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10 EL NUEVO SIGLO / MIÉRCOLES 16 DE NOVIEMBRE DE 2016 / OPINIÓN 10 10 E l palo no está para cucharas. Esa es la conclusión a la que se llega después de leer el co- mentario del presbítero Rafael De Brigard, cuando diagnostica que “Muchas personas sin brújula existencial”, vaticina que “el sistema no está funcionando” y, en consecuencia, “existe la tentación de la respuesta emo- tiva, no pensada, quizás rabio- sa”. Es la respuesta que dio el pueblo colombiano cuando le preguntaron si quiere la paz y triunfó el No, porque las gentes exigen para que haya paz que se satisfaga el instinto de venganza acuñado en el derecho penal: “Ojo por ojo diente por diente”. Y esa misma es la explicación al resultado electoral del imperio. Se impuso el ánimo de guerra que una población “blanca” anida en su inconsciente colectivo. La astucia del señor Trump consistió en descubrir, posible- mente de manera intuitiva, el resentimiento de muchos de los ciudadanos del imperio que se sienten arruinados individual- mente por la globalización que les ha minado su natural ego y la figura del demagogo pastor le estimuló a su rebaño: resenti- miento por el triunfo de Oba- ma; la invasión de “inmigran- tes” denunciada hábilmente; la crítica a la paz con Cuba. Estos mensajes y otros de la misma esencia alimentaron el instinto primario de la condición humana y por esa razón se impuso esa alternativa futura. El triunfo de esa peligrosa y amenazante personalidad no tendría por qué preocupar sino fuera porque ese intercambio de impulsos y emociones indivi- duales y populares se encuentra en un caldo de cultivo mundial que coloca a la humanidad en la cuerda floja. La historia tiende a repetirse. No cabe duda de que el ánimo beligerante y populista del “Tío Rico”, respaldado por una pobla- ción desesperanzada y ansiosa, enfrentado a pueblos que sufren crisis de armonía y rabia, es un detonante que en cualquier momento puede disparar el pro- yectil que, como ocurrió con el atentado al archiduque Francis- co Fernando de Habsburgo, en Sarajevo, sirvió de disculpa para que se desencadenara el con- flicto retenido durante 25 años y estallara la primera guerra mundial. El pronóstico no es pesimista. Se trata de constatar la histo- ria de las guerras y concluir su necesidad. El descontento que deprime a la población mundial y la rivalidad latente entre los detentadores del poder son dos situaciones inocultables que no tendrán una solución amable y mucho menos ahora cuando este “trumpetero” ha tocado la diana para que se despierten las tro- pas que sus asesores han dirigido durante tantos años. Recuérdese que en la filosofía militar no impera la fuerza de la razón sino la razón de la fuerza. Hay que reconocer que desde hace varios años impera la guerra fría y que Obama ha hecho esfuerzos por aliviarla, pero que en la oscuridad del planeta hay fuerzas perversas encadenadas dispuestas a revelarse contra el imperio y si el imperio se debilita con un conflicto interno ganarán los pescadores que aprovechan el río revuelto. E n estos tiempos con la tecno- logía haciendo presencia en todos los niveles de la sociedad, la industria, el comercio y en fin abarcando la vida misma, se pre- senta querámoslo o no, un cho- que de culturas y encontramos sectores de la población interpre- tando y operado con solvencia todos los medios tecnológicos puestos a su servicio, en cambio existen otros grupos de gentes, que no pueden acomodarse con solvencia a estas herramientas, que facilitan y agilizan aspectos del diario vivir. Unos de los temas que llama la atención es el de los adelan- tos tecnológicos utilizados para brindar seguridad y protección a la ciudadanía. Hoy por hoy las administraciones y los coman- dantes de policía, cuentan, para cerrarle el paso a todo tipo de delincuencia, bien sea común o la identificada como organizada y especializada en determinado tipo de delitos, con diferen- tes alternativas sustentadas en tecnología, ayuda que gracias a los adelantos permite actuacio- nes preventivas o reactivas ante amenazas e incidentes, logran- do generar en las comunidades sensaciones de defensa y amparo. Es variada la oferta y no pueden las autoridades rehusarse a dotar las fuerzas del orden, de aquellos elementos destinados al servicio de protección comunitaria, como en realidad lo están haciendo en varios municipios donde los burgomaestres son abanderados de la seguridad. Pero desafortu- nadamente la operación de estos medios necesita conocimiento y entendimiento por parte de la ciudadanía, de lo contrario el objetivo se logra a media marcha y de nada sirve un programa de alerta o auxilio en teléfonos celu- lares, si los usuarios no lo saben manejar. ¿Se acuerdan en Bogotá de las columnas vigilantes? Seguro que no, porque nacieron y murieron sin ambientarlas al público, fue un fracaso para la administra- ción de la capital desde todo punto de vista, especialmente financiero y de seguridad, las instalaron en varios puntos de la ciudad y nunca la comunidad supo cómo operarlas. Se trataban de unas estructuras metálicas que contaban con cámaras de seguri- dad, salidas de audio, micrófonos, a más de botones de pánico, que una vez activados por el ciuda- dano alertaban directamente el Centro de Despacho de la Policía sobre una alteración del orden público. Sin embargo el conglo- merado las utilizó en diferentes sentidos, como recostadero o repisas, a más de soportes para propagandas. Fue tal el desgas- te que todas las adquiridas no fueron instaladas, quedando en desuso, ¡sin pena ni gloria!. Tomo los ejemplos anteriores para significar la urgencia de capacitar la población sobre la operación de estos medios, pues los miembros de la institución policial si tienen el dominio y la formación que les permite operarlos con solvencia, pero nosotros, las personas de la tercera edad y los habitantes de las periferias citadinas, de golpe adolecemos de ilustración o cono- cimientos. Que no se repitan las columnas vigilantes. E stá al servicio de la Universidad y de Bogotá el nuevo edificio de Artes y Diseño de la Tadeo, situado a la en- trada del centro de la capital, en la calle 26 entre carreras cuarta y quinta, con altura equivalente a ocho pisos, veinte mil metros de construcción, concebido por el arquitecto Ricardo La Rotta ganador del concurso de méritos efectuado para este propósito, financiado con préstamo a mediano plazo otorgado por Findeter, amigable con el medio ambiente, estruc- tura mixta en metálico y concreto que contiene salas múltiples, tecnología de última generación, espacios libres verdes en diferentes niveles, paneles acústicos para subdivisión de aulas, mobiliario flexible, un antiguo inmueble de conser- vación incorporado, reciclaje de aguas lluvias, luz especial y fachada trascen- dente que se integra con la Biblioteca Nacional, el Parque del Bicentenario y el Museo de Arte Moderno (MAM), im- portante adición al campus del claustro, vinculado al esfuerzo por la recuperación de zona histórica en el cual instituciones educativas y cívicas, como la Corporación de Universidades del Centro, coordina- das con la Alcaldía Mayor, continúan el proceso de ordenamiento urbano. Si hay un ejemplo de Fundación sin ánimo de lucro que durante sesenta y dos años se haya preocupado por desarrollar un plan territorial acorde con el objetivo de capacitar a profesionales en programas de alta calidad, a investigar e innovar con sentido social, es La Tadeo. Democracia y Paz ligan con la educación, por fortuna existen instituciones entre nosotros que avanzan positivamente. Los adelantos científicos y tecnológicos en referencia a la relación profesor alumno distan de aquellos de hace apenas pocos lustros. El proceso de cambio constituye la clave del progreso con excelencia docente. La transmisión de conocimientos y valores en el siglo XXI requiere de in- fraestructura adecuada, deja atrás tiza y pizarra, se trata de adoptar enfoques de desarrollo sostenible, flexibilidad y movilidad, pertinencia, selección, evalua- ción, actualización, perfeccionamiento, internacionalización, dominio de idio- mas, especialmente del inglés, del uso cibernético de la biblioteca, de continuar la emisión de programas en la emiso- ra de naturaleza culta. A los edificios construidos cuyo uso prueba su fortaleza se une este de Artes y Diseño, el décimo quinto, que congrega a artistas, maestros y estudiantes. La invitación para que la ciudadanía lo visite se encuentra en pie. La educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo, hacia este objetivo resulta oportuno seguir la recomendación de Albert Einstein: “Nunca consideres el estudio como una obligación, entiende que es una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.” Con educación se asciende a la libertad. DESARROLLO TERRITORIAL El edificio de la Tadeo BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD ¿Y cómo está el palo? PRISMA Urge ambientar la tecnología “De nada sirven herramientas tecnológicas de policía si ciudadano no sabe utilizarlas” Gral (r.) Ernesto Gilibert “El ‘trumpetero’ ha tocado la diana para que despierte el mundo” Fernando Navas Talero “Transmisión de conocimientos en el siglo XXI requiere de infraestructura adecuada” Jaime Pinzón López

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10 EL NUEVO SIGLO / MIÉRCOLES 16 DE NOVIEMBRE DE 2016 10EL NUEVO SIGLO / MIÉRCOLES 16 DE NOVIEMBRE DE 2016 / OPINIÓN 1010

El palo no está para cucharas. Esa es la conclusión a la que

se llega después de leer el co-mentario del presbítero Rafael De Brigard, cuando diagnostica que “Muchas personas sin brújula existencial”, vaticina que “el sistema no está funcionando” y, en consecuencia, “existe la tentación de la respuesta emo-tiva, no pensada, quizás rabio-sa”. Es la respuesta que dio el pueblo colombiano cuando le preguntaron si quiere la paz y triunfó el No, porque las gentes exigen para que haya paz que se satisfaga el instinto de venganza acuñado en el derecho penal: “Ojo por ojo diente por diente”. Y esa misma es la explicación al resultado electoral del imperio. Se impuso el ánimo de guerra que una población “blanca” anida en su inconsciente colectivo.

La astucia del señor Trump consistió en descubrir, posible-mente de manera intuitiva, el resentimiento de muchos de los ciudadanos del imperio que se sienten arruinados individual-mente por la globalización que les ha minado su natural ego y la figura del demagogo pastor le estimuló a su rebaño: resenti-miento por el triunfo de Oba-

ma; la invasión de “inmigran-tes” denunciada hábilmente; la crítica a la paz con Cuba. Estos mensajes y otros de la misma esencia alimentaron el instinto primario de la condición humana y por esa razón se impuso esa alternativa futura.

El triunfo de esa peligrosa y amenazante personalidad no tendría por qué preocupar sino fuera porque ese intercambio de impulsos y emociones indivi-duales y populares se encuentra en un caldo de cultivo mundial que coloca a la humanidad en la cuerda floja. La historia tiende a repetirse.

No cabe duda de que el ánimo beligerante y populista del “Tío Rico”, respaldado por una pobla-ción desesperanzada y ansiosa, enfrentado a pueblos que sufren crisis de armonía y rabia, es un detonante que en cualquier momento puede disparar el pro-yectil que, como ocurrió con el

atentado al archiduque Francis-co Fernando de Habsburgo, en Sarajevo, sirvió de disculpa para que se desencadenara el con-flicto retenido durante 25 años y estallara la primera guerra mundial.

El pronóstico no es pesimista. Se trata de constatar la histo-ria de las guerras y concluir su necesidad. El descontento que deprime a la población mundial y la rivalidad latente entre los detentadores del poder son dos situaciones inocultables que no tendrán una solución amable y mucho menos ahora cuando este “trumpetero” ha tocado la diana para que se despierten las tro-pas que sus asesores han dirigido durante tantos años. Recuérdese que en la filosofía militar no impera la fuerza de la razón sino la razón de la fuerza.

Hay que reconocer que desde hace varios años impera la guerra fría y que Obama ha hecho esfuerzos por aliviarla, pero que en la oscuridad del planeta hay fuerzas perversas encadenadas dispuestas a revelarse contra el imperio y si el imperio se debilita con un conflicto interno ganarán los pescadores que aprovechan el río revuelto.

En estos tiempos con la tecno-logía haciendo presencia en

todos los niveles de la sociedad, la industria, el comercio y en fin abarcando la vida misma, se pre-senta querámoslo o no, un cho-que de culturas y encontramos sectores de la población interpre-tando y operado con solvencia todos los medios tecnológicos puestos a su servicio, en cambio existen otros grupos de gentes, que no pueden acomodarse con solvencia a estas herramientas, que facilitan y agilizan aspectos del diario vivir.

Unos de los temas que llama la atención es el de los adelan-tos tecnológicos utilizados para brindar seguridad y protección a la ciudadanía. Hoy por hoy las administraciones y los coman-dantes de policía, cuentan, para cerrarle el paso a todo tipo de delincuencia, bien sea común o la identificada como organizada y especializada en determinado tipo de delitos, con diferen-tes alternativas sustentadas en tecnología, ayuda que gracias a los adelantos permite actuacio-nes preventivas o reactivas ante amenazas e incidentes, logran-do generar en las comunidades

sensaciones de defensa y amparo. Es variada la oferta y no pueden las autoridades rehusarse a dotar las fuerzas del orden, de aquellos elementos destinados al servicio de protección comunitaria, como en realidad lo están haciendo en varios municipios donde los burgomaestres son abanderados de la seguridad. Pero desafortu-nadamente la operación de estos medios necesita conocimiento y entendimiento por parte de la ciudadanía, de lo contrario el objetivo se logra a media marcha y de nada sirve un programa de alerta o auxilio en teléfonos celu-lares, si los usuarios no lo saben manejar.

¿Se acuerdan en Bogotá de las columnas vigilantes? Seguro que no, porque nacieron y murieron sin ambientarlas al público, fue un fracaso para la administra-ción de la capital desde todo punto de vista, especialmente

financiero y de seguridad, las instalaron en varios puntos de la ciudad y nunca la comunidad supo cómo operarlas. Se trataban de unas estructuras metálicas que contaban con cámaras de seguri-dad, salidas de audio, micrófonos, a más de botones de pánico, que una vez activados por el ciuda-dano alertaban directamente el Centro de Despacho de la Policía sobre una alteración del orden público. Sin embargo el conglo-merado las utilizó en diferentes sentidos, como recostadero o repisas, a más de soportes para propagandas. Fue tal el desgas-te que todas las adquiridas no fueron instaladas, quedando en desuso, ¡sin pena ni gloria!.

Tomo los ejemplos anteriores para significar la urgencia de capacitar la población sobre la operación de estos medios, pues los miembros de la institución policial si tienen el dominio y la formación que les permite operarlos con solvencia, pero nosotros, las personas de la tercera edad y los habitantes de las periferias citadinas, de golpe adolecemos de ilustración o cono-cimientos. Que no se repitan las columnas vigilantes.

Está al servicio de la Universidad y de Bogotá el nuevo edificio de Artes

y Diseño de la Tadeo, situado a la en-trada del centro de la capital, en la calle 26 entre carreras cuarta y quinta, con altura equivalente a ocho pisos, veinte mil metros de construcción, concebido por el arquitecto Ricardo La Rotta ganador del concurso de méritos efectuado para este propósito, financiado con préstamo a mediano plazo otorgado por Findeter, amigable con el medio ambiente, estruc-tura mixta en metálico y concreto que contiene salas múltiples, tecnología de última generación, espacios libres verdes en diferentes niveles, paneles acústicos para subdivisión de aulas, mobiliario flexible, un antiguo inmueble de conser-vación incorporado, reciclaje de aguas lluvias, luz especial y fachada trascen-dente que se integra con la Biblioteca Nacional, el Parque del Bicentenario y el Museo de Arte Moderno (MAM), im-portante adición al campus del claustro, vinculado al esfuerzo por la recuperación de zona histórica en el cual instituciones educativas y cívicas, como la Corporación de Universidades del Centro, coordina-das con la Alcaldía Mayor, continúan el proceso de ordenamiento urbano.

Si hay un ejemplo de Fundación sin ánimo de lucro que durante sesenta y dos años se haya preocupado por desarrollar un plan territorial acorde con el objetivo de capacitar a profesionales en programas de alta calidad, a investigar e innovar con sentido social, es La Tadeo. Democracia y Paz ligan con la educación, por fortuna existen instituciones entre nosotros que avanzan positivamente. Los adelantos científicos y tecnológicos en referencia a la relación profesor alumno distan de aquellos de hace apenas pocos lustros. El proceso de cambio constituye la clave del progreso con excelencia docente.

La transmisión de conocimientos y valores en el siglo XXI requiere de in-fraestructura adecuada, deja atrás tiza y pizarra, se trata de adoptar enfoques de desarrollo sostenible, flexibilidad y movilidad, pertinencia, selección, evalua-ción, actualización, perfeccionamiento, internacionalización, dominio de idio-mas, especialmente del inglés, del uso cibernético de la biblioteca, de continuar la emisión de programas en la emiso-ra de naturaleza culta. A los edificios construidos cuyo uso prueba su fortaleza se une este de Artes y Diseño, el décimo quinto, que congrega a artistas, maestros y estudiantes. La invitación para que la ciudadanía lo visite se encuentra en pie.

La educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo, hacia este objetivo resulta oportuno seguir la recomendación de Albert Einstein: “Nunca consideres el estudio como una obligación, entiende que es una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.” Con educación se asciende a la libertad.

DESARROLLO TERRITORIAL

El edificio de la Tadeo

BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD

¿Y cómo está el palo?

PRISMA

Urge ambientar la tecnología“De nada sirven

herramientas tecnológicas de policía si ciudadano

no sabe utilizarlas”

Gral (r.) Ernesto Gilibert

“El ‘trumpetero’ ha tocado la diana para que despierte

el mundo”

Fernando Navas Talero

“Transmisión de conocimientos en el siglo

XXI requiere de infraestructura adecuada”

Jaime Pinzón López