benbenaste - el sujeto de la democracia

26
El sujeto de la Democracia “Lo que más confusión provoca en el espíritu es el uso que se hace de estas palabras: democracia, instituciones democrá- ticas, gobierno democrático. Mientras no se las defina clara- mente y no se llegue a un entendimiento sobre su definición, se vivirá en una confusión de ideas inextricable, con gran ventaja para los demagogos y los déspotas”. Alexis de Tocqueville, El Antiguo Régimen y la Revolución II. p. 100. D urante el siglo XX en Europa, después de la II Guerra Mun- dial, encontramos una generalización y relativa estabilidad del régimen democrático. Desde una perspectiva histórica, en los países donde se verificó tempranamente la importancia del mercado –por ejemplo Inglate- rra, Países bajos, luego los Estados Unidos–, también lo hizo el flore- cimiento de las instituciones republicanas. Ambas, el mercado y el sistema republicano, han hecho lugar a la democracia y servido de garantía para la vigencia de ese régimen político. Desde hace décadas los principales partidos políticos –inclu- so los denominados de izquierda, por caso el Partido Socialista, que han llegado al gobierno en importantes países de Europa–, han dejado de cuestionar la propiedad privada mercantil como institución crucial del encuadre histórico contemporáneo. Con ello han descartado procesos revolucionarios y en cambio aceptado la democracia representativa como metodología política para lo- grar cambios sociales. 1 No obstante en varias partes del mundo ese régimen aún no se ha consolidado o bien no existe. 2 1. El fenómeno conocido como ‘eurocomunismo’ consolidado a mediados de los 70 –pero insinuado a fines de los 60–, cuyo centro fueron el Partido Comu- nista Italiano y el Partido Comunista Francés, adoptaron la vía parlamenta- rista en lugar de la Revolución y la Dictadura del Proletariado consagradas en la Tercera Internacional Comunista como camino a una sociedad socialista. 2. Uno de los registros del progreso del régimen democrático puede verse en: Freedom House (1999). Democracy’s century. A survey of global political change in the 20th century. Nueva York: Freedom House.

Upload: mike-myers

Post on 03-Sep-2015

219 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

jj

TRANSCRIPT

  • 63Psicologa de los Regmenes Polticos

    El sujeto de la Democracia

    Lo que ms confusin provoca en el espritu es el uso quese hace de estas palabras: democracia, instituciones democr-ticas, gobierno democrtico. Mientras no se las defina clara-mente y no se llegue a un entendimiento sobre su definicin, sevivir en una confusin de ideas inextricable, con gran ventajapara los demagogos y los dspotas. Alexis de Tocqueville, ElAntiguo Rgimen y la Revolucin II. p. 100.

    Durante el siglo XX en Europa, despus de la II Guerra Mun- dial, encontramos una generalizacin y relativa estabilidaddel rgimen democrtico.

    Desde una perspectiva histrica, en los pases donde se verifictempranamente la importancia del mercado por ejemplo Inglate-rra, Pases bajos, luego los Estados Unidos, tambin lo hizo el flore-cimiento de las instituciones republicanas. Ambas, el mercado y elsistema republicano, han hecho lugar a la democracia y servido degaranta para la vigencia de ese rgimen poltico.

    Desde hace dcadas los principales partidos polticos inclu-so los denominados de izquierda, por caso el Partido Socialista,que han llegado al gobierno en importantes pases de Europa,han dejado de cuestionar la propiedad privada mercantil comoinstitucin crucial del encuadre histrico contemporneo. Con ellohan descartado procesos revolucionarios y en cambio aceptadola democracia representativa como metodologa poltica para lo-grar cambios sociales.1

    No obstante en varias partes del mundo ese rgimen an no seha consolidado o bien no existe.2

    1. El fenmeno conocido como eurocomunismo consolidado a mediados delos 70 pero insinuado a fines de los 60, cuyo centro fueron el Partido Comu-nista Italiano y el Partido Comunista Francs, adoptaron la va parlamenta-rista en lugar de la Revolucin y la Dictadura del Proletariado consagradas enla Tercera Internacional Comunista como camino a una sociedad socialista.2. Uno de los registros del progreso del rgimen democrtico puede verse en:Freedom House (1999). Democracys century. A survey of global politicalchange in the 20th century. Nueva York: Freedom House.

  • 64 Narciso Benbenaste

    Relevancia de su Estudio

    Bajo la denominacin de democracia hay llamativas variacio-nes en el ejercicio de Gobierno, en consonancia a la calidad de lasInstituciones y al perfil psicolgico de la poblacin en su comporta-miento como sujeto pblico.

    Visto este escenario caben al menos un par de preguntas:

    -Basta el rgimen electoral para hablar de democracia?

    -Las poblaciones se hallan preparadas para ser sujeto de un rgi-men democrtico?

    Estos puntos, creemos, son especificaciones del interrogan-te que ya planteara Alexis de Tocqueville y que figura en el ep-grafe de este captulo.

    En estrecha vinculacin con los interrogantes anteriores y con-siderando la actualidad del mapa geopoltico, es aceptable decirque el Populismo, o incluso el Fundamentalismo, es un rgimen com-patible con el ejercicio de la Democracia?

    Por ltimo es un rgimen virtuoso la democracia? Cules su sentido?

    Comenzaremos por este ltimo de los interrogantes pueses la brjula conceptual desde donde orientar el anlisis de to-dos los restantes:

    1. El sentido histrico de la democracia

    Si se observa la evolucin poltica en la historia se desprendeque el sentido primordial de la democracia ha sido y es relativizar elPoder.3 En el siglo XVIII comienza de una manera marcada prece-dida por la Revolucin Inglesa de 1688 el acotamiento de las mo-narquas absolutas y luego, a travs de distintos hitos, se concretauna transferencia de la soberana hacia el concepto de ciudadano.4

    3. El dictum de Lord Acton (1834.1902) Power tends to corrupt, and absolutepower corrupts absolutely es grfico acerca de la bondad de relativizar el Poder.4. La Gloriosa Revolucin de 1688 puso fin en Inglaterra a la monarqua delderecho divino creando posibilidades para la vida republicana. En rigor yaobraba el antecedente de la Carta Magna de 1215 donde a travs de 63 art-culos Juan sin Tierra limitaba su Poder absoluto asegurando Derechos yGarantas a la Aristocracia, Comerciantes, Artesanos y la Iglesia. El peligro

  • 65Psicologa de los Regmenes Polticos

    La democracia emerge con la modernidad y ms ntidamentecon la sociedad contempornea. La experiencia de la Atenas clsi-ca, que dur desde la Reforma de Clstenes 510 a.c. hasta el 322 a.c.cuando advino la presencia macednica, buena parte de la pobla-cin no tena derecho al voto.5 Durante la Edad Media la democra-cia no tuvo lugar y ms interesante como leccin, es demostrar por-que no haba condiciones objetivas ni subjetivas para ese rgimen.

    Durante la Edad Media la tierra fue el principal factor de pro-duccin, un bien que el hombre encontraba pero que no produca.Por tanto, y sobretodo con la ausencia de tecnologa para extendersu uso ms all de la fertilidad natural, la tierra apareca como unbien susceptible de ser monopolizado en muy pocas manos. Los se-ores feudales en Europa occidental, y con distintos nombres segnlas regiones y pocas, han sido los grandes tenedores de la tierra.6

    Esa monopolizacin de la tierra se hallaba sostenido en un es-quema productivo basado en instrumentos artesanales que slopermita renovar lo que se haba consumido (reproduccin simpleen trminos de Marx) lo que se corresponda con una poblacin ensu mayora analfabeta y, desde el ngulo epistemolgico, una visinescolstica del conocimiento.7

    de la concentracin del Poder y la necesidad de su control institucional,es an ms destacado en la Declaracin de Derechos de Virginia de 1776que servir de documento liminar para la Constitucin de losEstadosUnidos de Norteamrica.5. Al respecto en su Poltica dice Aristteles: ...en la ciudad con mejor orga-nizacin poltica y provista de hombres justos en un sentido absoluto y norelativo al fundamento bsico del rgimen, los ciudadanos no deben llevaruna forma de vida propia de obreros ni comerciantes (pues esa forma devida es innoble y contraria a la virtud); ni tampoco ser campesinos los quevayan a habitarla (pues se necesita tiempo libre para el nacimiento de lavirtud y para las actividades polticas). Alianza editorial, p. 263.6. En el Japn, por ejemplo, el rgimen feudal los daimyo y el yogunato llegahasta avanzado el siglo XIX cuando la revolucin Meiji (1867) comienza unproceso de modernizacin; en Turqua es ya iniciado el siglo XX cuando KemalAta Turc consigue separar a la Iglesia del Estado y con ello comenzar unproceso para introducir a Turqua en la modernidad. En la Argentina, consus peculiaridades, los caudillos hasta bien entrado el siglo XIX manejabanfeudalmente lo que, justamente, consideraban sus territorios y gente.7. La creencia de que todo lo que deba conocerse ya se hallaba escrito.Por lo tanto ante dudas o incertidumbres la cuestin radicaba en leer conms cuidado y mejor interpretar los textos considerados referentes pri-mordiales y definitivos.

  • 66 Narciso Benbenaste

    En esa configuracin del mundo, el siervo de la gleba en su coti-dianeidad perciba que, al cabo de un cierto perodo, las semillas quehaba echado a la tierra brotaban produciendo frutos vitales para suexistencia. Pero ese sujeto desconoca la racionalidad del proceso queentre el input y el output se generaba, fuera de su vista, en el interiorde la tierra. Por lo tanto aquella transformacin, de consecuenciastan decisivas para su existencia, era representada como obra de algosobrenatural. Lo que el siervo de la gleba no poda entender (ni engeneral ninguno del medioevo) era cmo bajo la superficie se dabaun proceso de la naturaleza de consecuencias tan vitales, por lo tan-to lo proyectaba como obra del cielo, como gracia sobrenatural.

    En consonancia de esa escasez racional, tanto de medios objeti-vos disponibles como en la actitud misma de la poblacin, el alcancede las representaciones religiosas rega cada uno todos los aspectos dela vida de ah la expresin integrismo cristiano. Ya entrando en laBaja Edad Media, tras el cometido de rescatar Tierra Santa de manosmusulmanas Las Cruzadas (fines del siglo XI a fines del XIII), abrieronrutas comerciales entre occidente y el acceso al contacto con otrasformas culturales.8 Los grandes viajes intercontinentales posteriores yen general el incremento de la actividad comercial, ms distintascontroversias fueron vulnerando la consistencia del orden sacro-medieval.9 El pasaje de lo que se nombrar como teora descen-

    8. El apoyo a esos emprendimientos motiv la recaudacin de donacionespor toda Europa destacndose en esa labor la famosa Orden de los PobresCaballeros de Cristo (Los Templarios) fundada en 1118. Adems de la custo-dia militar de Las Cruzadas, organiz una red financiera exuberante que tras-cendi el propsito original siendo prestamista incluso de monarcas.9. Esto sin merma de vicisitudes especficas como la lucha entre el Papado ylos Emperadores por determinar derechos y beneficios de los feudos ecle-sisticos que llevara a Gregorio VII a prohibir en 1073 el matrimonio de sa-cerdotes para evitar que la sucesin en aquella clase de feudos cayera enmanos ajenas a la Iglesia. Otro conflicto esta vez acaecido en el seno mismode la Iglesia Cristiana fue la famosa querella de los universales entre Realis-tas (Neoplatnicos) y Nominalistas (antecedente del Empirismo del SigloXVII y XVIII y del Empirismo Lgico del siglo XX). Sin merma de su especi-ficidad, ambos acontecimientos, as como la Reforma iniciada por Lutero en1517 y consiguientes guerras religiosas de ese siglo, tienen como contexto elavance del mercado y de nuevos descubrimientos geogrficos, desarrollos yusos de tcnicas para la navegacin y armas. Para una visin sobre la evolu-cin de lo Pblico en particular sobre la relativizacin del Poder en la EdadMedia puede verse: Ullmann, W. (1983), Historia del Pensamiento poltico enla Edad Media, Editorial Ariel, Barcelona.

  • 67Psicologa de los Regmenes Polticos

    dente del Poder a la teora ascendente del Poder tuvo como pun-to clave la gradual desacralizacin de la Monarqua y con ello dela organizacin vertical y fijista de la sociedad (Ullman, 1983). Sinembargo ser con la revolucin industrial de fines del siglo XVIIIcuando la Edad Media definitivamente dar paso a un nuevo sis-tema social con actores y relaciones cualitativamente diferentes.El ncleo de lo que se conoce como Revolucin Industrial fue lamquina desplazando a la tierra como principal factor de produc-cin. Con la mquina, ahora s, se poda percibir no slo los esta-dos inicial y final sino controlar los distintos pasos de la transfor-macin de la materia prima.10 Ello fue un factor indispensable parapromover un sujeto con actitud hacia lo racional para buscar,entender y prever en lugar de la mera esperanza (en lo sobrena-tural).11 Adems, dado que el hombre produca a la misma m-quina tambin poda reproducirla n veces, lo que fortaleci suimagen como hacedor de las condiciones de su propia vida.12 Estepapel de la racionalidad promovida por la ampliacin de los inter-cambios comerciales y luego el advenimiento de la mquina, so-cav la hegemona psicosocial de la religin. La razn para enten-der y efectivizar procesos productivos y la posibilidad de experi-mentar los placeres mundanos por acceso a mercancas venidasde distante latitudes, fueron factores cruciales en la ampliacindel registro de lo diferente comenzando a resquebrajar el corsetmental del Integrismo Cristiano.13 Esta confianza en la razn ycapacidad de disfrute de lo sensorio-sensual en lugar de sentirlo

    10. En la teora psicogentica de Jean Piaget el slo registro de los estados,configuraciones (lo esttico), es propio del perodo pre-operatorio mientrasque el siguiente, denominado de las operaciones concretas, comienza cuan-do el nio/a es capaz de captar las transformaciones.11. La esperanza es una representacin que tiene la tilde de una espera, cen-trado en lo que no depende de la voluntad.12. Explicar un cierto fenmeno es poder generalizar los factores y pasos desu proceso de produccin.13. La burguesa ha desempeado, en el transcurso de la historia, un papelverdaderamente revolucionario. Dondequiera que se instaur ech por tie-rra todas las instituciones feudales, patriarcales e idlicas. Desgarr impla-cablemente los abigarrados lazos feudales que unan al hombre con sus su-periores naturales y no dejo en pi ms vnculo que el del inters escueto, eldel dinero contante y sonante, que no tiene entraas. Ech por encima del

  • 68 Narciso Benbenaste

    pecaminoso, significar una disminucin relativa de la creenciatrascendentalista como organizador psquico, facilitando enton-ces la tolerancia hacia otras creencias.14

    Pero a la par de ese debilitamiento del papel hegemnico dela religin hubo un correlato poltico. La gobernabilidad en lugarde ser slo potestad del monarca o de unos pocos nobles, pasara ser cuestin concerniente a muchos, propietarios de mquinasy comerciantes en general.15

    De los propietarios importantes, el derecho electoral ir avan-zando hasta alcanzar a todos los hombres y entrado el siglo XX tam-bin a las mujeres. Paralelamente las monarquas absolutistas vandesapareciendo o se convierten en monarquas constitucionales oms relativizadas an, parlamentarias. En suma, el sentido histri-co primordial de la democracia, ha sido el de superar la forma abso-lutista de gobierno, esto es relativizar el Poder entre las distintasinstancias del gobierno y que la soberana se fuera ampliando hastaalcanzar al conjunto de la sociedad.

    Un segundo sentido histrico, sobreimpreso al primero, es el deconstituirse en un mecanismo para mediatizar los conflictos entrelos diferentes sectores de la sociedad. Hay que subrayar que la de-mocracia no es per se un mecanismo para el desarrollo sino paramediatizar conflictos. Por el contrario, como veremos en el punto 4,su existencia y mantenimiento supone el desarrollo del mercado.Desde una perspectiva histrico-psicolgica puede decirse que el

    santo temor de Dios, de la devocin mstica y piadosa. Marx & Engels (1998),Manifiesto Comunista. Madrid: Alba. p. 54.14. Desde la modernidad la religin ya no es pauta obligatoria sino una op-cin. Uno de los primeros antecedentes de tolerancia religiosa fue el Edictode Nantes promulgado en 1598 por Enrique IV de Francia (antes Rey de Na-varra), an cuando fue parcialmente abrogado por el cardenal Richelieu en1628 y completamente revocado por Luis XIV en 1685. Otro antecedente fuela paz de Westfalia (1648) que permita la emigracin de quienes profesabanreligin diferente a la imperante en el Principado donde se viva. La Carta dela Tolerancia escrita por John Locke en 1689 es un verdadero manifiesto quetiene como leitmotiv la tolerancia religiosa y constituy un sello que perdu-rara como caracterstica del pensamiento Liberal.15. Esta es una leccin generalizable. No solamente en la Edad Media con elfactor tierra sino que, en cada momento histrico cuando los principales fac-tores de riqueza pueden ser manejables por pocas manos, entonces, son en-debles las condiciones para la democracia republicana.

  • 69Psicologa de los Regmenes Polticos

    desarrollo econmico, as como la democracia sostenida en institu-ciones republicanas, emergen y persisten en sociedades donde eldesarrollo individual es sentido un valor positivo.16

    2. La paradoja de la Democracia

    El mecanismo electoral puede ser utilizado al servicio de legiti-mar formas ms o menos absolutistas de gobierno, negando los dossentidos primordiales de la democracia. Esta posibilidad cierta esdable porque la democracia no est garantizada en el Derecho Na-tural, esto es en un fundamento considerado trascendentalista. Porel contrario, en la sociedad contempornea existe el Derecho Positi-vo, leyes decididas y revocables por los hombres. Cuando se entien-de que la regla de la mayora quien obtiene la mayora gobierna escondicin suficiente para definirla como rgimen poltico, puede arri-barse a un efecto paradojal: que se vote la caducidad misma de lademocracia. O, sin llegar a ese extremo, que por mayora se decidaacotar las libertades pblicas o menoscabar la independencia de lostres Poderes o conculcar derechos individuales. De todo esto hahabido y hay sobrados ejemplos.

    Para disminuir el riesgo de esa paradoja la regla de la mayo-ra debe acompaarse de otros requisitos. Dos de los cuales, m-nimos, son la vigencia de libertades pblicas y que existan ver-daderas alternativas electorales.

    Uno de quienes han comentado la importancia de estos dos re-quisitos ha sido Norberto Bobbio:

    Por lo dems, tambin para una definicin mnima de de-mocracia, como es la que adopto, no basta ni la atribucin delderecho de participar directa o indirectamente en la toma dedecisiones colectivas [] es indispensable que aquellos queestn llamados a decidir o a elegir a quienes debern decidir,se planteen alternativas reales y estn en condiciones de selec-cionar entre una u otra. Con el objeto de que se realice estacondicin es necesario que a quienes deciden les sean garanti-zados los llamados derechos de libertad de opinin, de expre-sin de la propia opinin, de reunin, etc., los derechos con basea los cuales nacin el Estado liberal y se construy la doctrinadel Estado de derecho en sentido fuerte, es decir, [] que lo

    16. Por oposicin a sociedades donde la iniciativa y desarrollo individual esconnotado como egosta y por tanto opuesto al inters social.

  • 70 Narciso Benbenaste

    ejerce dentro de los lmites derivados del reconocimiento cons-titucional de los llamados derechos inviolables del individuo(Bobbio, 1996, p. 26).

    2.1 Las Libertades Pblicas

    Para la eficacia poltica de las libertades es menester queestas se hallen como modalidad de la vida cotidiana lo que hacea la sociedad poder reconocerse como organizacin cvica y nomilitar o religiosa.

    Entonces las libertades pblicas no slo para los perodos y ob-jetivos electorales sino todo el tiempo, es lo que permite a cada indi-viduo vivenciar e informarse sobre diferentes facetas de la vida, in-cluso las triviales. Experiencia esa que permite a cada uno podersentir que no est constreido a comportarse como un zoonpolitikon, esto es a que todas las facetas de su vida resulten deter-minadas o en funcin de la poltica.17 Coadyuva a que cada uno pue-da experimentar lo diverso sin que se convierta en objeto repudiadoo peligroso para la identidad de otros; esa experiencia en la vidacotidiana hace a la formacin de un sujeto que, jurdicamente, sonlos derechos cvicos-individuales.18 La conciencia de disponer de unavariedad tanto de informacin como de vivencias en la vida cotidia-na es uno de los factores que forma a cada uno en la convivenciapluralista de personalidades. La pluralidad como rasgo de la poltica

    17. Citamos uno de los prrafos que muestra que el sentido dado por Arist-teles a la expresin zoon politikon (animal poltico) es el de un ser social:Por lo tanto, est claro que la ciudad es una de las cosas naturales y que elhombre es, por naturaleza, un animal cvico. Y el enemigo de la sociedadciudadana es, por naturaleza, y no por casualidad, o bien un ser inferior oms que un hombre. [...] Al mismo tiempo semejante individuo es, por natu-raleza, un apasionado de la guerra, como una pieza suelta en el juego dedamas. La razn de que el hombre sea un ser social, ms que cualquier abejay que cualquier otro animal gregario, es clara. [...] Slo el hombre, entre losanimales, posee la palabra. La Poltica, p. 43.18. Se los lee en la Declaracin universal de los Derechos Humanos promul-gado por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, cuyo Prembulocomienza Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundotienen por base el reconocimiento de la dignidad intrnseca y de los dere-chos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.Esta Declaracin tiene en el pensamiento de John Locke (1632 - 1704) a unode los antecedentes ms conspicuos.

  • 71Psicologa de los Regmenes Polticos

    se halla entonces fertilizada cuando cada uno interioriza la convi-vencia con lo diferente como modalidad de la vida cotidiana.

    Sobretodo, es en la medida que ese tipo de convivencia no esmera tolerancia sino modalidad del crecimiento simblico que, vis-to desde la perspectiva poltica, prepara a un sujeto con sensibili-dad republicana (con aversin a lo absolutista).

    Ese pluralismo entendido como intercambios y reconocimien-tos simblicos con el diferente no obsta para reconocer que an lamera tolerancia demand varios siglos y mucha sangre, como lo es-bozamos ms arriba, y que, en muchas regiones, an se halla lejosde consolidar. Justamente son las que no se han realizado como so-ciedades con instituciones republicanas y donde el desarrollo per-sonal es percibido disonante al inters general.

    2.2. Las alternativas para elegir Gobierno

    Respecto al otro requisito sealado por Bobbio, la oferta de al-ternativas electorales con reales probabilidades de acceder al go-bierno representa un status distinto al de las libertades pblicas.Las libertades hacen al plano de vida cvico y, como dijimos, prepa-ran al sujeto de la democracia, las alternativas electorales pertene-cen al mecanismo mismo de ese rgimen poltico.

    Una de sus virtudes de la existencia de reales alternativas elec-torales es que cada candidato deba enfrentar la competencia. Lapluralidad y competencia entre candidatos es una cuestin decisivapara la democracia, el de la posibilidad que los electores tengan en-tre que elegir. A la vez la competencia obliga, en una u otra medida,a que los postulantes puedan defenderse desde un nivel argumen-tal. Pero que la racionalidad se halle presente en el sentido que losintereses particulares por menos que sea deben argumentarse, nosignifica que ello deje de teirse de formas autoritarias de promo-cin, de bsqueda del uso de los rasgos regresivos del pblico, estoes lo principal del marketing poltico. Pero hay otro punto crucial.Las propuestas de cambio y controversias entre los polticos tienenun lmite estructural, el cuestionamiento a lo que obra como encua-dre histrico que hace posible y alberga la vigencia de la pluralidadpoltica y en suma la democracia representativa: la propiedad privadamercantil. Hay una tensin. En la democracia cabe la representacinde la tesitura poltica que el mercado (se nombra habitualmente el

  • 72 Narciso Benbenaste

    capitalismo) debe desaparecer pero, sin embargo, ese es el lmitepara negociar y arribar a acuerdos. Por lo tanto la apuesta implcitade la democracia es que la mayora de los sujetos deseen seguir enese sistema abierto que incluye las diferencias incluso los que, almenos en las declaraciones lo niegan lo que supone que aquellaconcepcin anti propiedad privada mercantil no llegue a prevale-cer. El mercado es un mecanismo de decisiones descentralizadas.En consecuencia genera las condiciones objetivas y la base del suje-to para la democracia. En el mercado la coordinacin de los intere-ses privados y sus decisiones resulta de una dinmica impersonal,del juego de la oferta y demanda. En alguna medida ello es diferenteen la democracia, por un lado porque cada individuo no decide di-rectamente sino que elige representantes; por otro, estos discutenconscientemente, argumentalmente, para negociar los diferentes in-tereses y arribar a consensos.

    La sociedad de mercado es entonces el lmite lgico para lasdiferencias dentro de la democracia. Si se anula o socava el mer-cado el sujeto de la experiencia de elegir y tomar decisiones sobrelos propios intereses desaparece. Queda entonces el riesgo de asis-tir a un mecanismo de decisiones centralizadas y un sujeto querecibe lo que debe hacer.

    Pero hay que subrayar que el mercado como lmite histricopara la prctica de las decisiones polticas, del juego en la demo-cracia, es con mucho, ms amplio que lo ocurrido en sociedadespasadas o bien de lo que es caracterstico de los regmenes polti-cos que son hoy vigentes y usufructan al mercado mundial aun-que se posicionan como sus crticos tal es el caso del rgimen Po-pulista o que lo estigmatizan como el propio del discurso Funda-mentalista contemporneo.19

    19. La sociedad de mercado y su forma poltica por excelencia la democraciapermite la representacin de quienes sustentan regmenes polticos que siprevalecieran en el mundo aboliran la propia democracia e incluso la pro-piedad privada mercantil.

  • 73Psicologa de los Regmenes Polticos

    2.3. Lmite temporal al Gobierno

    Otro de los requisitos para ser efectivo el sentido de la demo-cracia y evitar su paradoja es que en la Constitucin de los Estadosse halle plasmado un lmite temporal para el ejercicio de Gobierno.En tanto los Estados son republicanos la ley de leyes prev ponerlmites a la regla de la mayora simple. En las Constituciones de esosEstados los cambios importantes, como por ejemplo el de la propialey fundamental de la nacin o el rgimen de Gobierno, exige msque la mera mayora simple.20 Significa que la organizacin jurdicade la sociedad tiene una jerarqua de exigencias racionales y questa contiene al funcionamiento de la poltica. La idea de una insti-tucin sola y a corto plazo es inconsistente. Lo que hace que unapauta se denomine institucin es si tiene validez racional a medianoplazo, o dicho de otro modo si puede regular lo que puede cambiar-se a corto plazo. Si el rgimen mismo de la organizacin polticaestuviera sujeto a modificacin radical con cada nuevo gobierno ovoto de la mayora circunstancial la sociedad correra el riesgo decaer en anarqua o bien provocar el acceso de una tirana. Mientrasque las libertades pblicas hacen que se experimente lo diferentecomo aspecto normal de sus intercambios en la vida cotidiana y lasalternativas electorales es la traslacin de esa experiencia cvica alejercicio de la poltica, el que todo Gobierno tenga un lmite parasu ejercicio hace que la sociedad civil se afiance como soberana.21

    20. En el caso de la Constitucin argentina se requiere los dos tercios de lomiembros del Congreso Nacional para realizar la convocatoria en donde lareforma parcial o total ser tratada (Art. 30).21. En su Primer Tratado sobre el Gobierno Civil Locke critica la teora delderecho divino de los reyes y en el Segundo propone la restriccin de lasllamadas prerrogativas del rey precisamente, tomando conciencia de la na-turaleza humana de los monarcas. Por tanto es evidente que la monarquaabsoluta, que para algunos hombres es considerada como el nico gobiernoen el mundo, es de hecho inconsistente con la sociedad civil. Pero yo deseoque stos que hacen estas objeciones recuerden que los monarcas son slohombres. Es como si los hombres al abandonar el estado de naturaleza, acor-daran que todos ellos excepto uno deban estar bajo la restriccin de la ley;pero que l debera retener toda la libertad del estado de naturaleza, aumen-tada con poder y hacerse licenciosa por impunidad. Esto es pensar que loshombres seran tan tontos que se cuidaran de evitar los daos que le pue-dan hacer los gatos y los zorros, pero estaran contentos y aun pensaranque es seguro el ser devorado por leones.

  • 74 Narciso Benbenaste

    A su turno la capacidad de la sociedad civil de ser soberana es unfactor para que el Estado no interfiera en las libertades pblicas ypara algo ms medular an, asegurar los derechos individuales.22

    El sentimiento de la sociedad de ser soberana significa tener con-ciencia de que el Gobierno, incluso aunque obre para la poblacin,no debe actuar en lugar de ella.23

    An cuando un gobernante realizara una muy buena gestin, sijurdicamente puede tener un manejo ilimitado del Estado, la sobe-rana de la sociedad civil se debilita, es un ejemplo que tiende a me-noscabar la calidad del comportamiento ciudadano de la poblacin.

    En cambio si cada uno sabe que tiene el resorte ltimo paradecidir sobre su gobierno, o sea que es soberano, esa percepcininfluye no slo en la esfera poltica sino cultural. En los intercam-bios de su vida cotidiana cada uno se representa al otro como servalioso esto es que decide sobre lo importante. Por el contrario, cuan-do los sujetos no sienten que son polticamente vlidos, o sea queno pueden decidir sobre la cuestin de gobierno, las posibilidadesde interacciones agresivas en la vida cotidiana aumentan y, a la par,las libertades pblicas y los derechos individuales resultan frgiles.

    Es en el grado de vigencia de derechos individuales, liberta-des pblicas, alternativas autnticas para elegir y acotacin tem-poral del ejercicio de gobierno, cuando lo pblico es vivido comopropio. Por el contrario, en la medida de la defeccin de esosrequisitos, el manejo del Estado se hace privado (privado en elsentido premercantil) y cada uno experimenta slo como propiasu vida ntima (privada).

    22. Para John Locke los derechos individuales, para l derechos naturales,eran la vida, la libertad y la propiedad. La Carta sobre la Tolerancia se laestima el fundamento tico ineludible de la idea de repblica. En dicha obraLocke dice: los intereses civiles, yo les llamo a la vida, la libertad, la saludy la indolencia del cuerpo y la posesin de las cosas externas.23. Todo para el Pueblo pero sin el Pueblo es un aforismo utilizado paracaracterizar al despotismo ilustrado. Carlos III en Espaa, Jos I el Refor-mador en Portugal, Federico II el Grande en Prusia, Catalina II la Grande enRusia son algunos exponentes de la Monarqua absoluta pero contestes conlas ideas de la Ilustracin.

  • 75Psicologa de los Regmenes Polticos

    3. Las Instituciones republicanas en el funcionamiento del gobierno

    La diferenciacin clara entre gobierno y Estado es un rasgo re-publicano que se apoya en los requisitos hasta aqu analizados a lavez que, retroactivamente, coadyuva decisivamente para hacer aque-llos ms slidos. La no identificacin de Gobierno con el Estado engeneral favorece las libertades pblicas y en particular a que apa-rezcan alternativas reales para que cada ciudadano pueda elegir. Esadiferenciacin entre Gobierno y Estado se concreta en tanto hayindependencia y mutuo control entre los denominados tres Pode-res: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.24

    La independencia de la Justicia por ejemplo facilita la no impu-nidad de los eventuales hechos corruptos de quienes conforman elgobierno de turno.25 En relacin a la independencia del Poder

    24. En cada Estado hay tres clases de poderes: el legislativo, el ejecutivo delas cosas pertenecientes al derecho de gentes, y el ejecutivo de las que perte-necen al civil. Por el primero, el prncipe o el magistrado hace las leyes paracierto tiempo o para siempre, y corrige o deroga las que estn hechas. Por elsegundo, hace la paz o la guerra, enva o recibe embajadores, establece laseguridad y previene las invasiones; y por el tercero, castiga los crmenes odecide las contiendas de los particulares. Este ltimo se llamar poder judi-cial; y el otro, simplemente, poder ejecutivo del Estado (...) Cuando los pode-res legislativo y ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o corpo-racin, entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o elsenado hagan leyes tirnicas para ejecutarlas del mismo modo.As sucede tambin cuando el poder judicial no est separado del poder le-gislativo y del ejecutivo. Estando unido al primero, el imperio sobre la vida yla libertad de los ciudadanos sera arbitrario, por ser uno mismo el juez y ellegislador y, estando unido al segundo, sera tirnico, por cuanto gozara eljuez de la fuerza misma que un agresor.En el Estado en que un hombre solo, o una sola corporacin de prceres, ode nobles, o del pueblo administrase los tres poderes, y tuviese la facultad dehacer las leyes, de ejecutar las resoluciones pblicas y de juzgar los crmenesy contiendas de los particulares, todo se perdera enteramente. Montes-quieu (1748). El espritu de las leyes, p. 46.25. Un rgano republicano de suma importancia es la Auditora General dela Nacin (AGN) que asiste tcnicamente al Congreso en el control del esta-do de las cuentas del sector pblico. Verifica el cumplimiento contable, legaly de gestin por parte del Poder Ejecutivo Nacional; controla la exposicincompleta, clara y veraz de las cuentas pblicas y analiza la administracinde los intereses fiscales. Controla y no coadministra la cosa pblica: exami-na hechos, actos y documentos una vez finalizados los ejercicios contablesde los entes que se haya decidido audita. La direccin de la Auditoria debeser nombrada por la oposicin. Otra institucin republicana, para muchos

  • 76 Narciso Benbenaste

    Legislativo respecto a los dems Poderes es que lo argumental tie-ne cabida como fundamento para promulgar leyes. Esta conside-racin no significa desconocer dos puntos que se dan en la prcti-ca parlamentaria. Uno de ellos es que en el Parlamento (Congresoen Argentina) converge la lucha de intereses de los grandes secto-res particulares de la sociedad. El segundo punto es que las banca-das, esto es representantes de distintos partidos polticos llevan alrecinto del debate posturas preacordadas. Si estos dos puntos fue-ran completamente determinantes podra hablarse que el Parla-mento es mera formalidad de un gobierno que toma las medidas aespalda del pblico, una forma de autoritarismo conocida comocripto gobierno. Pero a favor de la necesidad de argumentar en elParlamento coadyuva el control que ejerce el pblico a travs de laprensa y de las otras instituciones del Estado. Es en la medida queun control de este tipo obre sobre el Parlamento ste aparece comoel lugar donde se debe justificar los intereses particulares en jue-go. La independencia del Poder Legislativo sobre los otros Pode-res y el control del pblico sobre el Parlamento hace plausible quelas distintas pretensiones pasen el filtro de demostrar que lo pro-puesto no slo obedece a un inters particular sino que tambin essocialmente beneficioso.

    En suma, lo que hemos descrito en el punto 2 y 3 nos permitedecir que el grado de vida republicana (libertades pblicas y dere-chos individuales, alternativas electorales, lmite temporal del go-bierno, control mutuo entre instituciones, soberana de la sociedadcivil votante, es el contexto histrico -formal que hace el rgimendemocrtico reduzca el riesgo de negarse a s mismo y no degradarsu sentido histrico. Hasta aqu describimos el deber ser. Cual es lafactibilidad de esas condiciones institucionales formales?

    4. Mercado, Repblica y Democracia

    Hay tres hechos decisivos para la factibilidad de una organiza-cin republicana eficaz que es la condicin para que la democracia

    crucial, es el Banco Central. Este organismo encargado de la emisin de di-nero y en general de la poltica monetaria en Argentina fue creado en 1935. Elartculo 85 reza: El presidente del organismo ser designado a propuestadel partido poltico de oposicin con mayor nmero de legisladores en elCongreso.

  • 77Psicologa de los Regmenes Polticos

    no resulte un mero mecanismo electoral y en cambio pueda cumpli-mentar sus dos sentidos histricos precisados en el punto 1.

    Un hecho es que haya desarrollo del mercado y que su dinmi-ca general resulte ms importante que cualquier grupo econmicoparticular que lo integra.

    Otro hecho, subsidiario del anterior, es que no emerjan pocassino varias grandes empresas o sectores importantes de la econo-ma. Esto significa que el desarrollo no conlleve concentraciones decapital que acten como monopolios.

    Un tercer hecho es que el papel del consumidor devenga crucial.Esos tres hechos hacen lugar a que pueda sostenerse el plura-

    lismo poltico y el carcter republicano de las instituciones.26

    La vigencia de diversidad de sectores econmicos presionan alGobierno por sus intereses pero en tanto aquellos son varios quebuscan ser favorecidos o que no se los perjudique con lo privilegiosde otros. En esa circunstancia es cuando el Gobierno puede lo-grar una cierta independencia para buscar operar en pro de unamarcha eficaz de la dinmica general del mercado a la par que fa-vorecer a otros aspectos sociales. Cuando la economa en su con-junto es mucho ms importante que cualquier corporacin por fuer-te que esta sea, se hace viable polticas de inters general y unaJusticia eficaz.27 Aunque no siempre de manera mecnica, el plu-ralismo poltico y de la prensa tienden a expresar una relacin siem-pre tensional entre desarrollo por una parte y por tanto exigenciade creciente productividad para una mayor competitividad en elmundo y, por otra, el acceso a los bienes y servicios por parte delconjunto de la poblacin.

    Tal vez convenga detenerse en este punto a travs de un ejem-plo emblemtico, la rivalidad electoral entre el Partido Republica-no y el Partido Demcrata en los Estados Unidos de Norteamrica.

    26. Pluralismo poltico es la competencia de alternativas en cada instanciaelectoral por lo tanto, de hecho, un mutuo control entre ellas; un equivalenteen el plano institucional, es decir en el de la racionalidad ms permanente, esla organizacin republicana.27. En los Estados Unidos de Norteamrica (1890) se estableci la ShermanAnti-Trust Act . En 1911 la Corte Suprema de Estados Unidos fall a favor delgobierno obligando a que John David Rockefeller dividiera la Standard Oil.Desde entonces otros casos resonantes han acontecido por violacin a laLey Anti-monopolio (Competition Law).

  • 78 Narciso Benbenaste

    El primero ha sido ms enftico para garantizar las condicionesdel desarrollo y competitividad por ejemplo apoyando el libre mer-cado mientras, siempre en trminos relativos, el Partido Demcra-ta ha esgrimido la necesidad de la distribucin de la riqueza utili-zando impuestos y otros mecanismos para ese propsito. Sin em-bargo puede observarse que ninguno de los dos Partidos reflejatodas las facetas implicadas en el concepto de mercado tal comolo hemos presentado en el capitulo anterior. Los republicanos tien-den a representar a sectores ms competitivos y poderosos a la parque de formas ms tradicionales en la vida psicosocial cotidianamientras, al contrario, los demcratas expresan ms a sectores demenos riqueza relativa pero a la vez con propensin a comportarsesegn las nuevas pautas de comportamiento (se dira ms liberal).As los republicanos que apoyan la mayor productividad y competi-tividad del mercado sostienen en sus discursos y decisiones polti-cas valores propios de una etapa de poco desarrollo de mercado aveces medievales. En cambio los Demcratas buscan legitimar loscomportamientos cotidianos que van al son de las estimulacionesproducidas por la dinmica del mercado contemporneo por ejem-plo, divorcio, matrimonios mixtos, apoyo a la investigacin de clu-las madres pero a la par impulsan condiciones econmicas (en elsentido usual y pobre de ese significante) que entorpecen la plenaexpansin de la dinmica de mercado, proteccionismo o ms cargaimpositiva por ejemplo. Ninguno de los dos grandes Partidos repre-senta cabalmente al mercado. Por tanto polticamente cada uno re-presenta slo a una de sus grandes facetas, la objetiva por una parte(la necesidad de incrementar la competencia) y, por otra, la subjeti-va (valor mercantil). Ms an, a medida que los republicanos hantenido xito convalidando la intensificacin creciente de la compe-titividad del mercado ms representativa de la vida cotidiana de lamayora de la poblacin se han tornado las posiciones del PartidoDemcrata. Esto permite esperar a futuro una adecuacin de cadauno de esos Partidos para ir cubriendo la faceta descuidada. Lo quepuede hacerse de modo intuitivo pero en verdad reclama un enri-quecimiento terico para entender que el mercado es hoy da socie-dad de mercado y por lo tanto que es ms que la mera economa enel sentido usual de ese trmino.

    En los puntos anteriores hemos considerado de qu manera lademocracia para no degenerar necesita existir con Instituciones

  • 79Psicologa de los Regmenes Polticos

    Republicanas y cmo ello es histricamente factible en la medidaque hay o est en camino un mercado desarrollado no monoplico.28

    5. El Sujeto cotidiano de la democracia

    Las condiciones objetivas para que la democracia no se degra-de con relacin a su sentido histrico primordial, lo hemos visto, secentra en las libertades pblicas como instancia cvico-poltica b-sica y en las condiciones republicanas o sea en la diferenciacin en-tre Gobierno y Estado que de un modo algo ms desglosado signifi-ca la independencia y mutuo control entre los tres Poderes. Asimis-mo hemos puntualizado, la capacidad de ser soberano y los dere-chos individuales como los atributos del tipo de sujeto cvico-polti-co correspondiente.29 Pero que la poblacin pueda detentar esos atri-butos es en la medida que, como lo indicara Aristteles, cada indivi-duo es libre y racional (Aristteles (1995).

    Para el maestro de Alejandro libre, en aquella Atenas, signifi-caba no necesitar trabajar. Sin embargo en la sociedad contempo-rnea ello no es dable si se piensa en la mayora de la poblacin.

    A esa exigencia, sin embargo, la podemos adaptar al mundo dehoy formulndola por lo negativo: en la medida que la poblacindepende del Estado para vivir no es libre como sujeto poltico. Cuan-do hay mercado, es decir libre competencia de compra y venta, enparticular cuando ste se halla o est desarrollando, existen opcio-nes para que cada uno pueda trabajar y obtener sus satisfactores,de esta manera responsabilizarse por su propio progreso sin depen-der de los manejadores de turno del Estado.

    El otro requisito para considerar a un habitante Ciudadano, ensentido riguroso, que para Aristteles era el sujeto republicano, esel ser racional. Pero para el autor de Poltica no se trata de una ra-cionalidad instrumental.30 Es por una parte capacidad para ejercer

    28. El que ya se halle consolidadas las instituciones republicanas en los pa-ses donde el mercado se encuentra con ms desarrollo facilita, en cierta me-dida, para que se conformen en pases de menor desarrollo relativo.29. Soberana significa que no hay ninguna otra instancia por encima de.30. Racionalidad instrumental es una expresin que aparece en Dialcticadel Iluminismo de Max Horkheimer y Theodor Adorno publicado en 1944pero en rigor es una adaptacin terminolgica de la accin racional conarreglos a fines de Max Weber.

  • 80 Narciso Benbenaste

    las magistraturas del Estado y, por otra, reconocer la razn comoforma objetivada en las leyes que regulan por igual tanto las con-ductas de quin ejerce el mando como las de quin es mandado. Elestagirita dice al respecto:

    Por eso se dice, y esto con razn, que no se puede mandarbien sin haber sido mandado. La virtud de estos es distinta, peroel buen ciudadano debe saber y estar en condiciones de dejarsemandar y mandar. Esa es precisamente la virtud del ciudada-no: conocer el mando de los hombres libres en uno y otro senti-do (Aristteles, 1995, p. 102).

    La de ser capaz de mandar y ser mandado bajo la Ley. ParaAristteles la Ley es forma, lo que pone al abrigo de las pasiones, enparticular, de las arbitrariedades, dice:

    Pero a su vez tambin los gobernantes deben tener esa ra-zn general. Y es mejor aquello a lo que no se asocia la pasionalque aquello a lo que es algo connatural. Efectivamente, en laley esto no se encuentra, mientras que toda alma humana lotiene necesariamente.31

    Esta virtud de la Ley no le impide reconocer que pueden hacer-se buenas o malas leyes:

    Pues las leyes, a semejanza de los regmenes, son tam-bin necesariamente malas o buenas, injustas o justas; salvoque esto es evidente: que las leyes deben atenerse al rgimenpoltico. Ahora bien, si as es, est claro que, necesariamente,las que corresponden a los mismos rectos sern justas y las quea los desviados, injustas.32

    As nos hallamos con dos cuestiones. Una, la Ley es forma, unacapacidad de la razn para formularse como institucin o sea comopauta de un rango temporal mayor al de las circunstancias que esdonde ms se ponen en juego las pasiones. En ese sentido la Ley eslo que hace posible que el mandado no tema y el mandante puedaestar contenido en sus desbordes pasionales, en una palabra la Leysirve de tope para evitar una modalidad extrema de vnculo autori-tario cual es el vnculo perverso.33 La otra cuestin es que las leyesson funcin del tipo de rgimen poltico y por tanto pueden ser bue-nas o malas. Significa que en un cierto rgimen puede producirse

    31. Op. cit. p. 139.32. Op. cit. p. 129.33. Entendido como la dependencia de los estados subjetivos del otro.

  • 81Psicologa de los Regmenes Polticos

    una relacin entre gobernante y poblacin regulada por leyes autorita-rias. Tenemos entonces que, la Ley, cualquiera sea la ley en cuestin, esla regulacin de las pasiones y por tanto resguardo del peligro de unvnculo perverso entre gobernante y poblacin. Pero ello no quita queun tipo de vnculo no perverso pero autoritario, resulte en ley para uncierto Rgimen Poltico. Ahora bien la racionalidad requerida por Aris-tteles para caracterizar al Ciudadano no es aplicable tal cual en lasociedad contempornea. En el mundo actual la gran mayora de lapoblacin ejercita la democracia basndose en la racionalidad logradacomo sujeto del mercado (tal como lo expusimos en el captulo ante-rior). Esa racionalidad instrumental, vlida para la insercin en el mer-cado, le permite no depender de los polticos para poder vivir. Sin esadependencia a la hora de votar es libre para comparar las ofertas elec-torales an cuando solamente lo haga en funcin de sus intereses yrepresentaciones. Frecuentemente, en el momento histrico actual,slo la minora se halla ms all de la racionalidad instrumental delmercado y posee una formacin para entender la dinmica general dela sociedad lo que sera la equivalente a capacidad de ser mandadoy mandar requerida por Aristteles. Esa racionalidad como requi-sito del Ciudadano era ms factible porque se trataba de una Ciu-dad-Estado con democracia directa y poca poblacin a ms con slouna parte de ella con derecho a elegir y ser elegido. Ahora bien, elsujeto libre y racional, el Ciudadano, se verifica en tanto hay unasociedad donde el desarrollo individual resulta un valor positivo.

    6. El desarrollo individual

    Al menos en pases como la Argentina son notorias dos re-presentaciones sociales que funcionan como prejuicios particu-larmente nocivos para el desarrollo econmico y una calidad devida republicana.

    Una es que el desarrollo individual es individualista en elsentido de egosta. La otra representacin social es la tenden-cia a asimilar iniciativa o beneficio econmico como antagni-co al inters social.

    Respecto a la primera representacin hay una dimensin his-trica y otra ontogentica que los desautorizan.

    Histricamente el sujeto individual surge con la Modernidad. Elsujeto de la Edad Media se hallaba inmerso en una sociedad depobre diferenciacin, donde regan pautas que uniformizaban el

  • 82 Narciso Benbenaste

    comportamiento de la poblacin en trminos de Durkheim de soli-daridad mecnica o comunidad en trminos de Weber. Para que unsujeto individual sea posible ha sido menester un desarrollo con altadivisin del trabajo y consecuentemente variedad de roles (solidari-dad orgnica de E. Durkheim). En esas condiciones aparece unalegitimacin de lo diferente esto es de la experiencia de elegir y serportador de distintas representaciones.

    Desde la dimensin ontogentica, trabajos como los de JeanPiaget (1983), de Lev Vygotski (1988) o Henri Wallon (1987) entreotros, demuestran que la posibilidad del desarrollo individual es fun-cin de un sujeto capaz de interiorizar la produccin cultural propiadel desarrollo histrico y las relaciones sociales posibles.

    As el sujeto que logra un desarrollo confa en su capacidad ypor ende tiende a establecer relaciones constructivas lo que implicala necesidad de normas. Esa actitud en nada significa aceptar to-das las normas sociales sin ms, se trata de lo que Durkheim (1997)denominara adhesin esclarecida a la norma.

    Vemos que histrica y psicolgicamente considerado, lo indivi-dual y lo histrico-social no son nociones opuestas, por el contrario.

    El segundo prejuicio se nutre del primero.La idea que la iniciativa individual y logro de riqueza es antiso-

    cial tiene dos componentes para el anlisis. Uno, muy generalizadoen Argentina, es que la riqueza no se consigue por caminos relacio-nados con la produccin o la tica. En las ltimas dcadas alimentaesta representacin la sospecha generalizada de que muchos se hanenriquecido en la funcin pblica o actividad poltica. Sin embargoesta representacin si bien refuerza no explica aquella asociacinnegativa entre riqueza individual e inters social. El otro compo-nente ms antiguo y arraigado es la envidia que nadie se enriquez-ca si no soy yo.34 En tanto que es una envidia bastante generaliza-da difcilmente alguien aparezca, o se perciba, culposo. Este senti-miento actitudinal se presenta en una poblacin donde tambin aldecir de Isuani (1998), la anomia no resulta un disvalor.35

    34. Ver Benbenaste, N.; Etchezahar, E.; Petit, L.: Psicologa de la anomia:grado de percepcin en estudiantes universitarios. Memorias de las XV Jor-nadas de Investigacin y Cuarto Encuentro de Investigadores en Psicologadel Mercosur. XIV, 2, 2008.35. Estos dos rasgos lo trataremos al abordar el fenmeno del Populismo,especficamente en el capitulo correspondiente al perfil psicolgico de lapoblacin.

  • 83Psicologa de los Regmenes Polticos

    El anlisis histrico ha mostrado que, prioritariamente, el de-sarrollo de mercado ha tenido lugar en pases donde la iniciativa yresponsabilidad individual ha sido un valor social positivo. En elpunto 4 habamos sostenido que el desarrollo de mercado es con-dicin de factibilidad para una democracia republicana. Ahora esposible decir que si la iniciativa individual tiene lugar como valorsocial positivo ello es clave para que exista un sujeto del desarrolloeconmico a la par que de la vida republicana.36 Por el contrario enla medida que la iniciativa individual no resulta un valor social fuer-temente positivo y, consonantemente, el desarrollo de riqueza per-sonal no es percibido sinrgico al provecho social, es probable severifique un mercado con insuficiente desarrollo relativo a la vezque dbil organizacin republicana.

    7. La necesidad de distinguir entre desarrollo individuale individualismo

    En la vida cotidiana de pases como Argentina el trminoindividualista tiende a tener una connotacin de egosta. Porotra parte en la literatura econmica y poltica ese trmino po-see una connotacin distinta.

    Para precisar la diferencia entre la connotacin argentina yla dada en la literatura econmica o poltica debemos distin-guir entre dos significaciones de egosmo: egosmo vulgar yegosmo econmico.

    Definimos egosmo vulgar a la actitud de quien se ocupa de lasatisfaccin de sus intereses inmediatistas de un modo que no ge-nera consecuencias sociales tiles. Mientras que reservamos la ex-presin egosmo econmico, en el sentido de Adam Smit, la actitudde quien buscando la satisfaccin de sus intereses particulares, ga-nancia, produce algo socialmente vlido. El individualista entendi-do como egosta vulgar tiende a ser un oportunista social, es decir

    36. En la dcada de los 80 el neo-institucionalismo econmico (North) a tra-vs de trabajos empricos llevados a cabo en Amrica Latina mostr que hayuna fuerte asociacin entre baja calidad institucional e insuficiente desarro-llo econmico. Lo que en nuestras investigaciones mostramos que la asocia-cin entre baja calidad institucional y actitud anmica de la poblacin (Ben-benaste, N.; Etchezahar, E.; Petit, L.: Psicologa de la anomia: grado de per-cepcin en estudiantes universitarios).

  • 84 Narciso Benbenaste

    37. En pases como el nuestro se tiende a sealar como individualista, en lasignificacin de egosmo vulgar, a quienes buscan hacer riqueza; no, por su-puesto, cuando ese es un comportamiento propio.38. La actitud republicana implica la conciencia de prdida que se da en losvnculos lder-masa, tanto como sujeto poltico como de la vida subjetiva ypsicosocial cotidiana: en la esfera poltica de soberana y de libertades pbli-cas; en la subjetiva de responsabilidad y en la esfera de la vida cotidiana, dedesvalorizacin de los intercambios interpersonales.

    establece relaciones para intentar sacar ventajas de las debilidadesde otro, por tanto tiende a no percibir la anomia como dis-valor.37

    El individualista en el sentido de egosta econmico, el sujeto delmercado, tiende a, le conviene, tomar en cuenta las normas sociales.

    Tomando en cuenta los requisitos para el Ciudadano considera-dos por Aristteles el egosta econmico (en el sentido de AdamSmith) es un sujeto, al menos en lo bsico, adecuado para la demo-cracia. Es libre en cuanto no depende de los polticos para vivir ytiene una racionalidad instrumental la que le permite comparar al-ternativas electorales aunque ms no sea en funcin de lo que creele conviene. Para la realidad de la sociedad contempornea el egos-ta econmico tiende a ser reactivo ante el monopolio poltico y bus-ca ser soberano por lo tanto se aproxima a lo que hemos definidosensibilidad republicana.

    Pero hay que decir que el concepto de desarrollo individual nose exhausta slo en el individualismo en el sentido poltico y econ-mico (egosmo econmico). Es dable que cada uno se realice en as-pectos artsticos o cientficos an no siendo un sujeto pleno delmercado esto es en la productividad mercantil o consumo de place-res inmediatistas.

    A su vez, el desarrollo individual puede, potencialmente, alcan-zar no slo una sensibilidad sino una conciencia republicana.38

    Conclusiones

    a) Pensar que desde la democracia todo es posible delata la necesi-dad de idealizar de los sujetos que as se la representan. Y ellojuega a favor de legitimar formas Populistas.

    Como todo lo terrenal, la democracia es un sistema de decisio-nes que tiene lmites. De un lado una pobreza conceptual que laregla de la mayora es condicin suficiente puede llevar a la

  • 85Psicologa de los Regmenes Polticos

    paradoja que la democracia se vote contra si misma o al menosque se legitime severas restricciones como rgimen poltico.Por otro lado, lo que hace a su vigencia histrica como sistemade decisiones, es decir el alcance de su racionalidad, se hallacondicionada por las posibilidades de la propiedad privadamercantil devenido sistema social (ver captulo anterior sobrelo que histricamente representa la racionalidad de la socie-dad de mercado y sus lmites).

    En suma la democracia no existe en s, ahistricamente, depen-de de las condiciones histricas objetivas y subjetivas.

    b) El carcter soberano de cada individuo de la sociedad civil es unafaceta de la organizacin republicana del Estado. Esa soberanase edifica con las libertades pblicas a su vez ejercitadas en lavida cotidiana como derechos individuales (lo que hace, histri-camente, a un sujeto individual).

    Pero genealgicamente, ambas facetas que hacen a la res pbli-ca, el funcionamiento republicano de las instituciones (el mutuocontrol entre los tres Poderes en el Estado) y la soberana de lasociedad civil (que, en particular significa lmite a la temporali-dad del gobierno), se erigen en tanto se constata la responsabili-dad individual como valor social.

    c) La democracia no es meramente un cmulo de votaciones cir-cunstanciales; es un rgimen poltico. Es decir un sistema de de-cisiones donde las de corto plazo, sin perder su autonoma relati-va, se hallan contenidas por reglas vlidas para el mediano plazoy en ltima instancia, de un sujeto libre y racional capaz de nodelegar su soberana.

    En las decisiones circunstanciales, elecciones por ejemplo, la ra-zn se halla impregnada de lo pasional, de los intereses particu-lares. En comparacin, las instituciones son concebidas con elobjetivo de tener validez a mediano plazo (por ejemplo la ley deleyes, la Constitucin) y por ello expresen una mayor indepen-dencia de la razn que la puesta en juego por los juicios en cadacircunstancia. Por ello, por ejemplo, la Constitucin prev la ne-cesidad de obtener una mayora extraordinaria, habitualmentelos 2/3, para decisiones importantes, tales como modificar elperodo por el cual se elige gobernante o la frecuencia por laque es reelegido.

  • 86 Narciso Benbenaste

    Tenemos entonces que la democracia no es slo las votacionespara las cuestiones circunstanciales sino que ellas deben estarencuadradas en instituciones esto es en una racionalidad acor-dada para que regule el mediano plazo y para cuya modificacinse prev un requisito ms exigente.39 Pero tambin compone elrgimen democrtico, lo republicano, el mutuo control, entre lasinstituciones (tres Poderes del Estado en particular) cuya vigen-cia continua es un supuesto indispensable. Pero bien mirado esemutuo control entre instituciones es equivalente a una votacinque, a su turno, unas hacen sobre las otras.

    En sntesis la democracia como rgimen no es tan simple comoel sentido comn parece concebirlo. Como lo hemos tratado demostrar en este captulo entender la democracia como rgimenreclama una ciencia social cuyo vrtice es el estudio de la pobla-cin como sujeto pblico.

    39. Ver Buchanan, J. M. & Tullock, G. (1993). El Clculo del Consenso.

  • 87Psicologa de los Regmenes Polticos

    Referencias Bibliogrficas

    Aristteles (1995). Poltica. Madrid: Alianza Universidad.Benbenaste, N. (1998). Democracia mercantil. Buenos Aires: Eudeba.Benbenaste, N.; Etchezahar, E.; Petit, L.: Psicologa de la anomia:

    grado de percepcin en estudiantes universitarios. Memorias delas XV Jornadas de Investigacin y Cuarto Encuentro de Investi-gadores en Psicologa del Mercosur. XIV, 2, 2008. ISSN 1667-6750.

    Benbenaste, N.; Etchezahar, E. y Del Ro, M. (2008). Psicologa de laAnomia. Anuario del Instituto de Investigaciones de la Facultadde Psicologa, XV (1), pp. 187-194. ISSN 0329-5885.

    Bobbio, N. (1996). El futuro de la democracia. Mxico D. F.: Fondode Cultura Econmica. [Original Il futuro della democrazia, 1984].

    Buchanan, J. M. & Tullock, G. (1993). El Clculo del Consenso. Bue-nos Aires: Planeta-De Agostini. [Original The calculus of consent.Logical foundations of constitutional democracy, 1962].

    Durkheim, E. (1985). De la divisin del trabajo social. Barcelona:Planeta. [Original De la division du travail sociale: etude sulorganisation des socits suprieures, 1893].

    Durkheim, E. (2000). Sociologa y Filosofa. Madrid: Mio y Dvila.Freedom House (1999). Democracys century. A survey of global

    political change in the 20th century. Nueva York: Freedom House.[www.freedomhouse.org - Press Release, 7-12-1999.].

    Freud, S. (1913/1986). Ttem y tab. Algunas concordancias en lavida anmica de los salvajes y de los neurticos. En Sigmund Freud.Obras completas. Buenos Aires: Amorrortu. Tomo 13, pp. 65-98.

    Freud, Sigmund (1914) De guerra y muerte. Temas de actualidad.Tomo XIV. Amorrortu. Buenos Aires.

    Freud, S. (1914/1984). Introduccin al narcisismo. En Sigmund Freud.Obras completas. Buenos Aires: Amorrortu. Tomo 14, pp. 65-98.

    Friedman, M. (1993). Teora de los Precios. Barcelona: Altaya. [Ori-ginal Price Theory, 1962].

    Insuani, E. (1996). Anomia social y anemia estatal. Sobre integra-cin social en Argentina en Revista Sociedad. Facultad Cien-cias Sociales (UBA). Argentina.

    Kelsen, H. (1946). Teora Pura del Derecho. Buenos Aires: Losada.[Original: Reine rechtslehere. Einleitung in die rechtwisen-schaftilche problematik, 1934].

  • 88 Narciso Benbenaste

    Macpherson, C. B. (1997). La Democracia Liberal y su poca. AlianzaEditorial. Madrid [The Life and Times of Liberal Democracy,Oxford University Press].

    Marx, C. (1998). Manifiesto comunista. Buenos Aires: Anteo. [Origi-nal alemn 1848].

    Marx, C. (1985) La Ideologa Alemana. Pueblos Unidos Ediciones yEditorial Cartago. Buenos Aires.

    Marx, C. (1959). El capital. Crtica a la economa poltica. MxicoD. F.: Fondo de Cultura Econmica. [Original alemn: Tomo 1,1867; Tomo 2, 1885; Tomo 3, 1894].

    North, D. (1998). La teora econmica neo-institucionalista y el de-sarrollo latinoamericano, PNUD. Barcelona: Instituto Interna-cional de Gobernabilidad.

    Parsons, T. (1984). El sistema social. Madrid: Alianza. [Original Thesocial System, 1951].

    Popper, K. (1981). La sociedad abierta y sus enemigos. Buenos Ai-res: Paids.

    Robbins, L. (1980). Ensayo sobre la naturaleza y significacin de laciencia economa. Mxico D. F.: Fondo de Cultura Econmica.[Original ingls (2 ed.) 1935].

    Safouan, M. (1994). La palabra o la Muerte. Buenos Aires: La Flor.Smith, Adam (1961). La Riqueza de las Naciones. Madrid: Aguilar.Vygotski, L. (1988). El desarrollo cultural del nio. Buenos Ai-

    res: Almag.Weber, M. (1979). Economa y sociedad. Mxico D. F.: Fondo de Cul-

    tura Econmica. [Original alemn 1922].Weber, M. (1978). Historia General Econmica. Mxico D. F.: Fondo

    Cultura Econmica.