borges - bioy caseres - cuentos 5-6

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1 -Ah -dijo el sacerdote-. He aquí los verdaderos fundamentos de la fe. El pavo real no era otra cosa que un adminículo. Esta es la base de nuestra religión. Y se golpeó el pecho y gimió como si padeciera de ólicos. -Para mí -dijo la persona virtuosa- todo esto es tan insignificante como el pavo real. Creo porque sé que la justicia es grande y prevalecerá, y este faquir pod ría seguir con su prestidigitación hasta el día del juicio final y no me embaucaría. Al oír esto el faquir se indignó tanto que le tembló la mano y, en medio de un milagro, los naipes cayeron de la manga. -¿Qué me dice ahora? -preguntó la persona virtuosa-. Y sin embargo, a mí no me afecta. -Que el diablo se lleve al faquir -exclamó el sacerdote-. Realmente, no veo la ventaja de seguir con esta peregrinación. -¡Valor! -exclamó la persona virtuosa-. Grande es al justicia y prevalecerá. -Si está usted seguro de que prevalecerá... -dijo e l sacerdote. -Le doy mi palabra -dijo la persona virtuosa. Entonces el otro prosiguió con mejor ánimo. Finalmente llegó uno corriendo y les dijo que todo estaba perdido; los poderes de las tinieblas sitiaban las Mansiones Celestiales y Odin iba a morir y el mal triunfaría. -He sido burdamente engañado -exclamó la persona virtuosa. -Ahora todo se ha perdido - dijo el sacerdote. -¿No estaremos a tiempo para pactar con el diablo? -dijo la persona virtuosa. -Esperemos que sí -dijo el sacerdote- Intentémoslo, en todo caso. ¿Pero qué está haciendo su hacha? -l e dijo al vagabundo. -Voy a morir con Odin --dijo el vagabundo. R. L. Stevenson, Fables (1896). EL MILAGRO Un yogui quería atravesar un río, y no tenía el penique para pagar la balsa y cruzó el río caminando sobre las aguas. Otro yogui, a quien le contaron el caso, dijo que el milagro no valía más que el penique de la balsa. W. Somerset Maugham, A Writer's Notebook (1949) DOS COETERNOS Según es fama, Dios Padre no es anterior a Dios Hij o. Creádo el Hijo, el Padre le preguntó: -¿Sabes cómo hice para crearte? Contestó el Hijo: -Imitándome. Johannes Cambrencis, Animadversiones (Lichfield, 1709). ENTRADA POR SALIDA

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Borges - Bioy Caseres - Cuentos 5-6

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-Ah -dijo el sacerdote-. He aqu los verdaderos fundamentos de la fe. El pavo real no era otra cosa que un adminculo. Esta es la base de nuestra religin.

Y se golpe el pecho y gimi como si padeciera de licos.

-Para m -dijo la persona virtuosa- todo esto es tan insignificante como el pavo real. Creo porque s que la justicia es grande y prevalecer, y este faquir pod ra seguir con su prestidigitacin hasta el da del juicio final y no me embaucara.Al or esto el faquir se indign tanto que le tembl la mano y, en medio de un milagro, los naipes cayeron de la manga.

-Qu me dice ahora? -pregunt la persona virtuosa-. Y sin embargo, a m no me afecta.

-Que el diablo se lleve al faquir -exclam el sacerdote-. Realmente, no veo la ventaja de seguir con esta peregrinacin.

-Valor! -exclam la persona virtuosa-. Grande es al justicia y prevalecer. -Si est usted seguro de que prevalecer... -dijo e l sacerdote.

-Le doy mi palabra -dijo la persona virtuosa. Entonces el otro prosigui con mejor nimo.Finalmente lleg uno corriendo y les dijo que todo estaba perdido; los poderes de las tinieblas sitiaban las Mansiones Celestiales y Odin iba a morir y el mal triunfara.-He sido burdamente engaado -exclam la persona virtuosa. -Ahora todo se ha perdido -dijo el sacerdote.

-No estaremos a tiempo para pactar con el diablo? -dijo la persona virtuosa.

-Esperemos que s -dijo el sacerdote- Intentmoslo, en todo caso. Pero qu est haciendo su hacha? -l e dijo al vagabundo.

-Voy a morir con Odin --dijo el vagabundo. R. L. Stevenson, Fables (1896).

EL MILAGRO

Un yogui quera atravesar un ro, y no tena el penique para pagar la balsa y cruz el ro caminando sobre las aguas. Otro yogui, a quien le contaron el caso, dijo que el milagro no vala ms que el penique de la balsa.W. Somerset Maugham, A Writer's Notebook (1949)

DOS COETERNOS

Segn es fama, Dios Padre no es anterior a Dios Hij o. Credo el Hijo, el Padre le pregunt:-Sabes cmo hice para crearte? Contest el Hijo:

-Imitndome.

Johannes Cambrencis, Animadversiones (Lichfield, 1709).

ENTRADA POR SALIDA

Se dispona a decir: "Vengo de parte de Fulano", pero vio una cara de tan pocos amigos que, antes de tomar asiento, se incorpor, se puso el sombrero y dijo, dando la espalda:

-Me voy de parte de Fulano. Jules Renard, Journal.

TRIUNFO SOCIAL

El criado me entreg el sobretodo y el sombrero y, como en un halo de ntima complacencia, sal a la noche. "Una deliciosa velada", pens, "la gente ms agrada ble. Lo que dije sobre las finanzas y la filosofa los impresion; y cmo se rieron cuando imit el gruido del cerdo". Pero, poco despus, "Dios mo, es horrible", murmur: "Quisiera estar muerto".

Logan Pearsall Smith, Trivia (1918).4

EL TREN

El tren era todos los das a la tardecita, pero vena moroso, como sensible al paisaje.

Yo iba a comprar algo por encargo de mi madre. Era suave el momento, como si el rodar fuera cario en los lbricos rieles. Sub, y me puse a atrapar el recue rdo ms antiguo, el primero de mi vida. El tren ret ardaba tanto que encontr en mi memoria un olor maternal: leche calentada, alcohol encendido. Esto hasta la primera parada: Haedo. Despus record mis juegos pueriles, y ya iba hacia la adolescencia cuando Ramos Meja me ofreci una calle sombrosa y romntica, con su nia dispuesta al noviazgo. All mismo me cas, despus de visitar y conocer a sus padres y el patio de su casa, casi andaluz. Ya salamos de la iglesia del pueblo, cuando o tocar la campana; el tren prosegua el viaje. Me desped, y como soy muy gil, lo al canc. Fui a dar a Ciudadela, donde mis esfuerzos queran horadar un pasado quiz imposible de resucitar en e l recuerdo.

El jefe de estacin, que era mi amigo, acudi paradecirme que aguardara buenas nuevas, pues mi esposa enviaba un telegrama anuncindolas. Yo pugnaba por encontrar un terror infantil (pues los tuve), que fuera anterior al recuerdo de la leche calentada y del alcohol. En eso llegamos a Liniers. All, en esa parada tan abundante en tiempo presente, que ofrece el F. C. O., pude ser alcanzado por mi esposa, que traa los mellizos vestidos con ropas caseras. Bajamos y en una de las resplandecientes tiendas que tiene Liniers, los provemos de ropas standard pero elegantes, y tambin de buenas carteras de escolares y libros. En seguida alcanzamos el mismo tren en que bamos y que se haba demorado mucho, porque antes haba otro tren descargando leche. Mi mujer se qued en Liniers, pero yo en el tren, gustaba de ver a mis hijos tan floridos y robustos, hablando de ftbol y haciendo los chistes que la juventud cree inaugurar. Pero en Flores me aguardaba lo inconcebible: una demora por un choque con vagones y un accidente en un paso a nivel. El jefe de la estacin de Liniers, que me conoca, se puso en comunicacin telegrfica con el de Flores. Me anunciaron malas noticias. Mi mujer haba muerto, y el cortejo fnebre tratara de alcanzar el tren qu e estaba detenido en esta ltima estacin. Me baj atribulado, sin poder enterar de nada a mis hijos, a quienes haba mandado adelante para que bajaran en Caballito, donde estaba la escuela.

En compaa de unos parientes y allegados, enterramos a mi mujer en el cementerio de Flores , y una sencilla cruz de hierro nombra e indica el lugar de su detencin invisible. Cuando volvimos a Flores, todava encontramos el tren que nos acompaara en tan felices y aciagas andanzas. Me desped en el Once de mis parientes polticos y, pensando en mis pobres chicos hurfanos y en mi esposa difunta, fui como un sonmbulo a la "Compaa de Seguros" donde trabajaba. No encontr el lugar.

Preguntando a los ms ancianos de las inmediaciones , me enter que haban demolido haca tiempo la casa de la "Compaa de Seguros". En su lugar se eriga un edificio de veinticinco pisos. Me dijeron que era un Ministerio donde todo era inseguridad, desde los empleos hasta los decretos. Me met en un ascensor, y ya en el piso veinticinco, busqu furioso una ventana y me arroj a la calle. Fui a dar al follaje de un rbol coposo, de hojas y ramas como de higuera algodonada. Mi carne, que ya se iba a estrellar, se dispers en recuerdos. La bandada de recuerdos, junto con mi cuerpo, lleg hasta mi madre. "A que no recordaste lo que te encargu", dijo mi madre, al tiempo que haca un ademn de amenaza cmica. "Tienes cabeza de pjaro.

Santiago Dabove (1946).

PROVOCACION CASTIGADA

Modjalaid cuenta que No pas junto a un len echado y le asest un puntapi. Al golpearlo se hizo dao y no pudo dormir en toda la noche.

-Dios mo -exclam- tu perro me ha lastimado.

Dios le envi esta revelacin: "Dios reprueba la injusticia y t fuiste el que empez". Ah'med el Qalyubi, Kitab en Nanadir.

CUENTO

El rey orden:

(Te condeno a morir, pero a morir como Xios y no como T) que Xios fuera llevado a un pas enteramente distinto. Cambiado su nombre, artsticamente mutilados sus rasgos. La gente del pas obligada a crearle un pasado, una familia, talentos muy diversos de los suyos.

Si recordaba algo de su vida anterior, lo rebatan, le decan que estaba loco, etctera...

Le haban preparado una familia, mujer e hijos que se daban por suyos.

En fin, todo le deca que era el que no era.

Paul Valry, Histoires Brises (1950).

PRESTIGIEUX, SANS DOUTE

El enmascarado suba la escalera. Sus pasos retumbaban en la noche: Tic, tac, tic, tac. Aguirre Acevedo, Fantasmagoras (1927).

EL UBICUO

Al salir de la ciudad de Sravasti, el Buda tuvo que atravesar una dilatada llanura. Desde sus diversos cielos, los dioses le arrojaron sombrillas para resguardarlo del sol. A fin de no desairar a sus bienhechores, el Buda se multiplic cortsmente y cada uno de los diosesvio un Buda que marchaba con su sombrilla.

W. Winternitz, Indische Litteratur (1920).

EL UBICUO

Una versin recogida por sir William Jones quiere que un dios del Indostn, a quien el celibato aflig a, solicitara de otro dios que ste le cediera una de sus 14.516 mujeres. El marido consinti con estas palabras:

-Llvate a la que encuentres desocupada.

El necesitado recorri los 14.516 palacios; en cada uno la seora estaba con el seor.

Este se haba desdoblado 14.516 veces, y cada mujer crea ser la nica que gozaba de sus favores. Simao Pereyra S. J., Cuarenta aos en el lecho del Ganges (Goa, 1887).

EL DESCUIDO Centan:

El rab Elimelekh estaba cenando con sus dispulos. El criado le trajo un plato de sopa. El rab lo volvi y la sopa se derram sobre la mesa. El joven Mendel, que sera rab de Rimanov, exclam:-Rab, qu has hecho? Nos mandarn a todos a la c rcel.

Los otros discpulos sonrieron y se hubieran redo abiertamente, pero la presencia del maestro los contuvo. Este, sin embargo, no sonri. Movi afirmativamentela cabeza y dijo a Mendel:

-No temas, hijo mo.

Algn tiempo despus se supo que en aquel da un edicto dirigido contra los judos de todo el pas haba sido presentado al emperador para que lo firmara. Repetidas veces el emperador haba tomado la pluma, pero algo siempre la interrumpa. Finalmente firm. Extendi la mano hacia la arena de secar, pero tom por error el tintero y lo volc sobre el papel. Entonces lo rompi y prohibi que se lo trajeran de nuevo.

Martin Buber.

LA SECTA DEL LOTO BLANCO

Haba una vez un hombre que perteneca a la secta del Loto Blanco. Muchos, deseosos de dominar las artes tenebrosas, lo tomaban por maestro.

Un da el mago quiso salir. Entonces coloc en el vestbulo un tazn cubierto con otro tazn y ordena los discpulos que los cuidaran. Les dijo que no descubrieran los tazones ni vieran lo que haba adentro. Apenas se alej, levantaron la tapa y vieron que en el tazn haba agua pura y en el agua un barguito depaja, con mstiles y velamen. Sorprendidos, lo empu jaron con el dedo. El barco se volc. De prisa lo enderezaron y volvieron a tapar el tazn.El mago apareci inmediatamente y les dijo: -Por qu me habis desobedecido?

Los discpulos se pusieron de pie y negaron. El mago declar:-Mi nave ha zozobrado en el confn del Mar Amarillo. Cmo os atrevis a engaarme?

Una tarde, encendi en un rincn del patio una pequea vela. Les orden que la cuidaran del viento. Haba pasado la segunda vigilia y el mago no haba vuelto. Cansados y soolientos, los discpulos se acostaron y se durmieron. Al otro da la vela estaba apagada. La encendieron de nuevo.

El mago apareci inmediatamente y les dijo: -Por qu me habis desobedecido?Los discpulos negaron:

-De veras, no hemos dormido. Cmo iba a apagarse la luz? El mago les dijo:

-Quince leguas err en la oscuridad de los desiertos tibetanos y ahora queris engaarme. Esto atemoriz a los discpulos.

Richard Wilhelm, Chinesische Volksmaerchen (1924).

LA PROTECCION POR EL LIBRO

Fl literato Wu, de Ch'iang Ling, haba insultado al mago Chang Ch'i Shen. Seguro de que ste procurara vengarse, Wu pas la noche levantado, leyendo a la luz de la lmpara, el sagrado libro de las Transformaciones. De pronto se oy un golpe de viento, que rodeaba la casa, y apareci en la puerta un guerrero, que lo amenaz con su lanza. Wu lo derrib con el libro. Al inclinarse para mirarlo, vio que no era ms que una figura, recortada en papel. La guard entre las hojas. Poco despus entraron dos queos espritus malignos, de cara negra y blandiendo hachas. Tambin stos, cuando Wu los derrib con el libro, resultaron ser figuras de papel. Wu las guard como a la primera. A media noche, una mujer, llorando y gimiendo, llam a la puerta.

-Soy la mujer de Chang -declar-. Mi marido y mis hijos vinieron a atacarlo y usted los ha encerrado en su libro. Le suplico que los ponga en libertad.Ni sus hijos ni su marido estn en mi libro -contes t Wu-. Slo tengo estas figuras de papel.

-Sus almas estn en esas figuras -dijo la mujer-. S i a la madrugada no han vuelto, sus cuerpos, que yacen en casa, no podrn revivir.

-Malditos magos! -grit Wu-. Qu merced pueden esperar? No pienso ponerlos en libertad. De lstima, le devolver uno de sus hijos, pero no pida ms.

Le dio una de las figuras de cara negra.

Al otro da supo que el mago y su hijo mayor haban muerto esa noche. G. Willoughby-Meade, Chinese Ghouls and Goblings (1928).

EL ENCUENTRO

Educados para odiar y destruir Roma, los hermanos Anbal y Asdrbal invadieron a Italia uno por el Sur y otro por el Norte. Durante once aos no se vieron; su plan era encontrarse en Roma, el da de la victoria. Pero el cnsul Nern derrot a Asdrbal en las mrgenes del Metauro. Orden que le cortaran la cabeza y la mand arrojar en el campamento de Anbal. As Anbal supo que Asdrbal haba sido vencido.

Louis Prolat, La Tarif de Marseille (1869).

DEL AGUA DE LA ISLA

Primero nos negamos a probarla, suponindola corrompida. Ignoro cmo dar una idea justa de su naturaleza, y no lo conseguir sin muchas palabras.

A pesar de correr con rapidez por cualquier desnivel, nunca pareca lmpida, excepto al despearse en un salto. En casos de poco declive, era tan consistente como una infusin espesa de goma arbiga, hecha en agua comn. Este, sin embargo, era el menos singula r de sus caracteres. No era incolora ni era de un color invariable, ya que su fluencia propona a los ojos todos los matices del prpura como los tonos de una seda cambiante. Dejamos que se asentaran en una vasija y comprobamos que la entera masa del lquido estaba separada en vetas distintas, cada una de tono individual, y que esas vetas no se mezclaban.Si se pasaba la hoja de un cuchillo a lo ancho de las vetas, el agua se cerraba inmediatamente, y al retirar la hoja desapareca el rastro. En cambio cuando la hoja era insertada con precisin entre dos de las vetas, ocurra una separacin perfecta que no se rectificaba en seguida.E. A. Poe, The Narrative of A. Gordon Pym (1838).

PARADOJA DE TRISTRAM SHANDY

Tristram Shandy, como todos sabemos, emple dos aos en historiar los primeros dos das de su vida y deplor que, a ese paso, el material se acumulara de invenciblemente y que, a medida que los aos pasaran, se alejara ms y ms del final de su hist oria. Yo afirmo que si hubiera vivido para siempre y no se hubiera apartado de su tarea, ninguna etapa de su biografa hubiera quedado indita. Hubiera redactado el centsimo da en el centsimo ao, el milsimo daen el milsimo ao, y as sucesivamente. Todo da,tarde o temprano, sera redactado. Esta proposicin paradjica, pero verdadera, se basa en el hecho de que el nmero de das de la eternidad no es mayor que el n mero de aos.

Bertrand Russell, Mysticism and Logic (1917).

DEL RIGOR EN LA CIENCIA

... En aquel Imperio, el Arte de la Cartografa logr tal Perfeccin que el Mapa de una sola Provinciaocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartgrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tena el tamao del Imperio y coincida puntualmente con l. Menos Adictas al Estudio de la Cartografa, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Intil y no s in Impiedad lo entregaron a las inclemencias dcl Sol y de los Inviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el Pas no hay otra reliquia de las Disciplinas Geogrficas.

Surez Miranda, Viajes de varones prudentes, libro cuarto, cap. XIV, Lrida, 1658.

EL ESTUDIOSO

Desde los seis aos sent el impulso de dibujar las formas de las cosas. Hacia los cincuenta, expuse una coleccin de dibujos; pero nada de lo ejecutado antes de los setenta me satisface. Slo a los setenta y tres aos pude intuir, siquiera aproximadamente la verdadera forma y naturaleza de las aves, peces y plantas. Por consiguiente, a los ochenta aos habr hecho grandes progresos; a los noventa habr penetrado la esencia de todas las cosas; a los cien, habr seguramente ascendido a un estado ms alto, indescriptib le, y si llego a ciento diez aos, todo, cada punto y cada lnea, vivir. Invito a quienes vivirn tanto com o yo a verificar si cumplo estas promesas. Escrito a la edad de setenta y cinco aos, por m, antes Hokusai, ahora llamado Huakivo-Royi, el viejo enloquecido por el dibujo3.Adler-Revon, Japanische Literatur.

VICISITUDES DEL CONSUELO

Esto debi de ocurrir mil setecientos aos antes del perodo clsico, en el reino de Hsia, que llegaba hasta la curva del ro Amarillo. El pueblo estaba orgulloso de su religin; se haba librado de la creencia, que reputaba burda, en las serpientes de mar, en los leones, en los dioses, en los brujos, en el mal de ojo y no haba cado en un incrdulo materialismo. Mantenan all un solo artculo de fe; pero en cuanto a ese artculo, nadie dudaba. Nadie dudaba de que adems de su cabeza todo hombre dispona de una supuesta; es decir (quin lo ignora?), de una cabeza supuesta; y que adems de su tronco, todo hombre dispona de un tronco supuesto y as sucesivamente con los brazos, con las piernas y con otras partes del cuerpo, por pequeas que fueran.

De esto nadie dud hasta que apareci un hereje, que las crnicas portuguesas registran como el letrado con una sola cara y las recopilaciones jesuticas como el letrado sin cara. En su prdica este hombre encontr dificultades y obstculos. Cuando procuraba explicar que ningn rengo, aprovechando la pierna supuesta, prescinda de las muletas, le contestaban que esos casos de fe debilitada eran, por desgracia, frecuentes, pero que nada probaban contra la verdadera religin. Y en todo caso, le argumentaban con un ligero cambio de tono, por qu va uno a desprenderse de una creencia tan poco onerosa y que en momentos tristes, que nunca faltan, puede confortarnos y ccnsolarnos?

T. M. Chang, A Grove of Leisure (Shanghai, 1882).

3 Hokusai muri a los 89 aos de edad.