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1 BEATIFICACIÓN Sevilla, 18 de septiembre de 2010

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B E A T I F I C A C I Ó N Sev i l l a , 18 de sep t iembre de 2010

2

ARCHIDIÓCESIS DE SEVILLA

Solemne Eucaristía

Presidida por su Excelencia Reverendísima el Arzobispo Prefecto de la Congregación

para las causas de los Santos

Angelo Amato Enviado del Santo Padre Benedicto XVI para la Beatificación de la Sierva de Dios

Madre María de la Purísima Superiora General

de la Compañía de las Hermanas de la Cruz

18 de Septiembre de 2010 SEVILLA

3

I RECEPCIÓN DEL SR. PREFECTO DE LA

CONGREGACIÓN PARA LAS CAUSAS DE LOS SANTOS

4

ACTO DE RECEPCIÓN

Canto inicial

Mientras el Sr. Prefecto hace su entrada en el Estadio el coro y el pueblo cantan: Christus vincit, Christus regnat, Christus, Christus ímperat. (Benedicto Sexto Decimo,) Summo Pontífici et universáli Papæ pax, vita et salus perpétua. Christus vincit, Christus regnat, Christus, Christus ímperat. (Angelo) Reverendíssimo Epíscopo et omni clero ei commísso pax, vita et salus perpétua. Christus vincit, Christus regnat, Christus, Christus ímperat. Témpora bona véniant, pax Christi véniat, regnum Christi véniat. Christus vincit, Christus regnat, Christus, Christus ímperat.

Bienvenida

Luego el Sr. Arzobispo de Sevilla dirige unas palabras de bienvenida al Sr. Prefecto.

Después se dirigen todos a la sacristía. Mientras tanto se canta: Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo un solo Dios y Padre. Llamados a guardar la unidad del Espíritu por el vínculo de la paz, cantamos y proclamamos: Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo Un solo Dios y Padre.

5 Llamados a formar un solo cuerpo en un mismo Espíritu, cantamos y proclamamos: Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo Un solo Dios y Padre. Llamados a compartir una misma esperanza en Cristo, cantamos y proclamamos: Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo un solo Dios y Padre.

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III CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA

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RITOS INICIALES

Procesión de entrada

Reunido el pueblo, se inicia la procesión hacia el Altar del modo acostumbrado.

Mientras tanto se interpretan los cantos de entrada.

Cantos de entrada

Llegados al altar, y hecha la debida reverencia, se dirigen todos a su respectivo lugar.

Empuñemos firmemente Empuñemos firmemente la antorcha de la fe. Fe que nos lleva a descubrir la verdad, fe que valora las cosas mirando a la eternidad, fe, que nos hace buscar los bienes que son de arriba, fe que no cuenta ni mide ni se contempla a sí misma. Empuñemos firmemente la antorcha de la fe. Fe que nos hace gozar cuando llega la renuncia. Fe que nos lleva a amar y buscar la vida oculta. Fe que descubre en la hermana la presencia del Señor. Fe que no se resiente y agradece la ocasión. Empuñemos firmemente la antorcha de la fe. Fe que nos lleva a un amor más fuerte que el natural. Fe, que trabaja y que lucha envuelta en la oscuridad. Fe, que sirve a los enfermos como lo haría al Señor. Fe que elige la pobreza, la humillación, el dolor. Empuñemos firmemente la antorcha de la fe. Fe, que nos mantiene ecuánimes en tiniebla o claridad. Fe, que sigue valiente combatiendo hasta el final. Empuñemos firmemente la antorcha de la fe.

Reunidos en el nombre del Señor Reunidos en el nombre del Señor,

8 que nos ha congregado ante su altar, celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad. Celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad. 1. Tú, Señor, das sentido a nuestra vida, tu presencia nos ayuda a caminar, tu Palabra es fuente de agua viva que nosotros, sedientos, a tu mesa venimos a buscar. 2. Purifica con tu gracia nuestras manos, ilumina nuestra mente con tu luz, que la fe se fortalezca en tu Palabra y tu Cuerpo, tomado en alimento, nos traiga la salud.

Ciudadanos del cielo Ciudadanos del cielo, moradores de la Casa de Dios, caminamos hacia el Padre en el Señor, por el Espíritu. 1.- Caminamos hacia el monte de Sión, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial. 2.- Caminamos hacia las miríadas de ángeles, a la fiesta universal, a la asamblea de primogénitos inscritos en el cielo. 3. Caminamos hacia un Dios, juez universal, hacia los espíritus de los justos perfectos, hacia Jesús, Mediador de la Nueva Alianza.

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Invocación Trinitaria

El Sr. Prefecto: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

El pueblo responde: Amén.

Saludo Inicial

El Sr. Prefecto saluda a la asamblea: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

El pueblo responde: Y con tu espíritu.

Acto Penitencial

El Sr. Prefecto invita a los fieles al arrepentimiento: Hermanos y hermanas: El solemne Rito de la Beatificación pone ante nuestros ojos el valor de una vida totalmente consagrada a Dios.

10 Pidamos la sabiduría del Espíritu, para que podamos testimoniar, también nosotros, cuál es la esperanza a la que se nos llama. Para poder participar en esta Eucaristía revestidos con el hábito nupcial, reconozcamos con humildad nuestros pecados e imploremos de Dios su misericordia y su perdón.

Después de una breve pausa en silencio, hacen todos en común la confesión de sus pecados:

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

(Golpeándose el pecho) Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

(Luego se prosigue) Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

El Sr. Prefecto: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo: Amén.

Siguen las invocaciones Kyrie, eleison que canta la Schola alternando con el pueblo.

La Schola: Kýrie, eléison.

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El pueblo:

Ky-ri- e- * son. i-lé-e-

La Schola Christe, eléison.

El pueblo:

Christe e- lé- i-son.

La Schola: Kýrie, eléison.

El pueblo:

Ký-ri- e- * ** e- son. i-lé-

Rito de la Beatificación

Se aproximan a la Cátedra Mons. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, y el Postulador de la causa.

Petición del Arzobispo de Sevilla

El Sr. Arzobispo de Sevilla: Excelencia, como Arzobispo de Sevilla, he pedido humildemente a Su Santidad el Papa Benedicto XVI que se digne inscribir en el número de los Beatos a la Venerable Sierva de Dios Madre María de la Purísima Salvat Romero.

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Relato de la vida de Madre María de la Purísima

El Postulador lee algunos datos biográficos de la Sierva de Dios.

Fórmula de Beatificación

El Sr. Prefecto lee la CARTA APOSTÓLICA: Por mandato del Sumo Pontífice Benedicto XVI, ahora damos lectura al texto de la Carta Apostólica en la que Su Santidad inscribe en el Libro de los Beatos a la Venerable Sierva de Dios Madre María de la Purísima Salvat Romero.

Todos se ponen de pie.

El Sr. Prefecto pronuncia la fórmula de Beatificación:

NNNNos acogiendo el deseo de Nuestro Hermano

Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo de Sevilla,

así como de otros muchos hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles,

después de haber consultado el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos,

con Nuestra Autoridad Apostólica, concedemos que la Venerable Sierva de Dios

María de la Purísima, religiosa,

de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz,

la cual, iluminada por la sabiduría de la Cruz, dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos

y a la educación cristiana de la juventud, de ahora en adelante pueda ser llamada BeataBeataBeataBeata y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y, según las normas establecidas por el Derecho,

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el 31 de octubre de cada año, día de su nacimiento para el cielo.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Dado en Roma, junto a San Pedro

el día…, de … del año del Señor 2010, sexto de Nuestro Pontificado

Benedicto XVI, Papa.

Canto de aclamación

Todos responden cantando:

Luego se descubre el cuadro de Madre María de Purísima y se traen en procesión las reliquias de la nueva Beata hasta colocarlar en su lugar en el Presbiterio.

Algunos fieles traen flores y cirios.

Mientras tanto se canta: ¡Alabanza, honor y gloria a Ti, Señor, que has manifestado tu bondad y misericordia en el alma de tu sierva Madre María de la Purísima! ¡Alabanza, honor y gloria a Ti, Señor!

Agradecimiento del Arzobispo de Sevilla

Mons. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo Metropolitano de Sevilla, da las gracias al Santo Padre:

Excelencia, como Arzobispo Metropolitano de Sevilla doy las gracias a Su Santidad el Papa Benedicto XVI por haber proclamado Beata a la Venerable Sierva de Dios Madre María de la Purísima.

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El Sr. Arzobispo de Sevilla, el Postulador intercambian el signo de la paz con el Sr. Prefecto.

Gloria

A continuación la Schola y el pueblo cantan el himno Gloria

El Sr. Prefecto:

Glo-ri- a in excélsis De-o.

La Schola prosigue: Et in terra pax homínibus bonae voluntátis.

El pueblo:

Laudá-mus te.

La Schola: Benedícimus te.

El pueblo:

Ado-ra-mus te.

La Schola: Glorificámus te.

El pueblo:

Gra-ti- as a-gi mus ti-bi propter magnam glo- am ri- am. tu-

La Schola: Dómine Deus, Rex caeléstis, Deus Pater omnípotens.

El pueblo:

Domi-ne Fi- li uni-ge-ni-te, Iesu Christe.

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La Schola: Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris,

El pueblo:

Qui tol-lis pecca-ta mun-di, mi-se-re- re nobis.

La Schola: Qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram.

El pueblo:

Qui sedes ad dexte-ram Patris, mi-se-re-re bis. no

La Schola: Quóniam tu solus Sanctus.

El pueblo:

Tu so-lus Domi-nus.

La Schola: Tu solus Altíssimus, Iesu Christe.

El pueblo:

Cum Sancto Spi-ri-tu, in glo-ri- a De-i Pa- tris.

La Schola y el pueblo:

A- men.

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ORACIÓN COLECTA

El Sr. Prefecto: Oremos.

Y todos oran en silencio unos momentos. Después el Sr. Prefecto dice la siguiente oración:

Oh Dios, que has manifestado el misterio de la Cruz de tu Hijo en la vida de la beata María de la Purísima, virgen, dedicada a la educación de la juventud y al cuidado de los enfermos, concédenos, por su intercesión, servirte en los hermanos con un amor renovado. Por nuestro Señor Jesucristo.

El pueblo responde:

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LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres

El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados. Lectura del libro de Isaías 61, 1–3a El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor, el día del desquite de nuestro Dios, para consolar a los afligidos, los afligidos de Sión. Palabra de Dios.

Todos aclaman: Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 121, 1–9

V¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. V Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R

18 V Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justica, en el palacio de David. R V Desead la paz a Jerusalén: “Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad”. R V Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: “La paz contigo”. Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. R

Segunda Lectura Se despojó de su rango, por eso Dios lo levantó sobre todo

El lector va al ambón y lee la segunda lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6–11 Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre–sobre–todo–nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.

Todos aclaman: Te labamos, Señor.

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Aleluya

Mientras la Schola canta el Aleluya, el Sr. Prefecto pone incienso y bendice al diácono que proclamará el Evangelio.

Mt 5, 2 Aleluya. Dichosos los pobres en el espíritu, –dice el Señor– porque de ellos es el reino de los cielos. Aleluya.

Evangelio Estad alegres y contentos,

porque vuestra recompensa será grande en el cielo

Después el diácono va al ambón, acompañado por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el ambón dice:

El Señor esté con vosotros.

El pueblo responde: Y con tu espíritu.

El diácono: � Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1–12

Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios y pecho.

El pueblo aclama: Gloria a ti, Señor.

El diácono inciensa el libro.

Luego proclama el evangelio. En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.

20 Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo» Palabra del Señor.

Todos responden: Gloria a ti. Señor Jesús.

Después el Sr. Prefecto bendice con el Evangeliario a la asamblea.

Homilía

Seguidamente, el Sr. Prefecto, hace la homilía.

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Profesión de fe

Luego se proclama el símbolo o profesión de fe.

El Sr. Prefecto entona:

Credo in unum De- um,

La Schola prosigue: Patrem omnipoténtem, factórem caeli et térrae, visibílium ómnium et invisibílium.

El pueblo:

Et in unum Dóminum Iesum Christum,

Fí-li- um De-i uni-gé-ni-tum.

La Schola: Et ex Patre natum ante omnia saécula.

El pueblo:

De-um de De-o, lumen de lúmi-ne,

De-um ve-rum de De-o ve-ro.

La Schola: Génitum, non factum, consubstantiálem Patri: per quem omnia facta sunt.

El pueblo:

Qui propter nos hómi-nes, et propter nostram lu-sa- tem

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descéndit de caelis.

En las palabras que siguen hasta, et homo factus est, todos se inclinan.

La Schola: Et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine, et homo factus est.

El pueblo:

Cru-ci-fí- xus ét-i- am pro nobis:

sub Pónti- o Pi-la-to passus, et sepúl-tus est.

La Schola: Et resurréxit tértia díe, secúndum Scriptúras,

El pueblo:

Et ascéndit in cae-lum: sedet ad dé ram xte- Pa-tris.

La Schola: Et íterum ventúrus est cum glória, iudicáre vivos et mórtuos, cuius regni non erit finis.

El pueblo:

Et in Spí-ri-tum Sanctum, Dóminum, et vi-vi-fi- cántem,

qui ex Patre Fi- li- óque pro-ce-dit.

La Schola: Qui cum Patre et Fílio simul adorátur et conglorificátur: qui locútus est per prophétas.

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El pueblo:

Et unam sanctam cathó-li- cam et apostó-li- cam Ecclé- am. si-

La Schola: Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum.

El pueblo:

Et exspécto resurrecti- ónem mortu-ó-rum.

La Schola: Et vitam ventúri saéculi.

La Schola y el pueblo:

A- men.

Después se hace la plegaria universal u oración de los fieles.

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ORACIÓN DE LOS FIELES

El Sr. Prefecto invita a todos orar: Imploremos, hermanos, al Dios de misericordia,

para que nos haga invocar su nombre

con sentimientos dignos de Él.

El cantor:

Un cantor propone las intenciones de la oración: 1. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia santa, católica y apostólica

extendida por todo el universo, concédele según tu misericordia

infinita los dones del Espíritu Santo. Concédele cantar tus

alabanzas. Escucha la oración que sube hacia ti.

El cantor y la asamblea:

El intencionista: 2. Acuérdate, Señor, de nuestro santo Padre el Papa, de todos los

obispos que predican la Palabra de Dios, de los sacerdotes y de

los miembros de la vida consagrada, de los diáconos y de todos

los ministros del altar. Acuérdate de toda la familia humana y de

todo el pueblo que pone en Cristo su amor.

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El cantor y la asamblea:

El intencionista: 3. Acuérdate, Señor, de todos los que gobiernan las naciones,

concédeles tu socorro. Frena a las naciones que buscan la guerra.

Ayuda y fortalece a los cristianos para que llevemos todos una

vida tranquila y apacible glorificando tu nombre.

El cantor y la asamblea:

El intencionista: 4. Acuérdate, Señor, de todos los ancianos e inválidos, de los

enfermos y de todos los que sufren. De todos cuantos se

encuentran necesitados y esperan en tu gran misericordia y en tu

socorro. Acuérdate de los prisioneros y desterrados; y de los que

a causa de tu nombre son perseguidos.

El cantor y la asamblea:

El intencionista: 5. Acuérdate, Señor, de nuestros hermanos que duermen en

Cristo y que fueron consagrados con el sello de la fe. Concédeles

el descanso y la paz eterna. Que brille sobre ellos la luz de tu

rostro. Que puedan exaltar y celebrar tu gloria con los ángeles del

cielo que te alaban sin fin.

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El cantor y la asamblea:

El intencionista: 6. Acuérdate, Señor, de la compañía de las Hermanas de la Cruz,

cólmalas de tus bendiciones. Por intercesión de la Beata Madre

María de la Purísima, ten piedad de los jóvenes, para que

escuchen la llamada del Padre y respondan con la entrega

generosa de sus vidas, consagrándolas a ti.

El cantor y la asamblea:

El Sr. Prefecto concluye: Dios todopoderoso y eterno,

consuelo de los afligidos y fuerza de los débiles:

escucha las súplicas de los que te invocan;

y por la intercesión de la Beata María de la Purísima,

concédeles la alegría de tu misericordia.

Por Jesucristo nuestro Señor.

R/ Amén.

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LITURGIA EUCARÍSTICA

Presentación de las ofrendas

A continuación se hace la procesión de las ofrendas. Junto con el pan y el vino se llevan al Sr. Prefecto otros dones.

Canto del ofertorio

Mientras tanto se canta La Iglesia que peregrina hacia la Morada eterna nos acompaña y nos guía a los hijos de esta tierra. Con el ardor de su fe, con la luz de su palabra, y el ejemplo de los santos que alientan nuestra esperanza. 1. En Madre María de la Purísima encontramos la luz de sus huellas, que caminan y guían las nuestras por sendas sencillas y rectas. Amando el deber cada día, poniendo en las obras todo el amor, serás luz que irradie en el mundo el calor y fuerza del Amor de Dios. 2. En Madre María de la Purísima encontramos la luz de la fe, que ilumina y enciende la nuestra llevándole a todos el bien. Amando esta luz cada día, avivando en ella el fuego de amor, serás faro potente que guíe a todo el que ciego camina sin Dios. 3. En Madre María de la Purísima

28 encontramos amor a la Cruz, confianza en el Dios que nos salva, fortaleza y apoyo en Jesús. Amando este amor cada día ofreciendo el sufrir y el dolor serás fuerza que ayude al hermano a darle a la vida valor redentor.

Los diáconos preparan el altar.

Seguidamente el Sr. Prefecto hace el rito de la presentación de las ofrendas.

El Sr. Prefecto: Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

El pueblo responde: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Después el Sr. Prefecto dice la oración sobre las ofrendas.

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Oración sobre las ofrendas

Recibe, Señor, los dones de tu pueblo y concédenos que, al recordar las maravillas que el amor de tu Hijo realizó con nosotros, nos reafirmemos, a ejemplo de los santos, en el amor a ti y al prójimo. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

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Plegaria Eucarística El Sr. Prefecto invita a la asamblea a levantar el corazón hacia el Señor en la oración y en la acción de gracias, y la asocia a sí en la solemne plegaria que en nombre de todos dirige al Padre por medio de Cristo en el Espíritu Santo.

Prefacio V/ El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu.

V/ Levantemos el corazón. R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/ Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.

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El Sr. Prefecto da gracias al Padre por el significado de la vida de consagración exclusiva a Dios.

En verdad es justo y necesario, que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra, y, al recordar a los santos que por el reino de los cielos se consagraron a Cristo, celebremos la grandeza de tus designios. En ellos recobra el hombre la santidad primera que de ti había recibido, y gusta ya en la tierra los dones reservados para el cielo. Por eso, con los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo

A continuación la Schola y el pueblo cantan el Sanctus.

La Schola: Sanctus,

El pueblo:

Sanctus,

La Schola: sanctus

El pueblo:

Dó- mi nus De-us Sá- ba- oth.

32

La Schola: Pleni sunt caeli et terra glória tua.

El pueblo:

Hosánna in excél- sis.

La Schola: Benedíctus qui venit in nómine Dómini.

El pueblo:

Hosán- na in excél- sis.

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PLEGARIA EUCARISTICA I

o Canon romano

El Sr. Prefecto, con las manos extendidas, dice: Padre misericordioso, te pedimos humildemente por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,

Junta las manos y dice: que aceptes y bendigas

Traza, una sola vez, el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

estos � dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,

Con las manos extendidas, prosigue: ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa N., con nuestro Obispo N., y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica.

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Conmemoración de los vivos

Concelebrante primero Acuérdate, Señor, de tus hijos N. y N.

Junta las manos y ora por ellos unos momentos. Después, con las manos extendidas, prosigue:

y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y verdadero.

Conmemoración de los santos

Concelebrante segundo Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, san José; la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, Santiago y Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo,

35 Cosme y Damián, y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Con las manos extendidas, prosigue:

El Sr. Prefecto: Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.

Junta las manos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Invocación del Espíritu para que consagre los dones

Extendiendo las manos sobre las ofrendas, el Sr. Prefecto dice:

Concelebrantes Bendice y santifica, oh Padre, esta ofrenda, haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti, de manera que sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor.

Junta las manos.

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Relato de la Institución

En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.

El Sr. Prefecto: El cual, la víspera de su Pasión,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue: tomó pan en sus santas y venerables manos,

Eleva los ojos. y, elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco. Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.

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Después prosigue: Del mismo modo, acabada la cena,

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue: tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco. Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

Luego dice: Éste es el Sacramento de nuestra fe.

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Y el pueblo prosigue, aclamando: Anunciamos tu muerte, Señor y proclamamos tu resurrección ¡Ven, Señor Jesús!

Memorial y ofrenda

Después el Sr. Prefecto, con las manos extendidas, dice:

Concelebrantes Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.

39

Y prosigue: Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec. Invocación a Dios para que acepte este sacrificio y el

Espíritu Santo realice la unidad en nosotros

Inclinado, con las manos juntas, el Sr. Prefecto prosigue: Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar,

Se endereza y se signa, diciendo: seamos colmados de gracia y bendición. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

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Oración de intercesión por los difuntos

Concelebrante tercero Acuérdate también, Señor, de tus hijos que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz.

Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar.

Después, con las manos extendidas, prosigue: A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz.

Junta las manos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

… y por nosotros

Con la mano derecha se golpea el pecho, diciendo:

Concelebrante cuarto Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos,

Con las manos extendidas prosigue: que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban,

41 Matías y Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia, y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad.

Junta las manos y prosigue:

El Sr. Prefecto: Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.

42

Alabanza a la Trinidad

Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:

El Sr. Prefecto: Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:

Amén.

43

Rito de la comunión

Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Sr. Prefecto, con las manos juntas, dice:

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Música en la página siguiente

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El Sr. Prefecto, con las manos extendidas, prosigue él solo: Líbranos de todos los males. Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

Junta las manos.

Música en la página siguiente

45

El pueblo concluye la oración, aclamando: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.

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Rito de la paz

Después el Sr. Prefecto dice: Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz os dejo, mi paz os doy», no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.

Junta las manos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

El pueblo responde: Amén.

El Sr. Prefecto, extendiendo y juntando las manos, añade: La paz del Señor esté siempre con vosotros.

El pueblo responde:

Y con tu espíritu.

Luego el diácono añade: Daos fraternalmente la paz.

Y todos se dan la paz.

47

Fracción del pan

Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz:

Mientras tanto la Schola y el pueblo cantan Agnus Dei.

La Schola: Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.

El pueblo:

Agnus De- i, * qui tol- lis peccá-ta mundi:

mi-se-ré-re no-bis.

La Schola: Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: dona nobis pacem.

Comunión

El Sr. Prefecto hace genuflexión, toma el pan consagrado y lo muestra al pueblo, diciendo:

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor

Y, juntamente con el pueblo, añade: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Luego se procede a la comunión del clero y del pueblo.

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Cantos para la comunión

Si me falta el amor 1. Aunque yo dominara las lenguas arcanas y el lenguaje del cielo supiera expresar, solamente sería una hueca campana si me falta el amor. Si me falta el amor, no me sirve de nada. Si me falta el amor, nada soy. 2. Aunque todos mis bienes dejase a los pobres y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar, todo aquello sería una inútil hazaña. si me falta el amor. 3.Aunque yo desvelase los grandes misterios y mi fe las montañas pudiera mover, no tendría valor, ni me sirve de nada Si me falta el amor

Beberemos la copa de Cristo Beberemos la copa de Cristo, en la mesa del Señor. Amén. Aleluya. 1. Es la nueva alianza en la sangre del Señor. Amén. Aleluya. Proclamamos su muerte esperando su retorno. Amén. Aleluya. 2. Es la fiesta de las bodas de Cristo con su Iglesia.

49 Amén. Aleluya. Dichosos los invitados al banquete de estas bodas. Amén. Aleluya. 3. El Señor nos da su mesa, frente a aquellos que nos odian. Amén. Aleluya. Y envió por todo el mundo a sus siervos a invitarnos. Amén. Aleluya.

Cantemos al amor de los amores Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor. ¡Dios está aquí! Venid, adoradores; adoremos a Cristo Redentor. ¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra, bendecid al Señor. ¡Honor y gloria a ti, Rey de la gloria; amor por siempre a ti, Dios del amor!

Acabada la comunión se hace la oración después de la comunión

50

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

El Sr. Prefecto: Oremos.

Se hace un momento de silencio y prosigue:

Alimentados con estos sagrados misterios, te pedimos, Señor, nos ayudes a seguir los ejemplos de la beata María de la Purísima, que te rindió culto con devoción constante, y se entregó a tu pueblo en un continuo servicio de amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

El pueblo responde: Amén.

51

RITO DE CONCLUSIÓN

Palabras finales del Sr. Arzobispo de Sevilla

El Sr. Arzobispo de Sevilla da gracia al Santo Padre por el don de la Beatificación de Madre María de la Purísima.

Después lo hace la Madre General de las Hermanas de la Cruz.

52

Bendición conclusiva

El Sr. Prefecto: El Señor esté con vosotros.

Todos: Y con tu espíritu.

El Sr. Prefecto: Dios, nuestro Padre, que nos ha congregado para celebrar hoy la Beatificación de María de la Purísima os bendiga, os proteja y os confirme en su paz.

Todos: Amén.

El Sr. Prefecto: Cristo, el Señor, que ha manifestado en la Beata María de la Purísima la fuerza renovadora del misterio pascual, os haga auténticos testigos de su Evangelio.

Todos: Amén.

El Sr. Prefecto: El Espíritu Santo, que en la Beata María de la Purísima nos ha ofrecido un ejemplo de caridad evangélica, os conceda la gracia de acrecentar en la Iglesia la verdadera comunión de fe de amor.

Todos: Amén.

53

El Sr. Prefecto: Y la bendición de Dios todopoderoso, Pa�dre, Hi�jo y Espíritu�Santo, descienda sobre vosotros.

Todos: Amén.

Saludo final a la Santísima Virgen

Mientras el Sr. Prefecto pone incienso e inciensa la Imagen de la Virgen, el cantor comienza el himno.

Salve Regina, Mater misericordiae, Vita dulcedo et spes nostra salve. Ad te clamamus exsules filii Evae. Ad te suspiramus gementes et flentes, in hac lacrimarum valle. Eia ergo advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Iesum benedictum fructum ventris tui nobis post hoc exsilium ostende. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria

El cantor: Ora pro nobis, Sancta Dei Genitrix.

El pueblo: Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

El Sr. Prefecto: Oremus Omnípotens sempiterne Deus, qui gloriosae Virginis Matris Mariae corpus et animam, ut dignum Filii tui habitaculum effici mereretur, Spiritu Sancto cooperante, praeparasti: da, ut cuius commemoratione laetamur, eius pia intercessione ab instantibus malis et a morte perpetua liberemur. Per eundem Christum Dominum nostrum.

54

Todos: Amen

Luego el diácono despide al pueblo diciendo: Podéis ir en paz.

Todos aclaman: Demos gracias a Dios.

Se vuelve procesionalmente a la sacristía del modo acostumbrado.

Himno a Madre María de la Purísima Siguiendo a Cristo sin mirar atrás y, renunciando a todo por amor, elegiste un lugar entre los pobres, tu vida fe entrega y donación. Madre María de la Purísima, eres ejemplo para el que busca a Dios, tú nos enseñas que en la vida, lo único importante es el amor. Dichosa tú porque supiste ver en los enfermos el rostro del Señor, y cuidando con ternura del más débil tu vida fue entrega y donación. Dichosa tú que fuiste siempre fiel siguiendo a Cristo en gozo y en dolor y sirviendo con amor a los más pobres tu vida fue entrega y donación.