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BACCANO! VOLUMEN 13

BACCANO!

Volumen 13 2002 – SABBATH SANGRIENTO

Escrito por Ryohgo Narita

Ilustraciones por Enami Katsumi

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[UNA ENTREVISTA ESPONTÁNEA CON LOS MASK MAKERS]

Bien, bien… entonces, ¿de verdad estás tan interesado en nosotros? Supongo que no es estrictamente un secreto de todos modos.

Es cierto que somos un grupo de mercenarios, pero este tipo llamado Death es el único que en realidad tenía la ocupación de mercenario. El resto de nosotros somos más parecidos a una pandilla de rufianes. Sin habilidades administrativas; sólo un grupo de personas que saben cómo matar; en otras palabras, ¡una diminuta asociación que apenas y cumple los requisitos para ser una pandilla!

Pero, verás… tal parece que Death estaba enfermo. No le quedaba mucho tiempo de vida. Había estado diciendo cosas como «Me gustaría que alguien más fuerte que yo me matara», algo bastante poético viniendo de un tipo como él. Deseaba por lo menos morir en el campo de batalla. Nunca solía hablar de cosas como esa… Como sea, me alegro por él, parece que se cumplió su deseo.

Y es por eso que ya no contamos con ningún mercenario en nuestro equipo. Solía haber muchos de ellos hasta hace unos años, pero el antiguo jefe nos traicionó y se fue con varios de ellos luego de que su esposa falleciera a causa de una enfermedad. Desapareció en algún lado, ¡incluso dejo atrás a su hijo! ¡Jaja! ¡Qué tipo tan divertido!

Los únicos que quedamos aquí son los rechazados como yo. Aunque todos tenemos algo en común.

¡Y eso es el hecho de que todos amamos las películas y al jefe! ¡Gajajaja!

Ahora te entregaré a él. No sé si realmente seas un reportero como afirmas ser, pero fue un error matar a uno de nuestros compañeros solo para entrar a hurtadillas aquí.

Al Jefe no le gusta ese tipo de trabajo…

Pero te digo una cosa, creo que los empleados lo disfrutan bastante. ¡Gajajaja! ¡Qué buen botín!

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[INFORME DE UN REPORTERO DE DAILY DAYS SOBRE LA ORGANIZACIÓN ROJINEGRA]

Incomprensibles. Esa es mi honesta opinión sobre ellos, sobre «SAMPLE».

Adoran el “dolor” como su dios.

Pero, al mismo tiempo, tratan de librarse de su propio dolor.

Citándolos: «Dios no debe existir dentro de uno mismo».

Si eso no fuera lo bastante escalofriante, parece que realmente no sienten ningún tipo de dolor.

No sé desde hace cuánto tiempo existen, pero estoy seguro de que alguien está dirigiendo sus actividades.

Desde el punto de vista de la mayoría de las religiones en el mundo, ellos son un grupo que se clasificaría como un culto. A pesar de eso, estas personas no rechazan otras creencias. Si el creyente lo desea, puede tener múltiples fes a la vez.

De hecho, el 42° líder de «SAMPLE» practicaba las tres religiones principales del mundo, además de cultos y creencias locales…

En total se consideraba un creyente de setenta y tres religiones a la vez.

Él meramente ignoraba los ideales en conflicto y conservaba el propósito de esa organización: «Sigue tus deseos».

Viéndolo de esa forma…

Quizá para ellos, Dios no equivale al dolor…

Sino a la humanidad misma.

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[UNA LLAMADA DE ADVERTENCIA PARA EL COPYCAT]

Tal vez podríamos decir que ese plan suyo fue medianamente exitoso.

Invirtió una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en este incidente. Deseaba recrear los eventos que sucedieron en el Flying Pussyfoot, ¿correcto? Sylvie se encontraba en el papel de Natalie Beriam… ¿Nile o Denkuro tomaron el rol del Rail Tracer en su plan? En ese caso, ¿qué hay de Elmer? ¿Cuál era su papel?

…Ya veo, entonces Elmer era Elmer. Mi error, lo olvidé. Y usted era usted mismo.

¿Qué hay de Isaac Dian y Miria Harvent?

Si los excluyo a propósito, o a quienes jugarían sus papeles, entonces esa fue la falla crítica que condujo a que su plan casi fracasara.

Ellos son un factor tramposo, la rueda del destino. Son un rayo de esperanza para el bien y, al mismo tiempo, también son ese mismo rayo para el mal.

No debería haberlos eliminado del escenario si quería que este plan tuviera éxito. De hecho, debería haberlos convertido en su aliado.

Después de todo… Este punto me quedó muy claro de manera dolorosa durante el incidente de 1935.

-CONTENIDO-

PRÓLOGO V EL JOVEN PRESIDENTE DISFRUTA

CONVERTIR LOS NEGOCIOS EN ALGO

PERSONAL

12

PRÓLOGO VI LOS QUE RECHAZAN A DIOS

25

CAPÍTULO 04 LOS INMORTALES ESTÁN LISTOS

PARA UN VIAJE

48

INTERLUDIO IV 68

CAPÍTULO 05 EL JOVEN MAGO CREA SONRISAS A

TRAVÉS DE MENTIRAS

71

INTERLUDIO V 96

CAPÍTULO 06 EL VETERANO BERSERKER SE RÍE DE

LA DESESPERACIÓN

98

INTERLUDIO VI 129

CAPÍTULO 07 ENTRANCE Y EXIT SE ENCUENTRAN

EN UN SABBATH SANGRIENTO

131

EPILOGO II 221

PALABRAS DEL AUTOR 232

CAPÍTULO REMANENTE ~B~

234

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PROLOGO V [EL JOVEN PRESIDENTE DISFRUTA CONVIRTIENDO

LOS NEGOCIOS EN ALGO PERSONAL]

Permíteme contarte una vieja historia.

Una historia sobre “nuestros” orígenes.

Hace mucho, mucho tiempo, antes de la Segunda y terrible Guerra Mundial…

Hace mucho, mucho tiempo, incluso antes de la Primera Guerra Mundial…

Cientos de años antes que el héroe conocido como el Demonio de Corsica, o un caníbal como algunos lo llamaban, fuera coronado Emperador…

En una época donde Europa se vio arrastrada en un frenesí de batallas por la Guerra de Sucesión Española.

Ese es el trasfondo de esta historia.

¿Me prestarías atención?

Me escucharás, ¿no es así?

¿Estás escuchando?

Estás escuchando, ¿cierto?

Oh, gracias a Dios.

Me preocupaba que ya hubieras muerto.

Deseas vivir, ¿no? En ese caso, tienes que escuchar.

Se dice que nuestra organización fue creada a principios del siglo XVIII.

Cuyo origen se sitúa en una zona rural de Italia. Aunque se trataba de un lugar en medio del campo, seguía siendo una ciudad portuaria avanzada por derecho propio…

Supongo que ya te has dado cuenta. Se trata de esta mismísima ciudad en la que nos encontramos.

Oh, mi error. Ya no puedes ver.

BACCANO! 2002 – SABBATH SANGRIENTO ~LADO B~ Ryohgo Narita

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Qué tragedia. Me habría gustado que apreciaras algunas de las vistas que tenemos aquí.

Si deseas saber porque se creó esta organización, supongo que la mejor respuesta sería que nació de la persuasión.

En un principio el Mask Maker era un individuo.

Cuando una persona persuadió a un grupo de niños lamentables, el Mask Maker se convirtió en un monstruo. Como resultado de que un niño demente persuadiera a este individuo original, el Mask Maker se transformó de monstruo a bufón, y una vez que un segundo chico entró a la refriega, el bufón evolucionó a una organización.

No espero que entiendas todo lo que te estoy diciendo.

Tampoco es necesario que lo comprendas. Después de todo, esa no es la parte importante.

Luego de haberse convertido en una organización, los Mask Makers lentamente se infiltraron en la sociedad.

Sí. Quizá parezca una forma inusual de expresarlo, pero “infiltrar” es la palabra correcta. Cómo te explico…

Igual que un veneno.

Así es. Los Mask Makers eran un señuelo atractivo a la vez que un veneno letal. Tras infiltrarse poco a poco en la ciudad, comenzaron a reunir poder. No hay forma de saber para qué juntaron este poder. Esto se debe a que esas esperanzas y sueños iniciales lentamente se derrumbaron, dejando que solo el poder pasara a través de los años.

Hasta llegar a esta generación.

Poder adquisitivo, fuerza física, influencia… Reunimos estas cosas poco a poco y a escondidas.

La organización cambio y sus principios lentamente se transformaron; dejando solo el ideal de poseer poder como su eje.

Y el resultado de estos siglos de cambios… somos nosotros.

Este grupo que descubriste y seguiste…

Esta humilde empresa llamada los “Mask Makers”.

¿En cuanto a mí?...

¿Acaso necesito presentarme?

Creo que ya tienes un indicio de mi identidad.

Volumen 13 PROLOGO V

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Pero, entiendo.

Si deseas conocer si tus acciones tuvieron algún sentido…

Te contaré esto como un regalo de despedida.

Verás, te dije una mentirita en esta historia.

El Mask Maker en realidad dejo atrás algo más que solo “poder”.

Recuerdas que mencioné que el Mask Maker original era un individuo.

Dicen que el nombre de ese individuo era… Mónica.

Mónica Campanella.

Cuyo verdadero nombre era: Mónica Boroñal.

Así es, una mujer.

Solo tenía alrededor de quince años cuando se convirtió en la Mask Maker.

Aunque era la hija del ilustre clan de los Boroñal, perdió su nombre como castigo por un asesinato que no podía ser revelado al mundo.

La chica amaba a cierto chico y el individuo conocido como Mask Maker nació gracias a este chico.

Antes mencioné que el Mask Maker renació como una organización cuando ella cayó víctima de las persuasiones de dos chicos.

Al final…

Ella fue asesinada por la persona que amaba.

Asesinada.

¿No es absurdo?

¿Acaso mi ancestro no era una tonta?

Fue manipulada por el hombre que amó y al final fue asesinada por él.

¿Acaso mi ancestro no es un villano perverso?

Tuvo un hijo con la persona que lo amaba, la usó para sus propios fines y la asesinó sin piedad.

… Sí, así es.

Justo antes de morir, Mónica Campanella dejó atrás a un bebé.


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Esa línea sanguínea ininterrumpida ha sido pasada por generaciones, bajo la protección del poder de los Mask Makers…

Con el paso de las generaciones, el legado eventualmente llegó a este punto… a mí.

Luchino B. Campanella.

He aquí el resultado de haber rastreado a este humilde mago; finalmente has descubierto mi verdadera identidad.

¿Qué clase de persona soy? Esa es una pregunta sencilla.

Soy la clase de persona que hará que guardes silencio para siempre.

Por favor, no tengas tanto miedo…

Después de todo, ¿no deseabas saber esto?

Tú querías saber sobre mí.

Ojo por ojo. Desenterraste la verdad y ahora serás enterrado. Eso es todo.

Es muy desafortunado. Pensé que te había dado una advertencia bastante generosa.

No tengo ningún interés en ti.

Ya sea que seas algún reportero local, un integrante de una organización enemiga o estés relacionado con alguien que matamos en el pasado… Lo mismo sucede con tu propósito: curiosidad, negocios o venganza; no tienen significado alguno para mí.

Es una triste historia, pero tendrás que morir.

Por favor, no forcejees tanto. Solo sufrirás más si fallo el golpe.

Claro está, aun si quisieras, supongo que no puedes forcejear con los brazos, piernas y espalda rotos.

Permíteme mostrarte un truco de magia.

Aquí tengo un estilete.

Haré que su afilada y brillante hoja desaparezca en un instante.

Estoy seguro de que podrás descubrir el truco con mucha facilidad.

Es muy sencillo.

La esconderé dentro de ti.


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Así de simple.

Con esas palabras, apuñaló al hombre y lo asesinó.

Lo maté.

Se escuchó un ruido de algo que se hundía conforme presionaba la hoja dentro de la piel.

Lo maté.

La hoja atravesó el cuello del hombre hasta la parte superior de su cabeza. Luego, escuchó un golpe seco cuando algo se rompió dentro.

Lo maté.

La consciencia de la víctima ya había desaparecido antes de que pudiera oír el ruido.

Lo maté.

Un hombre, todavía lo bastante joven como para ser llamado un chico, sacó el estilete de la barbilla del cadáver, ajustó su agarre y dio media vuelta conforme se encogía de hombros frente a los hombres y mujeres reunidos en la habitación.

Lo maté.

—Les pedí que fueran rápidos con la limpieza.

Lo maté.

El chico, que parecía estar a unos cuantos años antes de los veinte, miró fríamente al cadáver y se giró con una expresión desinteresada.

Lo maté.

Se encontraba de pie en una habitación subterránea, lejos de la luz de sol.

Las luces fluorescentes rebotaban contra las paredes y piso de concreto, creando una atmósfera de frialdad.

Varios hombres yacían de pie frente al chico llamado Luchino. Ellos asintieron con la cabeza y se reunieron alrededor del cadáver de una forma exhaustivamente practicada.

El chico se marchó en silencio de la habitación, sin mirar el trabajo de limpieza.

Luchino B. Campanella.


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También conocido como “Rookie1”.

El representante de la organización llamada los Mask Makers y su integrante más joven y más prometedor.

En términos de edad, tenía la misma que Illness, pero ella había estado con la organización mucho más tiempo que él.

Él era tanto el jefe como un novato y más que expresar un desagrado por el apodo que le habían dado sus subordinados, el chico estaba feliz de que lo llamaran como quisieran.

En la superficie, los Mask Makers eran un equipo de mercenarios.

Desde luego, el verdadero rostro de los Mask Makers no era muy diferente. Si uno tuviera que definirlo, este lado oculto no operaba en lugares devastados por la guerra o en campos de batalla, sino en países en tiempos de paz. Recibían peticiones de asesinatos en lugares como Inglaterra o Japón.

En otras palabras, eran asesinos a sueldo organizados. Complementaban las habilidades individuales con el apoyo logístico y financiero, entraban a cualquier conflicto siempre y cuando se les pagara. No dudarían en cometer crímenes violentos si fuera parte de su trabajo.

Sus clientes incluían desde civiles hasta mafias y corporativos, y se guardaba en absoluto secreto los datos del cliente.

En realidad, nunca habían tomado ningún trabajo para su fachada como mercenarios. Esto se debía a que no poseían experiencia como mercenarios, es decir, como soldados.

No se trataba de una organización de asesinos eficientes. Sino de un equipo especializado en cometer crímenes, como delincuentes o la mafia, e incluso contaban con un equipo de alta tecnología.

Eran vagabundos que irían a cualquier lado y harían cualquier cosa para cumplir sus objetivos.

Al parecer habían estado trabajando con joyería de imitación y billetes falsos hasta hace unas décadas atrás, sin embargo el conocimiento de ese negocio se perdió. Sería imposible comenzar de nuevo ahora.

1 N. de la T. Rookie: en español sería “novato” o “principiante”, sin embargo, por ciertas cuestiones que se verán más adelante decidí dejarlo en inglés.


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Y el líder de esta violenta organización era este chico lleno de vida y cabello rubio. Pese a eso, sobre su rostro había una mirada despiadada que irradiaba una frialdad extremadamente gélida.

Como de costumbre se había encargado personalmente de quitarle la vida a un desdichado perseguidor, dejando atrás el cadáver ensangrentado con una expresión carente de emoción, como si trajera una máscara puesta.

Como de costumbre dejó a sus subordinados con la tarea de limpiar y disponer el cadáver.

Lo maté.

Como de costumbre salió de la habitación…

Lo maté. Lo maté.

Como de costumbre subió las escaleras…

Lo maté. Lo maté. Lo maté.

Como de costumbre entró al cuarto de aseo…

Lo maté. Lo maté.

Como de costumbre cerró la puerta del cubículo desde adentro…

Lo maté.

Y con su expresión fría de costumbre…

Vomitó en el inodoro como de costumbre.

—¡Agh!...

Lo maté.

Lo maté.

Lo maté.

Conforme los fluidos digestivos salían por su boca, comenzaron a brotar lágrimas en sus ojos y un sabor ácido y desagradable asaltó su lengua.

Lo maté.

Lo maté.

Lo maté.


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Las acusaciones silenciosas continuaron haciendo eco en su cabeza.

La voz siguió resonando como una maldición, amenazando con grabar el recuerdo de sus acciones en su mente.

Lo maté.

Lo maté.

Lo maté.

YO. LO. MATÉ.

Y con cada repetición, la voz le recordaba la sensación afilada pero profunda y extremadamente inquietante en su muñeca a medida que perforaba la garganta del hombre.

Y eso no era todo.

La incontable cantidad de personas que había asesinado, tal y como lo había hecho ahora… de inmediato regresaron a la vida en su mente todos esos rostros y voces llenas de resentimiento, atacando al chico.

Los maté.

Yo los maté-maté-maté-maté-maté-maté.

Tú Tú

Tú Fuiste tú Tú Tú

Fuiste tú Tú Tú Tú Tú

Tú Tú Fuiste tú Tú Fuiste tú Tú

Tú Tú Tú Tú

Tú nos mataste.

—Agh… Ugh…

Era como si sus intestinos se retorcieran.

Sin poder contenerse. El vómito volvió a surgir.

Una y otra y otra vez. Luego de hacer muchas veces lo mismo, incluso hasta que su estómago se quedó sin fluidos digestivos, el chico volvió a respirar con tranquilidad.

¿Cuántas veces vomité?

Luego de jalar la cadena del inodoro y salir del cubículo, sujetó el borde del lavabo y trató de recordar.


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Ocho… no, nueve veces.

Las acusaciones en su mente ya habían desaparecido para cuando contó este hecho, con una mirada glacial limpió sus ojos hinchados y rojos con un pañuelo. Permaneció inclinado sobre el lavabo varios minutos y una vez que confirmó que sus ojos ya no se encontraban enrojecidos, salió del cuarto de aseo.

—Hey. ¿Te sientes un poco mejor, Jefe? —dijo la silueta inclinada contra la pared afuera de la puerta.

—…Aging…

Se giró poco a poco para ver a la persona llamada Aging, en cambio ella se alejó de la pared y se dirigió hacia el chico. Con una altura de más de dos metros, Aging se elevó sobre Luchino.

Esta guerrera, que estaba aproximadamente a finales de sus veinte o principios de los treinta, tenía una apariencia joven y veterana al mismo tiempo. Aging soltó una carcajada y habló con su Jefe.

—¿Este trabajo sigue siendo difícil para ti? Por supuesto, Illness también vomita luego de matar personas.

—No sé de qué hablas. Si no tienes nada que hacer, ¿por qué no te vas a casa y te relajas? —replicó Luchino en un tono que no usaría un presidente, sino en uno más apropiado para un chico de su edad.

Aging soltó una carcajada efusiva, a pesar de su forma de hablar como un adulto de la tercera edad, el físico de Aging prácticamente emitía vigor y juventud. Los brazos que sobresalían por debajo de las mangas de su playera se encontraban casi al nivel del grosor de un fisicoculturista, pero no estaban formados de grasa, daba la impresión de que unos cables de metal color piel se habían unido hasta formar su brazo. Las piernas que salían de sus pantalones cortos lucían incluso más fuertes, su forma evocaba a las estatuas griegas.

La fisonomía se asemejaba a “El David” de Miguel Ángel con 50% más músculo, aunque había una diferencia crucial entre Aging y “El David”. El estampado sobre la zona del pecho de la playera de Aging se encontraba extrañamente distorsionada por un par de pequeñas colinas que poseían una piel más suave y flexible, contraria a las extremidades y abdomen cubierto de músculos. Sobra decir, Aging también carecía de algo que se encontraba en la parte inferior de “El David”.

La belleza gigantesca llamada Aging miró desde arriba al chico, el cual se encontraba apenas al nivel del pecho y soltó una risa efusiva.

—¡Gajaja! ¡No seas tan tímido! No te estoy diciendo idiota ni nada por el estilo. ¡Algunas personas pueden soportar llevar una vida dura, es solo otro estilo de vida!


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Después de todo, no puedo decir que sea algo bueno acostumbrarse a matar personas. De hecho, ¡diría que es bastante normal para alguien de tu edad en un país como este que lo encuentre difícil de hacer!

Considerando únicamente su silueta, daba la impresión de que estuviera usando algún tipo de traje de fuerza; sin embargo toda la ropa que llevaba puesta Aging era delgada. Aunque no se encontraba totalmente cubierta de músculos, se asemejaba a una muñeca hecha de tiras de neumáticos retorcidos.

A pesar de su rostro y físico dominante, Aging sonrió y cambió de tema.

—Como sea, ¿estás seguro de querer acompañarnos al crucero, Jefe? Lo mejor sería no hacer nada impulsivo, ¿sabes?

—No te metas en esto, Aging. Tengo que terminar este problema personalmente.

—Ese carácter firme que tienes es digno de alabanza pero, ¿y si algo te llegará a suceder?

—Si estoy en peligro, significa que los Mask Makers también están acabados —Fulminó con la mirada el Jefe a su subordinada. Aging se rió y respondió.

—¿Eso es algo que debería estar diciendo un Jefe? Da igual, ¿qué puedo hacer yo? Es tú decisión. ¡No me quejo! —Soltó una risa efusiva y prosiguió—. Dejando eso de lado, ¿qué haremos con el tipo que mató a Death? ¿Lo vengaremos?

—Si tú quieres, adelante. Pero si quieres usar los fondos de la empresa, tendrás que pagar y enviar una solicitud apropiada.

—Tampoco es como si tuviéramos el tiempo libre para encargarnos de asuntos personales como ese. No tengo intenciones de morir, pero estoy preparada en caso de que lo hagan otras personas, desde mis compañeros de equipo hasta yo.

—¿Te estás burlando de mí?...

En esta ocasión, Rookie miró adecuadamente a Aging a los ojos.

—Por supuesto que no. No quiero decir que involucrar sentimientos personales sea algo malo. ¡De hecho, creo que deberías sentirte libre de convertir los negocios en algo personal, siempre que no sea un obstáculo! ¡Tal y como puedes ver, estoy disfrutando al máximo de mi trabajo! ¿No me digas que piensas que es ineficiente involucrar tus problemas en el trabajo?

—No… —contestó el joven presidente desviando la mirada—. Nada de eso. Por desgracia, soy diferente a esas personas que creen que se pueden comprar los sentimientos y vidas de las personas con dinero. Claro está, es un talento por sí solo poder afirmar algo como eso directamente —El rostro de Luchino una vez más fue cubierto por una máscara de crueldad. La expresión de Rookie vomitando en el inodoro


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no se veía por ningún lado—. Vidas, la sensación de seguridad… Todos son activos que no puedes comprar con dinero.

—¿De verdad?

—Y haré cualquier cosa por esos activos —El chico se rió en voz baja, después se volvió a colocar la máscara del presidente de los Mask Makers—. Y este negocio lo es todo para mí. Es como si comprara productos con descuento de empleado… Fue por eso que usé mis propios fondos para comisionar a los Mask Makers un trabajo adicional en esta misión.

—Me sorprende que puedas odiar tanto a alguien sin siquiera haberlo conocido.

—…

—¿Nuestra misión esta vez no es “Capturar a los Inmortales”? Creo que eso va en contra de tus planes, Jefe.

Aging cuestionó tranquilamente a su empleador; en cambio el Presidente respondió con impaciencia.

—Todo lo que necesitamos hacer para su misión es atrapar a cualquiera de los inmortales. De acuerdo a la información, por lo menos habrá tres inmortales a bordo. No les importara si extermino solo a uno de ellos.

—¿«Exterminar»? Ave María, ¿eso es algo que debería estar diciendo un niño que vomita cada vez que mata?

—Cierra el pico, Aging. Ustedes “Las Cuatro Agonías” no son nada más que nuestras herramientas. No tienes el derecho de responderme y yo no tengo la intención de escucharte.

—A nuestro Jefe se le ocurren las mentiritas más lindas de vez en cuando.

Aging ni siquiera pestañeó ante la fría declaración del Presidente, meramente soltó una carcajada y se inclinó para estar al mismo nivel de la mirada de su Jefe.

—Si realmente nos consideraras tus herramientas, no te tomarías el tiempo de hablar con nosotros personalmente como ahora.

—…

—¿Por qué siempre tratas de actuar tan frío? ¿Sientes responsabilidad hacia el “linaje” que te heredó esta organización? ¿Para vengarte contra algún monstruo que nunca conociste? ¿O estás asustado que alguno de nosotros se haga cargo de la organización si muestras tu debilidad? ¿Crees que te matarán? ¿O es por auto-desprecio? ¿Falta de auto-confianza? O es-


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Estaban lo bastante cerca para que el aliento de sus hermosos labios llegaran hasta él. Podía sentir su respiración cálida sobre su rostro y sin darse cuenta Rookie desvió la mirada.

—Esta es una orden —Dio media vuelta como si tratara de escapar de ella y espetó una orden con ansiedad—. No veas a través de mí de esa forma.

Aging soltó una carcajada para sí misma conforme el presidente salía corriendo con palabras infantiles o de una madurez forzada.

—Olvídate de «ver a través», todo lo que veo es a ti haciendo alarde de todo.

¿O simplemente quieres que alguien te detenga?

¿Deseas que alguien te diga «No tienes por qué esforzarte tanto»?

—¡Gajajajaja!

La “herramienta” que era esta mujer, recordó lo que estaba a punto de decirle y continuó con su risa distintiva.

—Veamos… espero que estos tipos me mantengan tan entretenida como el Jefe.

Luego sacó varias fotografías de su playera y las miró.

Las fotografías lucían como si hubieran sido tomadas desde lejos y a escondidas. Varias personas habían sido enfocadas en particular y sus nombres estaban escritos por debajo de ellas.

Sobre la fotografía de un hombre con una extraña sonrisa se encontraba el nombre: «Elmer C. Albatross».

En la fotografía de un hombre usando una máscara tribal, de un origen totalmente diferente al de los Mask Makers, había un nombre corto que parecía más un seudónimo: «Nile».

En la fotografía de una mujer con un atractivo cabello plateado y tan fascinantemente hermosa que incluso Aging se encontró abatida, tenía escrito el nombre: «Sylvie Lumiere».

Sobre la fotografía de un hombre asiático con una apariencia tranquila, pero que daba la impresión de haber notado la cámara pues sus ojos parecían estar mirando directamente a Aging, hasta abajo estaba escrito el nombre: «Togo Denkuro»


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En la última fotografía, había una línea roja dibujada atravesando la garganta del sujeto, como en un intento cómico de señalar una decapitación.

La última fotografía no fue distribuida a los empleados. Aging la había sacado de la habitación por cuenta propia y eligió uno de los mejores garabatos para echárselo a la bolsa.

—No puede evitar seguir siendo un niño, ¿eh?... Y de entre todas las cosas que pudo haber hecho para actuar como un niño eligió esta.

Aging suspiró y miró el rostro del joven en la fotografía.

El hombre en la imagen poseía ojos perspicaces, como si pudiera ver a través de cualquier cosa y, el nombre escrito debajo…

Era el nombre de un terrorista que fue muy famoso en los Estados Unidos hace más de cincuenta años: «Huey Laforet».

—Um… No es realmente mi tipo, pero… —La mujer contempló la fotografía y murmuró para sí misma—. Tengo que admitir… sí se parece un poco al Jefe.

—Supongo que no es totalmente irrazonable que digan que este hombre es el ancestro del Jefe.


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Verano 2002

Era una iglesia bizarra.

Una docena de personas con extraños atuendos se encontraban reunidos en un aposento circular. Había tanto hombres como mujeres, así como jóvenes y ancianos de varias razas distintas. En este sentido, era muy similar a cualquier ceremonia dominical tradicional, sin embargo había algo claramente “raro” sobre la atmósfera que los rodeaba.

Todos en el aposento iban vestidos exactamente de la misma forma.

Los estilos de cada atuendo eran diferentes, pero saltaba a primera vista que todos eran variaciones de un mismo “algo”.

Esas vestimentas tenían algo en común, la combinación de colores rojo y negro. La chaqueta de un joven, el vestido de una mujer de veinte años, el impermeable de un niño, la capa de un anciano; todos estaban teñidos de rojo y negro.

El aposento no contaba con luces eléctricas y por esa razón la luz de la luna lo iluminaba desde arriba con gran resplandor.

En este silencio absoluto, quebrantado únicamente por la respiración de sus ocupantes…

Estas personas rodeaban un altar vacío formando un círculo. El altar era peculiar, pues era una pieza circular en medio del aposento. Allí las personas no rezaban ni se hincaban, meramente contemplaban el silencio desde sus posiciones cómodas.

Hasta que la luna alcanzó su máximo esplendor…

En cuanto la puerta al final del aposento se abrió, varios hombres y mujeres aparecieron, acompañados por cerca de una docena de niños.

El hombre a la cabeza de este grupo de alguna forma parecía un estudiante de ciencias recién salido del laboratorio.

La luz de la luna se reflejó en sus anteojos pedantes, ocultando sus ojos detrás del brillo. Sujetaba por un costado lo que parecía ser una carpeta y había múltiples bolígrafos asomándose por su bolsillo del pecho. No obstante, había una cosa que lo apartaba claramente de un técnico de laboratorio.

Su bata de laboratorio no era blanca.


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Al igual que el resto, su bata de laboratorio se encontraba totalmente envuelta por los extravagantes patrones de rojo y negro.

—¡Oh, me disculpo ante todos por esto! ¡No puedo creer que llegara tarde! El jefe final fue mucho más difícil de lo que creí. ¡Tuve que reiniciar más de cinco veces!

En un instante el hombre destruyó la atmósfera de serenidad en el aposento y caminó hacia el altar con una sonrisa despreocupada.

—¡Dios mío, los shooter2 hoy en día están hechos con tanta perfección! Percibir la exquisita sensación de irrumpir en medio de una tormenta de balas y, durante ese instante, ¡otorgarme el placer de haber conquistado a todo el mundo! Qué maravilloso. Un brindis por la tecnología de esos diseñadores de videojuegos japoneses y porque reconozco la derrota.

A medida que el hombre hablaba sin parar, para sí mismo o no, colocó la carpeta encima del altar.

Los niños que entraron junto con él se dispersaron por el aposento y varios adultos se alinearon a cada lado de él. En cada uno de sus costados se encontraba una mujer joven y junto a cada mujer había hombres de apariencia extraña. Uno era un hombre que tenía la complexión y apariencia de un gorila. Mientras que el otro vestía un sencillo traje negro, pero tenía el rostro cubierto de vendajes.

Este segundo hombre se veía más bizarro, por lo que resaltaba del resto. Los vendajes sobre su rostro no eran blancos, se encontraban teñidos de rojo y negro, al igual que las vestimentas de las otras personas en este aposento. De hecho, era difícil afirmar al 100% que incluso fueran vendajes en lo absoluto. Con su rostro y cuello meticulosamente cubiertos, el hombre también usaba guantes de piel color rojo en sus manos.

Este hombre de raza y edad indistinguible trajo un nivel completamente nuevo de anormalidad a este aposento ya de por sí extraño. Pese a eso, el joven con la bata de laboratorio rojinegra continúo parloteando sin una pizca de preocupación en su voz.

—¡Ahora bien! ¡Por favor, todos tranquilícense! Aunque, claro está, ¡yo soy el único que necesita tranquilizarse en este momento! ¡Discúlpenme! Pero verán, soy una persona muy introvertida, así que, pues, ¿cómo debería decirlo? ¡Es solo que estoy muy, muy, muy nervioso porque todos me están rodeando ahora mismo! Aunque eso no se puede evitar.

El joven acomodó sus anteojos y echó un vistazo alrededor, mas no se encontró con la vista de nadie. Mostraba una sonrisa despreocupada, pero la mirada en esos ojos que deambulaban sin duda alguna era sospechosa.

2 N. de la T. Shooter: aquí hace referencia al género de videojuegos de disparos, ya sea en tercera o primera persona: Halo, Call of Duty, por mencionar algunos. Como yo los conozco con ese nombre decidí dejarlo así.

Volumen 13 PROLOGO VI

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—Además, ¿saben qué? Pues. ¡El día de hoy contamos con una nueva integrante! Una joven dama. ¿Qué haré? Me pongo tan nervioso cuando hablo con mujeres. De cualquier modo, ¡todos demos una ronda de aplausos! ¡Hay que darle la bienvenida a nuestra nueva amiga, la señorita Rucott!

El joven alzó la voz como si tratara de cubrir su propia ansiedad.

La punta de su dedo apuntaba a una mujer solitaria, que había estado de pie con este extraño grupo de personas. La mujer, vestida igual que el resto de los integrantes de la reunión, dio un paso al frente con timidez y pensó para sí misma.

¿Qué rayos es esto?

Era un pensamiento lleno de confusión y desdén.

Un mes antes En algún lugar de Europa

La vida de Silis Artia, una empleada en una agencia de investigación privada, cambió para siempre cuando su jefe finalmente apareció y tocó su hombro de la nada.

—¿Una investigación encubierta?...

Mientras preguntaba tentativamente, su jefe asintió como si no fuera gran cosa.

—Sí. Es un poco molesto, se trata de una organización religiosa. Por lo visto tienen muchas cosas en común con algún culto antiguo.

No era una historia particularmente inusual. Después de todo, la agencia a la que pertenecía era en cierta forma diferente del resto, dependiendo de la paga estaban dispuestos a involucrarse en algunos trabajos especialmente peligrosos.

Habían obtenido información sobre la sórdida parte oscura de la sociedad antes. En ocasiones empleaban métodos ilegales para investigar a la mafia o a los políticos. La propia Silis había investigado pandilleros y grupos criminales. También contaba con algo de experiencia investigando grupos religiosos y hubo algunas ocasiones en las que sintió que su vida estaba en peligro.

No obstante, para ella la palabra “encubierto” le resultaba algo desconocida. Había otros colegas que hacían esa clase de trabajo, por eso no entendía porque la seleccionaron para esa tarea.


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A pesar de sí misma, Silis decidió preguntar a su jefe sobre los detalles.

—¿Un culto antiguo?... ¿Qué tan antiguo?

—Bastante antiguo. Cerca de unos trescientos años.

—¿Disculpa?

—Antes… ¿Fue en España o Portugal? Desconozco cuando empezó, pero había este extraño grupo religioso por todo Europa. No era tanto una religión, sino un grupo de herejes… En cualquier caso, no sé porque, pero un grupo de personas que claman haber heredado sus tradiciones de repente apareció. Los detalles se encuentran en los archivos —El Jefe le entregó a Silis un CD—. Dale un vistazo y me avisas si piensas aceptar el trabajo. No es algo que estaría dispuesto a imponerles para que lo hicieran.

El Jefe se marchó tras decir esas palabras.

Silis vaciló por un momento mientras contemplaba el CD. Sin embargo, se recordó a sí misma que con solo mirarlo no pasaría nada y lo insertó en su computadora.

Por consiguiente, ahora se encontraba de pie en esta inusual iglesia.

¿Se supone que sea alguna clase de broma?

La organización religiosa “SAMPLE”.

¿Se llaman SAMPLE3? Era un nombre tan extraño que Silis casi no lo encontraba divertido.

Al parecer la rama original de esta organización existió hace varios siglos en diversas partes de Europa. No es que las ramas se hubieran divido, sino que literalmente existían en lugares diferentes. Desconocían si las diferentes ramas mantenían contacto entre ellas. Lo único certero era que existían en aquella época y que sus integrantes de repente desaparecieron en un instante.

Durante la época de la Inquisición contra las supuestas brujas, este grupo era un hereje en el sentido más literal de la palabra.

Después de todo, separados del grupo religioso predominante, poseían filosofías y creencias totalmente diferentes.

3 N. de la T. SAMPLE: la palabra “sample” significa “muestra” o “prueba” en inglés. Cabe mencionar que Narita escribe la palabra en mayúsculas (incluso en las raws japoneses se ve claramente), dando a entender que podría tratarse de siglas. Sin embargo, no ha dicho mucho sobre el nombre. Por eso solo tomen esto como una pequeña nota curiosa y como justificación para que Silis considere el nombre extraño.


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No obstante, estas personas fueron consideradas herejes no solo por la gran religión que poseía dominio sobre el área en aquella época, sino por todos en el mundo y por la gran mayoría de las otras religiones también.

Asesinato de niños.

Probablemente este era el componente prototípico de las tradiciones de un culto clásico. Varias religiones albergaban doctrinas sobre el sacrificio de niños, pero en este caso, los niños que serían asesinados eran un poco diferente de los sacrificios.

Cuando leyó que los niños eran abusados por cuestiones religiones, Silis asumió que era con el objetivo de ser sacrificados; pero al parecer ese no era el caso.

No ofrecían la sangre y alma de los niños a un dios, a la naturaleza o algún poder mayor… Según los registros, ellos ofrecían la agonía del niño e idolatraban sus gritos de dolor o su muerte en sí.

Silis no podía comprenderlo.

¿Qué clase de religión llegaba a una conclusión como esa?

Aún más extraño era el hecho que el motivo para infligir dolor no se encontraba registrado detalladamente. Al parecer diferentes sectas poseían diferentes motivos. Los archivos indicaban que una secta afirmaba que «Comer la carne de un niño concedería la inmortalidad», algo que sonaba más inclinado hacia el ocultismo que a la religión.

De hecho, desde finales del Siglo XVII hasta principios del Siglo XVIII, el Vaticano envió una orden militar para diezmar una secta en particular, posiblemente la más grande de esos grupos.

Decía que esta secta participaba en los asesinatos de niños a fin de «Hacer que el niño asumiera todas las desgracias en el mundo». No se trataba de una idea del todo incomprensible, pero era difícil creer que dichos ideales se estarían llevando a cabo en una época donde incluso la Cacería de Brujas estaba llegando a su fin.

Pese a eso, no había forma de negar que algunos cultos todavía practicaban costumbres extrañas a la fecha. Al grado que las personas asesinaban a sus propios hijos cuando nadie los veía.

Esto era extraño desde el punto de vista de Silis, aun así lo más probable era que se considerara algo normal en la comunidad de este grupo.

Aun así… Esta religión de repente revivió por sí sola en la actualidad. ¿Qué está sucediendo?


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De acuerdo a la información, esta fe aparecía de súbito como en esta ocasión. Según una teoría, existía una matriz que había continuado durante todo este tiempo, con sus diferentes ramas surgiendo en el mundo exterior de vez en cuando.

Sin embargo, ¿este grupo en particular era la matriz? ¿O se trataba de solo una secta? ¿O acaso era un grupo de imitadores que se fundó tras haber descubierto los registros de un culto anterior?

La curiosidad de Silis picó.

Aunque, el mayor motivo para que ella aceptara este trabajo fue por la enorme suma de efectivo que darían como pago. Desde luego, esto fue parcialmente influenciado por el hecho de que no sintió peligro debido a su total incredulidad por este culto.

De esa forma fue como ella viajó al extranjero, se unió a este culto bajo el nombre de una extraña llamada Rucott Díaz.

Su misión era sencilla: el hijo del cliente, que se había unido a este grupo religioso, dejó de contactar regularmente a sus padres. Al cliente le pareció extraño y solicitó una investigación.

Sin una prueba de actividad criminal, la policía no intervenía en casos como este porque la víctima potencial había dado su consentimiento. Por este motivo el cliente pidió que investigaran para reunir evidencias sobre cualquier tipo de actividad criminal.

Cultos como este debieron de haber sido destruidos hace años.

Este grupo dogmatizaba abuso y asesinato infantil. Por lo general un culto de este tipo habría sido erradicado hace mucho tiempo, pero Silis pensó por un momento y se obligó a aceptar su existencia.

Si se trata de una creencia que revivió, supongo que ni siquiera la policía investigaría algo que sucedió hace tres siglos.

Además de eso, por lo visto no participaban en secuestros o acciones por el estilo, daban la impresión de ser más inofensivos que los satánicos de broma.

La información que Silis recibió de su Jefe no incluía datos sobre las actividades actuales del grupo. Tampoco parecía que vivieran en una comunidad cerrada, ni poseían restricciones sobre las fechas y lugares de reunión.

Casi parece un club escolar.

Silis, que había hecho contacto con este grupo un poco incrédula, desafortunadamente había omitido varios detalles.


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El primer detalle era que la información que había recibido de su Jefe era completamente correcta, pues su fuente era un informante profesional.

Este informante pertenecía a un grupo que podía obtener toda clase de información, incluso aquella que pasaba desapercibida, y esta era un claro ejemplo de eso.

Otro detalle fue que, debido a que este culto no tenía restricciones sobre las reuniones y la policía no estaba tras de ellos, tuvo la impresión de que era un culto conocido por la sociedad en general.

Una rápida investigación por internet le habría dicho lo contrario, ya sea los civiles o la policía, muy pocos conocían sobre este grupo. Ni siquiera el cliente, los padres del joven, sabían sobre el pasado o los orígenes de este grupo.

Todo este conjunto de información hizo que bajara la guardia. Los archivos no eran del tipo que usualmente se filtrarían para los curiosos. En otras palabras, el informante con el que trabajaba su compañía era demasiado habilidoso.

Además había otro detalle ajeno a Silis.

Su Jefe no logró cumplir con el pago adecuado para el informante. Por este motivo, el informante tampoco pudo dar información más detallada, la cual, una parte en específico, era de suma importancia.

«Esta organización es extremadamente peligrosa. Manténganse alejados de ellos si valoran su vida».

Una información que cambiaría la vida de Silis para siempre.

Sin ninguna forma de saber algo de esto, Silis jugó el papel de Rucott y soltó un suspiro profundo en su mente.

¿De verdad será algún club de niños?

Contactar a este grupo fue sorprendentemente fácil y la única pregunta que hicieron fue: «¿Quién te recomendó?».

Habían pasado tres días desde entonces y ahora sería capaz de encontrarse con el líder.

Dios mío, casi estoy asustada de que todo este marchando a la perfección. Un grupo así de fácil no debería representar un problema.

Burlándose de ellos en su cabeza, Silis respondió de manera educada al joven frente a ella.


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—Gracias… Estoy muy feliz de poder unirme a ustedes en esta fe.

—¡Oh, por favor relájate! No hay necesidad de que te sientas ansiosa aquí. ¡Puedes actuar como se te dé la gana! —El joven de anteojos soltó una risa tímida.

Por lo visto este hombre era quien estaba a cargo, aunque lucía más como un torpe asistente de laboratorio que cualquier otra cosa. Daba la impresión de que se estaba esforzando demasiado al usar la bata de laboratorio rojinegra.

Este sujeto no puede ser el líder… Supongo que es un secretario.

Aunque estaba un poco preocupada por el hombre gorila inhumanamente corpulento y el hombre con los vendajes, se encontraba solo un poco molesta por estas excentricidades.

En ese caso, lo más probable es que no sean muy diferentes a los grupos que tratan de actuar como satanistas.

Si bien esos grupos podrían volverse aterradores con la mezcla correcta de locura y devoción, el hombre de anteojos había matado por completo la atmósfera de este lugar.

En serio. Prácticamente parece que comenzaron como un club escolar.

Aunque con todos los niños y ancianos en el grupo, no parece que sea del todo cierto…

Pese a ese diminuto presentimiento molesto, el joven de anteojos desvió su mirada y empezó a hablar confiadamente.

—¡Me dijeron que la señorita Rucott creció en Inglaterra y su pasatiempo es hornear galletas! ¡Me encantaría probar unas algún día! ¡Jaja! —Aunque trató de animar a su audiencia, el hecho de que nadie lo veía a los ojos indicaba que su broma cayó en oídos sordos—. ¡Yo también puedo hornear galletas! Pero verán, es que, pues… Tengo miedo que otras personas las prueben. ¿Qué haré si dicen que no saben bien? Sea como sea… um, lo que quiero decir es que, eh… ¡Cierto! Te presentaré a todos, Rucott.

El joven forzó una risa, pero la habitación permaneció tan fría como siempre.

Qué idiota.

Aunque Silis se estaba burlando de él en su mente, se aseguró de que nada de esto se mostrará en su rostro.

—Jaja… jaa… ahem. Entonces, lo que trato de decir es que, pues. Rucott es-

Este sería un trabajo fácil. Silis reportaría que no hay nada de qué preocuparse sobre esta organización y buscaría algo de material para usar como chantaje con ellos por si acaso.

Silis suprimió una sonrisa, pero-


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Un segundo después, sintió que su rostro se petrificó de inmediato.

—Rucott es, pues… ¡Es verdad! ¡Rucott se graduó de la Universidad de Hillroam! Es un lugar bastante famoso. Yo soy de una universidad sin nombre, así que estoy muy celoso.

¿Qué?...

Rompió el hielo que cubría a sus pensamientos y volvió a considerar las cosas.

¿Qué acaba de decir?...

Recordar las palabras del joven no cambió su reacción.

La Universidad de Hillroam no era el alma mater de la mujer conocida como Rucott Díaz.

Sino el alma mater de la propia Silis.

—Luego de graduarse, de inmediato consiguió trabajo en las oficinas de San Crystelle. Se ganó la confianza de sus jefes tras encargarse de trabajos legales así como ilegales. ¡Sorprendente! No puedes comprar la confianza, eso es seguro.

El corazón de Silis comenzó a latir más rápido.

Su corazón latía como si fuera un tambor.

Sintió que su corazón subía hasta su garganta y estaba a punto de explotar.

Las oficinas de San Crystelle era el nombre de la agencia de investigación donde trabajaba. Había creado una vida falsa al comprar la identidad de alguien más e incluso creó un pasaporte con ese nombre.

Ellos… ¿se dieron cuenta?

Parecía absurdo.

No quería creerlo.

Silis tenía algo de orgullo en sus habilidades como profesional, incluso en asuntos de pasajes jurídicos confusos. Debería ser imposible que una organización de broma como está la descubriera.

Silis sintió que se le revolvía el estómago. El sudor se solidificó en su piel y se evaporó, enfriando todo su cuerpo. Gracias a que la baja temperatura de su cuerpo interrumpió el sentido del tacto, la única sensación que llegaba a la mente de Silis era la noción de que estaba temblando.

Pese a eso, su expresión no se cortó.


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Deben estarla probando.

Esta única esperanza la mantuvo adelante en su precario estado de ánimo.

—No sé de qué estás hablan-

Su intento por evadir tranquilamente el tema terminó fracasando. Ya que el hombre de anteojos la interrumpió, o mejor dicho, nunca escuchó lo que Silis estaba diciendo y no pretendía comenzar a hacerlo.

—¡Y no solo eso! ¡Está aquí de encubierto, totalmente sola, por un trabajo de esa oficina! ¡Qué alma tan valiente, adentrándose sin miedo a lo desconocido! ¡Una ronda de aplausos! ¡Demos a la señorita Rucott una ronda de aplausos de bienvenida!

Por un momento, una Silis confundida fue bañada en elogios y aplausos de adoración.

¿Eh?

Silis no entendía.

¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué estaban aplaudiendo? Nada de esto tenía sentido para ella.

Las personas la rodearon por todos lados y aplaudieron.

—Oh… —dijo sin querer, pero ella ni siquiera sabía lo que había tratado de decir.

¿Qué es esto?

¿Qué clase de broma es esta?

Comenzó a sentir como si todo el mundo era una broma. Quizá, al igual que Alicia, ella había caído a una especie de País de las Maravillas. Era como si hubiera sido invitada a una fiesta privada por un completo extraño, todo lo que podía hacer era permanecer de pie en estado de shock.

—¡Oh, cierto! Dije que te presentaría a nuestro líder el día de hoy. ¡Y te lo presentaré, te lo aseguro! Bueno, para ser exacto, en realidad soy yo.

—¿Disculpa?...

—¡Vaya! ¡Dijo «¿Disculpa?»! Qué aterrador. ¡Como lo pensé, las cosas más tenebrosas en el mundo son los seres humanos! ¿Decirle «¿Disculpa?» a un extraño?... Como sea, lo creas o no, soy Bride, el líder cuadragésimo tercero de SAMPLE. Es un placer conocerte.

—…

La máscara de serenidad de Silis se rompió cuando miró al hombre que se presentó como Bride.


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Lo contempló con una mirada entre miedo y duda, pero este joven no parecía un poco más que un asistente de laboratorio taciturno. No había nada carismático o similar a un líder en su apariencia.

—Supongo que “líder cuadragésimo tercero” es un poco vago. Podrías decir que soy el guía de nuestras enseñanzas. Nosotros no adoramos a un individuo en particular, incluso si el líder cambia no importa, ya que practicamos nuestra fe de acuerdo a las raíces de nuestro libro sagrado. Hablando de eso, nuestro libro sagrado se encuentra incompleto. En otras palabras, el líder prosigue contribuyendo a nuestra filosofía, independientemente de los cambios en el liderazgo. Te mostraré… —murmuró Bride en voz baja y colocó la carpeta que tenía junto a él sobre el altar.

Dentro de la carpeta estaban grabadas un sin número de palabras con letras pequeñas. A partir de la mitad, las páginas estaban en blanco. Al mirar con más detenimiento, las primeras páginas consistían de pergaminos. Mientras que las últimas eran de un papel más nuevo.

—Supongo que podrías decir que este libro sagrado es el objeto al que rendimos culto. Últimamente, algunos opinan que deberíamos ingresarlo a la computadora para que sea más sencillo transportarlo. ¿Qué piensas? Quizá seamos un grupo de hace tres siglos, pero, ¿no somos bastante progresistas? Desde luego, algunas de las religiones más grandes y antiguas ya tienen mucho tiempo utilizando los frutos de la tecnología. Qué envidia.

El hombre continúo parloteando. Silis no comprendía nada de lo que estaba diciendo.

¿La carpeta es el libro sagrado?

¿Por qué está en blanco a partir de la mitad?

No, ignoremos eso por el momento… ¿De verdad este medio idiota es el líder?

Silis trató de formar una pregunta en sus labios en medio de la confusión, sin embargo no podía organizar sus ideas; simplemente había demasiadas preguntas dando vueltas en su cabeza. Era incapaz de elegir cuál preguntaría primero.

Como si hubiera determinado su confusión, Bride sonrió y aplaudió.

—¡Ahora, me convertiré temporalmente en el líder!

—¿?...

—Demos gracias a los frutos de la tecnología —dijo Bride mientras miraba al techo. Luego extendió lentamente sus brazos de par en par y las mujeres a su costado tomaron cada una algo en sus manos.


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¡¿Jeringas?!

Se trataban de jeringas normales, del tipo que se usaban para las inyecciones de inmunización. En su interior había una especie de líquido transparente, combinadas, quizá equivaldrían a una pequeña botella de bebida energética en masa.

El hombre quitó las burbujas de aire de las jeringas con pericia y… clavó ambas a cada lado de su cuello al mismo tiempo.

—¡!

Silis soltó un grito silencioso. No obstante, el hombre de anteojos continúo tranquilamente con su inyección.

—Oh, por favor no te preocupes. Solo es dextrosa —Sonrió despreocupadamente—. Me temo que no puedo soportar ser un líder sin que mi cerebro este lleno de azúcar.

Los músculos en su cuello se tensaron cuando habló y las jeringas también se movieron un poco a su vez. La inyección terminó incluso antes de que Silis pensara que era peligroso, luego Bride sacó las jeringas y se las entregó a las mujeres a su lado.

—…

Entonces, dio media vuelta en silencio y caminó hasta el altar. Mientras Silis contemplaba la espalda del hombre, el cual se había quitado los lentes, se percató que la atmósfera en la habitación había cambiado por completo.

—Oh… Ooooooooh…

Bride inclinó todo su cuerpo hacia atrás conforme dejaba salir un lamento.

Silis podía escuchar como los huesos de Bride crujían.

—Oooooohhhhhhhhhhaaaaaaaahhhhhhhhh…

Los gritos de lamentos se detuvieron. Luego, Silis cayó bajo la impresión que el tiempo mismo se había paralizado al unísono.

Era frío.

El aire en el lugar era extrañamente frío y aterrador.

No es que la temperatura hubiera cambiado. Tampoco se trataba del aire acondicionado.

Silis no estaba temblando.

En palabras sencillas se trataba de una atmósfera absolutamente escalofriante.

Cuando miró alrededor, las sonrisas habían desaparecido de los rostros de las personas.


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No aparentaban estar ansiosos, pero había una misteriosa mirada fría en sus ojos, tanto en los adultos como en los niños.

Me equivoqué.

Por fin se dio cuenta.

Me equivoqué.

¡Tomé una terrible decisión!

Se dio cuenta que se había involucrado en algo que no debía.

Las personas que la rodeaban en definitiva no se habían reunido aquí para algo tan insignificante como un club escolar. Había algo muy “extraño” sobre ellos que los diferenciaban del mundo.

Su líder, ahora sin anteojos, lentamente dio media vuelta.

—Por favor… Permite que vuelva a presentarme.

Aunque tenía una sonrisa apuesta, sus ojos inexpresivos hacían parecer como si su rostro estuviera decorado con un par de canicas negras.

—Ugh…

Silis dejó salir un grito quedo. Había comenzado a perder su percepción de la realidad. El hombre frente a ella era el mismo joven tímido de antes, simplemente se había quitado los anteojos. A pesar de eso, tampoco seguía siendo la misma persona. Daba la impresión que sufría de doble personalidad, aunque solo se había suministrado una dosis de azúcar al cerebro.

—Bienvenida, antigua Silis Artia, ahora renacida como Rucott Díaz.

Pero era una persona diferente.

Ella quería pensar que se trataba de una persona diferente.

Las personas pueden perderse temporalmente. Pueden volverse locas.

Este hombre formaba parte de este último caso.

El joven con la sonrisa despreocupada se había quebrado por completo y sus pedazos se transformaron hasta crear una nueva figura. Fue un gran cambio que volvía casi imposible de creer que solo se había quitado sus anteojos.

Era como ver a un cubo de Rubik con los colores mezclados resolverse por sí solo en un instante.


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Se trataba de un cambio sencillo, del tipo que quizá vendría acompañado con el clic de un botón, y gracias a la cantidad de dos jeringas de dextrosa se había vuelto completo. Mejor dicho, parecía que todo el mundo a su alrededor había cambiado.

Lo que sobrecogía a Silis no era el miedo, sino la ansiedad.

La ansiedad de que acababa de ser transportada a otro mundo por completo. Ella fue presa del tipo de inquietud que se experimentaba cuando eras rechazada totalmente. Sin embargo, el mundo a su alrededor seguía existiendo por su propia cuenta, ignorando su aprieto.

—Pues bien… cantemos.

Bride extendió los brazos de par en par y cerró los ojos. Su palabras serenas y concisas, incomparables a su estado de antes, provocó que el cabello en la parte trasera del cuello de Silis se erizara.

La calidez había desaparecido de los otros creyentes en la habitación, reemplazada por una mirada tensa sobre sus rostros, producido no por el miedo o la inquietud, sino por el respeto.

¿Qué… está pasando?

El hombre ignoró por completo a Silis, alguien ajena a su “mundo”, y movió los brazos como si fuera un director de orquesta. En ese momento…

«Deja que la respuesta dentro de nosotros tema a la muerte»

Un sonido discordante comenzó a llenar la iglesia.

«Deja que el mundo dentro de ellos tema a la vida»

Estas voces no pertenecían a las personas alrededor de Silis.

«Teme a la muerte, teme a la muerte,

Teme a la vida, teme a la vida»

Pertenecían a los niños que habían entrado junto con Bride, a los niños que se habían retirado a la pared formando una fila.

«El cuerpo aceptara la muerte,

El corazón deseara la muerte,

El espolón del glorioso persistirá en la vida»


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Si mirabas de cerca todos los niños tenían audífonos en las orejas y sus ojos estaban cubiertos con vendas. Estos niños se encontraban eficazmente ciegos y sordos, con la única posibilidad de percibir sus alrededores mediante el tacto y el olfato.

Estos niños y niñas con voces entonadas cantaron esta melodía discordante.

«Templa el alma que será devorada,

Idolatra a la muerte,

Nuestro dios no existe,

Sin embargo, afirmaremos a dios»

Aunque Silis no podía sentir emoción en las voces de los niños, algo en ellos le recordó a un grito desesperado, y fue entonces que se dio cuenta.

Así es. Están gritando.

Estos son los gritos de los niños.

¿Qué sonido se estaba reproduciendo en sus auriculares? Silis no tenía forma de saber a esta distancia.

Los niños parecían tener sus manos atadas a la espalda. Sus pies estaban restringidos con pesadas cadenas, lo más probable es que sus manos estuvieran encadenadas de igual forma. Silis fue sobrecogida por la escena de esos niños y pronto se percató qué eran ellos.

Esos niños no iban vestidos en rojo y negro como los adultos. Portaban un blanco puro y prístino, como si sus ropas estuvieran hechas de plumas de cisne. Se trataba de un diseño simple, pero los trajes concedían una sensación de alegría a ellos. Por sí solos evocaban la imagen de ángeles, hadas o elfos como las que aparecían en las series animadas.

No obstante, esas fantasías habían sido corrompidas por la realidad.

Los niños atados no hicieron nada más que seguir cantando.

Cantaron esta melodía inexpresiva en un grito silencioso. Mientras tanto Bride movía con elegancia sus manos, como si estuviera dirigiendo esta canción escalofriante.

Ahora que Bride había acortado sus palabras, los niños meramente actuaban como altavoces que hablaban en su lugar.


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«La muerte es un vecino a temer,

Asimismo hay que temer a la vida,

Nuestro dios,

Proviene de nosotros,

Y retorna al vacío,

La angustia se concilia con la luz,

La infamia se conjuga con la oscuridad,

Meramente permanezco de pie frente al glorioso,

Y guio una sola hierba a mis labios,

Teme a dios,

Teme a ti mismo,

Apiadarse es-»

No… deténganse.

La ola de palabras arrastradas sumió a Silis en una niebla y comenzó a estrangularla.

¿Qué son estos cabrones?... ¡¿Cuál es su problema?!

Sus ideales eran claros.

Su malicia era aparente.

Los “creyentes”, que permanecían de pie entre Bride y los niños, escucharon la canción con miradas de euforia sobre sus rostros. No pasó mucho tiempo para que Bride bajara sus manos y, con ello, la melodía desapareció en un instante.

En ese instante, Silis vio algo. Notó que la expresión en la cara del “director” de esta canción era de una dicha inconfundible. Se trataba de una sonrisa de máximo júbilo, más grande incluso que una simple felicidad o satisfacción.

Bride lentamente cubrió su rostro con sus manos y agacho la cabeza, riendo. Silis consideró todo sobre él, cada uno de sus movimientos y cada una de sus palabras, como aborrecibles. Sin embargo, al mismo tiempo, ella comprendió.

Que su vida ahora estaba a merced de este mundo detestable.


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Por favor dime que esto es una mala broma.

No la habían lastimado.

No habían tomado como rehén a un ser querido.

No había sido testigo de una tragedia.

Solo la inquebrantable verdad que se había involucrado en algo que no debía.

Tenía la mirada fija sobre “algo” que apenas hace unos minutos honró con su presencia a este lugar. Sin embargo, este “algo” no era Dios ni el Diablo, solo un simple humano. Fue precisamente por esto que Silis le temía tanto a Bride.

La excentricidad infló su terror hasta el punto de quiebre. La atmósfera bizarra se tornó en algo sin forma e inundó en silencio toda la habitación.

Conforme el ambiente nebuloso envolvía a la habitación, Bride sonrió con tranquilidad y una vez más se acercó a Silis.

—En cuanto a nuestro veredicto sobre ti, Rucott…

Silis descubrió que estaba temblando ante las palabras de este hombre, el cual incluso había cambiado su forma de hablar.

Silis se encontraba totalmente paralizada por la atmósfera, entretanto Bride prosiguió con un tono grave.

—Tendrás que casarte conmigo.

—Uh… ¿?...

—Solo tendrás que soportarlo por un rato. Nos divorciaremos una vez que encuentre a la verdadera novia, luego serás libre de tener una muerte pacífica.

—¿?...

Una terrible emoción de confusión la arrolló como si fuera un camión.

Debido a la palabra “matrimonio”, algo que nunca habría esperado de un lugar como este.


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Y por la palabra “muerte pacífica” que siguió poco después.

Antes de que Silis pudiera poner sus ideas en orden, las cosas se volvieron aún más confusas de lo que alguna vez hubiera podido imaginar.

Hubo un ruido fuerte, como si hubieran lanzado algo a un lado, haciendo que Silis despertara.

Las puertas angostas de la iglesia se abrieron de golpe y un grupo de hombres entraron corriendo.

¡¿Qué?! ¡¿Ahora qué está pasando?!

Los hombres parecían ser originarios del Sudeste de Asia, o del Este de Asia, o quizá estaban muy bronceados.

Estos hombres de cabello negro con piel bronceada gritaron algo toscamente en un idioma que ella no comprendía. Desde luego, aún más perturbador que sus gritos eran los objetos en sus manos. En total, había alrededor de siete u ocho de estos intrusos. Uno de ellos portaba un hacha de mano gigantesca de casi la mitad de su propia altura. Mientras que casi la mitad del resto tenía armas más pequeñas con cuchillas y los restantes tres poseían cada uno revólveres negros que brillaban bajo la luz de la luna.

—Ah…

Silis soltó un grito mudo y se dejó caer tras una pila en un rincón del aposento.

En contraste, el grupo, incluyendo a Bride, se encontraba excesivamente sereno. Permanecieron de pie en silencio, mirando a los intrusos.

Al principio, los hombres parecían estar listos para una confrontación de gritos. Sin embargo, cuando vieron que el silencio perduraba entre las personas reunidas aquí, lentamente bajaron el tono de su voz y se miraron entre ellos.

Pese a eso, no parecían estar dispuestos a guardar sus armas. Uno de los hombres con revólveres comenzó a buscar a un objetivo potencial.

—Qué rayos… Por Dios…

—Estos hombres no son nuestros aliados —explicó Bride de pie junto a Silis con una sonrisa—. Tuvimos algunos percances con ellos antes. Ambos somos extranjeros en este país… Había esperado que nos pudiéramos llevar bien. Qué lástima.

Con un gesto compasivo de su cabeza, la sonrisa de Bride desapareció de su rostro.

Y tomando su papel como líder, dio una orden a los creyentes silenciosos.

—Chicos. Tal parece que a este ritmo seremos asesinados. Qué aterrador —dijo con una sonrisa como de santo, con una sonrisa que no albergaba malicia o avaricia.


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—Y considerando que no deseamos morir, debemos, es necesario-

Treinta minutos después

La escena resultante fue extremadamente extraña y horripilante.

Sin embargo, pasaría otro mes antes de que Silis pudiera repasar apropiadamente estos eventos en su cabeza. Esto se debía a que ahora había sido reducida a un cascaron tembloroso sobre el piso, como si fuera un cadáver con los ojos en blanco y sin alma.

Antes de que se diera cuenta, Bride la sacó lentamente de la iglesia. Habiendo perdido su actitud carismática de antes, Bride ahora se esforzaba por verla a los ojos mientras la cargaba y murmuraba.

—Eso del “matrimonio”, no es de la forma legal. Solo en términos de nuestra doctrina. Así que, um, pues. Tratemos de llevarnos bien.

—…

Silis había sido reducida al silencio y no estaba claro si todavía se encontraba consciente. Pese a eso, Bride prosiguió su conversación unilateral con ella.

—Verás, nuestra religión no niega el placer —dijo de súbito y señaló a las dos mujeres que caminaban junto a él, las cuales sacaran varias fotografías impresas—. Lo que trato de decir es, pues, eh… Me gustaría tener todo lo que quiera. Eso es lo que significa ser un humano después de todo. Um, por eso lo que trato de decir es… Señorita Rucott. Una vez que encuentre a la verdadera novia, tú serás, eh, te divorciarás de mí y te asesinaré para mantenerte callada. Por eso creo que quizá puedas morir feliz si sabes que clase de personas somos. Jaja.

Bride murmuró algo que habría puesto a Silis en máxima alerta si todavía estuviera en sus cabales y le mostró las fotografías.

La primera fotografía era de una mujer con cabello plateado que irradiaba una belleza fuera de este mundo.

—Ella es la señorita Sylvie. ¿No es hermosa? Ya siento como mi corazón se acelera. Supongo que parte del motivo es porque ella tiene más pero más, más, más años que yo —La siguiente fotografía era de una chica con apariencia enfermiza—. La próxima candidata es más joven que yo… Al parecer se llama “Illness”. ¿No es un nombre extraño? Escuché que era una distinguida sacerdotisa de otra rama, aunque esa rama fue destruida. Supongo que en ese caso el nombre no le queda tan mal…

Bride cambió al siguiente grupo de fotografías. Eran de hombres de diversas razas.


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Un hombre asiático de ojos rasgados.

Un hombre de piel oscura usando una extraña máscara.

Un hombre joven con una sonrisa sincera.

Un hombre joven de cabello negro, ojos dorados y una mirada penetrante. Un hombre alto con anteojos, un hombre demacrado con barba y otros más, había una variedad de personas.

—Ya que estas personas son hombres, no son candidatos para ser novias. Aunque debemos protegerlos pues actualmente son considerados dioses —Luego escogió una de esas fotografías y comenzó a mascullar alegre—. Oh, cierto. Este de aquí. ¡Este niño! ¡Esta criaturita! En cierto sentido es incluso más importante que la novia.

—…

—No sería una exageración decir que cumple con cada uno de los requisitos. ¡Este niño sería un dios perfecto para nosotros! ¿Cuál era su nombre?… Ah… ¡cierto! ¡Czeslaw! ¡Dijeron que su nombre es Czeslaw Meyer!

Bride acostó a una Silis aletargada en el asiento trasero del vehículo estacionado afuera de la iglesia. Detrás de Bride estaba de pie el hombre vendado.

—Oh, ¿te vas tan pronto? Muy bien. Entonces, te veré en el mar.

El hombre vendado asintió ante las palabras extrañamente amistosas de Bride y tomó asiento en la parte trasera de otro vehículo. A medida que el automóvil se marchaba, el “líder” miró alrededor en silencio. Los otros integrantes del grupo ya se habían cambiado de atuendo. Usaban ropa sencilla mientras regresaban a sus propios hospedajes uno por uno.

El joven líder de este grupo trató de reconfortarse a sí mismo.

—Bueno… ha pasado un tiempo desde que tuvimos un servicio a gran escala. Estoy un poco nervioso sobre ser el líder, pero… Está bien. Puedo hacerlo. Yo puedo-eh… Confiaré en el poder de la dextrosa.

Tomó asiento en la parte trasera del vehículo con una risa auto-condenatoria y habló con la mujer en el asiento del conductor.

—Primero vayamos a ver a Orihara para devolverle la llave. Me gustaría agradecerle personalmente ya que parece que se hará cargo de eliminar los cadáveres por nosotros como un servicio extra.

Echó un vistazo por la ventana a los edificios que pasaban fuera del vehículo y se rió cuando vio el Edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio.


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—En qué país tan asombroso estamos. Hay salas de videojuegos por todos lados.

—Espero que el servicio sobre el crucero termine tan bien como uno de mis videojuegos.


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Cierto día de agosto, 2002 En el puerto de Yokohama

—¡Es el océano!

A pesar de haber sido un adulto desde hace muchísimo tiempo, el joven que gritó esto con los brazos extendidos estaba realmente emocionado de estar allí.

—¿No es asombroso? ¡El océano es tan vasto! ¡Es el mejor! Dicen que tener un gran corazón es como el océano, aunque probablemente no se refieran a la cantidad de bondad que estás dispuesto a dar; ¡sino a tener un corazón tan vasto que los pequeños detalles no te molestan! ¡Por eso todos hay que sonreír!

Conforme el hombre gritaba cosas irracionales, cada uno de sus compañeros de viaje dijo con incredulidad.

—Te estás riendo. Del mar. ¿Acaso tratas de anunciar tu idiotez?

—Solo para aclarar. El océano te aceptará sin rechistar, así que siéntete libre de convertirte en comida para peces.

—¿Mencionaste que las trivialidades no molestan al océano, maestre Elmer? Tales afirmaciones solo dañaran al medio ambiente.

El joven asintió y respondió a las tres conversaciones diferentes.

—Lo sé, lo sé. Como sea, el océano es genial.

—Solo para aclarar. Escucha lo que dicen los demás.

—Lo hice, pero te ignoré.

— Solo para aclarar. Muérete, Elmer. No, yo mismo te mataré.

Un hombre de piel oscura que portaba una máscara que parecía haber salido de un festival de Sudamérica o del Sudeste Asiático sujetó al hombre llamado Elmer con una mano y lo apretó con todas sus fuerzas.

—Sigues siendo muy quisquilloso, ¿eh, Nile?... ¡Gaaak!

La mujer de cabello plateado que los acompañaba sonrió con aire de disculpa y acomodó su cabello hacia atrás, mientras observaba el rostro morado del hombre mejor conocido como Elmer C. Albatross.

Un poco más lejos de ellos, un hombre asiático contemplaba la cautivante silueta de Sylvie y murmuró para sí:

—Qué encantadora belleza…

Capítulo 04 LOS INMORTALES ESTÁN LISTOS PARA UN VIAJE

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—¿Um? ¿Dijiste algo, Denkuro?

—N-no. No fue nada, señorita Sylvie.

Denkuro desvió la mirada, mientras que Sylvie ladeó la cabeza confundida, pero se convenció que había oído mal y regresó a mirar el océano.

Las cuatro personas eran de diferentes razas y edades. Desde luego, el tema de la diferencia de edad era, en cierto sentido, solo una banalidad. Después de todo, los cuatro pertenecían al mismo grupo de edad, considerando el hecho de que todos ellos tenían más de trescientos años.

Elmer C. Albatross.

Nile.

Sylvie Lumiere.

Tougo Denkuro.

Había dos puntos claves que unían a estas personas.

El primero era que todos cruzaron el Océano Atlántico en un barco por el año de 1711.

El segundo era que ellos cuatro poseían el atributo físico especial de la inmortalidad.

Desde el momento en que bebieron el vino conocido como el “Elixir de la Inmortalidad” sus cuerpos se transformaron en algo humano pero inhumano.

Eran inmortales cuyos cuerpos podían sanar cualquier tipo herida e incluso evadir la muerte. Si una sola gota de sangre llegaba a separarse del cuerpo, se retorcía como si tuviera vida propia hasta regresar a su origen. Sin embargo, al mismo tiempo, el cuerpo seguía pasando por los procesos metabólicos normales; se trataba de una habilidad bastante conveniente.

De las aproximadamente treinta personas que obtuvieron inmortalidad en ese barco durante 1711, en la actualidad solo restaban un tercio de su número original. Otros adquirieron la inmortalidad en los años siguientes, pero no se contabilizaban dentro de la cantidad original.

Los inmortales solo podían ser asesinados por otros inmortales.

Para lograrlo un inmortal tenía que colocar su mano derecha sobre la cabeza de otro inmortal y pensar: «Deseo devorarlo». Acto seguido, el cuerpo y conocimiento del objetivo sería absorbido por completo por la persona que lo devoró.


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No estaba claro a dónde paraba la masa física de una persona devorada. Una persona alegó que el cuerpo se convertía en la gran cantidad de energía necesaria para transferir los recuerdos, sin embargo ya había pasado mucho tiempo desde que ese inmortal fue devorado.

Aunque parecía que los inmortales vivirían su eternidad con miedo y desconfianza entre ellos, estos cuatro por lo visto eran excepciones.

Gracias a otro inmortal, Maiza Avaro, el mes pasado Elmer y los demás finalmente se reunieron con Denkuro, el último de sus compañeros inmortales. Maiza había regresado a Nueva York con otro inmortal, afirmando que ya había conseguido lo que se había propuesto hacer. A pesar de eso, Elmer y el resto permanecieron en Japón para disfrutar de sus días de paz.

Sin embargo, no se movían en grupo. Cada uno se quedó en Japón por sus propios motivos. Elmer frecuentaba salas de videojuegos y tiendas de juguetes, alegando «¡Los juegos japoneses son los mejores!», habiendo estudiado el idioma a través de los videojuegos, ahora se encontraba en un punto donde podía terminar una novela visual japonesa por cuenta propia.

Pero había una razón en particular para que estos cuatros se hubieran reunido de esta forma.

—En serio, ¿qué estará planeando Huey? —murmuró Sylvie y examinó el folleto en su mano.

El folleto, el cual parecía un pasaporte de piel excesivamente opulento, en realidad era un pase de abordar para un crucero trasatlántico de lujo.

Huey Laforet.

Era uno de los inmortales sobrevivientes de 1711. En algún punto, fue un infame terrorista en los Estados Unidos de América. Escucharon que había sido arrestado durante los años de 1930, pero ninguno de los cuatro tenía alguna idea de lo que pudo haberle sucedido después de eso.

A pesar de eso…

Varias invitaciones inesperadas llegaron a esos cuatro, quienes habían estado llevando su propia vida en Japón.

Boletos para un crucero trasatlántico de lujo enviados bajo el nombre de “Huey Laforet” junto con el mensaje: «Volvamos a encontrarnos en los mares».

—Seré franca. No entiendo que se supone que sea esto.

En un principio Sylvie pensó en romper el boleto en pedacitos, pero decidió consultar con los otros tres primero por una preocupación persistente en su mente. Tras haber discutido el tema con los otros que recibieron la invitación, todos se convencieron en

Capítulo 04 LOS INMORTALES ESTÁN LISTOS PARA UN VIAJE

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aceptar gracias a un comentario medio en broma de Elmer: «Si realmente son de Huey, recibiremos otra invitación si la ignoramos. Tendremos una nueva todos los días».

Mientras estaban ocupados con cosas como los documentos de inmigración, Sylvie y el resto nunca tuvieron la oportunidad de comprender la parte más importante: qué clase de crucero era Exit.

—Había oído que se trataba de un crucero lujoso, pero nunca esperé que fuera tan lujoso —murmuró Sylvie con incredulidad. Estaba mirando un objeto oscuro por el rabillo del ojo.

Este objeto anclado al gigantesco muelle del puerto de Yokohama se veía más que cualquier otra cosa “fuera de lugar”.

En términos de pura escala combinaba elegancia, lujo, esplendor y majestuosidad; pero su incongruencia era lo primero que se venía a la mente.

El crucero trasatlántico de lujo: Exit.

Se trataba de una fortaleza marina que parecía un complejo turístico convertido en un castillo flotante.

Pertenecía a una de las mejores líneas de cruceros del mundo, nacida de una coinversión entre compañías de Estados Unidos y Japón.

Era una nave colosal, repleta con cada uno de los lujosos posibles sobre el mar. Se trataba de un crucero especial que albergaba una bodega lo bastante grande para dar un paseo en automóvil. Habiendo sido sede de exposiciones internacionales de juegos y eventos similares, Exit era, en cierto sentido, mejor conocido como un salón de eventos que un crucero.

Además, había una cosa más inusual sobre este barco.

Su barco hermano: Entrance.

Tenía un barco gemelo con un diseño idéntico. Los dos cruceros fueron nombrados Exit y Entrance, bajo el trasfondo de la “Salida de la Realidad” y la “Entrada al Paraíso” respectivamente.

Esta característica especial se aprovechaba en gran medida durante el evento de “Reunión” que ocurría cuando navegaban por el océano Pacífico o el Atlántico. En el


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instante en que los dos barcos se cruzaban a una distancia visible, disparaban fuegos artificiales para bendecir el viaje del barco hermano.

—¡Esto es increíble! ¿Qué pasará cuando el barco negro y el barco blanco se acerquen? Quizá se verá como uno de esos símbolos del yin y yang; o como un pingüino emperador. ¿Qué pasa si invocan algo?

—Um. Este preferiría que algo como eso no sucediera —contestó Denkuro.

Sylvie miró el casco del crucero.

Los cruceros hermanos poseían un diseño idéntico, pero había una gran diferencia entre ellos: sus colores.

En contraste a la capa de pintura blanca que evocaba a un cisne de Entrance, Exit estaba pintada de un negro azabache. Si todas las luces se apagaran, sería difícil de ver en medio del mar nocturno.

Un barco de un solemne y magnífico negro y su elegante hermana blanca.

Sylvie nuevamente leyó las dimensiones del crucero sobre el pase de abordar. Tenía trescientos seis metros de largo, cincuenta y cinco metros de alto, y cincuenta y dos metros de ancho. Debido a la bodega y al salón de eventos, la capacidad era relativamente pequeña en comparación a otros cruceros de ese tamaño. A pesar de eso, todavía podía albergar a más de doscientos mil quinientos pasajeros y a más de mil integrantes de la tripulación.

—Incluso tienen salones de belleza… Me gustaría ir, pero probablemente sean muy caros… —murmuró Sylvie. Por lo visto se sentía más y más intranquila, pues una vez más se dirigió hacia Elmer—. Hey, ¿en serio está bien e

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