bañales, goio - tres casas interesantes de barakaldo

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TRES CASAS INTERESANTES DE BARAKALDO Barakaldoko ondare historikoa hain azkar desagertu da ze argazkiak edo marrazkiak erabili behar baitira orain urte batzuk soilik izan zenari buruz berba egiten saiatzeko. Hirian zehar ibili eta ezin duzu iraganal- dia ezagutu. Ez dago praktikan atzokoaz hitz egiten dizun ezer. Norta- sun ezaugarriak falta zaizkio. Eta tristeena da jende askok ez dukeela hutsune hori sentitzen. 15 Orrialde Irekia B El patrimonio histórico de Barakaldo ha desaparecido tan rápidamente que es ne- cesario utilizar fotografías o dibujos para intentar hablar de lo existente hace sola- mente unos pocos años. Un frenesí por desprenderse de lo antiguo, por demoler todo cuanto estorbe o pueda “afear” el proyecto del arquitecto de turno nos ha llevado al Barakaldo que hoy día tenemos. Caminas por el pueblo y no puedes re- conocer su pasado. No hay prácticamen- te nada que te hable del ayer. Le faltan señas de identidad. Y lo más triste es que tal vez muchas personas no sientan esa falta. Unos por- que nacieron con su pueblo ya convertido en el país de los centros regionales. Otros porque llegaron para trabajar y trabajando se les agotó el tiempo de preguntarse qué hubo bajo las viviendas obreras y bajo los hornos altos. Y otros porque, teniendo aquí sus raíces, no supieron reconocer que perdiendo y olvidando la herencia de sus pasados se dejaban caer a sí mismos en el olvido de generaciones futuras. También hay gente comprometida (muy comprometida) con recuperar cuanto pue- da del pasado y con guardar lo más inte- resante del presente para cedérselo a los que nos seguirán. Y además de todos ellos también hay quienes están deseando conocer, pero no saben por donde empezar a preguntar. Me refiero a los/as estudiantes de los centros de enseñanza barakaldeses. Para ellos/as y pensando en ellos/as se creó el proyecto Ezagutu Barakaldo, dirigi- do a darles a conocer algunos de los as- pectos más relevantes del pasado y pre- sente de su municipio. En algunas ocasiones he colaborado con Ezagutu Barakaldo. Fundamental- mente para tratar de recrear el pasado preindustrial. Y siempre he tropezado con el problema de falta de elementos que puedan ser utilizados desde esa perspec- tiva, que antes comentaba, de ser “patri- monio histórico” del municipio. Esta vez he tratado de ajustarme a al- go que pueda ser perfectamente visible y reconocible por cualquier barakaldés/a. Son tres edificios, suficientemente cono- cidos por todos, a los que únicamente pretendo añadir ciertos argumentos que ayuden a identificarlos un poco más y, por tanto, que ayuden en el propósito hacer- les más fáciles de comentar en un posible itinerario con esos/as estudiantes. Se trata del palacio de Larrea, la casa blasonada de Gorostiza y la casa de Beurko conocida como casa-torre. EL PALACIO DE LARREA Seguro que hemos paseado muchas veces junto a él. Siempre dirigiendo la vis- ta al escudo que luce en su fachada, tal vez por ser su único elemento curioso. Y siempre, también, preguntándonos qué escondería su interior y quiénes serían sus dueños. Precisamente de alguno de estos últi- mos quería hablar. De los que lo fueron en el siglo XVIII, y contar la relación que te-

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TRES CASAS INTERESANTESDE BARAKALDO

Barakaldoko ondare historikoa hain azkar desagertu da ze argazkiakedo marrazkiak erabili behar baitira orain urte batzuk soilik izan zenariburuz berba egiten saiatzeko. Hirian zehar ibili eta ezin duzu iraganal-dia ezagutu. Ez dago praktikan atzokoaz hitz egiten dizun ezer. Norta-sun ezaugarriak falta zaizkio. Eta tristeena da jende askok ez dukeelahutsune hori sentitzen.

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Orrialde Irekia

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El patrimonio histórico de Barakaldo hadesaparecido tan rápidamente que es ne-cesario utilizar fotografías o dibujos paraintentar hablar de lo existente hace sola-mente unos pocos años. Un frenesí pordesprenderse de lo antiguo, por demolertodo cuanto estorbe o pueda “afear” elproyecto del arquitecto de turno nos hallevado al Barakaldo que hoy día tenemos.

Caminas por el pueblo y no puedes re-conocer su pasado. No hay prácticamen-te nada que te hable del ayer. Le faltanseñas de identidad.

Y lo más triste es que tal vez muchaspersonas no sientan esa falta. Unos por-que nacieron con su pueblo ya convertidoen el país de los centros regionales. Otrosporque llegaron para trabajar y trabajandose les agotó el tiempo de preguntarse quéhubo bajo las viviendas obreras y bajo loshornos altos. Y otros porque, teniendoaquí sus raíces, no supieron reconocerque perdiendo y olvidando la herencia desus pasados se dejaban caer a sí mismosen el olvido de generaciones futuras.

También hay gente comprometida (muycomprometida) con recuperar cuanto pue-da del pasado y con guardar lo más inte-resante del presente para cedérselo a losque nos seguirán.

Y además de todos ellos también hayquienes están deseando conocer, pero nosaben por donde empezar a preguntar.Me refiero a los/as estudiantes de loscentros de enseñanza barakaldeses.

Para ellos/as y pensando en ellos/as secreó el proyecto Ezagutu Barakaldo, dirigi-

do a darles a conocer algunos de los as-pectos más relevantes del pasado y pre-sente de su municipio.

En algunas ocasiones he colaboradocon Ezagutu Barakaldo. Fundamental-mente para tratar de recrear el pasadopreindustrial. Y siempre he tropezado conel problema de falta de elementos quepuedan ser utilizados desde esa perspec-tiva, que antes comentaba, de ser “patri-monio histórico” del municipio.

Esta vez he tratado de ajustarme a al-go que pueda ser perfectamente visible yreconocible por cualquier barakaldés/a.Son tres edificios, suficientemente cono-cidos por todos, a los que únicamentepretendo añadir ciertos argumentos queayuden a identificarlos un poco más y, portanto, que ayuden en el propósito hacer-les más fáciles de comentar en un posibleitinerario con esos/as estudiantes.

Se trata del palacio de Larrea, la casablasonada de Gorostiza y la casa deBeurko conocida como casa-torre.

EL PALACIO DE LARREA

Seguro que hemos paseado muchasveces junto a él. Siempre dirigiendo la vis-ta al escudo que luce en su fachada, talvez por ser su único elemento curioso. Ysiempre, también, preguntándonos quéescondería su interior y quiénes seríansus dueños.

Precisamente de alguno de estos últi-mos quería hablar. De los que lo fueron enel siglo XVIII, y contar la relación que te-

nían con el pueblo. Cuando termine, la visión que tenéis del palacio, sin duda,habrá cambiado.

Perteneció a una de las familias másacomodadas de Barakaldo, la de losEchavarri, descendientes y herederos denumerosos mayorazgos y propiedades,entre las que destacaba el mayorazgoBeurko-Larrea, al que estaba adscrita latorre de Larrea, la cual en la segunda mi-tad del siglo XVIII pasó a convertirse en elpalacio de Larrea, merced a las obras or-denadas por José Ramón de Echavarri,su dueño en aquellos años.

José Ramón de Echavarri era, dicho fi-namente, un impresentable. Producto típi-co de una gran acumulación de dinero ypropiedades en su persona y una mues-tra, bastante representativa, de lo queeran en aquel tiempo los dueños de losmayorazgos. Este personaje, de joven,había dejado embarazadas a tres criadasde sus padres. A alguna varias veces. Yotras se habían visto obligadas a huir.Cuando murió su padre y se hizo dueño,como primogénito que era, de los mayo-

razgos, le faltó tiempo para echar de suscasas (tenía más de una docena) a su ma-dre y hermanos, dejándolos en la más ab-soluta indigencia.

Este cafre era la consecuencia naturalde los padres (Juan José de Echavarri yMaría Isabel de Arana) y familia que le to-caron en desgracia.

Su padre consiguió dividir a Barakaldoen dos bandos, los que estaban con él ylos que estaban contra él. Entre sus par-ciales se contaban, además de una largaparentela, los asalariados de sus ferreríasy molinos y los arrendatarios de sus ca-sas. Entre unos y otros sumaban los votossuficientes como para dificultar cualquierpropuesta municipal que fuera en contrade sus intereses. Por este motivo, y por el temor que despertaba entre sus conve-cinos, había logrado convertirse en undéspota contra el que nadie osaba en-frentarse.

Pero todo empezó a cambiar a partirdel día de Santa Águeda del año 1767.Día en el que el pueblo, harto de sus tro-16

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Palacio de Larrea, levantado sobre la antigua torre de Larrea.

pelías, decidió, finalmente, enfrentarse aél y a los suyos.

El cambio de actitud fue consecuenciade la agresión que sufrieron los regidoresde Barakaldo por parte del dicho Juan José y de sus parientes en las campas delsantuario, motivada por un asunto tan tri-vial como el de decidir a quién correspon-día ordenar la música que el tamborilerodebía tocar en la romería. La discusióncomenzó cuando acababa la fiesta y seprolongó más allá de terminada ésta, yaanocheciendo. Después, cuando todo elmundo se retiraba a sus casas, los Echa-varri siguieron a los regidores municipalesacorralándoles con golpes, amenazas einsultos por toda la bajada de Basatxu.

En días sucesivos, parte del pueblo seplanteó la posibilidad de denunciar ante lajusticia a aquellos personajes, pero losEchavarri no estaban dispuestos a permi-tir que nadie se atreviese a alzarse contraellos y, con tal propósito, juntaron su pa-rentela e hicieron varias salidas a caballodisparando sus escopetas contra las ca-sas de sus adversarios más significados.

Uno de los regidores, de nombre Ma-nuel de Allende, venciendo al temor y lasamenazas, acudió a la justicia y logró deésta que se iniciase un proceso secreto,en el que los vecinos y vecinas, sin decirlos nombres de aquellos a quienes acusa-ban, aunque identificándolos claramentepor medio del calificativo de “persona pri-vilegiada” y por el lugar donde residían,dieron sobrada cuenta de las andanzasde aquellos fulanos1. Nadie se salvó deldedo acusador, ni siquiera los curas. Heaquí el resumen de las actas levantadaspara que sirva de reflejo de lo que pudoser la vida cotidiana en Barakaldo a lo lar-go del último tercio del siglo XVIII.

A Juan José de Echavarri se le acusa-ba de pretender que a su familia y herma-nos, en las honras de difuntos, se les to-case campana doblada, como se hacíacon los sacerdotes difuntos. La resolucióna esta queja estaba en aquel momentopendiente del tribunal eclesiástico delobispado.

También se le acusaba de apropiarsede las tierras y montes comunales. De ne-garse a pagar el dinero que debía al mu-nicipio y el de las sisas de los derechosdel vino foráneo. De mantener continuospleitos en los juzgados contra vecinos,que por cierto todos los había perdido. Deabusos, deudas… y un largo etcétera.

Junto con Juan José, que podía consi-derarse el cabecilla, fueron acusadas en-tre otras personas, su hijo José Ramón,protagonista principal de las agresiones alos regidores. También Pedro Apario, her-mano de Juan José, quien siendo cura enPortugalete desasistía su oficio mante-niendo su morada en Barakaldo, ocupán-dose en criar el hijo que había tenido conuna soltera… Y así varios acusados más.Pero sobre todos ellos destacan dos, otrohermano igualmente cura, Ignacio deEchavarri, y el administrador Juan Antoniode Elguero.

De Ignacio, cura párroco de Barakaldo,se decía que siendo sacristán, en el año51 ó 52, faltó dinero de las rentas de San-ta Águeda, Santa Lucía y San Bartolomé,y un relicario de plata. Porque había unagujero en el archivo. Y, hacía año y me-dio en que teniendo el municipio 8.000reales de las rentas de Santa Águeda pa-ra sus urgencias, un vecino propuso queel dinero no se dejase en la iglesia, dondepodía volver a faltar, sino que quedase acargo del mismo pueblo, hasta que llega-se el momento de emplearlo en la obradel santuario. Oído lo cual por el cura, unavez concluido el ayuntamiento, se acercóa aquel vecino y le dijo, bajo el Cemente-rio de la iglesia de San Vicente, que “porsemejantes pretensiones le pondría almismo y a otras personas rendidas vaja-das las Cavezas…” Y efectivamente, elpárroco logró un “Mandamiento de Ejecu-ción” contra los bienes de los fieles y ve-cinos pero, en lugar de usarle y “practicardilixencia primero contra los Propios yRentas del Pueblo acudio hacer los em-bargos en los vienes de diferentes vecinosopuestos a las pretensiones sobredichasde su hermano Juan José de Echavarri…”

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1 El pleito se recoge en A.F.B. Leg. 3124-10. Año 1767

y a una vecina que se lo recriminaba lecontestó que “con semejantes operacio-nes conocerían las Oposiciones que ha-cían a dicho don Juan Joseph, su herma-no, que a todos los traería a vesar los Piesó correa a este” (obsérvese que se tratade un cura a quien debería suponérselecierta equidad o cuando menos cierta pie-dad).

Esta actitud de prepotencia queda agu-dizada en las acusaciones siguientes:Cuando una vecina fue a “examen de do-trina para cumplir con la yglesia le nego laçedula no obstante que estaba bien ins-truida en dotrina de cuia resulta quedán-dose mui avergonzada y apesadumbrada,hallandose embarazada de meses maiorespario mal a breves dias, y despues quecombalecio sin preceder nuevo examen ladio la Zedula”

El año 66, estando enfermos de “ter-cianas” la mujer y el hijo de Domingo deAlday, el hijo quedó en letargo, y se pasórecado, como al más cercano, a dicho cu-ra para que administrase santos sacra-mentos, viático y extremaunción, pues es-taba próximo a morir, y les contestó que“no era semanero, y que fuesen a llamar adon Joseph de Lezama, a quien tocava desemana…” y volvieron nuevamente, perola criada les dijo que se había ido a dor-mir y tuvieron que acudir a dicho Lezama,quien administró únicamente la extremaporque al enfermo ya “le faltó el habla”. Ala misma tarde se agravó el estado de lamadre, y una hermana de ella fue en bus-ca del cura y también le contestó “que noquería ir porque no era de semana…” yvolviendo a suplicarle que fuese que laenferma estaba en muy mal estado res-pondió que “no quería hir, y le diese la re-cadista mil ducados de renta en cada unaño que así estaría prompto para quandole llamase…” visto lo cual acudió al curaLezama quien le suministró a tiempo lossacramentos.

La relación sigue con barbaridades se-mejantes: “ahora seis años handando unhijo de un vecino de dicha Anteyglesia di-vertiendose con otros muchachos en lacampa de su yglesia le arrojó dicha Per-sona Privilegiada (Ignacio de Echavarri)

una piedra, y con ella le rompio la cavezay le hizo sangrar por ella…”.

Juan Antonio de Elguero era el admi-nistrador de los Echavarri, al tiempo quesu rentero en el molino de Urkullu. Su la-bor resaltaba en las juntas de ayunta-miento consiguiendo con el apoyo de susparciales y con sus gritos y amenazasparalizar cualquier decisión, no sólo lasdirigidas contra su amo, sino cualquierotra que no fuese de su gusto.

Cuando el cura y el administrador anda-ban juntos era cuando verdaderamente secrecían. Entonces alcanzaban momentostan logrados como el episodio que sigue.Se encontraba el oficial carpintero Manuelde Aranguren reparando el tejado de San-ta Águeda cuando se acercaron al lugar elpárroco y el administrador. Y viendo laconstrucción que se estaba llevando a cabo intercambiaron entre sí diversos pa-receres resultando que, al poco rato, deci-dieron pedir al oficial que alterase la formaque estaba dando a la obra por otra suge-rida por ellos. El carpintero al oir las pro-puestas que le hacían les dijo que no podíaejecutarlo de aquella manera, porque loque le proponían “era contra todo arte” yque de hacerlo como ellos decían se ven-dría abajo. Pero esas eran las ocasionesque ni Ignacio de Echavarría ni Juan Anto-nio de Elguero dejaban pasar sin dejarcumplida constancia de su prepotencia y,a pesar de las protestas del carpintero, leobligaron a cambiar el proyecto por el di-señado por ellos. Y así se hizo.

Poco después se hundió el tejado nue-vo y también los muros, dañados, amena-zaron con caerse.

El pueblo protestó de la intromisión deaquella pareja y algunos alzaron su vozpara pedir que las reparaciones se hicie-sen a cuenta suya, pero nada pudieroncontra el poder de aquella familia. De for-ma que hubo de practicarse una nuevasisa en el municipio para recomponer laavería.

Resulta tan histriónico que parece unpasaje sacado del Quijote, pero ésta erala triste realidad de Barakaldo hace 200años y fueron aquellas familias las que le-vantaron el palacio de Larrea.18

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LA CASA DE GOROSTIZA

Esta casa blasonada nos sirve de es-cusa en esta ocasión para acercarnos al apellido Castaños y a uno de los per-sonajes más célebres de Barakaldo, elalmirante Juan de Castaños2. Aunque, enhonor a la verdad, hay que decir que suestancia en el municipio fue mínima.

Varias líneas de la familia Castaños hanconstituido, o estado al frente, de algúnmayorazgo en Barakaldo. Originalmentetodas ellas descendían del lugar de Cas-taños, en el concejo de San Pedro de Gal-dames, donde se levantaba la casa deCastaños3. De todas ellas la más conoci-da es, sin duda alguna, la que deriva delcitado almirante. Relacionados con élexistieron dos mayorazgos barakaldeses(o con propiedades en Barakaldo): el ma-yorazgo de Castaños y el de Begoña.

El almirante Juan de Castaños dictó su

testamento en 1678 ante el escribano deBilbao Antonio de la Llana. En él daba po-der a su esposa, María de Taborga y Le-guizamón de Begoña, patrona única deBegoña, para que dispusiese de sus bie-nes y fuese ella quien nombrase al here-dero del mayorazgo y capellanía de Cas-taños que él fundaba.

María de Taborga testó en 1684, ya fa-llecido su marido. Las propiedades asig-nadas al mayorazgo fueron: “La casa deGorostizaga con todos sus pertenezidosde montes. La torre llamada de burseñaCon todos sus pertenezidos de viñaz y tie-rras de pan sembrar anbas sitas en la an-teyGlesia de Varacaldo Con el derecho depresentar benefizios y demas onores deConpatrono de dicha yglesia y las tierrasque andan juntos Con la dicha sesta par-te de diezmos…(roto) de los derechos delVarco del pasaje de tapia de la parte deVaracaldo. Los quales dichos Vienes fue la

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Casas en el Regato.

2 Castaños Beisagasti, Juan (n. 20-III-1604 fallecido hacia 1680), hijo de Juan y María Sáez. Casadocon María de Taborga Arroyos. Almirante General de la Armada de la Guardia de Indias desde 1650. Ca-ballero de Santiago. Patrón de Begoña.

3 De una de ellas descendía Juan de Castaños Salcedo, residente en Madrid, Secretario de Su Majes-tad en el Real Consejo de Ordenes, en lo concerniente a la orden de Santiago, según consta por el ex-pediente de genealogía que hizo en el año 1688 (A.F.B. Leg. 2222-18). De este expediente se extrae que,a mediados del siglo XV, eran dueños de la casa de Castaños en Galdames el matrimonio compuesto porSan Juan de Castaños y Leonor de Laya, y que a estos les sucedió su hijo Pedro de Castaños (de quiense incluye su testamento dictado en el año 1546), quien casó con María Sáez de Garay, y de cuyas nup-cias nacieron Pedro, Juan y María de Castaños. En el expediente citado consta que el postulante descen-día de este Juan de Castaños y Garay, de quien se dice que por falta de medios hubo de emigrar “comomuchos del Señorío en aquellos años”.

Voluntad del dicho mi marido y yo mandoy dispongo sean perpetuamente de Vincu-lo y mayorazgo…”4. Nombró heredera delalmirante a su hija María Josefa de Casta-ños y Taborga, y en su falta a las herma-nas de su marido (en este orden: Inés,Mari Cruz, Aparicia, María Pérez y Maríade Castaños5).

Al frente de la casa de Begoña y de supatronazgo en la basílica de Nuestra Se-ñora de Begoña quedó el caballero deSantiago Juan José de Castaños Taborgay Leguizamón de Begoña, quien tambiéntendría en Barakaldo la propiedad de unacasa con sus heredades, llamada “la casade Timbalet”. En el año 1721, la citabaasí: “…en la ante yglesia de Baracaldo yvarrio de Zubileta tocan, y pertenecen a

mi maiorazgo y vinculo perpetuo de Bego-ña, una casa y caseria con su Jurisdiciony antusano hasta el Rio que corre paraBurçeña a lindanes por ambos costadoscon casa perteneçiente a Don fernandode Sobrado vezino de dicha anteYglesiade baracaldo, y con la casa de Timbaletsita en el mismo Varrio…”6.

Como vemos, se trata de dos mayoraz-gos distintos. Ambos con propiedades enBarakaldo. El que nos interesa en este caso es el que heredó María Josefa deCastaños, y que como hemos visto com-prendía fundamentalmente la casa hoy díaaún existente en el barrio de Gorostiza, latorre de Burtzeña, el pasaje de Tapia yuna sexta parte de los diezmos de la an-teiglesia.

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Molino de Aranguren

4 A.F.B. Leg. 164-7, año 16845 En Barakaldo quedaron muchas familias emparentadas con el almirante por medio de sus hermanas

las cuales casaron así: Aparicia casó con Bartolomé de Castaños. Inesa casó con Aparicio de Tellitu Egus-quiaguirre. Mari Cruz casó con Marcos de Tellitu. María casó con Domingo de Mesperuza y, finalmente,María Pérez contrajo matrimonio en Portugalete con el escribano Pedro de Gordon. Entre los hermanosdel almirante queda noticia del capitán Martín de Castaños, un marino cuya fama debía ser más mereci-da que la de su hermano, aunque tal vez quedó oscurecida por el cargo que aquel ostentaba.

6 A.F.B. Leg. 1756-1, año 1721

En la casa de Gorostiza existe un escu-do con armas idénticas a las que lucieronen la torre de Burtzeña. En ninguno deambos casos recuerdan a la familia Cas-taños y esto es debido a los enlaces desus descendientes con familias que supe-raban ampliamente en títulos y propieda-des a esta. María Josefa de Castaños ca-só con Juan Antonio de Basurto y Barco,dueño de ingentes propiedades repartidaspor toda Bizkaia. De este matrimonio na-ció Juan Antonio de Basurto y Castaños,llamado a ser el heredero de los mayoraz-gos paternos y maternos, pero al fallecersin descendencia las propiedades recaye-ron en su hermana María Josefa Francis-ca Viviana de Basurto y Castaños, quienfue a casar a Villafranca, en Gipuzkoa,con Juan Raimundo de Arteaga y Lazca-no. Una idea de la posición social que tu-vieron sus sucesores queda reflejada enalgunos de los títulos que lucía su hijoJuan Raimundo de Lazcano: Dueño de lacasa y solar de Lazcano, villas de Con-trasta, Olibarri, Alda, Valle de Arana, villade Corres, torre de Cuzcurrita, patrono delas iglesias de Zumaya, Legazpi, Mutiloa,Idiazabal, Ataun, Lazcano, Olabarria, Zal-dibia…

Con la familia Castaños ocurrió algosemejante a lo sucedido con otras quegozaron en Barakaldo de gran cantidadde propiedades: a través de enlaces ma-trimoniales fueron agrandando sus ma-yorazgos, hasta tal punto que este muni-cipio se les quedó demasiado pequeñocomo para residir aquí. Los Coscojales,los Otañes, los Aranguren…, todos elloscargados con numerosos títulos de mar-quesados, eligieron la corte o las capita-les como lugar habitual para vivir. De Ba-rakaldo se acordaban únicamente cuandocobraban las rentas de sus casas y ferre-rías. Y de vez en cuando, como es el ca-so, volvían a recordar a este pueblo paracincelar en los muros de alguna de suscasas el escudo de armas que anunciasea los vecinos las “excelencias” de linajede aquellos que, desde fuera, les teníanalquiladas las tierras que trabajaban.

LA CASA-TORRE DE BEURKO

Mal llamada casa-torre porque en reali-dad se trata de un caserío semejante aotros muchos de los que debieron exten-derse en el pasado por todo Barakaldo.

La auténtica torre de Beurko se hallabasituada frente a la desembocadura delBallonti. La descripción correspondienteal siglo XVIII de sus propiedades es la si-guiente7:

“la casa y torre antigua de Beurco…”situada en el barrio de Beurko, que tienedependiente de ella otra casa “en la partede arriba de dicha torre con dos vivien-das” y un horno en la esquina.

La torre de Beurko tenía la huerta en sutrasera, lindando “por un costado Con elCamino Real por el otro a la viña de di-chas Casas su hondera al Juncal…” Juntoa esta huerta se hallaba una viña “con suhondera al Juncal y Cañas” y, al lado de laviña “la Heredad que se halla de Restrojopegante a la misma Viña y sitio que llamanel Astillero” Anexas a la torre se hallabanotras dos heredades, una de ellas “la He-redad que llaman de Bayube que se hallala metad de restrojo y la otra metad deMaiz” y la otra “un Huerto que llaman eldel fresno”.

Estas propiedades se completaban con“el varco de pasar gente que se halla en laRia y Canal de Beurco inmediato a dichatorre…”

Todas estas posesiones estaban agru-padas en un mayorazgo que, a finales delsiglo XVI, era propiedad de los Landaver-de pasando, desde comienzos del siglosiguiente, a los Anuncibay, y de estos alos Larrínaga-Sobrado.

La casa que actualmente se levanta aun costado del bidegorri se ajusta más aotra descripción. Es la siguiente: La casade Beurko, con una “heredad de sem-bradura de otros diez y seis celemines lla-mada la Rotura (…) una Arboledita en elvarrio de dicho Beurco junto a la fuentecuyas dos tercias partes pertenecen a lareferida casa…”8.

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7 A.F.B. Leg. 517-1, año 17558 A.F.B. Leg. 3439-2, año 1801

Esta casa que se acaba de nombrarfue propiedad de Francisco Xabier de Re-tuerto y Salazar, quien la contaba, junto alas casas llamadas de Bagaza, Zaballamayor y Zaballa menor, entre sus bieneslibres, porque tenía otros muchos sujetosa su mayorazgo de Salazar-Galindo.

Los dueños de la vivienda de quienesprimero tengo noticia son San Juan deRetuerto y su esposa María Sáez de Beur-ko, quienes vivían en ella a finales del si-glo XVI. Las heredó su hijo Domingo deRetuerto, quien casó con María Santa deRotaetxe, y de estos pasó a su primogé-nito Martín de Retuerto, el cual contrajomatrimonio con María Asencia de Canta-

rrana. El hijo y heredero de estos, Antoniode Retuerto casó, a finales del siglo XVII,con María Antonia de Larrínaga Anunci-bay. Fruto de este matrimonio nació Juande Retuerto quien casó con Margarita deSalazar-Galindo a quienes heredó el antescitado Francisco Xabier de Retuerto y Sa-lazar.

Posiblemente no sean más que nom-bres pero pueden ayudarnos a ir concre-tando algo más las características de es-ta casa y, a través de ellos, tratar de llegara situarla en el tiempo.

Gregorio BañalesInvestigador y profesor

del Instituto Dolores Ibarruri

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Casa-torre de Beurko.