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n Naufragio y llegada a Cartagena Conocedor de las epidemias de viruela en Santa Fe de Bogotá y de que había fallecido el médico Lorenzo Vergés, comisionado de urgencia para llevar hasta allí la vacuna, Balmis decidió dividir la expedición cuando estaban en Caracas. Nombró Director de la subexpedición a José Salvany que, junto al cirujano Manuel Ju- lián Grajales, el practicante Ra- fael Lozano, el enfermero Basilio Bolaños y cuatro niños como portadores de la vacuna se diri- gieron hacia el Virreinato de Nueva Granada. Éste compren- día territorios de las actuales Co- lombia, Ecuador, Panamá, Vene- zuela y regiones del norte de Perú y Brasil. El 8 de mayo de 1804 se sepa- raron de Balmis en Puerto Cabe- llo, dirigiéndose a bordo del ber- gantín San Luis, a la ciudad de Cartagena. Nunca más volverían a verse entre ellos, apenas cinco meses había durado la expedi- ción conjunta. Un primer con- tratiempo se produjo la noche del 13 de mayo, ya que el barco naufragó a las bocas del río Mag- dalena, cerca del pueblo de Ba- rranquilla. Los expedicionarios se vieron afectados por el acci- dente y viendo el riesgo que co- rrían, «desembarcaron precipi- tadamente en una playa desierta á barlovento de Cartagena». Es- tuvieron perdidos tres días, con los cuatro niños que llevaban desde Caracas para conservar el fluido. El incidente les había ale- jado del derrotero establecido por Balmis. Para retomar la ruta prevista tuvieron que atravesar «por el desierto a las Ciénagas de Santa Marta y desde allí a Carta- gena». La Subexpedición no su- frió pérdidas humanas pero sí materiales, sobre todo, ciertos instrumentos para la vacuna- ción. Tras ser socorridos, llega- ron al pueblo de Barranquilla donde colectaron dos niños más y reiniciaron su viaje. Salvany propagó la vacu- na en los pueblos de Soledad y Ba- rranquilla, llegan- do después hasta Cartagena donde fueron muy bien recibidos y vacu- naron a 2.000 per- sonas. Allí se creó una Junta de Vacu- na muy activa, pre- sidida por el Go- bernador y por miembros del Ayuntamiento. El Gobernador envió a las ciudades de Portobelo y Panamá un religioso con 3 ó 4 niños para propa- gar la vacuna y tam- bién escribió al Go- bernador de Río de la Plata enviándole instrucciones dadas por Salvany. Santa Fe de Bogotá Transcurridos dos me- ses, la expedición partió hacia Santa Fe de Bogotá el 24 de Julio, llevando 10 niños con ellos. De este modo, llegaron a la villa de Tenerife, donde vacu- naron a más de 100 per- sonas e instruyeron para mantener la vacuna. En la villa de Mompox des- cansaron algunos días y Salvany mandó a Graja- les y Lozano para pasar por Tunja y Vélez hasta reunirse con él en Santa Fe, trayecto en el que em- plearon cuatro meses. Mientras, Salvany y Bola- ños remontaron el río Magdalena, deteniéndo- se para vacunar a las po- blaciones ribereñas. En la villa de Nazele, les es- peraban 6 hombres y 2 muchachos enviados por la ciudad de Mede- llín para ser vacunados y llevar la vacuna a dicha ciudad. Luego pasaron por Honda, siguiendo su labor vacunadora. En esta ciudad Salvany tuvo que descansar, porque se encontraba aquejado de sus males, agravados en el as- censo de los Andes. Enterado de la enfermedad de Salvany, el virrey Amar se alarmó. Con miedo a que la vacuna no lle- gase a Santa Fe, por una po- sible muerte de Salvany, igual que había ocurrido con Vergés, les envió «un faculta- tivo y niños, con los demás socorros necesarios tanto para su curación como para que dicho facultativo se hi- ciese cargo de la conserva- ción del fluido si llegaba á morir Salvany». Sin embar- go, llegaron a Santa Fe el 17 de diciembre con dos niños que portaban la vacuna prendida y junto a Grajales y Lozano comenzaron las vacunaciones periódicas y a gran escala, estimándose que en febrero de 1805 ha- bía 50.000 vacunados. En- contraron un clima muy favorable para vacunar propiciado por la colabo- ración de las autoridades civiles y eclesiásticas. También pudie- ron descansar y reponer fuerzas. Durante su estancia en esta ciu- dad, Salvany conoció al médico, botánico, sacerdote, y matemá- tico José Celestino Mutis, que fi- gura entre los más destacados iniciadores del conocimiento científico en el Nuevo Mundo. Cuando se encontraron, Mutis llevaba más de 40 años en el con- tinente americano. Dos años an- tes de llegar los expedicionarios, había intentado en vano conse- guir la vacuna acuciado por la aparición de una mortífera epi- demia de viruela. Durante otra epidemia anterior, veinte años atrás, el propio Mutis revisó y amplió un texto titulado "Méto- do general para combatir la vi- ruela", en el que se aconsejaba el uso de remedios sencillos: cómo hacer para producir vómito, no tener acostado siempre al enfer- mo, airear la estancia, poco abri- go y baños de agua tibia durante las calenturas. «Se continuará...» José Tuells CÁTEDRA BALMIS DE VACUNOLOGÍA. UNIVERSIDAD DE ALICANTE Bicentenario Balmis Bicentenario Balmis Bicentenario Balmis Bicentenario Balmis Capítulo 20 / Balmis dividió la Expedición en Caracas, dirigiendo hacia América del Sur a parte de sus colaboradores: Salvany, Grajales, Lozano, Bolaños y cuatro niños vacuníferos iniciaron un periplo tan exitoso como cargado de peligros. Pueden hacernos llegar preguntas que intentaremos contestar en [email protected] La ruta del Sur (I) Gaditano, Mutis estudió medicina en la Univer- sidad de Sevilla e hizo prácticas en el Colegio de Ci- rugía de Cádiz, finalizando sus estudios en Madrid, donde por su relación con Virgili se quedó por un tiempo como suplente de la cátedra de anatomía del Hospital General de Madrid y perfeccionó sus conocimientos botánicos en el Jardín del Soto de Migas Calientes. En 1760 partió para América como médico particular del recién nombrado vi- rrey Pedro Messía de la Cerda. No volvió a España y quedó vinculado al continente americano, con- cretamente a Colombia. Allí se ordenó como sacer- dote y ejerció la medicina, aunque se le conoce más por su participación en la Real Expedición Bo- tánica del Virreinato del Nuevo Reino de Granada, promovida en 1783 por el arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora, que duró 33 años y produjo la excelente obra Flora de la Real Expedición Botáni- ca del Nuevo Reino de Granada: 1783-1816 que Mu- tis no vio publicada en vida. José Celestino Mutis (1732-1808) Cultura y Sociedad INFORMACIÓN DOMINGO, 16 DE JUNIO, 2019 77

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Page 1: Balmis La ruta del Sur (I) · 2019-07-11 · tico José Celestino Mutis, que fi - gura entre los más destacados iniciadores del conocimiento científico en el Nuevo Mundo. Cuando

n Naufragio y llegada a CartagenaConocedor de las epidemias deviruela en Santa Fe de Bogotá yde que había fallecido el médicoLorenzo Vergés, comisionado deurgencia para llevar hasta allí lavacuna, Balmis decidió dividir laexpedición cuando estaban enCaracas. Nombró Director de lasubexpedición a José Salvanyque, junto al cirujano Manuel Ju-lián Grajales, el practicante Ra-fael Lozano, el enfermero BasilioBolaños y cuatro niños comoportadores de la vacuna se diri-gieron hacia el Virreinato deNueva Granada. Éste compren-día territorios de las actuales Co-lombia, Ecuador, Panamá, Vene-zuela y regiones del norte dePerú y Brasil.

El 8 de mayo de 1804 se sepa-raron de Balmis en Puerto Cabe-llo, dirigiéndose a bordo del ber-gantín San Luis, a la ciudad deCartagena. Nunca más volveríana verse entre ellos, apenas cincomeses había durado la expedi-ción conjunta. Un primer con-tratiempo se produjo la nochedel 13 de mayo, ya que el barconaufragó a las bocas del río Mag-dalena, cerca del pueblo de Ba-rranquilla. Los expedicionariosse vieron afectados por el acci-dente y viendo el riesgo que co-rrían, «desembarcaron precipi-tadamente en una playa desiertaá barlovento de Cartagena». Es-tuvieron perdidos tres días, conlos cuatro niños que llevabandesde Caracas para conservar elfluido. El incidente les había ale-jado del derrotero establecidopor Balmis. Para retomar la rutaprevista tuvieron que atravesar«por el desierto a las Ciénagas deSanta Marta y desde allí a Carta-gena». La Subexpedición no su-frió pérdidas humanas pero símateriales, sobre todo, ciertosinstrumentos para la vacuna-ción. Tras ser socorridos, llega-ron al pueblo de Barranquilladonde colectaron dos niños másy reiniciaron su viaje. Salvany

propagó la vacu-na en los pueblosde Soledad y Ba-rranquilla, llegan-do después hastaCartagena dondefueron muy bienrecibidos y vacu-naron a 2.000 per-sonas. Allí se creóuna Junta de Vacu-na muy activa, pre-sidida por el Go-bernador y pormiembros delAyuntamiento. ElGobernador envióa las ciudades dePortobelo y Panamáun religioso con 3 ó4 niños para propa-gar la vacuna y tam-bién escribió al Go-bernador de Río dela Plata enviándoleinstrucciones dadaspor Salvany.

Santa Fe de BogotáTranscurridos dos me-ses, la expedición partióhacia Santa Fe de Bogotáel 24 de Julio, llevando 10niños con ellos. De estemodo, llegaron a la villade Tenerife, donde vacu-naron a más de 100 per-sonas e instruyeron paramantener la vacuna. Enla villa de Mompox des-cansaron algunos días ySalvany mandó a Graja-les y Lozano para pasarpor Tunja y Vélez hastareunirse con él en SantaFe, trayecto en el que em-

plearon cuatro meses.Mientras, Salvany y Bola-ños remontaron el ríoMagdalena, deteniéndo-se para vacunar a las po-blaciones ribereñas. Enla villa de Nazele, les es-peraban 6 hombres y 2muchachos enviadospor la ciudad de Mede-llín para ser vacunados yllevar la vacuna a dichaciudad. Luego pasaronpor Honda, siguiendo sulabor vacunadora. Enesta ciudad Salvany tuvoque descansar, porque seencontraba aquejado de

sus males, agravados en el as-censo de los Andes. Enteradode la enfermedad de Salvany,el virrey Amar se alarmó. Conmiedo a que la vacuna no lle-gase a Santa Fe, por una po-sible muerte de Salvany,igual que había ocurrido conVergés, les envió «un faculta-tivo y niños, con los demássocorros necesarios tantopara su curación como paraque dicho facultativo se hi-ciese cargo de la conserva-ción del fluido si llegaba ámorir Salvany». Sin embar-go, llegaron a Santa Fe el 17de diciembre con dos niñosque portaban la vacunaprendida y junto a Grajalesy Lozano comenzaron lasvacunaciones periódicas ya gran escala, estimándoseque en febrero de 1805 ha-bía 50.000 vacunados. En-contraron un clima muyfavorable para vacunarpropiciado por la colabo-

ración de las autoridades civilesy eclesiásticas. También pudie-ron descansar y reponer fuerzas.Durante su estancia en esta ciu-dad, Salvany conoció al médico,botánico, sacerdote, y matemá-tico José Celestino Mutis, que fi-gura entre los más destacadosiniciadores del conocimientocientífico en el Nuevo Mundo.Cuando se encontraron, Mutisllevaba más de 40 años en el con-tinente americano. Dos años an-tes de llegar los expedicionarios,había intentado en vano conse-guir la vacuna acuciado por laaparición de una mortífera epi-demia de viruela. Durante otraepidemia anterior, veinte añosatrás, el propio Mutis revisó yamplió un texto titulado "Méto-do general para combatir la vi-ruela", en el que se aconsejaba eluso de remedios sencillos: cómohacer para producir vómito, notener acostado siempre al enfer-mo, airear la estancia, poco abri-go y baños de agua tibia durantelas calenturas. «Se continuará...»

José TuellsCÁTEDRA BALMIS DE VACUNOLOGÍA.UNIVERSIDAD DE ALICANTE

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Capítulo 20 / Balmis dividió la Expedición en Caracas,dirigiendo hacia América del Sur a parte de sus colaboradores:Salvany, Grajales, Lozano, Bolaños y cuatro niños vacuníferosiniciaron un periplo tan exitoso como cargado de peligros.

Pueden hacernos llegarpreguntas que intentaremoscontestar [email protected]

La ruta del Sur (I)

Gaditano, Mutis estudió medicina en la Univer-sidad de Sevilla e hizo prácticas en el Colegio de Ci-rugía de Cádiz, finalizando sus estudios en Madrid,donde por su relación con Virgili se quedó por untiempo como suplente de la cátedra de anatomíadel Hospital General de Madrid y perfeccionó susconocimientos botánicos en el Jardín del Soto deMigas Calientes. En 1760 partió para Américacomo médico particular del recién nombrado vi-rrey Pedro Messía de la Cerda. No volvió a España

y quedó vinculado al continente americano, con-cretamente a Colombia. Allí se ordenó como sacer-dote y ejerció la medicina, aunque se le conocemás por su participación en la Real Expedición Bo-tánica del Virreinato del Nuevo Reino de Granada,promovida en 1783 por el arzobispo-virrey AntonioCaballero y Góngora, que duró 33 años y produjo laexcelente obra Flora de la Real Expedición Botáni-ca del Nuevo Reino de Granada: 1783-1816 que Mu-tis no vio publicada en vida.

José Celestino Mutis (1732-1808)

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