boletin la voz del heraldo no 1 01 2009

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Y el santuario será purificado. Primera Parte. Por: Samuel Saldaña Puntos de interés especial ¿Qué es el Santuario? ¿Qué servicios se realiza- ban dentro del Santuario? El Continuo La Expiación La Purificación del San- tuario El Sellamiento Los redimidos y la Libera- ción de los santos Contenido: El Servicio Sacerdotal 1 Vínculo entre Cristo y el cordero 2 El sacerdote y el holocausto 3 Cristo como sacerdote 4 Macho cabrío, Azazel 5 Cristo sale del Santísimo hacia la Tierra, antes de Su Segunda Venida 6 Liberación del pueblo santo de Dios 7 La expiación no se consumó en la cruz del calvario 8 Sello de Dios: El Sábado y el Espíritu Santo 9 Receta licuado frutas 13 ¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente! enero, 2009 Volumen 1, 1 La Voz del Heraldo Mucho se ha hablado y discutido sobre el te- ma del Santuario; sin embargo, por razones obvias de cuales Satanás se ensaña, podemos reconocer que es de gran importancia y edifi- cación conocer este tema, donde el Plan de Dios y Su carácter es revelado. Tanto la San- ta Ley de Dios, Su amor incalculable, el res- cate de la humanidad a través de los méritos divinos en el proceso de la purificación de los pecados del individuo, la nación y el templo, todos son enseñanzas que nos permiten com- prender cómo es Dios. En los primeros años de constitución eclesiás- tica, tanto la Roma Imperial como Papal se dedicaron en el esfuerzo de mezclar las ense- ñanzas bíblicas con la filosofía, dando como consecuencia una nueva iglesia que se esta- blecía por encima de la iglesia pre-establecida y fundada por Cristo. La constitución del santuario, el pan y vino de la proposición, purificación del templo, así como también la ofrenda y obra del sacerdote eran parte clave para que el Señor tomara co- mo acepto la nación entera una vez en el con- vite se convocarán, confesaran y arrepintieran los pecados diarios de la nación. A esos per- íodos de tiempo en fechas particulares la na- ción las entendía como las Fiestas Solemnes de Dios porque así los había ya establecido, sin embargo, no hubiera sido necesario si el pueblo de Israel, salido de Egipto hubiera atendido los mandamientos del Gran Decálo- go. Aún en el sistema provisional del Servicio del Santuario, Dios se revelaba, hemos de recor- dar que desde antes del origen del pecado, tanto el Padre y el Hijo habían establecido un plan donde se rescataría no sólo a la humani- dad, si no también aquellos ángeles del Cielo que habían empezado a familiarizarse con el pecado y la muerte. Era y aún sigue siendo anti-natural que las criaturas de Dios murie- ran, ellos no habían sido creados conociendo la maldad. Cultivar ideas impropias en las criaturas de Dios era llevarlas por sendos caminos de muerte. Ninguna criatura de Dios debe experimentar el conocimiento del bien y del mal mezclado; si no, que su conocimiento original debe estar siempre inclinado para el bien hacer. El conocimiento que Satanás ofreció a Eva en el Huerto del Edén era hacia el mal. Fue la misma oferta que hizo en el Reino de los Cielos durante el génesis del pecado y la muerte. La idea concebida llenó de dudas a las criatu- ras fieles, pero Dios tendría que respetar por el mismo amor a Sus criaturas, escogieran servirle a Él o al Príncipe de la muerte. Por otra parte, Dios tendría que dejar el pecado se desarrollara y consigo fatales consecuencias que demostraron al universo que otra caída y rebelión no valdría la pena y tampoco sería tolerado. Una vez ingresada la maldad en la Tierra, así como en el Cielo, era necesario una figura que hiciera la paga y compra o recuperara la raza que se había perdido; pero por otro lado, esa misma figura divina que alcanzaría la Tierra así con el universo y se demostraría aún a los ángeles, que Dios es Un Dios Tier- no y Leal, Justo y Verdadero; por tanto, Su Hijo Unigénito tendría que reivindicar el Santo Nombre de YHWH. Ante la paga del pecado que es muerte, para la remisión, la ley exigía del pecador, derra- mamiento de sangre. Sin embargo, Uno que es Divino, Uno que Es Justicia y Poder otor- gado por el Padre (Sal. 110.1) y quien posee naturaleza plenamente divina (Heb. 1.5) tenía que morir, aunque su propia condición no le colocaba en esa posición. Ya en el jardín del Edén se veía el primer sacrificio de aquel cordero que asumía el pecado; Adán y Eva comprendieron que no www.alaluzdelabiblia.org

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Page 1: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

Y el santuario será purificado. Primera Parte. Por: Samuel Saldaña

Puntos de interés especial

¿Qué es el Santuario?

¿Qué servicios se realiza-

ban dentro del Santuario?

El Continuo

La Expiación

La Purificación del San-

tuario

El Sellamiento

Los redimidos y la Libera-

ción de los santos

Contenido:

El Servicio Sacerdotal 1

Vínculo entre Cristo y el cordero 2

El sacerdote y el holocausto 3

Cristo como sacerdote 4

Macho cabrío, Azazel 5

Cristo sale del Santísimo hacia

la Tierra, antes de Su Segunda

Venida

6

Liberación del pueblo santo de

Dios

7

La expiación no se consumó en

la cruz del calvario

8

Sello de Dios: El Sábado y el

Espíritu Santo

9

Receta licuado frutas 13

¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!

enero, 2009

Volumen 1, nº 1

La Voz del Heraldo

Mucho se ha hablado y discutido sobre el te-

ma del Santuario; sin embargo, por razones

obvias de cuales Satanás se ensaña, podemos

reconocer que es de gran importancia y edifi-

cación conocer este tema, donde el Plan de

Dios y Su carácter es revelado. Tanto la San-

ta Ley de Dios, Su amor incalculable, el res-

cate de la humanidad a través de los méritos

divinos en el proceso de la purificación de los

pecados del individuo, la nación y el templo,

todos son enseñanzas que nos permiten com-

prender cómo es Dios.

En los primeros años de constitución eclesiás-

tica, tanto la Roma Imperial como Papal se

dedicaron en el esfuerzo de mezclar las ense-

ñanzas bíblicas con la filosofía, dando como

consecuencia una nueva iglesia que se esta-

blecía por encima de la iglesia pre-establecida

y fundada por Cristo.

La constitución del santuario, el pan y vino de

la proposición, purificación del templo, así

como también la ofrenda y obra del sacerdote

eran parte clave para que el Señor tomara co-

mo acepto la nación entera una vez en el con-

vite se convocarán, confesaran y arrepintieran

los pecados diarios de la nación. A esos per-

íodos de tiempo en fechas particulares la na-

ción las entendía como las Fiestas Solemnes

de Dios porque así los había ya establecido,

sin embargo, no hubiera sido necesario si el

pueblo de Israel, salido de Egipto hubiera

atendido los mandamientos del Gran Decálo-

go.

Aún en el sistema provisional del Servicio del

Santuario, Dios se revelaba, hemos de recor-

dar que desde antes del origen del pecado,

tanto el Padre y el Hijo habían establecido un

plan donde se rescataría no sólo a la humani-

dad, si no también aquellos ángeles del Cielo

que habían empezado a familiarizarse con el

pecado y la muerte. Era y aún sigue siendo

anti-natural que las criaturas de Dios murie-

ran, ellos no habían sido creados conociendo

la maldad. Cultivar ideas impropias en las

criaturas de Dios era llevarlas por sendos

caminos de muerte.

Ninguna criatura de Dios debe experimentar

el conocimiento del bien y del mal mezclado;

si no, que su conocimiento original debe estar

siempre inclinado para el bien hacer.

El conocimiento que Satanás ofreció a Eva en

el Huerto del Edén era hacia el mal. Fue la

misma oferta que hizo en el Reino de los

Cielos durante el génesis del pecado y la

muerte.

La idea concebida llenó de dudas a las criatu-

ras fieles, pero Dios tendría que respetar por

el mismo amor a Sus criaturas, escogieran

servirle a Él o al Príncipe de la muerte. Por

otra parte, Dios tendría que dejar el pecado se

desarrollara y consigo fatales consecuencias

que demostraron al universo que otra caída y

rebelión no valdría la pena y tampoco sería

tolerado.

Una vez ingresada la maldad en la Tierra, así

como en el Cielo, era necesario una figura

que hiciera la paga y compra o recuperara la

raza que se había perdido; pero por otro lado,

esa misma figura divina que alcanzaría la

Tierra así con el universo y se demostraría

aún a los ángeles, que Dios es Un Dios Tier-

no y Leal, Justo y Verdadero; por tanto, Su

Hijo Unigénito tendría que reivindicar el

Santo Nombre de YHWH.

Ante la paga del pecado que es muerte, para

la remisión, la ley exigía del pecador, derra-

mamiento de sangre. Sin embargo, Uno que

es Divino, Uno que Es Justicia y Poder otor-

gado por el Padre (Sal. 110.1) y quien posee

naturaleza plenamente divina (Heb. 1.5) tenía

que morir, aunque su propia condición no le

colocaba en esa posición.

Ya en el jardín del Edén se veía el primer

sacrificio de aquel cordero que asumía el

pecado; Adán y Eva comprendieron que no

www.alaluzdelabiblia.org

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sólo ellos morirían como consecuencia de

una falsa adoración y la mediación de un dios

no verdadero, sino que su pecado alcanzaba

hasta el Reino de los Cielos, y Cristo confor-me al consejo o concilio de paz (Zac. 6.13)

pactado por el Padre, se incorpora en esta

Tierra para asumir no sólo la falta sino que

por Sus méritos, transmitía expedita, Su Jus-

ticia.

La vinculación entre Cristo y el cordero

“Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia

él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios que qui-

ta el pecado del mundo”. Jn. 1.29.

Cristo estuvo presente en el jardín edénico

junto a Adán y Eva para dar testimonio de

que sus vestiduras eran la cubierta de Su jus-

ticia.

No fue Cristo quien realizaría el sacrificio

porque Él no pecó. Sin embargo, Cristo pre-

senciaba el sacrificio que Adán realizaba por

los de su casa.

“Cuando Adán, de acuerdo con las indicacio-

nes especiales de Dios, presentó una ofrenda

por el pecado, fue para él una ceremonia su-

mamente penosa. Tuvo que levantar la mano

para tomar una vida que sólo Dios podía dar,

para presentar su ofrenda por el pecado. Por

primera vez estuvo en presencia de la muerte. Al contemplar la víctima sangrante en medio

de las contorsiones de su agonía, se lo indujo

a observar por fe al Hijo de Dios, a quien esa

víctima prefiguraba, y que moriría como sa-

crificio en favor del hombre.

Esta ceremonia, ordenada por Dios, debía ser

un constante recordativo para Adán, como

asimismo un reconocimiento penitencial de

su pecado. Este acto de tomar una vida dio a

Adán una impresión más profunda y perfecta

de su transgresión, que para expiarla se requi-rió nada menos que la muerte del amado Hijo

de Dios. Se maravilló de la infinita bondad y

del incomparable amor puesto de manifiesto

al dar semejante rescate para salvar al culpa-

ble. Cuando Adán daba muerte a la víctima

inocente, le parecía que estaba derramando

con su propia mano la sangre del Hijo de

Dios. Se dio cuenta de que si hubiera perma-

necido fiel al Señor y leal a su santa ley,

jamás habrían muerto ni hombres ni anima-

les. No obstante los sacrificios, al señalar hacia la gran y perfecta ofrenda del amado

Hijo de Dios, le permitían vislumbrar una

estrella de esperanza que iluminaba las tinie-

blas de su terrible futuro, y le proporcionaban

alivio en su total desesperanza y ruina”. HR.52.

Desde el mismo momento la Divinidad puso

en curso el plan de redención ya pre-

establecido hasta el cumplimiento del anti-

típico en la figura de Cristo.

“Para Adán el ofrecimiento del primer sacri-

ficio fue una ceremonia muy dolorosa. Tuvo

que alzar la mano para quitar una vida que

sólo Dios podía dar... Mientras mataba a la inocente víctima temblaba al pensar que su

pecado haría derramar la sangre del Cordero

inmaculado de Dios. Esta escena le dio un

sentido más profundo y vívido de la enormi-

dad de su transgresión, que nada sino la

muerte del querido Hijo de Dios podía ex-

piar. Y se admiró de la infinita bondad que

daba semejante rescate para salvar a los cul-

pables”. PP. 54, 55.

Desde entonces, hombres fieles realizaron el

cumplimiento aunque no se había establecido por escrito, si por precepto y la normativa fue

escrita en la mente.

Noé ofreció holocausto de animales puros

“Y edificó Noé un altar á Jehová y tomó de

todo animal limpio y de toda ave limpia, y

ofreció holocausto en el altar”. Gén. 8.20.

Abraham

En Génesis 14:17-20, encontramos la ofrenda

por primera vez cuando Abraham le dio a

Melquisidec el diezmo de todo (He. 7.2).

Isaac representación del Cordero

“Y Abraham se levantó muy de mañana, y

enalbardó su asno, y tomó consigo dos mozos

suyos, y á Isaac su hijo: y cortó leña para el

holocausto, y levantóse, y fué al lugar que

Dios le dijo. ”. Gn. 22.3 (ver versos 1-24).

Jacob ofreció sacrificio en el monte

“Luego ofreció Jacob un sacrificio en el mon-

te, y llamó a sus parientes a comer; y comie-

ron, y pasaron la noche en el monte”. Gén.

31.54.

... Continuación del artículo anterior

“Adán daba muerte a

la víctima inocente, le

parecía que estaba

derramando con su

propia mano la sangre

del Hijo de Dios”

Página 2 La Voz del Heraldo

Page 3: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

El sacerdote de Madián

“Y el sacerdote de Madián tenía siete hijas, las cuales fue-

ron a sacar agua y llenaron las pilas para dar de beber al rebaño de su padre”. Éx. 2.16.

“Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacer-

dote de Madián; y condujo el rebaño hacia el lado occi-

dental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Dios”.

Éx. 3.1.

Moisés y su suegro Jetro

“Y tomó Jetro, el suegro de Moisés, holocaustos y sacrifi-

cios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel a comer pan con el suegro de Moisés delante de Dios”.

Éx. 18.12.

Moisés recibe instrucción Divina para la elección de

lugares de los holocaustos

“Harás un altar de tierra para mí, y sobre él sacrificarás tus

holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus bueyes;

en todo lugar donde yo haga recordar mi nombre, vendré a

ti y te bendeciré”. Éx. 20.24.

Moisés envió a los hijos de Israel

“Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y le-

vantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y

doce columnas, según las doce tribus de Israel. Y envió

jóvenes de los hijos de Israel, que ofrecieron holocaustos y

sacrificaron novillos como ofrendas de paz al Jehová”.

Éx. 24.4-5.

Moisés y las reiteraciones de la ley

“Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Entonces dijo Jehová a Moisés: Escribe esto en un libro

para que sirva de memorial, y haz saber a Josué que yo borraré

por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Y

Moisés edificó un altar, y llamó su nombre El SEÑOR Es Mí

Bandera (YHWH-nisi)”. Éx. 17.13-15.

“Luego tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, y

ellos dijeron: Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos y obedece-

remos”. Éx. 24.7.

“Y colocó el altar del holocausto á la puerta del tabernáculo, del

tabernáculo del testimonio; y ofreció sobre él holocausto y pre-

sente; como Jehová había mandado á Moisés”. Éx. 40.29.

Rey Acaz da indicaciones al sacerdote Urías desde Damasco

“Cuando vino el rey de Damasco y vio el altar, el rey se acercó al

altar y subió hasta él; quemó su holocausto y su ofrenda de cere-

al, derramó su libación y roció la sangre de sus ofrendas de paz

sobre el altar; Y el altar de bronce que estaba delante de Jehová,

hízolo acercar delante de la frontera de la casa, entre el altar y el

templo de Jehová, y púsolo al lado del altar hacia el aquilón”. 2

Reyes 16.12-14.

Ezequiel

“Esta es la ley del templo: todo su territorio sobre la cumbre del

monte por todo alrededor será santísimo. He aquí, ésta es la ley del templo.

Y díjome: Hijo del hombre, así ha dicho el Señor Jehová: Estas

son las ordenanzas del altar el día en que será hecho, para ofrecer

sobre él holocausto, y para esparcir sobre él sangre. Darás á los

sacerdotes Levitas que son del linaje de Sadoc, que se allegan á

mí, dice el Señor Jehová, para ministrarme, un becerro de la va-

cada para expiación. Al segundo día ofrecerás un macho cabrío

sin defecto para la ofrenda por el pecado, y purificarás el altar

como lo purificaron con el novillo.

Y los ofrecerás delante de Jehová, y los sacerdotes echarán sal

sobre ellos, y los ofrecerán en holocausto á Jehová”. Ez. 43.12, 18-19, 22, 24.

Cristo mismo el Cordero

"Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como un cordero fue llevado al matadero; como una oveja

delante de sus trasquiladores, enmudeció, no abrió su boca. Por medio de violencia y de juicio fue quita-

do; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes, y por la rebe-

lión de mi pueblo fue herido. Se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte.

Aunque nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padeci-

miento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá descendencia, vivirá por largos

días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma y que-

dará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará sobre sí las iniquida-

des de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los poderosos repartirá el botín; por cuan-

to derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores". Isaías 53:7-12.

... Continuación del artículo anterior

Página 3 Volumen 1, nº 1

Page 4: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

Cristo como Sacerdote

“Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abra-

ham del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu ma-no. Y le dio Abram los diezmos de todo". Gén. 14:18–20.

Nuestro señor Jesucristo "hizo la paz con la sangre de su cruz" (Col. 1.20). Por la fe en él somos declarados justos. "siendo justi-

ficado por la fe tenemos paz con Dios a través de nuestro señor Jesucristo" (Rom. 5.1; 3.21, 26). Pablo se dijo: "porque el reino

de Dios no es comida ni bebida; sino justicia, paz, y alegría, en el Espíritu Santo" (Rom. 14.17). El profeta hebreo Jeremías dijo

de él, "le llamarán el SEÑOR NUESTRA JUSTICIA" (Jer. 23.5, 6).

Melquisedec se describe en las escrituras como no teniendo conocida genealogía. No existe referencia su descendencia, o del

principio y final de Su vida. Él es " sin padre, sin Madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho

semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre” (Heb. 7.3).

Con forma de nobleza este sacerdote-rey era un tipo del Dios-Rey y del Sacerdote Altísimo.

Sal 109.1-4: “Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”.

El rey David bajo inspiración del Santo Espíritu de Dios dijo con respecto al Mesías que vendría:

“Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec" (Sal. 110.4).

Estas palabras las escribió David mil años después de que el sacerdote Melquisedec vivió y sirvió como sacerdote del Dios altísi-

mo. David declaró como modelo, que los últimos sacerdotes deben ser como Aquel Melquisedec quien fue encontrado

sin padre, sin madre, sin genealogía terrenal.

El sacerdocio de YASHÚA, nuestro Sacerdote Altísimo, fue posterior a la orden de Melquisedec (Heb. 5.5, 6, 10; 6.19, 20; 7.1,

3, 17, 20, 28; 8.1,3, …).

El hijo de Dios entró dentro del primer velo como precursor, y allí habita al tiempo de hoy en el segundo velo ejercitando Su

función como Sumo Sacerdote. Todas las calidades reveladas en la cuenta histórica de este sacerdocio-reinado vinieron a su

último cumplimiento en la figura de Cristo.

Hemos de recordar que no es el tipo el que prepondera sobre el anti-tipo, sino más bien el anti-tipo determina el tipo. No se re-

trata a Cristo después del patrón de Melquisedec, pero Melquisedec "es hecho como el hijo de Dios" (Heb. 7.3).

Es mención de Aquél Ángel de YHWH y es muy probable se refiera por sus atributos del anti-tipo a Hijo del Dios Altísimo.

Gén. 32.30; Éx. 3.2; 14.19; 23.20; Josué 5.13-15; Juec. 13.22; Isa. 63.9.

En la Biblia no se registra nada de la ascendencia de Melquisedec, o la progenie, nada se dice acerca de su nacimiento o muerte.

Él aparece como un hombre vivo, Rey de Salem (note que es un título aplicativo a Cristo: Príncipe de Shalem o Paz, ver Is. 6.9)

y así mismo desaparece. Aquí se ve el eterno ser del hijo de Dios. Éste es el lado eterno del sacerdocio del Mesías. No estamos

mirando la perspectiva humana de Cristo en este pasaje.

Melquisedec sigue siendo sacerdote continuamente para la duración de su aspecto en la narrativa bíblica. Sin embargo, el antiti-po Cristo sigue siendo sacerdote continuamente sin la calificación para siempre.

El comentario divino en este gran paso en Génesis, deja claro que Cristo es el Gran Sacerdote Altísimo de quien Melquisedec era

un tipo. Los capítulos cinco a diez de Hebreos explican cómo el sacerdocio de Cristo es superior al de Aarón y a los levitas. El

énfasis entero de Hebreos está en un sacerdote mejor, un convenio y santuario mejor, un sacrificio mejor y por tanto mejores

promesas. Y si Melquisedec era mayor que Abraham, su sacerdocio debe ser mayor que el sacerdocio común, que remonta su

descendencia desde Abraham. Abraham reconoció la superioridad de Melquisedec dando los diezmos a Melquisedec y recibien-

do también Sus bendiciones. El sacerdocio de Melquisedec goza de un estado más alto que el sacerdocio Levítico en Hebreos.

Jesús era de la tribu de Judá, no de Leví. Él no podría nunca servir como sacerdote de los Levitas. Por otra parte, ningún Levita

podía servir siempre como el rey Mesías.

... Continuación del artículo anterior

Página 4 La Voz del Heraldo

Page 5: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

Cristo como Sumo Sacerdote

El autor del libro de los Hebreos procura convencernos acerca de la figura de Cristo. Hemos de recordar que en el primer capítu-

lo de este libro se explica acerca de la Divinidad del Señor, y el segundo capítulo se destaca la humanidad del Señor. Pero en términos generales el libro explica tres aspectos básicos pero que son relevantes.

Primero, el sacerdocio de Cristo destruye y desplaza completamente la estructura del sacerdocio judío y el culto del templo. Ya

no es posible contemporizar el sistema antiguo con el sistema del sacerdocio de Cristo, porque Él es el anti-tipo.

Segundo, Cristo en su sacerdocio inauguró un Nuevo Pacto entre Dios y su pueblo, haciendo del antiguo pacto algo obsoleto así

como sus formas rituales y sacerdotales, Cristo había dejado de ser el Cordero Expiatorio, pero, se venía a conformar en el Reino

de los Cielos, en el Lugar Santo específicamente donde se practicaba el Tamid o Continuo, Sumo Sacerdote.

Tercero, la persona y obra de Cristo son definitivas, y cancelan toda otra opción típica o común. Por eso y mucho más, habiendo

conocido a Cristo no se puede volver en los tiempos hacia atrás, como si fuese necesario el servicio de Continuo o justificatorio, sin una conversión santa que se logra únicamente en el segundo departamento.

Cristo al salir del Lugar Santísimo (gr. Ta Hagía)

“Mas estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no

hecho de manos, es á saber, no de esta creación; Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre,

entró una sola vez al Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los machos

cabríos, y la ceniza de la becerra, rociada á los inmundos, santifica para la purificación de la carne, ¿Cuánto más la sangre de

Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muer-

te para que sirváis al Dios vivo?”. Hb. 9.11-14.

Particularmente en el verso 12, existe una diferencia sustancial donde se ve a Cristo como Sumo Sacerdote. Y, aunque existe controversias sobre la obra expiatoria del Señor, muchos emplean algunas traducciones equívocas para indicar que el departa-

mento era el Lugar Santo o bien, peor aún, el Santuario completo. Sin embargo, con detenimiento encontramos que al repasar el

término griego Ta Agía o Ta Agión está refiriéndose al Santísimo o lo que comúnmente conocemos como el Lugar Santísimo

(gr. Ta Hagía).

Este versículo es cónsone con una profecía donde se ve a Cristo pasando entre departamentos, a lo profundo del velo. Me refiero

a Daniel 8.14 donde al fin de las 2300 tardes y mañanas, el Señor siendo el Sacerdote Máximo pasa del Lugar Santo donde se

encontraba desde que murió, resucitó y ascendió al Reino de los Cielos, hacia el Lugar Santísimo o el Santo de los Santos, donde

permanece en estos momentos desde el fin de las profecía larga de los 2300 años.

“Después que Jesús se levante del trono como mediador, todo caso habrá sido decidido, y la opresión y la muerte de los hijos de Dios, no serán entonces un testimonio en favor de la verdad”. Manuscrito 6, de 1889.

Cordero Azazel

En la Fiesta Solemne de la Expiación, el Sumo Sacerdote (diferente al sacerdote común de continuo), quien llevaba el pecado de

la nación dentro de Él (recordemos que el sacerdote consumía la carne para tal efecto, pero Cristo llevó en Su propia carne, todo

el peso universal del pecado) por lo que le acreditaba adentrarse hasta el velo que le llevaba al Santísimo. Al fin del tiempo de la

Expiación (Yom Kippur), el Sumo Sacerdote que había sido acepto por la Gloria de YHWH, saldría a transmitir los pecados que

portaba hacia Azazel, el Macho Cabrío dedicado como Satanás, recibiría los pecados de la nación y del Sumo Sacerdote y su

casa. Simbólicamente el sacerdote príncipe abandonaba el Lugar Santísimo, pasaba nuevamente al Santo y luego al Atrio donde

estaba el Macho Cabrío de perdición o pecado, el cual sería abandonado en el desierto Azazel.

Levítico 16.22-26: Los israelitas sabían que habían pecado y que no alcanzaban la norma de lo que Dios esperaba de ellos. Sin

embargo, durante el día de la expiación habían tenido una demostración visual del completo alejamiento de los pecados que hab-

ían confesado y que les habían sido perdonados durante el año que había terminado, y podían ver también la bondad de Dios al

haberles preservado la vida. Sabían que no merecían la gracia que les había sido extendida. Sin embargo, por la sangre derrama-

da del sacrificio del día de la expiación, el mismo registro de sus pecados perdonados había sido raído del santuario. Al contem-

plar la partida del macho cabrío de Azazel, eran testigos del último acto del drama: Satanás, con todos los pecados que había

instigado, ahora vueltos "sobre su cabeza" (Sal. 7: 16), alejándose hacia su condenación.

... Continuación del artículo anterior

Página 5 Volumen 1, nº 1

Page 6: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

Cristo sale del Santuario hacia la Tierra antes de Su Segunda Venida

"El Señor durante el juicio caminará por la tierra al fin del tiempo; las terribles plagas comenzarán a caer. Entonces aquellos que

han despreciado la Palabra de Dios y la han valorado a la ligera "irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discu-rrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán" [Amós 8:12]. Hay un hambre en la tierra por oír la Palabra. Los ministros

de Dios habrán hecho su última tarea, ofrecido sus últimas oraciones, derramado sus últimas lágrimas amargas por una iglesia

rebelde y un pueblo impío. Su última y solemne amonestación ha sido dada. Entonces, aquellos que han profesado la verdad y no

la han practicado ¡cuán rápidamente darían casas y terrenos... dólares que han sido acumulados miserablemente... para recibir

algún consuelo!... Pero no, deberán padecer hambre y sed en vano; su sed nunca será saciada, ni podrán obtener consuelo. Sus

casos están decididos y fijados para siempre. Es un tiempo temible, terrible". Manuscrito 1, Junio de 1857.

Purificación

El pecado entró en la Tierra, pero la duda que es pecaminosa en el Cielo. Por tanto, el Nombre de YHWH tenía que ser restaura-

do delante del universo. YAHSHÚA o YAHOSHÚA (Dios salva a Su pueblo, Dios libertador, Dios libera Su pueblo) no sólo realizaba la obra de expiar toda desgracia en la Tierra, sino que los ángeles tentados a pensar que el Reino de Dios es un reino de

injusticia porque Se le adoraba con temor al “Dios Tirano”; no todo había sido concreto a pesar que los ángeles que permanecie-

ron con Dios en el Cielo, habían eliminado toda duda.

La muerte de Cristo en la cruz del calvario, había demostrado en definitiva que YHWH es Justo y Verdadero, y que entregaba

todo incluso al Hijo Unigénito por aquella raza que se había perdido. Él era capaz de traer Su Reino a la Tierra por amor.

Quedaba establecido ante todo el universo, que el carácter de YHWH es amor. Y su consumación no fue concluida en la cruz,

sino que conllevaba así como el servicio sacerdotal en el Santuario Terrenal, una vez la ofrenda, ser tomada por el sacerdote y

adentrarse de continuo en el Lugar Santo. Pero aún era necesario para ser píos delante de la Gloria de YHWH, purificarlos para

siempre al fin del tiempo.

La obra expiatoria de Cristo no se consumó (gr. Tetelestia: consumado; hecho, culminado) en la cruz:

“Y como Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dió el espíritu”. Jn. 19.30.

Ver también Lc. 23.45; Heb. 7.18, 19; 8.13, más bien, aunque sus palabras presentaron una consumación del sacrificio, aún falta-

ban dos consumaciones que obligaban conforme al Plan de Restauración, ser llevados al Lugar Santo, el Lugar Santísimo y

transmitido la carga del pecado a Satanás.

Cristo presenta al Padre en aquella hermosa oración de Juan 17, había “consumado” la obra que YHWH le había dado:

“Yo te he glorificado en la tierra; he acabado (tetelestia) la obra que me diste que hiciese”. Jn. 17.4.

El segundo “Consumado Está” ocurrirá al fin del Tiempo de la Gracia:

“El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía;

y el que es santo, santifíquese todavía”. Ap. 22.11.

La tercera ocasión del “Hecho o Consumado es” es al final de la gran controversia y la liberación del pueblo de Dios:

“Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.

Entonces fueron hechos relámpagos y voces y truenos; y hubo un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no fué

jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la ciudad grande fue partida en tres partes, y las ciudades de las nacio-

nes cayeron; y la grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.”. Ap. 16.17-20.

“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son

fieles y verdaderas. También me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré

gratuitamente de la fuente del agua de la vida”. Ap. 21.5-6.

Una vez Cristo restaure el Reino Sempiterno y el Nombre del Padre Eterno, entregará todo a YHWH, incluso el mismo Señor se

sujetará al Padre por todos los siglos venideros, para que Dios sea Uno con Israel.

... Continuación del artículo anterior

Página 6 La Voz del Heraldo

Page 7: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

“Bien podían, pues, los ángeles regocijarse al mirar la cruz del Salvador; porque aunque no lo comprendiesen entonces todo,

sabían que la destrucción del pecado y de Satanás estaba asegurada para siempre, como también la redención del hombre, y el

universo quedaba eternamente seguro. Cristo mismo comprendía plenamente los resultados del sacrificio hecho en el Calvario.

Los consideraba todos cuando en la cruz exclamó: "Consumado es".

Esa misma voz sacude los cielos y la tierra. Síguese un gran terremoto, "cual no fue jamás desde que los hombres han estado

sobre la tierra." (Vers. 18.) El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece cruzar la atmósfera. Los

montes son movidos como una caña al soplo del viento, y las rocas quebrantadas se esparcen por todos lados. Se oye un estruen-

do como de cercana tempestad. El mar es azotado con furor. Se oye el silbido del huracán, como voz de demonios en misión de

destrucción. Toda la tierra se alborota e hincha como las olas del mar. Su superficie se raja. Sus mismos fundamentos parecen

ceder. Se hunden cordilleras. Desaparecen islas habitadas. Los puertos marítimos que se volvieron como Sodoma por su corrup-

ción, son tragados por las enfurecidas olas. "La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino

del furor de su ira." (Vers. 19.) Pedrisco grande, cada piedra, "como del peso de un talento" (vers. 21), hace su obra de destruc-

ción. Las más soberbias ciudades de la tierra son arrasadas. Los palacios suntuosos en que los magnates han malgastado sus ri-

quezas en provecho de su gloria personal, caen en ruinas ante su vista. Los muros de las cárceles se parten de arriba abajo, y son

libertados los hijos de Dios que habían sido apresados por su

fe”. El Deseado de todas las Gentes, 707-714.

Liberación del pueblo santo

“Los hijos de Dios oyen una voz clara y melodiosa que dice:

"Enderezaos," y, al levantar la vista al cielo, contemplan el arco

de la promesa. Las nubes negras y amenazadoras que cubrían el

firmamento se han desvanecido, y como Esteban, clavan la mi-

rada en el cielo, y ven la gloria de Dios y al Hijo del hombre

sentado en su trono. En su divina forma distinguen los rastros de su humillación, y oyen brotar de sus labios la oración dirigida a

su Padre y a los santos ángeles: "Yo quiero que aquellos tam-

bién que me has dado, estén conmigo en donde yo estoy." (S.

Juan 17:24, V.M.) Luego se oye una voz armoniosa y triunfante,

que dice: "¡Helos aquí! ¡Helos aquí! santos, inocentes e inmacu-

lados. Guardaron la palabra de mi paciencia y andarán entre los ángeles;" y de los labios pálidos y trémulos de los que guardaron

firmemente la fe, sube una aclamación de victoria.

Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo. Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense señales y

prodigios con rapidez. Los malos miran la escena con terror y asombro, mientras los justos contemplan con gozo las señales de

su liberación. La naturaleza entera parece trastornada. Los ríos dejan de correr. Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras. En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante

al ruido de muchas aguas, diciendo: "Hecho es." (Apocalipsis 16: 17)”. CS.695.

“Se me señaló el tiempo cuando el mensaje del tercer ángel cerraría. El poder de Dios había descansado sobre su pueblo. Hab-

ían realizado su obra, y estaban preparados para la hora de prueba que estaba ante ellos. Habían recibido la lluvia tardía, o el

refrigerio de la presencia del Señor, y el testimonio viviente había sido revivido. La última gran amonestación había cundido por

todas partes y ésta había sacudido y enfurecido a los habitantes de la tierra, que no habían querido recibir el mensaje.

Vi ángeles apresurándose de un lado a otro en el cielo. Un ángel regresó de la tierra con un tintero de escribano en la cintura, y

le comunicó a Jesús que había realizado su obra, y que los santos habían sido numerados y sellados. Entonces vi a Jesús, quien

había estado oficiando ante el arca conteniendo los diez mandamientos, arrojar el incensario, y elevando sus manos, dijo a gran

voz: Consumado es. Y toda la hueste angélica depuso sus coronas a medida que Jesús hizo la solemne declaración: El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es

santo, santifíquese todavía.

“Al salir Jesús del lugar santísimo, oí el tintineo de las campanillas de su túnica, y cuando salió, una nube de oscuridad cubrió a

los habitantes de la tierra. Entonces no había mediador entre el hombre culpable, y un Dios ofendido. Mientras Jesús había esta-

do ministrando entre Dios y el hombre culpable, había un freno sobre la gente, pero cuando Jesús dejó de estar entre el hombre y

el Padre, se removió el freno y Satanás tuvo el control del hombre. Era imposible que se derramaran las plagas mientras Jesús

... Continuación del artículo anterior

Página 7 Volumen 1, nº 1

Page 8: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

oficiara en el santuario, pero cuando su obra

allí terminó, cuando su intercesión cerró, nada

pudo ya detener la ira de Dios, y ésta cayó

furiosamente sobre la desamparada cabeza del pecador culpable, quien había despreciado la

salvación y aborrecido la reprensión. En ese

terrible tiempo, después del cierre de la inter-

cesión de Cristo los santos estaban viviendo a

la vista de un Dios santo, sin un mediador.

Había sido decidido cada caso y cada joya

numerada. Jesús se detuvo por un momento en

el departamento exterior del santuario celes-

tial, y los pecados que habían sido confesados

mientras él estuvo en el Lugar Santísimo, los

colocó sobre el diablo, el originador del peca-do. Él deberá sufrir el castigo de esos peca-

dos”. La Gran Controversia. p. 694-695. Cap.

El Cierre del Mensaje del Tercer Ángel. 1858.

El Señor a la Diestra del Padre

“El cual siendo el resplandor de su gloria, y la

misma imagen de su sustancia, y sustentando

todas las cosas con la palabra de su potencia,

habiendo hecho la purgación de nuestros pe-

cados por sí mismo, se sentó á la diestra de la

Majestad en las alturas”. Heb. 1.3.

“ASI que, la suma acerca de lo dicho es: Te-

nemos tal pontífice que se asentó á la diestra

del trono de la Majestad en los cielos”. Heb.

8.1

“Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados

un solo sacrificio para siempre, está sentado á

la diestra de Dios”. Heb. 10.12.

“Puestos los ojos en al autor y consumador de

la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido pro-

puesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la

vergüenza, y sentóse á la diestra del trono de

Dios”. Heb. 12.2.

“El cual siendo el resplandor de su gloria, y la

misma imagen de su sustancia, y sustentando

todas las cosas con la palabra de su potencia,

habiendo hecho la purgación de nuestros pe-cados por sí mismo, se sentó á la diestra de la

Majestad en las alturas”. Heb. 1.3.

Nota: Ver también Mat. 22.69; Hec. 7.55, 56;

Rom. 8.34; Efe. 1.20; Col. 3.1; 1 Ped. 3.22.

Además, tenemos el siguiente pasaje:

“La cual tenemos como segura y firme ancla del

alma, y que entra hasta dentro del velo; Donde

entró por nosotros como precursor Jesús, hecho

Pontífice eternalmente según el orden de Melchî-

sedec”. Heb. 6.19-20.

Entonces pregunto: ¿Cuándo la frase "dentro del

velo", ha significado algo distinto al "lugar santí-

simo"?. Para confirmarlo, basta leer estos textos:

“Y Jehová dijo á Moisés: Di á Aarón tu hermano,

que no en todo tiempo entre en el santuario del

velo adentro, delante de la cubierta que está sobre el arca, para que no muera”. Lev. 16.2.

“Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y me-

terás allí, del velo adentro, el arca del testimonio;

y aquel velo os hará separación entre el lugar san-

to y el santísimo”. Éx. 26.33.

El acto de expiación empezó en la cruz, luego el

Servicio dentro del Santuario

“Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un

solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios”. Heb. 10.12.

“Habiendo hecho la purgación de nuestros peca-

dos por sí mismo, se sentó á la diestra de la Ma-

jestad en las alturas”. Heb. 1.3.

“Que no tiene necesidad cada día, como los otros

sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus

pecados, y luego por los del pueblo: porque esto

lo hizo una sola vez, ofreciéndose á sí mismo”.

Heb. 7.27.

“Y no por sangre de machos cabríos ni de bece-

rros, mas por su propia sangre, entró una sola vez

en el santuario, habiendo obtenido eterna reden-

ción.

… mas ahora una vez en la consumación de los

siglos, para deshacimiento del pecado se presentó

por el sacrificio de sí mismo”. Heb. 9.12, 26.

“En la cual voluntad somos santificados por la

ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola

vez. Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un

solo sacrificio para siempre, está sentado á la

diestra de Dios,

Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para

siempre á los santificado.

Pues donde hay remisión de éstos, no hay más

ofrenda por pecado”. Heb. 10.10, 12, 14, 18.

“Los pecados que

habían sido

confesados mientras él

estuvo en el Lugar

Santísimo, los colocó

sobre el diablo, el

originador del pecado”

Página 8 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 9: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados”. Hec. 3.19.

“El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos

á la justicia”. 1 Ped. 2.24.

“Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él”. 1 Jn. 3.5.

“Aquel templo, erigido para morada de la presencia divina, estaba destinado a ser una lección objetiva para Israel y para el

mundo. Desde las edades eternas, había sido el propósito de Dios que todo ser creado, desde el resplandeciente y santo serafín

hasta el hombre, fuese un templo para que en él habitase el Creador. A causa del pecado, la humanidad había dejado de ser

templo de Dios. Ensombrecido y contaminado por el pecado, el corazón del hombre no revelaba la gloria del Ser divino. Pero

por la encarnación del Hijo de Dios, se cumple el propósito del Cielo. Dios mora en la humanidad, y mediante la gracia salva-

dora, el corazón del hombre vuelve a ser su templo”. DTG.132.

“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. (2 Ped. 1.4).

Un cristiano fuerte es quien tiene a Cristo formado dentro, la esperanza de gloria. Ama la verdad, la pureza y la santidad. Gra-

cias a su amor a la Palabra de Dios, su vitalidad espiritual lo lleva a buscar la comunión con los que viven en armonía con ella,

a fin de poder captar cada rayo de luz que Dios comunica para revelar a Jesús, con el propósito de hacerlo más precioso para el

creyente. El que tiene una fe sólida halla que Cristo es la vida del alma, y que para él es como una fuente que brota para vida

eterna. Así, con placer, somete todo poder personal a la obediencia a Dios. El Espíritu, con su influencia vivificante, guardará a

ese creyente en el amor de Dios.

A los cristianos se les escribe: "Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como

todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de

aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa

de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, cono-

cimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y

al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto

al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvi-

dado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elec-

ción; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el

reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 Ped. 1:2-11)". Review and Herald, 11 de diciembre de 1894.

El Sello del Dios es también la consumación del Santo Espíritu de YHWH

“El sello del Dios viviente sólo será colocado sobre los que son semejantes a Cristo en carácter”. 7CBA.981. (1895).

“El sello de Dios no será nunca puesto en la frente de un hombre o una mujer que sean impuros. Nunca será puesto sobre la

frente de seres humanos ambiciosos y amadores del mundo. Nunca será puesto sobre la frente de hombres y mujeres de co-

razón falso o engañoso. Todos los que reciban el sello deberán estar sin mancha delante de Dios y ser candidatos para el cie-

lo”. 2JT.71. (1882).

“El amor se expresa en la obediencia, y el amor perfecto echa fuera el temor. Los que aman a Dios, tienen el sello de Dios en

la frente, y obran las obras de Dios”. HH.53. (1894).

El Sello de Dios es el Sábado

“En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también des-

de que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Efe. 1.13.

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención”. Efe. 4.30.

Pero también dice a quién aplicaba el pasaje de Eze. 20: “Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme: no

echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos,

para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.

... Continuación del artículo anterior

Página 9 La Voz del Heraldo

Page 10: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

Saquélos pues de la tierra de Egipto, y trájelos al desierto;

Mas rebeláronse contra mí la casa de Israel en el desierto; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había

de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.

Antes dije en el desierto á sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres. 20 Y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.

Y los hijos se rebelaron contra mí: no anduvieron en mis ordenanzas… Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para

cumplir mi enojo en ellos en el desierto”. Ez. 20.8, 10, 13, 18, 21.

El Espíritu Santo es el don de la promesa

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará

todas las cosas que os he dicho”. Jn. 14.26.

“Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí.

Porque Juan á la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos”. Hec. 1.4-5.

El Espíritu Santo sella a los que obedecen

“Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y reci-

biréis el don del Espíritu Santo”. Hec. 2.38.

“Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón.

Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu San-

to también como nosotros?”. Hec. 10.44, 47.

“Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo? Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.

Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que están en su casa

Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos”. Hec. 16.30-33.

“Díjoles: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis?. Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu

Santo.

Oído que hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.

Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban”. Hec.

19.2, 5, 6.

Podemos apreciar que existe una armonía perfecta en las citas anteriores y que todos estos coinciden con Efesios 1.13:

"… desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa". Luego, resulta claro que la obediencia es poste-

rior al sellamiento de los creyentes.

Podemos concluir que el sello de Dios es el Espíritu Santo y el Sábado (Conciencia y Obediencia, Fe y Obra). La manifesta-

ción visible de ese sellamiento espiritual, viene por el origen de la nueva persona o recreación, que es consecuencia de la obra

de ese maravilloso poder en el corazón de los creyentes, los cuales son capacitados para obedecer.

En Daniel 9.24 aparece: "…Y poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la justicia perdurable….y ungir al Santo de los

santos".

Aquí, la expresión "Santo de los santos" viene del hebreo: "qodesh qodeshim", literalmente significa "santidad de santidades".

Por muchos años se creyó que esta frase se refería a Cristo, pero en el contexto judío se sabe que esta frase es usada para refe-

rirse al Lugar Santísimo del Santuario Terrenal, y tiene la misma aplicación en el Santuario Celestial. Ahora bien, resulta que

la misma profecía de Daniel 9 predecía la destrucción del Santuario Terrenal que es el tipo, tanto el Tabernáculo del Desierto

como el Templo de Salomón tanto el edificado como el re-edificado. Por lo tanto, la conclusión obligatoria y elemental es que la frase "ungir el Santo de los Santos", en realidad se refiere al "Lugar Santísimo Celestial". ¿Para qué se ungiría el Santísimo

en el Santuario Terrenal que sería desechado y destruido?

Página 10 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 11: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

Por otra parte, es bueno señalar que ese ungimiento del "qodesh qodeshim", está interconectado con el término de las "70

Semanas" o los 490 años (69+1); el contexto no permite otra interpretación que la siguiente:

"Setenta semanas están determinadas…para… poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la justicia perdurable…. y ungir

al Santo de los santos".

Es decir, que el límite de tiempo natural de todo lo mencionado aquí, son las "70 semanas", lo cual incluye: “el fin del pecado

y la expiación de la iniquidad, así como el ungimiento del "Lugar Santísimo"“.

¿Cuándo se cumplieron estas "70 semanas"? ¿Cuándo se le dio fin al pecado y se hizo la expiación?

Leamos:

"Mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo.

Habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas. Porque

con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda

por el pecado…".

En consecuencia, es evidente que tanto el mensaje de Daniel 9.24, como el del libro de Hebreos, giran en torno a la misma

época: “la ascensión del Señor al cielo” a entrar al primer departamento tal como se efectuaba el servicio terrenal.

Por consecuencia, el sacrificio del Cordero Inmaculado en el atrio (Tierra) era parte del proceso de la expiación, sin embargo,

era necesario que el Sacerdote pasara al Lugar Santo para hacer la obra del Tamid o Continuo.

El tiempo en el reloj celestial daría espacio para que Cristo, el Sumo Sacerdote según la orden de Melquisedech, pasara

detrás del Segundo Velo conocido como el Lugar Santísimo del Santuario Celestial. Como parte final para la expiación com-

pleta, debe transmitirse todos los pecados de la nación que confesó e hizo ofrenda a YHWH, al Macho Cabrío dedicado como

Satanás el cual sería abandonado a su suerte en el desierto para que muriese consumido en sus obras.

Cristo es nuestro Intercesor, y mora en nosotros como la conexión vital con Dios

"Mientras Jesús sea nuestro Intercesor, suplicará por nosotros en el cielo, los trabajos del Espíritu Santo será en nosotros, y

será para hacer de Sí placentero.

Todo el cielo está interesado en la salvación del alma. ¿Entonces qué razón tenemos nosotros para dudar que el Señor no va a

ayudarnos? Debemos enseñar a la gente a tener una conexión vital con Dios. En el espíritu y el trabajo nosotros deberíamos

ser para la gente una fuente; porque Cristo está en nosotros y es agua que parece la vida eterna. La enfermedad y el dolor

pueden probar e intentar nuestra paciencia y nuestra fe, pero el resplandor de la Presencia del universo es con nosotros y de-bemos ocultarnos detrás de Jesús... ". 2MR.37.

“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como

fin, la vida eterna. (Romanos 6: 22).

El Señor quiere que los suyos sean sanos en la fe: que no ignoren la gran salvación que les es ofrecida tan abundantemente

sólo por la obediencia que el mismo Señor suple para ser superada, nadie está obligado a corresponderle a Satanás a sus ten-

taciones, las evidencia de la salvación de los santos puestos a prueba hasta lo sumo es evidencia de que Dios es Justo y Mise-

ricordioso, y está anuente a cada detalle con tal de sostenernos en medio de la tormenta más acérrima, y Cristo hizo Su mani-

festación tanto en la creación cuando todo estaba convulsionado, desordenado y vacío, y su reiteración manifiesta en medio

de la tempestad y la barca con los apóstoles, temerosos, hacía Su presencia salvadora, constructora y restauradora.

Que el Señor le bendiga y guarde para la eternidad.

Página 11 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 12: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

Licuados de frutas: Contra

la Anemia

De uva, naranja y limón

2 porciones

Ingredientes

6 naranjas

8 limones

2 racimos pequeños de uvas verdes

2 tazas de agua

¼ de taza de miel

Agua necesaria

Preparación

Se extrae el jugo de las naranjas y los limones y

se colocan en la licuadora. Licuar los ingredien-

tes perfectamente a alta velocidad y beberlo en el

momento.

Función

Ayuda a purificar la sangre e incrementa los nive-

les de hierro previniendo la anemia; también sir-

ve para combatir los estados de debilidad y de-

presión.

Tomar un vaso diario durante 2 veces por sema-

na.

Recetas de Plantas Medicinales. Por: María A. Villalobos

Página 12 La Voz del Heraldo

Page 13: Boletin La Voz Del Heraldo No 1 01 2009

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¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!

Comité Editorial: María A. Villalobos, Samuel Saldaña.

Editor, Arte y Diseño Gráfico: Samuel Saldaña.

Escritores: María Villalobos, Samuel Saldaña.

Temas de Salud: María A. Villalobos.

Editado quincenalmente por este ministerio.

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Desde 2006

El Ministerio A la Luz de la Biblia, tiene como propósi-

to, pregonar la Verdad Presente dado desde lo Alto del

Cielo. Por la Gracia de nuestro Señor Jesús, es entre-

gado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.

Estamos gustosos que Dios bendiga al mundo por me-

dio de Su Verdad, ésta no debe permanecer oculta como

si tuviese algo por qué temer, más bien, debe ser exalta-

da como joyas preciosas y lucida a un mundo que pere-

ce en tinieblas.

Por lo tanto, desde ahora usted tiene una cita con Cris-

to!

¡Que el Señor Todopoderoso les bendiga y guarde para

la eternidad!

Nos complacemos en poder servirle.

Ministerio A la Luz de la Biblia