borges chavez

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BORGES: “LA DESDICHA ES UNO DE LOS ELEMENTOS DE LA POESÍA” Como un muerto a través de la noche, siempre y cuando se guarde en los espejos de su existencia. Conocí a Jorge Luis Borges y lo traté en Buenos Aires y en París, en Ginebra y en Lima, donde escuché su palabra rica, sabia, erudita… ¡prodigiosamente erudita! Jamás vi orador tan cautivante, (c2a) si bien frío en la actitud y el gesto. Conferenciaba sentado, (c2b) con las manos inmóviles y la inquisitiva mirada perdida en el vacío; consecuentemente, el gesto y la actitud contrastaban verdaderamente, y eran a lo largo de toda su plática como los de un muerto, dado que su voz era calmada y monocorde, (c1b) pero con el mismo rostro pálido y exangüe. Si algún signo de vida observarían los del encandilado auditorio, era sólo al concluír la conferencia, puesto que los aplausos no se hicieron esperar. En un exabrupto, (c2´) se ponía Borges de pie. Respondía con una ancha sonrisa a los aplausos; extraía del pequeño bolsillo del saco el reloj de leontina de oro, y lo llevaba hacia su ojo izquierdo, a dos o tres centímetros de la pupila que lo vinculaba entre sombras, con el mundo de la luz,

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BORGES: LA DESDICHA ES UNO DE LOS ELEMENTOS DE LA POESAComo un muerto a travs de la noche, siempre y cuando se guarde en los espejos de su existencia.Conoc a Jorge Luis Borges y lo trat en Buenos Aires y en Pars, en Ginebra y en Lima, donde escuch su palabra rica, sabia, erudita prodigiosamente erudita!Jams vi orador tan cautivante, (c2a) si bien fro en la actitud y el gesto. Conferenciaba sentado, (c2b) con las manos inmviles y la inquisitiva mirada perdida en el vaco; consecuentemente, el gesto y la actitud contrastaban verdaderamente, y eran a lo largo de toda su pltica como los de un muerto, dado que su voz era calmada y monocorde, (c1b) pero con el mismo rostro plido y exange. Si algn signo de vida observaran los del encandilado auditorio, era slo al conclur la conferencia, puesto que los aplausos no se hicieron esperar. En un exabrupto, (c2) se pona Borges de pie. Responda con una ancha sonrisa a los aplausos; extraa del pequeo bolsillo del saco el reloj de leontina de oro, y lo llevaba hacia su ojo izquierdo, a dos o tres centmetros de la pupila que lo vinculaba entre sombras, con el mundo de la luz, (c1a) el color, (c1a) la alegra y la vida, o nicamente, con l mismo.S, (c1c) slo entonces sonrea. Cobraba inusitada vida el rostro sepulcral, tutankamnico.Rea, y era la suya una risa sana, abierta, exultante, cantarina, a pesar de los aos y los desengaos.Y emerga como un Lzaro resurrexo, sembrando en m esta idea: La desdicha es uno de los elementos e la poesa; la serenidad, (c3a) una virtud que Borges transform en Arte.Sin embargo, (c2c) ido el pblico, vaco ya el saln, (c2) me qued en la penumbra, (c2) observando a Borges a prudencial distancia.Era un hombre triste, al igual que solo. Lo vi impacientarse en la silla, auscultar con el odo perspicaz los pasos que no venan a su encuentro, a menos que, esperara sus propios pasos. Urgi ms de una vez la cadena de oro del reloj de leontina, hasta que al fin, defraudado en su tensa expectativa, se apoy en el arco de su bastn, y se irgui cun alto era. Con paso decidido y sonoro, su bastn se dirigi a la puerta; l, (c3a) tambin, teniendo por gua la nica de sus pupilas que poda ver con claridad, cada vez que un parpadeo vago le mostraba el camino.Borges muri un otoo; la poesa, (c3a) en un tiempo, para reencarnarse e un reloj de leontina a las 7:47 de la maana.Teodoro Rivero Aylln. Diario La Industria. Sbado 21 de marzo del 2009, Trujillo.