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Boletín de la Academia Nacional de Historia

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Trabajos de Investigación histórica de los académicos ecuatorianos de la Academia Nacional de Historia

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Boletín de la Academia Nacional de Historia

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boletínde la

academia nacionalde historia

Volumen LXXXVIII N° 184

Segundo semestre de 2010

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ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

DIRECTOR: Juan Cordero ÍñiguezSUBDIRECTOR: Agustín Moreno Proaño

SECRETARIO: Eduardo Muñoz BorreroBIBLOTECARIO–ARCHIVERO: Enrique Muñoz Larrea

COMISIÓN DE PUBLICACIONES: Hernán Rodríguez CasteloJenny Estrada RuizFrancisco Salazar Alvarado

TESORERO: Jorge Núñez SánchezRELACIONADOR PúBLICO: Juan José Paz y Miño

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BOLETÍN de la A.N.H.

Vol LXXXVIII nº 184

©  Academia Nacional de Historia del Ecuador

ISSN Nº 1390-079X

Diseño e impresiónPPL Impresores [email protected]

marzo 2011

Esta edición es auspiciada por el Ministerio de Educación

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ÍNDICE GENERAL

Editorial 7

EN EL BICENTENARIO 13• Los Próceres de agosto: vecinos, ciudadanos y creyentes

Carlos Freire 15• Antonio Ante y Flor

Juan Francisco Donoso Game 37• Los Checa en la historia del Ecuador.

Del 10 de Agosto de 1809 y el 2 de Agosto de 1810Marcia Stacey 59

• La obra de teatro que se escribió tras el 2 de Agosto trágicoHernán Rodríguez Castelo 87

ARTÍCULOS Y ENSAYOS 95• La visita de José García de León y Pizarro a Quito

Kenneth J. Andrien 97• José María Landa y Ramírez, un argentino en Cuenca

en la primera mitad del siglo XIX Juan Cordero Íñiguez 129

• El teniente general don Toribio Montes Calaca y PérezEnrique Muñoz Larrea 175

• Origen del Dr. Ángel Polibio Chaves,fundador de la provincia de BolívarGregorio César De Larrea 185

DISCURSOS ACADÉMICOS 193• Acotaciones sobre la masacre del 2 de Agosto de 1810

Gustavo Pérez Ramírez 195• Ricardo Paredes Romero: el médico marcado por la

huella de la Revolución Juliana Germán Rodas Chaves 215

• San Martín, su entrevista con Bolívar en Guayaquil y retiro del gobierno del PerúBenjamín Alfredo Rosales Valenzuela 227

VIDA ACADÉMICA 249• Homenaje de la ANH a cinco grandes historiadores

Juan Cordero Íñiguez 251

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Directorio de miembros de la ANH 269Individuos de número de la ANH a diciembre de 2010 271Miembros correspondientes a diciembre de 2010 277Miembros electos para correspondientes 282Miembros honorarios 283Miembros extranjeros electos como correspondientes 283Miembros de provincias 286

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rimero con el anuncio “Hacia el bicentenario”, y, cuandoen 2009, llegó la celebración de los doscientos años del pro-nunciamiento quiteño y el establecimiento de la primeraJunta autónoma de América, con el título “En el bicente-

nario”, la primera sección del Boletín de la Academia Nacionalde Historia publicó artículos que iluminaran el glorioso aconte-cimiento. Se comenzó, como lo recordarán los lectores del Bole-tín, por una amplia y rigurosa panorámica de cuanto se hizo enQuito, desde la cena de navidad de 1808, en la casa del Marquésde Selva Alegre, en el Valle de los Chillos, donde los intelectua-les que maduraban aquellas ideas revolucionarias les dieron unaprimera forma programática. Fue el largo estudio titulado “Lagloriosa y trágica historia de la independenciade Quito. 1808-1813”, del académico Hernán Rodríguez Castelo, que ha sidoya más de una vez reproducida en publicaciones de conmemo-ración del Agosto quiteño y ha servido de base para entusiastasempeños de vulgarización de esa página de la historia patriatan digna de recordación.

Cuando, transcurrido el año 9, se llegó al agosto de 2010, porprimera vez la gloriosa historia de la Revolución de Quito cobrócaracteres de trágica. Fue la inmolación de la mayor parte de loslíderes y conductores del primer gobierno quiteño autónomoasesinados con sevicia por las tropas del Real de Lima en esoscalabozos que aún pueden los quiteños, ecuatorianos y ameri-canos visitar en el lado norte de lo que, antes de la expulsión delos de Loyola, fueran universidad y colegio de los jesuitas y hoyes el Centro Cultural Metropolitano.

Resultaba impropio el nombre de “celebración” para la recor-dación de hechos tan luctuosos –la masacre consumada por losdel Real de Lima no se redujo a los calabozos en que estabanprisioneros esos quiteños ilustres: se volcó hacia la ciudad, encuyas calles fueron asesinados a mansalva decenas de gentesdel pueblo–. No parecen haberlo entendido ciertas autoridades

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del gobierno y la ciudad que multiplicaron actos festivos, la mayor partesin ningún contenido histórico. Fue –dijo un académico en una sesiónde la Corporación– como si una familia, para recordar el asesinato desus abuelos, hiciese una fiesta bailable.

Frente a tamaña aberración –que, por supuesto, no fue la única–y como un aporte para sacudir una indiferencia casi general frente aacontecimiento que conmovió a América, comenzando por el mayor delos americanos, Bolívar, este Boletín, que recoge el pensamiento y senti-miento de los historiadores miembros de la Academia Nacional de His-toria, hizo de su número 183, un “Homenaje de la Academia Nacionalde Historia a los próceres sacrificados el 2 de Agosto de 1810”. Fue esenúmero monográfico todo un tomo sobre ese Agosto que dio a la patriasus primeros mártires. Comenzó por biografías sólidamente documen-tadas de las principales figuras: Juan de Dios Morales y José Riofrío, porJorge Núñez; Manuel Rodríguez de Quiroga, por Hernán RodríguezCastelo; Coronel Juan Salinas, por el Gral. Juan Francisco Donoso Game(Miembro fundador de la Academia Nacional de Historia Militar, escri-tor invitado); Juan de Larrea y Guerrero, por Carlos Freile; y una brevenoticia de otros patriotas, con quienes la historia se ha mostrado avaraen guardarnos datos fidedignos, por Enrique Muñoz Larrea.

Y después crónicas en verso y prosa escritas por testigos de lossucesos del 2 de Agosto, dos de ellos en los mismos días que siguierona la masacre: el impresionante “Cántico lúgubre en que se lamenta elestado de desolación de la ciudad de Quito el día jueves 2 de agosto de1810, a la una y media de la tarde”; la “Relación de un pasajero que vioen Quito el 2 de Agosto de 1810”; las páginas en que refirió esos hechosWilliam Bennet Stevenson, secretario entonces del Presidente de la Au-diencia, el Conde Ruiz de Castilla, en su A historical and descriptive na-rrative of twenty years residence in south america, y el relato de lossucesos hecho por el Provisor Caicedo –testigo privilegiado de muchosde esos hechos, hasta en sus últimos recovecos– en su Viaje Imaginario(por supuesto que sin presentarse como su autor, autoría que podía ha-berle acarreado pena capital).

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Esa entrega del Boletín de la Academia Nacional de Historia, ti-tulado Homenaje de la Academia Nacional de Historia a los próceres sacrifi-cados el 2 de Agosto de 1810, fue un estupendo libro, que solo pudohaberse hecho en Quito, donde se escribieron esas crónicas, lamentos ytestimonios que nos entregan palpitantes los sentimientos de dolor, in-dignación y cólera de quienes fueron testigos de tragedia tan abruma-dora. Estupendo libro, merecedor de mejor suerte, porque hasta a él hallegado la general insensibilidad e indiferencia ante página tan grandede historia americana. Pero la Academia cumplió, y esta publicación eslo que va quedando de la recordación quiteña del 2 de Agosto de 1810.

Pero la historia de los primeros años de independencia de Quito–entonces Quito era lo que es hoy la República del Ecuador–, y la obli-gación de seguir recordando y reviviendo esos sucesos gloriosos y trá-gicos persiste.

Montúfar rige en Quito una nueva Junta de Gobierno, para queejerciera autoridad en Quito y la Provincia, y en solemne Cabildo elec-tores del Clero, de la nobleza y de los barrios eligieron a quienes con-formarían la Junta. ¿Saben nuestro munícipes cuándo ocurrió aquello?¿Han tenido alguna idea de que eran los llamados a conmemorarlo? El17 de febrero de 1811 las tropas quiteñas que avanzaban sobre la realistaCuenca lograron una importante victoria en Paredones. ¿Lo han recor-dado y celebrado nuestras Fuerzas Armadas actuales, herederas de eseprimer ejército nacional? Y sucesos de tanta magnitud llegarían hasta laelaboración de nuestra primera Constitución y su promulgación, casi elmismo día en que España promulga la suya. Y las dos son tan coinci-dentes, y no solo en el espíritu sino hasta en la letra, que se abren estu-pendos espacios para la investigación histórica. España prepara grandescelebraciones para recordar los doscientos años de esa primera Consti-tución, que los españoles llamaron la Pepa. Cabe esperar que al menoseste Boletín procure responder a los retos que estas últimas páginas dela historia de la primera independencia de Quito plantean.

Entretanto este nuevo número del Boletín se abre con la sección“En el bicentenario”. Nuevas iluminaciones sobre hechos y actores de

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esa “gloriosa y trágica historia” aportan Carlos Freile en su ensayo “Lospróceres de Agosto: vecinos, ciudadanos y creyentes”, el general JuanFrancisco Donoso Game en su biografía de Antonio Ante, otro de losilustres hombres del Agosto quiteño, y Marcia Stacey en su documen-tado estudio “Los Checa en la historia del Ecuador del 10 de Agosto de1809 y del 2 de Agosto de 1810”. Y, como un eco del 2 de Agosto trágico,se vuelven los ojos a una pieza teatral escrita por el ilustre americano,el chileno fray Camilo Henríquez, que fue también testigo de la matanzade los próceres y las gentes quiteñas, la famosa La Camila. La recuerday estudia un historiador que es, además, crítico literario y amplio cono-cedor de la historia del teatro nacional, Hernán Rodríguez Castelo.

Pero dos de los trabajos de la siguiente sección y uno de la ter-cera guardan relación, aunque indirecta los dos primeros, enormementesugestiva, con los hechos del Agosto quiteño.

El eclesiástico argentino José María Landa y Ramírez, a quiendedica estudio respaldado por rico juego de documentos, Juan CorderoIñiguez, el director de la Academia, fue brazo derecho del atrabiliarioobispo Quintián, el peor enemigo de la Revolución de Quito en Cuenca.

Y Toribio Montes, a quien dedica su estudio el académico Enri-que Muñoz Larrea, fue quien dirigió la campaña que acabó con la revo-lución y quien, tras la resistencia heroica, con el eufemismo de“paci ficador”, pasó por las armas a tantos quiteños. Cabe recordar loque se escribiera en “La gloriosa y trágica historia de la independenciade Quito”: “La sevicia con que Montes y su atrabiliario segundo, Sá-mano, tomaron venganza dejó huellas espeluznantes en órdenes comola dada por el Presidente a un Fábrega, que había capturado a NicolásPeña y su heroica esposa Rosa Zárate en los bosques de Malbucho, endonde las gentes quiteñas habían ido a combatir después de los sucesosde diciembre en Ibarra: “Proceda Ud. a ponerles en capilla, pasándolospor las armas por la espalda, cortándoles las cabezas que, con brevedad,remitirá Ud. del mejor modo posible, para que se conserven y que ven-gan ocultas, a fin de ponerlas en la plaza de esta capital”.

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Y, aunque por tratarse de un discurso académico de ingreso,está en la correspondiente sección, y no en la parte “En el bicentenario”,el trabajo de Gustavo Pérez Ramírez titulado “Acotaciones sobre la ma-sacre del 2 de Agosto de 1810” constituye importante aporte al esclare-cimiento de los trágicos sucesos del 2 de Agosto de 1810.

Los otros trabajos, comenzando por uno interesantísimo sobre“La visita de José García de León Pizarro a Quito”, cedido gentilmentepor su autor, el profesor de la Universidad de Ohio Kenneth J. Andrien,y traducido por el académico Gonzalo Ortiz Crespo, nos permiten apro-ximarnos al amplio espectro de inquietudes históricas en que los miem-bros de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, al igual queacadémicos amigos de otros lares, despliegan sus búsquedas y estudios.

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LOS PROCERES DE AGOSTO: VECINOS, CIUDADANOS Y CREYENTES 1

Carlos Freile

Para mejor entendimiento de las palabras siguientes cabe recal-car el ámbito al cual se refieren: en cuanto al espacio tocan al Reino deQuito, configurado en el Imperio Español como Real Audiencia, encuanto al tiempo se ciñen al inicio del proceso de Independencia, entre1808 y 1812.

De vecinos a ciudadanosTodo acercamiento al proceso de la Independencia debe contar

con el hecho de que los actores de ella, a quienes nosotros llamamos“próceres”, pertenecían a una sociedad estamental y patrimonial, comotodas las del Antiguo Régimen. Modelo de sociedad que ellos no poníanen tela de juicio, pues su anhelo era lograr si no total independenciasí suficiente autonomía, no tanto de Madrid, lejana, desconocedora einepta, sino de Lima y Santa Fe, cercanas, ambiciosas y abusivas. Sinembargo es evidente la intención, por lo menos de los actores más co -nocedores del derecho y de las tendencias del tiempo, de establecer unestado con bases políticas no estamentales sino ciudadanas, en otras pa-labras, de separar los derechos políticos de la situación social de la per-sona en el momento de su nacimiento. No olvidemos que esa situaciónestaba profundamente ligada no solo al color de la piel, a la sangre, sinotambién a la riqueza y al consenso de las gentes.

Partamos de las formas de participación en los años anterioresal período independentista propiamente dicho. De acuerdo con la tra-dición española de origen medieval, el pueblo estaba representado porlos vecinos, quienes, por ejemplo elegían autoridades y procuradoreshasta que el poder real se volvió absoluto por influencias llegadas defuera y justificadas por el concepto romano de “imperium”, el derechoa mandar. Sin embargo en las Leyes de Indias se mantuvo el principio de

1 El presente artículo es una ampliación de la ponencia presentada en el Seminario Interdisci-plinar “Ciudadanía y Memoria” del Stipendienwerk Lateinamerika-Deutschland, realizadoen Quito en febrero de 2009.

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que los vecinos elegían autoridades: “hagan elecciones los vecinos”(Libro IV, Título 10, Ley 3). Pero, ¿quién gozaba el rango de vecino? Lasmismas Leyes citadas lo definen: “el que tiene casa poblada, aunque nosea Encomendero de Indios, se entiende ser vecino” (Libro IV, Título 10,Ley 6). Aquello de “casa poblada” indica capacidad económica e inde-pendencia de otros, por lo que debe el vecino colaborar en la vida dignay ordenada de la ciudad y también en su defensa, como se ve a todo lolargo de los siglos coloniales en los casos de levantamientos indígenaso ataques de piratas (un caso digno de memoria es el de la oposición delos vecinos y cabildo de Quito a la entrada de las tropas del generalPedro de Arana por considerar injustificada la medida ordenada por elvirrey de Lima, hecho sucedido en 1592 a raíz de la llamada Revoluciónde las Alcabalas). Podemos completar la idea con la definición que dael Diccionario de Autoridades en 1737: “(vecino es) el que tiene casa, yhogar en un Pueblo, y contribuye en él a las cargas, ú repartimientos,aunque actualmente no viva en él”. Según Escriche, en España se nece-sitaban diez años de permanencia para adquirir el título de vecino (Jo-aquín ESCRICHE: Diccionario razonado de Legislación y Jurisprudencia,Paris, Librería de Rosa, Bouret y Cía, 1852), en América no, por obviasrazones. No he encontrado otras condiciones para ser vecino, en lasLeyes de Indias solo se establece que para ser Alcaldes Ordinarios, o seajueces municipales de primera instancia, se requería ser personas hábilesy que sepan leer y escribir (Libro V, Título 3, Ley 4). El análisis atentode los documentos coloniales y la observación astuta de los modos devida nos lleva a afirmar con toda certeza que junto a los requisitos men-cionados siempre aparece el “consenso social”, esa misteriosa especiede voto anónimo y casi unánime que otorga respetabilidad y honor adeterminadas familias y a otras no. No es necesario recordar que los in-dígenas y negros estaban excluidos de la “vecindad”, los primeros porser considerados menores de edad jurídicos necesitados siempre de lapresencia de un procurador, llamado “protector de indios”, los segundospor no ser libres. Esta amarga realidad permaneció después de la Inde-pendencia, aunque algún visionario deseó eliminarla. En todo caso unafamilia india rica podía asumir el rango de mestiza y poco a poco sertenida como criolla por eso del consenso social, igual sucedía con losmulatos.

El vecino del Antiguo Régimen se convertirá en ciudadano enel estado liberal. Tan es así que las condiciones para ser ciudadano in-

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cluyen la capacidad económica, en el Ecuador hasta 1860. Durante losaños de las luchas por la Independencia los protagonistas primarios delproceso revolucionario son los vecinos. Pero ya antes habían actuadocon conciencia clara en movimientos contrarios al poder afuereño, comoen el caso de la “Guerra de los Barrios de Quito” de 1765, cuando casitodos los vecinos criollos hicieron causa común contra los abusos realeso ficticios de ciertas autoridades subalternas recién llegadas de Santa Fede Bogotá. Pocos años después, Eugenio Espejo expresaba con claridadlos deberes del ciudadano: “un genio pacífico de que debe gloriarse todobuen ciudadano para no ser peste de la sociedad” (Cartas Riobambensesen Carlos E. FREILE G.: Cartas y lecturas de Eugenio Espejo, Quito, 2008,p. 146), “acomodarse al humor general de los hombres”, es decir a sunaturaleza (Defensa de los Curas de Riobamba, Investigación, Introduccióny Notas por Carlos FREILE con la colaboración de Carlos PALADINES;Quito, 1997, p. 111), “solicitar –en el sentido de buscar- la felicidad delEstado” (Reflexiones acerca de las viruelas en Federico GONZALEZ S: Es-critos de Espejo, T. II, Quito, 1912, p. 365). Espejo viene a ser el gozne entreel Antiguo Régimen y el estado liberal, sin que esto signifique que hayasuperado el estamentalismo. No en balde sus discípulos y amigos tu-vieron el papel principal en la gesta libertaria, como lo reconocieron laspropias autoridades españolas después de 1812.

Revisemos algunos momentos decidores del proceso de Inde-pendencia desde 1808, sacando a luz el protagonismo de algunos veci-nos en trance de llegar a ser ciudadanos de hecho y de derecho. Co- mienzo con 1808 y no con la fundación de la Primera Junta Soberanapues en ese año con motivo de la llegada del nuevo Presidente de la Au-diencia, D.Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla, los colegiales de SanFernando representaron cuatro obras de teatro: Catón, Andrómaca, Zo-raida y Araucana. Veamos el por qué los quiteños se entusiasmaron conellas y las comentaron día y noche en calles, plazas, mercados, salonesy conventos. Catón es una tragedia del inglés Joseph Addison (1673-1719) que exalta la figura de Catón de Útica, el mismo que aparece en“El Purgatorio” de Dante, pues movido por un invencible republica-nismo se opuso a los planes tiránicos de Julio César y fracasado se sui-cidó. Andrómaca, en la leyenda griega fue la devota esposa de Héctor,muerto éste, formó parte del botín de Neoptólemo, es la heroína de latragedia homónima de Eurípides (siglo V a.C.), defensora de la dignidadde los derrotados frente a los abusos de Menelao, el rey espartano, pero

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existe un punto de la trama que no debe pasarse por alto: Hermione, es-posa legítima de Neoptólemo y por ende rival de Adrómaca, consigueque Orestes mate a su esposo con el fin de evitar que deje el trono al hijode Andrómaca, la extranjera, ¿sutil referencia a la presencia del “rey in-truso” José I en España? Sobre este mismo tema Racine escribió la tra-gedia homónima (1667), con algunos cambios, en ella Pirro, el rey esasesinado por Orestes, aunque la causa no es política sino sentimental.Algún autor sostiene que ésta fue la tragedia representada en Quito. Zo-raida, drama escrito por Nicasio Álvarez de Cienfuegos (1764-1809),poeta español muerto en la cárcel por su oposición al invasor y tiranofrancés. La protagonista es víctima de los abusos del déspota de Gra-nada, Boabdil. En un momento dado exclama ella: “Querido Abenamet,¿por qué naciste / en días tan maléficos y aciagos? / Cuando el amor yla virtud rigiesen, / tú serías feliz…” En este caso también existe la opi-nión de que la tragedia representada fue Zaira (1732) de Voltaire, cuyotema es una adaptación del conocido Otelo. La Araucana, el poema épicode Alonso de Ercilla (1533-1594) sobre la conquista de Chile, es muy co-nocida. A partir de su argumento se escribieron varias obras de teatro,no sabemos cuál de ellas fue representada en Quito, posiblemente la deLope de Vega, aunque no es de sus mejores logros, sin embargo el temase puede sospechar: la codicia de los españoles y la defensa incansablede su libertad por parte de Caupolicán. Lo que nos interesa es que lospromotores de estas representaciones fueron dos hombres inquietos enpolítica, Juan de Dios Morales y Manuel Rodríguez de Quiroga, quienesa los pocos meses serán protagonistas cruciales del proceso libertario yque a través de esas obras apelaban a los quiteños para actuar de maneradecisiva e inmediata.

España había sido invadida por Napoleón y éste le había im-puesto un nuevo rey con la complicidad cobarde del legítimo. Frente aello los españoles recurrieron a la vieja doctrina de que el poder radicaen el pueblo y al no tener rey legítimo optaron por reasumir la soberaníaen nombre del heredero, Fernando VII. Esto se hacía no tanto por in-fluencia de la Revolución Francesa sino de la Escuela de Salamanca ysobre todo de Francisco Suárez S.J, como se verá más adelante.

Excursus: la Escuela de SalamancaA principios del siglo XVI la Universidad de Salamanca experi-

mentó una renovación fecunda con la presencia de influyentes filósofos

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y teólogos que lograron darle una nueva faz a la escolástica. De hechose habla de una “Escuela” en cuyo origen estaría Francisco de Vitoria,al que se le unieron Domingo de Soto, Melchor Cano y otros. Estos pen-sadores trataron varios puntos candentes como el del origen del mal, eldel libre albedrío, la predestinación y la gracia, discusiones que deriva-ron en la famosa controversia de auxiliis. En este caso interesan sus re-flexiones acerca del origen divino del poder, las características delgobierno legítimo y de las tiranías. En el mundo medieval San Isidorode Sevilla desarrolló la tesis paulina del origen divino del poder, tesisextendida por la cristiandad hasta el Renacimiento aunque no manerahomogénea, pues algunos tratadistas defendían el poder absoluto delos reyes, en otras palabras un poder sin condiciones; otros derivaronhacia el modelo inglés, de unión en el monarca de las autoridades polí-tica y religiosa… Los españoles defendían un cierto control de la comu-nidad sobre el monarca en cuanto gobierna en nombre de ella y si lohace de manera injusta puede ser defenestrado y sustituido. Las refle-xiones de los maestros salmantinos derivaron desde allí al tema de lanaturaleza de todos los hombres de la cual derivan los derechos llama-dos hoy día humanos, los cuales no son una concesión graciosa del es-tado ni una resolución de la voluntad general sino una consecuenciaineludible de la naturaleza humana.

El jesuita Francisco Suárez rechazó las teorías políticas de losanglicanos, resumidas en las conocidas sentencias de Jacobo I de Ingla-terra: “el rey es anterior a cualquier estamento, parlamento o ley” y “losreyes han sido el origen de las leyes y no las leyes el origen de los reyes”;para ello escribió su Defensio fidei catholicae adversus anglicanae sectae, enla cual sostiene lo ya dicho: el pueblo recibe el poder de Dios y lo tras-mite al monarca libremente por medio de un pacto condicionado y mo-dificable, pues el rey tiene la obligación de sujetarse a la ley y a la moralpara servir al bien común. En resumen, el poder político tiene límites yse halla vinculado con el pueblo.2

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2 Los estudios más actualizados demuestran la enorme influencia de la Escuela de Salamancaen la evolución de la economía moderna. Surgen los nombres de Soto, Valencia, Azpilcueta,Oñate…, alguno de ellos citado por Eugenio Espejo (véanse las obras de Joseph A. Schumpe-ter y de Marjorie Grice-Hutchinson). También se ha señalado la dependencia de Galileo dealgunos de los maestros salmantinos como Soto y Muñoz, sobre todo en el tema de las inves-tigaciones sobre la caída de los cuerpos y la inercia.

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Hacia la ciudadanía autónomaUn grupo de vecinos de Quito decidieron seguir el ejemplo de

los españoles peninsulares y reasumir al soberanía por cuanto el rey le-gítimo había sido alejado del poder. La conjura se inició a fines de 1808pero fracasó por una delación y la pérdida de los documentos compro-metedores. Posteriormente se reinició y estalló en agosto de 1809. Lostextos son muy claros al respecto, los vecinos hacen uso de sus derechoscomo ciudadanos del Imperio Español, se sienten iguales a todos losdemás, se saben capaces y dueños de sus destinos. En el primer Oficioenviado al Presidente se dice con claridad: “El Pueblo de esta Capitalha declarado formalmente, por Acta de hoy, haber cesado legítimamentelos actuales Magistrados en sus funciones…” (Oficio de la Junta Su-prema, al Conde Ruiz de Castilla, 10 de agosto de 1809, en AlfredoPONCE RIVADENEIRA: Quito 1809-1812, Madrid, 1960, p.136). A laspocas horas se proclamó: “… a la Junta Central establecida en Madridle faltaba ya aquella representación política por la cual se le juró obe-diencia”. “… el mismo derecho que tiene ahora Sevilla para formar in-terinamente Junta Suprema de Gobierno tiene por lo mismo cualquierade los Reinos de América … habiendo cesado el aprobante de los Ma-gistrados, han cesado también éstos sin disputa alguna en sus funciones,quedando por necesidad la soberanía en el Pueblo”. (Manifiesto de laJunta Suprema de Quito al Público, 10 de agosto de 1809, en Id. p. 137).Como se ve ya se hablaba de que la “soberanía queda en el Pueblo”.Una de las justificaciones de este proceder se dio en la defensa que elideólogo del movimiento Juan de Dios Morales hizo de él: “El Sr.Dn.Fernando VII no puede, por nuestra desgracia, regir su monarquía. LaJunta Central se extinguió políticamente; luego la América está anár-quica: estando anárquica, no hay autoridades constituidas, está en suestado natural, y estando en estado natural, es libre de darse el gobiernoque le parezca conveniente y análogo a las circunstancias, como lo de-clararon y lo han hecho los españoles, fundados en el Derecho de Gen-tes. ¿Ha hecho el pueblo de Quito otra cosa? Claro está que no. Luego,erigiendo su Junta, ha usado del derecho que le conceden la Naturalezay las leyes fundamentales de la sociedad” (Citado por Roberto AN-DRADE: Historia del Ecuador, Primera serie, Quito, 1982, p. 217).

En los estertores de la primera etapa del movimiento libertario,el Presidente de la segunda Junta encabezaba un decreto con las siguien-tes palabras: “Nos, el Dr. Dn. José Cuero y Caicedo, por la gracia de Dios

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y de la Santa Sede Apostólica Obispo de esta Diócesis … y por la volun-tad de los Pueblos, Presidente del Estado de Quito.” (Decreto del Obispode Quito, Quito, 8 de agosto de 1812, en Rubén VARGAS U. S.J.: El Epis-copado en los tiempos de la emancipación suramericana, Lima, 1962, p. 385).El mismo en circular a los párrocos les decía: “Debiendo a imitación delApóstol honrar nuestro ministerio y conservar a estos pueblos cuya cus-todia espiritual se nos ha encomendado por Dios y en lo temporal porel libre consentimiento de estas Provincias que me han colocado a lafrente del Gobierno para procurar la felicidad común…” (Circular re-servada del Obispo de Quito, Quito, 19 de septiembre de 1812, en Var-gas, p. 387).

Las acciones y palabras de los vecinos no van tan solo en direc-ción positiva: la reasunción de la soberanía, sino en negativa: rechazarlos abusos sufridos, se redactan verdaderos memoriales de agravios: Elprimero es el oficio enviado a los diferentes ayuntamientos del Reinode Quito, cito del ejemplar enviado a Popayán: “Un pueblo que conocesus deberes y que para defender su libertad e independencia ha sepa-rado del mando a los intrusos —- no reconoce más juez que a Dios …“(por parte de las autoridades no se ha visto otra cosa que) un despreciocriminal de los derechos sacrosantos que nos ha concedido la naturaleza.No se nos ha tenido por hombres sino por bestias de carga,…” “… seha hecho por los españoles europeos la más ultrajante desconfianza delos americanos…” “(los españoles) teniéndose por dueños, no se dignanhacer a sus esclavos partícipes de sus cuidados y decretan allá en susnocturnos conventículos la suerte desgraciada de éstos, soñando con-servar el señorío”. “Es público ya en todo el mundo que un plan hipo-tético de independencia para el caso de subyugada la España y faltar ellegítimo Soberano ha sido el cuerpo del delito. Este es el Bonapartismoclaro respecto de los procesantes, a quienes es preciso calificar por con-siguiente de opresores de los criollos y usurpadores de sus derechos na-turales” (Manifiesto de la Junta Suprema de Quito al Público, agosto 10de 1809, en Ponce, p. 136 ss). El segundo es el Oficio del Marqués deSelva Alegre a los diferentes Ayuntamientos del Reino de Quito en elque luego de señalar que la Junta Central se hallaba ya extinguidaañade: “… el Pueblo de esta Capital, fiel a Dios, a la Patria y al Rey, nosolo temeroso de ser entregado a la inicua dominación francesa, sinoconvencido de que ha llegado el caso de corresponderle la reasuncióndel Poder Soberano se ha congregado…” (Oficio del Marqués de Selva

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Alegre al Ayutamiento de Popayán, Quito, 10 de agosto de 1809, enPonce, p. 139). El tercero es el Manifiesto del Pueblo de Quito, allí seafirma: “Quito … ha sido mirado por los españoles que únicamente lomandaban, como una Nación recién conquistada, olvidando que sus ve-cinos son también por la mayor parte descendientes de esos mismos es-pañoles; han sido mirados con desprecio; tratados con ignominia, ofensala más amarga a la dignidad del hombre; han visto todos los empleosen sus manos; la palabra criollo en sus labios ha sido la del insulto y delescarnio…” (Manifiesto del Pueblo de Quito, agosto de 1809, en Ponce,p. 142). Nótese que los agravios son tres: la opresión española, que en-cierra el desprecio a los criollos y el acaparamiento de cargos públicos,la negación de los derechos naturales y la posible entrega a Bonaparteque significaría la persecución y aniquilamiento de la Religión católica.De éstos nos interesa la negación de los derechos naturales, pues conello se birla a los criollos la capacidad de ser auténticos vecinos, autén-ticos ciudadanos. Un poco menos de un mes más tarde, y vista la reac-ción adversa de varias ciudades del Reino, es especial Guayaquil,Cuenca y Popayán, al unísono con las dos sedes virreinales, los patriotasescribieron por la pluma de Manuel Rodríguez de Quiroga: “La sacro-santa Ley de Jesucristo y el imperio de Fernando VII perseguido y des-terrado de la Península, han fijado su augusta mansión en Quito. Bajoel Ecuador han erigido un baluarte inexpugnable contra las infernalesempresas de la opresión y la herejía. En este dichoso suelo, donde endulce unión y confraternidad tiene ya su trono la Paz y la Justicia, noresuenan más que los tiernos y sagrados nombres de Dios, el Rey y laPatria.”. (Manifiesto de la Junta Suprema de Quito a América, septiem-bre 4 de 1809, en Ponce, p. 157). Aquí se expresa de manera más clara elmotivo profundo de la oposición radical a la menor posibilidad de queNapoleón pueda dominar América: la defensa de la fe católica. Nótesela vinculación de la opresión con la herejía. Aunque el punto será am-pliado en la segunda parte de este artículo, sirve recalcar aquí que estaspalabras, y otras similares, confirman las sospechas de que nuestros pró-ceres de 1809 no se sentían guiados ni por Voltaire ni por Rousseau, nipor Robespierre ni Marat. Aunque tres años más tarde ya evocarán laDeclaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Pasemos a otro aspecto crucial: el mecanismo de reasunción dela soberanía. En cierta historiografía ecuatoriana se solía criticar y des-prestigiar al movimiento de los patriotas del 10 de agosto de 1809 mo-

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tejándolo de conjura de los marqueses, como si cuatro o cinco aristócra-tas más dos o tres comensales suyos se hubiesen arrogado la represen-tación de todos los vecinos de la ciudad y del Reino. Los documentosnos dicen que no fue así, que desde el inicio se buscó la aprobación delpueblo y se procedió a elecciones por parte de los vecinos, con las limi-taciones que ya señalé, derivadas de una sociedad todavía estamental,aunque algunos de los protagonistas ya mostraban la voluntad de cam-biarla hacia una sociedad de ciudadanos. Veámoslo.

Uno de los mayores críticos de la actuación de los próceres,sobre todo de los marqueses, a los que llamó “traidores”, escribió hacecincuenta años: “Para lo cual (los conjurados) acordaron también quelos principales vecinos de los barrios de la Capital suscribiesen sigilo-samente con sus firmas la designación de los delegados o diputados ba-rriales que debían reunirse para la elección de los miembros que debíancomponer la Suprema Junta de Gobierno”. (Manuel María BORRERO:La Revolución Quiteña 1809–1812, Quito, 1962, p. 23). Esta afirmación seve corroborada por la propia Acta de Constitución de la Junta Soberana,la que asienta lo siguiente:

“Nos, los infrascritos diputados del pueblo, atendidas las pre-sentes críticas circunstancias de la nación, declaramos solemnementehaber cesado en sus funciones los magistrados actuales de esta capitaly sus provincias; en su virtud los del barrio N. elegimos y nombramospor representantes de él a NN, y lo firmamos…” Fórmula que se repitepara cada uno de los barrios de la ciudad. (Acta de Constitución de laJunta Soberana, en Borrero, p.27). A las pocas horas se expedía un Bandoque comienza con las palabras “Don Juan Pío Montúfar, …, Presidentede la Junta Suprema Gubernativa de este Reino, constituida por el pue-blo…” (Bando de la Junta, 10 agosto 1809, en Borrero, p. 30).

Tampoco los actores del movimiento de la ciudad de Quito pre-tendieron representar a todos los habitantes del Reino sino que pidieronse elija y envíe un diputado por cada ciudad, como consta en el oficiocircular enviado a todas las ciudades, villas y asientos: “… podrá Vues-tra Señoría remitir a la mayor brevedad el Representante que se elija ynombre…” (Oficio del Marqués de Selva Alegre al Ayuntamiento de Po-payán, 10 de agosto de 1809, en Ponce, p.139).

En muestra clara de la intención en germen democrática de queel pueblo esté realmente presente en las deliberaciones la Junta expidióun decreto por el cual “(convoca a todos los miembros de las corpora-

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ciones) y poderdatarios del pueblo para que congregados en una de laspiezas más espaciosas de esta capital expusiesen libremente sus senti-mientos sobre la Constitución gubernativa que empezaba a organizarsepor la universal y común aclamación de este vecindario.” (Convocatoriadel 12 de agosto de 1809, en Borrero, p. 31).

Pasados los primeros días la Junta decidió enviar un Manifiestoa todos los pueblos de América justificando su acción, sobre todo por latremenda campaña en contra surgida desde las ciudades opositoras ydesde las dos sedes virreinales, entre otros puntos afirmaba: “El ordenreina, se ha precavido el riesgo y se han echado, por el voto uniformedel Pueblo, los fundamentos inmóviles de la seguridad pública” (Ma-nifiesto de la Junta Suprema de Quito a América, septiembre 4 de 1809,en Ponce, p. 157). Meses después, ya en situación precaria, uno de loslíderes del movimiento, el Capitán Juan Salinas, al justificar lo actuadoasentaba en Oficio al antiguo Presidente de la Audiencia: “Son más deocho mil las firmas en la ratificación del Acta Popular, inclusas las delIlmo. Sr. Obispo, Cabildo Secular, Eclesiástico, religiones, etc., a más delpopulacho” (Oficio reservado del Capitán Juan Salinas al Conde Ruizde Castilla, Octubre 18 de 1809, en Ponce, p. 186). Percibimos la sombradel sentimiento del caballero frente a la masa popular, a pesar de queeste capitán no pertenecía a la nobleza. La Junta tuvo sus divisiones poreso cambió su Presidente, pero las ideas y procedimientos seguían in-cólumes. Leamos al nuevo Presidente, elegido después de la renunciade Montúfar: “El Jefe de la Junta, y de acuerdo con ella, como tambiéncon los votos de toda la ciudad de Quito, Nobleza, vecindario y CuerposPolíticos…” (Oficio del Conde de Selva Florida, D. Juan José Guerrero,Presidente de la Junta Suprema de Quito, al Conde Ruiz de Castilla, oc-tubre 24 de 1809, en Ponce, 179). Por “cuerpos políticos” se entendíanlas diferentes agrupaciones de vecinos, sobre todo los gremios y cofra-días de enorme presencia en la sociedad de esos años, no solo en los as-pectos religiosos, sino económicos y políticos.

Esa primera Junta fracasó por el ataque orquestado desde variasciudades, el que culminó con la entrada en la ciudad de Quito de dosregimientos de pardos de Lima, los que sacrificaron a más de 500 per-sonas el aciago día del 2 de agosto de 1810, entre ellos a más de 40 delos involucrados más directamente en la conformación de la primeraJunta, casi todo ellos asesinados en prisión, lo que movió al patriota chi-leno fray Camilo Henríquez a llamar a Quito “Luz de América”, ala-

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banza que se colocó en el faro de Valparaíso, como es conocido. A lospocos días llegó a Quito el Comisionado Regio, enviado por la JuntaCentral, Carlos Montúfar, hijo de primer Presidente, bajo cuya direcciónse realizó un Cabildo Público, en cuya acta se asentó: “…se leyeron losnombramientos y diputaciones de los barrios, que en cumplimiento delo ordenado en ella (el Acta del día anterior) se hicieron, para que en sunombre hablasen lo que tuvieren por conveniente para la tranquilidady seguridad pública…” (Acta del Cabildo Público celebrado en Quito el20 de septiembre de 1810, presidido por el Comisionado Regio D. CarlosMontúfar, en Ponce, p. 203). Los diputados decidieron fundar una se-gunda Junta y para ello convocaron a los electores, dentro del sistemaestamental, como reza el Acta correspondiente: “Habiéndose congre-gado … los cinco electores del Clero secular y regular, los cinco de la no-bleza y de los cinco barrios para elegir sus vocales y representantes…”(Acta Constitutiva de la Junta de Gobierno de Quito, 22 Septiembre1810, en Ponce, p. 205). Al mismo tiempo llamaron a las demás pobla-ciones a unirse en el proyecto que poco a poco adquiría un tinte liberta-rio: “Se previno igualmente …a los Cabildos .. se les invitase y exhortasepara que considerados los justos motivos que impelen y exigen la unión… convocado el pueblo por medio de Diputados que elijan los Cuerposy Nobleza, con orden y libertad, el nombramiento de dos Vocales en losAyuntamientos de los Gobiernos y uno en los de los Corregimientos, es-cogiendo hombres de instrucción y de la confianza de los pueblos…”(Oficio de la Junta de Quito al Ayuntamiento de Guayaquil, Septiembre28 de 1810, en Ponce, p. 208).

La segunda Junta dio un paso más: convocó a un Congreso elcual decidió dar una constitución al nuevo estado de Quito, para ellopidió proyectos, en uno de ellos se dice: “… el Soberano Congreso, com-puesto de los individuos que representan a esta Capital, Ciudades, Villasy Pueblos del Reino de Quito…” “ (Proyecto de Constitución del Reinode Quito por el Canónigo Calixto Miranda, enero 1812, en Ponce, p. 271).En el proyecto aprobado por los diputados, elaborado por el sacerdoteMiguel Antonio Rodríguez, leemos en la introducción: “El Pueblo So-berano del Estado de Quito, legítimamente representado por los Dipu-tados de las Provincias libres que lo forman y que se hallan al presenteen este Congreso, en uso de los imprescindibles derechos que Diosmismo como autor de la naturaleza ha concedido a los hombres paraconservar su libertad … en consecuencia de haber reasumido los Pue-

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blos de la dominación española por las disposiciones de la ProvidenciaDivina, y orden de los acontecimientos humanos la Soberanía que ori-ginalmente residía en ellos….” (Miguel Antonio RODRÍGUEZ: PactoSolemne de sociedad y unión entre las Provincias que forman el Estadode Quito, en Federico E. TRABUCCO: Constituciones de la República delEcuador, Quito, 1975, p. 13). Ya en el cuerpo de la Constitución indica:“La forma del Gobierno del Estado de Quito será siempre popular y re-presentativa” (Art.3), cada provincia elegirá un diputado, excepto Quitoque elegirá dos por el número de la población (Art. 12), quedan exclui-dos de tener parte en el Congreso “los sospechosos en materia de Reli-gión, los enemigos de la causa común, los neutrales …, los deudores delfisco, los que no son naturales de estos países, ni tienen carta de natura-leza librada por alguno de los Gobiernos libres de América, los menoresde veinticinco años…” (Art. 16), por último: “El Gobierno del Estado seobliga a todos los habitantes de él y les asegura que serán inviolablessus derechos, su religión, sus propiedades, y su libertad natural y civil(Art. 20).3 Y en su consecuencia declara que todo vecino y habitante enél de cualquier estado, condición y calidad que sea, puede libre y fran-camente exponer sus sentimientos, y sus dictámenes por escrito, o depalabra…” (Art. 20). Desde 1809, y en apenas tres años, se ha superadola noción estamental y se ha establecido una mayor igualdad, sin refe-rencia ni a la nobleza ni a la fortuna. Además se concede el derecho deciudadanía a todos los naturales de la América Española, lejos estabade nuestros próceres el nefasto nacionalismo de los años posteriores.

Para comprender mejor todas las dificultades sufridas por lospatriotas para la realización plena de su propósito de asumir la sobera-nía y ejercer sus derechos ciudadanos, demos una rápida mirada a la re-acción de los españoles o realistas. Escribió el Gobernador de Pasto alVirrey de Santa Fe que “(El Cabildo de Pasto le ha comunicado) el oficioque le pasó el traidor y sedicioso Marqués de Selva Alegre, participán-dole su nombramiento de Presidente de la Junta formada en la ciudadde Quito, con la prevención de asumir la autoridad Soberana de su Pue-blo y pretensiones de que se le agregue esta Provincia de mi cargo, porlos infames y escandalosos principios que pretende establecer” (Oficiodel Gobernador de Popayán, Miguel Tacón, al Virrey de Santa Fe, Po-payán, 20 de agosto de 1809, en Ponce, p. 151).

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3 En la transcripción de Trabucco hay un error que he subsanado con la versión de Borrero enp.333.

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En su defensa de lo actuado la primera Junta de Quito argumen-taba de la siguiente manera: “La Junta Central estaba disuelta política-mente, pues aunque existiese en un ángulo de España, ya no reunía elvoto general de aquélla, ni podía tener la representación civil de pueblosconquistados y oprimidos, pues sojuzgado el Constituyente perece lapersonalidad del constituido…” (Cuando la Junta Central) en cualquierángulo de la Península reúna los votos de todas las Provincias, libresdel yugo extranjero, nos someteremos y humillaremos a su autoridadlegítima”. Ahora viene lo que nos interesa en este acápite: “Es un error,es una grosería supersticiosa, es una crasa ignorancia, pensar que no tie-nen los pueblos de América los mismos derechos que tuvieron los deEspaña para crear sus Juntas y defender su independencia … ¿por quéha de ser traición en Quito lo que es energía, valor y entusiasmo en laPenínsula?” “Probadnos que los pueblos no tienen derecho, que nodeben consultar a su seguridad y que el americano es un negro deAfrica, que nació solo para arrastrarse y obedecer con temor y temblor,y renunciaremos a nuestra causa”. (Demostración legal y política quehace el Cabildo de Quito a los Cabildos de Popayán y Pasto sobre losprocedimientos de la Corte de Quito,19 de septiembre de 1809, en Ponce,p. 165).

Una vez sometida la Junta y ocupada la ciudad por las tropaslimeñas se instauró un juicio contra los patriotas, el fiscal entre otrospuntos afirmó: “En segundo lugar hemos notado con el mayor asombrodarle al populacho compuesto de la gente más ruin y despreciable de laciudad, el nombre de soberano, permitiendo de este modo, que esta vilcanalla amotinada, dictase y pidiese imperiosamente por medio de losque se denominaban Tribunos, todo lo que les inspiraban sus amotina-dores, cuando por otro medio no podían conseguir la bárbara ejecuciónde sus proyectos”. (Vista Fiscal presentada por Tomás Arechaga, en Bo-rrero, p. 211).

Cuando el Obispo Presidente envió oficios a diferentes ciudadesde la América Española recibió alguna indignada respuesta en la que sedecía que mientras viva un solo español en España, aunque fuese menorde edad o amente, a él le tocaba gobernar las colonias. Las acciones ypalabras del virrey de Lima, Abascal, también muestran con toda clari-dad ese desprecio irracional que tenían autoridades y personas en tierrasamericanas. Esta ceguera de los peninsulares, serviles o liberales, pro-vocó que las tímidas intenciones iniciales de los patriotas se volvieran

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extremas y pasaran ya a buscar la independencia con todas sus fuerzas.No querían ser bestias de carga ni simples dependientes de poderes le-janos.

En búsqueda de una síntesis tendiente a aclarar cómo se vivióla ciudadanía en la Independencia señalo que se dio una evolución deuna representatividad estamental, en que tienen presencia política lostres estados: nobleza, clero y pueblo, éste encarnado en cada barrio, a larepresentatividad ciudadana como aparece ya en la constitución de1812. En el medio se nota una reminiscencia del sistema corporativistamedieval con la referencia a los cuerpos que engloban los estamentosdichos y los gremios, al menos en opinión del historiador liberal RobertoAndrade.

Debemos notar que los criollos quiteños nunca lanzan ataqueso quejas contra los criollos de las ciudades opositoras y las capitales vi-rreinales. Podemos presumir que lo hicieron porque tenían la esperanzade que se unieran a su causa autonomista y luego libertaria. Cuandoconstataron las represiones cruentas y sanguinarias llevadas adelantepor criollos y españoles realistas no perdonarán a quienes no solo no lesapoyaron sino que trataron de acabar con todos ellos.

La representatividad en el período estudiado fue siempre indi-recta: los vecinos o ciudadanos nombraban electores, los que a su vezelegían a los diputados y éstos a las autoridades. En todo caso no apa-rece algo que saldrá en las constituciones posteriores hasta 1860, el votocensitario o por capacidad económica, suprimido por el gobierno con-servador de García Moreno.

Lo anterior configura la “acción popular política concreta”según Ramiro Borja y Borja, conocido constitucionalista. Pero aparecetambién la que él llama “acción popular política difusa”, que “consisteen el conjunto de sentimientos, deseos, pensamientos, decisiones popu-lares referentes a la marcha del Estado”, en los diferentes hechos en queel pueblo dio a conocer sus intenciones y en la apertura a ello en la cons-titución de 1812 (Cfr. Ramiro BORJA Y BORJA: Constitución quiteña de1812, Quito, 1962, pp. 80 s.).

Otro punto crucial que no podemos soslayar es nuestra tesis deque la inspiración de los próceres no se halla de manera preferencial, enlos años que nos han ocupado, en la Revolución Francesa, sino en la tra-dición hispánica. Los derechos del ciudadano no solo tienen su origenen una concesión estatal, sino sobre todo en la voluntad de Dios al cre-

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arnos libres y soberanos. Años más tarde será innegable el influjo centralde esa Revolución, con las salvedades señaladas por Alexis de Tocque-ville.

En conclusión podemos señalar que, contrariamente a lo que al-gunos han afirmado, el pueblo de Quito, al inicio, y el de otras ciudades,después, sí ejercitó la ciudadanía en los primeros años de la lucha porla Independencia. Este derecho le fue negado por quienes todavía divi-dían a la sociedad en estamentos, pero a esa separación propia del An-tiguo Régimen se añadía el prejuicio peninsular contra los criollos (nose diga contra los indios, negros y castas) que significó un ingredienteque agravó el deseo de los quiteños de gozar de autonomía frente a losvirreinatos. Si unos y otros hubiesen respetado más la opinión de lasmayorías quiteñas, se habría evitado la cruenta y larga Guerra de la In-dependencia que tantos males trajo a nuestra república y cuya herenciaresultó nefasta. Pero no se puede cambiar la historia, lo que sí podemoses nunca permitir que nuestros derechos ciudadanos sean conculcadospor anacrónicos monarcas furtivos o indeseables tiranos cínicos.

Los próceres creyentesLos próceres de 1809 no solo se sentían ciudadanos con dere-

chos sino también creyentes con deberes, en todo el trayecto de su ac-cionar por la libertad dejaron bien claro su intención de mantenerintocada la herencia de fe recibida de sus mayores y que había plasmadoEugenio espejo, mentor de casi todos ellos, en su famoso escrito colo-cado en las cruces de Quito: “Salva Cruce!”.

Así como es notorio que todos los partidarios de la libertad erancreyentes, así también lo es que no todos los creyentes eran patriotas.Es natural que haya discrepancias sobre los métodos para alcanzar losfines espirituales y materiales que los hombre pretenden y sobre lamayor o menor idoneidad de las diferentes opciones, pues los creyentesson seres humanos con criterios, visiones e intereses propios. En conse-cuencia no debemos escandalizarnos por el hecho indudable de quehubo gente de Iglesia en ambos lados de la lucha por la Independencia:patriotas y realistas, sin olvidar a los indiferentes.

La Iglesia está compuesta por obispos, sacerdotes, religiosos ylaicos, por consiguiente habrá que analizar la participación de cadagrupo y de acuerdo con sus peculiaridades y circunstancias.

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Los laicosUno de los motivos que llevó a los patriotas a fundar la Junta

Soberana en 1809 fue impedir que llegaran a América ciertas ideas y ac-ciones de la Revolución Francesa, sobre todo en cuanto se oponían a lareligión católica. A pesar de las prohibiciones dadas por la Corona, aquíse conocían y comentaban los excesos revolucionarios, por eso en dife-rentes documentos escritos por los próceres se evidencia el rechazo a lairreligiosidad de la Revolución y a su propagandista “el Tirano de la Eu-ropa”, Napoleón.

Por esta razón es indudable que esa Revolución ejerció una in-fluencia menor de la que se ha sostenido tradicionalmente sobre todopor los historiadores de tendencia liberal jacobina. Los próceres de 1809aceptaron el concepto de “Derechos del Hombre y del Ciudadano” y lohicieron propio, pero lo vincularon al origen divino de esos derechos,en cambio quienes vendrían después sufrirán una dependencia ideoló-gica francesa más radical y en mucho anticatólica.

Los próceres muestran con toda claridad una influencia de lamodernidad católica de Salamanca y de las enseñanzas del filósofo je-suita Francisco Suárez quien escribió que el poder proviene de Dios yes Dios quien lo entrega al pueblo. El sabio jesuita afirma en el “De Prin-cipatus politicus” traducido como “La soberanía popular”, publicado ainicios del siglo XVII: “El poder, considerado en abstracto, en cuantoprocede del Autor de la naturaleza … no reside en una sola persona nien un grupo particular de aristócratas o de ciudadanos del pueblo. Pueseste poder solo se encuentra en la comunidad en cuanto es necesariopara su conservación y en cuanto puede demostrarse por medio de larazón natural. Ahora bien, la razón natural solo dice que el poder pú-blico está necesariamente en toda la comunidad, y no en una persona osenado. Luego, en cuanto procedente de Dios inmediatamente, se en-tiende que solamente reside en toda la comunidad y no en una parte deella … Ningún rey o monarca recibe o ha recibido el poder político di-rectamente de Dios o por institución divina, sino solamente mediantela voluntad del pueblo”.

Manuel Rodríguez de Quiroga, en el “Alegato” en nombre dela Junta apeló a esta tesis y a la tradición española y concluyó: “En otraspalabras, la soberanía reside en el pueblo, que la encarga al monarca; siéste no cumple, el pueblo tiene derecho a recuperar sus legítimas atri-buciones y a cambiar de autoridad”.

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Nótese el “si éste no cumple”, pues en la teología política cató-lica el ejercicio de la soberanía se halla unido sin fisuras a la responsa-bilidad personal. Esta responsabilidad va unida a la rendición decuentas, privilegiada por los próceres tanto en la justificación de sus ac-ciones cuanto en los proyectos de constitución de 1812. Dejo solo enun-ciado este tema que nos llevaría al análisis de las pretensionesliberticidas del estado acaparador de toda iniciativa y carente de res-ponsabilidad .

El raigambre católico de los próceres quiteños se deja notar tam-bién en los fines expresos de la Junta: en el Acta del 10 de agosto se diceque ellos fueron “sostener la pureza de la religión”; el Juramento del 11de agosto enuncia: “Juramos conservar en su unidad y pureza la Reli-gión Católica, Apostólica y Romana, en que, por la misericordia de Dios,tuvimos la felicidad de nacer”; en la sesión solemne realizada en la SalaCapitular de San Agustín el 16 de agosto explican los próceres que supropuesta: “se dirige al fin santo de conservar intacta la religión cris-tiana”; en la Proclama enviada a diferentes ciudades se expresa: “bajoel Ecuador han erigido un baluarte inexpugnable contra las infernalesempresas de la opresión y de la herejía”; ya derrotada la primera Junta,en las explicaciones dadas el 11 de diciembre dijeron los patriotas queen la jornada de formación de la Junta, “se protestó con la vida morirpor la pureza, unidad y conservación de la Religión Católica”. El prócerJuan Pablo Arenas al explicar su actuación en defensa propia exclamóque “entró en el asunto pensando que obraba bien, proponiéndose porbase fundamental la defensa de la Religión…”

Al finalizar la reunión de la noche del 9 de agosto los conjuradoselevaron al cielo una oración a la Madre de Dios, según Alberto MuñozVernaza fue “la Primera Salve republicana”, quien la entonó fue ManuelRodríguez de Quiroga. El 13 de agosto todos los protagonistas del cam-bio político concurrieron sin boato al Carmen Alto a pedir luces y forta-leza a Dios. El solemne día del 16 de agosto, antes de la sesión en la SalaCapitular de San Agustín, el obispo celebró una misa para impetrar deDios ayuda y protección. De igual manera al día siguiente todas las nue-vas autoridades, gente principal y pueblo acudieron a la Catedral a lamisa solemnísima de acción de gracias con el canto del Te Deum, la tra-dicional oración de gratitud de los católicos a Dios. La calles aledañasse engalanaron con colgantes, palmas y flores.

El día 2 de agosto de 1812, cuando los pardos de Lima sable en

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mano atacaban a los próceres al grito “Vivan los limeños. Viva Bona-parte”, estos respondieron con unción y valentía “Viva la Religión”, por-que en el momento de la muerte relucen y vencen las convicciones másíntimas y queridas. Además, por lo ya visto, el nombre del “tirano de laEuropa” estaba vinculado con la persecución a la fe católica. Por esamisma razón todos ellos murieron como buenos católicos, pidieron laextremaunción y el santo viático, como consta, por ejemplo, en la certi-ficación de la muerte de don Juan Pío Montúfar en Alcalá del Guadaira.

Los sacerdotesEl pionero en hablar abiertamente sobre libertad en el Reino de

Quito fue un sacerdote, Juan Pablo Espejo, quien en 1794 ya fue acusadode planificar un gobierno revolucionario, de atacar al Rey a las autori-dades, siendo encarcelado por ello. Años más tarde participó con entu-siasmo en los preparativos y en los hechos mismos del 10 de agosto, fuecapellán de las tropas patriotas, participó en varios hechos de armas,etc., razones por las cuales fue condenado a destierro en el Cuzco con25 libras de hierro en los pies. Pero no escarmentó, pues continuó sir-viendo a la causa patriota hasta 1822 cuando ayudó a Sucre con vituallasy acémilas. Todavía en 1829 escribió a Bolívar recordando los méritospor la libertad, tanto los propios como los de su hermano Eugenio.

Los ejemplos de eclesiásticos patriotas podrían multiplicarsehasta el cansancio: el cura de Píntag, José Riofrío, participó en la conjuradesde 1808 y cayó mártir del 2 de agosto. José Correa, párroco de SanRoque, estuvo presente en la toma del cuartel junto a Juan Salinas, mo-vilizó a la población y, entre otras acciones, lamentablemente participóen el asesinato del Conde Ruiz de Castilla en venganza por la masacredel 2 de agosto y otros abusos criminales. Manuel José Caicedo, provisordel obispado, organizó un escuadrón de indígenas y mestizos, y los di-rigía con charreteras, entorchados y correajes sobre la sotana con sableen mano. El mismo escribió una narración de los acontecimientos inti-tulada “Viaje imaginario”, allí en referencia a la gente del pueblo quebuscaba detener a los facinerosos del 2 de agosto, habla de “esos héroesdel cristianismo…” Miguel Antonio Rodríguez, traductor en Quito dela “Declaración de los Derechos del Hombre”, en 1811 pronunció la“Oración fúnebre” por los mártires del 2 de agosto del año anterior, losllamó “ilustres defensores de la ciudad de Quito, sacrificados a la vio-lencia por la causa de su Religión…”, fue autor del “Pacto Solemne de

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Sociedad y Unión entre las Provincias que conforman el Estado deQuito”, primera constitución aprobada en nuestra Patria aunque solopor representantes llegados desde Alausí y Riobamba hasta Ibarra. Allíse retoman las ideas ya conocidas: “las Provincias han reasumido la so-beranía que originalmente residía en ellas”, siendo el fin que persiguen“la gloria de Dios, defensa y conservación de la Religión Católica y fe-licidad de estas Provincias”. En el Congreso de 1811 fueron presentadosdos proyectos más de Constitución. Elaborados por dos canónigos Ca-lixto Miranda y Manuel Guisado, en ambos se expresa la adhesión y de-fensa de la religión Católica. Otros casos: Fray Antonio Albán,mercedario, entregó las cañerías de plomo de su convento para la fabri-cación de municiones, Juan José Roca, protegió a decenas de fugitivos.Varios dirigieron tropas, alguno lanza en ristre, como José Pérez, TadeoRomo, Francisco Hurtado, José J. Manosalvas, Francisco Saa, Ramón Al-zamora, Manuel Arias, Ignacio Bossano, Luis Cevallos, con un largo et-cétera. Varios de ellos fueron condenados a muerte en primera instancia,pero se les conmutó la pena por el destierro y la cárcel, junto a muchosno nombrados aquí. Se les destinó a presidios o confinamientos enCeuta, Valdivia, Manila, Piura, Cuzco, Trujillo, Guatemala, Chagres…

Merece mención especial el padre Pedro José Donato, lojano,quien fue fusilado en Ibarra el 10 de diciembre de 1812. Y de él nadie seacuerda.

Finalicemos esta rápida visión de la actuación de los clérigoscon el resumen estadístico de la diócesis de Quito: Según los informesde los fiscales, de 143 curas seculares, 78 fueron patriotas, 43 realistas y22 indiferentes. (Estos sostenían que podían servir a la Iglesia y al pueblobajo cualquier régimen por consiguiente no tomaron partido. Varios delos realistas afirmaron que ya habían jurado lealtad al rey, en consecuen-cia no podían jurar lealtad a otra autoridad, aunque lo hubieran querido,pues hubieran incurrido en perjurio).

De los religiosos no tenemos estadísticas pormenorizadas, perolos fiscales del Rey, Arechaga y Núñez del Arco, afirmaron en diversasoportunidades que la inmensa mayoría fue patriota y totalmente entre-gada a la libertad.

Como ya se ha podido constatar por algunas alusiones, el papelde los sacerdotes y religiosos fue más allá de su simple actividad indi-vidual, pues casi todos se proyectaron como lideres de sus feligresías.El poder intelectual del sacerdote era grande, de hecho nadie tenía la

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capacidad de arrastrar a las masas como él. Los contingentes patriotassalidos de Quito para defender el proyecto de la Junta, mal armados ypoco preparados pero entusiastas, casi en su totalidad fueron organiza-dos, guiados y conducidos por sus curas hasta los lugares en donde pre-sentaron batallas a los contingentes realistas venidos de Cuenca,Guayaquil, etc.

Los obisposEn el Reino de Quito en esa época había dos obispados, Quito

y Cuenca. Comencemos con la sede quitense, era su obispo el criolloJosé Cuero y Caicedo, natural de Cali, quien se mostró dudoso al prin-cipio. El día de los acontecimientos no se encontraba en Quito sino enuna quinta en Pomasqui, hasta allí llegaron algunos canónigos para co-municarle las novedades. No sabemos la tónica de esa información, perosí que varios de ellos eran realistas, por eso pudo tener un tinte antipa-triota. Lo cierto es que el obispo y los canónigos escribieron un docu-mento apartándose de los hecho por los patriotas. Tan solo después delos asesinatos del 2 de agosto de 1810 el obispo se entregó totalmente ala causa de la independencia, por lo pronto impidió la continuación dela masacre pues salió con su provisor a calmar tanto a los soldados li-meños cuanto al pueblo quiteño que se había lanzado a atacarlos paravengar a los muertos. Después de la llegada del Comisionado Regio Car-los Montúfar, el obispo fue elegido Presidente de la Segunda Junta,como tal se empeñó tenazmente por el triunfo de la causa patriota. Fir-maba sus decretos con la fórmula “José, por la gracia de Dios obispo deQuito y por la voluntad de los pueblos presidente de Quito”. En variosdecretos dispuso la excomunión a los sacerotes opositores de la Junta,estableció contribuciones monetarias para ayuda a su defensa y enviócartas a toda América para explicar las razones de los patriotas quiteños.Luego convocó a todas las ciudades del Reino de Quito a que envíen di-putados para instalar un Congreso Constituyente, pero solo asistieronrepresentantes desde Alausí y Riobamba hasta Ibarra. Ese Congreso pro-mulgó el “Pacto Solemne” ya mencionado. El fiscal Tomás de Arechagaresumió así su visión de la conducta del Prelado: “Cualquier cargo quele resulte a la generalidad de esta ciudad y sus Provincias, revierte con-tra el Señor Obispo, que teniendo como pastor de la Iglesia las más po-derosas y temibles armas con que combatir y sofocar en sus principios alos viles profanadores del templo, los reanimó con su anuencia, condu-

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ciendo al mismo tiempo su rebaño por el sendero de su perdición…” Porestas razones se pidió la pena de muerte para el obispo, pero el Pacifi-cador Toribio Montes consideró que ajusticiar a un obispo revestía unagravedad desusada y lo envió al destierro en Lima. Allí murió pobre yachacoso.

En la diócesis de Cuenca en 1811 el Vicario Fausto de Soduperecibió autorización del Obispo para seguir causa a todos los eclesiásti-cos que hubieran delinquido. Entre otros: los frailes Juan Arciniegas, Vi-cente Ochoa y el minorista José Fernández; el Dr. Mariano Crespo, curade la catedral, fue encarcelado; acusado el cura Agustín Peralta. Sodupepidió se identifique a tres eclesiásticos defectuosos de Loja, pero no sa-bemos si la respuesta llegó. Estos casos muestran que también en la re-gión austral hubo sacerdotes favorables a la causa patriota, a pesar dela postura radical del Obispo y de que no hubo apoyo de la población ala Junta quiteña..

El obispo de Cuenca, Andrés Quintián y Ponte, español, era con-sumado realista. Lanzó excomunión a los eclesiásticos que no declarenbajo juramento en los interrogatorios para descubrir a los insurgentes.Envió cartas y proclamas no solo a diversas personas en el Reino deQuito sino a muchos personajes de fuera. Sus principales intereses y me-didas conducían a que los fieles de su diócesis, que incluía la región deGuayaquil, no se dejaran contaminar por las ideas perversas de los qui-teños. Colaboró activamente con Melchor Aymerich, con Montes ydemás autoridades españolas. Su actuación ultrafidelista le valió el pre-mio de una condecoración real.

Reflexión finalLa conducta de los diferentes actores del primer momento del

proceso de Independencia, patriotas, realistas e indiferentes, tanto en elclero como entre los laicos, no significó una ruptura total con la visióndel mundo vigente: el nuevo paradigma de la Revolución Francesa queestableció por primera vez un estado sin referencia a Dios y a la religión,no se impuso a los primeros próceres: ellos mantuvieron su fidelidad alas creencias tradicionales, pues no las consideraban contrapuestas aldeseo de alcanzar la libertad y la felicidad, ya en 1794 el sacerdote JuanPablo Espejo había afirmado que pedir libertad no es pecado ni herejía.Actuaron convencidos de que su patriotismo se identificaba natural-mente con su fe en Dios y su pertenencia a la Iglesia. Es más, de acuerdo

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a las diferentes tomas de posición de los próceres y a la explicación desus acciones, queda clarísimo que bebieron sus ideas de la tradición ca-tólica española, con la aceptación de los aspectos positivos de la Revo-lución Francesa en cuanto negación del absolutismo de los reyes y ladefensa de los derechos del hombre. La médula teórica de las Juntas fuela tesis de Francisco Suárez según la cual el poder o la soberanía es en-tregada por Dios al pueblo y éste lo encarga al gobernante.

En todo caso todavía queda por escribirse el estudio profundosobre el pensamiento axial de los próceres, en especial sobre su visiónde la política y de la realidad, impregnado de valoración de lo propio,rescate de la ciudadanía y defensa de la fe.

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ANTONIO ANTE Y FLOR

Juan Francisco Donoso Game

Antonio Ante, nace hijo único de don Gaspar Ante y Donoso, quiteño ydoña Isabel López de la Flor y Grijalva, ambateña, en la hacienda SanVicente de la Flor propiedad de sus padres en el cantón San Miguel deUrcuquí, al nor-occidente de la provincia de Imbabura. Le bautizan elmismo día de su nacimiento: el 1 de febrero de 1771. (La hacienda de sunacimiento es actualmente de propiedad del prestigioso ibarreño Fer-nando Madera Erazo y en la puerta de entrada a la propiedad existeplaca recordatoria del nacimiento de Antonio Ante)

Se cría en Quito en la hacienda de Cangahua, cercana a Quito.A los 4 años de edad, en julio de 1775 pierde a su padre y casi un añodespués a su madre, en abril de 1776. Huérfano de padre y madre, consuerte y ternura es llevado a la ciudad de Ambato a casa de su tío ma-terno don Joaquín López de la Flor y Grijalva. Su esposa doña MaríaJuana de Egüez y Egüez, hace de cariñosa madre para que el huérfanono se sienta un desamparado. Allí entabla ‘buenas migas’ de por vidacon sus cinco primos: Francisco, Vicente, Teresa, Mariano y VicenteLópez de la Flor y Núñez. En generoso y humanitario ambiente, comoun hijo más, lo crían y educan en el Seminario San Luís. Esforzadoalumno alcanza con éxito el bachillerato. Cumplidos diecisiete años,siendo aún estudiante, contrae matrimonio el 24 de septiembre de 1788con la adolescente Petrona Egüez y Mestas de la mejor sociedad amba-teña. La infortunada niña muere casi enseguida, posiblemente a conse-cuencias de un mal parto. Pronto deja el luto el joven viudo y el 29 denoviembre del año siguiente, vuelve a contraer nupcias con MarianaOláis y Bustamante, oriunda también de la ciudad de las frutas y las flo-res y pariente inmediata de su tía política María Juana Egüez de Lópezde la Flor. El matrimonio se realiza en la iglesia de El Sagrario de Quito,el 22 de noviembre de 1789, siendo padrinos Nicolás de la Peña Maldo-nado y José Oláis, tía de la novia.

Un año antes, figura como primer alférez del Regimiento de Dra-gones de las milicias disciplinadas de Quito.

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Con afán de labrar su futuro en aulas escolásticas, ingresa a laUniversidad Santo Tomás de Aquino, en Quito. Tras seis años, en 1797, segradúa de doctor en Derecho Civil y en Derecho Canónigo. En el censode 1797, viven en la casa Nº 50 de El Sagrario, y vecinos de Manuela Es-pejo, hermana del gran Eugenio y el abogado Gabriel Zenitagoya, tíode Juan Salinas. Con esos vecinos, con su padrino de matrimonio, conlos compañeros de universidad y con el ambiente candente de emanci-pación que vive Quito, pronto se contagiará de ideas agitadoras e inde-pendentistas.

A causa de la invasión napoleónica y la descomposición de lacorona el Estado español está en crisis desde 1808. En el siglo XIX se pre-tende que las posesiones españolas de ultramar tengan un papel demayor apoyo –léase extorsión– a favor de la corona. América se con-vierte en proveedora de materias primas y mercados. Época dura paralos ibéricos, pero de ideas nuevas para los americanos. Surgen las com-paraciones. Triunfan las ideas románticas y la ideología liberal, que seimponen tras el éxito de la Revolución Norteamericana y la RevoluciónFrancesa. Se conoce que en Quito se estudian Juan Jacobo Rousseau yCarlos Montesquieu y siempre son buscadas la Enciclopedia Francesa yparticularmente la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,traducida en Bogotá por el prócer Antonio Nariño. Juan Pío Montúfary Eugenio Espejo conocen esa traducción en suelo bogotano y la traena Quito. De mano en mano, semejantes escritos revolucionarios, contri-buyen a desarrollar el pensamiento emancipador en la Audiencia deQuito y no sólo la pareja ed quiteños traen libracos revolucionarios, sinoque se dedican a la tarea de conformar una sociedad secreta masónica.Nace la logia Escuela de La Concordia, donde el Dr. Eugenio Espejo, ac-tivo masón e incansable revoltoso, es el Secretario.

Siguiendo el modelo de las sociedades patrióticas europeas,aquellos masones quiteños buscan constituir una organización en quepuedan participar otros individuos no iniciados en la masonería, parapromover las ideas de progreso social, a más de irles conociendo parael futuro; así nace la Sociedad Patriótica de Amigos del País. Su Presidenteel general Luís Muñoz de Guzmán y Secretario –no podía ser de otrosino él– el doctor Eugenio Espejo; quien también es encargado de la re-dacción y publicación del primer periódico quiteño, llamado Primiciasde la Cultura de Quito.

La temprana extinción de la quiteña Sociedad Patriótica de Amigos

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del País, se da por falta de la real aprobación de su estatuto; así como laprisión y muerte del revolucionario Eugenio Espejo. Con la extinciónde la Sociedad Patriótica desaparece también la Escuela de la Concordia;mas Juan Pío Montúfar –fiel a su juramento masónico– organiza en Qui -to la logia Ley Natural, con similares fines y objetivos. De ese taller –qui-zás, también, de las anteriores organizaciones– es Antonio Ante y Flor.

Desde que ingresó a la Universidad, hizo amistades con gentesde ideas de avanzada y se afilió a la masonería. Ya en el ejercicio profe-sional de abogado, contribuye a la difusión de las ideas libertarias, pre-dicando la insurrección y haciendo la propaganda de la importancia deser libres. De fácil palabra no pierde oportunidad para procurar hablarcomo lo hacía su maestro Espejo. En enero de 1805, es electo Regidordel Cabildo quiteño. Y en 1806, es nombrado Abogado Defensor de Po-bres, que ejerce hasta 1808, en que es reemplazado por su amigo el doc-tor Manuel Rodríguez de Quiroga.

En las vacaciones que se daba viaja a la finca Illina en Izamba,adoctrinando a los ambateños que querían escucharle en las ideas re-volucionarias; alumnos suyos sus primos Flor Egüez, y los jóvenes Ma-nuel Anda, Pedro Lana, Mariano Cevallos y Manuel Lara.

Antonio Ante y José Mejía Lequerica son invitados a España porJuan José Matheu, conde de Puñoenrostro, que tiene que viajar para con-traer matrimonio con María Elena Ángel Donado, sobrina del barón deCarondelet. En Guayaquil tras frustrado el viaje por la bronca de Ma-theu con el Gobernador de la plaza, coronel Bartolomé Cucalón, Anto-nio Ante en su condición de abogado se queda para asumir la defensade su amigo mientas los otros toman el barco para Europa.

Tras noticias llegadas de la invasión napoleónica a la penínsulaibérica y la prisión del rey de España Fernando VII, principia a predicarinsurrección en la forma discreta que más convenía, escribiendo el fo-lleto titulado Clamores de Fernando VII; especie de proclama que si bienfavorece al monarca, indirectamente reanuda los ardores de indepen-dencia, impulsando los primeros pasos hacia su consecución. Copiasanónimas del escrito son enviadas a Lima, Buenos Aires, Santiago, Ca-racas y Santa Fe de Bogotá.

Cuando tiene la intención de trasladarse a Lima con su amigoLuís de Saa, llevando sus escritos subversivos, es persuadido por el ca-pitán Juan Salinas de que permanezca en Quito para contar con sus ser-vicios cuando la revolución que se acerca se produzca. Acepta la

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insinuación y usa el tiempo para escribir dos manifiestos: Proclama y Ca-tecismo, con la intención de convencer a los lectores sobre las ventajasde la independencia y soberanía.

El 25 de diciembre de 1808 se reúne en la casa del marqués deSelva Alegre en Píntag, con algunos complotados. Pero el presidenteRuiz de Castilla conocedor de los escritos subversivos de Antonio Ante,mas el desliz en el hablar de Juan Salinas, ordena prisión a los conspi-radores. El día 28 son identificados, apresados y enjuiciados Juan PíoMontúfar, Juan de Dios Morales, Juan Salinas, Manuel Quiroga, Nicolásde la Peña y el presbítero José Riofrío. Antonio Ante se esconde. Trasuna serie de incidentes de tinte judicial se traspapela el proceso al serremitido a Bogotá y los detenidos, sin expedientes que prueben culpa-bilidad a los ojos de los jueces y jurando inocencia, salen en buena horalibres.

Mas, sin que les amedrente el haber estado presos y enjuiciados,siguen comprometidos reuniéndose con la conjura y la revolución. Con-vencidos de que la libertad no tiene que ser conseguida sino que tieneque ser conquistada, el martes 7 de agosto de 1809, los compatriotas sereúnen a casa de Javier Ascásubi para redactar el acta de la revolución.Sin embargo por no haber la concurrencia necesaria deciden congre-garse en el departamento que arrienda Manuela Cañizares en la casaparroquial de El Sagrario. Aparentarían una reunión social el día 9 y gol-pear el 10. Efectivamente una vez congregados leen el Acta de la Revolu-ción, designándose sectores y responsabilidades. A las 2 de la ma dru- gada quedan constituidos, comprometidos e inmediatamente se poneen marcha el plan.

Pasada la media noche, el capitán Juan Salinas parte a cumplirla misión en la guarnición militar, situada a pocos pasos del propio Pa-lacio de Gobierno. Su fácil ingreso se debe a que también están conjura-dos el oficial de la guardia y los miembros de la misma. En el interiordel cuartel, Salinas, que tenia llegada y liderazgo, despierta y pone enformación a las tropas leyéndoles el Acta del Pueblo y comprometiendoa todos con la sublevación.

Antonio Ante, a su vez, es el encargado de acudir antes de laseis de la mañana donde el presidente de la audiencia Manuel Huríes,conde Ruiz de Castilla. Le acompañan su primo Juan Ante, Antonio Pi-neda y Miguel Donoso. Llevan sellado oficio de la Junta Suprema quetiene que ser entregado personalmente al gobernante español. Sorpren-

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den al anciano en su lecho y le entregan la decidora nota de que ha ce-sado en sus funciones, relevado por los patriotas.

Enterado el Conde del contenido de tan audaz como inesperadooficio, permanece arrestado en su recámara. Avanzada la mañana quedaconstituida la Junta Suprema de Gobierno. ¡La revolución está en marcha!El acta respectiva, entre otras instrucciones da a conocer las razones dela Junta y quienes la gobiernan. Presidente es designado Juan Pío Mon-túfar, marqués de Selva Alegre y vicepresidente José Cuero y Caicedo,obispo de Quito; Secretario de Estado en lo Interior, Juan de Dios Mora-les; de Gracia y Justicia, el doctor Manuel Rodríguez de Quiroga y deHacienda Juan Larrea.

El día 16 se conforma una fuerza militar denominada Falange,reparto bélico que doctrinariamente es un cuerpo de infantería confor-mado por más o menos 400 voluntarios a pie, unidos con el mismo finbélico y dividido en batallones y que poseen alguna preparación military cierta disciplina. Su paga mensual suele ser por contrato, con descuen-tos de sus haberes por vestuarios y prendas entregadas, así como tam-bién por actos de indisciplina. De esta Falange es nombrado comandantecon el grado de coronel Juan Salinas Zenitagoya. El doctor Antonio Antees nombrado comandante del segundo Batallón Veteranos y con la jerar-quía de teniente coronel; su segundo comandantes es Nicolás Aguilera,el mismo que conspirado le ayudó a ingresar al palacio de Gobierno,donde el conde Ruiz de Castilla. El primer batallón está mandado porJavier Ascásubi y el tercero por Joaquín Zaldumbide.

Por la ciudad comienza leerse un verso de autor desconocido:

La prueba que ya tenemosuna Junta respetable,de gente ilustre y de lucesy para todos amables. Esa gran Junta sabiatodo en razón lo ha de hacer,no como el gobierno torpe que cayó por siempre ayer.

A pesar de que entre los complotados existen personas intere-santes, con visión muy clara de los objetivos propuestos, no son tomadosen cuenta. Por ello y por otras razones, con el correr de los días, se con-

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forman dos grupos antagónicos entre los criollos: los ‘Montufaristas’ ylos ‘Sanchistas’. Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre con losunos y Jacinto Sánchez Carrión, marqués de Villa Orellana, con los otros.Los “Montufaristas” aceptan la independencia de España, pero conser-vando el orden monárquico con Fernando VII. Los “Sanchistas” exigenla independencia total de España y sus reyes. “Lo cierto es que las ex-clamaciones de adulo a Frenando VII, no engañan a nadie, y menos alos españoles apresados”·.

Noticias contrarias al régimen comienzan a llegar desde Popa-yán, Cuenca y Guayaquil negándose a secundar el golpe. Habrá queconvencerles por la fuerza. Al norte con sus tropas va Pedro Montúfaren dirección a Pasto y Popayán. Antonio Ante pasa a comandar las Fuer-zas del Sur, y marcha rumbo a Riobamba para establecer su Cuartel Ge-neral. Su principal misión defender Guaranda y Alausí, por donde secree que podrían subir las tropas realistas de Guayaquil para llegar aQuito, y luego planificar y ejecutar la toma de Cuenca, ciudad en manosde los realistas.

En tanto que avanza a su cometido, en la capital ocurren los pri-meros sucesos funestos para la revolución y Antonio Ante decide retor-nar a Quito preocupado de las noticias que le llegan. En la capital,conoce que los principales de la Junta Suprema, motivados por reaccio-nes adversas a ella, desean apresurar la reposición de Ruiz de Castillaen su gobierno, para así evitar los peligros de una guerra generalizaday que Quito pueda ser atacada en tenaza por sus vecinos del norte y delsur. Antonio Ante, molesto y decepcionado es el último que deja la es-pada.

En la ciudad ya recorre otro verso, pero con otra letra:

¿Qué es la Junta? Un nombre vanoque ha inventado la pasión, para ocultar las traicióny perseguir al cristiano.¿Qué es el pueblo soberano?Es ensueño, una quimera,es una porción raterade gentes sin Dios ni Rey¿Viva, pues, viva la Leyy todo canalla muera,

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¿Quién ha causado los males?Morales.¿Quién los cubre con su toga?Quiroga.¿Quién perpetuarles desea?Larrea.Es menester que así sea,para lograr ser mandonesestos desnudos ladrones,Morales, Quiroga y Larrea.

¡La revolución ha finalizado! ¡Sesenta y nueve días de ‘PatriaBoba’! ¡Tanto esfuerzo para nada! El destino de la revolución estuvomarcado por la inercia y doblez del Marqués de Selva Alegre, quien casia la fuerza asumió la presidencia y el encargo de ‘gobernar’. Los demásmiembros de la Junta tuvieron comportamientos diversos. El obispo JoséCuero y Caicedo, fue el primero en renunciar a la vicepresidencia. Variosclérigos y otros tantos nobles, condes y marqueses y más encopetados,defeccionaron desde el principio. Gentes sin ningún interés patriótico orevolucionario. Puestos algunos solamente por fuerza de las circunstan-cias en una revolución que ni entendían ni querían ni les interesaba. Lospatriotas y la barriada, que estuvo lista a todo, decepcionados de la me-drosa Junta. “Antonio Ante, a poco acusó de versatilidad a Montúfar ycuando se enteró que Salinas había pactado con Ruiz de Castilla se ofre-ció para matarlo.”

Las predicciones y recelos lógicos de Antonio Ante y otros, co-mienzan a cumplirse: ¡Hay una fuerte reacción de los españoles! A lospocos días entran los soldados del Regimiento Real de Lima enviados porel virrey Abascal para pacificar estas regiones y tomarse Quito. Ingresansin resistencia el 24 de noviembre de 1809. Funcionan más bien comouna fuerza de espionaje y represiva de cualquier indicio de emancipa-ción. La situación empeora, pues el coronel Manuel Arredondo coman-dante de los ‘pardos’ limeños, permite todo tipo de excesos y abusos desus hombres sin hacer caso a los dictados de Ruiz de Castilla, que pro-metió que no habría retaliaciones.

El día 4 de Diciembre las autoridades españolas dan orden deprisión para cuarenta y seis personas y destierro para otras. Al domiciliode Antonio Ante, seis soldados van por él. El tejado y las cornisas salvan

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su pellejo. Escabullido es declarado proscrito. Rápido bando circular,‘readvierte’ que las personas que le presten ayuda a los prófugos de lajusticia, serán reos de la comisión del delito de alta traición y condena-das a muerte por cómplices y encubridores. En la lista del bando Anteocupa el quinto lugar en peligrosidad. Primero el marqués de Selva Ale-gre. Luego Juan Larrea y los curas José Riofrío y José Correa. Tras suyosu primo Juan Ante y Valencia.

En su huída llega a Ambato a procurar escondrijos y a ‘salto demata’ donde sus generosos familiares López de la Flor y Egüez o dondesus valientes y solidarios amigos de juventud y tendencia. En Ambatoescribe El Anteojo, enviando a las autoridades de Santa Fe, refutando lavista del fiscal Arechaga.

Poco a poco van llegando a prisión: Juan Salinas, Juan de DiosMorales, Manuel Rodríguez Quiroga, Juan Pablo Arenas, el cura JoséRiofrío, Francisco Javier Ascásubi, Nicolás Aguilera, Antonio Peña,Pedro Montúfar, José Vinuesa, Manuel Cajías, Pedro Montúfar, Juan La-rrea y Guerrero. Vicente Melo, Vicente Mideros, Mariano Godoy y el es-cribano Atanasio Olea.

Pasan los meses. A pesar del ambiente de sobresalto que se vive,los patriotas constantemente procuran comprar información a la troparealista utilizando todos los medios a su alcance. Así llegan a conocerque ya ha salido de España y está pronto a arribar el hijo del Marquésde Selva Alegre, coronel Carlos Montúfar, en condición de ComisionadoRegio, para reducir las diferencias entre chapetones y criollos en la Au-diencia de Quito. Pero corren también los rumores de que antes de quellegue, los presos serán pasados por las armas.

Cuando los conjurados conocen de este rumor o certeza, des-confiados deciden organizarse para tratar de liberar a los prisioneros.Antes del 2 de agosto sorpresivamente Antonio Ante llega a Quito de-seoso de liberar a sus compañeros presos. Mas, sin embargo, el día pre-ciso otros descortinadamente se adelantan. Un grupo de valientesreunidos también para rescatar a los presos –de seguro que si sabían tra-bajaban juntos-, han decidido atacar a los tres sitios donde están los en-carcelados. Tan cruda y poco reflexionada fue su resolución, que nisiquiera pensaron en un caudillo que debía dirigirlos, ni en la coordina-ción y unidad que debía tener semejante operación.

El 2 de agosto de 1810, a la una y media de la tarde, se produceel intento programado. Armados de rudimentarias pistolas, machetes y

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puñales, simpatizantes del movimiento —incluido Antonio Ante- vanen pos de cumplir su cometido: liberar a los encarcelados en las dos pri-siones. Mas, la falta de coordinación para actuar a la misma hora entrelas dos partes, trae funestas consecuencias. ¡La matanza es brutal!

Pese a que Ruiz de Castilla ha ordenado proteger a los deteni-dos, hasta el juicio formal, ¡no fue así! Los ‘pardos’ de Lima de la Guar-dia Real, se dirigen a los calabozos, asesinan a mansalva a los patriotas,incluso delante de los familiares que les visitan. No satisfechos con habercorrido sangre en las cárceles, la caterva uniformada, a órdenes de Arre-dondo, sale a las calles a la brutal tarea de matar a toda persona que estéfrente a sus armas, sin dejar de lado desmanes y robos en tiendas y do-micilios durante interminables horas. Cholos de pésima catadura, entrelos que se podía dudar si eran racionales o irracionales, o si tenían almao no, conciencia o cerebro. Para embravecerlos aún más y despertarlessus bajos instintos de brutos, se los embriagó antes de la acción.

Comienzan a disparar a toda persona que ven. A balazos caenniños, mujeres, hombres, inválidos, sin distinción alguna. ¡Paralela-mente se inicia el saqueo de la ciudad! Las puertas de las casas que in-útilmente se cierran o se trancan, son rotas a culatazos. Los que pueden,saltan por las ventanas posteriores y se salvan procurando unirse. Ensus barrios deciden contraatacar. Se arman con palos, piedras, hachas,cuchillos y se lanzan, valientes e imprudentes, a un combate desigualante las tropas realistas.

La intervención del obispo Cuero y Caicedo pudo detener lamatanza, cuando recorre las calles de Quito acompañado de un grupode sacerdotes. Llevan consigo la imagen de Jesucristo crucificado pi-diendo cese el vandalismo, la carnicería y la masacre. Las iglesias apo-yan con el desgarrante tañido de sus campanas.

La oportuna intervención del obispo y los suyos hace que la san-guinaria gentuza de los ‘pardos’ limeños, borracha de licor, apetenciasy sangre, detenga su brutalidad

Tras el grito de independencia de Quito, secundaron algunospueblos su posición, conformando Juntas dizque en nombre y respaldode Fernando VII y declarando su independencia, que era lo que temíael Virrey de Perú. Por imitación y o por propia necesidad, cada cual consu propia historia se van creado Juntas de Gobierno así: el 19 de abrilde 1810 en Caracas. El 22 de mayo de 1810 en Cartagena de Indias. El25 de mayo de 1810, en Buenos Aires. El 3 de julio de 1810 en Santiago

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de Cali. El 4 de julio de 1810 en Nueva Pamplona. El 20 de julio de 1810en Santa Fe en Bogotá. El 15 de septiembre de 1810 en Guatemala. El 16de septiembre de 1810 en México. El 18 de septiembre de 1810 en San-tiago de Chile. El 15 de mayo de 1811 en Paraguay.

En tanto en España, la Junta Suprema de Sevilla, ante la difícilsi tuación que habían vivido los españoles deseando reconstituir el Estado,dividido a la sazón en tantas provincias y entre ellas las americanas deultramar que tienen una pasión independentista, y más aún que Napo-león, ha tenido un duro golpe militar y político con la derrota en Bailén.

Mientras unas regiones de América, reconocen a la autoridadde la Regencia, otros se niegan a reconocerla imbuidos por la suprema-cía regional, la confusión imperante y que hace que mutuamente se til-den de traidores. Inédito. Se presentan dos frentes: los que aceptan laautoridad de la Regencia y los que mantienen los principio de la JuntaSoberana.

La Junta Central, instalada primero en Sevilla y luego en Cádizse traslada a la Isla de León, donde permanece algunos meses hasta quese concreta la adopción del Consejo de Regencia. El objeto de este cam-bio es no sucumbir a los requerimientos de Napoleón ni su pretendidaJunta de Bayona. Ratifican que los dominios españoles en las Indias noson colonias sino que forman parte integrante de la monarquía españolacon igualdad de derechos. Así mismo manifiestan, que pueblo tan mag-nánimo y generoso, no debe ya ser gobernado, sino por verdaderas le -yes, aquéllas que llevan consigo el gran carácter del consentimientopúblico y la utilidad común; por lo tanto confirman las Cortes, y paraque no se retrase su funcionamiento con la venida de los representantesdesde América, hacen que trabajen con los suplentes, americanos queestán viviendo en España.

Al llegar a América semejantes noticias de crisis peninsular, sindistingos e indistintamente de condiciones sociales y económicas, semantiene tres conceptos heredados y generalizados: Lealtad al rey cau-tivo, exaltación de la religión católica como elemento de identidad y re-chazo a la imposición francesa. Sin embargo por la ausencia del Rey,creen que la soberanía debe pasar a la sociedad; esto es al pueblo en de-mocracia. En este marco, para no complicar las cosas en América, le Re-gencia dispone la salida de comisionados desde España, con el fin deconquistar las opiniones y voluntades de los Americanos a favor de lacausa de los españoles peninsulares que era la causa de todo un reino.

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El 12 de septiembre de 1810 llega a Quito el Comisionado Regio,Carlos Montúfar. . Retorna a la ciudad que le vio nacer luego de 10 añosque partió para Europa.Las terribles noticias de la masacre del 2 deagosto, le tienen ensombrecido. Triste y apenado se lamenta el no haberllegado a tiempo. Hoy reconoce por qué le demoraron. No sólo hanmuerto familiares y amigos, sino que reconoce la lamentable perdida deseres tan importantes para el futuro patrio

Tres días después el Comisionado en cumplimiento de las ins-trucciones españolas, establece una Junta de Gobierno —la segunda-que comienza a funcionar doce días después. Esta Junta tiene al condeRuiz de Castilla de Presidente, Vicepresidente el obispo Cuero y Cai-cedo. Antonio Ante, es propuesto por el barrio de San Sebastián paraser parte de ella, pero se excusa sin dar mayores explicaciones. Creemosque quedó ‘curado’ de la anterior...

Para el Congreso patriota que se reúne en Quito en 1812, eselecto el Dr. Ante como Diputado por Guaranda. Acude presuroso yaunque es pobre y con familia, desiste de cobrar dieta alguna. Luego,por consenso, conforma la Suprema Diputación de la Guerra, como unode sus cinco miembros.

Antonio Ante, a órdenes del coronel Feliciano Checa, es partedel ejército patriota. Su primera misión, nuevamente como tiempo atrás,interceptar al realista general Toribio Montes, que días antes ha organi-zado sus fuerzas con soldados del Perú, Panamá y Guayaquil. El militarespañol desde el puerto se moviliza por Guaranda con intención de lle-gar a Quito, que sigue ocupada por las fuerzas patriotas. A su vez, tropasrealistas también avanzan desde Cuenca con los generales Melchor Ay-merich y Juan Sámano.

Los realistas están muy molestos y quieren llegar a Quito, puesel 18 de junio de 1812, a raíz de los maltratos recibidos por el populachoque le arrastró desde El Tejar hasta el centro de la ciudad, ha fallecido elConde Ruiz de Castilla.

El 25 de julio de 1812, Antonio Ante con cuatrocientos hombresde refuerzos que le envía el coronel Feliciano Checa, arremete contra lavanguardia de los españoles de Toribio Montes en San Miguel deChimbo. Desde las tres hasta las cinco de la tarde combaten bravamente,debiendo retirarse por escasez del parque; perdiendo más de cien hom-bres, de los cuales treinta y cinco muertos y los restantes quedan heridosen el propio campo y tomados prisioneros.

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El 2 de septiembre el general Montes inflige derrota a las fuerzaspatriotas en Mocha; renunciando al mando el coronel Feliciano Checa.Tras este descalabro, Antonio Ante es propuesto para remplazarlo comocomandante de todas las tropas, pero se niega y dando explicaciones re-conoce que no tiene de militar sino su arrojo y valentía, recomendandoque asuma el cargo el coronel Carlos Montúfar. Sin embargo que él esdeclarado ‘Sanchista’ y contrario a los ‘Montufaristas’ pues les tiene an-tipatía, especialmente a Juan Pío por cobardón y pusilánime.

Carlos Montúfar dispone el repliegue ordenado de las tropaspara defender Quito. La protección será a la altura de El Panecillo; ata-laya y llave de la defensa. El 8 de noviembre, Antonio Ante defiende elala derecha en San Diego y La Magdalena. Ignacio Ortiz, propiamente enla elevación. Francisco Calderón en San Sebastián y en la retaguardia Ma-nuel Matheu.

Atacan los españoles y la defensa por el centro ha cedido. Hayque confinarse a la ciudad. Antonio Ante repliega hacia el Arco de laReina y de allí a la plaza de La Merced, donde sostiene el ingreso realistapor varias horas.

Por la tarde del 8 de noviembre el general Toribio Montes re-toma la ciudad de Quito de manos de los patriotas y restablece el poderespañol –será por diez años más–. En tanto los grupos de patriotas dis-persos, avanzan a congregarse y hacerse fuertes en Otavalo e Ibarra. Elgeneral Juan Sámano persigue a los patriotas comandados por CarlosMontúfar.

Para Antonio Ante, el patriotismo es una necesidad moral.Quiere seguir combatiendo. Fuerte y desinteresado, se desplaza haciael norte y en Atuntaqui quiere enfrentar a las tropas de Sámano que vie-nen en persecución. Tras discusión acalorada con Carlos Montúfar –elDios de la guerra no está con los que vacilan– se pierde tan importanteoportunidad de, aprovechando el conocimiento del terreno, derrotar alos realistas.

El 25 de noviembre las fuerzas patriotas acantonadas en SanAntonio de Ibarra, resisten valientemente el ataque sorpresivo de lastropas realistas de Sámano, y a pesar de la inferioridad numérica derro-tan a los invasores. Luego combaten en Ibarra, donde definitivamentepierden los patriotas. Montúfar huye a la hacienda Huachalá en Ca-yambe. Francisco Calderón, y con él Antonio Ante, se repliegan al nortede la ciudad. La caballería realista carga contra los pocos hombres que

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quedan en las filas patriotas y a la altura de la laguna de Yaguarcocha,los dispersan. El jefe Francisco Calderón y doscientos soldados, así comoAntonio Ante y el ayudante artillero Ponce, fueron los últimos oficialespatriotas del año 12 en luchar denodadamente hasta el final. DetenidoFrancisco Calderón, es fusilado en el puente del río Chota. Antonio Anteescapa milagrosamente, siendo perseguido inútilmente por Sámano. Se-cretamente y embozado se va a Ambato donde se cree más seguro.

Días antes–el 27 de noviembre– Antonio Ante redacta carta ade-lantada de lo que pasará, dirigida a Juan Sámano y firmada por Fran-cisco Calderón, en la que le dice:

Si el monstruo de la humanidad titulado Presidente, se producetan cruelmente cuando trata de seducir y engañar y tiene armas alfrente, ¿qué más hará cuando se rindan estos? En dónde está la libertaddel americano tan decantada por los repetidos gobiernos que se hancreado en España.

Al final del año, por orden del general Toribio Montes, es con-finado a Loja, el Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montúfar. El fun-cionario español lo que quiere es paz. El mismo presidente Montes alDr. Ante le suspendió en el ejercicio de sus funciones junto con 25 juris-tas, considerando que junto al Dr. Mariano Merizalde, son los revolu-cionarios más recalcitrantes.

Pasan los días de incertidumbre. Dentro del seno familiar se co-noce que el presidente de la Audiencia, Toribio Montes, ejerce una polí-tica respetuosa y conciliatoria. Presentadas así las cosas acude aconciliador diálogo en enero de ese año 13. El general Montes conoce aldoctor Ante. Quiere ‘matar dos pájaros de un tiro’: por un lado ayudarley por otro tenerle lejos. Un mes después Antonio Ante recibe el pasa-porte para el destierro a Lima, vía Ambato y Guayaquil. Va a Ambatoprocurando en el trayecto al destierro descansar ya que se siente en-fermo y gastado de tantas fatigas e impotencias.

En marzo de 1813, Núñez de Arco, fiscal acusador de AntonioAnte, registra en su Alegato

El doctor Antonio Ante en la primera insurrección fue tenientecoronel de la Falange. En la segunda comandante de Artilleros y luegoRepresentante Judicial. Asistió a las expediciones contra Cuenca y sos-

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tuvo los ataques de Guaranda, Mocha y la entrada a Quito, con elardor del más distinguido entusiasta, siempre manejando dineros sinhaber rendido cuentas jamás. Por su condición feroz y sanguinaria,siendo pocas las expresiones que merece este monstruo Monarcómanoobstinado.

Mas sucede coincidencialmente que en Ambato el joven IgnacioHidalgo comienza a reunir armas para llevarlas a un paraje cercano,donde espera formar una falange de guerrilleros patriotas. Al ser des-cubierta esta conjura, el Presidente de la Audiencia, ordena localizar deinmediato a Hidalgo y al ser detenido que se lo fusile, y, también, quecuanto antes continúe al destierro el Dr. Ante, pues se le supone com-plicado en semejante sedición.

Entonces llega a su conocimiento que los astutos españoles pien-san embarcarlo en Guayaquil, no con destino al Perú sino a Manila enFilipinas y decide ocultarse, regresando a Quito calladamente donde suesposa e hijos.

Perseguido de mal infortunio, su vuelta coincide con la llegadaa la capital del sanguinario general Juan Sámano y conociendo la in-quina feroz que le tiene el español, se ve precisado a alejarse al norte,pensando en unirse a las tropas de Bolívar, venezolano del que ya seoye sus ímpetus libertarios y su lucha encarnizada contra los realistas.En Cayambe, con el teniente coronel Antonio Pineda, promueven alza-mientos en los cantones de Otavalo e Ibarra y tratan de conseguir el des-concierto de las defensas de Pasto. Denunciado, los tres revoltosos consus cabezas puestas a precio, obligándose a ocultar en los bosques cer-canos a Pichincha y “desde aquellos bosques a buscar ocasiones de obrarcontra el enemigo”. ¡Tal su lucha y su tenaz empecinamiento!

Temperamento idealista y revoltoso no se hace esperar y no ne-cesita mucho para continuar a las andadas revolucionarias. Aunque nosale de casa ni se dejaba ver en las ventanas, hace numerosas conexionespatriotas y deciden y planean unas ‘Vísperas Sicilianas’ –imitando lamatanza de los franceses en la isla Sicilia que acabó con el dominio deCarlos de Aujón– en que los habitantes de Quito así como los de Ibarra,Otavalo, Latacunga y Ambato y exterminen a todos los de nacionalidadespañola.

Todo marchaba bien hasta que la ligereza de uno de los com-prometidos se denuncia de la conspiración. Por efecto mismo de la re-

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velación se conoce que el doctor Ante se encuentra oculto en su propiacasa en Quito. ¡Ordenan su muerte!

Para el efecto se disfraza a un soldado de campesino para quedizque llegue a entregarle un oficio en manos del doctor. En la casa lemanifiestan que no está; mas tal fue la insistencia del seudo campesino,que la servidumbre cae en la trampa y le conducen a que hable perso-nalmente con su amo. El disfrazado le entrega la misiva, y cuando sepresta abrirla, aprovecha para sacar un puñal y tomándole despreve-nido, lo clava en el pecho a la altura del corazón. Herido pero con granreacción logra asirle vigorosamente el puño y evitar otras cuchilladas.Gritos de socorro atraen a familiares y domésticos, mientras el asesinohuye. Soldados apostados en las cercanías, entran presurosos a la casa,toman el cuerpo exánime y se lo llevan arrastrado al cuartel. Las callespor donde pasa el agonizante son marcadas con sangre.

En el Archivo Nacional, consta el juicio a Antonio Ante, “abogadode la Real Audiencia y capitán de las tropas revolucionarias”, instruido enQuito el 9 de junio de 1813. A los dos días el Juez monta auto cabeza delproceso:

En la ciudad de San Francisco de Quito a nueve de julio de milochocientos trece, el Excelentísimo Señor Don Toribio Montes, dijo::Entre las monstruosas criminalidades cometidas en esta vecindad espúblico y notorio que el Doctor D.C. Antonio Ante, abogado de estaReal Audiencia tomó con el mayor empeño el delincuente proyecto derevolver sus habitantes desde la primera Junta que se celebró el diezde agosto del ochocientos nueve, habiendo asistido al conventículo pre-parado maquinado en la casa del Sagrario de la que en junta de su co-legas procedió a sorprender al cuartel, levantando desde ese entoncesen peso las gentes para que sea erigido un gobierno contra las leyesfundamentales de la monarquía, tomasen las armas contra el rey y con-tra sus magistrados que a su nombre gobernaban esta Provincia, ha-biéndose el mencionado año en que a la Junta saca el título de capitáncomandante de una de las compañías de las tropas revoltosas. Extin-guido aquel gobierno y a los ocho meses del legítimo, formado el aco-metimiento contra el Cuartel Real apareció repentinamenteacaudillando el tumulto habiendo antes estado fugitivo, por habérseleperseguido por días, por criminalidad y aún publicándosele el bandopor traidor.; de formas que triunfante en la Segunda Junta; y revolu-

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ción del año ochocientos diez, volvió al mismo empleo de Capitán Co-mandante y aún logró se le nombrase representante por la Provinciade Guaranda en el Congreso subversivo, cuyo ministro lo desempeñócompletamente, procurando se llevase la insurrección por cuantos ar-bitrios le sugería su maledicencia, robando a la Caja Nacional canti-dades gruesas de dinero con los pretextos de comprar armas y otros;asistiendo a las expediciones militares que hacían los revoltosos contralas fidelísimas ciudades de Pasto, Cuenca y el asiento de Guaranda,sin omitir alguna hasta la acción que se dio en el cerro del Panecillocontra las tropas revolucionarias, en el que fueron derrotados con suscompañeros, habiendo demostrado en ambas revoluciones su genio se-diciosos, turbulento, sanguinario y ladrón cual ninguno. Para venirpues el castigo de tan enormes delitos mandó su Excelencia se formaraeste auto cabeza de proceso, y que a su tenor certifiquen los escribanosJosé Antonio Arboleda, Miguel Munive y Antonio Portila; y hecho seproceda a lo más.

El Fiscal da su opinión. Encuentra delito. Acusa, y pide condena:

Que los crímenes del doctor Antonio Ante han sido muy notorios,como que ha sido uno de los caudillos de la primera insurrección deldiez de agosto, uno de los que con fuerza armada trataron de consumarla del dos de agosto del año ochocientos diez y en esta última sobrehaber sido Capitán Comandante y representante del asiento de Gua-randa, fue del número de sediciosos que más se distinguieron en todaclase de delitos; en resistir a las legítimas autoridades, en los diversosataques que vuestra Excelencia las derrotó completamente y en perpe-tuar el imperio de las pasiones y los crímenes. En este concepto ysiendo público y notorio cuanto se puntualiza en el auto cabeza delproceso, y cuanto certifican los escribanos, para separar de esta repú-blica un miembros tan encancerado y tan obstinado en la insurrección,se servirá Vuestra Excelencia destinarlo por diez años al Presidio deCeuta con retención hasta nueva orden y con especial encargo a aque-llos jefes que velen mucho sobre la conducta del demandado DoctorAnte, como es justa.

En audiencia de estrados el fiscal se ratifica en sus opiniones ydice:

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El doctor Antonio Ante en la primera insurrección fue teniente coro-nel de la Falange. En la segunda comandante de Artilleros y luego Repre-sentante Judicial. Asistió a las expediciones contra Cuenca y sostuvo losataques de Guaranda, Mocha y la entrada a Quito, con el ardor del másdistinguido entusiasta, siempre manejando dineros sin haber rendido cuen-tas jamás. Por su condición feroz y sanguinaria, siendo pocas las expre-siones que merece este monstruo Monarcómano obstinado.

Antonio Ante, hace su propia defensa, reconociendo que supapel ha sido el de luchar por la libertad de los pueblos de América,como a su vez España también luchó por su libertad frente a los fran-ceses. Indignado, niega rotundamente, que se haya dispuesto de dineroalguno en su favor.

– ¡Díganme que les odio a ustedes pero no me tilden de ladrón!, lesgrita con fuerza, sin embargo de su debilidad por la herida sufrida.

Con la opinión del Fiscal, la defensa del acusado, el Juez cierray archiva el proceso como cosa juzgada y sin apelaciones emite la terri-ble sentencia: – Doctor Antonio Ante López de la Flor, ¡diez años a la prisiónde Ceuta en África!

Ceuta, pequeña ciudad española desde 1668 –antes Portuguesa–ubicada en la orilla africana del Estrecho de Gibraltar; entre el mar Me-diterráneo y el océano Atlántico–. Allí funciona el penal de El Rosedal.En el penal los detenidos son divididos en tres categorías: Militares, quehan cometido faltas disciplinarias. Civiles, prontuariados. Y políticos se-diciosos a la corona; incluyéndose los de ultramar: los de las coloniasamericanas. Los presos llevan cadenas según la condena...

El Dr. Antonio Ante, con su 47 años y aún convaleciente es con-ducido –Sábado Santo de febrero de 1818– a Ceuta en unión de su hijoJosé María, de 13 años, que ha obtenido permiso para acompañar a supadre, dado su precario estado de salud.

En casi dos meses de espantoso viaje en semejantes bajeles devela y remo y en su condición de preso, al fin el navío toca el puertodonde está la cárcel. El padre, a los calabozos del penal. El hijo, sacrifi-cado con sus trece años de edad, a la ciudad y a velar por el progenitor.

En semejante penal, sufre soledad en medio de tantos reclusos.Presidiario. Reo por la libertad. Tan lejano a su tierra y a los suyos, so-brelleva con paciencia lo que todo condenado en esas condiciones seobliga. Desaseo. Pobre comida. Desamparo. Monotonía. Horas intermi-

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nables y diariamente ¡resignación! Triste palabra. Único refugio que lequeda. Abatido y miserable. Desdichado que no tiene otra medicina quela esperanza; de esa esperanza que está lejana en el tiempo: ¡faltan diezaños! Para volverse loco y todo por la emancipación de su lejana tierra.

El muchacho trabajará como ayudante de sastre y de zapateropara supervivir y ayudar al cautivo, al que visita constantemente lle-vándole lo que puede, inclusive zapatos de compostura para que se en-tretenga y prestándole corta compañía.

En 1820 se produce en España el alzamiento liberal capitaneadopor el general Rafael y Núñez Riego, contra el régimen absolutista deFernando VII. Riego, en el poder como gobernante pone en vigencia laConstitución aprobada en 1812, de corte liberal, conocida como ‘LaPepa’. El general, en funciones y como claro signo de reconciliación, dejaen libertad a todos los realistas que encuentra en su camino y ordena li-bertar, también, a todos los presos políticos, incluidos los de ultramar.Amnistía providencial para Antonio Ante. Incrédulo. Desconfiado.Cruza muros, puerta y foso. A los dos años seis meses vuelve ver la luzde la libertad en el sol ceutañez. Con su hijo avanza al barco que le con-ducirá a América. Jamás olvidará semejante y terrible periplo; por elcontrario, afiebrarán los recuerdos de las paredes en tan terrible maz-morra.

Antonio Ante y su hijo pasan a Cádiz, punto de salida de Es-paña si se tiene el correspondiente pasaporte. Correteando los trámites,se entera por coterráneos americanos que viven en ese puerto y queestán molestos, que tropas españolas están próximas a partir para elnuevo continente. Molesto –‘genio y figura hasta la sepultura’– de quecontinúe el vasallaje donde ya no pueden sustentarse más por la fuerzade feudos ni señoríos, se junta a los inquietos revoltosos, para escribirdura carta, que fastidia a las autoridades españolas.

Pronto, hay la “orden de presentación” –quizás el juicio– a losautores de nuevas protestas. Asustado de caer en prisión nuevamente,cada cual arranca en desbandada. Sin pasaportes, de Cádiz pasan a laisla Palma de Mallorca, para ver si algún navío les saca del Mediterráneosin pasar por ningún puerto español.

Pronto ‘vela y viento’ de vuelta a América. Arriban al obligadopuerto de La Guayra, pasan a Caracas rumbo a Bogotá, luego a Cundi-namarca, pero no pueden seguir hacia el sur por la guerra que arrasaesas regiones.

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Un año y nueve meses se mantienen en forzadas aventuras ysinsabores y finalmente cuando en Atuntaqui los Ante, padre e hijo sevuelven a ver con los suyos, la felicidad es inconmensurable. Lleganpara encontrar a María Mercedes –la mayor de las hijas– felizmente ca-sada con el alférez Juan Donoso y Chiriboga, que se ha convertido enun protector y padre para todos.

El 27 de mayo de 1822, tres días después del triunfo de las armaspatriotas en Pichincha que sella tantos años de sufrimientos y persecu-ciones, ingresan a Quito. Al fin como hombre libre y emancipado, conla inmensa felicidad de reencontrarse con su fiel y sacrificada esposaMariana y sus otras hijas. Luisa casada con Pastor Valdez e Isabel con elDr. Joaquín Enríquez.

Viviendo vida tranquila y sosegada en Quito, en marzo de 1823,es designado provisionalmente Auditor de Guerra del Departamentodel Sur, con 500 pesos de sueldo. Luego recibirá el nombramiento deAsesor de la Intendencia del Departamento. En octubre de 1827, se rea-lizan las elecciones para representantes a la Convención de Ocaña, parareformar la constitución de Cúcuta. Antonio Ante sale electo y deberáacudir a ella como representante del Departamento del Sur, del 9 deabril al 10 de junio en esa ciudad colombiana al norte de Santander. Pre-sidirá la comisión acompañado de los doctores Manuel Avilés y PabloMerino. A última hora por enfermedad de su esposa Mariana Oláis nopuede viajar, siendo remplazado por el doctor José Matías Orellana

En 1830 es firmante del Acta de Separación del Departamentodel Sur de la Gran Colombia. Ese mismo año asiste como Diputado porel Departamento de Quito a la Primera Constituyente convocada por elgeneral Juan José Flores. Reunidos en la ciudad de Riobamba el 14 deagosto de 1830 y el fogoso letrado tiene ilustrada voz y papel prepon-derante en la escritura de la Carta Fundamental, en quince leyes orgá-nicas, veintidós decretos y varias resoluciones.

Durante las sesiones es injusta y soezmente insultado por el co-ronel venezolano León Febres Cordero. Mas, recibe el respaldo unánimey airado de todos los diputados al punto que el insultador se ve obligadoa abandonar el país.

El año 1 835 da sus últimos pasos en la vida pública regresandoal Congreso como Diputado. Tras cerrarse ese parlamento, se retira detoda actividad pública a voluntario alejamiento e inusitado aislamientosocial.

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Antonio Ante, desde poco tiempo atrás, carga con desolaciónsu viudez. La sacrificada Mariana Oláis y Bustamante ha muerto y elesposo vive solo y en oscurecida pobreza. Con esa realidad, a insinua-ción de sus hijas elige ausentarse a la hacienda Alobuela (hoy Agualongo,‘la vieja’, de propiedad del Ec. Marco Hernán Rivadeneira Salazar) desu yerno Juan Donoso, cercana a San Juan de Ilumán. Se dedica, dizque,a las faenas agrícolas. En esas andanzas extrañas a su condición, recru-decen sus padecimientos físicos y mentales. Secuelas de años de hombresufrido, afloran a cada rato. Las huellas físicas y mentales comienzanpor tomarle irascible y neurótico. Los síntomas de su alteración mentalse hacen evidentes. Se trastorna mentalmente. Con sólo 65 años de edad,fallece este prohombre ecuatoriano, el 18 de octubre de 1836. La partidade defunción consta en el libro de entierros de la matriz de San Luís deOtavalo.

El Dr. Antonio Ante y Flor –ejemplo para cualquier generación–fue caballero culto y de fino y urbano trato. Su alma grande para el sa-crificio se entregó entera al ideal de su Patria. Su carácter inquieto y ner-vioso, unido a singular constancia y tenacidad heroica poco común, ledistinguió entre todos ¡como el mejor!

Recordando su memoria el cantón imbabureño Antonio Ante,fue creado el 12 de febrero de 1938 Institutos educativos y calles, en es-pecial la situada en Quito, en el sector oeste del parque La Alameda, lle-van con honor y justicia su identificación. Mas creemos que el bronceeterno tiene que tallarle un monumento al “más rígido de los de los re-volucionarios” como lo calificó el historiador Roberto Andrade. Y al piede ese monumento debe decir “EL INVENCIBLE”, como lo llama Ma-nuela Espejo, hermana del ‘Chúzhig’; renombre puesto con admiracióny cariño por Rodríguez de Quiroga, el otro prócer de la independencia.

“El más eminente de los patriotas quiteños”, como se le conocea Antonio Ante y Flor, siempre pensó en virtudes, jamás en comodida-des. Hombre que reveló su carácter hasta en las cosas más simples. Quedesde niño no tuvo días sin penas. Valiente, en toda la extensión de lapalabra. Tenaz, hasta donde jamás desfalleció su fuerza de voluntad atoda prueba. Ejemplarizador. Sempiterno. Perdurable. La vida de losgrandes hombres que se han ido, debe hallarse perenne en el corazón yen la mente de los vivos, pues de ningún modo puede fenecer aquel queexistió dispuesto a morir por sus ideales. Ecuatoriano, atormentado porla libertad, hasta los limites inconmensurables de su palabra Patria.

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Bibliografía utilizada:

- Andrade Roberto.- Historia del Ecuador. Defensa de Salinas.- Andrade Manuel de Jesús.- Próceres de la Independencia. - Jurado Fernando.- Antonio Ante y Flor. Actores de la Revolución Qui-teña.-- Pareja Diezcanseco Alfredo.- Ecuador: Historiando la Republica.- Pérez Pimentel Rodolfo. -El Ecuador Profundo.- Antonio Ante.- Rodríguez Castelo Hernán.- Lírica de la Revolución Quiteña.- Ruiz de Castilla (Seudónimo).-Biografía del doctor Juan de Dios Morales.- Zúñiga Neptalí.- Juan Pío Montúfar, Primer Presidente de la América Re-volucionaria.- Wikipedia.- Enciclopedia libre.- Ceuta.

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LOS CHECA EN LA HISTORIA DEL ECUADOR DEL 10 DE AGOSTO DE 1809 Y DEL 2 DE AGOSTO DE 1810

Marcia Stacey Ch.

IntroducciónLa investigación en archivos militares abre una nueva perspec-

tiva para la Historia Patria, pues con los datos allí existentes, en especialcon la revisión de los Expedientes de Vida Militar, se mira de maneradiferente los sucesos, los hechos y los acontecimientos del pasado. Esasí, que el desfile de documentos necesarios para probar la identidadde cada personaje, sus descendientes, las acciones válidas para mejorarsu calificación y la serie de testimonios, que narran cada acto solicitadopor el militar, que estuvo directamente en los hechos estudiados; nosdan una mejor y más clara identidad del sujeto, inmerso en la época quele tocó desarrollar su historia. Esta investigación ha sido una gran e im-portante ayuda para poder localizar personajes y hechos perdidos en laHistoria. Básicamente se lo realizó en dos archivos, donde se guardanlos expedientes militares, de manera que pasan a ser los Indicadores dela investigación, aparte de otros archivos como el AGI (Archivo Generalde Indias) que guarda una enorme documentación sobre América y laConquista; datos con los que se ha podido completar el panorama en elque se desenvolvieron los actores y los hechos, a los que nos vamos areferir.

Es importante que podamos aclarar más aún sucesos tan cer-canos entre sí, como los del 10 de agosto de 1809 y del 2 de agosto de1810, por medio de dos hermanos, personajes que se ubicaron en bandosdistintos, que fueron afectados y actores de los dos hechos. Esto no llamala atención, pues el uno vivía en Jaén de Bracamoros, y llegó a ser suGobernador; como enviado por su padre para desarrollar los negociosfamiliares, a pesar de ser militar de carrera. El otro vivía en Quito, tam-bién militar de carrera y vio desde otro ángulo la política de la coloniay el perjuicio y olvido de los criollos.

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Los 4 años que duró la investigó en los dos archivos militares,fue como para obtener más de 6.000 fichas, y allí se encontró un expe-diente del coronel don Feliciano Checa y Barba, PRÓCER DE LA INDE-PENDENCIA, en cada uno de los archivos mencionados, donde sebuscaba el derecho al Montepío de sus familiares.

El primer archivo investigado fue el del ISSFA ( Instituto de Se-guridad Social de la Fuerzas Armadas ). Allí están los expedientes de losmilitares vivos, jubilados y los fallecidos en los últimos años y que tienenherederos o personas dependientes, que deban recibir el montepío. Y elsegundo fue el Archivo Histórico Militar, que tiene varias partes; nos in-teresa más que nada los “Libros de vida Militar”, que son iguales a los an-teriores, pero que ya han pasado a ser Historia, con más de 20 años deantigüedad, hasta que se llega a los héroes de la Independencia. Allí setiene expedientes de: próceres, héroes, militares que han llegado a lapresidencia y de otros militares en general, que constan con sus datospersonales, con las fechas de todo evento y además de sus estudios e in-clusive: la narración de sucesos y de personas involucradas en dichoshechos.

Aparte de estos archivos se tuvo la suerte de encontrar variosexpedientes sobre el Coronel Don José Ignacio Checa y Barba en el AGI:Archivo General de Indias en Sevilla y otros datos en el AHP: archivoHistórico de Piura.

Para justificar el objetivo y para obtener los datos más aproxi-mados sobre los personajes y los sucesos involucrados en esas fechasque conmemoramos, se pudo complementar con pequeños aportes deotros archivos, como también el de la Cancillería del Ecuador, que con-tiene valiosos informes. Se ha utilizado Bibliografía que constará comonota al pie en cada uno de ellos.

La obra de Luz del Alba Moya, El Árbol de la vida, fue de granayuda, como también la obra de Waldemar Espinoza Soriano La fuerzade la verdad. Contiene muchas referencias sobre los Checa en Jaén de Bra-camoros.

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CAPITULO PRIMERO

El Corregidor de Loja general don Ignacio Checa y CarrascosaEl General, Licenciado don Ignacio Xavier Joseph Manuel de

Checa y Carrascoza de La Torre nació en Baeza-Jaén en Andalucía-Es-paña el 3 y b. el 6 de junio de 1723 en la parroquia de San Pablo. Ciudadde Baeza2-3

Fue hijo legítimo de Don Crisanto Mateo de Checa y SalvadorMorata natural de San Lucar de Barrameda, Capitán de Caballos del Re-gimiento del Príncipe.4 Casado con Doña María Cathalina Carrascosa yJiménez de la Torre. “”Persona ilustre y descendiente de familias que han go-zado de estos reinos de familias de Hidalgos notorios”5

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General D. Ignacio Checa y Carrasco de la Torre

con sus dos hijos1

1 Única foto del Corregidor de Loja el General D. Ignacio Checa y Carrasco de la Torre con sus dos hijos: José Ignacio y Feliciano. ( Banco Central del Ecuador)2 AGI. Archivo General de indias, Sevilla, Contratación,5501,N.2.,R.223 AESCH.- Bautizos de Baeza, Libro 8 folio 145 v. 4 LASO CHIRIBOGA Luis E. con “Árboles genealógicos”.5 AESCH. Relación de Méritos de Don Ignacio Checa y Carrascosa.

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Fue Colegial en el San Phelipe de la ciudad de Baeza y en los deSan Bartolomé y Santiago El Mayor de la ciudad de Granada, en SanBartolomé y Santiago el Mayor, en cuya Universidad se graduó de Ba-chiller en Cánones, habiendo sido Presidente de la Jurisprudencia.

Se recibió de Abogado en la Real Chancillería en la propia ciu-dad de Granada el 14 de noviembre de 1742 y se incorporó en los si-guientes Reales Consejos el 11 de VIII- 1745 , en el colegio de Abogadosde esta corte.

Desempeñó algunos cargos desde 1748 hasta el 1-VII-1757, enque recibió el nombramiento como Corregidor de Loxa y Zamora, departe del Rey y partió para Sevilla por la documentación respectiva yde allí al puerto de Cádiz, para embarcarse con su empleado. 6

Salió de Cádiz el 13 de noviembre 1758, para llegar a las Indias,donde ocuparía su cargo como Corregidor y Justicia Mayor de Loxa yZamora, en la Real Audiencia de Quito; pidió autorización para viajar asu destino con dos criados: el Consejo de Indias le concedió autorizaciónsólo para uno, llamado Andrés Aboy, cuya Probanza se presenta, diceser natural de la ciudad de Santiago, en Galicia, hijo de Andrés Aboy,natural del lugar de Piñeiro en el reino de Galicia y de Petania Fontelde otra feligresía. 7

En el pasaporte de salida Don Ignacio justificó no ser casado yllevar un criado, baúles de su ropa, armas y libros de su uso, presentótoda la documentación pertinente de él y de su empleado.8

Fue Corregidor y Justicia Mayor de Loxa y Zamora, en la juris-dicción de la Real Audiencia de Quito, durante cinco años y meses:desde el 21 de abril de 1761, en que otorga fianza de mil pesos para eldesempeño de su cargo.

La Relación de Méritos del Licenciado Don Ignacio Checa dice:

“ ...que sirvió en dicho empleo con tal aplicación, que tenía reedificadosin el menor gravamen del Vecindario las casa de cabildo de la ciudad deLoxa, que había 30 años que se hallaban arruinadas; reedificó su cárcel, yabierto caminos para mayor beneficio del comercio y de los correos y quequedaba entendiendo en la fábrica de un puente en el famoso río de Cata-

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6 LASO CHIRIBOGA.Luis E. “Árboles genealógicos”.7 AGI. Archivo General de indias, Sevilla, Contratación,5501,N.2.,R.22.8 AGI. Archivo General de indias, Sevilla, Contratación,5501,N.2.,R.22.

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mayo, habiendo antes renovado los de Vinoyaco y Saraguro...”... tambiénarreglo la carnicería y el Real Hospital... 9

En 1763 firma como comisario de Visita en Cuenca.10. Certifi-cado en 12 de agosto de 1766, sobre su ejecutoria como Corregidor, “...que lo hizo con acentuada conducta y trató bien a los Indios.”…11

Pese a que se le había acusado de comenzar el negocio de la cas-carilla de manera ilegal, por cuanto estaba prohibido cosecharla en esemomento, fue sentenciada su buena conducta el 5 de VII de 1768, conrecomendación para otro cargo por la diligencia en el anterior, como Co-rregidor de Loxa. “ Hallándose en Quito al tiempo de la expatriación de losRegulares de la Compañía de Jesús, se le nombró por conducto de aquellos, quecompusieron el Segundo trozo del Colegio Máximo y Casa del Noviciado, parallevarlos, como lo hizo, al puerto de Guayaquil, en donde los entregó al Gober-nador, usando para ello la prudencia requerida en tal encargo.” Certifica tam-bién el Presidente Interino de la Audiencia de Quito, Don Juan AntonioCelaya, que durante los agitados y turbulentos días que atravesara laciudad de Loxa de su Corregimiento, él supo mantener la paz en ella.Luego, se levantan varias quejas de algunos funcionarios, que dicen queel negocio de la cascarilla, estaba concentrado en un grupo de aventaja-dos sociales, y que nadie más podía hacerlo.

Casó 1. en Madrid con Cathalina Fernández de la Calle.12

Casó 2. en Quito el 18- VII-1760 Doña María Josefa Cabrera deBarba y Guerrero, hija de Don Tomás Cabrera de Barba y Arauz, quiena su vez era hija de Don José Cabrera de Barba y Ochoa de Berna n. deLima (¿) y de Doña Juana de Arauz y Rojas13, n. de Loxa, hija. del Capi-tán Don Luis de Arauz, n. de Quito, hermana del Arzobispo de BogotáDon José de Arauz y Rojas, (fallecido en “Olor de Santidad” y cuyo pro-ceso se sigue en Roma) y de Doña Gabriela Rojas n. de la ciudad deLoxa.14 Don Tomás Cabrera de Barba había, Cc. Doña María Guerrero yPonce de León Castillejo, dama quiteña de gran prestancia, de la casade los Condes de Selva Florida.

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9 AESCH.- Relación de Méritos de Don Ignacio Checa y Carrascosa.10 ANDA Aguirre Alfonso, LOS CORREGIDORES DE LOJA.11 AESCH.- Relación de Méritos de Don Ignacio Checa y Carrascosa.12 MUÑOZ DE SOTOMAYOR Arc. de Block.13 ANH. Sección Haciendas. Po-Tm.1772, Doña Juana de Arauz casó 2º c. Don Leandro Sánchez Viescas. 14 APMV. Información de Patricio Muñoz Valdivieso.

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El matrimonio de Doña Josefa fue bendecido por su pariente elDr. Don Matías de Arauz15. Fueron Velados en el Oratorio de la Mar-quesa de Maenza. Padrinos: los marqueses de Maenza: Doña Marianade Aranda y Enríquez de Guzmán y Don Gregorio Mathew de la Esca-lera. Testigo fue su tío Don Ignacio Guerrero y Ponce de León Casti-llejo.16

La novia llevó 9.800 pesos de dote.17

F, Doña Josefa en Quito, el 2 de diciembre de 1792, enterrada enla Iglesia de La Concepción el día 3.

Don Ignacio Checa y C. estableció negocios en Loja hasta 176618.Fue propietario de la estancia Yaguarcuna en el valle de Punzara, la ven-dió el 10-XII-1766 en 420 pesos al General y nuevo Corregidor de LojaDon Manuel Daza y Fominaya. 19 Luego, éste le acusó de haber explo-tado y negociado a destiempo la cascarilla y además, “...”de haber mal-tratado y mantener presos a varios indígenas proveedores de la cascarilla.“ 20

Escribió un informe para España, donde relata muchos aconte-cimientos y habla sobre varios personajes lojanos; sus descripcionesestán muy bien logradas. Habla sobre la campiña, el comercio y sus ha-bitantes, se puede encontrar buena información sobre los indígenas yconocer problemas que se presentaron en esa época.

Terminado su Corregimiento fue Oidor de la Real Audiencia deQuito desde 1781 ante Ascaray, hasta 1784. Declaró tener una casa a lavuelta del convento de las Conceptas, también declaró obrajes en “SantaClara” y en “Tumbaco”. Declaró haciendas en Cotocollao, Chichi y Cu-ñaburo.21

Hacia 1783 se hallaba como Comisionado de Visita en Cuenca.Falleció en Cuenca en 1785, a la edad de 59 años, (verdaderamente fa-

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15 AGÍ. ( Archivo General de Indias, Sevilla). Sección Méritos. De Don Mathías de Arauz yRoxas, cura de la Concepción de Quito Vicario de Cayambe, Nieto del Lic. Don Alonso deArauz, Abogado de la Real Audiencia y de Doña María de Troya. Personas nobles, padresde Don Luis de Arauz Cc. Doña Gabriela de Roxas, n. de Loxa. Doña Gabriela era hija delSargento Mayor Don Francisco de Roxas y de Doña Josepha de Torres Hinojosa, vecinos deLoxa. Fue hermana del Canónigo Don Joseph de Rojas, persona tenida por noble en Loxa28-Sep. 1738.

16 GANGOTENA Juan Carlos y GZ-Tovar: Ceniga Nº 8 Los Barba. pp 126.17 MUÑOZ DE SOTOMAYOR Arc. de Block.18 Archivo de la Iglesia Matriz de Loja, Libro 2 de 1742-1771. 19 Notaría I de Loja, 1765-6. 20 MOYA Luz del Alba. El Árbol de la vida, Pág. .88. 21 MUÑOZ DE SOTOMAYOR Arc. De Bloc.

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llece de 65 años, pese a que en los documentos consta como que fallecede 59 años). Fue sepultado en la Iglesia de San Agustín; había testadoen Quito en Sep. de 1782, ante es escribano Juan de Ascaray, lugar de suresidencia desde 1767.

Don Ignacio fue dueño de la hacienda Chichi, en el valle de Tum-baco, por haberla comprado. Ella formaba parte de la hacienda Tumbaco,desde Pachusalac, hasta El Quinche, por el lado Norte, ya que por el surpertenecían a la familia Grijalba. La vendió en 1784, “por no poderla aten-der debidamente”22. Aduce que son tierras peligrosas de indios bravos yde asaltantes, sobre todo se queja de los feroces indios del aillu Apianda.Años más tarde compró su hijo Feliciano una parte y también la vendiópor la misma razón.23

Doña Juana de Arauz y Rojas, madre de su suegra, fue propie-taria de la Hacienda “Roxas” en Cumbayá, lindando con las tierras delAuqui Chico, Don Francisco Atabalipa; pagó impuestos hasta el año de1775 y Don Ignacio Checa pagó luego hasta 1779.24 Fueron también pro-pietarios en el sector Don Luis Arauz, José Arauz, Mencia y Rita Arauz.Más tarde figura como dueño Don Ignacio Checa. La hacienda “Pinza”figura como propiedad de Don Ignacio Checa desde el año de 1776 ytambién “Pisugulla”. Pasan desde 1795 a manos de Don Ignacio Barbalas haciendas de “Roxas”, “Pinza” y “Pisugulla”. Mientras “La Recoleta”pertenecía también a Doña Juana de Arauz y a Don Luis de Arauz.25

Doña Josefa Barba y su hijo José Ignacio Checa y Barba, reclaman la ha-cienda de Pomasque, a la muerte de su tío carnal el Dr. Don Joseph deBarba, en 1780.26 Doña Josefa, ya viuda, declaró haber convenido con elescribano José Enríquez Osorio, la venta del Obraje y hacienda “Chichi”y de “Cuñiburo”, por 21.600 pesos. En 1791 la Sra. demando la rescisióndel contrato en Quito en 1791.27

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22 ANHQ. Sección tierras.23 ANHQ, Sección Notarial, año de 1780.24 REBOLLEDO G. LORETO. Comunidad y resistencia, El caso Lumbisí durante la colonia. Pág.. 176-

7-178. También eran propietario en Roxas sus hermanos José, Rita, y Mencia, quienes estabanvencidos en el pago de impuestos hasta el año de 1779.

25 Idem.26 Del ANH, Testamentarías año de 1780-81, caj. 190, exp... 27 MUÑOZ DE SOTOMAYOR Arc. De Bloc.

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LOS CHECA Y BARBA

1. Dña. María Rosa n. en Loja el 15-VIII- 1761.Cc. Don Fernando Tinajero Guerrero.

2. Don Thomás Joseph María Ignacio Francisco JavierManuel. N. en Loja el 19 y b .el 20-XII-1762. Presbítero.

3. Don Joseph Ignacio n. en Loja el 21 –IV- 1764.Cc. Doña María Isabel Solano de la Sala y Piedrahita.

4. Don Pedro n. en 1766 b. en San Francisco de Quito,Presbítero.

5. Don Juan ( Manuel Antonio), n. 1768 en Tumbaco.Presbítero.

6. Doña Justa María Petrona Ramona, b. en el Sagrarioel 9-VIII-1770.

7. Doña Juana n. en Quito b. el 28 de VI- 1776 de 2 años( n. en 1774?). Cc. Don José Larrea y Barba en 1793.

8. Don Manuel Antonio Ignacio Atanasio Ramón, b. enSta Bárbara el 3-V-1775.

9. Don Francisco de Borja Ignacio, b. en Santa Bárbarael 2-XI-1777.

10. El Coronel Don Manuel Antonio Feliciano b. enQuito el 9-VI- 1779. Cc. Dña. María Alegría JosefaRaimunda Barba y Borja.

11. Don Juan Antonio Fernando b. en El Sagrario el 30-V-1780.

12. Doña María Micaela Mercedes Jerónima FranciscaAna b. en El Sagrario de Quito30-IV-1781.

De los hijos del General Don Ignacio Checa y Carrascosa de laTorre vamos a estudiar solo a dos y a un nieto.

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CAPÍTULO SEGUNDO

Don Joseph Ignacio Checa y Cabrera de Barba Militar: Coronel. Gobernador De Jaén De Bracamoros

“Nació en Loja el 21-IV-1764, b. en la capilla de las Monjas Concep-tas28, que fuera luego inscrito en El Sagrario de Loja. Padrino el Go-bernador de Armas Don Pedro Xavier de Valdivieso y Doña Isidorade Valdivieso.Lo firma el padre Sancho de Araujo de la Compañía de Jesús.” 29

En el año de 1777 fue admitido a la Escuela Militar en calidadde Cadete del Primer Cuerpo que se formó para la expedición del ríoAmazonas. Permanece allí hasta el año 1782.

Fue ascendido a oficial en 1782.A los 5 años de servicio eficiente el Virrey del Reino de Nueva

Granada lo nombra como Teniente de Alabarderos de su Guardia, quelo desempeñó en Santa Fe y en Cartagena.

Pasó al “Reyno de Quito” y fue destinado como Ayudante.Estuvo en dicho cargo en las ciudades de Cuenca y el Corregi-

miento de Latacunga y de Ambato (Hambato), donde ejerció como Sar-gento Mayor.

En 1788 se le eligió como Gobernador de Quixos. En Tiputinipacificó a los indios infieles que amenazaban y los sujetó a la doctrina,al igual lo hizo en varias poblaciones, como Capucuy, San Miguel y otrasdel Gobierno de Maynas.

Terminada esta acción, se reintegró a la Compañía de Veteranosde Quito con el grado de Teniente, el 11-IV de 1792.

Luego fue nombrado como Juez Subdelegado de Bienes de Di-funtos. Comienza el documento así: “Yo, Don Carlos por la Gracia deDios... etc. ”

Fue Administrador de las Reales Rentas de la Provincia.Por orden del Presidente de la Real Audiencia de Quito, pasa a

formar las milicias en 1809.

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28 Arch. de Patricio Muñoz Valdivieso29 El archivo del Monasterio comienza desde su fundación

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“ Como militar de profesión, en mayo de aquel año recibió del mencio-nado Presidente de la Audiencia de Quito, unas instrucciones paraponer en Funcionamiento dos compañías de milicias permanentes enla provincia de Jaén. Debía adiestrarlas en el manejo de las armas e in-culcarles la disciplina inherentes a dichas instituciones”.30

En el año de 1809 se tiene la propuesta del Conde Ruiz de Cas-tilla, para su ascenso a Capitán de Infantería.

Por orden del presidente audiencial, Checa y Barba se concentró consus milicianos en el asiento de Ambato, ascendiéndole simultánea-mente al grado de coronel y dándole el comando de todas las tropas allíreunidas. Así lo dispuso el Consejo de Guerra que operaba en Rio-bamba, el 26 de octubre de 1809. El gobernado de Jaén estaba ahí consu hermano Feliciano y con sus hijos Ignacio y Pedro. Sin embargo, el9 de noviembre le cursaron una disposición para retirar sus miliciastoda vez que los efectivos de Lima, capitaneados por el teniente coronelManuel Arredondo y enviados por el virrey Abascal iban a encargarsede la pacificación de Quito. J.I. Checa y Barba debía trasladarse de La-tacunga a Guaranda para auxiliar al ejército de Lima…

Para recaudar bienes de su familia pasa a Quito en 1809, cuandole toma la “escandalosa” Revolución de Quito del 10 de Agosto.

José Ignacio Checa y Barba se declaró a favor del rey, por másque le ofrecían muchos halagos los patriotas. Así, el Presidente de laReal Audiencia: “Dispuso que las milicias jaenesas salieran a combatir a los“reboltosos”, actitud que también tomaron los gobernadores de Guayaquil y deCuenca, en sus respectivas jurisdicciones…”

Se incorporó al Orden Antiguo, pese a todos los ofrecimientosque le hiciera el Nuevo Gobierno, y a pesar de que logró hablar con elconde Ruiz de Castilla en la misma Cárcel. Dice “...sometiéndoles al ordena los usurpadores de la autoridad”, los siguió hasta desarmarlos en Gua-randa y Alausí. Por esta acción fue ascendido al grado de Coronel yComandante General de las tropas acantonadas en Riobamba. Avanzóhasta “Chisinche” donde se retiraron los insurgentes.

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30 ESPINOZA SORIANO Waldemar .-La fuerza de la verdad. Ed. por Fondo Editorial Banco Cen-tral de la Reserva del Perú. Pág. 75.

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Luego los insurgentes nombraron nuevamente en la Capitalotra Junta con el título de “Governativa” y cuando ellos intentaban invadirCuenca para tomársela, avanzó con sus tropas, con la gente y armas que pudojuntar.”

Firmando en la Sala Capitular de Riobamba, con fecha 22-X-1809, el ascenso de varios oficiales a su grado superior; entre ellos fueronascendidos: el Comandante General Don Ignacio Checa y Barba, algrado de Coronel; don Feliciano Checa al grado de Capitán. conminadopor su hermano para que rectifique su actitud; don Ignacio y Don PedroCheca y Salas al grado de Tenientes.

Siguen otros nombres.Firman los que siguen: Fernando Dávalos, Fernando Velasco,

Mariano Dávalos, Martín Chiriboga y León, José Albear, y el Cnel. Co-mandante General Don Ignacio Checa.

Sin embargo el 9-XI-1809 le firmaron una disposición para reti-rar sus milicias, toda vez que los efectivos de Lima, capitaneados por elTcoronel Manuel Arredondo y enviados por el Virrey Abascal, iban aencargarse de la pacificación de Quito.

José Ignacio Checa debía trasladarse de Latacunga a Guarandapara auxiliar al ejército de Lima o ayudarles brindándoles las comodi-dades que fueran necesarias. Dice:

Así fue, el dinámico lojano entregó a Manuel Arredondo las armas, arti-llería y demás pertrechos de Guerra…31 El Gobernador de Jaén siguió pres-tando servicios, hasta la represión completa de Quito, a cuya capitalingresó con las tropas vencedoras llegadas de Lima.

• El 20 de Febrero de 1810, pasó J.I. Checa y Barba con sus soldados aLatacunga para sostener a los leales del rey. El 1º, de mayo de 1811

• Mientras su hermano Feliciano tenía bajo su mando la provincia deChimbo.

• El Presidente de la Real Audiencia de Quito Don Raúl Molina, lo tachóde subversivo por ser hermano del ilustre Don Feliciano Checa yBarba. Pidió sustituirlo por Manuel Pozo y Pino. Pero rápidamenteMolina se retractó, retirando su denuncia y así Don José Ignacio Checay Barba siguió en su cargo.

• El Sr. Antonio Amar, afirma el haber conocido las acciones a favor de

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31 Idem. Pág. 76.

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los realistas, de parte del Sr. Don Ignacio Checa en la revolución deQuito del 10-VIII-1809.

• Después de los sucesos del 10 de VIII, escribe al patriota Marqués deSelva Alegre, para que revise su actitud y provea de los medios nece-sarios para cumplir con su comisión en Alausí y su primer cuidadoera que se retirara de la Junta a su hermano legítimo Don FelicianoCheca y Barba, que, debido a la fuerza de las circunstancias mandabaen Chimbo.

Este, 1 de mayo de 1811, con sus armas, tropas y municiones se le reunió enRiobamba. En Marzo del mis año, JI Checa, volvió alistar milicias montadas yde a pie en varios pueblos de su gobernación, para enrumbarlos a Zumba (Loja),en misión oficial. En total, sumaban 190 hombres: 50 de ellos procedentes deSan Felipe, a caballo y 60 de a pie, originarios de Chirinos. Salieron a poner enorden ciertos desmanes acaecidos en la ciudad de Cuenca. J.I: Checa y B. corrióa cargo de la citada movilización, sin causar egresos a la Caja Rea32

• Para el 24-V-1811 firma como Gobernador y Comandante Militar deJaén de Bracamoros.

• Siguen las recomendaciones por sus acciones en los años de 1812-1813.En X-1813 el Pres. Don Toribio Montes le concede el grado de TCoro-nel efectivo, por Real Orden del 14-I-1814 y se ratifica el 18-IX-1814.Conformaba el premio por los relevantes méritos contraídos por elservicio de su majestad.

• En los inicios de 1814, hace jurar a los pueblos de su demarcación gu-bernativa la Constitución de las Cortes de Cádiz, lo que comunicó ala Real Audiencia el 22 de I-1815.

• Luego reclama que ha servido durante 40 años a la Milicia, unas vecescon sueldo y otras sin sueldo.

• En 1817 demuestra cómo ha intensificado el cultivo del cacao y porprimera vez se introdujo el arroz en Jaén de Bracamoros y en Mainas.33

• Reclama en 30-III-1818, para que se le transfiera a Cuenca con el gradode Coronel, al que cree merecerlo. Ya que se había nombrado nuevoGobernador a Don Juan Miguel Melo de Portugal, antes de Quijos,dejándolo sin sueldo.34

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32 Idem Pág. 7633 ESPINOZA SORIANO.-La fuerza de la verdad. Ed. Por Fondo Editorial Banco Central de la Re-

serva del Perú.34 AGI.- Expediente N-28 . Firmado en Quito Mayo 21 de 1818. Memorial documentado, que

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• En 1819, viejo ya, dejó las tropas, ante los celos del nuevo gobernador,debido a su gran prestigio y ascendiente. Cobró entonces el nuevo go-bernador “venganza”, pues estorbaba a su autoridad y pidió que sa-liera de Jaén de Bracamoros. Checa obedeció el mandato y partió aPiura, a casa de su hija.

• El 21–IV–1821 se confirma el nombramiento de Melo como Goberna-dor.

• El 4 de VI la Provincia de Jaén proclamaba la emancipación de España,Quito, y Bogotá.35 Nombraban a Juan Antonio Checa “deudo de don Ig-nacio” como Gobernador Interino, por cuanto “la Independencia se habíadesentendido de Jaén de Bracamoros, tanto del un lado como del otro.”36

• Don José Ignacio fue muy apreciado por sus ejecutorias a favor de lapoblación de Jaén, como también por au trabajo agrícola y de recolec-ción para la exportación. Desgraciadamente ahora nada se puede verpues más bien decayó todo su empeño con dicha población en los añosposteriores, hasta perder su importancia.

• Murió sin testar en la hacienda “Tigua Grande “Pugilí.” Jurisdicciónde Latacunga, adonde se había retirado, a la edad de 70 años, en 1834.

Don Ignacio Checa y Barba había casado en Quito (o en Lata-cunga) con Doña María Isabel Solano de la Sala y Piedrahita por 1768.Hija de Don Antonio Solano de la Sala, Alguacil mayor de la Audienciade Quito, n. de Chiclana en España, y de Doña Antonia de Piedrahita yZumárraga (Hija de Don Francisco Javier Piedrahita y Zapata n. de Cali,en el Nuevo Reino de Granada, abogado que fue y Alguacil Mayor dela Audiencia de Quito, y de Doña Francisca del Castillo y Zumárraga n.de Quito).37 Testó ante la Notaría 1- de Saona el 27–2–1798

Era ella dueña de la hacienda “Tigua Grande”, junto con los Es-cudero Valdivieso, tierras que heredaran de su tío el Sacerdote PedroEscudero.

Don Ignacio también f.f. c. Jacinta Méndez. C.d.

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eleva a S. M. el Teniente Coronel Don Ignacio Checa, Gobernador que acaba de ser de Jaénde Bracamoros en solicitud de igual destino – Archivo del Dr. Ernesto Spangemberg ChecaBuenos Aires-Argentina.

35 ESPINOZA SORIANO Waldemar.-La fuerza de la verdad. Ed. Por Fondo Editorial Banco Cen-tral de la Reserva del Perú.

36 ABCE. Documento sobre la Independencia de Jaén de Bracamoros. En el Archivo de MSCH.37 Arch. del Dr. Ernesto Spangemberg Checa.

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Hijos: CHECA Y SOLANO DE LA SALA. (CHECA Y SALAS)38

1. Cipriano n. en 1785 f.n.2. Bernardo n. en 1786 f.n.3. Don José Ignacio n. en 1788

Cc. Doña Ma. Valdivieso y Carrión4. Don Pedro, Gobernador de Jaén de Bracamoros5. Doña Mercedes Checa y Solano de la Sala.

Cc. Antonio Modesto Larrea y Nájera.

CAPÍTULO TERCERO

Su hijo: Teniente. Independentista desde 1818Don José Ignacio Checa y Solano de La Sala

Posiblemente n. en Quito o sus alrededores y se b. en Santa Bárbarade Quito, el 22-IX-1788.

(No hay que descartar que pudo nacer en Jaén de Bracamoros.) Se crió y educó en Jaén de Bracamoros, allí vivía con varios

miembros de la familia de su padre; ellos tenían varios negocios y pro-piedades allá y que luego fueron a otros lugares y desaparecieron dellugar, a formar sus familias y a vivir en Piura, cuando ya los negociosfamiliares decayeron, pues ellos fueron los encargados de recoger variosproductos para el negocio que se llevaba en “el centro de acopio de lahacienda el Tablón de Oña”

Salió para Quito acompañando a su padre el Tcnel Don IgnacioCheca y Barba, quien pidió licencia para ausentarse a Quito, con sus doshijos Ignacio y Pedro, el motivo era arreglar asuntos de una herencia.Estando ya en la capital se suscitaron los graves acontecimientos del 10de agosto de 1809. Por esta razón y en vista de la premura, se reunieronlos relistas, nombrando a Don Ignacio Checa y Barba como ComandanteGeneral de las Milicias de Latacunga, Ambato, Riobamba, Guaranda yAlausí. Dicha reunión de los realistas se la realizó en la Sala Capitularde Riobamba.

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38 STACEY CH. Marcia, De Próceres y Presidentes V. Genealogías ecuatoriano–peruanas.

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• Firmado en la Sala Capitular de Riobamba, con fecha 22-X-1809, el as-censo de varios oficiales a su grado superior entre ellos fueron ascen-didos.39

• Para esa. fecha tenía la edad de 21 años y acompañó a su padre y juntoa Don Pedro, en todas las actividades que les tocó asumir, hasta la totalpacificación de la Audiencia de Quito.

• Ascenso de Don Ignacio y Don Pedro Checa y Salas al grado de Te-niente.

• Permanecieron los tres un tiempo prudencial y fue el mismo Presi-dente de la Real Audiencia quien les pidió regresar a Jaén con el con-tingente que habían preparado para estas ocasiones y que marchabacon ellos a la cabeza.

• Pasados todos los acontecimientos del 10 de VIII-1809, regresó con susfamiliares a Piura, época que se le encuentra en Jaén, dirigiendo losnegocios de la familia, en especial la recogida del tabaco y el algodónpara mandar a Cuenca.

• Se mantuvo en la milicia junto a su padre y en Piura se lo encuentracomo Capitán en 1815.

• Siendo éste, su último acto como partidario del Rey.• A continuación se pasa al lado de los independentistas desde 1818 y

colabora activamente con el nuevo bando por la Independencia.• Declarada la Independencia del Perú, la Junta del Gobierno presidida

por el cuencano y héroe de Ayacucho Gran Mariscal D. Antonio Joséde La Mar, nombró a su padre con el cargo de Intendente de la pro-vincia de Piura–Perú en 1823, y se mantuvo cerca a él, acompañándoleen todos los actos. Luego, como ya había decaído mucho el comercioen Jaén de Bracamoros, pasó a trabajar en ganadería en las propieda-des de su familia política y en las otras que había adquirido.

• Falleció 14-IV-1841 en Piura. Testó el 13.Había casado en Piura el 31-X-1814 c. Doña Rosa Ma. Valdi-

vieso y Carrión, quien falleció en Piura el 15-XI- 1862. Ella fue, hija le-gítima de Don Vicente Valdivieso y Valdivieso y de Da. AntoniaMarcelina Carrión e Iglesias, quienes fueron dueños de varias hac: Sán-cor, Sol-Sol, Miraflores y Venturosa, todas en el norte del Perú, en las quese reunía los productos de exportación, cascarilla, algodón, tabaco yotros desde las montañas de Jaén, que se los recolectaba para mandar alos comerciantes y a los centros de acopio.

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39 Ver en su padre los sucesos de Riobamba y los ascensos.

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CHECA Y VALDIVIESO n. en Piura (Don y Doña).40

1. María Josefa n. en 1816.2. Ignacio n. 1817.3. Manuel José n. en 1820.4. José María n. 1821.5. Micaela n. en 1823.6 Rosa 1824.7 Mercedes n. en 1827.8. María Amalia n. en 1829.9. Jacoba Paula Hermelinda.10. Adela.11. Isabel que falleció.

CAPÍTULO CUARTOPrócer. El coronel don Feliciano Checa y Barba.

Dice su fe de bautizo

En nuebe días del mes de junio de mil setecientos setenta y nueve años.Yo el cura de esta Iglesia catedral Bauticé, puze Oleos y Crisma á ManuelAntonio, nacido en el día… hijo legítimo del geral. Don Ignacio Checa yde Doña Josefa Barba; fue su madrina Doña Manuela Guerrero, a quienadvertí su espiritual parentesco de que doi fee. Don Juan Fausto Gámez. 41

Estudio la primaria en la ciudad de Quito. Luego ingresó a lasmilicias reales y alcanzó el grado de subteniente, continuando su carreraregular, hasta la noche del 9 de agosto de 1809, en que se tomó el CuartelReal con el coronel Juan Salinas y otros próceres. Por este hecho fue as-cendido al grado de Capitán de Fusileros y enviado a Latacunga.

En Agosto de 1809. Atacó por 4 ocasiones a la avanzada y gue-rrillas del Ejército de guayaquil. Tenía que permanecer escondido puesle perseguían.

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40 La mayor parte de datos obtenidos de Piura y Lima, pertenecen al archivo de la genealogistaDoña Isabel Ramos Seminario. Se ha adjuntado datos obtenidos en el Archivo Regional dePiura y otros del genealogista argentino Dr. Ernesto Spangemberg Checa.

41 AES. Sacado del Tomo I I n-4-6, Quito-Ecuador año de 1919, reproducción facsimilar hechapor el Banco Central del Ecuador año de 1986, pág. 229 |

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Debido a su continua actuación republicana tuvo causa criminalen su contra de parte del fiscal Tomás de Aréchaga, acusándolo de ha-berse sublevado contra la corona, fue perseguido y se escondió en unahacienda cercana a Quito, desde donde mantenía contacto con los demáspróceres.

Salió el 2 de agosto de 1810 para tomarse el Cuartel Real de ar-tillería. Fracasado el intento se volvió a su escondite en el campo y salíacuando los patriotas le necesitaban. Se mantuvo allí por varios meses

Siguió su lucha por la independencia y el 15 de octubre de 1811recibió los despachos del Teniente Coronel por la Junta Soberana deQuito, establecida por segunda ocasión, bajo la presidencia del Sr.Obispo Monseñor José Cuero y Caycedo.

Fue Jefe de las tres divisiones del ejército quiteño que se orga-nizó para atacar al realista General Tacón. Después de cuatro días de in-tensa lucha entraron en Pasto el 22 de septiembre de 1811, y retiraron elbotín de los españoles para armamento.

Los quiteños pidieron una condecoración para Checa, grabandoel río y sitio de Guáytara, con una torre que simbolice a Pasto y que diga“Al vencedor de Pasto, por su virtud y patriotismo” El VicepresidenteMariano Guillermo Valdivieso le entregó una espada con dicha graba-ción.

Hoja de servicios: Archivo Histórico del Ministerio de Defensa

• Servicios: 26 años, 4 meses, hasta fines de 1835• Declara tener 2 hermanos varones y 1 hermana mujer. (?)Ascensos:• Capitán:13- VIII - 1809: a petición del Coronel Juan de Salina: le da +

2a 2m/ por servicios prestados.• Tent.Crnel 4 – X - 1811.• Coronel Efectivo 25 VI 1812Total de servicios: 23a 6m.Cuerpos que ha servido:• Batallón Nº 1 de la Falange de Quito en el batallón de Infantería de

Voluntario de Quito.• De Teniente Coronel Comandante del 1er Batallón del Comandante

Militar del Batallón Latacunga.• Comandante General del Ejército.

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• Comandante de Armas de la Provincia de Chimborazo.• Campañas y acciones de Guerra:• En VIII-1809 a órdenes del Capitán Juan de Salinas, hizo la campaña

del “Camino Real” en calidad de comandante en que atacó por 4 oca-siones a las avanzadas y guerrillas del Ejército de Guayaquil, haciendoen cada asalto de 8 a 10 prisioneros.

• En VIII-1810 se levantó por las muertes en el cuartel y fue atacado por lascolumnas de Infantería y Caballerías enemigas en las calles de Quito.En agosto de 1810 se presentó a la defensa de los que habían muerto en elcuartel y levantando los barrios y los pueblos que le primer día fue atacadopor las columnas de Infantería y Caballerías enemigas en las calles de Quito. En octubre del mismo año reclutó 200 hombres que formaron la base del bata-llón “Veteranos de Quito” y marchó a la campaña de Guaranda contra Arre-dondo, a las órdenes del Coronel Carlos Montúfar. 42

• En IV-1811 en Guáytara contra Pasto, de Comandante General. En lasacciones de Funes, Cuchilla de Telles, Calabazo, Lacuanquer, hasta eldía de la toma de pasto.

• En Paredones el VII-1812 a órdenes del Coronel Francisco Calderón.• En San Miguel de Chimbo libró una acción desesperada contra el Ge-

neral Toribio Montes, Presidente de la Audiencia de Quito. Luego deacciones desafortunadas debió refugiarse en las montañas, pasandohambre y penuria hasta 1813, en que dedicó su tiempo a trabajos agrí-colas en una hacienda cercana a Quito durante 8 años.

• Como Comandante General en Mocha.• En la acción del Panecillo a órdenes del coronel Carlos Montúfar.• En Diciembre en San Antonio de Caranqui.• En la primera acción de Guachi a órdenes del Coronel Luis Urdaneta.• En 1820 las fuerzas patriotas obtuvieron su triunfo y él luchó en Hachi

a las órdenes del Capitán Luis Urdaneta y se unió a Sucre que se en-contraba en Pujilí. Sucre lo hizo su Ayudante de Campo y pelearonjuntos en el segundo Huachi, que fue fatal para los patriotas y debie-ron replegarse a Guayaquil. Luego desde Cuenca avanzaron a Quito,llegando el 24 de mayo de 1822, para triunfar en Pichincha.

• En la segunda acción de Guachi en 1921 a órdenes del General AntonioJosé de Sucre.

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42 MDN. Hoja de Servicios del Prócer Coronel Feliciano Checa, Pág. 8

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• Estuvo en la célebre Batalla del Pichin-cha.• Posteriormente fue Prefecto y luegonombrado Ministro de la alta Corte Mar-cial, hasta el 28-II-1822. • Ascendió a Coronel Efectivo en tiempode la Gran Colombia, sirvió como Juezpolítico y Comandante Militar en Lata-cunga y luego Comandante de Armas yGobernador en Chimborazo, hasta juniode 1828, en que pasó como Colector delramo de Contribuciones de indígenas yCorregidores de Quito, siendo comisio-nado en 1830 para actuar frente a la su-blevación del General Urdaneta.

Otras referencias:• Quito 22 de diciembre de 1812, se informa que observa conducta co-

rrecta, puntual y exacta.• Se informa que el Coronel Feliciano Checa peleó y combatió contra el

poder español desde 1809 hasta 1812, de un modo distinguido en másde 12 ocasiones de guerra.

• En 15-octubre de 1811 fue condecorado a nombre de la nobleza, a los27 días de la toma de Pasto, que la tomó a días de fuego.

• En 1822 se encuentra en la Batalla del Pichincha y sirve hasta 1840 • Afectado por grave enfermedad desde hace más de 4 años, permane-

ció postrado, razón por la que no pudo enrolarse en las últimas cam-pañas y fue borrado de la lista militar43

• El abnegado y generoso patriota Don Mariano Guillermo de Valdi-vieso, refiriéndose a los servicios del Teniente Coronel Checa, en el in-formé que extendió en Otavalo el 14 de marzo de 1825, se expresó así:

Haviendo sido testigo acular en varios hechos ocurridos en el tiempo demi mimando como vocal y Vicepresidente de la Junta Instada en Quito enel año de diez, y como tal seguí dirigiendo la expedición a Cuenca, meconsta que hallándonos sitiados y amenazados por el Exército de Pasto, sedestinó por último recurso al Sr. Coronel Checa para que al frente de lastropas de Quito, marchase contra un enemigo tan temible qual se ha ex-

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43 MDN..Arch. Histórico Militar. Expedintes Nº 57-1 H.P. 162f.

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perimentado en tan triste, como funesta Experiencia: efectivamente voló este oficial, y en pocos días arrolló, a los fastuosos tomando la ciudad ymuchos despojos de armas, oro y plata, asegurando diez ocho arrobas deoro, que en su fuga dejó enterrados el coronel Tacón. Con cuio desempeñoy glorioso triunfo le obsequió el que informa una espada guarnecida de oroy bayna con su Inscripción del gravado dela oja, que decía:Al vencedor de Pasto por su virtud y patriotismo.”

• En 1830 le ordenaron organizar la Milicia hasta de 2.000 hombres paraevitar que prosperaran los desórdenes surgidos al separarse el distritodel sur.

• Del 2 de junio de 1832 hasta el 30 de abril de 1835 fue Prefecto del De-partamento del Ecuador. Se retiró el 22 de enero de 1836 con honoresy su retiro lo concedió el Presidente Rocafuerte. Recibió las 2/3 de susueldo, habiendo servido en la milicia por un espacio de 20 años. (?)

• Fue Juez Militar de la Corte Superior Marcial el 24 de abril de 1837 ycontinuó hasta el 6 de marzo de 1845, en que, a raíz de la RevoluciónMarcista, el Presidente Vicente Ramón le suspendió en el servicio yen el retiro.44

Casó el 30 de abril de 1812 en el Sagrario de Quito, con su so-brina segunda y previa dispensa de parentesco: Doña María Alegría Jo-sefa Raimunda Barba y Borja, bautizada el 16-III- 1789. Hija legítima deDon José Barba y Sánchez de Orellana, (primo hermano del novio y Pró-cer Don Feliciano Checa y Barba) y de Doña Ignacia Borja y Freire. Fue-ron sus padrinos el Mayorazgo Don Francisco de Villacís y Recalde. 45

Vendió su hacienda llamada “Tumbaco”, en 1816, limitaba desdeel río San Pedro hasta el valle del Quinche, que la había comprado en1796 ante el notario 6- José Enríquez Osorio (de la 4a Notaria, en reem-plazo). La vende por cuanto no puede atenderla en vista de los bando-leros que asolan ese lugar e imposibilitan el acceso y explotación de lastierras. Por la misma razón no hay labriegos y los indios se han retiradoa las montañas.46

Fue propietario de las haciendas El Galpón o Guasaya en la pro-vincia de Pichincha, las mismas que vendió la viuda en 1848, él compró

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44 MDN. Arch. H. M. Expedintes Nº 57-1 H.P. 162f.45 CENIGA 8- Los Barba por Juan Carlos Gangotena. Quito Julio de 1990 46 ANH. Notaría 6. José Enríquez Osorio 1796

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la hc. Pansaleo en 1846, antes de fallecer y la familia luego vendió su otrapropiedad de San José u Obraje en 1860.47

Roca le suspendió el goce de su retiro militar, lo que le ocasionóuna fuerte depresión y su fallecimiento en 1846 a la edad de 67 años.48

Ante el pedido de la viuda, que dice: “Que se encontraba en la indi-gencia a la muerte de su esposo “, el Congreso Nacional lo declaró así:

El Coronel Feliciano Checa y Barba quien había sido uno de los másdistinguidos Próceres de la Independencia ecuatoriana, exaltándose sumemoria pos Mortem”

LOS CHECA Y BARBA

1. Don Manuel Checa y Barba Dr. n. en 1812 en Jaénde Bracamoros. Cc. Doña María Borja y Lizarza-buru.

2. Doña Mercedes Checa y Barba n. en 1814. Cc. Flo-rencio Barba y Borja.

3. Doña Margarita Checa y Barba n. en 1816 f.s.4. Da. Rafaela Checa y Barba n. en 1818 ( no se sabe

sí existió o no, pues hay una demanda por monte-pío, como que ella vivió y c. luego con el AbogadoLeón Espinosa de los Monteros.(Denegada la soli-citud por falta de pruebas, ya que no presentó sufe de bautizo ).

5. Doña Ignacia Checa y Barba n. en 1825 f.s. 1892. 6. Doña Dolores Checa y Barba n. en 1827, su esposo

testó viudo para 1878, Cc. Pablo Larrea y Larrea.7. José Ignacio Checa y Barba n. en Pugilí, en la ha-

cienda Saguanchi en 1829

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47 ARCHÁN ROMERO Carlos y ANDRADE ANDRADE Bruno, Estructura Agraria de la SierraCentro–Norte 1830-1930. Banco Central del Ecuador. 1986 pág.124

48.MDN. Arch. H. M. Expedientes. Nº 57-1 H.P. 162f.

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CONCLUSIONESHemos podido ver las actividades de los tres militares de ape-

llido Checa durante el 10 y el 2 de agosto de 1809 y 1810. A lo largo delos hechos, su actividad nos indica claramente cuál fue la primera yluego la definitiva inclinación que tenían, si al lado patriota como lo es-tuvo desde un principio el Coronel Feliciano Checa y Barba, mientrassu hermano estuvo siempre por el lado del rey, y, Pedro y José IgnacioCheca y S., seguían las inclinaciones de José Ignacio Checa y Barba, quetrataba inútilmente de convencer a su hermano Feliciano, sin conse-guirlo. Es ya desde 1818, en que se definen por los patriotas y trabajanen busca de la Independencia, mientras Feliciano tenía un largo reco-rrido junto a las tropas de los patriotas, defendiendo a la ciudad de lasmatanzas que realizaban los realista, tratando de someter a los pueblosnuevamente. Pero ya la semilla de la Independencia había germinado yresultó imparable. Los levantamientos se sucedían como pólvora por unlugar y otro, de manera que las tropas realistas no alanzaban a sofocartanto levantamiento. José Ignacio preparó un Ejército contra los levan-tamientos y, desde Jaén de Bracamoros se lanzaba contra Quito, cosa in-concebible dada la distancia y la poca comodidad de viajar tan lejos.Resultaba difícil todo, los alimentos, la ropa y además, debían llevar suspropias armas. Ahora se hace muy difícil comprender estas hazañas delos patriotas, en una guerra cuerpo a cuerpo. Feliciano fue un soldadoarrojado y valiente, que dio ejemplo a todos y motivó al patriotismo,hasta el final, pues estuvo en la Batalla de Pichincha. Es decir vio y viviótodo el desarrollo de los actos precursores para la Independencia.

(Siguen anexos)

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BIBLIOGRAFÍA

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LA OBRA DE TEATRO QUE SE ESCRIBIÓTRÁS EL 2 DE AGOSTO TRÁGICO

Hernán Rodríguez Castelo

Fue testigo de los trágicos acontecimientos del 2 de agosto de 1810 unilustre chileno llegado a Quito con ya bien ganada fama de espírituilustrado y decidido por la causa de la libertad hasta haber sufridoprisión por la Inquisición en Lima, el fraile de la Buena Muerte CamiloHenríquez.

Camilo Henríquez vuelca los sentimientos con que aquellos in-faustos hechos agitaron su espíritu en una pieza teatral, escrita con hartaprobabilidad a muy poco de la infame masacre de patriotas y puebloquiteño. La tituló La Camila y subtituló “La Patriota de Sud-América”.

Henríquez presentó su pieza como “Drama sentimental”. Pero,descontados ciertos excesos sentimentales, con sus lágimas y todo, laobra es, más bien, teatro moralizante –al estilo de la tragedia clásicafrancesa– y de ideas –en la línea de Voltaire–. Por supuesto, a larga dis-tancia de lo uno y lo otro.

Fray Camilo, en su obra, se presenta como afecto al teatro, a eseteatro de moralidades, ideas y discursos que es su Camila.

En un pasaje de la pieza, un personaje, Cacique de una tribuamazónica, anuncia –sin que ello venga a cuento, lo cual nos prueba quede lo que se trataba era, más que de otra cosa, de hablar de teatro– “tresdías de funciones” para los cuales un cacique vecino le ha ofrecido en-viar “quienes nos diviertan con dos funciones tetrales de mucho gusto”.La Cacica pide que le cuente “cómo son esas funciones”, y el Caciquepresenta así la primera, la obra “La Basilia”, en parlamento cortadobrevemente por comentarios y preguntas de su mujer:

La primera noche se presenta la Basilia. Su aunto es una jovencita de raromérito y hermosura, que pasando mil trabajos llegó a un país de Américadesde el centro de Alemania y tuvo que reembarcarse precipitadamente demiedo de los quemadores. Su pobre madre murió de pesadumbre al verfrustradas sus esperanzas pues, donde creía haber hallado amparo, nohabía encontrado más que perseguidores.

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LA CACICA.- ¿Esos quemadores fueron los que quemaron las casas deGuayaquil?CACIQUE.- ¡Jesús! Petronita. Estos quemadores no quemaban casas, sinohombres y mujeres. Entregaban a las llamas a cuantos no pensaban comoellos en ciertas materias obscuras. Es incalculable el número de víctimasque sacrificaron en Holanda, Italia, España, Portugal, etc. Ni aun el pro-fundo genio de los matemáticos ingleses puede determinar el número defamilias que redujeron a la mendicidad y el infortunio.LA CACICA.- ¿Y por qué se les dejaba cometer tantas maldades?CACIQUE.- Estaban sostenidos por grandes intereses y por grandesusurpaciones.LA CACICA.- A ninguno ha de gustar ver á esos monstruos sobre elteatro. Las mujeres le querrán tirar hasta con los asientos.CACIQUE.- Ya lo veo. Pero la obra es utilísima, y agrada por sus escenastiernas y lastimosas. Fuera de eso, su desenlace es consolador, es comosigue: La amable Basilia estuvo por perecer en el mar, y padeció indeciblescalamidades, pero llegó a Filadelfia, y fué recibida con una hospitalidadmuy caritattiva y generosa; en ocho días se le colectó y formó una dote desetenta mil pesos. Se ha casado, y vive actualmente llena de comodidadesen Sud-Carolina1.

El Cacique no ha visto representada esa obra en Estados Unidos,“porque los cuáqueros nunca van a la comedia”. Elogia las virtudes deesos hombres domésticos, y vuelve al tema central de su discurso:

Y sin embargo los quemadores los detestan; quisieran poder quemarlos a todos,sin perdonar á sus amabilísimas esposas. Los quemadores prohibieron con te -rribles amenazas la lectura del Eusebio, porque elogiaba sus virtudes. En laHabana, unos amigos me llevaron al teatro, pero la Basilia no puede repre-sentarse en las poblaciones españolas.LA CACICA.- ¿Por qué?CACIQUE.- Porque hombres perversos han hecho creer al rey de España quelos quemadores y los amigos de los quemadores son las columnas de sutrono.Además de esto, los pueblos supersticiosos son muy corrompidos y frívo-los, y gustan de tramoyas de enamoramientos, y otras cosas tan frívolas comoellos mismos.

Ha terminado el inquieto fraile este cuadro a grandes brochazos

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1 La Camila fue publicada por primera vez en 1817: Buenos Aires, Imp. Benavente y Ca. Cita-mos por una reedición del tiempo, sin lugar ni año.

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del teatro en la América de la hora rechazando el teatro que califica defrívolo y del gusto de pueblos supersticiosos “que son muy corrompidosy frívolos”. Teatro de enamoramientos, y, cabe suponer, de celos ytraiciones; es decir los asuntos predilectos para el decadente teatro es-pañol del último tercio del XVIII. Porque no pienso que se haya atrevidoa tachar de frívola la comedia de costumbres de Leandro Fernández deMoratín o los deliciosos sainetes de Ramón de la Cruz. Aunque aun estocabe en autor ideológicamente tan impaciente como fray Camilo.

La segunda pieza de las tres anunciadas por el Cacique es “Lacaridad maternal”, teatro edificante, de exaltación de virtudes filantrópi-cas, cuyo asunto resume así el Cacique: “Unas señoras respetables deSud–América, presididas por la amable esposa del gobernante del país,se reunieron y formaron una sociedad con el fin de educar huerfanitas,y amparar doncellitas pobres, librándolas de las acechanzas de los se-ductores, siempre crueles y desnaturalizados.Y tiene usted que a lomejor la sociedad fue perseguida, y las señoras se disgustaron. Las don-cellitas lamentan su orfandad y desgracia, e inspiran la más profundacompasión”.

Y nuestro autor no llegó a presentar la tercera obra.

¿Y “LA CAMILA”?En cuanto al drama de fray Camilo es de acción a la vez simple y artifi-ciosa, construida sobre el manido recurso de la virtud de la esposapuesta a prueba con exigencia extrema ante la presencia oculta a susojos del esposo que ella da por muerto o, al menos, irremediablementeextraviado.

Camila, que es la joven aquella, ha llegado con sus padres a unatribu oriental huyendo de los horrores de la matanza del 2 de agosto de1810 y la ensañada persecución a los insurgentes que siguió. (Lo cual,de paso, sirve al autor para hacer, por boca del padre, una exaltación dela obra cumplida por los misioneros jesuitas en esas tierras).

Camila languidece afligida por la memoria de Diego, el esposo,con apenas una leve, aunque irreductible esperanza de que viva.Aunque para la madre, que lo ve todo negro, “él pereció sin duda enaquella tarde terrible en que asesinaron a todos los patriotas presos enla cárcel, y después salieron matando por las calles del desventuradoQuito, sin distinción de estado, edad o sexo”. Confirma tan sombría pre-sunción que no tuvieron noticia alguna de él en los tres días que per-

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manecieron ocultos en la casa del obispo Cuero y Caicedo, antiguoamigo de la familia. Pero la joven esposa se empecina en su esperanzaen largo y emocionado monólogo.

Aparece entonces un personaje indígena de nombre Yari que selamenta por el asesinato de Salinas. “De tales personas –dice– es patrianatural nuestra nueva Filadelfia”. Y del talante del indio aquel, de sulenguaje y de eso de “la nueva Filadelfia”, tanto como el espectador, sesorprende el padre, don José, hasta el punto de preguntarle si no es unángel. Y esto es lo que el tal Yari responde, presentándose: “Soy un indiode la tribu de los omaguas. Me crié en Jeveros. Serví allí al señor Salinas.El me enseñó a leer y escribir; me trató con bondad paternal; me llenóde beneficios. Después la divina providencia me condujo a Lima, y logréhacer algunos estudios a la benéfica sombra de los señores Gave yAerove”. Y añadiría que en Lima florecían entonces hombres eminentes,y tuvo la fortuna de oirlos y leer sus excelentes libros. Y ahora, cuñadodel Cacique, está “como todos sus amigos con la cabeza llena de grandesproyectos”.

En conversación con la familia quiteña Yari hará uno de esosdiscursos a los que el dramaturgo confía las ideas, que son las de la li -bertad de América, pues “las pretensiones de España están en contradic-ción con la naturaleza”.

El Cacique anuncia a la familia que la entregará al gobernadorespañol de Jeveros, que se lo exige. ¿Anuncio real? ¿Ficción?

Don José reclama solidaridad de americanos y respeto a lasleyes de la hospitalidad. ¿Y los quiteños las respetaron con el asesinatodel pariente de Tupac Amaru en la cárcel? –le reprocha el Cacique–. Fuecosa del despotismo español, se defiende el padre. Y Camila reclama al-tiva y elocuente que esa generosa tribu vaya a entregar al gobierno es-pañol a unos patriotas.

El Cacique presenta como una salida que Camila dé su mano asu primer ministro. Y parece que toda la amenaza de entregarlos a losespañoles fue para llegar acá. ¿Y quién es ese “primer ministro”?

Pero Camila lo rechaza: su corazón, dice, no es suyo.El padre respalda a su hija: “Hija mía, ya sabes que la gloria de

una heroína es morir por su patria, y que la gloria de toda mujer es morirpor el honor”.

En medio de una dolorosa despedida Camila dice haber pasadoal ministro un recado suplicándole la oiga y eso lo mueva a respetar a“una viuda que quiere ser fiel a la memoria del difunto marido”.

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El Cacique les dará audiencia. Y antes, la Cacica reprocha a sumarido hacer sufrir así a unos pobres compatriotas. Y por allí nos en-teramos de algo muy nuevo del Cacique. Se admira la Cacica: “¡Y estaspalabras pronuncia un hombre educado en los Estados Unidos de NorteAmérica!” Se ha educado en un colegio allá. Lo ha llevado un señorMonsón. Y, al insistir la Cacica en sus duros reproches, el Cacique le diceen secreto algo que la tranquiliza. Segundo secreto. Que tiene que vercon el misterioso ministro. Y es entonces cuando le conversa de esas fun-ciones de teatro ya vistas.

Y entra en escena el famoso ministro. Llega hablando de las ven-tajas del método de Lancaster que ha visto en la escuela de la tribu yelo gia los tornos de hilado que se han repartido por el pueblo. Y el anun-cio de una aria que esa noche cantaría una muchacha hermosa y élhabría de acompañarla le trae el recuerdo de de su joven esposa, a laque dedica cálido encomio. Anuncia al Cacique salir a buscarla aunquele maten los opresores.

Pero el Cacique lo detiene: “Yo tengo poder bastante para resti-tuir a vuestros brazos a vuestra amable compañera”.

Y le da a leer un papel que el ministro lee en voz alta:

DEMOSTRACION DE LAS PROPOSICIONES SIGUIENTESPRIMERA.- Para remediar la lastimosa despoblación de América, y suatraso en las artes y agricultura es necesario llamar extranjeros con elatractivo de unas leyes imparciales, tolerantes y paternales.SEGUNDA.- Si la América no olvida las preocupaciones españolas, y noadopta más liberales principios, jamás saldrá de la esfera de una Españaultramarina, miserable y obscura como la España europea.Escrita por Camila Shkinere hija de los ciudadanos José y Margarita.Dedicado a mi marido el teniente coronel Diego, etc.

¡O sea que Camila, que es Camila Shkinere, era toda una filósofapolítica!

Y, cuando el ministro se extraña de cómo llegó a manos delCacique tal papel, él le musita algo al oído. Tercer secreto, que para laaudiencia ya no lo es tanto.

Y entonces, con el ministro escondido, el Cacique trata de con-vencer a Camila de que se case con el ministro, y ella proclama incon-movible su fidelidad a Diego.

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Y es el momento en que el ministro, que no es otro que Diego,el esposo de Camila, sale y la toma en brazos y hace alto elogio de lajoven: “¡Oh gloria de tu sexo; honor de las Américas; lustre y ornamentode la naturaleza humana!”

La escena final es la de los reconocimientos y de los últimos e -lo gios. Dice el ministro a los padres de su esposa: “Estáis en el asilo dela libertad, entre los hombres de la razón y de la naturaleza, en el senode la filantropía”. Y les anuncia esa brillante utopía ya antes insinuada:“Creed que ponemos aquí los cimientos de una nueva Filadelfia”. Y delCacique pondera: “Hemos hallado en el Cacique, mi amigo, a uno delos genios más sobresalientes de la edad actual; su inteligencia es extensay muy cultivada; su carácter es compasivo, generoso y magnánimo”.

El Cacique cierra la pieza con el último elogio de Camila,“¡Heroí na del nuevo mundo!” Y, curiosamente, el autor desplaza a supersonaje para las últimas líneas: “Vuestras virtudes aparecerán algúndía, para gloria de la patria, admirables y excelsas sobre los teatros delmundo. Las americanas sensibles tributarán a la memoria de CamilaShkinere elogios y lágrimas. Me propuse en fin presentar en vuestra per-sona un gran modelo a las patriotas de Sud América”.

LOS DISCURSOSTanto o más que de sentimientos este es un teatro de ideas, con claravoluntad de transmisión de mensaje político. Y esas ideas y pensamientose confían a discursos, que dramáticamente lastran el avance de la ac-ción, pero dan su densidad intelectual a la obra.

Dos son los principales discursos políticos.Hablando con D. José, Yari le ha preguntado: “¿No me diréis

ahora, cómo el sanguinario Arredondo, jefe de las tropas de Lima,prendió a los patriotas, faltando a las promesas y proclamas que habíanprecedido?”. El caballero le ha respondido: “No sabéis que los tiranosno nos guardan palabras, porque dicen que somos rebeldes?” Y ello dapie al primer discurso.

El tema es el derecho a la rebeldía como emanado de la natu-raleza misma. Es ley de naturaleza no dejarse despedazar por depre da -dores. Así, pues, declarar rebeldes a los americanos será declarar rebeldea la naturaleza.

Un silogismo en bárbara, apenas disimulado. Que se encadenaa otro que omite la premisa menor por innecesaria:

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El corazón humano está en un movimiento continuo anhelando por verselibre y dichoso.Las pretensiones de la España están en contradicción con la naturaleza.

La premisa menor omitida debió ser: “Es así que España pre-tende sofocar ese movimiento”.

Es decir que fray Camilo, que se ve era, a más de tantas otrascosas, competente retórico, usó del entimema; ese silogismo con supre-sión de un paso, que, según la Retórica de Port Royal, halaga la vanidadde aquellos a los que se habla y torna al silogismo más fuerte y más vivo.

Y el discurso da nuevos pasos, siempre apoyándose en la natu-raleza. La naturaleza separa a los hijos de los padres cuando están cre-cidos. La naturaleza divide las poblaciones en familias independientes.Yla gran sociedad del mundo lo hace en naciones independientes. Comopara concluir, apasionadamente:

Y ¡que2 una pequeña parte del mundo antiguo, la parte más obscura yatrasada de la Europa, se atreve a llamar rebeldes, y quiera tener por es-clavos a los habitantes de casi todo el nuevo mundo! Esto es insufrible.

Al inicio del acto III, la escena primera se resuelve en un solodiscurso, el segundo gran discurso político, que lo dice el Cacique antesde, a la sombra de unos árboles, iniciar audiencia al pueblo.

La tesis se presenta en forma de interrogación. Advirtieron losretóricos de la antigüedad clásica que que la interrogación presentabaen forma “impaciente y patética” (Quintiliano) lo que se afirmaba y queel orador usaba este recurso cuando quería humillar a la parte contraria:

¿No fuera posible que empezase aquí en Sud-América el imperio de larazón y las leyes sabias y paternales, como el blando resplandor de la au-tora?

Y el discurso desarrolla este ideal como una gran utopia:

Un pueblo nuevo, sin lujo, sin heredadas preocupaciones y costumbres,puede presentarse libre de aquellas máximas bárbaras, que por la serie de

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2 En el impreso que manejamos “qué” acentuado en clara errata: trátase de un “que” enuncia-tivo.

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los siglos han hecho gemir a la humanidad. Ni es difícil que toda laAmérica se avergüence al cabo de sus rancias ilusiones. Entrando en símisma conocerá sus verdaderos intereses y romperá sus cadenas.

Y concluye el discurso con una ojeada optimista, pero con sor-dina, a los primeros pasos de ese pueblo nuevo:

Es probable que sus primeros pasos no sean firmes ni prudentes. La especiehumana es como la naturaleza, que en el seno de las tempestades preparamaravillas. La América tendrá su juventud; esta es la edad de los extravíos;mas en la escuela de los infortunios aprenderá á seguir las lecciones terri-bles que reciba de la experiencia.

¿Cuándo se escribió esto? Si fue, como todos los indiciosmueven a pensarlo, a poco del 2 de agosto de 1810, antes de que la Rev-olución de Quito volviese a imponerse, un pasaje así nos deja ante unpenetrante poder de anticipación, propio de un certero pensamientopolítico. Solo que la premonición de fray Camilo aún no acaba de re-alizarse...

Pudo haber habido aún un tercer discurso político, pero no pasóde breve elogio que el ministro hizo de la organización social de losomaguas. Y aquello anclaba en un espacio de la selva amazónica -laselva utópica de fray Camilo- esa gran utopía americana dibujada porlos discursos anteriores:

Aquí no hay tiranos ni perseguidores. Estáis en el asilo de la libertad, entrelos hombres de la razón y de la naturaleza, en el seno de la filantropía.Acordáos de la Pensylvania, y creed que ponemos aquí los cimientos deuna nueva Filadelfia.

Y es cuanto el texto de La Camila nos dice. Casi imposiblerodearla del conjunto de contextos que nos permitirían aquilatar su reso -nancia. Hay, por supuesto, el contexto del 2 de agosto, con tanta pre -sencia en la pieza. Y que fray Camilo Henríquez estuvo en el Quito deesas horas sombrías es un hecho histórico. Pero, ¿escribió su pieza es-tando aún en la sufrida Quito? Haya sido así o no, ¿conocieron su dramaal menos sus amigos quiteños, los que abrigaban sus mismas ideas sobrela rebeldía, la libertad y la utopía de una nueva América?

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ARTÍCULOS

Y

ENSAYOS

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LA VISITA DE JOSé GARCÍA DE LEÓN Y PIzARRO A QUITO

Políticas de reforma en el Imperio atlántico de España durante el período borbónico tardío (*)

Kenneth J. Andrien (**)

ResumenEste artículo examina los embrollos políticos que surgieron al-

rededor del período como visitador y presidente-regente de la Audien-cia o Reino de Quito de José García de León y Pizarro (1778-84), a fin dedemostrar las profundas divisiones políticas que se suscitaron en el Im-perio atlántico español por las reformas borbónicas. Las políticas de Gar-cía de León y Pizarro fortalecieron el estado colonial y produjeron unincremento dramático de las rentas de la Corona, pero también provo-caron una elevación de las protestas de las elites locales e incluso cau-saron la condena de sus sucesores. Estas luchas políticas en Quitorevelan la competencia de muchos puntos de vista acerca de la reformay renovación del Imperio español. Las reformas borbónicas surgieronde una serie de luchas políticas arduamente disputadas a ambos ladosdel Atlántico, lo que llevó a resultados parciales e, incluso, diferentes enlas distintas regiones del imperio. Esta lucha política también ayuda aexplicar por qué no surgió jamás durante ese siglo un plan coherente yaceptado por todos para la reforma del Imperio español.

Palabras claveReformas borbónicas, José de Gálvez, José García de León y Pi-

zarro, Quito, impuestos, textiles, obrajes, visitador.

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(*) Traducido por Gonzalo Ortiz Crespo. El artículo apareció originalmente en el Journal of LatinAmerican Studies, 41(4), 2009, 617-662 y ha sido traducido y se lo publica con la expresa au-torización tanto del autor como de la Cambridge University Press (permiso Q 01354 de 10de mayo de 2010) © Cambridge University Press, permiso este último que autor y traductordesean agradecer.

(**) Profesor Distinguido de Humanidades en Historia en la Universidad Estatal de Ohio. Elautor desea agradecer a los anónimos lectores del artículo para el Journal of Latin AmericanStudies por sus útiles comentarios y su crítica constructiva.

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IntroducciónDurante el reinado de Carlos III (1759-88), el impulso de reforma

del Imperio español en el Atlántico llegó a su máxima expresión en losaños que siguieron a la toma de La Habana por los ingleses en 1762. Ladesastrosa pérdida de esta estratégica fortaleza del Caribe obligó al mo-narca y a sus consejeros a prestar atención a cómo reforzar la defensade sus colonias. Para pagar las acciones y obras de defensa, la coronaendureció los controles administrativos, impuso nuevos impuestos, eintentó recortar tanto el comercio de contrabando como la influencia decomerciantes extranjeros para dar prioridad al comercio dentro del im-perio. El gobierno de Madrid, usualmente, comenzaba este proceso dereforma enviando a visitadores, es decir inspectores, bien entrenados,leales y ambiciosos, para que recolecten información y para que inicienlos cambios administrativos, fiscales, militares y comerciales.

El primero de estos visitadores, José de Gálvez, dirigió la ins-pección de Nueva España entre 1764 y 1772.1 En el reino o Audiencia deQuito, el Gobierno de Madrid confió la inspección a un protegido deGálvez de 41 años de edad, José García de León y Pizarro. Junto conotros visitadores (como José Antonio de Areche y Sornoza en Perú, JuanFrancisco Gutiérrez de Piñeres en Nueva Granada y Tomás Álvarez deAcevedo en Chile) García Pizarro sirvió como catalizador de la reformadel imperio atlántico español. Algunas de estas visitas produjeron unafuerte conmoción política, provocando incluso rebeliones, como loscasos de Nueva España, Nueva Granada, el Perú y el Alto Perú.2

García Pizarro no encontró una oposición armada durante superíodo como presidente-regente del Reino de Quito (1778-84), aunqueél puso en marcha en el distrito una serie de profundas reformas admi-

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1 Tras su retorno a España, Carlos III dio a Gálvez el título del primer Marqués de la Sonora yen 1775 lo nombró Ministro de las Indias, puesto que conservó hasta su muerte en 1787. Laobra estándar sobre Gálvez sigue siendo la de Herbert I. Priestly, José de Gálvez, Visitor-Generalof New Spain, 1765-1771 (Berkeley, 1916)

2 Sobre las rebeliones producidas por los cambios introducidos por las reformas borbónicas,véase Felipe Castro Gutiérrez, Nueva ley y nuevo rey: reformas borbónicas y rebelión popular enNueva España (Zamora, 1996); John Leddy Phelan, The People and the King: The Comunero Rev-olution in Colombia, 1781 (Madison, 1978); Ward Stavig, The World of Túpac Amaru: Conflict, Com-munity, and Identity in Colonial Peru (Lincoln NE, 1999); Sinclair Thomson, We Alone Shall Rule:Native Andean Politics in the Age of Insurgency (Madison, 2002); Sergio Serulnikov, SubvertingColonial Authority: Challenges to Spanish Rule in Eighteenth-Century Southern Andes (DurhamNC, 2003); y Scarlett O’Phelan Godoy, Rebellions and Revolts in Eighteenth-Century Peru andUpper Peru (Colonia, 1985).

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nistrativas y fiscales. El presidente-regente había recibido amplios po-deres del Ministerio de Indias, los que él empleó con una mezcla de ru-deza, astucia política y habilidad administrativa para revitalizar elestado colonial y extraer grandes montos de ingresos de las modestaseconomías regionales del reino. Sin embargo, luego de que salió deQuito, las medidas de García Pizarro provocaron una creciente oposi-ción de sus colegas burócratas y de las más destacadas elites locales. Dehecho, uno de sus sucesores, Juan Antonio Mon y Velarde, criticó pú-blicamente a García Pizarro por imponer rapaces exacciones fiscales, porpromover la corrupción política y por permitir un dispendioso creci-miento de la burocracia.3 Mon y Velarde y quienes le sucedieron pro-movieron políticas diseñadas a revivir las deprimidas condicioneseconómicas del reino para así sostener los ingresos del tesoro y fomen-taron relaciones comerciales productivas con la metrópolis.

Estas controversias políticas alrededor de García Pizarro pro-porcionan aproximaciones vitales a los numerosos puntos de vista com-petitivos acerca de la reforma y la renovación del imperio atlánticoespañol del siglo XVIII. Con frecuencia, el éxito o el fracaso de políticasborbónicas específicas, estuvieron determinadas por las luchas entregrupos de interés clave con diferentes ideas acerca de la reforma. A me-nudo, estas batallas políticas sobre la reforma abarcaban un amplio con-junto de grupos sociales en las Indias, que se movilizaban para influiren el proceso político y favorecer sus propios objetivos particulares. Elresultado de tales conflictos en la arena política, sea que involucrase alas elites o a una amplia coalición de grupos sociales, proporcionan elcontexto esencial para entender el cambio social, cultural y económicoen el mundo del imperio español. Los frecuentes toma y daca que sedaban en las inestables y peleadas arenas políticas de España y las Indiastambién ayudan a explicar porqué nunca surgió un único plan cohesivode reforma durante el siglo XVIII.

Historiografía de las reformas borbónicasLos historiadores de las reformas borbónicas han debatido por

décadas la coherencia y efectividad de las políticas de la corona, enfo-cándose particularmente en el reino de Carlos III. De acuerdo a una im-portante síntesis hecha por John Lynch, la corona enmarcó políticas que

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3 Sobre la carrera de Mon y Velarde en la Audiencia de Santa Fe, ver Ann Twinam, Miners, Mer-chants and Farmers in Colonial Colombia (Austin, 1982), passim.

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recortaron las libertades políticas y económicas coloniales, y, en con-junto, las reformas representaron nada menos que una “segunda con-quista de América”.4 Con este fin, la corona dejó de vender los cargospúblicos, liberalizó el sistema comercial, reformuló los límites adminis-trativos, aumentó los impuestos y renovó los establecimientos militaresde las Indias. David Brading ha sostenido que estas políticas provocaronla oposición de las colonias y “la alienación permanente de la elite crio-lla”.5 Pero otros estudiosos han argumentado que las políticas borbóni-cas carecían de tal coherencia ideológica y enfatizan, en cambio, en lasmetas divergentes y hasta contradictorias de los hacedores de políticasen Madrid quienes, de manera vacilante e inconsistente, luchaban porbalancear los objetivos fiscales, comerciales, administrativos y militaresde la corona. Esta posición tuvo su más claro inicio en un artículo deJohn Fisher en que pasaba revista a las reformas militares:

Uno se pregunta, de cuando en cuando… si las reformas bor-bónicas tienden a engañar a todos los que las estudian. ¿Correspondie-ron realmente al suave, coherente y magistral programa de cambio yrevitalización del imperio que han destacado generaciones de comen-taristas, desde los propios hacedores de políticas imperiales de la Españadel siglo XVIII hasta los investigadores de hoy día? ¿No será más realistapintarlas en términos de un vacilante, incierto e inconsistente deseo demodernización y centralización imperial, caracterizado más por sus re-trasos, contradicciones y obstrucciones que por su resolución?6

Siguiendo el razonamiento de Fisher, Allan J. Kuethe ha demos-trado que los reformadores españoles a veces promovieron clases de po-líticas profundamente diferentes para las distintas provincias de suvariado imperio. En la reforma de Cuba, según documenta Kuethe, Ma-drid suavizó las regulaciones comerciales para los productos tropicalescubanos mientras en México mantuvo los controles monopólicos sobreel comercio. De hecho, la corona incluso redireccionó grandes sumas del

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4 John Lynch, The Spanish American Revolutions, 1808-1826 (Nueva York, 1973), pp. I-37. Estepunto de vista también ha sido presentado muy poderosamente por D.A. Brading, Miners andMerchants in Bourbon Mexico (Cambridge, 1971), pp. 33-92, y en el capítulo de Brading, “Bour-bon Spain and its American Empire” en Leslie Bethell (ed.) Cambridge History of Latin America,vol. I: Colonial Spanish America (Cambridge, 1987), pp. 112-62.

5 Brading, “Bourbon Spain”, p. 438. Sobre los fundamentos intelectuales de esta oposición, véaseD.A. Brading, The First America: The Spanish Monarchy, Creole Patriots, and the Liberal State 1492-1867 (Cambridge, 1991), pp. 467-91.

6 John Fisher, “Soldiers, Society, and Politics in Spanish America, 1750-1821”, Latin American Re-search Review, vol. 17, N° 1 (1982), p. 217.

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tesoro en México para apoyar a Cuba como un puesto estratégico deavanzada en el Caribe tras la Guerra de los Siete Años.7 Los hallazgosde Kuethe han sido respaldados por Jacques Barbier, quien examinacómo los acontecimientos políticos y militares de Europa forzaron al rei-nado de Carlos IV a mediados de la década de 1790 a saltar de una po-lítica a otra, en una búsqueda desesperada de los recursos que requeríapara enfrentar las exigencias de la guerra.8

Más recientemente Staley J. y Bárbara H. Stein han contribuidoa las discusiones académicas sobre las reformas borbónicas con su estu-dio en dos volúmenes sobre la compleja y enrevesada red de grupos deinterés disputándose por dar forma a las políticas de la corona.9 En suprimer libro, Silver, Trade, and War: Spain and America in the Making ofEarly Modern Europe, los Stein argumentan que la debilidad económicade larga duración de España permitió que comerciantes franceses, ho-landeses y, en especial, ingleses, accedieran a enormes montos de platacolonial a través del contrabando y proveyendo de mercancías y capitala pequeños comerciantes andaluces que comerciaban legalmente a tra-

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7 Allan J. Kuethe, Cuba. 1753-1815: Crown, Military, and Society (Knoxville, 1986) y “La desregu-lación comercial y la reforma imperial en la época de Carlos III: los casos de Nueva España yCuba”, Historia Mexicana, vol. 41, N° 2 (1991), pp. 265-92. Ver también Allan J. Kuethe y G.Douglas Inglis, “Absolutism and Enlightened Reform: Charles III, The Establishment of theAlcabala, and Commercial Reorganization in Cuba”, Past and Present, N° 109 (1985), pp. 118-41.

8 La interpretación de Barbier apareció en una serie de artículos: ver Jacques Barbier “The Cul-mination of Bourbon Reforms, 1787-1792”, Hispanic American Historical Review, vol. 57, N° 1(1977), pp. 51-68; Barbier “Peninsular Finance and Colonial Trade: The Dilemma of CharlesIV’S Spain”, Journal of Latin American Studies, vol. 12, N° 1 (1980), pp. 21-37; Barbier, “Venezue-lans Libranzas, 1788-1807: From Economic Nostrum to Fiscal Imperative”, The Americas, vol.37, N° 4 (1981), pp. 457-78; Jacques Barbier y Herbert S. Klein, “Revolutionary Wars and PublicFinances: The Madrid Treasury, 1784-1807”, Journal of Economic History, vol. 41, N° 2, (1981),pp. 315-37; Barbier, “Indies revenues and Naval Spending: The Cost of Colonialism for theSpanish Bourbons, 1763-1805”, Jahrbuch für Geshichte von Staat, Wirtschaft und GesellschaftLteinamerikas, vol. 21 (1984), pp. 171-88; “Imperial Policy Toward the Port of Veracruz, 1788-1808: The Struggle Between Madrid, Cádiz, and Havana Interests” en Nils Jacobsen y Hans-Jürgen Puhle (eds.), The Economics of Mexico and Peru During the Late Colonial Period, 1760-1810(Berlin, 1986), pp. 240-51; “Comercio Neutral in Bolivarian America: La Guaira, Cartagena,Callao, and Buenos Aires”, in Reinhart Liehr (ed.) América Latina en la época de Simón Bolívar(Berlín, 1989), pp. 363-77; y “Comercio secreto: The Economic and Political Significance of aFiscal Expedient, 1800-1808” (trabajo inédito presentado al Congreso Internacional de Ameri-canistas, Amsterdam, 1988).

9 Ambos libros proporcionan evidencia empírica en apoyo a la tesis que los autores promulgaronpreviamente en The Colonial Heritage of Latin America: Essays in Economic Dependence in Pers-pective (Oxford, 1970), p. I, donde argumentan que desde 1492 en adelante, España y Portugaldependían de los poderes económicos más desarrollados de la Europa del norte.

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vés de Cádiz.10 Los reformadores españoles (los proyectistas) intentarondetener el contrabando, recobrar el control sobre el comercio americano,modernizar las finanzas estatales y promover los controles burocráticos.Sin embargo, la oposición de los miembros corruptos de la burocracia,la fuerte comunidad de mercaderes (centrada en la asociación de comer-ciantes de Cádiz) y sus poderosos aliados los comerciantes extranjeros,se combinaron para hacer fracasar esta primera fase de la reforma. Ensu segundo volumen, Apogee of Empire: Spain and New Spain in the Age ofCharles III, 1759-1789, los Stein explican cómo el rey Carlos III y sus mi-nistros favorecieron el aumento de ingresos, la ampliación de la baseimpositiva y la liberalización del comercio, después de perder La Ha-bana en la Guerra de los Siete Años.11 La reforma culminó en la exten-sión del libre comercio, primero a las islas españolas del Caribe en 1765y, más tarde, a todo el imperio, excepto por Nueva España y Venezuela(las cuales fueron incluidas en 1789).12 Sin embargo, los Stein argumen-tan que estas reformas Carolinas nunca intentaron reformas estructura-les de gran escala; solo buscaban “el ajuste calibrado” diseñado para“apuntalar el edificio gótico” del imperio español en el Atlántico.13

Como resultado, España permaneció una metrópolis subdesarrollada,que re-exportaba bienes británicos y franceses a las Indias. Los Steinconcluyen que la plata americana produjo el declive de España y fue elcombustible para el auge del capitalismo en la Europa del norte.

En los últimos años los investigadores del siglo XVIII han am-pliado y profundizado sus debates sobre las reformas borbónicas. Estosestudios se han enfocado en un abanico de temas tales como los orígenesintelectuales de las reformas, la difusión del conocimiento científico, elcontexto atlántico de la reforma, los esfuerzos para recortar el poder dela iglesia, la ingeniería social de los Borbones (tal como la reforma delmatrimonio, del tratamiento a los esclavos y de la propiedad colonial)y el éxito o fracaso de las políticas de la corona en las diferentes partesdel imperio.14 Estudios influyentes de los centros imperiales como Mé-

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10 Stanley J. Stein y Barbara H. Stein, Silver, Trade, and War: Spain and America in the Making ofEarly Modern Europe (Baltimore and London, 2000).

11 Stanley J. Stein y Barbara H. Stein, Apogee of Empire: Spain and New Spain in the Age of CharlesIII, 1759-1789 (Baltimore and London, 2003).

12 Ver Kuethe e Inglis, “Absolutism and Enlightened Reform”, pp. 118-43.13 Stein y Sten, Apogee of Empire, p. 27. La opinión de que las reformas representaban poco más

que “apuntalar el edificio gótico” del imperio ya fue expresada en Stein y Stein, Colonial He-ritage, p. 104.

14 La literatura reciente sobre las reformas borbónicas es voluminosa, pero algunos de los libros

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xico y Perú, han argumentado que las políticas borbónicas tuvieron con-secuencias duraderas y a veces perjudiciales.15 Otros estudiosos, por elcontrario, sostienen que las reformas solo tuvieron un impacto limitadoen Nueva Granada o Chile. Más aún, algunas de las políticas borbónicas,como el establecimiento de nuevas asociaciones de comerciantes (con-sulados) y sociedades de ayuda económica fueron incluso adoptadas porlas elites en las periferias del imperio tales como Cartagena, La Habanay Buenos Aires.16 Sin embargo, todos estos estudios ven las reformasborbónicas como factores importantes que dieron forma a la evoluciónpolítica, social y económica de España y las Indias.

Por contraste, en sus recientes artículos revisionistas sobre lasfinanzas imperiales españolas, Alejandra Irigoin y Regina Grafe rebajanla importancia de las reformas borbónicas en el imperio atlático españoldel siglo XVIII. Primero se oponen a las críticas del Premio Nobel Dou-glass North del ultra-centralismo fiscal del imperio español, que Northsostiene que sofocó el espíritu de empresa e impidió el desarrollo eco-nómico. Irigoin y Grafe sostienen, en cambio, que el estado en Españay en las Indias era débil, descentralizado y que sirvió en gran parte pararedistribuir el ingreso de las zonas centrales, tales como México, a las

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más influyentes que estudian el tema son: Jeremy Adelman, Sovereignty and Revolution in theIberian Atlantic (Princeton, 2006); H.H. Elliott, Empires of the Atlantic World: Britain and Spainin America, 1492-1830 (New Haven, 2006), pp. 292-324; Agustín Guimerá, El reformismo bor-bónico: una visión interdisiplinar (Madrid, 1996); Francisco Sánchez Blanco, El absolutismo ylas luces en el reinado de Carlos III (Madrid, 2002); Jorge Cañizares Ezguerra, How to Writethe History of the New World: Historiographies, Epistemologies, and Identities in the Eighteenth-Century Atlantic World (Stanford, 2001); Jordana Dym y Christophe Belaubre, Politics, Econ-omy and Society in Bourbon Central America, 1759-1821 (Boulder, 2007); Gabriel B. Paquette,Enlightenment, Governance, and Reform in Spain and its Empire, 1759-1808 (Basingstoke, 2008);Cynthia E. Milton, The Many Meanings of Poverty: Colonialism, Social Compacts, and Assistancein Eighteenth-Century Ecuador (Stanford, 2007); Ann Twinam, Public Lives, Private Secrets: Gen-der, Honor, Sexuality and Illegitimacy in Colonial Spanish America (Stanford, 1999), y Patricia H.Marks, Deconstructing Legitimacy: Viceroys, Merchants, and the Military in Late Colonial Peru(University Park, 2007).

15 Ver, en especial, Carlos Marichal, Bankruptcy of Empire: Mexican Silver and the Wars betweenSpain, Britain, and France, 1760-1810 (Cambridge, 2007), pp. 1-80, y Marks, Deconstructing Le-gitimacy, pp. 55-106.

16 Gabriel Paquette, “State-Civil Society Cooperation and Conflict in the Spanish Empire: TheIntellectual and Political Activities of the Ultramarine Consulados and Economic Societies, c.1780-1810”, Journal of Latin American Studies, vol. 39, N° 2 (2007), pp. 263-98. Algunos es-tudios más tempranos que minimizan el impacto de las reformas borbónicas son Jacques A.Barbier, Reform and Politics in Bourbon Chile, 1755-1796 (Ottawa, 1980) y Anthony McFarlane,Colombia Before Independence: Economic, Society and Politics under Bourbon Rule (Cambridge,1993).

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periferias. Las reformas borbónicas tuvieron poco impacto en fortalecereste débil aparato fiscal español, que funcionaba principalmente por ne-gociación y estableciendo consensos con las ricas y poderosas elites co-loniales, un fenómeno que las autoras llaman “absolutismo regateador”.Al final, Irigoin y Grafe argumentan que la redistribución fiscal de la ri-queza proporciona capital y un estímulo económico a las regiones máspobres y periféricas del imperio. Estas redistribuciones de la riqueza seacabaron con la independencia, lo que contribuyó al declive económicoy a la inestabilidad política en el siglo XIX.17

El análisis del Reino de Quito que se hace en este trabajo, ex-pone las profundas divisiones políticas que surgieron acerca de las re-formas borbónicas, las cuales en gran parte determinaron el resultadode estas políticas en el distrito. García Pizarro gobernó construyendo unfuerte aparato estatal, capaz de extraer grandes montos de ingresos porimpuestos de las economías regionales del reino. Aunque inicialmenteexitosas, estas políticas con el tiempo provocaron la oposición vocife-rante de los grupos locales e incluso atrajeron ásperas críticas de los si-guientes presidentes de la Audiencia, quienes enfatizaron en lanecesidad de promover el desarrollo económico local antes que solo ele-var las exacciones fiscales. Este debate sobre el curso de la reforma en elreino solo podía ser resuelto en las volátiles e impredecibles arenas po-líticas de España y las Indias., El éxito o fracaso de las políticas borbó-nicas de reforma en Quito y en otras partes del imperio atlántico españolresultaron de exactamente esas luchas políticas durante el reino de Car-los III. De hecho, fue el resultado de esta confrontación política lo quedio forma a la implementación de las políticas borbónicas de reforma,dando a éstas sus resultados vacilantes, desiguales y, con frecuencia, di-ferenciados que tuvieron en las diferentes regiones del imperio.

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17 Regina Grafe y María Alejandra Irigoin, “The Spanish Empire and Its Legacy: Fiscal Redis-tribution and Political Conflict in Colonial and Post-colonial Spanish America”, Journal ofGlobal History, vol. 1, N° 2 (2006), pp. 241-67; Alejandra Irigoin y Regina Grafe, “Bargainingfor Absolutism: A Spanish Path to Nation- State and Empire Building”, Hispanic AmericanHistorical Review, vol. 88, N° 2 (2008), pp. 173-209. Estos puntos de vista controversiales sediscuten en un foro en el mismo número: ver Carlos Marichal, “Rethinking Negotiation andCoercion in an Imperial State”, pp. 211-218; William R. Summerhill, “Fiscal Bargains, PoliticalInstitutions, and Economic Performance”, pp. 219-33; y Alejandra Irigoin y Regina Grafe,“Response to Carlos Marichal and William Summerhill”, pp. 235-45.

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El contexto socio-económico de la reformaDespués de que a finales del siglo XVI, la producción de oro al-

rededor de Zaruma empezó a declinar, el eje económico del Reino deQuito fue la economía textilera de lana de la Sierra centro-norte, la queproducía paños, bayetas y jergas para los mercados en Perú y NuevaGranada. La venta de estos textiles ordinarios de lana financió la impor-tación de artículos europeos de lujo y proporcionaba moneda circulantepara las empresas locales, el comercio regional y los ingresos tributariosdel Gobierno. Sin embargo, para los años 1770, esta economía textil se-rrana estaba envuelta en una prolongada recesión económica, resultantede una combinación de epidemias, catástrofes naturales, obrajes textilescompetidores en Perú y, sobre todo, el ingreso de textiles europeos ba-ratos y de mejor calidad que había comenzado a inicios del siglo XVIII.18

Conforme se ahondaba la recesión en la Sierra centro-norte, laSierra sur entraba a una era de lenta pero continua prosperidad, mien-tras la costa alrededor de Guayaquil experimentaba un boom exportadordesde los años 1770. Comerciantes locales en la Sierra sur proveían dealgodón y lana cruda a los indígenas de los pueblos, quienes la conver-tían en telas baratas y durables destinadas a los mercados en el nortedel Perú y la Costa. Los terratenientes prosperaban al atender la de-manda de alimentos en los mercados locales en la Sierra sur, el norte delPerú y la costa. Otros hacendados hacían su negocio al vender abun-dantes cargas de cascarilla, corteza de un árbol rica en quinina.19 Parafinales del siglo XVIII, también había comenzado un boom exportadorde la Costa, basado sobre todo en la exportación de cacao que los pro-pietarios de plantaciones enviaban a la zona comercial del Pacífico, prin-cipalmente México.20 Para cuando García Pizarro llegó en 1778, el Reino

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18 Kenneth J. Andrien, The Kingdom of Quito, 1690-1830: The State and Regional Development (Cam-bridge, 1995), pp. 33-54, 80-110.

19 Sobre la evolución de esta industria textil, ver Silvia Palomeque, “Historia económica deCuenca y sus relaciones regionales (desde fines del siglo XVIII a principios del XIX)”, Segundoencuentro de historia y realidad económica y social del Ecuador (3 vols., Cuenca, 1978), vol. 1, pp.77-128, y su libro, Cuenca en el siglo XIX: la articulación de una región (Quito, 1990), pp. 19-25;así como Manuel Miño Grijalva, “Capital comercial y trabajo textil; tendencias generales dela protoindustria colonial hispanoamericana”, HISLA, N° 9 (1987), pp. 59-79.

20 Los principales trabajos sobre el boom exportador de la costa son Michael T. Hamerly, Historiasocial y económica de la antigua provincia de Guayaquil, 1765-1842 (Guayaquil, 1973), y El comer-cio de cacao de Guayaquil durante el período colonial (Guayaquil, 1976); María Luisa LavianaCuetos, Guayaquil en el siglo XVIII: recursos naturales y desarrollo económico (Sevilla, 1987), yCarlos Contreras C., El sector exportador de una economía colonial: la costa del Ecuador entre 1760y 1820 (Quito, 1990).

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de Quito consistía realmente de tres regiones económicas separadas quetenían solamente escasa interacción comercial entre sí. El centro-nortede la Sierra comerciaba textiles más que nada con Nueva Granada, laSierra sur enviaba telas bastas al norte del Perú, y de manera secundariaa la Costa, mientras que los cacoteros de ésta enviaban su producto amercados más distantes en la zona comercial del Pacífico.21

Los desiguales patrones regionales de desarrollo económico enel Reino de Quito planteaban problemas de enormes proporciones a losreformadores españoles en España y las Indias. El declive económico dela Sierra centro-norte llevó a una crisis de largo plazo en la recolecciónregional de impuestos, que tradicionalmente habían sido el sustento delestado colonial. Para entonces, las economías de la Costa y de la Sierrasur eran más prósperas pero el estado colonial era notoriamente débilen ambas regiones, y los gobiernos locales extraían solo montos modes-tos de impuestos. García Pizarro tenía que sacar de alguna manera másrentas públicas de la Sierra centro-norte, a pesar de su crisis, y explotarmás eficientemente a las florecientes economías de la Sierra sur y laCosta.

En las décadas anteriores a la llegada de García Pizarro, los in-tentos de elevar significativamente los impuestos habían provocandouna violenta oposición en el reino. Los esfuerzos locales para aumentarlos impuestos a la población indígena produjeron repetidas y sangrien-tas revueltas rurales, pero el desafío más serio y perjudicial para la au-toridad real ocurrió en la ciudad de Quito en 1765.22 Cuando la coronaintentó asumir el control directo sobre el impuesto a las ventas (alcabala)y el monopolio del aguardiente de caña (estanco), quitándoselos a los re-

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21 La exportación más rentable de tejidos de lana de mejor calidad a Lima declinó, especialmentedespués de que la Corona española dio fin a la distribución forzada de bienes europeos ycoloniales a las comunidades andinas (llamada el repartimiento de mercancías) tras la rebeliónde Túpac Amaru. Estas distribuciones siempre inculían un monto considerable de tejidosde lana de los obrajes de Quito: ver Alfredo Moreno Cebrián, El corregidor de indios y la eco-nomía peruana en el siglo XVIII (Madrid, 1977), pp. 317-59.

22 El trabajo fundamental sobre las rebeliones indígenas en el reino sigue siendo el de SegundoMoreno Yánez, Sublevaciones indígenas en la Audiencia de Quito desde comienzos del sigloXVIII hasta finales de la colonia (Quito, 1985). Tres estudios de la insurrección de Quito de1765 son los de Kenneth J. Andrien, “Economic Crisis, Taxes and the Quito insurrection of1765”, Past and Present, N° 129 (1990), pp. 104-31; Anthony McFarlane, “The Rebellion of theBarrios: Urban Insurrection in Bourbon Quito”, Hispanic American Historical Review, vol. 49,N° 2 (1989), pp. 283-330; y Martin Minchom, The People of Quito, 1690-1910 (Boulder, 1994,pp. 210-41.- N. del T. De esta última obra, hay edición en español, El pueblo de Quito, 1690-1910. Demografía, dinámica sociorracial y protesta popular (Quito, FONSAL, 2007).

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caudadores de impuestos locales, estallaron motines en mayo y junioque derrocaron a la Audiencia y establecieron un gobierno popular quegobernó Quito por más de un año. Sin embargo, ninguna otra ciudaddel reino se unió a Quito en su rebelión contra la autoridad real, de ma-nera que el poder del gobierno popular permaneció confinado a la ciu-dad capital y su hinterland. Además, a lo largo de los meses, las tensionesy las profundas divisiones entre los miembros de la aristocracia criollaquiteña y los miembros de la plebe de los barrios populares debilitó algobierno de coalición. Como resultado, cuando las tropas reales, trasmarchar desde Lima, llegaron a la ciudad el 1 de septiembre de 1766,rápidamente derrocaron al gobierno rebelde y reestablecieron el poderde la Audiencia. A pesar de ello, una tensa calma se apoderó de Quito,y las instituciones del estado colonial permanecieron peligrosamentedébiles.

Las reformas de José García de León y PizarroGarcía Pizarro llegó a Guayaquil a inicios de 1778, como un po-

lítico bien conectado y en ascenso, con amplios poderes políticos parallevar adelante grandes reformas en el Reino de Quito.23 A lo largo delos años se había asegurado el patronazgo de algunos importantes po-líticos españoles, incluyendo a Manuel de Roda, Gaspar Melchor de Jo-vellanos, Pedro Rodríguez Campomanes, Rafael Múzquiz, y finalmentedel poderoso Ministro de las Indias, José de Gálvez, quien se convirtióen su inquebrantable patrono.24 El ascenso político de García Pizarro fueayudado por su mujer, María Frías y Pizarro, a quien en España se lallamaba despreciativamente como “La Pizarro” por su incesantes ma-quinaciones para impulsar la carrera de su marido.25 En 1778 García Pi-zarro tenía simultáneamente los cargos de visitador, presidente de laAudiencia, regente (el recién creado cargo de funcionario presidente),superintendente subdelegado de hacienda (principal funcionario de ren-tas) y supremo comandante militar del distrito.26 Además, tenía claras

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23 José García de León y Pizarro a José de Gálvez, Guayaquil, 19 de marzo de 1778, Archivo Ge-neral de Indias (de aquí en adelante, AGI), Quito 264.

24 José García de León y Pizarro, Memorias de la vida del excmo. señor d. José García de León y Pizarro(3 vols., Madrid, edición de 1894), vol. 1, pp. 11-14; vol 3., pp. 125-6.

25 Stein y Stein, Apogee of Empire, p. 240.26 En la mayoría de las regiones, Gálvez esperaba poder separar la administración militar, fiscal

y judicial.De acuerdo con Brading, “Su idea era establecer un sistema de troika, con los re-gentes presidiendo lo judicial, los superintendentes el tesoro y los intendentes y virreyes

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instrucciones de Madrid para hacer una revisión completa del sistemafiscal, con el poder de despedir funcionarios incumplidos, de auditartodas las cuentas, dar por terminados o reformar los contratos con loscobradores de impuestos, reformar o establecer monopolios reales e im-poner nuevos impuestos si le parecían necesarios. Sus instrucciones tam-bién le ordenaban fomentar la economía local impulsando la minería,la producción de cascarilla y el comercio regional.27 Sin embargo, estasinstrucciones no decían nada, sobre revivir la alguna vez próspera in-dustria textil lanar de la Sierra centro-norte.

La prolongada debilidad política de la Audiencia después de lainsurrección de 1765 fortaleció aún más la posición del implacable y de-cidido García Pizarro. Para 1778 la corona había dejado que se produje-ran cuatro vacantes en la corte superior de Quito, dejando a solo dosjueces civiles (oidores) con algún poder político en la capital. Ambos, elConde de Cumbres Altas y Nicolás Vélez de Guevara, estaban viejos yenfermos, lo que limitaba su potencial de participar activamente en lapolítica local, no se diga de montar cualquier oposición efectiva al hábily enérgico nuevo presidente.28 Además, el joven y ambicioso fiscal de lacorte, Juan Josef de Villalengua y Marfil, rápidamente forjó una estrechaalianza con García Pizarro casándose con su hija, Josefa Pizarro.29

Pocos meses después de su llegada a Quito, García Pizarro es-cribió a José de Gálvez una franca carta con la política que había plani-ficado, partiendo de la descripción de los problemas económicos de laregión y proponiendo una serie de remedios. La mayoría de ellos habían

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manteniendo la administración civil y militar”, Brading, “Bourbon Spain and its AmericanEmpire”, p. 407. Los poderes de García Pizarro eran incluso más extensos que los dados aGálvez en México, Areche y luego Escobedo en el Perú, y Gutiérrez de Piñeres en NuevaGranada, todos los cuales tuvieron que competir con virreyes poderosos y, a menudo, sus-picaces. Incluso Álvarez de Acevedo en Chile fue nombrado regente de la Audiencia perono se le nombró presidente: ver J.R. Fisher, Government and Society in Colonial Peru: The In-tendant System, 1784-1814 (Londres, 1970), pp. 18-19, 25, 55; Barbier, Reform and Politics, pp.115-34; Phelan, The People and the King, pp. 7. 14-16, 22, 33; y Pirestly, José de Gálvez, pp. 123-8.

27 Instrucciones a la Visita de Quito, el Pardo, 4 de febrero de 1777; 10 de marzo, 1777; Cédula,el Pardo, 17 de marzo de 1777, AGI, Quito 264.

28 José García de León y Pizarro a José de Gálvez, Quito, 18 de enero 1779, AGI, Quito 240. Ade-más, antes de un año de la toma de posesión de García Pizarro como presidente, Vélez deGuevara dejó Quito y se trasladó a Lima para ser alcalde del crimen en la corte superior deesa ciudad, lo que de hecho lo sacó de la arena como una amenaza política potencial: verMark A. Burkholder y D.S. Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministres in the Ame-ricas, 1687-1821 (Westport, 1982), p. 349.

29 Burkholder y Chandler, Biographical Dictionary, p. 358.

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sido solicitados durante muchos años por las elites criollas deseosas derevitalizar la economía local del reino. El nuevo presidente explicabaque las importaciones de textiles europeos habían sacado de importan-tes mercados coloniales a los tejidos de lana quiteños, dificultando el co-mercio y creando escasez de monedas. Incluso Guayaquil, con sueconomía de exportación en surgimiento, carecía de mano de obra ade-cuada para desarrollar todo su potencial agrícola y comercial. Más aún,aunque las minas locales de plata y oro podían proporcionar algún ali-vio a estos problemas económicos, los altos precios del mercurio y la es-casez de mano de obra desalentaban su explotación. García Pizarroproponía tres remedios principales: restringir en un tercio o en la mitadla importación de los textiles baratos del exterior (paños de segunda) delas fábricas europeas a Lima y al resto del Perú; subsidiar la importaciónde 300 a 400 esclavos cada año para aliviar la escasez de mano de obrade la Costa; y proveer de mercurio barato para estimular la minería deplata. Era un programa de desarrollo económico, si no muy original, almenos de grandes miras.30

Aunque esta carta identificaba los principales males económicosdel reino y encapsulaba las políticas favoritas de las elites quiteñas, re-sultó políticamente contraproducente. El fiscal del Consejo de Indiasenvió las sugerencias a Jorge Escobedo, un oidor bien conectado de laAudiencia de Lima, quien estaba trabajando como subdelegado del vi-sitador Areche en Perú.31 En una carta del 22 de mayo de 1781, Escobedorechazó por completo el plan de García Pizarro, asegurando que el textilquiteño languidecía en los mercados peruanos porque era inferior al im-portado, había poca oferta de mercurio para las minas probadas delPerú y México, y el trabajo esclavo era demasiado caro para trabajar enlas plantaciones de Guayaquil. En resumen, Escobedo consideraba lasrecomendaciones de García Pizarro absolutamente imprácticas.

Cuando el Consejo de Indias coincidió con esta opinión, el am-bicioso García Pizarro cambió abruptamente de posición y abandonócualquier plan de conseguir concesiones políticas de Madrid para susgobernados. A cambio, decidió emular el programa de reforma utilizadopor su mentor, José de Gálvez, una década antes en Nueva España, elcual priorizaba las reformas fiscales y administrativas con miras a in-

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30 José García de León y Pizarro a José de Gálvez, Quito, 18 de junio de 1779, AGI, Quito 410.31 Escobedo sucedería a Areche como visitador del Perú en junio de 1782: Fischer, Government

and Society in Colonial Peru, p. 102.

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crementar las recaudaciones antes que la promoción del desarrollo eco-nómico de largo plazo. En Quito, esto implicaba ejecutar un programade gran alcance de innovaciones fiscales, administrativas y militares afin de aumentar la habilidad del Estado para explotar los reducidos re-cursos económicos de la región.

García Pizarro creó una burocracia fiscal centralizada, presididapor una nueva agencia, la Dirección General de Rentas.32 Quitó a los co-lectores de tributos la jurisdicción de recaudar algunos tributos muy lu-crativos (el tributo indígena y la alcabala) y privó a las oficinas localesdel tesoro (cajas) la atribución de mantener los monopolios reales (el es-tanco de aguardiente, tabaco, barajas y pólvora), poniendo su manejodirectamente bajo la jurisdicción de la Dirección General de Rentas y sured de subtesorerías. Los funcionarios fiscales que trabajaban para la Di-rección General depositaban en las cajas del tesoro el ingreso excedentede estos impuestos (el tributo colectado menos los gastos burocráticos).La oficina local del Tribunal de Cuentas (que se implantó en Quito desde1776) auditaba las cuentas de las distintas oficinas de la Dirección Ge-neral.33

Esta creciente red de oficinas de impuestos, que se sumaba a lasdistintas agencias tributarias y puestos de estancos reales, significó unaexpansión sin precedentes del poder burocrático, lo que permitía al go-bierno intervenir en sectores económicos clave e influenciar en la vidadiaria en todo el reino. Por ejemplo, después de su establecimiento en1778, la Administración General de las Fábricas de Tabaco, Pólvora y Naipesen Guayaquil empleaba a 45 funcionarios. La fábrica misma proveía tra-bajo a 46 trabajadores adicionales, a los que se sumaban 61 vagabundosy criminales asignados a la operación. Más aún, todos los cultivadoresde tabaco en la región costera tenían que vender su cosecha al monopo-lio gubernamental a precios que éste fijaba. Tal política afectó a más de700 cultivadores en Daule y Balsar, 93 en Baba y más de 200 en Porto-viejo.34

A través de una mezcla de buena suerte y hábiles nombramien-

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32 El decreto real que autorizaba esta nueva burocracia fue expedido el 10 de marzo de 1777:ver Douglas Alan Washburn: “The Bourbon Reforms: A Social and Economic History of theAudiencia of Quito, 1760-1810” (Tesis de PhD, Universidad de Texas en Austin, 1984), p. 129.

33 Ibid., pp. 129-32.34 Estado de Empleados en esta Administración Gral, Factoria Gral, y Fabrica de Rl Rta de Ta-

baco, Polvora, y Naipes de Guayaquil y su Gobernación, Abril de 1778, AGI, Quito 240.

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tos clientelares, García Pizarro se aseguró el control sobre prácticamentetodas y cada una de las agencias con cierta influencia en el reino, lle-nando los nuevos puestos burocráticos y de la milicia con parientes,amigos y aliados políticos cercanos provenientes de las elites peninsu-lares y criollas. Por ejemplo, cuando la estratégica gobernación de Gua-yaquil quedó inesperadamente vacante debido a la transferencia delCoronel Ramón Carvajal, la Corona nombró al hermano del presidente,Ramón García de León y Pizarro, en 1779 para llenar el puesto.35 JuanJosef de Villalengua, cercano aliado y yerno del presidente, manteníaun puesto clave en la Audiencia, mientras su primo, José de Carrión yMarfil, fue consagrado obispo de Cuenca en 1787.36 El control de losobispos era particularmente importante puesto que el gobernador deCuenca, José Antonio Vallejo, chocaba a menudo con García Pizarro ysu creciente “familia política” sobre las políticas de reforma. Además,los cargos en la nueva burocracia se entregaron a aliados tales como elsecretario personal del presidente, Agustín Marín de Blas, quien fuenombrado Director General de Rentas. Para 1783, de aproximadamente65 nombramientos fiscales en cargos administrativos importantes en laAudiencia, solo 10 habían sido designados antes del período de GarcíaPizarro, en tanto que el resto habían sido nombramientos personales delpresidente.37 De manera parecida, García Pizarro dio a sus aliados co-misiones en los nuevos regimientos disciplinados de la milicia, que élcreó. Muchos de estos nombramientos fueron a miembros destacadosde las elites criollas, ansiosos de honores y temerosos del caos social des-

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35 Allan J. Kuethe, Military Reform and Society in New Granada, 1773-1808 (Gainesville, 1978), p.119. Las descarnadas tácticas políticas de José García de León y Pizarro se parecían muchoa las utilizadas por su mentor, José de Gálvez, en su visita a Nueva España: ver Linda K. Sal-vucci, “Costumbres viejas, ‘hombres nuevos’: José de Gálvez y la burocracia fical novohis-pana (1754-1800)”, Historia Mexicana, vol. 33, N° 2 (1983), pp. 224-64.

36 Federico González Suárez, Historia general de la República del Ecuador (Quito, edición de 1970),vol. 2, pp. 1206, 1219, 1247.

37 Razon de los empleos de Real Hacienda que hay establecidos en Quito y sus Provincias, ylos sujetos Destinados enellas los quales se colocan en la devida Distinción y Separacion deRamos y Pueblos, según proviene la Real Orden de 12 de marzo de este año de 1783, Quito,1783, AGI, Quito 240. Incluso aquellas pocas personas que aún desempeñaban sus cargosen 1783 con nombramientos anteriores a la administración de García Pizarro, eran por lo ge-neral sus partidarios. Josef de Guarderas, más tarde controlador de la Administración de Al-cabalas y tesorero de las cajas reales de Quito, y Juan Bernardino Delgado y Guzmán habíanservido en la visita, una manera usual en aquellos años de hacer méritos con el presidente ysubir en la burocracia quiteña: Hoja de servicios de José de Guarderas, Quito, 1797; Hoja deServicio de Juan Bernardino Delgado y Guzmán, 1795, AGI, Quito, 232.

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pués de la Insurrección de Quito de 1765 y de las periódicas rebelionesde los indios de la Sierra. El Conde de Selva Florida, por ejemplo, sirviócomo coronel en la unidad local de dragones.38 Esos nombramientos secercioraban de que los aristócratas criollos y las figuras del establishmentmilitar recibieran títulos militares, asegurando así su lealtad y coopera-ción con los esfuerzos del presidente de mantener un rígido control po-lítico del reino.

García Pizarro no solo premió a sus aliados sino que usó su con-siderable poder político para castigar o despedir a cualquiera que seopusiera a su control político y burocrático del reino. Por ejemplo, si-guiendo las órdenes reales de mantener el orden público en la turbu-lenta ciudad de Quito, el presidente abolió el cargo de corregidor de laciudad, quitando así una barrera potencial a la consolidación de supoder en el ámbito de la Audiencia.39 Una historia de incompetencia yescándalos en las oficinas del tesoro en Quito y Guayaquil le permitierona García Pizarro despedir a varios enemigos políticos y reemplazarloscon gente designada por él mismo. Por ejemplo, cuando José de Gazan,funcionario del tesoro de Guayaquil se opuso a sus políticas, el presi-dente acusó a Gazan de “estar loco” y lo despidió sumariamente. Mien-tras algunos de sus contemporáneos estaban de acuerdo en que Gazanera un colega difícil, al mismo tiempo la mayoría comentaba favorable-mente sobre la calidad de su trabajo.40 El mismo patrón se vio en Quito,cuando el presidente despidió a ambos funcionarios del tesoro, Sebas-tián Bermúdez Valledor y Nicolás Ignacio Talón, supuestamente por nodar cuentas por 27.000 pesos de las rentas públicas.41

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38 Kuethe, Military and Society, pp. 121-22.39 José García de León y Pizarro a José de Gálvez, número 26, Quito, 18 de septiembre 1780,

AGI, Quito 240.40 José García de León y Pizarro a José de Gálvez, número 26, Quito, 18 enero 1779, AGI, Quito

240, número 60. García Pizarro achacó este comportamiento a una dolorosa enfermedad es-tomacal que sufría Gazan. Mientras la mayoría de los colegas comentaban sobre el compor-tamiento poco ortodoxo del irascible Gazan, la mayoría también dio testimonio de sucompetencia, incluido el auditor principal de la oficina del Tribunal de Cuentas en Quito,Francisco Antonio de Asilona: ver Informe del Consejo, Madrid, 27 de abril 1778, AGI, Quito,377; Francisco Antonio de Asilona a la corona, Quito, 31 de agosto 1778, AGI, Quito, 411.

41 José García de León y Pizarro a José de Gálvez, Quito, 18 de marzo 1779, 18 de agosto 1779,AGI, Quito 240; fianzas de Nicolás Talon y Sebastián Valledor, Quito, 23 de febrero 1785,AGI, Quito 592.

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CUENCA GUAYAQUIL QUITO

Cuadro 1Ingresos de Cuenca, Guayaquil y Quito

1765-1769 1770-1774 1775-1779 1784-1784 1785-1789 1790-1794 1795-1799 1800-1804

Años

Fuentes: Cuentas de la Caja de Quito, 1765-1803, AGI, Quito, 416-29; Cuentas de la Caja de Cuenca,1765-1803, AGI, Quito 453-8; Cuentas de la Caja de Guayaquil, 1765-1804. AGI, Quito, 469-75, 477.

El espectacular aumento en las recaudaciones de impuestos enel reino, claramente demostró la efectividad de este nuevo aparato es-tatal colonial (ver Cuadro 1). Los ingresos en el distrito de Cuenca,donde las reformas tuvieron un impacto más limitado, crecieron de65.000 pesos en el período de 1765 a 1769 a más de 526.000 pesos entre1800 y 1804. Mientras tanto, los ingresos de las cajas reales de Guayaquilaumentaron de más de 249.000 pesos a más de 1’100.000 pesos en elmismo período. Ambas regiones experimentaban un crecimiento eco-nómico importante, el que fue explotado por el reforzado aparato estatalcon mayor eficiencia, extrayendo capital de inversión que pudo haberido a actividades empresariales para sostener la prosperidad económicalocal. Sin embargo, el incremento en las rentas gubernamentales fue másimpresionante en la región de la Sierra centro-norte deprimida econó-micamente. Las rentas que se recogieron en las cajas reales de Guayaquily Cuenca (reforzadas por las remesas de Guayaquil y Cuenca), se dis-pararon de más de 746.000 pesos en los años que siguieron a la Insu-

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Peso

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3.000.000

2,500.000

2.000.000

1.500.000

1.000.000

500.000

0

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rrección de Quito (1765-69) a sobre 2’500.000 de pesos en los años 1785a 1789.42 Sin duda, tan pesadas exacciones fiscales en la crítica situaciónde la Sierra centro norte sin duda exacerbaron la espiral descendientede la región.

El drástico incremento en las rentas gubernamentales dependíaen buena parte en los impuestos a la economía exportadora de la Costay a los indios de la Sierra. El perso impositivo per cápita en la región deGuayaquil, saltó de 11 reales en 1765 a más de 48 reales para 1780, casiel doble de lo pagado por los ciudadanos de la nación más próspera deEuropa, Inglaterra. Entre 1765 y 1769, los ingresos por el tributo indígenaen Quito sumaron 209.532 pesos, mientras de 1780 a 1784 llegaban casia 530.000 pesos, un ingreso del que casi 30% había sido era colectado enlas oficinas del tesoro. De hecho, esto transfería riqueza de la Costa y delos grupos indígenas más pobres para pagar los salarios de las elites quetrabajaban en puestos burocráticos no productivos en Quito.43

Los salarios gubernamentales y la transferencia de la riqueza deGuayaquil y Cuenca a Quito aparentemente permitían a la elite quiteñavivir por encima de sus recursos, mientras la economía manufacturerade la Sierra centro-norte continuaba su inexorable declive a fines del pe-ríodo colonial. De acuerdo con los ingresos por alcabala, la Sierra centronorte experimentaba un serio desbalance entre importaciones y expor-taciones. Para finales del siglo XVIII, la región importaba anualmenteentre 200.000 y 400.000 en mercadería europea y colonial, mientras quesus exportaciones nunca sobrepasaron los 150.000-200.000 pesos. Estedéficit comercial era probablemente compensado por los salarios guber-namentales y otros pagos misceláneos (particularmente, remesas desdeCuenca y Guayaquil), que sumaban al menos 150.000 pesos anuales. Enbreve, los salarios crecientes en el sector público y los pagos transferidospor el gobierno proporcionan la explicación más plausible de cómo laselites podían permitirse tan alto nivel de importaciones europeas. Enefecto, el estado colonial reformado por García Pizarro promovía unarealocución de los recursos de la Costa, la Sierra sur y las comunidadesindígenas para apoyar el consumo de las elites serranas.44

Desde la presidencia de García Pizarro en adelante, el estadocolonial también sacaba estos fondos reales de las colonias. Cada año el

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42 Andrien, The Kingdom of Quito, pp. 196-20143 Ibid, pp. 191-206.44 Ibid, p. 155.

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tesoro real de Quito gastaba lo que fuera necesario para solventar losgastos burocráticos locales, y enviaba el resto a Cartagena, sea para apo-yar la construcción de las defensas de la ciudad portuaria o para reenvíoa España. Las remesas de Quito a Cartagena se incrementaron de menosde 110.000 pesos en el período 1700-04 (37% del total de los gastos) acerca de 1’100.000 pesos entre 1800 y 1803 (sobre 56 %).45

Dados los éxitos políticos y fiscales del presidente en Quito, noes de asombrarse que García Pizarro recibiera elogios de Madrid. El pro-pio Ministro de las Indias, José de Gálvez, escribió felicitando al presi-dente, y cuando dejó Quito en 1784, García Pizarro recibió su esperadapromoción al Consejo de Indias.46 Incluso el gobierno de Madrid nom-bró a su yerno y protegido, Juan Josef de Villalengua y Marfil, para su-cederle como presidente-regente de la Audiencia. Esto en aparienciaaseguraba que la estructura de poder político construida por el presideny sus aliados duraría en el tiempo.47

La oposición a García PizarroA pesar de los éxitos y de su derroche de patronazgo político

para acallar la oposición local, pocos años después de que García Pizarrodejó Quito se levantaron quejas sobre su descarado nepotismo, su co-rrupción y su gobierno tiránico. Se argumentaba que el ex presidente-regente y su “familia política” habían comprado o intimidado a susenemigos en la aristocracia criolla y el establishment gubernamental. Al-gunos opositores, silenciados mientras el presidente gobernaba enQuito, incluso declararon que el clan de García Pizarro había extorsio-nado y extraído sobornos para enriquecerse, había cobrado coimas dela venta ilegal de los cargos públicos y había usado a la milicia local parareforzar sus inescrupulosos planes.48

Aunque García Pizarro siguió siendo un influyente miembrodel Consejo de Indias, la muerte de José de Gálvez en 1787 probable-mente dejó al ex presidente más vulnerable a las acusaciones de sus opo-sitores en Quito. El 9 de octubre de 1788, la corona ordenó una

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45 Cuentas de la Caja de Quito, 1700-04, Archivo Nacional de Historia, Quito (en adelante, ANH-Q), Real hacienda 10, Cuentas de la Caja de Quito, 1800-05, AGI, Quito 427-9.

46 Todos los regentes enviados por Gálvez fueron elevados al Consejo de Indias: ver Mark A.Burkholder, “The Council of the Indies in the Late Eighteenth Century: A New Perspective”,Hispanic American Historical Review, vol. 56, N° 3 (1976), p. 417.

47 González Suárez, Historia general del Ecuador, vol. 2, p. 1215.48 Francisco Gil y Lemos a Fernando Quadrado, Santa Fe, 26 de enero 1789, AGI, Quito 272.

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investigación especial (pesquisa) sobre acusaciones específicas contraGarcía Pizarrro mientras gobernó el Reino de Quito. Cuando el virreyde Nueva Granada, Francisco Gil y Lemos, recibió la orden de iniciar lapesquisa, encargó la tarea a Fernando Quadrado y Valdenebro, un pu-ritano juez de la Audiencia de Quito renombrado por su integridad per-sonal y profesional.49 De acuerdo con el Obispo de Quito, Quadrado fueun “ave muy rara” porque “la integridad con el dinero y la integridadcon las mujeres es milagrosa en estas provincias”.50

Esta pesquisa enfrentó una formidable oposición del PresidenteVillalengua, sucesor y heredero político de García Pizarro, quien no teníaintención alguna de permitir que se desacreditara las políticas de supadre político. De hecho, supuestamente Villalengua y sus aliados ha-bían continuado los amenazadores y despóticos numeritos de García Pi-zarro. El presidente atacó a Quadrado acusándolo de parcialidad,alegando que solo había pedido testimonio a los descontentos opuestosa los líderes políticos. Quadrado respondió a Villalengua y a sus aliados,acusándoles de que ellos eran “una familia poderosa, no solo por sus ri-quezas sino por … su autoridad en la corte”.51 Sin embargo, conformeproseguía la investigación la evidencia contra garcía Pizarro se acumu-laba. El ex presidente supuestamente había extorsionado más de 230.000pesos en sobornos, incluso extorsionando 20.000 pesos al obispo deQuito.52 Además, Quadrado acusó que las reformas fiscales del presi-dente habían producido muy poco, alegando que gran parte de los fon-dos de la administración de las antiguas propiedades de los jesuitasprovenían de la venta de las tierras de esa orden, no de un hábil manejode aquellos bienes. Quadrado también afirmaba que la corrupción cam-peaba en varias agencias de la Dirección General de Rentas, para lo queél recomendaba una investigación especial.53 La noticia de una carga debienes de contrabando que se había confiscado en la Guayaquileña, un

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49 Ibid.50 Mark A. Burkholder, “Honest Judges Leave Destitute Heirs: The Price of Integrity in Eigh-

teenth-Century Spain”, in Richard K. Matthews (ed.), Virtue, Corruption, and Self-Interest: Po-litical Values in the Eighteenth Century (Bethlehem PA, 1994), p. 257.

51 Fernando Quadrado a Francisco Gil y Lemos, Quito 18 de junio 1789, AGI, Quito 267; Fer-nando Quadrado a Francisco Gil y Lemos, Quito 21 de marzo 1789, carta reservada, AGI,Quito 267.

52 Resumen de dinero, plata labrada, y alajas de oro, piedras y perlas que resultan del informa-ción averse regalado a la señora Pizarro, Quito, sin fecha, AGI, Quito, 267.

53 Fernando Quadrado a Francisco Gil y Lemos, Quito 18 de mayo 1789, AGI, Quito 267

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barco supuestamente operado por Ramón García Pizarro, implicó al her-mano del ex presidente en extorsión y comercio de contrabando.54

Para 1790 la pesquisa había degenerado en una serie de acusa-ciones y contraacusaciones, dejando a todo el reino envuelto en faccio-nes políticas. De hecho, parecía que solo la intervención del gobierno deMadrid podía resolver el punto muerto al que había llegado la cuestiónpolítica en Quito, y tras una cuidadosa revisión de la evidencia, losmiembros del Consejo de Indias decidieron no imponer castigo alguno.A cambio, el Consejo transfirió a Juan Josef de Villalengua a Guatemalacomo presidente-regente de la Audiencia y envió a Ramón García Piza-rro a Salta como gobernador. Esto sacó de la escena a las dos figuras con-troversiales. En cuanto a Fernando Quadrado, el Consejo elogió susesfuerzos para descubrir la verdad sobre la corrupción en Quito y Gua-yaquil, pero también reconoció que se había excedido con mucho de susinstrucciones. Su comisión había sido solo investigar ciertas acusacionesde abuso, no explorar cada aspecto de las actividades del clan GarcíaPizarro en Quito. Al final, el Consejo ordenó al nuevo presidente, JuanAntonio Mon y Velarde, completar en silencio la investigación y promo-ver la armonía en el Reino de Quito.55

Opiniones encontradas sobre la reforma imperialAunque la mayor parte de la oposición local a las reformas de

García Pizarro giraba en torno a su supuesta deshonestidad, nepotismoy métodos autoritarios de gobernar, otros importantes funcionarios delas Indias criticaron su estrategia para reformar el estado colonial. Uncrítico, el virrey Francisco Gil y Lemos, sostenía que García Pizarro habíacreado una burocracia muy grande, pesada y difícil de manejar que in-evitablemente llevaba a problemas de deshonestidad y nepotismo. Elsucesor de Villalengua, Juan Antonio Mon y Velarde, estaba de acuerdoen la necesidad de poner límites al desperdicio burocrático y a la co-rrupción en Quito. Al mismo tiempo argumentaba que las políticas dedesarrollo económico debían preceder a los esfuerzos de aumentar losimpuestos: solo una vibrante economía colonial podía ser el camino alargo plazo para producir rentas constantes para la corona. Sin vitalidad

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54 Corona al Virrey de Nueva Granada, Madrid, 29 de enero 1790, AGI, Quito 271; FernandoQuadrado a la corona, 3 de febrero 1790, AGI, Quito, 267. Informe del fiscal, Madrid, 18 deoctubre 1790; Consulta, Madrid, 18 de octubre 1790, AGI, Quito, 271.

55 Ibid.

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económica, creía Mon y Velarde, las rentas fiscales declinarían u las ga-nancias serían engullidas por la inflada burocracia que ahora tenía elreino.

Antes de ser nombrado a Quito, Mon y Velarde había tenido elcargo de oidor en Nueva Granada y visitador en Antioquia (1785-88),donde impuso programas para desarrollar una vigorosa economía local.Construyendo sobre recomendaciones del gobernador de Antioquia,Francisco Silvestre, el visitador había mejorado la administración local,promovido el orden público, reclamado la creación de un obispado y,lo más importante, fomentado la minería, el comercio y la agricultura.56

Esto incluyó escribir un nuevo código de minería, introducir monedasde plata para reemplazar el polvo de oro en las transacciones comercia-les, promover la reforma agraria y fundar nuevos pueblos mineros yasentamientos agrarios para estimular la minería, facilitar el comercio eincrementar la producción de alimentos. En Quito, Mon y Velarde habríade recomendar una estrategia similar de “desarrollo”, frente a los pro-blemas específicos del reino: primero, creando una burocracia más pe-queña y eficiente y, segundo, trazando programas respaldados por elestado para promover el crecimiento económico.

Las políticas de Mon y Velarde representaban una clara alterna-tiva a las reformas fiscales más obviamente explotadoras favorecidaspor García Pizarro y su patrono, José de Gálvez. Esto no era una sor-presa, dada la actividad desplegada por Mon y Velarde en Antioquia yla historia de enfrentamientos de su propia familia con Gálvez. Su tío,Juan Antonio Velarde y Cienfuegos se había opuesto vigorosamente alas políticas de Gálvez en Nueva España, cuando se desempeñaba comofiscal de la Audiencia de México. Junto con su principal aliado, FranciscoXavier de Gamboa, aquel Velarde había promovido reformas económi-cas y se había opuesto a lo que consideraba políticas fiscales autoritariasde Gálvez. Esta oposición contribuyó a una “promoción” no deseadapara Velarde y Cienfuegos a la Audiencia de Granada en 1768.57 Sea quelas futuras políticas de Mon y Velarde en Antioquia, y más tarde enQuito, hayan sido influenciadas por la experiencia de su tío en NuevaEspaña o no, lo cierto es que claramente representaban una agenda de

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56 Twinam, Miners, Merchants, and Farmers in Colonial Colombia, pp. 32-3, 50-60, 124-8, 106-8;Burkholder y Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers, p. 219; y McFarlane,Colombia Before Independence, pp. 137-40.

57 Brading, Miners and Merchants, pp. 34-9.

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reformas imperiales muy distinta.58 También era un programa de refor-mas más acorde con los deseos de larga data de las elites del Reino deQuito, que se hallaban para entonces ansiosas de deshacer las autorita-rias y cada vez más costosas reformas burocráticas y fiscales de GarcíaPizarro.

Poco después de su llegada a Quito, Mon y Velarde escribió aMadrid criticando los problemas administrativos de la burocracia fiscaldel reino. Señalaba que las cuentas de prácticamente todas las agenciasse hallaban en mora, lo que hacía imposible testificar sobre su honesti-dad y eficiencia. Más aún, dos grandes hacendados proveían casi todoel aguardiente embotellado por el estanco, lo que producía precisamentela clase de ineficiencia y amiguismo que él consideraba espantosa. Yhacía notar, exasperado: “Mi silencio aparecería culposo en un asuntode tal seriedad; mucho más cuando el remedio a estos males es tan di-fícil”.59 Para enfrentar estos abusos, Mon y Velarde propuso una reorga-nización completa de la burocracia fiscal, que incluía cortar eldesperdicio, bajar los salarios, eliminar los cargos públicos superfluosy exigir un más eficiente registro de las cuentas. Como él mismo lo dijo:“A primera vista uno nota el exceso de empleados en varias oficinas, losaltos salarios de que muchos gozan y la inutilidad de otros; y finalmentelas injustificadas cargas que todo esto impone al tesoro”.60 El presidenteconsideraba que sin estas drásticas reformas, esta pesada y alta buro-cracia arruinaría la economía y la sociedad del Reino de Quito. Comoresultado, proponía recortes anuales del presupuesto de cerca de 36.000pesos en distintas oficinas de la Dirección General de Rentas.61

Fuera de los cambios administrativos, Mon y Velarde tambiénproponía un ambicioso programa de desarrollo para el reino para rever-tir la espantosa crisis, que ya duraba un siglo, de la producción textildel reino. En su concepto, la provincia de Riobamba, un antiguo centrode producción textil, estaba sumida en un completo deterioro. La regiónhabía presumido alguna vez de tener 22 obrajes, pero para 1790 el nú-mero había bajado a solo cinco. La población indígena de la zona nopodía encontrar empleo para pagar su tributo, y huían de sus aldeas en

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58 Ibid., p. 70. 59 Juan Antonio Mon y Velarde a Antonio Porlier, Quito, 18 de enero 1791, AGI, Quito, 249.60 Ibid.61 El presidente también encontró que el sistema de milicias era igualmente despilfarrador y

requería de recortes drásticos: ver Juan Antonio Mon y Velarde a Pedro de Lerena, Quito, 3de marzo 1791, AGI, Quito, 249.

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gran número “víctimas de los cobradores de tributos”.62 Incluso trabajaren las haciendas de los españoles no era una opción, dado que los ha-cendados locales carecían de efectivo para pagar el tributo de sus traba-jadores conciertos. Los desastres naturales, como los terremotos perió- dicos, solo empeoraban la deprimente situación económica. Sin planesconcretos para revivir la economía local, las recaudaciones de impuestoscontinuarían decayendo, a pesar de cualquier reforma burocrática.63

El presidente reconocía que la crisis económica regional teníasu causa en la introducción, desde inicios del siglo XVIII, de los textilesbaratos de Europa. Mientras Mon y Velarde recomendaba a la corona li-mitar las importaciones a Lima de los paños baratos de segunda, tam-bién reconocía que esta política no era suficiente para promover larecuperación económica del reino. A lo largo del tiempo, la llegada deropas baratas desde Europa había cambiado el gusto de los consumido-res. De acuerdo con Mon y Velarde la gente pobre del Perú habría pre-ferido caminar desnudos que usar los textiles quiteños, cuando lasanteriores generaciones habían tenido en gran estima los paños de losobrajes del reino. Para mejorar este deprimente estado de cosas, solici-taba prohibiciones más estrictas de las importaciones de telas europeasa Sudamérica, la inversión en caminos y otras infraestructuras, el sua-vizar los controles de los estancos (en especial sobre la producción decascarilla), incentivos tributarios para liberar al capital de inversión, yasistencia técnica para rejuvenecer la moribunda industria minera. Mony Velarde predecía que sin esa asistencia estatal, la economía languide-cería, las recaudaciones de impuestos declinarían (en especial, el tributoque se exigía a la oprimida población indígena) y el comercio interna-cional desaparecería lentamente.64

El presidente no tuvo tiempo de vivir en Quito suficiente tiempopara movilizar apoyo político para llevar adelante estos planes. Despuésde menos de un año en el poder fue promovido al Consejo de Indias ysalió del reino para España.65 Murió en ruta a Cádiz, y así no tuvo si-quiera la oportunidad de argumentar a favor de sus puntos de vistasobre la reforma como miembro del Consejo.

Después de que Mon y Velarde dejara Quito, varios de sus su-

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62 Juan Antonio Mon y Velarde a Antonio Valdés, Quito, 18 de junio 1790, AGI, Quito, 248.63 Ibid.64 Ibid. Esos planes están también resumidos en Washburn “The Bourbon Reforms”, pp. 157-9.65 Burkholder y Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers, p. 219.

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cesores se hicieron eco de su análisis de los males económicos del reinoy propusieron similares remedios. El presidente Luis Guzmán y Muñoz(1791-7) buscó formas de fomentar la minería, aumentar la produccióntextil, promover el comercio, particularmente de la cascarilla, y aliviarla escasez de circulante. La corona solo respondió al último punto, su-giriendo la introducción de monedas de cobre, un paliativo acertada-mente resistido por Guzmán. Sin embargo, un terrible terremoto queasoló mucho del centro y norte de la Sierra en 1797, solo aumentó losmales económicos del reino y sofocó cualquier acción estatal para pro-mover el desarrollo mientras Guzmán fue presidente.66

Con la quiebra del poder del clan García Pizarro, las elites qui-teñas también cabildearon abiertamente para que se implementaran re-formas que ayudaran a la deprimida economía de la Sierra centro-norte.En un inicio, la transferencia de los pagos tributarios de las comunida-des indígenas, la Costa y la Sierra sur habían beneficiado a los consu-midores de la elite de Quito, pero para los 1790 los crecidos impuestos,las cada vez menores ganancias de los obrajes textiles y los altos costosde transporte, que impedían la venta de los productos agrícolas y pas-toriles a los pueblos mineros de la Nueva Granada, habían erosionadolos beneficios de la reforma. Incluso lo que parecían buenas oportuni-dades económicas desembocaron en desilusiones a largo plazo. Porejemplo, después de la expulsión de los jesuitas en 1767, muchos quite-ños compraron afanosamente las tierras de la orden, por lo general aprecio de remate, para hacerse de nuevos activos lucrativos, pero muypocos fueron capaces de duplicar el éxito económico de la Compañía.Al contrario, incluso miembros de la aristocracia local cayeron en ma-yores deudas. Por ejemplo, Juan Pío Montúfar y Larrea, el segundo Mar-qués de Selva Alegre, era hijo de un antiguo presidente de la Audienciapero cuando heredó su título Montúfar tuvo que esforzarse para pagara la corona más de 16.700 pesos en impuestos a fin de poder asumir sutítulo de nobleza.67 En 1786 el virrey retuvo el reconocimiento de su tí-tulo hasta que Montúfar vendió algunas propiedades para pagar sudeuda.68 Muchos otros miembros de la nobleza titulada sufrieron de pa-recidos apuros por sus deudas y también de las cargas y censos sobre

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66 Washburn, “The Bourbon Reforms”, pp. 158-60.67 Michael T. Hamerly, “Selva Alegre, President of the Quiteña Junta of 1809: Traitor or Patriot?”,

Hispanic American Historical Review, vol 48, N° 4 (1968), p. 643.68 Demetrio Ramos Pérez, Entre el Plata y Bogotá: cuatro claves de la emancipación ecuatoriana (Ma-

drid, 1978), p.141.

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sus propiedades rurales. El salario que se ganaba como funcionario pú-blico proporcionaban para muchos miembros de las elites uno de lospocos medios seguros para tener acceso al capital, pero con demasiadafrecuencia los puestos más lucrativos y poderosos seguían destinados alos extranjeros, en especial a los peninsulares.

La crisis económica y el aumento de las cargas impositivas tam-bién tuvieron nefastas consecuencias para las clases medias y popularesurbanas de Quito. De acuerdo con Cyntia Milton, el número de ciuda-danos que solicitaban ayuda estatal para aliviar su pobreza subió dra-máticamente a partir de la década de 1780. Por ejemplo, de 1770 a 1779,solo 53 quiteños presentaron declaraciones de pobreza, mientras que enlos 1780 ese número subió a 234 y en la siguiente década 238 ciudadanoslo hicieron.69 Los altos impuestos y las menores oportunidades econó-micas no solo afectaron a los más pobres, sino que con el tiempo los pe-queños tenderos, los trabajadores textiles, los sirvientes, los vendedoresambulantes y los jornaleros empezaron a sufrir. Más aún, la agudizaciónde la crisis económica erosionó las fronteras sociales, de manera que loscriollos que caían en la pobreza se hacían difíciles de distinguir de lascastas, sectores urbanos de orígenes raciales mezclados. A su vez, losque provenían de las castas aprovecharon el descenso de tantos criollospara reclamar la condición de blancos en los censos oficiales del go-bierno.70

La elite de la Sierra centro-norte encontró un aliado favorable enel sucesor de Guzmán como presidente, Francisco Luis Héctor, Barón deCarondelet. Tras tomar posesión en 1779, Carondelet rápidamente cul-tivó estrechos lazos con los aristócratas criollos de Quito, especialmentecon el Marqués de Selva Alegre, quien se convirtió en su mejor amigo enla ciudad. Los miembros del círculo íntimo del presidente eran la mayo-ría de la aristocracia quiteña: el Marqués de Solanda, el Marqués de VillaOrellana, el Conde de Casa Guerrero, el Marqués de Miraflores y elConde de Puñonrostro, cuyo hijo se casó con una hija de Carondelet.

El plan de reformas presentado por Carondelet al gobierno deMadrid reflejaba claramente la influencia de sus amigos y consejeroscriollos. El presidente propuso pagar el situado, o remisión de los tribu-tos, a Cartagena en bienes locales, no en especie, a fin de aliviar la esca-sez de moneda local. Carondelet recomendó imponer límites a las

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69 Milton, The Many Meanings of Poverty, 21870 Ibíd., pp. 219-220

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importaciones de textiles europeos al Perú, a fin de incrementar la de-manda de los textiles de lana producidos por los obrajes de Quito. Tam-bién era favorable de construir nuevos caminos para rebajar el costo deltransporte de productos agrícolas de las haciendas de Quito hacia losdistritos mineros de Nueva Granada, especialmente el Chocó. Además,Carondelet sugirió construir una vía desde la Sierra hacia las costas deEsmeraldas en el Pacífico a fin de promover el comercio con Nueva Gra-nada y Panamá. Finalmente, recomendaba elevar al Reino de Quito aCapitanía General, lo que lo independizaría de Bogotá. Si se las tomajuntas, estas reformas habrían unido la Sierra centro norte con Popayán,el litoral Pacífico de Nueva Granada y Panamá en una zona comercialintegrada. Sin embargo, ninguna de estas sugerencias impresionó a losfuncionarios en Bogotá o Madrid y fueron sumariamente rechazadas.71

Los esfuerzos para revivir la economía de un centro textil colonial sim-plemente no tenían oídos en los funcionarios de la metrópolis, quienesquerían que los textiles y otros bienes manufacturados que se vendieranen las Indias fueran suplidos por las empresas españolas, no por las co-loniales.

ConclusiónLas reformas borbónicas evolucionaron en conflictivas y a veces

impredecibles arenas políticas tanto en España como las Indias duranteel reino de Carlos III. Los ministros del rey mezclaron ideas de la Ilus-tración de Europa con una diversidad de discursos reformistas prove-nientes de las Indias para dar forma a una serie de políticas pragmáticasimperiales diseñadas para renovar el imperio atlántico español. En unreciente estudio sobre las bases intelectuales de las reformas carolinas,Gabriel Paquette ha argumentado convincentemente que la “idonsicrá-tica y desigual naturaleza de la política provino no de la escasez sino dela diversidad de ideas contrarias que la corona buscó instrumentar, aveces simultáneamente en las distintas colonias”.72 Esta circunstancia

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71 Ramos Pérez, Entre el Plata y Bogotá, p. 141; Thomas Marc Feihrer, “The Baron de Carondeletas Agent of the Bourbon Reforms: A Study of Spanish Colonial Administration in the Yearsof the French Revolution” (2 vols., tesis de PHD, Tulane University, 1977), vol. 2, p. 756; Car-los Landázuri Camacho, “Las primeraas juntas quiteñass”, en Organización de Estados Ibe-roamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, La Independencia en los países andinos:nuevas perspectivas (Memorias del Primer Módulo Itinerante de la Cátedra de Historia deIberoamérica, Quito, Diciembre 9 al 12 de 2003), p. 98.

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dio como resultado lo que Paquette ha llamado la las políticas reformis-tas “intelectualmente híbridas” de la corona.73 Los hacedores de políticaen Madrid diferían de los de las Indias, con diferencias a menudo muyprofundas, sobre la dirección que debía tomar la reforma y la necesidadde adaptar las políticas de la corona para enfrentar las exigencias locales.El proceso de reforma no fue solamente un esfuerzo para “apuntalar eledificio gótico” (como lo sostienen Stein y Stein): fue un esfuerzo prag-mático de modelar unas reformas usando las ideas más actualizadasdisponibles y de implementar estas políticas en la parte atlántica de unimperio muy diverso.74 Como consecuencia, las reformas borbónicasevolucionaron en medio de un proceso político, que nunca estuvo mol-deado por una visión ideológica consiste y coherente.

Tales conflictos políticos también influyeron en la dirección yresultados de la reforma en el Quito del período tardío borbónico. Laspolíticas fiscales de José García de León y Pizarro representaron una vi-sión dominante de la reforma colonial, particularmente cuando el po-deroso José de Gálvez se desempeñó como Ministro de las Indias.Después de un breve flirteo con la promoción de reformas que impul-saran el desarrollo económico en el Reino de Quito, García Pizarro pusoénfasis en un conjunto de políticas completamente diferentes, para loque expandió la burocracia, que llenó de sus aliados políticos, y usó estenuevo aparato administrativo para recaudar impuestos. Estas políticasresultaron tener enorme éxito en el corto plazo para extraer dinero delas economías locales, pero a un alto costo económico para el reino y supoblación. En Quito no produjeron un “absolutismo negociado” y unaparato estatal débil, sino uno que pudo imponer una serie de impues-tos regresivos, que drenaron recursos de las economías regionales, in-hibieron la expansión del mercado y exacerbaron las tradicionalesbarreras geográficas a la comunicación. Por efecto de ello, luego de queGarcía Pizarro salió de Quito para España, se levantó una fuerte oposi-ción local a estas reformas impuestas con mano autoritaria. Cuando lacorona autorizó una investigación conducida por Fernando Quadrado

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72 Paquette, Enlightenment, Governance, and Reform, p. 153.73 Ibid., p. 152.74 Ibid., p. 153; Stein y Stein, The Colonial Heritage of Latin America, p. 104. Una revisión de las

luchas políticas acerca del fin del monopolio comercial del consulado de Cádiz se encuentraen Allan J. Kuenthe, “El fin del monopolio: los Borbones y el consulado andaluz”, en Enri-queta Vila Villar y Allan J. Kuenthe (eds.), Relaciones de poder y comercio colonial (Sevilla, 1999)pp. 35-66.

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en 1788, los opositores en Quito se unieron para denunciar a García Pi-zarro y a sus aliados por su nepotismo, corrupción, intimidación e in-tentos de monopolizar sectores económicos clave, particularmente laproducción y venta de cacao. Aunque la corona impuso solo sancionesmuy pequeñas al ex presidente y sus compinches, sí se logró quebrar supoder en el Reino de Quito.

Juan Antonio Mon y Velarde llegó a Quito en 1790 con un plande reforma distinto, que enfatizaba la promoción del desarrollo econó-mico regional. Mon y Velarde también solicitó un desmantelamientoparcial del grande y cada vez más costoso aparato administrativo esta-blecido por García Pizarro. Sin embargo, el corto período administrativode este presidente en Quito, el inicio de la guerra contra Inglaterra en1796 y el gigantesco terremoto de 1797 se unieron para impedir los es-fuerzos de emprender cualquier programa serio de desarrollo econó-mico promovido por Mon y Velarde y sus sucesores.

Los distintos climas políticos en España pudieron acomodartanto las reformas fiscales impuestas por García Pizarro y la suerte deprogramas de desarrollo económico respaldados por el estado condu-cidos por Mon y Velarde en una zona minera como Antioquia. Al mismotiempo, no hubo entusiasmo alguno en Madrid por resucitar las manu-facturas coloniales de lana de Quito. Los planes de Mon y Velarde y sussucesores iban en contra de los esfuerzos del gobierno de Madrid dedesalentar las industrias coloniales y promover las manufacturas penin-sulares para estimular el comercio trasatlántico entre España y las In-dias. De hecho las diferentes ordenanzas aduaneras del comercio libre(enérgicamente apoyadas por José de Gálvez como Ministro de las In-dias) intentaban proteger a los bienes manufacturados en España de lacompetencia extranjera con miras a volver a tener el control sobre el co-mercio transoceánico con las Indias. Sin embargo, el nacionalismo eco-nómico representado en estas políticas aduaneras del comercio libre, nose extendían a proteger los centros manufactureros de las colonias.75

Como observó el arzobispo Antonio Caballero y Góngora, virrey deNueva Granada (1782-9), la crisis de los obrajes de Quito era adecuaday justa porque la “función apropiada de las colonias” era la agriculturay la minería, mientras que los bienes manufacturados, tales como lostextiles “deben ser importados de España”.76 No es entonces sorpren-

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75 Stein y Stein, Apogee of Empire, pp. 162-85.

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dente que cuando posteriores presidentes del reino, particularmente elBarón de Carondelet, y miembros de la aristocracia de Quito, recomen-daron políticas conducentes a revitalizar las economías manufacturerasy agro-pastoriles en la Sierra centro norte, la corona categóricamente lasrechazara.

La formulación e implementación de las políticas de reformasde los Borbones en Quito, como puede verse, difirieron ampliamente delas que se llevaron adelante en otras provincias de las Indias. Tras acallarla Revuelta de los Comuneros en Nueva Granada, las políticas econó-micas de los Borbones, ha dicho Anthony McFarlane, tuvieron muypoco impacto en promover el crecimiento basado en las exportacionesal tiempo que las políticas fiscales de la corona no hicieron mayor dañoa las economías locales.77 En Chile, Jacques Barbier encontró que las re-formas de Álvarez de Acevedo llegaron a subsumirse en las políticas lo-cales y produjeron pocos cambios de sustancia en el desarrollo políticoy económico de la provincia.78 De hecho, según Gabriel Paquette, en al-gunas provincias periféricas del imperio, las elites locales adoptaron lassociedades económicas y las reformas mercantiles, lo que promovió ungran nivel de cooperación entre el estado y la sociedad civil.79 Las amar-gas controversias y el negativo impacto socio-económico de las reformasen Quito se asemejan más a la situación en el Virreinato del Perú. Aquíla corona separó del virreinato las ricas zonas mineras del Alto Perú(anexándolas después de 1776 en el Virreinato del Río de la Plata), re-cabó impuestos más altos y reforzó los controles administrativos al im-poner el sistema de intendencias. De acuerdo con Patricia Marks, lasinnovaciones comerciales de los Borbones restringieron la capacidad delos comerciantes limeños de competir en el comercio del Pacífico, de lasrutas comerciales terrestres y en el comercio trasatlántico. Como efectode esto, dice Marks, el resentimiento por las reformas ocasionó encona-das disputas políticas que duraron hasta la época de la independencia.80

Como lo indican las luchas políticas a fines del siglo XVIII en

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76 Citado por John Lynch, “The Origins of Latin American Independence”, en Leslie Bethell(ed.), The Independence of Latin America (Cambridge, 1987), p. 16.

77 Anthony McFarlane resume estos argumentos en “The State and the Economy in Late Colo-nial and Early Republican Colombia”, Ibero-Amerikanisches Archiv, vol. 23, N° 1-2 (1997), pp.61-70.

78 Barbier, Reform and Politics in Bourbon Chile, pp. 113-34.79 Paquette, “State-Civil Society Cooperation and Conflict”, pp. 296-8.80 Marks, Deconstructing Legitimacy, pp. 55-106.

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Quito y otras partes, las reformas borbónicas salieron de un largo y com-plicado proceso político en el cual luchaban por el poder grupos de in-terés con muy distintas visiones sobre el futuro del imperio y conagendas políticas bien dispares. La Ilustración española representó unafusión de ideas de Europa junto con una variedad de corrientes políticasde las Indias, las que con frecuencia enfatizaban los males políticos, so-ciales y económicos del orden colonial. En el debate público sobre la re-forma y renovación del imperio participaron todos: tratados sobre lareforma escritos por intelectuales peninsulares (tales como los proyec-tistas), junto con las opiniones de los miembros del clero colonial, los lí-deres étnicos indígenas, los miembros de las elites criollas y losburócratas coloniales.81 Los hacedores de política en Madrid se basabanen toda esta información para modelar las reformas imperiales, pero elproceso siempre involucró una gran dosis de toma y daca. Aunque Joséde Gálvez dominó este proceso político en los 1780 y formuló una ide-ología gobernante para el imperio casi “hegemónica”, sus políticas siem-pre tuvieron poderosos oponentes en España y las Indias.82

Como lo demuestra el caso del Quito tardo-borbónico, la re-forma en las Indias también emergió de unos escenarios políticos alta-mente conflictivos que proporcionaron el marco para los cambiospolíticos, sociales, económicos y culturales. No es sorprendente, enton-ces, que las reformas borbónicas aparezcan como una colcha de retazosdistintos y hasta contradictorios de políticas que a veces se diferenciaronprofundamente entre las distintas regiones de las Indias. Las reformassurgieron de un proceso intensamente político, que representó ideas yagendas políticas diferentes en las distintas áreas del complejo y variadoimperio atlántico español.

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81 Ver Kenneth J. Andrien, “The Noticias secretas de América and the Construction of a GoverningIdeology for the Spanish American Empire”, Colonial Latin America Review, vol 7, n° 2 (1998),pp. 175-92.

82 Para un resumen de las primeras ideas políticas sobre la reformas del imperio por José deGálvez ver Luis Navarro García, La política americana de José de Gálvez (Málaga 1998).

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JOSé MARÍA LANDA Y RAMÍREz, UN ARGENTINO EN CUENCA EN LA PRIMERA

MITAD DEL SIGLO XIX.

Juan Cordero Íñiguez,

PRESENTACION DEL PERSONAJE. Sí, un personaje en la histo-ria de Cuenca, cuya biografía nos permite conocer a uno de tantos rea-listas, que opuestos radicalmente al movimiento libertario de América,ocurrido entre 1809 y 1824, supo adaptarse a las nuevas circunstanciaspolíticas y en suma, colaborar con el desarrollo de los pueblos que ini-ciaban sus primeros pasos dentro de un régimen republicano, que de-jaba atrás trescientos años de monarquía, con notables dubitaciones,entre las que estuvieron las relaciones de la Iglesia y del Estado, unidasantes por el Patronato Regio y ahora en un proceso de separación, previauna confrontación de sus representantes.

José María Landa y Ramírez nació en Buenos Aires en 1768. In-gresó a la orden de los Agustinos, estudió Derecho en Chile y allí segraduó de abogado. En Santiago conoció a Andrés Quintián Ponte y An-drade, un sacerdote español con quien hizo amistad, convirtiéndoseluego en su secretario y con él vino a Cuenca, cuando fue nombradoobispo de esta diócesis por el papa Pío VII y ratificado por el rey CarlosIV el 2 de febrero de 1807. También se unió a la comitiva, el abogadochileno José María Vázquez de Noboa, quien posteriormente tuvo unpapel relevante en el proceso independentista de Cuenca.

Fue consagrado en su calidad de obispo en Lima y pasó a Cuenca,donde inició sus labores desde el 7 de noviembre de 1807. Landa y Ra-mírez continuó colaborando con el obispo hasta el año de su muerteocurrida en 1813, y después como deán, cargo que lo mantuvo a lo largode su vida, se encargó del obispado, hasta que llegue el sucesor deQuintián Ponte.

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Ponencia para el XII Congreso Extraordinario de Academias de la Historia de Iberoamérica.Buenos Aires. 02-07 de agosto de 2010.

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QUIÉN FUE EL OBISPO PONTE Y ANDRADE. Este obispo es-pañol tenía una mentalidad tradicionalista, que compartía con su secre-tario Landa y Ramírez. Fue extremadamente realista y se manifestósiempre opuesto a las ideas libertarias que ya se expresaron claramenteen Quito el 10 de agosto de 1809.

Consideraba al rey como una autoridad de derecho divino y exi-gía la fidelidad por medio de reiterados juramentos públicos. Rechazóel nombramiento de miembro de la Junta Suprema y apoyó a Aymerichhasta con sus dineros y con fondos de la Iglesia, de la catedral, del futuroseminario y otros, inclusive exonerando pagos, con la condición de lu-char contra los rebeldes quiteños y quienes los apoyasen.

El 24 de agosto de 1809 huyó de Cuenca cuando circuló la noticiade una posible toma de la ciudad por las tropas quiteñas e igualmentehuyó cuando creyó que llegaría a Cuenca Carlos Montúfar, tomando lavía de Naranjal hacia Guayaquil donde murió el 24 de junio de 1813. Elrey por su lealtad le concedió las insignias de la Gran Cruz.

En una carta escrita el 29 de septiembre de 1810 a Miguel Pey, vi-cepresidente de la Junta de Santa Fe, comentó claramente que los movi-mientos que se registraron hasta entonces siempre serán insurreccionescon “un manifiesto deseo por la independencia”. Y añadió: “si fueracapaz de aconsejar a los que concibo caminan tan errados, o ellos admi-tieran mis consejos, les dijeras y aún les rogara por las amorosas entra-ñas de Jesucristo, que inmediatamente entren en razón, que deshicieransu Junta escandalosa; que restablezcan el legítimo gobierno y que pidie-ran un indulto general al Supremo Consejo de Regencia a imitación deCaracas.” En una respuesta larga dice, Miguel Pey: “Los americanos,señor obispo de Cuenca, son unos hombres tan libres, como los españo-les europeos y pueden y deben establecer un gobierno, siempre que asílo pidan las necesidades, como ya lo han exigido imperiosamente en ladesgraciada situación en que se halla la Península.”1

CUENCA Y EL DIEz DE AGOSTO DE 1809Cuenca recibió oficialmente la notificación del establecimiento de

la Junta Suprema de Gobierno, presidida por Juan Pío Montufar, el 16de agosto de 1809, es decir, seis días después de la deposición del condeRuiz de Castilla, presidente de la Real Audiencia de Quito. En seguida,

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1 Incluido en Cordero Iñiguez, Juan, Cuenca y el Diez de Agosto, Universidad Alfredo PérezGuerrero, Quito, 2009.

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el gobernador Melchor Aymerich convocó al Cabildo civil para tomaruna decisión, que no fue otra que la de proclamar una total oposición aese movimiento, debiendo, por lo tanto, iniciar una serie de acciones,para sofocarlo.

A la reunión asistieron Melchor Aymerich, Fernando de Salazary Piedra, José María Vázquez de Noboa y Joaquín Salazar. Al no contarcon una concurrencia plena porque algunos regidores estaban en sushaciendas (En Cuenca agosto ha sido siempre un mes de cosechas),todos resolvieron invitar para que se incorporen a las sesiones a los su-jetos más experimentados de la ciudad: Tomás Borrero, José María Landay Ramírez, Antonio Soler, Antonio García Trelles, Juan Rivera, José Herzey Nicolás Mosquera, a quienes se les tomó el juramento de rigor, antesde proceder a abrir el oficio.

La mayoría de los asistentes resolvió rechazar el contenido deldocumento y acordó lo siguiente:

1°. Que el gobernador autorice en Junta de real hacienda la ex-tracción del dinero necesario para pagar a cien hombres quearmados defiendan los derechos del Rey;

2°. Que vayan dos comisionados a Guayaquil y a Loja con la cartadel marqués de Selva Alegre, con los criterios de Cuenca y conla petición de auxilios. El destinado a Guayaquil recibiría 300pesos y el que iría a Loja 100, tomados de los fondos de pro-pios;

3°. Que se mande un despacho al virrey de Lima para que auxiliecon 200 hombres de tropa;

4°. Que se informe a la Junta Suprema Central que gobierna enEspaña;

5°. Que se informe al virrey de Santa Fe; 6°. Que el gobernador tome todas las medidas que creyere con-

venientes para impedir el avance de la revolución quiteña; 7°. Que se les obligue a todos los regidores que asistan a las se-

siones, so pena de una multa de 50 pesos2; 8°. Que habrá sesiones continuas para seguir resolviendo lo más

conveniente en estas críticas situaciones.

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2 Era costumbre reiterada la inasistencia de los regidores a las sesiones, pues sólo lo hacían oca-sionalmente o cuando se trataba de temas de su interés personal. En el siglo XVIII hubo nu-merosas amonestaciones y amenaza de multas.

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Hubo de inmediato otra sesión el 18 de agosto. José María Landay Ramírez, secretario del obispo, estuvo de acuerdo con todo. Él fue ele-gido para partir hacia el sur en comisión especial para comprometer elapoyo de Loja y de las autoridades virreinales de Lima. Igual cosa ocu-rrió con Diego Fernández de Córdova, que se dirigió a Guayaquil conel fin de comprometer a su gobernador. 3

INFORMES DEL DELEGADO JOSÉ MARÍA LANDA Y RAMÍREZEl 21 de agosto José María Landa, que salió de Cuenca el 18, in-

formó sobre sus gestiones positivas en Loja y comunicó que ese mismodía partía para Piura. El 28 ya estuvo en esta ciudad peruana de dondeinformó al Cabildo de sus gestiones. Dijo que había enviado informaciónprecisa al virrey del Perú y solicitudes de auxilio de numerosas armasy gente y, sobre todo, que ponga a Cuenca bajo su protección. Quizá,por la experiencia de haber vivido en esta ciudad por tres años dijo tex-tualmente en una misiva: “Cuenca hasta aquí no solamente ha sido de-pendiente, sino también quasi esclava de Quito…”.4 En esa ciudad semantuvo por lo menos hasta el 31 de agosto de 1809, pues con esta fechamandó otro informe al Cabildo de Cuenca.

El 9 de septiembre el virrey de Lima José Abascal envió un oficioinformando que ha dado a Guayaquil instrucciones sobre la defensa deesa ciudad y de la de Cuenca, felicitando al mismo tiempo, por la lealtadde unos y otros. Comentó sobre el conocimiento de lo ocurrido por uninforme del comisionado José María Landa y Ramírez y dio razonespara considerar que la Junta de Quito había actuado erróneamente ycon ánimo revolucionario. El cabildo de Cuenca aprovechó la recepciónde esta comunicación para insistir en el envío de armas y de soldados.Ver anexo Nº 1

El 26 de septiembre el Cabildo recibió una comunicación del vi-rrey del Perú, con un expreso agradecimiento por su actuación y con laoferta de informar a las autoridades de la Península sobre la lealtad deCuenca. Informaba también de las disposiciones dadas al gobernadorde Guayaquil para auxiliar a Cuenca, en todo lo que se le pida y, ademásanunciaba el envío de 500 fusiles y más armas y la indicación de que seataque antes que entren las aguas del invierno y se sigan difundiendo

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3 Ver en el anexo el acta completa de la sesión del Cabildo.4 Colección de documentos transcritos para la obra Cuenca y el Diez de Agosto, del autor de

este artículo.

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las noticias que pueden contagiar a otras regiones. También le expresabaa Aymerich que debía someterse a las resoluciones del gobernador deGuayaquil, pues así lo había querido el conde Ruiz de Castilla y le pidióque no haya rivalidades entre los dos.

El 8 de octubre de 1809 José María Landa informó al Cabildodesde Lima, sobre sus gestiones de apoyo y lo hizo por medio de variosoficios. El 23 de octubre el virrey de Lima José Abascal contestó un oficiodel Ayuntamiento de Cuenca y se ratificó en elevar al Rey un informesobre los méritos de la ciudad en la defensa de los intereses reales, agra-deciendo nuevamente por los servicios prestados.

En fin, el 5 de enero de 1810 José María Landa y Ramírez informóal Cabildo de Cuenca sobre el envío desde Lima de documentos a la Co-rona, dando a conocer la lealtad de la ciudad. Así terminó su gestión, ha-biendo empleado un poco más de cuatro meses en ir y venir, siendofelicitado por el Cabildo, pues se había cumplido el objetivo propuesto.De todos sus cuantiosos gastos sólo recibió 1.000 pesos de devolución, re-nunciando gustoso a la diferencia. Con fondos propios compró fluido va-cuno y entregó a los médicos cuencanos con instrucciones sobre su uso.

Para su retorno a Cuenca el proceso revolucionario había fraca-sado. Nuevamente estaba en la presidencia de Quito el conde Ruiz deCastilla, quien había dispuesto, contrariando su palabra empeñada, elapresamiento de los líderes y de todos los simpatizantes de las ideas li-bertarias y muchos estaban ya en las cárceles. Aymerich, que avanzó contropas desde Cuenca hasta cerca de Quito, tuvo que retornar a su go-bernación y licenciar a los soldados. Transcurridos unos meses, el 2 deagosto de 1810, los líderes de este movimiento fueron brutalmente ase-sinados en las cárceles de Quito, ciudad que por su amor a la libertadrecibió del prócer chileno Camilo Henríquez, el nombre alterno de “Luzde América”.

Con la documentación de los méritos de Cuenca, evocando anti-guos aportes para la defensa de Guayaquil, en una serie de quince pie-zas, catorce de las cuales corresponden a lo actuado desde el 16 deagosto de 1809, al fin, la ciudad terminó por recibir una alta distinción,que se unió a las otorgadas anteriormente para encabezar por un brevelapso las actas capitulares con la expresión “En la muy noble, muy lealy fidelísima ciudad de Cuenca del Perú”. 5 En diez años cambió la posi-

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5 Toda la documentación relacionada con el tema fue estudiada por el autor de este artículo,pues en un gran expediente fue localizado en el Archivo General de Indias, en la sección Au-

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ción de nuestra ciudad, al entregar grandes contribuciones económicasy humanas para la liberación de nuestro país y del Perú, siendo sus ma-yores representantes Abdón Calderón, el Héroe Niño que luchó en labatalla del Pichincha y José Domingo La Mar, que se destacó en la batallade Ayacucho, ascendiendo al grado de Mariscal y llegando a dirigir losdestinos del Perú en calidad de presidente de la República. Ver anexoNº 2.

JOSé MARÍA LANDA Y RAMÍREz AL SERVICIO DE LA IGLESIA DE CUENCA

Al establecerse el obispado, se creó también el cabildo eclesiástico,cuyas dignidades se las debía proveer paulatinamente, según mejorenlos ingresos. La máxima autoridad, después del obispo, estuvo casi siem-pre en la persona de Landa y Ramírez, pero también ocupó otros cargos,dentro de la siguiente lista de dignidades: un deanato, como segundaautoridad, con 2.000 pesos de renta anual (en este cargo se mantuvoLanda y Ramírez por mucho tiempo); un arcedianato, con la obligaciónde examinar a los clérigos que han de ser ordenados, debiendo su titularser bachiller en derecho canónico o en teología; una chantría, con cono-cimientos de canto; una maestrescolía, para cuyo desempeño se requeríaser graduado en uno de los derechos o en artes; un tesorero, encargadode cuidar los bienes de uso en las ceremonias religiosas. Cada una deestas autoridades ganarían 1.600 pesos anuales; diez canonjías con 1.200pesos anuales cada una; seis raciones enteras (con 750 pesos) y seis me-dias raciones (con 400 pesos). También se debía proveer dos curas recto-res, una sacristanía, seis capellanías, un mayordomo, encargado de lafábrica de la catedral, varios maestro capillas, una cancillería o notaría,un pertiguero (que iría delante del obispo, despejando las calles y cami-nos) y un perrero (que arroje los perros y limpie la iglesia) y otras digni-dades más. El patronato, con el derecho de escoger los candidatos parael obispado quedó reservado para los reyes y sus sucesores.

Para las elecciones tendrían voz y voto todas las dignidades y loscanónigos y en los demás asuntos espirituales y temporales se disponíala participación de los racioneros. El cabildo eclesiástico debía sesionardos veces por semana y quienes no asistan o no cumplan con sus obli-gaciones no tendrán derecho a las correspondientes remuneraciones.

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diencia de Lima, Legajo 806. Producto de este trabajo fue la obra Cuenca y el Diez de Agostode 1809, publicada en el 2009, con los auspicios de la Universidad Alfredo Pérez Guerrero.

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Los ingresos para cubrir estos gastos, más los de las construccio-nes de iglesias y de atención en hospitales, provenían del cobro de losdiezmos, que se dividían en varias partes, de manera bastante compleja,pero que dejaba para el Rey una suma que se enviaba como situado aQuito “en reconocimiento de superioridad y del derecho de patronato.”

El primer gobernador de Cuenca Antonio Vallejo, en la sesión delcabildo civil de 1 de febrero de 1780, solicitó que el patronato de la nuevaiglesia catedral y obispado correspondiese al gobernador y no al presi-dente de la Audiencia. Este tema, fue objeto de una larga polémica entrelas autoridades civil y eclesiástica, primero cuando se estaba bajo el ré-gimen del patronato regio y después cuando los nuevos estados quisie-ron heredar ese derecho. Tanto en la una época como en la otra Landa yRamírez participó en las discusiones.

Después del fallecimiento del obispo Andrés Quintián Ponte yAndrade en 1813, Landa como segunda autoridad, se encargó del obis-pado y se mantuvo en el cargo como vicario capitular o general y comoobispo desde la fecha mencionada hasta que llegó el titular, oriundo deGuayaquil, Ignacio Cortázar Lavayen, el 15 de marzo de 1815. Landa eneste lapso y después, con gran interés, impulsó el establecimiento defi-nitivo del Seminario Conciliar, del que llegó a ser su rector.

También se abrió en Cuenca un colegio femenino en un oratorioconstruido con fondos particulares y con el apoyo de José María Landay Ramírez y, años más tarde por García Moreno. Dijo Benigno Malo“Este establecimiento va a transformar a la generación presente del bellosexo colocándola en un pie de completa civilización europea.”

En 1814 el Cabildo civil hizo algunas preguntas al Cabildo ecle-siástico sobre la educación de los jóvenes, sugiriendo la enseñanza deliteratura y normas sobre comportamiento y educación. La contestaciónse remitió a otra, dada a Toribio Montes y que tenía relación tanto conel financiamiento del Seminario como con las cátedras que debían man-tenerse desde su erección. Anexo Nº 3.

Podemos sacar una primera conclusión, por los datos que posee-mos que Landa y Ramírez puso mucho empeño en que funcionara efec-tivamente el Seminario desde el año de su fundación, ejerciendo surectorado por varios períodos. Con su probada generosidad, ayudó amuchos jóvenes para que pudieran ingresar a estudiar, como en el casode Mariano Cueva Vallejo, quien al quedar huérfano, recibió el apoyomoral y económico del Rector.6

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6 Mariano Cueva Vallejo (05/08/1810-18/03/1882) llegó a ser uno de los políticos e intelectuales

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Fueron profesores de este Seminario los doctores José Mejía, unsacerdote peruano, doctor en ciencias teológicas, virtuosos, casi janse-nista –dice Julio Tobar Donoso– También lo fueron Miguel Custodio Vin-timilla, José Antonio Arévalo, Miguel Rodríguez, fray Tomás Lozada.Ver anexo Nº 4

En 1815 se recibió la cédula real de nombramiento del obispo ti-tular y Landa en su calidad de canónigo penitenciario y de obispo en-cargado, mandó que se conozca en toda la provincia la elección de JoséIgnacio Cortázar y Labayen, para que se la acate plenamente. En estemismo año ascendió a la maestrecolía, dejando vacante la canonjía pe-nitenciaria de la iglesia catedral, cargo que solo se lo llenó en 1819, pre-vio un concurso. Ver anexo Nº 5.

Se puede observar que a lo largo de su dilatada vida, por sus mé-ritos, Landa fue ocupando diversas responsabilidades dentro de la Igle-sia. En muchos casos, hay que decirlo, era elegido en su ausencia, porcuanto viajaba mucho, sobre todo a Guayaquil y Quito, en cumpli-miento de alguna otra responsabilidad. En 1818 recibió el nombramientode juez hacedor de diezmos, en reemplazo del canónigo Fausto Sodupe.También desempeñó el cargo de maestrescuela de la catedral.

Landa, con Pablo Ochoa, oídor de la Audiencia de Santa Fe, ha-bían sacado el pontifical7 y traladado a Guayaquil. Por resolución delCabildo se le obligó a que sea devuelto a la ciudad. Ver anexo Nº 6.

En 1819 se autorizó la convocatoria para llenar la vacante de lacanonjía penitenciaria que antes estuvo ocupada por Landa y Ramírez.Ver anexo Nº 7.

A Landa no lo hallamos en el proceso libertario de Cuenca, quecomenzó el 3 de noviembre de 1820, que tuvo un revés el 20 de diciem-bre del mismo año y que reconquistó definitivamente su libertad a partirdel 15 de febrero de 1822, con la intervención de Antonio José de Sucre.

Landa y Ramírez seguía en sus actividades sacerdotales, ya den-tro del nuevo orden jurídico y en febrero de 1822 se le encuentra infor-mando sobre la volutad testamentaria del finado Manuel Vintimilla,quien dejaba una buena parte de sus bienes para obras pías. En septiem-

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más valiosos de Cuenca. Fue vicepresidente de la República, presidente de la Corte Superiorde Justicia, rector de la Universidad de Cuenca, copartícipe en la redacción del Código Penaly notable escritor que publicó sus artículos en El Cuencano, La Atalaya y La República.

7 Se llamaba pontifical a todos los ornamentos que utilizaba un obispo en las ceremonias reli-giosas.

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bre de este mismo año le vemos presidiendo una visita oficial de losmiembros de la Iglesia a Simón Bolívar, quien se hallaba en Cuenca des-cansando y meditando sobre cómo llevar el proceso independista alPerú. El Libertador, en un diálogo cordial le recordó a Landa que los ar-gentinos son muy orgullosos. Unos pocos días después, cuando la co-mitiva de Bolívar partía para Loja, como un acto de cortesía, variossacerdotes les acompañaron por un trecho y al despedirse preguntóLanda si algo necesitaban para su largo viaje y Bolívar, que se había afi-cionado de las cabalgaduras de los clérigos contestó que sí, y les pidióque las cambiaran, por lo que tuvieron que desmontar y entregarlas, conuna pesadumbre no oculta de él y sus compañeros.

La permanencia de Bolívar en Cuenca fue fructífera, especial-mente por las decisiones que tomó en torno a la educación, confiandoen que las cumpla su gobernador Tomás de Heres, con la ayuda del másilustre de los clérigos visibles en ese momento, José María Landa y Ra-mírez, quien fue nombrado Director de Escuelas de primeras letras.

Lo más probable es que, siguiendo los lineamientos de la educa-ción de aquellos tiempos, Landa haya preparado el horario y las asig-naturas, comenzando por la asistencia a las seis de la mañana para ir amisa, y siguiendo con la enseñanza de asignaturas de ocho a once de lamañana y de tarde de dos a cinco, de lunes a sábado, con división delos niños entre los que sabían leer y los que no, atendidos por “contra-maestres”. Un solo maestro enseñaba catecismo, lectura, escritura, arit-mética, geografía, urbanidad y pequeñas nociones de contabilidad. Seinculcaban sentimientos religiosos, de unión y de fraternidad. Se lesdaba a conocer también algunos artículos de la Constitución Política. Seincluía la norma de que los castigos debían ser proporcionales a la edadde los niños. Se determinaron hasta los textos que debían leer y estudiar,además los días de descanso: domingos, días de preceptos, semanasanta, tres días de Pascua y el mes de agosto8.

Fueron cuatro las escuelas creadas en Cuenca por él para niños yconsiguió que los monasterios de religiosas lo hicieran para niñas. Conlas abiertas en otros lugares se llegó, para aquella época, al alto númerode treinta y seis.

En el mes de octubre de 1822 cumplió con una disposición generalemitida para toda la República de Colombia, de hacer que los funcio-

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8Revista Tres de Noviembre, Ns. 46/47, Cuenca, 1939.

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narios que estaban bajo su dependencia juren cumplir y hacer cumplirla Constitución de Cúcuta. Ver anexo Nº 8.

En 1823 presidió una asamblea electoral e informó al gobernadorde Cuenca que había obtenido la mayoría de votos el señor Ignacio Val-divieso y Rada. Igualmente le dio a conocer la convocatoria para la laelección de electores por haberse producido la renuncia a la Asambleapor parte de Ignacio Cárdenas. Del proceso y los resultados también in-formó de inmediato. Anexo Nº 9.

En la tradición cuencana se cuenta la anécdota de que en 1824 laseñora Melchora Gómez Coello, departiendo con José María Landa ledijo: hoy han peleado en el Perú los españoles con los insurgentes y hatriunfado la patria. Pasados unos días se supo del triunfo en Ayacuchoy hubo muchos comentarios por la clarividencia de la devota dama.

El 8 de enero de 1825 el Cabildo eclesiástico nombró como dipu-tado al presidente del coro de canónigos, José María Landa para ir a fe-licitar a Simón Bolívar por su éxito en el Perú. Ver anexo Nº 10.

Sus buenas relaciones con el gobernador lo llevaban a responderoportunamente sus oficios, comprometiéndose a cumplir con lo dis-puesto. Así lo hizo cuando se disponía que se dicten los cursos de filo-sofía en lengua castellana, o la enseñanza de las leyes citando solo elaño de la emisión, o convocado oportunamente al tribunal que debíajuzgar a los participantes u opositores para llenar vacantes en el Semi-nario o en el cabildo eclesiástico. Anexos Nº 11.

En 1827 fue designado el nuevo obispo de la diócesis Félix CalixtoMiranda y Suárez. Se conoció de su nombramiento el 29 de julio de 1828.Landa y Ramírez fue delegado del obispo para administrar la diócesis,y prestó el correspondiente juramento previas las debidas autorizacio-nes. El obispo titular permaneció en Quito e Ibarra hasta el año de sumuerte, en 1829. Desde entonces quedó vacante la sede episcopal yquien actuaba, como la máxima autoridad de la diócesis fue Landa yRamírez, pues solo se proveyó de un nuevo obispo en 1848, primero enla persona de Pedro Antonio Torres, quien no llegó a posesionarse y enseguida en la de José Manuel Plaza, que gobernó hasta 1853, con la co-laboración de fray Vicente Solano. En el año de su nombramiento yahabía fallecido Landa y Ramírez. Ver anexo Nº 12.

Se había asignado una hacienda que fuera de los padres jesuitasen Sulupali, al sur de la ciudad, a beneficio del Seminario, cuyo recto-rado estaba en manos de José María Landa y Ramírez, pero hubo difi-

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cultades en recibirlo y hasta el año de 1829 no se efectivizaba tal recep-ción. Ver anexo Nº 13.

José María Landa y Ramírez era ya, desde la independencia con-solidada el 24 de mayo de 1822 un distinguido ciudadano republicano,por ello se le nombró como uno de los delegados del Azuay para inte-grar en 1830 la Asamblea Constituyente de Riobamba, que se reuniópara aprobar la primera Constitución del Estado del Ecuador. Asistiócon las debidas autorizaciones, quedando en su reemplazo al frente dela diócesis de Cuenca el vicario capitular doctor José María Riofrío. Veranexo Nº 14.

Desde este mismo año se inició una dura polémica entre Landa yFrancisco Eugenio Tamariz, un español que pasó a ser republicano comoél y que cumplió un papel relevante en los primeros años de vida inde-pendiente en nuestra ciudad. El punto de partida tuvo que ver con ju-risdicciones de los poderes civil y eclesiástico. Anexo Nº 15.

Se recibió una comunicación en el siguiente sentido: “declarandosin efecto el nombramiento de Juez Hacedor de parte de la Mitra querecayó en el Señor Dean Doctor Josef Maria de Landa, y ordenando queel Venerable Cavildo subrogue dicho nombramiento en la persona quehubiere reunido Votos, ó proceda en su defecto a nueva eleccion.Quando esta Corporacion recivió el indicado oficio fixó su attencion enlas observaciones en que el Señor Prefecto funda su resolucion, y ha-llando que todas estriban en el enemistad que el Señor Coronel TesoreroFrancisco Eugenio Tamariz abriga contra el enunciado Señor Dean…”9

Los miembros del Cabildo eclesiástico juzgaron que los razona-mientos de Tamariz solo se basaban en resentimientos y por ello resol-vieron nombrar a unos delegados para que procuraran que terminenesos problemas entre las dos autoridades.

En 1831 fue elegido clavero junto con el canónigo Pedro Ochoa.En las elecciones de enero de 1832, a pesar de su ausencia, fue elegidocomo procurador del Cabildo. Anexos Nº 16.

En 1833 el deán Landa y Ramírez no asistió por un largo tiempoa las sesiones del Cabildo eclesiástico por una notoria enfermedad. En1835 seguía de juez hacedor de diezmos. En este mismo año fue elegidopara asistir al Congreso nacional como senador y es así mismo el año

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9 Libro de Actas del Cabildo Eclesiástico. Libro Segundo. Archivo Histórico de la Curia Arqui -diocesana de Cuenca.

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de la iniciación de una polémica con fray Vicente Solano. El motivo fueun escrito de Landa sobre los impedimentos matrimoniales.

Fray Vicente Solano, era para entonces uno de los más influyentesintelectuales de la ciudad, caracterizado, desde que en 1828 dirigió elprimer periódico cuencano “El Eco del Asuay”, como un polemista con-tumaz. En una carta comentó: “habrá oído que el doctor Landa queríadominar Cuenca. En todo se metía: elecciones de diputados, de alcaldes,de concejales municipales, de abadesas, de prioras; en fin cuanto grandeo pequeño se hacía en Cuenca debía llevar el exequátur del Sr. Landa.¿Y cómo se metía en todo? Del modo más bajo: adulando siempre a losprefectos, a los gobernadores, a cuántos tenían influjo. Hacía, pues, elpobre clérigo un papel bien triste y secundario en la carrera de la ambi-ción. Y no crea Ud. que esto le sucedía a Landa porque obraba en un te-atro pequeño. Fije la vista en Talleyrand, hombre de grandes talentospolíticos, pero ni con ellos pudo jamás dominar ninguna asamblea fran-cesa, durante la revolución, como Mirabeau o siquiera como Robespie-rre…Un sacerdote es célebre, es ilustre, es grande, cuando maneja lapolítica según el Evangelio: es decir, predicando la paz a los pueblos,procurando extinguir los odios, enseñando la santa doctrina, escri-biendo la verdad…; de otra suerte es un ridículo…”10

En 1835, como deán cumplió con la orden de que sus subalternosjuraran la Constitución aprobada por la Asamblea de Ambato. En eseaño fue nombrado juez hacedor de diezmos, igual en el siguiente año.Anexos Nº 17.

El Dr. Mariano Vintimilla, vicario capitular de la catedral fue des-terrado por intervenir en asuntos políticos en contra del presidente Vi-cente Rocaduerte, lo que prohibía el concordato, habiendo quedado lavacante correspondiente que fue cubierta por el doctor Miguel Pío Ar-teaga. Por este motivo hubo una larga correspondencia entre Landa yel Ejecutivo.11 Anexo Nº 18.

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10 Carta dirigida a su amigo y pariente Antonio Aguilar desde la hacienda Papaya, en la provin-cia de Loja el 26 de agosto de 1850. Publicada en La Unión Literaria, Segunda serie N° 2,Cuenca, julio de 1902, p. 79)

11 Mariano Vintimilla Domínguez, nacido en 1779, estidió Derecho y después ingresó al sacer-docio. Fue legislador y político, seguidor de Juan José Flores y opositor de Vicente Rocafuerte,especialmente cuando éste se expresó en contra de la participación de los eclesiásticos conjurisdicción en elecciones y representaciones. El presidente lo destituyó, le impuso una multay lo desterró conjuntamente con Vicente Solano, Andrés Villaquirán y otros azuayos.

En la diócesis de Cuenca, llegó a ser vicario eclesiástico y protonotario. Intervino en polémicaspolíticas y religiosas. Cuando se aprobó la Constitución de l843, llamada Carta de la Esclavi-

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En 1836 fue reelecto como juez hacedor de diezmos. En 1843 tuvoel nombramiento de clavero. En 1844 recibió la desegnación de juez ad-junto. En 1845 pasó a ser procurador. En este mismo año participó ac-tivamente en una discusión sobre el nombramiento de vicario capitular,exhibiendo una gran erudición en el campo del derecho canónico. En1847 volvió a ser juez hacedor de diezmos.Anexo Nº 19.

En sus últimos años de vida siguió con poder y prestigio, puessiempre fue elegido como representante de la Iglesia de Cuenca y de sucabildo eclesiástico para exponer ante el poder ejecutivo los puntos devista eclesiásticos frente al gobierno nacional. También hizo gala de suerudición en el análisis de la jerarqúia de las jurisdcciones dentro de lamisma Iglesia católica. Anexo Nº 20.

Ya para 1848 encontramos a otra persona en el deanato de la ciu-dad, pues ya no participó Landa en la reunión del primero de enero,para designar autoridades dentro del cabildo eclesiástico, por lo que cre-eemos que murió a fines de 1847 o a principios de 1848.

CONCLUSIÓNLa figura de José María Landa y Ramírez, aunque controvertida

por varias de sus actuaciones, es muy importante para la historia cultu-ral de Cuenca, pues su papel en el campo de la educación masculina yfemenina fue trascendental y ejemplar, incluso por su proverbial gene-rosidad, expresada en varios actos de su vida, ya que fueron varios loscasos en los que puso de su peculio el dinero para pagar a profesores obecar a estudiantes. Sus enfrentamientos con los más altos personajesde la época engrandecen su figura, pues muy pocos podían contendercon un Tamariz o un Solano.

Landa y Ramírez, el apasionado realista, después del proceso de

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tud, obligó a los sacerdotes y a los fieles a jurar obediencia, a pesar de que hubo críticas en elsentido de que se toleraba otros cultos privados, a más del católico, a lo que se opuso fray Vi-cente Solano, quien entró en una dura polémica con Vintimilla. Después emitió otro conde-nando a la excomunión a todos los que apoyaran de una u otra manera la revoluciónantifloreana, pues era un movimiento que luchaba contra una autoridad legítima elegida porvoluntad divina.En 1845, con la derrota del presidente venezolano salió del país para regresar a ejercer nueva-mente un gran influjo en el gobierno de Diego Noboa, a quien apoyó y quien le dio el rectoradodel Seminario y el cargo perdido de provisor.Quizá porque hizo alguna obra en beneficio de la educación la Municipalidad ha designadocon su nombre a una de las calles de la ciudad. Hay una escuela que también lo recuerda.XVIII - XIX

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la independencia política, sirvió con sus conocimientos en los momentostrascendentales de los inicios de la vida republicana y en los casos críti-cos de desajustes en las relaciones de la Iglesia con el Estado; sin em-bargo su nombre brillará por ser el primer rector de un SeminarioConciliar donde se formaron los mejores talentos de la ciudad y porhaber tenido la virtud de la generosidad. Costeó de su caudal la dota-ción de vacunas, la provisión de maestros, maestras y de material di-dáctico.

ANEXOS DOCUMENTOS EN LOS QUE TUVO PARTICIPACIÓN

JOSÉ MARIA LANDA Y RAMPIREZ

Como respaldo del texto que hemos escrito sobre este personajeArgentino que influyó mucho en la historia de la independencia y delos primeros años de vida republicana en la ciudad de Cuenca, seleccio-namos algunos documentos que los incluimos como anexos.

Están tomados del libro que escribiéramos para dar a conocer elpapel cumplido por las autoridades de la ciudad en el arranque del pro-ceso independentista, así como de los libros de actas del cabildo ecle-siástico que reposan en los archivos de la Curia Arquidiocesana y delCabildo Eclasiástico de Cuenca. También provienen unos pocos docu-mentos del Archivo Histórico Nacional, Sección del Azuay, que funcionabajo la dirección de la Casa de la Cultura. Destacamos con cursiva elnombre de José María Landa y Ramírez.

Han localizado estos datos los investigadores que han trabajadocomo asistentes del autor: Carmen Malo Ponce y Julio Delgado Ayora,a quienes les expreso mi agradecimiento.

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ANEXO N 1

Corresponde a la nota N. 3Acta del Cabildo de Cuenca del 16 de agosto de 1809.

/P. 125/ En la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santa Ana de Cuenca a los diez yseis de agosto de mil ochocientos y nueve. Los Señores Coronel de los Reales ejércitos,Don Melchor de Aymerich, Gobernador Político y Militar de esta ciudad; Don FernandoGuerrero y Salazar, Alcalde Ordinario de primer Voto; Don José María Noboa, AlcaldeOrdinario de Segundo Voto; y, Doctor Don Joaquín Salazar, Abogado de la Real Audienciay otros, de este Muy Ilustre Cabildo, sin asistencia de los demás Señores por ausenciasegún la razón dada por el Escribano de este dicho Cabildo expresando, que aunque DonIgnacio Dávila Regidor Decano estaba en esta Ciudad y casa de su morada se había reti-rado a la Quinta de su propiedad distante de ella, etc. Hallándose juntos y congregadosen esta Sala a las doce horas de su día a efecto de abrir un Pliego que acaba de llegar connema para este Muy Ilustre Cabildo, franqueado con Sello de la Administración de Co-rreos de Quito al parecer, y despachado, según un rótulo que se halla en el mismo nema,por el Presidente de la Suprema Junta; acordaron los Señores /126/ que por la total faltade los Señores Regidores ausentes en el campo se convocase para efecto de abrir dichoPliego a los Sujetos más expertos de esta Ciudad, como son: el Prebendado Doctor DonTomás Borrero, Doctor José María de Landa, Secretario del Ilustrísimo Señor Obispo, DonAntonio Soler, Tesorero Oficial Real, Don Antonio García y Trilles, Administrador de Co-rreos, Don Juan Rivera, Contador del Real Ramo de Alcabalas, Don José Herze, y el DoctorDon Nicolás Mosquera, y que los relacionados ratifiquen antes de todo el Juramento de-bido de fidelidad al Soberano, Don Fernando Séptimo y en su Real nombre a la Supremay Real Junta Central que gobierna el Reino, de amor a la Patria, y de guardar secreto entodo lo que se tratare y acordare, con lo cual se concluyó este acuerdo, y lo firmaron losSeñores por ante mí de que doy fe.

Melchor Aymerich. – Fernando de Salazar y Piedra. – Lcdo. José María Vásquez deNoboa.– Dr. Joaquín de Salazar.– Antonio José Villavicencio y Andrade, Escribano Públicode Cabildo y Real Hacienda; inmediatamente comparecieron los Señores electos y previalicencia del Ilustrísimo Señor Obispo Diocesano por lo que hace a los Doctores Don TomásBorrero, y Doctor Don José María Landa y Ramírez, inteligenciados del acuerdo que an-tecede rectificaron el juramento en /127/ toda forma de Derecho a presencia de los SeñoresGobernador, y Alcaldes Ordinarios con arreglo a los particulares contenidos en dichoacuerdo expresando que así lo juraban: en su consecuencia, se abrió el referido Pliego quevisto se encontró que contenía un oficio dirigido de dicha Ciudad de Quito a los diez deAgosto presente, firmado al parecer por el Señor Marqués de Selva Alegre, comunicandoque el Pueblo de dicha ciudad temeroso de ser entregado a la Dominación Francesa se hacongregado, y declarado haber cesado legítimamente los Magistrados en las funcionesque tenía la Junta Central, y que en su consecuencia había creado otra igual Suprema Juntainterina con el tratamiento de Majestad para que gobierne en nombre del señor Don Fer-nando Séptimo (que Dios guarde) mientras su Majestad recupera la península o viene aimperar en América, eligiendo de Presidente de ella, a el referido señor Marqués de SelvaAlegre, con tratamiento de Alteza Serenísima: y que lo participaba a este dicho Muy IlustreCabildo para su inteligencia y a fin de que elija y nombre representante de este cuerpocon el Sueldo de dos mil pesos anuales, según la disposición Soberana del Pueblo: en esteestado se hizo presente /128/ y concurrió el Señor Regidor Decano Don Ignacio Dávila y

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con su acuerdo dijeron: que por cuanto la materia a que se contrae el citado oficio exigeuna madura consideración para resolver lo conveniente sobre ella, acordaron que en pri-mer lugar se pase oficio a el Señor Gobernador, Subdelegado de esta Ciudad a fin de queen Junta de Real Hacienda disponga la extracción del Dinero para el Sueldo de cien hom-bres que el mismo Señor Gobernador deberá poner inmediatamente sobre las Armas parala defensa en los casos que ocurran en obsequio en los derechos del Nuestro Augusto Mo-narca el Señor Don Fernando Séptimo, de la Patria, y la Religión por el tiempo que se con-ceptúe conveniente: en segundo, que pasen dos Comisionados a la ciudades de Guayaquily Loja, llevando consigo testimonio del relacionado oficio del Señor Marqués de SelvaAlegre, y un exhorto en forma para que los Jefes y Cabildos de una y otra ciudad se sirvanremitir a esta en calidad de auxilio cien hombres, y los más que se proporcione con las co-rrespondientes Armas, mediante a convenir así para el mejor servicio del Rey NuestroSeñor, de la Patria, y de la Religión: prevenidos los comisionados de reflexionar las cir-cunstancias /129/ en cada lugar y según ella, entregar los pliegos que conduzcan aten-diendo siempre el servicio de Nuestro Soberano y de la Patria: que para los gastosnecesarios de conducción de los expresados Comisionados se extraigan trescientos pesosdel caudal de propios, bajo el libramiento, partida y libro respectivo, y se entreguen loscien pesos al que debe pasar a Loja, y los doscientos al destinado para Guayaquil, con lacalidad de que se les reintegrará del mismo caudal los mayores costos que impendan: quedichos comisionados lo sean los doctores: Don José María Landa, y don Joaquín de Salazary Lozano, el primero para la ciudad de Loja, y el segundo para la de Guayaquil, dándo-seles por el Gobierno los despachos, y órdenes conducentes para que los Tenientes y Man-dones de los Pueblos del tránsito auxilien con cuanto convenga a la pronta expedición:advertidos los citados comisionados de guardar toda reserva acerca de los objetos de susdestinos hasta el arribo a los expresados lugares, que así mismo se pase otro despacho, ytestimonio del ya referido oficio al Excelentísimo Señor Virrey de Lima, a efecto de quesu Excelencia se sirva auxiliar a esta Provincia en obsequio de los derechos de la Nación,con doscientos hombres de tropa, junto /130/ con los resguardos y Pertrechos debidos:que se dé cuenta a la Junta Suprema Central que gobierna en nombre de su Majestad,nuestro suspirado Señor Don Fernando Séptimo, y al Excelentísimo Señor Virrey de esteReino para que inteligenciados de lo precedido se sirvan dictar las Providencias conve-nientes que se dan en el buen servicio del Rey, la Patria y la Religión: reservándose proveeracerca de lo principal del oficio del memorado Señor Marqués de Selva Alegre para la si-guiente Junta que deberá celebrarse el día diez y ocho del que rige.

Con lo cual se concluyó esta Acta que las firmaron los Señores que la componen deque doy fe.

Y de que así mismo acordaron los dichos Señores que su Señoría el Señor Goberna-dor que preside esta Junta, tome y dicte, todas y cualesquiera providencias que juzgaseser más conveniente al mejor servicio del Rey y de la Patria, y últimamente que el mismoSeñor Gobernador despache las órdenes necesarias para que todos los Señores Regidoresque se hallan ausentes se dirijan a esta Ciudad, sin excusa ni pretexto alguno, y bajo lamulta de cincuenta pesos aplicados a disposición de esta Junta, en el día que recibierendichas órdenes. Melchor Aymerich. – Fernando de Salazar y Piedra. – Licenciado JoséMaría Vásquez /131/ de Novoa. – Ignacio de Dávila y Astudillo. – Antonio Soler. – TomásBorrero. – Doctor José María de Landa y Ramírez. – Antonio García. – Doctor Joaquín deSalazar. – José de Herze.- Juan de Rivera. – Nicolás Mosquera. – Ante mí José Villavicencioy Andrade Escribano Público de Cabildo y Real Hacienda. 1

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ANEXO Nº 2

Dentro del expediente presentado por Cuenca a Su Majestad, demostrando su leal-tad, con quince grupos de documentos consta con el N. 10 los siguientes:

Pieza N° 10. El Comisionado del Ilustre Cabildo Doctor Don José María Landa, quearribó a la capital de Lima acredita los efectos de su Comisión en solicitud de auxilios, ycoligación para la defensa de los Soberanos derechos, en todo el continente del Perú, y laCuenta que de pronto dio a Su Majestad desde dicho Lima acerca de la novedad causadapor la ciudad de Quito con la creación de la nueva Junta Suprema de Gobierno. Se publi-caron íntegramente en la obra ya citada: Cordero Iñiguez, Juan, Cuenca y el Diez deAgosto de 1809, Universidad Alfedo Pérez Guerrero, 2009.

ANEXO Nº 3

AHCA/C. Cuenca. 1814. L. 1. fol. 3. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 3)… Contestación al Ex-celentísimo Cavildo de esta ciudad sobre la enseñanza de Jovenes.

Excelentísimo Señor.- Enterado del oficio de Vuestra Excelencia en que se sirve so-licitar de este Venerable Cuerpo los establecimientos de Literatura y educación con quecuenta para la educación con que cuenta para la Ylustracion de los Jovenes de esta Ciudady su provincia, deseando uniformar su contestación con la que sobre la materia se dio alExcelentísimo Señor Don Toribio Montes dice: que para no multiplicar entidades sin pro-vecho sobre un mismo objeto puede Vuestra Excelencia referirse a lo que se dixo con fecha27 de Enero de este año acreditando con Documentos los fondos que devian servir parael fomento del Seminario, y las Catedras Acordadas en su Ereccion, con las demás quecontiene el oficio de Remicion.

Dios Guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Sala Capitular de Cuenca y Abril15 de 1814.- Excelentísimo Señor.- Doctor Juan Manuel Diaz de Avecillas – Fausto de So-dupe – Doctor José Maria de Landa y Ramirez – Josef Mexia – Excelentísimo Cavildo yRegimiento de esta Ciudad…

ANEXO Nº 4

NOTAS PERSONALES SOBRE EL SEMINARIO. Desde la creación del obispadohubo interés por el establecimiento de un seminario. Los primeros informes se pideron alobispo Fita y Carrión, en 1790. Para 1803 ya existía el colegio de San Francisco Javier, delque se aspiraba a que sea un colegio real, con escudo y blasones. Después pasó a llamarsecolegio de San Andrés. Desde entonces se empezó a reunir dinero proveniente del 3% delas rentas eclesiásticas y del valor de una canonjía suprimida, que para agosto de 1809 as-cendía a la suma de cerca de 50.000 pesos, cantidad que fue entregada por el obispo An-drés Quintián Ponte y Andrade en calidad de préstamo al gobernador Melchor Aymerich,quien nunca la devolvió, para atender el equipamiento de la tropa que lucharía contra larevolución del Diez de Agosto.

El mencionado obispo trajo desde Lima a buenos profesores, siendo el más renom-brado el doctor José Mejía, quien influyó en los cuencanos para que se dedicaran a estudiary cultivar las letras. El seminario como tal fue creado por disposición de Fernando VII el

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6 de septiembre de 1813, con el impulso del encargado del obispado, el argentino JoséMaría Landa y Ramírez y del cuencano Miguel Custodio Vintimilla. En 1816, con el obispoJosé Ignacio Cortázar hubo una nueva fundación con el nombre de San Ignacio de Loyolay consta como rector José María Landa Ramírez. Comenzó a funcionar normalmente desde1818. Fue también rector Andrés Villamagán, presbítero quiteño y catedrático de moralfray Vicente Solano.

En la época de Diego Noboa retomó el carácter de seminario pues se había cambiadopor un colegio con el nombre de San Ignacio, ya citado. A partir de 1847 empezó a sermixto, es decir, a aceptar laicos que no aspiraban a ser sacerdotes. El seminario fue refor-mado y elevó su calidad académica cuando fue obispo de la ciudad Remigio Estévez deToral. Valiosos profesores como Vicente Cuesta, Rafael Villagómez Borja y Luis Corderodieron prestigio al Seminario. Antes había trabajado con provecho Tomás Rendón.

ANEXO Nº 5

AHCA/C. Cuenca. 1815. L. 1. fol. 3. Cabildos Eclesiásticos. // (fol. 3) … Año de 1815.Al Ylustrisimo Señor Obispo sobre el Recibo de la Cedula del Obispo.

…han sido obedecidas, mandadas guardar, cumplir y executar las Reales Cedulasde 20 de Noviembre…haviendo dado inmediatamente posecion del Gobierno á nombrede Vuestra Señoría Ylustrisima, al Señor Canonigo Penitenciario Doctor Don José MariaLanda y Ramirez, mandó que se circule por las Vicarias de la Diocesis para los efectos quese expresan. …Cuenca 13 de Julio de 1815. Ylustrisimo Señor - Doctor Juan Manuel Diazde Avecillas – Fausto de Sodupe – Doctor José Maria de Landa y Ramirez – Josef Mexia –Tomas Borrero – Bernardino de Alvear – Ylustrisimo Señor Doctor Don José Ignacio deCortazar Dignisimo Obispo Electo de esta Diocesis……

AHCA/C. Cuenca. 1815. L. 1. fol. 3v-4. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 3v)…..Al mismoseñor Gobernador que los Curas de la Catedral no deben cobrar derechos por los en-tierros de los Señores Obispos.

…el Presvitero Don Mariano Ysidro Crespo Cura del Sagrario de esta Santa YglesiaCatedral…estubo mui distante de arreglarse al Capitulo 38 Libro 2° del Seremonial deObispos en la Administracion de Sacramentos, funeral y exsequias del finado Excelenti-simo e Ylustrisimo Señor antecesor de Vuestra Ylustrisima; cuya gestión arguye la faltade veneracion con que en ningún caso será capaz de conducirse con su Prelado este Ve-nerable Cuerpo ál mismo tiempo que se le hace el agravio de suponérsele poco instruidoen sus obligaciones,…y de introducir en esta Diosesis u abuso perjudicial, pues que si elCura de la Catedral por la asistencia material a las exequias debe reportar gratificación,con mucha mas razón los Curas de las cinco leguas que están en gastos y molestias queno tiene aquel, y en tal caso se haría contra lo dispuesto por el Seremonial que nada lesasigna, …(fol. 4)…lo que parece mas conforme a justicia declarando desde luego por te-meraria e irracional la pretencion del Cura Crespo…Sala Capitular de Cuenca 10 de Oc-tubre de 1815 - Ylustrisimo Señor.- Doctor Juan Manuel Diaz de Avecillas y Benites –Fausto de Sodupe – Doctor José Maria de Landa y Ramirez – Josef Mexia – Tomas Borrero– Juan Antonio de la Magdalena Xaramillo – Ylustrisimo Señor Doctor Don José Ignaciode Cortazar Dignisimo Obispo de Cuenca…

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AHCA/C. Cuenca. 1818. L. 1. fol. 17. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 17)…A la Real Juntade Diezmos, partisipandole el nombramiento de Jues Hazedor de Diezmos en el SeñorLanda por ausencia del Señor Sodupe.

Por Acta Nombrada en esta fecha há sido nombrado el Señor Doctor José Maria deLanda y Ramirez Dignidad Maestrescuela de esta Santa Yglesia Catedral de Juez Hazedorde Diezmos, durante la Ausencia del Señor Aureliano Don Fausto Sodupe, para que porfalta de este requisito, no padezcan entorpesimientos los asuntos pendientes, como lo hárepresentado el Señor Doctor Don Juan Aguilar Juez Hazedor por parte de la Mitra. Ypara los efectos combenientes lo comunica á Usias.

Dios Guarde a Vuestros Señores muchos años. Sala Capitular de Cuenca 5 de Mayode 1818.- Doctor Juan Manuel Diaz de Avecillas y Benites– Josef Mexia – Juan Antonio dela Magdalena Xaramillo Tavera – José de Granda - Tomas Borrero – Pedro Ochoa – Señoresde la Real Junta de Diezmos.

AHCA/C. Cuenca. 1818. L. 1. fol. 17v. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 17v) Al YlustrisimoSeñor Obispo sobre el nombramiento de Juez Hazedor de Diezmos conferido al SeñorLanda por ausencia del Señor Sodupe.

Ylustrisimo Señor.- Haviendo hecho presente el Señor Juez Hazedor por parte deVuestra Señoría Ylustrisima que para que no padezcan Atraso los negocios relativos aDiezmos con perjuicio del interés que en su pronto Despacho tienen ambas Magestadesy los partisipes, durante la ausencia del Señor Aureliano Don Fausto Sodupe destinadopor Vuestra Señoría Ylustrisima a la Visita General; y habiendo procedido desde luego ánombrar quien le sobstituya por parte del Cavildo; ha Salido Electo el Señor MaestrescuelaDoctor Don José Maria de Landa y Ramirez, y lo pone en noticia de Vuestra Señoría Ylus-trisima.- Dios Guarde a Vuestra Señoría Ylustrisima muchos años. Sala Capitular deCuenca 5 de Mayo de 1818.-Ylustrisimo Señor.- Doctor Juan Manuel Diaz de Avecillas yBenites– Doctor José Mexia – Juan Antonio de la Magdalena Xaramillo Tavera – Josef deGranda - Tomas Borrero – Pedro Ochoa – Ylustrisimo Señor Doctor Don José Ygnacio deCortazar Dignisimo Obispo de esta Diocesis……

ANEXO Nº 6

AHCA/C. Cuenca. 1818. L. 1. fol. 36-36v. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 36)…… Al SeñorTeniente Governador Yntendente Sobre la entrega del Pontifical.

Siendo ya muy Urgente la falta del Pontifical que Sacaron los Señores MaestrescuelaDoctor Don José Maria de Landa, y Don Pablo Ochoa Oydor de la Real Audiencia de SantaFe sin conocimiento de este Cavildo para remitirlo á Guayaquil, como lo verificaron, elYlustrisimo Señor Obispo finado Don José Ygnacio Cortazar, del que quedó por falleci-miento del Exelentisimo é Ylustrisimo Señor Don Andrés Quintian y Ponte; espera esteVenerable Cuerpo, que sin embargo de lo representado para que se tasen los deteriorosque hubiesen, sin perjuicio de lo que hubiese lugar en Derecho, y con respecto a que en laCaxa Real podrá maltratarse mas de lo que se (fol. 36v) halla, y aun llegan á inutilizarse,se sirva Vuestra Señoría disponer que inmediatamente se entregue bajo de Ynbentario, yConforme al recibo que otorgaron dichos Señores al Sacristan Mayor de esta Santa Ygleciade Cuenca 27 de Noviembre de 1818.- Doctor Juan Manuel Diaz de Avecillas y Benites –

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Fausto de Sodupe – Señor Teniente Governador Yntendente Ynterino Lizenciado DonJuan Lopez Tormaleo…

ANEXO Nº 7

AHCA/C. Cuenca. 1819. L. 1. fol. 37-37v. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 37)…Año de 1819.Al Señor Presidente Sobre la provicion de la Canongia Penitenciaria.

Exelentisimo Señor.- En Acta de esta fecha ha Acordado este Cavildo que respecto áhallarse Vacante la Canongia Penitenciaria de esta Santa Yglesia Catedral desde el tresede Agosto de mil ochosientos quinze por asenzo del Señor Doctor Don José Maria Landaa lá Maestrescolia de esta misma Yglesia, se solicite de Vuestra Excelencia su permiso yveneplacito para librar el correspondiente Edicto para su provicion; lo que hace presenteá Vuestra Excelencia para que no hallando inconveniente en ello pueda este VenerableCuerpo Cedevacante proceder a fixar dicho. Edicto con el termino de los seis meses pre-venidos por la Ley.- Dios Guarde a Vuestra Exelencia muchos años. Sala Capitular deCuenca y Enero 26 de 5 de 1819.- Excelentisimo Señor.- Doctor Juan Manuel Diaz de Ave-cillas y Benites – Fausto Sodupe.- Doctor Josef Mexia –Excelentisimo Señor PresidenteVice Patrono Real Don Juan Ramirez......

Archivo Nacional de Historia de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay (ANH/C).ANH/C. Cuenca. 1822. C.37201. Gobernación Administración.

(fol. 1) //El testimonio adjunto instruira á Vuestra Señoria de lo que conforme a laultima voluntad del finado Doctor Manuel Veintimilla obró de Alvacea, cuyos documentosson los unicos que se encuentran en el Archivo de este Cavildo como no se tenga a la vistade la causa mortuoria del citado Veintimilla, tampoco puede dar á Vuestra Señoria unaidea caval de los fondos que puedan pertenecerle en la maza que de los dichos bienesdevia resultar para la importancia de obras pias á que fueron destinadas.

Dios Guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Sala Capitular de Cuenca Mayo 2de 1822

[r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez. [r] Doctor Josef Mexia.[r] Pedro Ochoa . [r] Doctor Andres Villamagan.

ANEXO Nº 8

ANH/C. Cuenca. 1822. C.32336. Gobernación Administración. (fol. 1) //Cuenca Octubre 17 / 1822.

Al Señor Gobernador de Cuenca.Luego que se ponga corriente el Seminario de esta Ciudad, cuidare de que las per-

sonas comprehendidas en decreto de 20 de Diziembre de 1821 que Vuestra Señoría se Sirvedirigirme en testimonio con oficio 16 del corriente, hagan el Juramento que en el se pre-viene.

Dios Guarde a Vuestra Excelencia muchos años. [r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez.//

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ANEXO Nº 9

Señor Governador y Comandante General de Cuenca.//ANH/C. Cuenca. 1823. C.40236.Gobernación Administración.(fol. 1) //Cuenca Noviembre 14 /1823-13°

Al Señor Gobernador de Cuenca.Reunida la asamblea Electoral para nombrar representante conforme a la Orden de

Poder Egecutora que Vuestra Señoria se sirvio transcrivirme; obtubo la pluralidad absolutapara este encargo el Señor Ygnacio Valdivieso y Rada.

Lo comunico a Vuestra Señoria para su inteligencia y y en contestacion.Dios Guarde a Vuestra Señoria. [r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez.//

ANH/C. Cuenca. 1824. C.34483. Gobernación Administración.(fol. 1) // Cuenca Septiembre 15 de 1824 – 14.

Al Señor Yntendente del Departamento del Asuai.Ympuesto del oficio que con esta fecha se sirve Vuestra Señoria dirigirme para que

á consequencia de haver admitido la Camara de representantes la renuncia del SeñorYgnacio Cardenas, en reunion extraordinaria le de Sucesor la Junta Electoral; acabo detranscrivir a los Señores Juezes Politicos de Canton la disposicion del Poder Egecutivoque Vuestra Señoria se sirve copiarme; a fin de que reunidos los electores el 27 del corrienteen el lugar acostumbrado tenga su devido cumplimiento y (fol. 2) lo comunico a VuestraSeñoria para su inteligencia y en contestacion como lo verificare con el resultado de laelección.

Dios Guarde a Vuestra Señoria. [r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez.//

ANH/C. Cuenca. 1824. C.34523. Gobernación Administración.(fol. 1) // Cuenca Octubre 6 de 1824 – 14°

Al Señor Yntendente del Departamento del Asuai.Reunidas mas de las terceras partes de electores para nombrar Representante a la

Junta Electoral por la dimicion del Señor Ygnacio Cardenas; resulto el Señor PresviteroAndres Beltran con dose votos, y el Ciudadano Manuel Casto Alvear con onze.

Lo comunico a Vuestra Señoria para su inteligencia del Gobierno. Dios Guarde a Vuestra Señoria. [r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez.//

ANEXO Nº 10

AHCA/C. Cuenca. 1825. L. 1. fol. 55v-56. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 55v)…Al Excelen-tísimo libertador felicitandole el triunfo de las armas en Ayacucho.

Cavildo Ecleciastico.- Sala Capitular de Cuenca 8 de Enero de 1825. Al excelentisimoSeñor Libertador Presidente de Colombia.- En la imposivilidad de trasladarse este CabildoEclesiastico á una inmenza distancia para felicitar á Vuestra Excelencia por los triunfosde las Armas de Colombia en Ayacucho á tenido á bien Diputar el efecto al Señor Presi-dente de Coro Doctor José Maria de Landa; satisfecho de que Vuestra Excelencia admitirá

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con plaser la unica demostracion que de algun modo puede llenar los votos del Clero deCuenca.- Dios Guarde a Vuestra Exelencia (fol. 56) Excelentisimo Señor.- Doctor JosefMexia – Pedro Ochoa – Doctor Andrés Villamagan – Bernardino Alvear…….

ANEXO Nº 11

ANH/C. Cuenca. 1825. C.33127. Gobernación Administración. (fol. 1) // Cuenca Octubre 6 de 1825 – 14°

Al Señor Yntendente y Comandante General del Departamento del Asuay.Tendra su devido cumplimiento lo dispuesto por el Supremo Poder ejecutivo en 21

de Abril ultimo sobre que en los Colegios de la Republica se dicten los Cursos de Filosifiaen Castellano como se há verificado en el de esta Capital, a virtud de los reglamentos delmismo Supremo Gobierno que asi lo tenian prevenido.

Dios Guarde a Vuestra Señoria.[r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez.

(fol. 2) Cuenca Agosto de 1825 – 14°Al Señor Yntendente y Comandante General del Departamento del Asuay.En su caso será debidamente cumplido el Decreto del Supremo Gobierno a 21 de

Marzo ultimo relatibo á que en la cita de las Leyes se haga solo mención de la fecha enque el Poder Ejecutivo lo mandó ejecutar.

Dios Guarde a Vuestra Señoria.[r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez.//

ANH/C. Cuenca. 1826. C.23781. Gobernación Administración. (fol. 1) // Cuenca Mayo 12 de 1826 – 16°

Al Señor Yntendente y Comandante General del Departamento del Asuay.En este momento que son las dies y media conduce el Notario del Venerable Dean

y Cavildo al Señor Canonigo Andres Villamagan transcripto el oficio que Vuestra Señoriase há servido pasarme en esta fecha para que precisamente a entrar mañana todos los Se-ñeres vocales á la oposicion, y leccion, que habiendo sacado puntos en esta mañana debepacientar el Señor Don José Antonio Arevalo como unico opocitor. El Señor Doctor Villa-magan se ausento por recobrar su salud perdida, como es publico y notorio: se halla ental distancia, que puede comodamente regresar para las diez del dia de mañana. Losdemas Señores aun que achacosos, y ocupado alguno de ellos con exercicios publicos, ésde esperar que deje por un corto espacio de tiempo esta ocupación, y se contraiga á la desu Silla, á cuyo fin he mandado poner en noticia de todos la Nota de Vuestra Señoria áque contesto.

Dios Guarde a Vuestra Señoria.[r] Doctor José Maria de Landa y Ramirez.//

ANEXO Nº 12

AHCA/C. Cuenca. 1828. L. 1. fol. 72-72v. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 72)…..Al Ylustrisimo Señor Obispo Sobre su Consagracion.

Sala Capitular de Cuenca Julio 29 de 1828 – 18°.- Al Ylustrisimo Señor Doctor Mi-randa Dignisimo Obispo de Cuenca – Ylustrisimo Señor.- Reunido el Venerable Dean y

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Cavildo y Cabildo para inponerse de la Comunicación con que Vuestra Señoría Ylustri-sima se ha servido favoreserle há tenido el Placer de ser informado por la apreciable Notade Vuestra Señoría Ylustrisima 22 del presente mes de que la Yglesia de Cuenca há mere-cido el 13 del mismo haya sido Ungido su legitimo Pastor por el Venemerito Prelado dela de Popayan. Los Miembros que tienen el honor de Componer este Cuerpo, no hallanexpresiones adequadas para felicitar el rebaño encargado a Vuestra Señoría Ylustrisimalos que se hallan animados todos por la mas pronta posecion de su amable persona; y porque el cielo prodiga a Vuestra Señoría Ylustrisima gracias que (fol. 72v) haga disfrutar ácada uno de sus Diocesanos.- A Consequencia del nombramiento que Vuestra SeñoríaYlustrisima se sirvió conferir al Señor Dean de esta Santa Yglesia Catedral Doctor JosefMaria de Lada y Ramirez, previa la annuencia del Señor Yntendente del Departamento,prestó el Juramento prevenido por Derecho, y tomó posecion del gobierno de la Diocesisá nombre de Vuestra Señoría Ylustrisima, haviendo acordado que el Jueves 31 del co-rriente, se Celebre Misa en accion de Gracias, con asistencia de las Autoridades. Tienen elhonor los que Subscrivén de ofrecer a Vuestra Señoría Ylustrisima la mas alta concidera-cion, y respeto con que se lisongean ser sus mas obsequiosos Subditos, y Servidores.- DiosGuarde a Vuestra Señoría Ylustrisima.- Ylustrisimo Señor.- Doctor Josef Maria de Landay Ramirez.- Doctor Josef Mexia – Pedro Ochoa – Doctor Miguel Rodriguez – Bernardinode Alvear – Josef Antonio Marcos...

ANEXO Nº 13

AHCA/C. Cuenca. 1829. L. 1. fol. 75v. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 75v) Al Señor Rectordel Colegio Seminario Doctor Josef Maria de Landa para que se haga Cargo de la Ha-zienda de Sulupali.

Cavildo Ecleciastico.- Sala Capitular de Cuenca Diziembre 18 de 1829-19°.- Al SeñorDean y Rector del Colegio Seminario de esta Ciudad.- En esta fecha há dado Cuenta elDoctor Josef Maria Canisares por Nota de 14 del presente del Existo de su Comicion sobrela entrega que hiso de la Hazienda de Sulupali el Doctor Miguel Ygnacio Valdivieso, yNotandose en las diligencias practicadas que no hay recibo de ella por parte del Colegioque en acto continuo devio haverse hecho cargo de la misma por medio de un personero,con cuyo obgeto se hiso notificar á Vuestra Señoría el Decreto Sobre la resepcion: há tenidoá bien providenciar en esta fecha lo siguiente - Sala Capitular de Cuenca Diziembre 18 de1829 – 19°.- Recivido en esta fecha con los Documentos que acompaña, inmediatamenterecivirá la Hazienda el Colegio que se hará Cargo de ella, como devio haverse hechoquando se concluyo la Entrega por parte del Doctor Valdivieso, lo que se entendia basica-mente en el Decreto de Comicion para la resolucion, proveydo por este Cavildo que nuncapudo querer hubiese morocidad en este particular. Debuelvase esta Nota con los Docu-mentos ál Señor Provisor para que se agreguen a los Autos de la materia, y pasese Oficiocon insercion de este Decreto al Señor Rector para su inteligencia – El Arzediano – El Maes-trescuela – Doctor Villamagan Marcos – Beltran – El Cavildo pues en Cumplimiento desu dever, y en obsequio del Seminario, desea que en este particular se proceda sin perdidade momentos, como copera de la exactitud de Vuestra Señoría - Dios Guarde a VuestraSeñoría.- Mariano Batallas - Bernardino de Alvear – Doctor Andrés Villamagan - Josef An-tonio Marcos – Andrés Beltran de los Rios.

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ANEXO Nº 14

AHCA/C. Cuenca. 1830. L. 1. fol. 76-76v. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 76)……..Lizenciaal Señor Dean Governador para que pueda pasar a Quito.

Sala Capitular de Cuenca Mayo 7 de 1830.- Al Señor Doctor José Maria de Landa yRamirez Dean de esta Santa Yglesia Catedral y Governador del obispado: Señor Ynteli-genciado este Cavildo del orden del Señor General Prefecto General del Sur há comuni-cado á Vuestra Señoría a fin de que con la mayor brevedad posible se ponga en caminopara la Ciudad de Quito, Há convenido de acuerdo comun conceder á Vuestra Señoría lalicencia necesaria al efecto y como con la partida de Vuestra Señoría (fol. 76v) Resultariaquedar asefala la Yglesia á Resuelto oficiar ál Señor Doctor José Maria Riofrio Vicario Ca-pitular para que venga á llenar sus deveres tomando entre tanto este Cavildo las riendasdel Gobierno en fuerza de este caso extraordinario y con arreglo a los Canones.- DiosGuarde a Vuestra Señoría.- Mariano Batallas - Bernardino Alvear – José Mexia – PedroOchoa - Doctor Andrés Villamagan – Doctor Miguel Rodriguez - Josef Antonio Arevalo -Josef Antonio Marcos – José Matias Orellana - Andrés Beltran de los Rios ……….

ANEXO Nº 15

AHCA/C. Cuenca. 1830. L. 1. fol. 77. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 77)Al Señor GeneralPrefecto Torres.Sala Capitular de Cuenca Noviembre 26 de 1830 – 20° -

Al Señor General Prefecto del Departamento Ygnacio Torres – El Señor Tesoreroprincipal Francisco Eugenio Tamaris se Ha presentado en este Cavildo Solicitando el re-conosimiento de la letra y firma de un Escrito presentado ante Vuestra Señoría por el SeñorDean Doctor Josef Maria de Landa, como igualmente testimonio de él Para los efectos in-dicados es necesario el enunciado Escrito: por lo tanto Suplica á Vuestra Señoría este Ca-vildo se sirva remitirlo con Cargo de su debolucion luego que se evoque el asunto – .-Dios Guarde a Vuestra Señoría.- Mariano Batallas - Bernardino Alvear –Andrés Beltrande los Rios, Secretario …

ANEXO Nº 16

AHCA/C. Cuenca. 1830. L. 1. fol. 77. Cabildos Eclesiásticos. (fol. 77)Al Señor GeneralPrefecto Torres.Sala Capitular de Cuenca Noviembre 26 de 1830 – 20° -

Al Señor General Prefecto del Departamento Ygnacio Torres – El Señor Tesoreroprincipal Francisco Eugenio Tamaris se Ha presentado en este Cavildo Solicitando el re-conosimiento de la letra y firma de un Escrito presentado ante Vuestra Señoría por el SeñorDean Doctor Josef Maria de Landa, como igualmente testimonio de él Para los efectos in-dicados es necesario el enunciado Escrito: por lo tanto Suplica á Vuestra Señoría este Ca-vildo se sirva remitirlo con Cargo de su debolucion luego que se evoque el asunto – .-Dios Guarde a Vuestra Señoría.- Mariano Batallas - Bernardino Alvear –Andrés Beltrande los Rios, Secretario …

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ANEXO Nº 17

AHCA/C. Cuenca. 1831. L. 2. fols. 1-1v. Cabildos Eclesiásticos. // “(fol. 1) Año de 1831.Acta de Elecciones de año nuebo.

En la Ciudad de Cuenca a primero de Enero de mil ochosientos treinta y uno. Losseñores del Venerable Dean y Cavildo sede vacante de esta Santa Iglecia Cattedral y Go-vernador del Obispado por ausencia del Señor Dean Doctor Josef de Landa y Ramires queexercia el Govierno por igual ausencia del Señor Vicario Capitular Doctor Josef Maria Rio-frio...

... Hallandose juntos, y congregados en esta sala capitular para elegir, y nombrar lasPersonas que deven servir los ofcios de la Iglesia en el presente año, procedieron a la vo-tacion... (fol. 1v) ... Para Claveros, segun la graduacion dispuesta por la cedula del caso,fueron nommbrados los Señores, Dean Doctor Josef Maria de Landa, y Canonigo PedroOchoa... Con lo qual se concluyó esta Acta, y lo firmaron los Señores que la componen deque doy feé.-

[r] Mariano Batallas [r] Bernardino de Albear[r] Pedro Ochoa [r] Doctor Miguel Rodriguez[r] Jose Antonio Marcos [r] Andrés Beltran de los Rios

Ante mi [r] Josef Izquierdo del Prado

Notario de Cabildo...

AHCA/C. Cuenca. 1835. L. 2. fol. 39v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 39)... OficioSala Capitular de Cuenca y Agosto veintiseis de mil ochocientos treinta y sinco.- Ha-

viendo Jurado el Venerable Dean y Cavildo de esta Santa Iglesia Catedral la Constitucionde la Republica del Ecuador, en los terminos que previene el Articulo cuarto del decretode tres del presente mes espedido por la Convencion Nasional; tengo la honrra deacom-pañar a Usia la Certificacion que se previene en el articulo septimo del mencionado De-creto dando contestacion a su apresiable nota de veinticuatro del corriente conque se sirvióusia dirijirlo.- Dios Guarde a usia.- Doctor José María de Landa.-

Es Copia[r] Ortega...”

AHCA/C. Cuenca. 1835. L. 2. fol. 39v-40. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 39v)... Eleccion de Juez Hacedor de Diezmos.

En la Sala Capitular de Cuenca en Veinte y tres de Octubre de mil ochosientos treintay cinco. Los Señores del Venerable Dean y Cavildo á saber Doctor Jose Maria de Landa yRamirez Dean Bernardino de Alvear Maestrescuela: Doctor Josef Mexia Ca (fol. 40) nonigode Merced el Señor Doctor Miguel Rodriguez Canonigo; El Señor Andres Beltran y elSeñor Jose Torres Racioneros; el Señor Doctor José Mariano Plaza, y el Señor Jose FerminVillavicencio Medios Racioneros.-

Hallandose juntos y congregados para elegir Juez Hacedor de Diezmos por partede la Mitra en virtud de haveresele admitido al Señor Reverendo Andrés Beltran la re-nuncia de este destino; reunió el Señor Dean Doctor Jose de Landa la pluralidad absolutade votos. Con lo que queda concluida la presente acta y la firmaron por ante mi de quedoy feé

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Bernardino de Albear

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[r] Doctor Jose Mexia [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Andres Beltran de los Rios [r] Jose Torres [r] Doctor Jose Maria Plaza[r] Jose Fermin Villavicencio

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

AHCA/C. Cuenca. 1831. L. 2. fols. 1v-2. Cabildos Eclesiásticos.(fol.1v)…Nonbramientode Vicario Capitular y de Monjas en el Señor Prevendado Racionero Andrés Beltrande los Rios.-

En la Ciudad de Cuenca á quatro de enero de mil ochosientos treinta y uno. Los Se-ñores del Venerable Dean y Cavildo sede vacante de esta Santa Iglecia Catedral, y Go-vernador del Obispado por ausencia del Señor Dean Doctor Josef María de Landa yRamirez en Guayaquil, quien exercia el Govierno por igual ausencia en Loxa del SeñorVicario Capitular Doctor Josef Maria Riofrio; ha saver...

... (fol. 2) Hallandose juntos, y en esta Sala Capitular hasiendo Cavildo Ordinariopor ser dia Martes señalado por la ereccion, y a mas de esto por citacion de los SeñoresVocales para proceder a la admision de la renuncia que há hecho el Señor Doctor JosefMaria Riofrío de la Vicaria Capitular de este Obispado con fecha en Loxa á veinte de Di-ziembre ultimo... se admitió la renuncia por Decreto de esta fecha y asu consequencia semandó que en el mismo día se porceda a la Eleccion... y haviendo hecho el escrutinio deellas por el presente Notario reunió todos quatro votos para el Vicario Capitular, y deMonjas el Señor Prevendado Racionero Andrés Beltran de los Rios...

Con lo que se concluyó esta Acta, y lo firmaron los Señores que la componen de quedoy feé.-

[r] Mariano Batallas [r] Bernardino de Albear[r] Pedro Ochoa [r] Andrés Villamagan.Ante mi [r] Josef Izquierdo del PradoNotario de Cabildo...

AHCA/C. Cuenca. 1831. L. 2. fols. 12-12v.-13. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 12)... Nom-bramiento de Vicario Capitular en el Señor Garaycoa.

En la Ciudad de Cuenca á catorse de Diziembre de mil ochosientos treinta y uno.Los Señores del Venerable Dean y Cavildo sede vacante de esta Santa Iglecia Catedral, DrJosef Maria de Landa y Ramírez Dignidad de Dean, Mariano Batallas, Dignidad de Arze-diano, Bernardino de Alvear, Dignidad de Maestrescuela, Doctor Josef Mexia, PedroOchoa, y Doctor Andres Villamagan Canonigos de Merced, Doctor Miguel Rodriguez (fol.12v) Canonigo Doctoral; y Doctor Josef Antonio Arevalo Canonigos Penitenciarios.-

Hallandose Juntos y congregados en esta sala capitular haviendo cavildo extraordi-nario por citacion se tubo a la vista la nota oficial de siete del corriente dirijida á este Vene-rable Cuerpo por el Ministerio del Interior, de una representacion del Señor PrevendadoAndres Beltran de los Rios renunciando la Vicaria Capitular y de Monjas á cuya solicitudse ha proveydo el Decreto del tenor siguiente.- Cuenca: Diziembre catorse de mil ochosien-tos treinta y uno.- Vigesimo Primo.- Por manifestada la carta; admitese la renuncia que delProvisorato y Vicaria de Monjas de la Diocesis hase el Señor Prevendado Andres Beltrande los Rios, y procedese acto continuo a la eleccion de Vicario Capitular y de Monjas...

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... de que doy fe quedó de manifiesto, que por unanimidad de Vo (fol. 13) tos fueelecto Vicario Capitular y de Monjas el Señor Doctor Francisco Xavier Garaycoa... acor-daron igualmente que el Señor Canonigo Penitenciario Doctor Josef Antonio Arevalo sirvaprovicionalmente ambos destinos, mientras que el Señor Garycoa los asepte y se hagacargo del Govierno de esta Diocesis... Con lo qual se concluyó esta Acta y la firmaron losSeñores que la componen de que doy feé.-

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Mariano Batallas [r] Bernardino de Albear [r] Doctor Jose Mexia [r] Pedro Ochoa [r] Doctor Andres Villamagan[r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Doctor José Antonio Arevalo

Ante mi [r] Josef Izquierdo del Prado

Notario de Cabildo...”

AHCA/C. Cuenca. 1832. L. 2. fols. 15-15v. Cabildos Eclesiásticos. “ (fol. 15)... Acta deElecciones de oficios para el servicio de la Iglecia.

En la ciudad de Cuenca a 1º de Enero de 1832.Los Señores del Venerable Dean y Cabildo de esta sede vacante de esta Santa Iglecia

Catedral... ... Sin concurso del Señor Dean Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez ni delos Señores Jose Antonio Marcos y Doctor Jose Maria Riofrío.

Hallandose juntos y congregados en esta sala Capitular para la eleccion y nombra-miento de las personas que deven servir los oficios de la Iglecia en el presente año, prose-dieron a la votacion... y en virtud de ella quedó electo el Señor Dean Doctor Jose Maria deLanda y Ramirez de Procurador de este Benerable Cabildo...

(fol. 15v)... Con lo cual se concluyó esta Acta y la frmaron los dichos Señores pre-sentes de que doy feé.-

r] Mariano Batallas [r] Bernardino de Albear [r] Doctor Jose Mexia [r] Pedro Ochoa [r] Doctor Andres Villamagan [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Doctor José Antonio Arevalo [r] Jose Matias Orellana[r] Andres Beltran de los Rios [r] Doctor Jose Maria Plaza [r] Jose Fermin Villavisencio

Ante mi [r] Josef Izquierdo del Prado

Notario de Cavildo...”

AHCA/C. Cuenca. 1832. L. 2. fols. 16v-17. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 16v)... Nombra-miento de Vicario Capitular al Señor Racionero Doctor Jose Maria Riofrio.

En la ciudad de Cuenca á diez y seis de Enero de mil ochosientos treinta y dos. LosSeñores del Venerable Dean y Cavildo sede vacante de esta Santa Iglecia Catedral, DoctorJose Maria de Landa y Ramirez de Dean...

... Hallandose juntos, y congregados en esta sala Capitular a efecto de elegir VicarioCapitular y de Monjas segun se halla prevenido con fecha de trese del corriente... Pusieronlos expresados sus votos... (fol. 17)... Examinados recayó la eleccion de Vicario en el SeñorRacionero Doctor Josef Maria Riofrio, cuya anuencia se solicitará para ponerlo en poseciondel destino.

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Con lo qual se concluyo esta Acta, y la firmaron los Señores que la componen deque doy feé.-

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Mariano Batallas [r] Doctor Jose Mexia [r] Pedro Ochoa [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Doctor José Antonio Arevalo

Ante mi [r] Josef Izquierdo

Notario de Cabildo...”

AHCA/C. Cuenca. 1832. L. 2. fols. 17-17v-18. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 17)... No Corre. En la ciudad de Cuenca a Veinte y quatro de Enero de mil ochosientos treinta y dos.

Los Señores del Venerable Dean y Cavildo, Mariano Batallas Dignidad de Arzediano: Ber-nardino de Alvear Dignidad de Maestrescuela: Doctor Josef Mexia, y Pedro Ochoa Cano-nigos de Merced: Josef Matias Orellana, y Doctor Josef Maria Riofrio Racione (fol. 17v)ros; y Doctor Josef Mariano Plaza medio Racionero, sin concurso de los demas Señorespor no haver asistido.-

Hallandose juntos y congregados los dichos Señores en esta Sala Capitular por serMartes señalado en la ereccion, se leyó una Nota del Señor Prefecto del Departamento enque solicita sea contestada la que dirijió con fecha cinco del prersente relativa a poner enconosimiento de este Venerable Cuerpo la disposicion guvernativa que sus Señoria se haservido dar, declarando sin efecto el nombramiento de Juez Hacedor de parte de la Mitraque recayó en el Señor Dean Doctor Josef Maria de Landa, y ordenando que el VenerableCavildo subrogue dicho nombramiento en la persona que hubiere reunido Votos, ó pro-ceda en su defecto a nueva eleccion. Quando esta Corporacion recivió el indicado oficiofixó su attencion en las observaciones en que el Señor Prefecto funda su resolucion, y ha-llando que todas estriban en el enemistad que el Señor Coronel Tesorero Francisco EugenioTamariz abriga contra el enunciado Señor Dean, acordó que el Señor Provisor Doctor JoseMaria Riofrio, y el Señor Doctoral Doctor Miguel Rodriguez pasasen personalmente a lodel Señor Prefecto a fin de que Su Señoria se dignase tomar un interes en consiliar los ani-mos de los Señores Dean Doctor Jose Maria Landa, y el Tesorero Francisco Eugenio Ta-mariz para que, terminando las disenciones que en el concepto del Señor Prefecto puedenser funestas a los intereses Fiscales, no hubiese inconveniente en que Exersiese el destinode Juez hacedor de parte de la Mitra la perzona que há meresido la confianza (fol. 18) delcavildo por cuya razon se omitió contestar la citada Nota. Como esta diligencia no há pro-dusido el efecto que se deseaba, y el Señor General Prefecto insta por la contestacion men-cionada; el Venerable Cavildo há tenido que considerar:

Primero. Que el Señor General Prefecto, ni como Jefe del Departamento, ni comoVice –Patrono ni como Presidente de la Junta de Diezmos puede dejar sin efecto las deli-veraciones de este Venerable Cuerpo en la presente materia, prinsipalmente quando ellasvan acordes con las disposiciones Canonicales, y las Leyes Civiles.-

Segundo. Que el nombramiento de Juez Hacedor en la persona del Señor Dean, nialtera la Paz, y tranquilidad publica, ni puede crérse perjudicial a los interese del Fisco,mucho mas si se considera que la providad, rectitud, y zelo de entre ambos Señores nodan lugar a presumir sean capases de sacrificar aá enconos personales las rentas de cuyaconservacion y cuydado estan encargados.-

Tersero. Que la medida que há adoptado el Señor Prefecto lejos de consiliar la paz,autorisa la enemistad del Señor Tamaris, pues que la califica como obice, que respecto de

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los destinos en que tiene intervencion el tesorero priva a los que no sean adictos á este delderecho que el Articulo onze de la constitucion del Estado concede a los Equatorianos.

Quarto. Que este Venerable Cuerpo infringiria el Articulo cinquenta, y siete de lamisma constitucion si subrogase el nombramiento en otra perzona antes de que el electosea Oydo, y vensido en Juicio.-

Y Quinto. Que el Cavildo no puede proceder á nueva eleccion porque han cesadosus atribuciones desde que verificó el nombramiento en persona, que al paso que reunetodas las calidades que requieren los Sagrados Canones, y las Leyes (fol. 18v) Civiles, esacreedora a la entera confianza de esta corporacion. en merito de estas consideracionesacordaron los Señores que suscriben.-

Primero. Que se conteste al Señor General Prefecto con copia de esta Acta suplican-dole se sirva rebocar la disposicion referida.- Y Segundo. Que en caso de que su Señoriase deniegue a la rebocatoria, se eleve igual copia de esta Acta, y lo condusente con el in-forme respectivo á Su Excelencia el Señor Presidente del Estado para que se sirva dictarla Providencia que su saviduria estimase mas conveniente. con lo qual se concluyó estaActa,y la firmaron los señores que la componen de que doy feé.

AHCA/C. Cuenca. 1833. L. 2. fol. 22-22v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 22)... Sobre Elec-ciones de Jueces.

En la sala Capitular de Cuenca á primero de Enero del año del Señor de mil ocho-cientos treinta y tres. Los Señores del Venerable Dean y Cabildo Sede vacante de esta SantaIglecia Catedral... sin asistencia del Señor Dean Doctor José Maria de Landa y Ramirezpor su notoria enfermedad...

... Hallandose juntos y congregados, para elgir, y nombrar las personas que debanservir los oficios de Iglecia en el presente año, procedieron a la votacion de Jueces adjun-tos...

... Con lo qual se concluyó esta acta y la firmaron sus señorias de que doy fee.-[r] Mariano Batallas [r] Pedro Ochoa [r] Doctor Andres Villamagan [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Jose Antonio Marcos [r] Jose Matias Orellana [r] Doctor José Maria Riofrio[r] Doctor Jose Mexia (fol. 22) [r] Doctor Jose Maria Plaza [r] Jose Fermin Villavisencio

Ante mi [r] Manuel de Ortega

Notario de Gobierno y Cavildo...”

ANEXO Nº 17

AHCA/C. Cuenca. 1835. L. 2. fol. 39-39v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 39)... Juramentode la Constitucion.

En la sala Capitular de Cuenca y agosto ventiseis de mil ochosientos treinta y sinco.Reunido el venerable Dean y Cavildo a saber el Señor Dean Doctor José Maria de Landay Ramirez...

... Para dar cumplimiento al decreto de 13 del presente mes en que, la Convencionde la Republica cumplieron con el tenor del Articulo 4º,, Jurando seguir su Estado guardary sostener la Constitucion de la Republica del Ecuador Sancionada por la Convencion Na-

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cional mandando de que conforme al Articulo 1º del mencionado Decreto se confiriese elcorrespondiente certificado de esta acta por mi el presente Escribano Publico y Notariomayor de la Diocesis acompañandose con el respectivo oficio al vuestro Señor GeneralPrefecto en contestacion asu apresiable nota de 24 del corriente.

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Pio Arteaga [r] Doctor Jose Mexia [r] Bernardino de Albear[r] Pedro Ochoa(fol. 39v) [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Andres Beltran de los Rios [r] Jose Torres

Ante mi [r] Antonio Sevilla

Escribano Publico y Notario mayor...”

ANEXO N 18

AHCA/C. Cuenca. 1835. L. 2. fols. 40-42v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 40)... acuerdoaserca del informe que pide el encargado del Poder Ejecutivo.

En la Sala Capitular de Cuenca en veinte y ocho de Octubre de mil ochosientostreinta y cinco. Los Señores del Venerable Dean y Cavildo á saber Doctor Jose Maria deLanda y Ramirez Dignidad Dean...

(fol. 40v)... Hallandose juntos y congregados para evacuar el informe que Su excelen-cia se há servido pedir con fecha 14 del corriente por conducto del Señor Ministro del Inte-rior sobre el reclamó que há dirijido al Supremo Gobierno el Doctor Miguel Pío Arteaga.

... El Señor Dean dijo: Que dirijendose las miras a Su excelencia el Señor Presidentede la Republica á peneciarse algun motivo que tubo este Venerable Cuerpo para nombrarde Vicario Capitular al Doctor Miguel Pío Arteaga és un deber poner á la vista el concor-dato de ambas Potestades luego que fue estrañado el Doctor Mariano Vintimilla, proce-diendo el Excelentisimo Señor Jefe Supremo en virtud de la autorizacion con que sehallaba investido, y el Prelado de la Diocesis Sede Vacante con arreglo a las disposicionesdel caso, que no se estienden á ecsaminar si es inosente ó culpable el estrañado, ni sometelas resoluciones al Gobierno Secular al juicio de la Iglecia en materias Politicas, que fueronlas que dieron motivo para la Suprema Providenciad de 4 de Junio y siguientes.-

Declarada ya la vacante sin restitucion mentales que no tienen lugar en el Derecho,ni en materias tan delicadas como la de comunicar la Jurisdiccion espiritual de que de-pende la seguridad de las conciencias y de los Sacramentos; se procedió i demoró de losocho dias que prescribe el Tridentino á elejir Vicario Capitular ejerciendo entretanto el Ve-nerable Dean y Cabildo la Jurisdiccion que habia de reasumir dando comicion á uno delos Señores del Capitulo para que presidiese la eleccion de Priora de Monjas del Carmende esta Ciudad, y despachando (fol. 42v) varias dispensas privatibas de la JurisdiccionOrdinaria Diocesana.

Haberse declarado la Vacante, y haber reasumido el Gobierno resulta de la Acta de29 de Junio; y haber sido nombrado Vicario Capitular el Doctor Pio Arteaga de la de tresde Julio del presente año, sin que hasta este momento haya innovado por su parte en lamateria.

Con lo que concluyó esta Acta, y la firmaron de que doy fe.[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Bernardino de Albear [r] Doctor Jose Mexia [r] Doctor Miguel Rodriguez

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Ante mi [r] Manuel OrtegaNotario Capitular

En el mismo dia se dirijió al Supremo Gobierno copia de esta Acta...”

AHCA/C. Cuenca. 1836. L. 2. fol. 46-48v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 46)... Asercadel informe que pide el Ministro del Interior.

En la Sala Capitular de Cuenca en quince de Noviembre de de mil ochosientostreinta y seis. Los Señores del Venerable Dean y Cavildo á saber Doctor Jose Maria deLanda y Ramirez Dignidad Dean...

... Hallandose juntos y congregados para evacuar el Informe que de orden del Su-premo Govierno há pedido el Señor Ministro del Interior con fecha dos del corriente sobrela solicitud que elevaron en la de veinte y seis de Octubre ultimo los Doctores Julian An-tonio Alvares, y Jose Peñafiel.-

Dijo el Señor Canonigo Doctor Andres Villamagan... (fol. 47)... El Señor CanonigoDoctor Jose Mejia dijo... El Señor Maestrescuela dijo... El Señor Arcediano dijo... (fol. 47v)...El Señor Doctor Jose Maria de Landa dijo: que desde que Su Excelencia con vista de loque este Venerable Cuerpo espuso en veintiocho de Octubre de mil ochosientos treinta ycinco a consecuencia de las representaciones que dirijio el Señor Doctor Pio Arteaga re-clamando el Provisorato de la Diocesis, declaró que debia conocer de este negocio el Ve-nerable Dean y Cabildo se revocó en duda la Jurisdiccion que el Señor Doctor MarianoVeintimilla ejercia en la Diocesis sin nuevo nombramiento del Venerable Dean y Cabildoa virtud de la destitucion que anteriormente habia sufrido en cumplimiento de las ordenesdel Supremo Govierno extraordinariamente autorisada por los Pueblos.

Que esta misma duda de su autoridad la tiene ratificada el expresado Supremo Go-bierno en las ordenes que ha librado para que se suspenda la vicita, sin que pueda en nin-gun caso acojerse a la quisencia de este Venerable cuerpo por que las formulas de un juicioestablecida por las Leyes ni pueden alternarse ni dejan de servir de moratorias maliciosasa litigantes de mala fee. Que en tales circuns (fol. 48) tancias decantandose delicadesa, yzelo por las almas se há devido sacrificar todo para no exponer la perdicion de ellas comolo hán hecho los Padres de la Iglecia que nos antecedieron sin que se les haya objetadoque se esponia el valor de los Sacramentos y las funestas consecuencias que produciríaen el orden civil, y espiritual, si llegase el caso de declararse nulo el Provisorato del DoctorMariano Vintimilla.

Que para que no continuen en lo subcesivo, es de vital necesidad, que asi como enun principio se acordó por ambas potestades su separacion sin guardar estas formalidadespara resumir al Doctor Vintimilla el Govierno de la Diocesis se adopte la medida que paraiguales casos hátenido lugar en la Iglesia, ya sea nombrando un Vicario Capitular ó unGovernador Provisorio que ejersa lejitimamente la jurisdicccion mientras que los coliti-gantes alcansan declaratoria de la autoridad competente con lo que se aquietarán las con-siencias, y no continuaran las nulidades a que están expuestas las providencias queemanarian de una autoridad incompetente.

Que el remedio es urjente asi como los males son graves y en tales casos a Su Exce-lencia compete como protector de la Iglesia, y de los Canones segun la Constitucion obrercon la actividad que tiene acreditada en negocios de menor importancia.

Con lo cual se concluyó está Acta y la firmaron los Señores que la componen de quedoy fee.-

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[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Andres Beltran de los Rios [r] Doctor Jose Mexia[r] Bernardino de Albear [r] Andres Villamagan

Ante mi [r] Manuel OrtegaNotario Capitular

Se saco copia de esta Acta que se dirijió al Supremo Gobierno en el Correo de estafecha Cuenca Noviembre 16 de 1836.- Ortega...”

AHCA/C. Cuenca. 1836. L. 2. fol. 49-53v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 49)... Si debe nom-brarse Gobernador Eclesiastico, mientras se resuelba la question entre los Señores Doc-tor Mariano Vintimilla y el Doctor Pio Arteaga, aserca de la Vicaria Capitular.

En la Sala Capitular de Cuenca á siete de Diciembre de de mil ochosientos treinta yseis. Hallandose reunidos los Señores bocales que Suscriven dijo el Señor Penitenciario...(fol. 49v)... el Señor Canonigo Doctor Andres Villamagan dijo...(fol. 50v)... el señor CanonigoDoctor Jose Mejia dijo... (fol. 51)... el Señor Maestrescuela Doctor Bernardino Alvear dijo...

... El Señor Dean Doctor Jose Maria Landa dijo: que sin embargo de que su dictamenen la actualidad es reducida á obedecer y cumplir la orden del Supremo Gobierno sobreque se nombre un Governador Eclesiastico durante la cuestion entre los Doctores Vinti-milla y Arteaga por el bien que de esta medida resulta a los fieles como esta pronto a ve-rificarlo en descargo de su conciencia, segun (fol. 51v) lo há manifestado en diversasocasiones he emitido su opinion sobre materia, le parece indispensable esclarecer algunasequibocaciones que se han establesido como principios para que en vista de lo dicho porel Supremo Gobierno delivere lo que tenga por conveniente.

Se supone en primer lugar que despues de destituido el Doctor Mariano Vintimillade la Vicaria Capitular de esta Diocesis en veinte i nueve de Junio de ochosientos treintay cinco; y haviendo sido nombrado en tres de Julio del mismo año el Doctor Arteaga, sinque haya innovado él Cabildo hasta la fecha este nombramiento, y elegido nuevamentesegun el Tridentino al Doctor Vintimilla de Vicario Capitular pueda alcanzarse esta faltapor la habilitacion que alcanzó del Supremo Gobierno

Segunda que componiendose este Venerable cuerpo de cinco individuos con votomientras que los interinos no obtengan la aprovacion del Senado, tan poco pueden repu-tarse por la Mayoria los Señores Rodriguez, Alvear y Orellana, que han suscrito la notade 20 de Mayo ultimo no reconociendo al Doctor Mariano Veintimilla de Vicario Capitular,sino contestandole que quedaban inteligenciados de la delegacion que se hacia en el SeñorPrevendado Doctor José Bau, que contrayendoes á la (fol. 52) actual reunion tampoco lamayoria dice reconocer, y obedecer al Doctor Mariano Vintimilla, sino los Señores comose reconoce por el tenor de esta acta han opinado que se obedesca y cumpla la providenciadel Supremo Gobierno; dos que se obedesca y suplique; y uno que se necesita de tiempopor la gravedad del negocio para deliverar sobre la materia.

De lo espuesto resulta que no habiendo obtenido nuevo nombramiento él DoctorMariano Veintimilla de este Cabildo despues de haver sido destituido por el mismocuerpo, no es tal Vicario Capitular de la Diocesis por los mismos principios en que sefunda el Señor Villamagan de que la potestad civil no puede disponer de los negocios es-pirituales:

Que la opresion en que esta sumergido el Doctor Arteagaapenas le permite haceruso de su jurisdiccion en los terminos a que lo ha reducido el poder, cuyos actos devianconciderarse clandestinos, como no lo fueron los de los Papas perseguidos.

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Que socorrian á los fieles desde las Criptas sin que por eso se reputasen por clan-destinos unos actos nesesarios.

Que uniformandose con la Constitucion que tiene jurada como no lo han hecho al-gunos individuos de este cuerpo que no deben ser concideradas como Ecuatorianos, enel caso de permanecer obstinados obedese el Articulo 15 de ella sin que reconosca mas fa-cultad en las Camaras que la de admitir las acusaciones contra el ejecutivo en ningun caso(fol. 52v) recurso deapelacion que en uno de sus escritos hizo el Doctor Veintimilla haverinterpuesto para el Congreso:

Que en igual conformidad considera un informe que que circula bajo las firmas delos mismos, á ecepcion de unos pocos que suscrivieron la representacion dirijida á Su Ex-celencia el Presidente estendida sin duda por el Doctor Veintimilla por impulsos de sos-tener las colocaciones que la han merecido.

En el citado impreso en el Capitulo ultimo se leen estas palabras “Los que suscrivi-mos estamos dispuestos ántes á derramar nuestra sangre...y no dudamos que el pueblocristiano hara otro tanto”. Este impreso se halla comprendido en la segunda clave de laley del Articulo 4º de la ley de imprenta, en cuanto promueve la rebelion, ó perturbacionde la tranquilidad publica, y debilita el respeto devido á las autoridades constituidas.

Si somos Ecuatorianos se se há jurado la Constitucion sin obligacion esta y las leyesen conciencia, es visto el ataque que se ha hecho con semejante impreso suponiendo á lamayoria de este Venerable Cuerpo incurso en las restricciones mentales á desobedecer laautoridad Suprema, suponiendo que de siete individuos tenian voto, y que (fol. 53) con-fieran haberse coligado con el Doctor Veintimilla para aparentar que nombraban Provisorfuese en la parte sana.

De que resulta, ó que los escritores no reconocen á los de unas por individuos delCuerpo como nombrados por el Gobierno Nacional o que si concienten los tres Señoresen esta propocicion obran en consonancia con los cediciosos, y de consiguiente se halla elGotero en el comprometimiento, ó de quitar las sillas en los que há nombrado en virtudde sus atribuciones, ó de escarmentar á los que años hános molestan con estas especiesalborotando las conciencias dandonos él renombre de Sismaticos, y inspirando á los fielesque no reciban asi la comunion de nuestras manos, dejandolo de hacer hasta el JuevesSanto para confirmar el error.

El esponente recomienda á Su Excelencia el cumplimiento de la ley de Imprenta, yque se mande que juren la Constitucion los que no lo han hecho. Con lo cual se verá si esverdadero el espiritu de religion con que se presentan.

En este estado dijo el Maestrescuela que reconocia al Señor Veintimilla por Provisor.Con lo cual se concluyó está acta mandando que se diese cuenta con testimonio de ella alSupremo Gobierno (fol. 53v) y la firmaron, por ante mi de que doy fee.-...

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Bernardino de Albear [r] Doctor José Mexia [r] Andres Villamagan[r] Doctor José Antonio Arevalo

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

AHCA/C. Cuenca. 1836. L. 2. fol. 53v-55. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 53v)... Disputa delos Señores Capitulares si se puede, o no nombrar Vicario Interino

En la sala Capitular de Cuenca en veinte y quatro de Diciembre de mil ochocientos

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treinta y seis. Los señores del Venerable Dean y Cabildo, a saber el Señor Doctor JoseMaria de Landa y Ramirez Dean...

... Reunidos para dar cumplimiento á la orden del Supremo Poder Ejecutivo de 14del corriente en que se ratifica la de 30 de Noviembre ultimo mandando que se proceda ánombrar un Vicario Capitular Interino, mientras que se decide por autoridad competenteel pleito pendiente entre los Doctores Mariano Vintimilla, y Pio Arteaga, sobre quien losea legitimo de la Diocesis, con el laudable objeto de tranquilizar las conciencias, y de ase-gurar el (fol. 54) jercicio de la Jurisdicccion espiritual: dijeron;

Que habiendo transcurrido el termino de tres dias que se permitia á los Señores deeste Venerable Cuerpo para jurar la Constitucion de la Republica haviendo cumplido coneste precepto todos á excepcion del Señor Canonigo Doctor Andrés Villamagan por lasrazones que expuso el Señor nuevamente citado por el escribano que al efecto comicionó,cuyo tenor á la letra és como sigue “Yó el infrascripto escribano publico certificó en todaforma de derecho que habiendo pasado con el Notario del Venerable Cuerpo Capitularde orden del Señor Dean Doctor Jose Maria Landa á requerir al Señor Canonigo DoctorAndres Villamagan para que se presentará en la Sala del Cabildo para reunidos con losdemas Señores componentes dar el devido cumplimiento á la resolucion del SupremoPoder Ejecutivo de la Republica comunicado por el organo del Señor ministro de estadoen los despachos del Interior y Relaciones Exteriores de catorce del presente mes...

... me expreso el Señor Villamagan que se hallaba imposibilitado atacado de un ca-tarro y de una ulcera... es todo cuanto puedo decir en obsequio de la verdad y de mandarverbalmente del expresado Señor Dean...”

Era llegado el momento de proceder á la mencionada eleccion por los demas señoresque se hallaban habiles segun la constitucion que habian jurado, y poniendlo en ejecucioncolocaron sus votos...

... Examinados estos reunio dos votos para Vicario Capitular Interino y de Monjasel Señor Canonigo Interino José Matias Orellana, y otros dos el Señor Prebendado Josévasquez Loyola.

En este estado (fol. 54v) propuso el Señor Dean que para que no se hiciese ilusoriala orden del Supremo Poder Ejecutivo, y cesaren las inquietudes de las conciencias reasu-miese el Venerable Dean y Cabildo el ejercicio dela jurisdiccion espiritual, como que recideen el radicalmente por este medio juridico, y se salva el valor de los Sacramentos y se dáen tornó al Supremo Gobierno un imparcial testimonió de su subordinacion y dejar porel buen orden alterados desgraciadamente con cuestiones que lejos de aprovechar perju-dica á los fieles.

El Señor Penitenciario dijo... El señor Canonigo Mexia dijo... El Maestrescuela DoctorBernardino de Alvear dijo...

Con lo que se concluyó este acuerdo quedando citados para proceder a nueva elec-cion poniendose noticia del Doctor Mariano Vintimilla lo que ha resuelto la pluralidadpara que se abstenga del ejercico de la jurisdiccion mientras que este Venerable Cuerponombra Vicario Capitular interino y lo firmaron deque doy fe.-

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Bernardino de Albear [r] Doctor José Mexia [r] Doctor José Antonio Arevalo

(fol. 55) Ante mi [r] Manuel Ortega Notario Capitular

En el mismo dia Yo el Notario puse enconocimiento del Señor Doctor Mariano Vi-

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nitmilla él tenordel Acta que antecede en persona de que doy fee.-[r] Ortega...”

AHCA/C. Cuenca. 1836. L. 2. fol. 55-55v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 55)... Votacionpara Vicario Interino

En la Sala Capitular de Cuenca en veinte y seis de Diciembre de mil ochocientostreinta y seis. Los Los señores del Venerable Dean y Cabildo, a saber el Señor Doctor JoseMaria de Landa y Ramirez Dean...

... Dijeron: Que de conformidad con lo acordado dia veinte y quatro del presentepara cumplir con lo dispuesto por el Supremo Gobierno con fecha 30 de Noviembre ultimoy 14 del corriente, procedieron á sufragar por le Vicario Capitular interino y de Monjasmientras se resuleve el Pleito pendiente entre los Doctores Mariano Vintimilla y Pio Arte-aga sobre quien sea legitimo Vicario Capitular...

... Examinadas las cedulas reunió el Señor Canonigo interino José Matias Orellanados votos, y dosel presbitero José Vasquez Loyola, mandando que se diese cuenta en esteestado al Gobierno. Los Señores Doctores Arevalo y Landa, como se previene en la ordende 14 del corriente: y los Señores Alvear y Mexia al Supremo Gobierno y al IlustrisimoSeñor Obispo de Quito con testimonio de la mencionada Acta de 24 de Diciembrey de eldia de la fecha. Con lo cual se cerró este acuerdo... (fol. 55v) y la firmaron que doy fee.-

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Bernardino de Albear [r] Doctor José Mexia [r] Doctor José Antonio ArevaloHoy 7 de Diciembre de1836 se sacaron los testimonios prevenidos

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

AHCA/C. Cuenca. 1837. L. 2. fol. 56v-58v. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 56v)... Disputade los Señores Capitulares aserca de la Vicaria Capitular.

Sala CapitularEn la Ciudad de Cuenca a dies de enero de mil ochocientos treinta y siete. reunido

el Venerable Dean y Cabildo previa citacion del Señor Presidente del cuerpo, a saver losSeñores Jose Maria de Landa y Ramirez Dean de esta Santa Iglesia Catedral, El eñor Be-ranrdino de Alvear Dignidad Maestrescuela, Doctor José Mejia Canonigo de Merced, yDoctor José Antonio Arevalo Canonigo Penitenciario para acordar sobre la providenciade cuatrodel corriente que con oficio de la misma fecha se sirve dirijir a este VenerableCuerpo en testimonio del Señor Obispo de Quito y sobre lo que con la misma fecha decuatro del propio mes tiene a bien desir el Señor Ministro del Interior en virtud de la notaque con fecha de veinte y ocho de Diciembre ultimo le dirijió este Venerable cuerpo anun-ciando haber recaydo en el Señor Canonigo interino José Matias Orellana la eleccion deGovernador Ecleciastico:

Dijo el Canonigo Penitenciario... (fol. 57)... El Señor Canonigo de Merced Don JoséMejia Dijo... El Señor Maestrescuela.- Dijo...

.. El Señor Dean Dijo: Que para desvanecer las equivocaciones de los Señores preo-pinantes se remite á las Actas de veinte y cuatro, y veinte y seis de Diciembre que en tes-timonio see dirijieron al Supremo Gobierno y que la nota que se há leido hoy en esteVenerable Cabildo, se han sometido al Consejo de Estado. Por ellas se acredita, que elSeñor Canonigo interino José Matias Orellan ha sido nombrado (fol. 57v) Vicario Capitular

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interino; ni se há declarado que continue el Doctor Mariano Vintimilla en la JurisdiccionEspiritual de esta Diocesis.

Cualquiera acuerdo que sin previa citacion se haya celebrado, es considerado por elderecho como conventiculo, ó Cabildo Clandestino por que esta prohibido por la ereccionde esta Santa Iglesia Catedral para los viernes en el Articulo 28 declarando cualquier otrodia que no sea el Martes por que tratandose de elecciones no se puede omitir la citacionaunque se hallen ausentes los vocales; mucho mas estando presentes en la Ciudad.

El esponente reproduce lo que tiene dicho en diversas ocaciones sobre que despuesde destituido por este Venerable Cuerpo el Doctor Mariano Veintimilla; habiendo reasu-mido, y ejercido la jurisdiccion mientras nombraba al Doctor Pio Arteaga no podia por simismo restituirse al ejercicio de ella el citado Doctor Vintimilla, sin incurrir en las Censurasdecretadas por la Iglesia latas, y no ferendas contra los que se usurpan la Jurisdiccion Ecle-ciastica, pues la providencia que alcansó del Supremo Poder Ejecutivo ha sido unicamentepara los efectos civiles y cuando mas seria estimada como una incitativa al Venerable Deany Cabildo como la que dirijió la anterior Administracion en un caso igual, sin entrometersela presente ni la pasada en conferir por si la Jurisdiccion que esclusivamente le pertenece,al Cabildo Sede Vacante respecto de su oficial.

Que si puede tener lugar el sofisma de que habiendo Vicario Capitular, no puede elCabildo nombrar otro mas bien debe refluir en favor del Doctor Arteaga que fue elejidoCanonicamente despues de Destituido el Doctor Vintimilla. Cualesquier otor lenguajechoca con los mismos princicipios que establecen para sostener al Doctor Veintimilla.

Es igualmente una equivocacion suponer que el Ilustrisimo (fol. 58) Señor Obispode Quito continua al Doctor Veintimilla como Vicario Capitular cuando en su auto de cua-tro del corriente se leen estas palabras, y en uso de las facultades que en nos residen, nom-bramos de Vicario Capitular al Doctor Mariano Veintimilla declarando enseguida sin lugarla apelacion interpuesta como fundador en un gravamen futuro.

Antes de nombrarlo Vicario Capitular en uso de las facultades que residen en Su Se-ñoria Ilustrisima pone como para fundamento de este nombramiento el no haber reunidola Mayoria ninguno de los candidatos. Reunido este considerando el de no admitir la ape-lacion de unfuturo gravamen se deduce naturalmente que Su Señoria Ilustrisima no tratodecontinuar al Doctor Mariano Veinitmilla en la Vicaria Capitular a las atribuciones queestimó naturales.

Que el esponente esta intimamente penetrado que luego que Su Señoria Ilustrisimadescubra los misterios que encierra este negocio estará muy distante de sostener el nom-bramiento de Vicario Capitular que ha hecho en el Doctor Mariano Veintimilla mientrasno acredite por la purgacion Canonica que por un respeto cincero a la Leyes y Autoridadde la Iglesia que se há hecho digno de ocupar el puesto que se ha usurpado si legitimamision.

Que esta a sido la conducta de la Cabesa visible de la Iglesia con los que desgracia-damente se hán querido substraer de ella, habiendolo verificado de hecho por el DoctorVeintimilla sin quere reconocer en el segundo caso la misma autoridad que en el primerolo nombró Vicario Capitular.

Que no viniendo acompañada la providencia del Ilustrisimo Señor Obispo de Quitonombrandolo Viario capitular de la anuencia prevenida en la atribucion 1ª del Articulo 8ºde la (fol. 58v) Ley de Patronato y de lo dispuesto en el Articulo 40 de la mima Ley tam-poco puede surtir sus efectos el nombramiento de Vicario Capitular mientras que im-puesto el Supremo Poder Ejecutibo con testimonio de todo niegue, ó preste su anuencia,

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pues que si se atiende a que el Ejecutibo ejerce el Patronato donde reside yá que el nom-bramiento ha sido hecho en Quito ni provicionalmente pueden hacer sus veces los SeñoresGovernantes de Provincia hasta la resolucion del que ejerce el alto Patronato.

En este estado el Señor Maestrescuela Bernardino de Albear Dijo: Que se le remitaal Supremo Poder Ejecutibo testimonio de la acta de treinta de Diciembre ultimo que nofue conventiculo, sino a citacion del mismo Señor Dean en dia Viernes.

El Señor Dean Dijo: Que la citacion fue para dar instrucciones al Señor Bou sobrediesmos y no para otra cosa. El Señor Doctor Mejia Dice...

Con lo Cual se concluyó esta Acta y la firmaron los Señores ante testigos por hallarseenfermo el Notario y no hallarse ningun Escribano Publico.

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Bernardino de Albear [r] Doctor José Mexia [r] Doctor José Antonio Arevalo[r] José Fermin Villavisencio [r] José Rodriguez de la Parra Testigo de actuacion Testigo de actuacion...”

AHCA/C. Cuenca. 1839. L. 2. fol. 64-67. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 64)... Informe del pleito sobre Vicario Capitular

En la Sala Capitular de Cuenca en catorce de Agosto de mil ochocientos treinta ynueve. Los Señores del Venerable Dean y Cabildo que aui suscriben, hallandose cele-brando Cabildo extraordinario para evacuar el informe que el Excelentisimo Señor Presi-dente de la Repulica pide a consecuencia del dictamen del Consejo de Gobierno sobrelasolicitud que le hán dirijido varios Eclesiasticos y algunas personas seculares pidiendoque mientras se resuleva quien sea Vicario Capitular de la Diocesis se nombre un Interinoaompañando igualmente la representacion que ha hecho el Señor Mariano Vintimilla opo-niendose á esta medida; fueron de dictamern los Señores que suscriben se entiendese actapara que cad uno emitiese su opinion, y dando principio por el Señor Canonigo DoctorJose matias Orellana.- Dijo... (fol. 64v)... El Señor Canonigo Doctor Andrés VillamganDijo... (fol. 66)... El Señor Maestrescuela.- Dijo...

... El Señor Dean Dijo: Que del volumen y desordenado expediente que le há puestoá la vista aparecen las epocas en el Gobierno del Señor Doctor Mariano Vintimilla.

La prueba legitima fuera de toda duda por el nombramiento que este VenerableDean y Cabildo hizo en su persona á consecuencia de la renuncia que el Señor Presviterode esta Santa Iglesia Catedral Doctor Jose Maria Riofrio, hizo de la Vicaria Capitular y deMonjas de la Diocesis.

En la Segunda, parece intruso por no haber sido nombrado las mismas formalidadesque en la primera, despues despues de haber sido destituido por ambas Potestades de laVicaria Capitular nombrando dentro de los ocho dias sin restriccion alguna al Doctor PioArteaga, el dia tres de Julio de 1835, sin que pueda legar que la convencion de Ambato, yel Poder Ejecutivo lo instituyeron, pues ni en aquella asamblea nacional ni el ExcelentisimoSeñor Presidente de la Republica exisitian facultades espirituales que conferirle al SeñorDoctor Vintimilla, como (fol. 66v) reciden en los Capitulos habitualmente en sede plena,y actualmente en sede vacante, segun repetidas declaraciones de las Sagradas Congrega-ciones, con las cuales bien pudo este Venerable Cuerpo destituir al Señor Doctor Vintimillade la Vicaria Capitular, aunque para ello no hubiese intervenido la poderosa causa deguardar buena armonia con la primera autoridad de la Republica revestida en aquel mo-mento de facultades extraordinarias, dando con este paso á los diocesanos, el Senado dela Iglesia el ejemplo tan recomendado por el Apostol de respetar las potestades civiles,

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calmando por este año las alteraciones que los atriviliarios causaron en el publico, tratandode persuadir que la Religion de Jesucristo és personal, y no las que enseñó en su Evangelio,como actualmente sucede con admiracion de los sensatos.

La tercera emana de la que le comunico el Ilustrisimo Señor Obispo de Quito su-pliendo la negligencia de este Cabildo en 4 de enero de 1837 nombrando de Vicario Capi-tular interino hasta que decida el pleito entre los Doctores Mariano Vintimilla y PioArteaga, á cuya resolucion há contravenido, manifestando en su escrito presentado á esteVenerable Cuerpo en 24 de Octubre de1837 que la jurisdiccion que ejercia era como VicarioCapitular y nó como interino confesando en él que no habia comparecido ante este vene-rable Cuerpo para posesionarse del Gobierno accidental, ni de consiguiente á prestar eljuramento requerido por las Leyes Vigentes antes de empezarlo á ejercer.

Por todo esto que resulta comprovado del expediente és de dictamen que haviendofaltado el Señor Doctor Vintimilla á las formalidades prescriptas por las Leyes de la Re-publica que á todos obligan en conciencia, continua de Provisor intruso en la tercera epoca,desconociendo no solamente la custodia espiritual del Señor Metropolitano, sino la delPoder Ejecutivo, con la cual como con la de este Venerable Dean y Cavildo se conformó elmencionado Ilustrisimo Señor Metropolitano por las palabras siguientes que se hallan in-sertadas en su auto.-

Vistos. constando del testimonio de las Actas que há (fol. 67) remitido el VenerableDean y Cabildo de la Diocesis de Cuenca á este Tribunal Superior para dar cumplimientoá las ordenes del Supremo Gobierno de 30 de Noviembre y 14 de Diciembre ultimos, habiaprocedido á nombrar Vicario interino hasta que se decida el pleito entre los Doctores Ma-riano Vintimilla y Pio Arteaga, y refleccionando que ninguno de los dos por quienes seemitieron los sufragios habia logrado la mayoria de conformidad con lo expuesto por elPromotor Fiscal, en una de las facultades que en Nos residen nombramos de Vicario Ca-pitular al Doctor Mariano Vintimilla.

Ni puede estar mas claramente expresada la voluntad del Metropolitano para quetubiesen cumplimiento las ordenes del Supremo Gobierno y los acuerdos de este Venera-ble Cuerpo en su cumplimiento como testigo presencial de las clamidades que afligen áesta Iglesia ni pueden estar mas calificadas dé insubordinacion del Señor Doctor Vintimillaá las primeras facultades del Ecuador en el orden espiritual y temporal, y consiguiente-mente es de urgente necesidad poner un dique á las nulidades que en la administracionespiritual sufre esta diocesis.

Que de los documnetos á que seremite en este informe al exponente se acompañe-copia certificada para que con vista de ella resuelva el Supremo Poder Ejecutivo en la Sa-biduria de sus consejos lo que crea mas conveniente al regimen de esta Iglesiaportegiendola en uso de la alta prerrogativa del Patronato tan recomendada por la cartanacional.

Con lo cual concluyó esta Acta y la firmaron de que doy fee.[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Bernardino de Albear [r] Andres Villamagan[r] Doctor José Antonio Arevalo [r] Doctor José Matias Arevalo Ante mi [r] Manuel OrtegaNotario Capitular...”

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AHCA/C. Cuenca. 1841. L. 2. fol. 72v. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 72v)... En la Sala Capitular de Cuenca a primero de Enero de mil ochocientos

cuarenta y uno. Los Señores del Venerable Dean y Cabildo hallandose reunidos en la enesta Sala Capitular dia señalado por la ereccion, para nombrar los oficios de estilo para elpresente año; procedieron a la votacion en la forma siguiente.- Para Juez Hacedor, resultoelecto por unanimidad de votos el Señor Dean Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez...

AHCA/C. Cuenca. 1842. L. 2. fol. 76-78. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 76)... Sobre la reasuncion de la Jurisdiccion

En la Sala Capitular de Cuenca en cuatro de Octubre de mil ochocientos cuarenta ydos, los Señores del Venerable Dean y Cabildo, hallandose reunidos en esta Sala Capitularcelebrando cabildp por ser Martes señalado por ereccion a saber El Señor Doctor JoseMaria de Landa y Ramirez dignidad Dean...

... Dijeron: Que teniendo á la vista el escrito del presbitero Jose Antonio Torres recla-mando del zelo del Venerable Cuerpo que hallandose suspenso el Señor Doctor MarainoVintimilla por el Señor Metropolitano de la Vicaria Capitular de esta Diocesis por un año,debia Su Señoria Venerable constandole de la intimacion legal dictad con el documentoque presenta reasumir el Gobierno de la diocesis mientras se nombraba quien lo desem-peñase, y en esta consecuencia, que se proveyese de nula á la incongruidad en que se ha-llaba.

Expresa el Señor Doctoral: Que segun su opinion y principios el Señor Doctor Ma-riano Vintimilla en el momento que se le hizo el auto de suspencion pronunciado por elSeñor Metropolitano en 16 de septiembre ultimo por medio del Señor Juez ComicionadoDean Doctor Jose Maria Landa y Ramirez, quedó en todo suspenso de la jursidiccion es-piritual...

.. El Señor Canonigo Andres Villamagan Dijo... (fol. 76v)... El Señor MaestrescuelaBernardino Alvear Dijo... El Señor Arcediano Dijo...

... (fol. 77) El Señor Dean Dijo evitar efujios que se pudiesen poner en duda la lega-lidad de sus pedimentos se habia abstenido de poner en conocimiento del Venerable Deany Cabildo la suspencion decretada por el Señor Metropolitano espedida legalmente alSeñor Doctor Mariano Vintimilla el beinte y ocho de septiembre ultimo como ha tenido lahonra de manifestarlo al Cuerpo con la lectura del oficio que tenia puesta con la fecha de28 de Septiembre antes de que fuese estado por el Superior Tribunal de la Corte de esteDistrito y con la contestacion que esta de la referida citacion dio el mencionado SuperiorTribunal de que no siendo el juez de la causa sino el Señor Metropolitano podia alzar lasuspencion decretada por la Superioridad dando cuenta con todo lo obrado como se letenia prevenido:

Que a consecuencia de esta circunspecta conducta el venerable Dean y Cabildopodia formarle cargo de omision ni el esponente sea responsable de la resolucion del SeñorMetropolitano ni de ello que Su Excelencia la Corte Superior de este Distrito la resolvieseen vista del recurso que fue introducido por el Señor Doctor Mariano Vintimilla de las re-soluciones del Señor Metropolitano ni del cumplimiento de ellas para ejecutar con obser-vancia de las leyes de la Republica correntorias de las de Colombia y de los canones quea nadie le es facil infringir sin el funesto ejemplo de desovedecer a las autoridades legal-mente constituidas haciendose acreedor por esta insubordinacion a las penas establecidaspor el codigo en los cargos (fol. 77v) de que hace mencion en su providencia de 28 de Sep-tiembre ultimo a que se remite pero que habiendo vaciado las circunstancias en virtud de

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reclamo hecho por el presbitero Josef Antonio Torres debe romper en silencio y obras enel presente negocio como uno de los individuos del Venerable Dean y Cabildo, en sus con-secuencias es de sentir que segun el documento presentado por el presbitero Torres sehalla suspenso por el Señor Metropolitano de la Vicaria Capitular de esta diocesis el SeñorMariano Vintimilla por un año a quien se le ha intimado legalmente y que en su virtuddebe reasumir el Govierno el Venerable Dean y Cabildo mientras que se resuelvan los re-cursos pendientes para consultar con esta medida la seguridad del ejercicio de la Juris-diccion Espiritual deviendo correr el nombramiento del Governador desde el momentoen que se resuelvan por las autoridades legales los recursos que haya intentado ó intentaseel Señor Doctor Vintimilla a quien no se le pueden subosbstruir sus defensas asi como nose puede dejar la Diocesis sin Pastor legitimo en cuyo caso se halla la de Cuenca que fiely obediente a sus juramentos no solamente reconoce, sino que obedece al Señor Metropo-litano segun la declaracion de las leyes preexistentes que nadie se haatrvido a contradecirhasta este momento.

Con lo cual se concluyó haciendola en este momento presente el Señor Doctoral quela Jurisdiccion Episcopal la ejercerá el Venerable Dean y cabildo mientras que llegue elcaso de que este mismo cuerpo nombre Gbernador, cuando siga suspenso el Señor Vinti-milla...

... Y se concluyó esta Acta y la firmaron deque doy fé.-[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Andres Villamagan [r] Bernardino de Albear [r] Doctor Julian Antonio Alvarez

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

ANEXO Nº 19

AHCA/C. Cuenca. 1836. L. 2. fol. 43. Cabildos Eclesiásticos. “(fol. 43)... Eleccion de Ofi-cios.

En la Sala Capitular de Cuenca en primero de Enero de mil ochosientos treinta yseis. Los Señores del Venerable Dean y Cavildo á saber Doctor Jose Maria de Landa y Ra-mirez Dignidad Dean...

... Hallandose juntos y congregados celebrando Cavildo Ordinario por ser dia seña-lado por ereccion para nombrar los oficios de estilo para el presente año Dijeron: Quedevia procederse a la votacion de Jueces Hacedores, y habiendo procedido a ella salieronelectos el Señor Dean y el Señor Pentenciario Doctor Jose Antonio Arevalo...

... Con lo cual se concluyó la presente acta, y la firmaron sus Señores por Ante mi deque doy fe.-

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Andres Beltran de los Rios [r] Jose Torres [r] Doctor Jose Maria Plaza[r] Jose Fermin Villavicencio

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

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AHCA/C. Cuenca. 1843. L. 2. fol. 79. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 79)... Elecciones

En la Sala Capitular de Cuenca en primero Enero de mil ochocientos cuarenta y tres,los Señores del Venerable Dean y Cabildo, que abajo suscriben hallandose reunidos paranombrar las personas del Venerable Cuerpo que sirven los oficios a esta Santa Iglesia Ca-tedral conforme es de uso y costumbre porcedieron unanimente á votar para...

... Clavero el Señor Dean.Con lo que se concluyó la presente y la firmaron Sus Señorias por antemi de que

doy fe.-[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Andres Villamagan [r] Bernardino de Albear [r] José Fermin. Villavisencio

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

AHCA/C. Cuenca. 1844. L. 2. fol. 84. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 84)... Nombramiento de oficios

En primero Enero de mil ochocientos quarenta y quatro. Hallandose reunidos enesta Sala Capitular el Señor Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez dignidad Dean...

... para nombrar los Señores que sirvan los oficios de esta Santa Iglesia Catedral con-forme és a uso y costumbre procedieron unanimente a la eleccion siguiente...

... para Jueces adjuntos al Señor Dean y al Señor Doctoral... Con lo que se concluyó esta Acta y la firmaron Sus Señorias de que doy fe.-[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez[r] Doctor Julian Antonio AlvarezEl mismo dia se elijió la junta de diezmos

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

AHCA/C. Cuenca. 1844. L. 2. fol. 84v. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 84v)... Nombramiento de comision

En la ciudad de Cuenca en diez y siete de Abril de mil ochocientos quarenta y quatro.Los Señores del Venerable Dean y Cabildo, hallandose reunidos en esta Sala Capitular ce-lebrando Cabildo Extraordinario por citacion del Señor Dean, Dijeron: Que recivida lanota de Su Excelencia de 8 del presente comunicado por el Señor Ministro de Gobierno áconsecuencia de la solicitud que este Venerable Cuerpo dirigió á su Excelencia el Presi-dente con mucho de suplicar el no giro á la renuncia que el Ilustrisimo Señor Doctor PedroTorres ha hecho de este Obispado; y penetrado en el Venerable Cuerpo de que una insi-nuacion racional seria acaso mas eficaz, que los reclamos por escrito, resolvio de comunacuerdo, que de su seno partiese una comicion la que lleba el unico objeto de poner todoslos medios posibles a fin de inclinar á Su Ilustrisima á la admision de las bulas expedidaspor Su Santidad contando con la cooperacion del Supremo Gobierno: y recayó nombra-miento para la comicion, por unanime consentimiento en los Señores Dean José MariaLanda y Ramirez, y Canonigo José Matias Orellana.-

Con lo que concluyó este acuerdo y lo firmaron de que doy fe

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[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez[r] Doctor Julian Antonio Alvarez

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...” AHCA/C. Cuenca. 1845. L. 2. fol. 85v. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 85v)... Nombramiento de oficios

En la Ciudad de Cuenca en primero de Enero de mil ochocientos y cuarenta y cinco.Los Señores del Venerable Dean y Cabildo, a saber El Señor Doctor José María de Landay Ramirez, Dignidad Dean...

... Hallandose reunidos en esta Sala Capitular celebrando ordinario señalado por laEreccion, para el nombramiento de los oficios de esta Santa Iglesia Catedral, procedieronunanimente á la eleccion siguiente.

... Para Procurador al Señor Dean...Con lo que se concluyó la presente Acta y la firmaron Sus Señorias por ante mi de

que doy fe.-[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez[r] Doctor Julian Antonio Alvarez

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

AHCA/C. Cuenca. 1845. L. 2. fol. 87-101. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 87)... Eleccion de Vicario Capitular

En la Ciudad de Cuenca en veinte y ocho de Junio de mil ochocientos y cuarenta ycinco. Los Señores Venerable Dean y Cabildo que aqui suscriben dijeron: Que haviendosehecho nueva votacion para el nombramiento de Vicario Capitular y de Monjas, segun loacordado el dia veinte y cinco del corriente, resultó del examen de las voletas, que siendoiguales en numero a los Señores Vocales habiendo reunido el Ilustrisimo Señor DoctorJosé Miguel Carrion tres votos, y el Señor Doctor Remigio Toral, otros tres para VicarioCapitular.

En este estado, se discutió... era la eleccion canonica oidos los dictamenes de lso Se-ñores Vocales, se vino en conocimiento que habia diferencia de opiniones sobre si el Ilus-trisimo Señor Obispo de Botren era el Vicario Capitular, segun la jurisdiccion sobre deesta Iglesia y otras de America, apoyandose en las dispocisiones canonicas, y de derechoReal, y habiendose expresado por uno de los Señores Vocales que para mayoresclareci-miento de la materia, fuese escrita la opinion que cada uno emitiese, dió principió á esteacto libre y espontaneo el Señor Doctoral...

... (fol. 88) El Señor Caninogo Matias Orellana Dijo... El Señor dijo Doctor AndresVillamagan... (fol. 89)... El Señor Maestrescuela dijo... (fol. 89v)... El Señor Arcediano dijo...(fol. 90)... El Señor Dean dijo: que a su modo de ver se han padecido en la delucidacionde este negocio, equivocaciones de hecho, y de derecho, que igualmente se han desviadode las desiciones canonicas y civiles como igualmente de las practicas observadas en igua-les casos en las Iglesias de America, desestimando la buena armonia que debe reinar entreambas potestades cuando el negocio se verza sobre el bien espiritual y temporal del terri-torio que a uno y á otro le esta encargado.

Cuando se asegura que el Ilustrisimo Señor Carrion, es Arcediano de Quito, no se

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tiene presente que solo goza la renta de aquella Silla, con asignacion (fol. 90v) hecha porel Papa, y por declaratoria del poder competente del Ecuador, para su congrua sustenta-cion sin necesidad de asistir á Coro, y las demas funciones canonicales, en cuyo caso esunicamente necesaria la residencia material y formal para llenar los deberes que imponeel Arzedianato que aunque es una verdad incuestionable de que el Ilustrisimo Señor Ca-rrion, no puede denegarse á servir al Ilustrisimo Señor Arteta, en los casos que lo ocupe,es visto ya no lo necesita, que han cesado las causas que lo movieron para pedirlo por suauxiliar de aquella Diocesis.

Privado el Ilustrisimo Señor Carrion como es publico y notorio de su congrua, asig-nada por la Santa Sede, reconocida y declarada por la Nacion, no reclamando, ni ocupadopor el prelado Diocesano, es visto que fue abandonada a si misma aquella ilustre victimapor sobstener los derechos de la Relijion y de los Pueblos que al fin han recobrado los hijosdel Ecuador á costa de los imensos sacrificios.

En tan aflictivas circunstancias, no pudo perder de vista el Ilustrisimo Señor Carrion,el derecho de la congrua en donde quiera que se le presentase, como que es preferente alos demas escritos: se fijó en Loja lugar (fol. 91) de su nacimiento; se halla dentro de suDiocesis, y por su orijen es Diocesano de él: de conseguiente se halla libre de toda trabapara ser Vicario Capitular, mientras que el Ilustrisimo Señor Obispo de Quito, no lo llamea servir la Coajutoria de aquella Diocesis, y el Govierno lo restituya la Congrua de sus-tentacion designada por la Cede Apostolica y de la Nacion, pues que si continua faltan-dole esta, tampoco se le puede obligar para Servir, pudiendo permanecer donde se laproporcionen.

Que aun cuando fuese sostenida por el Tridentino la eleccion de Vicario Capitularde esta Diocesis, hecha en el Ilustrisimo Señor Carrionni sostenido por las Cedulas Espa-ñola, ni por la practica de las Catedrales de America, reuniendo igualdad de votos un Ca-nonista y un Teologo, se incurre en infraccion de ley, suponiendo que con tres votos, siendoseis los vocales pueda haber eleccion, cuando para que se verifique está, es necesario queel candidato obtenga un voto mas, sobre la mitad del numero de vocales, de modo quepermitido, y no concedido que el Ilustrismo (fol. 91v) Señor Carrion fuese persona inhabil,el Venerable Dean y Cabildo, no habria hecho eleccion con tres votos.

Se falta a la buena armonia que debe reinar entre ambas Potestades, cuando el ne-gocio de que se trata, mira el bein espiritual y temporal, habiendo recomendado el SeñorGovernador de la Provincia en su apreciable nota del veinte y seis del corriente que laeleccion de vicario capitular no recayese directa o indirectamnte en persona comprometidacon la administracion que há espirado en el caso de tener relaciones que le liguen al DoctorMariano Vintimilla cuya desafeccion a la causa de los Pueblos es tan intensa y conocidahasta aqui a la letra las palabras del mencionado oficio.

Y siendo como es notorio él Doctor Remigio Toral há pertenecido a la sociedad quese estableció en esta ciudad para sobstener la constitucion y als leyes sancionadas por laconvencion del año cuarenta y tres y que es pariente en cuarto grado de sanguinidad conconlingencia al tercero del Doctor Mariano Vintimilla por haber sido segun se afirma pu-blicamente las abuelas hermanas del Señor Vintimilla y del Señor Toral, cabalmente la vo-tacion ha recaido despues de tener conocimiento de la citada nota en persona que nomerece la confianza del Gobierno, por lo cual se há falsado a la buena armonia que debereinar entre ambas potestades.

Por estos motivos es de sentir el esponente que el Ilustrisimo Señor Obispo Carriones Vicario Capitular de la diocesis y (fol. 92) y ya sea como testigo en concurencia..., ó por

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que el Doctor Toral hiso ahi reunido un voto sobre la mitad del numero de los vocales hapadesido equivocacion cuando se ha asegurado que con tres votos siendo seis; los sufra-gantes habia eleccion de Vicario Capitular.

En este estado dijo el Señor Doctoral... ... y de consiguiente el Señor Doctor Toral es Vicario Capitular canonicamente electo.

con lo cual concluyó esta Acta de que se pasará copia al Señor Gobernador de la Provinciaen contestacion a su estimable nota del veinte y tres del corriente, y la firmaron de quedoy fe.-

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez[r] José Matias Orellana [r] Doctor Andres Villamagan [r] Doctor Julian Antonio AlvarezSe sacó la copia prevenida y se pasó a la Gobernacion con el oficio de estilo.-

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...”

AHCA/C. Cuenca. 1847. L. 2. fol. 113v. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 113v)... Elecccion de oficios

En la Ciudad de Cuenca en primero de Enero de mil ochocientos y cuarenta y siete.Los Señores del Venerable Dean y Cabildo, a saber El Señor Doctor José María de Landay Ramirez, Dignidad Dean...

... Hallandose reunidos en esta Sala Capitular celebrando Cabildo ordinario señaladopor la Ereccion, para el nombramiento de los oficios de esta Santa Iglesia Catedral, proce-dieron unanimes á la eleccion siguiente. Para Juez Hacedor al Señor Dean...

... Para Obreros á los Señores Dean y Doctoral Con lo que se concluyó la presente acta, y la firmaron Sus Señorias por ante mi de

que doy fe.-[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez[r] Jose Matias Orellana [r] Doctor Julian Antonio Alvarez

Ante mi [r] Mariano Palacios

Escribano Publico y Notario Mayor...”

ANEXO Nº 20

AHCA/C. Cuenca. 1846. L. 2. fol. 103v-104. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 103v)... Sobre que se de poder al Señor Dean para que en las camaras representea esta de varios particulares consernientes a esta Iglesia

En la ciudad de Cuenca en catorce de Octubre de mil ochocientos cuarenta y seis.Los Señores del Venerable Dean y Cabildo que aqui suscriben, celebrando (fol. 104) Ex-traordinario... Dijeron que habiendo necesidad urgente de representar ante las HonorablesCamaras varios particulares consernientes al bien de esta Iglesia y de su Capitulo, tenianpor bien conferir los poderes amplios, sin limitacion alguna ál Ilustre Señor Dean de estamisma Iglesia Catedral Doctor José Maria de Landa y Ramirez para que con vista de lainstruccion acordada y de las que se le acompaña copia legalizada, proceda la voz, ó porescrito á las gestiones que considere conducentes á este objeto; saquese copia de esta Acta,y remitasele por el presente correo: la que firmaron que doy fe.-

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[r] Doctor Miguel Rodriguez [r] Jose Matias Orellana [r] Doctor Julian Antonio Alvarez

Ante mi [r] Manuel Ortega

Notario Capitular...” AHCA/C. Cuenca. 1847. L. 2. fol. 114v-118v. Cabildos Eclesiásticos.“(fol. 114v)... Elecccion de Vicario Capitular y de Monjas

En la Ciudad de Cuenca á dos de Febrero de mil ochocientos y cuarenta y siete. ce-lebrando Cabildo Ordinario los Señores que susbscriben... con el objeto de nombrar VicarioCapitular á consecuencia de lo ultimamente dispuesto por su Excelencia el Poder Ejecutivoen trese de Enero del presente año...

... emitiendo cada uno libremente sus opiniones sobre la materia (fol. 115)... que-dando de consiguiente por la disposicion de derecho, elegido Vicario Capitular y de Mon-jas de la Diocesis el mencionado Protonotario Doctor José Maria Riofrio, como que hareunido la mayoria de sufragios... El Doctoral dijo... (fol. 116)... El Señor Jose Matias Ore-llana dijo... (fol. 116v)... El Señor Arcediano Doctor Miguel Rodriguez dijo...

(fol. 117v) El Señor Dean Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez dijo: que a los fun-damentos con que los Señores, Canonigo Orellana y Arcediano Rodriguez han demos-trado hasta la evidencia que en ningun caso hubo omision por parte del Cabildo paranombrar Vicario Capitular de la Diocesis, le será permitido añadir, que obligando comoobliga en conciencia la observancia de lo dispuesto por la Santa Sede en materia de juris-diccion, como igualmente lo ha prevenido por las leyes civiles de la Republica, ni el Ilus-trisimo Señor Obispo de Quito es Metropolitano de Cuenca, ni esta reconocido como talen Ecuador por las disposiciones civiles el Ilustrisimo Señor Arzobispo de Lima; y de con-siguiente las gestiones que se han dirigido á uno y á otro no pueden producir efecto algunoen derecho.

No él Ilustrisimo Señor Obispo de Quito, por que la Santidad de Gregorio 16 há de-clarado en el breve que el mismo Ilustrisimo Señor Obispo há remitido á este Cabildo (fol.118) eximiendose de reconocer en el recurso que alguno de los Señores de este VenerableCuerpo le dirigieron, dispone el Sumo Pontifice en los negocios contensiosos conosca pro-visoriamente el Juez mas inmediato del Juez a quo; y no siendo mas inmediato el Ilustri-simo Señor Obispo de Quito del de Cuenca, es visto que en espiritu de error á dirijidoestos pasos que se han remediado en otros asuntos de que tubo conocimiento el VenerableDean y Cavildo de esta Santa Iglesia de lo dispuesto por el predicho Santisimo Padre Gre-gorio 16.

No del mismo modo al Ilustrisimo Señor Arzobispo de Lima, por que desconocidasu Autoridad por las Camaras, no le es facultativo al Venerable Dean y Cabildo de Cuencair contra aquella disposicion, reconociendo como juez competente al que ha declarado lanacion que no lo és.

De modo que aunque hubiese habido la negligencia, supuesta y no provocada, departe del Cavildo para elegir Vicario Capitular seria bastante en competencia de jurisdic-cion á donde han ocurrido lo que han disentido en opiniones para que se tubiesen porsubsistentes las elecciones anteriores de Vicario Capitular indicando permitido y no con-cedido, que fuesen legitimos jueces los Ilustrisimos Señores Obispos de Quito y Arzobispode Lima para conocer de la materia, basta la excusa del primero y el silencio del segundopor mas de un año, desde haber sido exitado para que conociese el negocio, par que rea-sumiese su jurisdiccion el cavildo supliendo la negligencia del ultimo segun el comun

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sentir de los Canonistas, entre los cuales debe tambien numerarse Graci de beneficiis: Con-trayendose todos a lo dispuesto por el Tridentino tanto en el caso de omision de parte delCavildo en la eleccion del Vicario Capitular, como de parte del Superior en no suplirla.

De modo que no se atiende en la obligacion que todos tenemos de obedecer las dis-posiciones Eclesiasticas y civiles, esta fuera de toda duda, que el Cavildo no ha padecidonegligencia en elejir Vicario Capitular, que aun cuando fueran Jueces legitimos para su-plirla los mencionados Ilustrisimo Señor Obispo de Quito y el Ilustrisimo Señor Arzobispode Lima (fol. 118v) demostrando como se halla la escusa del uno y la negligencia del otroPrelado, há podido y devido entrar en el ejercicio de sus atribuciones Conciliares, elijiendocomo lo ha verificado en este dia por mayoria de votos al Señor Protonotario Apostolicoal Doctor Jose Maria Riofrio para Vicario Capitular y de Monjas de la Diocesis.

Con lo que se concluyó esta acta, y la firmaron los Señores que se hallan presentesde que doy fe.-

[r] Doctor Jose Maria de Landa y Ramirez [r] Doctor Miguel Rodriguez[r] Jose Matias Orellana [r] Doctor Julian Antonio Alvarez

Ante mi [r] Francisco Javier Ortega

Notario Capitular...”

DOCUMENTOS Y BIBLIOGRAFÍA

– Cordero Íñiguez, Juan, Cuenca y el Diez de Agosto de 1809, Universidad Alfredo PérezGuerrero, Quit5o, 2009.– Revista La Unión Literaria. Varios números.– Solano, Vicente, Obras completas, La Hormiga de Oro, Madrid, 1890, 4 vols.–Terán zenteno, Carlos, Índice Histórico dela Diócesis de Cuenca, Editorial Católica de J. M.Astudillo Regalado, Cuenca, 1947.– Tobar Donoso, Julio

- LIBRO COPIADO DISPUESTO POR LOS SEÑORES DE ESTE CAVILDO ECLECIAS-TICO SEGÚN LA ACTA DE 5 DE MARZO DE ESTE AÑO DE 1799 (LIBRO DEACTAS NUMERO UNO DEL CABILDO ECLESIÁSTICO DE LA DIÓCESIS DECUENCA) 1799 – 1830.

- DOCUMENTOS DE LOS OFICIOS DEL DR. JOSÉ MARÍA DE LANDA Y RAMÍREZArchivo Histórico de la Curia Arquidiocesana de Cuenca (AHCA/C) AÑO DE 1814.

- LIBRO DE ACTAS NUMERO DOS DEL CABILDO ECLESIASTICO DE LA DIOCESISDE CUENCA. 1831 – 1852. DOCUMENTOS DE LOS OFICIOS DEL DR. JOSÉ MARÍADE LANDA Y RAMÍREZ. Archivo Histórico de la Curia Arquidiócesana de Cuenca(AHCA/C). AÑO DE 1831.

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EL TENIENTE GENERAL DON TORIBIO MONTES CALOCA Y PéREz

Enrique Muñoz Larrea

Cuando desembarcó en Guayaquil el 21 de junio de 1812 el recién as-cendido a teniente general, el rango más elevado dentro del ejercito real,don Toribio Montes nombrado Comandante General del Reino de Quitoy Presidente de su Real Audiencia, era un general colmado de méritosdentro de los Reales Ejércitos españoles.

Don Toribio Montes Caloca y Pérez había nacido en el pueblode Mamés situado en la montañas de la provincia de Santander en elaño de 1749,  como fue segundón de un hogar hidalgo, no tenía otro fu-turo que entrar al servicio de la Iglesia o la milicia, en la que se alistó ala edad de 15 años en calidad de cadete, ingresando al  Regimiento deInfantería del Príncipe destinado en Orán en el que permaneció hastael grado de Capitán.1

En su hoja de vida consta que combatió con valor en  la expedi-ción de Argel de 1775 donde fue herido, en el bloqueo de Gibraltar de1779, en la reconquista de la isla de Menorca a los ingleses en el año de1781 y en la guerra de 1793 contra los franceses en la cual se tomaron laprovincia  francesa del Rosellón,2 allí fue ascendido al grado de  coro-nel  en 1795 por méritos de guerra y dos años después a Brigadier.

Participó en la llamada guerra de las “Naranjas” contra Portugalen 1801, después con su regimiento pasó al Campo y Línea de Gibraltarhasta la llegada del propietario el general don Francisco Xavier Casta-ños. En el año de 1802 le ascendieron a mariscal de Campo y el 26 deabril de 1804 fue nombrado Capitán General e Intendente del ejércitode la Isla de Puerto Rico donde permaneció casi cinco años.

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1 Siendo coronel y Jefe del Batallón de infantería de Murcia recibió en julio de 1789 al casi niñocadete José de San Martín,  más tarde Libertador de América.

2 La Convención francesa de 1793 declaró la guerra a España, Inglaterra, Austria y a otros es-tados europeos. En 1795 se firmó entre Francia y España un Tratado de Paz, llamado de Basi-lea   que significó el fin de la conocida “como la guerra del Rossellón” o guerra de laConvención, que enfrentaba a ambos países desde 1793. Esta guerra, aunque se había iniciadode forma favorable para los intereses españoles,  después había supuesto un duro revés con  lainvasión  francesa del territorio español por Cataluña, Vascongadas y Navarra (llegando in-cluso a ocupar Miranda de Ebro.

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Como gobernador de la Isla se preocupó por la cultura y edu-cación, le cupo la honra de la fundación de la imprenta traída de la islacontigua de San Thomas y la publicación de la Gaceta de gobierno, pri-mer periódico de Puerto Rico. El 17 de septiembre de 1805 decretó laobligatoriedad que todos los niños de edad escolar tenían que acudir ala escuela.

En 1808 al tener noticia de  la invasión de los franceses a España,sin tener autorización  de la  Corte, armó una expedición con el fin dereconquistar la parte española de la Isla de Santo Domingo (Haití), en-tregada a Francia por el tratado de Basilea de 1795. “Salió de aquelpuerto con la tropa necesaria, artillería, pertrechos y un bergantín ar-mado en guerra que se compró al efecto, seis lanchas cañoneras, lostransportes y víveres precisos, consiguiéndose  después de varias accio-nes, y puesto sitio a la plaza, hacer prisionera a toda la guarnición, quese componía de más de mil ochocientos hombres, tiempo después se re-cibió la Real orden aprobando todos los gastos ocasionados.

A su salida de la Gobernación de Puerto Rico fue encomiado dela siguiente forma: “el gobierno de los militares fue, en la mayoría delos casos, despótico y absolutista durante el siglo pasado. Hombrescomo Toribio Montes o Rafael Primo de Rivera, preocupados por el bien-estar de la Isla o por la igualdad entre sus hombres son, lamentable-mente, una excepción”.

Habiendo solicitado regresar a España para servir contra losfrancesas  remitió 1.200 pesos  de donativo para la guerra y se le destinócomo subinspector general de las tropas veteranas de milicias de Infan-tería y caballería del Reino del Perú y Gobernador de la  plaza y puertodel Callao de Lima, trabajo que desempeñó un año y nueve meses hastaque fue nombrado por Real despacho de 1ro. de noviembre de 1811 Pre-sidente de la Real Audiencia de Quito y general en Jefe del ejército deOperaciones,3 en sustitución de don Joaquín Molina que pasó a Limasin destino, quedando encargado de la Presidencia el Brigadier don Mel-chor Aymerich, gobernador de Cuenca.

El 3 de enero de 1812 el Consejo de la Regencia le asciende a te-niente general y con ese grado arriba a Guayaquil el 21 de junio de 1812al mando de 3974 hombres de tropa con sus respectivos oficiales, cuyo

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3 Archivo General Militar de Segovia, España. Sección 1ra. Legajo 3939.4 El batallón de trescientos efectivos que el general Montes trajo de Lima se componía de 202

soldados del regimiento del infante don Carlos, 106 de las milicias veteranas de Lima y 89 dela milicia de pardos también de Lima.

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viaje y equipamiento fue costeado gracias a la donación de 100.000 pesosque hizo el Consulado de comerciantes de Lima. En Guayaquil se unió  ala expedición el coronel don Juan Sámano que estuvo de guarnición ende Santa Fe, de la que venía huyendo luego que los patriotas santafere-ños depusieron en el cargo al virrey don Antonio Amar y Borbón; a estoshombres se unieron 418 de la Milicias Urbanas de Guayaquil y 1.860 delas Milicias de Cuenca, el general Montes entraba a “Pacificar” las pro-vincias de Quito al mando de 2.675 hombres sobre las armas, a más de1.000 indios que fueron reclutados en calidad de porteadores.

Al iniciar la campaña de pacificación don Toribio Montes or-denó que las milicias de Aymerich se unieran a las tropas veteranas quetrajo de Lima a más de las que tomó en Guayaquil; se encontraron  enel pueblo de San Andrés y dispuso que el  brigadier Aymerich fuese susegundo y tome el mando de las tropas veteranas y que  el coronel JuanSámano dirija a las milicias cuencanas.

Retrocedamos dos años a la entrada de Montes a Guayaquil,para repasar brevemente la excursión militar que la Junta de Quito envióa Cuenca para tratar de someter a su autoridad a esa realista ciudad.

Después de la pequeña zalagarda entre las fuerzas patriotas almando de don Carlos Montúfar y las realistas bajo la conducción de donMelchor Aymerich que tuvo lugar en el sitio llamado Paredones en lasproximidades de Cañar la madrugada del 17 de febrero de 1811, antelas noticias que corrieron sobre el “triunfo” patriota, se produjo una tra-gicomedia entre las autoridades realistas: el presidente don Joaquín Mo-lina abandonó la ciudad y presentó la renuncia de su cargo al Cabildode Cuenca, la que fue aceptada; el obispo viendo que el Ayuntamientole aceptó la renuncia al presidente, huyó a Guayaquil ciudad en la quepermaneció largo tiempo; la pequeña guarnición que custodiaban la ciu-dad ante el miedo que tenían a los quiteños, también “pusieron pies enpolvorosa”, el Cabildo cuencano invitó a Montúfar a que entre en paz ala ciudad, ofrecimiento que no fue aprovechado. Luego de verse lascaras por 15 días Montúfar y Aymerich, cada cual “cogió las de Villa-diego”, Montúfar a Quito y Aymerich a su gobernación en Cuenca a es-cribir  informes a la Junta de Regencia de España sobre sus “brillantestriunfos sobre las fuerzas patriotas”, que a vuelta de correo le llegó elascenso a Brigadier

Un año más tarde y en mismo el mismo sitio, las tropas patriotasestuvieron frente a frente con las realistas, esta vez al mando del coman-

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dante Feliciano Checa que al saber este la entrada de Montes a Guaya-quil, se replegó a la ciudad de Riobamba para contener a los cuerpos re-alistas de Guayaquil y Cuenca.

Las bisoñas fuerzas patriotas de Checa que tenían por misióncontener a la fuerzas realistas del general Montes tuvieron una carácterheterogéneo, eran indisciplinadas, sin entrenamiento, no contaban conla ayuda de un “pie veterano” que consistía en que en cada pelotón ocompañía esté al mando de un oficial y sargento veterano que servía deconsejero, guía y soporte a este “ejército” inexperto, como así se acos-tumbraba en ese tiempo al inicio de un reclutamiento de nuevas levasde milicianos, hasta que al cabo de un tiempo en que recibían una ins-trucción adecuada sobre las artes de la guerra, se les considere vetera-nos.5 “Esta campaña, la más importante de cuantas antecedieron, fuesin embargo la menos arreglada (organizada), porque jefes, oficiales, clé-rigos y frailes, ocupados solamente en juegos y todo género de orgías,no hacían caso alguno de la moral, de su deber ni del enemigo que yalo tenían encima. En son de descubrir campo (patrullar), los oficialesiban y volvían de aquí para allá, visitando en esta hacienda, dando enotras serenatas al rasgueado de guitarras o estableciendo garitos por loscontornos del mismo campamento”.6

El comandante patriota Checa estaba concentrado en Riobambaa cargo de una fuerza de 2.900 hombres, muchos de ellos se decían de“cuchillo y palo” porque eran las únicas armas con que contaban, y anteel avance de las tropas reales hacia Guaranda se replegó a Mocha consi-derando que era una posición más ventajosa para enfrentar al enemigo.

Después de varias escaramuzas,  el ejército real burla las defen-sas patriotas  y entra en Mocha, igualmente elude las establecidas sobrela quebrada de Jalupana en Latacunga, gracias a la ayuda de americanosrealistas que conocían la orografía del terreno, se presentan en las gote-ras de Quito que la toman el 7 de noviembre de 1812 con la pérdida de70 hombres en ambos bandos y numerosos heridos

La entrada de Montes  estuvo presidida de toda clase de rumo-res “ sobre los crímenes y desafueros” que venían cometiendo a su paso

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5 El significado de veterano dentro del ejército español, no tenía que ver con la edad, sino conla preparación y entrenamiento para desempeñar la función de cualquier puesto dentro delejército.

6 Pedro Fermín Cevallos. Historia del Ecuador. Tomo VII, Editorial Tungurahua. Ambato 1972.Pág. 9.

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las tropas realistas, y los que pensaban en el escarmiento que podíahacer con los habitantes de Quito; tal fue el pánico que se apoderó, quemuchas personas, algunas ordenes religiosas, incluso de clausura, conel obispo al frente, abandonaron la ciudad, más, las medidas que tomóel nuevo Presidente fueron las acertadas y justas para obtener la recon-ciliación y tranquilidad a la provincia.

El general Montes debió estar bien enterado de los aconteci-mientos en la Audiencia de Quito y seguramente pensó en no caer enlos mismos errores que incurrieron los anteriores Presidentes. El come-tido de su gobierno era pacificar al país y tranquilizar los ánimos tantode los patriotas exaltados como de los realistas efervescentes. Le favo-reció a su propósito de pacificación  el “triunfo” de las fuerzas realistascuencanas  en Verdeloma y la división de los patriotas quiteños, y, frenteal estado de rebeldía que se encontraba el país, tenía que resolver pri-mero militarmente esa situación y luego adoptar otras  medidas de go-bierno…

Después de los aislados desafueros del ejército realista en su en-trada en Quito, Montes mandó a contener tales abusos y a devolver losobjetos del pillaje. Trató de calmar a la población por medio de bandosexhortándoles volver a sus casas sin ningún temor, a excepción de unalista que comprendían una cincuentena de nuestros padres patriotas, alos que les impuso fuertes contribuciones económicas, a no pocos leshizo prisioneros, les confinó y desterró; al final de su mandato estaspenas fueron levantadas.

Inmediatamente de la toma de Quito el general Montes envióal coronel Sámano en persecución de los restos del derrotado ejércitopatriota que se había replegado hacia el norte; otra vez surgió la desa -venencia  por el mando de las milicias entre el coronel Francisco GarcíaCalderón y Carlos Montúfar, no se llegó a ningún acuerdo y cada unoobraba según su criterio.

Diversas circunstancias obraron en la derrota patriota en Ibarra:la desavenencia e ingenuidad de los mandos, la falta de preparación ydisposición de ánimo de las milicias quiteñas, propició para que Sámanoocupara Ibarra ante las desbandada de las fuerzas patriotas, las persi-guió tomó prisioneros al coronel Francisco Calderón, al comandanteManuel Aguilar y al comandante de caballería Marcos Guillón, nacidoen Francia y avecindado en Guayaquil. Luego de un juicio sumario fue-ron fusilados Calderón y Aguilar y don Marcos Guillón sufrió la bárbara

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pena de muerte por la horca. Con esta inhumana acción quiso Sámanodar un golpe de efecto para apagar en el pueblo quiteño sus inquietudeslibertarias.

Hay una mancha en la administración de Montes cual fue la eje-cución cruel y sanguinaria de don Nicolás de la Peña Maldonado y desu mujer doña Rosa Zárate, héroes epónimos de las luchas libertariasde 1809; después de la batalla de Ibarra huyeron hacia Esmeraldas y enPlaya de Oro fueron tomados prisioneros ejecutados por la espalda ycortadas sus cabezas el día 14 de julio de 1813,  fueron remitidas a Quitodonde fueron expuestas en la Recoleta de la Merced y en la Plaza Mayor.

Montes envió a Sámano, elevado ya al grado de brigadier, a pa-cificar a Popayán que había sido tomada por el presidente Masuera, re-clutó a entusiastas realistas en Pasto y en el  Patía y formó una brigadade más de 1.800 hombres, todos ellos devotos y animosos de servir a  lasarmas reales. Ocupó Popayán, Cali, Buga, Quindío, Ibagué venciendouna y otra vez al francés  teniente coronel Servies que estaba al frentede las tropas republicanas.

Sámano estableció sus reales en la población de Cartago en es-pera de la propuesta de paz que don Toribio Montes había enviado a laJunta de Bogotá, adjuntándoles la nueva Constitución de Cádiz. Esta larechazó y nombró presidente a don Antonio Nariño teniente general delejército republicano para que prosiga la guerra. Salió hacia el sur y lederrotó al Brigadier Sámano en el sitio llamado Calivio el 15 de enerode 1814, en vista de esta pérdida y ante las quejas que recibió sobre losdesafueros, pillaje de las tropas de Sámano contra las personas de la pro-vincia,  fue reemplazado por el  mariscal de campo don Melchor Ayme-rich. Sobre este hecho Montes escribió “Todo proviene de no haberobservado el brigadier Sámano mis órdenes y prevenciones, y proce-diendo sin política con los vecinos de un país que se prestaron gustososa recibirlo antes que entrara en él, pues deseaban sacudirse de los malesque sufrían, han padecido robos saqueos y atropellamientos, sin oírlessus justas quejas y reclamos…”7 Para finales de 1814 y una vez derro-tado Nariño, ya estaban pacificadas las provincias del norte.

En el mes de mayo de 1813 el presidente Montes recibió lanueva Constitución española que fue promulgada por las Cortes Gene-rales de España el 19 de marzo de 1812. Los quiteños la recibieron y ju-

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7 Ibídem.

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raron  con indiferencia, ya que para ellos  era irreversible el concepto deindependencia de España; hasta ese entonces  sus reivindicaciones eranla igualdad de oportunidades con los peninsulares para acceder a la ad-ministración del gobierno, la libertad de comercio y otras exigencias me-nores, la figura del Rey como tal, nunca fue discutida, ahora, como yalo proclamaron en 1809, creían que la soberanía residía en la nación yno solamente desechaban la monarquía absoluta, sino que desconocíansu autoridad, tal era la idea unánime de los patriotas americanos queregaron con su sangre los campos de Venezuela, Nueva Granada y lasellaron en Pichincha, años más tarde.

Ante la política de conciliación del presidente Montes, el gober-nador Aymerich, el obispo de Cuenca y el brigadier Sámano que perte-necían a la “línea dura” pusieron muchos reparos a los electores ycandidatos a regidores que se iban a presentar a la elección del CabildoConstitucional, de acuerdo con las nuevas leyes; a ellos se sumaron Fro-mista, Arteaga y otros realistas tales como don Ramón Núñez del Arco,doctor Andrés de Villamagan, Calixto y Muñoz etc.. Así, Aymerich lohace conocer a la Regencia, en un extenso documento que escudriña acada uno de ellos por su participación en los anteriores pronunciamien-tos libertarios. El presidente Montes se queja a la Regencia: “que el bri-gadier gobernador de Cuenca don Melchor Aymerich vertiendo especiesen la tropa y protegiendo la insubordinación hasta el extremo de expre-sar planes sobre invadir mi persona y despojarme del mando. Misera-bles, conocen poco mis recursos, el país, sus intereses, los de la nación,sus ideas y los poderosos motivos que me han hecho obrar para reuniren el Cabildo Constitucional a los hombres más pudientes de mejor fe,de una influencia decidida, queridos por el pueblo, y por consiguientelos únicos que deben fijar la opinión, contener el desorden y cimentarel nuevo sistema realizando los deseos de la nación.”8 Magistral la lec-ción de estadista. Si España se hubiese esmerado en elegir a los funcio-narios que enviaron a América y nos habría mandado unos Montúfar,Carondelet, Montes o Mourgeón la suerte  común pudo ser distinta, porlos menos nos hubiéramos ahorrado tantas muertes y dolor, ya que laindependencia, que era inevitable, se la pudo alcanzar en otra forma.Como dijo Rubén Darío: “hay mil cachorros sueltos del León español”que querían su libertad.

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8 José Gabriel Navarro. La Revolución de Quito del 10 de agosto de 1809. Quito 1962. Pág. 468.

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Voy a citar al correcto historiador don Pedro Fermín Cevallosdel juicio que hace del gobierno de don Toribio Montes:

El general Montes  es otro de los gobernantes de tino y discreción, dequien puede gloriarse la nación española: pues, aunque fueron muchossus actos de severidad con los vencidos, respecto de contribuciones, pri-siones, confinamientos y destierros, también tuvo contemplaciones ycondescendencias que dulcificaron la suerte de nuestros padres, obte-niendo en recompensa mantener la pública tranquilidad. Se puso comohombre de mundo a la altura de las circunstancias del pueblo vencido,y penetrando con acierto la conducta que debía seguir obró con tantaprudencia, que todos sus contemporáneos confiesan haberse debido ex-clusiva- mente a su habilidad y procedimientos suaves la pacificaciónde esta provincia.

Veamos lo que manifiesta el general Montes de su gestión:

Habiéndome nombrado S.M. Presidente de la Real Audiencia deQuito, cuyo Reino se hallaba en insurrección entré en la Capital atra-vesando repetidas veces la cordillera de los Andes a fuerza de armas,el día 7 de noviembre de 1814, conseguí su pacificación, estableciendoel gobierno en todos los ramos de aquellas provincias que comprendenmás de trescientas leguas, donde permanecí hasta el 26 de julio de 1817que entregué en la mayor tranquilidad el mando al teniente generaldon Juan Ramírez, habiendo sostenido durante aquel tiempo con latropa del ejército a su cargo, diez y nueve acciones de las que dio opor-tunamente testimonio al Ministerio de la Guerra por conducto del vi-rrey del Nuevo Reino de Granada, en las cuales se apresaron más detres mil fusiles, setenta cañones de todos los calibres, mil pares de pis-tolas y un considerable número de lanzas, sables, espadas y las muni-ciones y pertrechos correspondientes…Por real Orden de 14 de octubre de 1815, se dignó SM concederme laGran Cruz de la Orden Americana de Isabel la Católica y las conde-coraciones militares de San Hermenegildo y San Fernando el 26 de fe-brero de 1817.

Al término de su mandato salió de Quito el 26 de julio de 1817y llegó al puerto de Cádiz el 29 de abril de 1819 después de dos años de

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viaje. Una vez que se presentó al ministro de Guerra en Madrid, fue de-signado  vocal de las Suprema Asamblea de las  Órdenes de Isabel laCatólica y la de San Fernando y el 20 de junio de 1820 fue nombradovocal de la Junta Militar de Indias.

Habiendo cumplido 72 años de edad y acreditado 63 años, 9meses 18 días de servicio en los Reales Ejércitos, solicitó su retiro a laciudad de Murcia.

Cuando el deber nuevamente lo llamó al servicio en el año de1823 se encargó del mando militar de la provincia de Murcia, debido aque  las autoridades constitucionales abandonaron la ciudad cuando en-traron en España las tropas aliadas, llamados los 100.000 hijos de SanLuís, para sostener al tambaleante rey Fernando VII. Estuvo al mandode la provincia hasta que fue reemplazado el 31 de diciembre de 1827.

El 13 de abril de 1828 solicita al Rey que le autorice el trasladoa Madrid, ya que no le sienta bien el clima de Murcia por ser “salitrosoy de malas aguas”, causándole este temperamento mucho perjuicio a susalud, sin embargo, dice, el clima de Madrid ha sido siempre bueno yha disfrutado de él.

No sabemos que le retuvo en la ciudad de Murcia, puede serque se agravó su estado de salud, lo cierto es que el Capitán General delEjército de Valencia y Murcia da el parte al Secretario de Estado y deldespacho de Guerra del fallecimiento del teniente general don Toribiode Montes en la madrugada del 1 de enero de 1829, a la edad de 79años.9

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9 Archivo General Militar de Segovia, España. Legajo M-3939.

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ORÍGEN DEL DR. ANGEL POLIBIO CHAVES, FUNDADOR DE LA PROVINCIA DE BOLIVAR

Gregorio César de Larrea

EL APELLIDO CHAVESLos especialistas expresan que Chaves, con “s”, no con “z”, es antiguoy noble linaje, originario de Portugal, de donde pasó a España, entron-cando con ilustres familias.

Chaves, en Portugués, singifica “llaves”. En España fundaronvarias casas: una de ellas en Ciudad–Rodrigo (Salamanca); otra, en Tru-jillo (Cáceres), de la que dimanaron los Condes y Duques de Noblejas;otra, en Badajoz; una adicional en Segovia, de la que procedieron losMarqueses de Quintanar; y otras en Burgos y en Teruel. (Consultado enInternet.- Ver Bibliografia).

Algunos títulos nobiliarios españoles han sido ostentados porel apellido Chaves, a saber: Marqués de Bermudo, extendido en 1869 aDon Juan Ignacio de Chaves. Conde de Casa Chaves (1815) a Don JoséMauricio de Chaves y Mendoza. Duque de Noblejas (1829) para DonMariano del Amparo de Chaves y Villarroel. Marqués de Quintanar(1714) a Don Pedro de Cháves y Girón. Conde Santibañez del Ríoi (1689)para Don Diego Godínez y Brochero, que en 1974 sucedió Doña MaríaCristina Gallego de Chaves y Escudero. (González–Doria, Fernando,Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reyes de España).

Una rama de la casa de Ciudad–Rodrigo pasó al Perú, en la per-sona de Gómez de Chaves, natural de dicha población, cuyo nietoGómez de Chaves y Gómez, natural de Lima, ingresó a la Orden de San-tiago el 20 de Noviembre de 1632.

En España, igualmente, hubo múltiples caballeros de este ape-llido que probaron nobleza la ingresar a las distintas Ordenes Nobilia-rias (Consultado en Internet.- Ver Bibliografía).

El Genealogista, Dr. Fernando Jurado Noboa, opina que la fa-milia del Dr. Angel Polibio Chaves “pasó de extremadura a Riobambahacia 1640 y de aquí a Chimbo por 1680, para aparecer posteriormenteen Guaranda” (Vega y Vega, Wilson C, Angel Polibio Chaves, Fundador

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de la Provincia de Bolívar, Colección SAG, vol. 116, Quito, 1997, pg. 11).Su tronco habría sido el Maestre de Campo Don Juan de Chaves Hino-josa, Caballero de Santiago, nombrado Corregidor de Guayaquil, cargoal que renunció para ser Corregidor de Riobamba desde 1642. (FreileLarrea, José, Don Juan de Hinojosa y Chaves, Corregidor de Riobamba,en la Revista CENIGA, vol. 9, Julio 1991, pg. 29-53).

El autor del presente artículo ha logrado rastrear los ancestrosdel Dr. Angel Polibio Chaves, documentadamente, desde inicios delsiglo XVIII, en Guaranda, como se verá a continuación.

Alférez don Leonardo de Chaves.- Poseía el grado de oficialmilitar de Alférez y usaba el “don” propio de las élites. En Guaranda, el25 de Enero de 1723, el Alférez Leonardo de Chaves, vecino del pueblode Guaranda, se obliga a pagar al Capitán don Juan Bautista Plasarte,vecino de Guayaquil, residente en Guaranda, 600 pesos de a ocho, porel arrendamiento de las Rentas Decimales (Cobranza de Diezmos) delos pueblos de San Lorenzo y sus anejos, para el año1723. (Guaranda,Notaría 1ª, Protocolos 1702-1763, f.140v.). Casó con doña Juana Lópezde Galarza, viuda del Sargento Mayor don Dionisio Camacho. (Gua-randa, Not.1ª, Protc.1778-1789,f.149v:13 Abril 1780).

Don Leonardo Chaves y Galarza.- Asistió enormemente a sumadre en sus enfermedades, en su hacienda Catanaguán, por lo que enGuaranda, el 13 de Abril de 1780, ella cede a su hijo don Leonardo Cha-ves y Galarza, 6 caballerías de tierra (Guaranda, Not. 1ª, Protc.1778-1789,f.149v: 13 Abril 1780). don Leonardo Chaves era hermano de donSebastián Chaves y Galarza. En Guaranda, el 18 de Agosto de 1781, donSebastián y don Leonardo Chaves y Galarza eran albaceas y herederosde doña Juana Galarza, ya difunta. Su madre dejó la estancia Capito, entérminos del pueblo de San Lorenzo, en la jurisdicción de Guaranda.(Guaranda, Not. 1ª, Protc.1778-1789,f.234v: 18 Agosto 1781).

Don Leonardo Chaves y Galarza poseía 4 caballerías en el vallede Catanaguán, en términos del pueblo de Chapacoto, en la jurisdicciónde Guaranda (Guaranda, Protc.1ª, 18 Agosto 1781,f.234 v.). Don Leo-nardo Chaves y Galarza testó en Guaranda, el 29 de Marzo de 1791 yotorgó codicilo el 1º de Abril de 1791 (Guaranda, Not.1ª, Protc.1790-1801,f.51 y 54). Declaró ser hijo legitimo de don Leonardo Chaves y doñaJuana Galarza, ya difuntos. Fue casado con doña Tomasa Gonsales. Tuvolos siguientes hijos:– Don Bernardo Chaves y Gonsales.- Estudió en el Real Colegio de San

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Fernando, en Quito (Ver codicilo de su padre). Vivía en 1791.– Don Casimiro Chaves y Gonsales– Don José Chaves y Gonsales.- Vivía en 1791.– Doña Antonia Chaves y Gonsales.- Difunta en 1791. Casó con N. Pas-

miño y tuvo 2 hijos legítimos: don Antonio y don Juan Pasmiño Cha-ves.

Al casarse, su mujer, doña Tomasa Gonsales, aportó al matri-monio “el sitio donde moro” y una casa. Dejó, al morir, una estancia lla-mada Catanaguán, comprada a doña Juana Galarza; ahí, él fabricó unacasa.

Don Leonardo Chaves y Galarza era compadre de don José Ri-vadeneyra. Fueron testigos de su testamento: don Juan Camacho Cha-ves, don Andrés Chaves y don Pedro Galarza.

Por otra parte, don Sebastián Chaves y Galarza, hermano dedon Leonardo, testó en Guaranda, el 7 de Febrero de 1789 (Guaranda,Not 1ª, Protc.1778-1789,f.676). Don Sebastián declaró ser natural de Gua-randa; hijo legítimo de don Leonardo Chaves y doña Juana Galarza, ve-cinos que fueron de Guaranda, ya difuntos. Casó con doña MargaritaLeón, quien no llevó dote al matrimonio. Tuvieron 9 hijos, de los cualesa la fecha vivían 5: Toribio (clérigo diácono), Pablo, Antonio, Rosa c.c.don Pedro Chavarría (Guaranda, Not1ª, Protc.1790-1801,f.34) y MaríaChaves León (doncella).

Don Sebastián Chaves y Galarza con su esposa compraron laestancia Pucará. Su fundo, Pucará y San Miguelito estaba ubicado entérminos del pueblo de Guanujo. Lo compraron a doña María Camachoc.c. don Ramón Cano, en 350 pesos (Guaranda, Protc. 1º, 11 Agosto1789,f.709).

En Guaranda, 4 de Febrero de 1779, don Juan Martínez, vecinode Guaranda, dice que don Gregorio Martínez es vecino de Quito. Ex-presa que otorgó poder a don Gregorio, y en esa fecha lo sustituye condon Sebastián Chaves, vecino de Guaranda (Guaranda Not.1ª,Protc.1778-1789). Además, en Guaranda, el 3 de Agosto de 1779, donFernando Arroba restituye poder en don Sebastián Chaves (Guaranda,Not. 1ª, Protc.1779,f.26).

Una hija de don Sebastián Chaves y Galarza, llamada doña RosaChaves y León declara, en Guaranda, el 13 de Junio de 1798, ser viudade don Pedro Chavarría. Era vecina de Guaranda. Vende un potrero lla-mado Suruguayco, que lo compró a doña Leocadia Roca, situado en tér-

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minos del pueblo del Guanujo (Guaranda, Not. 1ª, Protc. 1790-1801,f.530).

Don Sebastián Chaves y Galarza poseía en 1781 una estancia enel pueblo del Guanujo, que la compró a doña María Camacho en 350pesos (Guaranda, Protc. 1º, 18 Agosto 1781, f. 234 v).

Don José Chaves y Gonsales.- Que aparece en los documentos,también como don José Martínez de Chaves, apellido usado segura-mente en honor de algún antepasado.

En Guaranda, el 30 de Diciembre de 1779, don José (Joseph)Martínez de Chaves, vecino de ese asiento, vende a Marcelo Tello, ve-cino del pueblo de San Lorenzo, más o menos una caballería de tierrasen el territorio de Induzi, que compró en público remate de los bienesde Asensio Quirós, contra los que siguió causa ejecutiva don Xavier dela Puente (Guaranda, Not. 1ª, Protc. 1766-1798).

En Guaranda, el 27 de Agosto de 1783, encontramos a don JoséChaves, vecino de Guaranda, actuando jurídicamente (Guaranda, Protc.1º, 1778-1789,F.324).

En Guaranda, el 12 de enero de 1789, doña Tomasa Gonsales,viuda de don Leonardo Chaves, dice que su marido vendió una caba-llería de tierra y estancia, en el valle de Catanaguán, a su hijo don Joséde Chaves, en 100 pesos (Guaranda, Not. 1ª, Protc.1790-1801,f.499v.).

En Guaranda, el 13 de Febrero de 1836 se nombró, al “ciuda-dano” José Chaves, tasador de un fundo de la ciudadana Sebera Ga-larza. (Guaranda, Not.1ª, Protc.1835-1838,f.10).

El ciudadano don José Chaves testó en Guaranda, el 22 de No-viembre de 1836. (Guaranda, Not.1ª, Protc.1835-1838,f.10). Había casadoen primeras nupcias con doña Elena Rivadeneyra, hija de don José Ri-vadeneyra. tuvieron 18 hijos de los cuales al momento vivían 2:

Don José Chaves Rivadeneyra.- Su padrino fue el Dr. don Prós-pero Vásconez, cura de Guanujo. Casó con doña María Coloma.

Doña Ana Chaves Rivadeneyra.- Casada con el ciudadano An-tonio Camacho.

Su padre declara que a su hija doña Ana le ha entregado 1.700y más pesos; y a su hijo don José ha entregado 793 pesos y reales (Vercodicilo de don José Chaves de 24 de Noviembre 1836). Tomaron sus 2hijos, los terrenos llamados Catanaguán.

Declaró que en el mismo sitio de Catanaguán poseía 8 caballe-

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rías de terreno. Decía además tener como sus hermanos a: don Bernardo, don

Casimiro y doña Antonia Chaves.Durante un primer matrimonio construyeron 2 casas: una de

altos y otra de bajos.Casó en segundas nupcias con la Señora Manuela Arregui Mar-

tínez, hija legítima de don José Arregui y doña Rosalía Martínez. Pro-crearon 8 hijos, de los cuales vivían, al momento 3: Doña Teresa ChavesArregui, Don Benedicto Chaves Arregui, Doña Trinidad Chaves Arre-gui.

Con su segunda esposa compraron la estancia Guangoliquín en150 pesos.

El ciudadano José Chaves otorgó 2 codicilos en Guaranda: el 23de Noviembre de 1836 y el 24 de Noviembre de 1836 (Guaranda, Not.1ª,Protc.1835-1838, f.60 v. y f.61 v.).

Existe una escritura hecha en Guaranda por el ciudadano Ma-riano Barriga, como albacea de don José Chaves, de algunas cuadras deterreno, a favor de Benancio Rivas, en 36 pesos (Guaranda, Not.1ª,Protc.1835-1838, f.68 v.).

En Guaranda, el 5 de abril de 1837, existe una escritura de fianzaque hace la ciudadana Ana Chaves, a favor de su marido el ciudadanoAntonio Camacho, por 200 pesos, para que entre en el “destino de con-ductor de balijas” (Guaranda, Not.1ª, Protc.1835-1838, f.73).

En Guaranda, el 3 de Marzo de 1838, la Señora Ana Chaves c.c.ciudadano Antonio Camacho, y los ciudadanos: Mariano Alegría, JoséManuel, Joaquín, Lisardo Carbajal, dan fianza al ciudadano FernandoCalero, que remató en este año el Diezmo de la Parroquia de Guanujo,en 1.330 pesos.

Don Benedicto Chaves Arregui.- Hijo legítimo de don JoséChaves y Gonsales y doña Manuela Arregui Martínez. Casó con doñasoledad del Pozo Lombeida. Hijo:

Doctor don Angel Polibio Chaves del Pozo.- Nació en Gua-randa el 22 de Febrero de 1855. “Abogado, militar, político, poeta y pe-riodista. Fundador de la Provincia de Bolívar en 1884 de la que fue suprimer Gobernador”. Falleció en Guaranda, el 11 de Septiembre de 1930(Vega y Vega, Wilson C. Angel Polibio Chaves, Fundador de la Provincia

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de Bolívar, Colección Sociedad de Amigos de la Genealogía, SAG,vol.116, Quito, 1997,287p.p.).

Se graduó de abogado en Cuenca. En 1882 se enroló en el Ejér-cito Restaurador que combatía contra la dictadura del Gral. Ignacio deVeintemilla, obteniendo el Grado de Coronel. Colaboró con gran nú-mero de diarios y revistas, y fundó por lo menos diecinueve periódicos.En 1883 fundó el diario “Los Principios”, que fue el primero publicado,regularmente, en Quito. Fue Concejero Municipal en Guaranda, Secre-tario del Consejo de Estado, Director del Colegio Militar, Director de Es-tudios de Pichincha, Subsecretario de los Ministerios de RelacionesExteriores y de Hacienda, Diputado y Legislador, miembro de muchasasociaciones nacionales y extranjeras. Publicó numerosos libros y folle-tos. (Pérez Merchant, B., Diccionario Biográfico del Ecuador, Quito, 1928,515 p.p.). Había casado con la distinguida dama Doña Juana Ramírez.

DATOS SIN FILIAR SOBRE CHAVES EN GUARANDA– Dr. don Hipólito Machado de Chaves: En Guaranda, el 9 de Abril de

1734, el Alférez Bernardo Sánchez Barragán, vecino de Guaranda,otorga poder al Dr. don Hipólito Machado de Chaves, cura del Pueblode San Miguel (Guaranda, Not.1ª, Prot.1702-1767).- Datos sobre la fa-milia Machado de Chaves constan en el artículo de Gregorio César deLarrea, intitulado Don Gabriel de Vera y Aragón, Corregidor de Lata-cunga, y su familia, publicado en la Revista del Centro Nacional deInvestigaciones Genealógicas y Antropológicas, CENIGA, vol.15, Julio1997, Quito, pag.175-177. Desconocemos si se trata de la misma familiaChaves del Dr. Angel Polibio Chaves.

– Don Joseph (José) y doña Leonor Chaves: Eran vecinos de Guarandaen el siglo XVIII. (Guaranda, Not.1ª, Protc.1702-1767,f.623).

– Doña Manuela Chaves: En Guaranda, el 20 de abril de 1764, era ya di-funta. Casada con don Antonio Exsila, también difunto (Guaranda,Not.1ª, Protc.1778-1789, f.23. Foja suelta dentro del libro). Doña Ma-nuela Chaves: tenía como hija legítima en 1789 a doña Josefa ExcilaChaves (Guaranda, Not.1ª, Protc.1778-1789, f.704v.).

DATOS SIN FILIAR SOBRE CHAVES EN RIOBAMBA– En Riobamba, el 1 de Abril de 1675, Matías de Chaves de la Costa era

mercader. (Riobamba, Arch. Histórico Casa de la Cultura, Not.1ª,Protc.1674-1679, f.361, caja 41).

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DATOS SIN FILIAR SOBRE MARTINEz EN GUARANDA– Entre las familias de Guaranda, Martínez es una de las que descendía

el Dr. Angel Polibio Chaves.– Gaspar Martínez: Testamento, 13 de Mayo de 1642 (Guaranda, Not.

1ª, Protc.1625-1637 y 1637-1653, f.42.- Libro mal empastado): Constaque era vecino de Quito, residente en Chimbo, natural de Aranda deDuero, en Castilla la Vieja, Reino de España; hijo legítimo de AmaroMartínez y María Albarez, hidalga. Tenía de caudal en la Ciudad delos Reyes (Lima), 512 pesos de a 8. Llevó paños, como mercader, aLima. Casado primero con María Reguero. Tuvo 6 hijos: 5 varones y 1hembra, llamados: Fray Gaspar, Fray Bartolomé, Fray Antonio Martí-nez, los 3 de la Orden de Santo Domingo. Otro, José Martínez; y unamás. La hija, Isabel Martínez. Todos ellos vivían en Quito. La esposarecibió de dote 1.800 pesos en plata y ajuar. Casó segundo, despuésde enviudar, con doña Isabel de Figueroa, ya difunta. Tuvo 1 hijo, yafallecido. Su segunda esposa no llevó dote al matrimonio. Nombra he-rederos a sus hijos José e Isabel Martínez.

- Don Gregorio Martínez de Valmaseda: En Guaranda, el 24 deJulio de 1778, era vecino de Quito, transeúnte en Guaranda. Da poder adon Juan Josef (José) Martínez, vecino de Guaranda (Guaranda, Not.1ª,Protc.1778-1789, f.18).

- Maestro don Josef Joaquín Martínez y Camacho: en Guaranda,el 9 de Octubre de 1779, declaró ser bisnieto legítimo de Nicolás Cama-cho.

En Guaranda, el 16 de Octubre de 1779, expresó: que don Ma-nuel de Arregui poseía la hacienda Quinchoa, en términos de Guaranda,que heredó de sus padres. Están impuestos en ella, 1.000 pesos a censo,por Francisco Sánchez Albarado. Este censo lo reclama don José JoaquínMartínez y Camacho, descendiente legítimo de Albarado.

El Maestro don Josef Martínez pretende Ordenes Mayores ypide esa capellanía.

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BIBLIOGRAFÍA

– Vega y Vega, Wilson C., Angel Polibio Chaves, Fundador de la Provincia de Bolívar,Colección de la Sociedad de Amigos de Genealogía, SAG, vol.116, Quito, 1997, 287p.p.

– Pérez Merchant, B, Diccionario Biográfico del Ecuador, Escuela de Artes y Oficios,Quito, 1928, 515 p.p.

El internet cita las siguientes fuentes:– Nobiliario de Armería, por Miguel de Salazar.– Nobiliario, de Onofre Esquerdo.– Libro de Linajes y Armas del Reino de Aragón, por Juan del Corral– Armas y Blasones, de Jerónimo Bolea.– Historia de la Casa de Silva, por Luis de Salazar y Castro.– Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía Española.– Armorial Portugués, de Santos Ferreira.– Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reinos de España, por Fernando Gonzá-

lez Doria.– Angel Polibio Chaves, Fundador de la Provincia de Bolívar, Colección Sociedad

Amigos de Genealogía, SAG, vol. 116, Quito, 1997, 287 p.p.– Don Juan de Hinojosa y Chaves, Corregidor de Riobamba, por José Freile Larrea,

en Revista del Centro Nacional de Investigaciones Genealógicas y Antropológicas,CENIGA, vol. 9, julio 1991, Quito, pg. 29-53.

FUENTES PRIMARIAS CONSULTADAS– En Guaranda, Archivo de la Notaría Primera, fueron revisados totalmente los si-

guientes libros de Protocolos, que no tienen índice.- 1702-1767, 1766-1798, 1778-1789, 1790-1801, 1835-1838- En Guaranda, Archivo de la Notaría Primera, fueron revisados parcialmente los

siguientes libros de Protocolos, que no tienen índice:- 1603-1622 (Este libro contiene también protocolos de otros años, por ej. de 1674.- 1625-1637 y 1637-1653 (Contiene también los Protc. de 1656-1657, 1640-1643 y

1660).- 1632-1637- 1682-1686

– En Riobamba, Archivo Histórico de la Casa de la Cultura, fueron revisados par-cialmente los siguientes libros de Protocolos que pertenecieron a la Notaría Pri-mera:

– Caja 30: 1647-1649, Caja 32: 1650-1653, Caja 35: 1656-1660, Caja 36: 1658-1661, Caja38: 1646-1663, Caja 41: 1674-1673.

AGRADECIMIENTOAl Doctor don Gonzalo Chiriboga Chaves y al Doctor don Martín Chiriboga Chaves.Al doctor don Angel Escudero Vásconez, Notario Primero del Cantón Guaranda, porhaberme permitido revisar los libros antiguos de Protocolos.

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DISCURSOS

ACADÉMICOS

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ACOTACIONES SOBRE LA MASACREDEL 2 DE AGOSTO DE 1810

Gustavo Pérez Ramírez

Sea lo primero, muy grato y sentido, expresar mis más sinceros agrade-cimientos a las directivas y miembros de número de la Academia Nacio-nal de Historia, por mi ascenso a individuo de número. Para mí es muyhonrosa, si bien en extremo generosa esta decisión por lo que representaesta prestigiosa y centenaria Academia, que tiene a su haber pléyadesde notables historiógrafos, desde su egregio fundador, Federico GonzálezSuárez, hasta nuestros días, con un ilustre director como el actual, Dr.Juan Cordero Íñiguez e inmediatos antecesores, Doctores Manuel deGuzmán Polanco, Plutarco Naranjo Vargas, Jorge Salvador Lara, todosde muchos méritos intelectuales y humanos, y con historiadores de latalla del Doctor Jorge Núñez Sánchez, quien tan gentilmente me ha dadola bienvenida, y de Fray Agustín Moreno Proaño, para no citar sino unospocos, que han sido estimulo constante para mi labor de historiador.

Acepto tan alta distinción sin pretensión alguna, consciente deque no soy sino un ratón de archivos, hemerotecas y bibliotecas. Comotal doy prioridad a la investigación sobre documentos primarios, a laluz de un paradigma historiográfico analítico, crítico, no elitista, enbusca de conocer y servir mejor a este gran país al que tanto debo, co-menzando por haber encontrado en la quiteña y talentosa escultora, FinaGuerrero Cassola, la mujer de mis sueños, con quien, por lo demás, hequedado incorporado a la historia viva del Ecuador, por tener como sue-gro, al coronel Virgilio Guerrero Espinosa, líder destacado de la LigaMilitar de la Revolución Juliana, nombrado por la Junta Provisional,Intendente General de la Provincia del Guayas, donde adelantó merito-ria labor, que lo llevó, meses después, a ser nombrado secretario de laJunta. Y por parte del bisabuelo materno de Fina, quedé relacionado conel sabio Carlo Cassola, pionero en Ecuador de la enseñanza de la Quí-mica y Física en el colegio Vicente León de Latacunga. De ambos he es-crito sus biografías con base en documentación primaria, y siguiendo

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* Discurso de incorporación como miembro de número de la Academia Nacional de Historiadel Ecuador-Quito octubre 18 de 2010.

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el referido paradigma. Mi reto y empeño es seguir colaborando en eldesarrollo de la historiografía del Ecuador.

Para el discurso de posesión, que prescriben los estatutos, he es-cogido un tema ampliamente estudiado por los historiadores, desde loscronistas de la Independencia, Manuel José Caicedo, Agustín Salazar yLozano, Pedro Fermín Cevallos, hasta nuestros días, pero que no sepuede dar por agotado, como es propio de la investigación crítica; losigo explorando, a la par con otra investigación a la que me referiré másadelante, habiendo terminado la investigación sobre la Revolución deQuito, en base a nuevos documentos que traje del Archivo HistóricoRestrepo de Bogotá, para cuya lectura fue valiosísima la cooperacióndel paleólogo Fray Agustín Moreno, y que, gracias al Prefecto Provincialde Pichincha, Gustavo Baroja Narváez, y al Director Cultural, Raúl PérezTorres, se acaba de publicar dentro de la colección Cochasqui, paradonar a los colegios e Instituciones de la Provincia de Pichincha.

El tema que propongo ahora a su consideración es la Masacre delos Héroes y Heroínas de la Independencia del 2 de agosto de 1810, quecon motivo del luctuoso Bicentenario, hemos estado conmemorando. Lovengo estudiando para hacer visibles a quienes han quedado en el olvidobajo el rótulo de “menos notables”, o sea desde la perspectiva de esa “otrahistoria” que la brasileña-americana, Teresinka Pereira, Presidente de laAsociación Internacional de Escritores y Artistas, define poéticamentecomo “la cadena de acontecimientos invisibilizados o negados, pero quede modo intermitente emerge a la superficie como episodios multiformesde resistencia a la par, impugnadores y salvacionistas”, o sea dando elprotagonismo al pueblo, como lo hizo en los Estados Unidos el historiadorHoward Zinn, fallecido a comienzos de este año.

En su aclamada La otra historia de los Estados Unidos, traducida avarios idiomas, y que en 2003 fue galardonada con el “Prix du MondeDiplomatique” Zinn se propuso mostrar la Historia de los Estados Uni-dos vista por el pueblo trabajador, en vez de la visión de las elites polí-ticas y económicas, y reconocer que fue el pueblo, “ordinary people”,el que protestó contra el genocidio de los aborígenes americanos, y cons-truyó los movimientos que lograron acabar con la esclavitud, que creóel sindicalismo y ha luchado contra las discriminaciones, insistiendoen los ideales expresados en la Declaración de la Independencia.1

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1 Hower, Zinn, “A people´s History of the United States, 1492-Present”, Perennial Classics, 1980,New York, N.Y. En español “La otra historia de los Estados Unidos”.

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Entre nosotros, el historiador Jorge Núñez ha sido explícito enregistrar la acción de la gente del común, en particular, con respecto alcaso que nos ocupa, sobre el cual afirma y demuestra que la revoluciónla inició y la hizo el pueblo, y que los marqueses llegaron después, lla-mados por el mismo pueblo, pero no fueron ni motivadores ni líderesde ese acto fundacional en esa noche gloriosa. Así lo dejó consignadoen el prólogo que honra mi libro sobre la Historia del Acta de la Inde-pendencia de Quito del 10 de agosto de 1809 que FONSAL publicó elaño pasado en esplendida edición.

Otros historiadores, sin embargo, han ignorado al pueblo lle-gando a decir que la Revolución de Quito de 1809 fue de los Marqueses,esencialmente aristócrata, si bien, entre ellos, “de modo intermitente”emerge a la superficie” la consideración del pueblo.

Respecto al pasado, el historiador Salvador Lara, en su carta aManuel María Borrero, lo felicitó por ser el primero en ocuparse del pue-blo, aunque lo rectificó en su segunda carta, habiendo comprobado quela originalidad de reivindicar la participación popular en el 10 de agostode 1809 ha correspondido a historiadores y escritores anteriores , comoal P. José María Le Gohuir S.J. en 1920, y a otros sucesivamente. Y hayque señalar que Agustín Salazar y Lozano, en sus Recuerdos de la Revo-lución de Quito 1809 celebra que se hubiera contado “con la disposiciónde un pueblo que había repetido pruebas de aspirar a lo grande y dis-tinguido, casi todo con ideas tradicionarias desde la Conquista en ordena su felicidad e Independencia”.2

Por cierto, la Academia Nacional de Historia, a instancias de susub director, Fray Agustín Moreno, se propone reescribir la historia deEcuador en 45 volúmenes, con una visión integradora como corres-ponde a la nueva metodología historiográfica.

En la primera parte de esta exposición, presentaré algunos re-sultados de la investigación sobre los mártires del 2 de agosto, que hevenido adelantando en busca de quienes han quedado relegados al ol-vido. En la segunda parte me referiré a lo que propongo..

Inicié el análisis en la Plaza de la Independencia de Quito, anteel monumento a los héroes, que en la peana de la parte posterior ostentauna inscripción en granito, ya borrosa, que reza Nómina de los próceres

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2 Agustín Salazar y Lozano, Recuerdos de la Revolución de Quito 1809, en Cronistas de la Indepen-dencia de la República, Biblioteca Ecuatoriana M’nima, Quito ,1960, Editorial J.M. Cajica, PueblaMéxico, p.l99.

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de la Independencia ecuatoriana asesinados alevosamente en Quito en su propiaprisión el 2 de agosto de 1810.

Albán Larrea y Guerrero JuanAguilera Nicolás Melo VicenteArenas Juan Pablo MiderosAscázubi Francisco Javier Morales Juan de DiosCajas Manuel Olea AnastasioGodoy Peña Antonio

Al lado derecho, se añadieron, quizás posteriormente, otrospróceres: Quiroga, Riofrío, Salinas Juan, Tobar, Villalobos, Vinueza José.

Aún con el añadido, me sorprendió una nómina de sólo 18 pró-ceres, en la que, ciertamente, no están todos los que son, ni aparente-mente son todos los que están, como lo pensé inicialmente al leer lainscripción, pues Albán, Mideros y Godoy no aparecen en listas poste-riores.

Sin embargo tratando de esclarecer el enigma, encontré quePedro Fermín Cevallos menciona a este trío, que junto a Mosquera, Mo-rales y dos hermanos de apellido Pazmiño, formó parte de los atacantesal cuartel de Lima bajo el comando del capitán Landáburo.3 Y añade que

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3 Pedro Fermín Ceballos, Resumen de la Historia del Ecuador desde su origen hasta 1845, 2ª edición,Imprenta de la Nación, Guayaquil, 1886, tomo III, pp.68-69 y Carlos de la Torre y Reyes, La

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en prisión “fueron muertos Miderosy Godoy; y que Albán, mal herido,logró escapar”.4 Eran hijos del pue-blo.

El Albán que encabeza lanómina citada, es Manuel Albán,quiteño. Pudo escapar por el bo-quete abierto en la pared del cuartelpor el cañón de los militares santa-fereños.5

Por otra parte, en el facsí-mile del acta de la Independencia,hay un Diego Mideros, quiteño, delBarrio San Roque, entre los que eli-gieron al Marqués de Orellana, aun-que no aparece entre los firmantes,y no por omisión del escribano, quesería comprensible, pues se trata de una de las copias del acta, dondeademás aparece dos veces la firma de Nicolás Vélez,6 cuya explicaciónencontré en la confesión que, ante el Oidor Felipe Fuertes, hizo Vélezdiciendo que “firmó por el barrio San Sebastián, pero estampó su firmaotra vez cuando faltaba el representante de San Marcos”.

En cuanto a Godoy, encontré que su nombre aparece con la ini-cial M. citado en Próceres de la Independencia, como “uno de los 7 hijosdel pueblo” que comandados por el capitán Landáburo, “en arranquede patriotismo sublime, resolvieron libertar a los prisioneros sin másarmas que puñales”.7

José Antonio Quevedo, en la Revista de la Escuela de Literaturade 1887 describe los actos de heroísmo de este trío, calificando de entu-siasta a Albán, hercúleo a Mideros y valiente a Godoy. Éste murió sobre

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Revolución de Quito del 10 de agosto de 1809, Banco Central del Ecuador, colección Historia XIII,Editorial Ecuador, 1990, p.475.

4 Ibidem, p.476. 5 Ver su reseña en Próceres de la Independencia del colombiano Manuel de Jesús Andrade, Tipo-

grafía de la Escuela de Artes y Oficios, Quito 1909, p.11. Manuel María Borrero se inclina a su-poner que se llamaba Mariano, uno de los asaltantes al cuartel Real de Lima y que salió herido.

6 Manuel María Borrero, La Revolución Quiteña 1809-1912, Quito, Editorial Espejo, 1972, p. 49.7 Me refiero al facsímile de la copia del acta, pues en versiones como la de Carlos de la Torre

Reyes, si aparece, pero sin fundamento alguno. Ver Op.Cit., p.215. También aparece dos vecesel nombre de Manuel Romero.

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la cureña del cañón, mientras Mideros, corriéndole la sangre por la cara,con las piernas y un brazo despedazados, arrimándose en el cañón y elcadáver de Godoy disparó un fusil, gritando algo balbuciente ¡mueranlos chapetones! Y remató a un oficial antes de sucumbir él mismo heroi-camente.8

Respecto a Tobar, a pesar de que se le ha considerado como unade las víctimas del 2 de agosto en los calabozos,9 debe quedar aclarado,como lo destaca el historiador Hernán Rodríguez Castelo, que murió enGuayaquil según dos estrofas del Cántico Lúgubre:

¿A quién no ha de consternar,El término lastimoso

Que tuvo en un calabozo,El caballero Tobar?

De Cuenca al de GuayaquilDonde espiró desgraciado,Fue conducido engrillado,Pasando desdichas mil.10

Resulta entonces acertada la nómina de los próceres que el Ar-chivo Nacional tan oportunamente publicó en 2007 con anticipación alas celebraciones del Bicentenario de la Independencia, en el Nº 33 desu Boletín, cuya fuente es la inscripción del Monumento y en la que seomite a Tobar. 11

En 1923, C. de Gangotena y Jijón había publicado su lista de“Los muertos del 2 de agosto de 1810”, un poco más corta, en ella enu-mera sólo 13 próceres, incluyendo dos nuevos nombres, José Gonzálezy Carlos Betancourt, y excluyendo a Villalobos, Vinueza y a Tobar.12

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8 Manuel de Jesús Andrade, Op.Cii., p.1619 Citado por Costales Alfredo y Dolores, Insurgentes y Realistas, La Revolución y la Contra revo-

lución Quiteñas, 1809-1822, FONSAL, Quito, 2008, pp. 185-187.10 Manuel de Jesús Andrade, Op. Cit,. P.385.11 Boletín de la Academia Nacional de Historia, N° 183, p.201.12 Boletín del Archivo Nacional, La Revolución de Quito 1809.1812, Edición especial, N° 33, 2007,

p, 23.

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En la Sala Capitular del Convento de San Agustín se encuentraotra lista de los Próceres de la Revolución de Quito, en la que se enu-meran 14 nombres, incluyendo el de Tobar.

Con motivo del Bicentenario, el historiador Enrique Muñoz La-rrea, contribuyó con una nueva lista de los mártires del 2 de agosto de1810, publicada en el Boletín de la Academia de Historia, edición espe-cial, que marca un hito en las conmemoraciones bicentenarias. Habríaque incorporar a Mideros, Godoy y a varios más que van surgiendo delanonimato, de los cuales llevo identificados más de media docena.

Por dar un ejemplo, la pareja constituida por el ambateño Ma-riano Castillo, y su novia guayaquileña, Manuela Valdés, ambos deci-didos luchadores por la Independencia. Manuela murió el 2 de agostoen la prisión tratando de salvar a su novio; él sobrevivió fingiendo estar

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muerto. El joven Mariano “de gallardo parecer, valiente y de lúcido en-tendimiento”, como lo describe Cevallos, prisionero por haber estadoen la reunión del complot y acompañado a Antonio Ante a Carondeleten la madrugada del 10 de agosto, fue herido de bala en la espalda yempapada la vestimenta con su sangre , aparentó estar muerto. Soportóimpasible 10 bayonetazos; llevados los cadáveres por los religiosos aSan Agustín, Castillo dio muestras de vida y fue auxiliado.13 Los reli-giosos lo mantuvieron oculto por varias semanas hasta que se repusototalmente de sus heridas. Cuando llegó a Quito el Comisionado RegioCarlos Montúfar, se sumó a sus campañas militares.

Posteriormente realizó la campaña libertadora del Sur hastatriunfar en Pichincha. Después fue a Lima donde el 6 de Enero de 1827,se sumó a la revolución. Finalmente fue a Piura donde en medio de ladepresión por la desunión de los patriotas, se suicidó.

Sería injusto no mencionar a Manuela Valdés entre los mártiresde ese día, como descalificar a Mariano Castillo y a Manuel Albán porhaber sobrevivido, como a otros por ser menos notables.

A este respecto debo señalar, que en 1863, M. Cuevas había pu-blicado su propia corta lista de mártires “Salinas, Morales, Quiroga, Are-nas, Ascázubi, Aguilera, Peña, Vinueza, Larrea y Guerrero, Cajias,Vi lla lobos, Olea, Melo” a la que le añadió “y otros menos notables”.

Destaco esta última frase, que considero infortunada, pues antela muerte, que fue igualmente cruel, alevosa e injusta para todos los pró-ceres sin excepción, es de esperar un trato con equidad para los “menosnotables”. Todos dieron su vida por la Independencia y a todos les de-bemos igual homenaje. Es un ejemplo de lo que criticamos, entendibleen el contexto de los años de que data este comentario, cuando la his-toria no registraba la acción de la gente del común. Encontré en Cevallosla misma referencia a “otros menos notables”.

Hay que seguir desempolvando archivos, pues los nombres detodos los héroes merecen ser visibilizados y honrados sin distinción declase social ni de género.

Manuel de Jesús Andrade, en el prólogo a su libro Próceres de laIndependencia escribe: “creíamos no pasar de doscientos y el número depróceres excede de setecientos. Si hay algunos que no lo son, más seránlos que faltan”.

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13 Boletín de la Academia Nacional de Historia, Vol. VI, 1923, p.154.

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El número de insurgentes que fueron sacrificados el 2 de agostoes superior a las listas que se tienen. Según William Bennet Stevenson,el número de los prisioneros confinados en las celdas fue de 72, “muchosde los cuales estaban sujetados con grillos y fueron sacrificados”, de loque se deduce que los que lograron escapar a la muerte no pudieronconstituir una mayoría; muchos fueron liberados, pero algunos no qui-sieron huir.14

Sabemos por un testigo presencial, el provisor Doctor ManuelJosé Caicedo, que pasando con el Obispo por la calle de la Compañía,un soldado les gritaba desde una ventana: “Ya estamos bien, porque lospresos todos, menos el Doctor Castelo, ya murieron”, y que el soldadoBarrantes había gritado como loco: “Maten quiteños, desde el obispopara abajo, maten a todos”.15

Entre los prisioneros, debieron encontrarse muchos de los 36que firmaron el acta de la Independencia, todos varones, gente delcomún en buena parte, representante de los 6 barrios del Quito de en-tonces. De esa lista sólo se han destacado como héroes sacrificados a As-cázubi, Villalobos y Melo.

No es inapropiado suponer que, si no todos los firmantes delActa fueron apresados, sí debieron ser muchos más que los tres identi-ficados, habida cuenta de la implacable cacería que por orden del pre-sidente de la Audiencia de Quito, Conde Ruíz de Castilla se llevó a cabo,bajo pena de muerte, a quien encubriese a un reo, después de que fuerepuesto en su cargo en octubre de 1809, traicionando sus promesas, yfiel a lo que fue como militar, comandante del pelotón que ejecutó aTupac Amaru II en 1780, lo que lo puso en la mira del Rey para sus fu-turos ascensos.

Cacería que se extendería a los numerosos ciudadanos que antesdel 16 de agosto estuvieron firmando su adhesión al acta,16 que segúnArechaga fueron unos 8 mil, más de la cuarta parte de la población del

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14 Pedro Fermín Cevallos, Op.Cit. p.68.15 Manuel José Caicedo, Viaje imaginario por las provincias limítrofes de Quitoy regreso a esta capital,

en Cronistas de la Independencia de la República, Biblioteca Ecuatoriana Mínima, Quito, 1960,Editorial J.M. Cajica, Puebla México, p76-.

16 Carlos de la Torre y Reyes, Op.Cit., p.236: “para el 16 de agosto contaba el incipiente gobiernocon muchas adhesiones escritas de entidades oficiales y particulares, que, al aprobar con efu-sión el cambio de régimen político, prometían su concurso para llevar adelante la revolu-ción”.

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Quito de entonces. Por algo el Teniente Coronel Fernando Bassantespidió matar a todos los quiteños, desde el Obispo para abajo.17

Carlos de la Torre y Reyes escribe que en el trascurso de esamisma mañana (del 10 de agosto) en el cuartel siguió la recolección defirmas para apoyar al movimiento subversivo”.18 Nicolás Vélez confesóque recogió alrededor de 70 firmas.

En el Archivo General de la Nación en Bogotá, encontré el ori-ginal de una de las despiadadas órdenes, con la lista de los encargadosde la persecución a los insurgentes:

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17 Carlos de la Torre y Reyes, Op. Cit., p.482.18 Carlos de la Torre y Reyes, Op. Cit., p.214

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Lista de los sujetos, comisionados para la prisión de los insurgentes.

+ Don José de Checa, para prender al marqués de Selva Alegre, y lostres cuñados de Quiroga con 18 hombres.El sargento Manuel Bedón, a Manuel Ceballos y José Vinueza con 2hombres.

+ Don José Vergara, a Don Juan Pablo Arenas con 4 hombres+ Don Antonio García, a Don Javier Montufar y Don Manuel de Angulo

con 2 hombres.+ Don Luis Cifuentes a Juan Antonio Rivadeneira y Toribio Ortega con

4 hombres.+ Don Miguel Ponce, a Pacho Organista (Francisco Guzmán) y Pedro

Veintemilla con 4 hombres.+ Don José Miño, a Don Nicolás Vélez, con 2 hombres.

Don Juan Salvador, a Antonio Ante con 4 hombres.Don Andrés Salvador, a Javier Sambrano con 4 hombresDon Antonio Aguirre, a Don Juan Ante con 6 hombres.

+ Don Manuel Aguilar, a los eclesiásticos D. José Correa, D. José Anto-nio Castelo, y D. Pablo Espejo con 6 hombres.

+ Don Francisco Aguirre, a Don José Riofrío con 12 hombres.+ Don Vicente Aguirre, a D. Antonio Pineda con 6 hombres,

Don Víctor de San Miguel, a D. José Corral y D. José Padilla con 2hombres.El Oficial Marino de Cajas Reales, D.N. Galárraga, a Juan Pablo Berra-zueta, con 2 hombres. Don Francisco Campana, a D. Joaquín de la Barrera y Vicente Pare-des con 6 hombres.

Quito y Diciembre de 1802. Firmado Fuertes.

Este documento es de gran interés, no sólo por ser testimoniode la persecución a quienes firmaron el acta, sino también por documen-tar la magnitud de la cacería humana, habiéndose destacado a 84 hom-bres al mando de 16 encargados para llevar a prisión a 28 insurgentes,

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entre los cuales se encontraban 4 eclesiásticos: José Correa, cura de laparroquia de San Roque, José Antonio Castelo, cura de la parroquia deEl Sagrario, Pablo Espejo, y José Riofrío, cura de Pintag. De Antonio Cas-telo, el historiador Hernán Rodríguez Castelo anota que fue al menosuno de los que escapó.19.

En esta, que es una de varias listas, aparece en primer lugarcomo candidato para la prisión Manuel de Angulo, el primero en la listade los que firmaron el acta, junto con los demás firmantes del Barrio dela Catedral, Antonio Pineda, Manuel Ceballos, Joaquín de la Barrera,Vicente Paredes y Juan Ante y Valencia. Le siguen Nicolás Vélez, quienfirmó por los barrios de San Sebastián y San Marcos y Toribio Ortega,quien firmó por el barrio de Santa Bárbara.

Manuel María Borrero, trae otra larga lista de 124 insurgentespatriotas, advirtiendo que fue formulada por el Fiscal Tomás Arechagay mandada a fijar en todos los pueblos de la presidencia y hasta en losVirreinatos de Nueva Granada y del Perú para que fuesen capturadospor reos de Estado.20 La cito porque Borrero aclara que publicó la lista

…para que sus nombres ignorados sean inscritos en las páginas glo-riosas de los héroes de nuestra Independencia; pues todos ellos y losmás de humilde cuna, fueron hijos de esta tierra ecuatoriana, a la quequisieron libertar y redimir del yugo peninsular”. Y añade, “ya quetambién, casi todos ellos, fueron mártires y víctimas ignotas sacrifica-das en aras del patriotismo en el campo del combate o en la persecucióny torturas con que les sancionó cruelmente la reacción española, sinque se haya podido consignar sus nombres en columna alguna porquelas páginas escritas de Historia los ha ignorado. 21

Encontré también en El Archivo Histórico Metropolitano deQui to en la Circaciana, las actas de reconocimiento de los cadáveres, re-cuperada por la Revista “Museo Histórico”,22 un gran aporte a la recons-trucción de los hechos, además de la publicación de otros documentosinéditos sobre el tema que nos ocupa.

Destacamos, en particular, el Acta de reconocimiento de los cadá-

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19 Boletín de la Academia Nacional de Historia, N° 183, p.179. 20 Manuel María Borrero, Quito Luz de América, Editorial Rumiñahui, Quito, 1959, p.54.21Manuel María Borrero, La Revolución Quiteña 1809-1912, Op.Cit., pp.48-49.22 Revista Museo Histórico, órgano del Archivo Metropolitano de Historia, cuya sede es el edi-

ficio de la antigua Biblioteca Jijón y Caamaño en el Parque de la Circaciana en Quito.

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veres. Se lee allí que “la premeditada Malicia (escrita con mayúscula) delos Culpados en el crimen de Estado excitó el día de ayer a las dos de latarde, una conmoción con el punible fin de asegurar su impunidad yhacer otra nueva insurrección, apoderándose de las armas  a cuyo pro-yecto ensayaron este medio escandaloso que no pudo producirles el su-ceso meditado”.23

Más adelante se da fe de los cadáveres que se encontraron enlas iglesias del Convento Máximo de San Agustín; el Real y Militar dela Merced; del Seráfico de San Francisco, su colegio de San Buenaven-tura y la Capilla de Ánimas situada bajo su pretil; el de Santo Domingoy Capilla Mayor del Sagrario. .

En total 40, en parte cadáveres de próceres, sin que se enumerenlos cadáveres que fueron a parar en Santo Domingo y en la CapillaMayor del Sagrario.

Aparecen allí nombres de reconocidos próceres, y otros queestoy en proceso de identificar su condición de insurgentes.

Como podrán comprender, me propuse como siguiente paso, ira las diferentes iglesias para buscar los archivos donde hubiera quedadodocumentada la lista de los difuntos, especialmente en la iglesia deSanto Domingo y en la Capilla Mayor del Sagrario, de las cuales no sehace el relato.

Gracias al Dr. Enrique Muñoz Larrea, me enteré de que estatarea ya la había realizado el historiador Jorge Moreno Egas, con quienme puse en contacto. Él me relató su experiencia que dejó consignadaen su libro: Vecinos de la Catedral de Quito fallecidos entre 1801 y 1831.24

Es un encomiable trabajo de paciencia; el autor investigó en losArchivos Parroquiales de El Sagrario, Santa Bárbara, San Marcos, SanBlas, San Roque y San Sebastián, y elaboró listas de los fallecidos.

En los denominados “Libros de los Muertos” solo encontró enu-merados a los “estimados como españoles”, donde aparecen 19 nom-bres, 13 de los cuales pertenecientes a próceres conocidos, 2 a realistasy 5 por investigar si fueron patriotas.

Como me lo confirmó el historiador Moreno Egas, en los “Librosde Muertos de Indígenas” de mestizos, etc., de los Archivos Parroquialesno ha quedado registro histórico de quienes murieron luchando por laIndependencia el 2 de agosto de 1810, siendo de extracción popular.

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23 Revista Museo Histórico, Vol.34-35, pp.24 Jorge Moreno Egas, Vecinos de la Catedral de Quito fallecidos entre 1801 y 1831, Offset, Quito,

Ecuador, 1988, Offset, Quito, Ecuador, 1988.

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Los próceres que aparecen en la lista del historiador Jorge Mo-reno Egas, aparecen con los nombres de sus esposas y el sitio donde fue-ron sepultados. Es un importante aporte, al haber identificado lasesposas, no menos sacrificadas que los próceres masacrados, y el lugardonde reposan sus restos.

Como el historiador Jorge Moreno no tuvo acceso al archivoHistórico del Convento de San Agustín, acudí a Fray Agustín Moreno,en cuya compañía fuimos a consultar los archivos en busca de informa-ción sobre los próceres sepultados en la cripta. Fuimos atendidos conespecial deferencia por el padre Patricio Villalba, Superior del Con-vento, quien nos llevó al Archivo donde se conservan valiosísimos do-cumentos que datan desde el siglo XVI. Sin embargo, con respecto a laépoca de la Independencia hay un vacío de 1809 a 1835, como lo reportael historiador agustino español, Fernando Campo del Pozo, en articuloaún inédito, sobre Fray Pedro Antonio Burbano, pastuso, primer obispode Pasto, quien en los días de la Independencia, era el Prior del Con-vento, y fue “responsable de la desaparición de las Actas de CapítulosProvinciales e intermedios desde 1809 hasta 1835”, comprensible si sulealtad estuvo con los realistas pastusos, siendo él mismo de Pasto.25

Posteriormente he sabido que la documentación sobre los már-tires que reposan en la cripta, se encuentran en el Archivo Histórico Res-trepo en Bogotá.

Queda la tarea, que prosigo, para identificar en cuanto sea po-sible, al menos a quienes habiendo firmado el acta de la Independencia,hubieran sido puestos prisioneros y hubieran sido sacrificados en la pri-sión el 2 de agosto. Ya tengo identificados a los 36 firmantes que estánincluidos en la lista de Próceres de la Independencia que publicó Manuelde Jesús Andrade en 1909.26

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25 En el Archivo Histórico Agustino de Quito ver Libro de Consultas N°23 de 1771 a 1831, f.43 rv26 En el citado libro Próceres de la Independencia de Manuel de Jesús Andrade, aparece una refe-

rencia a cada uno de los firmantes: Manuel de Angulo, p.15;Joaquín Barrera p.35;NicolásVélez p.397;Lorenzo Romero p.344; José Rivadeneira p.416; José Álvarez p.13; José Poncep315; Cristóbal Garcés p.159;Antonio de Sierra p.367; José Padilla p.300; Vicente Melo p.241;Antonio Pineda p.312; Juan Ante p.16-17; Francisco Romero p. 344; Juan Quijano p.318;Ramón Puente p.317; Juan Coello; Miguel Donoso p.110; Toribio Ortega p.298; Francisco Xa-vier Ascázubi p.29; Nicolás Ximénez p.199; Manuel Romero p.344; Francisco Villalobos p.399;Manuel Cevallos p.92; Vicente Paredes p.301; Juan Pino p.313; Manuel Romero (bis) p.344;Antonio Bustamante p.65; Gregorio Flor de la Bastida p.140; Mariano Villalobos p.399; TadeoAntonio Arellano p.26; Luis Vargas p.396; Ramón Maldonado y Ortega p.223; José Bosme-diano p.62; Juan Barreto p.37.

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Pero, no quiero cansar a la distinguida audiencia con más deta-lles y con los resultados de la revisión de la extensa bibliografía, enbusca de testimonios de testigos oculares.

Permítanme una cita más, el testimonio del ciudadano IgnacioTorres, quien presentó al Cabildo de Quito la “Relación autógrafa de lossucesos del 10 de agosto de 1809, del 2 de agosto de 1810 y del 24 de mayo de1922”, que la Revista Museo Histórico ha conservado. Lo hago porquegracias a él es posible añadir más nombres a la nómina de Patriotas ase-sinados el 2 de agosto:

El día jueves 2 de agosto del año 10 mataron a los señores Juan Sali-nas, Doctor Juan de Dios Morales, Don Manuel Quiroga, Doctor Rio-frío, cura de San Roque, (cuya sangre pedía venganza), un señorAguilera, un señor Peñaherrera, los catedráticos señores Bous,padre de los religiosos Bous, un señor Ascázubi, el señor Olea, Es-cribano y otros más señores que no recuerdo, pero que fueron cerca de60. Por las calles mataron algunos hombres o muchachos que divisa-ban; durando este asesinato hasta el día viernes; y el sábado se mar-charon los invictos soldados, que saquearon topesos entalegados... Conese dinero, mejoraron de fortuna varios pobres que se hallaban en latorre de San Agustín, y otras partes donde dejaban escondidas las ta-legas de los soldados.27

En relatos como este, se siguen encontrando más próceres ma-sacrados, que siguen ignorados.

Confirmo, sin embargo, que mi objetivo no es establecer la listacompleta, pues no pretendo tener la última palabra en este tema, quequeda abierto a ulteriores investigaciones.

Mi propósito es rescatar en lo posible, para la memoria colec-tiva, a los excluidos, indígenas, afroamericanos, mulatos mestizos, con-siderados como “menos notables”, incluyendo a las mujeres de laIndependencia sacrificadas el 2 de agosto, donde no solo murieron losque estaban en prisión, sino muchos en las calles, 300 en total, entre loscuales estuvieron muchos insurgentes luchando por liberar a sus com-pañeros, entre ellos mujeres en busca de sus esposos, hijos, padres, her-manos, como ocurrió con Rosa Zárate y su marido Nicolás de la Peña,

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27 Revista Museo Histórico, vol. 34-35, pp.41-42.

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angustiados por la suerte de su hijo Antonio en prisión, quien resultóentre los asesinados. La esposa de Juan Larrea y Guerrero, Dña. IsabelBou, fue herida y salió empapada en la sangre de su esposo.

Menos mal que un testigo culto, le dedicó un par de estrofas desu inmortal Cantico Lúgubre, a la negra esclava y a su feto, encinta delDr. Rodríguez Quiroga, con quien compartió la ignominiosa muerte,cuando con las dos hijas de su amo, visitaba la prisión:

Mil veces feto infelizDe la negra de Quiroga!Esta muere y él se ahogaSin salir de su matriz.

¡Oh soldado cruel, feroz!Del vientre a la sepulturaArrojaste a esa criatura

Que pudo gozar de Dios.28

Cabe citar una vez más a Manuel de Jesús Andrade, quien consu libro Próceres de la Independencia, es de los raros autores que incluyemujeres entre los Próceres: (Isabel Bou de Larrea p.62; Josefa Calixtop.80; Manuela Cañizares p.82; Magdalena Dávalos p.107; Teresa Florp.143; María Larraín p.206; Monge p.245; Manuela Sáenz p.350 y Ro-saura Velis Alava de Peña p.397), si bien hay que revisar cada caso.

Felizmente, con motivo del Bicentenario se han publicado va-rios libros sobre la Mujer en la Independencia, comenzando por el de lahistoriadora, Jenny Londoño, “Las Mujeres de la Independencia”, amplia-mente divulgado por la Campaña Nacional de Lectura Eugenio Espejo.De especial valor informativo y analítico son también dos libros publi-cados por FONSAL, el de Alfredo Costales Samaniego y Dolores Costa-les Peñaherrera, titulado Insurgentes y Realistas , La Revolución y la ContraRevolución quiteñas 1809–1822, y el de Sonia Salazar Garcés y AlexandraSevilla Naranjo, titulado Mujeres de la Revolución de Quito.

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28 Cantico Lúgubre en que se lamenta el estado de desolación de la ciudad de Quito en el día jueves 2 deagosto de 1810 a la una y media de la tarde. Ver Boletín de la Academia Nacional de Historia,edición especial, N° 183, agosto 2010, Quito, Ecuador, p.203. El historiador, Hernán RodríguezCastelo, atribuye la autoría de este poema a Miguel Antonio Rodríguez, p.93.

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Y cabe citar dos libros más, Mujeres Patriotas y Precursores de laLibertad,29 e Insurgentes y Conspiradoras, los Barrios de Quito en el Procesode Independencia,30 El Primero publicado por el Instituto Ecuatoriano deInvestigaciones y Capacitación de la Mujer, y el segundo por la Secreta-ría de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación ciudadana, en cuyapresentación, la Secretaria, Doris Solíz Carrión, recalca la importanciade recuperar la memoria y valorar la participación de la población enlos acontecimientos de la historia y visibilizar a quienes han sido mar-ginados del desarrollo del país.

En estas obras aparecen varias de las mujeres, con nombres yapellidos hasta ahora desconocidas, que merecen más protagonismocuando se enumeran los Próceres.

Y así, llego a lo que considero lo esencial de mi exposición. Peroantes debo hacer una aclaración. En un artículo de opinión sugería comohomenaje a todos los próceres de la Independencia, sin distincionesentre notables y menos notables, que se erigiera un mausoleo, que podíaser sin sus restos, como el de Aga Khan, y utilizaba las palabras de EloyAlfaro, en su discurso del 6 de agosto de 1906, escrito quizás por CelianoMonge, su secretario, para la inauguración del monumento en honor alos héroes del 2 de agosto de 18010 en la Plaza de la Independencia, quepor decreto expedido el 11 de agosto de 1888, se había ordenado que seconstruyera en una de las plazas de Quito, dedicándolo a los Padres dela Patria, en conmemoración del grito de la Independencia.

Cito las palabras de Eloy Alfaro, porque mantienen vigencia:“para demostrar de esta manera solemne la gratitud nacional a los Pró-ceres que nos legaron Libertad y Patria, lo que es propio de un pueblonoble y altivo, de un pueblo que se siente capaz de seguir el ejemplograndioso de los eximios Varones en cuyo recuerdo se levantará el mo-numento” Y añadió: “Los pueblos que no hicieran la apoteosis de susmás esclarecidos antepasados, ni celebraran las grandes efemérides dela Patria, serian siempre ajenos a la gloria y a las virtudes excelsas”.31

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29 Instituto Ecuatoriano de Investigaciones y Capacitación de la Mujer, Doctora Marcela CostalesP., Qutio,2009.

30 Insurgentes y Conspiradoras, los Barrios de Quito en el Proceso de Independencia, publicado por laSecretaría de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación ciudadana, PPL impresores,Quito, 2009-

31 Patria Inmortal, Quito 10 de agosto de 1906, p.11. Importante publicación que conocí graciasal Arq. Alfonso Ortiz Crespo. El historiador Francisco Salazar Alvarado me prestó su copiaimpresa.

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Pienso ahora, sin embargo, que aunque los héroes y heroínas dela Independencia merecen el homenaje de un monumento o mausoleo,la conmemoración de sus gestas heroicas debería tener más bien un ca-rácter de reflexión a futuro, porque se trata de centrar la atención en lasideas que inspiraron a los Próceres a comprometerse en la lucha libera-dora, su verdadero legado, y actualizarlas a nuestro tiempo, para inte-resar, sobre todo a la juventud, en la continuación de la gesta libertadora.

Sugería que se podría pensar en una campaña educativa paradivulgar las biografías de quienes tanto sufrieron por lograr la indepen-dencia del Imperio de la época, y sobre todo, para socializar entre la ciu-dadanía el pensamiento político que los animó, su ideario y legado,dilucidando los conceptos de construcción de Patria, de Bien Común,de equidad entre todos los hombres, de fraternidad de todos los pueblosdel mundo, de Independencia, libertad política, autonomismo, republi-canismo y sobre todo de los Derechos del Hombre traducidos del fran-cés por Nariño.

Me complace anunciar que la Ministra de Cultura, Erika SilvaCharvet, acogió la idea que está ya en sus preparativos. Como marco dereferencia para la campaña, me he comprometido a preparar un libroque tendrá dos partes; en la primera he seleccionado unos 30 próceres,hombres y mujeres que presento con sus respectivos cónyuges, lo quepermite visibilizar a la mujer, incluyendo sus datos, en cuanto los voyencontrando. Hago un breve perfil de cada uno recurriendo a sus másconnotados biógrafos, y en cada caso, al menos a dos biografías más,que en algunos casos ayudan a completar o clarificar datos.

La segunda parte del libro es un ensayo sobre las ideas clavesque motivaron a los próceres en su lucha, que analizo en el contexto desu época y las propongo actualizadas a los tiempos que vivimos, juntocon ideas nuevas que pueden galvanizar la mente y el entusiasmo delas nuevas generaciones para comprometerse a seguir la lucha por unaindependencia, ya no sólo política, sino económica, social, cultural, haciauna sociedad solidaria.

He propuesto que la campaña se titule “Los héroes y heroínasde la Independencia nos interpelan”. Pienso en el célebre discurso deun orador anónimo, que en 1885 expresaba su desengaño figurando que“las augustas sombras de los mártires del 2 de agosto de 1810 se alzabaniracundas del sepulcro a preguntarnos con amargo acento de reconven-

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ción ¿qué provecho hemos reportado de su inmenso sacrificio por dar-nos una patria?32

En la campaña se dará prioridad al ideario de los héroes y he-roínas de la Independencia, considerada ésta como un proceso, que hapasado por etapas de frustración y contra revoluciones, pero que se fue-ron ganando batallas hasta el triunfo final. El Grito de independenciade Quito de 1809 se frustró temporalmente al año siguiente con la vilmasacre de los Próceres. Sin embargo, la lucha prosiguió, Una segundaJunta duró algo más, pero se desintegró en 1812, hasta que finalmente,el 24 de mayo de 1822 se logró la independencia del Imperio de laépoca.

Fue un proceso secular iniciado por el pueblo con sus subleva-ciones y levantamientos, hasta lograr la liberación del dominio de Es-paña. Pero se implantó el neocolonialismo de los nuevos imperios, conatropello a la soberanía, en favor de las políticas e intereses de las trans-nacionales bajo la doctrina del Consenso de Washington, y la continua-ción del saqueo de nuestros inmensos recursos humanos y naturales.

El verdadero reconocimiento a los próceres debería ser el segui-miento de su ejemplo, para afianzar el cambio definitivo, que requiereigualmente ideales revolucionarios basados en los principios democrá-ticos, en los valores para un cambio de época, que incluyen el respeto ala naturaleza, cambios en el actual modo de producción, acumulación,consumismo y organización de la vida social, así como el rechazo a losanti valores que obstaculizan los cambios fundamentales de estructura,y el surgimiento del llamado Hombre Nuevo solidario, que ponga porfin al Ecuador entre los países más equitativos y solidarios, resultadode una emancipación económica, social y cultural que va más allá de laindependencia política.

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32 Ver Fondo Bibliográfico MANUEL DE GUZMÁN POLANCO, ANHE, Nobles descendientesde los de 1810.

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RICARDO PAREDES ROMERO: EL MéDICO MARCADO POR LA HUELLA

DE LA REVOLUCIÓN JULIANA.1

Germán Rodas Chaves

Uno de los personajes fundamentales de la historia ecuatoriana, parti-cularmente del siglo XX, fue Ricardo Paredes Romero, político y médicode enorme valía en la construcción del pensamiento alternativo ecuato-riano respecto de quien no se ha escrito lo suficiente y aquello que se hadicho de él está relacionado, fundamentalmente, con su compromisopolítico y militante en las filas de la izquierda ecuatoriana.

Este texto, que forma parte de un estudio inédito y más amplioauspiciado por la UASB y su Comité de Investigaciones, tiene el propó-sito de aproximarnos al médico Ricardo Paredes para comprender la in-fluencia de la Revolución Juliana sobre aquel, pues Paredes Romero diouna enorme significación política y social a este periodo, al punto quelo calificara como un proceso que favorecería, en su entender, la cons-trucción del socialismo en el Ecuador.

En efecto, en el marco de la denominada Revolución Juliana seprodujeron cambios importantes en diversos órdenes económicos y so-ciales. Respecto de la atención de la salud o mejor dicho sobre la inter-pretación de las causas de la enfermedad y del rol del Estado paraenfrentar la antinomia salud-enfermedad, se lograron modificacionescualitativas que permitieron el que se consolidara, desde el Estado, unanueva forma de responder frente a los conflictos de la salud. Fue un pe-riodo que favoreció, de otro lado, el surgimiento de una pléyade de mé-dicos, y de trabajadores de la salud que fueron capaces de poner enmarcha nuevas visiones para enfrentar la enfermedad y, particular-mente, para impedir que ella arremetiera en contra de los sectores másvulnerables del país. Paredes formó parte de este selecto grupo de pro-fesionales.

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1 Texto del Discurso de Germán Rodas Chaves con el cual el Historiador se incorpró comoMiembro Correspondiente de la Academia nacional de Historia, el 11 de noviembre del 2010

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Voy a referirme, pues, a una de las figuras sociales y políticasmás trascendentes de la historia reciente del Ecuador que nació en Rio-bamba en 1898. Fue hijo de Alejandro Paredes Pérez, funcionario delMinisterio de Hacienda y dueño de una pequeña quinta cercana a Rio-bamba, y de María Romero Gallegos.

Prontamente los hermanos Paredes Romero (dos mujeres y dosvarones) quedaron huérfanos por el fallecimiento de su padre quien, ala edad de 33 años, fue afectado por una enfermedad cancerosa. Ricardo,entonces, solamente tenía 4 años de edad. Tal circunstancia provocó di-ficultades económicas para el mantenimiento del hogar, tarea frente ala cual su madre hizo enormes sacrificios para atender a la familia y do-tarles de una educación adecuada en medio de una rigurosidad intrafa-miliar que fue formando el carácter de Ricardo quien, por lascircunstancias anotadas, demostró desde temprana edad rasgos de so-lidaridad y compañerismo con sus amigos, muchos de los cuales proce-dían de hogares humildes.

Ricardo Paredes inició en su hogar el conocimiento de las pri-meras letras; posteriormente tendría una tutora. Los estudios secunda-rios los efectuó en el Colegio San Fe Felipe Neri, regentado por losJe suitas. En este colegio sus estudios los realizó entre 1908 hasta 1913,es decir los cinco primeros años del bachillerato.

Ricardo vivió una educación confesional y cuando la actitud delos Jesuitas sobrepasó el trato elemental de aquello que se solía definircomo disciplina, Paredes encabezó una respuesta, junto a sus compañe-ros, de reclamo ante la actitud despótica de los religiosos, asunto quele obligó a dejar el Colegio San Felipe Neri, en 1913, y cursar su últimoaño en el Colegio fiscal Pedro Vicente Maldonado, Institución en la cualse graduó de bachiller en 1914.

Mientras ocurría la graduación de Bachiller de Ricardo Paredes,su hermano mayor Ángel Modesto ya había abandonado su natal Rio-bamba e iniciado, en Quito, sus estudios de derecho en la UniversidadCentral.

El distanciamiento geográfico de Ángel Modesto con su madrey sus hermanos fue difícil, al punto que doña María Romero Gallegostomó la determinación de vender su finca y trasladarse con toda la fa-milia a vivir en Quito para favorecer no solamente los estudios de suhijo Ángel Modesto, sino para cumplir la expectativas de Ricardo quehabía definido su vocación profesional por la medicina.

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La venta de la propiedad de la familia Paredes Romero ocurrióen 1914. Doña María Romero esperó la graduación de su hijo Ricardocomo Bachiller y de manera inmediata se trasladó a Quito en donde al-quiló una pequeña vivienda. El mismo año de 1914 Ricardo fue inscritocomo estudiante de medicina en la Universidad Central

El primer año de medicina Ricardo Paredes lo cursa entre 1914y 1915. A ese periodo corresponde, también, el gobierno de LeonidasPlaza Gutiérrez. Paralelamente en el mundo se ha iniciado la PrimeraGuerra Mundial y en América los sucesos de la Revolución Mexicanaconmovían ya la conciencia de esta región. Ricardo no quedó al margendel conocimiento y reflexión de los acontecimientos señalados a los cua-les pudo acercarse con mayor información y detalle habida cuenta queen la Universidad, dichos sucesos históricos fueron motivo de comen-tario, analisis y discusión

Cuando Ricardo Paredes estudiaba en el cuarto año de medicinaen la Universidad Central, se produjo el triunfo de la Revolución Rusade Octubre de 1917, acontecimiento que coincidió, también, con las ex-periencias negativas que en la economía nacional venía dejando la Pri-mera Guerra Mundial, lo cual contribuyó a ciertos niveles de deterioropolítico del entonces régimen de Alfredo Baquerizo.

El triunfo de los Bolcheviques, entonces, impactó en el inci-piente movimiento obrero ecuatoriano, en los sectores artesanales y po-pulares, así como en grupos de jóvenes radicales, que miraron conasombro la formación de un Estado dirigido, conforme lo afirmabanquienes lo habían impulsado, por los trabajadores, lo cual provocó, par-ticularmente en aquella juventud, la lectura de los clásicos del marxismoque ya se vendían, entonces, en la librería Sucre, local en el cual ademásse organizó un centro de tertulia al que solía concurrir Ricardo con al-guna frecuencia.

Paredes, entonces, no estuvo alejado de las disquisiciones refe-rentes a la realidad mundial, las mismas que se plantearon, a contrapelo,en el entorno de una notoria frustración social -casi colectiva- despuésde la muerte de Alfaro y del desplazamiento del liberalismo radical porel liberalismo civilista que, a todas luces, había hipotecado los cambiosprevistos, inicialmente, por los montoneros alfaristas.

Entre 1919 y 1920 Ricardo Paredes hizo el último año de Medi-cina. Entonces fueron sus profesores los doctores: Gabriel Araujo en me-dicina legal; Isidro Ayora en obstetricia y ginecología; Eustorgio Salgado

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en cirugía operatoria y anatomía topográfica; Ricardo VillavicencioPonce e Isidro Ayora en patología externa y clínica de las vías urinariasy enfermedades venéreas, como también lo fueron, los dos últimos pro-fesores señalados, tutores en cirugía y dermatología.

A partir de los datos referidos queda plenamente evidenciadoque Ricardo Paredes en el periodo lectivo correspondiente a su últimoaño de estudios médicos, fue alumno del Doctor Isidro Ayora en tresasignaturas distintas, lo cual le permitió tener un contacto directo conel mencionado profesor, asunto que además fue posible debido al nú-mero reducido de estudiantes de medicina. En el año de 1921, en efecto,se graduaron 21 estudiantes, entre los cuales obtuvo el doctorado Ma-tilde Hidalgo de Prócel, la primera médica del país y compañera de aulade Ricardo.

Una vez rendidos los exámenes correspondientes y completa-dos los cursos respectivos, Ricardo Paredes obtuvo la Licenciatura enMedicina. El título se expidió el 31 de mayo de 1921; en aquella mismafecha se aperturó el expediente para la obtención del Doctorado en Me-dicina y, además, en el mismo día, Ricardo presentó el pedido al Decanopara que le declarara apto para presentarse al grado Doctoral en la ca-rrera médica

La tesis de Ricardo Paredes, que versó sobre la sífilis, fue leíday examinada el 28 de junio de 1921 ante el tribunal compuesto por losprofesores: Maximiliano Ontaneda, Enrique Gallegos e Isidro Ayora.

La mentada tesis, conforme la reglamentación interna de aquelentonces, fue presentada por escrito, a manera de un libro compaginado.No tiene pie de imprenta (no obstante esta levantada en imprenta, en elsistema de cajas, esto es letra por letra y línea por línea) y se halla cons-tituida de un cuerpo de 60 páginas. Al final de la última hoja impresaestá la rúbrica de Ricardo Paredes. El original del texto reposa en el Ar-chivo Central de la Universidad Central de Quito, correspondiente a lastesis de medicina presentadas en el año de 1921.

Quince meses después de la graduación de Ricardo Paredescomo Médico ocurrió, el 15 de noviembre de 1922, la masacre de los tra-bajadores en Guayaquil.

En el año 2005 efectué una serie de entrevistas a Cesar Endara,uno de los fundadores de la izquierda política marxista en el país, a finde estudiar la génesis del socialismo en el Ecuador. De ellas extraigo una

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que me ha abierto el camino para precisar que en el caso de Ricardo Pa-redes Romero, el punto de inflexión entre el médico y el político, estuvomarcado por los sucesos del 15 de noviembre de 1922. César Endarame refirió lo siguiente:

“Ricardo era médico, otros estudiaban en la Universidad, otros éramosobreros o artesanos, pero todos coincidimos que el momento de haceralgo había llegado una vez que masacraron a los huelguistas en Gua-yaquil. Esto lo comprendimos y lo dijimos cuando ya nos fuimos or-ganizando unos años después […]”

Respecto de los acontecimientos del 15 de noviembre de 1922,Paredes analizaría dichos sucesos en varios de sus textos con opinionesllenas de dramatismo y de rebeldía que dan la razón a las aseveracionesde Endara y que denotan la influencia extraordinaria que sobre el mé-dico riobambeño ejerció el fatídico 15 de noviembre, ratificando en míla percepción que tal suceso tuvo un impacto extraordinario tal en lavida política de Paredes, al punto que estoy seguro que le indujo a queRicardo asumiera el camino de la lucha militante. Lo señalado no nospuede hacer olvidar que la impronta de la Revolución Rusa, tambiénejerció una formidable incidencia sobre Paredes, todo lo cual abonó parasu compromiso político y profesional en una conjunción dialéctica in-separable.

Y si aquellas fueron las influencias para sus definiciones ideo-lógicas, su trajín político cotidiano maduró, rápidamente, a propósitode la revolución juliana en cuyo contexto la vida política del médico rio-bambeño asumió rumbos definitivos. Sobre aquello trataré de manerainmediata:

LA REVOLUCIÓN JULIANA: LA IDENTIFICACIÓN DE RICARDOPAREDES CON ESTE PROCESO POLÍTICO

En 1924, el 1 de septiembre, se posesionó como Presidente delEcuador Gonzalo Córdova, luego de imponerse con el tradicional me-canismo del fraude electoral sobre las candidaturas adversarias de Ja-cinto Jijón y Juan Manuel Lasso, candidatura esta última progresista yde tendencia socialista junto a la cual se identificó Paredes y a la quepromocionó entusiastamente con sus talentosos artículos en el periódico

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“Humanidad”, publicación dirigida por Jorge Carrera Andrade y finan-ciada por Juan Manuel Lasso y que solamente circuló el año de 1923,pues el 15 de noviembre de ese año fue clausurada debido a su posturafiscalizadora respecto de la masacre ocurrida un año atrás en Guaya-quil2.

El triunfo del candidato Córdova, adicionalmente, se produjo,en medio de serias divisiones al interior del liberalismo, circunstanciaque favoreció para que Jacinto Jijón y Caamaño, líder conservador, acau-dillara una revuelta armada en el norte del país que pudo ser sofocadapor el ejército.

Pero lo afirmado no eliminó la oposición al Gobierno. Otros sec-tores fueron sumándose para confrontarlo; entre ellos el banquero y em-presario liberal Luís Napoleón Dillon quien, como lo dice el historiadorEnrique Ayala, se transformó en ideólogo de la oposición al régimen “ya su soporte, el poder bancario de Guayaquil”3.

Desde los primeros meses de gobierno de Córdova, la inestabi-lidad política se incrementó no solamente por las razones señaladas,sino debido a que el estado de salud del gobernante le impedía ejercerel cargo a plenitud. En efecto, Córdova tuvo largas ausencias de la Casade Gobierno y del poder real.

Quizá lo peor para Córdova estaba por venir, pues en las filasde las Fuerzas Armadas, particularmente entre los jóvenes militares, co-menzó a vivirse un descontento creciente (que a su vez expresaba el sen-timiento de los más amplios sectores de la colectividad) lo cual generóque al interior de la institución militar surgiera la conformación de unaestructura política, La Liga Militar, que se organizó bajo la influenciadel pensamiento transformador de la época y luego de la crisis en la quehabía entrado el Estado liberal.

El movimiento de la oficialidad joven del ejército actuó en con-tra de la superioridad politizada del ejército4 y provocó un golpe militar,el 9 de Julio de 1925, que defenestró a Córdova y que en la historia seconoce como la Revolución Juliana.

La referida revolución no solamente cuestionó el ejercicio delrégimen de Córdova, sino que surgió como una respuesta frente al com-

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2 Germán Rodas, Partido Socialista, Casa Adentro, Quito, Ediciones La Tierra, 2006, p 283 Enrique Ayala, La Revolución de Junio de 1895, en : Nueva Historia del Ecuador, volumen 9, Epoca

Republicana lll, Corporación Editora Nacional, Quito, 1990, p. 166 p. 166.4 Juan Paz y Miño, Revolución Juliana: Nación, Ejército y bancocracia, Quito, Abya-Yala, 2000, p.

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portamiento inescrupuloso propiciado por los sectores hegemónicos delpaís que habían gobernado en el último periodo, lo cual, además, signi-ficó enfrentar a la “bancocracia que lideraba el Banco Comercial y Agrí-cola, gerenciado por Urbina Jado”5.

El comportamiento lleno de corruptelas políticas y económicasa las que me refiero, a su vez constituyó el resultado de la crisis a laque fueron conducidos los poderosos grupos oligárquicos, comercialesy financieros del país a propósito de la debacle del modelo cacaotero,sectores todos estos que intentaron transferir sus pérdidas al conjuntode la sociedad utilizando para sus fines a los gobiernos de la plutocracialiberal que se habían consolidado luego del asesinato de Alfaro.

La oficialidad del ejército fue receptiva a esta realidad en el con-texto de un panorama más amplio en el cual el pensamiento crítico y lasideas de cambio, comenzaron a tener un espacio notable. De esta manerael derrocamiento de Córdova fue un episodio en el entorno de una as-fixia estructural que había comenzado mucho tiempo antes a julio de1925.

La insurrección militar del 9 de julio decidió constituir una Juntade Gobierno Provisional, la misma que gobernó entre el 10 de julio al 9de enero de 1926 .

La primera Junta del Gobierno Provisional fue remplazada, el10 de enero de 1926, por una nueva Junta de Gobierno, también deno-minada Provisional6 y luego, en el mismo año, el 31 de marzo, esta se-gunda Junta fue sustituida por el Presidente Interino doctor Isidro Ayoraquien gobernó como tal desde el 3 de abril de 1926. Ayora fue electo,posteriormente, como Presidente Constitucional7, Presidencia que seinstaló el 17 de abril de 1929 hasta el 24 de agosto de 1931.

Ricardo Paredes Romero vivió con gran intensidad el periododel derrocamiento del Presidente Córdova y el inicio de la RevoluciónJuliana, tanto más que aquel suceso fue una especie de corolario a lasintenciones iniciales del Grupo Antorcha –el mismo que se organizó el

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5 Gustavo Pérez, Luís Napoleón Dillón, Intelectual Humanista del Siglo XX, Quito, Ediciones Apolo,2.009, p. 56.

6 La segunda Junta Provisional la conformaron Julio E. Moreno, Homero Viteri Lafronte, IsidroAyora, Humberto Albornoz, Adolfo Hidalgo Narváez, José Gómez Gault.

7 El 9 de julio de 1928, Isidro Ayora convocó a una Asamblea Constituyente que se instaló el 9de octubre del mismo año. El 29 de marzo de 1929 la Asamblea Constituyente promulgó lanueva Carta Política, la décimo tercera en la vida del Ecuador, y eligió al propio Ayora comoPresidente Constitucional.

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16 de septiembre de 1924 a poco tiempo de la posesión del nuevo Presi-dente de la República– constituido no solamente como un núcleo de es-tudio y difusión de la ideología y doctrina socialistas, a las cualesadhirieron, sino además para combatir a Córdova y a su régimen. Elgrupo Antorcha estuvo conformado, además de los hermanos Ricardoy Modesto Paredes, por Cesar Carrera, Néstor Mogollón, LeonardoMuñoz, Delio Ortiz, Julio Peñaherrera, Gonzalo Pozo, Hugo Alemán yAugusto Arias.

El grupo Antorcha, y desde luego Ricardo Paredes, en 1924 es-tuvieron, pues, alertas respecto de las condiciones críticas económicasdel Ecuador; sobre la crisis del proyecto liberal; ante el descontento so-cial, todo lo cual hacía previsible un desenlace que fracturara la institu-cionalidad representada por Córdova.

Para corroborar estas aseveraciones, transcribo las apreciacionesde Ricardo sobre este periodo histórico que inicialmente fueran entre-gadas por el propio Paredes a la Internacional Comunista en Moscú, en1927, y que luego fueron publicadas, en 1928, en la Revista InternacionalSindical Roja, vinculada a la internacional comunista, bajo el acápite si-guiente: “La Revolución Militar y Socialista de 1925”8:

La situación de la economía nacional se agravaba día a día y al mismotiempo, la vida de las clases pobres empeoraba rápidamente. En estemomento hemos comenzado una campaña violenta contra el gobiernodenunciando todos los crímenes de nuestra burguesía. Los principalesgrupos políticos de la oposición eran: el bloque socialista radical diri-gido por Luís N. Dillon, la Liga Secreta de los oficiales subalternos ynuestro pequeño grupo socialista. La revolución era inminente y nos-otros lo decíamos abiertamente en nuestro periódico “La Antorcha”:la próxima revolución tendrá un carácter económico. Escribíamos cre-yendo que las capas inferiores del cuerpo de oficiales serían uno de losfactores de esa revolución. Desde ese momento, nuestros esfuerzos ten-dieron a imprimir al movimiento revolucionario una buena orientaciónestableciendo contacto entre los círculos militares y las organizacionesobreras.9

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8 Germán Rodas, La Izquierda Ecuatoriana, Aproximación Histórica, Quito, Abya-Yala-Ediciones La Tierra, 2000, p. 27

9 Ricardo Paredes, El Movimiento Obrero en el Ecuador, Revista Internacional Sindical Roja, 1928,p.76-81. Archivo del P.C. y en: http//es.wilkepedia.org/wiki/Internacional_Sindical_Roja

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Queda absolutamente evidenciado que el grupo Antorcha y elperiódico de igual nombre que este núcleo de luchadores políticos pusoen circulación, asumieron el compromiso de incidir en el proceso quese articulaba, pero que, al mismo tiempo, tal puñado de comprometidoscon el cambio radical en el país comprendieron que su influencia, so-bretodo, debía ser doctrinaria e ideológica en la rebelión en ciernes,pues su fortaleza orgánica todavía incipiente les impedía actuar de otramanera.

En todo caso, el corto texto de Paredes que he leído expresa cla-ramente el analisis marxista de la situación económica nacional; la com-prensión política del proceso de la juliana; el rol que intentaron asumiral interior de este movimiento y la voluntad política de construir unaalternativa al modelo capitalista de aquellos años.

Volviendo al punto de partida de la acción de Antorcha, es in-dispensable reiterar que uno de los objetivos de este grupo fue el de asu-mir la oposición a Córdova; ha de comprenderse pues el apoyo queAntorcha dio por ello a la sublevación de los oficiales del ejercito en contradel gobernante y a su posterior sustitución, tanto más que algunos de losintegrantes de Antorcha lograron mantener cierto nivel de comunicacióncon varios miembros de la Liga Secreta y, sobretodo, debido a que formóparte de la Junta de Gobierno Provisional Luís N. Dillón de quien el grupoAntorcha y Ricardo Paredes tenían una particular valoración en el sentidoque “Dillón representaba una línea socialista radical”.

Tanta fue la aproximación del Grupo Antorcha con los sucesosdel 9 y 10 de julio de 1925 que a los tres días después del derrocamientode Córdova y de la constitución de la Primera Junta del Gobierno Pro-visional -en otras palabras, a las pocas horas de la proclamación de laRevolución Juliana- el mentado Grupo Antorcha decidió constituirse ennúcleo político del socialismo científico aplicado creadoramente a la re-alidad ecuatoriana y dispuesto, como tal, a organizar en el país un par-tido con igual fundamentación teórica y política, que según la opiniónde esta célula activista se llamaría partido socialista. Esta determinacióndel núcleo Antorcha la volvieron pública y comenzaron, pues, a actuarasí en una especie de doble carril: por un lado apoyando a la RevoluciónJuliana y, de otra parte, organizando al Partido Socialista.

Este afán del grupo Antorcha de constituirse en un núcleo basede lo que aspiraban fuese luego un partido, tuvo la finalidad adicionalde buscar los mecanismos adecuados para incidir, en ese momento, en

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la Revolución Juliana desde una postura conceptual y orgánica propias.Se actuó en la perspectiva de orientar el proceso. Ricardo Paredes fue eltimonel de esta visión política e ideológica que tuvo limitaciones prác-ticas a la hora de la política concreta.

Las expectativas políticas de Ricardo Paredes fueron inicial-mente mayores a la realidad concreta. Así se entiende que Paredes dijeraque en la Primera Junta Provisional se hallaba el “socialista Dillón”, yluego supusiera que formando parte de la segunda Junta Provisional sumaestro y amigo el prestigioso médico Isidro Ayora -de quien Paredestenía una alta valoración y estima- las causas de la transformación estu-vieran garantizadas a plenitud. Esta realidad no fue posible porque elapoyo social al proyecto de cambio no había involucrado al conjunto dela sociedad ecuatoriana. Simplemente no estaban dadas las condicionesde una transformación radical y, además, no había un partido que pu-diese dar dirección política al fenómeno de la Juliana.

Paredes comprendió este último asunto con el talento que le ca-racterizaba: es decir que si detrás del proyecto de la Revolución Julianano había un partido debidamente constituido, no sería posible incidirideológica y políticamente sobre ella, debido a lo cual aceleró el procesoorganizativo del socialismo10 cuyo germen histórico se había sembradoen la conciencia social, teniendo como telón de fondo la crisis estructu-ral de la economía y de la sociedad ecuatorianas.

La organización partidaria en la que pensó Paredes, desde elinicio, fue aquella que asumiera en su definición ideológica el carácterde marxista y que por lo tanto representara, para ese momento, los afa-nes del proletariado nacional. Desde esta visión, también, dedujo quepodía apoyar las acciones de la Revolución Juliana, manteniendo unapostura de clase, de identidad propia, pero al mismo tiempo de impulsoa las tareas del nuevo régimen, favoreciendo, también, la interlocución(y la acción) de la vanguardia política y social con el régimen juliano,sin someterse a este proceso por alguna canonjía burocrática.

“La revolución de julio debía su fuerza a la estrecha ligazón de la claseobrera, el gobierno y los elementos revolucionarios” dijo Paredes sobre este

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10 La fundación del Partido Socialista se produjo luego de un denodado esfuerzo del grupo An-torcha, pero de manera particular de Ricardo Paredes, quien recorrió el país organizando losnúcleos que concurrirían a la fundación del PSE, hecho que aconteció en mayo de 1926. Ob-viamente había un acumulado histórico para que se produjera esta fundación, así como sehabían producido las condiciones sociales para que emergiera un partido marxista, de caráctercontestatario y alternativo al sistema.

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proceso en su informe sobre la realidad ecuatoriana (particularmentesobre el movimiento obrero en el Ecuador) en la reunión de la TerceraInternacional que se efectuó en Moscú y a la que concurrió en 1927. Sutexto, que ocupa las páginas 76 a la 81, fue publicado, como ya lo he re-ferido, en la Revista Internacional Sindical Roja en 1928.

La adhesión de Paredes a la Revolución Juliana quedó escritaen las siguientes líneas:

Por todas partes se formaban soviets militares, agrupados orgánica-mente por la Junta Militar Superior. Los obreros celebraban grandesreuniones y enviaban sus diputados a las Juntas Militares para expo-ner sus reivindicaciones. El programa de las Juntas comprendía todauna serie de artículos anunciando reformas sociales; el gobierno revo-lucionario prometía el saneamiento de las finanzas nacionales lo quesuscitó la aprobación unánime de la clase obrera. Sostenido por los mi-litares y la clase obrera el gobierno realizó, en el curso de los primerosmeses una serie de importantes reformas, atacando seriamente a la in-fluencia del capital financiero. La revolución de julio dio un impulsogrande al movimiento socialista”11.

A MANERA DE CONCLUSIONES

1.- Estudiar la figura médica de Ricardo Paredes Romero, en el contextode la Revolución Juliana, no solamente es fundamental para conocersu perfil como profesional de la salud, sino para interpretar conmayor rigurosidad su comportamiento social y político frente a unode los procesos históricos más importantes del siglo XX cuya influen-cia en el campo de la medicina, y particularmente en el de la saludpública, es trascendente, y cuya incidencia tiene matices que nosponen de frente con la que fuera una vida ( la de Paredes Romero) alservicio de los demás; una entrega militante no solamente en su pro-fesión, sino en la perspectiva de la construcción de una sociedad dis-tinta, ese sueño impostergable de Paredes en cada un de sus actosque ciertamente lo vuelve un personaje de su tiempo y un contem-poráneo de los paradigmas de cambio.

2.- De la simpatía a la llamada la Revolución Juliana, Paredes Romero

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11 Ricardo Paredes, El Movimiento Obrero en el Ecuador… 1928.

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pasó al entusiasmo cuando descubrió que ella impulsaba accionesde hondo contenido social que, en materia de salud pública, se tra-dujeron en líneas concretas para precautelar la salud de los trabaja-dores y de la población en general, al organizar instituciones comola de Higiene y al emitirse decretos que tenían por finalidad protegerel ambiente laboral y favorecer los derechos del pueblo trabajador.Estos hechos puntuales denotan las líneas de influencia del procesode 1925 sobre el médico Ricardo Paredes Romero, tanto más que laRevolución Juliana adoptó comportamientos específicos que favore-cieron la salud pública e impactaron en la orientación profesional enParedes.

3.- Los impactos a los que me refiero, se evidenciaron luego en los textosque escribió Ricardo Paredes cuando trató y analizó el problema delPaludismo en el país, estudio trabajado en 1936 y, fundamental-mente, cuando en 1938 abordó sobre la situación de la salud de lostrabajadores en las minas de Portovelo y respecto de la presencia delImperialismo, en el mismo contexto, en el Ecuador. En estos dos úl-timos trabajos hay una evidente cosmovisión epidemiológica de lasalud y del trabajo y un tratamiento oportuno sobre los determinan-tes sociales que inciden en la salud de los sectores vulnerables de lasociedad. No cabe la menor duda que esta postura analítica devinode la influencia de la epistemología marxista en la relación trabajo-salud, relación que fue abordada desde una perspectiva progresistapor la Revolución Juliana, desencadenando nuevos enfoques en elrol del Estado frente a la salud, realidad que nutrió conceptualmentea Ricardo Paredes Romero al punto que puedo afirmar que fue unmédico, un trabajador de la salud, marcado, también, por la huellade la revolución de Julio de 1925.

Quito, 11 de Noviembre del 2.010

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SAN MARTÍN, SU ENTREVISTA CON BOLÍVAR ENGUAYAQUIL Y RETIRO DEL GOBIERNO DEL PERÚ*

Benjamín Alfredo Rosales Valenzuela

DESIDEALIzANDO A LOS LIBERTADORES

En algunos países o regiones de Suramérica, historiadores conafanes nacionalistas resaltan las figuras de los libertadores Bolívar y SanMartín, queriendo elevarlas a un nivel sobrehumano, al retratarlos comointachables justifican todos sus excesos y errores, que sin duda come-tieron, culpando a la falta de apoyo y colaboración de otros, los fracasospor ellos incurridos.

El año pasado, en el Congreso Extraordinario de esta Asocia-ción, realizado en Ecuador con motivo del bicentenario de la Revoluciónde Quito, don Elías Pino Iturrieta, director de la Academia Nacional dela Historia de Venezuela, dictó una brillante conferencia sobre la extra-limitación de la historiografía de la Independencia de su país titulada“La Independencia de Venezuela: propuestas para cohabitar con sus es-tatuas”. En esta sugiere la necesidad de reconstruir “interpretacionesmás apegadas a la realidad en la cual se han regodeado la retórica y lapolítica hasta nuestros días.” Nos dice que sobre Bolívar se han realizadoestudios excesivamente entusiastas promoviendo un culto con el bene-plácito de gobiernos. Dice Pino: “El tabernáculo impide reflexionessobre temas medulares, como los relativos a la creación de Colombia ya su posterior desmembración, hasta ahora rodeados de subterfugios”1.

El historiador inglés John Lynch ha hecho estupendos trabajossobre la América española y el proceso independentista, que realizadoscon un alejamiento de pasiones localistas, van en la línea de interpreta-ciones modernas bajo una perspectiva continental y a través de ópticasdiversas, como cree necesario nuestro colega académico venezolano.

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* Discurso en el XII Congreso de Academias Iberoamericanas de Historia Buenos Aires, agosto1 de 2010

1 ELÍAS PINO, “La Independencia de Venezuela: propuestas para cohabitar con sus estatuas”,Discurso en Congreso Extraordinario de Asociación Iberoamericana de Academias de Historia.Quito, 2009.

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Luego de casi cincuenta años como profesor de Historia de Latinoamé-rica, principalmente en la Universidad de Londres, Lynch ha publicadodos estupendas biografías, la primera: “Simón Bolívar, una vida” en 2006y la segunda: “San Martín: soldado argentino, héroe americano” en 2009. Enellas se refleja el estudio profundo realizado y una visión imparcial delos hechos y personajes, que evidencian un acercamiento del autor a larealidad de los procesos independentistas y sus circunstancias.

Sin embargo, no todos los trabajos históricos de escritores an-glosajones sobre la independencia de Suramérica guardan la mismarigu rosidad que los de Lynch, la obra “Libertadores: la lucha de Latinoa-mérica por la independencia 1810-1830”, del periodista Robert Harvey, pu-blicada en 2000 con buen mercadeo y éxito en ventas, por ejemplo, tienegarrafales errores, hechos quizá por la ligereza del estudio y amplituddel trabajo, o por el afán de exaltar encima de lo real, las hazañas mili-tares de Bolívar. En el corto capítulo 13 escribe, entre otros errores: queGuayaquil era un puerto histórico del Imperio Inca, omite referencia ala independencia de esta próspera ciudad en octubre de 1820, hecho queposibilitó la llegada de tropas colombianas, en naves guayaquileñas,para fortalecer la guerra emprendida por el Estado de Guayaquil contrael ejercito realista en Quito, minimiza los refuerzos enviados por SanMartín que posibilitaron el triunfo en Pichincha, confunde a esta heroicabatalla con el enfrentamiento previo en Riobamba, escribe que Quitotenía medio millón de habitantes cuando entró Bolívar en junio de 18222.A más de otras barbaridades como las mencionadas, en la obra de Har-vey existen errores conceptuales aún mucho más graves, para comenzar,pone en un mismo grupo de “libertadores”, en el que con razón figuranMiranda, Bolívar, San Martín y O´Higgins, al “emperador” mexicanoIturbide, al Almirante escoses Cochrane y a Don Pedro de Brasil en ungrave error de perspectiva histórica.

En años recientes se han abierto espacios de discusión que cues-tionan muchas de las acciones y políticas de los grandes líderes que lu-charon por, y finalmente lograron la independencia de Suramérica dela corona española. La obra del peruano Herbert Morote, con el suges-tivo titulo Bolívar, Libertador y Enemigo N° 1 del Perú es significativa, yaque reconociendo el genio del general venezolano, que alcanzó el triunfo

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2 ROBERT HARVEY, “Liberators, latin America’s Struggle for Independence 1810-1830”, pág.193,194, 196.

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patriota en las batallas de Junín y Ayacucho, que sellaron la indepen-dencia del Perú y Suramérica, resalta la manera tiránica con que Bolívaractuó en los 21 meses después de esta última batalla. Escribe Morote:

El Libertador expatrió a su más ferviente opositor, Luna Pizarro, juntoa otros congresistas que se oponían a sus designios…ordenó el fusila-miento de cuanto soldado protestase…encarceló al almirante Guisse…se deshizo del general argentino Necochea…fusiló a Berindoa ga…Enresumen, aterrorizó a los peruanos que se le opusieron3.

Morote cuestiona además el manejo de las finanzas y la conce-sión de minas para el pago de deuda a los ingleses durante el gobiernode Bolívar en el Perú.

En Guayaquil siempre existió un resentimiento, quizá no gene-ralizado, sobre la forma que Bolívar anexó la provincia a Colombia, sinpermitir un pronunciamiento popular como pretendía la Junta de Go-bierno. Hoy, historiadores guayaquileños como Guillermo Arosemena,publican artículos evidenciando como se perjudicó la economía de laregión, por las inmensas extracciones de bienes y personas para la gue-rra en el Perú y otras políticas bolivarianas que afectaron a Colombia ya la región.4

Mucho tiene que escribirse aún sobre los errores políticos quecometió Bolívar, especialmente al pretender imponer un sistema degobierno fuertemente centralista y presidencialista, que tuvo como con-secuencia la final división de su querida Colombia en tres naciones: Vene- zuela, Nueva Granada y Ecuador. Y es bueno que veamos a los liberta-dores como figuras de carne y hueso, que conozcamos sus pasiones, am-biciones y debilidades, y dejemos atrás visiones épicas de héroes míticosque solo sirven para penosas emulaciones de actuales lideres de barro.

SAN MARTÍN Y SU CAMPAñA A TRAVéS DE LOS ANDES

La figura de José de San Martín resalta entre los hombres cuyasacciones hicieron posible la independencia de Suramérica. Cuando lee -mos biografías de San Martín nos llama la atención las cruciales y fun-

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SAN MARTÍN, SU ENTREVISTA CON BOLÍVAR EN GUAYAQUIL Y RETIRO DEL GOBIERNO DEL PERÚ

3 HERBERT MOROTE, “Bolívar, Libertador y Enemigo N° 1 del Perú”, Lima 2007, pág. 112. 4 GUILLERMO AROSEMENA, “¿Fue Bolívar Estadista?”, http://independent.typepad.com/

elindependent/2010/03/fue-bol%C3%ADvar-estadista-i.html.

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damentales decisiones que tomó y que cambiaron el curso de su vida yde la historia de este continente.

La primera gran decisión fue la de regresar a América, al fin yal cabo, poco conocía este hombre a los treinta y cuatro años de edad desu tierra natal, más allá de un vago recuerdo, pues su familia había par-tido para la península ibérica cuando él tenia apenas seis años. San Mar-tín había hecho una nada despreciable carrera militar de veinte y unaños al servicio de España, la que debió abandonar, así como lo hizo consu madre y hermanos. El prócer debe haber sentido una terrible decep-ción con la monarquía borbónica que había llevado a España a la crisismás grande de su historia, e influenciado en su determinación el pen-samiento de sus amigos americanos, que en el Cádiz de 1811, se reuníanpara analizar los acontecimientos en América y planificar su retorno alcontinente para integrarse a los primeros esfuerzos independentistas.Lynch hace unas interesantes reflexiones sobre esta vital decisión delpatriota argentino:

Había ya un sentido de destino en San Martín. Su preferencia por sutierra natal fue una decisión calculada, basada en una compulsión in-terior la que casi prevenía su elección…En 1811 el vio lo que tenia quehacer: si permanecía en España el seria nadie. Si regresaba a Argentinael podría lograr cosas grandes para una causa mayor5.

Gracias a las conexiones hechas en Cádiz y Londres con miem-bros de la Sociedad de Caballeros Racionales, en especial Carlos Alvear,ni bien llegó a Buenos Aires fue presentado al triunvirato gobernante eincorporado al ejército patriota con el rango de teniente coronel, elmismo que tenía en el español. Se conectó socialmente y apenas seismeses después de llegado a la ciudad se casó con la hija de un porteñoacaudalado en septiembre de 1812.

Su profesionalismo en la preparación del batallón de caballería,que se estrenó con éxito en San Lorenzo a comienzos de 1813, catapultósu prestigio por lo que se le encargo organizar las defensas de BuenosAires. Luego de la terrible derrota sufrida por el ejército del norte, queintentaba liberar al Alto Perú, en noviembre de ese año en Ayohuma,San Martín fue enviado a ese frente con refuerzos para las desconcerta-das tropas al mando del General Belgrano.

Los meses entre 1814 y 1816 fueron críticos para la revolución

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5 JOHN LYNCH, “San Martín: argentine soldier, american hero”, 2009, pág. 24.

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suramericana, se había acabado la guerra peninsular y restablecido lamonarquía de Fernando VII, lo que le permitió a España enviar las fuer-zas lideradas por el General Morillo que aplastaron a los independentis-tas venezolanos y neogranadinos, desde el Alto Perú los realistas ame- nazaban con tomar Tucumán, fuerzas enviadas desde Lima aplastaron alos divididos patriotas chilenos en Rancagua en octubre de 1814, estosreveses hacían ver a la independencia como una meta inalcanzable.

En Tucumán, mientras organizaba el alicaído ejército e impul-saba la formación de efectivas guerrillas, lideradas por el gaucho MartínGüemes, San Martín reflexionaba sobre la estrategia más convenientepara lograr la libertad de Suramérica. Continuar con el intento de liberarel Alto Perú desde el sur era difícil porque se enfrentaban a tropas abas-tecidas desde Lima, el centro del poderío español en Suramérica, era unterritorio de altas elevaciones para lo que no estaban preparadas las tro-pas porteñas y sus habitantes respaldaban a los realistas. Una invasiónpor mar desde Valparaíso a Lima tendría mejores posibilidades de éxito,contando que los habitantes de la costa peruana estarían más dispuestosa apoyar la independencia que los del altiplano. De ahí nace el Plan Con-tinental de San Martín, según Lynch: “Su estrategia estaba basada en latesis de que la revolución suramericana no se podía asegurar hasta queel corazón del poder español en Perú haya sido destruido”6. Es posibleque la idea del plan se haya originado en la expedición propuesta porel coronel Paillardelle en 1813, o que San Martín conociera, cuando es-tuvo en Londres, el plan para atacar al Imperio español presentado porel escoses Maitland al gobierno británico cincuenta años antes, pero fueél quien decidió “usar todo su poder de persuasión ante sus jefes polí-ticos en Buenos Aires para introducir y preservar su plan”7.

Para ejecutar esta estrategia, San Martín debió abandonar el ejer-cito del norte y formar el ejercito de los Andes, con muy poco apoyo delgobierno de Buenos Aires, que se debatía en una inestabilidad inaudita.El régimen del segundo triunvirato fue reemplazado por el Director Su-premo Posadas, luego sería el propio Alvear quien asumiría el poderpolítico en base al mando militar que ya ostentaba. San Martín, para rea -lizar sus propósitos, consiguió el nombramiento de gobernador de laIntendencia de Cuyo, llegó a Mendoza en septiembre de 1814 y desdeahí formó el ejército independentista.

A pesar de la falta de apoyo económico de los gobiernos de Bue-

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6 JOHN LYNCH, “San Martín: argentine soldier, american hero”, 2009, pág. 64.7 JOHN LYNCH, “San Martín, argentine soldier, american hero”, 2009, pág. 65.

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nos Aires, San Martín organizó las fuerzas de defensa de la Intendencia,la que luego de la derrota de los chilenos en Rancagua, corría el riesgode ser invadida por tropas realistas. Tuvo que poner bajo control a lasfuerzas de los hermanos Carrera, organizar la fabricación de uniformes,armas y pertrechos para el ejército, tomar medidas para mejorar la ad-ministración de Mendoza, incluso se preocupó del riego y la producciónagrícola de la provincia.

El caos en el gobierno de la Provincias Unidas del Río de la Platacontinuó en 1815 con la caída de Alvear en el mes de abril, el directorionombró al General Rondeau como Director Supremo, quien asumió elmando del ejército del norte con el fin de lanzar una tercera expediciónal Alto Perú, la que como había prevenido San Martín, sufrió otra de-sastrosa derrota en Sipe Sipe.

Con la llegada al poder de Pueyrredón, cambió la suerte de SanMartín, según Pérez Pardilla: “Por fin había llegado al gobierno el hom-bre con genio de estadista y garra de gobernante, que daría el apoyopara la creación de un gran ejercito”8.

En los casi tres años en que San Martín estuvo en Mendoza, for-mando el ejército de los Andes, demostró su capacidad administrativa,sus habilidades como jefe militar y político, pues logró el total apoyo dela población de Cuyo a la causa de la independencia de Chile y América.

En enero de 1817 el ejército al mando de San Martín emprendióel cruce de los Andes y el 12 de febrero triunfó brillantemente en Cha-cabuco, dos días después ocupó Santiago, convocó una asamblea, la queel día 16 nombró a O´Higgins como Director Supremo de Chile, comoel libertador había propuesto. Las tropas realistas al mando de Osoriose atrincheraron al sur en Talcahuano e incluso amenazaron nuevamentela independencia de Chile luego del triunfo que obtuvieron contra lastropas de O´Higgins en Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818. El ejér-cito español en Chile fue finalmente derrotado por los patriotas almando de San Martín el 5 de abril en la batalla de Maipú.

En mayo San Martín fue recibido gloriosamente en BuenosAires como libertador de Chile, pero eso no garantizó el apoyo de Ar-gentina para la nueva etapa del Plan Continental, la liberación de Perú,porque los gobiernos de la república enfrentaban caos y anarquía porlos enfrentamientos entre centralistas y federalistas. El General atravesólos Andes tres veces para buscar un apoyo que le fue esquivo.

San Martín luchó, a capa y espada, para conseguir recursos y

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8 AGUSTÍN PÉREZ PARDILLA, “José de San Martín, el Libertador cabalga”, 1997, pág. 158.

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llevar a cabo su propósito de liberar el Perú, su decisión en 1811 de re-gresar a su América natal, no era solo para reforzar la independencia deBuenos Aires, o de las Provincias del Río de la Plata, no era suficiente li-berar Chile, ninguna de estas estaría asegurada mientras se mantuvieraen Lima el poderío español. San Martín no era un hombre impulsivo,tomó decisiones luego de profunda meditación y después de hacerlo lassostenía con firmeza. A pesar de no contar con suficiente apoyo del go-bierno de Buenos Aires, se empeño en su objetivo. Contó eso sí, con ladecidida colaboración de su amigo O´Higgins y el gobierno chileno, queformó la Armada comandada por Cochrane, la que posibilitaba la inva-sión al corazón del imperio español en Suramérica. Finalmente la expe-dición independentista partió de Valparaíso en agosto de 1820, SanMartín tenía la esperanza de que al llegar a costas peruanas, se le unie-ran miles de voluntarios para reforzar el ejército patriota y poder some-ter a las fuerzas españolas del Virrey Pezuela.

INDEPENDENCIA DE GUAYAQUIL

La noticia del triunfo de Bolívar en Boyacá creó la expectativaen algunos jóvenes de Guayaquil sobre la fortaleza del proceso inde-pendentista. A fines de septiembre de 1820 se conoció que la expediciónde San Martín había llegado a costas peruanas, así mismo, arribaron ala ciudad tres oficiales venezolanos expulsados, por favorecer la revo-lución, del batallón español Numancia que estaba estacionado en Lima,.Con ese motivo, José Villamil, natural de Nueva Orleáns radicado enGuayaquil, y José Antepara organizaron sendas reuniones con los ve-nezolanos León Febres Cordero, Miguel Letamendi y Luís Urdaneta,oficiales peruanos del batallón de Granaderos estacionados en la ciudady jóvenes guayaquileños adictos a la causa independentista, para orga-nizar una revolución que libere a Guayaquil del dominio español. Unode los más jóvenes, Febres Cordero, exponía así los motivos para realizarel golpe: “De la revolución de esta importante provincia puede depen-der el éxito de ambos Generales (Bolívar y San Martín), en razón alefecto moral que produciría, aunque nada más produjera”9. Parecía in-digno para los convocados que uno de los ejércitos libertadores llegaracuando la ciudad no esté aún liberada.

9 JOSÉ VILLAMIL, “Reseña de los Acontecimientos Políticos y Militares de la provincia deGuayaquil, desde 1813 hasta 1824, inclusive”, Lima 1863. Republicado “La Independenciade Guayaquil”, BCE 1983, pág. 14.

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En la provincia había cerca de mil quinientos hombres de guar-nición entre granaderos de reserva, milicias, un escuadrón de caballería,una brigada de artillería y la tripulación de siete cañoneras, sin embargo,entre los complotados estaban algunos oficiales criollos. Entre la nochedel 8 de octubre y la madrugada del 9 se tomaron los cuarteles con lamuerte del comandante español, apresaron al gobernador y las princi-pales autoridades, y declararon la independencia de Guayaquil.

En primera instancia se nombró presidente de la junta guber-nativa al coronel Escobedo, y enseguida se comisionó a Villamil paraque llevara noticias de la revolución y entregara los prisioneros al Ge-neral San Martín. Villamil relata en su reseña de los acontecimientos, suencuentro con la Armada comandada por el Almirante Cochrane el 31de octubre, que se encontraba a las afueras de la rada del Callao prepa-rando el asalto al Esmeralda, y su entrevista con el libertador San Martín,que estaba en Ancón. No podía el General dar mucha ayuda a los revo-lucionarios, pero si envió 150 carabinas y a los coroneles Guido y Luzu-riaga como comisionados ante el gobierno de Guayaquil.

Durante los primeros días después de la revolución, Escobedoapresó y confiscó los bienes de los vecinos españoles de la ciudad, cau-sando una gran consternación en la misma, y envió, sin las previsionesni hombres suficientes, una expedición militar a Quito. Las accionesabusivas de Escobedo contra los peninsulares, a pesar de que muchosde ellos favorecían la independencia, provocó la reacción ciudadana,treinta días después del golpe revolucionario se reunió un cabildoabierto que destituyó a Escobedo y nombró una nueva Junta de Go-bierno presidida por el patricio José Joaquín de Olmedo que liberó a lospresos y les restituyó sus bienes10. Esta Junta promulgó pocos días des-pués un Estatuto Provisorio republicano y liberal que rigió durante lavigencia del Estado de Guayaquil hasta julio de 1822.

Las tropas de la provincia en su avance a Quito, después de pe-queños encuentros exitosos con brigadas enemigas, sufrieron a fines denoviembre una aparatosa derrota ante fuerzas muy superiores en losllanos de Huachi. Al Coronel Luzuriaga se le encargó reorganizar lasfuerzas que sobrevivieron al desastre y evitaron que la ciudad fuera to-mada por tropas realistas.

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10 EMILIO ROCA, “Recuerdos históricos de la Emancipación Política del Ecuador y del 9 deOctubre de 1820”, Guayaquil 1900. Republicado “La Independencia de Guayaquil”, BCE1983, pág. 91-93.

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Las lluvias de la estación invernal impidieron que eso sucediera,mientras tanto, Bolívar al conocer la Independencia de Guayaquil, envióprimero al General Mires con una compañía de soldados experimenta-dos y luego al General Sucre con 600 hombres, que se constituirían enla base del ejército libertador del territorio quiteño. Sucre llegó a la ciu-dad con la disposición de agregarla a Colombia, lo que fue rechazadopor al Junta de Gobierno que lo nombró sin embargo, Jefe del Ejército.

La Junta de Gobierno no accedió al pedido de Bolívar porqueentre los ciudadanos de Guayaquil habían tres tendencias independen-tistas y republicanas: la primera tenía el apoyo de algunos miembros dela Junta y comerciantes prominentes, favorecía la unión con Perú cuandoeste país se independice; otra que admiraba a Bolívar y favorecía la in-tegración de la provincia a Colombia; la tercera, respaldada por Olmedoy que era la más popular, creía que la provincia, junto al territorio de laPresidencia de Quito, debía ser una republica independiente de Colom-bia y Perú11.

La campaña de 1821 se inició con el triunfo patriota en Cone,un llano en la costa cerca de Guayaquil, pero luego el ejército indepen-dentista fue derrotado nuevamente en los campos de Huachi, en la sie-rra central cerca de Ambato al sur de Quito. Bolívar, que dirigía el gruesodel ejército colombiano desde Popayán, no podía enviar suficientes re-fuerzos a Sucre en Guayaquil por lo que pidió al General San Martínen noviembre de ese año el envío del batallón al mando de Heres, o“cualquier otro cuerpo que pueda ser destinado a Guayaquil, de los delejército del mando de V. E.”12. El General San Martín respondió gene ro-samente asignando al General Santa Cruz para que se pusiera a las ór-denes del General Sucre con 1400 hombres, los que junto a cientos dereclutas de Guayaquil, Cuenca y Loja completaron el ejército que sellóla liberación de la antigua Presidencia de Quito en la sangrienta Batallade Pichincha el 22 de mayo de 1822.

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11 JOSÉ VILLAMIL, Reseña de los Acontecimientos Políticos y Militares de la provincia de Guaya-quil, desde 1813 hasta 1824, inclusive, Lima 1863. Republicado La Independencia de Guayaquil,BCE 1983, pág. 38.

12 SIMÓN BOLÍVAR, Obras Completas, Vol. I, La Habana 1947, pág. 607.

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SAN MARTÍN COMO PROTECTOR DEL PERÚ

Desde que partió la expedición libertadora del Perú de Valpa-raíso el 21 de agosto de 1820, se hizo evidente que la relación de GeneralSan Martín con el Almirante Cochrane iba a ser conflictiva. Según Lynch,al escoses se lo puede describir como: “un mercenario superior, marinoprofesional con características de valor, fanfarronería y originalidad quele dieron fama durante la guerra napoleónica”13. La primera confronta-ción ocurrió cuando San Martín decidió, con una actitud cauta, desem-barcar en Pisco, mientras el Almirante quería continuar al Callao,enfrentar a los realistas y ocupar la capital, aprovechando el factor sor-presa. La estrategia de San Martín, de ir ganando territorios y reclutasen los alrededores de Lima, según Cochrane era muy costosa pues habíaque mantener la flota inactiva. San Martín quería evitar un sangrientoenfrentamiento con los realistas para ganar la mente y corazón de losperuanos, que se unirían así a la causa libertadora e influirían al virreypara lograr un acuerdo de independencia, en la forma de una monar-quía constitucional encabezada por un príncipe español. Sin embargo,según los hechos demostraron, el general argentino sobrestimó el apoyopopular peruano a la causa independentista14.

De Pisco, el general reembarcó el 23 de octubre y fue primero aAncón, donde lo visitó la delegación guayaquileña encabezada por Vi-llamil con las noticias de independencia, y luego más al norte al vallede Huaura donde permaneció seis meses. Cochrane no se quedaba tran-quilo, el 5 de noviembre asaltó con éxito la fragata española Esmeraldaque estaba anclada en Callao.

La actitud conservadora de San Martín contribuyó para queTorre Tagle lidere a Trujillo en su declaración de independencia el 29 dediciembre y que oficiales criollos como Gamarra, Santa Cruz y Castillase unieran al ejército libertador. Mientras las fuerzas de Miller y Arenalesacosaban a los españoles por tierra, Cochrane dominaba los mares, loque provocó que el batallón Numancia se adhiera a la causa libertaria yque oficiales realistas depusieran al virrey Pezuela reemplazándolo conel general La Serna el 29 de enero de 1821.

Una segunda expedición del general Arenales a la región andinaen abril fue interrumpida por la firma de un armisticio entre La Serna y

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13 JOHN LYNCH, “San Martín, argentine soldier, american hero”, 2009, pág. 111.14 Ídem, pág. 121-123.

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San Martín el 23 de mayo, que fue aprovechado por el virrey para eva-cuar Lima y fortalecerse en la sierra. San Martín entró victorioso en lacapital del virreinato el 12 de julio y el 28 se proclamó la Independenciade Perú. Comenzó la administración del Protector en Lima aunque nose había presentado aún ninguna batalla entre los ejércitos rivales. SanMartín permitió que el general Canterac con 3000 hombres cruzarafrente a Lima hacia la fortaleza del Callao, que estaba en manos realistas,la abasteciera, y luego se retirara a la sierra con el tesoro y sus hombres,sin enfrentarlos. Está actitud fue muy criticada por Cochrane y algunosde los oficiales patriotas, haciéndole perder popularidad al libertador,la que no recuperó ni con la rendición de la fortaleza y el cambio de sucomandante, el general Lamar, el 19 de septiembre, al ejército indepen-dentista15.

Pocos días después, luego de innumerables comunicacionesentre Lord Cochrane y el Ministro Monteagudo, reclamando el primerola paga de sus tripulantes y provisiones, así como la acción ilegal de laArmada al apoderarse de dineros y bienes en Ancón, el Ministro le in-dica al Almirante que. “ha resuelto S. E. salga usted inmediatamentepara los puertos de Chile con la Escuadra a su mando, devolviendoantes el dinero y pastas particulares que ha tomado”16. El Almirante in-tentó justificar sus acciones en comunicaciones posteriores, pero el rom-pimiento entre Cochrane y San Martín fue definitivo, debió salir elAlmirante de Callao a comienzos de octubre.

El ejército de San Martín se componía de peruanos, chilenos, co-lombianos y argentinos, lo que ocurrían celos entre ellos, sobretodo por-que el General manifestaba preferencia por los primeros para estimularel entusiasmo revolucionario entre la población del país, además losneo granadinos y venezolanos, que se habían sublevado del batallón es-pañol Numancia, exigían el retorno a Colombia17. La derrota de las fuer-zas comandadas por el general peruano Tristán en Ica, en abril de 1822,aumento el descrédito del Protector entre los oficiales del ejército, quie-nes injustamente lo culparon del fracaso.

Los reveses militares del ejército libertador del Perú causaron

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SAN MARTÍN, SU ENTREVISTA CON BOLÍVAR EN GUAYAQUIL Y RETIRO DEL GOBIERNO DEL PERÚ

15 Ídem, pag. 133-134.16 Documentos para la Historia del Libertador General San Martín. Tomo XVIII, Buenos Aires

MMI, pág. 133 17 JOSÉ COROLEU, “América, Historia de su Colonización, Dominación é Independencia”,

Tomo Cuarto. Barcelona 1896, pág. 243.

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que la política implantada por Monteagudo, con la venia del Protector,de acosar a los peninsulares establecidos en Lima, se acentuara. El pro-pio ministro tucumano declaró en sus memorias, que de diez mil espa-ñoles distribuidos en todos los rangos cuando llegó el ejército libertador,quedaban menos de seiscientos cuando lo expulsaron del Perú18. Estapolítica, que generó ingresos al gobierno, por la confiscación de bienesde los desterrados que fueron distribuidos entre los oficiales, causó undeterioro económico por el abandono de propiedades productivas, yperdida de apoyo de ciudadanos que consideraban abusivo los atrope-llos cometidos. En menor escala, y por apenas un mes, esta política dearbitrariedades e injusticia contra españoles fue la que siguió Escobedoen Guayaquil a partir de octubre de 1820, lo que motivó su destitucióny expulsión por la nueva Junta de Gobierno.

Las situaciones política y militar no eran muy ventajosas paraJosé de San Martín cuando salió de Lima por segunda vez para entre-vistarse con Bolívar. El viaje que inició a comienzos de 1822 se interrum-pió cuando supo que el Libertador no podía llegar a Guayaquil.

LA ENTREVISTA CON BOLÍVAR EN GUAYAQUIL

El encuentro entre Bolívar y San Martín en Guayaquil es uno delos eventos históricos más analizado y comentado por los estudiosos.Nunca se podrá saber con certeza que se dijeron los dos generales en untotal de seis horas que duraron las tres entrevistas que tuvieron en losdías 26 y 27 de julio de 1822. Historiadores venezolanos como Don Vi-cente Lecuna rechazan la autenticidad de la misiva que San Martín envióa Bolívar desde Lima dada a conocer por el francés Lafond en 1844, yalgunos argentinos creen que falta veracidad en las memorias enviadaspor el secretario de Bolívar, José Gabriel Pérez al secretario de RelacionesExteriores en Bogota y al Intendente del Departamento del Sur. Tres fue-ron los temas principales que debieron abordar los libertadores y quemotivaron el famoso encuentro.

Primero.- Sin duda, uno de los propósitos del viaje de San Mar-tín a Guayaquil era apoyar la voluntad de la Junta de Gobierno, de quela ciudad escoja libremente su destino. Había manifestado el Protectoral Presidente de la Junta, en agosto del año anterior, que él no haría, sino

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18 JOSÉ COROLEU, América, Historia de su Colonización, Dominación é Independencia. TomoCuarto, Barcelona 1896, pág. 247.

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seguir la voluntad del pueblo y considerar a la provincia en la posiciónpolítica que ella mismo se coloque. El asunto de Guayaquil ya lo habíantratado los libertadores, el 3 de marzo de 1822. San Martín le dirigió unacarta a Bolívar, en la que le expresaba el sentimiento que tenia por la in-timidación que le hacia el Libertador al Gobierno de Guayaquil paraque se agregue la provincia a Colombia, y le pedía: “Dejemos que Gua-yaquil consulte su destino y medite sus intereses para agregarse a la sec-ción que le convenga”19. Bolívar recibió esa carta con mucho retardo,como el mismo dice en su contestación del 22 de junio desde Quito, enla que manifiesta: “Y no pienso como V. E. que el voto de una provinciadebe ser consultado para constituir la Soberanía Nacional”. Escribe queel Gobierno de Colombia había resuelto no permitir, por más tiempo, laexistencia de la Junta, y luego reitera no creer que Guayaquil tenga de-recho a expresar su voluntad para incorporarse a la República, pero queconsultará al pueblo porque este es digno y para que el mundo vea: “queno hay pueblo de Colombia que no quiera obedecer sus sabias leyes”20.Es posible que esta comunicación, en la que el Libertador manifiesta suresolución sobre el asunto de Guayaquil, no le haya llegado al Protectorantes de su partida del Callao, puesto que en la relación que hace unode sus acompañantes, Rufino Guido, expresa que uno de los objetivosreservados del viaje, era apoderarse de la provincia que se había decla-rado a favor del Perú; al llegar a Puná conocieron que Bolívar ya habíaagregado Guayaquil a Colombia, por lo que San Martín cambió de pla-nes y ordenó que el convoy con dos batallones que lo seguía, regresaraal Callao21.

San Martín era un hombre práctico, ya nada podía hacer conrespecto a Guayaquil ante un fait acompli, Bolívar se había adelantado oél había llegado tarde. En la carta de Bolívar a Santander le dice que elProtector le ofreció eterna amistad hacía Colombia, intervenir a favordel arreglo de limites y no mezclarse en los negocios de Guayaquil.Pérez en sus informes dice que San Martín afirmó que nada tenia quedecir sobre Guayaquil, y que Bolívar le contestó que el había llenado losdeseos del Protector de consultar al pueblo, el que estaba convocadopara expresarse el 28 del mes, el día en que partió San Martín de regresoal Callao.

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19 Documentos sobre la Entrevista de Guayaquil, Guayaquil, 1972, pág. 15.20 Ídem, 1972, pág. 8-9.21 Ídem, pág. 73.

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Rufino Guido dice que al día siguiente de la partida, a bordodel Macedonia, San Martín le dijo: “¿Qué le parece a usted como nos haganado de mano el Libertador Simón Bolívar?”, confiando que Colom-bia no se quedaría con Guayaquil luego que el Perú acabe con los cha-petones, ya que, el Protector percibía, que el pueblo en masa quería seranexado al Perú22.

En la controvertida misiva de San Martín a Bolívar fechada en29 de agosto, el Protector manifiesta:

“Nada diré a usted sobre la reunión Guayaquil a la Republicade Colombia. Permítame, general, que le diga, que creí que no era a no -so tros a quienes correspondía decidir este importante asunto. Concluidala guerra, los gobiernos respectivos lo hubieran transado, sin los incon-venientes que en el día pueden resultar a los intereses de los nuevos es-tados de Sud–América”23.

Algo de premonición tiene esta sentencia de San Martín, la gue-rra entre Perú y Colombia en 1828 estuvo, en gran parte, motivada porlos deseos peruanos de agregar a su territorio a Guayaquil, intenciónque tuvo otra vez el General Castilla cuando Ecuador se había separadode Colombia, y Perú ocupó Guayaquil en 1859. Si Bolívar hubiera per-mitido que la Junta de Gobierno, convoque al pueblo libremente a ex-presar sus deseos, seguramente este hubiera decidido su integración aColombia, dada la popularidad del Libertador, pero se hubiera evitadoel malestar peruano que provocó que sus gobiernos invadieran dosveces la ciudad en los primeros treinta y cinco años de independenciadel Perú.

Segundo.- La inestabilidad y el caos en la primera década delgobierno de Buenos Aires, la influencia de la aristocracia de Lima y deMonteagudo, habían persuadido a San Martín que una monarquía cons-titucional dirigida por un príncipe europeo, era lo que más conveníapara el Perú. Ese fue uno de los temas conversados en la entrevista, ycon el que Bolívar discrepó con San Martín. En los informes enviadospor el secretario Pérez, y que seguramente el Libertador dictó, se afirmaque Bolívar contestó que esto no convenía a América ni a Colombia peroque el no se opondría a la forma de gobierno que cada estado quieradarse. Por ese informe podemos entender que el Libertador estaba másen contra de la venida de príncipes europeos que de una monarquía

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22 Ídem, pág. 77.23 Ídem, pág. 79.

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constitucional como tal, pues dice: “que S. E. habría preferido invitar algeneral Iturbide a que se coronase con tal que no viniesen Borbones,Austriacos, ni otra dinastía europea”24.

Bolívar, por la experiencia de la primera etapa de la Republicade Venezuela, era opuesto al federalismo y favorecía una democraciacentralista, como la que estableció en Colombia. Sin embargo, por lasdificultades que tuvo para controlar al congreso, y la necesidad de ungobierno fuerte, incluso dictatorial para lograr la independencia defini-tiva de Perú, el Libertador posteriormente estuvo a favor de un fuertepresidencialismo, vitalicio, como consta en las constituciones que pro-puso para Bolivia, Perú y Colombia. En algo influyó el pensamiento deSan Martín, opuesto a un republicanismo que podía degenerar en caosy desorden, en las ideas bolivarianas.

Tercero.- Sobre la ayuda militar que debía darle Colombia al Pro-tector para la independencia de Perú, es donde más difieren las versionesde la entrevista. Pérez menciona que conversaron sobre la Federación delos dos países, sobre el apoyo del Protector para el arreglo de límites, peroque este había venido a Guayaquil como una simple visita sin empeñopolítico ni militar, “pues ni siquiera habló formalmente de los auxilios quehabía ofrecido Colombia y que se aprestaban para partir”25.

Según el historiador Lynch, “el recuento bolivariano de la entre-vista es un análisis franco de lo que ocurrió, aunque selectivo y parcial”26.En la famosa carta dada a conocer por Lafond, San Martín le expresa aBolívar que los resultados de la entrevista no son los que esperaba parala pronta terminación de la guerra. Le escribe, seguramente reiterándolelo que le dijo personalmente, que el ejército del Perú no tenía mas que8.500 hombres disponibles, contra más de 19.000 realistas y que la divi-sión de 1.400 colombianos que el Libertador le enviaba solo serviríanpara mantener el Callao y orden en Lima. Las excusas que le habría dadoBolívar para no enviar el grueso de su ejército no lo convencían, dice enla misiva: “o que no ha creído sincero mi ofrecimiento de servir bajo susordenes con las fuerzas a mi mando o que mi persona le es embarazosa”.La excusa de que el Congreso de Colombia no consentiría su separaciónde la república no le parecía plausible a San Martín27.

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24 Ídem. 67-68.25 Ídem, pág. 66-67. 26 JOHN LYNCH, Op. Cit., pág. 189.27 Documentos sobre la Entrevista de Guayaquil, Guayaquil 1972, pág. 78.

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Hay una discrepancia en el número de hombres que ofreció Bo-lívar enviar al Perú, pues en la carta que escribió el Libertador a San-tander el 29 de julio, dice que “lleva 1.800 colombianos en su auxilio,fuera de haber recibido la baja de sus cuerpos la segunda vez, lo quenos ha costado más de 600 hombres: así recibirá Perú 3.000 hombres derefuerzo, por lo menos”28. Es posible que Bolívar haya considerado quela ayuda que brindaba seria suficiente para el triunfo de los patriotas, oque como sucedió poco después con la sublevación en Pasto, Colombianecesitaba el grueso del ejército para consolidar la independencia en laRepública. Sin embargo, San Martín esperaba más, y salió frustrado ydefraudado del encuentro.

En 1896 escribió el historiador Coroleu que por el resultado dela entrevista, esta distó mucho de ser cordial, tanto las miras como loscaracteres de los interlocutores eran contrarios, reflexionando así:

“Bolívar era locuaz, inquieto; San Martín, tranquilo, frío, reser-vado; aquél, orgulloso con sus triunfos, tenia formada pobre idea de lossoldados del Sur; esté, más modesto o más transigente, hacía caso omisode las glorias alcanzadas en sus campañas para no pensar en otra cosasino en mancomunar los esfuerzos en bien de la causa de la indepen-dencia; el primero creyó ver en San Martín una modestia fingida y falsa;el segundo en Bolívar una ambición desapoderada. Ni uno ni otro secomprendieron, y se separaron recelosos y disgustados”29.

Esta opinión se corrobora con la carta que San Martín envió alfrancés Lafond y que se conserva en el museo Mitre, aunque en esta ex-presa también su admiración a los hechos militares de Bolívar, “su cons-tancia a prueba que se fortalecía en las dificultades, sin dejarse abatirpor ellas, por más grandes que fueran los peligros a los que se hubieraarrojado su alma ardiente”30. Si bien los libertadores no llegaron a po-nerse de acuerdo en la entrevista de Guayaquil, no podemos decir quehayan quedado enemistados, las comunicaciones de los dos en fechasposteriores, evidencian una mutua admiración y respeto entre ellos.

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28 Documentos sobre la Entrevista de Guayaquil, Guayaquil 1972, pág. 61.29 JOSÉ COROLEU, “América, Historia de su Colonización, Dominación é Independencia”,

Tomo Cuarto, Barcelona 1896, pág. 248.30 Documentos sobre la Entrevista de Guayaquil, Guayaquil 1972, pag.83-84.

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El retiro del Protector de la guerra del Perú

Por la forma de ser del general San Martín, tranquilo y calcula-dor, sabemos que la importante decisión de dejar el Perú, no fue hechaa la ligera, sino luego de mucha meditación. Son evidentes los proble-mas políticos y militares que tenía el Protector del Perú; su amigo JoséGarcía del Río, desde Santiago de Chile le escribió en marzo de 1822,sobre los cuentos que en esa capital se decían de él y su gobierno, es-parcidos por los oficiales chilenos que habían regresado descontentosdel Perú. Le dice García en esa comunicación que unos especulaban enChile sobre “el golpe de una revolución”, recomendándole que a su re-greso, asumiera el mando con solemnidad, y: “enseguida procede Ud.a la apertura del Congreso, y allí puede renunciar al mando político, sinque entonces tenga nadie que morder a Ud., ni quede lugar a creer queel paso ha sido forzado”31.

En Guayaquil, San Martín le dijo a Bolívar, según la comunica-ción que el Libertador dirigió a Santander el 29 de julio, “que se retiraráa Mendoza, porque está cansado del mando y de sufrir a sus enemi-gos”32.

Cuando el Protector llegó a Lima de regresó de la entrevista, en-contró que el ministro Monteagudo había sido depuesto y deportado, ysu posición política se había deteriorado. En la carta que le dirigió aO´Higgins el 25 de agosto le dice que va a llegar la época que tanto hasuspirado y que se retirara después de convocar al Congreso, le adelantauna explicación para esta decisión:

“Ud. me reconvendrá por no concluir la obra empezada, Ud.Tiene mucha razón, pero más tengo yo. Créame, amigo mío, ya estoycansado de que me llamen tirano, que en todas partes quiero ser rey,emperador y hasta demonio; por otra parte, mi salud esta muy deterio-rada, el temperamento de este país me llevan a la tumba, en fin, mi ju-ventud fue sacrificada al servicio de los españoles, y mi edad media, alde mi Patria; creo que tengo derecho de disponer de mi vejez”33

San Martín convocó al Congreso del Perú tan pronto llegó de

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SAN MARTÍN, SU ENTREVISTA CON BOLÍVAR EN GUAYAQUIL Y RETIRO DEL GOBIERNO DEL PERÚ

31 Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomo XVIII, Buenos AiresMMI, pág. 347.

32 Documentos sobre la Entrevista de Guayaquil, Guayaquil 1972, pág.61.33 Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomo XVIII, Buenos Aires

MMI, pág. 480.

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Guayaquil, el mismo que se reunió el 20 de septiembre de 1822, y enefecto, como le había anunciado a Bolívar y a O´Higgins, le entregó for-malmente el mando del Perú presentándole una escueta proclama y seretiró a su casa para preparar su partida a Chile. El Congreso presididopor Luna Pizarro le agradeció al general sus servicios en la misma fechade su instalación, en el oficio se expresa: “La Nación peruana se lisonjeade ser agradecida a la paz de los eficacísimos esfuerzos que V. E, hahecho, lanzándose, como el rayo de la célebre montaña que vio los últi-mos días de Lautaro, a exterminar en el suelo de los incas el férreo poderde España”34.

Al día siguiente zarpó San Martín desde Ancón rumbo a Valpa-raíso, luego de pasar pocos días en Santiago, el general se instaló enMendoza manteniéndose al tanto de los acontecimientos del Perú yGuayaquil a través de comunicaciones recibidas de amigos como TomásGuido, Rudecindo Alvarado, Hipólito Unanue, Francisco Ugarte, JoséLamar, Fray Manuel Negrón, Francisco Roca, José Joaquín Olmedo,entre otros. En muchas de estas le expresan la esperanza que el generalregrese, advirtiendo el peligro de que la situación militar y política seagrave en el Perú35.

El historiador John Lynch especula sobre lo que tenía en menteSan Martín mientras estuvo un año en Mendoza, a pesar de la enferme-dad de su esposa Remedios: “Perú no estaba cerrada completamente;había todavía una rendija abierta en la puerta. Él había renunciado alpuesto de Protector pero no al de general, y puede ser que mientras suesposa lo esperaba en Buenos Aires, él esperaba los acontecimientos enPerú”36.

Luego de la partida del general San Martín de Lima, los sucesospolíticos y militares fueron demostrando que para que la independenciatriunfe en Perú eran necesarios un ejército poderoso y un gobierno dicta -torial. Cuando los delegados del Congreso del Perú le ofrecieron al Li-bertador Bolívar lo segundo, el comprometió el grueso del ejército colom- biano en la guerra contra el último bastión realista en América del Sur.Simón Bolívar llegó a Lima, donde fue recibido con entusiasmo, el 1 de

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34 Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomo XVIII, Buenos AiresMMI, pág. 502.

35 Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomo XVIII, Buenos AiresMMI, pág. 504-555.

36 JOHN LYNCH, “San Martín, argentine soldier, american hero”, 2009, pág. 199.

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septiembre de 1823, luego de recibir la autorización del Congreso de Co-lombia. La unión del ejército colombiano con el de Perú y el genio de Bo-lívar hicieron posible los triunfos patriotas en Junín y Ayacucho en 1824.

La decisión de San Martín de alejarse de Perú, luego de la en-trevista de Guayaquil, fue racional y patriótica, se desprendió de unmando que necesitaba acciones dictatoriales, las que él no quería asumir,y dio lugar para que Bolívar comprometa a su ejército y prestigio en laIndependencia del Perú.

San Martín no actúo irresponsablemente con América, esperóen Mendoza hasta que conoció el arribo de Bolívar a Lima antes de via-jar a Buenos Aires, y retirarse tres meses después a Europa, como habíadecidido. Llegó al puerto el 4 de diciembre, tarde para despedirse de suesposa enferma, pero una vez que estaba seguro que su participaciónen la finalización de la guerra no era ya necesaria.

Los libertadores se plantearon estos acontecimientos en su en-cuentro en Guayaquil. Quisiera resaltar la opinión del Dr. René Favaloroen que debemos terminar de presentar a San Martín y Bolívar como ene-migos:

“No hay duda alguna de que se diferenciaban temperamental-mente y serían innumerables los ejemplos por relatar para marcar susdistinciones caracterológicas particulares…A pesar de ello se compren-dieron, se respetaron y se admiraron mutuamente. Los dos sabían queluchaban por la misma causa: la libertad de América y los derechos re-publicanos del hombre. Los dos deberían constituir el basamento de laverdadera y sólida unidad latinoamericana”37

CONCLUSIÓN

Estos años en que iniciamos la celebración del proceso de inde-pendencia de nuestras repúblicas, son propicios para resaltar la figurade San Martín, militar valiente y brillante estratega, quien decidió re-gresar a su América natal para luchar contra el dominio de una monar-quía decadente, acometió con el Plan Continental que liberaría Chile einvadiría el corazón del poder español en Lima, y se retiró modesta-mente para dar paso a la unión del ejército que él comandaba con el deColombia, acelerando así, el fin de la guerra de Independencia del Perúy la libertad de toda Suramérica.

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SAN MARTÍN, SU ENTREVISTA CON BOLÍVAR EN GUAYAQUIL Y RETIRO DEL GOBIERNO DEL PERÚ

37 RENE FAVALORO, ¿Conoce usted a San Martín?, Buenos Aires 2009, pág. 190-191.

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El retiro de San Martín de la guerra peruana y de la Indepen-dencia de América se produce no solo como consecuencia de la entre-vista con Bolívar. Antes de eso, su figura política en Perú se habíadebilitado por las equivocadas acciones del ministro Monteagudo, tam-bién estaba menoscabado su liderazgo militar por el rompimiento conel comandante de la Escuadra chilena y el descontento de oficiales delejército por la cautelosa estrategia seguida por el patriota argentino.

La anexión realzada por Bolívar de Guayaquil a Colombia y lanegativa del Libertador de comprometer el grueso de su ejército con laguerra en el Perú, complicaron más la perspectiva militar y política deSan Martín, por lo tomó la difícil decisión de renunciar al mando pe-ruano.

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VIDA ACADÉMICA

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HOMENAJE DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA A CINCO GRANDES HISTORIADORES:

CELIANO MONGE NAVARRETE, MANUEL DE GUzMÁN POLANCO, ALFREDO PAREJA DIEzCANSECO,

PLUTARCO NARANJO VARGAS Y JORGE SALVADOR LARA

Juan Cordero Íñiguez

INTRODUCCIÓN

La Academia Nacional de Historia, una institución respetable,con 101 años de vida, creada por monseñor Federico González Suárezpara fomentar las investigaciones históricas en todo el país, con solo ungran objetivo: llegar a la esquiva y multifacética verdad de los hechos,continúa, en la iniciación de su segundo siglo de existencia, en esta di-fícil pero cívica tarea, para lo cual se motivará e incentivará la actividadrigurosamente científica, respaldando la investigación en fuentes pri-marias y poniendo al alcance de los ecuatorianos una copiosa biblio-grafía especializada y actualizada.

De estos dos campos estamos preocupados y por ello se está tra-bajando en un reglamento de ayudadas económicas para quienes pre-senten proyectos debidamente sustentados y se incorporen a la redac- ción de la Manga Historia General de los Ecuatorianos y Ecuatorianas, unproyecto que pronto lo daremos a conocer1. También se está trabajandoasiduamente para enriquecer la Biblioteca Jacinto Jijón y Caamaño, y hasido un paso de gran trascendencia la adquisición de la sección históricade la biblioteca de quien fuera uno de los grandes intelectuales y cien-tíficos ecuatorianos, el Dr. Luis A. León.2

También es tarea primordial de nuestra Institución, recordar alos ecuatorianos los grandes acontecimientos del pasado y por ello, la

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1 A partir de un proyecto de Reglamento preparado por el Académico Enrique Ayala Mora, seestán haciendo los reajustes para aprobarlo y ponerlo en vigencia.

2 Debo destacar el empeño que pone en mejorar la Biblioteca, bajo todos los aspectos, el acadé-mico Enrique Muñoz Larrea. En cuanto a la Biblioteca del Dr. León, son alrededor de 5.000 tí-tulos, donde se destaca la colección de crónicas, los que se están procesando para servir a loslectores e investigadores.

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Academia misma y varios de sus miembros han contribuido última-mente con sendas publicaciones en torno al proceso independentista,cuyo bicentenario se está conmemorando en estos años.

Partimos de la reedición de una obra de Camilo Destruge, titu-lado Controversia Histórica sobre la iniciativa de la Independencia Americana,escrito en torno a Chuquisaca, La Paz y Quito en 1809, hecha por el aca-démico guayaquileño Melvin Hoyos; seguimos con La Patria Heroica, deJorge Salvador Lara, Cuenca y el Diez de Agosto de 1809 de quien les hablay Quito Luz de América, de Manuel de Guzmán Polanco. Hemos dedi-cado tres números de nuestro Boletín, con artículos y ensayos de variosacadémicos en torno de este trascendental acontecimiento y otro Boletínmás, en número especial, el 183, exclusivamente dedicado a rendir unHomenaje de la Academia Nacional de Historia a los Próceres sacrificados elDos de Agosto de 18103. Otras contribuciones de académicos están en Ac-tores y Procesos de la Revolución Quiteña, obra poligráfica de Multimedios106.9 publicada por FONSAL, con ensayos de varios miembros de nues-tra Institución; en la Historia del Acta de la Independencia, del académicoGustavo Pérez Ramírez, también editada por FONSAL. Sendos librossobre la Independencia y las mujeres en el proceso revolucionario, lohan escrito Jorge Núñez Sánchez y Jenny Londoño López, Académicode Número el primero y Correspondiente la segunda. Con estos traba-jos, y con otros más se ha continuado la tarea de realzar, ante la faz pú-blica, los acontecimientos históricos de nuestra Patria, como ha sidotradicional en su centuria de existencia.

Es, en fin, tarea gratísima de la Academia, exaltar a quienes hancontribuido con estudios substanciales para el mejor conocimiento denuestro fecundo pasado y más, si están ligados a nuestra Institución. Yal revisar sus obras, he constatando que todos los homenajeados en eldía de hoy, se han preocupado del movimiento revolucionario del Diezde Agosto, en su visión global: antecedentes, desarrollo y consecuencias.De manera que, la organización de varios eventos programados paraconmemorar la muerte heroica de nuestros primeros próceres, ocurridael 2 de agosto de 1810, tiene como un número brillante el reconocimientode los aportes de estos cinco grandes historiadores ecuatorianos.

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3 La dirección del Boletín está a cargo de Hernán Rodríguez Castelo y el número especial, circulóya exactamente el 2 de agosto, gracias a su capacidad de trabajo, su disciplina y empeño.

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NOMINACIÓN DEL AUDITORIO

En el acto de hoy partimos de la oficialización del nombre deeste auditorio, que desde hoy se llamará Manuel de Guzmán Polanco.Doy así cumplimiento al mandato del Directorio que, por unanimidady con plena complacencia, lo decidió en una de sus primeras sesionesdel presente año. Manuelito, como lo llamábamos con afecto, despuésde cumplir una fructífera labor en pro del país en muchos de los camposdel quehacer humano, se integró al eterno reino de Dios el 25 de diciem-bre del año pasado.

Durante los últimos ocho años de su vida, su principal preocu-pación se centró en la Academia Nacional de Historia, buscando el in-cremento de su presupuesto, con el gran apoyo del Ministerio deEducación; la ocupación de un edificio amplio y digno, obtenido en co-modato en la alcaldía del académico Paco Moncayo Gallegos; la reaper-tura de la Biblioteca Jacinto Jijón y Caamaño; el apoyo a los investi-gadores; y, el mantenimiento de la periodicidad del Boletín, que llegóen su administración al número 180. Además, ocupó su tiempo en pre-parar y publicar parte de sus propias investigaciones, dentro de las cua-les está el citado libro Quito, Luz de América, que tiene un capítulo sobreCamilo Henríquez, redactado por Jorge Núñez Sánchez, nuestro fla-mante premio Eugenio Espejo, a quien, con una justificada digresión, lefelicitamos personal e institucionalmente, por tan acertada decisión delgobierno ecuatoriano.Hemos ampliado la capacidad del auditorio ydesde hoy, de manera oficial, convocará a los actos culturales más rele-vantes, tanto de la Academia como de diversas instituciones culturalesque requieran de este espacio orgullosamente denominado Manuel deGuzmán Polanco. Nuestra intención es que sea una cátedra abierta paratodos los investigadores de la Historia que con libertad puedan exponersobre sus trabajos, con solo la sujeción a la indispensable rigurosidadcientífica y al respeto a los diversos criterios que se puedan exponersobre un mismo tema.

En nuestra dirección hemos abierto sus puertas a la presenta-ción de libros como los del Dr. Moisés Arteaga Lozano, del Arq. Fer-nando Albornoz Bueno y del académico guayaquileño Xavier GaraicoaOrtiz. Hemos incorporado en este auditorio a los académicos correspon-dientes extranjeros, los españoles Carmen Ruigómez Gómez y LuisRamos Gómez, quienes convirtieron en un libro sus discursos de rigor

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Manuel de Guzmán Polanco

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y lo titularon Echando cuentas en las cajas de Quito, un estudio sobre unaspecto de la economía quiteña en el siglo XVIII. Ha sido también unbuen espacio para acoger a quienes le recordaron con afecto a JorgeLuna Yépez, en el primer centenario de su nacimiento. Ha disertadoaquí John Sanbrailo sobre las relaciones de Estados Unidos con el Ecua-dor. Se ha iniciado aquí un programa sobre la Historia del Ecuador conel Colegio de Periodistas del Pichincha y fue también un honor, tenerleen esta tribuna a la historiadora portuguesa Alexandra Pelúcia quiendisertó sobre la expansión lusitana en los siglos XV al XVIII; en fin, ladifusión de un software de uso gratuito para bibliotecas, hace unospocos días, fue la última de las actividades cumplida en este lugar.

El ilustre nombre de Manuel de Guzmán Polanco vaticina elbueno y constante uso de este pequeño pero acogedor auditorio para elejercicio intelectual de nuestros conciudadanos. En estas paredes, hoydesnudas, pronto estarán los retratos de historiadores representativosde diversos lugares de la Patria para constituirse en una galería de ho-menaje a quienes dedicaron su vida, personal e institucionalmente, a lasiempre grata tarea de investigar y dar a conocer la profunda historiade nuestro querido Ecuador.

LOS RETRATOS DE CUATRO HISTORIADORES

La segunda intención de esta convocatoria es descubrir –develardicen algunos- cuatro retratos que lucirán en la sala de sesiones y en losambientes interiores de la Academia: Alfredo Pareja Diezcanseco, Ce-liano Monge Navarrete, Plutarco Naranjo Vargas y Jorge Salvador Lara.

ALFREDO PAREJA DIEzCANSECO. GRANDE EN LA LITERA-TURA, EN LA HISTORIA Y EN LA VIDA. (1908-1993) Comencemospor Alfredo Pareja Diezcanseco, el guayaquileño multifacético que igualsobresalió en el relato y en la investigación de nuestra historia. Parejaes uno de los grandes intelectuales ecuatorianos de todos los tiempos.Recordemos algo de su trayectoria: comenzó como novelista, calificadopor Isaac J. Barrera, como el mejor de su generación; siguió en este gé-nero y en el relato corto hasta el final de su vida, llegando a producirquince obras; también escribió ensayos, crítica, periodismo, inclusiveparticipó en la fundación de un diario; pero le entusiasmó la novela his-tórica, produciendo obras que hoy son clásicas en su género, como Vida

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Alfredo Pareja Diezcanseco

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y Leyenda de Miguel de Santiago, donde la recreación del ambiente colo-nial del siglo XVII es magistral. Dentro de este mismo género está LaHoguera Bárbara, un episodio trágico que parece un capítulo especial delrealismo mágico de nuestra América, con exaltación de Eloy Alfaro, elViejo Luchador que impulsó e implantó la revolución liberal finisecular,tan trascendente en nuestra historia. Sus propias experiencias políticasestán en Hombres sin tiempo. Y dentro de nuestro estricto campo acadé-mico de la historia, lo más notable de él es su amplia producción biblio-gráfica, quizá opacada por su mayor relevancia, establecida por lacrítica, en el campo de la literatura. Y lo bueno es que están escritos congusto literario, lo que hace más placentera su lectura. He aquí algunosde sus títulos: Breve Historia del Ecuador (1946), Historia del Ecuador (1954),La lucha por la Democracia en el Ecuador, (1956), El Ecuador de Eloy Alfaro(1964), Historia de la República del Ecuador de 1830 a 1972 (1974), Las insti-tuciones y la administración de la Real Audiencia de Quito (1975), Ecuador:de la prehistoria a la conquista española (1978), Ecuador: la República. De 1830a nuestros días. De todas ellos su Historia del Ecuador, una gran síntesis,en tres volúmenes, de los principales acontecimientos de nuestro pa-sado, ha tenido varias ediciones, desde la primera de 1954. Por estas yotras contribuciones, fue incorporado a la Academia Nacional de His-toria en 1989, en calidad de Miembro de Número.

Alfredo Pareja Diezcanseco ha tenido una vida azarosa en susaños juveniles, con participaciones políticas que le llevaron al destierro,pero que también le ubicaron en la legislatura y en legaciones diplomá-ticas. Al final de su existencia, una cosecha de reconocimientos, de con-decoraciones y de membrecías de instituciones de alto prestigio fueronun colofón digno de un ilustre y extraordinario ecuatoriano.

Agradezco a nombre de nuestra Institución a sus familiares máscercanos por estar presentes en este acto de recordación y de afecto paraeste gran personaje, particularmente a su hijo economista Jorge ParejaCucalón, a quien le pido que, en compañía de nuestro Subdirector, des-cubra el retrato de su padre. Al terminar el acto lo colocaremos en elsitio de honor que le hemos señalado, junto a los retratos de dos grandeshistoriadores generales del Ecuador, el padre Juan de Velasco y el Dr.Pedro Fermín Cevallos.

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CELIANO MONGE NAVARRETE, “EL GRAN CELIANO”, quienfuera tercer Director de la Academia no tenía un buen retrato en la SalaMayor de Sesiones, como tampoco lo tenían Jorge Salvador Lara y Plu-tarco Naranjo Vargas. Hubo la oportunidad de contratar a un excelenteretratista, el artista Angeloni Tapia, cuyos méritos no los voy a ponderar,porque estarán a la vista cuando descubramos sus obras. Con estos re-tratos se completa la galería de los diez Directores que ha tenido la Aca-demia desde 1909 hasta el 2009. El más difícil de ejecutarlo, nos ha dichoAngeloni, fue el de Celiano, pues debió partir solo de fotografías. En losotros casos, el artista pudo verlos, conversar y extraer los detalles de lacomposición de la obra, en sus despachos y en pleno trabajo, pues Jorgey Plutarco siguen incansables en el cumplimiento de sus obligacionesprofesionales y en la redacción de sus obras.

A Celiano, el Gran Celiano como lo llaman sus coterráneos am-bateños, le debemos los cuencanos un singular obsequio: en 1915 hizollegar al Municipio, presidido por Alfonso Cordero Palacios, un excep-cional documento, pues se trata del proceso iniciado el 3 de noviembrede 1820 y concluido, con un Plan de Gobierno, aprobado por una con-vención presidida por José María Vázquez de Noboa el 15 de noviembredel mismo año, que no es otra cosa que la Constitución Política de la Re-pública de Cuenca. Celiano lo descubrió en un archivo privado y gene-rosamente lo remitió a quienes eran sus legítimos dueños. Pero es todala Patria la que debe recordarle con afecto por lo mucho que aportó paraconocer mejor el proceso revolucionario de liberación política, que ahoraestamos conmemorando. Cito sólo algunas de sus colaboraciones parael Boletín de la Academia: Pro Patria, El capitán Juan de Salinas; doña RosaZárate fue quiteña; Episodios de la Independencia; El primer combate de Hua-chi; Abogado y Prócer, el Dr. Francisco Xavier Salazar…

Hombre de altas cualidades, sus talentos fueron reconocidos yaprovechados por Juan Montalvo y por El Viejo Luchador, quienes con-taron con su colaboración. Fundó revistas y participó en otras, fue co-fundador del Diario El Comercio, en 1906, primer Cronista Vitalicio deAmbato, consejero de Estado, diputado, y maestro en la cátedra y en lavida.

Nuestro Académico Franklin Barriga López, en la Historia de laAcademia dice: “Su vida la consagró al trabajo, a la meditación, a la in-vestigación substanciosa y plena. Espíritu de una seriedad marcadísima,cuya silueta viene hasta hoy haciéndonos recordar al hombre que toma

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Celiano Monge Navarrete

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real conciencia de la misión que tiene que cumplir, de los pasos que debedar para mejor seguir la senda que ha elegido.”4 Y a su vez, otro granacadémico, J. Roberto Páez nos recuerda que Celiano fue “Gran inves-tigador del pasado; abnegado compulsador de documentos; infatigableescudriñador de datos y fechas;…Tuvo el culto de nuestros héroes y ladedicación necesaria para hacer resaltar cuánto sirviera para elevar sunombre y acrecentar su fama. Pocos como él han amado a nuestros pró-ceres y se han empeñado tanto en dar a luz cuánto concurriera a engran-decerlos…”5

Pido, como en el caso anterior, acercarse a este estrado, a unode sus familiares para descubrir con nuestro Tesorero el excelente retratode Celiano.

PLUTARCO NARANJO VARGAS: UNA VIDA ABNEGADA, GE-NEROSA, FECUNDA. Profesional, investigador, historiador, intelectualy ocasionalmente político. Es excepcional en todas sus facetas. Un pa-radigma de su provincia natal Tungurahua y de nuestro querido Ecua-dor.

La Academia Nacional de la Historia le cuenta como a su Direc-tor de Honor, y en sesión unánime del Directorio ha decidido rendirle uncálido homenaje, no solo por haber dirigido la Institución, sino porquese trata de uno de los más ilustres ecuatorianos, que con envidiable vi-talidad ha mantenido una abnegada vida, junto a su gran colaboradoray compañera la doctora Enriqueta Banda, siempre pensando en funciónsocial y cultural, con fecundas actividades en los campos que ha incur-sionado y todo con una laudable generosidad, propia de su alma noble.

Debo confesar que quedé sorprendido, sobre todo por su co-piosa bibliografía, recogida pacientemente por Wilson Vega y Vega: nadamenos que 353 títulos, entre libros unitarios o poligráficos y artículos.Le admiré más al leer algunos artículos biográficos que irán en un libroque estamos preparando para rendirle un merecido homenaje. Uno delos redactores es el ex presidente de la República, el doctor Rodrigo BorjaCevallos, quien contó con su participación en el ministerio de Salud du-rante toda su administración. Coincidimos con su apreciación al decir

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4 Barriga López, Franklin, Historia de la Academia Nacional de Historia, Editorial El Conejo,Quito, 2009, p. 394.

5 Páez, Roberto J. Fragmento de un discurso citado por Franklin Barriga López en la obra antesmencionada.

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Plutarco Naranjo Vargas

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que no ha conocido hombre de mayor capacidad de trabajo y que setrata de una persona extraordinaria, fuera de lo común.

Edgar Samaniego Rojas le muestra en su faceta de farmacólogo,enseñando en la Universidad Central, investigando en el laboratorio,aplicando sus descubrimientos en la industria farmacéutica y dándonosa conocer sus aportaciones en la publicación de ciento treinta y cinco ar-tículos y libros sobre el tema. Junto a Eduardo Estrella, a Luis A. León,a Misael Acosta, entre unos pocos más, Plutarco Naranjo ha enriquecidoel conocimiento de la etnobotánica y de la medicina aborigen.

A Plutarco se le mira también como un elocuente montalvista,cuya valoración, así como la de Espejo, ha sido preocupación de todasu vida, expresada en varias publicaciones. Dice Jorge Núñez, otro delos articulistas: “Nos ha enseñado a leer nuevamente a Montalvo, a le-erlo con sentido crítico, desde nuestro tiempo y nuestro espacio…”

Germán Rodas le presenta en su temprana militancia socialista,apasionado por las reivindicaciones sociales, pero distante de los extre-mismos. Sigue su trayectoria desde los años juveniles, su participaciónen el nacimiento de la Federación de Estudiantes Universitarios, en loscongresos del partido, en la redacción de un ideario que lo tituló La Doc-trina Socialista y de otro libro que lo llamó La Primera Internacional, con-virtiéndose, en la trayectoria de su vida, de militante y activista, en unpensador político de avanzada.

Gustavo Pérez Ramírez, enfoca una de sus grandes cualidades,de la que podemos también dar testimonio muchas personas: como ungeneroso amigo, sí, haciendo hincapié en las dos palabras: generosidady amistad.

Rodrigo Fierro, con su conocida erudición, enfoca ampliamenteuna de sus claras y permanentes vocaciones, la del investigador cientí-fico, objetivo y preciso. Muestra su trayectoria a partir de su vinculacióncon la empresa LIFE, donde surgieron medicamentos para curar las aler-gias, enfermedad de la que Plutarco es el mayor especialista en el Ecua-dor; un sustitutivo del plasma sanguíneo, una penicilina de liberaciónlenta, nuevas vitaminas…Le sigue en la Universidad del Valle, en Co-lombia, laborando por tres años, con una autoridad científica y humanareconocida por todos. Nos informa de un logro excepcional para unecuatoriano o latinoamericano, ser becado para hacer investigacionesen los Estados Unidos, lo que visto por el fanatismo de los dirigentesuniversitarios de Quito, fue motivo de una injusta censura. Superandoese tropiezo, con la majestad de un hombre de bien, nos muestra como

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siguió con la frente en alto y avanzó muy lejos, hasta ser uno de los ma-yores científicos que haya tenido el Ecuador.

En la misma orientación están Fausto Palacios Gavilanes y JuanFrancisco Torres. Este último comenta: “Plutarco Naranjo ha guardadola virtud de la humildad, lo que le ha permitido dialogar con la gentepobre de nuestra sociedad, humildad que le ha facultado vivir con dig-nidad, con honestidad a toda prueba, dignidad que le ha hecho orgullosode sus ancestros, de sus raíces, de su tierra.”6

Plutarco pasa por momentos difíciles pues soporta una graveenfermedad, pero mantiene su verticalidad de hombre de bien y sigueen su infatigable trabajo. Como que nada le pasa, siente el mal para susadentros, pero acude al llamado de sus amigos y admiradores para pre-sentar libros suyos, de otros autores, a nuevos académicos o recibir jus-tos homenajes. Su energía vital supera las adversidades y más allá deldolor, sigue atendiendo a sus pacientes, sigue llevando adelante sus in-quietudes, sigue siendo un Maestro, cuya mejor enseñanza es el testi-monio de su vida.

¡Qué inmensa su obra científica! ¡Qué fortaleza para el trabajo!¡Qué disciplina! ¡Qué pasión por la Patria y por los más altos represen-tantes de su libertad! ¡Que bello y tierno su amor por su compañeradesde las aulas universitarias! ¡Qué dignidad y verticalidad frente a unagrave enfermedad!

Hoy la Academia descubrirá su retrato que irá en la Sala de Pre-sidentes. Queremos que sea el mismo Plutarco, con su esposa y el Bi-bliotecario quienes quiten el velo que cubre este excelente óleo.Continuarán los aplausos para este hombre, paradigma de los ecuato-rianos, en esta misma semana, cuando pongamos en circulación el pri-mer volumen de la Colección Académicos, dedicado a Plutarco y paracuyo acto, a cumplirse en este mismo auditorio el jueves 19 de agosto,invito cordialmente a tan distinguido y selecto público.

Unas palabras más, muy íntimas y personales para Plutarco:muchas gracias, muchísimas gracias de corazón por haberme candida-tizado para asumir la Dirección de la Academia, lo que me honra so-bremanera. Espero acercarme, por lo menos un poco, a la excelenciasuya, Plutarco, y a la de todos mis predecesores.

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6 Estas citas corresponden a la presentación y a algunos de los artículos que constan en el libroque la Academia dedicara a Plutarco Naranjo Vargas, ya en circulación.

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JORGE SALVADOR LARA, EL HISTORIADOR MÁS UNIVERSALDE LA ECUATORIANIDAD, para mi gran amigo, que ama a Cuencade corazón y que me permitió colaborar con él en la preparación de lasObras Completas de Alfonso Moreno Mora, uno de los mayores poetasmorlacos –abuelo de mi esposa– quiero expresarle por esta y otras de-ferencias, una profunda gratitud.

Con Jorge iniciamos, a comienzos del 2009, los homenajes quese merece Quito en la recordación del bicentenario del proceso indepen-dentista. La Patria Heroica, de su autoría y Cuenca y el Diez de Agosto de1809, de la mía, en ediciones de calidad, gracias al auspicio de la Uni-versidad Alfredo Pérez Guerrero, están entre las primeras obras que cir-cularon, dentro de la ya copiosa bibliografía que se ha editado por estemagno acontecimiento. Con Jorge compartimos el honor de ser cronistasde nuestras respectivas ciudades; con Jorge hemos incursionado ocasio-nalmente en política en secretarías de Estado y en la legislatura y lohemos hecho con total sentido cívico; en fin, con Jorge sentimos una es-pecial predilección por el conocimiento y la valoración de las culturasaborígenes de nuestro país, así como por la pasión por formar ampliasbibliotecas personales.

En esta oportunidad, la Academia coloca su retrato en nuestraSala de Honor, como un acto más de reconocimiento de la amplísimalabor cumplida en beneficio de la Patria, a lo largo de su dilatada vidacultural y política y particularmente por todo lo que ha hecho por laAcademia tanto en calidad de Director a lo largo de veinte años, comode miembro de la misma. Reciba, pues, Jorge, nuestro sincero aplauso yprofundo agradecimiento. Quiero solo destacar que es el historiador quemás ha contribuido con sus artículos y ensayos para nuestro Boletín,pues contamos, desde 1926 hasta la actualidad la suma de 120 aportes,como se puede constatar en el Catálogo Analítico de los Boletines7 que entróen circulación con motivo de nuestro primer centenario institucional. Estambién Jorge, el Académico que más ha presentado en discursos pú-blicos a miembros que han ingresado a la Institución, lo que nos ha lle-vado a hacer una recopilación de los mismos que se publicará en dosvolúmenes, dentro de la Colección Académicos, como un homenaje mása nuestro querido Director Vitalicio de Honor.

7 Academia Nacional de Historia. Cien años. Catálogo analítico de sus Boletines, Quito, AcademiaNacional de Historia, 2009.

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Jorge Salvador Lara

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Es inmensa la gama de temas históricos que ha estudiado Jorge,convirtiéndose en el historiador más universal de todos los ecuatoria-nos. Sus trabajos arrancan desde el poblamiento más antiguo y el estu-dio de los fósiles humanos que han quedado como testimonio de ello,avanzan por la revisión de los rasgos culturales de muchos de nuestrospueblos ancestrales, se encaminan hacia la historia del Incario, para lle-gar al período hispánico, a partir de una Biografía Apasionada de Isabel LaCatólica, con análisis profundos y visiones equilibradas y propias sobreel peso real de la cultura hispánica, hasta llegar a las luchas revolucio-narias por la independencia y al desarrollo de nuestra tormentosa vidarepublicana, con enfoques no solo de los aspectos políticos sino tambiénsociales, económicos y culturales. A más de lo expuesto, quiero resaltarla gran síntesis de todo nuestro pasado hecha bajo su dirección científicatitulada Historia del Ecuador, editada por Salvat en ocho elegantes volú-menes, así como la dirección y la coautoría de la Historia de la Iglesia Ca-tólica ya con varios volúmenes publicados y otros en edición.

Con ello se podría decir que Jorge es hoy el Gran HistoriadorEcuatoriano, un Doctor en Ecuatorianidad, como se le calificó en otros tiem-pos a Pío Jaramillo Alvarado. Ojalá siga con la energía vital que le hahecho trabajar como pocos hombres por la grandeza de nuestro queridopaís.

Adentrándome un poco más en su intensa vida, debo resaltarsu vinculación con la Pontificia Universidad Católica del Ecuador desdesu fundación, pues ostenta la primera matrícula en 1946 en la facultadde Jurisprudencia, a la que luego sirvió como profesor y autoridad, hastacuando decidió jubilarse. Entonces surgió un gesto espontáneo de susex alumnos y compañeros, quienes en el 2001 publicaron el Libro de Ami-gos, una voluminosa obra de más de un millar de páginas, donde se pue-den conocer muchas facetas de su vida, obras suyas y una amplísimabibliografía, que hay que actualizarla al 2010.

A más de lo dicho en páginas anteriores, también debo resaltaren desempeño del Ministerio de Relaciones Exteriores por dos ocasio-nes, la representación del Ecuador en El Vaticano, la Presidencia del Ins-tituto Panamericano de Historia y Geografía y últimamente laPresidencia de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, entre otras dig-nidades que ha ostentado.

Jorge guarda cuidadosamente, en varios volúmenes las memo-rias de sus numerosos viajes, muchos de ellos en representación del País,

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algunos ilustrados con fotos y postales; lo mismo pasa con la colecciónde sus artículos periodísticos, que son muchísimos, publicados, sobretodo, en El Comercio, El Telégrafo, El Universo y El Tiempo. Los hepodido ver en su Biblioteca –Archivo–Museo– que ha invadido todoslos ambientes de su acogedora casa y que Jorge se complace en mostrary explicar a sus amigos, incluyendo breves referencias a los retratos desus ancestros y de sus personajes admirados.

Jorge ha recibido las máximas condecoraciones ecuatorianas, in-cluyendo el Premio Eugenio Espejo, así como altas distinciones de variospaíses hispanoamericanos, de España, Italia, Israel y El Vaticano. Tam-bién se ha incorporado a muchas Academias de nuestro continente y deEspaña, es miembro de numerosas instituciones culturales y ha recibidoun reconocimiento especial de la UNESCO.

Siguiendo los lineamientos de nuestro fundador, Jorge ha tenidocomo norte de su vida amar y servir a Dios y a la Patria, siempre en de-fensa de la verdad, aunque ello le haya llevado en algunas ocasiones amantener polémicas de altura, como la que ocurrió hace cincuenta años,con motivo de la publicación de un libro sobre el Diez de Agosto, escritopor Manuel María Borrero.

Con Teresita, su amada esposa, que ha sido en gran parte coau-tora espiritual de su inmensa obra, queremos quitar el velo de este re-trato que la Academia mandó a confeccionar para que honre nuestraGalería de Presidentes.

CONCLUSIÓN

La Academia, por medio de su Directorio, planifica muchas ac-tividades dentro de su campo de acción, siendo la mayor la preparaciónde una obra voluminosa que enfoque nuestra dilatada historia dequince mil años, desde la presencia de cazadores especializados hastallegar a la actualidad, con enfoques de lo político, lo económico, lo social,lo ideológico, lo cultural, y lo cotidiano y con una visión integradora detodos los pueblos distribuidos en nuestra compleja y rica geografía pa-tria. El interés final es que se conozca mejor lo que hemos sido, con unavisión que parta del quehacer colectivo, para llegar a enraizar más unsentimiento cívico de amor, valoración y respeto al Ecuador, una solanación, que abarque a todos los ecuatorianos, más allá de las nacionali-dades étnicas, que hay que respetarlas y valorarlas, pero que sea una

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obra que realmente sume los aportes de todos sus niveles humanos,desde los más remotos hasta los actuales y que nos ha convertido en unpueblo esencialmente mestizo, cultural y étnicamente, lleno de grande-zas por la labor de sus hijos.

Difícil es cumplir con esta ardua tarea, que la estamos dise-ñando con calma para poner a consideración de todos los académicos yde la ciudadanía. Esperamos que el prospecto esté listo en unos pocosmeses y será necesaria la suma de muchas voluntades para culminar laobra, prevista en más de cuarenta volúmenes. Será el gran proyecto dela Academia en la iniciación de su segundo siglo de existencia y anhe-lamos que se ejecute en el siguiente lustro. Desde ahora, compromete-mos a todos los ecuatorianos de buena voluntad, que los hay, parasumarse a este grandioso proyecto.

Señoras y Señores.

Quito, 16 de agosto de 2010

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DIRECTORIODE MIEMBROS DE LA ANH

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ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA

INDIVIDUOS DE NUMERO, A DICIEMBRE DE 2010

DIRECTORIO

1.- DR. JUAN CORDERO ÍÑIGUEZ–DIRECTOR 092-372665

6 de Diciembre N 21-217 y Roca–Quito 2907-433

E-mail: [email protected] 07-2839-181

Museo de las Culturas Aborígenes –Cuenca

Calle Larga 524 entre Hno. Miguel y Mariano Cueva

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Enero 23/2002.- Sillón 20.-Tema del Discurso:“Nombres y Sobrenombres de Cuenca”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

2.- FRAY AGUSTIN MORENO PROAÑO, ofm.–SUBDIRECTOR 2281-124

Convento de San Francisco–Quito 2281-613

Fecha de Incorporación: Enero 25/1979.- Sillón 2.-Tema del Discurso: “Patria y Estirpe de Fray Jodoco Rique”.Le dio la bienvenida el Dr. Jorge Salvador Lara

3.- HNO. EDUARDO MUÑOZ BORRERO–SECRETARIO 2660-365

Santuario Hno. Miguel – Ave. Antonio José de Sucre

y Tte. Hugo Ortiz–Quito

Fecha de Incorporación: Febrero 28/1991.- Sillón 11.- Tema del Discurso: “La Influencia de la revolución Francesa en la Independencia de Hispanoamérica” .Le dio la bienvenida el Dr.Jorge Villalba Freire, s.j.

4.- SR. ENRIQUE MUÑOZ LARREA 2509-942

BIBLIOTECARIO–ARCHIVERO 099-576358

Edificio Tulipán, 2º. Piso

Fco. Andrade Marín 360 y Eloy Alfaro, Quito

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Junio 3/2005. - Sillón 28.-Tema del Discurso:“Semblanza del Tte. Gral. Ing. Don Fco. Requena y Herrera”.Le dio la bienvenida el Hno. de las EE.CC. Eduardo Muñoz.

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5.- LCDO. HERNAN RODRIGUEZ CASTELO (casa) 2788-112

JEFE DE PUBLICACIONESBolívar 705 y Batallas–Alangasí

Edif.. Torres de Iñaquito, Torre C. Depto. 1202 – Quito

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Junio 12/2001.- Sillón 18.-Tema del Discurso:“El Admirable Siglo XVIII de la Literatura Quiteña”.Le dio la bienvenida el Hno. Eduardo Muñoz Borrero.

6.- DR. JORGE NÚÑEZ SÁNCHEZ–TESORERO 098-347433

Alonso de Torres 278 y James Colnet 2265899

Edif. Monte Doral Ph 2, piso 10.Sector El Bosque

Email: [email protected] / [email protected]

Fecha de Incorporación: Julio 12/2001.- Sillón 19.- Tema del Discurso:“La Corrupción en el Ecuador Colonial”.- Le dio la bienvenida el Dr. Plutarco Naranjo.

7.- Dr. JUAN JOSÉ PAZ Y MIÑO–RELACIONES PÚBLICAS 095-026475

El Día N 37 215 y El Telégrafo–Quito 6035-651

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Marzo 14/2007.- Sillón 5.- Tema del Discurso. “La historia inmediata del Ecuadory la deuda histórica con la sociedad ecuatoriana”.Le dio la Bienvenida el Dr. Jorge Núñez Sánchez

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8.- DR. JORGE SALVADOR LARA 2469-604

Guarderas 434 – (Urb. La Concepción)–Quito (0f) 2509-471

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Julio 27/1967.- Sillón 1.-Tema del Discurso: “Los Restos Humanos más Antiguos del Ecuador”.Le dio la bienvenida Don Carlos Manuel Larrea.

9.- PADRE DR. JORGE VILLALBA FREILE 2237-940

Residencia Universidad Católica–Quito 2509-686

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Marzo 28/1980.- Sillón 3.- Tema del Discurso: “José Joaquín de Olmedo en1830 a través de sus Cartas”. Le dio la bienvenida Fr. Agustín Moreno.

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10.- PROF. ROBERTO MORALES 06-2640-335

Diario La Verdad FAX 06-2640-194

Flores 542 entre Sucre y Rocafuerte–Ibarra

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Stbre. 28/2006.- Sillón 4.- Tema del Discurso:“Los aportes del Crn el. Teodoro Gómez de la Torre al devenir Histórico del Norte del País”.Le dio la Bienvenida Fray Agustín Moreno, ofm.

11.- DR. MIGUEL DIAZ CUEVA 07-2831-917

Calle Luis Cordero No. 1754–Cuenca fax 07-2832-695

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Diciembre 17/1986.- Sillón 7.- Tema del Discurso: “La Lápida de Tarqui”.Le dio la bienvenida Fray Agustín Moreno Proaño, ofm.

12.- DR. PLUTARCO NARANJO VARGAS 2508-479

12 de Octubre 2206 y Colón 2236-590

Casilla 17-7-8884–Quito 096-073321

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Julio 27/1989.- Sillón 8.- Tema del Discurso: “Colón, Pizarro y las Especias”.-Le dio la bienvenida el Dr. Luis Bossano.

13.- DRA. JENNY ESTRADA Telefax 04-2343-216

Chile 3312 y Vacas Galindo, 2º. Piso 092-208616

E-mail: [email protected]–Guayaquil

Fecha de Incorporación: Dcbre. 8/2006.- Sillón 9.- Tema del Discurso: “Segunda Guerra Mundial, Lista Negra en Ecuador”. Le dio la bienvenida el Dr. Benjamín Rosales V.

14.- DR. JUAN FREILE GRANIZO 2333-478

Edificio Espro – 0f. 202 recado 2506-923

Alpallana 505 y Whymper – Quito

Fecha de Incorporación: Junio 30/1990.- Sillón 10.- Tema del Discurso:“La Vida Cotidiana de Quito a finales del Siglo XVIII: el Testamento de Catalina Aldás, madre del Precursor Espejo”.Le dio la bienvenida el Dr. Carlos de la Torre Reyes.

15.- DR. ALFONSO ANDA AGUIRRE 2251-064

Vargas 1040 y Oriente (Edificio Zaldumbide)–Quito

Fecha de Incorporación: Mayo 26/1999.- Sillón 13.-Tema del Discurso: “La Federación Lojana y la Ley

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de Descentralización del Estado”.Le dio la bienvenida el Hno. Eduardo Muñoz Borrero, o.f.c.

16.- DR. CARLOS FREILE GRANIZO Telf. 239 1510/511

Bermejo N39-128 y Av. de los Granados, PB–Quito 098-300700

Apartado l7-22-20195 - E-Mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Junio 24/1999.- Sillón 14.-Tema del Discurso: “La Visión de Manuela Espejo sobre su hermano Eugenio, en el Juicio que por la muerte que éste siguió contra el Presidente Luis Muñoz de Guzmán” .Le dio la bienvenida: el Padre Jorge Villalba.

17.- DR. FERNANDO JURADO NOBOA (de 8 a 9 am) 2920-763

Edificio Torres de Iñaquito –Torre A

Of. 901 (Altos CCNNU)–Quito

[email protected]

Fecha de Incorporación: Diciembre 21/1999.- Sillón 15.- Tema del Discurso: “Actitud ante la Muerte de los Grandes Ecuatorianos”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

18.- DRA. ISABEL ROBALINO BOLLE 2950-267

Rocafuerte 1477 y Venezuela–Quito 2280-764

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Mayo 4/2000.- Sillón 16.-Tema del Discurso: “Luis Robalino Dávila: Capítulos de unEnsayo de Biografía”.Le dio la bienvenida el Dr. Jorge Salvador Lara.

19.- LCDO. FRANCISCO SALAZAR ALVARADO 2446-049

Manuel Sotomayor 245–Quito 099-514366

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Febrero 17/2001.- Sillón 17.- Tema del Discurso: “La Vida y el Pensamiento del Gral. Francisco Javier Salazar Arboleda”. Le dio la bienvenida el Dr. Carlos Freile Granizo.

20.- DR. P. JULIAN BRAVO S.J. 2491-156/7

Nogales 220 y Fco. Arcos.–Quito 2493-982

Fecha de Incorporación: Mayo 22/2003.- Sillón 21.-Tema del Discurso: “Mario María Cicala, S.I. y su contribución a la Historia de la Antigua Provincia de la Compañía de Jesús y de la Audiencia de Quito”.Le dio la bienvenida el Dr. Jorge Salvador Lara.

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Page 275: BOLETIN 184

21.- DR. JUAN VALDANO MOREJON 2370-310

Buganvillas y Juan Montalvo–Tumbaco

Fecha de Incorporación: Junio 5/03.- Sillón 22.- Tema del Discurso:“Generaciones e Ideologías en el Ecuador. Itinerario de una búsqueda y nuevas aproximaciones a un Método Histórico”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

22.- DR. OCTAVIO LATORRE 2400-731

Samuel Fritz 176 y Joaquín Sumaita (El Inca)–Quito

E-mail: [email protected]

Fecha de Incorporación: Junio 19/03.- Sillón 23.-Tema del Discurso: “Historia de la Evolución de la Armada del Ecuador” Le dio la bienvenida Fray Agustín Moreno, o.f.m.

23.- DR. SANTIAGO CASTILLO 005411 4300 6196

Ave. Juan de Garay 845 – 4o.H

CP C1l53 AB - Buenos Aires, Capital Federal.-

E-mail: [email protected] .- Argentina

Fecha de Incorporación: Novbre. 19/2003.- Sillón 24.-Tema del Discurso: “Epistolario de las Misiones Diplomáticas de Rocafuerte en el Perú”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán P.

24.- DR. ENRIQUE AYALA MORA 3228-083

Universidad Andina 3228-031

Toledo 2280 – Plaza Brasilia–Quito Fax 3228-426

De las Malvas E 15-247 y Fco. Arévalo 2433-485

Box 17-12-886 – E-mail: [email protected] 2554-558

Fecha de Incorporación: Enero 20/2004.- Sillón 25. 099-809855

Tema del Discurso: “Desarrollo Histórico de la Nación Ecuatoriana”.Le dio la bienvenida el Dr. Plutarco Naranjo Vargas.

25.- DRA. MARIA CRISTINA CARDENAS 07-4090-178

E-mail: [email protected] fax 07-2880-60

[email protected] 094-296152

Edificio Puertas del Sol

Jacarandá 1-57 y Ordóñez Lazo–Cuenca

Fecha de Incorporación: Junio 3/2004.- Sillón 26.-Tema del Discurso: “El Proyecto Republicano del Progresismo Azuayo (1840-1895)”.Le dio la bienvenida Fray Agustín Moreno, ofm.

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26.- DR. BENJAMIN ROSALES VALENZUELA 04-288-7492

Calle 1ª. Nº 103 entre Circunvalación y Bálsamos URDESA 04-2881-230

Apartado 09-01-562 - Guayaquil 093-040961

E-mail: [email protected]

[email protected]

Fecha de Incorporación: Dicbre. 1/2004.- Sillón 27.-Tema del Discurso: “El General José de Villamil y la Independencia de Hispano América”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

27.- DRA. DORA LEON BORJA DE SZASSDI 001 7877537241

Mallorca 41, Hato del Rey 00917

San Juan–Puerto Rico, P.R.

E-mail [email protected].

Fecha de Incorporación: Mayo 21/2009.- Sillón 6.- Tema del Discurso: “La ciudad de Santiago en Amay,1539-1542”.Le dio la bienvenida el Dr. Manuel de Guzmán Polanco.

28.- DR.GUSTAVO PÉREZ RAMÍREZ 2230-513

González Suárez 926, Dep. 2B–Quito 098-027342

Edificio Panorama (Frente a Nestlé)

e-mail: [email protected]

Fecha de incorporación: 18 de octubre de 2010.- Sillón 12.-Tema del Discurso: “Acotaciones sobre la masacre del 2 de Agosto de 1810”Le dió la bienvenida el Dr. Jorge Núñez Sánchez.

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LISTA DE MIEMBROS CORRESPONDIENTES A DICIEMBRE 2010

1.- Lcdo. LUCAS ACHIG SUBIA 07-2816-555Calle Valle de los Chillos 1-70 y Valle de FAX 07-2842-424 Yunguilla (Sector Coliseo Mayor)E-mail: [email protected] .- Cuenca

2.- Dr. MIGUEL ALBORNOZApartado Postal 10922, México 10Las Lomas, México D.F.

3.- Ms. ALICIA ALBORNOZApartado Postal 10922, México 10Las Lomas, México D.F.E-mail: [email protected]

4.- Dr. GUILLERMO AROSEMENA AROSEMENA Telefax -04-2353-130P.O.Box 09-01-921Ave. 2ª. 511 entre 4ª. Y 6ª. (Los Ceibos)- GuayaquilE-mail: [email protected]

5.- Prof. JOSÉ ARTEAGA PARRALES 06-2630-404Palacio Episcopal – Ave. Universitaria 091-984755Portoviejo.- Manabí

6.- Dr. FRANKLIN BARRIGA LÓPEZ 2458-42110 de Agosto 39-127 y Dibuja, piso 11-2 092-695041 Edif. Pacheco Mora - Quito E-mail: [email protected]

7.- Dra. ANA LUZ BORRERO VEGA 07-2856-396Universidad de Cuenca 099-600077Calle 12 de Abril s/n E-mail: [email protected] .- Cuenca

8.- Padre JUAN BOTTASSO 2562-633ABYALA .- 12 de Octubre y Wilson 2897-124E-mail: [email protected] – Quito

9.- Sra. AURELIA BRAVOMALO DE ESPINOSA 2503-502Wilson 728 y Juan León Mera [email protected] .- Quito

10.- Dr. KLEVER BRAVO 098-125941Ultimas Noticias N 37-111 y El Espectador

E-mail: [email protected]

Page 278: BOLETIN 184

11.- Dr. HUGO BURGOS GUEVARA 2891-228Bramante Nº 165. Primavera I., segunda cuadra 098-246041frente Hosp. de los Valles – CumbayáCasilla 17-11-6625E-mail: [email protected] .- Quito

12.- Lic. CARLOS CALDERÓN CHICO 099-762568 Tulcán 1200 y Aguirre (esq.) – Guayaquil 04-2451023 E-mail: [email protected]

13.- Ing. BOLÍVAR CÁRDENAS ESPINOZA 092-862013Luis Cordero y Aurelio Jaramillo (esq.) 0f. 07-2240-373 Consejo Provincial del Cañar – Azogues

14.- M.A. JUAN CASTRO Y VELÁZQUEZ 04-2328-569Casilla 4863 .– Guayaquil 0f. 04-240-3212 E-mail: [email protected]

15.- Dr. JORGE CAZORLA 06-2644-602José Martí 284 y Ave. Atahualpa.- Ibarra

16.- Dr. JUAN CHACÓN ZHAPÁN 091-476384 E-mail: [email protected] Cuenca

17.- Lic. XIMENA ESCUDERO ALBORNOZ 2260-456 (casa)Gaspar de Escalona N.39-68 y Granda Centeno 2584-961/2 Ext.186Buzón 544 099-678058Casilla 17-21-1263 – Quito.

18.- Econ. LEONARDO ESPINOSA 07-2842-205E-mail: [email protected] – Cuenca

19.- EDUARDO ESTRADA GUZMÁN 04-2303-969Roca 102 y Malecón, 9º. Piso – Edif.Rocamar 099-886712E-mail: [email protected][email protected] 09-01-7648 – Guayaquil

20.- Dr. JOSE XAVIER GARAICOA ORTIZRumichaca 213 y Manuel Galecio –[email protected]

21.- Lic. EZIO GARAY ARELLANO 04-2368041Casilla 09-01-11140 – Guayaquil 0f. 04-2394-440/41E-mail: [email protected]

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22.- Dr. JOAQUÍN GÓMEZ DE LA TORRE 2414-731 Pablo Sachún 4766 y Samuel Fritz 2419-460Urbanización Dammer - Quito 098-548609

24.- Dr. JAVIER GOMEZJURADO 2607-433Conjunto Puertas del Sol, Bloque A-Etapa 1–Dep. 2B 099-830454Autopista Rumiñahui – Quito E-mail: [email protected]

25.- Arq. MELVIN HOYOS GALARZA 04-23040-961 Biblioteca Municipal 09-763892710 de Agosto entre Chile y Pedro Carbo, E-mail: [email protected] - Guayaquil.

26.- Dra. ALEXANDRA KENNEDY DE VEGA 2231-459 San Ignacio 1001 y Jonás Guerrero 099-427013Edif. El Barranco – QuitoE-Mail: [email protected]

27.- Ms. JENNY LONDOÑO 2265-899

Alonso de Torres 278 y James Colnet 09-8347-432

Edif. Monte Doral PH 2, piso 10.Sector El BosqueE-Mail: [email protected] – Quito

28.- Dr. JORGE MARCOS PINO 04-2850-780Ave. Central 300 – Cdela. Sta. Cecilia 099-353534 Email: [email protected] .- Guayaquil.

29.- Dr. GALO MARTÍNEZ 2520-710Pérez Guerrero 391 y Versalles -0f. 18- Quito

30.- Dr. CLAUDIO MENA VILLAMAR 2560-416Páez 884 y Mercadillo, Edif.. Interandina- Quito 092-558372

31.- Lic. CARLOS LUIS MIRANDA TORRES 03-2871-218 Correo Central de Pelileo 0f. 03-2871-207

32.- Ab. EDUARDO MOLINA CEDEÑO 05-2639-461Universidad San Gregorio de Portoviejo 093-123580Ave. Eloy Alfaro y Ave. Olímpica. PortoviejoE-Mail: [email protected]

33.- Gral. PACO MONCAYO GALLEGOS 3991001/4Edificio Coruña Plaza, 3er. Piso, Of. 302Coruña 2788 y 0rellanaE-mail: [email protected]

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Page 280: BOLETIN 184

34.- LEONARDO MONCAYO JALIL 2542-640

Edif. Torres de la Colón-Of. 11- Mezanine 099-406138

E-mail: [email protected] - Quito

35.- Dr. RICARDO MUÑOZ CHAVEZ 07-2880-170

Estudio: Ave. 12 de Abril 2-29

Edificio Torre del Río – 4º. Piso

E-mail: rmuñ[email protected] – Cuenca

36.- Prof. GERARDO NICOLA LÓPEZ 03-2840-914

Calle Cuenca 14-35 – Ambato 03-2840-913

37.- Dr. CARLOS ORTIZ ARELLANO 03-3411-559

Ayacucho 1370 y Loja - Riobamba 09-4003-618

E-Mail: [email protected]

38.- Arq. ALFONSO ORTIZ CRESPO 2377-565

González Suárez N 32-90 y Bejarano 2580-230

E-mail: [email protected] - Quito 099-716105

39.- Dr. GONZALO ORTIZ CRESPO 2460-228

Los Comicios 271 – Conjunto Alcalá 087-293686

Edificio Alcázar-Urb. Quito Tennis

E-mail: [email protected]

40.- Ing. RODRIGO PÁEZ TERÁN 2340-164

Casilla l7-23-280 – Sangolquí 099-834529

E-mail: [email protected] -

41.- Dr. FAUSTO PALACIOS GAVILANES 03-2822-903

Av.Quisquis 1425, Cdela. San Antonio - Ambato 03-2841-879

E-mail: [email protected]

42.- Ing. AGUSTÍN PALADINES Loja

43.- Arq. ANDRÉS PEÑAHERRERA MATEUS 2560-791

Manuel Larrea 1003 092-740375

E-mail: [email protected]

44 .- ARQ. JUAN FDO. PÉREZ ARTETA 2042-011/13

Ave. Pampite, Edif.. Oficenter, 0f. 110 - CumbayáE-Mail: [email protected]

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Page 281: BOLETIN 184

45.- Dr. RODOLFO PÉREZ PIMENTEL 04-2303-700Baquerizo Moreno 910 y Junín Fax 04-2568-595Casilla 09-01-00875 - Guayaquil 04-2568-596E-mail: [email protected]

46.- Sr. VÍCTOR PINO YEROVI 04-2270-378Alamos Norte Mz 1 V-10 FAX 04-2248-257P.0.Box 15160 Guayaquil 04-2231-460E-Mail: [email protected]

47.- Prof. VICENTE POMA MENDOZA 07-2972-811Rocafuerte entre Colón e IndependenciaPasaje, Prov. de El Oro

48.- Dr. GALO RAMÓN VALAREZO 099-700109Eloy Alfaro 1824 y Bélgica, 3er.pisoE-mail: [email protected]

49.- Dr. GUSTAVO REINOSO HERMIDA 07-2825-934Calle José Arízaga 1-62 entre P. Aguirre 07-2843-241y Gral. Torres. Cuenca FAX 07-2842-029

50.- DR. GERMAN RODAS CHAVES 2469121Universidad Andina Simón Bolívar 08 9498321e mail: [email protected]

51.- Dr. JAIME EDMUNDO RODRÍGUEZ 92697-3275Dpto. de Historia–Universidad de CaliforniaIrving, CA. 92717–USA.E-mail: [email protected]

52.- Dra. ROCÍO ROSERO JÁCOME 2234-296Veintimilla E 10-50, Edif.. El Girón, 0f.74 096-032187Toctiuco 130, Urb. San Antonio–ConocotoE-mail: [email protected]

53.- Cap.Fr. MARIANO SÁNCHEZ BRAVO 04-285-3310Colinas de los Ceibos Of. 04-232-4231Ave. Leopoldo Carrera Calvo 505 y Calle 9ª. FAX 04-2325-906Instituto de Historia MarítimaAla sur del Edif. de la Gobernación – GuayaquilE-mail: [email protected]

54.- Dr. VLADIMIR SERRANO PÉREZ 2237-731Orellana N-26 y San Ignacio – Quito

E-mail: [email protected]

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Page 282: BOLETIN 184

55.- Dra. MARCIA STACEY CHIRIBOGA 2054-004Carlos Guarderas 618 y G. Salazar 099-016801(La Concepción) Quito

56.- Dr. AMILCAR TAPIA 2401-148 10 de Agosto 8536 y A. Montalvo 097-676465Sector La Luz, Casa 2-A, Dep.23E-Mail: [email protected] - Quito

57.- Sra. GRECIA VASCO 2280-431Archivo Nacional Casa 2275-590 10 de Agosto N 11-359 y Sta. Prisca esq. QuitoE-Mail: [email protected]

MIEMBROS ELECTOS PARA CORRESPONDIENTES

1.- Dr. DIEGO ARTEAGA MATUTE 07-2875-365Casilla 01 01 1413.- Cuenca

2.- HUGO DELGADO CEPEDAFco. Segura 804 y 6 de Marzo 04-2346-632Casilla 09-1-43-53 Guayaquil 2348-650

3.- JAIME IDROVO URIGÜENSan Joaquín – Sector Cruz VerdeBox 01-01-143 - Cuenca

4 .- Dr. MARIO GARZÓN ESPINOSAColegio José Peralta, Cañar

5.- Dr. CARLOS LANDÁZURI CAMACHOBanco Central E-Mail: [email protected]

6.- Dr. JORGE MORENO EGAS 2564-526Madrid 859 y PontevedraApartado 17-12-595-QuitoE-mail: [email protected]

7.- Dr. PATRICIO MUÑOZ VALDIVIESO 2432642Corte Nacional de Justicia, Quito 2431-022E-mail: [email protected] 087-651395

8.- Dra. PILAR PONCE LEIVA 34 91 394 5784Víctor de la Serna, 19 Madrid 28016 91 519 7443

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Page 283: BOLETIN 184

E-mail: [email protected]

Madrid, España.

9.- Lic. ALFONSO SEVILLA FLORES 2231-816

Alpallana E 6 123 – 5º.piso A.- Quito 2507-042

[email protected]

10.- Lcdo. WILSON VEGAMinisterio de Cultura, Quito

11.- Dr. IRWING IVÁN ZAPATER CARDOSO 2431-835

FONCULTURA – Quito 099-812026

E-mail: [email protected]

MIEMBROS HONORARIOS

- GRAL. PACO MONCAYO GALLEGOS

- PROF. SERGIO MARTÍNEZ BAEZA

- DON JUAN MARÍA ALZINA DE AGUILAR

MIEMBROS EXTRANJEROS ELECTOS COMO CORRESPONDIENTES

- Dr. ERIC BEERMAN 917592603

Hernández Rubin 7, ático, 28043, Madrid

E-mail: [email protected]

- Embjd. MIGUEL BAKULA PATIÑO 00511-4468-911

Lima, Perú

- Dr. ANTONIO CACUA PRADA 00571-2123726

Subdirector Academia Colombiana de Historia

Calle 115 No. 9 A-30 piso 5, edif. Ana María, Bogotá DC Colombia

- Dr. ALEJANDRO CRUZADO BALCÁZAR 00514-4967-6636

Ave. del Ejército 356 - Trujillo–Perú

E-Mail: [email protected]

- Dr. FRANCISCO DE BORJA MEDINAEspaña

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Page 284: BOLETIN 184

- Dr. JOSÉ A. DE LA PUENTE CANDAMO 00511-4277-987Director Academia Nacional de Historia de PerúE-Mail: [email protected], Perú

- Dr. SANTIAGO DÍAZ PIEDRAHITA 0057-1-3367-350Director Academia Colombiana de HistoriaCalle 10 No. 8-95 – Bogotá D.C. Colombia 0057-1-2825-356

- Dra. MA. PAULINA ESPINOSA DE LÓPEZ 0057-1-2564-656Bogotá – Colombia

- Dr. WALDEMAR ESPINOSA SORIANOE-Mail: [email protected], Perú

- Mons. MARIANO FAZIO FERNÁNDEZ

- Dr. HORACIO GÓMEZ ARISTIZABAL 0057-13-342-439E-Mail: [email protected] - Bogotá

- Dr. ASDRÚBAL GONZÁLEZ SERVÉNFinal Avenida Bolívar entre Calles 46 y 47Puerto Cabello, Venezuela.

- Dr. EKKEHAR KEEDINGTalerweg 13 – D-67742 Aden Back – AlemaniaE-Mail: [email protected]

- Dra. MARIA LUISA LAVIANA CUETOS (34) 954 551-224C/Virgen del Valle 52, 4º. B - 41011 Sevilla, EspañaE-Mail: [email protected]

- BERNARD LAVALLE Fax 01-45-87-41-7513, rue Sateuil, París, Francia - Cedex 05.

- Dr. GERARDO LEÓN GUERRA 0057-27-234-538Academia Nariñense de la Historia – Pasto

- Dr. JUAN MARCHENA FERNÁNDEZ 63-94-79-665C/Pajaritos 8, 2º. –1, Sevilla, 41004, EspañaE-mail: [email protected]

- Prof. SERGIO MARTÍNEZ BAEZA 00562-638 2489Londres 65, SantiagoE-Mail: [email protected] .- Chile

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Page 285: BOLETIN 184

- Dr. EDUARDO MARTIRÉRodríguez Peña 1842, p. 10º. Dep. B.- 1021 E-Mail: [email protected] .- Bs.As. Argentina

- Dra. EMILIA MENOTTI VIOLA 0054 011 4683-6025E-Mail: [email protected] Aires, Argentina.

- Dr. OTTO MORALES BENÍTEZBogotá, Colombia

- Dra. INÉS MUÑOZ LYDIA 0057-27-234538Presidenta de la Academia Nariñense de HistoriaE-Mail: [email protected]. Pasto, Colombia

- Dr. JAVIER ORTIZ DE LA TABLAUniversidad de Sevilla, Sevilla, España

- Dr. LUIS RAMOS GÓMEZ 91-73-06-620Valle de En medio No. 2-F (3º.A)28035–Madrid

- Dra. LOISE J. ROBERTS (831) 625 563524694 Upper Trail – Carmel, CA. 93923 –USAE-Mail: [email protected]

- Dra. CARMEN RUIGÓMEZ GÓMEZ 91-73-06-620Valle de En medio No. 2-F (3º. A)28035 Madrid

- Dr. NICOLÁS SÁNCHEZ ALBORNOZJosé Martínez de Velasco 6, 28007, Madrid, EspañaE-Mail: [email protected]

- Dr. PEDRO VERDUGA 0057-27-234-538

Academia Nariñense de la Historia – Pasto

- Dra. GISELLA VON WOBESER 0055-2196-53Academia Mexicana de la HistoriaPlaza Carlos Pacheco 21 Centro C.P.060, MéxicoE-Mail: [email protected]

285

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Page 286: BOLETIN 184

LISTADO DE MIEMBROS DE PROVINCIAS

CENTRO PROVINCIAL CORRESPONDIENTE DE GUAYAS

DIRECTORIO

- DR. BENJAMIN ROSALES VALENZUELA – Director 04-288-7492

- ARQ. MELVIN HOYOS GALARZA – Subdirector 04-2524-100

- SR. EDUARDO ESTRADA GUZMAN – Secretario 04-2303-969

- LIC. MARIANO SANCHEZ BRAVO – Bibliotecario 04-285-3310

- LIC. EZIO GARAY ARELLANO – Tesorero 04-236-8041

- DRA. JENNY ESTRADA RUIZ – Vocal 04-2343-216

- DR. JORGE MARCOS PINO – Vocal 04-2850-780

MIEMBROS

- DR. SANTIAGO CASTILLO (Argentina) 005411-4300-6196

- DRA. DORA LEON DE SZÁSDI Puerto Rico

- DR. GUILLERMO AROSEMENA 04-2353-130

- LIC. CARLOS CALDERON CHICO 099-762-568

- M.A. JUAN CASTRO Y VELAZQUEZ 04-2328-569

- DR. XAVIER GARAICOA

- DR. RODOLFO PEREZ PIMENTEL 04-2303-700

- SR. VICTOR PINO YEROVI 04-2270-378

- SR. HUGO DELGADO CEPEDA (electo)

04-2346-632

CAÑAR, AZUAY Y LOJA

- DRA. MARIA CRISTINA CARDENAS 07-2829-944

- DR. MIGUEL DIAZ CUEVA 07-2831-917

286

B O L E T Í N N ° 1 8 4 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

Page 287: BOLETIN 184

- LIC. LUCAS ACHIG SUBIA 07-2816-555

- DRA. ANA LUZ BORRERO 07-2856-396

- ECON. BOLIVAR CARDENAS 07-2240-165

- DR. JUAN CHACON ZHAPAN 07-2450-105

- ECON. LEONARDO ESPINOSA 07-2842-205

- DR. RICARDO MUÑOZ CHAVEZ 07-2880-170

- DR. GUSTAVO REINOSO HERMIDA 07-2825-934

- DR. GALO RAMON VALAREZO 099-700109

- ING. AGUSTIN PALADINES

- DR. DIEGO ARTEAGA MATUTE(Electo)

- DR. JAIME IDROBO URIGUEN (Electo)

- DR. PATRICIO MUÑOZ VALDIVIESO(Electo)

IMBABURA

- PROF. ROBERTO MORALES 06-2640-335

- DR. JORGE ISAAC CAZORLA 06-2644-602

TUNGURAHUA Y CHIMBORAZO

- SR. CARLOS LUIS MIRANDA TORRES 03-2871-218

- PROF. GERARDO NICOLA LOPEZ 03-2840-914

- DR. CARLOS ORTIZ ARELLANO 03-2966-264

- DR. FAUSTO PALACIOS GAVILANES 03-2822-903

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B O L E T Í N N ° 1 8 4 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

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ESMERALDAS, MANABI Y EL ORO

- PROF. JOSE ARTEAGA PARRALES 05-2630-404

- AB. EDUARDO MOLINA CEDEÑO 05-2639-461

- PROF. VICENTE POMA MENDOZA

288

B O L E T Í N N ° 1 8 4 D E L A A C A D E M I A N A C I O N A L D E H I S T O R I A

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