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BLOQUE 7. EL ESPACIO RURAL Y LAS ACTIVIDADES DEL SECTOR PRIMARIO I. El peso de las actividades agropecuarias, forestales y pesqueras en el PIB. La población activa. II. El espacio agrario. III. La actividad pesquera. IV. La explotación forestal.

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BLOQUE 7. EL ESPACIO RURAL Y LAS

ACTIVIDADES DEL SECTOR PRIMARIO

I. El peso de las actividades agropecuarias, forestales y pesqueras en el PIB. La población activa.

II. El espacio agrario.III. La actividad pesquera.IV. La explotación forestal.

I. EL PESO DE LAS ACTIVIDADES AGROPECUARIAS, FORESTALES Y PESQUERAS

EN EL PIB. LA POBLACIÓN ACTIVA.

El espacio agrario es el resultado de la explotación agrícola, ganadera y forestal del terreno.

En cambio, el espacio rural se refiere al territorio no urbano en el que se desarrollan, además otras actividades relacionadas con la forma de vida rural, como las industrias de transformación, las actividades cinegéticas o el turismo rural.

El espacio rural ha ido cambiando históricamente: tradicionalmente ha sido preponderantemente un espacio agrícola, pero en las últimas décadas se ha ido convirtiendo en un espacio en el que predominan actividades de otros sectores (industrias de transformación, turismo, etc).

El sector primario agrupa todas las actividades relacionadas con la extracción de recursos naturales de manera directa y a su transformación en productos no elaborados: agricultura, ganadería, pesca, silvicultura, la caza y la explotación forestal. Representa el 2,7% de la economía española y el 4,2% del empleo, cifras superiores a la media europea.

En España hay 965.002 explotaciones, predominando las pequeñas. La estructura por edad de la población activa en este sector es también mayor a la europea: solo un 5% de los agricultores son menores de 35 años y el 55% tiene más de 55 años.

La aportación del sector agrario al PIB está disminuyendo como en otros países desarrollados. La pesca solo representa el 1% sobre el PIB y un 0,25% de empleo. Sin embargo la producción hortofrutícola constituye una parte relevante de las exportaciones, contribuyendo positivamente a la balanza comercial y ocupa el 40% del total de la superficie.

II. EL ESPACIO AGRARIO.

2.1. Aspectos naturales e históricos que explican los factores agrarios.

2.2. La estructura de la propiedad y tenencia de la tierra.

2.3. Las políticas de reforma agraria.

2.4. Tipos de agricultura: coexistencia de formas avanzadas y tradicionales.

2.5. La ganadería.

2.6. Los paisajes agrarios de España.

2.7. El sector agrario español en el contexto de la Unión Europea.

2.1. Aspectos naturales e históricos que explican los factores agrarios.

2.1.1. Factores físicos.

Antes determinaban una buena o mala cosecha, ahora con las nuevas técnicas se superan en gran medida gracias a los invernaderos, el riego selectivo, los fertilizantes y la manipulación genética.

El relieve: solo el 11% del territorio está por debajo de los 200 m de altitud; la mayor parte está por encima de los 600 m. Las numerosas y elevadas cordilleras dificultan aún más la agricultura.

El clima: las características climáticas son muy variadas. El 77% del territorio recibe menos de 700 mm de precipitación anual (sequía). Las temperaturas extremas del interior tampoco ayudan a los cultivos (heladas). Las condiciones más favorables se dan en el litoral y los valles fluviales. Las tres grandes zonas climáticas se corresponden con los tres grandes espacios agrarios: la España húmeda, la España mediterránea de interior y litoral y la España árida.

Los suelos: mediocres y fácilmente erosionables. Hay suelos favorables como los arcillosos y otros menos favorables como los silíceos (por su acidez).

2.1.2. Factores históricos.

-Antes de la Edad Media.

Se instauran cambios que condicionan sobre todo la estructura agraria: cultivos, técnicas... Los romanos cultivaron trigo, vid y olivo (trilogía mediterránea), base aún de la agricultura española. Al Ándalus dejó la técnica del regadío (acequias y canales, norias...).

Agricultura romana

Agricultura musulmana

- Edad Media

A. Los cristianos, durante la repoblación que acompañó a la Reconquista, introdujeron cambios en la tenencia y propiedad de la tierra con diferentes formas según avanzaban hacia el sur. Son cambios que han condicionado la propiedad hasta hoy produciendo que la mayor parte del territorio, sobre todo en el sur, esté concentrado en pocas manos (latifundios):

-Presura o aprisio (ss. VIII-X): Al norte del Duero y la plana del Vic. Los reyes tenían que facilitar la repoblación de tierras apenas pobladas con privilegios. Esto favoreció la ocupación de comunidades de pequeños propietarios libres.

-Repoblación concejil (ss. XI-XII): Desde el sur del Duero hasta el Tajo y Valle del Ebro. El territorio se dividía en concejos compuestos por una villa amurallada y su alfoz regidos cada uno por su fuero.

-Repoblación por órdenes militares (1ª mitad s. XIII): Entre el Tajo y Sierra Morena y valles altos del Turia y Júcar. La repoblación se encomendó a órdenes militares que recibieron extensos señoríos llamados maestrazgos. Los campesinos trabajaban estas tierras como siervos.

-Repoblación por repartimiento (2ª mitad s. XIII): Valle del Guadalquivir, Murcia, fachada levantina y Baleares. El territorio se repartió entre los nobles según su participación en la Reconquista. Los nobles recibieron grandes extensiones de tierra donde trabajaban campesinos como siervos.

Repoblación y latifundios

El descubrimiento de América facilitó el intercambio de productos y se incorporaron a la dieta nuevos productos (papa, cacao, tomate...).

Ilustración y liberalismo del siglo XIX

La existencia de una gran masa de bienes en poder de las manos muertas había ya aparecido en los escritos de los pensadores ilustrados del siglo XVIII: eran denominados manos muertas los propietarios de activos inalienables (mayorazgos y, sobre todo, propiedades eclesiásticas).

En el XIX las desamortizaciones de Madoz y Mendizábal trataron de resolver esos problemas y crear mediante la subasta de los bienes desamortizados una clase propietaria. Sin embargo, todos los estudiosos llegan a la conclusión de que acentuó la estructura latifundista de la propiedad agraria española, ya que sólo pudieron acceder a la propiedad gentes de recursos, nunca los campesinos más necesitados de tierra y con mayores posibilidades de explotarla.

En cuanto a la estructura agraria, otros factores de la política liberal del s.XIX como la abolición del diezmo, la supresión de la Mesta, la mejora de las condiciones de transporte y comunicación, las políticas proteccionistas en favor del cultivo de cereales causaron una presión en favor de la extensión del cultivo tanto o más decisiva que los cambios en la estructura de la propiedad. El crecimiento de la producción se produjo por esa extensión del cultivo porque los rendimientos siguieron siendo muy bajos. A pesar de los cambios, continuó predominando una estructura típicamente mediterránea, basada en el cereal, en especial el trigo, el olivo y la vid.

La cabaña ganadera, que en la mayor parte de España siempre fue una actividad complementaria de la agricultura disminuyó aún más con el retroceso de la Mesta. Había, sin embargo, un subsector agrícola mucho más prometedor: la agricultura frutícola y hortícola comercializada del litoral mediterráneo. Aquí estaba el futuro de la agricultura española, aunque no se desarrolló plenamente hasta bien entrado el siglo XX.

-Siglo XX hasta la Guerra Civil

La revolución industrial introdujo la mecanización contribuyendo a la mejora de los rendimientos, pero también al éxodo rural. Esto sucedió sobre todo en las fases expansivas (Primo de Rivera y el Desarrollismo). Las reforma agraria durante la II República orientada a expropiar los latifundios y asentar en ellos pequeños agricultores fracasó. Durante el franquismo y el período democrático, se tomaron las medidas que se estudian en el apartado 2.3.1. y 2.3.2. En el XX la agricultura se orientó hacia el mercado global.

2.2. La estructura de la propiedad y tenencia de la tierra.

La mayor parte de las tierras son explotadas por sus propietarios directamente, pero cabe la posibilidad de que delegue en otra persona. Por ello vamos a diferenciar entre explotación y tenencia. Explotación agraria es el conjunto de parcelas gestionadas por un mismo titular y la tenencia el grado de dominio sobre la tierra. La tenencia es directa cuando propietario y explotador son la misma persona. Cuando esto no es así, la tenencia es indirecta. En ese caso hay dos tipos de contrato:

El arrendamiento: el propietario cede la tierra al arrendatario y este abona un alquiler.

La aparcería: el aparcero paga al propietario una parte de la producción final.

En España las tierras de cultivo se dividen en parcelas lo que da lugar a la pérdida de productividad, debido al coste del traslado de una a otra, a la proliferación de lindes y a las dificultades para su mecanización.

Existe un importante contraste entre minifundio y latifundio.

El minifundio es una explotación < 10 hectáreas (ha). Constituye el 11% de las tierras agrícolas, predominando en la mitad norte: Galicia, Cantabria, Asturias, País Vasco y en algunas provincias como Segovia, Burgos, Ávila o León. También se dan en Canarias, Valencia y Murcia.

El latifundio es una explotación > 100 ha y son más del 50% de las tierras agrícolas. Predominan en la mitad sur: Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía occidental. También se dan en Aragón y provincias como Zamora, Salamanca o Soria.

El principal problema al que se enfrenta la agricultura española es su rentabilidad que está disminuyendo por los costes de producción y la competencia de productos externos.

2.3. Las políticas de reforma agraria.

La actividad agraria está condicionada por las políticas públicas llevadas en España, en las que se distinguen dos momentos: antes de entrar en Comunidad Económica Europea (CEE) y después de entrar en 1986.

2.3.1. Las políticas agrarias antes de 1986.

Las mayores trasformaciones se produjeron a partir del desarrollismo a finales de los 50. Existían problemas derivados de la desigual distribución de la propiedad, la excesiva parcelación, la insuficiencia del regadío y la escasez de mano de obra.

En 1939 se creó el Instituto Nacional de Colonización (INC), se amplió el regadío y se crearon los llamados poblados de colonización. El Servicio Nacional de Concentración Parcelaria (SNCP), creado en 1952 y transformado en 1971 en el Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA) se ocupó de la reducción del nº de parcelas. El Fondo de Ordenación y Regulación de Productos y Precios Agrarios (FORPPA) intervino el precio del trigo y construyó numerosos silos para almacenar el trigo.

2.3.2. Las políticas agrarias después de 1986.

Al ingresar en la CEE, la actividad agraria se reguló por la Política Agraria Común (PAC) link, link cuyos objetivos eran lograr precios asequibles, garantizar una renta adecuada a los agricultores y estabilizar los precios. Se crea el Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA) que establece precios para los productores y aseguraba la compra de los excedentes de producción.

A partir de los 80, el gasto de la CEE era tan alto que se dieron ayudas a la exportación y se realizó la primera reforma de la PAC para disminuir el gasto (1992). Consistía en suprimir las ayudas a la producción para evitar los excedentes, implantar un sistema de cuotas de producción y ofrecer ayudas por hectárea y cabeza de ganado.

Otros instrumentos de desarrollo territorial son los programas LEADER, financiados por el FEOGA, que incentivan el desarrollo endógeno en las zonas rurales. Afectó al 21% de los municipios y al 24% de la superficie agrícola (unos 4,2 millones de habitantes).

Desde 1999, se impulsó una nueva reforma de la PAC (Agenda 2000), que consiste en ayudas directas a la renta de los agricultores, el aumento de la competitividad de los productos europeos y políticas de desarrollo rural.La reforma de la PAC de 2003 estableció un nuevo sistema de ayudas directas y la de 2008 propuso una gestión más eficiente del presupuesto, teniendo en cuenta cuestiones relacionadas con el cambio climático, la biodiversidad y la gestión del agua.

En 2006 se creó el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), organismo que paga y coordina los fondos europeos agrícolas en España.