bárcenas la cja fuerte

7/26/2019 Brcenas La Cja Fuerte

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Marisa Gallero

BRCENAS.LA CAJA FUERTE

Los papeles secretos del tesorero del PP

Prlogofederico jimnez losantos


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Introduccin

Jueves 27 de junio de 2013, 13.08

SMS de Luis Brcenas a Marisa Gallero: Declaracin terminada. Yame dars tu opinin. Besos.1

1 Mensaje de mvil enviado por Luis Brcenas cuando se encontraba en

el interior de la Audiencia Nacional, despus de declarar ante el juez PabloRuz y antes de saber que habra una vistilla para estudiar si se aprobaban me-didas cautelares. Todava no se conoca que la Fiscala acabara pidiendo pri-sin provisional sin fianza.


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El da que Luis Brcenas perdi su libertad an mantena una con-fianza absoluta en Mariano Rajoy. No haba sido solo el tesorero del

Partido Popular, sino tambin el guardin de todos sus secretos. Haba-mos quedado a comer al da siguiente para continuar con la entrevistapara un reportaje de investigacin. Con este mensaje (Declaracin ter-minada. Ya me dars tu opinin) me avisaba de que haba cumplido eltrmite ante el juez Pablo Ruz. Las horas le conduciran no a un reser-vado del restaurante Lavinia, sino a una celda compartida en la crcel deSoto del Real. En ese furgn va toda la historia del PP, me recono-

cera alguien de las entraas de Gnova. Tan confiado estaba entoncesLuis Brcenas que le pidi a su mujer, Rosala Iglesias, que se marcharanada ms declarar. No se le pas por la cabeza que sin fianza ni fechade salida se convertira en preso preventivo. Casi diecinueve meses des-pus, sin yo buscarlo, fui protagonista colateral de su puesta en libertad.

El viernes 9 de enero de 2015, a las seis de la tarde, me dirig ala casa de Luis Brcenas en la madrilea calle de Prncipe de Vergara

para hablar con Rosala Rosa para los amigos. Quera darme unmensaje y no se atreva a contarlo por telfono. En ese momento, nole di mayor importancia. Mantena una relacin fluida con ella des-de que Brcenas entr en prisin. Desde entonces haba sufrido unagran transformacin. De ser la mujer que firmaba una hoja en blan-co, de no saber dnde estaban las llaves del buzn de correos, habapasado a llevar el control de su casa, dando un paso ms all. Te ha

tocado gestionar la economa familiar cuando no hay economa, la-mentaba Luis durante sus visitas. Ante la situacin desesperada, cogilas riendas y se coloc en el papel de su marido, con carcter, sor-prendiendo a propios y extraos. Hasta que se rompi.

La gota de su abatimiento se produjo al filtrarse el enfrentamien-to que mantuvo con un funcionario de prisiones durante el mes denoviembre sin que contaran su versin.2Fue la primera vez que la es-

2 Rosala Iglesias fue sancionada por la Secretara General de Institucio-nes Penitenciarias a un mes sin poder visitar a su marido en Soto del Real.


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cuch decir con lgrimas en los ojos: No tengo fuerzas para seguir.Su seguridad se haba desmoronado. As lo sinti Luis. Hasta ese da

siempre le haba mostrado su mejor cara, su mejor aspecto, ahorrn-dole saber cada una de las decepciones, de los desplantes diarios de sucada en desgracia. Estas fueron las circunstancias que pesaron en elnimo de Brcenas para dar su siguiente paso: hablar, sincerarse, lanzaren una sola bocanada toda su clera por lo que consideraba una situa-cin injusta. Entre distintas opciones, decidi hablar conmigo.

Solo con unos minutos de antelacin, Rosa me avis de su llama-

da desde una cabina de Soto del Real. El tiempo de encender la gra-badora y de que nos pusiramos al borde de un ataque de nervios. Fueuna conversacin acelerada pero con un tono templado. Ni su voz nisu forma de expresarse se haban alterado. Estoy viviendo un autnticoatropello. Quieren que sea el icono de toda la corrupcin. No estabadispuesto a pagar sin juicio con unas medidas cautelares que no recibanotros imputados, con los mismos fiscales y el mismo juez que llevaban

su caso: Que me digan de una vez dnde est mi riesgo de fuga! Porqu no tengo el mismo tratamiento que Rato?, era su lamento.

Cuando me llam, su nico objetivo era hablar del trato recibi-do por la Fiscala, pero a lo largo de esos intensos ocho minutos fuialternando otras preguntas sobre el origen de su fortuna en Suiza, siqueran silenciarlo, si pensaba tirar de la manta o cmo se senta alpagar los platos rotos de la financiacin ilegal de su partido. Estoy

bastante bien y le he hecho caso a Mariano. Estoy siendo fuerte, fuesu mensaje. Antes de despedirse, me avis de que Instituciones Peni-tenciarias me haba denegado la visita: tena que olvidarme de verleen persona.

Un funcionario de prisiones le susurr al odo a la mujer de Brcenas: Estoydeseando verte aqu dentro. Y ella, sin pensarlo dos veces, le respondi: Y yo

a ti, colgado. Tras explicar lo ocurrido a un peridico, el director de dichocentro penitenciario tuvo una reunin con Rosala para que no emprendieraninguna accin judicial. Marisa Gallero, La mujer de Brcenas denuncia eltrato recibido en Soto del Real,ABC, 23 de diciembre de 2014.


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Durante el fin de semana escuch hasta la saciedad esas dos lla-madas, evaluando sus posibles efectos, intentando que un amigo me

ayudara a quitarle las interferencias a la grabacin, sin decirle siquie-ra qu me traa entre manos. No me atreva a contrselo a nadie,pero quera tener una prueba por si alguien dudaba. El lunes recabinformacin en el despacho de Gmez de Liao y llam al directordeABC, Bieito Rubido, peridico en el que publico los domingosuna seccin de entrevistas a expolticos titulada Conversaciones concausa. Su respuesta dice mucho de su forma de entender este ofi-

cio: Los gobiernos cambian. El peridico contina.Una semana ms tarde, el mismo da en que hubiera querido de-

clarar por videoconferencia en la Audiencia Nacional ante el recur-so de apelacin por el que se le denegaba la libertad provisional, sepublic la entrevista a dos pginas en el diarioABC. Fue toda unaconmocin. El extesorero del PP volva a hablar y lo haca en un pe-ridico en sintona con el Gobierno, cruzando lo que, para Mon-

cloa, era una lnea roja. A Rubido le llamaron tanto para felicitarle ypreguntarle por qu no lo haba llevado a portada, como para cues-tionarle desde la sede del PP en la calle de Gnova por dar voz a unpresunto delincuente.

La Fiscala tambin eligi esa fecha para entregar su escrito deacusacin, explicando por qu peda cuarenta y dos aos y me-dio de crcel para el hombre que haba tenido su despacho solo una

planta por debajo del jefe del poder ejecutivo. A Rosala Iglesias, porsu parte, le reclamaban veinticuatro aos y un mes de prisin por va-rios delitos fiscales y blanqueo de capitales. No recibi ninguna lla-mada del despacho de abogados para comunicrselo.

Al da siguiente, Brcenas tuvo en prisin una visita inespera-da de Mara Dolores Mrquez de Prado y su hijo, Ignacio Mart-nez-Arrieta. Le entregaron una carta de renuncia de Javier Gmez

de Liao que se hara efectiva el lunes 19 de enero. Se neg a leerla,no se lo crea. Despus se derrumb e implor que no le dejaran. Sesenta absolutamente perdido. De nuevo otro abogado le dejaba tira-do por una conversacin publicada en un peridico. Y con el agra-


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vante de que durante el tiempo que llev su defensa se haban divul-gado mensajes, papeles y cartas sin que Gmez de Liao perdiera ni

un gramo de confianza, sin que se produjera ningn problema con lafiltracin de esa documentacin en el diario El Mundo.

Fue una sensacin amarga escuchar en distintos medios que suabogado renunciaba porque no tena ni pajolera idea de que Brce-nas haba concedido una entrevista,3 como cont a muchos, cuandose lo confirm por mensaje y con una llamada telefnica al despacho,explicando los argumentos del extesorero y su crtica sin contem-

placiones a la Fiscala. Si conoces a Brcenas, es un mantra, no hayconversacin que no lo diga. Ese lunes, cuando nadie se imaginabacmo se iban a desarrollar los acontecimientos, ms de uno apun-t el motivo real de la renuncia. El tema del dinero no ha sido unasunto menor.

Mensaje enviado al abogado Javier Gmez de

Liao la tarde del jueves 15 de enero de 2015.

3 Ernesto Ekaizer, El divorcio, El Pas, 19 de enero de 2015.


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Antes de las once de la maana del martes 20 de enero la reali-dad super a la ficcin. Rosala me llam exultante desde un tel-

fono que no era el suyo tena cortada la lnea por impago de 70euros para contarme que Luis saldra de la crcel tan pronto pu-diera recolectar entre sus familiares los 200.000 euros que le habanimpuesto como fianza. Rosa gritaba de alegra. Brcenas estaba enestado de shock.

Ahora se podrn hacer muchas cbalas sobre la decisin de laSeccin Cuarta de la Sala de lo Penal, pero realmente hasta ese mo-

mento todos, y al decir todos me incluyo, daban por hecho que Br-cenas no pondra un pie en la calle, que ira directo en un furgn deSoto al juicio del caso Grtel. Mucho menos en un ao tan electoralcomo 2015 y a solo unos das de la convencin poltica del PartidoPopular. Marisa, dirn lo que quieran, pero en mi salida t tienesuna parte alcuota me reconoca Luis Brcenas en la comida quetuvimos aplazada diecinueve meses. Se unen mi escrito de cuatro

pginas, que ley Gmez de Liao en la Audiencia, y la entrevistaque publicaste enABC. A partir de ese encuentro, y como pruebade confianza, Brcenas me dejar grabar nuestras conversaciones sinreparos.

A Brcenas le haba conocido en la cafetera de un gimnasio muyexclusivo del barrio de Salamanca, en Madrid, un mes antes de quepisara el agujero como suele llamar a la crcel de Soto. Fueuna autntica cita a ciegas. El encuentro lo cerramos un da antespor telfono.

Hola, soy Luis Brcenas! escuch nada ms coger el mvilcon un nmero desconocido.

Marisa Gallero. Me dijeron que me ibas a llamar.S. Nos vamos a ver. Maana a las doce [del medioda] en unacafetera que est en el interior del centro comercial ABC Serra-no. [...] respondi sin ningn tipo de prembulo. Sube hasta la


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sexta planta y en el mostrador de entrada pregunta por m. Tenemosuna hora.4

Aunque es cierto que me avisaron de que le haban pasado mitelfono al hombre ms perseguido por toda la prensa espaola, nome haca ilusiones de que me llamara. Por qu iba a hacerlo? Enesos momentos, trataba de darle forma a un programa especial paraCuatro sobre los papeles secretos del extesorero con el equipo de in-vestigacin dirigido por Melchor Miralles en la productora Manda-rina, pero sin que hubiera un compromiso firme para emitirlo. Ati-

n a responderle escuetamente, intentando controlar los nervios, deforma muy poco original:

De acuerdo. All estar.Quiero que sepas que es una entrevista off the record. Llevo cin-

co meses de perfil bajo y ltimamente no me prodigo. La presin esinsoportable. Te contestar a todo lo que me preguntes. Ten seguroque lo que te cuente ser la verdad. Y si no, no te dir nada. No te

voy a mentir.La verdad. Siempre sale a relucir la verdad. Todos tenemos una.

Luis Brcenas tiene la suya y, desde luego, no coincide con la quenos quiere hacer creer su partido durante los ltimos treinta aos. Lacuestin es averiguar quin realmente cuenta menos mentiras.

Pero me ha dicho mi fuente insist, por si colaba que enel momento en que puedas hablar conceders una entrevista...

No ahora. Tendrs que buscar otro camino, porque no puedesdecir que te lo he contado yo.Vale. Lo pienso.En mi nimo est contarte solo informacin veraz para ese

programa que ests preparandoEntonces, los papeles son apcrifos?

4 Los dilogos de este libro son fruto de conversaciones, entrevistas, de-claraciones judiciales, informes o documentos, y todos ellos se ajustan a larealidad.


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Los papeles de Brcenas son reales. Ment al decir que no esmi letra.

Minti. Los papeles eran suyos. En esas fechas la versin oficialdel que haba anotado minuciosamente durante dieciocho aos losmovimientos ocultos de mordidas y sobresueldos era un comunica-do negando que hubiera una contabilidad paralela en el Partido Po-pular y que los papeles secretos de Brcenas fueran ciertos. Esaletra no es ma. Es una operacin de acoso y derribo al PP y espe-cialmente a su presidente. Hay quien no sabe llegar al poder y usa la

conspiracin pura y dura. Jams se han pagado sobresueldos. Todo esrigurosamente falso, deca Brcenas a Antonio Jimnez en una en-trevista grabada para 13TV con una chaqueta estrecha que no era su-

ya, para dar una imagen ms informal.Me han contado que llevas contigo los originales le con-

test.No era la nica periodista que se reuna con Luis Brcenas, por

supuesto. El que fue durante muchos aos gerente del partido con-servador haba desplegado los ltimos meses una actividad frentica.Uno de sus encuentros, el que dur cuatro horas, sera la gota quecolm el vaso, el que le sentenci. Hasta aqu hemos llegado!, mecuenta una garganta profunda del partido que dijo el ministro de Jus-ticia cuando conoci la reunin con Pedro J., entonces director deEl Mundo. Y me corrobora: Es el PP y la Fiscala quienes deciden su

ingreso en prisin.Se dicen muchas cosas Esta ser una primera toma de con-tacto. Cuando me veas, me conocers enseguida me dijo Brcenasmuy seguro de s mismo. Yo a ti no, para que te presentes...

No te preocupes. Yo tampoco paso desapercibida lanc co-mo un guante.

Estas palabras le pusieron en alerta. Ms tarde me confesara que

dud en presentarse. Crea que estaba cometiendo un error y que ha-ba quedado con una de esas chicas que van con ropa ceida y mu-cho escote. Nada ms lejos de mi intencin, aunque tampoco elegmi mejor vestuario para la cafetera de un gimnasio.


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Brcenas gana mucho en las distancias cortas. Es persuasivo. Sedemora en cada detalle. Le gusta hablar y explicarse. Todo lo que

cuenta tiene una doble intencin. No deja nada al azar. En sucesivasreuniones descubr a un hombre ordenado, meticuloso y con unamemoria prodigiosa, ms que un dispositivo electrnico. Sus recuer-dos, su control absoluto de todas las intimidades del Partido Popular,son su arma ms destructiva. Era uno de ellos.

Tiene cajas de documentos y hasta catorce maletines repletosde papeles. Grabaciones de reuniones con el presidente del Gobier-

no una de ellas cerca de una trituradora de papel. Agendas fo-tocopiadas. Imgenes de las cmaras de seguridad de los empresariosque entregaron donaciones annimas. Copias de los discos duros delos dos ordenadores destruidos en la sede de Gnova. SMS y correoselectrnicos. Recibs firmados. Un vdeo del propio Brcenas, mi-rando a cmara, que solo ver la luz si literalmente se lo cargan lme lo ha reconocido. Hay material suficiente para destruir a la cpu-

la de cualquier gobierno. Y estas pruebas no solo estn guardadas enun lugar fsico, sino tambin en una nube digital.

Todos los que le conocen apuntan su peor cualidad: el rencor.Luis Brcenas es Edmundo Dants. Da igual los aos que pasen, daigual qu partido gobierne, se vengar de todos y de cada uno de losque le han traicionado. Poco a poco. Conservadme la memoria!,inscribi en el verdoso muro de su calabozo el conde de Montecris-

to. S que no ha anotado ningn mensaje en las paredes de Soto, pe-ro a Brcenas no le hace falta rogarle a nadie. Soy obsesivo, obsesivo,obsesivo. Y todava no le he pasado la factura de los diecinueve mesesde prisin al Partido Popular.

Esta es mi fuente: Luis Brcenas. Es la oficial. No es la nica.

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