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Boletín del Archivo General de la Nación7a época, año 3, núm. 9, julio-septiembre 2011

San Pedro Tenayac y San Juan Sacazonapa, 1659AGN, Catálogo de mapas, planos e ilustraciones,Tierras, vol. 185, exp. 4, f. 15. (0652).

Boletín del Archivo General de la Nación

Secretaría de Gobernación

Lic. José Francisco Blake MoraSecretario

Unidad para el Desarrollo Político

Archivo General de la Nación

Dra. Aurora Gómez Galvarriato Freer Directora General

Mtro. Ignacio Madrazo PiñaDirección de Publicaciones y Difusión

Mtro. Marco Antonio Silva MartínezJefe del Departamento de Publicaciones

Diseño y formación: Elisa Cruz Cabello

Asistencia editorial: Carlos Alday García

Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación, séptima época, año 3, número 9, julio-septiembre de 2011, es una publicación trimestral de la Secretaría de Gobernación a través del Archivo General de la Nación, donde se publica y distribuye, con domicilio en Eduardo Molina 113, esquina con Albañiles, Col. Penitenciaría Ampliación, Delegación Venustiano Carranza, C.P. 15350, México, D.F.

Tel. 5133 99 00, Exts. 19325, 19424 y 19330Correos electrónicos: [email protected]; [email protected]; Página web: www.agn.gob.mx

Editor responsable: Marco Antonio Silva Martínez.

Reserva de derechos de uso exclusivo ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor número: 04-2009-110916591800-106.

Licitud de título y licitud de contenido otrogado por la Comisión Califi cadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación número: 15036.

ISSN-0185-1926

Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación se terminó de imprimir en junio de 2011 en Impresos Santiago, S.A. de C.V. Calle Trigo, núm. 80 B, Colonia Granjas Esmeralda, Delegación Iztapalapa, C.P. 09810, México, D.F.

Las opiniones vertidas en los artículos aquí publicados son responsabilidad exclusiva de sus respectivos autores, quienes sólo ceden sus derechos de reproducción al Archivo General de la Nación.

Se permite la reproducción de los artículos aquí contenidos siempre y cuando se cite la fuente.

Consejo Editorial

DirectoraGraciela Márquez ColínEl Colegio de México

Alicia Barnard AmozorrutiaProyecto interPARES

Luis BarrónCIDE

Leticia GamboaBUAP

Aurora Gómez GalvarriatoAGN

Emilio KouriThe University of Chicago

Leonor LudlowUNAM

Ma. Isabel MarínUniversidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Armando PreciadoUniversidad de Guanajuato

Gabriela RecioAGN

María José Rhi SausiUAM

Alicia SalmerónInstituto Mora

Ignacio Madrazo PiñaAGN

Índice

GALERÍAS

Ni cielo para los gachupines, ni infi erno para los criollos, ni purgatorio para los indios: la recepción popular del edicto inquisitorial contra el cura Hidalgo (1810-1811)Carlos Gustavo Mejía Chávez

Educación de los criollos en Zacatecas: los colegiales porcionistas del Real Colegio Seminario de San Luis Gonzaga, 1788-1819Leonel Contreras Betancourt

Elvia Carrillo Puerto, su vida, sus tiempos y sus relaciones peligrosascon los caudillos de la Revolución MexicanaPiedad Peniche Rivero

PORTALES

Desarrollo de políticas para la preservación de archivos digitales con valor histórico del Banco de México. Reporte de un caso de estudioAlicia Barnard Amozorrutia Víctor Manuel Espinosa Mejía

La normatividad como estrategia para la organización del Sistema Estatal de Archivos de HidalgoArturo Hernández Rojas

11

55

85

107

131

RESEÑAS

El fracaso del amorAna Lidia García Peña, El fracaso del amor. Género e individualismo en el siglo XIX mexicanoPor Coral Vicente Colmenares

DOCUMENTOS. PRESENTACIÓN Y NOTAS INTRODUCTORIAS

Imagen de portadaSan Pedro Tenayac y San Juan Sacazonapa; Temascaltepec. Edo. de Méx Guillermo Sierra Araujo

Guillén de Lampart, 1611-1659Aventurero, poeta, justiciero y ascetaAndrea Martínez Baracs

El indulto a Leona Vicario y Andrés Quintana RooIdalia González Castillo

Exposiciones

Librería Edmundo O’Gorman

Congresos y reuniones

Normas para la entrega de originales

147

153

157

165

194

196

197

198

GALERÍAS

11Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

Introducción

El 10 y 11 de octubre de 1810, días después de que el cura Miguel Hidalgo y Costilla incitara a la población del pueblo de Dolores a levantarse en armas contra el mal gobierno de la Nueva España, el tribunal del Santo Ofi cio de la Inquisición ordenó (luego de hacer resoluciones sobre el caso) que se fi jara y publicara en todas la iglesias del distrito, un edicto mediante el cual se mandaba a Hidalgo presentarse y comparecer ante el tribunal por tener una causa por varios cargos que estaba pendiente desde 1800.3 El edicto fue pegado, publicado por orden del virrey en el Diario y Gaceta del Gobierno y leído en la parroquia del Sagrario el día 23.4 Su contenido era el siguiente:

NI CIELO PARA LOS GACHUPINES, NI INFIERNO PARA LOS CRIOLLOS, NI PURGATORIO PARA LOS INDIOS: LA RECEPCIÓN POPULAR DEL

EDICTO INQUISITORIAL CONTRA EL CURA HIDALGO (1810-1811)1

Carlos Gustavo Mejía Chávez*

* ENAH.

1 Una versión de este trabajo apareció en la revista Relatos e historia de México, edición conmemorativa del Bicentenario de la Independencia, que realicé en coautoría con Gabriel Torres Puga, a quien agradezco sus constantes sugerencias y pertinentes correcciones para el desarrollo de este ensayo.2 Carta de doña María Gertrudis Ruíz de la Mota denunciando al presbítero hermano suyo don José Ruíz de la Mota por unas expresiones que dijo a favor del cura Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 26, f. 96.3 En 1800 la Inquisición dio seguimiento a varias acusaciones contra Hidalgo siendo investigadas según la normatividad del tribunal, que al final determinó que podían tratarse sólo de calumnias por lo que la causa fue archivada. Finalmente el conflicto que tomó forma en 1810 provocó que los inquisidores reabrieran el expediente. Véase Gabriel Torres Puga, Los últimos años de la Inquisición en la Nueva España, pp. 81-82. Para examinar el proceso véase, Antonio Pompa y Pompa, Procesos inquisitorial y militar seguidos a d. Miguel Hidalgo y Costilla, pp. 7-121.4 Pompa y Pompa, op cit., pp. 122-133.

[…] el cura [Hidalgo] es hombre sabio, lo que ha hecho es defender lo justo; y ahora ¿qué hará la Inquisición?2

12 Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

NOS LOS INQUISIDORES CONTRA LA HERETICA PRAVEDAD Y APOSTASÍA […] a vos el br. Don Miguel Hidalgo y Costilla […]

SABED, QUE ANTE NOS PARECIO EL SEÑOR INQUISIDOR fi scal de este Santo ofi cio é hizo presentación en forma de un proceso, que tuvo principio en el año de 1800, y fue continuado á su instancia hasta el de 1809, del que resulta probado contra vos el delito de herejía, apostasía de nuestra santa fe católica, y que sois un hombre, sedicioso, cismático, y hereje formal por las doce proposiciones, que habéis proferido, y procurado enseñar á otros; y han sido la regla constantes de vuestras conversaciones, y conducta, y son en compendio las siguientes.Negáis, que Dios castiga en este mundo con penas temporales, la autenticidad de los lugares sagrados de que consta esta verdad, habéis hablado con desprecio de los Papas, y del gobierno de la Iglesia, como manejado por hombres ignorantes, de los cuales, uno, que acaso estaría en los infi ernos, estaba canonizado. Aseguráis, que ningún judío […] se puede convertir, pues no consta la venida del Mesías, y negáis la perpetua virginidad de la Virgen María; Adoptáis la doctrina de Lutero en orden á la divina Eucaristía y confesión auricular, negando la autenticidad de la epístola de San Pablo á los de Corintio, y asegurando que la doctrina del Evangelio de este Sacramento, está mal entendida, en cuanto á que creemos la existencia de Jesucristo en él. Tenéis por inocente y lícita la polución, y fornicación como efecto necesario, y consiguiente al mecanismo de la naturaleza […], que no hay infi erno, ni Jesucristo; y fi nalmente, que sois tan soberbio, que decís, que no os habéis graduado de Doctor en esta Real Universidad por ser su claustro una cuadrilla de ignorantes.5

La divulgación del documento se debió a la pronta reacción que las autoridades virreinales tuvieron ante la rebelión y posible llegada del cura y sus huestes a la capital, por lo que a sabiendas que buena parte de la población de la ciudad de México no estaba bien informada de los acontecimientos, trató de atraerla a su bando por la fuerza de la argumentación o de las apologías razonadas,6 y

5 Tomado de Pompa y Pompa, op. cit., pp. 134-137. Véase el documento original en AGN, Indiferente Virreinal, caja 0847, exp. 6.6 Véase, Timothy E. Anna, La caída del gobierno español en la ciudad de México, pp. 87-90. Véase también, Carlos Herrero Berbera, “La ciudad de México y la revolución en octubre y noviembre de 1810”, pp. 195-225.

13Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

por tanto, las acusaciones contra el cura funcionarían para demostrar al pueblo lo grave de sus acciones.

Pero también dicha publicación derivó de la crisis que el Santo Ofi cio vivía en esos momentos, pues su competencia había sido amenazada desde 1808, cuando a raíz de la invasión francesa a España Napoleón ordenó la abolición del Consejo Supremo en Madrid (4 de diciembre) afectando al tribunal americano. Por lo tanto, el movimiento rebelde que estalló en 1810 representó la oportunidad para que los inquisidores mostraran su efi cacia garantizando el orden en benefi cio de la santa fe, ley evangélica y de la moral pública en Nueva España, y así mantener en funciones a su institución.7

Un edicto polémico

Contrario a lo que las autoridades esperaban, la publicación del edicto resultó un tanto perjudicial, pues en la población se generaron toda clase de opiniones y comentarios en los que se consideró que las acusaciones contra Hidalgo se debían al apasionamiento de los inquisidores, que por ser gachupines atacaban al cura que era inocente. A pesar de coincidir con las resoluciones del tribunal, algunos sostenían que la postura de Hidalgo podía ser razonable, ya que si bien:

Lutero sin embargo de ser hereje, tenía algunas opiniones buenas […] y así aunq[u]e el cura Hidalgo tuviere algunas opiniones q[u]e parecían herejías, q[u]e tal vez no serán heréticas porq[u]e cada cual piensa con su cabeza.8

Y no sólo eso, hubo otros tantos en los que el cura y sus seguidores fueron vistos como santos,9 por lo que las excomuniones hechas por el arzobispo Lizana, el obispo Abad y Queipo y por la Inquisición no podían ser válidas, como lo señaló un hombre al decir que Hidalgo no podía ser hereje, pues de

7 Torres Puga, “Inquisidores en pie de guerra”, pp. 281-325. Véase también, Los últimos años de la Inquisición…, pp. 65-96.8 Denuncia de doña María Dolores López contra un hombre llamado Miguel y otro Mariano Callejo por ser adictos a la guerra, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 27, f. 97.9 Torres Puga, Los últimos años de la Inquisición…, pp. 84-96.

14 Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

Edicto de la inquisición dirigido a Miguel Hidalgo

AGN, Indiferente Virreinal, caja 0847, exp. 6

15Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

10 Denuncia que Doña María Loreto Sánchez hizo contra don Antonio Garcés, abogado de la Real audiencia, por haber hablado a favor del padre Hidalgo y la independencia de México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 12, ff 38-42.11 Carlos María de Bustamante, Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana, vol. I, pp. 59 y 60.12 Lucas Alamán, Historia de México desde sus primeros movimientos que prepararon su Independencia en el año de 1808 hasta la época presente, vol. I, pp. 389- 392.13 “Crueldad virreinal, bondad insurgente”, en La independencia de México: textos de su historia, t. I, pp. 91-95. Véase también, Cristina Gómez Álvarez y Guillermo Tovar de Teresa, Censura y revolución: libros prohibidos por la Inquisición de México (1790-1819), pp. 78-94.

ser así no podría dar misa, ni entraría en los templos, ni haría otras acciones de cristiano.10

Años después de la publicación del edicto, los historiógrafos de la independencia coincidirían en este punto, cuestionando entonces el papel del tribunal como guardián de la ortodoxia católica, pues no concebían que a Hidalgo, al que habían denunciado y señalado como una amenaza, lo hubiesen dejado libre:

[…] mas es muy de notar que un tribunal tan celoso […] hubiese dejado vivir á pierna suelta al cura de Dolores ejerciendo además su ministerio parroquial […] pues á un ateísta, á un judaizante, á un hombre que habría sido detestado aun en la misma Sodoma, no podía confi ársele ni por un momento la dirección espiritual de una grey numerosa, como la del pueblo de Dolores y su distrito. Si tal sucedió, el tribunal se hizo más reo por esta condescendencia que el mismo Hidalgo.11

O intentando (con resignación) defender a la Iglesia y la Inquisición a pesar de que su reacción fue tardía:

Por temidas que fuesen las censuras y demás penas eclesiásticas […] era de recelar que en la ocasión no fuesen de grande efecto.12

¿Cuál fue la base o cómo se dio el momento en que el pueblo califi có las acciones de los insurrectos como justas y santas? El arraigo religioso puede ser tomado como clave, pues a través de las noticias que llegaban en boca de los viajeros o de los habitantes de los pueblos que huían de la rebelión y también de las que circularon como manuscritos e impresos,13

se pudieron enterar de la situación del campo de batalla. Muchas de estas noticias se referían a abusos y arbitrariedades que ambos ejércitos llegaron

16 Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

a cometer, destacando curiosamente las que se perpretaron contra la Iglesia, sus objetos e imágenes sagradas y contra sus eclesiásticos.

El trabajo que a continuación presento trata exclusivamente sobre denuncias hechas contra sujetos que favorecían la rebelión insurgente.14

En dichas denuncias, el elemento importante es la forma en que los seguidores de Hidalgo ven el papel y los actos arbitrarios del ejército virreinal, comparados con la santidad, caridad y justicia con que actuaban los rebeldes. Sin embargo, y como se verá más adelante, se demostrará que los argumentos que constituyen estas denuncias no necesariamente provenían o se basaban en hechos totalmente fi ables o que correspondieran necesariamente a lo que ocurría en la Nueva España en 1810.

Otro factor que infl uyó sin duda en las manifestaciones de la población fue la respuesta que el propio Hidalgo escribió en Valladolid el 12 de noviembre contra quienes intentaban desprestigiarlo. En la misma declaró que todos los delitos de los que era acusado le fueron imputados a causa de haber emprendido la liberación del reino; entre otras cosas acusó a los inquisidores de haberse dejado arrastrar por su paisanaje y por tal motivo de haber prostituido el honor y la reputación del tribunal cuyo instituto era el más respetable y el más santo, y entre otras cosas instó a los americanos a no dejarse seducir por los enemigos pues ellos no eran católicos sino por política.15

La reacción a esta y otras declaraciones se dieron a lo largo del siguiente año; por ejemplo: en el mes de marzo (ciudad de México) el dominico José de Ibáñez envió una carta a los señores inquisidores en la que expresaba:

En virtud del edicto publicado en esta capital hace presente a V[uestra] S[eñoria] q[u]e […] habiendo por casualidad puestose á hablar á solas con otro religioso […] y entre var[ias] expres[ione]s q[u]e vertió, las que me causaron alguna noved[a]d

14 En su ensayo, Marco Antonio Landavazo muestra lo que sería la otra cara de la moneda: el asesinato y desprecio que se hizo contra los españoles “gachupines” durante la guerra de independencia. Destaca el hecho de que muchas de estas acciones se generaron precisamente por la recepción de las noticias sobre las supuestas aberraciones que cometía el ejército realista. Véase, Landavazo, “El asesinato de gachupines en la guerra de la independencia mexicana”, pp. 253-282.15 “Manifiesto de Miguel Hidalgo para contestar los cargos que le hizo el tribunal de la Inquisición”, en Textos Insurgentes (1808-1821), pp. 17-21. Véase también, Carlos Herrejón Peredo, “Escritos de Miguel Hidalgo publicados o datados en Guadalajara”, pp. 23-57.

17Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

fueron las sig[uien]tes: […] que el cura Hidalgo había venido cercado a México y q[u]e si no lo había tomado había sido p[o]r no derramar tanta sangre de sus aliados que estaban dentro, que d[ic]ho Hidalgo a los edictos q[u]e contra el salieron del S[an]to tribunal declarándolo hereje, q[u]e había contestado y hecho ver q[u]e él no negaba articulo ning[u]no de fe, q[u]e lo podían acusar si de facineroso, homicida, y de ladrón pero q[u]e estos delitos no inducían herejía […].16

También en marzo (curato de Tepexoxuma, Puebla), un hombre denunció a un pastor por decir que los señores inquisidores habían puesto en el edicto lo que querían a su favor porque eran gachupines.17

La defensa popular

Las sucesivas declaraciones y refutaciones que se dieron entre la Inquisición y los ideólogos de la independencia produjeron inquietud, duda, y consternación en la sociedad novohispana.18 Hombres, mujeres, amigos, vecinos, familiares, vendedores, vagos, pastores, sacerdotes, frailes, monjas y demás gente hablaban sobre los sucesos, generando toda clase de ideas sobre los fi nes que perseguía la rebelión del cura de Dolores y haciéndose, en algunos casos, simpatizantes y quizás, partícipes de la causa. Desde luego, otra parte de la población no vio con buenos ojos dichas alabanzas, pues les parecían contrarias a la religión y al gobierno, por lo que para descargo de su conciencia acudieron al tribunal del Santo Ofi cio a denunciar todos aquellos rumores o datos que pudieran ser comprometedores y peligrosos.

Pongamos atención a las siguientes denuncias para ampliar el panorama.El 14 de enero de 1811 fray Gabriel Joseph de Granatula (Irapuato)

denunció a cuatro jóvenes bachilleres. Destacan las referidas a Juan Gómez, Francisco Altamirano y Miguel Uribe.

El primero dijo:

16 Carta de fray José de Ibáñez en la que hace denuncia sobre una conversación que tuvo con otro fraile, relativa a la guerra de independencia, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 19, f. 87.17 Denuncia de don José Mariano P. por las expresiones de un pastor llamado Pablo Antonio, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 21, f. 89.18 Gómez Álvarez y Tovar de Teresa, Censura y revolución…, pp. 78-94.

18 Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

que el edicto del S[an]to tribunal seria mentira; que habrían levantado testimonios al cura Hidalgo […].19

Explicó (fray Gabriel) sobre Altamirano, que dirigiéndose a casa de una niña que conocía, al verla:

que lloraba amargam[en]te nuestra cruel persecución y reprendiéndola con la mayor severidad le decía, que si era pecado grave llorar por los gachupines mucho mayor era el no rogar porque ganara el cura.20

En cuanto a Miguel Uribe, el padre Granatula dijo que:

[…] fue a visitar á esta misma niña, y habiendo sido ásperamente reprendido de ella, porque [él] quiso ejecutar una acción menos honesta, le respondió el padre (Miguel Uribe) que no se había de amancebar con una burra, que las mujeres estaban para los hombres y que el General Hidalgo había dispensado el sexto precepto […].21

Lo acusó, también, de haber dicho:

[…] que Calleja es un demonio, que qué bueno hace? Que había aprisionado sacerdotes, y no Hidalgo […] Que no, porque Calleja decía que estaba excomulgado el General se había de creer.22

El 28 del mismo mes (ciudad de México), doña María Loreto Sánchez denunció a don Antonio Garcés, abogado de la Real Audiencia:

[…] D[o]n Antonio Garcés, Abogado de esta R[ea]l Audiencia; porque un día d[e] estos […], á la vista ya de las cruces […] dijo: que Hidalgo y Allende no debían dar temor a los criollos, porq[u]e no venían á hacerles daño alguno, pues solo trataban de poner en manos de estos el gobierno y quitarlo á los

19 Denuncia del padre fray Gabriel José de Granatula denunciando a cuatro personas sobre el edicto del padre Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 8, ff. 32-33. 20 Idem. 21 Idem.22 Idem.

19Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

gachupines, […] que no era Hidalgo hereje […] pues si lo fuere no diría misa, ni entraría en los templos, ni haría otras acciones de cristiano; que los gachupines a lo q[u]e venían al reino era a robar lo de los criollos, encarecerlo todo y tomarse el mando, [y] que acabándolos de echar de este reino a los gachupines quedarían felices los criollos porq[u]e todo quedaría en provecho de ellos […].23

En febrero (ciudad de México), doña María de Alba denunció a fray Ángel Ávila por manifestar:

[…] q[u]e el cura [Hidalgo] no hacía daño mas q[u]e a las casas de gachupines, y la tropa ó gobierno de México iba asolándolo todo. Que el cura Hidalgo no solo era cristiano sino cristianísimo […]. Q[u]e los insurgentes en los pueblos donde entraban iban cantando las alabanzas a N[uestra] S[eñora] de Guadalupe y rezaban el rosario […] [diciendo fr. Ángel al fi nal] ¿cómo haciendo eso han de ser herejes?24

El 23 de ese mes (ciudad de México), María Rita Arellano acusó a su esposo por haber blasfemado:

[…] que no hay infi erno, que el infi erno q[u]e hay es el q[u]e uno tiene en el mundo […], q[u]e n[ues]tra ley es falsa, q[u]e ahí q[u]e nos veamos en el tribunal de Dios, veremos en lo q[u]e hemos creído, y nos estiraremos una oreja, y no nos alcanzaremos la otra. Que Dios es de palo […], q[u]e lo crió y no le mantiene, q[u]e él no le dijo a Dios q[u]e lo criara. Que el cura Hidalgo defi ende la causa justa, que [María Rita Arellano] era una mal agradecida por q[u]e es contraria al d[ic]ho cura, que el cura Hidalgo no está excomulgado, que nosotros somos los excomulgados por el cura, que ojala quisieran los diablos q[u]e entrara á esta ciudad para q[u]e le aliviara de más de cuatro trabajos […].25

23 Denuncia que doña María Loreto Sánchez hizo contra don Antonio Garcés, abogado de la Real Audiencia, por haber hablado a favor del padre Hidalgo y la independencia de México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 12, ff. 38-42.24 Causa seguida contra el fraile Ángel Ávila, por adicto a la causa de la independencia, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 13, ff. 43-47.25 Denuncia que hace María Guadalupe Prieto, de 25 años de edad, que vive en la calle de la Buena Muerte, accesoria letra d, junto del número 8, contra su padre José María Prieto, al que le ha oído pronunciar muchas maldiciones y blasfemias contra Dios, y ser afecto a las máximas de Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 1452, exp. 1, ff. 283-287. Las fojas se encuentran desordenas, por eso el error de titulo. El expediente debe comenzar con la denuncia de la esposa (María Rita Arellano) y finalmente con la de la hija (María Guadalupe Prieto).

20 Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

En su ratifi cación (2 de mayo), María Rita agregó que en otra ocasión, su esposo dijo:

[…] que María S[anti]s[i]ma no es empeño para él porque es una mujer cualquiera; que él había conversado con un cura que estuvo preso en la Inquisición por defender al cura Hidalgo, y salió libre porque ganó el punto a los inquisidores […].26

El 4 de mayo, su hija María Guadalupe Prieto lo denunció por expresar:

[que ella] y su madre eran unas mal agradecidas porque no eran adictas a la causa de Hidalgo, después de que este solo trataba de hacerlas felices. Que no creyeran en los edictos, ni excomuniones contra Hidalgo y sus secuaces porque eran para atemorizar a las gentes, que antes por el contrarió los enemigos de Hidalgo estaban excomulgados por este […]. Que todos los desastres del reino eran causados por los ejércitos del Rey, y ellos eran los que quemaban las imágenes, y las de N[uestra] S[eñora] de Guadalupe las ponían de sudadera […]. Que era mentira cuanto se decía de los males que habían hecho los insurgentes […] pues […] veneraban mucho a los sacerdotes […].27

El 27 de marzo (ciudad de México) un clérigo denunció a un sujeto de nombre Benito, a quien llamaban “el feo”, por insinuar que “en caso de haber revolución no tendría otro consuelo que tomar el ayate de la Virgen de Guadalupe y limpiar con él las ancas de su caballo, pues la aparición era pura mentira”.28 En otra ocasión (4 de mayo, ciudad de México) dijo “que ya no veía las horas de que hubiere aquí revolución para agarrar ese ayate puerco, estropearlo y ponerlo a los pies de los caballos para que lo pisoteen, para quitar a los americanos el entusiasmo de esa aparición de mierda”.29

En abril (ciudad de México), una mujer denunció a un herrero por haberlo oído decir: 26 Idem.27 Idem.28 Delación del br. don Ignacio José Ruiz Cañete, sacristán del convento de la Concepción, contra don Benito que llaman el feo, por expresiones en contra de la religión, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 22, ff. 90-91. 29 Causa contra don Benito el feo, por proposiciones que refirió sustancialmente, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 29, ff. 102-104.

21Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

[…] que los de la parte de Allende tienen más fe que los de la parte de acá. Que los de la parte de acá son mas herejes que los de la parte de Hidalgo y Allende; que los de allá no mataban mujeres y criaturas inocentes, como están haciendo los de acá, y que ojala acabaran de llegar, pues que todos los están deseando, y que él iría luego á la parte de ellos y no á la parte de los de acá.30

En julio (ciudad de México), Manuela Zavaleta denunció a don Francisco Guzmán por escucharlo decir:

[…] q[u]e él creía que Hidalgo no era tan malo […] y que peores serian los q[u]e defendían la causa justa, porq[u]e daban de puñaladas a los cuadros de María S[anti]s[i]ma […].31

En septiembre (ciudad de México), una religiosa del convento de la Encarnación denunció a varias compañeras de hábito por expresarse a favor de la causa. Según la denunciante, una de ellas comentó:

[…] q[u]e el señor Rey quiere entregar esta ciudad a Napoleón y que todo el dinero q[u]e pide es para mandárselo: Q[u]e la tropa del Rey es la que hace iniquidades, que el señor Venegas en sus mentiras se aniega, que todo lo que dicen que hacen los insurgentes es falso y q[u]e la tropa de acá es la que comete los males atentados pues los insurgentes son muy cristianos […] [y] misericordiosos pues traen á Nuestra Señora de Guadalupe en sus estandartes, q[u]e rezan el rosario de María Santísima […] y alabanzas y oyen misa y esto hace toda la tropa. Que tienen tres obispos de su parte y que entre dichos insurgentes hay personas muy distinguidas en saber virtud y letras y de gruesos caudales y q[u]e toda la tropa de Allende tiene casacas pero q[u]e la del Rey está en cueros. Que los insurgentes dicen viva Nuestra Señora de Guadalupe, viva

30 Denuncia que hace fr. José Antonio de Ursúa, a nombre de María Micaela Serna, de edad de cincuenta años, que vive frente a la garita donde se pesa el pulque que entra por el camino de Guadalupe, que la noche del día 5 de este mes oyó a José cuyo apellido ignora, casado y maestro de herrero, decir que los de acá son mas herejes que los de la parte de Hidalgo y Allende, porque ellos no mataban mujeres ni criaturas. Colegio de San Fernando de México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 1452, exp. 1, f. 167.31 Doña María Manuela Zavaleta, casada con don Vicente García de León, con casa de comercio en Salamanca, que vive en la casa del platero Rodayega, denuncia a don Francisco Guzmán, que está de pie fijo en la tienda del molino de Sta. Mónica, por adicto a Hidalgo y a los franceses, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 1452, exp. 1, f. 102.

22 Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

la religión, viva Fernando séptimo y muera el mal gobierno. También dice que están los gachupines muy insolentados […].32

Por su parte, otra religiosa llegó a decir:

[…] q[u]e va á quitarse el Santo tribunal de la Inquisición como se á quitado en España, que el Rey paga mal y Allende paga bien y que lo que este intenta es hacernos felices, y q[u]e la excomunión de el Santo tribunal no les alcanza a los insurgentes porq[u]e es por pasión por q[u]e todos los señores inquisidores son gachupines […]. Q[u]e el Sr. Venegas […] seg[u]ia sus depravados intentos sacrifi cando á los criollos y guardando á sus paisanos, y que dicen los señores gachupines que [h]an de matar a todos los de aquí y q[u]e los que queden los han de señalar con un fi erro por esclavos […].33

El hereje está aquí y es francés… y gachupín

Una vez leídas las denuncias surgen varias cuestiones: ¿Qué tan ciertos pudieron ser los testimonios de los denunciantes, cuyas palabras pudieron estar posiblemente tergiversadas?34 O en todo caso: ¿qué tan ciertos eran los hechos que cada uno de los denunciados comentaron? ¿Lo decían por experiencias vividas o por los chismes y noticias que llegaban en boca de otros o por medio de manuscritos o impresos del campo de batalla? ¿Realmente eran tan crueles y (peor aún) herejes los realistas o (en otros casos no documentados en este trabajo) los insurgentes?

Desde luego, aunque resulta sencillo determinar que en el caso de las disputas y manifi estos que se divulgaban por medios impresos, cada bando expresaba de su contrario cualquier cosa que pudiera desprestigiarlo ante la opinión pública,

32 María Dolores de San Miguel, religiosa, acusa a otras religiosas de unas conversaciones que se hablaba mal del gobierno y se favorecía a la insurrección, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 69, ff. 281-282.33 Ibid., ff. 281-282.34 Cuando señalo esto hago referencia al hecho que conllevaba la denuncia de una acción por otro, pues podían existir en ese momento, por lo menos, tres interpretaciones distintas del suceso: 1) las palabras que el denunciado expresó, 2) la forma en que el denunciante interpreta y expresa esas palabras “tal como se dijeron” y 3) la manera en que el inquisidor y el escribano entendían e interpretaban dichas palabras. Véase, Ricardo García Cárcel, “¿Son creíbles las fuentes inquisitoriales?”, pp. 96-110.

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permanece la inquietud por saber si estos hechos e ideas pertenecieron en realidad a un mismo contexto, tanto temporal como geográfi co.

Una posible respuesta a estas cuestiones la hallamos en las reacciones e impresiones que se suscitaron en España y sus colonias en los años posteriores a la revolución francesa,35 y especialmente a raíz de la invasión de los ejércitos napoleónicos en la península ibérica en 1808. La ocupación tuvo fuerte impacto en la población, pues gracias a la retórica patriota española se desaprobaron las acciones “maléfi cas” de los franceses por medio de sermones e impresos en los que se intentaba hacer partícipes, tanto a los habitantes de la península como a los de las colonias españolas de la defensa del reino. Cuando las nuevas sobre la invasión y los excesos que el ejército francés cometía en contra del pueblo español llegaron a oídos de la población novohispana, parte de esta construyó su propia imagen del “hereje francés.”36

Fue entonces que para 1810, mucho de este imaginario seria reutilizado por la retórica insurgente y realista, que mutuamente verían en su enemigo los rasgos con que se caracterizó a los franceses años atrás. Un ejemplo de ello lo encontramos en los Diálogos Patrióticos del canónigo José Mariano Beristáin y Souza. En su obra, acusó a Hidalgo de promover la discordia instigado por Napoleón, pues según él, muchas de las propuestas que salieron de los ideólogos insurgentes eran las mismas que habían ocasionado la caída del imperio español. Es curiosa la alusión que en dichos diálogos hace Beristáin sobre los actos que perpetraban los franceses en los pueblos ibéricos y que para nuestro caso resultan reveladores:

La España conservaba puro el depósito de la fe; Napoleón viene a extinguir

35 Georges Baudot y María Águeda Méndez, “La revolución francesa y la Inquisición mexicana: textos y pretextos”, pp. 89-105.36 Situaciones semejantes ocurrieron siglos antes, durante las persecuciones contra los protestantes y posteriormente contra los judíos. Véase, Alicia Mayer, Lutero en el paraíso. La Nueva España en el espejo del reformador alemán, p. 21. Por otra parte, Ávila y Torres Puga señalan que: “La desconfianza, el temor y el odio al extranjero son elementos recurrentes en los discursos patrióticos que en ocasiones pueden tener fuertes tintes de tradicionalismo religioso. En momentos de guerra, el extranjero suele ser identificado como el apóstata, el hereje, el enemigo de Dios, del Rey y de la patria.” Véase, “Retóricas de la xenofobia: franceses y gachupines en el discurso político y religioso de Nueva España (1760-1821)”, pp. 27-43. Desde luego, también debemos considerar que la revolución francesa contó con muchos seguidores en la Nueva España. Véase, Dorothy Tanck de Estrada, “Los catecismos políticos: de la revolución francesa al México independiente”, pp. 65-80, y Carlos Herrejón Peredo, “La revolución francesa en sermones y otros testimonios de México, 1791-1823”, pp. 97-110.

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la religión católica. España mantenía en dos mil templos el culto verdadero a Dios, a su madre y a sus santos; Napoleón viene destrozando altares, robando los vasos sagrados, matando los sacerdotes, arrastrando las santas imágenes, y suspendiendo las funciones eclesiásticas […].37

Queda claro entonces que si bien no se pueden poner en duda las acusaciones sobre los horrores, abusos y masacres que cometieron ambos bandos durante la guerra civil,38 tampoco puede afi rmarse que todas ellas fueran necesariamente originales o fi eles a los hechos, por lo menos no si se considera que algunos testimonios sobre los mismos provenían (probablemente) de personas ajenas al contexto geográfi co de los sucesos y enfrentamientos.

El hereje santísimo

Pero el caso no se cierra aquí, pues no sólo en las denuncias aparecen comentarios sobre “la santidad” de los insurgentes y de los pecados de los españoles o viceversa; ya habíamos comentado con anterioridad sobre los interesantes puntos de vista acerca de la personalidad del cura de Dolores. Como se vio en la declaración de María Rita Arellano y del padre Granatula, Hidalgo es algo más que el simple cabecilla de una causa rebelde. Durante sus días como jefe del movimiento, para muchos, Hidalgo tenía un aura de misticismo: no era sólo un dirigente, sino un hombre sabio a quien debían seguir,39 era un profeta, un mesías inspirado en una excelsa misión, la defensa de la religión católica para unos,40 para otros la defensa de los derechos de los criollos

37 Tomado de Ávila y Torres Puga, “Retóricas de la xenofobia…”, p. 40.38 Para 1811 las acciones del ejército realista, bajo las ordenes de Calleja, se intensificaron hasta el grado de no respetar ni perdonar a ningún eclesiástico que hubiera pertenecido al movimiento rebelde, quienes al ser capturados debían de ser inmediatamente pasados por las armas. Véase, “Orden del Virrey para que se fusile a los que se aprehendan aun cuando sean eclesiásticos”, en Hernández y Dávalos, Historia de la guerra de Independencia en México, 1985, t. II, p. 408. De nueva cuenta, no podemos olvidar las transgresiones y masacres contra el ejército y población española. Véase, Landavazo, op.cit., pp. 253-282 y a Felipe Castro Gutiérrez, “El imaginario de la violencia popular durante la revolución de independencia”, pp. 187-202.39 Declaración de María Antonia Gutiérrez contra el cura de Querétaro, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 4, f. 15.40 Delación de doña Ana María de Velasco, natural de Querétaro contra don Manuel Terreros por expresiones alusivas a la insurrección, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 24, ff. 93-94.

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como verdaderos dueños de la Nueva España, para unos mas, el que los habría de salvar de sus agobios terrenales, y no sólo eso, su santidad era tal, que a partir de ella sus ejércitos lo eran también, incluso su manera de profesar la religión lo hacía tan superior (es más cristiano que los de aquí, más cristiano que los inquisidores, es cristianísimo)41 que podía reservarse el derecho (según las acusaciones) de quitar y aplicar excomuniones.42

Así también, se dieron curiosas apologías sobre sus supuestas declaraciones. En estos casos, la infl uencia de algunos eclesiásticos fue determinante, como lo demuestra la denuncia escrita que hizo una interna del Colegio de San Ignacio en enero de 1811 (ciudad de México) y después ratifi cándola personalmente al Santo Ofi cio (12 de enero), cuando señaló que en cierta ocasión al acudir con su confesor:

[…] lamentándose […] de q[u]e un eclesiástico, un cura [Hidalgo] fuere el autor y caudillo de la presente insurrección y causare tantos daños y tantas muertes, le respondió el confesor diciendo q[u]e el cura Hidalgo no era hereje como decían, q[u]e lo q[u]e hablaba lo decía en parábola: que aunq[u]e predicaba q[u]e no había gloria infi erno ni purgatorio, esto se debía entender así: q[u]e no había gloria pa[ra] los gachupines, q[u]e no había infi erno pa[ra] los criollos, ni purgatorio pa[ra] los indios […].43

Sorprendida, objetó al confesor: “ay padre […] y los daños q[u]e causan? A lo que el eclesiástico se limitó a responder: “eso si es lo malo”.44

Recapitulemos: una de las acusaciones con las que se intentó desa creditar a Hidalgo fue la de la supuesta negación que éste hizo sobre la existencia

41 Denuncia de Francisca Moreno contra don Nicolás Jacinto Gutiérrez por adicto a la causa del cura Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 59, f. 267. La denuncia es la siguiente: [Nicolás Jacinto Gutiérrez] anda seduciendo contra los gachupines y dice q[u]e el cura [H]idalgo no tiene más herejía q[u]e andar expatriando a los gachupines. Q[u]e es mas cristiano q[u]e los inquisidores, y q[u]e la prueba es q[u]e da él, y los demás q[u]e andan con este cura más muestras de cristiandad q[u]e todos los gachupines y q[u]e debían haber acabado con todos ellos.42 Un excelente estudio sobre estas circunstancias puede verse en Eric Van Young, La otra rebelión. La lucha por la Independencia de México. 1810-1821, pp. 551-619 y 791-865.43 Denuncia que hace doña María Isabel Torre contra su confesor que dijo que aunque decían que el cura Hidalgo negaba que había cielo, infierno y purgatorio daba a entender que no había cielo para los gachupines, ni infierno para los mexicanos, ni purgatorio para los indios, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 5, ff. 16-19.44 Idem.

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de las penas temporales con las que Dios castigaba y los lugares sagrados.45 Desde luego, negar los sitios que Dios había previsto para el goce, purifi cación o castigo de las almas en la eternidad era una blasfemia muy grande, sin embargo, considero que el susto o la indignación que tuvo esta mujer no se dio necesariamente por dicha negación, sino porque la interpretación que ofreció el confesor parecía justifi car la transgresión del orden social.

Para comprender la importancia de esta denuncia es preciso ahondar en la cultura religiosa de la Nueva España. Como en muchas otras culturas del mundo a través de los tiempos, la preocupación por la vida después de la muerte en el caso novohispano era importante, y dentro de esta misma formación del más allá, la cuestión del perdón y del castigo desempeñaba un lugar signifi cativo en su cotidianidad,46 por eso los sermones y arengas de los curas sobre estos sitios y las subsecuentes charlas entre los asistentes eran comunes. La razón por la que solía discutirse este tema se debía a la intranquilidad de una muerte sin confesión, pues por medio de esta intercesión los pecados podían ser perdonados y se lograría llegar con más facilidad al cielo. En caso de morir en pecado mortal existían dos posibilidades: la de que el alma del difunto limpiara sus faltas en el purgatorio, en el que permanecería por tiempo indefi nido, pues existía la posibilidad de que gracias a la intercesión piadosa de sus familiares o conocidos a través de rezos y oraciones, consiguiera llegar al paraíso; o, ir irremediablemente al infi erno sin la menor esperanza de compasión. Dichos destinos estaban determinados por los parámetros dictados por la Iglesia, por lo tanto el eclesiástico que expresaba tales verdades no podía ser cuestionado por su público que “[…] bebía los conceptos y pensamientos

45 La versión sobre la negación de las penas temporales y el infierno atribuida a Hidalgo, aparece por primera vez en la denuncia que hizo el mercedario fray Joaquín Huesca en 1800; sin embargo, es en la Gaceta del Gobierno con fecha de 28 de septiembre de 1810 en que aparece la acusación: “[…] atreviéndose Hidalgo á inspirar las impías máximas de q[u]e no hay Infierno, ni Purgatorio, ni Gloria […]”. Para ambos casos véase, Pompa y Pompa, op.cit., pp. 9-13 y 122-123 en el orden respectivo de los casos.46 Roselló Soberón señala: “La apropiación novohispana del binomio culpa-redención, incidió en la construcción de consensos culturales que orientaron la articulación de distintas relaciones sociales, el establecimiento de vínculos políticos particulares, la reproducción de un universo simbólico, así como el significado de algunas experiencias afectivas, la difusión de ciertas ideas, valores y creencias y la conducción de algunos hábitos, costumbres y rutinas cotidianas.” Véase, Así en la tierra como en el cielo. Manifestaciones cotidianas de la culpa y el perdón en la Nueva España de los siglos XVI y XVII, p. 15.

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del orador sagrado y se nutria con ellos; los aceptaba, los comentaba, y no se le ocurría contradecirlos. Era la verdad misma la que brotaba de los labios del predicador […]”.47 Desde luego, el intentar cuestionar dichas afi rmaciones constituía un delito grave.

Si repensamos la denuncia de María Isabel y la respuesta de su confesor considerándolas con el punto anterior, me atrevería a inferir que dicha sentencia tenía como fi nalidad lograr la simpatía de la sociedad al asegurarle que con su unión al movimiento rebelde, la victoria sobre la muerte seria total, ya que sus integrantes estaban del lado de la justicia y luchaban por la religión (por ende el lado de Dios), por lo tanto, al morir, sus almas no tendrían que ser enjuiciadas, ni esperarían por tiempo indefi nido en el purgatorio ya que serian en el cielo cubiertos por la gloria del Creador; y en cambio, los españoles y los que estuvieran y lucharan en contra de dicha causa, tendrían como castigo la derrota terrenal y el castigo del fuego eterno.

Conclusiones

A lo largo de este ensayo se ha explicado cuáles fueron las causas y razones por las que el edicto del Santo Ofi cio, así como las diversas acciones que el gobierno virreinal llevó a cabo contra el movimiento popular iniciado en 1810 fueron cuestionadas. El edicto inquisitorial, elemento retórico y escrito, funcionó para el tribunal del Santo Ofi cio como un medio para “informar” y generar temor entre la sociedad. Por medio de este temor la gente se vería en la necesidad de denunciar las posibles acciones heréticas que pudieran afectar el bienestar del pueblo y desde luego la salud de las instituciones del gobierno y de la Iglesia. Cuando aquél se vio rebasado por la respuesta que hizo el cura Hidalgo sobre las acusaciones que le imputaron, el Santo Ofi cio perdió (un poco de) credibilidad, pues la gente se cuestionó cómo fue posible que el tribunal que, en teoría, se dedicaba a protegerla del mal, hubiese dejado libre a Hidalgo (refi riéndose a la primera citación que ocurrió en 1800), que según ellos era hereje y un apóstata.

El contexto en que se desenvolvieron estos acontecimientos fue en medio de la desinformación, conmoción y notoria consternación, que desde

47 Alicia Mayer, “El cielo, el infierno y el purgatorio en los sermones novohispanos”, p. 167.

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1808 se había generado en algunos sectores de la población de la Nueva España, que se encontraba temerosa de una, por demás, cercana e inevitable guerra. Este temor se fomentó más cuando los europeos enviaron a sus colonias propaganda en la que acusaban a los franceses de cometer actos casi diabólicos. Esta propaganda sería reutilizada más tarde por los ejércitos protagonistas que intentaban desacreditarse mutuamente buscando la aceptación de la gente para que apoyara o rechazara una u otra causa, la de la Independencia o la de la lealtad bastarda al gobierno francés de España.

Muchos de los elementos que componían esta propaganda se pueden observar en las expresiones y comentarios de algunos pobladores de diversos lugares de la Nueva España, que serian denunciados ante la Inquisición por apoyar a los rebeldes. En ellas se observan toda clase de ideas dignas de apreciarse, que van desde la simple defensa, por sentido común, del padre Hidalgo, hasta las que llegan a ver su movimiento no sólo como un movimiento de liberación contra la tiranía española, sino como el advenimiento de un futuro mejor en que no habría necesidad de trabajar, ni de sufrir por hacerlo.

Estas ideas y noticias, que solían recibirse por medio de viajeros, espías y gente que huía de lugares inmersos en la guerra, hicieron que parte de la población -a partir de su fuerte arraigo religioso- se cuestionara las acusaciones con las que el gobierno pretendía difamar a los rebeldes, pues ¿cómo era posible que éstos, teniendo como dirigente a un sacerdote que los adoctrinaba, que les ayudaba a rezar el rosario y que no sólo adoraban sino que se hacían acompañar de la imagen de la Virgen María, pudieran ser malas personas?. Todo lo contrario, esto los hacía más santos que los que peleaban por la “causa justa”: los realistas, que eran en extremo igual o más malvados que sus anteriores enemigos (o aliados) los franceses, que profanaban conventos, destruían imágenes sagradas, mataban niños y mujeres sin razón y ahorcaban y fusilaban eclesiásticos.

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Bibliografía

Fuentes primarias

Denuncia de doña María Antonia Gutiérrez contra el cura de Querétaro, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 4, f. 15.

Denuncia que hace doña María Isabel Torre contra su confesor que dijo que aunque decían que el cura Hidalgo negaba que había cielo, infi erno y purgatorio daba a entender que no había cielo para los gachupines, ni infi erno para los mexicanos, ni purgatorio para los indios, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 5, ff. 16-19.

Denuncia del padre fray Gabriel José de Granatula denunciando a cuatro personas sobre el edicto del padre Miguel Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 8, ff. 32-33.

Denuncia que hace doña María de la Luz de Irazabal, española, contra varias personas de conversaciones relativas a la independencia, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 9, ff. 34-35.

Denuncia de María Eduarte contra una doña Antonia por unas expresiones que dijo del cura Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 11, f. 37.

Denuncia que doña María Loreto Sánchez hizo contra don Antonio Garcés, abogado de la Real audiencia, por haber hablado a favor del padre Hidalgo y la independencia de México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 12, ff. 38-42.

Causa seguida contra el fraile Ángel Ávila por adicto a la causa de la independencia, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 13, ff. 43-47.

Delación de fray José Ibáñez, por una conversación que tuvo con otro fraile, relativa a la guerra de independencia, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 19, f. 87.

Denuncia de don José Mariano P. por las expresiones de un pastor llamado Pablo Antonio, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 21, f. 89.

Delación del br. don Ignacio José Ruíz Cañete, sacristán del convento de la Concepción, contra don Benito que llaman el feo, por expresiones en contra de la religión, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 22, ff. 90-91.

Delación que hace el presbítero don Pedro Ocón relativa a una conversación entre religiosas y frailes, referente a la guerra, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 23, f. 92.

Delación de doña Ana María Velasco, natural de Querétaro, contra don Manuel

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Terreros, por expresiones alusivas a la insurrección, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 24, ff. 93-94.

Carta de doña María Gertrudis Ruíz de la Mota denunciando al presbítero hermano suyo don José Ruíz de la Mota, por unas expresiones que dijo en favor del cura Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 26, f. 96.

Denuncia de doña María Dolores López contra un hombre llamado Miguel y otro llamado Mariano Callejo, por ser adictos a la causa, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 27, f. 97.

Causa contra don Benito el feo, por proposiciones que refi rió sustancialmente, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 29, ff. 102-104.

Denuncia de Francisca Morena contra don Nicolás Jacinto Gutiérrez, por adicto a la causa del cura Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 59, f. 267.

María Dolores de San Miguel, religiosa, acusa a otras religiosas de unas conversaciones en que se hablaba mal del gobierno y se favorecía a la insurrección, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 69, ff. 281-282.

Delación que hace Francisco González contra don Mariano o don Francisco Herrera por proposiciones contra el Santo Ofi cio, AGN, Inquisición, año 1816, vol. 462, exp. 92, ff. 427-428.

Doña María Manuela Zavaleta, casada con don Vicente García de León, con casa de comercio en Salamanca, que vive en la casa del platero Rodayega, denuncia a don Francisco Guzmán, que está de pie fi jo en la tienda del molino de Sta. Mónica, por adicto a Hidalgo y a los franceses, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 1452, exp. 1, f. 102.

Denuncia que hace Fr. José Antonio de Ursúa, a nombre de María Micaela Serna, de edad de cincuenta años, que vive frente a la garita donde se pesa el pulque que entra por el camino de Guadalupe, que la noche del día 5 de este mes oyó a José cuyo apellido ignora, casado y maestro de herrero, decir que los de acá son mas herejes que los de la parte de Hidalgo y Allende, porque ellos no mataban mujeres ni criaturas. Colegio de San Fernando de México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 1452, exp. 1, f. 167.

Denuncia que hace María Guadalupe Prieto, de 25 años de edad, que vive en la calle de la Buena Muerte, accesoria letra d, junto del número 8, contra su padre José María Prieto, al que le ha oído pronunciar muchas maldiciones y blasfemias contra Dios, y ser afecto a las máximas de Hidalgo, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 1452, exp. 1, ff. 283-287.

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En la Ciudad de México á doce días del mes de enero del año de mil ochocientos once, por la mañana cosa de las diez, ante el b[achille]r d[on] Gregorio Rodríguez de Cosgaya comisionado del Santo Ofi cio de la Inquisición p[ar]a la práctica de diligencias, por mí y ante mí, compareció llamada al confesionario primero, entrando por la antesacristía de la iglesia del Colegio de S[an] Ignacio, e hizo juramento por Dios nuestro Señor, y una señal de la S[an]ta Cruz decir verdad, y guardar secreto en cuanto sepa y fuere preguntada, una colegiala de d[ic]ho lugar q[u]e dijo llamarse d[oñ]a María Isabel Torres, natural de esta ciudad, como de cuarenta años de edad. ¿ Preguntada si sabía o presumía la causa porq[u]e ha sido llamada de orden del Santo Ofi cio?

I: DENUNCIA QUE HACE DOÑA MARÍA ISABEL TORRES CONTRA SU CONFESOR QUE DIJO QUE AUNQUE DECÍAN QUE EL CURA HIDALGO NEGABA QUE HABÍA CIELO, INFIERNO Y PURGATORIO DABA A ENTENDER QUE NO HABÍA CIELO PARA LOS GA-CHUPINES, NI INFIERNO PARA LOS MEXICANOS, NI PURGATORIO PARA LOS INDIOS.

México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 5, ff. 16-19.

APÉNDICE1

1 Los documentos que se presentan a continuación fueron transcritos íntegramente de los expedientes consultados en el AGN, sin embargo, para su mejor lectura y comprensión, se le añadieron signos de puntuación y se corrigió su escritura. Todos los expedientes conservan el título con que se localizan en los catálogos del ramo Inquisición, pero en el caso particular del expediente 1 (páginas 49 a 53), aparecerán otros títulos que especifican el orden en que debe ser leído.

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Dijo q[u]e desde luego sería de resultas de la denuncia q[u]e por mi mano, el paciente comisionado, había remitido al Santo Ofi cio de la Inquisición contra su confesor el padre d[on] José Conti, en la q[u]e expresaba: q[u]e estándose confesando d[ic]ha s[eño]ra con el citado padre en el primer confesionario de la antesacristía q[u]e está al entrar a mano derecha, y lamentándose a su confesor de los asuntos del día, de q[u]e un eclesiástico, un cura fuere el autor y caudillo de la presente insurrección, y causare tantos daños, y tantas muertes, le respondió el confesor diciendo q[u]e el cura Hidalgo no era hereje como decían, q[u]e lo q[u]e hablaba lo decía en parábola: q[u]e aunq[u]e predicaba q[u]e no había gloria, infi erno, ni purgatorio, esto se debía entender así: q[u]e no había gloria pa[ra] los gachupines, q[ue] no había infi erno pa[ra] los criollos, ni purgatorio pa[ra] los indios. Q[u]e esto a sólo ella se lo decía al verla tan acongojada, po[r]q[u]e a nadie se lo contase. ¡Ay padre!, replicó ella al oír esto, ¿y los daños q[u]e causan? Eso sí es malo, le respondió entonces el confesor.

Preguntada si sabe ó ha oído decir q[ue] alguna persona haya dicho ó hecho cosa q[u]e sea o parezca ser contraria á nuestra s[an]ta fe católica, ley evangélica q[u]e predica y enseña la S[an]ta Madre Iglesia Católica Apostólica Romana, ó contra el recto y libre ejercicio del Sto. Ofi cio?

Dijo: q[u]e ella no tenia q[u]e declarar otra cosa más q[u]e lo q[u]e llevaba dicho, y q[u]e esta era la verdad. Y habiéndole leído esta declaración dijo: q[u]e estaba

* bien escrita, y conforme a lo q[u]e lleva dicho y declarando q[u]e no se le ofrece q[u]e enmendar, añadir ó innovar y no lo dice por odio, ni mala voluntad, sino en descargo de su conciencia. Se le encargó el secreto, lo prometió guardar, y lo fi rmó de q[u]e doy fe.

(Rúbrica) Gregorio Rodrig[uez] de Cosgaya.

ff. 17v-18v

* Nota del editor: por limitaciones de espacio, no se reproduce la imagen del documento que corresponde a estas seis líneas.

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II: CAUSA CONTRA DON BENITO EL FEO, POR PROPOSICIONES QUE REFIRIÓ SUSTANCIALMENTE. México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 29, ff. 102-104.

(Al margen)1811.

En el Oratorio de S[an] Felipe Neri de México á cuatro de Mayo de mil ochocientos once, á horas que son la cuatro de la tarde, ante el P[adre] Do[cto]r d[on] José Antonio Tirado y Priego, comisario del S[an]to Ofi cio y de mí, el infrascrito notario, pareció siendo llamada una persona que juró in verbo sacerdotis tacto pectore et corona decir verdad y guardar secreto; y siéndolo por su nombre, edad, y estado:

Dijo ser y llamarse fr[ay] Francisco Larrea, de edad de cuarenta y tres años, religioso, sacerdote del orden de S[an]to Domingo de esta provincia de Santiago de Predicadores.

Preguntado ¿si sabe ó presume la causa porque ha sido llamado de orden del S[an]to Ofi cio?, dijo que no.

Preguntado ¿si sabe ó ha oído decir haya dicho ó hecho alguna persona cosa que sea ó parezca ser contra nuestra s[an]ta fe, ley evangélica, ó recto proceder del S[an]to Ofi cio?

Dijo que habrá cerca de dos meses concurrió, el que declara, á la entrada del factor del Baratillo con fr[ay] Pedro Martínez, prior del Convento del Espíritu Santo, quien le contó que d[on] Benito, á quien llaman el feo, había dicho en casa de las hermanas de d[ic]ho Pedro Martínez y también en presencia [tachado] [de] éste, que ya no veía las horas de q[u]e hubiese aquí revolución, para agarrar ese ayate puerco (aludiendo á la imagen original N[uestra] S[eño]ra de Guadalupe), estropearlo y ponerlo á los pies de los caballos, para que lo pisoteen, para quitar á los ame-

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ricanos el entusiasmo de esa aparición de mierda. Que en esta conversación continuaron dicho fr[ay] Pedro con el que declara hasta llegar al puesto de d[on] José Galindo, donde oyeron lo mismo y de la misma boca d[ic]ho d[on] José, [de] su esposa, [y de] d[on] José Peña, que tiene el puesto contiguo, y (entre otros de que no se acuerda) el guarda de aquel Baratillo y un cleriguito, chico de cuerpo, gordito, coloradito, cuyo nombre ignora. Que refi riendo el que declara este pasaje al p[adre] Fr[ay] Domingo Miranda, y que también había contado el p[adre] Martínez en la propia conversación que el citado d[on] Benito dijo en la que ya citó, que en caso de revolución había de ir al sepulcro del difunto S[eñ]or Arzobispo Lizana á estropearlo y cagarse en su boca, por vil, infame, y pícaro.

Contestó el p[adre] Miranda que el tal d[on] Benito era tenido por un blasfemo, y por esto era echado de los cafés y fondas. Añade que cuando el clérigo que ha citado oyó la conversación del p[adre] Martínez, dijo que ese d[on] Benito estaba ya denunciado por tres o cuatro veces por sus proposiciones blasfemas; y que no sabe más ni de d[on] Benito el feo, ni de otra persona alguna. [Tachado]

Fuele dicho que supuesto que hace tanto tiempo que oyó esta conversación debió inmediatamente denunciarla como católico y religioso, por lo que se le hace cargo de una omisión tan culpable. Dijo que el declarante no sólo instó mucho al

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p[adre] Martínez para que denunciara, si no que viendo su renuencia, se lo comunicó al p[adre] fr[ay] Juan de Mendoza, de orden que es empleado en el S[an]to tribunal, para que persuadiere á Martínez á la denuncia, como en efecto lo verifi có Mendoza, aunque sin fruto como se lo dio [a] entender este, que fundado en esto el declarante creyó de buena fe, que no tenía más obligación. Y habiéndole leído esta declaración dijo que estaba bien escrita y asentada, y que no la hace por odio ó mala voluntad, pues ni conoce al dicho feo y q[u]e en ella se afi rma y ratifi ca so cargo de su juramento. Lo fi rmó con d[ic]ho comisario habiéndosele encargado el secreto y prometi[én]dolo guardar, y lo certifi có.

(Rúbricas) Do[cto]r José Ant[oni]o Tirado y Priego.Fr[ay] Fran[cis]co Larrea.Do[cto]r Juan Bautista Díaz Calvillo.

ff. 102-103

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III: MARÍA DOLORES DE SAN MIGUEL, RELIGIOSA, ACUSA A OTRAS RELIGIOSAS DE UNAS CONVERSACIONES EN QUE SE HABLABA MAL DEL GOBIERNO Y SE FAVORECÍA A LA INSURRECCIÓN. México, AGN, inquisición, año 1811, vol. 462, exp. 69, ff. 281-282.

(Al margen) 1811.

La madre María Josefa de la Santísima Trinidad dice q[u]e el señor Rey quiere entregar esta ciudad a Napoleón y que todo el dinero q[u]e pide es para mandárselo. Q[u]e la tropa del Rey es la que hace iniquidades, que el señor Venegas en sus mentiras se aniega. Q[u]e todo lo q[u]e dicen que hacen los insurgentes es falso y q[u]e la tropa de acá es la que comete los malos atentados pues los insurgentes son muy cristianos, políticos [y] misericordiosos, pues traen á Nuestra Señora de Guadalupe en sus estandartes. Q[u]e rezan el rosario de María Santísima, el prisagio y alabanzas, y oyen misa y esto hace toda la tropa. Que tienen tres obispos de su parte y que entre dichos insurgentes hay personas muy distinguidas en saber virtud y letras y de gruesos caudales, y q[u]e toda la tropa de Allende tiene casacas pero q[u]e la del Rey está en cueros. Que los insurgentes dicen viva Nuestra Señora de Guadalupe, viva la Religión, viva Fernando séptimo y muera el mal gobierno. También dice que están los gachupines muy insolentados. Otras cosas que le diré a vo[s]o[tros], su confesor es [el] señor Santonio, su edad setenta años mas ó menos, ofi cio ninguno en particular.

Dolores de S[a]n Juan Evangelista dijo que los señores inquisidores estaban ya fi fi ados, pues decía Hidalgo q[u]e lo llamaba el Santo Ofi cio con todos sus secuaces y que con todos venía y no lo dejaban entrar, y otra multitud de cosas q[u]e no tengo presentes porque por razón de ser mayor de la ofi cina en que me tiene puesta la obediencia, me he visto en precisión de contestar más que con ninguna otra. Su confesor [es] d[o]n Pablo de las Eras, su edad más de cincuenta años, su destino celadora mayor.[La] m[adr]e Cipriana de la Santísima Trinidad defi ende lo mismo, su confesor [es] el padre Ávila, su edad cincuenta años poco mas ó menos, su destino ninguno.

[La] madre Vicenta de el Espíritu Santo defi ende la misma causa y dice q[u]e en España ya no hay ni un cristiano, q[u]e allá siempre ha habido mucha herejía por lo que no querría ir allá, ni a nuestro amo por recelo de que no esté condenado con las mismas palabras q[u]e dijo Jesucristo, y otros desatinos de esta clase. Su confesor [es el] señor Sollano, su edad de más de cincuenta años, ningún destino tiene.

[La] madre Jacinta del S[eño]r S[a]n José lo mismo defi ende y dice q[u]e si estaban aquí [los insurgentes] es porq[u]e Dios los trae, pues ellos son cristianos y q[u]e puesto q[u]e no van contra la fe no hay por qué temerles. Su confesor [es el] señor Munive, su edad piense q[u]e pasa de cuarenta años o aborda a los cincuenta deste

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no ninguno. [Sobre] [la] m[adr]e María Rita de San Luis Gonzaga se q[u]e defi ende lo mismo pero yo no la trato por lo q[u]e no tengo q[u]e decir en particular. [Sobre] su confesor preguntaré con disimulo y le avisaré á u[ste]d, su edad más de cuarenta años, ningún destino.

[Sobre] [la] m[adr]e María Manuela del Sagrado Corazón de Jesús se q[u]e habla en estos asuntos con demasiada libertad pero yo no trato con ella por la misma causa, porq[u]e no expresó nada. Su confesor [es] el padre Cantón, su edad treinta y tantos años, su destino. Escucha palabras sueltas q[u]e tengo oídas q[u]e va a quitarse el Santo Tribunal de la Inquisición como se ha quitado en España, q[u]e el Rey paga mal y Allende paga bien y que lo que éste intenta es hacernos felices y q[u]e la excomunión del Santo Tribunal no les alcanza a los insurgentes porq[u]e es por pasión, porq[u]e todos los señores inquisidores son gachupines, y que es falsa la prisión de Allende y Hidalgo. Q[u]e a el s[eño]r virrey le vino una reprensión de parte de la junta porq[u]e no había dejado entrar aquí al dicho Allende, pero q[u]e el s[eño]r Venegas no hacía caso de esto si antes seguía sus depravados intentos sacrifi cando a los criollos y guardando a sus paisanos, y que dicen los señores gachupines q[u]e han de matar a todos los de aquí. Y q[u]e los que queden los han de señalar con un fi erro por esclavos. Todo esto y otra infi nidad de desatinos q[u]e se me han olvidado son productos de la citada m[adr]e María Josefa y m[adr]e María Rita, vale.

f. 281

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IV: DENUNCIA QUE HACE MARÍA GUADALUPE PRIETO, DE 25 AÑOS DE EDAD, QUE VIVE EN LA CALLE DE LA BUENA MUERTE, ACCESORIA LETRA D, JUNTO DEL NÚMERO 8, CONTRA SU PADRE JOSÉ MARÍA PRIETO, AL QUE LE HA OÍDO PRONUNCIAR MUCHAS MALDICIONES Y BLASFEMIAS CONTRA DIOS, Y SER AFECTO A LAS MÁXIMAS DE HIDALGO.

México, AGN, Inquisición, año 1811, vol. 1452, exp. 1, ff. 283-287.2

1: (Denuncia escrita que hace María Rita Arellano contra su esposo José María Prieto por diversas proposiciones y blasfemias. Sin fecha.)

Ma[ria] Rita Arellano, casada con José María Prieto, ofi cial de barbero en la barbería de la calle del Hospicio de San Nicolás, y [que] vive en la calle de la Buena Muerte, tras de S[a]n Camilo, en la accesoria letra D, junto la casa n° 8, denuncia a d[ic]ho su marido de las proposiciones siguientes: que no hay infi erno, que el infi erno q[u]e hay es el q[u]e uno tiene en el mundo por sus escaseces; q[u]e n[ues]tra ley es falsa, q[u]e ahí q[u]e nos veamos en el tribunal de Dios veremos en lo q[u]e hemos creído, y nos estiraremos una oreja y no nos alcanzaremos la otra. Que Dios es de palo, y es un tal, (expresando una desvergüenza), que le crió y no le mantiene, q[u]e él no le dijo á Dios que lo criara. Que el cura Hidalgo defi ende la causa justa; que la declarante era una mal agradecida porq[u]e es contraria al d[ic]ho cura; que el cura Hidalgo no está excomulgado, que nosotros somos los excomulgados por el cura. Que ojalá quisieran los diablos q[u]e entrara á esta ciudad para q[u]e le aliviara de más de cuatro trabajos.

Q[u]e esto lo dijo en presencia de la denunciante, de su hija Ma[ría] Guadalupe Prieto, de un tal Domingo cuyo apellido ignora, pero sí sabe q[u]e tiene su barbería en las plazuela del volador en la esquina q[u]e hace para la calle de S[a]n Bernardo. D[o]n Ignacio Revilla, q[u]e vive en este mismo callejón, d[o]n Manuel Caballero, de quien darán razón los dos últimos, y Gertrudis Rangel, amasia [es decir, querida] del denunciado, por la q[u]e le da mala vida a la denunciante.

(Rúbrica)D[octo]r José Ant[oni]o Tirado y Priego.

f. 285

2 Las fojas se encuentran desordenas, por eso el error de titulo. El expediente debe comenzar con la denuncia de la esposa (María Rita Arellano) y finalmente con la de la de la hija: (María Guadalupe Prieto), así que la transcripción que presento será en ese orden. Sin embargo, se mantendrá la foliación original.

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2: (Denuncia que hace María Guadalupe Prieto ante el Santo Ofi cio contra su padre José María Prieto por proposiciones y blasfemias.)

(Nota al margen) 1811.

En el Oratorio de S[an] Felipe Neri de esta corte, a cuatro de mayo de mil ochocientos once, ante el P[adre] D[octor] d[on] José Antonio Tirado, comis-ario de corte del S[an]to Ofi cio, y de mí el infrascrito que hago de notario, pareció siendo llamada y juró por Dios Nuestro Señor y la señal de la Santa Cruz decir verdad y guardar secreto, una persona que dijo llamarse María Guadalupe Prieto, hija de José María Prieto y de Rita Arellano, doncella de edad de veinte y cinco años que vive en compañía de su madre, [en la] c[all]e. de la Buena Muerte, accesoria letra D, junto del n° 8.

Preguntada ¿si sabe, ó ha oído decir que alguna persona había dicho ó hecho cosas q[u]e sean, ó parezcan ser contra n[ues]tra santa fe, ley evangélica o recto proceder del Santo Ofi cio? Dijo: que únicamente a su padre José María Prieto le ha oído decir muchas maldiciones, y blasfemias contra Dios, porque con motivo de su mucha pobreza se queja diciendo que si Dios, no se hallaba sufi ciente para mantenerlo ¿para qué lo crió? Que [tachado] ¡que más infi erno que las tristezas, y calamidades que cada uno pasaba en esta vida. Que la declarante y su madre eran unas mal agra-decidas porque no eran adictas a la causa de Hidalgo, después que éste sólo trataba de hacerlas felices. Que no creyeran en los edictos ni excomuniones contra Hidalgo y sus secu-aces, porque eran para atemorizar a las gentes, que antes por el contrario, los enemigos de Hidalgo estaban excomulgados por [tachado] éste. Que él sabía muy bien esto porque trataba con personas doctas. Que

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todos los desastres del Reino eran causados por los ejércitos del Rey, y ellos eran los que quemaban las imágenes, y las de N[uestra] S[eñora] de Guada-lupe las ponían de sudadera. Que el cura Hidalgo defi ende la justa causa. Que él había conversado con el p[adr]e Belaunzarán y este le había dicho que era mentira cuanto se decía de los males que habían hecho los insurgentes en la tierra donde estaba dicho padre, pues antes veneraban ellos mucho a los sacerdotes. Que también ha dicho que n[ues]tra ley es falsa, y cuando estemos en el tribunal de Dios, veremos en lo que hemos creído, que entonces nos tiraremos una oreja y no alcanzaremos la otra, y diremos: ¡qué bien nos decía aquel tonto! Que Dios es un palo y un tal. Que desde Napoleón, se le habían acabado sus fuerzas, y se le había aclarado. Que algunas ocasiones en que esto decía estaba borracho, pero otras estaba en su juicio. Que su padre vive, ó en la barbería de la calle del Hospicio, ó en la de Porta C[o]eli, y es cuanto puede declarar, no por odio, ni mala voluntad, sino en descargo de su conciencia. No fi rmó por no saber hacerlo.

(Rúbricas) Do[cto]r José Ant[oni]o Tirado y Priego.Ante mi, Do[cto]r Marcos de Cárdenas.

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Introducción

Desde su llegada y durante su estancia en la Nueva España los jesuitas demostraron ser la orden religiosa por excelencia, la de mayor prestigio y la más solicitada para enseñar y educar a la juventud. Sus colegios y seminarios de estudios, como ocurrió en Zacatecas, estuvieron dirigidos con el propósito de preservar y defender a la religión católica. Además, para formar y preparar a los descendientes de las élites encaramadas en el poder de la política y de la economía del antiguo régimen novohispano. Los jesuitas con sus instituciones de enseñanza formal fueron los educadores de los criollos americanos.

El presente trabajo se apoya básicamente en documentos del Archivo de la Real Hacienda y Caja de Zacatecas. Tiene como sustento fuentes primarias como lo son los informes de rectores del Real Colegio Seminario de San Luis Gonzaga de Zacatecas sobre las “cuentas” de las colegiaturas que pagaban los colegiales “porcionistas” entre 1788 y 1819. En la historia de la institución referida, que en sus orígenes fundaron los jesuitas, podemos hacer la división siempre arbitraria –como son todas las divisiones cronológicas de los procesos históricos– de tres épocas. La primera va del 1757, año en que abrió sus puertas el seminario, hasta 1767 cuando fueron expulsados los regulares de la Compañía de Jesús. La segunda (transcurrido el interregno en el que los dominicos estuvieron a cargo del ex colegio jesuita) va de 1786, cuando ocurrió su reapertura autorizada por el Ramo de Temporalidades y fue administrado por un Patronato Real con una breve injerencia del Ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas,1 hasta 1788 cuando

EDUCACIÓN DE LOS CRIOLLOS EN ZACATECAS: LOS COLEGIALES PORCIONISTAS DEL REAL COLEGIO

SEMINARIO DE SAN LUIS GONZAGA, 1788-1819

Leonel Contreras Betancourt*

* Universidad Pedagógica Nacional. Unidad Zacatecas.

1 Ríos Zúñiga, La educación de la Colonia a la República, pp. 52-53

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se le quitó al cabildo su manejo. En 1795 el monarca español autorizó su existencia. La tercera y última etapa comienza en 1788, abarca la parte fi nal del siglo de las luces y prosigue las primeras tres décadas del siglo XIX, cuando se observa la fase de crisis y decadencia hasta su desaparición en 1831, año en que se transformó en Instituto literario o Casa de Estudios de Jerez.

Aquí se abordan aspectos de la segunda y tercera etapas. Concretamente, este trabajo se ocupa de los estudiantes conocidos con el nombre de “colegiales porcionistas”, porque sus padres o tutores pagaban las colegiaturas a través de porciones repartidas en tres partes proporcionales durante un año. A este pago se le conoció como tercios, pues se realizaba cada cuatro meses.. Los colegiales porcionistas s en su mayoría fueron hijos o protegidos de las élites política y económica de la ciudad de Zacatecas, si bien aparecen de otros lugares como Aguascalientes, Ojo Caliente y Fresnillo. Sus padres o tutores se desempeñaban como mineros medianeros, comerciantes o funcionarios de la administración pública. Fueron los hijos de los criollos zacatecanos cuya educación abrevaron en una institución creada ex profeso para ellos. De esta forma, se dan a conocer los nombres de los colegiales porcionistas entre 1788 y 1819, el monto de las colegiaturas y los nombres de sus padres o tutores.

De la casa residencia al colegio

Antes de la fundación y reapertura del colegio con el agregado de seminario, la primera institución jesuita establecida por los jesuitas fue su casa residencia. Su colegio, entendido no como un centro de enseñanza, –aunque varios entre ellos el de Zacatecas contaron con escuelas de párvulos o de primeras letras y de gramática latina– sino como la casa habitada por frailes conocidos también como padres o regulares con rentas propias, lo que no sucedía con las residencias o casas profesas,2 se fundaría después.

Cuando los jesuitas llegaron a Zacatecas, esta ciudad se encontraba en plena bonanza minera. En ella habitaban alrededor de 300 familias cuyas cabezas (españoles peninsulares) se nombraban vecinos. Familias por lo

2 Gonzalbo Aizpuru, Historia de la educación en la época colonial, p. 152 y 159.

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demás, divididas y separadas por los confl ictos que nunca faltan en todo núcleo de población. En este entorno, una de las primeras preocupaciones de los regulares de la Compañía de Jesús fue tener un lugar en donde vivir.

Esta casa residencia de Zacatecas tuvo principio resultado de una misión a que fueron enviados el padre Pedro Mercado y el padre Martín de Salamanca por el padre maestro Pedro Díaz, rector que esa de Guadalajara, el año de 89. Para que en aquesta ciudad, que es la tercera en grandeza del Reino de donde ha salido la riqueza que ha enriquecido a España, ejerciten los ministerios de nuestra Compañía. Y diéronse los padres tan buena priesa en trabajar en el púlpito y confesionario con los indios y españoles y con tanta edifi cación y gusto de todos que afi cionados comenzaron a tratar si diese allí asiento la Compañía. […] determinaron los ciudadanos edifi car una casita acomodada para cuando los padres de allí adelante viniesen a semejantes misiones. Haciendo entrega así mismo a los dichos padres de un sitio y solar junto a una ermita que llaman de San Sebastián, con más de cinco mil y quinientos pesos para la mejora y alajas de dichas casas.3

La casa residencia jesuita que habría de edifi carse con tan generosa dotación tardó algún tiempo en concluir. Fue hasta que llegó el padre Diego de Avellaneda en 1590 en calidad de visitador, quien al ver la devoción de los vecinos y la buena acogida que les dieron a los padres de la Compañía los ricos y nobles de la ciudad, “decidió enviar al siguiente año al padre Juan Bautista de la Caxina y al padre Agustín Cano”, mismos que “con su autoridad y buen púlpito ganaron la gente de más calidad” y de esta forma acabaron de edifi car su casa residencia. Negociando además la donación de la ermita referida para poder llegar a cabo su ministerio.4

Los jesuitas fueron de las últimas órdenes mendicantes o del llamado clero regular en llegar a Zacatecas, pero como lo hemos visto, llegaron montados en caballo de hacienda. Teniendo a la ermita de San Sebastián como su templo, pronto desplazaron a la competencia representada por los franciscanos, agustinos y dominicos, que habían llegado a la ciudad antes

3 AGN, GD 64, Jesuitas, 1-25, exp. 12, “Fundación de la Casa de Zacatecas”, s/f. En ésta como en las citas posteriores, se respetó la ortografía original del documento.4 Ibid., ff. 43 y 43v.

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que ellos. Al referirse al templo que les fue donado y los servicios que en él proporcionaban a la población, el documento sobre la fundación de la Casa de Zacatecas menciona:

[…] y ha sido tan frecuentado este que de ay se han ocasionado nuevas pesadumbres no por que se hay dado más motivo y ven nuestra Iglesia más frecuentada que las demás y a los de la ciudad tan afi cionados cuanto que ninguna otra de este Reyno a cuya causa se le tuvo que dar gusto en poner estudio de latinidad, con lo cual, ocupación como se da de gracia y sin interés alguno se pusieron nuevas cadenas en los ciudadanos nobles que deseaban el bien y buena ciencia de sus hijos y no obstante que Vian que se salía sin premio o esperanza alguna de retribución, con todo eso, viéndonos como nos Vian sin renta ni sustento no ha sido menester pedirles, por que ellos han tenido cuidado de ponernos de limosnas sufi cientes para mantenernos y edifi car y hacer la mudanza que se hizo de sitio por el bien y comodidad de la gente de la ciudad.5

La mudanza se realizó en el año de 1598 debido al clamor de “personas religiosas” que suscitó la excitación de sus pares. Esta petición tenía como argumento el hecho de que la ermita de San Sebastián se encontraba en un sito alto y alejado de la ciudad, motivo por el cual encontraban difi cultad para acudir a escuchar misa y demás “ministerios”. En tal sentido, el padre rector, Díaz, autorizó a los jesuitas se fueran a vivir a un lugar próximo al centro de la ciudad. Así fuera por la retribución a sus servicios que incluyó proporcionar clases de latín a los hijos de los ricos, sólo a través de limosnas, la buena aceptación que tuvieron de los vecinos, especialmente de los nobles españoles, el grupo dominante y de mayor poder económico, los llevó muy pronto, tan sólo nueve años desde su llegada, a cambiar su residencia a solicitud de la propia gente de la ciudad que deseaba tenerlos más cercas de sus casas.

Aunque ya habían incursionado en el ramo de la enseñanza, al no disponer de rentas fi jas, los jesuitas zacatecanos seguían sin constituirse en colegio. Con el tiempo al ver que para estudiar latín se requería que los estudiantes supieran leer, pondrían también escuelas de párvulos o de primeras letras.

5 Ibid., f. 43v.

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Constitución del colegio

Zacatecas se cuenta entre las 15 ciudades de la Nueva España en donde los jesuitas erigieron un colegio.6 Entre periodos de bonanza y tiempos de crisis propios de los reales de minas, los jesuitas zacatecanos se mantuvieron cuidando enfermos, ofi ciando misas, perdonando a los pecadores y arrepentidos, pero sobre todo instruyendo a la juventud en las primeras letras y el latín hasta que la diosa fortuna volvió a sonreírles, seguían montados en caballo de hacienda. En compensación a su trabajo misionero de proporcionar el pasto espiritual, de atender y dar consejo a los afl igidos tanto a nobles como a indios, pero más a los españoles; y por su labor educativa entre la juventud, cuando todavía no se cumplían ni 30 años desde su llegada a la ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas, lograron fi nalmente constituirse en colegio, lo que implicaba, además de vivir en residencia, contar con rentas propias cuando recibieron el dulce fruto de un suculento legado piadoso.

Fundose este Colegio por los años de 1816. Fueron sus fundadores D. Vicente de Zaldívar y Mendoza, maestre de campo desta ciudad, caballero del hábito de Santo Santiago, descendiente de los conquistadores y pobladores desta noble ciudad. Su padre fue capitán general de esta provincia de la noble familia de los Zaldívar Casa solariega en Vizcaya y descendiente de los Mendoza cuya madre fue Magdalena de Mendoza, nobilísima señora, pero más noble por sus virtudes.7

Su esposa, doña Anna Bañuelos, hija de uno de los conquistadores y primeros mineros de la ciudad, Baltasar de Bañuelos, hizo un donativo que representó “el quinto de sus bienes”, que sumado a lo aportado por su esposo alcanzó la suma de 27,401 pesos., de los cuales 8,000 deberían destinarse para “acabar la Iglesia”. Los restantes 19,401 pesos fueron tasados del valor de “unas haciendas que llaman de la cieneguilla de ganado y labores”.8 Cantidad esta última que serviría para el sustento del colegio,

6 Crónicas de la Compañía de Jesús, p. 123.7 AGN, GD 64, Jesuitas, 1-25, exp. 18, s/f, f. 60.8 Ibid., f. 60v.

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pues dicho principal o capital en lo sucesivo y hasta su expulsión en 1867, al lado de otros bienes e hipotecas, generarían las rentas para vivir sin sobresaltos ni carencias.

El legado de la familia Zaldívar Bañuelos no sería el único donativo que recibieron los jesuitas. Otra alma de Dios a la que los padres de la Compañía lograron conquistar su corazón cristiano y ganarse sus afectos fue la del capitán Agustín Rincón de Ortega, quien fuera corregidor de la ciudad, de condición noble, “virtuoso y devoto y de mucho caudal”,9 por si algo faltara. Don Agustín Rincón de Ortega era dueño de unas haciendas cuyo valor se calculaba en 200,000 pesos. En vida, él entregó a los jesuitas de Zacatecas 200 pesos. para colaborar con los gastos de las fi estas de “N.S.P. San Ignacio y la de la Concepción de Nuestra Señora”,10 máximas divinidades a las que rendía culto la orden ignaciana. Este mismo fi lántropo, a decir del escribano que redactó el documento del que sacamos la información sobre Rincón de Ortega, éste, en sus últimos alientos antes de morir, estaba dispuesto por voluntad propia a dejar “por heredero a este colegio de todos sus bienes”. Y así hubiera ocurrido de no ser por el padre confesor que lo “persuadió” a regañadientes para que dejase a sus hermanos más pobres que él, las haciendas que poseía. De esta forma todos salieron ganado, pues, “[…] les dejó las haciendas a sus hermanos y para este colegio 12 mil pesos para la obra de la casa y doce mil ovejas con sitios y agostaderos. Todo lo cual era sufi ciente para una fundación. Murió por los años de 1653 y se enterró en nuestra Iglesia el 10 de Agosto”.11

De esta forma con tan generosos y vastos legados otorgados por tan devotos y ricos nobles los jesuitas consolidaron su casa residencia a la que agregaron la fundación de su colegio. Ninguna otra orden mendicante de la ciudad que se sepa fue tan agraciada por el vecindario. A ello abonó lo que en el imaginario representaba la Compañía de Jesús, que había surgido como la defensora del catolicismo en oposición a las ideas y doctrina luteranas, a su magisterio para proporcionar el pasto espiritual, a su labor social con enfermos y la enseñanza que ofrecía a los jóvenes hijos de españoles y criollos, que ganó la voluntad de las clases acomodadas.

9 Idem.10 Idem.11 Ibid., f. 61v.

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Virtudes y cualidades que no tenían sus competidores. De ahí la impronta que dejaron, no sólo en Zacatecas sino en toda la Nueva España.

Desde su fundación y a lo largo de su trayectoria hasta la expulsión de los jesuitas, los donativos para su colegio no dejaron de hacerse presentes. A partir del 22 de noviembre de 1693 existe una lista de 45 vecinos que semanalmente comenzaron a pagar, por decisión propia, por ese tiempo, la cantidad de 55 pesos, un real. Dicha cooperación la entregaban para el sustento de los “sujetos” del colegio.12

Fundación del Colegio Seminario de San Luis Gonzaga

Un nuevo donativo, que nunca dejaron de fl uir a favor de los jesuitas, hizo posible que al colegio se agregara un seminario, es decir, una nueva institución en donde “además de existir la comunidad que formaba el colegio, se asistía a los estudiantes y se les daba enseñanza”.13 El donativo a que nos referimos fue el entregado por el padre jesuita, egresado del Colegio de San Ildefonso de la ciudad de México, Francisco Pérez de Aragón, quien donó al colegio la cantidad de 88,492 pesos, legado que a su vez había heredado de don Gaspar Benito de Larrañaga. Esta “donación graciosa” comprendía el capital que representaba la Hacienda de San José de Linares (también conocida como Ciénega Grande), haciendas de benefi cio incluidos sus ranchos y una casa localizada en los Asientos de Ibarra.14

El legado del rico Larrañaga comprendió también dos casas ubicadas en la ciudad de Zacatecas y otra en Durango, además de dinero líquido y muebles.15

Previamente, desde 175,1 las autoridades civiles de la ciudad de Zacatecas solicitaron al rey la erección de un seminario, considerando las bondades que traería al vecindario y los benefi cios que se alcanzarían “tanto en virtudes, como de ciencia y política”.16 Para 1754, en una más de las

12 AGN, GD 64, Jesuitas, vol. IV-70. “Cantidad que los vecinos de esta ciudad dan cada semana para el sustento de los sujetos de este Colegio que comienza desde el 22 de noviembre de 1693”.13 Ríos Zúñiga, op. cit., p. 55.14 AHEZ, Fondo Ayuntamiento, serie Enseñanza, c. 1, “Testhimonio acerca de la fundación del Colegio de San Luís Gonzaga y de los capitales que tenía al establecerse en 1767”, f. 15.15 Ríos Zúñiga, op. cit., p. 91.16 AHEZ, “Testhimonio acerca de la fundación…”, f. 1v.

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reuniones del Cabildo y Regimiento de la ciudad, sus integrantes volvían a hacer patente la necesidad del seminario. Lamentaban las largas distancias que los hijos de algunos vecinos deberían recorrer para continuar con sus estudios y los esfuerzos y sacrifi cios que esto implicaba. Como el monarca seguía sin dar respuesta a su petición acordaron encargar “a los reverendos padres de la sagrada Compañía de Jesús para que promovieran la fundación del susodicho seminario”.17 Diez años después, en la reunión de cabildo del 22 de agosto de 1764, los funcionarios municipales volvieron a referirse al acuerdo de 1751 en donde demandaron del rey para que, a su real amparo y bajo la protección y administración “de los religiosos hijos del gran Loyola”, se dedicaran a la educación y cultivo de la juventud en las letras y artes mayores”.18 Que no era otra cosa que el establecimiento del seminario. En esta reunión se volvía a remitir, ratifi cando la anterior, una nueva carta al monarca informándole que con la donación del padre Francisco Pérez de Aragón podría hacerse realidad la erección y sostenimiento del centro de enseñanza.

Siguió transcurriendo el tiempo y para 1757, sin tener la respuesta formal y por escrito del soberano, recurriendo a los usos y costumbres, la élite política zacatecana abrió las puertas del colegio seminario con la autorización de la Audiencia de Guadalajara tras conseguir el terreno separado por una calle de la casa residencia o “colegio grande” y templo jesuitas, y concluirse la fábrica material. Pero, además de apegarse a los usos y costumbres la incorporación del seminario al colegio obedeció al objetivo de dar cumplimiento a los decretos del “santo concilio de Trento”. La nueva institución con el carácter de residencia (internado) estaría bajo el cuidado de los jesuitas hasta la expulsión de éstos en 1767.

Con los fondos donados por Pérez de Aragón los padres de la Compañía podían mantener de merced a 12 jóvenes pobres para que se dedicaran a estudiar, condición para poder agregar el seminario (que comprendió además la introducción de estudios y facultades mayores) al colegio. Además de los colegiales de merced, se agregarían sin la formalidad de manto ni beca alumnos cuyos padres o tutores que lo desearan, estuvieran en capacidad de pagar en un primer momento 100 pesos de colegiatura anual. Este segundo

17 Ibid., f. 3.18 Ibid., f. 5.

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grupo sería el de los colegiales pensionistas o “porcionistas”. Se admitieron además colegiales con beca de honor, hijos de ricos notables o que gozaban de algún mérito. Estos últimos también pagaban colegiatura. Tenemos pues que fueron tres tipos de colegiales con los que arrancó el Real Colegio de San Luis Gonzaga.

Para el año de 1768 el seminario contaba con 24 colegiales,19 que compartían el espacio físico que comprendía ofi cinas, dormitorios de alumnos y maestros, separados; salones de clase, capilla y demás anexos como patios y corrales con sanitarios, para cuyo mantenimiento y sostenimiento de alumnos y empleados existía el “principal de cien mil pesos que en tanto se estimaban las haciendas y casas en que está fundada la donación graciosa que para este fi n hizo el citado religioso jesuita Padre Francisco Pérez de Aragón”.20 Al contar con dormitorio el seminario era a la vez que internado, convictorio y colegio. En lo relativo a su administración, dirección y ense-ñanza fueron cuatro personas las que atendieron estas funciones: un rec-tor, quien al tiempo que era la cabeza de la institución ofrecía misa; un vice rrector encargado de auxiliar al rector en la administración de la casa de estudios y de impartir la cátedra de gramática; uno más dirigía la cátedra de re-tórica y una cuarta persona atendía la cátedra de artes o fi losofía. Después se agregaría la cátedra de teología moral.

Sería a partir de noviembre de 1765 cuando, siendo rector el padre Francisco Sales Pineda, a solicitud expresa del virrey marqués de Cruillas para dar respuesta a una real cédula, hizo llegar las constituciones con las que se debería de regir la institución. Entre las obligaciones que los colegiales deberían de observar y las condiciones que deberían de reunir, consagradas en los cuatro capítulos de las constituciones, estaban: acudir a misas y sermones del colegio, vestir la beca, confesar y comulgar, comprobar “jurídicas informaciones de legitimidad y limpieza”, prohibición de portar armas y practicar juegos de azar, no leer comedias ni “otros libros perjudiciales a la pureza”, dedicarse al estudio “como ejercicio el más agradable que puedan practicar a los ojos de Dios” y presentar exámenes anuales públicos, entre otras. Entre los libros obligados que deberían de

19 Ibid., f. 18.20 Idem.

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leer se encontraban: Cortesano estudiante y las Doctrinas del Padre Parra.21 Las mismas constituciones mencionan las facultades mayores que se estudiaban en el seminario y que conformaban los grupos de gramáticos, retóricos y fi lósofos.

Bajo una disciplina de corte castrense el colegio seminario, envuelto en la atmósfera teológico religiosa de la época, formaba sujetos a la vez que obedientes útiles al sistema y a los intereses de las élites en el poder. Y no podía ser de otra forma, siendo los colegiales hijos, entenados o protegidos de los miembros de esas élites. La primera época o etapa de la institución educativa duró sólo 10 años. Esta primera etapa corresponde como ya ha quedado asentado a la era de la institución jesuita.

Cuando los jesuitas fueron expulsados del imperio español y todos sus dominios en 1767, el colegio y templo que les había pertenecido pasó a ser administrado por los dominicos. De aquí hasta la reapertura en 1786 no existe mucha información y se desconocen especialmente en lo relacionado con el seminario los pormenores de la institución y de los colegiales, salvo el rechazo y desacuerdo del Ayuntamiento de Zacatecas con los padres de la orden de los predicadores para que dirigieran los estudios de los hijos de los españoles y criollos. Aunque los dominicos ocuparon la casa residencia y el templo ex jesuitas, en este tiempo por lo que hace al seminario no se conoce mucho, es probable que durante casi tres décadas haya estado clausurado o funcionando de manera defi ciente e irregular.

La reapertura del Real Colegio de San Luis Gonzaga y los colegiales “porcionistas” (1788-1819)

La segunda etapa del colegio seminario, si dejamos de lado el gris periodo dominico, arranca en 1785, año en que ocurre su reapertura. Este acontecimiento se dio cuando la corona española y sus colonias vivían el auge de lo que la historia registra como las reformas borbónicas, que no fueron otra cosa que la centralización de la administración, la política y la economía. Para ello el monarca tuvo especial celo y cuidado en nombrar a sus colaboradores para que administraran la justicia entre sus súbditos

21 AHEZ, “Testhimonio acerca de la fundación del Colegio…”, ff. 10-16.

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y recaudaran la mayor cantidad de impuestos, haciendo a un lado a las autoridades sospechosas de corrupción; así como el poder e infl uencia que ejercían las corporaciones, entre ellas la Iglesia y los gremios en el seno de la sociedad. Los cambios que implicaban las reformas y que alcanzaron a la enseñanza o instrucción descansaron en las ideas ilustradas que les darían su sello distintivo, caracterizado por la racionalización en el uso del poder, especialización administrativa, obediencia de reglas fi jas y un mayor control de los reinos y provincias del imperio español en todos los aspectos bajo la autoridad absoluta del rey.22 A este tiempo histórico que comprende el último tercio del siglo de las luces se le conoce dentro de la historia europea como despotismo ilustrado.

Ya en la víspera del establecimiento del sistema de intendencias, en acatamiento del acuerdo de la Real Junta Superior de Aplicaciones del 17 de diciembre de 1784,23 la reapertura de la institución de enseñanza que había pertenecido a los jesuitas, con el nombre de Real Colegio de San Luis Gonzaga y que en los primeros tres años de esta segunda etapa sería administrada por el Ayuntamiento de Zacatecas,24 ocurrió el 25 de marzo de 1785. Ese mismo día tomaron posesión de su empleo: Joseph Manuel de Silva, como rector; el Bachiller Joseph Mariano Bezanilla (autor de la Muralla Zacatecana, 1788) como catedrático de teología moral y escolástica; el licenciado don Pedro Sánchez Meza en fi losofía; don Francisco Mariano Castañeda y don Francisco Rodríguez como catedráticos de latinidad. El

22 Jáuregui, “Las reformas borbónicas”, p. 4123 El 12 de enero de 1785, José Manuel de la Sierra, que a la sazón fungía como abogado de la Real Audiencia de México y secretario de las Reales Juntas superiores de Temporalidades entre otros de los cargos que ocupaba, envió al rey don Carlos IV de España, el acuerdo referido. Véase ARHZ. C. 13, carpeta 1, Zacatecas, 26 de agosto de 1789.24 El seminario San Luis Gonzaga, bajo este nombre comenzó a recibir a estudiantes previa licencia de la Audiencia de Guadalajara, que nombró un patronato para la observancia de sus asuntos en 1758. Desde este año y hasta la expulsión de los jesuitas el colegio seminario, en espera de la aprobación del monarca, estuvo al frente de la administración del Ayuntamiento de Zacatecas, si bien recayó en los padres jesuitas la enseñanza de los colegiales. Al ocurrir la reapertura, el Ayuntamiento siguió teniendo la administración de los caudales de la institución y vigilancia de su régimen de trabajo. Pero esta atribución sólo le duró tres años. La implantación de las intendencias cuyos intendentes gobernadores manejaban todo lo relacionado con los impuestos, ingresos y egresos de dinero auxiliándose de las autoridades hacendarias, le arrebataron a las autoridades municipales la administración de la institución. Esto ocurrió el 5 de agosto de 1788, fecha en que las autoridades de la ciudad entregaron a los oficiales de la caja real los bienes y caudales hasta entonces manejados por el Ayuntamiento. Vid Ríos Zúñiga, op. cit., pp. 38, 52 y 53.

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rector tendría un sueldo anual de 500 pesos y los catedráticos de 300. El 16 de marzo del mismo año de la reapertura dieron comienzo las clases a excepción de fi losofía cuyo curso comenzó hasta el 18 de octubre, de acuerdo con las constituciones de San Ildefonso. Como un dato adicional, el traje de los colegiales era igual al que portaban los escolares de aquel colegio de la ciudad de México. Por su parte, los pensionistas que no tenían beca de merced, comenzaron pagando 100 pesos anuales de colegiatura; si bien era mayor el número de colegiales que contaban con becas reales. De ahí que también los colegiales pensionistas, según los informes de cuentas que los rectores enviaban a los funcionarios de la Caja Real que administraba los caudales de colegio, aparezcan con el nombre de “porcionistas”. Por entonces los fondos del colegio ascendían a 200 mil pesos, mismos que manejaba la Real Junta Superior de Aplicaciones, o Temporalidades,25 para la fábrica material (que mas bien fue para su arreglo y remozamiento, pues el edifi cio ya existía) del colegio. Se erigieron además dos escuelas de primeras letras, “con el Pre (sic) de que se enseñe a leer, escribir y toda aritmética”.26

Con la reapertura del colegio arrancó propiamente el proceso de secularización de la enseñanza. Las escuelas de primeras letras dejaron de ser administradas por el clero tomándolas bajo su custodia el Ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas, no obstante que algunos de sus maestros siguieron siendo sacerdotes seculares.

Cabe hacer mención que la reapertura del San Luis Gonzaga se dio dos años antes del establecimiento de la intendencia de Zacatecas y la llegada de su primer intendente y teniente gobernador, don Felipe de Cleree.

La reapertura del colegio seminario se dio con la inscripción de 12 colegiales con beca de merced, es decir, todos sus gastos correrían por

25 La Real Junta Superior de Aplicaciones, o Ramo de Temporalidades como también se le conoció, fue el organismo creado tras la expulsión de los regulares de la Compañía de Jesús para administrar los bienes y caudales que le había pertenecido y poder realizar su venta o enajenación. La Junta Superior tuvo su sede en la capital del virreinato y Guadalajara fue asiento de una junta subalterna. En Zacatecas, donde los jesuitas con su colegio tuvieron bienes inmuebles y capitales con réditos, se estableció una junta municipal. Fue ésta quien recibió y reunió los informes del inventario de los jesuitas y entregó al Ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas lo que habían sido sus bienes, entre ellos el colegio seminario con sus casas y haciendas con las que se sostenía.26 AHEZ, Hemeroteca, La Gaceta de México, 1 de septiembre de 1786, vol. II, núm. 18, pp. 201-203, citado en El Pregonero, órgano de difusión del AHEZ, Zacatecas, junio, 1994, año 3, núm. 9, p. 3.

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cuenta del colegio, pues eran, en teoría, estudiantes de bajos recursos que a diferencia de los becados de honor y de los pensionistas o “porcionistas” no podían pagar sus estudios y el derecho a los servicios que les proporcionaba la residencia o internado. Además se admitieron a cuatro con becas de honor. Entre los 12 agraciados con becas de merced se encontraban los huérfanos “pobres” José Manuel y José María Joaristi, nietos de don José Juaristi que había sido uno de los benefactores para la erección del colegio y miembro del Ayuntamiento de Zacatecas. Asimismo se propuso a Domingo García de la Vega y a José Terreros, emparentados con funcionarios municipales. También entre los becados de honor se registra a quien llegaría a ser un destacado integrante e ideólogo del movimiento insurgente, José María Cos y Pérez, supuestamente ligado con algún grado de parentesco con el padre Francisco Pérez de Aragón, el principal benefactor del colegio. Los otros becarios de honor fueron Mariano de Aristoarena y Campa, Andrés y Pedro Sáenz de Ayala, José María Semper, José Ignacio Hidalgo y José Miguel Ramírez. En cuanto a la primera beca real de honor asignada, ésta se otorgó al bachiller ex colegial de San Ildefonso, Francisco Sánchez quien llegaría a ser con el tiempo el rector más longevo del San Luis Gonzaga. Se le sumaron con este tipo de beca Melchor Sáenz de la Santa, Juan Nepomuceno Aristoarena y José Francisco Díaz Rábago.27

Por lo que hace a los colegiales porcionistas, los cuadernos con los informes o datas que los rectores hicieron llegar a los ministros de Hacienda y Real Caja dan cuenta de un gran número de estos, según puede observarse en los cuadros que se presentan enseguida.

27 Ríos Zúñiga, op. cit., pp. 152-154.

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CUADRO 1. COLEGIALES PORCIONISTAS QUE PAGARON SU COLEGIATURA EL 3 DE MAYO DE 1788, SEGÚN DIO CUENTA EL RECTOR, BR. JOSÉ FRANCISCO SÁNCHEZ VÁZQUEZ

Colegiales Monto Padre o tutor

José María González Cero colegiaturaAgustín García 40 Ps. Mateo GarcíaEpifanio de la Torre 40 Ps. Blas de la Torre

José Ma. Ruiz Esparza 40 Ps. Mariano Esparza

Fuente: ARH-CZ, undécimo cuaderno, caja 17, 1788.

CUADRO 2. PAGO DE COLEGIATURAS DE LOS COLEGIALES PORCIONISTAS DEL COLEGIO SEMINARIO DE SAN LUIS GONZAGA DE ZACATECAS EN 1792

Colegiales porcionistas Monto de la colegiatura

D. Miguel Tovar 33 Ps. 2 Rs. 6 Grs. D. José María Vázquez Borrego 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. Juan Ygnacio Montañés 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. José María Rodríguez 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. Luis Ávila 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. José Manuel Ximénez 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. Mariano Ávila 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. Juan Aristorena 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. José María Moreno 33 Ps. 3 Rs. O Grs.D. Miguel Pereda 33 Ps. 2 Rs. 6 Grs.D. José María Torices 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. Francisco Díaz Ynguanzo 33 Ps. 2 Rs. 6 Grs.D. José Gervasio Galíndez 33 Ps. 2 Rs. 6 Grs.D. Cristóbal Zaldúa 66 Ps. 5 Rs. 0 Grs. D. Francisco Montes de Oca 33 Ps. 3 Rs. 0 Grs.D. José María Jega 33 Ps. 2 Rs. 6 Grs.D. Juan María Rada y Urbina 33 Ps. 2 Rs. 6 Grs.D. José María Ximénez 33 Ps. 3 Rs. 6 Grs.

Fuente: ARH-CZ, caja 14, 1790-1799. Abreviaturas: Ps.: pesos; Rs.: reales; Grs.: granos.

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CUADRO 3. PAGO DE COLEGIATURAS DE LOS COLEGIALES PORCIONISTAS CON SUS PADRES O TUTORES, DE DICIEMBRE DE 1797 A MARZO DE 1798

Colegiales Porcionistas Monto del pago Padre o tutor

Don José Joaquín Barreda 40 Ps. Antonio VillegasManuel Aguirre 40 Ps. Bernardo AguirreDon Bernardo Esparza 40 Ps. Manuel ReteguiJuan José Larrañaga 40 Ps. Don Vicente LarrañagaJosé Mariano López 40 Ps. Doña Trinidad CerranoFrancisco Xavier Almanza 40 Ps. Don Pedro SerraManuel Oviedo 40 Ps. Joaquín OviedoJuan Miguel Lavallen 40 Ps.Eugenio Ynguanzo 40 Ps.José María Ximénez 40 Ps.Fermín Farve 40 Ps.Agustín Malzarraga Cero colegiaturaPedro Sáenz de Ontiveros 40 Ps.Joseph María Bermúdez 40 Ps.José María Torices 40 Ps.Juan Francisco del Valle Ylloscos 40 Ps.Andrés Ynguanzo 40 Ps.Manuel Aguirre* 40 Ps.Javier Barreda 40 Ps.José Antonio Barreda 40 Ps.José Guillermo Hernández 40 Ps.Francisco Gutiérrez 40 Ps.Manuel Ygnacio Arenal 40 Ps.

Cargo 880 Ps.Data 010

Alcance 870

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CUADRO 4. PAGO DE COLEGIATURAS DE LOS COLEGIALES PORCIONISTAS EFECTUADAS DE FEBRERO A NOVIEMBRE DE 1798

Colegiales porcionistas Monto Mes de pago

Juan Miguel Lavellen 40 Ps. EneroDon Eugenio Ynguanzo 40 Ps. EneroDon José María Ximénez 40 Ps. FebreroDon Fermín Farve 40 Ps. FebreroDon Agustín Malzarraga. “cero colegiatura”Pedro Sáenz de Ontiveros 40 Ps. FebreroD. Joseph María Bermúdez 40 Ps. FebreroDon José María Torices 40 Ps. FebreroDon Juan Francisco del Valle Ylloscos 40 Ps. Marzo

Don Andrés Ynguanzo 40 Ps. MarzoDon Manuel Aguirre 40 Ps. MarzoDon Javier Barreda 40 Ps. MarzoDon José Guillermo Hernández 40 Ps. MarzoDon Francisco Gutiérrez 40 Ps. MarzoDon Manuel Ygnacio Arenal 40 Ps. MarzoFrancisco Romero 40 Ps. Jul.-Nov.Eulogio Cachero 40 Ps. Jul.-Nov.Bernardo Valdés 40 Ps. Jul.-Nov.

Fuente: ARH-CZ, caja 14, 1790-1799.

* El colegial Manuel Aguirre aparece repetido. La primera vez que se cita corresponde al pago de la colegiatura con fecha de enero de 1798. La segunda vez el pago se realizó en marzo de este mismo año. Existe la duda si es el mismo colegial o un homónimo.

Fuente: ARH-CZ, caja 14, 1790-1799.

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CUADRO 5. CUENTAS QUE RINDIÓ EL RECTOR DEL COLEGIO DE SAN LUIS GOZAGA, BR. JOSÉ FRANCISCO SÁNCHEZ SOBRE EL PAGO DE LOS COLEGIALES PORCIONISTAS

ENTRE 1803 Y 1816Colegial Monto Año Padre o tutor

Bernardo Valdés 40 Ps. Dic. 1803 Manuel ReteguiJoseph Ángel Orozco 40 Ps. Dic. 1803 Rafael Orozco

Manuel Castillo 40 Ps. Dic. 1803 Ma. Ricarda Alonso (madre)

José Tomás Cubero 40 Ps. Dic. 1803 Francisco CuberoAgustín, Andrés y José Ma. Viesca 120 Ps. Ene. 1804 Antonio de la Pascua

Pedro Varela 40 Ps. Ene. 1804 José María JoaristiJosé Ma. Luciano Moreno 40 Ps. Ene. 1804 Manuel Retegui

Joseph María Asunsolo 40 Ps. Ene. 1804 Luís Sánchez

José Ignacio Montañés 40 Ps. Ene. 1804 Genaro Ramón del Hoyo

Joseph María Simón y Andrés Elías 80 Ps. Febr. 1804 Juan Martín Zenos

Juan Joseph Palos 40 Ps. Febr. 1804 Pablo ZagredoCayetano Guerrero 40 Ps. Febr. 1804 Rafael VillagraJoseph Antonio Delgado 40 Ps. Febr. 1804 Joseph Delgado

Joseph Ángel Martínez 40 Ps. Febr. 1804 Mariano MartínezJoseph María Loreto Rubinos 40 Ps. Mar. 1804 José Rubinos

Antonio María Beltrán y Joseph Gregorio de Rivera

80 Ps. Mar. 1804 Vicente Beltrán*

Joseph María Santa Bárbara García 40 Ps. Mar. 1804 Feliciano García

Francisco y Juan Lozano 80 Ps. Mar. 1804 Esteban CuellarMauricio Castorena 40 Ps. Mar. 1804 Joseph PerónJosé María Luciano Moreno y Calahorra.**

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Colegial Monto Año Padre o tutor

Ygnacio Gallinar Nov. 1804 María CabralBernardo Valdés 40 Ps. Dic. 1804 Nicolás ReteguiJosé Ángel Orozco 40 Ps. Dic. 1804 Rafael OrozcoJosé María Palacios 40 Ps. Dic. 1804 Antonio ElorriagaAgustín, Andrés y José Viesca 120 Ps Dic. 1804 Pedro Antonio de la

Pascua

José María Cuellar 40 Ps. Dic. 1804 Juan Manuel Lechetepía

Pedro Varela 40 Ps. Dic. 1804 José María JoaristiJosé María Asunsolo 40 Ps. Dic. 1804 Luís SánchezJosé Ygnacio Andrés Montañés 40 Ps. Dic. 1804 Genaro Ramón del

HoyoJosé María Simón y Mariano Andrés Elías 40 Ps. Febr. 1805 Juan Martín Zenos

Juan José Palos 40 Ps. Febr. 1805 Pablo ZagredoJosé Rafael Contreras 40 Ps. Febr. 1805 José PerónJuan Gómez Alanis 40 Ps. Febr. 1805 Vicente BeltránJosé María Joaristi (“cero colegiatura” Pedro Varela

José Ángel Martínez 40 Ps. Febr. 1805 Mariano MartínezJosé Mariano Zaldúa 40 Ps. Mar. 1805 Manuel ReteguiJosé María Loreto Rubinos 40 Ps. Mar. 1805 José Rubinos

José Gregorio de Rivera 40 Ps. Mar. 1805 Vicente BeltránJosé Mauricio Castorena 40 Ps. Mar. 1805 José Perón

* El conde Santa Rosa fue uno de los grandes potentados entre los siglos XVIII y XIX que F. Lange llama los señores de Zacatecas en su libro Los señores de Zacatecas. Una aristocracia minera del siglo XVIII novohispano. El conde fue dueño de grandes extensiones agrícolas y ganaderas.

** En el renglón de este colegial se lee textualmente: “Se le regresaron al tutor 15 Ps., 5 Grs, faltando un mes 18 días para el vencimiento del tercio”, ARH-CZ, “…pago de los tercios de las colegiaturas, del 24 de noviembre de 1804 al 3 de marzo de 1805.”

Fuente: ARH-CZ, caja 16, 1803-1805.

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CUADRO 6. CUENTAS QUE RINDIÓ EL RECTOR BR. JOSÉ FRANCISCO SÁNCHEZ DEL COLEGIO DE SAN LUIS GONZAGA, SOBRE EL PAGO DE TERCIOS REALIZADO DE LOS

COLEGIALES PORCIONISTAS ENTRE 1808 Y 1819Colegiales Monto Fecha Padre o tutor

Feliciano Mejía 40 Ps. May. 1808 P. Prior de Sto. Domingo

Bernardo Larrañaga 40 Ps. May. 1808 José María LarrañagaFructoso Sánchez Torreslloso 40 Ps. May. 1808 Cesáreo Rodríguez

TorresllosoCayetano, Luis e Ignacio Torices 40 Ps May. 1808 Fernando Torices

Santiago Ruiz de Villegas 40 Ps. Abr. 1813 Pedro José de la Parra

Juan Rábago 40 Ps. Abr. 1813 Manuel RábagoJosé Tomás LinaresRafael y José de Jesús Morentín 80 Ps. Jul. 1813 José Antonio Morentín

Ramón Romo de Vivar, José Francisco y Marcial Sandi

120 Ps. Febr. 1816 Bernardo Iriarte

Agustín García 40 Ps. Febr. 1816 Mateo GarcíaAgustín Mier Rábago 40 Ps. Febr. 1816 José Francisco RábagoEpifanio de la Torre 40 Ps. Febr. 1816 Blas de la TorreJosé Rafael y Pablo de Chávez (de Ags.) 80 Ps. Mar. 1816 José Franco de Chávez

José María Guridi (sobrino) 40 Ps. Nov. 1816 Ma. Porfi rio Dávalos

Miguel, Refugio y Franco de Gordoa 120 Ps. Dic. 1816 Br. José María Ferrero

Norberto Santillán 40 Ps. Ene. 1817 José María SantillánLuis Gonzaga Campos 40 Ps. Ene. 1817 Mariano EsparzaRamón Romo de Vivar y Marcial Sandi 80 Ps. Febr. 1817 Francisco Rábago

Carlos Santillán 40 Ps. Febr. 1817 José María SantillánFrancisco Sandi 40 Ps. Febr. 1817 Francisco Rábago

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Colegiales Monto Fecha Padre o tutorAgustín García 40 Ps. Febr. 1817 Mateo GarcíaAgustín Mier Rábago (sobrino) 40 Ps. Febr. 1817 Francisco Rábago

Justo Hermosillo 40 Ps. Febr. 1817 Salvador Hermosillo

José Manuel Fernández 40 Ps. Mar. 1817 Ten. Cor. Francisco Álvarez

Rafael y Pablo Chávez 80 Ps. Mar. 1817 José Franco de Chávez

Juan de Aranda 40 Ps. Mar. 1817 Hijo de Juan de Aranda, contador de la Real Caja

Miguel Amozorrutia 40 Ps. Mar. 1817 Miguel AmozorrutiaJosé Jobito Limas 40 Ps. Mar. 1817 José Blas de LimasJulián Rivero 40 Ps. Jul. 1817 José YbarguengaDaniel Briceño (abrió colegiatura) 40 Ps. Jul. 1817 Ignacio Briendía

Francisco Martínez 40 Ps. Jul 1817 R.P. J. Joaquín OtañezPablo Zelaya (abrió colegiatura) 40 Ps. Jul. 1817 Ignacio Zelaya

Ángel Hernández (ahijado) 40 Ps. Jul. 1817 Genaro Ramón del

HoyoJosé María Gómez Linares 40 Ps. Nov. 1818 Sobrino de Manuel

Gómez Linares

Manuel Gallardo Guerra 40 Ps. Nov. 1818 María del Carmen Guerra

Felipe Cosió Gutiérrez 40 Ps. Mar. 1819 Antonio de la PascuaDomingo Arriola 40 Ps. Mar. 1819 Gabriel Arriola

Juan Florentino Lozano 40 Ps. Mar. 1819Juan de Aranda y Manuel Ramos (Dir. de las Reales Cajas)

Julían Rivero 40 Ps. Mar. 1819 Antonia Gómez Cosió (madre)

George Pedroza 40 Ps. Jul. 1819 Hermano de Patricio Pedroza

Juan Olmo 40 Ps. Jul. 1819 José Antonio Ruiz de Villegas

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Colegiales Monto Fecha Padre o tutor

Antonio Ferniza 40 Ps. Jul. 1819 Juan Bautista de Garita (vecino de fresnillo)

Casimiro Zenos 40 Ps. Jul. 1819 Juan Martín ZenosBasilio Arrieta 40 Ps. Jul. 1819 José Franco ArrietaJosé Mariano Espino 40 Ps. Nov. 1819 José Rafael EspinoJosé María Verdugo 40 Ps. Nov. 1819 Pedro González ZorrillaJosé Ramón de Adame (de Ojo Caliente) 40 Ps. Nov. 1819 Julián de Adame

Manuel Fernández Palos 40 Ps. Nov. 1819 Lorenzo ArzúaFuente: ARH-CZ, undécimo y duodécimo cuadernos, caja 17, 1808-1819.

El 17 de enero de 1805 se decretó que la beca real que había tenido José Fernández Moreno, al renunciarla, se le otorgara a Ignacio Zenos. Un dato que resulta visible en todos los listados de los colegiales porcionistas encontrados (que aquí omitimos), es el hecho de que tanto en los nombres de los colegiales como en los de los padres o tutores aparece la palabra “Don”. En el caso de los señores padres por su edad, se entiende, pero en el de los colegiales surge la duda, en virtud del desconocimiento de sus edades si se acostumbraba anteponerles a sus nombres el “Don” o respondía esto al hecho de ser hijos de “vecinos” (españoles residentes en la ciudad o descendientes de éstos, es decir, criollos) o bien, por el estatus económico del que gozaban.

El 10 de febrero de 1817, el brigadier Pedro Celestino Negrete, presidente y comandante general otorgó la beca real a don José María Ruiz de Esparza.28

Por su parte a Juan María Aranda, Carlos Santillán y Pablo Zelaya, el 18 de febrero de 1819 les otorgaron becas reales de merced. Lo mismo ocurrió un año antes con don Ángel Hernández.29 Aunque según se puede observar en los cuadros de arriba, en años anteriores cumplieron con pagos de colegiaturas. El caso de José María Ruiz de Esparza aparece en los

28 ARH-CZ, undécimo cuaderno, caja 17, 1817.29 ARH-CZ, undécimo cuaderno, caja 17, 1819.

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documentos de archivos que se encontraron efectuando el pago del tercio fechado el 3 de mayo de 1788. Lo que signifi ca que pudo haber abandonado los estudios durante una buena cantidad de años, antes de reanudarlos.

Entre 1788 y 1819, periodo que comprende 31 años, aparecen los pagos en los cuadernos con las datas de 127 colegiales porcionistas.

Las cátedras en las que se inscribían los colegiales en promedio se cursaban en ocho años. Por falta de información, dado que no aparecen los informes con las datas de todos los tercios y los informes disponibles se encuentran salteados en forma discontinua, resulta difícil saber quiénes y cuántos lograron concluir con sus estudios. Quienes acreditaron, según la información a la que se pudo acceder, el mayor número de tercios resultan contados, sólo tres, los más constantes y regulares que probablemente llegaron a concluir sus estudios. Estos fueron José María Torices con pagos de colegiaturas registradas entre 1792 y 1798; Bernardo Valdés con tres pagos de tercios a lo largo de cinco años que van de 1798 a 1804 y José María Ximénez con la misma cantidad durante seis años, de 1792 a 1798. Esto no signifi ca que no hayan pagado los tercios sobre los que no existen evidencias documentales. Con dos pagos aparecen 28 seminaristas y el resto sólo registra el pago de un tercio. Como no aparecen los cuadernos de todos los tercios del periodo que se analiza, resulta difícil saber cuál fue la permanencia real de los hijos y tutorados de los criollos que ingresaron al San Luis Gonzaga.

¿Cuál era el origen de clase y condición social de los hijos, parientes y tutorados que la historia registra como colegiales porcionistas de la insti-tución educativa zacatecana que nos ocupa? Hemos dicho y parte del tí-tulo de este artículo así lo comprende, que los colegiales zacatecanos del San Luis Gonzaga en su mayoría pertenecían al estamento criollo. Los criollos zacatecanos –hijos de españoles nacidos en el real minero o que se avecindaron en el mismo, durante el periodo que aquí se aborda– ocupaban al lado de los peninsulares los mejores cargos y posiciones en la economía, la política y la alta sociedad. Una cosa queda clara, los hijos de los grandes potentados mineros, españoles los más de ellos, que fueron dueños de las ricas minas en este tiempo, como los Fagoaga y los Borda, no aparecen en las listas de colegiales. Ello se debe a que por lo general no vivían en Zacatecas. Aquí tenían sus propiedades más no sus residencias. Si es que tuvieron

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hijos, a éstos los pudieron enviar a estudiar a otras ciudades en donde había instituciones más consolidadas como en Guadalajara o México. Una fuente que nos permite saber si los hijos de los potentados mineros tuvieron a sus hijos o allegados en el San Luis Gonzaga es el censo o “Nómina de Minas”,30

recogido en marzo de 1781, un lustro antes de la reapertura del colegio seminario. Entre los varones mineros que más operarios contrataban y que se los ubica como los más ricos estaba Manuel de la Borda, dueño de la rica mina de San Acasio, donde empleaba a 781 trabajadores, de los cuales 771 eran españoles; no aparece el nombre de ningún colegial que dependiera de él para su sostenimiento. A Borda le seguían en importancia: Ventura de Arteaga, Vicente de Ansa, Francisco Castañeda y José Arizmendi, quienes eran socios de Arteaga; Manuel de Esparza, Francisco de Toca y Pedro Alcántara del Valle, entre los más acaudalados. De todos estos, según puede observarse en los cuadros, ninguno aparece como padre o tutor. De los propietarios de minas, mencionados en el censo referido, tampoco aparecen como responsables de los pagos de los colegiales porcionistas los otros mineros medianos y pequeños. Signifi ca que con el transcurrir de los años o se empobrecieron, fenómeno muy común en los reales mineros cuando a un auge de bonanza sucedían tiempos de crisis, o bien ya habían muerto. Aunque también pudo ocurrir que no vivieron en la ciudad. Al promediar los siglos XVIII y XIX, una nueva aristocracia que se constituyó en otra generación de ricos ocupan el escenario zacatecano. Ahora quienes detentaban el poder económico y político eran los Retegui, los Torices, los Beltrán, los Gallinar, los Iriarte y los Rivera Bernardez entre otros. En los 31 años documentados que los porcionistas cumplieron con el pago de sus colegiaturas, los nombres de los benefactores (padres o tutores) que más aparecen son los de Manuel Retegui, que en diferentes periodos fungió como tutor de cuatro colegiales, de los que ninguno de ellos a juzgar por los apellidos era su hijo. Vicente Beltrán, el conde de Santa Rosa, dueño de minas y de haciendas con sitios de ganado mayor y menor y caballerías de tierras, pagaba lo de cuatro colegiales entre ellos los gastos de Antonio María Beltrán, muy probablemente su hijo. Otro benefactor de colegiales fue Francisco Rábago, que aparece como responsable del pago de las

30 AHEZ, Fuente Ayuntamiento, Serie Reales cédulas y provisiones, 1781.

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colegiaturas de cuatro estudiantes entre ellos la de su sobrino Agustín Mier Rábago.

Los colegiales, hijos de criollos, eran hijos o parientes de operarios (administradores y vigilantes de minas), comerciantes y funcionarios de la administración pública incluida. Así, por ejemplo, encontramos que Florentino Lozano tuvo como tutor a Manuel Ramos, que se desempeñaba con el cargo de director de las Reales Cajas. De igual forma Juan Aranda, contador de la Real Caja, tuvo entre los colegiales porcionistas a su hijo homónimo. Los hubo también que tuvieron como tutores a ministros de la Iglesia, como fueron Francisco Martínez cuya colegiatura la pagaba el R.P. Joaquín Otañez, en tanto que el padre prior de Santo Domingo se encargaba del sostenimiento del colegial Feliciano Mejía. No faltaron miembros del ejército como el teniente coronel Francisco Álvarez que se hizo cargo de José Manuel Fernández.

La mayoría de los colegiales aparecen acompañados de sus padres (una que otra madre y algunos padrinos) en el pago de sus colegiaturas.

Entre los documentos que conforman los cuadernos, en los que aparecen registrados los pagos de los tercios de las colegiaturas de los porcionistas, se encuentran los nombres de los catedráticos y demás empleados de la institución con los sueldos que devengaban cada tercio por el año de 1805. De manera similar a los colegiales quienes pagaban la colegiatura cada tercio (cada cuatro meses), los catedráticos, el rector, el vicerrector, el portero y los maestros de primeras letras, que dependían también del colegio, recibían sus sueldos en forma de tercios. Se fraccionaba el sueldo anual en tres partes iguales. Tenían además derecho a habitación y a ración alimenticia que se les proporcionaba dentro del mismo plantel, lo que signifi caba que al lado de los estudiantes hacían vida en colegio.

De la lectura a simple vista de este cuadro 7 nos damos cuenta que en su año 17 desde la reapertura del Colegio, la institución contaba con nueve empleados incluido su rector.

Los maestros de primeras letras eran los que más tiempo trabajaban, pues desempeñaban sus actividades con los grupos de jóvenes y niños enseñándoles lectura, escritura, aritmética y religión en horario discontinuo por las mañanas y tardes de lunes a viernes y los sábados solamente por las mañanas, su sueldo anual estuvo fi jado en 300 pesos. Las raciones

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semanarias para la compra de sus alimentos alcanzaban los 150 por año, correspondiendo tres pesos para cada semana.31 Cabe aclarar que aunque a estos maestros se les pagaba al igual que a los catedráticos, con los caudales del colegio, las escuelas no formaban parte de éste y como es obvio por su edad y nivel quienes acudían a ellas no eran colegiales.

El espíritu de la educación de los colegiales estaba determinado por la mística que deberían imprimir los catedráticos al “instruir a la juventud, no sólo en letras, sino principalmente en virtud, sirviéndole de norma con el ejemplo y enseñándoles con [é]ste en el temor de Dios a que deberán exhortarlos con palabras persuasivas y acomodadas a su inteligencia”.32

CUADRO 7. SUELDOS CORRESPONDIENTES A UN TERCIO DE LOS CATEDRÁTICOS Y MAESTROS DEL REAL COLEGIO SEMINARIO DE SAN LUIS GONZAGA DE ZACATECAS,

1805

Catedrático o maestro Cátedra o cargo Sueldo

José Francisco Sánchez Rector 166 Ps. 5 Rs. 0 Grs.José María Semper Vicerrector 100 Ps. 0 Rs. 0 Grs.Ramón Ximénez Intr. Teología 050 Ps. 0 Rs. 0 Grs.Mariano Esparza Filosophía 100 Ps. 0 Rs. 0 Grs.José María Ferrero Mayores 100 Ps. 0 Rs. 0 Grs.Francisco Díaz de Inguanzo Mínimos 046 Ps 0 Rs. 0 Grs.Simón Calderón Portero 040 Ps. 0 Rs. 0 Grs.

José Carreño Primeras Letras 181 Ps. 0 Rs. 0 Grs.

Miguel de Hoyos y su hijo José * Primeras Letras 071 Ps. 0 Rs. 0 Grs.

* El maestro Miguel de Hoyos fue nombrado por el presidente de Guadalajara el 7 de diciembre de 1803, con un sueldo anual de 456 Ps. Tras su muerte, su hijo, José al ocupar su plaza interina cobró la cantidad señalada que “devengó desde el 25 de noviembre de 1803 hasta el 20 de enero de 1804, en que murió.

Fuente: ARH-CZ, sexto cuaderno, caja 16, 1804. Abreviaturas: Ps.: pesos; Rs.: reales; Grs.: granos.

31 ARH-CZ, caja 14, fólder 1.32 AHEZ, “Legajo perteneciente al Colegio San Luís Gonzaga…..”, op. cit., f. 8v.

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Pero, ¿qué es lo que estudiaban los colegiales, y bajo qué régimen, incluidos los que pagaban colegiaturas y eran conocidos como “porcionistas”? Como ya se ha mencionado en líneas anteriores y según se puede observar en el cuadro anterior de los catedráticos, el colegio seminario abrió sus puertas ofreciendo cuatro cátedras. De acuerdo con Rasalina Ríos Zúñiga en su obra citada, estas mismas cátedras se siguieron enseñando durante toda la vida de la institución, es decir, hasta 1831 cuando se cierra el colegio seminario para dar lugar a la fundación de la Casa de Estudios de Jerez. Dicha autora presenta en forma detallada las cátedras que se enseñaban y éstas eran las de mínimos y menores, medianos y mayores, ambas correspondientes a la de gramática y retórica dentro de las que se estudiaba el latín; se enseñaba a su vez fi losofía también llamada artes y una más, registrada con el nombre de teología moral y escolástica.33 Cuatro cátedras en total, Ríos Zúñiga menciona los nombres de los maestros que estuvieron al frente de cada una de ellas a lo largo de 45 años.

Cuando al colegio se le incorporó el seminario se buscó agregar a los estudios secundarios que venía impartiendo el primero, aquellos tendientes a formar ministros útiles a la religión y al Estado. Con el seminario se contaría con sacerdotes que se incorporarían al clero secular de las parroquias. Por tal razón los estudiantes deberían recibir la mejor enseñanza y educación posible, y esto no se lograría sino por medio de un régimen de estudios bien organizado y sistematizado. Éste lo tenía ya, y venía funcionando exitosamente, el real y más antiguo Colegio de San Pedro, San Pablo y San Yldefonso, la institución señera de los jesuitas. A ese régimen de gobierno interno se sujetarían por disposición de las autoridades virreinales los colegiales del San Luis Gonzaga.

Es del todo explicable y entendible que dado que las características y condiciones que tenían las ciudades de México y Zacatecas eran distintas, las constituciones y reglamentos no se aplicaron a rajatabla de la misma forma. Las cátedras fueron iguales en ambas instituciones y el método de estudio en las clases consistía en preguntas que se respondían con argumentaciones, y era en las academias y en las funciones literarias donde los colegiales demostraban lo que habían aprendido.

33 Ríos Zúñiga, op. cit., pp. 163-164.

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La edad en que los colegiales ingresaban a la institución oscilaba entre los 12 y 15 años. Y su vida interna transcurría en la cotidianidad rutinaria de rezar, confesarse, asistir a las misas, participar en las festividades religiosas y asistir a clases bajo un horario rígido, de hierro, que sólo les permitía descansar después de comer y a la hora de dormir. Tenían prohibiciones a la vez que obligaciones que deberían de observar puntual y religiosamente. Así, por ejemplo, no deberían “correr ni fugar por los colegiales, ni por otra persona del Colegio, novillos, toretes, becerros, carneros o cualquier otro animal” en los días festivos.34 Tampoco ponerse a platicar en la puerta y ventanas del colegio, ni ausentarse sin previa autorización del rector.

La pureza y legitimidad de sangre, condición y calidad del origen español y criollo obligaba a que los colegiales:

34 AHEZ, “Legajo perteneciente al Colegio… op. cit., f. 4v.

Descripción de la muy noble y leal ciudad de Zacatecas. AGN, Intendencias, vol. 65, f. 13.(3795)

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Deberían pues hacer irreprensibles sus conductas, arreglar sus costumbres y conservar aquella agradable modestia que sabe hacerse (sic) señora de los corazones, observando una exacta escrupulosidad en orden a la limpieza, decencia y aseo en el vestido (que será todo negro), privándose de fumar o tomar tabaco de hoja dentro del colegio. Y procurando cada uno que no se echen menos en las buenas partes de un joven en quien resplandecen la buena crianza, la política y la virtud verdaderamente sólida. 35

La educación que se impartía en el San Luis Gonzaga además de enseñar a discutir y argumentar mediante la retórica y el latín, era por encima de todo, una educación moral.

Conclusión

El Real Colegio Seminario de San Luis Gonzaga de la ciudad de Zacatecas fue una institución de enseñanza creada para la educación de los criollos. Su propósito fue formar los cuadros de este estamento (casta) económico, social y racial que serían el sostén de la administración del antiguo régimen colonial, sacerdotes que se incorporarían al clero secular de las parroquias en primer término. Más que los hijos de los acaudalados mineros, a la institución referida acudieron los hijos o tutorados de funcionarios de la administración municipal, hacendaria y de notables clérigos y comerciantes.

Como institución educativa, su trayectoria presenta varías fases o etapas. La primera es la época jesuita, cuando el Ayuntamiento hizo las gestiones para su fundación y fábrica material que se inicia en 1754, llegando a abrir sus puertas y recibir a los primeros colegiales seminaristas en 1757, hasta la expulsión de la orden jesuítica diez años después. En el lapso que va del extrañamiento de los regulares de la Compañía de Jesús a su reapertura en 1786, el plantel estuvo administrado por los dominicos; ésta es la etapa más confusa y obscura en virtud de la falta de información, siendo muy probable que haya permanecido cerrado el establecimiento durante un buen tiempo. Los primeros tres años desde la reapertura bajo un patronato dependiente de la Audiencia de Guadalajara, en lo que representa un signo de secularización,

35 Ibid. f. 12.

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el colegio estuvo administrado por el Ayuntamiento de la ciudad. A partir de 1788 y hasta su desaparición el sostenimiento y administración corrió por cuenta de la Real Hacienda con su subsidiaria Real Caja de Zacatecas, que por acuerdo superior resguardó los caudales de la institución que había sido fundada por los jesuitas.

En el presente trabajo hemos dado cuenta de los colegiales que al pagar una colegiatura, una pensión, tenían derecho a los servicios del convictorio y dormitorio (es decir, a permanecer como internos), además de asistir a las clases de las cátedras que se enseñaban. Al referir sus nombres, los de sus padres o tutores y los montos de las colegiaturas nos hemos apoyado en los informes que los rectores rendían a las autoridades de la Real Caja y que aparecen en varios cuadernos fechados entre 1788 y 1819. Éste es el periodo al que nos hemos sujetado. Estos pensionistas, pues aparte existieron colegiales con beca real de merced y colegiales de beca de honor, aparecen en los informes de cuentas y datas con el nombre de porcionistas, pagaban 120 pesos anuales divididos en tres tercios (pagos cuatrimestrales) de 40 pesos, mismos que deberían liquidar por anticipado. Los colegiales se agrupaban en gramáticos-retóricos, fi lósofos y teólogos según fuera la cátedra que estudiaban. Su régimen de gobierno interno y constituciones con las adecuaciones a las circunstancias del entorno zacatecano fueron los mismos del Colegio de San Ildefonso de la ciudad de México.

La época de esplendor del colegio seminario comprende las primeras tres décadas a partir de su reapertura, los problemas comenzaron con la inestabilidad que trajo el movimiento de independencia. Aparejado con el surgimiento de la nueva nación mexicana se agudiza su declive y se profundiza su crisis hasta la desaparición en 1831. Otro régimen, nuevas ideas y proyectos, así como distintos hombres que formaban las élites del poder, habían aparecido en la escena zacatecana. El colegio desapareció para dar paso a la Casa de Estudios o Instituto Literario de Jerez, casualmente lugar de nacimiento del gobernante en turno, Francisco García Salinas, “Tata Pachito”, misma que al ser una institución pública inaugura de lleno la secularización de la enseñanza superior en Zacatecas.

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Siglas y referencias

AGN Archivo General de la NaciónAHEZ Archivo Histórico del Estado de ZacatecasARH-CZ Archivo de la Real Hacienda de la Ciudad de Zacatecas

Crónicas de la Compañía de Jesús en la Nueva España, México, UNAM, Biblioteca del Estudiante universitario, 1979.

Langue, Fréderique, Los señores de Zacatecas. Una aristocracia minera del siglo XVIII novohispano, Francois Chevalier (prefacio), México, FCE, 1999.

Gonzalbo Aizpuru, Pilar, Historia de la educación en la época colonial. La educación de los criollos y la vida urbana, México, El Colegio de México, 1990.

Jáuregui, Luis, “Las reformas borbónicas”, en Gran Historia de México Ilustrada, Planeta, vol. III, Conaculta-INAH, México, 2001.

El pregonero. Órgano de difusión del Archivo Histórico del Estado de Zacatecas, Zacatecas, México, 1994.

Ríos Zúñiga, Rosalina, La educación de la Colonia a la República. El Colegio de San Luis Gonzaga y el Instituto Literario de Zacatecas, México, CESU-UNAM, Ayuntamiento de Zacatecas, 2002.

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Este ensayo presenta a la socialista y feminista yucateca Elvia Carrillo Puerto, su vida, sus tiempos y sus relaciones políticas con los caudillos de la Revolución mexicana: Felipe Carrillo Puerto, su hermano y gobernador de Yucatán (1922-1924) y los presidentes de México, Plutarco Elías Calles (1924-1928) y Lázaro Cárdenas (1934-1939). Nuestro propósito es dar a conocer las lecciones que se desprenden de las luchas de esta extraordinaria mujer para provecho de las que todavía luchamos por nuestros derechos políticos y reproductivos, especialmente las mujeres mexicanas.

1. La vida y los tiempos de Elvia Carrillo Puerto

Elvia nació en 1881, en el seno de una familia de clase media de Motul, Yucatán, en el corazón de la zona henequenera, al noroeste del estado. Aquí, cientos de haciendas cultivaban furiosamente el henequén, agave con cuya fi bra se elaboran cuerdas, sogas, sacos, bolsas y otras manufacturas cordeleras. El año de su nacimiento coincide precisamente con la década del principio del gran auge del mercado internacional del henequén, mercancía que llegó a ser la base de la economía de Yucatán a fi nes del siglo XIX.

Sus padres, don Justiniano Carrillo y doña Adela Puerto, procrearon catorce hijos. A diferencia de sus hermanas, mujeres conservadoras, a Elvia la distinguió su inquietud por aprender, tal como su hermano Felipe, del que era muy cercana y quien llegó a ser gobernador de Yucatán en 1922. Formalmente, Elvia sólo cursó los estudios básicos pero se dice que fue

ELVIA CARRILLO PUERTO, SU VIDA, SUS TIEMPOS Y SUS RELACIONES PELIGROSAS CON LOS CAUDILLOS

DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Piedad Peniche Rivero*

* Archivo General del Estado de Yucatán.

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educada por el cura de Motul, Serafín García, anarquista catalán a cuya casa y biblioteca acudía y donde incluso aprendió a tocar el violín. Éste resultó ser un recurso muy valioso para sostenerse los últimos años de su vida, vividos en la pobreza. Asimismo, en un hermoso texto de homenaje, el licenciado Santiago Burgos Brito hizo referencia a Elvia como autodidacta a partir de la fuente de su propia biblioteca, donde consultaba obras de autores feministas, socialistas y enciclopedistas.1

Elvia se casó a los 13 años con el profesor de su pueblo, Vicente Pérez Mendiburu, de quien enviudó ocho años después. Tuvo dos hijos, aunque uno murió poco después de nacer. En enero de 1917, a la edad de 36 años, se casó con Francisco Barroso, “empleado público” y natural de Motul, de quien se divorció en junio de 1922. Extrañamente un año más tarde casó nuevamente con el mismo señor Barroso, divorciándose de él dos años después, en mayo de 1925.2 No sabemos si Elvia detestó el matrimonio a partir de su relación con Barroso, debido a su conciencia del funcionamiento del matrimonio como medio de control social de las yucatecas, o debido a ambas cosas. El control más agudo era el de las haciendas henequeneras donde, para dominar a los productores (mediante deudas), había que dominar la circulación de las productoras de los productores: las mujeres.3 Lo que sí sabemos es que Elvia luchó por hacer socialista el matrimonio y que para esto desafi ó desde un plano político por primera vez los valores e ideas patriarcales que justifi caban incluso legalmente el control de las mujeres mediante el matrimonio.

Elvia vivía en una sociedad dividida en clases sociales, eminentemente rural y dependiente de la energía humana. Aquí, las ideas religiosas se imponían sobre la razón, la reproducción estaba íntimamente ligada a la sexualidad y la procreación a la crianza de los niños. Luego entonces en la sociedad yucateca las mujeres cargaban el peso de la falta de industria, urbanización y tecnología, en particular, para el control natal, la falta de

1 Ver la interesante aunque algo novelada biografía de Elvia escrita por Lemaitre. La Monja Roja. Ver también la información acerca de Elvia en el libro más erudito sobre las mujeres y la Revolución mexicana de Soto, Emergence of the Modern Mexican Woman, pp.87-93.2 Libro de Matrimonios de Mérida, núm. 109, acta 3, 1917; Libro de Divorcios de Mérida, núm. 6, Acta 26, 1922; Libro de Matrimonio, núm. 125, acta 63, 1923; Libro de Divorcios de Mérida, núm. 10, acta 48, 1925, Archivo del Registro Civil de Yucatán, Mérida (ARCY).3 Analizamos concienzudamente el fenómeno del matrimonio y las deudas que originaba para los sirvientes de hacienda en Peniche Rivero, La historia secreta de la historia henequenera.

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servicios médicos sufi cientes para impedir la mortalidad infantil y para proteger su salud como madres; eran mujeres analfabetas en más de 70% y tenían a su cargo todo el trabajo del hogar.

Además de las restricciones impuestas a las mujeres por la biología, los roles de género y la débil economía yucateca, ellas tenían que soportar también presiones sociales y religiosas que forzaban el matrimonio y la reproducción y que disuadían a las rebeldes, especialmente las mujeres que deseaban estudiar y no veían que el contrato matrimonial pudiera resultarles ventajoso en las condiciones de atraso y discriminación de la época. Así, la oligarquía y la iglesia católica sostenían que la educación femenina era un obstáculo para casarse y que la soltería era innatural, a la vez que el divorcio y el control natal serían “pecados”.

Es así que la muy discreta oposición a tales ideas en 1871, en pleno dominio clerical, hablará para siempre de la grandeza de Rita Cetina Gutiérrez, educadora, y poetisa yucateca, quien nunca se casó y cuyo llamamiento moral a favor de la educación de las mujeres cuestionó siglos de oscurantismo. Mas para entender la gloria de Rita y de sus compañeras Gertrudis Tenorio y Cristina Farfán quienes, con el objetivo de “Que la mujer salga […] de la esclavitud de la ignorancia y con paso lento, pero fi rme, entre en el sacrosanto templo de la verdad y de la ciencia”,4 fundaron la escuela “La siempreviva”, así como una revista del mismo nombre para sostenerla. Hay que estar muy conscientes de que la privación de educación femenina ha sido la manera de dominar a las mujeres históricamente desde principios de la civilización, como lo mostró con gran erudición Gerda Lerner.5

En 1877 Rita expandió su acción educativa en la dirección del Instituto Literario de Niñas, institución fundada por el gobierno del estado nueve años después de la fundación de su equivalente para niños (1868). Entre sus alumnas estuvo Rosa Torre, la gran compañera de luchas de Elvia, así como otras maestras que se distinguieron por su refi nada educación y pensamiento laico en los congresos feministas de 1916, incluyendo a Consuelo Zavala, quien fundó un plantel educativo en funciones hasta hoy. Y aunque Rita nunca señaló las ideas patriarcales que obstaculizaban la educación de las

4 La siempreviva, 1, año 1. (1870): 1.5 Lerner, The Creation of Feminist Consciousness, pp. 21-45.

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mujeres ni identifi có a quienes las proclamaban, Elvia comprendió tan bien lo avanzado de su movimiento que dio el nombre de Rita a la principal liga feminista que fundó: la “Rita Cetina Gutiérrez”.

1.1 Elvia, precursora de la Revolución mexicana

La lucha en favor de los derechos de las mujeres tenía que comenzar combatiendo a la oligarquía y, así, Elvia se opuso valiente y subversivamente al sistema de hacienda. A principios del siglo XX, este sistema estaba representado por el gobernador Olegario Molina (1901-1911), quien gobernaba al estilo personalista, centralizado, autoritario y excluyente del dictador de México, Porfi rio Díaz. Por si fuera poco, Molina era comerciante de henequén y a través de su casa exportadora, “Casa Molina-Montes”, era agente del monopolio norteamericano, International Harvester, el principal comprador de henequén del mundo. Así, tenía el control local del comercio internacional del henequén, era el líder de un “clan” de 20 familias de hacendados, la llamada “casta divina”, y patrón de la Iglesia (“reconstituyente”). Hubo, pues, un molinismo político controlando los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del estado, mientras uno económico controlaba bancos, FF CC, muelles y bodegas en Progreso y con esto, la producción, circulación y comercio del henequén. “En Yucatán no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de la “casta divina”,6 escribiría el general Salvador Alvarado, gobernador constitucionalista de Yucatán entre 1915 y 1918.

En 1909 –al calor de la campaña nacional de Madero y para oponerse a la elección de Enrique Muñoz, entonces gobernador interino sustituto de Molina, quien había sido invitado a integrarse al gabinete de Díaz– la élite de hacendados desplazados del “clan” fundó el Centro Electoral Independiente y lanzó la candidatura del licenciado Delio Moreno Cantón, sobrino del ex gobernador porfi rista Pancho Cantón. Por su parte, José Ma. Pino Suárez fundó el Club Electoral Independiente, integrado por periodistas, intelectuales y comerciantes de clase media que rivalizaban fuertemente con los morenistas en la lucha por desplazar a Molina y hacerse

6 Véase Actuación revolucionaria del general Salvador Alvarado en Yucatán, p. 69.

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del poder. Al “triunfo” de Enrique Muñoz en noviembre de aquel 1909, los “morenistas” movilizaron a campesinos y sirvientes de hacienda gracias al apoyo de sus clientes, ciertos caciques rurales. Estallaron entonces las insurrecciones de “La Candelaria” (noviembre, 1909) y Dzelkoop (junio, 1910), ambas en Valladolid, patria chica de Moreno Cantón y duramente reprimidas con el apoyo del ejército federal. Muñoz se instaló en el palacio de gobierno.7

Gracias a los testimonios del ex coronel Donato Bates y del ex capitán Ramiro Osorio, que obran en el expediente de méritos de Elvia para ser reconocida como veterana de la Revolución, sabemos que ella participó en las acciones armadas de 1909 y 1910 ya mencionadas. El coronel Bates declaró que Elvia fue espía y correo de los revolucionarios de la manera siguiente:

[... ] estando de dependiente en la ferretería de su [... ] padre don Justiniano Carrillo, en la ciudad de Motul, [Elvia] nos prestó valioso concurso [pues] allí concurría el Sr. Maximiliano Bonilla [uno de los líderes de la conspiración de Dzelkoop] quien informaba tanto al [...] mencionado Señor como a su hijo, Felipe Carrillo Puerto, de los planes que se estaban llevando a cabo para derrocar al gobierno local, y como teníase difi cultad en las comunicaciones por la severa vigilancia [...] se acordó que toda nuestra correspondencia [... ] [se] dirigi[ese] con el nombre de la señora Elvia Carrillo, quien [...] no tuvo inconveniente en traspasarnos cuantas comunicaciones, planes y demás escritos venían a nosotros de correligionarios como Don Tomás Pérez Ponce [...].8

En mayo de 1911, a la caída de Porfi rio Díaz que arrastró la de Molina y Muñoz, Madero, el nuevo presidente, nombró a Pino Suárez gobernador interino de Yucatán. La mala noticia era que éste y los dos gobernadores que lo sucedieron entre 1911 y 1913 ni siquiera pensaban en liquidar el infame

7 Allan Wells y Gilbert M. Joseph se refieren a dos “estaciones de sublevación” en el campo yucateco al calor de la apertura maderista, entre 1909-1911 y 1911-1913. Ver , Wells y Joseph, Summer of Discontent, capitulos 7 y 8. Ver también Gamboa Ricalde, Yucatán en 1910, pp.85-86.8 Certificado del coronel Donato Bates para que Elvia obtuviera las condecoraciones y diplomas del Mérito revolucionario. Archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional (ASDN), Comisión Pro Veteranos de la República registro 425, exp. M/1140 de Elvia Carrillo Puerto, 1952, p. 1.

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sistema henequenero que atenazaba a toda la sociedad. Su oferta era crear escuelas en las haciendas y prohibir los castigos corporales que distinguían al régimen henequenero como uno de los más crueles del país. Así, con el vacío político producido por el tibio presidente Madero e insurrecciones en el campo yucateco fuera de control, molinistas, morenistas y pinistas hicieron una alianza que, como dicen Wells y Joseph, sólo se explica por el temor a una nueva “guerra de castas”.

Eventualmente, tal alianza saludó la llegada del huertismo a Yucatán en la persona del general Prisciliano Cortés quien, con mano de hierro, impuso en Yucatán la vuelta al viejo régimen en 1913, lo que condujo a un “porfi riato alargado”.9

1.2. Elvia, feminista

Lo que sabemos de la conciencia feminista de Elvia concuerda perfectamente bien con la teoría de la eminente historiadora feminista Gerda Lerner, quien se refi ere a dicha conciencia como un proceso que consistiría en: 1) la adquisición de conciencia por parte de las mujeres de pertenecer a un grupo subordinado que, como tal, ha sufrido males (wrongs); 2) el reconocimiento de que tal condición no es natural sino que está socialmente determinada; 3) el desarrollo de un sentido de hermandad entre las mujeres; 4) la defi nición autónoma de metas y estrategias para cambiar esa condición y 5) el desarrollo de una visión alternativa de futuro.10 Así, en una entrevista al periódico socialista El Popular, Elvia declaró que:

[…] en 1902 un brote del dolor de mi vida, las miserias de mi hogar […], hizo germinar en mi alma ideas vagas y confusas; extendí la mirada y vi […] cuadros donde la mujer sufría no sólo amarguras […] [y] miserias de explotaciones por parte del hombre sino también humillaciones y desvergüenzas […] A medida que me fui instruyendo llegué a saber que […] aquellas ideas inspiradas por el dolor constituyen […] un cuerpo de doctrinas llamado feminismo […].11

9 Wells y Joseph, Summer of Discontent, pp. 240-241.10 Lerner, The Creation of Feminist, p.274.11 Entrevista a Elvia Carrillo Puerto en El Popular, (Mérida), 1 de agosto de 1922, p.1.

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El signifi cado exacto del año 1902 en la vida de Elvia parece ser la muerte de parto de su hermana Enriqueta, dejando huérfanos a seis niños que su madre doña Adela tuvo que criar.12 Lo que está muy claro es su percepción de que el mal común a las mujeres no era natural sino social. Fue así que declaró:

Nuestro mayor deseo es que […] no pase inadvertida la mujer que tiene tanto derecho como el hombre para obtener […] benefi cios económicos y educativos […] E igualmente […] quiero hacer que la mujer se baste a sí misma para su subsistencia, única manera para que pueda tener una vida independiente y gozar de los mismos derechos cívicos, sociales y políticos que el hombre.13

Al abundar se refi rió claramente al abuso de los hombres aprovechando la condición social y económica de las mujeres:

[…] en la Península de Yucatán no existe la industria sufi ciente para aprovechar nuestras labores en nuestro benefi cio, aunque sí hacemos hincapié en la urgencia de que el hombre se preocupe por ayudarnos […] hasta conseguir que se nos pague justamente el producto de nuestro trabajo que nos ha sido siempre miserablemente retribuido; díganlo si no las dedicadas a la confección de bordados, tejidos y toda clase de prendas de vestir, las empleadas de cafés, restaurantes, etc., muchas de las cuales no contando con la ayuda del padre o de un hombre honrado […] se ven precipitadas para poder subsistir a usar los medios que ustedes los hombres conocen.14

Abajo veremos cómo, gracias a la Revolución mexicana, a sus grandes dotes para la organización, el don de la lengua maya y el capital político de su piel blanca, Elvia dio el siguiente paso en el proceso de adquisición de conciencia feminista: la búsqueda de la hermandad entre las mujeres.

12 Lemaitre, La Monja Roja, p. 89.13 Entrevista a Elvia en El Popular, p.114 Idem., subrayado nuestro.

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La Revolución mexicana en Yucatán

La Revolución mexicana de 1910 fue un gran estallido social que involucró a miles de mexicanos, especialmente campesinos. El triunfo de la facción constitucionalista sobre la zapatista y la villista fue legitimado con una batalla cultural cuyas banderas fueron nacionalismo, anticlericalismo, agrarismo y “feminismo”. Así, la Revolución transformó signifi cativamente las relaciones de clase, étnicas y de género, pues además de atacar la propiedad territorial y la élite, arremetió contra la moral victoriana y la represión sexual. Pero no dio el sufragio a las mujeres a pesar de su gran participación en la lucha armada.15

En Yucatán, la revolución constitucionalista llegó con cinco años de retraso en la persona y ejército del general Salvador Alvarado. Sinaloense, autodidacta, con una ética y honestidad a toda prueba, este gobernador de Yucatán (1915-1918) incluyó a las mujeres en su “sueño” de transformar la sociedad. Así, Alvarado decretó tres leyes feministas: la ley de la igualdad jurídica de mujeres y hombres, permitiéndoles tener propiedades y administrarlas, participar en juicios y fi rmar contratos legales; la ley de la emancipación legal de las mujeres a los 21 años (antes era a los 30) y la ley del divorcio, permitiendo la completa separación de la pareja, cualquiera de cuyos miembros podía volver a casarse; así como el derecho de la mujer a la custodia de sus hijos. Sin embargo, patriarcal, el gobernador sostenía que la mujer sería “elemento” de producción y trabajo en tanto no se casara porque: “su función esencial es defi nitivamente el hogar, donde […] desenvuelve positivamente toda su personalidad”.16

En la práctica el general Alvarado no sólo creó puestos de trabajo para las mujeres sino también dio fuerte apoyo a las mujeres pobres y víctimas de abuso mediante su circular sobre “matrimonios urgentes” en particular. Amparándose en ella, una avalancha de mujeres abusadas llegó a los tribunales militares (juzgados) utilizando la retórica de la Revolución, que

15 Ver el interesante resumen sobre las mujeres mexicanas y el género durante la Revolución mexicana de Vaughn, “Pancho Villa, las hijas de María y la mujer moderna”, pp. 39-57. Sobre la participación y cambios de las mexicanas en la Revolución y el impacto de ésta en aquéllas ver Mitchell, “Introduction”, pp. 1-14.16 Alvarado, La Reconstrucción de México, p. 108.

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ofrecía justicia a los débiles y pobres, sin diferencia de clase social. Ahora bien, esa circular que castigaba la violación, el rapto y la seducción de las mujeres mediante el matrimonio del culpable con su víctima tenía un sesgo de clase y de etnia, pues sólo aplicaba si el reo era soltero y de la misma etnia y clase social de la mujer. En caso contrario, se le obligaba a dar una compensación pecuniaria a la víctima, generalmente mujeres mayas.17

Una importante presencia e infl uencia en esta época fue la duranguense Hermila Galindo, extraordinaria mujer que en 1915 recorrió Yucatán, incluyendo Motul, para dictar conferencias sobre la “mujer fuerte” y la “mujer moderna”, y quien era secretaria del presidente Venustiano Carranza desde 1914. La ponencia que Hermila envó al Primer Congreso Feminista de Yucatán organizado en 1916 por el gobernador Salvador Alvarado, hacía referencia a la doble moral y a las prostitutas como producto de la misma, a la educación sexual de niñas y niños y al instinto sexual de las mujeres, temas ciertamente “escabrosos” para la sociedad y que Elvia retomaría con gran valor y energía.18

2.1 Construyendo la hermandad: ligas feministas

Entre 1921 y 1923, en plena Revolución, Elvia dio el tercer paso del proceso señalado por Lerner: instaló 66 ligas en todo el estado, incluyendo la liga “Rita Cetina Gutiérrez” (LRCG). Fundada en el DF en 1919, cuando ella debió exilarse para escapar de la embestida del presidente Carranza contra los socialistas (su hermano huyó a los EEUU), esa liga se convirtió en un vibrante movimiento gracias al apoyo de Rosa Torre, Eusebia Pérez, Nelly Aznar, Delta Aguayo, Gloria Mireya Rosado, Susana Betancourt, entre otras entusiastas feministas. Gracias también al apoyo del gobernador Felipe Carrillo y de su antecesor en el cargo, Manuel Berzunza, quienes suministraban pases de FF CC a las feministas para que se transportaran en el interior del estado. En 1921, la LRCG se integró al Partido Socialista del

17 Ver los casos de “matrimonios urgentes” que presenta impecablemente Stephanie Smith con base en documentos judiciales del Archivo General del Estado de Yucatán (AGEY), en Smith, Gender and the Mexican Revolution, pp.54-75.18 Ver la biografía de Hermila en Orellana Trinidad, Hermila Galindo. También Soto, The Emergence, pp. 50-57.

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Sureste con lo que las ligadas “compraron“ los problemas de los caudillos socialistas y se ganaron con ello el doble rechazo de la conservadora sociedad yucateca: como feministas y como socialistas.

Por el acta constitutiva de la LRCG sabemos que Elvia dio el cuarto paso del proceso descrito por Lerner: sus objetivos para el cambio de condición de las mujeres eran: 1) obtener el sufragio; 2) alfabetizar y capacitar a las mujeres pobres; 3) combatir la infl uencia de la religión; 4) proteger al niño, a la obrera y al obrero mediante acciones de gestoría y, 5) combatir el alcoholismo.19 Su ideario, plasmado en la papelería de la Liga,20 reclamaba estrategias y cambios de conciencia mediante ideas feministas-socialistas, como sigue:

El hombre más grande no es más grande que la mujer que le dio el ser.

La actuación de la mujer en la política traerá la reforma social para el bienestar del mundo.

Es necesario que las mujeres que vayan a los puestos públicos estén compenetradas de las necesidades del proletariado y con espíritu organizador laboren para el bien del pueblo.

Haz lo posible por emanciparte de todo prejuicio para conseguir tu libertad.

La independencia económica es la base de todas las demás. La fecundidad de la mujer es la maldición del pobre. Mujer, ten los hijos que te honren. La mujer que no hace política organizada con los obreros, no obtiene

la reivindicación.

En la práctica, la LRCG apoyaba campañas antialcohólicas, promovía el establecimiento de escuelas nocturnas así como el control de la natalidad inspirada por la gran revolución de contracepción que hizo Margaret Sanger.

19 “Solicitud de capacidad jurídica para la liga Rita Cetina Gutiérrez”, 5 de enero de 1922, p.1. AGEY, Fondo Congreso del Estado, Sección Dictámenes, caja 62, vol. 12, exp.9.20 Tomado del “Oficio de la Liga Rita Cetina Gutiérrez solicitando apoyo para las trabajadoras del Hospital O’Horán que no tienen donde dejar a sus hijos menores”, Mérida, 28 de junio de 1923, p.1. AGEY, Poder Ejecutivo, caja 770.

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En su local en el centro de Mérida, impartía clases y cursos y publicaba dos revistas, Feminismo y Rebeldía. Más adelante, cuando se refugió en el DF tras el asesinato de su hermano Felipe, Elvia fundó la Liga Orientadora de Acción Femenina (1925), la Liga Orientadora Socialista Feminista (1927) y la Liga de Acción Femenina (1933). Cabe señalar que en ningún caso separó la lucha por el sufragio de la lucha por el mejoramiento económico de las mujeres, en particular de las campesinas.

Ahora bien, la visión alternativa de futuro que sostuvo Elvia tanto en el Congreso Panamericano de 1923 como en una ponencia presentada en el Congreso Internacional de Mujeres de la Raza, en México, D.F. en 1925, era francamente anarquista. En ambas ocasiones apeló a la socialización del matrimonio en términos de la problemática de las prostitutas y mujeres abandonadas y de los hijos naturales: “los hijos del amor libre de un hombre y una mujer”.21 Así, Elvia escribió: “No acepto la intromisión de la autoridad en los hogares [...] la única ley que puede asegurar la santidad del hogar es la ley del amor. […] Y también: “Reconozco una sola clase de hijos, los nacidos dentro y fuera de la conveniencia llamada “matrimonio”.

Con respecto a la ley del divorcio que decretó su hermano en 1923 y que era tan fl exible que podía efectuarse a solicitud de sólo uno de los cónyuges, sostenía una utopía: “La infi delidad no existe ya en mi Estado natal, Yucatán, pues la ley del divorcio vigente dando libertad a los cónyuges acabó con la infi delidad”.22 De hecho, la ley del divorcio de su hermano, aunque refl ejaba el amor libre, conservaba la doble medida de la anterior en el sentido de que los hombres podían volver a casarse inmediatamente, mientras que las mujeres debían esperar 300 días antes de hacerlo. Como vimos, la idea de Elvia era eliminar precisamente la doble moral de los hombres porque redundaba en desgracias para las mujeres y sus hijos. Ya el general Alvarado había luchado contra este mal pero no con la “medicina” del amor libre sino con la puritana de sus “matrimonios urgentes”.

21 “Zayas Enríquez y el amor libre” publicado bajo la rúbrica “Liga feminista Rita Cetina Gutiérrez” en Tierra, 15, 1923, p. 9.22 Sobre la actuación de Elvia y las feministas yucatecas en el Congreso Panamericano ver Buck, “El control de la natalidad”, pp. 9-53. Agradezco a Miriam Chaparro, bisnieta de Elvia, la entrevista que me concedió en Mérida, 1998, así como una copia de la ponencia presentada por Elvia en el Congreso de Mujeres de la Raza.

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1. Las relaciones peligrosas de Elvia con los caudillos1.1 Construyendo mi candidatura: Salvador Alvarado

La presencia e intervenciones de “operadores” del general Salvador Alvarado (profesor Agustín Franco, ingeniero Modesto Rolland y coronel Ramírez) para promover el sufragio femenino en los dos congresos feministas que organizó en Yucatán, en 1916 –prohibidas en principio– revelan que el general estaba construyendo su candidatura para la elección de 1918 y quería experimentar con el voto de las maestras congresistas.23 En efecto, en el periódico La voz de la Revolución, entre 1916-1917 encontramos numerosas notas relativas a la construcción de la candidatura del general Alvarado al gobierno del estado, junto a la de Carranza para presidente, mediante clubes feministas organizados para apoyar su elección constitucional de 1918. Como se sabe, la Constitución de 1917 frustró la candidatura del general, pues ordenó que los candidatos a gobernador tuvieran al menos cinco años de residencia en el estado, condición que él no cumplía.24

Ahora bien, la concesión del sufragio que el general tenía en mente llevaba implícita la aceptación por parte de las maestras de “desfanatizar” a sus estudiantes, para esto estaban sus operadores. Pero su experimento fracasó porque en ambos congresos las maestras se negaron rotundamente a “desfanatizar” sosteniendo, con toda razón, que la escuela es laica. De cualquier modo, en el Primer Congreso Feminista al que asistieron 700 sólo 33 maestras votaron por el derecho al voto activo y pasivo y de inmediato, al nivel municipal. En su mayoría, las maestras eran de posición conservadora y sostenían que las mujeres nunca tendrían el derecho al voto por razón de su maternidad. “Madres e hijos pueden salir a trabajar juntos”, replicaron Dilia Macías y Encarnación Rosado, maestras de posición avanzada. Una tercera posición era gradualista pues sostenía que antes de obtener el derecho al sufragio, las mujeres debían adquirir práctica y poco a poco ir entrando en puestos de nivel municipal y luego estatal. “La experiencia

23 El Primer Congreso Feminista de Yucatán, pp. 85, 109.24 Ver por ejemplo, “Fundación de dos nuevos clubs políticos feministas que trabajarán por las candidaturas de Venustiano Carranza para Presidente de la República y Salvador Alvarado para gobernador del Estado.” Por cierto que al club de Mérida se le dio el nombre de la esposa del general: “Laura Manzano de Alvarado”, La voz de la Revolución, Mérida, 15 de diciembre de 1916. p.1.

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nunca puede ser previa” y “la práctica se adquiere en la lucha”, respondió resueltamente la feminista Francisca Ascanio.25

Exigentes, las 33 mujeres de posición avanzada pidieron que su protesta se asentara en las actas del congreso y se leyera el día de la clausura, y así lo hizo el general que asistió en representación de Alvarado. Tiempo después, éste –muy enojado– reconoció su fracaso diciendo:

[…] creo fi rmemente que no hay razón alguna para que se prive [a la mujer] del derecho del voto [...] pero desgraciadamente no puede llevarse al terreno de la práctica en nuestro medio social […] [hasta que] esté libre de prejuicios, y el clero, ese clero tan funesto [...] haya perdido el dominio que hasta hoy […] ejerce sobre ella […] ¡Qué desastroso sería para el Estado que antes de desfanatizar a la mujer, se le diera el derecho del voto [...] ! El elemento reaccionario […] volvería por conducto del elemento femenino […] a entronizarse de nuevo en el poder, pues bien sabido es que el clero ejerce sobre nuestras mujeres funesta y decisiva infl uencia.26

3.2 Construyendo la candidatura de Calles: Felipe Carrillo Puerto

A diferencia de Alvarado que pudo imponer sus ideas a todas las clases sociales gracias a su ejército, los millones de dólares del entonces boyante mercado henequenero y por supuesto a sus grandes capacidades de estadista, el gobierno revolucionario de Felipe Carrillo Puerto tuvo que enfrentar a la prensa conservadora y a la arrogante clase de hacendados, atrincherada y furiosa en el Partido Liberal luego de la revolución alvaradista del sistema hacienda, con una política intolerante y sectaria. Esta política se basaba en la maquinaria de su partido, el Partido Socialista del Sureste (PSS) y en caciques locales, algunos ilustrados, como los profesores José M. Iturralde y Bartolomé García Correa. Así, la cúpula socialista tenía un pacto secreto de defensa mutua, de “hermanos sagrados” pero sin incluir a Elvia y compañeras.

En el clima de confrontación que se vivía en Yucatán, a principios de 1922, Elvia envió un memorial a la Cámara de Diputados fi rmado

25 El Primer Congreso, op cit., pp. 31-73.26 Diario oficial del Estado de Yucatán, Mérida, 21 de enero de 1918, p. 2.

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por gran número de mujeres, incluyendo del DF, solicitando el derecho al sufragio. Confi aba en las promesas relativas al voto femenino proclamadas por los socialistas en sus congresos de Motul (1918) e Izamal (1921). Se equivocó porque los diputados socialistas congelaron dicho memorial. Ante tal fracaso, Elvia cabildeó a su hermano Felipe para lanzar la candidatura de cuatro mujeres a cargos de elección popular y lo logró, pero las leyes electorales del estado no se cambiaron. En estas irregulares condiciones, en noviembre de 1922 resultó electa Rosa Torre González, convirtiéndose en regidora del Ayuntamiento de Mérida. En noviembre de 1923, Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y Beatriz Peniche de Ponce se convirtieron en diputadas locales, las primeras mexicanas en ocupar cargos de elección popular.

Con excepción de Beatriz Peniche, ninguna de las fl amantes diputadas se acomodó en su curul asumido hasta mayo de 1924 porque el asesinato del gobernador Carrillo Puerto, a consecuencia del golpe de Estado de De la Huerta contra el presidente Obregón, interrumpió cinco meses el orden constitucional en Yucatán. Las dos diputadas electas y la regidora ya en funciones quedaron entonces en el ojo del huracán de la lucha por el poder. Dos “hermanos sagrados” de Felipe se disputaban el Palacio de gobierno: José María Iturralde, entonces senador, y Miguel Cantón, el intelectual orgánico del PSS, ambos aduciendo que la elección de las mujeres no tenía base legal. Una vez decidida la contienda por el presidente Obregón a favor de Iturralde, Rosa Torre fue “renunciada” mientras que Raquel y Elvia, hostigadas en la cámara, tuvieron que abandonarla. Raquel abandonó incluso la política y Elvia abandonó incluso el estado, según escribió a Obregón.27 No así “la hermosa y jóven” diputada Beatriz Peniche a quien, “por ser amiga distinguida de[l senador] Gual García y seguramente también del C. Gobernador Iturralde”, se le permitió permanecer en el congreso pero a condición de mantenerse invisible en las actas y comisiones ofi ciales.28 No sentó precedente alguno pues no hubo otra yucateca en el congreso sino hasta 1967.

27 Carta de Elvia Carrillo Puerto al presidente Obregón, 2 de septiembre de 1924, p. 1. AGN, Fondo Obregón y Calles, 428-Y-5. 28 Ver “Datos Confidenciales” de F. Aguilar al Presidente Calles. México, 21 Febrero.1925, p. 2. AGN, Fondo Obregón y Calles, 428-Y-5.

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Ahora bien, este experimento pudo haber sido parte de uno más amplio pues el entonces secretario de gobernación, Plutarco Elías Calles, estaba construyendo su propia candidatura a la presidencia y, tal como Alvarado, quería saber qué rumbo tomaría el voto de las mujeres. El caso fue que con el tácito apoyo de Calles, los gobernadores de San Luis Potosí (1923), Chiapas (1925) y Tabasco (1931-34) dieron legalmente el voto a las mujeres,29 mientras que Carrillo Puerto como vimos, en su calidad de presidente del PSS les permitió votar y ser votadas sin base legal en 1922 y 1923.

3.3 Construyendo la candidatura de Cedillo: P. Elías Calles

En 1923 el gobernador de San Luis Potosí (SLP), Rafael Nieto promulgó el derecho al sufragio de las mujeres y comenzaría un nuevo experimento callista. El gobierno federal se pronunció favorablemente a los cambios en las constituciones estatales relativos al sufragio femenino con base, quizá, en el fracaso de la elección en Yucatán. En 1926, Calles, ya presidente, ofrecería a Elvia su apoyo para lanzar su candidatura a una diputación local en SLP. Ella aceptó sabiendo que este caudillo no había hecho nada para frenar la debacle que siguió al asesinato de su hermano, como escribió a José Ingenieros, desde el DF, en 1925.30 Elvia hizo campaña política en San Luis, fue baleada entonces con ocho tiros por su rabioso adversario, y ganó ampliamente la elección.

Sin embargo, para arrebatarle el triunfo, las viejas “razones” anticlericales se combinaron ahora con las “razones” de Calles para imponer la candidatura de Saturnino Cedillo al gobierno de SLP. En efecto, la erupción de la guerra cristera, con la que se identifi caron las mujeres para oponerse a la intolerancia religiosa callista, se combinó con el miedo de que el candidato de Calles perdiera la elección al gobierno del estado por el impacto del voto de las mujeres. Éste y su ministro de gobernación dieron marcha atrás y las leyes estatales sobre el voto femenino fueron desconocidas en el congreso.31

29 Olsen, “The Implications and Legacies”, p. 8.30 Carta de Elvia a José Ingenieros, México, DF, 10 de mayo,1925, en Mantilla Gutiérrez: “Acción política y pensamiento histórico”, p.113.31 Morton, Woman Suffrage in Mexico, pp.10-11; Soto, The Emergence, pp. 91-93. Agradezco la comunicación personal de Leticia Jonguitud acerca de la candidatura de Cedillo y las mujeres agrupadas en torno al obispo De la Mora que explicarían que el triunfo de Elvia fuese desconocido por Calles.

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3.4 Las relaciones de Elvia con Cárdenas

Las relaciones de Elvia con el presidente Lázaro Cárdenas se inscribieron en el estira y afl oja que fue para las mujeres feministas y socialistas mexicanas el corporativismo cardenista patriarcal. Desde 1931 ella estaba adherida al Partido Nacional Revolucionario (PNR) en el gobierno a través de su “Liga Orientadora de Acción Femenina”, integrada por empleadas de la Secretaría de Agricultura y Fomento donde ella trabajaba a la sazón. Entre 1931-34 tuvo intensa actividad feminista como encargada de organizar los tres congresos de mujeres obreras y campesinas de dicho partido,32 lo que le daría la oportunidad de revivir su vieja pasión por la emancipación económica y social de las mujeres campesinas, ahora del Valle de México. Bajo su liderazgo y el de Refugio “Cuca” García, el Tercer Congreso determinó organizar una liga feminista “de masas” que en 1935 iba a convertirse en el Frente Único pro Derechos de la Mujer (FUPDM), movimiento nacional de mujeres que unifi có a 25 agrupaciones femeniles y obreras en torno a la obtención del sufragio y que llegó a contar con 50,000 militantes.33

El FUPDM dominó el movimiento feminista de México en la segunda mitad de los años 30 pero no era monolítico. Existía una corriente que se distinguía por la claridad que tenía de la lucha de género, así como también por su trabajo político con las mujeres pobres, específi camente. Era el Instituto Revolucionario Femenino, fundado en julio de 1937 por Concha Michel y del que en 1938 Elvia se ostentaba como secretaria de Organización y Acción Cívica. Identifi cadas como feministas radicales, estas mujeres polemizaban con las comunistas y las penerristas oponiéndose a considerar a las mujeres exclusivamente como trabajadoras, es decir, sólo como parte de la clase explotada. Para ellas la relación hombre-mujer conllevaba el mismo antagonismo que la relación entre las clases sociales y no se agotaba, pues, en la lucha de clases.34

En febrero de 1938, como resultado de la transformación del PNR en Partido de la Revolución Mexicana, el presidente Cárdenas propuso a las

32 Sobre los congresos ver Tuñón Pablos, Mujeres que se organizan, pp. 32-50.33 Lemaitre, La Monja Roja, p.136. Por su parte, Soto asienta que María Ríos Cárdenas fue quien hizo la propuesta de la creación del FUPDM, The Emergence, p. 109. 34 Tuñón Pablos, Mujeres que se organizan, pp.118-125.

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mujeres del FUPDM incorporarse al nuevo instituto político “como sector trascendentalísimo” para el que crearía una Secretaría de Acción Femenil. Al respecto, en marzo Elvia, como miembro del Instituto Revolucionario Femenino, fi rmó un documento en el sentido de estar de acuerdo con la in cor poración a condición de que la designación de quienes la formaran, la redacción de sus principios y programa, fuera fruto de una Convención Nacional de Mujeres.35 En otras palabras, no sería aliada incondicional de Cárdenas.

Por otra parte, los grupos de mujeres del FUPDM habían interpretado la propuesta cardenista como un intercambio más amplio en el sentido de que como miembros del partido ofi cial se les otorgaría el derecho al voto. Pero tampoco esos grupos serían aliados incondicionales de Cárdenas pues, en marzo de 1938 con mucha “beligerancia” presentaron ante la Asamblea Constitutiva del Partido un documento que expresaba su reserva mediante un gran número de cláusulas. No obstante, la maquinaria del PRM se impuso corporativizando al FUPDM y, como señaló la luchadora del Frente, Adelina Zendejas, “la forma de controlar a las mujeres fue incorporarlas a cada sector”. En efecto, el PRM nombró responsables femeniles de los sectores campesino, obrero, militar y popular, quienes peleaban “nada más que para las de su capillita”.36 Así, el FUPDM fue desmantelado.

Para Elvia el caso era también el de un nuevo vía crucis pues en enero de 1938 fue cesada de su empleo en la Secretaría de Economía, donde tenía un puesto de estadígrafa. Su hijo, inspector de Timbres en Sonora, fue cesado también. Mediante sendas cartas, Elvia recurrió al caudillo presidente para tratar de recuperar los empleos perdidos. El 4 de febrero de 1938 le comunicó a Cárdenas su problema económico y el 15 de julio éste le concedió audiencia en la residencia ofi cial de Los Pinos, pero a última hora no la recibió. Un año después, el 3 de enero de 1939, se comunicó nuevamente con Cárdenas y le expuso “con amplitud” su problema económico. Él le prometió entonces que ella y su hijo volverían a tener el empleo que necesitaban desesperadamente, incluso en forma retrospectiva. Cárdenas jamás cumplió su promesa. Ella y su hijo estuvieron sin trabajo durante todo su sexenio.37

35 Ibid., pp. 112-113 y 137. 36 Ibid., p.139.37 Lemaitre, La Monja Roja, pp.140-143.

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¿Por qué Cárdenas habría engañado a Elvia? ¿Porque él mismo ordenó su cese? ¿Por qué habría de haberlo hecho? ¿Porque le incomodaban su autonomía y lucha de género? ¿Porque ella podía prever gracias a su expe-riencia lo que iba a ocurrir, es decir, la destrucción del movimiento de mu jeres? El hecho de que en 1941, después de un terrible accidente de automóvil que la dejó casi ciega, Elvia hubiese escrito un telegrama al nuevo presidente, Manuel Ávila Camacho, suplicándole que recibiese a su hijo para informarle de la angustiosa situación que atravesaba “por injusticia del régimen anterior”,38 nos lleva a pensar que Cárdenas trató de sacarla de la escena política, arruinándola. Pero Elvia sobrevivió dando clases de música hasta su muerte en el DF, en 1967, después de haber saludado con un discurso frente a la Cámara de Diputados el triunfo de la lucha por el voto femenino en 1953.

Conclusiones

Las leyes y reformas que produjo la Revolución mexicana si bien apoyaron la emancipación de las mujeres no les concedieron el sufragio ni cambiaron signifi cativamente el patriarcado. Elvia fue, junto a las comunistas Cuca García y Concha Michel, la luchadora más consistente por el sufragio porque pensaba que las mujeres congresistas apoyarían la revolución cultural a favor de las mujeres, incluyendo la socialización del matrimonio, el fi n de la doble moral y del monopolio masculino del poder político y económico.

En su larga lucha por el sufragio Elvia fue dos veces el “conejillo de indias” de Plutarco Elías Calles, quien con la ayuda de Felipe Carrillo Puerto en Yucatán y de Rafael Nieto en SLP, trató de construir su candidatura a la presidencia y la candidatura de su amigo Saturnino Cedillo manipulando el derecho al voto de las mujeres. El precedente que había tratado de sentar Salvador Alvarado en 1916.

La vida de Elvia, “envuelta en la neblina y cuajada de ironías”, como ella misma la describió, es útil para entender que hoy día la lucha de las mujeres por sus derechos reproductivos y por la igualdad de oportunidades políticas, salariales y profesionales, no está dentro de los partidos sino

38 Ibid., p.143.

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en movimientos independientes que afi rmen –no impugnen– nuestros derechos a ser actoras culturales, iguales pero diferentes a los hombres, es decir, combinando vida profesional con vida personal, la que por supuesto incluye la libertad religiosa. Revolución cultural que todavía nos espera a las mujeres del mundo entero y a la que Elvia se anticipó con enorme, admirable, valentía.

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PORTALES

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Resumen

El Banco de México se integró al Proyecto InterPARES como socio de banco de pruebas a fi n de llevar a cabo un caso de estudio para elaborar políticas de preservación de documentos de archivo digitales (DAD) con base en la metodología desarrollada por el Proyecto InterPARES en su tercera fase. Aquí se presentan los hallazgos, las políticas que se derivaron de éstos y las conclusiones del estudio.

Introducción

Desde 2005 representantes de México han participado en el Proyecto de Investigación sobre Documentos de Archivo Auténticos Permanentes en Sistemas Electrónicos (InterPARES por sus siglas en inglés: International Research on Permanent Authentic Records in Electronic Systems), el cual inició en 2001 y tiene como sede la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver, Canadá. A partir de 2007 el TEAM México2 se integró como parte de la tercera fase del Proyecto InterPARES (IP3) cuyo objetivo es facilitar que las organizaciones pequeñas y medianas, públicas o privadas responsables de archivos digitales que resultan de actividades de gobierno, empresas,

DESARROLLO DE POLÍTICAS PARA LA PRESERVACIÓN DE ARCHIVOS DIGITALES CON VALOR HISTÓRICO DEL

BANCO DE MÉXICO. REPORTE DE UN CASO DE ESTUDIO1

Alicia Barnard Amozorrutia* Víctor Manuel Espinosa Mejía**

* Consultora independiente en archivos y coinvestigadora del TEAM México, Proyecto InterPARES.** Subgerente de Coordinación de Archivos del Banco de México y coinvestigador del TEAM México, Proyecto InterPARES.

1 Los autores agradecen a Zaida Castro y a Luis Armando Martínez del Banco de México el apoyo brindado en la compilación de información para realizar este caso de estudio.2 TEAM: Theoretical Elaborations into Archival Management (Elaboraciones Teóricas para la Administración de Archivos). Se mantienen las siglas en inglés, también significa equipo.

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investigación, arte y entrenamiento, sociales y/o comunitarias preserven en el largo plazo documentos de archivo auténticos que satisfagan los requisitos de sus interesados y las necesidades de la sociedad para el registro adecuado de su pasado. El IP3 contempla tres componentes: 1) de investigación, 2) de e ducación y capacitación y 3) de movilización.3

El componente de investigación considera dos vertientes: estudios generales de interés nacional, regional o internacional, así como la realización de casos de estudio destinados a desarrollar políticas y procedimientos para documentos de archivo o sistemas. Los principios metodológicos del IP3 comprenden: interdisciplinariedad, multidisciplinariedad y trans-disciplinariedad; transferibilidad, pregunta abierta y método multi diseño.

En particular en los casos de estudio, el IP3 propone la investigación de acción, práctica de investigación que involucra: un diálogo colaborativo, la toma de decisiones participativa, una deliberación democrática e inclusiva, así como la participación activa y representación de socios relevantes.4 Lo anterior, permite que el sujeto de estudio sea un actor importante dentro del todo el proceso investigativo que contempla las siguientes actividades a desarrollar:

La identifi cación del problema. La colección de datos. Primeras iteraciones para articular soluciones. Comparación de las primeras iteraciones. Segunda iteración: refi nar soluciones para contextos particulares. Comparación de las segundas iteraciones. Refl exión, análisis y síntesis.5

Así, con el propósito de llevar a cabo un caso de estudio conducente al desarrollo de políticas para la preservación de documentos de archivo

3 Mayor información en http://www.interpares.org/ip3/ip3_components.cfm?team=5 4 Duranti, Luciana: Translating leading edge theory into bleeding-edge practice: the InterPARES experience. CITRA 2010, Oslo, Noruega, septiembre 15, 2010. Versión en power point disponible en: www.interpares.org/display_file.cfm?doc=ip3_canada_dissemination_cs_duranti_citra-2010.pdf (consulta, abril 2011).5 Mayor información sobre la metodología se localiza en http://www.interpares.org/ip3/ip3_case_study_methodology.cfm (consulta, abril 2011).

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digitales con valor histórico el Banco de México (en adelante, el Banco), a través de la Dirección de Coordinación de la Información (DCI) se integra al IP3 como banco de prueba del TEAM México, como sede de un proyecto de investigación para elaborar políticas de preservación de archivos digitales con valor histórico.

El Banco de prueba

En el año 2000 la Junta de Gobierno del Banco acordó que la información debía fl uir de forma amigable para cualquier empleado con autorización para acceder a la misma. Para ello se concibió la construcción de un sistema de administración de archivos, identifi cado en el Banco como Administrador de Documentos (AD) conformado por distintos sistemas, el cual requirió de la coordinación entre las áreas para lograr la compatibilidad, mejorar la conectividad entre los distintos componentes, concebir éstos y conseguir el aprovechamiento de economías de escala. En la construcción del sistema y para facilitar los fl ujos de información fue necesario el desarrollo de una arquitectura de la información, con sus componentes lógico, tecnológico y normativo.6

Así, el objeto de estudio para el desarrollo de políticas de preservación en el largo plazo fue el AD. De acuerdo con la metodología del IP3 en una primera etapa se levantó el Cuestionario de análisis contextual y se dio respuesta a las Preguntas relacionadas con el desarrollo de políticas.7 Sin embargo, cuando se obtuvo la primera versión de aquél, a pesar de las diferentes aproximaciones utilizadas en la recolección de información, se percibió que el análisis se encontraba incompleto por lo que se decidió, además, aplicar los Requisitos de referencia para sustentar la presunción de autenticidad,8 a través del cual fue posible completar la información útil para el desarrollo de las políticas en cuestión. Estos documentos fueron presentados al TEAM México y

6 Espinosa, Victor: Administración Electrónica de Archivos. El caso del Banco de México. Primera Reunión de Archivos del Poder Ejecutivo Federal, 2006. Disponible en:http://www.agn.gob.mx/menuprincipal/archivistica/reuniones/2006/regional/pdf/bancodemexico.pdf (consulta, abril, 2011) 7 Los documentos se encuentran disponibles en: http://www.interpares.org/ip3/ip3_documents.cfm (consulta, abril 2011)8 También disponible en http://www.interpares.org/ip3/ip3_documents.cfm (consulta, abril 2011)

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posteriormente revisados por otros investigadores del proyecto,9 mismos que también fueron presentados a los directores de otros TEAM’s, que se reunieron en octubre de 2009 en Río de Janeiro, Brasil. Los comentarios fueron satisfactorios, ya que se contaba con información sufi ciente para iniciar el proceso de elaboración de una norma.

El Cuestionario de análisis contextual está diseñado para obtener información relevante sobre el banco de prueba; se encuentra estructurado en dos secciones, la primera se relaciona con el contexto jurídico-administrativo, recursos y gobernanza del banco de prueba, la segunda se refi ere a las actividades que dan como resultado la producción de documentos de archivo relevantes, del cual para los fi nes de este estudio se aplicó la sección “Esquema administrativo gerencial”.

Los Requisitos de referencia para sustentar la presunción de autenticidad proporcionan el rango de cumplimiento en ciertos requisitos con los que un sistema de administración de documentos de archivo debe de cumplir para ser considerado de confi anza y que, a la vez, permita inferir autenticidad; en los requisitos se establecen requerimientos de identidad y de integridad.10

Las preguntas que deben responder investigadores en casos de estudios de políticas tienen como propósito ofrecer un panorama acerca de la percepción del investigador respecto de ciertos factores relacionados con las capacidades del banco de prueba para el cumplimiento de sus funciones. A continuación se ofrece un panorama general de los hallazgos producto de los diferentes instrumentos aplicados a la DCI.

Hallazgos acerca del banco de prueba

El Banco de México se fundó el 1 de septiembre de 1925. Al Banco se le delegaron de forma exclusiva facultades para crear moneda, tanto mediante la acuñación de piezas metálicas como a través de la emisión de billetes,

9 Victoria Lemiux, TEAM Canadá, Carlos Alberto Zapata, Director del TEAM Colombia. 10 Autenticidad: junto con fiabilidad y exactitud, es uno de los elementos que conforman la confianza de un documento de archivo; consiste en la acreditación de un documento de archivo de ser lo que pretende ser sin alteraciones o corrupciones. Los documentos auténticos son los que han mantenido su identidad e integridad al paso del tiempo gracias a la evidencia de su carácter, requisitos o circunstancias inherentes. Ver glosario en: http://www.interpares.org/ip3/ip3_terminology_db.cfm?letter=a&term=542 (consulta, abril, 2011)

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también se le encargó la regulación de la circulación monetaria, de los tipos de interés y del cambio sobre el exterior. Asimismo, se convirtió al nuevo órgano en agente, asesor fi nanciero y banquero del gobierno federal. En 1994 el Banco adquirió autonomía, la cual se sustenta por el mandato constitucional que establece que la misión prioritaria de la institución es procurar el mantenimiento del poder adquisitivo de la moneda nacional.

Así, el Banco de México es el banco central del Estado mexicano, constitucionalmente autónomo en sus funciones y administración, cuya fi nalidad es proveer a la economía del país de moneda nacional. En el desempeño de esta encomienda tiene como objetivo prioritario procurar la estabilidad del poder adquisitivo de dicha moneda. Adicionalmente, le corresponde promover el sano desarrollo del sistema fi nanciero y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pago.

La Dirección de Coordinación de la Información, que funge como banco de prueba para este caso de estudio, fue creada el 16 de marzo de 2001, a iniciativa de Dirección General de Administración Económica; la DCI actualmente depende de la Dirección General de Tecnologías de la Información y tiene dentro de sus atribuciones:

o Promover la generación efi caz de la información en las diferentes unidades administrativas del Banco y participar en el diseño de los sistemas que permitan compartirla institucionalmente con el objeto de mejorar las actividades de dichas unidades.

o Proponer normas y lineamientos para la organización, administración y publicación de la información institucional, y apoyar la supervisión y verifi cación de su cumplimiento.

o Administrar los archivos de concentración e histórico del Banco.o Proporcionar a los órganos colegiados, a sus miembros y a las unidades

del Banco los servicios de apoyo para la organización y administración de la información.11

Asi, la DCI cuenta con:

11 Reglamento interior del Banco de México (modificaciones publicadas en el Diario Oficial del 9 de mayo del 2008).

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Sustento jurídico-administrativo para fungir como coordinador de archivos del Bando de México.

Financiamiento, infraestructura y recursos sufi cientes y especializados. Una visión: “Coadyuvar a la construcción de una arquitectura de

información institucional que permita el acceso, la conservación y divulgación de la información para la toma de decisiones usando las tecnologías más modernas”.

Una misión: “Conseguir que la información del Banco se encuentre disponible y accesible a todo aquel que la requiera y tenga derechos”.

Sobre las actividades que dan como resultado la producción de documentos de archivo relevantes

Estrategias de mantenimiento. En el Banco los documentos de archivo se producen en papel y en forma digital; están relacionados con actividades administrativas, de auditoría, asuntos jurídicos, análisis del sistema fi nanciero, emisión de moneda, investigación económica, operación de la banca, planeación y tecnologías de la información.

Por lo que respecta al sistema de administración de archivos, éste en la actualidad identifi ca y captura (registra):

Documentos de archivo y sus metadatos. Reportes y sus metadatos que proceden de sistemas interactivos. Registros (fi chas) de metadatos para información que procede de

sistemas interactivos o dinámicos. Metadatos de documentos de archivo en soportes físicos.

En cuanto a las estrategias de producción y mantenimiento de los documentos de archivo el AD es el sistema de administración de archivos a través del cual se concretan las disposiciones sobre documentos de archivo de la Norma Interna de Organización, Acceso, Publicación y Gestión de la Información, misma que regula la organización de información, documentos y documentos de archivo mediante 14 metadatos (ver anexo) y, en su caso, otros más registrados en los catálogos institucionales.

De las disposiciones de la norma destacan las siguientes:

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La identifi cación de los documentos de archivo de cada proceso y su incorporación a una lista en el manual correspondiente.

La responsabilidad del mantenimiento (conservación) del productor en la etapa activa de los documentos de archivo.

El uso de un mínimo de 14 metadatos para identifi car y capturar documentos de archivo (ver anexo).

El registro de los documentos de archivo a más tardar en 10 días hábiles a partir de que se concluye el proceso.

La organización de archivos conforme a funciones (series). El control y divulgación de los siguientes catálogos institucionales:

o Privilegios de acceso.o Tipos documentales (carta, reporte, convenio, contrato, etc.).o Cuadro de clasifi cación.o Unidades administrativas responsables.o Directorio de empleados.o Cuadro de disposición documental.o Tesauros.o Metadatos adicionales a los institucionales requeridos por las

unidades administrativas.

Para el mantenimiento y actualización de sistemas y desarrollos propios del Banco se cuanta con el RUP (Rational Unifi ed Process, de IBM) donde se integra la documentación que da lugar al desarrollo de un sistema y sus actualizaciones. En cuanto al mantenimiento de hardware y software y para el control de actualizaciones se tiene la efi nición de la Estación de Trabajo del Banco (ETB), misma que defi ne reglas sobre los tipos de computadoras, sistemas operativos, software, antivirus y herramientas de administración, así como la inclusión de tecnología que evite alteración accidental o intencionada del sistema y la protección de la misma para que no se pueda instalar o desinstalar software. Por lo que hace a los sistemas de seguridad informática, éstos están desarrollados para brindar alta disponibilidad, seguridad y redundancia de la información. A su vez, las disposiciones sobre tecnologías de la información contemplan, entre otras: procedimientos de respaldo, de resguardo, de recuperación, planes de contingencia y análisis de riesgos.

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Requerimientos y restricciones

El Cuestionario de análisis contextual incluye un apartado respecto de los requerimientos o restricciones que afectan al AD, esto es, aquellas regulaciones o normas no escritas que deben ser contempladas por el sistema o aquellas que obligan a establecer límites en el mismo; de igual manera se pueden encontrar ciertas restricciones que impiden la operación óptima del AD.

Así, en cuanto a requerimientos y restricciones legales se tiene lo siguiente:

La información debe estar disponible para todo empleado que tenga derechos.

La información debe cumplir de forma transparente con las disposiciones referentes a la rendición de cuentas y acceso a la información.

Los datos personales deben protegerse.

Respecto de requerimientos y restricciones normativas, se establece un modelo conforme al ciclo de vida de los documentos de archivo en cualquier soporte, para lo cual se determina la existencia de archivos de trámite, de concentración e histórico. Por lo que hace a restricciones normativas, la DCI carece de capacidad para establecer estrategias y el desarrollo de planes de acción tendientes a:

Identifi car los documentos de archivo en los sistemas dinámicos e interactivos del Banco

Coordinar y monitorear ciertos documentos de archivo u objetos que requieren ser seleccionados y valorados para su preservación en el largo plazo, tales como:o Acceder a documentos localizados en el sistema de administración

de archivos de los cuales la DCI no cuenta con licencias o permisos de acceso por parte del productor.

o Conseguir que se identifi quen y registren en el AD aquellos documentos de archivo digitales que aún se encuentran fuera de éste.

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Una restricción importante es que aún se carece de políticas, normas, requisitos o procedimientos para la preservación de los documentos de archivo digitales en el largo plazo.

Cabe, además, señalar que la norma no obliga a la creación (identifi cación y captura) del documento de archivo en el AD, es decir, existen documentos de archivo que se crean en otros ambientes sin que se obligue a que los mismos sean identifi cados, registrados, mantenidos y usados desde el AD; se trata de solucionar esta situación mediante la obligación de establecer el tipo de documentos que se derivan de un proceso y de incluirlos en el manual correspondiente, así como mediante el registro o alta de los documentos de archivo en un plazo no mayor de 10 en el AD. No obstante, ello aún no sucede en los casos de sistemas interactivos y dinámicos. Esta información puede contener documentos de archivo potenciales, pues se produce con base en una disposición legal, administrativa y se deriva de un proceso. Al respecto, también conviene señalar que las unidades que no cuentan con procesos automatizados han visto la utilidad del AD en la creación de sus documentos de archivo.

Los requerimientos tecnológicos con los que cumple el AD son:

Un archivo lógico central. Asociación de atributos y/o metadatos a los documentos. Creación de distintos tipos de documentos. Búsquedas por atributos o metadatos, contenido y navegación. Integración con la web. Integración con las aplicaciones de escritorio actuales. Integración de documentos digitalizados. Integración de documentos en papel, almacenando una fi cha con su

descripción y ubicación física. Control de versiones. Control de la actualización concurrente de los documentos. Creación de documentos compuestos, i.e., integración de documentos

en agregaciones. Seguridad fl exible y con distintos niveles. Integración de correo interno.

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Creación de fl ujos de trabajo. Seguimiento a los fl ujos de trabajo.

La arquitectura del AD compone de:

1. Base de datos.2. Un servidor del AD que controla las conexiones cliente/servidor de

las aplicaciones actuales y la seguridad entre ellas.3. Un servidor HTTP que controla la conexión con clientes en intranet.4. Una serie de aplicaciones o desarrollos propios.5. Una serie de artefactos y visores que ofrecen diversos servicios

como: manejo de imágenes, conversión HTML, conversión PDF, generar respaldos y mantener la información de manera auditable.

Formatos. El tipo de formatos que soporta el AD es muy amplio, de hecho casi cualquier formato es viable de almacenar, pero los más comunes generados en el Banco son: word, excel, imagen, powerpoint, pdf.

CUADRO 1. ESQUEMA GENERAL DE LA ARQUITECTURA DEL ADMINISTRADOR DE DOCUMENTOS

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Por lo que hace a restricciones tecnológicas se encontró que, cuando se actualiza el software utilizado para elaborar documentos de archivo, no se realiza la actualización correspondiente en los documentos de archivo que fueron elaborados en la versión previa y que se encuentran en el AD. Por otra parte, aún no se hacen anotaciones en cuanto a cambios de carácter jurídico-administrativo, procedimental o archivístico, ni se cuenta con las indicaciones sobre los cambios tecnológicos en el AD al paso del tiempo, y se desconoce si los productores realizan este tipo de anotaciones en cuanto a codifi cación o métodos de producción para los documentos de archivo en etapas activa y semi-activa. También se vio que en ocasiones no se registran en el RUP nuevos sistemas o desarrollos.

Los requerimientos y restricciones éticas que impactan en la creación, forma, contenido, identidad, integridad, organización y preservación de los documentos de archivo demandan que el Banco de México cuente con un administrador de documentos que sea consistente en la organización de la información y que:

Evite duplicidad de esfuerzos. Facilite el uso compartido de la información. Facilite el enriquecimiento de la información.

Respecto de requerimientos y restricciones éticas las Condiciones generales del Banco de México que impactan en el AD son las relacionadas con la discreción en el manejo de la información que los empleados tienen a su cargo, así como la obligación de éstos para entregar al Banco datos personales necesarios para el cumplimiento de disposiciones legales y reglamentarias en materia de trabajo, la restricción de alterar o destruir indebidamente o falsifi car correspondencia, documentos o controles del Banco o de personas relacionadas con éste. También impactan en el manejo de los documentos de archivo lo establecido por la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental y el Secreto Bancario de la Ley de Instituciones de Crédito, en tanto que se deben contemplar requerimientos para el uso y publicidad de la información, protección de aquélla que está reservada o es confi dencial, así como de los datos personales.

De los hallazgos acerca del AD, Luciana Duranti apunta que un sistema

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de gestión o administración para archivos de confi anza debe contar con reglas y métodos para su implementación. Para elaborar documentos de archivo fi ables y exactos es necesario contar con:

Esquemas de metadatos de identidad del documento de archivo. Procedimientos administrativos y documentales integrados en un

diagrama de fl ujo vinculado a cuadros de clasifi cación y catálogos de disposición documental.

Especifi caciones de las formas del documento de archivo. Privilegios de acceso para elaborar, registrar o producir documentos

de archivo.

Para mantener y conservar documentos de archivo se hace necesario contemplar:

Esquemas de metadatos de integridad. Cuadros de clasifi cación vinculados a vigencias documentales. Sistema de registro. Sistema de recuperación. Privilegios de acceso a los documentos de archivo que se conservan.12

De lo anterior, es posible concluir que el AD del Banco reúne la mayoría de los requisitos de identidad; sin embargo, se requieren mayores ajustes para incorporar metadatos relacionados con la integridad de los documentos de archivo digitales, como las anotaciones relacionadas con cambios jurídico-administrativos, archivísticos o procedimentales, así como indicaciones de cambios técnicos. Estos resultados fueron sin lugar a dudas, factor importante en el desarrollo de las políticas de preservación del Banco.

Las políticas

En el desarrollo de una política (o norma de acuerdo al esquema normativo

12 Duranti, Luciana: Trustworthiness of digital records. International Congress on Digital Records Preservation. Beijing, China, abril 16, 2010, presentación en power point disponible en: www.interpares.org/display_file.cfm?doc=ip3_canada_dissemination_cs_duranti_icdrp_2010.pdf (consulta, abril 2011).

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del Banco) era necesario un marco jurídico interno que le diera la fuerza para su implementación. Así, en las “Políticas en materia de informática e información del Banco de México”, entre otras, se encuentran las siguientes:

La infraestructura informática y las prácticas de uso de la información serán diseñadas, desarrolladas, implantadas, confi guradas y man-tenidas de modo que garanticen la disponibilidad, integridad y en su caso, confi dencialidad de la información.

La necesidad de adoptar medidas para crear y mantener bases de datos con la información histórica que se considere relevante.

Las unidades administrativas competentes en materia informática, desarrollarán y operarán sistemas que atiendan a sus necesidades. No obstante, se promoverá la estandarización de la infraestructura informática.

Lo anterior sirvió de sustento para la elaboración de una norma interna específi ca para la preservación de los archivos digitales como complemento a la Norma Administrativa Interna. Organización, Acceso, Publicación y Gestión de la Información, donde fuera posible, además, emitir ciertas disposiciones para buscar solución a la falta de reglas de integridad de la información.

Toda vez que el proceso para el control de archivos digitales con valor histórico que permitan presumir su autenticidad inicia a partir de la creación de los archivos,13 en consecuencia, la aplicación de las normas para la preservación de archivos digitales inicia en la primera etapa del ciclo de vida de los mismos. Es así que la norma incluye disposiciones para las unidades administrativas que cuentan con archivos o archivos potenciales con valor histórico y para la Dirección de Coordinación de la Información respecto del AD, así como disposiciones generales que el archivo histórico deberá tomar en consideración para el sistema de preservación de archivos digitales con valor histórico.

13 Guía del Preservador. Preservación de documentos de archivo digitales. Lineamientos para las organizaciones. Sección 1.3. Disponible en: http://www.interpares.org/ip2/display_file.cfm?doc=ip2(pub)guia_del_preservador.pdf (consulta abril, 2011)

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Políticas de preservación de archivos digitales con valor histórico

PropósitoEstablecer los criterios generales que guíen la preservación en el largo plazo de archivos digitales auténticos con valor histórico del Banco de México.

1. AlcanceLos archivos digitales del Banco de México que se localizan en el Administrador de Documentos y en otros depósitos institucionales o fuera de éstos y que tienen valor histórico.

2. Disposiciones legales2.1 Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública

Gubernamental (LFTAIPG).2.2 Reglamento del Banco de México relativo a la LFTAIPG.2.3 Ley de Bienes Nacionales.2.4 Ley de Adquisiciones.2.5 Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos.2.6 Ley de Monumentos Históricos.2.7 Ley de Instituciones de Crédito.

3. Normatividad 3.1 Políticas en materia de informática e información del Banco de

México. 3.2 Reglas de Operación del Comité de Información del Banco de

México.3.3 Criterios del Comité de Información para clasifi car la información

reservada y confi dencial de conformidad con la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.

3.4 Disposiciones emitidas por la Comisión de Responsabilidades del Banco de México en materia de transparencia y acceso a la información.

14 Base de datos terminológica, TEAM México, InterPARES 3. http://www.interpares.org/ip3/ip3_documents.cfm (consulta, marzo 2011).15 Ibid. 14.

121Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

3.5 Norma Administrativa Interna. Organización, Acceso, Publicación y Gestión de la Información.

3.7 Manual de procedimientos del Archivo de Concentración.3.8 ISO 15489 Information and Documentation-Record Management.

Part. 1 General, Part 2. Guidelines.

4. Conceptos y defi niciones4.1 Documento de archivo (o archivo). Documento elaborado o recibido

durante el curso de una actividad práctica, ya sea como instrumento o derivado de esa actividad y que es separado (apartado, guardado) para acción posterior o como referencia.14

4.2 Documento de archivo (o archivo) digital. Un documento digital que es tratado o manejado como archivo o documento de archivo.15

4.3 Documento de archivo potencial. Un documento que está por convertirse en documento de archivo. Cuando el creador lo trata como un documento de archivo, lo asocia con entidades que son indudablemente documentos de archivo y lo hace en el curso de una actividad, tal objeto solamente necesita un contenido estable y forma fi ja para materializarse como un documento de archivo completo.16

4.4 Documento de archivo dinámico. Un documento de archivo cuyo contenido depende de datos que pueden tener instanciaciones variables y que se encuentra en bases de datos u hojas de cálculo internas o externas al sistema en el cual se genera el documento de archivo.17

4.5 Documento de archivo interactivo. Un documento de archivo con contenido o forma variable, el cual depende de una entrada por parte del usuario con frecuencia basada en un contenido previo.18

4.6 Valor histórico. Es el que posee un documento como fuente primaria para la historia.19

4.7 Autenticidad de los documentos de archivo. La confi anza en un documento de archivo como tal, esto es, la cualidad de un documento de archivo

16 Base de datos terminológica InterPARES 2. http://www.interpares.org/ip2/ip2_terminology_db.cfm (consulta, marzo 2011).17 Ibid. 1618 Ibid. 1619 Ibid. 16

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de ser lo que pretende ser, sin alteraciones o corrupciones. Los documentos auténticos son los que han mantenido su identidad e integridad al paso del tiempo.20

5. De las disposiciones para las unidades administrativas5.1 Conforme a lo establecido en la Norma Interna. Organización,

Publicación y Gestión de la Información. Todas las unidades administrativas deberán identifi car, fi jar y estabilizar los documentos de archivo que se derivan de la gestión de sus procesos y que tienen valor histórico, para ello:

5.1.1 Las unidades administrativas son responsables de la creación, manejo, mantenimiento y uso de los archivos digitales registrados en los depósitos institucionales durante su etapa activa y semi-activa.

5.1.2 Las unidades administrativas que crean y mantienen sus documentos de archivo fuera del administrador deberán establecer la funcionalidad de gestión de archivos durante su etapa activa y semi-activa, de acuerdo con los requisitos que para ello establezca la Dirección de Coordinación de la Información o, en su defecto, registrarán y capturarán los documentos de archivo en el Administrador de Do cumentos, según lo establece la norma interna arriba citada.

5.1.3 Las unidades administrativas que tienen información no fi ja o estabilizada y que emiten reportes periódicos procedentes de estos sistemas como constancia de estas acciones y con valor histórico, comunicarán y declararán por escrito a la Dirección de Coordinación de la Información que esos reportes son los documentos de archivo mediante los cuales se reportan las acciones realizadas.

5.1.4 Las unidades administrativas que cuentan con sistemas mediante los cuales se crean documentos de archivo dinámicos

20 TEAM México, Terminology data base, InterPARES 3 disponible en : http://www.interpares.org/ip3/ip3_terminology_db.cfm?letter=a&term=542, (consulta marzo, 2011)

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o interactivos no estabilizados o fi jos, pero con valor histórico, llevarán a cabo, en coordinación con la DCI, el análisis e investigación necesaria para determinar cuáles serán las mejores estrategias de preservación en el largo plazo.

5.1.5 A fi n de evitar duplicidades e identifi car las series asociadas a procesos, las unidades administrativas revisarán y actualizarán el cuadro de clasifi cación de archivo, donde omitirán series cuyas funciones están delegadas en otras unidades administrativas y se incluirán subseries cuando el proceso así lo requiera.

5.1.6 Las unidades administrativas en conjunto con la Subgerencia de Archivos llevarán a cabo la valoración documental de las series que correspondan a los procesos que tienen a su cargo para defi nir con precisión cuáles serán los archivos que se conservarán en el Archivo Histórico.

5.1.7 Las unidades administrativas y la Dirección de Coordinación de la Información establecerán los mecanismos para el monitoreo periódico a partir de la creación de los archivos digitales que serán conservados en el Archivo Histórico.

5.1.8 Las unidades administrativas que han seleccionado y valorado archivos digitales que serán transferidos al Archivo Histórico, una vez cumplida su vigencia administrativa, deberán durante la etapa activa y semi-activa de los mismos:

5.1.8.1 Mantener las especifi caciones del software y hardware mediante el cual se crearon los archivos.

5.1.8.2 Documentar y mantener los cambios que, en su caso, se realicen al software y hardware que crea los archivos y que puedan afectar el contenido de los mismos.

5.1.8.3 Documentar y registrar en el RUP (Rational Unifi ed Process) todo el proceso de diseño del sistema mediante el cual se crean los documentos de archivo.

5.1.8.4 Documentar y registrar en el RUP cualquier ajuste o diseño que se haga al sistema que afecte la autenticidad e integridad de los archivos.

5.1.8.5 Documentar toda modifi cación jurídica, admi-

124 Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

nistrativa, procedimental, de organización, archi vística (clasifi cación o vigencia) o tecnológica que impacte en los archivos, sus metadatos y el depósito en el que se localizan.

5.1.8.6 Actualizar periódicamente el software de los archivos creados con anterioridad a la instalación de una nueva versión de software.

5.1.8.7 Identifi car los metadatos de los archivos que serán mantenidos junto con los archivos.

5.1.8.8 Identifi car los componentes digitales de los docu-mentos de archivo a fi n de defi nir si los mismos requieren mantenimiento específi co y, en su caso, de-sarrollar e implementar la estrategia que corresponda.

5.1.8.9 Preparar los materiales a transferir conforme a los requisitos que establezca el Archivo Histórico una vez que su vigencia ha prescrito.

5.1.8.10 Realizar la transferencia de archivos digitales de manera conjunta con el Archivo Histórico.

5.1.9 Las unidades administrativas que por su carácter jurídico o administrativo requieren mantener archivos en etapa activa o semi-activa por más de 10 años y, con el fi n de mantener la autenticidad de los mismos, también están sujetos a las disposiciones del Archivo Histórico establecidas en el punto 7.

6. De la Subgerencia de Archivos 6.1 La Dirección de Coordinación de la Información tendrá la

responsabilidad de dar el tratamiento de documento de archivo al propio Administrador de Documentos, por tanto llevará a cabo las disposiciones señaladas en el punto 5.

6.2 El Administrador de Documentos, además de las funcionalidades que tiene para los archivos que ahí se conservan deberá incluir metadatos para:

6.2.1 Indicación de anexos.6.2.2 Indicación de presencia o retiro de fi rma electrónica.

125Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

6.2.3 Indicación de otras formas de autenticación (implementación de requisitos de autenticidad).

6.2.4 Indicación de existencia de materiales duplicados en otras series.6.2.5 Indicación de existencia de series paralelas.

6.3 Los metadatos y catálogos de metadatos del Administrador de Documentos serán considerados como documentos de archivo, por tanto aquéllos que correspondan a series de archivos con valor histórico estarán sujetos a las disposiciones de esta norma.

6.4 La Subgerencia de Archivos en coordinación con las unidades ad-ministrativas determinarán la estrategia para actualizar, migrar, re-frescar21 archivos digitales con valor histórico y que son resguardados en administrador de documentos.

7. Del Archivo Histórico7.1 Para la preservación de archivos con valor histórico, el Archivo

Histórico deberá contar con un plan de preservación de archivos digitales que incluya:7.1.1 La infraestructura y estructura organizacional que com-

prenda misión, defi nición de responsabilidades, recursos huma-nos y programas de capacitación.

7.1.2 Procedimientos para la rendición de cuentas. Mismos que incluirán: sustento legal para mantener archivos en el largo plazo, historia documental sobre cambios en procedimientos, software y hardware que impacte en los archivos la transparencia y la rendición de cuentas de acciones e incluya los procesos de administración y autoevaluación.

7.1.3 Sustentabilidad fi nanciera. Que implica la planeación en el corto y largo plazo, planes anuales para revisión.

7.1.4 Sistema de Administración de archivos que incluya:7.1.4.1 Procesos de recepción. Especifi caciones sobre

documentación requerida para la transferencia,

21 El proceso de copiar cierto contenido digital desde un medio digital hacia otro (incluye copiado al mismo tipo de medio). También se le conoce como: “refresco”. Base de datos terminológica del Proyecto InterPARES, disponible en: http://www.interpares.org/ip3/ip3_terminology_db.cfm?letter=r&term=652 (consulta, mayo, 2011).

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proceso de verifi cación de archivos a transferir, aceptación de transferencia.

7.1.4.2 Ingesta (Instalación). Identifi cación y defi nición de la información que será preservada, identifi cación única, visible y persistente de los archivos, adquisición de metadatos, integración de paquetes archivísticos, auditoria sobre integridad de los archivos.

7.1.4.3 Acceso. Defi nición y divulgación de las opciones de servicio y envío, los requisitos de acceso, autenticación y control, así como el registro de acciones de acceso, emisión de copias auténticas.

8. Estrategias de preservaciónLa Dirección de Coordinación de la Información establecerá las estrategias de preservación en el largo plazo que contemplen:

8.1 Uso de estándares. Se determinarán y publicarán los formatos y estándares que se utilizarán para el archivo histórico digital.

8.2 Dependencia tecnológica. Se establecerá cuál o cuáles serán las estrategias para contender con la obsolescencia tecnológica.

8.3 Monitoreo. Se determinarán los mecanismos de notifi cación sobre obsolescencia tecnológica o inviabilidad (incluyendo formatos), evidencia de la efectividad del plan de preservación o revisión del mismo.

9. Administración de la informaciónLa Dirección de Coordinación de la Información establecerá los mecanismos de articulación de metadatos mínimos requeridos para acceso a los archivos, la captura y creación de metadatos de descripción asociada a los archivos.

10. Tecnologías, infraestructura tecnológica y seguridad 10.1 Infraestructura del sistema. La Dirección de Coordinación de la

Información y la Dirección de Sistemas establecerán los esquemas de actualización de software y hardware, migración, refrescamiento y documentación de cambios, así como procesos de prueba para cambios críticos.

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10.2 Seguridad. La Subgerencia de Archivos llevará a cabo el análisis y control sistemático de necesidades de recursos, asimismo establecerá las responsabilidades, autorizaciones para cambios dentro del sistema, planes de contención operativa.

10.3 Plan de desastres. La Subgerencia de Archivos considerará el “peor de los escenarios” para el archivo histórico digital, a partir del cual elaborará un plan de desastres que será revisado periódicamente.

11. Certifi cación11.1 La defi nición de un plan de archivos, recursos y estrategias para

el Archivo Histórico estará sujeta a estándares de certifi cación internacional.

Conclusiones

La Carta para la Preservación del Patrimonio Digital de la UNESCO, adoptada en noviembre de 2003, alerta a los países sobre el peligro de pérdida que corre el patrimonio digital y debido, entre otros, a factores tales como la rápida obsolescencia tecnológica, la incertidumbre en torno de recursos humanos, tecnológicos y económicos, las responsabilidad y los métodos para su mantenimiento y preservación, así como la falta de legislación. Más adelante alerta a los responsables de formular políticas y a sensibilizar sobre el potencial de los productos digitales, así como acerca de los problemas que plantea su preservación. Lo anterior sirve para refl exionar sobre los riesgos que se corren ante la carencia de una política o norma para la preservación de los archivos digitales con valor histórico del Banco de México, dentro de tales peligros se encuentran:

La pérdida de la memoria del Banco de México y por ende la pérdida de la memoria de los qués y los cómos esta institución dio cumplimiento a su mandato constitucional de proveer a la economía del país de moneda nacional y de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de dicha moneda, así como el de promover el sano

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desarrollo del sistema fi nanciero y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pago.

El daño que puede surgir entre el Banco y sus relaciones con terceros ante la carencia de archivos digitales auténticos y fi ables que sirvan de prueba en actos tales como auditorías, juicios, solicitudes de acceso a la información.

La falta de normas, procedimientos o lineamientos contribuyen a la inseguridad asociada a la preservación de archivos digitales e impide que los riesgos de pérdida de información sean transformados en riesgos medibles para ser atenuados.

La existencia de grandes volúmenes documentales que se encuentran en diferentes respaldos, cuyos costos de recuperación son muy costosos y provocan que sea prácticamente imposible preservarlos debido también a la falta de actualización periódica del software o del soporte en el que se encuentran y que requieren tanto una valoración histórica o cultural como la de aspectos relacionados con factores adicionales a considerar en el ambiente digital, tales como su autenticidad, la factibilidad de su preservación (esté la misma relacionada con recursos humanos, tecnológicos y fi nancieros) lo cual deberá contrastarse contra los costos de no conservar la información en el largo plazo.

La falta de aplicación de estrategias relacionadas con el ciclo de vida provocan que los sistemas y depósitos institucionales acumulen información o documentos de archivo cuyo uso administrativo y ju-rídico ha prescrito y que bien podrían darse de baja o transferirse al Archivo Histórico. Esto trae como consecuencia la sobrecarga de los sistemas que en cierto momento pueden ocasionar problemas de operación.

En el análisis de riesgos de los documentos de archivo digitales para su preservación en el largo plazo también se deben considerar factores relacionados con la transparencia, el valor probatorio de los documentos de archivo, así como las implicaciones de que los mismos no cumplan con las expectativas de los productores y de los usuarios.

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Las políticas aquí reportadas aún no se emiten, aunque en la actualidad sirven de base para realizar los ajustes y planes conducentes a la mejora del AD.

Bibliografía Trustworthy Repositories. Audit & Certifi cation: Criteria and Checklist. Disponible en http://www.crl.edu/sites/default/fi les/attachments/pages/trac_0.pdf (consulta marzo, 2011).

Guía del Preservador. Preservación de documentos de archivo digitales. Lineamientos para las organizaciones. Sección. 1.3. Disponible en: http://www.interpares.org/ip2/display_fi le.cfm?doc=ip2(pub)guia_del_preservador.pdf (consulta abril, 2011).

How to produce a policy on electronic records. Disponible en http://collections.europarchive.org/tna/20080107231552/http://www.nationalarchives.gov.uk/electronicrecords/advice/default.htm (consulta, marzo, 2011).

Carta de la UNESCO para la preservación del patrimonio digital. Disponible en:http://collections.europarchive.org/tna/20080107231552/http://www.nationalarchives.gov.uk/electronicrecords/advice/default.htm. (Consulta, marzo, 2011).

AnexoLos 14 metadatos institucionales son:

1. Tipo de documento de archivo. Selección del valor del catálogo institucional de acuerdo con los metadatos necesarios para describir el documento (esto además de los metadatos obligatorios).

2. Título: nombre otorgado por el autor al recurso.3. Descripción. Resumen del contenido del documento, diferente al título. 4. Tema. Asunto o materia seleccionado del catálogo institucional que

mejor describa el asunto o materia del documento, no más de cinco temas para un mismo documento de archivo y no pueden usarse temas generales para todos los documentos de archivo.

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5. Palabras clave: palabras o frases indicativas del contenido del recurso y que son más específi cas que un tema.

6. Clasifi cación. Información respecto de la accesibilidad al recurso y/o información. Carácter de la información.

7. Autor y destinatario: Para los archivos creados por el Banco, el nombre de la persona jurídica que elabora el documento de archivo; para los documentos de archivo no creados por el banco nombre institucional o individual no creados por el banco. El nombre del autor corresponde al creador y al escritor.

8. Fecha de creación. Fecha de creación (elaboración o recepción) del documento de archivo.

9. Fecha de disposición. Vigencia documental de acuerdo a la serie a la que pertenece.

10. Unidad administrativa responsable. Unidad responsable del documento de archivo o información, así como de su administración y mantenimiento para asegurar la consulta a quien lo requiera por sus funciones.

11. Estado. Situación en la que se encuentra el documento de archivo de acuerdo con su proceso, i.e. aprobado, modifi cado u obsoleto), también indica el período del ciclo vital en el que se encuentra, i.e. trámite, concentración o histórico.

12. Serie a la que pertenece el documento de archivo.13. Formato digital, papel o ambos.14. Ubicación física, para archivos en formato tradicional.

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1. Marco legal

Actualmente la legislación mexicana contempla como uno de los derechos por excelencia de todos los ciudadanos el acceso a la información. Al respecto la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos precisa en su artículo 6º que “el derecho a la información será garantizado por el Estado”, con lo cual se defi ne la participación que el gobierno federal tendrá en este ámbito, señala además, en su artículo 8º que “los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que éste se formule por escrito, de manera pacífi ca y respetuosa, pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la República”. Continúa y aclara que “[… ] a toda petición deberá recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido, la cual tiene obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionario”.

Por su parte, la Constitución del Estado de Hidalgo prevé en el numeral 4 bis, que “toda persona tiene derecho a acceder a la información pública”, como prerrogativa de todas las personas a saber y conocer sobre la información en posesión de los poderes del estado, de los ayuntamientos de los municipios y de los organismos autónomos.

Atendiendo al hecho lógico de que la información recae en algún tipo de soporte para luego constituirse en registro, prueba y evidencia de las de-cisiones, actividades y/o acciones en el ejercicio diario de las atribuciones y funciones de las instituciones públicas; la organización y clasifi cación de los

LA NORMATIVIDAD COMO ESTRATEGIA PARA LA ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA ESTATAL DE ARCHIVOS DE HIDALGO1

Arturo Hernández Rojas*

* Director de Gestión y Regularización Archivística del Sistema Estatal de Archivos de Hidalgo.

1 Una versión de este trabajo se presentó como ponencia dentro del Encuentro de Archivistas de los Poderes de la Unión que se llevó a cabo el 31 de mayo y el 1 de junio de 2011.

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expedientes y documentos generados por las mismas deberán sufrir los cambios necesarios para enfrentar los nuevos retos y obligaciones estipuladas en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental para el Estado de Hidalgo.

La Ley Orgánica de la Administración Pública para el Estado de Hidalgo, establece en el artículo 25 que dentro de las facultades de la Secretaría de Finanzas y Administración está la de “dirigir, coordinar y regular la formulación, ejecución y difusión de las políticas, planes, programas, proyectos y acciones impulsadas por el Sistema Estatal de Archivos, para regular y/o homogeneizar la administración documental de los Archivos Estatales, de conformidad a las leyes aplicables en la materia”, así como “conformar y administrar el Archivo General del Estado estableciendo y vigilando el cumplimiento de las políticas y lineamientos para la organización, preservación, difusión, guarda y custodia de los acervos documentales”.

La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental establece en su artículo 21: “En la administración y custodia de los archivos de información pública, los servidores públicos de los sujetos obligados en general, se ajustarán a lo dispuesto en la legislación y reglamentación en materia de archivos”.

La Ley de Archivos del Estado de Hidalgo refi ere en su artículo 1º: la presente Ley y sus disposiciones reglamentarias son de orden público e interés social y tienen por objeto la organización, administración, conservación, restauración y difusión de los documentos que constituyen el patrimonio histórico, cultural y administrativo del Estado, que integran los Archivos de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, los Ayuntamientos, las Entidades Públicas de ambos Órdenes de Gobierno, Órganos Autónomos y las Instituciones Sociales y Privadas de la Entidad, que se adhieran al Sistema Estatal de Archivos.

De esta forma resulta prioritario fortalecer los procesos de gestión de documentos en estado, necesarios para la oportuna atención de los asuntos gubernamentales, toma de decisiones, acceso a la información, entro otros. La estrategia primordial en cada sujeto obligado lo constituirá la consolidación del Sistema Integral de Archivos que organice, clasifi que,

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ordene y conserve los acervos documentales públicos, con criterios uniformes para la localización expedita de la información gubernamental.

De tal manera que la consolidación de la administración y gestión documental, como detonante para la transparencia y acceso a la información y rendición de cuantas, no puede ser vista como una acción aislada entre las múltiples medidas que promueve el gobierno del estado; por el contrario, representa la base y la evaluación que permite instrumentar acciones conjuntas como la participación social, la transparencia entre otras acciones, las cuales favorecen el desarrollo estatal.

2. Contexto general

Los trabajos que se llevaron a cabo tienen como base las acciones emprendidas en el Plan Estatal de Desarrollo del periodo 2005-2011, en el cual se propone dentro del eje 5.5 Acceso a la Información, así como lo establecido en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental y la Ley de Archivos del Estado de Hidalgo. Además, éste se vincula con el Plan Nacional de Desarrollo, ya que se encuentra alineado dentro del eje 5 denominado Democracia Efectiva y Política Exterior Responsable, en el apartado de Democracia Efectiva, 5.4 Efi cacia y Efi ciencia Gubernamental y 5.5 Transferencia y Rendición de Cuentas.

Dentro del ámbito federal, y para dar cumplimiento a las políticas de transparencia y rendición de cuentas, se emite la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, el cual tendrá en el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), junto con el Archivo General de la Nación (AGN), los órganos para la elaboración de normas tendientes a la administración y organización de los archivos del país.

Sin embargo, la vida del Estado es objeto de renovación constante y el instrumento natural de esa renovación se plasma en los documentos que están en posesión de las instituciones y al alcance de quienes desean consultarlos. Por esta razón, los archivos tienen que marchar por el mismo rumbo que las demás instituciones públicas y a la par de los cambios históricos que vive el país.

Esta relación de los acervos y las instituciones se ha consolidado a partir

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del marco jurídico que regula su funcionamiento; sin embargo, a pesar de las disposiciones aprobadas hasta ahora en esta materia, el país carece de una legislación federal que regule a los diferentes órdenes de gobierno, cubra los actuales vacíos legales, se apegue a las normas internacionales y, a su vez, garantice el fortalecimiento de las instituciones públicas desde la perspectiva del patrimonio documental que generan y resguardan.

En este sentido, se hace necesario replantear el papel desempeñado por los repositorios, no sólo como guardianes del patrimonio documental de nuestra nación y centros de información y cultura, sino también, como fuente para la defensa de los derechos humanos y centros de consulta inagotables, desde la perspectiva de nuestro momento histórico.

La responsabilidad de legislar en materia de regulación de archivos en posesión de las instituciones es impostergable, dado que debe crearse una política de Estado sobre la preservación y difusión de su patrimonio documental. Así como de fortalecer los instrumentos legales que garanticen el derecho de acceso a la información, contenido en el artículo 6º de la Constitución.

Por ello es necesaria una Ley Federal de Archivos que sea consistente, armónica y complementaria con las disposiciones existentes en el orden jurídico nacional en materia de conservación, protección, custodia y difusión de archivos y documentos de relevancia, como las contenidas en la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, la Ley General de Bienes Nacionales y la Ley Federal sobre Monumentos y zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, entre otras más.

En concordancia con lo que se viene trabajando a nivel federal, el estado de Hidalgo ha desarrollado una serie de acciones que le ha permitido avanzar en materia de transparencia y organización de archivos; sin embargo, faltaría fortalecer las estrategias de trabajo en materia de archivos, para logar avances signifi cativos.

2.1. Relación con el contexto nacional

En el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2012, en el eje 5 denominado Demo-cracia Efectiva y Política Exterior Responsable, en el apartado de De mocracia Efectiva, 5.4 Efi cacia y Efi ciencia Gubernamental y 5.5 Transferencia y

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Rendición de Cuentas, se menciona que el Gobierno Federal hará todo lo necesario para desempeñarse con efi cacia, responsabilidad y transparencia en todas sus acciones y competencias. Es por ello que la Administración Pública Federal desempeñará sus funciones e instrumentará las políticas públicas con estricto apego a la ley.

Con lo que respecta al Plan Estatal de Desarrollo 2005-2011, en el apartado 5.5 Acceso a la Información, se menciona que es necesario contar con el libre acceso a la información pública que es, además de un derecho ciudadano, un factor que fortalece y acredita la acción del gobierno.

Para los ciudadanos el acceso a la información nos da la oportunidad de conocer de propia mano toda la documentación integrada en expedientes, convenios, minutas, reglamentos, dictámenes y cualquier instrumento de carácter público fi nanciado a través del presupuesto estatal.

Las estrategias de vinculación con el IFAI y el AGN han sido principalmente enfocadas al intercambio de experiencias en congresos nacionales de archi-vos, con la fi nalidad de exponer los trabajos realizados en materia de pre-servación, administración y acceso a la documentación.

En concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2012, se promulgó la Ley y reglamento de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental para el Estado de Hidalgo; se publicó la Ley y reglamento de Archivos para el Estado, que establece la instalación del Sistema Estatal de Archivos y los principios rectores de la administración documental y archivística; se publicaron los lineamientos generales para la organización, conservación y custodia de los archivos públicos del Poder Ejecutivo del Estado de Hidalgo.

Para el gobierno estatal, este panorama que se reproduce localmente lo afronta mediante lo plasmado en el Plan Estatal de Desarrollo, el fortalecimiento e impulso de un marco normativo que permita un desarrollo cultural incluyente, integral correspondiente y sustentable.

2.2. Antecedentes históricos (1987-2007)

Al igual que muchos archivos estatales del país, donde la década de los ochenta del siglo pasado signifi có un parteaguas en la organización de sus acervos documentales, el estado de Hidalgo no quedó fuera de esta

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dinámica modernizadora de los servicios archivísticos. El Archivo General de la Nación emprendió la tarea en esa década, a raíz de que se le designó como órgano rector para los archivos federales y consultivo para el resto del país.

Del Archivo General del Estado de Hidalgo en el año de 1954 se tiene el primer antecedente de creación, cuando el gobierno del licenciado Quintín Rueda Villagrán tuvo el interés por contar con un archivo que concentrara todos los documentos que generaban las áreas tramitadoras, pero fue hasta el 1° de diciembre de 1980, cuando se publicó en el periódico ofi cial del gobierno del estado, la creación del Archivo Histórico del Estado de Hidalgo, aunque su inauguración ocurrió en marzo de 1987. Entre las funciones más relevantes que tenía estaban las siguientes:

a) Ser el órgano rector de los archivos del Poder Ejecutivo y

consultivo de los municipales.b) Fungir como archivo de concentración de los poderes del estado

y organismos descentralizados. (Aunque realmente en la práctica fungía como un archivo de concentración e histórico del Poder Ejecutivo).

c) Coordinar las depuraciones.d) Emitir normas de seguridad de conservación.e) Elaborara catálogos de vida útil administrativa.f) Publicar los catálogos de documentación histórica.

Cabe comentar que estas funciones que marcaba la referida ley no se llevaron a cabo y en esta primera etapa, el Archivo sólo sirvió de receptor de documentación de los archivos de trámite del Poder Ejecutivo.

A la par de esta década, el gobierno estatal hizo convenios con el Archivo General de la Nación, con la fi nalidad de iniciar los primeros trabajos archivísticos formalmente; entre ellos se destacan los siguientes:

a) La asesoría para el establecimiento del Archivo Histórico del Estadob) El rescate de archivos históricos de los 84 municipios hidalguenses y

la publicación de los inventarios, como resultado de estos trabajos.c) La asesoría del Archivo General de la Nación, para la emisión del

decreto de creación del Sistema Estatal de Archivos en 1987.

137Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

Estos primeros trabajos sirvieron para cimentar las actividades del archivo histórico y tener incidencia en la administración pública del estado. En 1994 y con la idea de actualizar los métodos de trabajo, y sobre todo retomar plenamente la aplicación de la normatividad de los servicios archivísticos estatales, se emprendieron los siguientes programas y obteniendo los resultados:

a) La organización con base en el principio de procedencia y orden original del archivo de concentración e histórico del estado, teniendo como consecuencia un control y un servicio más efi ciente.

b) La elaboración, difusión y aplicación de los lineamientos para las transferencias primarias al archivo de concentración.

c) La impartición de 40 cursos, dirigidos al Poder Ejecutivo y municipales, con un total de 1,140 personas capacitadas.

d) La elaboración de 13 catálogos de los fondos: Tula, Ixmiquilpan, Atotonilco “El Grande”, el Registro de lo Familiar y de la Colección Fotográfi ca Hidalgo, haciendo un total de 64, 517 cédulas catalográfi cas.

e) Certifi cación del proceso “Administración Documental del Archivo de Concentración“ del Archivo de Concentración, bajo la norma ISO 9001:2000, y en la actualidad se mantiene la recertifi cación (ver anexo de imágenes).

2.2.1. Situación actual del estado (2007-2011)

Con el inicio del gobierno del licenciado Miguel Ángel Osorio Chong 2005-2011, y con la política de fortalecer la gestión pública, quedaron plasmados en el Plan Estatal de Desarrollo 2005-2011, en el eje 5 Honestidad y efi ciencia para servir a la sociedad, los principios a los que se sujetaron las acciones de gobierno, de entre los que destacan por su impacto en la transparencia y en los archivos está el referente a la:

Transparencia y honestidad para integrar un gobierno moderno y racional que optimice la aplicación de los recursos con nuevos criterios de administración e inversión. A raíz de esa nueva política y con la publicación

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de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información, donde se determina que serán sujetos obligados todas las dependencias de la administración pública y para poder solventar todos los requerimientos desde el punto de vista archivístico, se tuvieron que emprender nuevas estrategias, entre ellas la creación de nuevos documentos jurídicos para tener incidencia en la administración.

Entre los principales logros que se obtuvieron en materia de archivos se encuentran los siguientes:

Se publicó la Ley de Archivos para el Estado, que establece la instalación del Sistema Estatal de Archivos (SEA) y los principios rectores de la administración documental y archivística.

Se publicó el Reglamento de Archivos para el Estado, que establece la instalación del Sistema Estatal de Archivos y los principios rectores de la administración documental y archivística.

Se publicaron los Lineamientos generales para la organización, conservación y custodia de los archivos públicos del Poder Ejecutivo del Estado de Hidalgo.

Se publicó la Guía Técnica, un documento básico para la elaboración de los instrumentos de consulta y control archivístico dirigido a los coordinadores y responsables de las unidades archivísticas públicas del estado de Hidalgo.

Lineamientos Generales para el Archivo de Concentración. Lineamientos para la elaboración de manuales de políticas y

procedimientos del Sistema Estatal de Archivos Metodología para la adaptación y ajuste del software (Sistema de

Archivos), bajo el marco jurídico archivístico de la Ley de Archivos del Estado de Hidalgo.

Lineamientos para la sistematización del software (Sistema Integral de Archivos, del Poder Ejecutivo (1ª etapa).

Lineamientos para la prevaloración secundaria basados en las normas internacionales ISAAR (CPF), ISDF (en proceso).

Teniendo como resultados concretos con los sujetos obligados del Sistema Estatal de Archivos los siguientes:

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Organización documental y archivística, se dio paso a la con-solidación del Sistema Estatal de Archivos y sus comités técnicos, comprometiendo a las instituciones públicas a organizar, conservar y custodiar de manera profesional los documentos y archivos emanados de la función gubernamental en el contexto de la ley de la materia.

Bajo esta premisa, el Sistema Estatal de Archivos a través del órgano rector ha impartido 45 cursos de capacitación y 697asesorías para la actualización de los 4 instrumentos de consulta y control archivístico. Asimismo, ha llevado a cabo evaluaciones a los sistemas integrales de archivos y dictámenes de valoración secundaria a los documentos ofi ciales.

Con la fi nalidad de lograr la efi ciencia administrativa de los acervos documentales y de la preservación de la memoria histórica de la entidad, se llevaron a cabo 355 procesos de diagnóstico, asesoría, capacitación, ponencias, evaluaciones y dictámenes de valoración secundaria en los tres poderes del estado, ayuntamientos y organismos autónomos, benefi ciando a un total de 1,554 servidores públicos en el año 2010.

Se concluyó la validación de 52 instrumentos de control documental. Esta actividad fue realizada por servidores públicos estatales, lo que se tradujo en un ahorro de 922,500 pesos. Realizando en esta administración 134 cursos y 467 asesorías a los integrantes del Sistema Estatal de Archivos en benefi cio de 3,215 trabajadores gubernamentales.

Hasta el mes de abril de 2011 el cumplimiento de los sujetos obligados en la conclusión y validación de los instrumentos de consulta y control archivístico es el siguiente:

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2.3. Organización Administrativa

En el ámbito estatal se creó la Ley de archivos del Estado de Hidalgo el 18 de abril del 2007, cuyo objeto es la organización, administración, conservación, restauración y difusión de los documentos que constituyen el patrimonio histórico, cultural y administrativo del Estado, que integran los archivos de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, los ayuntamientos, las entidades públicas de ambos órdenes de gobierno, órganos autónomos y las instituciones sociales y privadas de la entidad, que se adhieran al SEA. Y para poder solventar todas las peticiones de trabajo archivístico del Sistema Estatal de Archivos y coadyuvar con el órgano rector se creó la Dirección de Gestión y Regulación Archivística como parte de las estrategias del gobierno del estado de Hidalgo.

2.4. Información Estadística

Para los procesos de planeación se requiere de información confi able, para la toma de decisiones y la aplicación de estrategias específi cas, debido a que en esta información se fundamentarán prioridades y se justifi cará la inversión de recursos económicos y humanos. Los referentes estadísticos que se presentan desglosan los contenidos del Archivo General del Estado y el Sistema Estatal de Archivos.

CUMPLIMIENTO DE LOS SUJETOS OBLIGADOS EN LA CONCLUSIÓN Y VALIDACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS DE CONSULTA Y CONTROL ARCHIVÍSTICO

Sujetos Obligados153Poder Ejecutivo, Legislativos, Judicial, Organismos Públicos entralizados, Organismos Autónomos, Ayuntamientos

Cuadro general de clasifi cación archivística % de avance

Catálogo de disposición documental % de avance

Guía de archivo documental % de avance

Inventario documental % de avance

Avance general de los instrumentos de control archivístico

Fuente: Dirección de Patrimonio Inmobiliario (2011).

76 % 65 % 39 % 39 % 55 %

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El Sistema Estatal de Archivos está conformado por 152 sujetos obligados que a continuación se desglosan:

El Poder Legislativo (un sujeto obligado)El Poder Judicial (un sujeto obligado)El Poder Ejecutivo (un sujeto obligado), cabe aclarar que por cuestiones

del manejo de los archivos de las secretarías que integran el Poder Ejecutivo se tomó la decisión de que cada una de ellas tuviera sus propios instrumentos de control archivístico. Este poder está conformado por las siguientes dependencias: Secretaría de Administración, Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Secretaría de Contraloría, Secretaría de Desarrollo Social, Secretaría de Desarrollo Económico, Secretaría de Educación Pública, Se-cretaría de Finanzas, Secretaría de Gobierno, Secretaría de Obras Públicas, Comunicaciones, Transporte y Asentamientos, Secretaría Particular del Gobernador, Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional, Secretaría de Salud, Secretaría de Seguridad Pública, Secretaría de Turismo, Secretaría del Trabajo.

Los organismos autónomos son 5 y están conformados por: Comisión Estatal de Derechos Humanos, Consejo Consultivo Ciudadano, Instituto de Acceso a la Información Pública Gubernamental del Estado de Hidalgo,

ESTRUCTURA DIRECCIÓN

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Instituto Estatal Electoral, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.Los organismos públicos descentralizados son los 44 que se mencionan

a continuación: Consejo de Desarrollo y Productividad de Cinta Larga, Consejo Hidalguense del Café, Consejo de Administración del Parque Nacional “El Chico”, Comisión Estatal de la Leche, Comisión Estatal de Fomento y Ahorro de Energía, Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Hidalgo, Corporación de Fomento de Infraestructura Industrial, Corporación Internacional Hidalgo, Instituto Hidalguense de la Juventud, Instituto Hidalguense de las Mujeres, Instituto para la Atención de los Adultos Mayores del Estado de Hidalgo, Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, Bachillerato del Estado de Hidalgo, Colegio de Bachilleres del Estado de Hidalgo, Colegio de Educación Profesional Técnica, Colegio del Estado de Hidalgo, Colegio de Estudios Científi cos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, Escuela de Música, Instituto de Capacitación para el Trabajo, Instituto Hidalguense de Educación para Adultos, Instituto Hidalguense del Deporte, Instituto Hidalguense del Financiamiento a la Educación Superior, Instituto Hidalguense de la Infraestructura Física Educativa, Instituto Tecnológico Superior de Huichapan, Instituto Tecnológico Superior de Occidente, Instituto Tecnológico Superior de Oriente, Museo Interactivo para la Niñez y la Juventud Hidalguense “El Rehilete”, Universidad Politécnica de Francisco I. Madero, Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo, Universidad Politécnica de Pachuca, Universidad Politécnica de Tulancingo, Universidad de la Huasteca Hidalguense, Universidad Tecnológica de la Sierra Hidalguense, Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji, Universidad Tecnológica de Tulancingo, Universidad Tecnológica del Valle del Mezquital, Instituto para el Financiamiento del Estado de Hidalgo, Comisión de Agua y Alcantarillado del Sistema Valle del Mezquital, Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales, Comisión Estatal del Agua y Alcantarillado, Instituto Estatal del Transporte, Promotora de Vivienda de Hidalgo, Operadora de Eventos del Estado de Hidalgo, Promotora Turística de Hidalgo.

Los municipios que conforman el estado de Hidalgo son 84: Acatlán, Acaxochitlán, Actopan, Agua Blanca de Iturbide, Ajacuba, Alfajayucan, Almoloya, Apan, Arenal, Atitalaquia, Atlapexco, Atotonilco de Tula,

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Atotonilco El Grande, Calnali, Cardonal, Cuautepec de Hinojosa, Chapantongo, Chapulhuacán, Chilcuautla, Eloxochitlán, Emiliano Zapata, Epazoyucan, Francisco I. Madero, Huasca de Ocampo, Huautla, Huazalingo, Huehuetla, Huejutla de Reyes, Huichapan, Ixmiquilpan, Jacala de Ledezma, Jaltocan, Juárez de Hidalgo, La Misión, Lolotla, Metepec, San Agustin Metzquititlán, Metztitlán, Mineral de la Reforma, Mineral del Chico, Mineral del Monte, Mixquiahuala de Juárez, Molango de Escamilla, Nicolás Flores, Nopala de Villagrán, Omitlán de Juárez, Pacula, Pachuca de Soto, Pisafl ores, Progreso de Obregón, San Agustín Tlaxiaca, San Bartolo Tutotepec, San Felipe Orizatlán, San Salvador, Santiago de Anaya, Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero, Singuilucan, Tasquillo, Tecozautla, Tenango de Doria, Tepeapulco, Tepehuacán de Guerrero, Tepeji del Río de Ocampo, Tepetitlán, Tetepango, Tezontepec de Aldama, Tianguistengo, Tizayuca, Tlahuelilpan, Tlahuiltepa, Tlanalapa, Tlanchinol, Tlaxcoapan, Tolcayuca, Tula de Allende, Tulancingo de Bravo, Villa de Tezontepec, Xochiatipan, Xochicoatlán, Yahualica, Zacualtipán de Ángeles, Zapotlán de Juárez, Zempoala, Zimapán.

Con el fi n de cumplir con lo que marca la Ley de Archivos para el Estado de Hidalgo y la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental para el Estado de Hidalgo, se han realizado acciones para que los sujetos obligados cuenten con las herramientas técnicas, teóricas y legales, tendientes a la organización, clasifi cación y conservación de los archivos estatales.

Con la participación de los sujetos obligados del Sistema Estatal de Archivos se han tenido logros en el periodo 2009- 2010 y hasta abril de 2011, como es: la capacitación en materia archivística, asesorías (para la elaboración de los 4 instrumentos archivísticos, y en materia de valoración secundaria), dando como resultado 45 cursos, un total de asesorías 697 y 1,279 servidores públicos atendidos.

Relación de curso y asesorías impartidos en el periodo 2009-2011 para la validación de los instrumentos de consulta y control archivístico.

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2.5. Retos, prioridades y oportunidades del ramo

A manera de conclusiones del presente trabajo se presentan una serie de retos y prioridades para fortalecer los trabajos del SEA.

Fortalecimiento Institucional del Archivo General del Estado, que conlleva la defi nición y adopción acorde con los nuevos retos y obligaciones.

Impulsar una cultura de conservación y fomento del patrimonio histórico documental.

Consolidar el proceso de transparencia y acceso a la información en el estado teniendo como base la gestión documental.

Modifi car la visión de los servidores públicos respecto a la administración y gestión documental.

Fomentar la importancia que tienen los espacios físicos destinados a la concentración y conservación de la documentación.

Modernizar los procesos orientados a la administración documental. La consolidación del Sistema Estatal de Archivos, para ampliar la

cobertura y garantizar la aplicación de la normatividad archivística y salvaguardar el patrimonio documental del estado y ponerlo al servicio de la comunidad (ver anexo de imágenes).

Acciones 2009 2010 Abril 2011 Total Serv. públicos atendidos

Cursos 22 21 2 45 1279

Asesorías 294 269 134 697 842

Total de acciones 316 290 136 742 2121

Fuente: Dirección de Patrimonio Inmobiliario (2011).

RESEÑAS

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Ana Lidia García Peña es doctora en historia por El Colegio de México. En 2002 obtuvo el Premio de la Academia Mexicana de Ciencias a la mejor tesis de doctorado en ciencias sociales, por la investigación titulada Violencia conyugal: divorcio y reclusión en la ciudad de México, siglo XIX, de la que en parte se desprende el libro que aquí se reseña.

El fracaso del amor. Género e individualismo en el siglo XIX mexicano es el resultado de 15 años de investigación, de profundas refl exiones y análisis, así como de un proceso de maduración que, como la misma autora expresa en el prólogo de este libro, le condujeron de una postura feminista radical a otra mucho más matizada y fl exible. Las primeras aproximaciones al tema tratado en este libro habían sido abordadas ya desde la tesis que presentó para obtener la licenciatura en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (1991), cuando estudió el divorcio en México en la segunda mitad del siglo XIX como un debate ideológico.

EL FRACASO DEL AMOR

Coral Vicente Colmenares

Ana Lidia García Peña, El fracaso del amor. Género e individualismo en el siglo XIX mexicano, México, El Colegio de México/ Universidad Autónoma del Estado de México, 2006.

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Un enfoque revisionista del siglo XIX mexicano y la teoría individualista sustentan la cuidadosa investigación que García Peña presenta en El fracaso del amor a través de un planteamiento claro y bien estructurado que reúne la historia jurídica, social y cultural, y que se respalda en el estudio de 500 juicios de lo familiar (tanto de divorcio como por alimentos) localizados en los archivos judiciales: 323 de ellos fueron consultados en el Archivo Histórico del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, y los restantes 177 en el Archivo General de la Nación. La autora utilizó también como fuentes primarias las referentes a la benefi cencia pública de la ciudad de México, localizadas en el AGN, en el Archivo Histórico del ex Ayuntamiento de la Ciudad de México y en el Archivo Histórico de Salubridad, así como la legislación colonial y la republicana, más hemerografía de la ciudad de México del siglo XIX.

El libro se estructura en cuatro partes: la primera, “El individualismo en México: teoría y normatividad”, comprende un solo capítulo en el que se presenta una revisión histórica del pensamiento individualista, cuyo comienzo se puede rastrear desde los planteamientos fi losófi cos del siglo XVI hasta llegar a consolidarse en el sistema jurídico mexicano del siglo XIX. Este capítulo es el marco teórico que sienta las bases para el planteamiento que la autora desarrolla a lo largo de las tres partes siguientes, donde muestra el detallado estudio que resulta de los 500 casos revisados para esta investigación. “Violencia y ruptura del matrimonio” se compone de tres capítulos que giran en torno del confl icto doméstico durante el siglo XIX mexicano: la violencia conyugal acrecentada y el divorcio en sus dos vertientes, como estrategia femenina para escapar al maltrato y como táctica masculina para recuperar la libertad perdida, son los temas principales que se estudian en esta segunda parte.

En la tercera, “La cultura del encierro de las esposas”, se incluyen otros tres capítulos donde se estudia el depósito de las esposas como un espacio de libertad que permitió a algunas mujeres del siglo XIX alejarse de sus violentos maridos, siempre y cuando fueran ellas quienes solicitaran tal depósito privado como parte del proceso de divorcio; no se consideraban los casos en que ellas eran enviadas a los depósitos públicos por sus maridos, en razón de castigo por “desobediencia” o, peor aún, por sospecha de adulterio. Por último, el cuarto apartado, “Madres solteras y

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esposos respetables”, se conforma por un solo capítulo en el que se estudia la problemática de las parejas ilegítimas y los hijos naturales en la capital mexicana, pues tras la reforma liberal, que prohibió la investigación de la paternidad bajo el argumento del respeto a la privacidad del individuo, las madres solteras y sus hijos ilegítimos se vieron abandonados a su suerte sin nada que pudiera obligar a los padres a hacerse responsables de su sustento y manutención.

Así, pues, las referidas cuatro partes que componen el libro se desarrollan en torno de un tema central: el confl icto de pareja en la ciudad de México a lo largo de un siglo XIX cuyo comienzo la autora marca a fi nales del siglo XVIII. Si el corte histórico lo presenta así, es porque lo que busca indagar en su investigación es la manera en que los discursos reformistas –primero el borbónico-ilustrado de fi nales del siglo XVIII y luego el liberal de mediados del siglo XIX– infl uyeron en la disputa doméstica y en las maneras en que ésta buscaba resolverse. Aunque cada una de estas dos reformas tuvo sus propias particularidades y su propia fi nalidad y objetivos, y más allá de las diferencias entre una y otra, ambas fueron continuadoras de un mismo proyecto modernizador que abarcó e implicó tanto la secularización de la sociedad como la conformación de individuos entendidos como tales.

En torno de este planteamiento, Ana Lidia García encuentra en el confl icto doméstico, tanto dentro como fuera del matrimonio, el pretexto perfecto para estudiar la manera en que hombres y mujeres se fueron construyendo a sí mismos como individuos modernos a lo largo de la centuria decimonona. En este sentido, postula que el proceso de individuación fue muy distinto para los hombres y para las mujeres debido a que, con el impulso reformista, mientras los hombres estuvieron mucho mejor preparados para asumirse como individuos modernos, las mujeres apenas lograron iniciar un incierto e incipiente proceso de individuación. Éste es uno de los planteamientos más interesantes de este libro: dos procesos de individuación muy distintos y, por tanto, dos tiempos y dos ritmos diferentes en la conformación del individuo moderno.

De esta manera, la muy difundida reforma individualista, que propagaba la libertad de las personas, tuvo sin embargo profundas diferencias de género puesto que el verdadero sujeto jurídico de la reforma fue el hombre y no la mujer. Fueron los hombres quienes gozaron de una libertad mucho mayor

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y los que más se benefi ciaron del proceso reformista puesto que, por otro lado, tras la separación de la esfera pública y la privada, vieron incrementada su autoridad al interior del núcleo doméstico, ya que bajo el argumento del respeto a la privacidad se privatizó la violencia. En cambio las mujeres, inmersas en una sociedad que si no reforzaba cada vez más la autoridad del hombre, al menos sí mantenía intacto el sistema de dominación masculina y subordinación femenina, tuvieron pocas posibilidades de asumirse plenamente como individuos modernos.

Con este nuevo planteamiento, la autora termina poniendo en tela de juicio la idea que sostiene que el liberalismo sentó las bases de una paulatina liberación de la familia y de las mujeres. Y a pesar de ello, como demuestran sus investigaciones, las mujeres no fueron sujetos pasivos de la historia en este proceso; por el contrario, algunas de ellas emprendieron un largo camino en un incipiente proceso de individuación. Desprotegidas ya de la tutela colonial que las había considerado sujetos débiles necesitados de protección según la construcción cultural imperante, la investigadora halló casos de mujeres que poco a poco dejaron a un lado el discurso de victimización al que habían recurrido en el sistema anterior, empezando a tomar la responsabilidad de sus actos; con ello, paulatinamente fueron construyendo un concepto más amplio de libertad que incluyó aspectos de su actuación personal y de su propia toma de decisiones.

DOCUMENTOS PRESENTACIÓN Y NOTAS INTRODUCTORIAS

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Imagen de portada“San Pedro Tenayac y San Juan Sacazonapa; Temascaltepec.1 Edo. de Méx”

Guillermo Sierra Araujo

Esta representación está clasifi cada en el inventario de la colección Mapas, Planos e Ilustraciones (Mapilu), volumen 2, página 56, con el número 652; aparece datada entre los años de 1656-1659 y se le atribuye a un autor anónimo;2 sus dimensiones son 42 x 31 cm., y pertenece al volumen 185 del grupo documental Tierras, expediente 4.

1 El nombre de este lugar está escrito de tres formas diferentes: Temascaltepec, Themascaltepeq, Themascaltepeque; en este como en todos los casos en que se hacen citas se respetó la ortografía original.2 Ver Galarza, Joaquín, Amatl, Amoxtli, el papel y el libro, Ed. Tava, México, 1990, p. 99. El doctor Galarza comenta que los mapas pictóricos mexicanos no consignaban el nombre de un autor porque no eran considerados como obras exclusivas de una persona ya que en una noción de autoría, pertenecían a una colectividad.

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En la parte central del mapa se encuentra el diseño de lo que podría ser una vivienda y hay una inscripción que señala el poblado de “San Pedro Tenayac” justo en el “camino de Themazcaltepeq”, “el arroyo del Pinal” y los caminos marcados para las “tierras de caña”. En la parte que señala hacia el oriente aparece el diseño de un sol con rostro,3 además de especifi car el lugar designado por una elevación, denominada “el Peñol”. Con la ubicación hacia el sur se muestran los trazos y una inscripción que especifi ca “el Río de Acatitlán”. Hacia el oeste se localiza el “Llano de la Sercada”, que se encuentra a un costado de otro arroyo denominado “el Pinal”, y rumbo al noroeste se distingue “el pueblo de San Juan Sacazonapa”. Con dirección hacia el norte se advierten tres lomas con la anotación de “los Picachos de los Tres Reyes”.

Es interesante distinguir los pequeños trazos de dos personajes que aparecen en el plano, uno montado sobre una cabalgadura y seguido por un pequeño perro y el otro a pié, ellos están vestidos a la usanza campesina, aunque tal vez por los báculos que llevan en las manos podemos suponer que tienen cargos de importancia; ellos recorren el camino que va de San Pedro Tenayac a San Juan Sacazonapa. También se distingue que en el extremo superior izquierdo, tomando como referencia la representación del sol con rostro, la vegetación de tipo boscoso domina gran parte de la zona hasta la sección que abarca el oriente del plano.

El plano fue diseñado para demarcar las tierras que le fueron otorgadas al presbítero don Pedro de Samano; es importante señalar el asunto de la licencia que le fue entregada por orden de don Francisco de la Cueva, duque de Alburquerque, marqués de Cuellar y de Cadereita, la cual se le concedió para labrar la caña de azúcar, además de la autorización para fundar un trapiche en el paraje de San Pedro Tenayac, ubicado justamente al centro del mapa en cuestión. En el grupo documental Tierras, aparece este procedimiento del cual se transcribe un fragmento en el que don Antonio de Samano:

3 Ibid, pp. 95 y 96. Galarza señala que los mapas indígenas están “orientados”, lo que se demuestra porque presentan como punto de referencia al sol dentro del eje oriente-poniente, por lo tanto “no están norteados” como sucede con las representaciones europeas, que ubican el punto de referencia hacia el norte. Comenta que quienes escribían pintando (tlacuilos) durante la época virreinal, se valieron de expresiones para orientar sus diseños, el sol con rostro y ojos abiertos para indicar “el sol sale” y el sol con los ojos cerrados para subrayar “el sol se mete”, dentro de su base oriente-poniente.

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[…] yso relacion que en la jurisdiccion de las minas de Temascaltepec tiene tierras propias en el paraxe llamado San Pedro Tenayaque que lindan por una parte con las dichas minas de Themascaltepeque y por la otra con la hazienda llamada de la Rivera, por la otra con el Rio Grande que llaman de Almoloya que baxa de dichas minas y por la otra con tierras del pueblo de Tesacasonapa y que en ellas por ser muy fertiles pretendia sembrar caña dulce y para tener gasto de ella en aser asucar y chancaca4 en que no eran perjudicados los naturales y vecinos de la dicha jurisdiccion por lo qual me pidio le concediese licencia porque en dichas tierras por ser propias pueda fundar un trapiche para el gasto de la caña en aser asucar y chancacas […].5

Asimismo, se le indica a don Antonio de Samano que debe pagar cien pesos de oro común (en reales) a los jueces ofi ciales de la Real Hacienda y a la caja de la Corte “por la gracia que le esta consedida” para sembrar caña dulce y de esa manera pueda fundar el trapiche.

Dentro del mismo expediente se hallan todos aquellos elementos que normalmente componen los procesos agrarios: la presentación del caso, los testimonios, la resolución y el mandamiento de certifi cación para la fundación del trapiche.

Asimismo, en el contexto de la hechura de la representación, la exploración viene de más atrás, incluso antes de haber sido notifi cado de su licencia don Antonio de Samano. De otorgársele la merced, según el manuscrito, el presbítero tendría la tarea de reunir a los indios y naturales para discutir cualquier eventualidad y se proyecte la elaboración del mapa para:

[…] que declaren la distancia cierta que ay desde las dichas tierras al pueblo de los naturales que si reciviran de ello algun daño haciendo pintura de ello con sus anotaciones dando vuestro parecer jurado para que visto se probea lo que combenga […].6

4 Del nahua chiancaca, azúcar moreno, o del quechua ch´amgay, triturar. Tableta rectangular hecha con la miel que se obtiene de la caña de azúcar. Ver Real Academia de la Lengua (versión en línea), vigésima segunda edición.5 AGN, Tierras, vol. 185, exp. 4, f. 1.6 Ibid, f. 4v.

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Otro aspecto importante a destacar es el signifi cado artístico que representan estos trazos, ¿se podría pensar que cuando se elaboró esta pieza se tuvo en cuenta algún parámetro estético?; la lógica nos lleva a suponer que no y que solamente se respondió a un criterio jurídico agrario, por lo tanto, la representación pictográfi ca fi nalmente fue resultado de lo involuntario y de una cierta improvisación ante la carencia de conocimientos más profundos en materia de cartografía. Tal estimación se complementa con el comentario de Ola Apenes al respecto: “En el siglo XVII los cartógrafos generalmente compensaron la falta de exactitud de sus obras con valores artísticos”.7

Lo cierto es que el mapa de “San Pedro Tenayac y San Juan Sacazonapa; Temascaltepec. Edo. de Méx” es una imagen que hoy en día se sigue utilizando para refl exionar, al menos desde dos perspectivas diferentes: lo jurídico y lo histórico en una suerte interdisciplinaria participante en materia agraria.

7 Apanes, Ola (recopilación y descripción), Mapas Antiguos del Valle de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Historia, México, 1947, p. 20.

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La Proclama

La Biblioteca Digital Mexicana publicó en febrero 2011 el documento más notorio de Guillén de Lampart, escrito con su pluma y letra entre 1640 y 1642. Como no tenía encabezado le hemos puesto, como título provisional, “Proclama por la liberación de la Nueva España de la sujeción a la corona de Castilla y sublevación de sus naturales”,1 al famoso escrito por el cual al irlandés se le considera, aunque con insufi ciente convicción, un precursor, sumamente temprano, de la Independencia de México.

No existía hasta ahora edición alguna de la Proclama, sólo en 1948 Gabriel Méndez Plancarte la citó y comentó;2 y nuestra edición en línea es la única hasta hoy que exista de cualquier documento de Lampart. Son simplemente desconocidas las otras valiosas piezas de su obra, que es decir de su vida, pues cada uno de sus escritos representa una estación de su ardiente recorrido personal.

Apenas dos años estuvo Lampart libre en la Nueva España. Planeaba junto con sus compatriotas desterrados la insurrección irlandesa contra el dominio inglés, que estalló en 1641. Y veía desmembrarse el imperio español en torno suyo, recién ocurrida la revuelta de Cataluña (1638) y en pleno fragor de las intrigas y rebeliones que llevarían a la separación de Portugal (1 de diciembre de 1640). En esos años de conmociones imperiales, soñó con una doble, triple transformación para la Nueva España. En primer

GUILLÉN DE LAMPART, 1611-1659AVENTURERO, POETA, JUSTICIERO Y ASCETA

Andrea Martínez Baracs*

* Presidenta de la Biblioteca Digital Mexicana.

1 Proclama… Biblioteca Cervantina, Patrimonio Cultural, ITESM, Colección Conway, Papeles de Guillén de Lampart, ff. 40r-47v. Facsímil y transcripción, en bdmx.mx.2 Don Guillén de Lámport y su “Regio Salterio”- MS. Latino inédito de 1655, Gabriel Méndez Plancarte (estudio, selección, versión castellana y notas), México, Ábside, 1948.

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lugar, debía separarse de la corona de Castilla; en segundo lugar, debía realizarse un sueño de justicia racial y social; en tercer lugar, él sería el rey.

Continuador del pensamiento de Bartolomé de las Casas y de los humanistas españoles que cuestionaron la legitimidad de la conquista de México, Lampart consideraba ilegítimo el dominio español en América; planeaba devolver a los señores indios sus tierras y derechos de nobleza, y a los esclavos africanos su libertad. Él sería coronado rey de México: para sostener esa pretensión, la primera parte de la Proclama denuncia con mucha pasión la injusticia cometida contra él en tanto hijo natural de Felipe III, hermano pues del monarca Felipe IV. Irlanda e Inglaterra, diversos archivos y bibliotecas

Los archivos guardan su huella. En Irlanda se conoce a su familia, nobleza local de Wexford. Su abuelo peleó contra los ingleses, su padre se refugió en un convento después de desafi ar a los ocupantes de su país, quienes prohibieron la religión católica y expropiaron las tierras de los irlandeses para dárselas a sus colonos, protestantes ingleses. La estirpe de Lampart quedó registrada en puertos lluviosos, entre conventos, universidades, conspiraciones, piraterías y levantamientos, en la heráldica y los hechos de sangre de la nobleza gaélica. El propio Guillén terminó su tiempo en las islas sajonas escribiendo, en 1628, una denuncia contra el dominio en Irlanda de Carlos I, rey de Inglaterra, que le valió la condena a muerte y la huida defi nitiva.

España, Archivo Histórico Nacional de Madrid y otros repositorios

En España es posible también seguir su huella. En sus universidades se volvió un grande, en sus cortes se movió como un íntimo, en los tercios de las guerras europeas de Felipe IV dio de que hablar. Lo retrataron dos famosísimos pintores de su tiempo, Pieter Paul Rubens y Anton Van Dyck. El primero, en su calidad de soldado; el segundo como estudiante de primera línea, junto al célebre geógrafo y matemático jesuita Jean Charles della Faille.

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Ciudad del Vaticano, Archivo Secreto

El Vaticano alberga un expediente sobre su caso, pues enfrentó entre sí a los dos poderes: la corona y la Iglesia. Ésta peleó contra el rey de España para mantener cautivo y fi nalmente destruir, por medio del Tribunal de la Inquisición, a Lampart, quien había mostrado la inmensa corrupción de ese organismo y de sus integrantes. Fueron años turbulentos en la Nueva España. Don Juan de Palafox y Mendoza, visitador general, obispo de Puebla, y por breve tiempo arzobispo y también virrey, enfrentó los “poderes fácticos” apoderados de cuanta institución religiosa y civil hubiera, entre ellas la Inquisición. En ese mar de corrupción y aires de reforma Lampart fue precursor y víctima. Por denunciar su venalidad y falta de escrúpulos, fue la presa mayor del Tribunal de la Inquisición, que juró acallar su voz. Por exigencia de Felipe IV, varios virreyes intentaron recuperar al reo y llevarlo a España, pero no lo lograron.

Papeles de Guillén de Lampart, Colección Conway, Biblioteca Cervantina, Patrimonio Cultural, ITESM

A México Lampart llegó en 1640. Hasta 1642, cuando perdió su libertad el domingo 26 de octubre, su vida está documentada en lo principal gracias al baúl de Michoacán donde conservaba sus papeles personales. Ahí quedó algo de sus esplendores europeos, pero también su humilde búsqueda de empleo: un pequeño librito de táctica militar que permaneció entre sus papeles, hecho por él, tenía el propósito de ayudarlo a obtener un puesto en el ejército; una hechura casera de su escudo y probanza de méritos, que se encuentra igualmente entre los papeles del baúl de Michoacán, probablemente estaba también destinada a conseguirle empleo.

Entre los papeles privados de Lampart se encuentran también documentos que muestran su relación con la insurrección irlandesa. Probablemente antes de viajar a la Nueva España, Lampart escribió en español una propuesta a Felipe IV para hacer de Irlanda un protectorado de la corona española, a cambio del apoyo de ésta al levantamiento. Este documento, que permanece entre los papeles privados, puede haber sido un borrador que conservó Lampart. Se sabe que tal propuesta llegó a la corona,

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fi rmada por uno de los grandes dirigentes de la insurrección: Owen Roe O´Neill, compañero de armas de Guillén en los tercios de Flandes.

Además de otros valiosos documentos, entre los papeles personales de Lampart fi gura la Proclama independentista, que tanto alertó a las autoridades novohispanas. Figura en solitario, casi como un divertimiento. Pero la verdad de su intención insurreccional se confi rma por las declaraciones de los testigos de su proceso.

Al ser anexados al proceso inquisitorial,los papeles del baúl de Michoacán fueron cosidos juntos para conservar su unidad. Ese legajo fue sustraído, puesto en venta y terminó en manos privadas, hasta que Lord Conway, magnate petrolero afi cionado a la historia, lo compró y donó, junto con su biblioteca y otros valiosos documentos, a la Biblioteca Cervantina del ITESM.

Archivo General de la Nación, México Guillén de Lampart estuvo preso de 1642 a 1659, cuando fue quemado en una pira por orden del Tribunal de la Inquisición. El Archivo General de la Nación conserva su pesado expediente, consistente en lo principal de dos grandes legajos, los volúmenes 1496 y 1497 del fondo Inquisición.

El expediente del juzgado contiene su larguísimo juicio: acusaciones, testimonios y declaraciones del reo, y los papeles que le decomisaban. Lampart aprovechaba las audiencias para denunciar a los inquisidores y realizar su propia defensa y la de sus compañeros de infortunio. Pues en las cárceles del Tribunal del Santo Ofi cio Lampart coincidió con los criptojudíos acusados de judaísmo, en esa oleada persecutoria que condujo al auto de fe de abril de 1649, uno de los mayores de la historia novohispana. Los criptojudíos perseguidos eran en su mayor parte comerciantes ricos y fi nancieros de origen portugués, y sus desventuradas familias; entre ellos se incluyeron millonarios otrora poderosos. La acusación de judaizantes permitía al tribunal apropiarse de la totalidad de sus bienes, lo cual se prestaba para un enriquecimiento ilícito, escandaloso de parte de los diversos miembros del tribunal –enriquecimiento que fue probado y castigado más adelante–. Estas defensas de Lampart son documentos sumamente valiosos en términos humanitarios, teológicos y espirituales.

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Entre 1652 y 1654 Guillén de Lampart escribió en su celda, oculto de sus carceleros, sin papel, tinta ni pluma, sin libros, 918 salmos en latín. Para ello utilizó lienzos blancos que se procuró, plumas de gallina que encontraba en los basureros, y elaboró la tinta con cenizas, chocolate y otros materiales de ocasión. Sus carceleros le quitaron los lienzos, pero el tribunal mandó copiar su contenido, por lo cual contamos con la obra completa hoy en día.3 Esa poesía, llamada por Lampart Regio Salterio, fue comentada en términos elogiosos por Gabriel Méndez Plancarte en el estudio citado, de 1948. En este 2011, una brillante tesis de licenciatura de la latinista Olivia Isidro Vázquez continúa esa labor largo tiempo abandonada.4 Por ella, podemos comenzar a penetrar la profundidad literaria y espiritual de Guillén de Lampart. Es un poesía inseparable de una profesión de fe, es la obra de un hombre profundamente religioso que hace votos espirituales.

Es al mismo tiempo la obra de quien quiso emancipar la Nueva España, liberar los esclavos africanos y devolver a los indios sus derechos, tierras y preeminencias. El Regio Salterio contiene lo mismo poesía estrictamente religiosa y poemas que, con un formato cristiano –el salmo, que es una oración– y siempre como un llamado a inclinarse ante Dios, aluden directamente a la condición de indios y esclavos. Para Lampart no había una separación entre espiritualidad y lo que hoy se llamaría pensamiento social, pues para él el respeto por los hombres de todas las razas y condiciones era parte de su credo cristiano. Aquí reproducimos uno de esos salmos:

SALMO 632 Decidme, mis americanos fi eles, que decís ser del Señor: ¿por qué compráis y vendéis a los hombres como bestias?

¿Por qué matáis en la esclavitud a aquellos que confi esan el nombre de Cristo? ¿Por qué, contra la ley de Dios, compráis etíopes, y no queréis ser comprados por ellos?

3 AGN, Inquisición, vol. 1497, ff. 371r-489v.4 Isidro Vázquez, Olivia, Himnos novohispanos del siglo XVII: Regium Psalterium Guillielmi Lombardi, tesis para obtener el título de licenciada en letras clásicas, UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 2011.

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¿Qué potestad tenéis sobre la libertad del prójimo, [libertad] que no se vende por oro alguno?No os es lícito retener los bienes mal comprados y adquiridos.

Ellos nacieron libres como vosotros; y así como a ellos no les es lícito hacernos cautivos,así tampoco a nosotros nos es lícito reducirlos a cruel servidumbre.

Injustamente son vendidos a vosotros, e injustamente los compráis:un gran crimen cometéis ante Dios, y a los libres debéis restituir libremente.

Porque su sangre y su esclavitud claman contra vosotros a Dios:de otra manera sobre vosotros y sobre vuestros hijos bajará el azote del cielo.5

Para la mentalidad contemporánea resulta inesperado el hecho de que Lampart se haya proclamado rey de la futura Nueva España independiente, que se llamaría la América Citerior.6 Encabezó su Regio Salterio declarándose “Citrae Americae Regis et Mexicanorum Imperatoris”, Rey de la América Citerior y Emperador de los mexicanos. De la Proclama al Regio Salterio, su idea de coronarse rey se mantuvo por más de diez años.

Lampart es considerado por algunos como el Zorro original. Esta fama proviene principalmente de su espectacular fuga, en la navidad de 1650, tras ocho años de cautiverio. Había preparado varias versiones de una querella o acusación criminal contra los inquisidores, que clavó en las puertas de la catedral, en otros sitios concurridos, y que llevó, intrépido, hasta la propia cámara del virrey. Los escritos originales de la querella se encuentran en el Archivo General de la Nación.7 El que estaba destinado a las puertas de la catedral fue intitulado por Lampart Pregón de los justos juicios de Dios, que castigue a quien lo quitare. De éste recogemos aquí un extracto, que habla de los votos de ascetismo que practicaba en su celda Lampart, quien a la vez se alistaba para emprender una nueva y formidable aventura:

5 AGN, Inquisición, vol. 1497, f. 447v. 6 Citerior, provincia de la Hispania romana en el este de la actual península.7 AGN, Inquisición, vol. 1497, exp. 1, f. 8.

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Entonces vestí mis carnes en solo huesos y la piel, ligadas con un cilicio de tejidas palmas, pidiendo a Dios misericordia santa. En oración mi alma se ocupaba, y distilé mi llanto hasta el suelo. Castigué mi cuerpo con ayunos y trabuqué las noches desvelado. Disueltos mis cabellos, mi rostro y mi cadáver con ceniza cubro. Vestido, sin reposo reposaba lo que la naturaleza ya rendida obligaba. Usé por cabecera un leño y por lecho tablas, con pan comí ceniza, y mi comida con ceniza comí. Mezclé con llanto a veces mi bebida fría, mi boca y paladar con amargura atormentaba, y postré ante mi Dios mis peticiones pobres, también escritas con cuanto obsequio pudo mi miseria y mi dolor funesto. Testigos son los ángeles de mi verdad y Diego Pinto que lo vio, absorto, es testigo.8

Fue capturado al día siguiente, cuando planeaba huir a Veracruz para alcanzar a los esclavos fugados, o cimarrones, concentrados en la población que llamaron Yanga.

La sentencia defi nitiva, que condujo a Lampart a la hoguera, fue la siguiente:

haber sido y ser hereje, apóstata, sectario, de las sectas y herejías de los malditos herejes Calvino, Pelagio, Juan Hus, Wiclefo y Lutero, y de los alumbrados y otros heresiarcas, dogmatista inventor de otras nuevas herejías, fautor y defensor de herejes, protervo y pertinaz, y por ello haber caido e incurrido en sentencia de excomunión mayor y estar de ella ligado, y en confi scación y perdimiento de todos sus bienes que en cualquier manera le puedan pertenecer, los cuales mandamos aplicar y aplicamos a la cámara y fi sco real de esta Inquisición […]9

Personaje y autor injustamente mal conocido, rodeado de suposiciones confusas, Lampart ha ido reuniendo un buen grupo de entusiastas y de estudiosos, fuera de México y dentro de él. En este 2011 estamos celebrando el cuarto centenario de su nacimiento.10 Para conmemorarlo, en la Biblioteca

8 Idem.9 La sentencia completa del proceso se encuentra reproducida al final del segundo tomo de la novela de Vicente Riva Palacio, Memorias de un impostor; don Guillén de Lampart, Rey de México, Antonio Castro Leal (ed. y prólogo), México, Porrúa, 1976, pp. 343-344.10 Aunque él afirmó haber nacido en 1615, su propio hermano y otras fuentes dieron el año de 1611, fecha que concuerda con otros datos biográficos.

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Digital Mexicana hemos emprendido la publicación de los documentos principales de su vida, tan aventurera como erudita, y profundamente religiosa.

La Biblioteca Digital Mexicana (BDMx) es una iniciativa de cuatro instituciones culturales mexicanas: el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, el Centro de Estudios de Historia de México Carso y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, para reunir en nuestro sitio (bdmx.mx) documentos “inéditos o muy raros”, como se decía antes, representativos de la historia y la cultura de México. Para este fi n invitamos a otras bibliotecas y archivos a unirse a nuestro esfuerzo. Contamos ya con la valiosa colaboración de la Biblioteca Cervantina del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y de la Biblioteca Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y tenemos en puerta otras valiosas colaboraciones más.

Las publicaciones de la BDMx constan de facsímiles, en algunos casos de transcripciones, y para los documentos en latín o en lenguas indígenas podrán incluir traducciones también. Cada documento es introducido por un texto que busca estar al día con la investigación histórica, y dar al lector –especialista, estudiante o simplemente curioso– datos útiles y concretos, y detalles atractivos, que le sirvan para interesarse y entender mejor el material que se le ofrece.

AGN, Inquisición, vol. 1497, exp. 2, cuaderno 3º, f. 259.

Causa contra Lampart

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A fi nales de 1815 y en los años posteriores, el movimiento de lucha por la independencia de México atravesó por momentos de declive en los que factores como la aprehensión y muerte de algunos de los principales caudillos de la insurrección, la dura resistencia española y el ofrecimiento de indulto que hizo el virrey Juan Ruíz de Apodaca, ocasionaron que muchos de los participantes fueran abandonando las fi las de la insurgencia.

Fue en este contexto en el que personajes como Andrés Quintana Roo y su esposa Leona Vicario decidieron acogerse a la gracia del indulto. Sin embargo, previo a que esto ocurriera la pareja había vivido una serie de experiencias derivadas de su militancia independentista.

Leona Vicario había sido aprehendida y encerrada en el Colegio de Be-lén en 1813, cuando se denunció su participación en la causa libertaria, de este castigo logró escapar con la ayuda de un pequeño grupo de insurgentes.

Los jóvenes Leona y Andrés se conocieron en el bufete de Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, donde aquél realizó sus prácticas como pasante para obtener su licencia de abogado. Pomposo, titular de ese despacho, era tío materno, padrino y albacea de la herencia de Leona, quien había quedado huérfana a la edad de 18 años. Vicario y Quintana Roo se identifi caron desde un principio con la causa de la Independencia, movimiento al que se oponía el tío de ella, motivo por el que se negó a consentir el matrimonio de la pareja.

Pero si el enlace no pudo consumarse como ellos lo deseaban, la momentánea separación les permitió a ambos sumarse a la insurgencia. En 1811, Andrés no dudó en dirigirse a Tlalpujahua para unirse a las fuerzas de Ignacio López Rayón.

Por su parte, Leona echó mano del patrimonio heredado para enviar dinero y proveer de armas, pertrechos, víveres y ropa a los rebeldes de Zitácuaro; también logró establecer comunicación con los revolucionarios,

EL INDULTO A LEONA VICARIO Y ANDRÉS QUINTANA ROO

Idalia González Castillo

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haciéndoles llegar las noticias de la capital, estos hechos fueron algunos de los motivos por los que fue aprehendida y sentenciada a reclusión domiciliaria bajo la vigilancia de su tío y tutor; sin embargo, Leona logró huir al pueblo de San Juanico en donde formó un grupo de mujeres para apoyar la causa independiente; su fuga fue denunciada por su tío, quien ocasionó su captura y que fuese procesada y sentenciada a permanecer presa en el Convento de Belén, del cual, como ya se dijo, escapó.

En referencia a su fuga del convento llamado Belén de las Mochas, debe señalarse que fue apoyada por los insurgentes, quienes correspondieron con ello a saldar algunos de los servicios que de ella habían recibido, así como a la entereza con la que Leona Vicario enfrentó el juicio que se le siguió, sin delatar a nadie a pesar de las presiones a las que era sometida para que confesara todo cuanto supiera de la causa independentista.

El escape se realizó después de vigilar por varios días el movimiento del convento; decididos el día y la hora un grupo de hombres encabezados por los coroneles Francisco Arroyave, Antonio Vázquez Aldama y Luis Alconedo rescataron a Leona, quien tuvo que permanecer aún varios días escondida en la ciudad de México debido a las fuertes medidas de seguridad que se habían establecido.

Después de su escape, Leona se trasladó hasta Oaxaca, plaza ocupada por el ejército que comandaba Morelos; ahí nuevamente se reunió con Andrés, quien era diputado al Congreso Constituyente de Chilpancingo. Tiempo después ambos contrajeron nupcias y a partir de entonces se mantuvieron juntos en campaña.

Tras la muerte de Morelos, Leona y Andrés se refugiaron en el pueblo de Tlacocuzpa, en la sierra de Tlatlaya, en Zultepec, donde el 3 de enero de 1817 nació su primogénita, Genoveva. Al ser sorprendidos por el gobierno virreinal, Quintana Roo tuvo que huir, dejando escrita una carta en la que solicitaba el indulto que el virrey previamente había ofrecido a los insurrectos.

El documento que presentamos corresponde al expediente 7, del volu-men 839 del fondo documental del AGN, Operaciones de Guerra; se trata del informe dado al virrey Juan Ruiz de Apodaca por parte del teniente coronel Miguel Torres, comandante de Temazcaltepec, sobre la aprehensión que se efectuó contra la persona de Leona Vicario y la presentación voluntaria

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que hizo el licenciado Andrés Quintana Roo; se incluyen copias de dos solicitudes de indulto hechas por Quintana Roo; en una de ellas se puede apreciar el énfasis del solicitante en procurar el bienestar de su esposa, Leona Vicario.

De igual forma podremos observar que el indulto que les fue otorgado por órdenes del virrey, estipulaba que debía cumplirse en España; pero esto no pudo llevarse a cabo debido a la falta de recursos económicos de la pareja, derivados principalmente del secuestro de los bienes de Leona; debido también a la escasez de recursos del consulado que no pudo cubrir un giro que les otorgó para realizar su viaje; además estaba la negativa del gobierno virreinal para fi nanciar los gastos de su traslado a la península. Así pues, ambos pudieron gozar la gracia del indulto dentro del territorio americano. Al parecer se les permitió vivir nuevamente en la ciudad de México debido a que Andrés Quintana Roo se integró a Ilustre y Real Colegio de Abogados.

En la transcripción paleográfi ca que presentamos a continuación, se intercalan las siete fojas de que consta el documento referido. Se respetó la ortografía original.

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169Legajos, número 9, julio-septiembre 2011

f. 58

N° 14.Excelentísimo Señor

Lado izquierdo.El teniente coronel y comandantede la Demarcación de temazcal-tepec, participa la presen-tacion del Licenciado Don AndresQuintana, aprencion de suEsposa Doña Maria LeonaVicario; y permiso que dio al indultado Don Ignacio Mar-tinez (Coronel titulado de los facciosos) para que pasasea Toluca y espere endicha Ciudad el de Vuestra Excelencia parapasar a la Capital a fi n derecojer a su familia.

Lado derecho.El Capitan de Dragonesde España a quien destaquede esta Hacienda con 76hombres a perseguir sincesar al Apostata Izqui-erdo que segun noticiascon los miserables restosde su gavilla, pasó por entre las barrancas y voz-ques a tratar de formarreunion en Amatepec,me dice con fecha 11 delcorriente lo que sigue “Ins-

INDULTO CONCEDIDO AL LICENCIADO DON ANDRÉS QUINTANA ROO Y A SU ESPOSA DOÑA MARÍA LEONA VICARIO

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f. 58 v

truido esta mañana por DonIgnacio Martínez CoronelIndultado de los facciososde que el Licenciado Don AndresQuintana se hallaba porestas inmediaciones lo co-micione con 20 Dragonesde los del Capitan DonVicente Vargas, y logradoLlegar a la casa de laavitacion del Licenciado que lo era en la Ran-cheria de Tlacocuspaha logrado a la Señora DoñaLeona Vicario su esposaquien en el momento de su aprencion presentoel adjunto papel de sumarido a quien he es-crito y librado un pasepara que en la noche o al

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f. 59

amanecer se me reunay si aun en la noche no ha llegado, luego que seade dia remitiré a usted ala señora con lo apre-hendido a varios reveldesque huyeron de esta expedicion, para quedaryo expedito y continu-ar mis correrias, cuyalista acompaño”Lo participa a Vuestra ExcelenciaManifestando a su supe-rioridad; que haviendo im-petrado la gracia del in-dulto segun se serviráVuestra Excelencia advertir por las ad-juntas copias N° 1 y 2se lo concedi a nombre del Rey nuestro señor

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f. 59v

y confi ado en que la venig-nidad de Vuestra Excelencia lo apro-vara; mas hasta su superiorresolución he determinadose mantengan dicho Licenciadoy su Esposa en texupilcopara donde con la correspondientecustodia la he remitidohoy, con orden de que semantengan con segu-ridad, sin faltarles aldecoro devido a la realgracia que ha impetra-do, y a sus personas.El citado Don Ignacio Martínez de que tengo dadoparte a Vuestra Excelencia en ofi cio de10 del corriente le he per-mitido pasar a la Ciu-dad de toluca en donde

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esperará el permisode Vuestra Excelencia si tiene a bienconcederselo, para ira esa capital a recojersu familia, y establecersu residencia en algunaHacienda que se le pro-porcione acomodo en elValle de la indicada Ciu-dad para lo que le he reco-mendado al teniente coronelDon Nicolas Gutierrez.Lo aprendido a variosreveldes según lista que cita el capitán Diazen el incerto parte fue-ron seis mulas apare-jadas, una de silla yseis cavallos; las 1as

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las he destinado alservicio de parque etcéteray los cavallos se hancanviado a los Dra-gones por los maltra-tados en las frequen-tes correrias.Dios guarde a Vuestra Excelencia muchos añosHacienda de las truchas16 de marzo de 1818.Excelentísimo señorMiguel Torrres.Excelentisimo Señor Virrey, Gobernador y CapitanGeneral Don Juan Ruiz deApodaca.

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CopiaN° 1.Señor comandante = Muy señor Mio: de toda mi atención: como he sido miembro de todos los gobviernos revolucionarios quese han ido sucediendo en el espacio desiete años, he podido adquirir sufi ci-ente conocimiento de la empresa y de losperjuicios que resultarian a la Ame-rica de que se llevase al cavo, quando su verdadero interés es inseparablede su union con España.En fuerza de este desengaño hacedías que me huviera presentado a disfrutar la real gracia del Indulto,si no me lo huviesen estorvado difi -cultades que no he podido superar.Varias veces me he puesto en caminoy la fuga de los mozos que me acompa-

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ñaban, llevandose las bestias, y eltemor de algunas quadrillas arma-das que no saben presentar acci-on, pero si perjudicar a los inde-fensos, no me han permitido continuarla marcha ni instruir a usted de misverdaderos sentimientos.Ayer llegó a mi casa unapartida de realistas mandada por DonIgnacio Martinez, y como no tenia segu-ridad de obtener el indulto me parecioimprudencia presentarme. Mi esposaDoña Maria Leona Vicario que tantasveces me havia explicado sus deseosde reconciliarse con el lexitimo govierno,no obstante haver presentado unode los muchos papeles que havia escritoyo, implorando el benefi cio de la am-nistia, fue conducida pricionera

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f. 62

y según me dicen estropeada y escar-necida. En este supuesto estoy enanimo de presentarme al indultoy hacer quanto servicio pueda a lacausa del rey, si se me afi anzala libertad, buen trato y seguridadde mi citada esposa: si se restituyea todos sus derechos de ciudadana,echando un velo a los acontecimientos de813 si en su persona y bienes puedecontar con la protección del venignogovierno. En quanto a mi nada exi-jo y lo dexo todo a la buena fe yclemencia del gobierno; pero si fue-sen necesarios algunos sacrifi ciosquiero sufrirlos en mi persona contal que a mi esposa no se siga elmenor perjuicio, ni se incomode porningún motivo. Tenga usted la

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vondad de contextarme; y si comolo espero la hiziese anuente a missolicitudes dentro de breve rato ten-dre el honor de presentarme a recibirsus ordenes y asegurarle de vivavoz la concideracion con que soy suafectisimo atento servidor que besa su mano LicenciadoAndres Quintana. Hacienda delas truchas marzo 15 de 1818.Torres

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CopiaN° 2El que subscribe por si y a nom-bre de su esposa Doña Maria LeonaVicario, pide que se le aplique la re-al gracia del indulto que desde elaño pasado se le concedio ampliamentepor medio del Señor Coronel Don MatiasMartin y Aguirre como constade sus cartas de 9 de Abril delcitado año a las que contexto con el conductor de ella Don JoaquinVillalpando en los términos anuentesque el mismo habrá referidoMarzo 12 de 1818.Hacienda de las truchas Marzo 15 de 1818Torres.

f. 63v (blanca)

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En vista de haverse presentadoImplorando el indulto el LicenciadoDon Andres Quintana y su mujerDoña Maria Leona Vicario como expresa el ofi cio de usted N° 14 de16 del presente, he declaradoa favor de estos individuos dichaReal gracia sin condición algu-na para que puedan disfrutarlo en España, y acompaño a usted las dos adjuntas cedulasque les entregará al efecto.Por lo que respecta alindultado Don Ignacio Marti-nez, no pudiendo ninguno deesta clase venir por ahora a estacapital ni a la Ciudad de Puebla,prevengo al Comandante de toluca

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f. 64v

lo avise a dicho Martinez paraque sin entrar aqui recoja sufamilia y se establesca enaquella demarcacion como ha solicitado.Marzo 27 de 1818Señor Comandante de temascaltepecTeniente Coronel Miguel Torres.

AGN, Operaciones de Guerra, vol. 839, ff. 58-64v.

Exposiciones

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EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN VIAJA EN EL METRO

Junio Arquitectura Mexicana del siglo XVII Estación Copilco

Julio Benito Juárez Estación Juárez

Agosto Joyas del AGN Estación Auditorio

Septiembre Los Niños de la Guerra Estación Zapata

Noviembre La Lucha se Hace Estación Jamaica

Diciembre La Música en el AGN EstaciónSalto del Agua

ESCUELA NACIONAL PREPARATORIA

Agosto Felipe Teixidor. El Coleccionista Plantel 4

Septiembre Personajes Exiliados Españoles Plantel 6

Octubre La Música en el AGN Plantel 2

Noviembre Joyas del AGN Plantel 7

Imágenes del Pasado Plantel 8

DELEGACIÓN VENUSTIANO CARRANZA

Junio El maravilloso viaje de Colón

Julio Los Niños de la Guerra

Agosto Imágenes del Pasado

Septiembre La Lucha se Hace

Octubre Felipe Teixidor. El Coleccionista

Noviembre La Música en el AGN

Exposiciones

VISITE NUESTRAS EXPOSICIONES EN EL

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

La cosmovisión indígena en los mapas novohispanos

Sala de Banderas

Exposición que documenta la propuesta presentada por el AGN a la UNESCO para inscribir dentro del programa Memoria del Mundo una colección de 323 piezas compuesta, entre otras, de lienzos, códices coloniales, documentos del fondo Tierras con glifos prehispánicos; mapas y planos.

Fantasmas de la Historia como olvido, refl exiones en torno al concepto de Archivo en el AGN y su labor de resguardo

Instalaciones artísticas ubicadas en distintos espacios del AGN. Muestra colectiva en torno a la naturaleza del recinto y su vocación como Archivo General de la Nación. Artistas invitados: María Alós, Gina Arizpe, Bernardo Fernández BEF, Edgar Orlaineta, Teresa Margolles y Artemio Narro: colectivos invitados: Pinto mi Raya y Tercerunquinto.

Conozca las fechas de inauguración y vigencia en

www.agn.gob.mx

Eduardo Molina 113, esquina con Albañiles (entrada por Héroe de Nacozari), Col. Penitenciaría Ampliación, Deleg. Venustiano Carranza, C.P. 15350,

México, D.F. Tel 5133 9900.

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Congresos y reuniones

V ENCUENTRO DE ARCHIVOS DEL DISTRITO FEDERAL “LOS ARCHIVOS: MEMORIA DE LOS PUEBLOS, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD”

24, 25 y 26 de agosto de 2011Sede: Auditorio Simón Bolívar, Antiguo Colegio de San IldefonsoEntidades organizadoras: Archivo General de la Nación, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Universidad Nacional Autónoma de México, Archivo Histórico del Distrito Federal “Carlos de Sigüenza y Góngora”

LOS ARCHIVOS, UN RECURSO IMPRESCINDIBLE PARA LA TRANSPARENCIA EN LA NACIÓN 22 y 23 de septiembreArchivo General de la NaciónEntidades organizadoras: Archivo General de la Nación, Comisión Nacional de Derechos Humanos

REUNIÓN NACIONAL DE ARCHIVOS

9,10 y 11 de noviembre de 2011Sede: Colima, Col.Entidades organizadoras: Archivo General de la Nación- Gobierno del Estado de Colima a través del Archivo General del Estado

6ª REUNIÓN DE ARCHIVOS DEL GOBIERNO FEDERAL AGN-TRIFE-CFEDiciembre 2011Sede: ciudad de México

EUROPEAN SOCIETY FOR THE HISTORY OF ECONOMIC THOUGHT

From colonial empires to globalization: history of economic thought approachesFacultad de Economía, UNAM, Ciudad de México. 9-11 de noviembre de 2011Está abierta la convocatoria para proponer sesiones y ponencias. La fecha límite para el envío es el 1º de junio de 2011. Para mayor información consultar el portal [email protected]

XVI WORLD ECONOMIC HISTORY CONGRESS

The roots of developmentStellenbosch, Sudáfrica, 8-13 de julio de 2012Está abierta la segunda convocatoria para proponer sesiones. La fecha límite para el envío es el 31 de julio de 2011. Para mayor información consultar el portal www.wehc2012.org

54 CONGRESO INTERNACIONAL DE AMERICANISTAS

Construyendo diálogos en las AméricasViena, Austria, 15-20 de julio de 2012La convocatoria para proponer ponencias estará abierta del 15 de abril al 31 de agosto de 2011. Para mayor información consultar el portal https://ica2012.univie.ac.at/call-for-papers

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NORMAS PARA LA ENTREGA DE ORIGINALES

1. Sólo se recibirán materiales inéditos

2. El envío de colaboraciones deberá hacerse cumpliendo debidamente cada uno de los siguientes puntos:

a. Los trabajos deberán presentarse a doble espacio, con fuente ARIAL de 12 puntos, en versión word para windows, sin sobrepasar las 30 cuartillas incluyendo notas, cuadros, gráfi cos, mapas, apéndices y bibliografía.

b. Sólo se aceptarán trabajos escritos en español.c. Las ilustraciones, gráfi cas, cuadros y tablas se numerarán de modo

consecutivo. Se indicará su lugar de ubicación en el texto. Deberán incluirse en archivo por separado en formato “imagen” (tiff o jpg a 300 dpi).

d. El manuscrito irá precedido de una página con los datos del autor(es), fi liación académica, dirección profesional, teléfono de contacto y dirección de correo electrónico.

e. Deberá incluirse un resumen no mayor a 150 palabras.f. Deberá enviarse en forma electrónica a la dirección: [email protected]

3. Notas al pie de página

a. Las referencias aparecerán de manera resumida.b. Para libros deberá seguirse el siguiente modelo: Apellidos seguidos por una coma, título resumido en itálica seguido

por una coma, p. o pp. seguido por el número(s) de página(s). Ejemplo: Sierra, Evolución política, p. 34.c. Para artículos o capítulos de libros deberá seguirse el siguiente

modelo: Apellidos seguidos por una coma, título resumido entre comillas

seguido por una coma, p. o pp. seguido por el número(s) de página(s).

Ejemplo: John Tutino, “Soberanía quebrada”, p. 34.d. Las referencias de diferentes autores se separarán con un punto y

coma.

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4. Siglas y bibliografía

a. Se incluirán sólo los libros o artículos citados en el texto, así como las siglas a los archivos a los que se hace referencia.

b. Las referencias bibliográfi cas se presentarán después de las siglas, en orden alfabético.

c. Deberá seguirse el siguiente modelo:

Libros Apellidos, nombre(s), título en itálica, lugar de edición, editorial, año

de edición. Capítulo en libro Apellidos, “título”, en autor(es) compilación o edición nombre y

apellido, título resumido en itálica, páginas del capítulo. Artículo Apellido, nombre(s), “título artículo”, en nombre de revista en itálica,

vol., número, año, páginas.

5. Citas

Las transcripciones de más de seis líneas de texto se incluirán en párrafo aparte, con un margen igual al de la sangría izquierda, sin comillas, a espacio sencillo.

6. No se aceptarán contribuciones que no cumplan con los requisitos.

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Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación, 7a época, núm. 9,se terminó de imprimir en junio de 2011

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