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Recreos Poticos
2012 -2013
IES Marqus de Lozoya
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UN BOSQUE DE LETRAS 31/10/2012
Carta del Jefe Seattle
(fragmento)
Cmo se puede comprar o vender el firmamento, ni an el calor de
la tierra? Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos dueos de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas,
cmo podrn ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante
mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de roco
en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto, es
sagrado a la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula
por las venas de los rboles lleva consigo las memorias de los pieles
rojas.
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Los almendros Yannis Ritsos
Por la noche, con sus vestidos blancos, pasaron frente a nuestras
ventanas los almendros: lentos y tristes, semejantes a aquellas plidas
adolescentes del orfanato que vuelven de una pequea excursin, el
domingo, tomadas de la mano, de dos en dos, sin proferir palabra, sin
las estrellas que germinan una a una en la sombra, lejanas y felices.
Maana enviaremos a los almendros a dar una vuelta a las orillas del
mar, para que enjuaguen de sus rostros el polvo de nuestra tristeza.
Y en la tarde, cuando vuelvan contentos, traern nuestras primeras
palabras hmedas an de mar, y nosotros lloraremos junto a la
ventana abierta la alegra de saber que podemos llorar.
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5
El espino solitario (Cancin hngara tradicional)
Susurran las espinas.
Sopla el viento.
Tiembla el espino solitario.
Cuando la luna lo cubre con su velo,
se transforma en una muchacha
que est llorando.
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El pino de la corona Juan Ramn Jimnez
Dondequiera que paro, Platero, me parece que paro bajo el pino de la
Corona. Adondequiera que llego ciudad, amor, gloria- me parece que llego
a su plenitud verde y derramada bajo el gran cielo azul de nubes blancas. l
es faro rotundo y claro en los mares difciles de mi sueo, como lo es de los
marineros de Moguer en las tormentas de la barra; segura cima de mis das
difciles, en lo alto de su cuesta roja y agria, que toman los mendigos,
camino de Sanlcar.
Qu fuerte me siento siempre que reposo bajo su recuerdo! Es lo nico que
no ha dejado, al crecer yo, de ser grande, lo nico que ha sido mayor cada
vez. Cuando le cortaron aquella rama que el huracn le tronch, me pareci
que me haban arrancado un miembro; y, a veces, cuando cualquier dolor
me coge de improviso, me parece que le duele al pino de la Corona. La
palabra magno le cuadra como al mar, como al cielo y como a un corazn. A
su sombra, mirando las nubes, han descansado razas y razas por siglos,
como sobre el agua, bajo el cielo y en la nostalgia de mi corazn. Cuando, en
el descuido de mis pensamientos, las imgenes arbitrarias se colocan donde
quieren, o en esos instantes en que hay cosas que se ven cual en una visin
segunda y a un lado de lo distinto, el pino de la Corona, transfigurado en no
s qu cuadro de eternidad, se me presenta, ms rumoroso y ms gigante
an, llamndome a descansar a su par, como el trmino verdadero y eterno
de mi viaje por la vida.
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Los robles Friedrich Hrdenlin
Desde los jardines llego hasta vosotros, hijos de las montaas.
Desde los jardines, donde la Naturaleza vive paciente y hogarea
cuidando a hombres afanosos que la cuidan.
Pero vosotros, sublimes!, os ergus como un pueblo de titanes
en un mundo domesticado y solo sois vuestros y del cielo
que os nutre y ha criado, y de la tierra que os ha parido.
Ninguno de vosotros ha pasado por la escuela de los hombres,
y os abrs paso, libres y gozosos, desde vuestras potentes races
hasta lo algo, unos contra otros y, como el guila a su presa,
atrapis el espacio con brazo poderoso, y a las nubes dirigs
vuestra gran copa soleada y serena.
Un mundo sois cada uno; como las estrellas del cielo
vivs; un dios cada uno, juntos en libre alianza. ()
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Canto de la sequoia Walt Whitman
O al rbol majestuoso cantar el poema de su muerte.
Los leadores no lo oyeron, las casas del campamento no
devolvieron su eco.
Los carreteros y cadeneros de fino odo, no lo oyeron, cuando los
espritus del bosque salieron de sus guaridas milenarias para
cantar el estribillo.
Pero mi alma lo oy claramente.
()
Se ha acabado nuestra vida, ha llegado nuestro fin.
Nosotros que llenamos pacficamente nuestro tiempo; con la
satisfaccin plcida de la Naturaleza, con un gozo inmenso y
mudo, damos paso a aquellos por quienes trabajamos en el
pasado, y les cedemos el campo.
Para ellos que fueron anunciados, para una raza ms soberbia:
ellos tambin llenarn magnficamente su tiempo. A favor de
ellos abdicamos, en ellos nosotros, oh, reyes del bosque!
(Fragmento)
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Bosque ngel Gonzlez
Cruzas por el crepsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de rboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pjaro no sabe
que ests all, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que t estremeces, traspasando
las ltimas fronteras de la tarde.
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Existan tus manos Antonio Gamoneda
Un da el mundo se qued en silencio;
los rboles, arriba, eran hondos y majestuosos,
y nosotros sentamos bajo nuestra piel
el movimiento de la tierra.
Tus manos fueron suaves en las mas
y yo sent la gravedad y la luz
y que vivas en mi corazn.
Todo era verdad bajo los rboles,
todo era verdad. Yo comprenda
todas las cosas como se comprende
un fruto con la boca, una luz con los ojos.
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Chopo de invierno (Dmaso Alonso)
Huso de la hiladora,
a la maana blanca y nueva,
chopo desnudo y fino:
entre la niebla,
hilas ropas de boda
para la Primavera.
Un arroyito claro
te lame el pie: se lleva
el hilillo que hilas
de tus copos de niebla;
el hilillo que hilas
y que se va cantando
entre la hierba fresca.
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Panoramas Mariano Amato
El pasado ms remoto de un rbol
se oculta en su corazn,
y una enorme cscara se acumula
sobre el misterio ms slido
e invisible de su centro.
El rbol no tiene olvido. (Fragmento)
El rbol que andas buscando
El rbol que andas buscando a veces se llama sol, o tambin
lago, o nube. Pero tambin puedes llamarlo mar, arena o
viento. En cada uno de ellos encuentras el rbol de la vida.
Lo que te ha engendrado est producido por otro, y as
sucesivamente. Lo que t llamas padre, para otro es hijo. Si te
atienes a los nombres pierdes de vista el () que ests buscando.
As fue como descubri las races del rbol, buscando en su propio
corazn.
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POEMAS DE BORIS 08/11/2012
Baile de mscaras (Nega - LCDM)
En este mundo de llanto, de trepas y vulgares,
es la soledad y el desencanto lo que llena los bares,
desigualdades, odio, Oriente Medio sigue en guerra,
mientras Paquita se deja la pensin en la tragaperras,
en esta era del miedo masivo, la tele nos maneja,
donde el Euribor rompe enamoradas parejas,
somos un rebao de ovejas que sufre miopa,
no somos seres humanos, somos recursos mercanca,
cruel dicotoma, abrazos despedidas,
colas en el Inem de parados con la mirada perdida,
lgrimas al funcionario que estudie bien tu caso,
mientras bajo el puente en Campanar inmigrantes duermen al raso,
qu fracaso de sociedad, cada persona un islote,
madres solteras que hacen lo indecible por salir a flote,
hacen falta Quijotes, que traigan conquistas,
Es decir, hacen falta locos, hacen falta idealistas,
cierro los ojos y an me veo entre sus butacas,
derribaron el viejo cine y hoy es un Starbucks,
pijas venden glamour, en garitos de La Alameda,
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mientras en el puerto otras venden su cuerpo por unas monedas,
as es la vida, nos dicen los de arriba,
y de tanto escucharlo interiorizamos la mentira,
otros no encuentran salida y terminan con ese dao:
55.000 europeos se suicidan por ao,
Y qu ms da? si a la estructura de poder le da lo mismo,
y si hay que buscar un culpable la culpa ser del terrorismo,
y el rico ms rico, preso del miedo, la histeria,
y el pobre convertido en atraccin de feria.
Va a empezar el baile, va a empezar el baile
vuestra democracia es un fraude.
Es obvio, grises son las circunstancias,
la vida puede ser maravillosa pero es rancia,
sobredosis, ambulancias, seres humanos, ilegales,
dicen algunos que colapsan las urgencias y los hospitales,
lo dice el pepero, el militar y el beato,
mientras una ecuatoriana limpia su casa sin contrato,
exacto, es la doble moral burguesa,
Mi nia con un sudaca? No, mi nia es una princesa,
me cago en la libre empresa, y en la ley de extranjera,
Extranjeros fuera? Que empiecen por la Reina Sofa,
otra crcel fra, otro borracho en la plaza,
otra carnicera en la Franja de Gaza,
otra caza al terrorista, otra vctima civil,
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otro inmigrante muerto en dependencias de la Guardia Civil,
otro misil inteligente que vuela un bloque de viviendas,
otra vez me roba hacienda, otra mentira en tele-tienda,
felices con la venda puesta,
y los medios filtran preguntas para evitar incmodas respuestas,
ms bibliotecas, menos cuarteles,
coge a tu chati vete al campo y apaga la tele.
Dedo corazn (El Chojn)
Tengo un pequeo problema con la gente que me rodea,
no se ofendan,
pero a veces me da que no piensan,
no me comprenden que no me emocione al ver una bandera,
y se me pongan los pelos de punta cuando oigo un buen tema,
he aprendido a tener paciencia,
pero a veces veo cosas que en verdad me queman,
Por qu se movilizan en Retama de Mar,
para que no levanten una mezquita para rezar?
De verdad, a veces quiero olvidar el Rap,
coger un micro y decir bien claro que me da asco,
que sigan dejando entrar a nazis en estadios,
sin que nadie diga nada,
y el problema sea el "Top Manta",
no seor, el problema no es inmigracin,
es la educacin, ser distinto no es ser inferior,
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quin invent eso del tercer mundo?,
Pinsalo, no hay un segundo mundo,
juegan con las palabras para crear ms distancia,
y nunca han querido acortarlas,
porque el poder del grande est en ver al pequeo quejarse,
de que nunca podr llegar a ser grande,
me acusan de ser radical,
pero yo digo que lo que molesta es or la verdad,
de todos modos basta ya de educacin,
si t me enseas tus mentiras, yo mi dedo corazn.
Incomprensin
Yo, un incomprendido como Charly Efe,
das triste, das alegre,
le pese a quien le pese,
a veces pienso que a nadie le importa
qu demonios es lo que me ahoga;
ahora se acorta la comisura de mis labios,
suena inteligente casi a la altura de los sabios,
adis al comecocos que me invade todas las semanas,
quiero estar contigo, bajo las sabanas.
Vaya esto os puede sonar ertico,
soy el romntico que sembr el pnico,
y acribill el discurso desptico.
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No soy el que habla de su miembro flico,
prctico, como cualquier forma de arte
bsico, no clsico como Jean Paul Sartre.
Agrrense a todo lo que puedan
este mundo gris se va a la mierda.
Baco, la esencia para que os pueda soportar
cuando sals a la calle para celebrar el mundial.
Y escapo, de este mundo de mentiras
risas annimas a mi espalda, ya no hay heridas
idas y venidas, calles sin salida
vida es prostitucin, prostitucin no es vida.
Cada da me invade un mismo pensamiento,
mientras lneas de tiempo acaban con el tiempo.
Despierto, entre recuerdos del ayer,
ver estremecer el mundo a mi pies.
Nos tiran migas de pan los que tienen la barra entera
de ah desigualdad, de ah leyes de frontera.
Desespera casi seis millones de parados
cuando solo salvan a los bancos...
Mientras digo esto caigo en la impotencia,
la televisin hace mucho mat vuestras conciencias.
Por ello seguir levantando el puo en alto,
seguir silbando la Internacional andando.
Cuando dejis a parte las motas y los precios
seguir aqu, en la conjura de los necios.
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La raz
Sueo con pelis de Trueba
detrs de Pedro Guerra,
cuentos de Papini,
rer llorando con Fellini,
siguiendo al Che sueo ser un disidente,
rude en el 69,
punk en el 77,
luchar con Robespierre,
ver pintar a Goya,
joder a la corona
robndole sus joyas,
ser un miliciano en el 36.
Sueo vencer al fascismo, con Durruti y Oliver,
la cada de Roma, ciudadano de Sodoma,
albail en Babel.
Escribir en el primer papel
de la historia, ser judo y odiar a Israel
y al eterno, por ser un dios cruel.
Fumar con Marley, bailar con Desmond Dekker,
cortar al que cortara la lengua a Vctor Jara.
Inventar la rueda, y la palabra amor,
la primera poesa que hablase sobre el dolor.
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Lobo estepario
Pas de ser Demian de Herman Hesse,
a vivir la Psicosis de Hitchkok
devolviendo mis das de rosas ahogado en vino.
Hoy vivo atrapado en la sociedad,
siempre corriendo esquivo obstculos cual Forrest Gump
sigo con mi cine y mi literatura,
sigo escupiendo rabia defendiendo a Cuba,
sigo en la manifestaciones en primera plana,
sigo alzando la voz frente las injusticias de la banca.
Si, sigo con el royo de la lucha social,
sigo levantndome hmedo por culpa de Cospedal.
Enfermo mental? Podra serlo
pero no soy yo el que consume y pica el cebo.
Hay quin dice: "vives enamorado", no puede ser
pero lo confieso alucino con Marilyn y Jean Seberg,
Ingrid Bergman y otras muchas
pero tengo algo en la cabeza que me dice lucha!
Capuchas e ideas en las calles
ningn gendarme har que las voces callen.
Paren, paren este mundo, yo me bajo,
voy a otro lugar a leer a Saramago,
Eduardo Galeano o Truman Capote
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Diris que estoy loco, lo que estoy es inconforme
y es que te pone, lo hago tan sencillo,
soy discpulo de Gorki en el micro,
pido disculpas si he sido borde o brusco,
pero lo dijo Nega, unos Dom Perignon, nosotros Lambrusco.
Respiro
Respiro, siento que fluye mi garganta
palabras vndalas cantan esta parrafada,
qu os pasa? el ambiente est oscuro
crisis, recesin no da igual si no por culo.
Dando tumbos y desnudo, escup al mundo,
a la patria, al ser humano, al amor y al consumo;
drogas pocas, verde flotas, tu a mi no me provocas,
fuera ropas y esto mola, dos personas, una sola.
Soy la chispa del incendio, de la revolucin,
el lobo estepario, el talibn y su pasin,
la hoz del campesino, el martillo del obrero,
la voz del oprimido que retumba el mundo entero.
El silencio del cordero presente en la calle,
estado policial protegiendo la barbarie,
estallen las alarmas, las conciencias y balas,
la historia es nuestra y vamos a cambiarla
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POEMAS PARA UNA POCA DE CRISIS
28/11/2012
Organizado por el profesor Jos Luis Gonzlez Platn
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Mir los muros (Salmo XVII) Quevedo
Mir los muros de la patria ma,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valenta.
Salime al campo: vi que el sol beba
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurt su luz al da.
Entr en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitacin era despojos,
mi bculo ms corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sent mi espada,
y no hall cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Blas de Otero
Creo en el hombre. He visto
espaldas astilladas a trallazos,
almas cegadas avanzando a brincos
(Espaas a caballo
del dolor y del hambre). Y he credo.
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Antgona Sfocles
. 335 , . , , , . 340
K 345 , : , 350 .
Muchas son las maravillas, pero la ms grande maravilla es el
hombre. Ayudado por el viento tempestuoso del sur recorre
la mar espumosa a travs de las hinchadas olas que rugen a
su alrededor. Fatiga la divinidad suprema, la tierra
inagotable, con el ir y venir del arado, ao tras ao,
voltendola con las mulas.
Con una inteligencia increblemente fecunda, a veces se
encamina hacia el mal, otras veces hacia el bien, y sobre la
justicia eterna establece las leyes de la tierra.
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24
Blas de Otero
Creo en la paz. He visto
altas estrellas, llameantes mbitos
amanecientes, incendiando ros
hondos, caudal humano
hacia otra luz: he visto y he credo.
Blas de Otero
Creo en ti, patria. Digo
lo que he visto: relmpagos
de rabia, amor en fro, y un cuchillo
chillando, hacindose pedazos
de pan: aunque hoy hay slo sombra, he visto
y he credo.
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25
Assaig de cntic en el temple Salvador Espriu
Oh, que cansat estic de la meva
covarda, vella, tan salvatge terra,
i com magradaria dallunyar-men,
nord enll,
on diuen que la gent s neta
i noble, culta, rica, lliure
desvetllada i feli!
Aleshores, a la congregai, els germans dirien
desaprovant: Com locell que deixa el niu,
aix lhome que sen va del seu indret,
mentre jo, ja ben lluny, em riuria
de la llei i de lantiga saviesa
daquest meu rid poble.
Per no he de seguir mai el meu somni
i em quedar aqu fins a la mort.
Car sc tamb molt covard i salvatge
i estimo a ms amb un
desesperat dolor
aquesta meva pobra,
bruta, trista, dissortada patria.
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26
Ensayo de cntico en el templo Salvador Espriu
Oh, qu cansado estoy de mi
cobarde, vieja y tan salvaje tierra,
y cmo me gustara alejarme de ella,
hacia el norte,
donde dicen que la gente es limpia
y noble, culta, rica, libre,
despierta y feliz!
Entonces, en la congregacin, los hermanos diran
desaprobndome: Como el pjaro que deja el nido,
as el hombre que se va de su lugar,
mientras yo, ya bien lejos, me reira
de la ley y de la antigua sabidura
de este mi rido pueblo.
Pero no cumplir jams mi sueo
y me quedar aqu hasta la muerte.
Pues soy tambin muy cobarde y salvaje
y quiero adems con un
desesperado dolor
a esta mi pobre,
fea, triste, desgraciada patria
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Los pobres en la Estacin de Autobuses Ldoivo
Os pobres viajam. Na estao rodoviria eles alteiam os pescoos como gansos para olhar os letreiros dos nibus. E seus olhares o de quem teme perder alguma coisa: a mala que guarda um rdio de pilha e um casaco que tem a cor do frio num dia sem sonhos, o sanduche de mortadela no fundo da sacola, e o sol de subrbio e poeira alm dos viadutos. Entre o rumor dos alto-falantes e o arquejo dos nibus eles temem perder a prpria viagem escondida na nvoa dos horrios.
Los pobres viajan. En la estacin de autobuses, alzan los cuellos como gansos para mirar los letreros de los autocares. Sus miradas son las de quien teme perder algo: la maleta que guarda una radio de pilas y un abrigo que tiene el color del fro en un da sin sueos, el sndwich de mortadela en el fondo de la mochila, y el sol de suburbio y polvo ms all de los viaductos. Entre el rumor de los altavoces y el jadeo de los autobuses, temen perder su propio viaje escondido en la niebla de los horarios.
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Os que dormitam nos bancos acordam assustados, embora os pesadelos sejam um privilgio dos que abastecem os ouvidos e o tdio dos psicanalistas em consultrios asspticos como o algodo que tapa o nariz dos mortos. Nas filas os pobres assumem um ar grave que une temor, impacincia e submisso. Como os pobres so grotescos! E como os seus odores nos incomodam mesmo distncia! E no tm a noo das convenincias, no sabem portar-se em pblico. O dedo sujo de nicotina esfrega o olho irritado que do sonho reteve apenas a remela. Do seio cado e trgido um filete de leite escorre para a pequena boca habituada ao choro. Na plataforma eles vo e vm, saltan e seguram malas e embrulhos, fazem perguntas descabidas nos guichs, sussurram palavras misteriosas
Los que dormitan en los bancos despiertan asustados, aunque las pesadillas sean un privilegio de los que abastecen los odos y el tedio de los psicoanalistas en consultorios aspticos como el algodn que tapa los poros de la nariz de los muertos. En las colas los pobres asumen un aire grave que une temor, impaciencia y sumisin. Qu ridculos son los pobres! Y qu mal huelen incluso a distancia! Y no tienen educacin cvica ni saben comportarse en pblico. Con los dedos sucios de nicotina se restriegan los ojos irritados que del sueo retuvieron tan slo una legaa. Del seno cado y turgente un hilito de leche escurre hacia la pequea boca habituada al llanto. Van y vienen por la sala de espera, saltan y aseguran maletas y paquetes, hacen preguntas inoportunas en las ventanillas, susurran palabras misteriosas
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e contemplam as capas das revistas com o ar espantado de quem no sabe o caminho do salo da vida. Por qu esse ir e vir? E essas roupas espalhafatosas, esses amarelos de azeite de dend que doem na vista delicada do viajante obrigado a suportar tantos cheiros incmodos, e esses vermelhos contundentes de feira e mafu? Os pobres no sabem viajar nem sabem vestir-se. Tampouco sabem morar: no tm noo do conforto embora alguns de eles possuam at televiso. Na verdade os pobres no sabem nem morrer. (Tm quase sempre uma morte feia e deselegante.) E em qualquer lugar do mundo eles incomodam, viajantes importunos que ocupam os nossos lugares mesmo quando estamos sentados e eles viajam de p.
y contemplan las portadas de las revistas con el aire espantado de quien no sabe el camino del saln de la vida Por qu ese ir y venir? Y esas ropas estrafalarias, esos amarillos chillones que duelen a la vista delicada del viajero obligado a soportar tantos olores incmodos, y esos rojos contundentes de feria y de parque de atracciones? Los pobres no saben viajar ni saben vestirse. Tampoco saben vivir: no tienen idea de la comodidad aunque algunos de ellos tengan hasta una television. En verdad, los pobres no saben ni morirse. (Tienen casi siempre una muerte fea y poco elegante.) Y en cualquier lugar del mundo molestan, viajeros inoportunos que ocupan nuestros sitios aunque nosotros viajemos sentados y ellos viajen de pie.
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Alegra
Llegu por el dolor a la alegra.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, all en mi reino triste,
un misterioso sol amaneca.
Era alegra la maana fra
y el viento loco y clido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompa. )
As la siento ms. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.
Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.
De "Alegra" 1947
E.
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La poesa es un arma cargada de futuro
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue ms ac de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las brbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mgica evidencia, lo real se nos convierte en lo idntico a s mismo.
Poesa para el pobre, poesa necesaria como el pan de cada da, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un s que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.
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Maldigo la poesa concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavndose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesa de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mas las faltas. Siento en m a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando ms all de mis penas personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con tcnica qu puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a Espaa en sus aceros.
Tal es mi poesa: poesa-herramienta a la vez que latido de lo unnime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho.
No es una poesa gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.
Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son ms que lo mentado. Son lo ms necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos. Con la colaboraron del profesor Miguel Cubero y del alumnado de 2 ESO C, 2 ESO D y 4 DIV
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YO CONOZCO MI HERENCIA, Y T?
12/12/2012
Organizado por la profesora Elvira Herrero Bartolom
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Fragmentos de los cantosI y IV de la Enida
Virgilio Mientras contempla todo esto el dardanio Eneas maravillado,
mientras se queda absorto atento slo a lo que ve,
la reina hacia el templo, la bellsima Dido,
se encamina con numeroso squito de jvenes.
Cual en las riberas del Eurotas o en las laderas del Cinto
Diana dirige a sus coros de Oradas que la siguen a miles
y se agolpan a un lado y a otro, ella la aljaba
lleva al hombro y sobresale de todas las diosas al caminar;
as estaba Dido, as de alegre caminaba
entre todos, apresurando las obras de su futuro reino.
Y a las puertas de la diosa, bajo la bveda del templo
se sent sobre alto sitial rodeada de sus armas.
Imparta justicia y leyes a los hombres y la tarea de las obras
distribua en partes iguales o dejaba a la suerte
(I 494-508)
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Sin aliento se qued la sidonia Dido, por la visin primero
despus por tanta desventura del hroe y as habl con su boca:
Qu desventuras, hijo de la diosa, en medio de tan grandes peligros
te persigue? Qu fuerza te arroja a riberas salvajes?
No eres t aquel Eneas que la madre Venus al dardanio
Anquises le engendr junto a las aguas del frigio Simunte?
as que vamos, jvenes, entrad en nuestras casas.
Que a m tambin fortuna parecida quiso traerme,
sacudida por fatigas sin cuento, por ltimo a esta tierra;
no aprendo a ayudar al malhadado sin conocer la desgracia
as dice, y conduce al tiempo a Eneas a los techos
reales y al tiempo ordena sacrificios en los templos de los Dioses.
Y se dispone con lujo de reyes el interior del palacio,
esplndido, y preparan los banquetes en las habitaciones.
(I 613-618; 627-632; 637-638)
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En especial la infeliz fenicia, rendida a la perdicin que acecha,
no puede saciar su corazn y se abrasa mirando,
y por igual la emocionan los presentes y el muchacho.
ste, luego que se colg de los brazos y el cuello de Eneas
y colm el gran amor de su falso padre,
busca a la reina. Ella con los ojos, con su corazn todo
se le prende y lo atrae a su pecho, ignorante Dido
de qu dios terrible se le sienta, desdichada. Y l recordando
a su madre Acidalia, a borrar poco a poco a Siqueo
comienza y trata ya de cambiar con el amor de un vivo
su corazn ha tiempo apagado y un pecho no acostumbrado.
(I 712-722)
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Pasaba tambin la noche en animada charla
la infeliz Dido, y un largo amor beba,
preguntando una y otra cosa sobre Pramo, una y otra sobre Hctor;
ya con qu armas se haba presentado el hijo de la Aurora,
ya cmo eran de Diomedes los caballos, ya por la figura de Aquiles:
Ea, mi husped; comienza por el principio y cuntanos
dijo las trampas de los dnaos y las desgracias de los tuyos
y tu peregrinar; pues ya es el sptimo verano
que vagar te ve por todas las tierras y los mares.
(I 748-756)
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At regina graui iamdudum saucia cura
Uolnus alit uenis et caeco carpitur igni.
Multa uiri uirtus animo multusque recursat
Gentis honos: haerent infixi pectore uoltus
Verbaque, nec placidam membris dat cura quietem.
Postera Phoebea lustrabat lampade terras
Umentemque Aurora polo dimouerat umbram,
Cum sic unanimam adloquitur male sana sororem:
Anna soror, quae me suspensam insomnia terrent!
Quis nouos hic nostris successit sedibus hospes,
Quem sese ore ferens, quam forti pectore et armis!
Credo equidem, nec vana fides, genus esse deorum.
Degeneres animos timor arguit. Heu, quibus ille
Iactatus fatis! Quae bella exhausta canebat!
Si mihi non animo fixum immotumque sederet
Ne cui me uinclo uellem sociare iugali,
Postquam primus amor deceptam morte fefellit,
Si non pertaesum thalami taedaeque fuisset,
Huic uni forsan potui succumbere culpae.
Anna, fatebor enim, miseri post fata Sychaei
Coniugis et sparsos fraterna caede penatis
Solus hic inflexit sensus animumque labantem
Impulit. Agnosco ueteris uestigia flammae. (IV 1-23)
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Ms la reina hace tiempo, atormentada de grave cuidado,
con sangre de sus venas alimenta su herida y ciego ardor la devora.
El gran valor del hroe acude a su nimo y la gloria
muy grande de este pueblo; se clavan en su pecho sus rasgos
y palabras y no deja el cuidado a su cuerpo el plcido descanso.
Y recorra las tierras la Aurora siguiente
con la luz de Febo y haba alejado del cielo la hmeda sombra
cuando as se dirige, fuera de s, a su hermana del alma:
Ana, querida hermana, qu sueos me desvelan y me angustian!
Qu husped tan extraordinario ha entrado en nuestra casa!
Qu prestancia la suya! Qu fuerza en su pecho y en sus armas!
Ciertamente creo, y mi confianza no es vana, que es de dioses su raza.
El temor delata al pusilnime. Ay, qu sino
lo zarande! Qu combates librados narraba!
Si no estuviera en mi nimo, fijo e inconmovible,
El propsito de a nadie unirme en vnculo matrimonial,
Luego que mi primer amor me enga, frustrada, con la muerte;
Si no me hubiera hastiado del tlamo y la antorcha nupcial,
A esta sola infidelidad habra podido tal vez sucumbir.
Ana (te lo dir, s) despus del desgraciado destino de mi esposo
Siqueo y de que la trgica muerte de mi hermano manchase mis Penates,
Slo ste ha doblado mis sentidos y ha empujado mi lbil
Corazn. Reconozco las huellas de una vieja llama
(IV 1-23)
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40
Ipsa tenens dextra pateram pulcherrima Dido
Candentis uaccae media inter cornua fundit,
Aut ante ora deum pinguis spatiatur ad aras,
Instauratque diem donis, pecudumque reclusis
Pectoribus inhians spirantia consulit exta.
Heu, uatum ignarae mentes! Quid uota furentem,
Quid delubra iuuant? Est mollis flamma medullas
Interea et tacitum uiuit sub pectore uolnus.
Uritur infelix Dido totaque uagatur
Urbe furens, qualis coniecta cerua sagitta,
Quam procul incautam nemora inter Cresia fixit
Pastor agens telis liquitque uolatile ferrum
Nescius: illa fuga siluas saltusque peragrat
Dictaeos; haeret lateri letalis harundo.
Nunc media Aeneam secum per moenia ducit
Sidoniasque ostenta opes urbemque paratam,
Incipit effari mediaque in uoce resistit;
Nunc eadem labente die conuiuia quaerit,
Iliacosque iterum demens audire labores
Exposcit pendetque iterum narrantis ab ore.
(IV 60-79)
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41
La propia Dido, bellsima, con la ptera en la diestra
Vierte sus libaciones entre los cuernos de una blanca vaca,
O da vueltas junto a los pinges altares bajo la mirada de los dioses
Y dedica el da a sus ofrendas y ansiosa consulta las entraas
Palpitantes de las vctimas en los pechos abiertos de los animales.
Ay mentes ignorantes de los vates! De qu sirven los votos
Al demente, de qu los templos? Sigue la llama devorando
Las tiernas mdulas y palpita en su pecho la herida, calladamente.
Se consume Dido infeliz y vaga enloquecida
Por toda la ciudad como la cierva tras el disparo
Que, incauta, el pastor persiguindola alcanz con sus flechas
En los bosques de Creta y le dej el hierro volador
Sin saberlo: aquella recorre en su huida bosques y prados
Dicteos; sigue la flecha mortal clavada a su costado.
Ahora lleva consigo a Eneas por las murallas
Y le muestra las riquezas sidonias y una ciudad dispuesta,
Comienza a hablar y se detiene de repente en la conversacin.
Ahora, al caer el da, busca de nuevo el banquete,
Y con insistencia reclama de nuevo escuchar, enloquecida,
Las fatigas de Ilin y de la boca del narrador se cuelga de nuevo.
(IV 60-79)
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42
Pero la reina (hay quien pueda engaar a un enamorado?)
Presinti la trampa y adivin el siguiente paso la primera,
Temiendo porque todo andaba bien. La despiadada Fama cont
A la apasionada que se estaba preparando la flota y disponiendo su
partida.
Enloquece privada de la razn y recorre encendida toda la ciudad
Como una bacante excitada ante el comienzo de sus ritos,
Cuando la estimulan al or a Baco las orgas
trienales y la llama el nocturno Citern con su clamor.
(IV 296-303
Increpa por ltimo a Eneas con estas palabras:
Es que creas, prfido, poder ocultar
Tan gran crimen y marcharte en silencio de mi tierra?
Ni nuestro amor ni la diestra que un da te entregu
Ni Dido que se ha de llevar horrible muerte te retienen?
Por qu, si no, preparas tu flota en invierno
Y te apresuras a navegar por alta mar entre los aquilones,
Cruel? Es que si no tierras extraas y hogares
Desconocidos buscases y en pie siguiera la antigua Troya,
Habras de ir a Troya en tus naves por un mar tempestuoso?
Es de m de quien huyes?
(IV 304-314)
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43
Por estas lgrimas mas y por tu diestra
(que no me he dejado, desgraciada de m, otro recurso),
Por nuestra boda, por el emprendido himeneo,
Si algo bueno merec de tu parte, o algo de la ma
Te result dulce, ten piedad de una casa que se derrumba,
Te lo ruego, y abandona esa idea, si hay an lugar para las splicas.
Por tu culpa los pueblos de Libia y los reyes de los nmidas
Me odian, en contra tengo a los tirios; tambin por tu culpa
Perd mi pudor y con lo que sola caminaba a las estrellas
Mi fama primera.
(IV 314-323)
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44
Dulces prendas, mientras los hados y el dios lo permitan,
Acoged a esta alma y libradme de estas angustias.
He vivido, y he cumplido el curso que Fortuna me haba marcado,
Y es hora de que marche bajo tierra mi gran imagen.
He fundado una ciudad ilustre, he visto mis propias murallas,
Castigo impuse a un hermano enemigo tras vengar a mi esposo;
Feliz, ah!, demasiado feliz habra sido si slo nuestra costa
Nunca hubiesen tocado los barcos dardanios.
Dijo y, la boca pegada al lecho, Moriremos sin venganza,
Ms muramos aade. As, as me place bajar a las sombras.
Que devore este fuego con sus ojos desde alta mar el troyano
Cruel y se lleve consigo la maldicin de mi muerte.
Haba dicho, y entre tales palabras la ven las siervas
vencida por la espada, y el hierro espumante
de sangre y las manos salpicadas.
(IV 650-665)
Colaboraron los profesores y profesoras del Centro, Marina Garca Bastardo, Ricardo de la Fuente Gascn y Luis Julio Gonzlez Platn
Participaron los alumnos de bachillerato, Ral Garca Rico, Ins Martn Llorente, Dunia El Idrisi, Soraya Ramos, Alejandra Cimpoies, Adrin Gmez Luna, Hernar Laguna, Luminita Solcanea e Isabel Marcos
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45
JAVIER KRAHE EROS Y CIVILIZACIN
09/01/2013
Organizado por el profesor MIGUEL CUBERO
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46
Alta velocidad
Me monto en el AVE
que rpido y suave
me lleva a Sevilla.
Ya estoy en Sevilla.
No vine a Sevilla
a ver la Giralda
sino a verte a ti.
Y te alzo la falda.
Chaf, chaf, qu bien,
cunto amor! Aaaah.
Me monto en el AVE
que rpido y suave
me vuelve a Madrid.
Ya estoy en Madrid.
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47
Das de playa
Ahora que tus besos no son cosa ma,
que escribes con otro tu autobiografa
mientras yo recuento las olas del mar
tumbado en la arena de una suave duna,
que si tropecientas, que si mil y una...
y a ver si con esas consigo olvidar
que arrancaste de cuajo
mi corazn sin fe,
pero an con latido.
Mira, un escarabajo
que bordea mi pie...
ya se va... ya se ha ido...
Rompe cada ola dndose importancia.
Mal mirado, el mar es una redundancia,
pero es refrescante, y hace tanto sol...
que, antes de que, ardiente, te enve un saludo,
a nadar me llevo mi cuerpo desnudo
y un ratito a braza... y un ratito a crol...
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48
Y, despus, hago el muerto
y me dejo mecer...
qu placer cuando flotas!
Si tu amor es incierto
no es incierto el placer.
Y, en lo alto, gaviotas...
Bueno, ya me salgo, me seco, me visto,
recojo la bolsa y el sombrero y, listo!
gazpacho y lenguado en Casa Toms.
En la mesa an siento cierta agorafobia,
pero el vino es bueno... ya vendr otra novia,
sa de ah, tan guapa... sa otra, quizs...
S muy bien que algo falla,
pero, acaso hago mal
engaando a la pena?
Gracias mil a la playa
por su apoyo moral...
su granito de arena.
-
49
Eros y civilizacin
Aunque he sentido al verte
un cataclismo,
ya no puedo quererte,
nada es lo mismo.
Desde que te casaste
me pongo ungento,
bueno para el desgaste
de mi tormento.
Los dos sabemos bien,
muy bien los dos,
que ya no viene a cuento,
as que adis.
Dices que malcasada,
que malherida,
eso no cambia nada,
fruta prohibida,
y no sigas charlando
que igual me enredas,
no digo yo que cuando
quieras no puedas.
An tienes gran poder
a da de hoy,
pero no puede ser
y ya me voy.
Que igual vas y sonres
y tengo prisa,
y puede que me les
con tu sonrisa,
igual vas y me tocas
a tu manera,
sabiendo que provocas
en m flojera.
Flojera y un temblor
bajo la piel,
se buena mi ex amor,
no seas cruel.
Que igual vas y me besas
como t sabes,
con lengua y con promesas
la mar de graves,
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50
o igual vas y me abrazas
con tanto bro
que no te desenlazas
cario mo,
y ya no pienso ms
{ergo non zum},
y al suelo vamos, zas,
y catapn.
Aqu sobre la acera
rindo homenaje
al sol por Antequera
y en plan salvaje.
Igual vas y me follas
como prefiero
y me sacas ampollas
y algn te quiero.
Y sale uno del bar
con su elixir,
que tiene que soltar
para aplaudir.
Y le siguen los pasos
los de otros bares.
Se rompen muchos vasos,
cientos, millares.
Se llena de cristales
toda la calle,
se cortan los chavales,
se inunda el valle,
se inunda la nacin,
el porvenir,
la civilizacin,
el buen vivir.
Y los americanos
mandan aviones,
contra los mejicanos,
tiene cojones,
porque creen que Espaa
est ah abajo,
y luego les extraa
su mal trabajo.
Sera el caos y la
guerra mundial
y a m eso no me va,
o me va mal.
Deja esa mano quieta,
chica sonriente,
no ves que est el planeta
de ti pendiente!
-
51
No me acerques la boca,
no te me abraces,
quita, insensata, loca,
qu es lo que haces?
el fin del mundo ya,
ya est al caer
y lo mismo nos da
y es un placer.
No todo va a ser follar
Tambin habr que saltar a la pata coja,
y habr que coleccionar sellos de Nigeria,
y habr tambin que apretar una tuerca floja
y habr que ir a trabajar,
por una miseria.
No todo va a ser follar.
Y habr tambin que llevar a arreglar el coche
y habr que quitarle el polvo a la biblioteca,
y habr que cerrar el bar al morir la noche
y habr tambin que pagar,
lo de la hipoteca.
No todo va a ser follar.
Tambin habr que llamar a la pobre Alicia,
y habr que modificar la ronda nocturna,
-
52
y habr que desmenuzar la ltima noticia
y habr que depositar,
el voto en la urna.
No todo va a ser follar.
Y habr tambin que comprarse unos calcetines,
tambin habr que regar esos cuatro tiestos,
y habr que documentarse sobre los delfines
y habr tambin que firmar,
muchos manifiestos.
No todo va a ser follar.
Tambin habr que invitar a una barbacoa,
y habr tambin que acercarse hasta el quinto pino,
y habr que intentar cruzar Nez de Balboa
y habr que ir a consultar,
a un buen otorrino.
No todo va a ser follar.
Tambin habr que admirar a la mona Chita,
y habr tambin que jugar a pares o nones,
y habr que resucitar por la maanita
y habr tambin que cantar,
-
53
muchas ms canciones.
No todo va a ser follar.
No todo va a ser follar,
ya foll el ao pasado
a la orillita del mar
con una mujer sin par
que despus me dio de lado,
lo recuerdo, obsesionado
pero sin dramatizar,
no todo va a ser follar.
Los caminos del Seor
La otra tarde en una iglesia,
que era fiesta de guardar,
me dio un ataque de amnesia,
no poda recordar,
a quin coo fui a rezar,
yo, que siento por Jess
repels!
Imaginad mi problema,
cualquier otro sin mi fe
con seguridad blasfema
o se va a tomar caf,
pero yo no flaque
no poda estar all
porque s!
-
54
"He perdido la memoria,
le expliqu a un santo varn,
eche una jaculatoria
o una salve a la intencin,
tengo un lo del copn,
no comprendo, hay de m
qu hago aqu!".
"Calma, me dijo el beato,
por mi honor de sacristn,
rezar a San Cucufato
tus recuerdos volvern,
o sus huevos sufrirn."
Y le at al pobre un cordel
qu cruel!
Recuper por entero
gracias a su intercesin
la memoria y un mechero
que no entraba en la oracin,
eso s que es devocin!
Le quedaba adems
mucho gas!
le di lumbre a un monaguillo
y una hostia al sacristn
y les vaci el cepillo
a San Cosme y San Damin,
recordando que mi plan
era entrar a aquel lugar
a robar!
T, que nunca vas al templo,
t que ests en el error,
toma de mi historia ejemplo,
rectifica pecador
y recorre sin temor
los caminos del Seor
S, Seor!
-
55
Don Andrs octogenario
Podemos decir que sin exageracin
era algo extraordinario,
la enfermera que cuidaba
al bueno de Don Andrs Octogenario.
El abuelo que enfrentaba con resquemor,
perspectivas eternas,
en lugar de rezar miraba con fervor
sus magnficas piernas.
"Para siempre esta vez
me voy a echar en brazos de Morfeo,
ya no te ver ms,
no me puedes negar mi ltimo deseo"
Con un hilo de voz,
el enfermo expres su voluntad postrera
no diremos cul fue, slo que ella accedi,
bravo por la enfermera!
Y fue al desabrocharse ella el quinto botn
de los seis de la bata,
que por la enfermedad, o bien por la emocin
l estir la pata.
Pero lo grave estuvo, en que estir algo ms.
-
56
Y un algo tan notorio
que los deudos al verlo exclamaron:
Jams!
Jams iremos al velorio!
Y al entierro tampoco, porque al atad
no habr quien le eche el cierre,
Irse a morir as,
en plena senectud y Andrs erre que erre.
Nadie fue al funeral,
nadie llev una flor, nadie fue al cementerio
y hasta escandaliz al mismo enterrador,
que dijo: "Esto no es serio"
Y al pobre Don Andrs lo enterraron muy mal,
entreabierta la caja,
la muerte lo abrazaba de un modo especial,
lo que tampoco es paja.
-
57
Ral
Ral tiene un bal azul
y dentro del bal azul
tiene Ral
una pierna de madera
que de un to abuelo era,
un tricornio, una chistera,
un traje de lagartera
y un frasquito de alcanfor
del mismo color
azul como el bal.
Azul tiene un bal Ral
y dentro del bal azul
tiene Ral
una espada toledana,
un gato de porcelana,
una porra, una sotana,
una cancin alemana,
una flauta y un tambor
del mismo color
azul como el bal.
Ral tiene un bal azul
y dentro del bal azul
tiene Ral
un bolsito de abalorios,
una cajita de laca,
un abanico de ncar
y unos versos del Tenorio.
No es verdad, ngel de amor?
del mismo color
azul como el bal.
Azul tiene un bal Ral
y dentro del bal azul
tiene Ral
un baulito azulito.
-
58
Abajo el alzheimer
S, que los recuerdo, fueron los mejores,
con muchos detalles y vivos colores
aqu van las cuentas de mis cien amores.
Veamos si tengo o no tengo memoria.
Un amor eterno, otros casi tanto.
De siempre me prenden los cinco en su encanto,
tan slo por ellas he vertido el llanto.
Peaje de amor, cantidad irrisoria.
Amores de suerte, amores de paso,
amores refugio, amores al raso,
parques del Retiro, museos Picasso.
Incluso una suite en el Waldorf Astoria.
Amores inslitos por lo singulares,
hay reinas del mar por los siete mares.
De amores sin par, unos quince pares.
Y todas tangibles, ninguna ilusoria.
Descuntame uno y van treinta y cuatro,
el uno que tacho fue puro teatro,
una tontera y no lo idolatro.
Ocurre que es que no tuve escapatoria.
De cinco minutos, de media maana,
-
59
de fin de mi vida, de fin de semana,
por el via amoris de mi real gana.
Cada uno su cruz y hoy la ma es de gloria.
Amores de ida, amores de vuelta,
amores debidos al Ebro y al Delta,
y al imperio ruso y al folclore celta.
Tambin llevo bien geografa e historia.
Van ochenta y casi me olvido la lluvia
mojando los rizos de mi nica rubia.
Y a mi diosa blanca. Y a mi esclava nubia.
Y a mis tres Maras, Maras Victorias.
Y a las seis menores aunque muy crecidas.
Sus seis casi estrenos me dieron seis vidas.
Me oblig el espejo a seis despedidas
de seis aplicadas en arte amatoria.
Las ocho que faltan las guardo en secreto,
que yo fui Montesco y ellas Capuleto,
y me comprometen o las comprometo.
Mi alegre cancin iba a ser mortuoria.
Y ya estn las cuentas de mis cien amores,
que claro que s, fueron los mejores.
Y si queris ms, yo, de mil amores.
Y ruede la rueda y gire la noria
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60
VERSOS DEL MAR 30/01/2013
El mar es una tarde con campanas
ANTONIO HERNNDEZ
Quin puede decir mar impunemente.
RAFAEL PREZ ESTRADA
Dnde derramaramos las lgrimas si no tuviramos mar?
ION MAIA Organizado por Luis Gonzlez Platn
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Visin del mar Jenofonte
E , [4.7.24] , . , . [4.7.25] , . .
Cuando el gritero se haca ms grande y ms cercano, que los que
avanzaban ininterrumpidamente se dirigan a la carrera al encuentro de
los que gritaban sin parar y que el gritero se haca mayor a medida que
aumentaba el nmero de gente, pareci a Jenofonte que se trataba de
algo ms importante. Mont a caballo y, escoltado por Licio y sus
jinetes, acudi en su ayuda. Y pronto oyen a los soldados que gritan
Mar, mar!, y que lo transmiten de boca en boca. Entonces todos
corrieron, incluso los de la retaguardia. Las acmilas
-
62
y los caballos eran azuzados tambin. Cuando todos llegaron a la
cima, entonces se abrazaban los unos a los otros, generales y
capitanes, llorando. Y de repente, sin importar quin transmiti
la orden, los soldados trajeron piedras y levantaron un gran
tmulo.
Sse canta al mar Nicanor Parra
Nada podr apartar de mi memoria
la luz de aquella misteriosa lmpara,
ni el resultado que en mis ojos tuvo
ni la impresin que me dej en el alma.
Todo lo puede el tiempo, sin embargo
creo que ni la muerte ha de borrarla.
Voy a explicarme aqu, si me permiten,
con el eco mejor de mi garganta.
Por aquel tiempo yo no comprenda
francamente ni cmo me llamaba,
no haba escrito an mi primer verso
ni derramado mi primera lgrima;
era mi corazn ni ms ni menos
-
63
que el olvidado kiosko de una plaza.
Mas sucedi que cierta vez mi padre
fue desterrado al sur, a la lejana
isla de Chilo donde el invierno
es como una ciudad abandonada.
Part con l y sin pensar llegamos
a Puerto Montt una maana clara.
Siempre haba vivido mi familia
en el valle central o en la montaa,
de manera que nunca, ni por pienso,
se convers del mar en nuestra casa.
Sobre este punto yo saba apenas
lo que en la escuela pblica enseaban
y una que otra cuestin de contrabando
de las cartas de amor de mis hermanas.
Descendimos del tren entre banderas
y una solemne fiesta de campanas
cuando mi padre me cogi de un brazo
y volviendo los ojos a la blanca,
libre y eterna espuma que a lo lejos
hacia un pas sin nombre navegaba,
como quien reza una oracin me dijo
con voz que tengo en el odo intacta:
Este es, muchacho, el mar. El mar sereno,
el mar que baa de cristal la patria.
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64
No s decir por qu, pero es el caso
que una fuerza mayor me llen el alma
y sin medir, sin sospechar siquiera,
la magnitud real de mi campaa,
ech a correr, sin orden ni concierto,
como un desesperado hacia la playa
y en un instante memorable estuve
frente a ese gran seor de las batallas.
Entonces fue cuando extend los brazos
sobre el haz ondulante de las aguas,
rgido el cuerpo, las pupilas fijas,
en la verdad sin fin de la distancia,
sin que en mi ser movirase un cabello,
Como la sombra azul de las estatuas!
Cunto tiempo dur nuestro saludo
no podran decirlo las palabras.
Slo debo agregar que en aquel da
naci en mi mente la inquietud y el ansia
de hacer en verso lo que en ola y ola
Dios a mi vista sin cesar creaba.
Desde ese entonces data la ferviente
y abrasadora sed que me arrebata:
Es que, en verdad, desde que existe el mundo,
la voz del mar en mi persona estaba.
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65
El mar Rafael Alberti
El mar. La mar.
El mar. Slo la mar!
Por qu me trajiste, padre,
a la ciudad?
Por qu me desenterraste
del mar?
En sueos la marejada
me tira del corazn;
se lo quisiera llevar.
Padre, por qu me trajiste
ac? Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!
-
66
No sabe el mar que es domingo Manuel Alcntara
Se relevan, inmortales,
las olas a cuerpo limpio.
Cada vez que muere alguna
la misma ocupa su sitio.
No sabe el mar que es un nufrago.
Sin reloj y sin amigos,
el mar flota sobre el mar,
ni cmplice ni testigo,
ensimismado en su azul
y ajeno, como Dios mismo.
Mientras va y viene en la orilla
no sabe el mar que lo miro.
-
67
Le cimitre marin Paul Valery (Fragmento)
Ce toit tranquille, o marchent des colombes, Entre les pins palpite, entre les tombes Midi le juste y compose de feux La mer, la mer, toujours recommence O rcompense aprs une pens Quun long regard sur le calme des dieux! Quel pur travail de fins clairs consume Maint diamant dimperceptible cume, Et quelle paix semble se concevoir! Quand sur labme un soleil se repose, Ouvrages purs dune ternelle cause, Le temps scintille et le songe est savoir. Stable trsor, temple simple Minerve, Masse de calme, et visible rserve, Eau sourcilleuse, Oeil qui gardes en toi
Ese techo, tranquilo de palomas,
Palpita entre los pinos y las tumbas.
El Medioda justo en l enciende
El mar, el mar, sin cesar empezando
Recompensa despus de un pensamiento:
Mirar por fin la calma de los dioses
Qu labor de relmpagos consume
Tantos diamantes de invisible espuma,
Y qu paz, ah, parece concebirse!
Cuando sobre el abismo un sol reposa,
Trabajos puros de una eterna causa, Refulge el tiempo y soar es saber.
Tesoro estable y a Minerva templo,
Masa de calma y visible reserva,
Agua parpadeante, Ojo que guardas
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68
Tant de sommeil sous une voile de flamme, O mon silence! . . . difice dans lme, Mais comble dor aux mille tuiles, Toit!
Bajo un velo de llama tanto sueo,
Oh, mi silencio! En el alma edificio,
Mas cima de oro con mil tejas, Techo.
Adios al mar Toms Segovia
Y qu va a hacer sin m maana
El mar dormido
A quin va a susurrar sin que nadie se entere
Sus vanos devaneos soolientos
Para esperar a quin
Se querr levantar temprano ahora
Ah por nada del mundo yo quisiera
Dejarle all esperndome
No merece quedarse as tan solo
Sin meta sin razn sin cumplimiento
No puede ser que se quede frustrado
Algo que es tan visible
Que tiene que existir en este mundo
No puede ser que yo no vuelva
Como si al mar le hiciera tanta falta
Y yo le hubiera dado mi palabra.
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69
Si muero, que me pongan desnudo
Jos Hierro
Si muero, que me pongan desnudo,
desnudo junto al mar.
Sern las aguas grises mi escudo
y no habr que luchar.
Si muero que me dejen a solas.
El mar es mi jardn.
No puede, quien amaba las olas,
desear otro fin.
Oir la meloda del viento,
la misteriosa voz.
Ser por fin vencido el momento
que siega como hoz.
Que siega pesadumbres. Y cuando
la noche empiece a arder,
soando, sollozando, cantando,
yo volver a nacer.
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70
Vinyes verdes vora el mar Vias verdes junto al mar
Josep Mara de Sagarra Vinyes verdes vora el mar,
ara que el vent no remuga,
us feu ms verdes i encar
teniu la fulla poruga,
vinyes verdes del coster
sou ms fines que la userda.
Verd vora el blau mariner,
vinyes amb la fruita verda,
vinyes verdes del coster.
Vinyes verdes, dol reps
vora la vela que passa;
cap el mar vincleu el cos
sense decantar-vos massa.
Vinyes verdes, soledat
del verd en lhora calenta.
Ram i cep retallat
damunt la terra lluenta;
vinyes verdes, soledat.
Vinyes que dieu adu
al llagut i a la gavina,
i al fi serrellet de neu
que ara neix i ara fina
Vias verdes junto al mar,
ahora que el viento no rezonga,
os hace ms verdes y an
tenis la hoja miedosa,
vias verdes de la costa
sois ms finas que la
verde junto al azul marinero,
vias con la fruta verde,
vias verdes de la costa.
Vias verdes, dulce reposo
junto a la vela que pasa;
hacia el mar cimbris el costado
sin ladearos en exceso.
Vias verdes, soledad
del verde en la hora ardiente.
Raz y cepa recortada
sobre la tierra brillante;
vias verdes, soledad.
Vias que deca adis
al llad y a la gaviota,
y al fino fleco de nieve
que ahora nace y ahora termina
-
71
Vinyes verdes del meu cor
Dins el cep sadorm la tarda,
ram negre, pmpol dor,
aigua, penyal i basarda.
Vinyes verdes del meu cor
Vinyes verdes vora el mar,
verdes a punta de dia,
verd suau de cap al tard
Feu-nos sempre compaa,
vinyes verdes vora el mar
Vias verdes de mi corazn
En la cepa se adormece la tarde,
raz negra, pmpano de oro,
agua, pea y miedo.
Vias verdes de mi corazn
Vias verdes junto al mar,
verdes al despuntar el da,
verde suave cuando cae la tarde
nos hacis siempre compaa,
vias verdes junto al mar!
Colaboraron los profesores y profesoras del Centro, Miguel Cubero, Marta Tapias, M Josefa Snchez , Antonio Sanz y Elvira Herrero.
Participaron los alumnos de 2 de ESO, Adrin Mansino, Eduardo Narros Daniel Palmero yTodor Todorov.
-
72
POEMAS DE BERTOLT BRECH 20/02/2013
Organizado por Pompeyo Velasco Fraile
-
73
Primero se llevaron a los judos, pero como yo no era judo, no me import.
Nuestras derrotas no demuestran nada
Cuando los que luchan
contra la injusticia
muestran sus caras ensangrentadas,
la incomodidad
de los que estn a salvo
es grande.
Por qu se quejan ustedes?,
les preguntan.
No han combatido la injusticia?
Ahora ella los derrot.
No protesten.
El que lucha debe saber perder
El que busca pelea
se expone al peligro.
El que ensea la violencia
no debe culpar a la violencia.
-
74
Ay, amigos.
Ustedes que estn asegurados,
por qu tanta hostilidad?
Acaso somos vuestros enemigos
los que somos enemigos de la injusticia?
Cuando los que luchan contra la injusticia
estn vencidos,
no por eso tiene razn
la injusticia.
Nuestras derrotas
lo nico que demuestran
es que somos pocos
los que luchan contra la infamia.
-
75
Despus se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me import
Loa a la dialctica
Con paso firme se pasea hoy la injusticia.
Los opresores se disponen a dominar otros diez mil aos ms.
La violencia garantiza: "Todo seguir igual".
No se oye otra voz que la de los dominadores,
y en el mercado grita la explotacin: "Ahora es cuando empiezo".
Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora:
"Jams se lograr lo que queremos".
Quien an est vivo no diga "jams".
Lo firme no es firme.
Todo no seguir igual.
Cuando hayan hablado los que dominan,
hablarn los dominados.
Quin puede atreverse a decir "jams"?
De quin depende que siga la opresin? De nosotros.
De quin que se acabe? De nosotros tambin.
Que se levante aquel que est abatido!
Aquel que est perdido, que combata!
Quin podr contener al que conoce su condicin?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de maana
y el jams se convierte en hoy mismo.
-
76
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me import
Preguntas de un obrero que lee
Quin construy Tebas,
la de las Siete Puertas?
En los libros figuran
slo los nombres de reyes.
Acaso arrastraron ellos
bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida,
quin la volvi a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima,
en qu casas vivan?
Adnde fueron la noche
en que se termin La Gran Muralla, sus albailes?
Llena est de arcos triunfales
Roma la grande. Sus csares
sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada,
-
77
para sus habitantes
slo tena palacios?
Hasta la legendaria
Atlntida, la noche en que el mar se la trag,
los que se ahogaban
pedan, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquist la India.
El slo?
Csar venci a los galos.
No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II llor al saber su flota hundida.
No llor ms que l?
Federico de Prusia
gan la guerra de los Treinta Aos.
Quin gan tambin?
Un triunfo en cada pgina.
Quin preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez aos.
Quin pagaba los gastos?
A tantas historias,
tantas preguntas.
-
78
Ms tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me import
Loa a la duda Loada sea la duda! Os aconsejo que saludis serenamente y con respeto a aquel que pesa vuestra palabra como una moneda falsa. Quisiera que fueseis avisados y no dierais vuestra palabra demasiado confiadamente. Leed la historia. Ved a ejrcitos invencibles en fuga enloquecida. Por todas partes se derrumban fortalezas indestructibles, y de aquella Armada innumerable al zarpar podan contarse las naves que volvieron. As fue como un hombre ascendi un da a la cima inaccesible, y un barco logr llegar al confn del mar infinito. Oh hermoso gesto de sacudir la cabeza ante la indiscutible verdad! Oh valeroso mdico que cura al enfermo ya desahuciado!
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Pero la ms hermosa de todas las dudas es cuando los dbiles y desalentados levantan su cabeza y dejan de creer en la fuerza de sus opresores. Cunto esfuerzo hasta alcanzar el principio! Cuntas vctimas cost! Qu difcil fue ver que aquello era as y no de otra forma! Suspirando de alivio, un hombre lo escribi un da en el libro del saber. Quiz siga escrito en l mucho tiempo y generacin tras generacin de l se alimenten juzgndolo eterna verdad. Quiz los sabios desprecien a quien no lo conozca. Pero puede ocurrir que surja una sospecha, que nuevas experiencias hagan conmoverse al principio. Que la duda se despierte. Y que, otro da, un hombre, gravemente, tache el principio del libro del saber. Instruido por impacientes maestros, el pobre oye que es ste el mejor de los mundos, y que la gotera del techo de su cuarto fue prevista por Dios en persona. Verdaderamente, le es difcil dudar de este mundo. Baado en sudor, se curva el hombre construyendo la casa en que no ha de vivir. Pero tambin suda a mares el hombre que construye su propia casa. Son los irreflexivos los que nunca dudan. Su digestin es esplndida, su juicio infalible.
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No creen en los hechos, slo creen en s mismos. Si llega el caso, son los hechos los que tienen que creer en ellos. Tienen ilimitada paciencia consigo mismos. Los argumentos los escuchan con odos de espa. Frente a los irreflexivos, que nunca dudan, estn los reflexivos, que nunca actan. No dudan para llegar a la decisin, sino para eludir la decisin. Las cabezas slo las utilizan para sacudirlas. Con aire grave advierten contra el agua a los pasajeros de naves hundindose. Bajo el hacha del asesino, se preguntan si acaso el asesino no es un hombre tambin. Tras observar, refunfuando, que el asunto no est del todo claro, se van a la cama. Su actividad consiste en vacilar. Su frase favorita es: No est listo para sentencia. Por eso, si alabis la duda, no alabis, naturalmente, la duda que es desesperacin. De qu le sirve poder dudar a quien no puede decidirse? Puede actuar equivocadamente quien se contente con razones demasiado escasas, pero quedar inactivo ante el peligro quien necesite demasiadas. T, que eres un dirigente, no olvides que lo eres porque has dudado de los dirigentes. Permite, por lo tanto, a los dirigidos dudar.
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Despus siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me import.
Alabanza del revolucionario Cuando la opresin va a ms muchos se desmoralizan, pero su valor crece. l es quien organiza su lucha por ese centavo del salario, por el agua del t y por el poder dentro del Estado. Le pregunta a la propiedad: D dnde eres? Le pregunta a las ideas: A quin sirven ustedes? All donde reine el silencio hablar l. Y donde impere la opresin y se hable del destino dir l los nombres. All donde l se siente a la mesa se sienta tambin el descontento. La comida sabe mal y se reconoce que el cuarto es estrecho. All donde lo persigan all ir la rebelin y all donde lo echen quedar la intranquilidad.
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Ahora vienen a por m, pero ya es demasiado tarde
A los hombres futuros 1 Verdaderamente, vivo en tiempos sombros. Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa revela insensibilidad. El que re es porque no ha odo an la noticia terrible, an no le ha llegado. Qu tiempos estos en que hablar sobre rboles es casi un crimen porque supone callar sobre tantas alevosas! Ese hombre que va tranquilamente por la calle, lo encontrarn sus amigos cuando lo necesiten? Es cierto que an me gano la vida. Pero, creedme, es pura casualidad. Nada de lo que hago me da derecho a hartarme. Por casualidad me he librado (si mi suerte acabara, estara perdido.) Me dicen. "Come y bebe! Goza de lo que tienes!" Pero cmo puedo comer y beber si al hambriento le quito lo que como y mi vaso de agua le hace falta al sediento? Y, sin embargo, como y bebo. Me gustara ser sabio tambin. Los viejos libros explican la sabidura: apartarse de las luchas del mundo y transcurrir sin inquietudes nuestro breve tiempo.
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Librarse de la violencia, dar bien por mal, no satisfacer los deseos y hasta olvidarlos: tal es la sabidura. Pero yo no puedo hacer nada de esto: verdaderamente, vivo en tiempos sombros.
2 Llegu a las ciudades en tiempos del desorden, cuando el hambre reinaba. Me mezcl con los hombres en tiempos de rebelda y me rebel con ellos. As pas el tiempo que me fue concedido en la tierra. Mi pan lo com entre batalla y batalla. Entre los asesinos dorm. Hice el amor sin prestarle atencin y contempl la naturaleza con impaciencia. As pas el tiempo que me fue concedido en la tierra. En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos. La palabra me traicionaba al verdugo. Poco poda yo. Y los poderosos se sentan ms tranquilos sin m. Lo saba. As transcurri el tiempo que me fue concedido en la tierra. Escasas eran las fuerzas. La meta estaba muy lejos an. Ya se poda ver claramente, aunque para m fuera casi inalcanzable. As pas el tiempo que me fue concedido en la tierra.
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3 Vosotros, que surgiris del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando hablis de nuestras debilidades, pensad tambin en los tiempos sombros de los que os habis escapado. Cambibamos de pas como de zapatos a travs de las guerras de clases, y nos desesperbamos donde slo haba injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y, sin embargo, sabamos que tambin el odio contra la bajeza desfigura la cara. Tambin la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queramos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia.
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Hay hombres que luchan un da y son buenos. Hay otros que luchan un ao y son mejores. Hay quienes luchan muchos aos, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.
Contra la seduccin
No os dejis seducir:
no hay retorno alguno.
El da est a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendr otra maana.
No os dejis engaar
con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastar
cuando hayis de perderla.
No os dejis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo ms grande:
perderla es perder todo.
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Mack The Knife
Oh the shark, babe, has such teeth, dear, And he shows them, pearly white, Just a jackknife has old MacHeath, babe, And he keeps it, out of sight,
When that shark bites with his teeth, Scarlet billows start to spread, Fancy gloves, oh, wears old MacHeath, babe, So there's never, never a trace of red
On the sidewalk, oh, Sundy morning, dontcha know, Lies a body just oozin' life, And someone's sneakin' 'round the corner, Could that be our boy, Mack the knife?
From a tug boat, down by the river, dontcha know, There's a cement bag just dropping on down, That cement's there, it's there for the weight, dear, Five'll bet ya ten old Macky's back in town
D'ja here 'bout Louie Miller, he disappeared, baby, After drawing out all, his hard-earned cash, And now MacHeath spends,
Oh el tiburn, tiene semejantes dientes, y l los muestra, blancos, perlados, slo una navaja de bolsillo tiene el viejo MacHeath, y l no la tiene a la vista,
Cuando ese tiburn muerde con sus dientes, las olas de color escarlata empiezan a desparramarse, guantes elegantes, oh, usa el viejo MacHeath, pues nunca, nunca hay un rastro de color rojo
En la vereda, oh, Domingo por la maana, no sabes, hay un cuerpo sin la vida, y alguien se escapa de prisa doblando la esquina, se podra ser nuestro sujeto, Mack el cuchillero?
Desde un barco remolcador, ro abajo, no sabes, hay una bolsa de cemento que simplemente la deja caer, ese cemento all, est para que haga peso, apuesto cinco a diez a que el viejo Macky volvi al pueblo
Hablaremos de Louie Miller, que desapareci, despus de sacar todo su dinero ganado con sacrificio, y ahora MacHeath gasta,
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he spends just like a, like a sailor Could it be, could it be, could it be, our boy's done something rash?
Now Jenny Diver, oh Sukey Tawdry, Look out Miss Lotte Lenya, and ole Lucy Brown, Yeah, the line forms on the right, babe, Now that Macky's back in town
I said Jenny Diver, woah, oh Sukey Tawdry, Look out Miss Lotte Lenya, and ole Lucy Brown, Yes, the line forms on the right, babe, Now that Macky's, back in town...
Look out, old Macky is back, WOW!!!
l simplemente gasta como un, como un marinero, podra ser, podra ser, podra ser, que nuestro sujeto haya hecho algo imprudente?
Ahora Jenny Diver, oh Sukey Tawdry, mira a la Srta. Lotte Lenya, y Lucy Brown, s, la lnea forma a la derecha, ahora que Macky est de vuelta en el pueblo
Yo dije Jenny Diver, s, Sukey Tawdry, mira, la Srta. Lotte Lenya, y Lucy Brown, s, la lnea forma a la derecha, ahora que Macky est de vuelta en el pueblo
Mira, el viejo Macky regres, ESTUPENDO!!!
Colaboraron los profesores y profesoras del Centro,.
Con la participacin del alumnado de 2 ESO B
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MARIBEL TEJERO TOLEDO DESHACER LA MEMORIA
20/03/2013
Organizado por Elvira Herrero Bartolom
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Te ense las palabras las
primeras,
las nicas, todas
las palabras.
Ahora, no digo tu nombre,
y t ya no usas el mo.
Ya no digo tu nombre,
el miedo me lo retiene
en la garganta, cuando era
cntico decirlo y sonata, en tu voz,
el mo al escucharlo.
El tiempo ha borrado tu risa.
La premura te arrob las manos,
ya no acaricias mi pelo y jugueteas
entre tus dedos minsculos,
las primeras notas del alba.
Tus ojos, olivos de plata luna,
son cuchillos de acero
cuando la indiferencia busca
sus fantasmas por nuestras salas.
Aquella maana, el cielo gris
nos preceda.
Entramos en la casa,
bamos recogindote
de todas y cada una de las cosas.
Arrancndote
de todas y cada una,
cuidadosamente,
para no romperte ms del todo.
All estabas, seguas
Un silencio pesado, plomizo,
se volc sobre nosotros,
como losa que impidiera
cada uno de nuestros
movimientos.
Y llova
Idas y venidas,
engarzando y dejando algo de todo
lo que t sellaste indeleblemente.
Era el momento.
Y llova
All donde viviste tus ltimos sueos,
all, donde cada maana
el sol vena a visitarte,
acariciando los cristales;
todo era muerte.
Una enorme borra de muerte
lo cubra todo,
anunciaba
que all, en el sur,
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cerca del mar, hace tiempo,
t ya sabas que habas muerto.
Me sent en el umbral.
Miraba por ltima vez
aquellos muros
que sostenan la casa.
Siempre era mi casa.
Tu casa se cerraba
con la llave ms dura y ms
profunda:
la del olvido,
la del silencio cmplice,
la de los fantasmas.
Las calles vacas.
Nosotros los que la ambamos,
salamos, como a escondidas,
encogidos, silentes como el aire.
Al entrar donde los hombres
hablan, en las tabernas viejas,
ya no quedaba nadie de nosotros.
Hice por ltima vez
el camino de la ermita.
Yo decid quedarme
en los ltimos juncos
del centro de la laguna;
donde se prolongaba
la sombra del chopo
resquebrajado y herido por el rayo.
Resistira como l.
Y volveran las cigeas
en febrero a crotorar
y a despertarme de entre las ovas
de la laguna, donde jugbamos.
Salimos al jardn,
quise quedarme en aquel lirio,
junto a los alheles;
ser mariposa,
rizoma, o malva real
de las que t cuidabas,
hiedra.
Algo de todo aquello
en lo que tus dos manos
procuraron la vida.
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A Pedro Yuste y a mi madre
Ahora vuelvo aqu,
para dejar prendida el alma en las retamas,
henchirla de tomillo
y cimbrearla en las noches de mayo.
Har mi nido aqu, vendrs a mi presencia
cuando el sol, en las tardes, se esconde por la
ermita.
Y os ver pasar
con el paso cansado por los aos.
Mirar toda el agua que dejaste
para vaciar, al fin, tu sed de soledad.
Ahora escucharemos
rumores de vencejos cada tarde,
sin tiempo recortado,
en la inmensa caricia de la brisa
de ese mar de pinares
que nos hiere y nos besa.
Ahora, te contemplo,
sobre el marco de la fotografa.
Miro tu rostro gastado,
marcado por el surco del sufrimiento
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Tu boca entreabierta
marcando una sonrisa,
los ojos hacia el cielo, an esperando
serena y dulce la mirada.
Te sostengo yo ahora,
como lo hiciste t, en otro tiempo,
y te muestro como la meta abierta,
que nos transforma y cambia
el dolor por la esencia de las cosas,
y la lucha con la que me has enriquecido.
Tu vaco es inmenso, ms duro
que el pesar de tu muerte.
Otra vez te traera, madre,
a meterte en mis brazos,
a templar tus manos en las mas,
a abrazar tu cintura.
Inclinado tu cuerpo, inexorablemente,
te tomara, madre,
y ayudara tus pasos de nuevo, madre.
Al solecito, madre,
despacito, madre
Madre!...
Y te llamo y grito tu nombre,
el pecho se me rompe,
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y el llanto estrangula mi garganta.
Me queda solo pasar el dintel,
el hondo suspiro de la muerte,
para volver a ti.
Qu larga es la historia!
Sin tu quehacer diario
eternos son los das y vaco mi tiempo.
Se me acaba este tiempo medido,
espuma entre los dedos.
Como estampido en la roca,
inesperadamente,
golpe a golpe me desprendo
en minsculas partculas.
Vaciada,
confundida en las crestas, me extingo.
As, atrapada en el punzante dolor,
en la desidia absoluta de ser,
yo, como Penlope, tejiendo este tiempo.
No me queda hilo,
solo taca, vaca sin ella.
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Tu regazo
Ahora vienen las tardes,
lentamente alargadas,
y aspiro en el camino
los perfumes de azahares,
mezclados, todava,
con las naranjas cidas
que el sol tibio mixtura
en envolvente aroma.
Retorna tu figura, acercndose,
con tus brazos abiertos
y tus manos dibujando acogida,
a mi medida diseados,
para hacerme un vestido,
de lirios y nenfares,
donde reposar, en tu regazo,
esta nostalgia que me vierte al ocaso,
sin tu figura.
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POEMAS DE ZORRILLA 11/04/2013
Organizado por el profesor Jos Luis Gonzlez Platn
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El entierro de Larra
Ese vago clamor que rasga el viento
es la voz funeral de una campana:
vano remedo del postrer lamento
de un cadver sombro y macilento que en sucio polvo dormir maana.
Acab su misin sobre la tierra,
y dej su existencia carcomida,
como una virgen al placer perdida
cuelga el profano velo en el altar.
Mir en el tiempo el porvenir vaco,
vaco ya de ensueos y de gloria,
y se entreg a ese sueo sin memoria, que nos lleva a otro mundo a despertar!
Era una flor que marchit el esto,
era una fuente que agot el verano;
ya n