boletín diario diocesis de iquique

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Domingo Tercero de Pascua, 19 de Abril 1 ERA NECESARIO QUE EL MESÍAS PADECIERA Para que la Gloria de Dios se manifestara, fue necesario entrar en el misterio del dolor. Los frutos son la consecuencia de Uno que muere. Así nos sacó Dios del poder de la muerte y la ignorancia Sometidos de por vida a la esclavitud del pecado, la situación del ser humano, sin la intervención de Dios por medio de Jesucristo, es absolutamente catastrófica. Engaño, desconfianza, miedo a la muerte, a la soledad, a la pobreza, a todo aquello que nos perjudique. Todo aquello que como cerco de muerte amenaza nuestra existencia, por miedo a no caer en ninguna de estas redes desoladoras, el ser humano vive para sí mismo pensando de manera egocéntrica toda la vida. Se hacía necesario entonces la intervención de un poder superior para librarnos de esta situación angustiosa. La muerte de Jesús en la cruz, se transformó en el sacrifico único capaz de redimirnos del poder del pecado. La víctima inocente nos devolvió la gracia perdida por Adán y Eva. Desde la resurrección se abre el cielo para la raza humana.

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Boletín Diario de la Diócesis de Iquique

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  • Domingo Tercero de Pascua, 19 de Abril

    1

    ERA NECESARIO QUE EL MESAS PADECIERAPara que la Gloria de Dios se manifestara, fue necesario entrar en el misterio del dolor. Los frutos son la consecuencia de Uno que muere.

    As nos sac Dios del poder de la muerte y la ignoranciaSometidos de por vida a la esclavitud del pecado, la situacin del ser humano, sin la intervencin de Dios por medio de Jesucristo, es absolutamente catastrfica. Engao, desconfianza, miedo a la muerte, a la soledad, a la pobreza, a todo aquello que nos perjudique. Todo aquello que como cerco de muerte amenaza nuestra existencia, por miedo a no caer en ninguna de estas redes desoladoras, el ser humano vive para s mismo pensando de manera egocntrica toda la vida. Se haca necesario entonces la intervencin de un poder superior para librarnos de esta situacin angustiosa. La muerte de Jess en la cruz, se transform en el sacrifico nico capaz de redimirnos del poder del pecado. La vctima inocente nos devolvi la gracia perdida por Adn y Eva. Desde la resurreccin se abre el cielo para la raza humana.

  • Domingo Tercero de Pascua, 19 de Abril

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    Los Patriarcas de Israel: Abraham, Isaac y Jacob. Abraham, hombre que escucha y Obedece a Dios. Isaac que se deja atar como Cordero humilde llevado al matadero. Y Jacob que aprender a sostenerse en Dios.

    CON CRISTO RESUCITADO EL PECADO YA NO TIENE EN NOSOTROS LA CONSECUENCIA CATASTROFICA QUE TUVO CON ADN Y EVA. ESTO SE DEBE AL SACRIFICIO DE CRISTO, EL CUAL LO FACULTA PARA INTERCEDER POR NOSOTROS DA Y NOCHE Y AS POR SU MEDIACIN REGALARNOS LA GRACIA CONSTANTE DEL PERDN Y LA CONVERSIN. ASI, EL PECADO YA NO NOS ENVA AL EXILIO DEL PARASO, SINO A LA ESPERANZA DEL RETORNO A LA CASA DEL PADRE.

    En la primera lectura de este Domingo tercero de Pascua resaltan tres figuras patriarcales: Abraham, Isaac y Jacob. Los tres patriarcas son asumidos por la persona de Jesucristo en su ministerio pblico. As, Abraham es representado en la persona de Jess por la obediencia absoluta a la voluntad del Padre en un caminar que lo lleva a sacrificar lo que mas ama. Su hijo Isaac, es asumido por Jess ofrecindose como ofrenda humilde entregando y donando su vida., ya no en la montaa, sino en la cruz del calvario. La figura de Jacob es asumida en la persona de Jesucristo en la forma que tiene El propio Jess de sostenerse en Dios. Jacob aprendi a ser fuerte con Dios. Jesucristo se abandon hasta la muerte y muerte de cruz en manos de su Padre, entregando su espritu, testificando que la nica fortaleza posible era confindose plenamente en la voluntad de Dios Padre.

    San Juan nos invita este Domingo a acoger el amor pleno de Jess. Su amor nos libera del pecado. Ms an, el pecado ya no tiene el poder destructivo en los cristianos. En cambio, el amor de Cristo en nosotros nos hace poder vivir la experiencia de la plenitud. Conociendo esta plenitud el cristiano ya no peca, porque su nico tesoro es guardar las enseanzas del Maestro. Nada del mundo es necesario guardar, porque lo nico que permanece para siempre es Cristo, vencedor de la muerte. Por eso que aunque al apstol le castiguen con el destierro, experimenta consuelo, aunque lo dejen abandonado en una isla, nunca estar solo. San Juan vive la experiencia de la plenitud porque ha guardado la Palabra fiel de su Maestro. Porque sin esta enseanza permanecemos en tinieblas, sin ella experimentamos desnudez, sin ella sucumbimos al poder del mundo (nos mundanizamos) por ello que la vida del Apstol ser un testimonio vivo del absoluto de Dios.