biografía armando reveron

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA INDUSTRIAL “RODOLFO LOERO ARISMENDI” EXTENSIÓN MATURÍN BIOGRAFÍA: ARMANDO REVERÓN Profesor: Gustavo Roca. Autora: Br. María Malavé C.I.: V-26.291.427

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Biografía armando reverón

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Page 1: Biografía Armando Reveron

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA INDUSTRIAL

“RODOLFO LOERO ARISMENDI”

EXTENSIÓN MATURÍN

BIOGRAFÍA: ARMANDO REVERÓN

Profesor:

Gustavo Roca.

Autora:

Br. María Malavé

C.I.: V-26.291.427

MATURÍN, FEBRERO 2016.

Page 2: Biografía Armando Reveron

ARMANDO REVERÓN

Armando Reverón, considerado el mejor artista plástico de Venezuela

del siglo XX, nació en Caracas el 10 de mayo de 1889. Se interesó

profundamente por la acción de la luz sobre las formas. Entusiasta del

impresionismo francés, su pintura evolucionó a la abstracción y el

simbolismo. Poco se conoce de su niñez, a los pocos años de haber nacido

fue dado en crianza por su madre a un matrimonio de Valencia, los

Rodríguez Zocca; quienes se ocuparon de su primera educación. Su tío-

abuelo materno, Ricardo Montillalo, fue quien lo instruyó en el dibujo natural

y despertó en él su vocación artística.

En 1904, vive con su madre en Caracas y en 1908 se inscribe en la

Academia de Bellas Artes, donde tiene como profesores a Antonio Herrera

Toro, Emilio Mauri y Pedro Zerpa. Su rendimiento le valió la recomendación

de sus profesores para obtener, en 1911, una beca de estudios en Europa.

Ese año viaja a España, donde ingresa a la Escuela de Artes y Oficios. En

1912 retorna a Caracas; y de nuevo en España, entra a la Academia de San

Fernando en Madrid. La capital española dejó una profunda huella en su

espíritu; siendo cautivado por el universo de Francisco Goya.

Regresa a Venezuela en 1915, donde retoma su trabajo mientras

asiste a las sesiones del exclusivo Círculo de Bellas Artes y abandona el

rigor académico, ante el entusiasmo que despierta el impresionismo en él.

Poco después se traslada a La Guaira donde vive dando clases privadas de

dibujo y pintura. Allí conoce a Juanita Mota, en 1918, quien sería su modelo y

compañera. Siguiendo los consejos del pintor ruso Nicolás Ferdinandov,

Reverón decide instalarse en el litoral, iniciando con esto una nueva etapa en

su vida y en su obra. Su obra es conocida por estar plagada de imágenes

oníricas, desdibujadas, con un intenso trabajo de la luz y los colores, o la

falta de ellos. Se le considera un maestro de la luz tropical, que plasmó en

distintas superficies y materiales. Se distinguen tres periodos:

Page 3: Biografía Armando Reveron

El Período Azul inicia en 1920, caracterizada por una inmersión en

una atmósfera sensual y misteriosa, está dominada por el azul profundo de

su paleta y una factura espesa. Se trata de paisajes, retratos de Juanita y

majas: El bosque de la Manguita, Juanita, La Cueva. Desde entonces se

definen dos temáticas: el paisaje y los desnudos.

El Período Blanco inicia alrededor de 1924 al abandonar el

impresionismo, adquiriendo gran importancia el color blanco, que utiliza en

composiciones de corte abstracto. La obra que marca el paso del periodo

azul al blanco, que se extiende hasta 1934, es Fiesta en Caraballeda (1924).

Reverón empieza a pintar sobre papel con un estilo gestualista, que

constituye una etapa de transición al periodo sepia, que se inicia en 1936.

Pinta obras de gran formato que escenifican figuras desnudas en un interior,

su producción se torna dramática con acentos expresionistas. Sustituye sus

modelos, salvo Juanita, por muñecas de trapo fabricadas por él mismo.

Siguió un período depresivo tras sufrir una crisis psicótica que obligó a

su reclusión en el sanatorio San Jorge, de José María Finol. Recuperado, no

volvió a pintar como antes. A partir de este momento, se refugió en un

universo mágico que, en torno a objetos y muñecas creados por él, dio

origen a la última y delirante etapa expresionista de su obra; etapa figurativa

caracterizada por el empleo de materiales tales como tizas, creyones y por

una fantasía teatral que se tornaba más y más incontrolable pero que, a

través de un dibujo que aspiraba a la corrección académica, buscaba restituir

el equilibrio emocional de Reverón.

La última de sus crisis tiene lugar en 1953, siendo internado

nuevamente en la clínica de Báez Finol, el mismo año en que le era

conferido el Premio Nacional de Pintura. Confortado por este tardío estímulo,

trabajaba con ahínco para una exposición que había anunciado el Museo de

Bellas Artes, cuando le sobrevino la muerte mientras se encontraba en el

sanatorio San Jorge. Muere en Caracas el 18 septiembre de 1954.