BATALLA DEL

EN EL

ESTADO DE CHIHUAHUA,

El S8 de Febrero de 18(7.

LA DEDICA

mIlZ3C~.

Imprenta de I. Cumplido, calle de los Rebeldes 11I1m. 2.

CARTA DEDICATORIA.

CHIHUAHUA.

Labor de Dolores, Marzo 19 de 1847.

Querido amigo:

En los anales del Estado deja el destino abierta ya una pA­gina de que á su tiempo se encargará la historia, pues el 28 de Febrero de 47 será imparcialmente ecsaminado cuando se pue­da tributar á 111 verdad el debido homenage. Yo no sabré de­cir por ahora mas que los chihuahuensel fuimos sobradómente desgraciados por no poder contener esa irrupcion vandAlicl\ del Norte, que amenaza arrebatar en su vórtice á toda la re­púhlica, y me abstendré de emitir mi pobre juicio sobre la. ellusas eficientes y resultados deplorables de nuestra guerra actual, que ademas de las maléficas combinaciones del ga­bioete americano, tienen origen, A mi ver, en la bastnrdta de aentimiento8 de alguno8 mexicano •.

L .. batatla del Sacramt1lto, como se le ha nombrado, y la que A juicio de hombres peritos en el arte no fué mas que una ti­<ar.muza, dió el fatal resultado de un/\ cuan derrota, por la e., candalosa di.per.ion de la mayor parte de las tropas, que no pensaron, cuando se rompió el fuego, mas que en salvar IIlTi-

-4-da, sin volverse á rehacer ni unir a sus banderas, escepto una pequeña parte, que sostuvo con lealtad, valor '!I patriotismo el honor de nuestras armas, hasta el estremo de quedar los mas prisioneros, y los otros ecsánimes en el campo de batalla; y sin usar de la reserva que se tenia dispuesta para la defensa de la ciudad, en el caso de perderse la accion, como desgraciada­mente sucedió, fué ocupada Chihuahua por el invasor al dia siguiente sin resistencia alguna, es decir, en 1<.> de .Marzo, en que vd. me dice lo que sigue:-"Quisiera pintar 6 vd. con 108

colores mas propios este acontecimiento •••• pero la prudencia ecsige que reserve la pintura para cuando tenga el gusto de abrazarlo." A vd. le toca, pues, describir el conflicto de e31l poblacion, abandonada á la merced del vencedor, la conste roa­cion de las familias por el mal écsito de la batalla, y los tras­tornos y temores de su violenta emigracion) la· entrada de 108

dominadores y Sll conductn. militar y política, ya que yo me he erigido en el narrador de la batalla por divertir mis ocios, despu6s de haber logrado salir de en medio de la accion, don­de fuí envuelto, creyendo incorporarme al todo de la fuerza por evitar un mal mayor; porque como comisario pagador de la division de operaciones, yo debí estar fuera de combate con las proveedurías, ambulancia y demas ramos anecsos al minis­terio de mi cargo, y me quedé en el campo si,~ órdenel ningu. nas, del cual dispuse retirarme con un tren muy prolongado y embarazoso á lafortificacion del Sacramento, donde me pare­ció que se iba á hacer ti último esfuerzo de difensa; pues de quedarme donde estaba. me l1abria espllesto á ser víctima sin ausilio ninguno. Apenas conseguí voltear á la meseta del for­tin, en cuyo resgoso punto ví al gener",l Heredia que daba sus disposiciones con la mayor I!erenidad, cuando por la nprocsi­macíon de las fuerzas americanas se biza lafuga gentral; y ·yo, que no iba á combatir, ni tenia á quien mandar para observar una ordenada retirada, viendo, por último, que nuestras baterías cesaron ya. sus fuegolJ, porque no lenian parque, despuea de ha· berse sostenido CaD mucha bizarría, y que por toda:! direccio­ncs tomaban el escape las fuerzas. hice lo mismo que ellas, re­tirándome (~l ese) tecnicismo, no diga. vd. que huyendo) por

-5-la !lÜrra del Sacramento, donde me encontré i\ poco con los se­ñores general García Conde, gobernador Trias, su ayudante Horcasitas, capitanes Patiño y Pino, "y otros que .alimos del campo cuando se pUBO el sol, y lIegalÍlos á esta Labor como á

las doce de la noche, de una manera lastimosa por resultas del sucelo y de la travesía.

Las fuertes impresiones de la batalla y el deseo de hacer á

vd, partícipe de los sentimientos que yo he esperimentado, me han determinado á r .. .,.arsela, si no con la propiedad con que otra. plumas lo pudieran hacer, á lo menos con la mesura y verdad de que puedo valerme en las actuales circunstancias. Este insulso trabajo se lo ded'ico a vd, hoy que es el dia de IU

cumpleaños, y lo conjuro, oon el derecho que me da la amistad, á que se encargue de hacer la relacion de lo ocurrido en esa capital a consecuencia de la accion, para que mi papelucho, des­preciable en BU forma, pero importante en la materia, tenga la recomendacion de su segunda parte, que formará por lo ocurri­do el escrito de vd. Este pequeño ensayo sobre las beUas letra., no vale mas que el tiempo d.dicado ~ su eetudio y cultivo, y dichosos seremos si nuestra prodnccion puede llegar á ser útil en cualquier circuDstancia.

Si vd. quiere rendir un holocausto a la ultrajada libertad, aqlli Be respira un aire libre; á lo menos este Buelo no se ha ho­llado con la planta del yankee. Venga vd., pues, á participar de los placeres de la campiña, en union de su amigo afectísi­mo que lo aprecia.

BATALLA. DEL SA.CRAMENTO.

"M"" honro,o parece el nombre del Boldado muerto en la batalla, que sano en la huida."

Di. ulUmo do Febrero d. t7. Calendario do G&ll"&D.

CHIHUAHUA, abandonada casi á sus invasores, Con inaudito esfuerzo se apresta á combatir; Levanta sus legiones, arma á sus moradores, y su enseña de guerra es: vencer ó morir.

Cuando al americano sin resistencia alguna Por una artería infame se entrega Santa Fé, Teme que orgullecido con su misma fortuna, En la tumba de Hidalgo ponga su inmundo pié.

Por eso el patriotismo, que estaba amortiguado, Se escita de sus hijos en popular reunion; Se olvidan los ultrajes del servilismo odiado; A todos se les llama y se invita á la union.

¿Pero todos se prestan? ••• jCon qué dolor lo digo! No todos •••• que su patria es el vil interes; y en Chihuahua ausiliares el rapaz enemigo Tiene, que lo protegen con insidia y doblez.

y su cabeza irsuta la division levanta, y la anarquía se opone á tan noble anhelar;

-7-Pero el civismo puro, en esta lucha snnta, Consigue diligente la defensa ordenar.

Por lo pronto en el Paso se alista una avanzada, Que al vándalo del Norte deberá contener; ¡Pero ve al enemigo, retrocede espantada, y le fmnquea los puertas con tan vil proceder!

Entonces se apresura el envio á la Frontera De una seccion, que al yankee breve e5carmentard: Aplausos mil le brinda la fama vocinglera, Pues se espera que un triunfo su ardor coronará.

Pero ioh mengua! el caudillo se enferma de impro-(viso,

y á la hora del combate falta su director; Sin concierto ní táctica un gefe lidiar quiso Al frente de un puñado de tropas sin honor.

Sin embargo, las águilas de nuestros batallones Por poco la victoria se apechugan al fin; Pero se desordenan y huyen los escuatlrones Al humillante toque de escape del clarin.

Por un esfuerzo logra emplear bien dos disparos Un obus que sostiene muy poca infantería; y en la fila enemiga la metralla abre claros, Que apenas se reparan con trabajo y portia.

Pues se le mira al yankee librarse en la afrentosa Huida, por no esponerse á proseguir la accion; Pero los comandantes, con energía asombrosa, Mantienen á sus filas en firme posiciono

iLeccion noble y bizarra en aquellos momentos, Que nuestros oficiales debieron imitar! (Hubo eseepciones dignas) mas los dos campamentos Con pérdida, sus puestos cada uno rué á ocupnr.

El Dios de las batallas les niega la victoria A los dos contendientes en esta lid campal,

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Y la esquiva fortuna, la palma de ]a gloria Solo dá á los que mueren por su suelo natal.

Despues á sus banderas se unen los defensores J

Que allá en Temascalitos salvaron el honor; ¡Mas en tanto Jos yankies encuentran protectores En el Pas?! • ••. ¡qué infamia, qué ruindad, qué baldon!

Pero tambien encuentran ilustres ciudadanos Que por la patria sufren persecucion atroz, Pues. á un digno Vicario lo cogen impías manos, y audaces aprisionan y ultrajan con rigor.

¡Maldito el mexicano, mil veces maldecido, y vague en tierra estrafia errante y sin hogar, Que sacrifica á Pluto el nombre esclarecido De los que independieron el suelo de Anahuac!

¡Maldito el que pospone sus derechos, su fuero, Su religion y culto á un cálculo venal! ¡Maldito sea el infame que al yankee por dinero Se entrega, renegando del honor nacional!

Estos hombres protervos son de los estrangeros Los ausiliares natos, el apoyo y sostén: En ellos ha confiado, mas bien que en sus guerreros, Para ocupar el yankee al Paso y Santa Ft.

Chihuahua en tanto sigue sus fuer~ms alistando; Improvisa recursos, los reune con ardor, y á ]a inercia de mucrte que ]a iba aniquilnndo, Su gobérnante ilustre sustituye el vigor.

En todas partes se halla del pueblo el elegido; No hlly cosa que no atienda con celo y con afan; Los fusiles, el parque, que el soldado asistido Se encuentre, y que se instruya]n Gunrdia Nacional.

Todos los artesanos están en movimiento, Los aparatos de guerra se miran por do quier:

-9-Se funden los cafiones, se alista el armamento, y convertida se halla la ciudad en cuartel.

¡Qué bella perspectiva, que plácida esperanza Ofrecian nuestras tropas al hombre pensador! Pues el puro entusiasmo, el ahinco, la venganza, En cada ciudadono timbre era de valor.

y mas cuando los gefes Heredia y Garcfa Condt UnánimeS estaban con el célebre Tricu, . ¿Quién es el que no espera un triunfo? i A quien se .

(esconde Que al Estado le aguardan los mas hermosos dia,?

El designio es la guerra de los americanos, Todo conspira á hacerla con empefio y teson: Ansian nuestros guerreros por llegar á las manos, y conquistar un lauro digno de la nacion.

De la dificil prueba se aprocsima la hora; Los partes se succeden y crece la ansiedad; La marcha es ya precisa, pues la .hueste invasora Con altivez avanza sobre la capital.

El peligro es urgente, y sale una brigada, Que el Sr: Garcfa Conde se presta á conducir: De ochocientos lanceros se forma la avanzada Del grueso de la fuerza que al yankee ha de batir.

y este gefe patriota, del destierro olvid~do A donde lo confinaD por árden superior, Consagra sus servicios en favor del Estado, y parte á la campafia, cual le dieta el honor.

A los tres dias el centro de seiscientos infantes De activos, permanentes y Guardia Nacional, Con diez piezas dotadas, vieron los habitantes Que el geTUral engefe sacó de la ciudad.

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Por conducir los restos, su, segurulo se queda y los demas pertrechos de nuestra division: Todas las provisiones de guerra y boca lleva Con cuatrocientos hombres llenos de decision.

Chihuahua no habia visto division tan lucida y tan bien equipada, ni la esperó jamas, Pues como por encanto de las manos salida Del gobernador Trias, apareció quizás.

Muy presto la vanguardia observa al enemigo, Que cerca de Ensinillas habia campado ya, y se replega al grueso del ejército unido, Qué en el Torreon espera saber cómo obrará.

Se sitúan con presura frente del Sacramento Nuestros reales. Los prácticos levantaron aUi Sus reductos y fosos; así es que al campamento Por tres diversos puntos lo defendia un fortin.

y nuestra línea estaba lo mejor sostenida Que con arreglo al arte se debiera esperar: Los ingenieros geógrafos la tenian distribuida De manera, que el yankee no la podia evitar.

Cuatro dias en el campo la division espera Con cuantas precauciones dicta la previsionj y en nuestro mismo campo espías ¡quién lo creyera! Tenia el americano que le dieran razono

Entre los solapados delatores de oficio, Un negociador pérfido nI fin se hace notar, Que especula sin reato en el vil ejercicio De vender á su pat1"ia, de traer y de llevar.

Pues en caso oe un triunfo sobre Jos invasores, Espon¡a, cual los otros, su sórdido interes;

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Por eso de telégrafo de sus cooperadores En nuestro campo hacia con fria desfachatez.

¿Con qué sa1vo-coruiucto ve este hombre al estran-(gero1

¿Qué papel representa en nuestra division7. __ • No sé decirlo •••• El hace de activo traginero De semi1la.~ y acémilas pam el anglo--sajon.

¡Calumnia atroz! muy alto el grito sus parciales, Con la misma impudencia, pérfidos alzarán! Pero ¡ay de los causantes de tan acerbos males, Castigados un dia por el cielo serán!

Por fin asoma el sol luctuoso de Febrero Que ha de alumbrar el campo en nuestro diafataJ¡ Ya vagaba en el éter fatídico y artero Sobre nuestras cabezas el genio atroz del mal.

y todas las brigadas se aprestan al combate, Cada cual ocupando su fuerte posicionó Ansiosos por el triunfo, ya la hora del ataque Se apetece por todos con loable decision.

La fuerza americana sigue por el camino, Parece que á distraernos con su caballería; Mas juzgafuerte el campo, y cambia de destino, Alejándose astuta de nuestm batería.

Eijtonces la columna de nuestros escuadrones, Por no sé qué maniobra, al yankee persiguió; Pero se vuelven luego al fr~nte sus legiones, Y comienza el disparo del hórrido caflon.

La estremada confianza, la indómita bravura, El ardor de un encuentro, la ansia de combatir, Hace que nuestras fuerzas, por una desventura, Dejen sus posiciones y traten de salir.

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Como á las tres y media se trab6 la batalla: . De un campo al Qtro cruzan las balas de cañon, Silban los proyectiles y cruga la metralla; El estrago se aumenta, la alarma y confusion.

Su homicida guadafia la muerte segadora . En uno y otro campo sin distincion emplea; De lágrimas y sangre cébase destructora, Designando sus víctimas en la h6rrida pelea.

Las quejas del herido •••• el ¡ay! del mutilado •••• Del infeliz que espira el último clamor •••• El choque de las armas •••• y. .. el ¡hombre enseño­

(reado EntreescorrtOros humanos! •••• ¡Cielo santo, qué horror

Si de Dios son criaturas los hombres en la tierra, ¿Por qué como enemigos se tratan por dd quier7 El hombre mata al hombre en malhadada guerra .••• ¿O fué arrojado al mundo maldito de su ser?

i Cuándo llegará el dia que un filósofo espera Que habite el universo la encantadora paz? Del sábio Lamennais idea tan lisonjera ¿Será deseada siempre, realizada jamas?

Un rumor en el campo funesto se propaga De que se desordena nuestra caballería; Ya ni sus mismos gefes consiguen que se rehaga, y su funesto ejemplo sigue la infantería.

Mucha parte de esta arma, por varias direcciones, Confusa y aterrada trata de desfilar y se dispersa en grupos. Así es que aun los callones, Por carecer de apoyo, comienzan á flaquear.

¡Aciago es el destino; la realidad se mira: Todo va á ser envuelto en este turbillon! La caballería ¡oh Dios! cobarde se retira Con su propia ignominia al comenzar la acciono

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No toda •••• ¡verdad triste! ¡Qué valen escepclones Cuando á todo lo arrastra la inmensa mayoría? ••• Muy justo es, sin embargo, hacer las distinciones Dignas de honor y lauro, de grande nombmdía.

IG Merced á los valientes que firmes sostuvieron ¡jj

El honor de las armas en lueha desigual, !: Se deben los estragos que al yankee se le hicieroQ y que nuestm derrota no fuera geneml. rQ

Del séptimo de línea la infantería esforzada, Un piquete de activos y Guardia Nacional y dos piezas servidas por gente estusiasmada, La pelea sostuvieron con ánimo marcial.

La hueste americana con paso redoblado, En drden y resuelta d morir d vencer, Sus filas adelanta sobre nuestro costado, Pam parar el golpe que la iba á contener.

Pues dos piezas situadas cabe del Sacramento, Detienen la columna del injusto invasor: De allí varios disparos con her6ico ardimiento Se asestan contra el yankee, y escitan su furor.

y allí se empella luego la lucha desastrosa Que nuestra infaUllta suerte deberá decidir. La victoria nos niega la displicente diosa, y á la águila de Washington mejor quiere seguir.

A su ocaso desciende el sol; luego se mimn Perdidos los esfuerzos, perdida ya la accion, y gifes, y oficiales, y tropa se retiran, Abandonando el campo al pérfido sajon.

En él quedan los trenes de varias provisiones, Algunos equipages, la caja militar;

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Prisioneros y muertos; perdidos diez cationes, El armamento, el parque y ••• • sangre que lavar.

¡Loor y prez á los fieles y bravos ciudadanos Que por su pais murieron con noble decision! ¡Infamia á los cobardes! y á los americanos Siempre guerra, odio eterno, venganza '!I maldicion.

Labor de Dolores, Mayo 19 de 1847 •

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