boletín el heraldo ameccdai 31 de mayo 2015

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E n nuestra reflexión anterior comenzamos a analizar uno de los encuentros que Moisés tiene con Dios (Ex 33). Este forma parte de nuestra peregrinación alrededor de los relatos que nos hace la Palabra de Dios acerca de hombres y mujeres que vivieron encuentros con Dios. Reiteramos que estos análisis usan como base el libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998), escrito por el Dr. Elmer Towns. Este libro está disponible en la página electrónica de nuestra Iglesia; www.ameccda.org); libre de costo. E n esa reflexión adelantamos que para que el análisis de este encuentro esté completo, se requiere que visitemos las experiencias de vida más relevantes de este hombre de Dios. Ese proceso nos permitió entender que el encuentro que Moisés tiene con Dios que da a luz esta reflexión ocurre luego de la liberación del pueblo de Israel. En esa reflexión nos preguntamos algunas cosas. Una de ellas giraba acerca de qué cosas sabía Moisés acerca de Dios antes de llegar a este encuentro. Otra pregunta giraba alrededor de qué cosas le faltaban a Moisés. Esto es, qué cosas no sabía este y qué experiencias no había tenido aún. Concluimos que a Moisés le faltaba un encuentro con Dios. Llegamos a esa conclusión observando que ninguno de los encuentros anteriores que Moisés tiene con Dios parece haber cancelado algunas áreas de necesidad y de insatisfacción que todavía operaban en Moisés. Su encuentro con Jetro (Ex. 18) parece una descripción sintomática de todo lo antes expuesto. E n adición a esto, vimos que a Moisés le faltaba asistir a algunas escuelas. Moisés había visto el mar dividirse, pero no había sido capaz de ver que necesitaba echar raíces en la misión de Dios y con la agenda de Dios. La agenda suya podía ser muy buena, pero necesitaba ir a la escuelita celestial para aprender de la agenda de Dios. Observamos que Moisés necesitaba aprender a morir a sus sueños y a sus agendas. Muchos de nosotros necesitamos la misma experiencia. No se está listo para Horeb hasta que uno está listo para postrarse. Y nadie está realmente listo para postrarse ante Dios si no ha decidido morir. H ay cuatro (4) áreas adicionales en la vida de Moisés que necesitamos repasar antes de entrar al análisis de los principios que el Dr. Towns esboza en su libro. Para efecto de esta reflexión, nos referiremos a estas como las 4 E’s. En primer lugar encontramos el nivel de educación que poseía Moisés. Este hombre de Dios fue educado en la casa de Faraón. Son muchos los que han concluido que esta fue una ventana divina preparada para formar características muy especiales y esenciales en este líder. En ocasiones Dios tiene que usar la educación de Egipto para formar a aquellos que quiere usar al frente de su pueblo. Este dato se reviste de mucha importancia 31 de mayo de 2015 • Volumen X • No. 483

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Reflexión: Dios sale a nuestro encuentro; El modelo de Moisés Parte II. Mensaje por pastor/rector Mizarím Esquilín García. Fecha del 31 de mayo de 2015. Vol X, No. 483. Iglesia AMEC Casa de Alabanza, Canóvanas, Puerto Rico.

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En nuestra reflexión anterior comenzamos a analizar uno de los encuentros que Moisés tiene con Dios (Ex 33). Este forma parte

de nuestra peregrinación alrededor de los relatos que nos hace la Palabra de Dios acerca de hombres y mujeres que vivieron encuentros con Dios. Reiteramos que estos análisis usan como base el libro “Encountering God for Spiritual Breakthrough,” (Regal Books, Dic 1998), escrito por el Dr. Elmer Towns. Este libro está disponible en la página electrónica de nuestra Iglesia; www.ameccda.org); libre de costo.

En esa reflexión adelantamos que para que el análisis de este encuentro esté completo, se requiere que visitemos las experiencias de vida más relevantes de este hombre de Dios. Ese proceso nos

permitió entender que el encuentro que Moisés tiene con Dios que da a luz esta reflexión ocurre luego de la liberación del pueblo de Israel. En esa reflexión nos preguntamos algunas cosas. Una de ellas giraba acerca de qué cosas sabía Moisés acerca de Dios antes de llegar a este encuentro. Otra pregunta giraba alrededor de qué cosas le faltaban a Moisés. Esto es, qué cosas no sabía este y qué experiencias no había tenido aún. Concluimos que a Moisés le faltaba un encuentro con Dios. Llegamos a esa conclusión observando que ninguno de los encuentros anteriores que Moisés tiene con Dios parece haber cancelado algunas áreas de necesidad y de insatisfacción que todavía operaban en Moisés. Su encuentro con Jetro (Ex. 18) parece una descripción sintomática de todo lo antes expuesto.

En adición a esto, vimos que a Moisés le faltaba asistir a algunas escuelas. Moisés había visto el mar dividirse, pero no había sido capaz de ver que necesitaba echar raíces en la misión de Dios

y con la agenda de Dios. La agenda suya podía ser muy buena, pero necesitaba ir a la escuelita celestial para aprender de la agenda de Dios. Observamos que Moisés necesitaba aprender a morir a sus sueños y a sus agendas. Muchos de nosotros necesitamos la misma experiencia. No se está listo para Horeb hasta que uno está listo para postrarse. Y nadie está realmente listo para postrarse ante Dios si no ha decidido morir.

Hay cuatro (4) áreas adicionales en la vida de Moisés que necesitamos repasar antes de entrar al análisis de los principios que el Dr. Towns esboza en su libro. Para efecto de esta reflexión, nos

referiremos a estas como las 4 E’s. En primer lugar encontramos el nivel de educación que poseía Moisés. Este hombre de Dios fue educado en la casa de Faraón. Son muchos los que han concluido que esta fue una ventana divina preparada para formar características muy especiales y esenciales en este líder. En ocasiones Dios tiene que usar la educación de Egipto para formar a aquellos que quiere usar al frente de su pueblo. Este dato se reviste de mucha importancia

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“insatisfacción inspiradora.” La segunda de ellas es que los mejores siervos son aquellos que son “sanadores heridos” (“wounded healers”). Nadie puede negar que Dios nos puede ministrar a través de gente con la que no estamos de acuerdo. Moisés es expuesto al río Nilo, a la casa del faraón, al desierto, a Jetro, a su familia y a su pueblo. Allí. Moisés es visto como un egipcio (Ex 2:19). Sin embargo, Dios usó todos y cada uno de esos escenarios para modelar a su siervo.

En cuarto lugar encontramos la eficiencia de este siervo de Dios. En este caso, se

trata del nivel de eficiencia que exhibe y el nivel de eficiencia que se le exige o que debió tener. La eficiencia no es necesariamente un valor cuantitativo. Estoy convencido de que se trata de un valor que crece y se expande.

Por otro lado, hay características muy particulares que uno puede observar

en Moisés. Por ejemplo, se observa en él un nivel de compromiso con Dios y con su pueblo que es digno de admiración y de emular. Al mismo tiempo, Moisés exhibe hambre por conocer más de Dios: “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara” (Dt 34:10). También encontramos escenas en los que exhibe dominio propio. Tal es el caso en el que sus hermanos murmuran contra él (Nm 12:3). Hay en Moisés evidencia de paciencia, de amor a Dios y a los suyos. Todas estas cosas contribuyeron a desarrollar un ser humano con unas calificaciones extraordinarias.

Este hombre aprendió a interceder por los desvalidos y los menos afortunados. Moisés aprendió acerca de la necesidad de hacerle camino y darle dirección a los que no entendían acerca de estas cosas. Moisés aprendió a observar lo que tenía en sus manos, a usarlo y no a perder el tiempo buscando lo que no tenía. La gente que cae en esa trampa no es capaz de ver lo primero por estar buscando lo segundo.

porque durante un tiempo una parte significativa de la Iglesia de nuestra generación vio la educación como

aflicción de la carne. Si Moisés hubiese vivido como esclavo, no habría sido capaz de enfrentar a Faraón ni de tener acceso libre a palacio. Esa temporada de la vida de Moisés ha sido interpretada “post eventum” como una temporada esencial. ¿Cómo interpreta el lector la temporada de la vida en la que se encuentra hoy?

En segundo lugar encontramos la experiencia de Moisés. Es muy importante destacar que este hombre

fue educado para ser jefe. Después de tener educación de jefe le dieron corazón de siervo. Esta aseveración es una muy singular porque la educación sin experiencia es una combinación que puede matar o producir la incapacidad de uno y/o de un pueblo.

En tercer lugar encontramos los niveles de exposición que experimenta Moisés.

Este hombre de Dios es expuesto a siervos, reyes, sacerdotes, profetas, levitas, militares, princesas y nodrizas. Este siervo aprende y se educa en palacios para luego operar en desiertos. De hecho, él es la antítesis de José, quien fue educado en desiertos para trabajar en palacios. El mensaje es uno muy claro: si siempre caminamos con gente como nosotros, nuestro aprendizaje y nuestro conocimiento estará limitado a los mismos escenarios y a los procesos que se producen en esos niveles de acción. Es cierto que será un ambiente seguro y controlado, predecible pero poco instructivo. Esto suena un poco a tener el Espíritu Santo “patentizado,” o la unción “patentizada.”

Es muy cierto que hay que destacar aquí los niveles de inseguridad que se desatan de cara a procesos

de transición. Sin embargo, estamos convencidos de que la exposición para operar en varios escenarios y ambientes a muchos anterior nos conmina a seguir adelante. Cuando uno se limita a escuchar lo mismo se corre el riesgo de secarse. Henry Nouwen, en su trabajo sobre estos temas, acuñó dos (2) conclusiones monumentales. La primera de ellas

señala que necesitamos internalizar que Dios procura que desarrollemos una “santa insatisfacción” o una

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etapa de la vida espiritual en la que estamos y el nivel de entrenamiento en el que hemos sido colocados. Moisés aprendió a reconocer los caminos del desierto como los espacios por los que se desarrollaría su ministerio.

Moisés aprendió a no tener temor de los tiempos de oscuridad que provoca Dios. Una verdad fundamental

que encontramos en la Palabra de Dios es que no nos sacan a la luz hasta que la oscuridad haya hecho su trabajo. De hecho, no son pocos los que opinan que la luz nos puede matar si salimos de la oscuridad antes de tiempo. Esteban dijo que en una ocasión que Moisés llegó a pensar que estaba listo para sacar al pueblo de Egipto por sus calificaciones (Ex 7:25). El resultado de esa actitud fue el fracaso. Dios usó ese fracaso. Dios siempre usa nuestros fracasos. Dios usará los fracasos allí para desarrollar hambre y sed de buscarle.

Lo que aprendemos y hacemos en la oscuridad determina lo que haremos en la luz. Moisés aprendió a usar la vara

en la oscuridad. Moisés aprende a andar con ella y a usarla. Esa vara dejará de ser la vara de Moisés para convertirse en la vara de Dios (Ex 4:20). Una de las experiencias más difíciles es aprender a andar en la oscuridad. Un ejemplo de esto es el anonimato. Es una experiencia para luego poder ser capaz de reproducirse con los de uno. Esto formó parte del consejo de Jetro; “desarrolla líderes entre tu misma gente.”

La pregunta obligada es esta: ¿Necesita alguien así un encuentro con Dios? La Biblia nos dice que sí. Sin duda

alguna, todas y cada una de estas aseveraciones nos pueden llevar a concluir que estamos frente a un hombre con muy pocas debilidades, que no necesita mucho más para ser capaz de desarrollar las tareas y las responsabilidades que le asignó el cielo. Sin embargo, la Biblia nos deja saber que en el plan perfecto de Dios estaba programado que Moisés necesitaba experimentar otros encuentros con el Todopoderoso. Nuestra próxima reflexión nos permitirá adentrarnos en ese encuentro.

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Muchas felicidades al Hno. Fernando Pérez por su cumpleaños el 1 de junio, le deseamos un cumpleaños lleno de la gracia y el favor de Dios, que el Señor le siga

bendiciendo abundantemente.

A la Hna. Bárbara Bermúdez por su cumpleaños el 24 de mayo, iluminas con tu sonrisa y con tu humildad de corazón a todos los que te conocemos, muchas

felicidades!!

Al Hno. Raymond Jiménez por su cumpleaños el 5 de junio, ciertamente el Señor envía ha algunos de sus

ángeles a bendecir nuestras vidas y uno de ellos eres tú, amado hermano y amigo. Gracias por tu apoyo y por tener un corazón tan generoso. ¡Feliz Cumpleaños!