bonilla resumen americana

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1 La Independencia en el Perú: las palabras y los hechos Heraclio Bonilla y Karen Spalding Perú rompió los lazos políticos que lo ligaron a la metrópoli española. Pero esta ruptura política, conseguida por la decidida y eficaz intervención de los ejércitos del Sur (San Martín) y del Norte (Bolívar) no significó en manera alguna la quiebra del ordenamiento económico y social de carácter colonial que continuó vigente hasta el ocaso del siglo XIX. La Independencia política de España dejó, pues, intactos los fundamentos mismos de la sociedad peruana, que se habían desarrollado y cristalizado a lo largo de 300 años de vida colonial. En el contexto internacional la Independencia de la metrópoli española aceleró un proceso que había comenzado desde la segunda mitad del siglo XVIII: la dominación efectiva de Inglaterra, la nueva potencia del mundo. La cuestión principal es, precisamente, por qué la independencia no provocó un cambio real y significativo de la situación colonial. Tal vez una respuesta anticipada se pueda encontrar en la independencia misma -como proceso- que, en el caso del Perú, como es bien conocido pero pudorosamente encubierto, fue conseguida por los ejércitos aliados de fuera. Es decir una Independencia concedida más que obtenida. Aquella historiografía tradicional contribuyó más bien al surgimiento y a la difusión de un prodigioso mito. Su función: legitimar el presente a través de la manipulación del pasado; intentar fundar, inapropiadamente, las bases históricas de la nacionalidad peruana e impedir la crítica histórica de los problemas del presente. La historia de una historia Desde, Riva Agüero hasta los integrantes de la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia Nacional, casi todos los historiadores nacionales han abordado, de una manera u otra, el tema de la Independencia. Gracias a ella conocemos bastante bien a los "precursores" de la Independencia, a los héroes de Junín y Ayacucho, a las batallas de epopeya que libraron. En

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Bonilla, resumen independencia de Perú

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    La Independencia en el Per: las palabras y los hechos

    Heraclio Bonilla y Karen Spalding

    Per rompi los lazos polticos que lo ligaron a la metrpoli espaola. Pero esta

    ruptura poltica, conseguida por la decidida y eficaz intervencin de los ejrcitos

    del Sur (San Martn) y del Norte (Bolvar) no signific en manera alguna la quiebra

    del ordenamiento econmico y social de carcter colonial que continu vigente

    hasta el ocaso del siglo XIX. La Independencia poltica de Espaa dej, pues,

    intactos los fundamentos mismos de la sociedad peruana, que se haban

    desarrollado y cristalizado a lo largo de 300 aos de vida colonial. En el contexto

    internacional la Independencia de la metrpoli espaola aceler un proceso que

    haba comenzado desde la segunda mitad del siglo XVIII: la dominacin efectiva

    de Inglaterra, la nueva potencia del mundo.

    La cuestin principal es, precisamente, por qu la independencia no provoc un

    cambio real y significativo de la situacin colonial. Tal vez una respuesta

    anticipada se pueda encontrar en la independencia misma -como proceso- que,

    en el caso del Per, como es bien conocido pero pudorosamente encubierto, fue

    conseguida por los ejrcitos aliados de fuera. Es decir una Independencia

    concedida ms que obtenida.

    Aquella historiografa tradicional contribuy ms bien al surgimiento y a la

    difusin de un prodigioso mito. Su funcin: legitimar el presente a travs de la

    manipulacin del pasado; intentar fundar, inapropiadamente, las bases histricas

    de la nacionalidad peruana e impedir la crtica histrica de los problemas del

    presente.

    La historia de una historia

    Desde, Riva Agero hasta los integrantes de la Comisin Nacional del

    Sesquicentenario de la Independencia Nacional, casi todos los historiadores

    nacionales han abordado, de una manera u otra, el tema de la Independencia.

    Gracias a ella conocemos bastante bien a los "precursores" de la Independencia,

    a los hroes de Junn y Ayacucho, a las batallas de epopeya que libraron. En

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    cambio, los hombres comunes y corrientes que integraron los ejrcitos

    libertadores, sus formas de reclutamiento, la participacin -o la ausencia- de la

    poblacin peruana en estas luchas, las diferentes formas que revisti esta

    participacin no han sido muy favorecidas por la atencin de los historiadores.

    Entre las varias explicaciones ofrecidas por la historiografa tradicional sobre la

    Independencia destaca, por su difusin y aceptacin, la tesis que la, considera

    como un proceso nacional, como el resultado de una toma de conciencia

    colectiva, la cual, a su vez, sera la manifestacin ms evidente de la mestizacin

    de la poblacin peruana. Para sus defensores, la mestizacin indica un proceso

    que llev a la uniformidad e igualdad de los integrantes en la sociedad peruana.

    El Per mestizo aparece as como el actor de la Historia y el agente de la

    Emancipacin.

    De esta interpretacin. Adolece, por lo menos, de dos defectos. No toma en

    cuenta, en primer lugar, la accin de las fuerzas internacionales, sin las que la

    independencia de Hispanoamrica, y ms an del Per, no hubiera sido posible.

    Internamente, postula, abusiva y errneamente, una unidad inexistente e

    imposible. El Per colonial no estuvo compuesto de "peruanos". La sociedad

    colonial peruana fue altamente estratificada y diferenciada y sus lneas de

    separacin y de oposicin fueron trazadas a partir de criterios econmicos,

    raciales, culturales y legales. Cuando una historiografa puede deslizar errores tan

    gruesos no se puede sino reconocer su carcter ideolgico: la manipulacin del

    pasado en funcin de las exigencias del presente. El mensaje de esta ideologa

    consiste en ocultar los intereses divergentes de los grupos y de los hombres, los

    conflictos y las luchas antagnicas que ellos generan para difundir la imagen de

    una sociedad homognea y armnica.

    La imagen de la sociedad peruana y de su historia fue impuesta y difundida por la

    clase social dominante. Esta ideologa ha perdido ahora su funcin, porque ya no

    guarda ninguna relacin con la realidad presente. Los cambios que desde la

    dcada del 50 vienen afectando a la sociedad peruana han producido una fisura

    en la estructura del poder tradicional, al mismo tiempo que han provocado el

    surgimiento en el plano qe la Historia de grupos medios hasta hoy desplazados. El

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    sentido incierto de estos cambios, la urgente bsqueda de una nueva identidad y

    legitimidad histricas, la necesidad de estos nuevos sectores de conocer su

    propia Historia, una Historia que la historiografa tradicional no fue capaz de

    proporcionar los conducen a un replanteamiento general de la Historia.

    El Per de la Emancipacin y el Mundo Internacional

    Aqu reside el error ms grave de interpretacin de la historiografa tradicional

    peruana, que excesivamente preocupada en buscar una causalidad

    esencialmente interna, acorde con su posicin ideolgica, rechaza todo nexo

    orgnico entre el mundo internacional y la situacin peruana. Este impacto

    externo, en el caso de la Independencia, no se reduce de ninguna manera, como

    piensa la historiografa tradicional, a las "influencias" de la Independencia

    Americana y de la Revolucin Francesa, o a la difusin en Amrica de las ideas del

    siglo de las luces. Estas no tuvieron la importancia que se les asign, puesto que

    slo afectaron a minoras muy reducidas, y porque, en general, la situacin

    hispanoamericana fue impermeable a este tipo de impacto.

    Es mucho ms importante examinar los cambios que afectaron a la sociedad

    espaola desde el establecimiento de la dinasta borbnica, cambios que se

    intensificaron con el ascenso de Carlos III al poder de la metrpoli, hasta llegar a

    una crisis general con Fernando VII. Estos cambios que modificaron la misma

    estructura interna de la metrpoli, as como la relacin con sus colonias

    ultramarinas, fueron resultado de la accin de las fuerzas internas de la sociedad

    espaola y del trastorno producido por los mltiples conflictos blicos en que

    Espaa se vio envuelta dentro de Europa. Los aos de la Emancipacin, 1810-

    1824, corresponden cronolgicamente a aos de crisis y de revoluciones en

    Espaa. La Independencia de Hispanoamrica y del Per se gest pues en ambos

    lados del Atlntico.

    El ascenso al poder de Carlos III en 1759 llev consigo el establecimiento de una

    serie de reformas tendientes a corregir las relaciones econmicas entre Espaa y

    sus colonias. La medida que es necesario destacar aqu se refiere a la supresin

    de las barreras impuestas al comercio internacional. En efecto, la Real Cdula del

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    2 de febrero de 1778 estableci el libre comercio entre Per, Chile y Buenos

    Aires con Espaa.

    La consecuencias que estas medidas produjeron en Hispanoamrica fueron

    considerables: incremento del trfico comercial, desarrollo de las exportaciones

    de Espaa y de Amrica, con el consiguiente aumento de los ingresos fiscales. Las

    comunicaciones directas entre los puertos de ambos lados del Atlntico, adems,

    contribuyeron al descenso de los costos de venta, al bajar los fletes de

    transporte. Pero este desarrollo no fue igualmente homogneo en el interior de

    todo el espacio americano. La guerra que estall en 1779 entre Espaa e

    Inglaterra hizo que los ms favorecidos con esta libertad de comercio fueran

    principalmente los comerciantes hispanoamericanos. Tuvieron entonces acceso

    directo no slo al mercado metropolitano sino, y esto es lo importante, al

    conjunto del mercado americano. Se mont as el principal mecanismo de

    beneficio de la burguesa comercial americana. Ms an. La supresin de estas

    barreras comerciales acentu el desarrollo desigual ya existente entre las

    diversas regiones de Amrica.

    Por otra parte, esta misma libertad de comercio, en las reas donde no existi un

    gran desarrollo de sus fuerzas productivas, provoc la ruina de la produccin

    interna. Su debilidad las imposibilit para competir exitosamente con las

    mercancas extranjeras, no pudiendo as evitar su derrumbe a corto plazo. Esta

    cada de la produccin vulner la condicin material de los grupos ligados a la

    agricultura, a la minera y al mismo comercio. Este fue el caso del virreinato del

    Per. La estrechez del mercado peruano no poda soportar la oferta masiva de

    mercancas. Pero la ruina no fue solamente de los comerciantes.

    Diversos testimonios sealan que la economa peruana ingres en una violenta

    depresin por lo menos desde el ltimo tercio del siglo XVIII. Estas fueron

    dcadas de catstrofes para la burguesa criolla. Dos manifestaciones de estas

    crisis estn representadas por la creacin del virreinato del Ro de la Plata, que

    signific la amputacin del mercado interno y la prdida de las minas de Potos, y

    por la rebelin de Tupac Amaru. No se conocen todava las causas de esta crisis ni

    el mecanismo de su difusin. Pero afect tanto a la agricultura como a la minera.

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    Las pequeas industrias, por otra parte, sufrieron el duro Impacto de la

    concurrencia de las mercancas europeas, que ingresaban por los puertos ahora

    abiertos al libre comercio y, sobre todo por el nuevo circuito Buenos Aires-Alto

    Per. El trasfondo econmico de la Independencia es pues el de una crisis total.

    Pero una crisis que no buscaba para su solucin la ruptura del pacto colonial sino

    su consolidacin.

    El hecho es, sin embargo, que los comerciantes, solos, o con sus aliados los

    terratenientes o los mineros, por las razones arriba indicadas se encontraron

    ante la imposibilidad de contener el derrumbe de sus beneficios, producido por

    la competencia de las mercancas extranjeras y por la crisis de la produccin

    interna. Si en Buenos Aires y en Caracas la aspiracin a la Independencia de la

    burguesa criolla naci del deseo de superar su inferioridad poltica y alcanzar en

    este campo la hegemona plena para hacerla conciliable con su podero

    econmico, ello no ocurri ni poda ocurrir en el Per. Toda la fuerza anterior de

    la clase hegemnica peruana, por el contrario, se nutri de su vinculacin con la

    metrpoli. Internamente no existieron ni las bases materiales ni los fundamentos

    ideolgicos que impulsaran a la liberacin. Tal vez, ms bien, la esperanza de un

    reforzamiento de la situacin colonial y lamentos por el esplendor perdido.

    Pero para comprender la Independencia de Hispano-amrica y del Per es

    necesario considerar, tambin, la crisis poltica espaola.

    La crisis de la metrpoli y sus repercusiones en Amrica

    Las mltiples guerras en que la metrpoli espaola se vio envuelta desde

    mediados del siglo XVIII debilitaron irremediablemente su vinculacin con las

    colonias ultramarinas.

    En 1793 la guerra de Espaa contra Francia signific que la primera perdiera una

    parte de Santo Domingo. Las guerras de Espaa contra esta potencia la alejaron

    de Amrica por cerca de una dcada. Trafalgar, en 1805, no slo consolida la

    absoluta supremaca martima de Inglaterra, sino que provoca la destruccin de

    la armada espaola, haciendo mucho ms difcil que Espaa regresara a Amrica.

  • 6

    La invasin napolenica de Espaa, la deposicin de Fernando VII y la instalacin

    de Jos Bonaparte provocaron una grave crisis poltica en la pennsula, llevndola

    a la destruccin casi total de sus recursos.

    En respuesta a la invasin napolenica se constituyeron en Espaa, en 1808,

    varias Juntas Provinciales que se declararon a s mismas depositarias del poder

    espaol.

    Dos aos ms tarde, 1810, ante el movimiento del ejrcito francs, la Junta

    escap a Cdiz, disolvindose poco despus y nombrando una Regencia de cinco

    miembros con el encargo de convocar a las Cortes. Estas se reunieron en

    setiembre de 1810, procediendo a su vez al nombramiento de una Regencia de

    tres miembros. En 1812, finalmente, se promulg la Constitucin liberal.

    A imitacin de lo que ocurra en la metrpoli, en Bogot, Caracas, Cartagena,

    Santiago de Chile y Buenos Aires se constituyeron entre abril y julio de 1810

    sendas Juntas, cuyos miembros, a la par que juraban su adhesin y lealtad a

    Fernando VII, utilizaron estas instituciones para exponer las reivindicaciones

    propias de los grupos criollos de esas ciudades. Muy pronto surgi un conflicto

    con las autoridades de la administracin colonial instaladas anteriormente.

    Bonaparte, al reconocer a estas autoridades, permiti que los grupos criollos de

    dichas ciudades camuflasen la lucha en favor de sus intereses y la hicieran

    aparecer en las colonias, como una lucha en contra de los colaboradores del

    invasor. Bajo una apariencia de lealtad, lo que en realidad estas pugnas

    expresaban eran los anhelos largamente reprimidos por la misma metrpoli a la

    que se deca defender.

    La constitucin de 1812, al establecer la libertad de prensa y la eleccin popular

    de los cabildos contribuy a reforzar este proceso.

    En el Per la situacin fue diametralmente opuesta. No slo las Juntas no se

    llegaron a formar, sino que desde aqu se enviaron tropas para reprimir los

    ensayos realizados por los criollos de La Paz y de Quito para constituir tales

    Juntas.

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    El ao 1814 marca la expulsin de los franceses de Espaa y el retorno de

    Fernando VII. Con l, el restablecimiento del absolutismo y la abolicin de la

    Constitucin liberal de 1812. Pero ya era demasiado tarde para intentar la

    recuperacin de Amrica. La propia debilidad de Espaa no lo permiti. En

    Amrica, adems, la intervencin de nuevos factores traz una brecha profunda

    y definitiva entr Espaa y sus colonias. En 1820, el ejrcito comandado por

    Riego, en lugar de reconquistar Amrica, objetivo asignado por la metrpoli,

    vuelve sus armas contra el absolutismo e instaura la revolucin liberal.

    Posteriormente, el reconocimiento diplomtico de Hispanoamrica como

    naciones independientes respondi al deseo del gobierno britnico de mantener

    el nuevo equilibrio de fuerzas en Europa, equilibrio que aseguraba su propia

    supremaca, evitando que Hispanoamrica pasase al poder de cualquier otra

    potencia, Gran Bretaa.

    Desde los comienzos del siglo XVIII el inters de Gran Bretaa por

    Hispanoamrica fue esencialmente comercial. Hispanoamrica representaba, en

    efecto, un mercado necesario e indispensable para sostener el desarrollo de las

    industrias textiles britnicas, cuya produccin haba alcanzado volmenes

    sorprendentes como consecuencia de la revolucin industrial.

    La presencia de Inglaterra en el mercado hispanoamericano se realiz

    bsicamente a travs del contrabando, dado el control casi absoluto que ejerci

    Espaa hasta mediados del siglo XVIII. Con el Tratado de Utrecht, 1713, al

    obtener Gran Bretaa el navo de permiso anual para introducir mercancas hasta

    un volumen de quinientas toneladas, adems del trfico de negros, su presencia

    en estos mercados se fortaleci.

    El deseo permanente de Gran Bretaa por sustraerle a Espaa el mercado

    hispanoamericano se atenu un poco durante los aos en que actu como aliada

    de Espaa en su lucha contra Napolen. Pero Inglaterra no abandon su

    fundamental ambigedad. Por un lado, el gobierno britnico aseguraba tanto a la

    Junta Central como a la Regencia sus deseos de buscar la reconciliacin entre

    estos gobiernos y los insurgentes de las colonias, mientras que, por otro lado, los

    ingleses proporcionaban una ayuda activa a los ejrcitos independentistas. Debe

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    recordarse, en efecto, que los ingleses predominaron entre el cuerpo de oficiales

    europeos que se adhirieron al movimiento emancipador y que los barcos

    britnicos comerciaron intensamente con los puertos americanos controlados

    por los rebeldes.

    Con la reposicin de Fernando VII, diversos prstamos fueron otorgados en

    Londres a favor de los insurgentes, mientras que grupos del ejrcito libertados

    eran entrenados tambin en Londres. Entre 1808 y 1811, 1/3 de las

    exportaciones britnicas se destin a Hispanoamrica.

    La independencia de Hispanoamrica y del Per aparecen pues no como el

    resultado de una rebeln contra Espaa, sino como el intento de reponer o

    reemplazar a la monarqua derrotada.

    La sociedad en el momento de la Independencia

    La economa

    En general, estas colonias participaron de la onda de prosperidad que

    experiment la economa mundial del siglo XVIII.

    La recuperacin demogrfica de la poblacin indgena, trabajo, cuya escasez fue

    uno de los factores principales que fren la expansin econmica desde la

    hecatombe demogrfica de fines del siglo XVI. Igualmente debe mencionarse el

    renacimiento de la actividad minera, ligada a un mayor acceso a esta fuerza de

    trabajo indgena. Contribuy adems a esta expansin la eliminacin del

    engorroso sistema de las flotas, con sus galeones lentos y pesados, con sus

    rgidos itinerarios, con sus onerosos costos de transporte para mantener el

    sistema defensivo de las embarcaciones y su reemplazo por navos ms

    pequeos o ms rpidos. Todos estos cambios incrementaron la actividad

    comercial, la que se desarroll an ms al amparo de los decretos sucesivos que

    establecieron la libertad de comercio en el interior del sistema colonial. Estos

    cambios proporcionaron un formidable estmulo a las reas tradicionalmente

    aisladas.

  • 9

    En el virreinato peruano la situacin fue distinta. Aqu, la economa, en lugar de

    participar de la prosperidad econmica del siglo XVIII, entr en un largo perodo

    de estancamiento. La economa peruana, pese a su expansin inicial, fue

    estructuralmente frgil, es decir lo fue permanentemente. En efecto, la

    expansin inicial de la economa peruana estuvo casi exclusivamente basada en

    dos sectores:

    - Las minas: Potos y las de mercurio de Huancavalica, oro y plata en el Bajo

    Per.

    - El monopolio comercial ejercido desde Lima por el Tribunal del Consulado,

    nico distribuidor en el interior del espacio americano de las mercancas

    procedentes en Europa.

    Aqu los productos agrcolas no llegaron nunca a exportarse en una escala

    considerable; es decir que no existi una verdadera diversificacin de su

    economa. La produccin agrcola estuvo bsicamente destinada a dos tipos de

    mercado interno: 1) los centros urbanos: Lima; 2) los centros mineros: el

    abastecimiento del mercado minero signific el establecimiento de un radio

    comercial mucho ms vasto que el de los otros centros urbanos. El

    estancamiento de la economa minera peruana en el siglo XVII implic la

    contraccin del mercado principal para la agricultura.

    El comercio fue uno de los pilares sobre los cuales repos la economa del

    virreinato. Esta actividad englob desde el virrey hasta los ofciales provinciales

    menores como el corregidor de indios y al poderoso Consulado de Lima a los

    rescatistas que interceptaban a los indios, en su camino hacia los mercados de las

    ciudades. Desde los comienzos del siglo XVIII, sin embargo, el monopolio ejercido

    por los mercaderes peruanos sobre el mercado sudamericano comenz a

    resquebrajarse por la accin de los contrabandistas, dentro y fuera de la colonia.

    El mercado hispanoamericano fue entonces abastecido en grado

    progresivamente creciente por el comercio de contrabando. Las necesidades de

    los colonos fueron cubiertas por ingleses, holandeses y franceses. La posicin de

    los comerciantes peruanos se vio minada, adems, por el desafo lanzado por los

    comerciantes bonaerenses, cuyo comercio de contrabando por tierra hasta

  • 10

    Potos creci rpidamente en volumen, provocando la fuga del dinero a Buenos

    Aires y desde all a Europa.

    Los fletes martimos fueron tambin ms elevados por la distancia geogrfica

    existente entre el Per y Espaa y por la necesidad de reembarcar las mercancas

    a travs del istmo de Panam.

    Los comerciantes peruanos pudieron conservar el mercado colonial slo en la

    medida en que Espaa mantuvo el monopolio. Pero la debilidad creciente de la

    metrpoli y la prdida de su control sobre el mar, la fueron incapacitando para

    sostener la posicin monoplica de los comerciantes peruanos. La creacin del

    virreinato del Ro de la Plata, en 1776, al separar Potos del virreinato peruano,

    represent un golpe mucho ms duro para los comerciantes peruanos. En

    adelante no slo el comercio entre Buenos Aires y Potos estuvo legalizado sino

    que tambin fue activamente impulsado. Los comerciantes argentinos pudieron

    apoderarse rpidamente del mercado altoperuano, sustrayendo, por este

    motivo, el flujo de dinero hacia Lima. Lejos de controlar el continente entero, los

    comerciantes peruanos se encontraron luchando para evitar que su ya reducido

    mercado terminase por escaprsele enteramente de sus manos. A fines del siglo

    XVIII, al casi invertirse el trfico de Lima a Buenos Aires, las mercancas europeas

    que entonces se introdujeron desde este puerto determinaron la ruina de las

    industrias textiles del interior.

    Sociedad

    La sociedad colonial peruana. Su tradicional divisin en una serie de grupos

    jerrquicos -espaoles, criollos, mestizos, negros e indios- es insuficiente e

    incluso errnea.

    Es necesario comenzar por preguntarse cul fue la composicin de la lite criolla

    que domin a la sociedad colonial, conjuntamente con los funcionarios

    espaoles. Es necesario, adems, establecer una distincin entre la lite criolla de

    Lima y la de las provincias del interior del virreinato peruano. En efecto, los

    grupos ms ricos y ms poderosos de los criollos residan en Lima. Hacia fines del

    siglo XVIII, la riqueza estaba concentrada en Lima. Esta lite criolla limea inclua

  • 11

    no slo a comerciantes y terratenientes, sino tambin a los titulares de los cargos

    administrativos.

    Los miembros de las familias criollas estuvieron excluidos solamente de los ms

    altos puestos de la administracin y del gobierno virreinaI. Lima fue, despus de

    todo, uno de los, centros ms importantes del Imperio Espaol en Amrica

    donde a los criollos les era posible un mayor acceso a los puestos lucrativos de la

    burocracia colonial, una de las pocas fuentes que proporcionaba, a la vez, altos

    ingresos y gran prestigio social. La posibilidad de los criollos de acceder a ciertos

    puestos, ms o menos intermedios, de la administracin y del gobierno virreinal,

    estableci un slido vnculo entre ellos.

    Adems de la lite criolla de Lima existi un considerable sector provincial criollo,

    principalmente concentrado en Cuzco y Arequipa. El comportamiento de los

    grupos criollos provinciales durante la Emancipacin revela algunas diferencias

    significativas respecto a los criollos de Lima. Estas diferencias parecen indicar la

    existencia de -tempranas resentimientos de las provincias por la dominacin de,

    Lima.

    En las vsperas de la Independencia, Cuzco y Arequipa, concentraron cerca del

    40% de la poblacin criolla del virreinato. Estos dos centros provinciales tuvieron

    una lite criolla propia, cuyo status, orgullo y probablemente riqueza, estuvieron

    muy cerca de los de la lite limea. Esta lite provincial, adems, sinti bastante

    la dominacin burocrtica ejercida desde Lima.

    En muchos casos, los criollos de las provincias estuvieron ligados por lazos de

    parentesco tanto con los mestizos como, tambin, con la lite indgena. Es de

    este grupo criollo que parece haber salido la mayor parte de aquellos que

    integraban las fuerzas libertadoras, ya sea dentro de los grupos de guerrillas o

    dentro de las filas de los ejrcitos sanmartinianos o bolivarianos.

    Los grupos urbanos situados debajo de la lite criolla presentan una clara

    divisin, la tradicional divisin racial de la sociedad. Se puede distinguir, en una

    gradiente escalonada, un grupo relativamente prspero de pequeos

    comerciantes, artesanos y pequeos burcratas. Estos grupos comprendieron no

  • 12

    solamente a criollos y mestizos pobres, sino tambin a los indios de las ciudades

    e incluso a los mulatos y negros libres. La poblacin esclava de las ciudades

    estuvo fundamentalmente dedicada a los servicios domsticos y a la pequea

    artesana.

    La composicin de la poblacin rural fue significativamente diferente en la costa

    y en la sierra. En la costa, la fuerza de trabajo de las haciendas estuvo constituida

    principalmente por negros, esclavos, permanentemente vinculados a los

    dominios agrcolas. En el interior de la sierra esta fuerza de trabajo estuvo casi

    exclusivamente constituida por indios.

    Existieron, finalmente, grupos rurales medios tanto en la costa como en el

    interior de la sierra: pequeos comerciantes de aldeas, arrieros de mula y

    mercaderes, caciques menores o miembros de la baja nobleza india.

    El Estado y la organizacin poltica

    Cul fue la estructura poltica que se desintegr como consecuencia de la

    Emancipacin?

    En el caso del Per, por una parte, estas reformas representaron una respuesta a

    la crisis econmica y poltica del Imperio y, por otra, al desafo interno lanzado

    por la rebelin de Tupac Amaru. El sistema de intendencias, establecido en el

    Per en 1784, constituy una fuente de considerable tensin dentro del

    virreinato. Una de las mayores tareas encargadas a los intendentes fue lograr la

    eficiencia administrativa dentro de sus distritos, a travs de la supervisin del

    registro de indios, de la recaudacin del tributo, de la administracin urbana y de

    la justicia civil y criminal. Las actividades de los intendentes afectaron

    virtualmente todos los sectores de la sociedad colonial. Los corregidores de

    indios fueron suprimidos, aunque algunos de ellos trataron de recuperar su

    posicin perdida a travs de sus nuevos cargos de subdelegados.

    Los cabildos, fueron impulsados y revitalizados por la actividad del intendente.

    Las audiencias, as como los obispados y las cortes eclesisticas, debieron reducir

    el provechoso control que ejercan sobre la administracin de la justicia. Las

    tensiones entre estas instituciones y los intendentes devinieron en fuente de

  • 13

    querellas abiertas a todo nivel. Los mismos virreyes se sintieron afectados e

    hicieron todo lo posible por impedir la actividad de los intendentes, a la vez que

    trataban de persuadir a la Corona para que restableciera el viejo sistema. Los

    miembros del grupo criollo de la sociedad vieron limitados sus ingresos como

    consecuencia de estas medidas y los miembros de los cabildos o integrantes de la

    burocracia menor empezaron a sentir la vigilancia y el control de los intendentes;

    sin embargo, algunos criollos de alto nivel social lograron participar en la

    direccin del nuevo sistema administrativo al ser nombrados intendentes.

    La creacin de nuevos virreinatos como los de Nueva Granada en 1736 y del Ro

    de la Plata en 1776 introdujo otros cambios en el sistema poltico y

    administrativo.

    Otra caracterstica del sistema poltico del virreinato de particular importancia es

    que el mantenimiento de las leyes y reglas del sistema colonial estuvo a cargo de

    los propios nativos de las colonias hasta el final del perodo colonial.

    An ms, la milicia militar, tan reducida como era, estuvo compuesta,

    principalmente, por gente nacida en las colonias. Hasta la dcada de 1780, con la

    excepcin de la guardia de honor del virrey, no hubo tropas espaolas en el

    virreinato. La militarizacin de las colonias por Espaa, despus de la guerra en

    1763, consisti ms bien en el entrenainiento de las fuerzas de la milicia militar

    criolla que en el envo y mantenimiento de tropas espaolas a Amrica.

    Desde 1821 estas tropas fueron enfrentadas a los ejrcitos libertadores

    conducidos, primero, por San Martn y ms tarde, por Bolvar. La limitada

    participacin de las masas peruanas estuvo representada mayormente por

    indios, reclutados, como se ha dicho, por la fuerza y el engao, y por negros

    esclavos de las haciendas costeas, a quienes se les prometi la libertad una vez

    conquistada la victoria. El hecho fundamental es este gran silencio de las masas

    populares del Per: su no participacin en el proceso de la Independencia.

    Cabe preguntarse, por el velo ideolgico que coron o envolvi esta sociedad

    colonial. En efecto, gran parte de la discusin en tomo a los "precursores" de

    la Independencia gira sobre el pensamiento de algunos hombres, tratando de

  • 14

    mostrar la existencia de crticas a la metrpoli espaola o argumentos

    anticipatorios de la independencia.

    La composicin de los grupos que integraban la sociedad colonial, la organizacin

    de sus intereses, eran poco compatibles con la estructura ideolgica del

    liberalismo. La libertad econmica no pudo ser exigida por una burguesa que

    creci y se benefici con la articulacin colonial.

    El proceso de la Independencia

    El interior de las luchas por la emancipacin poltica, llevadas a cabo por fuerzas

    militares venidas de fuera, ayudadas por grupos de guerrilleros nativos, se

    desarroll una lucha de los grupos medios y provinciales contra la lite criolla y la

    dominacin de Lima. La llegada de San Martn, primero, y de Bolvar, despus,

    pusieron trmino a esta lucha interna. Estos lderes, llegaron al Per convencidos

    de la necesidad de establecer un control aristocrtico y autoritario a fin de lograr

    un gobierno estable. Para lograrlo, San Martn y Bolvar trataron de entregar el

    control poltico a la lite de Lima, pero su profunda debilidad y los largos aos de

    guerra hicieron fracasar sus esfuerzos y surgi un poder competitivo en la

    persona de las principales figuras militares.

    La rebelin de Tupac Amaru II, a pesar de lo que corrientemente se afirma, no

    tuvo vinculacin directa con la Independencia. Para comenzar, se produjo cuatro

    dcadas antes y fracas. De manera que cuando se busca conocer sus

    vinculaciones con la Independencia, antes que preguntarse si Tpac Amaru fue

    reformista o revolucionario, si buscaba o no un mejoramiento del sistema

    administrativo espaol o si encabezaba o no un movimiento separatista,

    conviene ms interrogarse sobre el impacto de su movimiento en los diversos

    grupos de la sociedad peruana colonial.

    En este sentido, una de las consecuencias de la rebelin de Tupac Amaru II fue

    que, en su mayora, los lderes indios fueron eliminados o atemorizados. En el

    caso de los criollos, el recuerdo de la rebelin de Tupac Amaru y el miedo de su

    repeticin fueron factores determinantes de su rechazo para apoyarse en las

    masas populares.

  • 15

    Tanto criollos como peninsulares tuvieron la conviccin fundada de que la

    participacin indgena en los movimientos polticos conducira, necesariamente,

    al ataque a los fundamentos de la propiedad y a los privilegios de los miembros

    de la lite.

    Pero ya una dcada antes de estos acontecimientos se sinti en este virreinato

    el peso de las guerras europeas, a travs de la interrupcin del comercio con

    Europa y del incremento de las exigencias financieras de la Corona espaola. En

    una economa que dependa casi enteramente del comercio y de la exportacin

    de metales, el impacto de las guerras europeas fue particularmente grande.

    Ellas lesionaron a la lite criolla, principalmente a los sectores directamente

    vinculados al comercio.

    En 1809 llegaron al Per las noticias de la formacin en Espaa de la Junta

    Central, como respuesta a la invasin francesa. Mientras que en el Alto Per y

    en Quito no se reconoci su autoridad y se formaron Juntas autnomas para

    sostener nominalmente a Fernando VII, todo el Per proclam su adhesin a la

    Junta Central. Los decretos del Consejo de Regencia, que en Espaa sucedi a la

    Junta, llegaron al Per poco tiempo despus. En la primera parte de este trabajo

    se ha mencionado que sus decisiones ms importantes fueron la libertad de

    prensa, el reemplazo de los cabildos tradicionales por organismos elegidos y la

    eleccin de representantes de Hispanoamrica ante las Cortes de Espaa.

    El virrey Abascal, aunque opuesto a estas reformas por su convencimiento de

    que llevaran necesariamente al debilitamiento de la autoridad de Espaa, cuid

    sin embargo del cumplimiento de estas decisiones. As orden que las ciudades

    del virreinato nombrasen sus representantes ante las Cortes. Las elecciones

    fueron indirectas: los distritos de las ciudades debieron designar a sus electores,

    los cuales, a su vez, nombraban a sus diputados.

    El nmero de diputados, en efecto, debi ser proporcional a la poblacin. Los

    representantes peruanos ante las Cortes queran incluir a la poblacin indgena

    en el clculo de poblacin total, porque esto permitira el nombramiento de un

    mayor nmero de delegados. Pero al mismo tiempo se tomaron precauciones

    para que los indios no pudiesen elegir ni ser elegidos.

  • 16

    El levantamiento de Hunuco fue iniciado por unos cuantos criollos de la ciudad.

    Los inicios de la rebelin, sin embargo, pueden vincularse directamente con la

    conciencia cada vez mayor de la debilidad de la metrpoli y con la conviccin de

    que el vaco poltico que se produca en las colonias a causa de la crisis espaola

    sera permanente y no temporal.

    Los lderes criollos de la rebelin de Hunuco obtuvieron las fuerzas que les eran

    necesarias al lograr la adhesin de los indios de las reas circundantes. Esta

    adhesin fue obtenida por la exhortacin de los criollos a los indios, para que se

    rebelaran contra la explotacin de que eran objeto. Las masas indias no

    pudieron, no podan hacerlo, establecer una neta diferenciacin entre criollos y

    peninsulares, entre un gobierno autnomo de los criollos y un gobierno colonial

    dependiente de la metrpoli. Los indios invadieron la ciudad de Hunuco y

    ahuyentaron a sus habitantes, quienes buscaron y consiguieron el apoyo del

    intendente y del virrey. El movimiento se disolvi rpidamente ante el ejrcito

    enviado desde Lima.

    En el caso de la rebelin del Cuzco de 1814 estas lneas de divisin entre criollos

    e indios se revelan con mayor claridad. La rebelin comenz oficialmente como

    un movimiento criollo, en enfrentamiento al control ejercido por Lima sobre la

    administracin local. La rapidez de la reaccin india atemoriz a los criollos,

    provocando que se separaran rpidamente del movimiento que ellos mismos

    haban originado.

    El movimiento del Cuzco comenz con la tumultuosa eleccin de los miembros

    del Cabildo Constitucional. El resultado fue el nombramiento de un pequeo

    grupo, abiertamente opuesto a la Audiencia y a las autoridades virreinales.

    Luego se sucedieron una serie de incidentes que incrementaron an ms la

    tensin existente. La guardia del virrey fue reforzada ante la amenaza de un

    complot tendiente a derrocar a las autoridades virreinales.

    Si bien los lderes de la rebelin no fueron miembros de la lite cuzquea, sino

    mestizos y blancos pobres, poco despus la lite, incluyendo al obispo y a las

    autoridades eclesisticas, se uni al movimiento y particip en la instalacin de

    un nuevo gobierno. Este gobierno incluy al antiguo gobernador interino y

  • 17

    cacique de Chincha, Mateo Pumacahua, a quien se le persuadi que aceptara la

    autoridad de los oficiales elegidos por la ciudad en reemplazo de los

    funcionarios espaoles depuestos. El virrey, mientras tanto, demand el

    restablecimiento de las antiguas autoridades. El pedido del virrey fue reforzado

    por la accin de las tropas mandadas desde Lima, llevando a Pumacahua a

    invocar el apoyo de los indios.

    Los indios acudieron prontamente al llamado y el movimiento pudo de esta

    manera vigorizarse y desarrollarse. Sin embargo, en la medida en que la

    participacin indgena se incrementaba, los criollos empezaron a atemorizarse, y

    su temor aument con las forzosas donaciones que estuvieron obligados a hacer

    para sostener a las tropas en armas. A medida que los criollos limitaban su

    apoyo personal y financiero, el movimiento comenz a debilitarse, posibilitando

    as su derrota en el campo de batalla por los ejrcitos reales.

    La restauracin de Fernando VII signific el fin de la Constitucin, las Cortes y los

    Cabildos elegidos por las colonias. Las rdenes enviadas tendan al

    restablecimiento de la situacin de 1808. En el Per este propsito fue

    alcanzado. Pero pronto el virreinato tuvo que hacer frente a otro cambio que

    afect Espaa: el levantamiento del general Riego y la revolucin liberal de

    1820. Este acontecimiento, en reas como Nueva Espaa, provoc que los

    miembros conservadores de la sociedad criolla cambiasen su antigua lealtad

    hacia la Corona por un inesperado y decidido deseo de independizarse de ella.

    Es el nacimiento de la profesin independentista de Itrbide.

    La llegada de San Martn en 1821, el paso del ejrcito libertador en su camino

    hacia Lima, fueron saludados con calor en las ciudades costeas. Lima, por otra

    parte, se mantuvo slida contra San Martn. Las acciones de sus tropas y el

    bloqueo impuesto por Cochrane lesionaron los intereses no slo de los ricos

    comerciantes sino tambin de todos aqullos, como los portuarios, que de

    distintas maneras estaban vinculados a la actividad comercial. La poblacin de la

    ciudad confiaba todava en la proteccin del virrey, y cuando ste decidi

    abandonar Lima ante el avance de las tropas patriotas, un pnico total se

    apoder de ella.

  • 18

    En Lima, la presencia del ejrcito libertador fue aceptada poco ms tarde; en

    cambio hay poca evidencia del apoyo de su poblacin criolla a lo largo de todo el

    perodo de la Independencia. Los criollos ricos de Lima no estuvieron dispuestos

    a donar fondos al ejrcito libertador, de la misma manera en que anteriormente

    no estuvieron dispuestos a socorrer econmicamente al virrey. La participacin

    criolla en las fuerzas patriotas fue igualmente reducida.

    Los criollos, en su mayor parte, sostuvieron al virrey hasta que se hizo cada vez

    ms evidente que las tropas espaolas no podran defenderlos. Por otra parte,

    se sintieron poco seguros en su nueva situacin, sobre todo al conocer los

    decretos de San Martn que manumitan a todos los hijos de los esclavos nacidos

    en el Per desde el ingreso de las tropas patriotas, y que supriman el tributo

    indio, la mita y todo tipo de trabajo forzado. El miedo y el descontento eran

    evidentes, incluso si estos decretos no llegaron nunca a ser aplicados, o lo

    fueron slo temporalmente. Tampoco les inspiraba confianza la apropiacin de

    los bienes de los espaoles exilados, con quienes los criollos haban mantenido

    relaciones de parentesco o de clientela.

    Por otra parte, el reemplazo de la dictadura encubierta de San Martn por la

    dictadura declarada de Bolvar, reforzada por la presencia impuesta de las

    tropas colombianas, provoc muchos levantamientos que fueron seguidos por

    otros sectores de la sociedad.

    Qu ocurra en el Cuzco entre 1821 y 1825? Esta regin fue el centro del

    levantamiento contra Lima y contra Espaa en 1814.

    Significado histrico de la Independencia

    En Amrica Latina y en el Per los movimientos libertadores lograron la ruptura

    poltica de los lazos con la metrpoli, pero este desprendimiento externo no

    estuvo acompaado por una transformacin de las estructuras internas de la

    sociedad forjadas durante el perodo colonial. El carcter colonial de la

    economa y de la sociedad hispanoamericana se mantuvo hasta ms all del

    ocaso del siglo XIX.

  • 19

    Para comenzar, la lite peruana no luch por la independencia. Quienes trajeron

    la Independencia, por otra parte, fueron militares convencidos de la necesidad

    de derrotar a los ejrcitos realistas en el Per como condicin indispensable

    para consolidar la liberacin de las otras regiones de Hispanoamrica.

    La independencia no lleg, precisamente al Per en una etapa en que su lite no

    haba clarificado ni desarrollado la conciencia de s misma como un grupo

    distinto y opuesto a Espaa, elemento esencial para la constitucin de una

    "patria" o de una "nacin". Las clases altas de la sociedad peruana fueron

    clebres por su hispanismo, y este complejo de la hispanidad aparece vigente

    por lo menos hasta la dcada de 1880.

    Existen evidencias de una respuesta positiva de parte de los negros, pero en

    cambio los indios no se identificaron con la causa de los ejrcitos libertadores. La

    reticencia india se debi a razones sociales y culturales y, probablemente,

    tambin al hecho de que el ejrcito sanmartiniano no penetr en la sierra, con

    excepcin de algunas pocas incursiones.

    Existen, en efecto, pocos indicios de una movilizacin popular a gran escala en

    1821 o ms tarde. El ejrcito de Bolvar, por ejemplo, se vio obligado a recurrir a

    medidas propias del enganche para obtener de los pueblos los hombres que le

    eran necesarios. Estos fueron conducidos a los centros de operaciones bajo

    fuerte custodia para evitar su desercin. Pero, pese a esta vigilancia, los

    desertores fueron tan numerosos como los reclutas; los oficiales locales, en

    efecto, informaban continuamente que los indios desertaban de sus hogares y

    huan a las montaas *. No hay seales de movilizaciones regionales semejantes

    a la de 1812 o a la de 1814. Se deba esto a que la situacin y las caractersticas

    de la masa populares en 1821 eran distintas de las de aos anteriores, o ms bien

    a que la lite local tena una capacidad mucho mayor para controlar de cerca la

    situacin? Las respuestas a estas preguntas pueden aclarar no solamente las

    caractersticas de la sociedad provinciana, sino tambin los cambios que

    experiment a lo largo del perodo turbulento e inseguro de la Emancipacin. En

    todo caso, en estas condiciones el Per de la Independencia no fue sino la

    inmensa escena de enfrentamiento de los ejrcitos patriotas y realistas, donde su

  • 20

    lite y sus clases populares no hicieron sino asistir impasibles a la decisin de sus

    destinos; la primera, con miedo, las ltimas, en silencio.

    Pero el hecho de que la Independencia no haya significado la transformacin

    sustantiva de la estructura colonial, no quiere decir que el proceso peruano no

    sufriera algunas alteraciones durante esta etapa. Los cambios ocurridos, si se

    permite la formulacin, en lugar de modificar o reorientar el proceso anterior a

    las guerras de la Independencia, no hicieron sino acelerarlo e intensificarlo. Es

    decir, acentuaron la debilidad de la lite criolla, incrementaron sus dificultades

    econmicas, aceleraron la desintegracin regional y consolidaron el control

    econmico de Inglaterra, control que fue ms extenso y ms decisivo que el

    ejercido anteriormente por la metrpoli espaola.

    La burguesa criolla, ya en crisis en el siglo XVIII, se debilit an ms por la accin

    de las largas guerras de la Emancipacin. La burguesa comercial se vio

    maltratada por los sucesivos bloqueos de los puertos y por la invasin de las

    mercancas europeas. El nuevo Estado que surge con la Independencia fue un

    Estado completamente dbil, desprovisto de una estructura bancaria y

    financiera. Esta debilidad se agrav en la primera dcada despus de la

    Independencia con los mltiples "pronunciamientos" de los caudillos militares

    que para sostenerse debieron recurrir a la expoliacin de la poblacin rural y

    urbana.

    La aparicin de los caudillos militares y su constitucin como grupo de poder y de

    dominio a travs de casi todo el siglo XIX, es otro de los cambios que aparece

    como consecuencia de las guerras de independencia.