y hallazgos,para responder a la exigencia estructural humana del «quién soy».Esta pregunta, esencial y mítica al mismo tiempo, no acepta enambos escritores una réplica cómodamente adquirida, sino unconstante desarrollo dinámico que vibra por dramaticidad y no secontenta con rígidas dicotomías que eliminarían tensiones y cues-tionamientos discursivos ligados a la creación literaria.

Por eso, Almotásim, cuando «la novela decae en alegoría»,se vuelve «emblema de Dios» y sus «puntuales itinerarios […]son de algún modo los progresos del alma en el ascenso místico».Dios también se ve reflejado en un espejo y escandalosamenteestá buscándose:

Esas declaraciones quieren insinuar un Dios unitario que se aco-moda a las desigualdades humanas. La idea es poco estimulan-te, a mi ver. No diré lo mismo de esta otra: la conjetura de quetambién el Todopoderoso está en busca de Alguien, y ese Al-guien de Alguien superior (o simplemente imprescindible eigual) y así hasta el Fin —o mejor, el Sinfín— del Tiempo, o enforma cíclica. (2005: I, 446)

El espejo borgiano y rosiano no concibe resolver el problemade pertenencia existencial del hombre, como si la respuesta fuesemágicamente el conejo que el mago extrae de su chistera. En otras

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.89

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 75: Borges en El Centro Del Infinito

90

palabras, quien se refleja (el estudiante de Bombay, el narrador de«El espejo», Borges, Rosa, el lector) no se ve por completo; las iden-tidades del buscado y del buscador se confunden ambiguamente;el vértigo que lleva al conocimiento (anagnórisis) —tema con va-riaciones de amplia literatura— se resume en una tentativa antro-pológica dramática: en la ficción, al lector no le es dado saber silas revelaciones del espejo son culminadas con un feliz coup dethéâtre final. El cuento de Rosa termina con aquella pregunta quereabre el camino a una perenne inquietud y a la búsqueda ince-sante, como si el afán humano fuese compreso solamente dentrode estos dos polos vividamente abiertos, que rechazan cualquierlógica de clausura aquiescente. La vicisitud del protagonista de lapseudonovela de Bahadur se concluye con el auténtico y sorpren-dente «acercamiento»: la «increíble voz» de hombre existe; Almo-tásim, él mismo «buscador de amparo», invita al estudiante a avan-zar y entrar. El lector, quizá como el mismo creador, como el artis-ta, se acerca un poco más a un fragmento del mosaico que compo-ne el enigma total, y tantea, él también, «per speculum in aenig-mate», porque el misterio, que Rosa y Borges ya conocen, se des-vela sine speculo in aeternitate.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.90

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 76: Borges en El Centro Del Infinito

91

A Nadia Lie

Que me quereis, perpétuas saudades?Com que esperança ainda me enganais?Que o tempo que se vai não torna mais,

e se torna, não tornam as idades.

Razão é já, ó anos!, que vos vades,porque estes tão ligeiros que passais,nem todos para um gosto são iguais,

nem sempre são conformes as vontades.

Aquilo a que já quis é tão mudadoque quase é outra causa: porque os dias

têm o primeiro gosto já danado.

Esperanças de novas alegriasnão mas deixa a Fortuna e o Tempo errado,

que do contentamento são espias.(Luis de CAMÕES, Soneto CVII)

[91]

* El texto transcribe la conferencia (Staff Seminar) presentada en la KatholiekeUniversiteit Leuven, el 24 de mayo de 2005, como conclusión de mi estadíacomo Postdoctoral Visiting Fellow (Coimbra Group Scholarship Programme).

ELOGIO DEL CAOS (Y DE SU ORDEN).BRÚJULAS, PALOMARES Y OTROS

BARROQUISMOS EN BORGES Y CALVINO*

El señor Palomar, el más borgiano (y quijotesco) de los personajescalvinianos, cree que si tuviera un telescopio, herramienta barro-ca por antonomasia —«alegórico instrumento… borroso», lo defi-ne Borges en «El reloj de arena» en El hacedor (2005: II, 200)—, «lecose sarebbero più complicate sotto certi aspetti e semplificate so-tto altri; ma, ora come ora, l’esperienza del cielo che interessa a luiè quella a occhio nudo, come gli antichi navigatori e i pastori erran-ti» (CALVINO 1983: 44-45 —cursivas mías).

Lo que sigue es, más bien, la «declaración amorosa» de algu-nos tópicos que suscitan, desde algunos años, nuestra atención: elestudio de dos genios literarios del siglo XX (y en este caso, no nosarrepentimos de utilizar superlativos excesivos en el ámbito de lacrítica literaria); la rediscusión de ciertas periodizaciones cultura-les; finalmente, la «especial disposición de ánimo» del compara-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.91

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 77: Borges en El Centro Del Infinito

92

tista que se atreve a «percer des frontières», como sugiere JulienGracq. La «comparabilidad» de cualquier texto independientemen-te de su contexto social, económico, político o cultural, teorizadapor Claudio Guillén (1985: 138), y que representa una característi-ca única, intrínseca al discurso literario, casi una especie de «meta-naturaleza» de los objetos de la comparabilidad, ha apoyado nues-tros pensamientos. La comparabilidad, además, se refuerza conaquella «operación de la mente del lector» que es la acertada defi-nición de Michael Riffaterre en lo que concierne la intertextualidad:

Intertextuality necessarily complements our experience of tex-tuality. It is the perception that our reading of the text cannotbe complete or satisfactory without going through the intertext,that the text does not signify unless as a function of a comple-mentary or contradictory intertextual homologue. (1984: 142-143)

Este preámbulo justificativo tiene su razón de ser. Para JohnBarth, defensor combativo de la literatura de la exhaustion y delreplenishment, palabras que se colocan más allá de su misma sig-nificación originaria de cansancio espiritual y satisfacción lúdi-ca, Borges y Calvino representan autores «paralelos», no obstantepresenten características comunes como «a clear, straightforward,unmannered, nonbaroque, but rigorously scrupolous style».14

Nuestra reflexión sobre estos autores parte justamente de la frasemencionada de Barth con la que nuestra lectura no coincide. De-tengámonos en el adjetivo «nonbaroque». Sólo una interpretación«clásica» podría encasillar el barroco en una forma estereotipadaque en nada estaría relacionada con las formas y recorridos de lapostmodernidad. Ya lo recordaba José Antonio Maravall, quiendefinía el barroco como «época trágica», «arte de la crisis», «mun-do como confuso laberinto» (1985: 249-254 ss). Como es sabido,los últimos decenios han asistido a un renacimiento de relecturas,reconsideraciones, revisiones que han observado, en el paso (nodemasiado obvio) de la modernidad a la postmodernidad, un com-

1 4 John BARTH, «“The Parallels!” Italo Calvino and Jorge Luis Borges», enContext. A Forum for Literary Arts and Culture. n.º 1, edición electrónica.<http://www.centerforbookculture.org/context/no1/barth.html>.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.92

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 78: Borges en El Centro Del Infinito

93

pacto universo creativo, una nueva periodización cultural, que haencontrado su justificación en el término «neobarroco». Éste, in-augurado por Omar Calabrese, en su ensayo de 1987, L’etá neoba-rocca (La edad neobarroca), ha sido corroborado por otros aportesteóricos que han servido para fijar algunos fenómenos del contro-vertido mundo de la crisis de la modernidad. Así, de ChristineBuci-Glucksmann, con La raison baroque (1984) a Gilles Deleuze,Le pli (1988), Europa ha releído la cuestión neobarroca como co-rrelativo epistemológico de la crisis de la fe, de la política, de losideales. A propósito de Gracián, Benito Pelegrín afirma que másallá de una conciencia artística acentradora, típica de aquel arte«moderno» que quisiera surgir pretenciosamente como «univer-sal», «el barroco se ha vuelto un valor refugio, plural, de la singu-laridad... (un barroco) irracional y reaccionario cuando la Razónera subversiva [...] barroco es entonces lo irracional, lo insensato,la disidencia, que se vuelven subversivos» (1983: 76-77).

Oscilando entre «prolongaciones» y «transgresiones», de lasque, sin embargo, está tejida toda la historia del pensamiento hu-mano, la literatura presenta un marco neobarroco muy rico y va-riegado. De Robert Coover a Carlos Fuentes, de Thomas Pynchona Guillermo Cabrera Infante, de Haroldo de Campos a Oswald deAndrade, la vegetación literaria que ha sido identificada con el tér-mino «neobarroco» es lujuriosa. Encima de todos sobresale, escri-tor y teórico neobarroco par excellence, Severo Sarduy.

El barroco, en la lectura visionaria de Sarduy, resulta ser una«copia» de la crisis de la modernidad. Neobarroco es modernidad,crisis de un sistema cultural que consideraba la verdad últimacomo transmisión de una fe cierta, invencible, orgullosa. El barro-co era arte de propaganda, arte didáctico y de moraleja, arte casicatequista, profundamente religioso, pero al mismo tiempo, dra-máticamente dudoso. El neobarroco se sitúa en una postura de asi-milación y rechazo, aculturación y regeneración, en una posiciónde paso de una verdad afirmada a una verdad cuestionada, si nonegada. Escribe Sarduy:

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.93

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 79: Borges en El Centro Del Infinito

94

El barroco actual, el neobarroco, refleja estructuralmente la inar-monía, la ruptura de la homogeneidad, del logos en tanto abso-luto, la carencia que constituye nuestro fundamento epistémi-co. Neobarroco del desequilibrio, reflejo estructural de un de-seo que no puede alcanzar a su objeto, deseo para el cual el lo-gos no ha organizado más que una pantalla que esconde la ca-rencia […] Neobarroco: reflejo necesariamente pulverizado deun saber que sabe ya que no está «apaciblemente» cerrado so-bre sí mismo. Arte del destronamiento y la discusión. (1972: 183)

Resulta siempre fastidioso deber encanalar autores, períodoso estilos dentro de un cauce que necesita de clasificaciones; es, ade-más, difícil poder pensar en la producción de los autores antescitados, sin la referencia culturológica del episteme barroco. El tér-mino «neobarroco», tal como lo declara Omar Calabrese, es pro-bablemente más cómodo y à la mode que el de «postmanierismo»,pero los dos términos están de alguna manera fuertemente rela-cionados entre sí por ser vectores de una crisis de valores en actoen los dos últimos siglos de pertenencia histórica.

Quizá, entonces, sería mejor tener en cuenta también la expre-sión «postmanierismo», determinada por una fuerte crisis del hu-manismo, debida a la negación de la naturaleza como guía «ma-terna» de los afectos y de los destinos humanos, y negación de larelación armoniosa entre el cosmos y el hombre; negación del almacomo receptáculo del bien y posibilidad de la trascendencia; ne-gación de Dios como ente sumamente bueno; negación de la fe enla Encarnación del Verbo divino y negación, finalmente, de la pro-pia salvación. Respecto a la justificación de la importancia del ma-nierismo y su asombrosa cercanía con los cánones estéticos revuel-tos del arte del XX, Arnold Hauser ha dedicado algunas páginaspenetrantes a la cuestión de la problemática manierismo-barrocoy la revalorización de aquél:

En el nuevo arte, que rompe con los principios del Renacimien-to y del humanismo, lo espiritual se expresa desfigurado, ha-ciendo saltar, disolviendo lo material, la forma sensible, la fe-nomenalidad inmediata; es decir, por la deformación de lo ma-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.94

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 80: Borges en El Centro Del Infinito

95

terial. Cuando, al contrario, hay que subrayar lo material, labelleza corporal, la armonía ornamental, la forma se indepen-diza y entonces es el espíritu el que es violentado, encadenadoy esquematizado. (1969: 27-28)

El síndrome barroco llega, por ende, hasta nuestros tiempos.El barroco pasa al estadio «neobarroco» a través de una nueva fun-ción que Sarduy detalla de la siguiente manera:

Espacio de dialogismo, de la polifonía, de la carnavalización, dela parodia y la intertextualidad […] Red de conexiones, de suce-sivas filigranas, cuya expresión gráfica no sería lineal, bidimen-sional, plana, sino en volumen, espacial y dinámica. (1972: 175)

No resultan, por lo tanto, sin sentido las famosas palabras deBorges que declaraba en «La belleza no es un hecho extraordina-rio», quizá con espíritu irónico: «Quise ser también un prosistabarroco, quise ser Quevedo, Saavedra Fajardo y Góngora. [... ] En-tonces publiqué un libro titulado Inquisiciones, escrito en españollatinizado, en un español que trataba de plagiar a Quevedo, diga-mos, y a Saavedra Fajardo, y a Gracián» (BORGES 1992: 59).

Llamaremos «barroquismo» a aquella percepción lucidísimade una época, como aquella de los descubrimientos científicos ylas «maravillas» del siglo XVII, cíclicamente consustancial (aunquecon variaciones) a la época contemporánea, en la que Borges y Cal-vino realizaron su actividad creativa. Es barroca en ambos auto-res la confluencia de ciencia y literatura, así como barroco resultasiempre, en ambos, el procedimiento constante de estilización, iro-nía, parodia, repetición tal vez como homenaje o como crítica, se-gún lo que Beatriz Sarlo ha teorizado como «estrategia típica de laescritura» del siglo XX: «Roland Barthes y Julia Kristeva pensaronal texto como un tejido cuyos hilos vienen de otros textos. En ellímite, la literatura es la práctica de escribir sobre lo escrito antes,en otra parte, en otras circunstancias».15

El barroquismo de Borges y Calvino tiene origen en dos aspec-tos interrelacionados: por un lado, una preferencia por la parodia1 5 Beatriz SARLO, «Lectura, cita, reescritura», en Revista Clásica: Arte & Cultura,

en <http://www.revistaclasica.com.ar/99-12/nota02.htm>.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.95

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 81: Borges en El Centro Del Infinito

96

como acto consciente y voluntario del autor (lo que hace la paro-dia «más impresionante que la involuntaria», según la aserciónde Harold Bloom —1975: 38); por el otro, la naturaleza filosóficade la escritura de ambos autores, que se basa sobre el fundamentode la repetición como tradición y transgresión. Apunta Lisa Blockde Behar a este propósito: «Las repeticiones no difieren pero al mis-mo tiempo nunca son las mismas, las copias apuntan hacia unainmortalidad melancólica, y la eternidad al claro de las estrellas,o en clave de luna» (1999: 70). Calvino reconocía, por ejemplo, lainfluencia (otra variante de la repetición) que el autor argentinotuvo en la creación literaria italiana de la posguerra, en un retratojustamente célebre que parece, más bien, un «autorretrato» elabo-rado sobre el tópico de la cita y de la estilización, en el estilo pro-vocativo de Rembrandt o Rubens.

Calvino afirma registrar en Borges «una idea de literatura comomundo construido y gobernado por el intelecto». Esta frase puedeser leída como el autorreconocimiento que Calvino percibe comofactor consustancial de «su propia» idea de literatura:

È questa un’idea controcorrente rispetto al corso principale de-lla letteratura mondiale del nostro secolo, che tende invece nelsenso opposto, cioè vuol darci l’equivalente del coacervo mag-matico dell’esistenza, nel linguaggio, nel tessuto degli eventi,nell’esplorazione dell’inconscio. Ma c’è pure una tendenza de-lla letteratura del nostro secolo, certamente minoritaria, che haavuto il suo sostenitore più illustre in Paul Valéry — e pensosoprattutto al Valéry prosatore e pensatore — che punta su unarivincita dell’ordine mentale sul caos del mondo. Potrei cercare dirintracciare i segni d’una vocazione italiana in questa direzio-ne, dal Duecento al Rinascimento al Seicento al Novecento,per spiegare come scoprire Borges sia stato per noi veder reali-zzata una potenzialità vagheggiata da sempre: veder pren-dere forma un mondo a immagine e somiglianza degli spazidell’intelletto, abitato da uno zodiaco di segni che rispondonoa una geometria rigorosa. (2001: 1293-1294 —cursivas mías.)

La reivindicación (y ya éste es un término particularmenteborgiano) del «orden mental sobre el caos del universo» no sólo

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.96

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 82: Borges en El Centro Del Infinito

97

reenvía a Borges, Calvino y Valéry sino también a aquel barrocoque ya no es desmesura, masa informe y caótica, sino, más bien,forma perfectamente geométrica que se mueve en su interior me-diante serpentinas, laberintos, sinuosidades, concatenaciones infi-nitas, y busca constantemente un orden unitario, sofocado a me-nudo por la misma forma rígida que lo compone. Así, Borges inter-preta a Valéry como la personificación de «los laberintos del espíri-tu»; además, su muerte sería, antagónicamente, una «vida» sensi-ble a todo hecho, a todo «estímulo que puede suscitar una infinitaserie de pensamientos» (BORGES 2005: II, 69 —cursivas mías). Calvinoinserta a Borges en el proceso de la tradición cerebral de aquellosbarrocos post litteram que saben sugerir en la dureza del cristal «aber-turas vertiginosas al infinito, e ideas, ideas, ideas» (2001: 1294).

El criticismo ético, la filosofía de la literatura, las reflexionessobre el acto de la literatura permiten observar que ambos autoresabren la puerta a una semiconsciente «filosofía de la metaficción»16

(semiconsciente porque nunca en Borges o en Calvino la filosofíaes percibida como instancia sistemática y definitoria). Si la meta-ficción es «una polivalente problematización de la perspectiva crí-tica, reflexiva, analítica o lúdica de lo que se narra refleja sobre sí»(KRYSINSKI 2002: 186 —traducción mía), entonces, en las obras deBorges y Calvino, la metaficción, «instrumento heurístico que fa-cilita el descubrimiento de un complejo sistema de signos» (KRY-SINSKI 2002: 189), representa, conforme el pertinente juicio de Wla-dimir Krysinski: «A specific worldview, thereby defining thewriter’s epistemological position vis-à-vis narration and represen-tation as well as toward the general or particular meanings of agiven literary work» (2002: 189). Por lo tanto, según Krysinski, siel concepto básico de la escritura borgiana reside en su «infinitohermenéutico» (2002: 192), mediante sus modelos y objetos queposeen posibilidades interpretativas múltiples (el laberinto, la rosa,el tigre), para Calvino, los mismos símbolos y las estructuras pro-puestas son ya, autónomamente, «un modelo epistemológico para

1 6 Es la sugerencia de Deborah KNIGHT, «Intersections», en GARCÍA, KORSMEYER

& GASCHÉ 2002: 25.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.97

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 83: Borges en El Centro Del Infinito

98

entender y desafiar el mundo» (2002: 199): la filosofía calvinianade la metaficción presupone, entonces, «realizar un conocimientopráctico de la literatura para ejercerla como síntesis de retóricas,modelos narrativos, mosaico de estilos» (2002: 198). Quizá, estadimensión cognoscitiva de la escritura, que maneja la literatura ylas ideas, la ciencia y el deleite en un único goce estético, se pro-duce en Borges y Calvino como mecanismo de una enseñanza«contrarreformista» para disolver la idea de una literatura estáti-ca, inmóvil, tan sólida y áspera que no admitiría la «intercambia-bilidad de los escenarios metafísicos» (CALVINO 2001: 1293).

La epistemología se transfigura en Calvino en un verdadero«emblema» barroco, un conjunto de cristal y flama, es decir, de loracional y lo vital, de lo biológico-científico y lo sensible-afectuo-so. El rigor geométrico, que Calvino representa a través de la me-táfora del cristal en varios momentos de Ti con zero (1967: 41 ss),no se resuelve en una provisoria «jaula racional de elementos in-definidamente combinables» (1997: 293), sino que postula la ab-soluta necesidad del elemento sensible-afectuoso de aquella fla-ma que, en términos tomistas, permite el golpe del conocimientoauténtico.

También en Borges se refleja barrocamente el emblema del cris-tal y de la flama, antes mencionado: la forma mentis borgiana, atraí-da por una razón especulativa absoluta, se relaciona más con Spi-noza que con Tomás de Aquino. Sin embargo, su tentativa de en-jaular el universo en un acto geométrico nunca se demuestra sólo«cristalizada»; más bien, como en Calvino, la «flama», que ambosautores intentan esconder o simular, reaparece como un Ave Fénix,en brújulas, orbis tertius, palomares y en viajeros de invierno, querepresentan infatigables puntos de indagación sobre la realidad.

El more geometrico spinoziano (es decir, aquella percepción deldivino universo o del universo como divinidad dentro de los an-gostos y rigurosos perímetros de la metodología geométrica) es, porasí decir, deconstruido en la lectura borgiana y calviniana. La geo-metría del filósofo holandés no es negada (el mundo puede siem-pre constituirse como una variación literaria de Dios), sino que es

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.98

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 84: Borges en El Centro Del Infinito

99

puesta en jaque su absoluta funcionalidad. La geometría se alter-na a una inquieta, posible búsqueda de un centro afectivo que ex-plique lo que está detrás del espacio geométrico del universo. Loexplica bien uno de los últimos poemas de Borges en el que el au-tor admite que existe un centro en el laberinto de Cnosso, y estepunto no es su salida, sino su mismísimo centro, podríamos decircon Cortázar, en el que reside María Kodama; también el primerepisodio de la fenomenología cotidiana del señor Palomar, la vis-ta de las ondas, puede prefigurar esta imposibilidad de cerrar laspuertas de la sensibilidad individual. En ambos autores, de losque daremos dos ejemplos enseguida, el barroquismo se enlaza conla percepción artística de un quid que, simplificando los mecanis-mos de la realidad, vivifica la experiencia y pone en duda los es-quemas filosóficos recorridos. He aquí el episodio de la observa-ción de las ondas y su contrapartida borgiana:

Comunque il signor Palomar non si perde d’animo e a ognimomento crede d’essere riuscito a vedere tutto quel che potevavedere dal suo punto d’osservazione, ma poi salta fuori sempre qual-cosa di cui non aveva tenuto conto. Se non fosse per questa sua im-pazienza di raggiungere un risultato completo e definitivo de-lla sua operazione visiva, il guardare le onde sarebbe per luiun esercizio molto riposante. [...] E forse potrebbe essere la chia-ve per padroneggiare la complessità del mondo riducendola almeccanismo più semplice. (CALVINO 1983: 8 —cursivas mías.)

Aquí está la moneda de hierro. Interroguemoslas dos contrarias caras que serán la respuestade la terca demanda que nadie no se ha hecho:¿Por qué precisa un hombre que una mujer lo quiera?Miremos. En el orbe superior se entretejanel firmamento cuádruplo que sostiene el diluvioy las inalterables estrellas planetarias.Adán, el joven padre, y el joven Paraíso.La tarde y la mañana. Dios en cada criatura.En ese laberinto puro está tu reflejo.Arrojemos de nuevo la moneda de hierroque es también un espejo magnífico. Su reverso

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.99

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 85: Borges en El Centro Del Infinito

100

es nadie y nada y sombra y ceguera. Eso eres.De hierro las dos caras labran un solo eco.Tus manos y tu lengua son testigos infieles.Dios es el inasible centro de la sortija.No exalta ni condena. Obra mejor: olvida.Maculado de infamia ¿por qué no han de quererte?En la sombra del otro buscamos nuestra sombra;en el cristal del otro, nuestro cristal recíproco.(BORGES 2005: III, 176)

Cristal y flama representan las oposiciones barrocas que pro-curan un lugar de síntesis, lo que Severo Sarduy llama «la violen-ta pulsión de unificación, el feroz deseo del Uno» (1974: 24). Jus-tamente Sarduy reconoce la existencia de dos períodos barrocos yambos están relacionados con los cambios del concepto de «uni-verso». El primer «barroco» es aquello «galileiano», en que se des-taca no sólo la crítica cosmológica (la tierra al centro del univer-so), sino también la idea según la cual el aspecto perceptible deun fenómeno o de un objeto no explica la ontología del fenómenoo del objeto. La observación y la existencia de fenómenos «invisi-bles» son las estrategias filosóficas que Sarduy aplica, irreverente-mente, a su lectura del arte neobarroco:

La cosmología actual y su posible retombée en un neobarroco[se repite con] la misma estrategia discursiva de Galileo: la sub-versión, o la desintegración de una imagen coherente del uni-verso, tal y como la acepta en un momento dado la humanidadentera, en algo tan abrupto e inaceptable que no puede reali-zarse más que bajo los auspicios de una demostración legal, deuna demanda jurídica basada en la eficacia de los signos y en sumayor alcance: la nueva ley como teatralidad. (1974: 20)

De la misma manera que el mecanismo escénico utilizado porCalderón, cuyos personajes ponen en severa discusión (si no enduda) el eje vertical hombre-Dios, criatura-creador, el cual se des-estabiliza. El paralelo con el mundo de la crisis de la modernidadestá claro: el mundo barroco es un mundo descentralizado, querefleja alegoría, ilusión, sueños, en que el Sol no es el centro deluniverso y la naturaleza «revuelta» del universo se expresa en el

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.100

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 86: Borges en El Centro Del Infinito

101

modelo neobarroco adaptado al siglo XX, en el lenguaje inquietode Borges, Calvino y otros herederos de la tradición del siglo XVII.

Con razón, las perplejidades propuestas por Borges y Calvi-no, la estrategia discursiva que enfatiza la racionalidad y la geo-metría de la realidad, el juego de la paradoja, de la cita y otrosespejismos, representan la oscilación entre el orden buscado y eldesorden proclamado, una «especie de viaje a la fuente de la mul-tiplicidad», según la sugestiva lectura de Starobinski (1993: XXX).¿No es quizá barroca la solución borgiana según la cual «La bi-blioteca es ilimitada y periódica. Si un eterno viajero la atravesara encualquier dirección, comprobaría al cabo de los siglos que los mis-mos volúmenes se repiten en el mismo desorden (que repetido, se-ría un orden: el Orden)»? (BORGES 2005: I, 505). Y Calvino, ¿no pa-rece multiplicar las apariencias de las finitudes a través de su via-jero, en una noche de invierno, que intenta ordenar un libro des-ordenado, desorden que compone, en última análisis, el Orden delLibro? ¿Por qué no pensar en la muerte casi subitánea y «biográfi-ca» del señor Palomar, que parece ser un homenaje a Borges y unaalusión directa a las últimas líneas de algunos cuentos borgianos,entre los más célebres, como Funes el memorioso, El milagro secreto,La muerte y la brújula?

Ambos autores perciben del mundo su versión provisoria, frag-mentada, incompleta, y tejen el elogio de este descubrimiento. Sinembargo, la literatura se repropone en ellos como lugar de la re-composición del caos, un punto de observación, un auténtico «pa-lomar», que, podríamos decir con Paul Valéry, se eleva más allá delo sensible, de las emociones inmediatas, de las jaulas generadaspor los retorcidos pensamientos humanos. La literatura de Borgesy Calvino es sólo aparentemente proyectada hacia el vacío. El va-cío funciona como acumulador y papelera de reciclaje de átomos,brújulas, espejos, células; pero eso permite que se especule, se juz-gue, se opine sobre la forma del mundo, y permite, sobre todo, queentre vacío y plenitud estética se entable una red de relaciones queposibilitan nuevos paradigmas y, por lo tanto, nuevas lecturas delmundo. En estos jardines de senderos que se bifurcan y castillosde destinos cruzados, ambos autores eligen la imaginación como

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.101

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 87: Borges en El Centro Del Infinito

102

amalgama de cristal y flama, el ensayo (o ficción) pseudocientíficosobre Pierre Menard, casi más famoso que el mismo Cervantes, y lareflexión sobre el origen primigenio de la vida, en las historias dePriscilla («Mitosi», «Meiosi», «Morte»), en Ti con zero.

El punto de contacto principal entre Borges y Calvino es reco-nocerse en aquel espíritu melancólico que rige las observaciones yespeculaciones de ambos. La melancolía consiste no tanto en unestado de ánimo que gobernaría psique y escritura (eso sería con-tradecir las intenciones mismas de ambos autores), cuanto en unareiteración estética de la nostalgia del origen, un Sensucht que in-volucra niveles mitológicos y cuestiona temáticas como la vida, laevolución y repetición del hombre, la intercambialidad de los des-tinos, las metodologías filosóficas que paradójicamente intentanexplicar (o sea, simplificar) la complejidad del universo por me-dio de la razón humana. Es a este propósito que Calvino recono-cía en Dante y Galileo una pasión cognoscitiva consustancial a lamisma operación estética, «l’opera letteraria come mappa del mon-do e dello scibile, lo scrivere mosso da una spinta conoscitiva cheè ora teologica ora speculativa ora stregonesca ora enciclopedicaora di filosofia naturale ora di osservazione trasfigurante e visio-naria» (2001: 233). Es suficiente pensar en los personalísimos Nue-ve ensayos dantescos para entrever que Borges hubiera, sin duda,subrayado esta afirmación de Calvino. Además, Borges recuerdaen «Del culto de los libros» que «en las obras de Galileo abundael concepto del universo como libro», concepto que él mismo haimitado y revigorizado, y añade los nombres de aquellos autores,como sir Thomas Browne, Mallarmé, para los cuales la lengua deeste libro (que es el universo) es matemática, y el mismo universo,el «justificante» de un solo Libro; o como Bacon, el cual «pensabaque el mundo pudiera ser reducido a formas esenciales (tempera-turas, densidad, pesos y colores), que componían, en número li-mitado, un abecedarium naturae o serie de letras con las que se es-cribe el texto universal» («Otras inquisiciones» —2005: II, 99).

Spinoza, en cambio —al que Borges dedicó dos sonetos, res-pectivamente en El otro, el mismo (1964) y en La moneda de hierro

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.102

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 88: Borges en El Centro Del Infinito

103

(1975)—, además de comprometerse toda su vida a escribir, sin éxi-to, un ensayo sobre la filosofía del judío, aparece como un perso-naje ficcional más que como el filósofo cuyo sistema fascina e in-quieta a Borges. Spinoza representa un doble, un alter ego en lapoética borgiana, el resultado personalizado de aquella «ficción»que el argentino observaba en las aproximaciones filosóficas, de-finidas, evidentemente, como «literatura fantástica». A diferenciade la filosofía de Hume, Berkeley y Schopenhauer, Spinoza fue paraBorges un autor «incomprensible» (en RUFFINELLI 1974).17 En Spi-noza, la ciencia es siempre un instrumento de satisfacción porque,según él, no hay ninguna otra sustancia que no sea Dios o la Na-turaleza: además, el hombre, participando de esta «sustancia» úni-ca, no posee alguna ruptura original que le empuje a necesitar deDios. He aquí un resumen puntual de los factores centrales de sufilosofía:

Spinoza comienza por su causa (causa sui), que es Dios. Y la di-vinidad de Spinoza no es el Dios creador personal y trascen-dente de las religiones reveladas, ni es el ser superior que estáfuera del orden de la naturaleza, ni es un Ser que muestra in-dignación, siente compasión, opera milagros o causa Su hijo paraque muera por nuestra salvación. Deus sive natura, dice Spino-za: Dios que es Naturaleza. Dios es la única realidad; fuera deDios no hay nada. Pero, entonces, la Naturaleza es la única sus-tancia e fuera de ella no hay nada.18

Las obras de Borges y Calvino, sin embargo, no admiten quela ciencia, racional o empírica, pueda compensar la búsqueda cons-tante de respuestas a las interrogantes últimas del hombre. En eso,ambos se orientan todavía hacia una modernidad estética, proba-blemente nunca superada.

1 7 Según algunas conversaciones como la sostenida con Ruffinelli (1974), esprobable que Borges hubiera titulado su ensayo Clave de Spinoza o Clave deBaruch Spinoza.

1 8 Marcelo ABADI, «Spinoza in Borges’ looking glass», en Borges Studies onLine, J. L. Borges Center for Studies & Documentation:<http://www.hum.au.dk/romansk/borges/bsol/abadi.htm>.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.103

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 89: Borges en El Centro Del Infinito

104

El orden geométrico propuesto por Spinoza es incomprensiblepara ambos autores: el señor Palomar, observando playas, quesos,lunas, nuevo Góngora que cuestiona los símbolos y las realidadesde las que tiene experiencia, queda víctima de su duda sobre lapercepción fenomenológica de su mirada; el mago Tzinacán, pro-tagonista de La escritura del Dios, percibe que aunque no haya dife-rencia entre las palabras divinidad y universo, debe admitir el échecde todo lenguaje en demostrar y «responder» de la realidad: «Som-bras o simulacros de esa voz que equivale a un lenguaje y a cuan-to puede comprender un lenguaje son las ambiciosas y pobres vo-ces humanas, todo, mundo, universo» (BORGES 2005: I, 639).

El barroquismo de Borges y Calvino es, por ende, melancólico,como ya mencionamos, nostálgico de un orden que el caos escon-de o revela a través de crueles espejismos, de vanidades ilusorias,de trompe-l’oeil, de engañosas perspectivas, que «con»-forman lamateria de lo vivido. El universo barroco de Spinoza atenúa la com-plejidad inextricable de la realidad: nada de más lejos y contro-vertido en las experiencias estéticas de Borges y Calvino. Este últi-mo, en su ensayo sobre la «multiplicidad» de las Lecciones america-nas, refiriéndose a la obra de otro gran «neo-barroco» italiano dela posguerra, Carlo Emilio Gadda, habla de la cultura científicadel autor de La cognizione del dolore y de su esfuerzo logrado derepresentar «la presencia simultánea de los elementos más hete-rogéneos que concurren a determinar cada acontecimiento» (1988:104). Spinoza, con su Deus sive natura, suprime la heterogeneidad,pero, al mismo tiempo, deja en el lector un extraño deseo: que larealidad encuentre un punto en el que converjan todas las dife-rencias, todas las incongruencias e incoherencias del mundo. Bor-ges y Calvino son, a nuestro parecer, lectores spinozianos de suconsecuencia moderna del deseo. La imagen de Spinoza, retraídopor Borges como «libre de la metáfora y del mito» mientras que«labra un arduo cristal: el infinito / Mapa de Aquel que es todassus Estrellas» (El otro, el mismo —2005: II, 329), corresponde a lasolución última de la visión divina, en el momento en que Borgesy Calvino sean desprovistos de carne mortal.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.104

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 90: Borges en El Centro Del Infinito

105

El barroquismo, que Borges y Calvino divisan como una supe-ración de las formas clásicas tradicionales de la literatura, se ads-cribe no sólo con un recorrer las huellas de la tradición científica,galileiana de la literatura, sino que también aclara las exigenciascontemporáneas de proponer el discurso literario como nueva (esdecir, igual y diferente) posibilidad epistemológica. La reafirmaciónde la duda sistemática, de origen renacentista y manierista, que elproceso científico fortalece en sus plataformas éticas y morales, ra-tifica la pulsión neobarroca de Borges y Calvino, en el sentido de«una letteratura elevata al quadrato e nello stesso tempo una lette-ratura come estrazione della radice quadrata di se stessa» (CALVI-NO 2001: 1295), de acuerdo con la célebre expresión calviniana apropósito de Borges; es decir, una literatura que potencialmente sereconoce, por un lado, limitada y, no obstante, necesaria a la exis-tencia, y por el otro, capaz de creación y de competición con el ri-gor aparentemente silencioso y cristalizado del mundo.

En ambos autores, los textos literarios, embebidos de imitacio-nes científicas y modelos culturales ya transitados, de elogios yescepticismos, que parodian, renovándola, la categoría mental delbarroco, no reclaman profundizaciones psicológicas, sino el reco-nocimiento de la palabra escrita, en su plano ontológico. Así, lapalabra literaria se conecta a la experiencia y se lanza al mundo,nostálgica de un Espacio en que, sin erudición y sin necesidad deduplicaciones, de espejos o engaños de variada naturaleza, el len-guaje pueda finalmente indicar las esencias de la realidad.

Indicativo, para concluir, nos parece un fragmento de Theo-dor Adorno: «La verdad no es separable de la obsesión que puedaemerger de las figuras y de los símbolos de la apariencia, no obs-tante todo, libre de toda traza de apariencia, la imagen real de lasalvación» (1979: 140-141). Borges y Calvino «enseñan», en el do-ble aspecto pedagógico y visual del verbo, que, más allá de brúju-las y palomares, instrumentos inevitables y símbolos de aparien-cia de lo real, se desvela, como detrás de un telón, el Orden quegobierna el teatro caótico del cosmos.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.105

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 91: Borges en El Centro Del Infinito

119

A modo de parodia de los grandes cantares de la épica clásica, nosería arriesgado, justificando nuestra elección como una manifes-tación irónica de la postmodernidad, empezar una reflexión sobrela memoria en la literatura (en este caso específico, latinoamerica-na) con la invocación a la madre de todas las musas, la titánicaMnemosina, hija del Cielo y de la Tierra, como relata Antonia S.Byatt en su Possession (1990), una de las novelas más sugestivasde estas últimas décadas: «O Memory, who holds the thread thatlinks / My modern mind to those of ancient days».

En la literatura latinoamericana, el tema de la memoria, consu persistencia colectiva (en la expresión típica del barroco, segúnLezama Lima) o en su alternancia de recuerdo y olvido (dicoto-mía sin la que, probablemente, no existiría el término mismo de«memoria»), se presenta como recurrente, habitual y obsesivo. Uncontinente que trata de recorrer las sendas de su propio origen,que analiza, destruye y recompone, no encuentra sosiego sino enla forma artística, en la realización literaria que exorciza dudas,expectativas, temores, olvidos. Si es verdad que «toda narración,autobiográfica o novelesca, histórica o inventada depende de lamemoria de alguien» (VERNON 1989: 429), no cabe duda que cual-

[119]

ANTIGUAS POSESIONES.LA MEMORIA DE BORGES Y

EL ROSTRO DE SHAKESPEARE*

* El texto transcribe la conferencia presentada en el Departamento de Lenguas yLiteraturas Extranjeras, de la Universidad de Bolonia, el 3 de marzo de 2004.

Cielos si es verdad que sueño / Suspendedme mi memoria /Que no es posible que quepan / En un sueño tantas cosas […] /¿Qué pasado bien no es sueño? / ¿Quién tuvo dichas heroicas /

que entre sí no diga, cuando / las revuelve en su memoria: /«Sin duda que fue soñado / cuanto vi»? Pues si esto toca /

mi desengaño, si sé / que es el gusto llama hermosa /que la convierte en cenizas / cualquiera viento que sopla:

acudamos a lo eterno, / que es la fama vividora /donde ni duermen las dichas / ni las grandezas reposan.

(Calderón DE LA BARCA, La vida es sueño, acto III)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.119

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 92: Borges en El Centro Del Infinito

120

quier relato ficcional imita y re-escribe una forma de memoria sub-jetiva, atestándose en la contribución de la colectiva y determinan-do, a través de la escritura, y de sus simbologías y metáforas, unmetarrelato que es una metamemoria. Escribir es hacer memoria,recordar, «mnemonizar» actos, gestos, pasiones, en un binomio quecasi choca hasta la identificación. Literatura es memoria, escribirun relato es convertir la memoria en un gesto eterno, como la ne-cesidad, la urgencia que empujaba a los antiguos egipcios a dejarhuellas mnemónicas en una tablilla de cera aproximativa, cadu-ca, fragilísima, pero fijada por la eternidad. La relación —o la ecua-ción— subyacente entre memoria y literatura es que el fenómenoliterario necesita basarse en lo mnemónico, en lo «memorioso»; ydel otro lado, la memoria para «autorrealizarse», es decir, para per-manecer al fluir del tiempo, tiene que ser transformada por la poé-tica autorial, para no caer en el olvido debe convertirse en acto li-terario. Kathleen Vernon define la memoria como una concepciónde orden que

[...] impone un orden en el pasado de lo contado, establece vín-culos entre recuerdos e imágenes que, si no son los de la crono-logía «histórica» ni de la lógica aristotélica, poseen una lógicasubjetiva, propia de un logos rememorante, con su particular fuer-za expresiva. (VERNON 1989: 429)

En ciertas culturas, cuya identidad ha sido puesta en discu-sión (aun malignamente) por un fuerte componente de lucha euro-céntrica, la memoria representa un lugar específico de rescate, co-nocimiento, quizá, salvación. Nadine Gordimer, Premio Nobel deLiteratura, ha manifestado públicamente su preocupación por unaépoca telemática que ha rechazado casi la importancia vital y or-gánica de la palabra escrita (y, por ende, del libro) como perdurareterno de la memoria histórico-colectiva.

Ahora bien, la memoria posee una característica básica, discu-tida por el arqueólogo francés André Leroi-Gourhan, y que él llama«externalización»:24 la memoria necesita ser externalizada, mani-

2 4 Es uno de los conceptos fundamentales de su obra colosal. Véase LEROI-GOURHAN 1964-65.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.120

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 93: Borges en El Centro Del Infinito

121

fiesta, para que otros la vean, la admiren, la critiquen. La externali-zación de la memoria posee un valor pedagógico porque enseña ylibera un mensaje de la prisión del tiempo: a eso se refieren las in-vestigaciones llevadas sobre los dibujos paleolíticos de Lascaux yAltamira, que representarían elementos de información social trans-misibles y, entonces, usufructuables. Una memoria que perdura enla escritura y que tiene valor ideológicamente útil y precioso.

El proceso literario se ha convertido, con el pasar de los tiem-pos, en una demarcación (siempre más consciente) de líneas dis-cursivas en que la ficción y la mimesis se alternan, proponiendonuevos paradigmas literarios y culturales, en que la ficción revis-te la función de indicar lo verdadero al interior del traje arlequi-nesco de una realidad que parece ilusoria o modificada por facto-res inteligibles y, ahora, virtuales, a tal punto que Juan José Saer,definiendo la ficción como antropología especulativa, afirma que «Laficción se mantiene a distancia tanto de los profetas de lo verda-dero como de los eufóricos de lo falso» (1997: 13).

Esta absoluta decadencia de cada forma de revelación proféti-ca o de mensaje educativo, que podría significar un regreso atem-poral, despoja la ficción de cualquier utilización metafísica. Bas-taría pensar en expresiones típicas —y exquisitamente latinoame-ricanas— como las novelas de testimonio, en las que el discursoliterario se acerca, con poder camaleónico, al lenguaje y a la escri-tura periodística, a la crónica cotidiana del pueblo, casi a buscarun sujeto colectivo que deje espacio al romántico «yo» de las le-tras de un tiempo: obras como Hasta no verte Jesús mío, o La noche deTlatelolco o Nadie, nada. Las voces del temblor, de una autora recono-cida como la mexicana Elena Poniatowska, buscan construir unanarración a partir de un sujeto que se multiplica en una miríadade voces, intenciones, acciones, siempre plural, nunca subjetivo.

La insistencia sobre la memoria, y sobre la identidad cultural,representa un aspecto «abierto» de la literatura latinoamericanade las últimas décadas. Borges nos pone en guardia frente a los pe-ligros y riesgos de una memoria constante, en las entrañas de unindividuo que, bajo la figura ya mitológica de Funes, «recalca[ba]su condición de eterno prisionero». La memoria de Funes es, por

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.121

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 94: Borges en El Centro Del Infinito

122

ejemplo, un «vaciadero de basuras», a pesar de su infalibilidad.La historia, con su despliego temporal que conduce a la desapari-ción de lo existente, acontecimientos e individuos, objetos y, tal vez,deseos, tendría, según ciertas versiones mitológicas, el poder dealiviar las angustias de los hombres mediante la virtud del olvi-do. La «balbuciente grandeza» de Funes reside en su sufrimientode no poder dormir («Le era muy difícil dormir. Dormir es distraer-se del mundo»), no tanto en su memoria; el olvido ayuda a vivir ypermite, de una cierta forma, que la memoria sea memoria, es de-cir, la persistencia de un acontecimiento pasado como presente; y,ya que la historia revela una automática jerarquización de sus he-chos, el olvido permite realizar el proceso ontológico de la memo-ria, humanizándolo, para que el hombre sea el hombre de siem-pre, débil, desmemoriado, imperfecto:

Él había sido lo que son todos los cristianos: un ciego, un sor-do, un abombado, un desmemoriado. (BORGES 2005: I, 522)

Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la co-rrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba los progresos de lamuerte, de la humedad. Era el solitario y lúcido espectador deun mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente pre-ciso. (BORGES 2005: I, 524)

El mundo de Funes, recto por la precisión implacable de unamemoria extraordinaria, se alimenta de dos factores interactuan-tes: de un lado, la memoria participa de la escritura, consolidán-dose así en un plano artístico; del otro, la memoria parece operaruna división entre la verdad histórica, memoria auténtica de he-chos pretéritos, y la verdad del relato que autónomamente se sus-tenta en la historia para obtener su propia veracidad. Ese inter-cambio es, sobre el plano creativo, el discurso ontológico de la obrade arte, que no puede exonerarse del ámbito contextual históriconi del juego dinámico que la literatura sostiene con la existencia.Montserrat Ordóñez expresa la dificultad de la escritura y su co-nexión estrechísima con el fenómeno de la memoria en líneas muypenetrantes:

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.122

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 95: Borges en El Centro Del Infinito

123

Como le decía Milena Jesenská a Kafka, creo que dos horas sonmuchísimo más que dos páginas escritas. Pero escribo porquelo que quiero decir no aprendí a trasmitirlo con la danza, ni elsilencio, ni con el gesto, ni siquiera con el amor, y si no lo escri-bo lo olvidaré y sin memoria me quedaré sin vida, sin esa única vidade azar en contra del azar, tan vulnerable, tan prescindible.25

La memoria se representa literariamente según formas y dis-cursos que son acciones «miméticas» de lo real, siempre en fuerterelación con gestos creativos, posturas rituales. Últimamente, al-gunos historiadores como Raphael Samuel han definido la memo-ria con el binomio de «memoria-imagen»: la memoria resultaríaser «la representación de un hecho o de una situación medianteuna acción interiorizada en el sujeto» (cf. SAMUEL 1995). A la me-moria artística, o a la «memoria-imagen», no le interesa la merarepresentación repetitiva del pasado, sino cómo esa imagen se con-vierte en memoria y en memoria colectiva. Esta última, en la lectu-ra de Paul Connerton, es siempre una representación porque per-tenece a un determinado grupo social que selecciona lo que nece-sita recordar y preservar del olvido, y lo representa de forma con-memorativa —es por eso que para Connerton (1989), lo conmemo-rativo es siempre representación, y toda representación incluye lanoción de «hábito».

Si es verdad que, de acuerdo con Borges, el olvido es necesarioy que todo recuerdo, por su naturaleza, implica el olvido, la me-moria actúa de forma extraordinaria porque en su poética, comobrillantemente sostiene Ricardo Piglia, no «asistimos a la destruc-ción del recuerdo personal»,26 a diferencia de lo que acontece enla producción narrativa de algunos contemporáneos de Borges,como Burroughs, Pynchon, Gibson, Philip Dick, citados por Piglia.

La comparación entre dos autores como Borges y Shakespearees indudablemente atrevida, exagerada, multiplicadora de tenta-2 5 ORDÓÑEZ VILÁ, «El oficio de escribir», en Women Writers in Twentieth Century

Spain and Spanish America, Catherine DAVIES (ed.), Edwin Meller Press,Lewiston, Nueva York, 1993. Citado en 17 Narradoras latinoamericanas,ed. Peisa, 2002, p. 139.

2 6 R. PIGLIA, «Shakespeare y el último relato. La memoria ajena», en:<www.clarin.com/diario/especiales/ Borges/html/Piglia.html>.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.123

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 96: Borges en El Centro Del Infinito

124

ciones intelectuales: Borges mismo tuvo una especie de pudor entratarlo y en consumirlo, adecuándose a la convicción de que elinglés es un universo poético, humano, filosófico, una unidad com-puesta de miles, infinitas facetas, uno de los clásicos borgianos desu predilección. En una declaración dejada a Osvaldo Ferrari, Bor-ges dedica algunas reflexiones tímidas, evanescentes y, asimismo,púdicas sobre el genio de Stratford:

Tratándose de Shakespeare, uno siempre piensa que no ha di-cho bastante, ¿no?; que uno hubiera debido decir más. Qué raro,es como si el nombre de Shakespeare fuera infinito. Y yo a veces heusado ese nombre y no el de otro poeta, porque he sentido esaconnotación de infinito que hay en su nombre, y que puede nodarse en el caso de otros poetas quizá no inferiores a él. Porejemplo, si yo digo John Donne, bueno, menciono un gran nom-bre, pero no es un gran nombre para la imaginación del lector.En cambio, si digo Shakespeare sí, y Hugo ha contribuido tam-bién al hecho de dar una connotación infinita al nombre deShakespeare. (FERRARI 1987: 203-204 —cúrsivas mías.)

Shakespeare es el inspirador de varios cuentos de Borges, suspersonajes pueblan la imaginación del argentino, jugando en unapoética misteriosa y fructuosa de shifting mirrors, donde el uno nodeforma al otro, sino que lo multiplica, lo aumenta desmesurada-mente, lo enriquece de nuevos y hábiles cambios de percepción an-tropológica. A propósito de «Everything and nothing», Borges su-braya más la intención de Shakespeare en buscar argumentos yaconocidos y adaptarlos, modificarlos, bajo la «necesitad de un es-tímulo», y en esa vinculación de lo real («el estímulo»), tan tan-gente, ineludible, quizá inoportuno, Borges ve la «elección de undestino extraño, para mí algo incomprensible». En el cuento,Shakespeare, personaje recreado y argumento ya buscado, identi-dad históricamente vieja y renovada —o actualizada— por el pro-digio autorial, conversa o, más bien, pide a Dios el milagro de launidad del ser («Yo que tantos hombres he sido en vano, quieroser uno») o sea, revestirse para siempre de su verdadera identi-dad, ser aquel Shakespeare que huye de su comprensión definiti-va, totalizadora. En ese paralelo, Shakespeare «peca» de divini-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.124

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 97: Borges en El Centro Del Infinito

125

dad: la búsqueda de un dominio unitario de su propio ser revelael propósito de compararse con Dios, «lo cual sería el más alto elo-gio», afirma Borges. Y Dios, como a menudo ocurre en las obrasde Borges (recordemos sólo el célebre cuento «El milagro secreto»de Ficciones), no se esconde en vertiginosas delaciones temporaleso en oráculos délficos ininteligibles: su respuesta es un volver atomar conciencia de una posesión antigua: «Yo tampoco soy; yosoñé el mundo como tú soñaste tu obra, mi Shakespeare». ¿Otraversión nihilista de un Borges desesperanzado? Ana María Barre-nechea, en su ya clásico ensayo La expresión de la irrealidad en laobra de Borges, afirma que Shakespeare y, curiosamente, Shaw son«una manifestación casi divina de sus condiciones de escritores,creadores de universos dramáticos, a Borges le seduce por enla-zar en una frase la fuerte oposición todo-nada, por pasar brusca-mente de una plenitud a un vacío completo» (1967: 125). La se-ducción del nihilismo, que desembocaría, según Barrenechea, enun inexplicable panteísmo, revelaría finalmente «una sugestiónmágica de complicidad y unión de todos los destinos humanos»(1967: 127), como aparece en «La forma de la espada» («Shakes-peare es de algún modo el miserable John Vincent Moon»). La pa-radoja con la que Dios sería aniquilado, por medio de la afirma-ción divina («Yo tampoco soy»), podría hacer reflexionar sobre laconcurrida hipótesis nihilista borgiana sólo a una lectura superfi-cial; y, en cambio, Dios se revela en su suma e imprevisible miseri-cordia y modestia: la aserción con que Dios se acerca a Shakes-peare no confuta su bíblico y veterotestamentario «Soy-el-que-Soy».Dios opera, en el caso de Shakespeare, una especie de «memoriaselectiva», una selección que es una elección. Como Borges mismodeclara, «Shakespeare es una de sus criaturas, y él la reconoce en-tre los millares de criaturas». La reconoce, es decir, la ama, la pre-fiere, la «memoriza»; y su afecto personal, de predilección (porquela memoria es una operación de predilección) reside todo en el im-perioso y divinamente tierno «mi Shakespeare», que divino-huma-niza la figura y la identidad, la obra y la historia de Shakespearemismo.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.125

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 98: Borges en El Centro Del Infinito

126

La originalidad de Shakespeare está, según la lectura borgia-na, en su (s)elección de parte del Omnipotente. Si nos quedamosen la metáfora, variamente utilizada por Shakespeare, del juegode los espejos que se intersecan o se desplazan, el inglés maneja-ría sus criaturas divinamente, o como sustituyendo en el trabajo aDios; o quizá, en el juego especular del teatro barroco isabelino,Dios se arriesga en consustanciarse en un empresario y actor, que«escribió para su hoy, que es el ayer y que será el mañana», comodeclara Borges en Sur, dedicándole un número entre los más ori-ginales de la hermenéutica borgiana:27

Poco le interesaban los argumentos, que remataba casi de cual-quier modo, con sus parejas de amantes afortunados o con suretahíla de muertos; mucho los caracteres, las diversas manerasde ser hombre de que la humanidad es capaz, y las casi infinitasposibilidades del misterioso idioma inglés, con su ambiguo ydoble registro de palabras germánicas y latinas. Ahí están Ha-mlet y Macbeth, para siempre, y las brujas, que son asimismolas parcas, las hermanas fatales, y el bufón muerto Yorick, a quienunas líneas bastan para entrar en la eternidad. (1999: 70-71)

Ni en Borges ni en Shakespeare la eternidad es constante re-petición al infinito, procedimiento estático y fijo, sino una repeti-ción siempre renovada donde la práctica literaria (así como otrasformas artísticas como la música o la pintura) forma un cantar pa-ralelo e intenso que rescata del olvido las cenizas de un inevitablepasado y, probablemente, asevera la necesidad de liberación delhorror de lo real. Ricardo Piglia lee y unifica el proceso borgianode simbiosis entre eternidad y memoria en una de sus páginas máspenetrantes:

La literatura reproduce las formas y los dilemas de ese mundoestereotipado, pero en otro registro, en otra dimensión, comoen un sueño. En el mismo sentido la figura de la memoria ajenaes la clave que le permite a Borges definir la tradición poética yla herencia cultural. Recordar con una memoria extraña es una

2 7 Me refiero a Sur, Buenos Aires, n.° 289-290, julio-agosto-septiembre-octubrede 1964.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.126

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 99: Borges en El Centro Del Infinito

127

variante del tema del doble pero es también una metáfora per-fecta de la experiencia literaria. La lectura es el arte de construiruna memoria personal a partir de experiencias y recuerdos aje-nos. Las escenas de los libros leídos vuelven como recuerdos pri-vados. (Robinson Crusoe retrocede ante una huella en la arena;la menor de los Compson se desliza al alba por la ventana delpiso alto; Johannes Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo,que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura.) Son aconteci-mientos entreverados en el fluir de la vida, experiencias inolvi-dables que vuelven a la memoria, como una música.28

En el breve ciclo «Quince monedas», cuyo estilo recuerda talvez la iluminación poética fulgurante del haiku, Borges conecta ala eternidad la facultad redentora de la memoria, ya que «sólo per-duran en el tiempo las cosas / que no fueron del tiempo»; y Shakes-peare representa al «memorioso» por excelencia, es decir, aquel quese ocupa de memoria para eternizar el universo paralelo y de sue-ño, de ficción y de asombrosa realidad que la literatura evoca. Lee-mos significativamente en otra «moneda», titulada «Macbeth»:«Nuestros actos prosiguen su camino, / que no conoce término. /Maté a mi rey para que Shakespeare / urdiera su tragedia» (BOR-GES 2005: III, 103). Matar es la metáfora necesaria a la eternidad dela obra y del autor porque, como Borges revela en otro poema,«siempre estaba(s) matando al mismo tigre / inmortal. No te asom-bre demasiado / su destino. Es el tuyo y es el mío» («Simón Car-vajal» —2005: III, 105).

Hay un cuento borgiano, entre los más hostiles, complejos ymisteriosos de su producción narrativa, en el que se entrelazan ladimensión de la eternidad y de la memoria, la continuidad de ges-tos y acciones teatrales con el recuerdo y la imitación del pasado,de una historia que quiere desarticularse de un mero acto pasadoque se queda congelado en un pretérito sin relación concreta conla actualidad, en que la ficción es más transparente que lo real y,asimismo, más engañadora, más perturbadora, porque actúa enparalelo, y sus intersecciones son peligrosas desventuras: se trata2 8 PIGLIA, loc. cit. Una vez más, considero indispensable la breve lectura original

de R. Piglia, ya citada.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.127

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 100: Borges en El Centro Del Infinito

128

del «Tema del traidor y del héroe». La trama narra la historia deFergus Kilpatrick, venerado conspirador de una rebelión popular;contemporáneamente, se produce el hecho de que alguien está trai-cionando los secretos del Estado. Kilpatrick ordena que se busqueal traidor y el encargado, James Nolan, descubre que el mismo Kil-patrick es el delator: el héroe debe ser ajusticiado ahora como trai-dor. Nolan, nuevo «noble» Brutus, que parece apropiarse de unaslíneas del mismo Julius Caesar («He would be crown’d / How thatmight change his nature, there’s the question»)29 y temiendo, qui-zá, el semejante sentimiento que probó Brutus (aquel «abuse ofgreatness» que éste le reprochaba al emperador) proyecta una ex-traña ejecución: la conversión de héroe en traidor merecía el pla-gio de «otro dramaturgo, el enemigo inglés William Shakespeare»y, así, organiza la repetición de escenas del Macbeth y del JuliusCaesar, con la participación de centenares de actores, algunos deellos principales y otros de colaboración «momentánea»: lo que sedijo y se produjo perdura «en los libros de historia» y «en la me-moria apasionada de Irlanda»: «Kilpatrick fue ultimado en un tea-tro, pero de teatro hizo también la entera ciudad, y los actores fue-ron legión, y el drama coronado por su muerte abarcó muchos díasy muchas noches» (BORGES 2005: I, 532-533).

La imitación de la tragedia shakespeariana del Julius Caesarsirve para que el teatro de la vida confunda y mezcle las cartasdel juego, para que la realidad, cuya línea de separación de la fic-ción es muy opaca, se moldee a partir de lo literario en una réplica,sugeriría Ricardo Piglia, que ocupa y «pre-ocupa» el espacio de laverosimilitud. Como Ion Agheana afirma en sus Conversaciones conCarlos Cañeque, «esta nueva obra literaria, esta peculiar pieza dra-mática que surge de la imitación de Shakespeare, deja de ser lite-ratura para convertirse en una forma de realidad» (CAÑEQUE 1995: 75).Kilpatrick no muere como personaje de ficción o de teatro: «los he-chos son de Kilpatrick, aunque las palabras sean de Shakespeare»(1995: 77). ¿Puede la historia poseer rasgos de eternidad? Si la eter-nidad no tiene inicio, a diferencia de la historia, ¿cuál es el anillo

2 9 William SHAKESPEARE, Julius Caesar, II, 1, vv. 12-13.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.128

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 101: Borges en El Centro Del Infinito

129

de conjunción entre historia y eternidad? La repetición del actovital de Kilpatrick, que misteriosamente se consuma en el obviodetalle de la muerte, es la novedosa y asombrosa posibilidad deque la historia pueda repetirse, y con ella también la literatura, queya participa de la historia, a pesar de sus ficciones y fantasías. Essorprendente leer un valioso comentario de Sergio Perosa, quienobserva en Julius Caesar un argumento codificado reinterpretadopor Shakespeare:

Shakespeare descubre el aspecto problemático de la historia yde la experiencia individual en la historia. Y es justamente este«descubrimiento» que le desencierra la vía de la concepción trá-gica, por su naturaleza íntimamente conexa a lo problemático.(1968: 9 —traducción mía.)

También Borges reinterpreta a Shakespeare y lo lee casi en unaprodigiosa simbiosis de intenciones y visiones. Es la experienciaindividual, elemento estructural en un contexto histórico precisoy siempre renovado, que fascina al autor de Ficciones; sobre todo,el «dédalo de posibilidades continuamente volcadas», diría Pero-sa, que permite vivir una tensión nunca resuelta entre historia ytragedia individual, tensión que la literatura exalta y sublima.

Escribe Borges, no sin la ironía admirable que lo prefigurabacomo «vidente ciego», según la expresión de Lisa Block de Behar:«Que la historia hubiera copiado a la historia ya era suficiente-mente pasmoso; que la historia copie a la literatura es inconcebi-ble…». La aparente circularidad es interrumpida por la memorialiteraria (en el contexto shakespeariano) que funciona de trasfon-do poético, político y cultural, además de histórico, a la sublimemuerte (extrañamente heroica, y no de auténtico traidor de la pa-tria) de Kilpatrick. La memoria de Shakespeare actúa como con-tacto profético con lo humano (la muerte del héroe), lo prevé y asi-mismo lo ennoblece porque su «actor» especial no es un actor, poresta vez, y lo imprevisto está todo cerrado en su no-ficción, en suno-fingimiento. Así, en un marco inusitadamente neobarroco,que propone sorprendentes configuraciones y espacios comparti-dos entre Shakespeare y Borges, la transfiguración de Kilpatrick-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.129

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 102: Borges en El Centro Del Infinito

130

Caesar, héroe y / o traidor, se obtiene del pasaje del nivel interiore individual del hombre al definitivo momento escénico-dramáti-co, aún siempre existencial, que se lleva a cabo en el «gran teatro»del universo.

La memoria de Shakespeare regresa triunfante y contradicto-ria en el último cuento homónimo de Borges, escrito en 1983. Eldramaturgo inglés funge como correlativo objetivo, como en la poé-tica de Robert Browning, o sea, como voz extraordinaria que re-presenta el pilar de la construcción de la identidad y de la estéticaborgianas. Dos famosas expresiones podrían ser identificadas conla búsqueda retórica del significado de la memoria: «¿Los fervoro-sos que se entregan a una línea de Shakespeare no son literalmen-te Shakespeare?30 y «Todos los hombres que repiten una línea deShakespeare son William Shakespeare».31 En otras palabras, leero repetir es un acto de posesión de la facultad profunda de la me-moria del otro.

Borges, por el cual Shakespeare es «el escritor que iguala alSeñor en su poder creador, como le gusta repetir recordando jui-cios de Coleridge y de Hazlitt» (BARRENECHEA 1967: 158), intentamostrar con su último relato, «en la confluencia de tiempo y espa-cio, el privilegio humano de la memoria, a la vez racional y miste-riosa, caótica y mágica» (GERTEL 1999: 96).

Shakespeare ha sido el «destino», no sólo la devoción, del al-ter ego de Borges, Hermann Soergel, narrador, crítico y profesoremérito de literatura, frecuentador de congresos internacionales,autor de una Cronología de Shakespeare y una versión incompleta einédita de Macbeth. El texto presenta también algunas notas de eru-dición, con referencias a ciertos autores, como siempre en Borges,existentes y no; finalmente, la presencia-ausencia de Shakespeare,que permite la serie de cuestionamientos sobre las limitaciones dela identidad y el rol de la memoria en el individuo.

Soergel narra que un melancólico Daniel Thorpe, «que acabade morir en Pretoria», que podía «simular muchas cosas pero no

3 0 En «Nueva refutación del tiempo», en BORGES 2005: II, 149.3 1 En «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius», BORGES 2005: I, 468 (en nota).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.130

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 103: Borges en El Centro Del Infinito

131

la felicidad» (BORGES 2005: III, 431), le ofrece, después de una con-versación en una taberna, «la memoria de Shakespeare desde losdías más pueriles y antiguos hasta los del principio de abril de1616» (BORGES 2005: III, 432). A una pregunta tímida, curiosa y jus-tificada de Soergel, Thorpe contesta que posee ahora «dos memo-rias», «la mía personal y la de aquel Shakespeare que parcialmen-te soy. Mejor dicho, dos memorias me tienen» (BORGES 2005: III, 433 —cursivas mías).

Soergel, que declara haber consagrado su existencia a la laborshakespeariana, acepta el don de la doble memoria entre esperan-za, ilusiones e inquietud:

Irresistiblemente, la esperanza prevaleció. Shakespeare seríamío, como nadie lo fue de nadie, ni en el amor, ni en la amis-tad, ni siquiera en el odio. De algún modo yo sería Shakespea-re. No escribiría las tragedias ni los intricados sonetos, pero re-cordaría el instante en que me fueron reveladas las brujas, quetambién son las parcas, y aquel otro en que me fueron dadaslas vastas líneas:

And shake the yoke of inauspicious starsFrom this worldweary flesh. (BORGES 2005: III, 434)

La cara de Shakespeare se introduce en la conciencia y en lamente del narrador auditivamente, más que visualmente, sorpren-diendo la imaginación y la espera del posesor. De acuerdo con DeQuincey, quien afirmaba que el cerebro del hombre es un pa-limpsesto que constantemente acoge una nueva escritura cubrien-do las anteriores, Soergen sostiene que «la todopoderosa memoriapuede exhumar cualquier impresión, por momentánea que hayasido, si le dan el estímulo suficiente» (BORGES 2005: III, 434). Empe-zando a reconocerse con la memoria de Shakespeare, Soergen casianota el delicado, pero fundamental descubrimiento por el que lalectura y la relectura son operaciones que despiertan y evocan lamemoria:

A nadie le está dado abarcar en un solo instante la plenitud desu pasado. Ni a Shakespeare, que yo sepa, ni a mí, que fui su

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.131

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 104: Borges en El Centro Del Infinito

132

parcial heredero, nos depararon ese don. La memoria del hom-bre no es una suma; es un desorden de posibilidades indefinidas. SanAgustín, si no me engaño, habla de los palacios y cavernas dela memoria. La segunda metáfora es la más justa. En esas caver-nas entré. Como la nuestra, la memoria de Shakespeare incluía zonas,grandes zonas de sombra rechazadas voluntariamente por él. (BOR-GES 2005: III, 434 —cursivas mías.)

Soergen anota otros descubrimientos: «deliberadas ausenciasen lo infinito», culpas en el fondo de la memoria de Shakespeare,revelaciones de circunstancias inexplicables de otra forma:

El azar o el destino dieron a Shakespeare las triviales cosas terri-bles que todo hombre conoce; él supo transmutarlas en fábulas,en personajes mucho más vividos que el hombre gris que lossoñó, en versos que no dejarán caer las generaciones, en músicaverbal. ¿A qué destejer esa red, a qué minar la torre, a qué redu-cir a las módicas proporciones de una biografía documental o deuna novela realista el sonido y la furia de Macbeth? (BORGES 2005:III, 436)

Sin embargo, la «dicha de ser Shakespeare» se transforma enpesadilla («el gran río de Shakespeare amenazó, y casi anegó, mimodesto caudal») por el olvido de su propia lengua, «ya que laidentidad personal se basa en la memoria»: se trata de la glosafundamental de la reflexión de Soergen-Borges. La carga de la me-moria es agobiante porque presupone inevitablemente el escena-rio de la historia.

En el recrear lugares de preservación del pasado y del olvido,Borges sufre «su» pasado (y aquel de Shakespeare, y del conjuntode autores apreciados, amados, dialogantes con él). El sufrimien-to informa dramáticamente sobre el eje temporal-espacial que, des-de Auschwitz, como sostiene Dominick La Capra, siempre infor-ma sobre un pasado que no se quiere remover, pero que duele re-cordar (1998: 19). Borges conoce bien este aspecto dúplice de lahistoria y la memoria, en su oscilación entre muerte y regenera-ción, como lo demuestra, valga un solo ejemplo, «El milagro secre-to», en sus conexiones con el contexto político, cultural, social quegenera la relación historia-memoria.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.132

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 105: Borges en El Centro Del Infinito

133

Si Pierre Nora (1991) reconoce la interacción entre historia ymemoria, en sus «lugares de memoria» donde ésta se impone fuer-temente sobre los dolorosos recorridos históricos, si Eric Hobsbawmha podido referirse a «invención de tradiciones», o si Benedict An-derson habla de «comunidad imaginaria», donde la tradición y laimaginación justifican el valor del territorio memorialístico en elpresente vivido, sufrido al mismo tiempo; Borges, por su parte, ope-ra una verdadera poética de la memoria de la cual Shakespearerepresenta la distancia y la proyección en la actualidad.

Julio Pimentel Pinto sintetiza brillantemente la cifra de lamemoria en la obra borgiana con reflexiones que nos acercan anuestra conclusión:

Borges abre un campo de diálogo entre historia y memoria yconfigura la trayectoria de una poética que insiste en el aborda-je de los tiempos idos, constituidos individualmente, pero reve-lados con la textura de lo colectivo. Pasa del historiador al me-morioso, pero no solamente al memorioso expresado en sus ojosperdidos en el horizonte no visto, no solamente al memoriosoque repone mediante imágenes al aedo ancestral, que penetraen el Hades al costo de su visión terrena. Un Borges memoriosoque, por medio de una crítica histórica alusiva, redefine límitesentre historia y ficción y cifra, en esa frontera porosa, el lugarposible de la memoria. (2000: 157)

La memoria consiente (en el dúplice, ambiguo y fascinante sig-nificado de su verbo, con-siente, sentir, percibir con) la relectura,si no la reescritura, de la historia gracias al horizonte poético queemanan los textos literarios, por su misma naturaleza y constitu-ción, como habíamos ya rescatado de la interpretación de RicardoPiglia:

La memoria es lugar de refugio, medio historia, medio ficción,universo marginal que permite la manifestación continuamen-te actualizada del pasado. Más que adoptar la memoria comotema, la obra de Borges es, como un todo, el ejercicio de la me-moria, de la voluntad de recordar, del orden irrefutable de re-tomar referencias pasadas. (PIMENTEL 2000: 158)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.133

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 106: Borges en El Centro Del Infinito

134

Si la reescritura de la memoria se presenta en Borges a travésde la recuperación de una Buenos Aires perdida en el tiempo yahora mítica, o de guerras y batallas que sirven casi exclusivamentepara medir el coraje del individuo frente a la repetitiva operacióndel destino o, finalmente, de tigres y rosas ya vistos, percibidos,vividos en un pasado misterioso de sueño, lo es también a travésde toda una red de autores que marcan la representación de la me-moria en un texto poético constantemente «reubicado», «recontex-tualizado». Shakespeare es «el rostro», la cara predilecta de Bor-ges, probablemente debido a que sea el único genio intelectual porencontrar y palpar en los ciclos históricos, tan ocultamente ines-crutables, y de los cuales «la meta es el olvido» (como se lee en«Un poeta menor»), aquella dimensión existencial de la cotidiani-dad que, sublimada en la literatura, entra en la espera definitivadel universo que «tiene / que haber ejecutado una infinita / seriede actos concretos».32

Si nos es consentido jugar con las representaciones del granteatro shakesperiano, Borges es como el portero de Macbeth que,de acuerdo con las lúcidas palabras de Giorgio Melchiori, «ins-taura una nueva dimensión histórica: la de la historia como eter-no presente, no crónica de eventos sepultados en el pasado, sinoconstante actualidad» (1983: 846). La identificación es milagrosay la memoria sirve para no olvidar (como pide el portero de Ma-cbeth), aunque sea necesario (como Funes «no» sabe), ya que «todoes una parte del diverso / cristal de esa memoria, el universo» (BOR-GES 2005: II, 326).33

3 2 En «La espera», Historia de la noche (BORGES 2005: III, 210).3 3 El poema aquí citado es el espléndido «Everness» que transcribo integralmente:

«Sólo una cosa no hay. Es el olvido. / Dios, que salva el metal, salva la escoria/ y cifra en Su profética memoria / las lunas que serán y las que han sido. / Yatodo está. Los miles de reflejos / que entre los dos crepúsculos del día / turostro fue dejando en los espejos / y los que irá dejando todavía. / Y todo esuna parte del diverso / cristal de esa memoria, el universo; / no tienen fin susarduos corredores / y las puertas se cierran a tu paso; / sólo del otro lado delocaso / verás los Arquetipos y los Esplendores.»

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.134

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 107: Borges en El Centro Del Infinito

135

Una de las imágenes más preponderantes de la cultura modernay postmoderna es, sin duda, la reinterpretación y la revitalizacióndel mito del laberinto, asociado usualmente con su tradicional ha-bitante, el Minotauro. Junto con él, otros personajes como Teseo,Ariadna o Dédalo participan de la representación arquetípica dela genial y, al mismo tiempo, monstruosa construcción que escon-de el secreto de una unión bestial y culpable. Martha Canfield loha definido como un «recorrido tortuoso» que, asociándose con elreino de la muerte en el mundo clásico, puede leerse como «metá-fora de la tortuosidad del mundo contemporáneo» (1999: 69).

En el marco de la literatura latinoamericana, el arquetipo dellaberinto ha fascinado a casi todos los mayores escritores, desdeCortázar hasta García Márquez, que han re-escrito no sólo el mitoclásico, sino demostrado la validez de esta imagen asociándola ala metáfora del caos del mundo moderno, como Octavio Paz ha

* El texto fue precedentemente publicado en Interlitteraria 8/2003, Revista deLiteratura Comparada, Universidad de Tartu, Estonia, 8-2003, pp. 266-276.Agradezco a Juri Talvet, editor de la revista.

[135]

DÉDALO AUSENTE.BRODSKI AL MARGEN DE BORGES*

Una vez más a Lisa Block de Behar,siempre al margen de Borges.

¿Era posible que él, Stephen Dédalus,hubiera realizado tales cosas?

Y reza, dice, para que sea capaz de aprender,al vivir mi propia vida y lejos de mi hogar y de mis amigos,

lo que es el corazón, lo que puede sentir un corazón.Amén. Así sea. Bien llegada, ¡oh vida! Salgo a buscar

por millonésima vez la realidad de la experienciay a forjar en la fragua de mi espíritu

la conciencia increada de mi raza.

Antepasado mío, antiguo artífice,ampárame ahora y siempre con tu ayuda.

(James JOYCE, Retrato del artista adolescente)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.135

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 108: Borges en El Centro Del Infinito

136

teorizado en su célebre ensayo El laberinto de la soledad. Si Paz veal mexicano como representante ejemplar del hombre encerradoen su soledad —concepto que García Márquez ha enfatizado— nocabe duda de que la soledad y el laberinto no representarían sólolos conceptos poéticos de la «mexicanidad», sino la condición uni-versal de la existencia del hombre moderno. Paz reitera inquietan-tes interrogantes como la ausencia de Dios, la orfandad universaly la opción del gnosticismo para detectar un sentimiento de terrory lucha interior hacia un espacio cósmico que se caracteriza porla imposibilidad de encontrar la salida. Dentro de un sentimientode culpa y, por consiguiente, de expiación, el hombre «sensible» y«razonable» siente y percibe, como máxima dimensión de su bús-queda humana, la nostalgia de un espacio sagrado, de un santua-rio donde recomponer sus propias carnes heridas ab origine y ad-quirir aquella satisfacción (en su sentido etimológico de satis = sa-cio y factum = hecho, hecho sacio) que es, en definitiva, su anhela-da plenitud. En una amarga y realista consideración, Paz revelaque de este antiguo espacio (que las creencias universales habíanidentificado con un mítico ombligo del mundo, centro unitario enel que convergen todas las direcciones del ser) hemos sido expul-sados. El exilio que ex valle amara el hombre está obligado a acep-tar, si no prefiere destruir su prisión corporal, lo empuja a la «con-dena» (o la «aventura») de la incansable búsqueda de su «san-tuario», «por selvas y desiertos o por los vericuetos y subterráneosdel Laberinto» (PAZ 1959: 227), repetición ritual y peregrinaje lai-co sin el que el hombre dejaría su esencia ontológica de buscadoro, con una imagen romántica, de wanderer.

Borges es indudablemente el escritor que más se considera vin-culado a la relectura del discurso laberíntico; él utiliza infinitasveces la imagen del laberinto como cronotopo central en cuentoscelebérrimos como «La casa de Asterión», «Abencaján el Bojarí,muerto en su laberinto» y «Los dos reyes y los dos laberintos», yen innombrables poemas en que el escritor parece perderse yvoluntariamente «re-perderse», expresando así la búsqueda meta-física, problemática, cognoscitiva de sus eternas inquietudes, como

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.136

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 109: Borges en El Centro Del Infinito

137

la identidad humana, la muerte, la posibilidad de elección, ínti-mamente vinculadas con el espacio laberíntico. Inicialmente, Bor-ges adopta el laberinto, según el criterio gnóstico, como metáforade un universo que abarca una pluralidad de mundos. Según losgnósticos, cada sección del laberinto correspondería a un mundodistinto donde el alma, perdiendo su camino, vaga incesantemen-te, y no obstante busque una salida, dentro de las posibles, se vecondenada a pasar de un mundo a otro, sin una real oportunidadde huida de su condición. Sin embargo, la búsqueda de la salidaes en la percepción borgiana una asombrante inquisición (podría-mos decir con palabras de su preferencia) y Borges, «homme dé-sertique et labyrinthique», según una expresión querida por Blan-chot,34 es consciente de que, como en el caso de Teseo, es posibleencontrar una pseudo Ariadna que rige el ovillo y la salvación.

Sin embargo, es curioso que, aparte rapidísimas incursiones oalusiones, Borges parezca no nombrar al ingenioso arquitecto deesta monstruosa y misteriosa creación que es el laberinto. De he-cho, el personaje de Dédalo en Borges no viene citado sino en unaocasión, precisamente en un cuento de El Aleph, «Deutsches Re-quiem», en que el constructor de este edificio de galerías infinitases definido como «hechicero que teje un laberinto y que se ve for-zado a errar en él» (2005; I, 622). Se trata obviamente de una alu-sión a la decisión de Minos de encarcelar a Dédalo y su hijo Ícaro,por miedo de que éste revele el secreto que está en el centro del labe-rinto. Además, no es secundario que, pocas veces mencionado enBorges, el personaje de Dédalo no parezca interesarse en la recrea-ción artística moderna del mito del laberinto y del Minotauro, queha preferido subrayar poéticamente la vehemencia de Teseo o elgesto de la escritura como recorrido laberíntico: con la gloriosa ex-clusión del Dedalus de James Joyce, autor predilecto del argentino,

3 4 La cita completa no es sin interés por la lectura antropológica de la imagenlaberíntica: «Pour l’homme mesuré et de mesure, la chambre, le désert et lemonde sont des lieux strictement déterminés. Pour l’homme désertique etlabyrinthique, voué à l’erreur d’une démarche nécessairement un peu pluslongue que sa vie, le même espace sera vraiment infini même s’il sait qu’il enl’est pas et d’autant plus qu’il le saura». Véase BLANCHOT 1959: 116.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.137

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 110: Borges en El Centro Del Infinito

138

de quien admiraba sus «arduos laberintos, / infinitesimales e in-finitos» como se expresa en Invocación a Joyce.35

Un poema de Iosif Brodski, escrito en 1993, intitulado Dedal vSicilii (Dédalo en Sicilia) e indudablemente borgiano en sus inten-ciones metafísicas,36 podría representar una explicación posiblede una remarcable ausencia mitológica en Borges y en el imagina-rio literario de la modernidad. Las agudas observaciones de LisaBlock de Behar sobre las aproximaciones teóricas o interpretati-vas que se multiplican a lo largo de la obra borgiana pueden con-siderarse un punto de partida privilegiado, ya que «no hay lectu-ra ni escritura que pueda sustraerse a la marca (otro margen) queBorges imprime. Es por eso que todo texto, lo aborde o no, se ins-cribe al margen de Borges» (1987: 11). A continuación, las dos ver-siones del poema, compuesto inicialmente en ruso y luego tradu-cido por el mismo autor al inglés:

ÄÅÄÀË Â ÑÈÖÈËÈÈ

Âñþ æèçíü îí ÷òî-íèáóäü ñòðîèë, ÷òî-íèáóäü èçîáðåòàë.

Òî äëÿ êðèòñêîé öàðèöû èñêóññòâåííóþ êîðîâó,

÷òîá íàñòàâèòü ðîãà öàðþ, òî — ëàáèðèíò (óæå

äëÿ ñàìîãî öàðÿ), ÷òîá ñêðûòü îò äîñóæèõ âçîðîâ

ñêâåðíûé ïðèïëîä; òî — ëåòàòåëüíûé àïïàðàò,

êîãäà öàðü íàêîíåö äîçíàëñÿ, êòî ýòî ó íåãî

ïðè äâîðå òàê ñóìåë îáåñïå÷èòü ñåáÿ ðàáîòîé.

Ñûí âî âðåìÿ ïîëåòà ïîãèá, óïàâ

â ìîðå, êàê Ôàýòîí, òîæå íåêîãäà ïðåíåáðåãøèé

íàñòàâëåíüåì îòöà. Òåïåðü íà ïðèáðåæíîì êàìíå

ãäå-òî â Ñèöèëèè, ãëÿäÿ ïåðåä ñîáîé,

ñèäèò ãëóáîêèé ñòàðèê, ñïîñîáíûé ïåðåìåùàòüñÿ

ïî âîçäóõó, åñëè íåëüçÿ ïî ìîðþ è ïî ñóøå.

Âñþ æèçíü îí ÷òî-íèáóäü ñòðîèë, ÷òî-íèáóäü èçîáðåòàë.

Âñþ æèçíü îò ýòèõ ïîñòðîåê, îò ýòèõ èçîáðåòåíèé

3 5 A Joyce, en Elogio de la sombra (1969), Borges le reconoce una espléndidasalida de su perdida generación: «Habremos muertos sin haber divisado / labiforme fiera o la rosa / que son el centro de tu dédalo» (2005: II).

3 6 «There is, without doubt, a sense of teleological conclusion or epilogue thatpervades Brodsky’s final prose and poetry» (MACFADYEN 1998: 164).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.138

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 111: Borges en El Centro Del Infinito

139

ïðèõîäèëîñü áåæàòü, êàê áóäòî èçîáðåòåíüÿ

è ïîñòðîéêè ñòðåìÿòñÿ îòäåëàòüñÿ îò ÷åðòåæåé,

ïî-äåòñêè ñòûäÿñü ðîäèòåëåé. Âèäèìî, ýòî — ñòðàõ

ïîâòîðèìîñòè. Íà ïåñîê íàáåãàþò ñ æóð÷àíüåì âîëíû,

ñçàäè ñèíåþò çóáöû ìåñòíûõ ãîð — íî îí

åùå â ìîëîäîñòè èçîáðåë ïèëó,

èñïîëüçîâàâ âíåøíåå ñõîäñòâî ñòàòèêè è äâèæåíüÿ.

Ñòàðèê íàãèáàåòñÿ è, ïðèâÿçàâ ê ëîäûæêå

äëèííóþ íèòêó, ÷òîáû íå çàáëóäèòüñÿ,

íàïðàâëÿåòñÿ, êðÿêíóâ, â còîðîíó öàðñòâà ìåðòâûõ.

[1993]

All his life he was building something, inventing something.Now, for a Cretan queen, an artificial heifer,so as to cuckold the king. Then a labyrinth, this time forthe king himself, to hide from bewildered glancesan unbearable offspring. Or a flying contraption, whenthe king figured out in the end who it was at his courtwho was keeping himself so busy with new commissions.The son on that journey perished falling into the sea,like Phaeton, who, they say, also spurned his father’sorders. Here, in Sicily, stiff on its scorching sand,sits a very old man, capable of transportinghimself through the air, if robbed of other means of passage.All his life he was building something, inventing something.All his life from those clever constructions, from those inventions,he had to flee. As though inventionsand constructions are anxious to rid themselves of their blueprintslike children ashamed of their parents. Presumably, that’s the fearof replication. Waves are running onto the sand;behind, shine the tusks of local mountains.Yet he had already invented, when he was young, the seesaw,using the strong resemblance between motion and stasis.The old man bends down, ties to his brittle ankle(so as not to get lost) a lengthy thread,straightens up with a grunt, and heads out for Hades.37

3 7 Inicialmente publicado en The New York Review, (7 de octubre de 1993, p. 14),ahora incluido en el cuarto volumen de la colección de obras poéticas de BRODSKI,publicado por la Pushkinski Fond de San Petersburgo entre 1992 y 1996.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.139

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 112: Borges en El Centro Del Infinito

140

La lectura de los dos poemas invita a reflexionar sobre un as-pecto tal vez olvidado o puesto al margen y, sin embargo, extraor-dinariamente importante. En la dicotomía centro-periferia, dondela periferia se presenta según una múltiple y variada bifurcación«que tercamente se bifurca en otra», el laberinto siempre se ha con-siderado, dibujado, representado o vivido como un conjunto de lí-neas directivas de salidas: un variable sistema de semirrectas quedesde un centro obscuro, enigmático y tal vez aterrorizador, semueve en perspectiva de una vía que desemboque afuera, a otrolugar que, no obstante la huida, podría ser igualmente obscuro,enigmático y quizá, también, aterrorizador. Sin embargo, una fuer-za misteriosa empuja al prisionero del laberinto a irse, a despla-zarse del centro. El laberinto posee un margen y éste es excepcio-nalmente su centro. El hombre (o el monstruo) del laberinto huyedel espacio céntrico, según una decisión misteriosa de la libertad:si huye del horror o del miedo del misterium profundum que escon-de el centro, podría ser porque el acto de encontrarse cara a caracon un divino misterio provocaría la muerte; si huye, quizá es por-que tiene miedo de conocer el punto original de su propia mons-truosidad (o humanidad). En su inagotable significación arquetí-pica, la lectura del laberinto de Borges y Brodski se revela dentrodel marco de esa dicotomía centro-periferia. El poeta, nuevo Teseo,sin la conformación del héroe aventurero o de la soberbia arrogan-cia del especulador filosófico, acepta el desafío de este lugar mag-mático y opera al revés, es decir, actuando à rebours, en una espe-cie de re-subida de la corriente, y busca el centro, olvidado, elimi-nado, no enfrentado. Cristina Grau (1997) ha dedicado un trabajoa la tradición del modelo laberíntico en la arquitectura: la inser-ción de un «mapa» o de una «figura» laberíntica como en ciertasformas de Gaudí o en ciertos recorridos técnicos (como las esca-las, en las realizaciones de Le Corbusier o de Wright) introducenun orden dentro de otro aparente: no siempre la suma de estos dosórdenes es de «orden» clásico; así, en la concepción moderna delarte, el laberinto casi propone un desorden, un «gesto» in-forme ymagmático que coexiste con el orden riguroso de las cosas. El des-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.140

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 113: Borges en El Centro Del Infinito

141

orden nace del desconocimiento del centro, como en los cuadra-dos o reticulados sin centro de Piet Mondrian, cuyos colores per-fectamente derramados en la tabla representan en verdad visio-nes laberínticas de una realidad en la que predomina el caos bajola forma ilusoria de la regla, arbitrariamente de-centralizada. Elpoeta es el único maestro genial dispuesto a conocer el centro y ano rehuirlo penosamente. El poeta es el dáidalos, el genio que co-noce las estructuras de la construcción y que se arriesga a enfren-tar al misterioso habitante del centro, o el sancta substancia que élsabe no totalmente decodificable. El poeta está vinculado al centroy a sus miles de metamórficas imágenes, incluso cuando el centrose propone como misteriosa monstruosidad. Tal es el caso de As-terión, cuyo mito repropuesto por Borges es la representación deun orden metafísico perturbado por una obscura culpa y una trai-ción de las reglas «naturales» del mundo. «El hombre es nostalgiay búsqueda de comunión. Por eso cada vez que se siente a sí mis-mo se siente como carencia de otro, como soledad» (PAZ 1959: 211);en esta expresión de Octavio Paz está encerrada toda la poéticadel laberinto.

El laberinto posee una doble identidad entre realidad y ficción:aunque sea una construcción inexistente en la naturaleza, eso«existe» como mito o arquetipo, o sólo en el universo imaginariodel que se sirve el poeta. Del laberinto, que probablemente el mis-mo bardo desalmado ha creado para desafiar la naturaleza (otra«unión» innatural y, por lo tanto, meritoria de castigo y purifica-ción), hay que buscar la salida. Si el laberinto «existe», también lasalida: en la poética de Paz, las opciones estéticas posibles son elamor y la poesía, términos que traspasan la soledad humana por-que permiten reunir los lazos de un pasado ordenado, edénico,que habitan el cosmos (según su acepción etimológica de «armo-nía», estado de perfección). La dialéctica de la soledad y de la co-munión («the two fold motion of withdrawal and return», en laidea ilustrada por Toynbee y retomada por el autor mexicano) noesconde una derrota existencial o un amargo pesimismo de impo-sibilidad de conocimiento, sino la lucha por una auténtica sabi-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.141

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 114: Borges en El Centro Del Infinito

142

duría, como aquella de los primitivos, los cuales no interpolabanmaniobras «innaturales» entre la realidad y su «centro» emana-dor. En los laberintos detectados, re-inventados por Borges y Brods-ki, la vía de salida del monstruoso trabajo ingenierístico es el des-cubrimiento de quién (o de qué) es el centro. El Minotauro, en Bor-ges; el vacío y la desesperación, en el laberinto del Dédalo deBrodski, que por miedo a la réplica y a la repetición, «siempre hainventado algo».38 El modelo del laberinto repite siempre esta mis-ma dicotomía: de un lado, el aislamiento, la soledad y la angustia,como condiciones del mal de vivre; del otro, la percepción del mis-terio, como una presencia inquietante, silenciosa, alternativamen-te conocible. La prueba que esconde el laberinto es la otra cara dela moneda; como en el caso de Asterión, podría ser el deseo deuna revelación, el estremecimiento por una salvación que él espe-ra, quizá, «con cabeza de toro». El centro del laberinto no puedeser descentrado sin perder de vista el objetivo del recorrido mismode la construcción: este centro, si verdaderamente lo es, presentauna figura que pretende mostrarse como el rostro primigenio, ver-dadero de quien lo fija, su sentido y significación, su complemen-to final; diversamente, el centro se ofuscaría en una indefinida va-guedad, aniquilando así también la idea laberíntica en sí. El labe-rinto existe sólo porque hay un centro, y no únicamente por sussalidas posibles. El poeta que acepta el laberinto como imagen me-tafórica del mundo reconoce la tentativa de conocimiento del Otroque encierra la dedálica construcción. Esa tentativa es un movi-miento centrípeto, no necesariamente centrífugo, como a menudose han representado las tablillas icnográficas del laberinto. Estepalacio artificial de calles, ladrillos, espejos, escondites, revelacio-nes (monstruosas o no), desemboques al mar y otras «clever cons-tructions» (como sugiere Brodski) está caracterizado por el habi-tante de su centro. El movimiento es hacia el centro, o mejor, haciala figura del centro. El encuentro entre el prisionero del laberinto,«an unbearable offspring», y el misterio «centralizado» represen-

3 8 «All his life he was building something, inventing something» (MACFADYEN

1998: 166).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.142

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 115: Borges en El Centro Del Infinito

143

tarían la conclusión del movimiento, la «gracia» o la «comunión»alcanzadas, según las palabras de Paz.

El laberinto se presenta con una tríada de personajes. En pri-mer lugar, el habitante-prisionero, Asterión, el «mexicano», el«hombre contemporáneo [que] ha racionalizado los Mitos, pero noha podido destruirlos», como sugiere Paz en «La dialéctica de lasoledad» (1959: 211 ss). En segundo lugar, el habitante-céntrico,objeto de la búsqueda, otro elemento viviente del laberinto, peroescondido, otro con «O» mayúscula y no otro prisionero comoaquella invención lúdica del triste Minotauro borgiano, la Rosa oel Tigre del imaginario del escritor argentino. Finalmente, el cons-tructor de la maquinación laberíntica (que sea el eterno cíclico nie-tzscheano o el laberinto del tiempo de William James o el laberin-to de la escritura, poetizado por Paul Valéry, poco importa): unarquitecto que asombra por su compleja personalidad, a caballoentre el prisionero de su misma excéntrica obra («ex-céntrica»: pa-labra indicativa de la bipolaridad creación-recreación poética) yla justificación de su construcción, que al esconder el fruto de unaculpa descubre la posibilidad de una belleza última y definitiva:tal es la Rosa o el Tigre, ya mencionados.

El poema de Brodski señalado al principio, en el que Dédaloes esbozado como el hombre «responsable» de los efectos caóticosde su bizarra invención, es también una narración «didáctica» so-bre las consecuencias éticas del arte. Es un poema sobre Dédalo,es decir, metafóricamente sobre el poeta y su concepción de la mi-sión artística en el mundo. Brodski parece haber construido un poe-ma al margen de la estética borgiana: es curioso que el personajede Dédalo en Borges casi nunca sea citado directamente. Dédaloes Borges mismo, él es el constructor del laberinto, mientras la poe-sía de Brodski logra expresar, como una nota «marginal», esta iden-tificación a través de la imagen del «poeta» moderno. Se trata dela misma interpolación-intertextualidad presente en el tratamien-to del mito de Dédalo que ya en Joyce y en Musée des Beaux Arts deAuden se había encontrado como significación mítica de la acti-tud subjetiva del poeta.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.143

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 116: Borges en El Centro Del Infinito

144

Brodski representa una cita al margen de Borges, una explica-ción posible de una remarcable ausencia mitológica en la obra bor-giana. No es necesario que Dédalo aparezca: se trataría más biende un autorretrato, ya que el ingeniero y el poeta se fusionan enun único genio artístico. En el poema de Brodski encontramos to-dos los riesgos (y todas las vanas tentativas) que subyugan al Dé-dalo-poeta y, dentro de nuestra interpretación, a Dédalo-Borges.Los corredores del laberinto brodskiano, designados sin que sedestaque un centro al que alcanzar, poseen en cambio el poder«diabólico» (en su sentido originario de «división») de enjaular almismo constructor, que ahora se presenta como «a very old man,capable of transporting himself through the air» (MACFADYEN 1998:166). Sin embargo, ni siquiera esta «salvación por el aire» repre-senta una verdadera redención: siempre en búsqueda de nuevasconstrucciones, nuevas comisiones, con el constante pensamientoen la muerte desventurada de su hijo Ícaro, cegado por la vehe-mencia y la hybris del artista, «from these inventions he had to flee»(MACFADYEN 1998: 166). El Dédalo brodskiano es víctima de la mis-ma naturaleza laberíntica, inevitablemente tautológica. Cada mo-vimiento, al estar ausente el centro de la construcción, se revelaperdido, desordenado, inútil. Con la reflexión en las miles de ga-lerías posibles, el nomadismo físico brodskiano, hecho por exiliosrepetidos, viajes sin patria, imagen especular de su mismo ciclode vida, asume la configuración de un nomadismo espiritual, siem-pre en búsqueda de pruebas, tentativas y experimentos para des-embarazarse de ellos una vez constatada sus ineficacias. Brodskientra dentro del laberinto que él mismo construye pero, a diferen-cia de Borges, ninguna María Kodama logra presenciar el centrode este lugar confuso y perfectamente engañoso. El Dédalo deBrodski no asciende al cielo para salvarse de su laberinto, sinoque su imagen es la de un hombre cansadísimo, esperando lamuerte en una playa de Sicilia, con un hilo que no lo deje perder-se en el reino de los muertos, nuevo Teseo, trágicamente condena-do a la derrota y a la soledad. Como Dédalo, el poeta intenta huiry comprender al mismo tiempo la dinámica cruel de su misma

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.144

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 117: Borges en El Centro Del Infinito

145

construcción cerebral, pero la filosofía del nomadismo, de ese «es-piritual y especulativo zigzaguear», según la sugestión de MacFa-dyen (1998: 171), es un movimiento de desesperación donde la qui-mera de la fantasía poética atrapa al poeta en una sensación, aveces, de sabroso y enfermizo olvido, y otras, de malas imagina-ciones suicidas y aniquiladoras. Venecia y San Petersburgo sonlas ciudades-metáforas de la geografía laberíntica del nomadismode Brodski.

El nomadismo de Brodski corresponde a la tentativa de salida«centrífuga» del laberinto, y contrasta con la imagen de la rosaque ofrece Borges, que es otra tentativa laberíntica de contrastar ladesolación, otra intención (y tentación) borgiana «que profunda-mente se bifurca en otra que profundamente se bifurca en otra» has-ta el advenimiento de la visión de la creación original.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.145

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 118: Borges en El Centro Del Infinito

147

En una época telemática, caracterizada por la velocidad de la co-municación a través de la Internet, la naturaleza original del libro—y su acción comunicativa lenta, mesurada y sugestiva— ha sidopuesta seriamente en discusión. Nadine Gordimer, Premio Nobelde Literatura, en una reciente intervención en el Congreso Inter-nacional de la Asociación Internacional de Literatura Comparada(agosto de 2002, Universidad de Sudáfrica, Pretoria) ha sostenidola importancia casi vital, orgánica, de la palabra escrita y del librocomo documento indispensable para la perduración eterna de lamemoria histórico-colectiva.39 Según lo confirma por escrito el pri-mer versículo del Evangelio de San Juan: «En el principio era elVerbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios», definitiva-mente ratificado en la Biblia, no tendríamos hoy aquella fuerzaúnica de la escritura, tanto para ser temida como evitada, censu-rada y alterada, abusada y violentada. No se puede olvidar a pro-pósito la importancia que la escritura ha poseído en la sociedadoriental (recordemos la historia ad salvationem de Sherezade en las

[147]

DANTE, BORGES Y EL LIBRO*

A questo punto il racconto potrebbe ricordare che le virtù deglispecchi di cui discettano i libri antichi comprendono quella di mostrare le

cose lontane e occulte...(Italo CALVINO, Se una notte d’inverno un viaggiatore)

* La versión original de este texto está en italiano y fue publicada originalmenteen Revista Eletrônica Memorandum: Memória e História em Psicología,octubre de 2002, Memorandum, 3, 5-13, Universidade Federal de MinasGerais, Belo Horizonte, en <http://www.fafich.ufmg.br/ ~memorandum/artigos03/ dangelo01.htm>.

3 9 Véanse, entre los ensayos clásicos sobre el tema, los de FLORÈS 1972; LE GOFF

1979: 347-400 y YATES 1966.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.147

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 119: Borges en El Centro Del Infinito

148

Mil y una noches o la pseudofábula recogida de la memoria colecti-va del Extremo Oriente y recopilada por Marguerite Yourcenar, oincluso la impresionante analogía temática en los mitos encontra-dos en el gran bloque cultural este/oeste como el mito de Ariadnaque es posible ubicar nada menos en un cuento japonés).

El deleite y el beneficio de la escritura han sido ampliamentecomentados poéticamente por Italo Calvino, que ha dejado, en Seuna notte d’inverno un viaggiatore (1979), un ensayo de su verve iró-nica y de su aptitud de maestro de la teoría sin nunca caer en laaridez de la literariedad, riesgo usual de cierto academicismo.

Según el autor de uno de los libros-capítulos que forman el tex-to calviniano, los libros antiguos conocían la virtud de los espe-jos: mostrar las cosas lejanas y ocultas. En este capítulo, significa-tivamente intitulado «In una rete di linee che s’intersecano», unevidente homenaje a Borges, el libro se revela como un Aleph quecapta las imágenes del todo (los sueños, la totalidad del real, eluniverso entero, la sabiduría divina). Bajo el influjo de Plotino, ellibro restituiría la esencia del alma, potencia de los tratados (otroslibros) de ciencias ocultas. Asimismo, las páginas deberían, a suvez, reflejar los movimientos opuestos de los espejos:

Insieme all’irradiarsi centrifugo che proietta la mia immaginelungo tutte le dimensioni dello spazio, vorrei che queste pagi-ne rendessero anche il movimento opposto con cui dagli spec-chi m’arrivano le immagini che la vista diretta non può abbrac-ciare. (CALVINO 2002: 193)

Calvino, que era antes que nada un apasionado lector, soste-nía la «necesidad» de vivir la experiencia de la lectura como unmomento irrepetible, único, del enriquecimiento espiritual del in-dividuo. No exageraba al requerir al lector que procurase un lu-gar cómodo para poder abandonarse al placer del texto, es decir,de la lectura: seguir la palabra escrita, entregar todo su ser al rela-to propuesto, dejarse fascinar por la trama, por los personajes, talvez identificarse con uno de ellos. No por nada, además, la lectu-ra es expresión perceptiva y visual como un viaje íntimo, corajoso,dentro del texto, que debe ser afrontado por la posibilidad inigua-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.148

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 120: Borges en El Centro Del Infinito

149

lable de transformarse en otro personaje, quizá un héroe, y que per-mite, a través del conocimiento del otro, el volverse más uno mis-mo. La famosa expresión flaubertiana, «Madame Bovary, c’estmoi!», replantea la atención consciente del autor/lector que vive yse esconde en el vestido del personaje que ha creado. El libro esentonces una hipótesis noble y privilegiada del trabajo personalsiempre que, objetivo de tal labor, vaya más allá de un banal pla-cer epicúreo y desprovisto de razones.

El libro no es separable de la acción de la lectura, a la que si-gue inevitablemente el proceso hermenéutico, consciente o no; pero,sobre todo, el libro se encuentra simbióticamente ligado al verbo«contar». Un libro cuenta cualquier cosa, más bien, debe contar unahistoria, de la que está tejida la vida de cada individuo. El relatoes una forma ancestral de comprensión del porvenir (poco impor-ta la dimensión del suceso) que compone la vida. Si por una par-te, el relato es el instrumento que permite participar de la vaste-dad y la complejidad de la experiencia humana, por otra, es el ins-trumento privilegiado mediante el que es posible para los otros ac-ceder a un mundo personal, también al más privado e íntimo. Cadacuento, cada forma de contar, cada libro reproponen aquella mis-ma función que cumplía el mito antiguamente. Bajo forma de libroy de cuento (mantengo como unidad la doble naturaleza formal ymaterial) se conserva y se transmite nuestra memoria colectiva, esdecir, la memoria de una sociedad entera y, en un ámbito inclusosuperior, la de toda una civilización (HALBWACHS 1950). Basta pen-sar en la singular forma de narración que es el mito (con la quelos pueblos de la antigüedad han transmitido su modo de obser-vación y conocimiento del mundo, por ejemplo, los mitos griegossobre el nacimiento del universo, de los dioses y de la humanidadson el ejemplo más descontado) y otro «recipiente» cultural comoel habla, que ha, frecuentemente, sintetizado las costumbres y lacreencia de una sociedad tradicional bajo la forma de poesía líri-ca o del imaginario colectivo.

Entre los autores que han reflexionado sobre la naturalezadel libro y de su uso depositario de los valores culturales y es-tructurales del hombre, tendremos en consideración únicamente

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.149

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 121: Borges en El Centro Del Infinito

150

a dos: Borges y Dante, que aunque muy diversos entre ellos y dis-tanciados temporalmente, han otorgado al discurso sobre el li-bro y, en consecuencia, su lectura, un metadiscurso ético, o si sequiere, didáctico-moralizante. Borges y Dante representan de unmodo similar la figura ejemplar de aquella conciencia y memo-ria colectiva de la que el mundo occidental, aunque no sólo éste,es depositario.

Tanto para Borges como para Dante, la metáfora representati-va del universo es el libro. El valor absoluto y dado del deseo delhallazgo del libro primero es el motor de los libros «acabados», yde los que todavía no lo son, y de la existencia cierta del libro pri-mero, que Dante, medieval, tomista, cristiano, contemplará al tér-mino de su viaje.

Borges escribe en «La biblioteca de Babel» que, como todos loshombres habitantes de la Biblioteca del mundo, aunque él hayaviajado, ha «peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogode los catálogos» (2005: I, 499). Una tarea, ésta, motivada por la ala inalcanzable exigencia de encontrar la Verdad, aunque el viajese encuentre dentro y a través de un número de volúmenes inter-minable, infinito:

La biblioteca existe ab aeterno. De esa verdad, cuyo corolario in-mediato es la eternidad futura del mundo, ninguna mente ra-zonable puede dudar. El hombre, el imperfecto bibliotecario,puede ser obra del azar o de los demiurgos malévolos; el uni-verso, con su elegante dotación de anaqueles, de tomos enig-máticos, de infatigables escaleras para el viajero y de letrina parael bibliotecario sentado, solo puede ser obra de un dios. Parapercibir la distancia que hay entre lo divino y lo humano, bastacomparar estos rudos símbolos trémulos que mi falible manogarabatea en la tapa de un libro, con las letras orgánicas delinterior: puntuales, delicadas, negrísimas, inimitablemente si-métricas. (2005: I, 500)

Borges invita aquí a la lectura, porque la experiencia inalcan-zable de esta puede provocar una extraordinaria «felicidad men-tal», por llamarla con palabras de Maria Corti, que no es fácil re-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.150

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 122: Borges en El Centro Del Infinito

151

vivir en los actos imperfectos a que está sometida la existencia. Así,una lectura saludable y terapéutica.

Borges no teme absolutamente ser considerado casi anacróni-co cuando afirma que un libro (o un texto) literario no puede serconsiderado como un sistema cerrado, donde su autor es el únicodescifrador y el único poseedor de la clave para acceder a él. Con-siderar un libro como un sistema de lógica cerrada, perimetral, equi-vale a destruir el libro en su esencia de obra abierta, siguiendo laterminología de Eco; lo que es incluso más fascinante es que laoperación de la lectura provoca «repercusiones incalculables»(PAOLI 1992: 9) en las que el lector añade nuevos granos interpre-tativos para la búsqueda constante y nunca satisfactoria del libro:

Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros,la primera impresión fue de extravagante felicidad. Todos loshombres se sintieron señores de un tesoro intacto y secreto. Nohabía problema personal o mundial cuya elocuente solución noexistiera: en algún hexágono. El universo estaba justificado, eluniverso bruscamente usurpó las dimensiones ilimitadas de laesperanza. (BORGES 2005: I, 502)

Según Borges, el hombre ha de intentar aferrar y poseer aquellibro, sin que lo haga posible, oscureciendo y eliminando aquellas«repercusiones incalculables» que el proceso de la lectura desen-cadenaría, hasta la blasfema identificación de sí con el libro. «LaBiblioteca es tan enorme que toda reducción de origen humano re-sulta infinitesimal» (2005: I, 503), sostiene el autor argentino. Porlo tanto, la búsqueda de un libro es una operación fundamental,pues es estructural para el hombre, aunque la Biblioteca perdura-rá incorruptible y secreta como siempre:

La Biblioteca es ilimitada y periódica. Si un eterno viajero laatravesara en cualquier dirección, comprobaría al cabo de lossiglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo des-orden (que, repetido, sería un orden: el Orden). (2005: I, 505)

Dentro de la maciza metáfora de la Biblioteca, Borges nos in-dica que el camino necesario y casi impelente del individuo a labúsqueda del dios nacido en los pliegues de los libros es el acto

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.151

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 123: Borges en El Centro Del Infinito

152

sacro de la lectura. La satisfacción y la gratificación del vivir po-drían confluir en la lectura. Paoli recoge una afirmación «didácti-ca» de Borges, cuando enseñaba literatura inglesa, una de las lite-raturas mejor conocidas y preferidas por el escritor de Ficciones:«En la lectura el placer debe ser predominante. Cuando un librono te interesa, debes dejarlo inmediatamente, aunque su autor seafamoso» (PAOLI 1992: 24).

Es interesante que esta búsqueda a través de la lectura sea nosólo placentera, sino al mismo tiempo útil: ésta corresponde al pro-ceso del conocimiento de la realidad que, aunque nunca resultetotalmente indoloro, debe ser revestida de un valor y del sentidode la aventura que la lectura de Stevenson, Kipling y Chestertonhabían indudablemente estimulado en Borges. La felicidad borgia-na, como lo recuerda sugestivamente Paoli, «yace primeramenteen el vivir y, solo sucedáneamente, en el seguir algunos inciertosreflejos de la vida que son los libros» (1992: 26).

El libro se presenta en la poética de Borges como un universode citas infinitas, repetidas, pero siempre nuevas, de modelos quese suceden, de influencias que se perciben: un libro es una copiade los libros en los que se han afirmado o se han refutado los te-mas eternos de la humanidad. El modelo de comunicación bor-giana, que encuentra en el laberinto y en la biblioteca la metáforamás notoria, consta de un corolario esencial. El libro, por su natu-raleza de elemento concluso y, quizá, definitivo, vive de y en la me-moria, es decir, de un acto necesario sin el cual el libro no puedeconsiderarse eterno: el recuerdo de libros infinitos, leídos y releí-dos, abiertos y luego cerrados, se transforma en memoria y permi-te volver presente y actual un universo poético creado, por ejem-plo, durante el Medioevo.

La lección ética de Borges es que el libro es inseparable, asícomo la lectura, de la misma vida en una misteriosa interacciónque es posible volver a hallar en este fragmento dejado algunosaños antes de su fallecimiento:

Todos los autores que he leído, los del pasado de las letras y dela lengua, todo ha influido en mí. Yo diría que en un escritor

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.152

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 124: Borges en El Centro Del Infinito

153

han influido no solo todos los libros que ha leído sino ¿tam-bién? aquellos que no ha leído, también aquellos que le gusta-ron menos; en otras palabras, la vida influye en cada momento.Un hombre, especialmente un escritor, está expuesto a todo tipode influencia. ¿Qué es uno escritor, de hecho, si no, antes quenada, un ser particularmente sensible a los hechos, a las circuns-tancias de la vida? (En PAOLI 1992: 170-171)

El libro, la Biblioteca y el escritor participan de la facultad dela memoria, facultad que se encuentra entrelazada en muchos es-critos borgianos y que representa la responsabilidad ética y espi-ritual del hombre, no sólo del hombre de letras. El libro no permiteel olvido de la obra de justicia del individuo y es a esta obra «jus-ta» a la que Borges se refiere cuando, por ejemplo, en un poemasuyo, describiendo la Biblioteca de Alejandría («Alejandría, 641A.D.»), recuerda que los volúmenes contenidos en ella superabanen gran número al número de los astros o a la arena del desierto:

Aquí la gran memoria de los siglosQue fueron, las espadas y los héroes,Los lacónicos símbolos del álgebra,El saber que sondea los planetas,Que rigen el destino, las virtudesDe hierba y marfiles talismánicos,El verso en que perdura la caricia,La ciencia que descifra el solitarioLaberinto de Dios, la teología,La alquimia que en el barro busca el oroY las figuraciones del idólatra.(Historia de la noche —2005: III, 183)

La Biblioteca y, con ella, su objeto más precioso y necesario—ya que sin ese objeto ella no tendría razón de existir—, el libro,favorecen entonces a la duración inmortal de la dignidad del hom-bre, de sus acciones, de sus búsquedas, de su tentación de saber elorigen de la concepción del mundo.

En Dante, hombre ejemplarmente medieval, la memoria posee,justamente, esta conciencia: se trata del hecho de que cada acto vi-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.153

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 125: Borges en El Centro Del Infinito

154

vido en la plenitud del referente divino último, conserva un valoreterno; por ello, el libro asume, en Dante, la importancia del gestoético, de la responsabilidad civil y política, del ser «guía espiritual»,investido de una fuerza trascendente que llama a la salvación.

El triángulo existencial dantesco es así compuesto de tres vér-tices del yo poético, del libro en el que el yo encuentra realizacióny, finalmente, de la memoria que unifica y ordena. Es un procesoque purifica en el yo la tensión entre lo existente y su creación fi-nita, el libro.

Dante es consciente, como entonces lo era toda la cultura de laque era heredero, del hecho de que la memoria sea principio y finde cada acción, punto de partida de cada etapa existencial; comose puede leer en el incipit de la «Vida Nueva»:

En aquella parte del libro de mi memoria, antes de la cual pocopodría leerse, se encuentra un título que dice: Incipit vita nova.Bajo ese título están escritas las palabras que tengo intención detranscribir en este librito; y si no todas, al menos su significa-do. (1986: 19)

Así como Dante encuentra escritas sus propias expresiones enla memoria, de la misma manera, Guido Cavalcanti adquiere fuer-za y dimensión de participación en los advenimientos existencia-les gracias al efecto de permanencia eterna y objetiva de la memo-ria: «En aquella parte donde esta memoria / adquiere su estado»(1996: 116).

En Dante, la memoria representa, entonces, la capacidad deconservar determinadas informaciones que le permiten ofrecer im-presiones o informaciones actuales del pasado, pero resulta tam-bién objetivar la permanencia de Dios dentro de la historia de lahumanidad, lo que resultaba claro para un hombre de concienciamedieval. La posibilidad de testimonio y de transmisión de la Ver-dad de la Encarnación era explicitada en el libro, objeto sublimedestinado a no perderse en el tiempo y quedar preservado en laBiblioteca.

La memoria cristiana tiene como discurso imperativo el per-durar en el tiempo del advenimiento de Cristo como presente. La

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.154

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 126: Borges en El Centro Del Infinito

155

memoria colectiva, en cambio, es la permanencia y, al mismo tiem-po, la transformación de un discurso mítico a través del cual la cul-tura popular ha procurado transmitir valores, nociones, ejemplosvitales para la supervivencia y por la constante pulsión del Ser(DAHL 1948; SCHONEN 1974).

André Leroi-Gourhan distingue cinco fases en el proceso dela memoria colectiva: la transmisión oral, la transmisión escritamediante códices o índices; aquella de las «fichas simples», la me-canografía y la clasificación electrónica en serie (1964-65: 303-304).Durante el Medioevo, las primeras tres fases eran consideradascomo fundamentales para el proceso de la memoria: si la transmi-sión oral representaba la gran memoria histórica, antigua, queahondaba sus propias raíces en el mito, los códices escritos la per-petúan ad maioram Gloriam Dei, mientras las fichas, o las glosas,consignaban el texto en su proceso hermenéutico final. Se obtieneasí, en síntesis, la tríada de aquellos elementos necesarios para fi-jar, a través del gesto definitivo de la escritura, el conjunto imagi-nario y mimético que opera como mediador de conocimiento entrela realidad y el hombre (BARTHES 1970: 172-229). Los medievales, yDante en primer lugar, habían intuido que el estudio de la memo-ria colectiva era el punto crítico para afrontar los problemas deltiempo y de la historia, y excepcionalmente, en toda aquella cultu-ra, en su aspecto propiamente europeo, la memoria colectiva coin-cidía con la memoria cristiana.

Por ello, a Dante le fue posible concebir una obra como la Co-media, cuyo valor objetivo es el de tener la pretensión de ser «ellibro», una Biblia no escrita por profetas o evangelistas, sino porun hombre de letras que ha sido favorecido por la época en queha visto revivir y unificar la memoria individual y la memoria co-lectiva en la forma milagrosa del repetirse del Hecho cristiano.

La Comedia o el libro, tan soñado y perseguido por Borges, nacede la misión de salvar la humanidad de la perdición e indicarle elcamino de la redención. Como libro, cumple una función educati-va precisa, que es también un intento que podríamos definir comocasi sacramental: la historia del viaje ultraterreno de Dante (del malcastigado a la expiación, mediante la fe, y a la contemplación del

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.155

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 127: Borges en El Centro Del Infinito

156

Bien perfecto) no es sólo la redención individual del autor (algoque lo reduciría a un libro más entre tantos), sino que es la invita-ción a la redención para la humanidad entera por medio del ejem-plo de un individuo. Tal redención, aunque encontrará su verda-dera satisfacción en la vida beata del Paraíso, se inicia aquí en latierra, según la bellísima fórmula dantesca del beatitudo huius vitae.

El libro, entonces, posee en Dante el valor eterno y universal,como el mismo poeta italiano lo expresa en la Epístola XIII a CanGrande della Scala:

El sentido de esta obra no es único, más bien puede decirse depolisemia, es decir de más sentidos; de hecho, el primer senti-do es aquel que está a la letra, el otro es aquel que se ha signifi-cado a través de la letra. Y el primero se llama literal, y el se-gundo alegórico o moral o anagógico. (1965: 343 —traducciónmía.)

No solo la Comedia prevé esta lectura, ya que Dante es toda laobra, o sea, la «concepción» general del libro que se asesta en tornoal sistema polisémico y anagógico del ser un libro escrito dentro dellibro divino. Del mismo modo, la historia en su totalidad resultaanagógica, puesto que ella también resulta ser una peregrinaciónhacia la Historia en una ontología de construcción típicamente me-dieval que había impresionado Borges en el planteamiento de susinterrogantes existenciales. Como metáfora de la peregrinación te-rrestre, Borges empleará la experiencia «polisémica» de la ceguera,así como Dante había utilizado la metáfora del exilio:

¿Quivi si vive e gode del tesoroche s’acquistó piangendo nello essiliodi Babilon, ove si lasció l’oro?40

Dante, así, al igual que Borges, se permite reconsiderar el librocomo un objeto vivo, actual, un fragmento del mundo dotado deuna personalidad propia, que es la extensión de la memoria y tam-bién de la imaginación y del olvido, dado que de ella está com-puesta la memoria, como afirmaría Borges sugestivamente.

4 0 Paradiso, XXIII, 133-135 (en ALIGHIERI 1965: 697).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.156

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 128: Borges en El Centro Del Infinito

157

En los albores del siglo XXI, el libro debe ser reconsiderado comoúnico, original, vigente transmisor de cultura y memoria auténti-ca. Como escribe Alfredo Bryce Echenique: «Ver la versión del Qui-jote en una computadora me hace estar mal. ¡Cómo se puede su-brayar, anotar y personalizar ese texto!» (2002: 10-11).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.157

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 129: Borges en El Centro Del Infinito

159

Borges, como sabe la mayoría de los críticos y lectores borgianos,fue un infatigable lector y admirador de Dante. Sus recuerdos, apropósito, están descritos en una conmovedora prosa autobiográ-fica introducida por el nombre general y genérico de «historia demi comercio personal con la Comedia». Es una referencia curiosa,señal de un compartir con el lector que participa así de la expe-riencia de un maestro. Merece la pena escudriñar otra vez en lamemoria del escritor argentino en «La Divina Comedia»:

Vivía en Las Heras y Pueyrredón, tenía que recorrer en lentos ysolitarios tranvías el largo trecho que desde ese barrio del Nor-te va hasta Almagro Sur, a una biblioteca situada en la AvenidaLa Plata y Carlos Calvo. El azar (salvo que no hay azar, salvoque lo que llamamos azar es nuestra ignorancia de la complejamaquinaría de la casualidad) me hizo encontrar tres pequeñosvolúmenes en la Librería Mitchell, hoy desaparecida, que metrae tantos recuerdos. Esos tres volúmenes (yo debería haber traí-do uno como talismán, ahora) eran los tomos del Infierno, delPurgatorio y del Paraíso, vertidos al inglés por Carlyle... Eranlibros muy cómodos, editados por Dent. Cabían en mi bolsillo.En una página estaba el texto italiano y en la otra el texto eninglés, vertido literalmente. Imaginé este modus operandi: leía

[159]

BORGES EN EL LABERINTO DE DANTE*

En un sueño, Dios le reveló el secreto propósito de su vida y de sulabor; Dante, maravillado, supo al fin quién era y qué era y bendijo

sus amarguras.(J. L. BORGES, El hacedor, «Inferno I, 32»)

* Una primera versión de este trabajó fue publicada en «Borges en el laberintode Dante». Cuadernos literarios, Fondo Editorial UCSS, Lima, 2003-1, pp.38-49.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.159

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 130: Borges en El Centro Del Infinito

160

primero un versículo, un terceto, en italiano; iba siguiendo asíhasta llegar al fin del canto. Luego leía todo el canto en inglés yluego en italiano. [...] Leí así los tres volúmenes en esos lentosviajes de tranvía. Después leí otras ediciones. (Siete noches —2005:III, 228-229)

Lo que nos deja sin palabras (y es una afonía de maravilla yestupor que el mundo de Borges nos ofrece) es que el texto citadoes de 1980. Borges anota los mínimos detalles, confirmando la rei-teración de la lectura de la Comedia, en distintas ediciones, y go-zando de los comentarios, de que, aun más, se distraía. No es unsavant que nos está académicamente derramando encima su sabi-duría intelectual, su amplitud de conocimiento, sino un hombreque ha aprovechado la lectura, se ha emocionado, como repetirá alo largo de sus ensayos dantescos.

Borges se pierde en el laberinto de Dante, como si fuera un nue-vo Teseo que ha ganado el Minotauro, como en «La casa de Aste-rión». Sin embargo, hay algunas diferencias sustanciales que per-miten al escritor una humilde toma de conciencia del interlocutorque Dante representa. Parafraseando a Carlyle, Borges reconoceque el poeta italiano pertenece a un mundo que su literatura in-tenta recrear ya que, definitiva y nostálgicamente, ha sido fragmen-tado en una miríada de visiones. Dante, en cambio, es habitante«de un mundo riguroso» en «que hay un orden. Ese orden corres-ponde al Otro», a Dios (2005: III, 234).

Para Borges, el placer que emana la lectura del poema dantes-co está relacionado con el placer de una confrontación casi místi-co-espiritual con una obra que «durará más allá de nuestra vida»,que «encierra infinitos sentidos y que puede ser comparado con elplumaje tornasolado del pavo real» (2005: III, 228), afirma citandoa Escoto Erígena. Lore Terracini ha escrito que los ensayos de Bor-ges sobre Dante:

Están relacionados en su propio interno por relaciones circula-res. Se trata de varias intervenciones (conferencias, artículos pe-riodísticos, entrevistas, etc.) que tienen —la una con las otras—múltiples encrucijadas, se entrecruzan casi infinitamente en re-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.160

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 131: Borges en El Centro Del Infinito

161

impresiones, aparecen, entre lo hablado, lo escrito y lo reescri-to, desaparecen, se reconstruyen de modo infinito [...]. El dan-tismo de Borges constituye, entonces, un discurso continuo, cuyafragmentación en unidades discretas es, a menudo, ocasional, yse vuelve un terreno seduciente, aunque si accidentado, para lareconstrucción biográfica y editorial. (TERRACINI 1985: 126)41

Aunque sea justificado el juicio de Terracini, confirmado tam-bién por Roberto Paoli, no cabe duda de que se trata de un Borgesdistinto, no dividido, otro tallado peculiar de su personalidad, quesirve para completar su inmensa figura. Es un Borges más cercade su lírica poética, más familiar, intenso y, quizá, más atento aun discurso que pueda llegar a un público amplio que podría noconocer los escritos que le han dado celebridad. Este Borges se nospresenta de una forma particular, afabulatorio, deseoso de comu-nicación por medio de un pathos vívido y re-vivible:

En Dante, como en Shakespeare, la música va siguiendo las emo-ciones. La entonación y la acentuación son lo principal, cada fra-se debe ser leída y es leída en voz alta [...]. El verso siemprerecuerda que fue un arte oral antes de ser un arte escrito, re-cuerda que fue un canto. (2005: III, 229-230)

A Borges le impresionan dos factores teóricos de la poéticadantesca. El primero es que Dante no pretende ofrecernos una ima-gen real del mundo de ultratumba, ni horrorosa ni negra, ni di-chosa ni perfecta, sino una experiencia de conocimiento íntimo,personal, directo, espontáneo, así como lo es el clima de relaciónque establece el poeta con su lector. Se diría, más bien, que Dantenunca se presenta como visionario, en el sentido estrecho del tér-mino, porque «una visión es breve», afirma Borges, «es imposibleuna visión tan larga como la de la Comedia». El segundo factorque Borges destaca es que el rasgo principal y característico de todala obra consiste en la «delicadez»: «la obra está llena de delicias,de deleites, de ternuras», dice Borges en una amorosa y amistosaconversación (2005: III, 230). Amistosa, ya que uno de los temas

4 1 Ahora también en TERRACINI, I codici del silenzio. Alessandria, 1988, pp. 53-69. La traducción es nuestra.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.161

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 132: Borges en El Centro Del Infinito

162

que Borges reconoce en la poesía de Dante es la amistad. Se obtie-ne la impresión de que Dante representa para Borges el autor máxi-mo, el autor de los autores, el poeta que logra profundizar los mis-terios humanos. Si Borges oscila entre la piedad y la admiraciónhacia Virgilio, «alma perdida», «réprobo», «figura esencialmentetriste», en realidad está contemplando la misteriosa elección deDios, que ha elegido, para salvarlo, a un hombre cualquiera, a unhombre-poeta a quien le es permitido ver a Dios mismo y compren-der el universo.

En la biblioteca de Borges, el «divino poema» parece, algunasveces, el «libro», en que se encuentran multiplicados todos los li-bros posibles y las tentativas humanas de alcanzar la Verdad, comosi la fórmula equivalente fuera Comedia = biblioteca. No es casualla descripción de la visión de todos los objetos del mundo, de to-das las citas y de todos los libros en «El Aleph», que ha sido cu-riosamente considerado como el texto que más difusamente con-tiene algunas interesantes referencias intertextuales con la DivinaComedia. Los nombres de los personajes de este cuento son BeatrizViterbo y Carlos Argentino Daneri. No es difícil percibir e indivi-dualizar los motivos que establecen un sutil juego de identifica-ción entre el yo poético, que se presenta bajo la identidad de Bor-ges y el otro escritor del cuento, Daneri, ganador del «Segundo Pre-mio Nacional de Literatura». Es irónico el descubrimiento del Ale-ph por mano del personaje Borges y no por Daneri (en cuyo ape-llido se esconde el principio del nombre de Dante); ni siquiera sepuede evitar la referencia a la mujer amada por Dante mismo. Enlugar de referencia, sería más correcto recordar aquí las poéticasexpresiones de Lisa Block de Behar, según la cual la palabra «cita»en español contiene una dualidad especial y muy significativa, yaque no sólo designa un encuentro textual, sino también una re-unión sentimental, amistosa, en que se funden otras pasiones. Larepetición, también fónica, de palabras y sonidos, que podrían ha-ber existido tiempo atrás como un poema, es un fenómeno esen-cial en la poética borgiana:

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.162

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 133: Borges en El Centro Del Infinito

163

Si para Borges las citas revelan que los autores son lectores quevuelven a escribir lo que ya ha sido escrito, esas vueltas quefundan y conforman su poética, se aproximan a la doctrina queBorges compartía, según la cual el Paraíso exista bajo especie debiblioteca. (1999: 15)

La contemplación de este Paraíso tiene dos elementos que seentrelazan en el texto borgiano: de un lado, la lectura del «Paraí-so» dantesco, al que Borges dedica los últimos tres de los Nueveensayos dantescos: «El Simurgh y el Águila», «El encuentro en unsueño» y «La última sonrisa de Beatriz»; del otro, la visión del Ale-ph, versión moderna de la contemplación de Dios y de su empí-reo. Como Dante, Borges ve el Aleph después de la muerte de Bea-triz Viterbo, su amada; como Dante, él ni siquiera logra describirla tensión suscitada por esta milagrosa visión de un momento, nisiquiera la sensación de perfección y bienestar que la contempla-ción del Aleph deja en su alma:

Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré, su-cesivo, porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré.

En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una peque-ña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio lacreí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilu-sión producida por los vertiginosos espectáculos que encerra-ba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, peroel espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cadacosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yoclaramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi elpopuloso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres deAmérica, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pi-rámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojosinmediatos escrutándose en mí como en un espejo, [...] vi el Ale-ph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara ymis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojoshabían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usur-pan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el in-concebible universo. (2005: I, 666-667)

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.163

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 134: Borges en El Centro Del Infinito

164

Este largo pasaje representa, a nuestro parecer, la transcrip-ción en prosa de la visión divina de Dante; las semejanzas sonnotables. La escritura parece vaciarse o casi perder todo el sentidode existencia en la contemplación de una imagen tan inalcanza-ble como la imagen del fuego en Génesis. Sin embargo, la escritu-ra no puede callarse e intenta una casi imposible representaciónmimética de un puro espíritu. Borges se identifica, de una ciertaforma, con Dante, abarcando toda la imaginación de Dante comosuya, considerando la Comedia un libro cristalino, así como el Ale-ph y el Cristal Egg de Wells, uno de los textos que más ha influi-do, según el autor, en la composición de su cuento. Además, con-sideramos toda la serie de objetos reales, concretos, que forman par-te del imaginario borgiano, en este caso, relacionado con el mun-do medieval, época hacia la que tenía una predilección particular,sobre todo por su experiencia cultural nórdica: la escalera, quesimboliza la presumida salvación; la esfera que muta, cambia (yno olvidemos que son representadas bajo forma de esferas los cie-los en que está dividido el paraíso dantesco); un «intolerable ful-gor», que produce un movimiento casi celestial, ilusión produci-da por «los espectáculos que encerraba». La fantasmagórica seriede «vi» con que el protagonista admira y contempla «el objeto se-creto [...] que los hombres usurpan» termina con los mismos argu-mentos con que se concluye el poema dantesco: Borges, alter egode Dante, siete siglos después, deforma y pierde los elementos vi-tales, olvidando las imágenes eternas y transformando su expe-riencia liminar en una auténtica visión.

Dante es el maestro con quien Borges puede dialogar en unaespecie de aprendizaje humilde, manso, y al mismo tiempo rico,proficuo. Dante es el compañero de un viaje metafórico y espiri-tual cuyo tema de fondo es la amistad. Justamente, Roberto Paoliha subrayado cuán importante resulta el motivo de la amistad enla literatura borgiana y cuánta influencia receptiva existe en la obrade Borges a partir de parejas de amigos en la literatura universal,sobre todo inglesa, americana y argentina. Son éstos los ámbitosculturales en los que Borges se mueve fácilmente y, según Paoli, la

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.164

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 135: Borges en El Centro Del Infinito

165

recepción de literaturas que han preferido el realismo objetivo, de-tallado, minucioso, al lirismo subjetivo, contemplativo, en él ha fa-vorecido el merito «di non aver scambiato Dante per un visiona-rio» y de haber interpretado el Infierno dantesco como «un luogodove avvengono fatti atroci, non un luogo propriamente atroce»(1992: 15).

Toda la obra de Borges está invadida por un espíritu dantes-co, no sólo cuando presenta infiernos, laberintos y sueños que sonsiempre pesadillas, sino también cuando intenta reproducir esti-lísticamente unos rasgos típicos de Dante. Como en el «Poema con-jetural», donde a partir del monólogo dramático, a la manera deRobert Browning, presenta, sub specie poesiae, las últimas reflexio-nes sobre la vida, la guerra y el mal del mundo, de Francisco La-prida, antepasado del poeta, asesinato «el día 22 de septiembrede 1829 por los montoneros de Aldao». A través de Browning, Bor-ges se fija sobre el procedimiento dantesco de presentar unas al-mas ya fallecidas o en punto de muerte que cuentan sus propiasvicisitudes existenciales, especialmente aquellas relativas a las úl-timas horas antes del deceso. El «Poema conjetural» forma partedel «fervor» de Borges hacia el poeta de la Comedia; Borges ni si-quiera esconde referencias intertextuales evidentes, como en lasprimeras líneas, cuando parangona la vida de su antepasado (elyo narrante poético): «aquel capitán del Purgatorio / que huyen-do a pie y ensangrentando el llano, / fue cegado y tumbado por lamuerte / donde un oscuro río pierde el nombre, / así habré decaer. Hoy es el término» (2005: II, 261). El héroe del Purgatorio, aquícitado, no es de difícil reconocimiento: se trata de Buonconte daMontefeltro («Purgatorio» V, 85-129), comandante del ejército are-tino en la guerra contra Florencia, asesinado durante la batalla deCampaldino, cuyo cuerpo «gelato in su la foce / trovó l’Archianrubesto, e quel sospinse / nell’Arno, e sciolse al mio petto la croce/ ch’i’ fe’ di me quando ‘l dolor mi vinse» (V, 124-27). Y los dospersonajes reencuentran en la hora fatal «la recóndita clave de misaños [...] la letra que faltaba, la perfecta / forma que supo Diosdesde el principio» (2005: II, 262). Si para el antepasado de Borges

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.165

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 136: Borges en El Centro Del Infinito

166

se trata del descubrimiento del «secreto latinoamericano» (es de-cir, de la lucha por la independencia y de la unidad intrínseca delas tierras del continente), para Buonconte, la experiencia no esdisímil: el secreto de su propia vida terrena se le desvela gracias aotra «letra que faltaba» y que correspondía al pronunciamiento dela palabra de «perdón» que le será extraordinariamente salvífica:«quivi perdei la vista e la parola; nel nome di Maria fini’, e quivi /caddi e rimase la mia carne sola» (V, 100-102). La muerte revela,entonces, para ambos un «insospechado rostro eterno» que se daa quien percibe que todo ha sido ya decidido y tejido «desde undía de la niñez». Es una experiencia posible también sólo «per unalacrimetta» que rescata el coraje perdido, la voluntad heroica ma-nifestada durante la batalla, la derrota por obra de la muerte. Elpoema de Borges es ejemplar por la unión casi milagrosa del mun-do ético y de la concepción política y metafísica de Borges y Dan-te, como si el poeta argentino reencontrara su propia identidad enuna imagen especular de Dante.

Más allá de la abierta intertextualidad con el «Purgatorio», na-turalmente, otros momentos de la Divina Comedia atraen el interésy el comentario borgiano, revelando así interpretaciones origina-les y especiales actitudes poéticas que ofrecen una nueva luz paralos exegetas de la obra de Borges. El episodio de Paolo y Frances-ca es uno de los más famosos y más poéticos.

Borges inmortaliza dicho episodio en un poema y en un co-mentario de los Nueve ensayos dantescos. El poema, intitulado «In-ferno, V, 129» (2005: III, 353), empieza con una lectura típicamenteborgiana, en la que Paolo y Francesca se identifican con los perso-najes del libro que están leyendo, porque son ellos mismos. En larepercusión especular que el libro provoca en los lectores, «hanencontrado al otro». Borges está de acuerdo con Dante, piadosocon el destino infeliz de Francesca: los dos amantes «no han trai-cionado a Malatesta, / porque la traición requiere un tercero / ysólo existen ellos dos en el mundo». La fascinación de Borges porestos dos personajes consiste en el juego de espejos que puede re-velar la literatura: ensimismarse con Tristán e Isolda es, al mismo

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.166

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 137: Borges en El Centro Del Infinito

167

tiempo, ser los dos antiguos amantes, repitiendo así el mismo ca-mino áspero y trágico. En la mirada de Borges, Paolo y Francescason «formas de un sueño que fue soñado / en tierras de Bretaña»,pero se trata de espejos infinitos, de ecos de la imaginación que seentrelazan con la realidad: «Otro libro hará que los hombres / sue-ños también, los sueñen». También Borges está siendo reflejo de«un libro tan infinito como la Comedia» (2005: III, 390); a su vez, élse ve sumergido en el proceso de identificación intertextual con laobra dantesca e interpreta la postura de Dante, viajero infernal,como una lectura poética y filosófica de su propia weltanschaaung:

Dante comprende y no perdona, tal es la paradoja insoluble. Yotengo para mí que la resolvió más allá de la lógica. Sintió (nocomprendió) que los actos del hombre son necesarios y que asi-mismo es necesaria la eternidad, de bienaventuranza o de per-dición, que éstos le acarrean. (2005: III, 392)

Para Borges, Dante comprende y no perdona, siente y no com-prende. Esta conjetura ilógica le parece la verdadera porque él con-sidera a Dante como un libro o una hipóstasis de Dios. Dante, en-tonces, no puede perdonar por su misma naturaleza humana yno divina, pero puede percibir que cada acto sea indiscutiblemen-te eterno y precisamente necesario porque en esto acepta, comobuen discípulo criado por la filosofía tomista, la lógica ilógica, esdecir, misteriosa, de Dios.

Que Borges admire a Dante es destacable también en la perso-nalización del motivo dantesco del viaje y del sueño: «excesiva-mente» borgiana es la noción de que los personajes y el viaje aultratumba representen formas del incipiente sueño de Dante don-de figuras como Homero, Horacio, Ovidio, Lucano, que Dante mis-mo encuentra en el IV canto del Infierno, no son sino «proyeccio-nes o figuraciones de Dante, que se sabía no inferior a esos gran-des, en acto o en potencia. Son tipos de lo que ya era Dante, parasí mismo y previsiblemente sería para los otros. Un famoso poeta»(BORGES 2005: III, 382).

Dante posee la bendición celeste de ver a quienes, por volun-tad de Otro, no han podido reconocer a Cristo y seguir sus hue-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.167

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 138: Borges en El Centro Del Infinito

168

llas; es decir, que, con su obra, él percibe en un acto mágico y mi-lagroso la intersección entre la causalidad y el destino, y desdeeste momento, se le otorga el conjunto de las posibilidades de loque habría podido ser en una hipótesis remota pero posible.

En los Nueve ensayos dantescos existe otro problema enfrentadopor Borges entre hermenéutica textual y reflejo de su propia poéti-ca: la actitud de Dante (de cada lector y de Borges mismo) frente alconde Ugolino. La lectura de Borges es fascinante; él afirma que,considerando la narración dantesca, el problema histórico del ca-nibalismo del conde queda insoluble, enigmático. Sin embargo, elproblema estético tiene «otra índole». El genio de Borges, que es-candalla todas las posibilidades de la razón humana en un vórti-ce caleidoscópico, nos convence de que Ugolino della Gherardes-ca no comió la carne de sus hijos, pero que Dante quiso «sí que losospechemos». Borges nos advierte, además, que la sospecha queDante provoca en sus lectores es en realidad la misma que el poe-ta tuvo ya que, según la lectura borgiana, «Pienso que Dante nosupo mucho más de Ugolino que lo que sus tercetos refieren» (2005:III, 385).

En definitiva, afirma Borges, Dante soñó la imagen nefanda,cruel de los prisioneros en la Torre del Hambre, pero sobre todosoñó la «ondulante imprecisión», es decir, la incertidumbre del he-cho ocurrido.

En otro ensayo, Borges se plantea el problema de que Danteconociera o no las visiones del diácono Beda el Venerable, autorde la Historia Eclesiástica Gentis Anglorum, y que se encuentra en elcanto X del «Paraíso» (X, 130-132) y en la «Epístola» XI (parte 7),dedicada a los cardenales de Florencia.42 En este caso Borges serevela, una vez más, como autor universal, un «Pastor del Ser»,para decirlo con las palabras de Heidegger, que concibe la forma

4 2 Dante cita a Beda como uno de los teólogos más apasionados de la fe cristianay lamenta su olvido en la nueva tendencia cardenalicia a preferir la avidez y lausura en lugar de la caridad, «madre de la piedad y de la justicia». Así: «IacetGregorius tus in telis aranearum; iacet Ambrosius in neglectis clericorumlatibulis; iacet Augustinus abiectus, Dionysius, Damascenus et Beda». VéaseALIGHIERI 1965: 339.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.168

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 139: Borges en El Centro Del Infinito

169

de la literatura como la metáfora de la sabiduría y revelación divi-na (léase también el maravilloso cuento «La Biblioteca de Babel»).Borges cree que Dante nunca tuvo la oportunidad de leer la obramonumental de Beda y, aún más, que nunca pudo sentirse atraí-do por la historia de un país como Inglaterra, lejano y poco esti-mulante desde el punto de vista cultural. El tipo de trabajo quecuestiona Borges es un acto literario comparatista, es la defensade la literatura como espíritu puro; por lo tanto, «[i]nvestigar susprecursores no es incurrir en una miserable tarea de carácter jurí-dico o policial; es indagar los movimientos, los tanteos, las aven-turas, las vislumbres y las premoniciones del espíritu humano»(2005: III, 397).

Así, las investigaciones de Borges son el ejemplo de un cuestio-namiento auténtico frente a la lectura, una invitación al trabajo in-telectual como operación saludable y terapéutica. En Borges, la ex-periencia inalcanzable, mística de la lectura puede, de hecho, pro-vocar una extraordinaria felicidad mental que no es fácil revivir den-tro de los actos imperfectos bajo los que subyace la existencia. Cadatexto (o en este caso, cada verso de la Comedia) reenvía a otro, enuna dinámica universal que es la perspectiva de curiosidad e inte-ligencia que caracteriza a Borges. Un breve itinerario fantástico, porejemplo, nos concede Borges comentando el celebrado verso «Dolcecolor d’oriental zafiro» («Purgatorio», I, 13); después se detiene enla consideración del «águila» como una de las figuras memorablesde la literatura occidental y oriental. Borges nos hipnotiza revelan-do la extraordinaria coyuntura de dos culturas consideradas aje-nas: el águila como emblema común a ambas culturas (y al mundo)compuesto de un ser que contiene otros seres. Borges describe queun siglo antes de que Dante concibiera este emblema, símbolo ma-nifiesto del Imperio (véase «Paraíso», XVIII, 106-108 y XIX, 1-12), unpersa, Farid al-Din Attar, inventó el extraño Simurgh, un pájaro he-cho de treinta pájaros, que son el Simurgh mismo, que a su vez esen cada pájaro. Hay una similitud entre el águila y el Simurgh: am-bos emblemas representan a los hombres que, «peregrinos buscanuna meta ignorada» (BORGES 2005: III, 403). La belleza, la compleji-dad y la enigmicidad de los emblemas prefiguran que «esa meta,

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.169

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 140: Borges en El Centro Del Infinito

170

que sólo conoceremos al fin, tiene la obligación de maravillar y noser o parecer una añadidura» (2005: III, 403).

«Los buscadores son lo que buscan», concluye Borges, por esoDante logra contemplar a Dios y perderse en la mirada de Beatriz.Esta figura, junto con su «adoración idolátrica, se presenta a losojos de Dante como castigadora, en el sentido etimológico del tér-mino, purificadora. Es bastante obvio subrayar el carácter severode Beatriz, sin embargo, en Borges, la explicación se debe a lo queregistró Dante en la Vita nuova:

Dante, muerta Beatriz, perdida para siempre Beatriz, jugó conla ficción de encontrarla, para mitigar su tristeza; yo tengo paramí que edificó la triple arquitectura de su poema para interca-lar ese encuentro [...]. Negado para siempre por Beatriz, soñócon Beatriz, pero la soñó severísima, pero la soñó inaccesible,pero la soñó en un carro tirado por un león que era un pájaro yque era todo pájaro o todo león cuando los ojos de Beatriz loesperaban («Purgatorio, XXXI, 121). [...] Infinitamente existió Bea-triz para Dante. (BORGES 2005: III, 406-407)

Según Borges, Dante viajó y soñó con el triple y fatigosísimoviaje, y creó todo el excepcional andamio geográfico y formal-es-tructural de la Comedia por una mujer (signo real de otra y másprofunda realidad) a quien él «reza como a Dios, pero tambiéncomo a una mujer anhelada» (2005: III, 410) —véase el maravillo-so pasaje «Paraíso», XXXI, 79-93. Beatriz, que aparece en los dosúltimos ensayos, es percibida por Borges como protagonista de unaescena imaginaria. Afirma Borges que mientras que a nosotros lafigura de Beatriz parece y permanece real, para Dante desapareceen la rosa dichosa de los santos. La imaginación poética rinde esteencuentro paradigmático y eterno.

Hemos dejado para el final el análisis de Ulises. Este persona-je ocupa un lugar muy peculiar en los escritos y poemas de Bor-ges; Ulises retorna incesantemente en el imaginario-cosmos delpoeta argentino y funciona como imagen especular y arquetípicadel hombre y de su deseo de conoscenza y de su sed implacable desaber. Este tema en Borges es tan vasto que merece, sin duda, unestudio particularmente detallado. Intentamos en este lugar ofre-

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.170

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 141: Borges en El Centro Del Infinito

171

cer un breve excursus de las composiciones más significativas enque Dante y Ulises se mezclan, ya que Borges es uno de los auto-res del siglo pasado que ha elaborado una relectura del mito odi-seico filtrándolo del complejo mundo dantesco, más que de la fi-guración original homérica.

En el ensayo «El último viaje de Ulises», Borges plantea unaequivalencia entre Dante y Ulises: ambos son aventureros y pre-tenden, como sugiere Ruegg, citado por Borges, alcanzar «las me-tas más difíciles y remotas». Escribe Borges:

La acción de Ulises es indudablemente el viaje de Ulises, por-que Ulises no es otra cosa que el sujeto de quien se predica esaacción, pero la acción o empresa de Dante no es el viaje de Dan-te, sino la ejecución de su libro […]. Dante era teólogo: muchasveces la escritura de la Comedia le habrá parecido no menos ar-dua, quizá no menos arriesgada y fatal, que el último viaje deUlises. (2005: III, 387-388)

Borges quiere decir, en una lectura apasionante y moderna delmito de Ulises, que Dante se identifica con el temerario desafiadordel universo, aquel que había superado las columnas de Hércu-les; Dante, de una cierta forma, no condena a Ulises porque nopuede, ya que sería condenarse a sí mismo, a su viaje y a su ope-ración textual e intelectual. La carga emocional que el fandi factorUlises transmite en Dante observador es la de verse reflejado y con-denado si hubiera nacido en otros tiempos, en otra época. Conclu-ye Borges que «Dante fue Ulises y de algún modo pudo temer elcastigo de Ulises» (2005: III, 388). Sin embargo, si él temió el casti-go divino por tan grande atrevimiento, habría contradicho su pro-funda fe religiosa y el mandamiento de purificación de los bienesmateriales terrestres. Dante compone un poema donde mística ypoesía, filosofía y teología se entrelazan, pero su fin altamente re-ligioso y social no podía dejar de ser sellado por la voluntad divi-na, cuyo objeto era revelar lo que Dios ha dispuesto para la salva-ción de todo el género humano. Es inevitable que Borges no sientauna afinidad electiva con Dante. También su obra es un conjuntode mística y poesía, filosofía y teología: sólo Beatriz, mujer de lacual Dante pudo decir lo que nunca se había dicho de ninguna

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.171

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 142: Borges en El Centro Del Infinito

172

mujer, está ausente en el camino del poeta argentino, como hemosya considerado tratando El Aleph.

Con el episodio de Ulises, Borges esconde artísticamente suspropios datos biográficos y psicológicos: afloran experiencias se-cretas, íntimas reflexiones. Ulises representa uno de los subtemasdel vasto mundo imaginativo borgiano. Recordaremos algunas lí-ricas como «Proteo», «El desterrado», de La rosa profunda (1975);«Un escolio», de Historia de la noche (1977); «Reliquias» y «Alguiensoñará», de Los conjurados (1985).

Borges acoge en su poética la versión odiseica de Dante como sifuera la propia. Ulises es perseverante, permanentemente exiliado,proteico, orgulloso desafiador del conocimiento, laberíntico él mis-mo; en toda su multiforme personalidad, Ulises es Dante para Bor-ges, y es él mismo reflejado en un mito antiguo regenerado, nueva-mente inventado y poseído. Dante no sólo se pierde, sino tambiénse reencuentra en el laberinto de Dante, porque él mismo siente serespejo de Dante, juego de la realidad divina, casi alegoría dantesca.

Por otro lado, Borges profetiza que la Comedia «durará más alláde nuestra vida, mucho más allá de nuestras vigilias y que seráenriquecida por cada generación de lectores» (2005: III, 228).

Para Borges la lectura de un libro, y aun más, del poema dan-tesco, es inagotable, así como se pensaba en la Edad Media: lo tes-timonia la constante utilización del escolio, un método de estrati-ficación hermenéutica que también el poeta argentino apreciaba ydel que algunas veces se había apropiado en su poesía. A este pro-pósito, las primeras páginas de Siete noches, dedicadas a la Come-dia, son una auténtica apología a la Edad Media:

La idea de un texto capaz de múltiples lecturas es característicade la Edad Media, esa Edad Media tan calumniada y complejaque nos ha dado la arquitectura gótica, las sagas de Islandia y lafilosofía escolástica en la que todo está discutido. (2005: III, 228)

Quizá sería posible considerar a Borges como un verdaderohombre de letras medieval, un hermano de Dante, perdido en unsiglo que, por un juego del destino o por una ficción divina, noera el suyo.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.172

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 143: Borges en El Centro Del Infinito

173

ABADI, Marcelo

[s/f] «Spinoza in Borges’ looking glass», en Borges Studies on Line, J.L. Borges Center for Studies & Documentation.

<http://www.hum.au.dk/ romansk/borges/bsol/abadi.htm>.ADORNO, Theodor

1979 Minima moralia. Meditazioni della vita offesa. Torino: Einaudi.AGHEANA, Ion T.1990 Reasoned Thematic Dictionary of the Prose of Jorge Luis Borges. Han-

nover-New Hampshire: Ediciones del Norte.

ALAZRAKI, Jaime1974 La prosa narrativa de Jorge Luis Borges. Madrid: Gredos.1977 Inversiones. Reversiones. El espejo como modelo estructural del relato

en los cuentos de Borges. Madrid: Gredos.

ALIGHIERI, Dante1965 Tutte le Opere. Firenze: Sansoni.1986 La vida nueva. Madrid: Alianza Editorial.AMÍCOLA, José y Graciela SPERANZA (eds.)

1998 Encuentro Internacional Manuel Puig. Rosario: Beatriz ViterboEditora.

ARRIGUCCI Jr., Davi[s/f] Mestizo y paradójico Guimarães Rosa, en «Proyecto Patrimonio.

Archivo João Guimarães Rosa»: <http://www.letras.s5.com/rosa201102.htm>.

BIBLIOGRAFÍA

[173]

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.173

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 144: Borges en El Centro Del Infinito

174

BAJTÍN, Mijail1990 La cultura popular en la edad media y el renacimiento. Madrid: Alianza

Editorial.

BALDERSTON, Daniel1999 Borges: una enciclopedia. Buenos Aires: Norma.BARRENECHEA, Ana María1967 La expresión de la irrealidad en la obra de Borges. Buenos Aires:

Centro Editor de América Latina.BARTH, John[s/f] «“The Parallels!” Italo Calvino and Jorge Luis Borges», en Con-

text. A Forum for Literary Arts and Culture. n.º 1, edición electrónica.

<http://www.centerforbookculture.org/context/no1/barth.html>.BARTHES, Roland1970 «L’ancienne rhétorique, aide-mémoire». Communications, 16,

1970: 172-229.

BIOY CASARES, Adolfo & Jorges Luis BORGES

1999 Seis problemas para don Isidro Parodi. Madrid: Alianza editorial:Biblioteca Borges.

BIOY CASARES, Adolfo & Jorge Luis BORGES (eds.)

1943 Los mejores cuentos policiales. Buenos Aires: Emecé.BLANCHOT, Maurice1959 Le livre à venir. París: Gallimard.BLOCK DE BEHAR, Lisa

1987 Al margen de Borges. Buenos Aires: Siglo XXI.1991 «Narration under Discussion: A Question of Men, Angels, Pro-

per Names and Pronouns». World Literature Today, University ofOklahoma, vol. 65, n.° 4: 607-616.

1994a Una retórica del silencio. Buenos Aires: Siglo XXI (1.ª ed. 1984).1994b Una palabra propiamente dicha. Buenos Aires: Siglo XXI.1999 Borges. La pasión de una cita sin fin. México: Siglo XXI.[s/f] «Recuerdos de cine y variaciones sobre notas al pie», en <http:/

/www.querencia.psico.edu.uy/revista_nro5/lisa_block.htm>.BLOOM, Harold1975 A Map of Misreading. Nueva York: Oxford University Press.BORGES, Jorge Luis

1977 Obra poética (1923-1977). Buenos Aires: Emecé Editores.1992 «La belleza no es un hecho extraordinario». Cuadernos Hispano-

americanos. Homenaje a Jorge Luis Borges, 505-507 (julio-septiembre).

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.174

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 145: Borges en El Centro Del Infinito

175

BORGES, Jorge Luis1999 Borges en Sur 1931-1980. Buenos Aires: Emecé.2005 Obras completas, en cuatro volúmenes. Buenos Aires: Emecé

Editores.

BORGES, Jorge Luis & Delia INGENIEROS

1951 Antiguas literaturas germánicas. México: Fondo de Cultura Eco-nómica.

BRODSKI, Iosif

1992-1996 Sochinenia Iosifa Broskogo [Obras de Iosif Brodski], vols. 1-4. San Petersburgo: Pushkinski Fond.

BRYCE ECHENIQUE, Alfredo2002 «El placer de la palabra escrita». El Dominical de El Comercio, 23

de junio, pp. 10-11.BURGIN, Richard1974 Conversaciones con Jorge Luis Borges. Madrid: Taurus.BUSQUETS, Loreto

1992 «Borges y el barroco». Cuadernos Hispanoamericanos. Homenaje a

Jorge Luis Borges, 505-507 (julio-septiembre), pp. 299-319.CALABRESE, Omar1987 L’etá neobarocca. Bari: Laterza.

CALVINO, Italo1967 Ti con zero. Torino: Einaudi.1983 Palomar. Torino: Einaudi.1988 Lezioni Americane. Milano: Garzanti.

2001 «Jorge Luis Borges». Saggi 1945-1985, vol. 1, bajo el cuidado deMario Barenghi. Milán: Mondadori.

2002 Se una notte d’inverno un viaggiatore. Milán: Mondadori.CANFIELD, Martha

1999 «Borges: del Minotauro al signo laberíntico», en TORO, Alfonsode y Susanna REGAZZONI (eds.), El signo de Borges, vol. II: Literatura-Ciencia-Filosofía, Fráncfort: Vervuert-Iberoamericana, pp. 67-76.

CAÑEQUE, Carlos

1995 Conversaciones sobre Jorge Luis Borges. Barcelona: Destino.CARPENTIER, Alejo1981 «Lo barroco y lo real maravilloso», en La novela latinoamericana

en vísperas de un nuevo siglo. México: Siglo XXI.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.175

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 146: Borges en El Centro Del Infinito

176

CARRIZO, Antonio1986 Borges el memorioso. Conversaciones de Jorge Luis Borges. Buenos

Aires: Fondo de Cultura Económica.CAVALCANTI, Guido

1996 Rime. Milán: BUR.CERVERA SALINAS, Vicente1992 La poesía de Jorge Luis Borges: historia de una eternidad. Murcia: Ed.

Universitaria.

CONNERTON, Paul1989 How societies remember. Cambridge: Cambridge University Press.COZARINSKY, Edgardo1974 Borges y el cine. Buenos Aires: Sur.

CUESTA ABAD, Jose María1995 Ficciones de una crisis: poética e interpretación en Borges. Madrid:

Gredos.CURTIUS, Ernst Robert

1955 Literatura Europea y Edad Media latina. México: Fondo de CulturaEconómica.

DAHL, N.-A.1948 «Anamnésis. Mémoire et commémoration dans le Christianis-

me primitif». Studia Theologica, I, 4: 69-95.DELEUZE, Gilles1968 Différence et répétition. París: Presses Universitaires de France.1983 L’image-mouvement. Cinéma 1. París: Minuit.

DORFLES, Gillo1985 Architetture ambigue. Bari: Dedalo.DOSTOIEVSKI, Fiodor1982 «El Doble», en Obras completas en cuatro tomos, traducción de Ra-

fael Cansinos Assens, tomo I. México: Aguilar.ECO, Umberto1968 Apocalípticos e integrados. Barcelona: Lumen.1999 I limiti dell’interpretazione. Milán: Bompiani.

FARAL, Edmond1962 Les arts poétiques du XII et XIII siècle. París: Champion.FERNÁNDEZ-MORENO, César (ed.)1972 América Latina en su literatura. México: Siglo XXI.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.176

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 147: Borges en El Centro Del Infinito

177

FERRARI, Osvaldo1987 Jorge Luis Borges. Diálogos últimos. Buenos Aires: Sudamericana.FLORÈS, Cesar1972 La mémoire. París: Presses Universitaires de France.

GARCÍA, Jorge J. E.; Carolyn KORSMEYER & Rodolphe GASCHÉ (eds.)2002 Literary Philosophers: Borges, Calvino, Eco. Nueva York: Routledge.GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo1992 La poesía de Borges y otros ensayos. Madrid: Mondadori.

GARCÍA-RAMOS, Juan Manuel (ed.)1991 Manuel Puig. Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica.GENETTE, Gérard1989 Palimpsestos. La literatura en segundo grado. Madrid: Taurus.

GERTEL, Zunilda1999 «Paradojas de la identidad y la memoria de “El acercamiento a

Almotasim” a “La memoria de Shakespeare”», en TORO, Alfonsode & Susanna REGAZZONI (eds.). El siglo de Borges, vol. II: Literatura-

Ciencia-Filosofía. Madrid-Fráncfort: Iberoamericana-Vervuert, pp.85-101.

GRAU, Cristina1997 Borges y la arquitectura. Madrid: Cátedra.

GUILLÉN, Claudio1985 Entre lo uno y lo diverso. Introducción a la literatura comparada. Bar-

celona: Editorial Crítica.GUIMARÃES ROSA, João

1969 Primeras historias, traducción de Virginia Fagnani Wey. Barcelo-na: Seix Barral.

HALBWACHS, Maurice1950 La mémoire collective. París: Presses Universitaires de France.

HAUSER, Arnold1969 Literatura y manierismo. Madrid: Ed. Guadarrama.JOZEF, Bella[s/f] «Manuel Puig: las máscaras y los mitos en la noche tropical»,

en <http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v1n1/ens_06.htm>.KLAHN, Norma y Wilfrido H. CORRAL (org.)1991 Los novelistas como críticos, vol. II. México: Fondo de Cultura

Económica.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.177

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 148: Borges en El Centro Del Infinito

178

KNIGHT, Deborah2002 «Intersections», en GARCÍA, KORSMEYER & GASCHÉ 2002.KRISTAL, Efraín2002 Invisible Work. Borges and Translation. Vanderbilt University Press.

KRYSINSKI, Wladimir2002 «Borges, Calvino, Eco», en GARCÍA, KORSMEYER & GASCHÉ 2002.LA CAPRA, Dominick1998 History and Memory alter Auschwitz. Nueva York: Cornell Uni-

versity Press.LE GOFF, Jacques1979 «Memoria», en AA.VV. Enciclopedia Einaudi, vol. VIII. Torino: Ei-

naudi, pp. 347-400.

LEROI-GOURHAN, André1964-65 Le geste et la parole, vol 1 y 2. París: Michel.LEZAMA LIMA, José1953 Analecta del reloj. La Habana: Orígenes.

MACFADYEN, David1998 Brodsky and the Baroque. Montreal: McGill-Queen’s University

Press.MARAVALL, José Antonio

1985 La cultura del barocco. Bologna: Il Mulino.MATEOS, Zulma1998 La filosofía en la obra de Jorge Luis Borges. Buenos Aires: Biblio.MELCHIORI, Giorgio

1983 «Introducción» a William Shakespeare, Le tragedie. Milán: Mon-dadori (Collezione I Meridiani).

MERLEAU-PONTY, Maurice1964a L’œil et l’esprit. París : Gallimard.

1964b Le visible et l’invisible, suivi de Notes de Travail. París: Gallimard.METZ, Christian1977 Le signifiant imaginaire. París: Christian Bourgois.MOLLOY, Sylvia

1979 Las letras de Borges. Buenos Aires: Sudamericana.NORA, Pierre1991 «Entre mémoire et histoire. La problématique des lieux», en Les

lieux de la mémoire I. La République. París: Gallimard.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.178

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 149: Borges en El Centro Del Infinito

179

NÚÑEZ-FARACO, Humberto2001 «History and Allegory in Borges’s La escritura del dios». Neophi-

lologus, n.º 85: 225-243.NUÑO, Juan

1986 La filosofia de Borges. México: Fondo de Cultura Económica.OLBRECHTS-TYTECA, Lucia1974 Le comique du discours. Bruxelles: Editions de l’Université de

Bruxelles.

OLEA FRANCO, Rafael (ed.)1999 Borges: desesperaciones aparentes y consuelos secretos. México: Co-

legio de México.ORDÓÑEZ VILÁ, Monteserrat

1993 «El oficio de escribir», en DAVIES, Catherine (ed.), Women Writers

in Twentieth Century Spain and Spanish America. Nueva York: EdwinMeller Press.

OROZCO DIAZ, Emilio

1975 Manierismo y Barroco. Madrid: Cátedra.OVIEDO, José Miguel2001 Historia de la Literatura Latinoamericana, en cuatro volúmenes.

Madrid: Alianza. Vol. IV: De Borges al presente, pp. 15-38.

PAGEAUX, Daniel-Henri2003 «Fragmentos seleccionados del capítulo 3: Lecturas del volumen:

La Littérature générale et comparée. Colin. París. 1994». El hilo de la

fábula. Revista del Centro de Estudios Comparados. Facultad de

Humanidades y Ciencias. Universidad Nacional del Litoral, SantaFe, n.º 1, pp. 128-142.

PAOLI, Roberto1992 Tre saggi su Borges. Roma: Bulzoni.

PARODI, Cristina1999 «Borges y la subversión del modelo policial», en OLEA FRANCO 1999.PAZ, Octavio1959 El laberinto de la soledad. México: Fondo de Cultura Económica.

PELEGRÍN, Benito1983 Art et figures de l’esprit. París: Seuil.PELLIZZI, Federico1997 «Metafore della distanza in Borges e Calvino». Strumenti Critici,

año XII, n.º 2, mayo: 291-308.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.179

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 150: Borges en El Centro Del Infinito

180

PÉREZ, Alberto Julián1986 Poética de la prosa de Jorge Luis Borges. Hacia una crítica bakhtiniana

de la literatura. Madrid: Gredos.PEROSA, Sergio

1968 Introduzione a William Shakespeare, Antony and Cleopatra. Bari:Adriatica.

PIGLIA, Ricardo[s/f] «Shakespeare y el último relato. La memoria ajena», website:

<www.clarin.com/diario/especiales/ Borges/html/Piglia.html>.PIMENTEL PINTO, Julio2000 «Borges, una poética de la memoria», en ROWE, William; Clau-

dio CANEPARI & Annick LOUIS (comps.), Jorge Luis Borges. Intervencio-

nes sobre pensamiento y literatura. Buenos Aires: Paidós, pp. 155-164.PONIATOWSKA, Elena

1990 Todo México, tomo I. México: Editorial Diana.

PRIETO INZUNZA, Angélica

1987 «La muerte y la brújula. Una lectura paródica del relato policial». Textocrítico, n.º 36-7, vol. 13, pp. 79-91.

PROUST, Marcel1954 A la recherche du temps perdu, vol. 3. Le temps retrouvé. París:

Gallimard-Ed. La Pléiade.PUIG, Manuel1976 El beso de la mujer araña. Buenos Aires: Seix Barral.REST, Jaime

1976 El laberinto del universo. Borges y el pensamiento nominalista. Bue-nos Aires: Fausto ed.

RIFFATERRE, Michael1984 «Intertextual Representation: On Mimesis as Interpretative Dis-

course». Critical Inquiry, n.º 11.RODRÍGUEZ MONEGAL, Emir1972 Narradores de esta América, vol. 2. Montevideo: Editorial Alfa.1978 Jorge Luis Borges. A Literary Biography, Nueva York: Dutton.

1987 Borges: Una biografía literaria. México: Fondo de Cultura Económica.RUFFINELLI, Jorge1974 «Entrevista». Plural, n.º 35, México, agosto.SAER, Juan José

1997 El concepto de ficción. Buenos Aires: Ariel.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.180

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 151: Borges en El Centro Del Infinito

181

SAMUEL, Raphael1995 Theatres of Memory, vol. I: «Past and Present in Contemporary

Culture». Londres: Verso.SANTOS, Lidia

2002 «Los hijos bastardos de Evita, o la literatura bajo el manto deestrellas de la cultura de masas». Cuadernos de Literatura, vol. VIII,n.° 15, Bogotá: Universidad Javeriana.

SARDUY, Severo

1972 «Barroco y neobarroco», en FERNÁNDEZ-MORENO, C. (ed.). América

Latina en su literatura. México: Siglo XXI.1974 Ensayos generales sobre el Barroco. México: Siglo XXI.SARLO, Beatriz

[s/f] «Lectura, cita, reescritura», en Revista Clásica: Arte & Cultura.<http://www.revistaclasica.com.ar/99-12/nota02.htm>.

SCHEINES, Graciela1992 «Las parodias de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares». Cua-

dernos Hispanoamericanos, n.º 505-507, julio-septiembre, pp. 525-533.SCHONEN, Scania de1974 La mémoire: connaissance active du passé. París-La Haya: Mouton.SCHOPENHAUER, Arthur

1960 El mundo como voluntad y representación. Buenos Aires: Aguilar.SKLOVSKIJ, Viktor1979 Teoria della prosa. Torino: Einaudi.SORRENTINO, Fernando

1992 Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares. Buenos Aires: Sudame-ricana.

STAROBINSKI, Jean1993 «Prefazione» a Italo Calvino, Romanzi e racconti, editor Claudio

Milanini, bajo el cuidado de Mario Barenghi. Milán: Mondadori.STEINER, George1992 After Babel. Aspects of Language and Translation. Oxford: Oxford

University Press.

TALENS, Jenaro1991 Elementos para una semiótica del texto artístico. Madrid: Cátedra.TERRACINI, Lore1985 «Borges e Dante», en BECCARÍA, Gianluigi (ed.). Letture Classensi,

vol. XIV, Ravenna, pp. 121-136.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.181

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om

Page 152: Borges en El Centro Del Infinito

182

TYNIANOV, Yuri1929 Arjaísti i novátori [Arcaístas y renovadores]. Leningrad: Pribói ed.1968 «Dostoievski e Gogol’ (Per una teoria della parodia)» en Avan-

guardia e Tradizione. Bari : Dedalo.

VÁZQUEZ, María Esther1977 Borges: imágenes, memorias, diálogos. Caracas: Monte Ávila.1999 Borges: sus días y su tiempo. Buenos Aires: Javier Vergara.VERNON, Kathleen M.

1989 «El lenguaje de la memoria en la narrativa española contempo-ránea», en NEUMEISTER, Sebastián (ed.). Dieter Heckelmann & Fran-co Meregalli (introd.), Actas del IX Congreso de la Asociación Interna-

cional de Hispanistas, I & II, Fráncfort: Vervuert, pp. 429-437.

YATES, Francis A.1966 The Art of Memory. Londres: Routledge-Kegan Paul.YURKIEVICH, Saúl1971 Fundadores de la nueva poesía latinoamericana. Vallejo, Huidobro, Bor-

ges, Neruda, Paz. Barcelona: Barral.

texto.p65 29/11/2006, 11:41 a.m.182

Click t

o buy N

OW!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.com Clic

k to b

uy NOW

!PD

F-XChange Viewer

ww

w.docu-track.c

om