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Autor: Behoteguy Chavez, Gabriela.
Título: “La Virgen del Calvario de Letanías: representaciones de la memoria colonial”
Año: 2014
Cochabamba, 2 de agosto 2014
La Virgen del Calvario de Letanías: representaciones de la memoria colonial
Por: Gabriela Behoteguy Chávez
Virgen del Calvario de Letanías. Viacha 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos.
1. Introducción
En el Calvario de la Virgen de Letanías existe un milagroso túnel que tiene forma de
serpiente. Se dice que tres poderosas imágenes de la Virgen María salieron volando de
ahí convertidas en palomas blancas. Una se fue volando hasta el pueblo de Copacabana,
a orillas del Lago Titicaca; otra se encaminó hacia el valle de Chuchulaya (La Paz,
provincia Larecaja) y la tercera voló a la cima del calvario de Letanías (La Paz, ciudad
de Viacha) donde se construyó su capilla. Las tres Vírgenes son representadas como
hermanas.
La Virgen de la Candelaria de Copacabana y la Virgen de la Natividad de Chuchulaya
se transformaron en imágenes de bulto de madera de maguey y tela encolada que
fueron entronizadas y veneradas como patronas de estos pueblos. La Virgen de Letanías
se transformó en una pequeña piedra que lleva el rostro de María pintado y se venera
como patrona del Calvario, no de la ciudad de Viacha.
Escuché esta historia, por primera vez, en el pueblo de Chuchulaya, donde la señora
Rosario Peñaranda, descendiente de la localidad1, me contó que un yatiri de Viacha le
narró esta historia sobre el milagro de la aparición de las tres Vírgenes (Chuchulaya,
abril 2009).
Estos relatos de la tradición oral forman parte de la memoria colectiva que comparte la
población de Viacha y en menor medida la de los otros dos pueblos. Maurice Halbwach
([1950] 1997) explica que cuando las personas nos relacionamos con el espacio, la
estabilidad del territorio nos permite asociar recuerdos e imágenes del pasado en el
presente. En este sentido, la memoria colectiva se desarrolla mediante la interacción y
reapropiación del espacio.
Debido a que cada lugar es diferente, la memoria colectiva permite que cada grupo
social se distinga y sea distinguido. Para Thomas Abercrombie (2006): “memoria
social” es un término que permite denotar las formas concretas por las que la gente se
constituye así misma identificándose con sus antepasados (2006:61). En este sentido, la
memoria que comparten los grupos forma parte de la identidad social o colectiva.
La memoria colectiva es una herramienta que permite a los grupos sociales construir y
reafirmar su identidad. El objetivo de este estudio es interpretar el relato como una
representación de la memoria colonial. Asumo que el milagro de la aparición de las tres
Vírgenes hace referencia a la construcción del pasado colonial ya que trata sobre la
introducción de la Virgen María en la cultura andina.
Entre la multitud de devotos que veneran estas tres imágenes existen varias versiones
que relatan su aparición (ver Behoteguy 2013). En este estudio sólo se tratará la versión
señalada, pues me interesa profundizar la articulación de estos tres importantes
santuarios marianos del departamento de La Paz.
1 Para designar a las personas entrevistadas utilizo las categorías propias de los pueblos de Chuchulaya, Viacha y Copacabana: “vecinos” son personas de origen mestizo que nacieron y residen en el lugar; “comunarios” son personas de origen aymara que nacieron y residen en el lugar; “residentes” son quienes nacieron en el lugar o descienden de familias de ahí, pero viven en la ciudad de La Paz u otros lugares y “peregrinos o novenantes” personas forasteras que van a Chuchulaya por fe.
El relato tiene como lugar de origen una wak’a o “túnel de la tierra”. Eyzaguirre (2003)
describe que las wak’as: “formaban parte de los linajes comunes, formaban parte del
sistema de parentesco, ya que a partir de esta relación los comunarios andinos
establecían su condición social” (2003: 21). Me pregunto entonces: ¿Qué relación de
parentesco o linaje articula a estas tres poblaciones?
2. Las palomas mensajeras de la Virgen María
A menudo los orígenes de cada dios tratan de su aparición, sea por
algún acontecimiento milagroso o simplemente su fabricación de
los minerales, yeso o estuco de algún lugar determinado (Arnold
2007: 187).
El 18 de octubre de 2009 decidí conocer el Calvario de la Virgen de Letanías. Primero
me acerqué a la iglesia donde observé a la diminuta Virgen de Letanías y conocí al
Padre Guechí Revellín Pucho, encargado de celebrar las misas, quien escribió un breve
texto titulado: “El Milagro de la Aparición de la Santísima Virgen de Letanías” donde
menciona: “Algunos devotos conocen a la Virgen como hermana de la Virgen de
Copacabana y Chuchulaya” (Revellín 2009: 4).
El P. Guechí tiene un amplio conocimiento sobre la tradición oral de Viacha. Cuando
me presenté, le expliqué el tema de la investigación y al terminar la entrevista mencioné
la historia del Calvario de Letanías que escuché en el pueblo de Chuchulaya. Lo que le
hizo recordar:
Me decías de las palomas. Yo creo que puede ser coincidente, me
dijeron que también habían salido tres palomas. Una abuelita del
campo que actualmente está fallecida, vivió hasta sus 94 años. Ella se
llamaba Dionisia Choque. Era la señora que me contaba que la Virgen
había salido del hueco de un túnel del cerro de Letanías. (…) Bueno
todavía el túnel existe actualmente y estas palomas eran blanquitas, no
se sabe donde se fueron, pero una se quedó en el cerro. Esta palomita
circundaba siempre el lugar y (la señora Dionisia) me decía “es la
Virgencita”. Y todavía venía la palomita después de su aparición,
venía y llegaba la palomita blanca2.
El relato trata sobre la aparición de la Virgen María en estos tres lugares. Para el Padre
Gechi la relación de parentesco entre las tres Vírgenes está relacionada con las órdenes
evangelizadoras: “Parece que los evangelizadores, agustinos o dominicos, habían
llegado primero a Viacha; de ahí habían ido hacia esas regiones. De aquí habían salido
primero”3. Respecto a esto, López Menéndez (1949) señala que los padres agustinos
fundaron su primera iglesia rural en Viacha4 donde permanecieron hasta 1566, año en
que permutaron con Pucarani y desde 1589 se hicieron cargo de Copacabana hasta
1826 (1949:261). El autor no especifica qué orden administraba el santuario de
Chuchulaya, pero llama la atención que la relación con este pueblo se conserve en la
memoria social de Viacha.
2 Entrevista realizada en el pueblo de Viacha, el 18 de octubre de 2009. 3 Entrevista realizada en el pueblo de Viacha, el 18 de octubre de 2009. 4 La Villa San Agustín de Viacha fue fundada en 1550” (Mendoza 2009: 513).
“Túnel de la Serpiente” en el Calvario de Letanías. Viacha 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos.
La interpretación del Padre Gechi articula el camino de las Vírgenes con el de los
agustinos. No toma en cuenta elementos narrativos como el túnel por donde salieron, o
cómo se desdoblaron en tres palomas blancas antes de aparecerse en sus poblaciones.
Las Vírgenes recorrieron todos los territorios donde se desarrolla nuestra realidad.
El camino que siguieron se originó en el túnel de Letanías. Territorio ubicado en el
manqha pacha o inframundo; continuaron por el alax pacha o mundo de arriba, donde
en forma de palomas blancas se trasladaron a los pueblos mencionados; finalmente se
asentaron en el akax Pacha o nuestra tierra donde se transformaron en imágenes de
bulto y piedra para ser nombradas patronas de sus lugares.
Los elementos con que se la representa (desdoblamiento trinitario, parentesco y
transformación en paloma) son recurrentes en la tradición andina de la Virgen María.
La representación de la Virgen María en forma de paloma se repite en el pueblo de
Pakomarka del departamento de Oruro, donde se conserva un relato sobre dos arrieros
que dieron muerte a una paloma y ésta se desangró ante sus ojos: “La paloma era la
Virgen María, deben construir una iglesia donde ella cayó y capillas, allí donde
encuentren su sangre derramada” (Quispe 2010: 18).
El significado de las aves en la religión católica andina es interpretado por Gisbert
(2001), quien plantea: “Aquí se unen dos conceptos, el cristiano en que las aves traen la
voz de Dios (…) y el concepto indígena de los pájaros que transmiten la voz de la
divinidad” (2001:154). Así, entiendo que estas tres palomas son portadoras de mensajes.
Sus representaciones míticas comparten símbolos relacionados con la religiosidad
católica andina a la que pertenecen estos tres lugares.
Sobre las representaciones trinitarias, Gisbert (1980) describe que en el pueblo de
Sabaya 5 tres mujeres aparecieron y dejaron a una hermosa dama, que es la Virgen
María, en la Iglesia. La relación de parentesco es abordada Caballero (2001), quien
relata que en el barrio de Cota-Cota las personas que celebran la fiesta de la Merced
saben que esta Virgen es una cholita simpática, soltera y que tiene por hermanas a la
Virgen de las Nieves de Irpavi, (venerada en el colegio Militar) y a la Virgen de la
Concepción que se encontraba en Achumani.
Según Arnold 2008, las relaciones de afinidad y parentesco entre las imágenes católicas
del Ayllu Qaqachaka, al sur del departamento de Oruro, articulan mapas mentales y
territoriales por donde los santos han caminado (2008: 186). En este caso, el camino de
las Vírgenes se origina en el calvario de Letanías donde sucede el milagro de la
aparición que articula a Chuchulaya y Copacabana con el territorio de Viacha.
Entonces, para entender cuál es la relación entre estos tres territorios y qué mensaje
transmiten las palomas primero debo interpretar el elemento central del relato, que es el
túnel donde se origina el milagro de aparición de estas tres Vírgenes.
3. Viracocha: creador del mundo
Las Vírgenes salieron volando de un túnel con forma de serpiente que se encuentra en el
calvario de Letanías. De manera similar, las crónicas coloniales relatan que los
ancestros andinos se originaron en la tierra:
Otros dicen que después que ceso el diluvio, en que perecieron todos,
el Criador formo de barro en Tiaguanaco las naciones todas que hay
en esta tierra, (…) y que, hecho esto, les mando se sumiesen debajo 5 El pueblo de Sabaya se encuentra en el departamento de Oruro, en de la provincia Sabaya. Esta toponimia viene del nombre de una montaña del lugar.
de tierra, cada nacion por si, para que de alli fuesen a salir a las
partes y lugares que el les mandase; y que unos salieron de suelos,
otros de cerros, otros de fuentes, de lagunas, de troncos de arboles, y
otros de otros diferentes lugares. A los cuales comenzaron a venerar,
cada provincia el suyo, como guacas principales, por haber salido y
empezado de alli su estirpe y linaje, y a tener por dioses aquellos sus
primeros progenitores, poniendo sus imagenes y estatuas en los dichos
lugares; (…). Cuentan mas, que aquellos primeros hombres en
aquellos mismos lugares, despues de haber dejado sucesion se
convirtieron, unos en piedras, otros en halcones, condores y otras
aves y animales; y asi son de diferentes figuras las guacas e idolos
que adoraban (Cobo [1653] 1964:11)
Ambas versiones hacen referencia al origen: el P. Cobo describe cómo las naciones de
Tiwanacu se originaron en los suelos, cerros o fuentes. Estos ancestros nunca murieron.
Después de dejar sucesión se convirtieron en figuras de wak’as e ídolos que
comenzaron a ser adorados. Las Vírgenes representadas en los relatos de doña Rosario
de Chuchulaya y el Padre Guechí de Viacha salieron de un pequeño túnel ubicado en el
cerro más alto de Viacha y al llegar sus pueblos comenzaron a ser adoradas, de manera
similar, a los ancestros andinos.
El “mito de creación de Tiwanacu” pertenece a una crónica colonial (fuente escrita) de
mediados del siglo diecisiete y el “mito de origen de las tres Vírgenes” pertenece a la
memoria social (fuente oral) actual de Viacha. Ambos relatos manejan componentes
similares pero el personaje principal es distinto.
El cronista P. Bernabé Cobo (1653) atribuye a Viracocha, divinidad masculina del
incario haber creado el mundo desde Tiwanaku. Este relato es recurrente en las crónicas
coloniales, donde suele anteponerse la historia inca (1476-1525 d.C) a culturas más
antiguas como Tiwanaku (700-1500 d.C). Por ejemplo, la crónica de Sarmiento de
Gamboa (1572) relata que cuando Viracocha llegó a Tiwanaku esculpió ahí todas las
piedras (citado en Rostorowski 1988: 33). Estás crónicas coloniales dan cuenta de una
estratégica alianza que se dio entre la cultura inca y la cultura dominante española para
prevalecer su poder durante la época colonial.
Al parecer la cultura inca no sólo prevaleció en la historia de los cronistas, sino que
también barnizó la memoria del Collao. El investigador Bandelier (1914) cuenta, no sin
cierta ironía, que cuanto podía averiguar, a veces, preguntando a nativos de regiones
arqueológicas siempre se trataban de “ruinas incaicas”. “Y se demostró alguna vez que
los incas no pusieron pie en tales parajes o los pusieron sobre cimientos del Collao…”
(citado en Cejudo1966: 23-24).
Respecto al culto precolombino de Virachocha, Rostorowski (1988) menciona que
durante el incario debió ser muy restringido y se limitaba a la zona cusqueña. Que esta
divinidad no habría sido la creadora, ya que según la ideología andina las culturas
procedían de las pacarisca o lugares de origen (1988:31).
Viracocha es el más conspicuo de los dioses del ámbito andino. Es
posible que su difusión se debiera a los religiosos católicos que
buscaban un nombre para explicar a los naturales el concepto de Dios.
Además, añadieron a su apelativo diversas palabras para esclarecer su
calidad de Ser Supremo (Rostorowski 1988: 30).
Durante la colonia, Viracocha fue una entidad masculina vinculada a lo católico. Los
cronistas españoles reinterpretaron un creador similar al del Antiguo Testamento desde
la lingüística quechua. Esto permitió revitalizar el linaje inca durante la época Colonial.
Es en este contexto que llama la atención el parecido que éste relato mantiene con el de
la aparición de las tres Vírgenes. Si comparamos ambas narraciones a través del tiempo
podemos decir que actualmente la Virgen María adquirió el papel de ancestro y que,
además de ser conocida como la Madre universal para las personas católicas, salió de la
misma manera que un ancestro andino de una paqarina, wak´a o pequeño túnel de la
tierra. La memoria colectiva de Viacha sobrepuso la imagen femenina de la Virgen a la
imagen masculina del Creador Viracocha y conquistó la identidad de los territorios de
Copacabana, Viacha y Chuchulaya donde su culto es inigualable.
4. Las Vírgenes hermanas: Copacabana, Letanías y Chuchulaya
Para interpretar la relación que mantienen estas tres imágenes asumiremos que la
memoria hace alusión a la colonia temprana, cuando comenzó a celebrarse el culto
mariano en la zona andina. Veamos qué dice la etnohistoria sobre estos lugares durante
esta época:
El territorio de Viacha se encuentra en un lugar estratégico: “el cinturón ecológico de la
cuenca lacustre (ubicado entre el Lago Titicaca y el Lago Poopó) en torno a los
márgenes del río Desaguadero” (Mendoza 2009: 513). Esta ubicación convergió en la
constitución de un lugar de trajín desde épocas precolombinas.
Viacha tiene origen aymara (pacajes y collasuyos). Las primeras referencias coloniales
describen que durante la llegada de los españoles estas etnias se encontraban sometidas
a la administración Inca. Al respecto, la ordenanza para trasladar el Tambu6 de Viacha a
la entrada del Puente que se encontraba en el Camino Real 1551 señala: “Mandaron que los dichos indios de Viacha y Chuquiapo sirvan en él según y
como suelen acostumbrar servir en los tambos que eran obligados y servían
en tiempo de los dichos ingas (citado en Feyles 1965: 348).
En la Colonia, el régimen tributario se impuso sobre la organización existente. Se
conservaron las antiguas obligaciones que los indígenas tuvieron con el Estado Inca.
Abercrombie (2006) señala que, por lo menos durante los dos primeros siglos de la
Colonia, los pueblos fueron indirectamente dominados por caciques, que eran
descendientes de las antiguas autoridades, lo que se repite en la población de Viacha.
Cuando Andrés Troncoso (2001) analiza arqueológicamente la zona norte centro y
central de Chile describe que parte del discurso oficial de dominación inca fue emplazar
los santuarios de altura en las cumbres de la cordillera andina (2001: 17). Este tipo de
adoratorio es estratégico ya que permite observar ampliamente el territorio, facilitando
su control.
A partir de esta referencia planteo la posibilidad de que durante la colonia temprana el
Calvario de Letanías era un santuario de altura adorado por incas. La idea está reforzada
en el hecho de que la Virgen de Letanías es una imagen pétrea y la piedra fue muy
importante para la cultura inca. 6 Los tambus son marcadores del dominio Inca ya que hacen referencia al Qhapaq Ñan, ruta o camino real que conectaba con Cusco.
Muchas de las crónicas coloniales, como la relatada por el P. Cobo (1653), coinciden en
que los personajes de la nobleza inca se convirtieron en piedras que fueron adoradas
como dioses. Otro ejemplo fue descrito por Polo de Ondegardo (1559): “Vsaron los
indios nombrar ciertas estatuas o piedras en su nombre, para que en vida y en muerte se
les hiziesse la misma veneración que á ellos. Y cada ayllo, ó linaje tenía sus Ídolos, ó
estatuas de sus Yngas” (Ondegardo 1559: 210). Los incas siguieron la misma lógica de
la imaginería católica para materializar a sus ancestros. La imagen de la Virgen María
convertida en piedra pasó a ser venerada y actualmente se representa como el
antepasado materno de todos sus devotos, la madre universal católica.
De manera similar a Viacha, cuando los españoles ingresaron a Copacabana, el territorio
se encontraba dominado por los incas. El cronista agustino Ramos Gavilán menciona
que en 1582, don Alonso Viracocha Inca, Gobernador de los Anansayas, población
incas llegada desde Cusco, mandó al imaginero Francisco Tito Yupanqui, deudo suyo, a
tallar la imagen de la Virgen Candelaria, que actualmente se venera en Copacabana.
Pero la parcialidad Urinsaya, poblada por aymaras y urus, tenía en plática fundar una
cofradía para San Sebastián (Ramos Gavilán (1621) 1976: 115).
El conflicto de Copacabana entre los pobladores del lugar y los incas llegados desde el
Cusco fue una disputa de poder político. Los Urinsayas planteaban empatronar a San
Sebastián como su santo protector y fundar una cofradía que les permitiera aliarse con la
iglesia, beneficiarse del prestigio que atraen los cultos católicos e intentar recuperar el
control del pueblo. Sin embargo, se entronizó a la Virgen de la Candelaria y,
actualmente, las personas de Copacabana conservan en la memoria que esta imagen fue
tallada por un inca.
Las imágenes patronales son representadas como dueñas de los pueblos:
Titular de la iglesia llámese el misterio, ángel o santo en cuyo honor
se edificó o dedicó y por el cual se nombra una iglesia u oratorio. Es
para estos lo que el nombre de pila para el niño que se bautiza; por él,
como por nombre propio, las iglesias se distinguen unas de otras
(Feyles 1962:75)
Respecto a la Virgen de Chuchulaya, en una visita de 1573, Antonio Lezcano describe
que entre las reducciones de Larecaja se encuentra el repartimiento de San Francisco de
Combaya y que este tiene como anexo a Chuchulaya, “donde posteriormente edificaron
un santuario mariano” (citado en Espinoza 2003: 406). El mismo año, Gisbert et al.
(1987) describe que los caciques de Omasuyo alegan tener posesiones que el inca les
entregó de la provincia Larecaja, a donde pertenece el pueblo de Cumbayá (Combaya)
(1987: 135).
El hecho de que Chuchulaya haya sido anexo de Combaya y que los incas tuvieron el
poder de entregar posesiones a los Omasuyus en este pueblo permite suponer que hubo
presencia inca en el pueblo de Chuchulaya durante la colonia.
Posteriormente, durante el siglo dieciocho, Andrés Laura, uno de los principales
comandantes de Andrés Tupac Amaru, ingresó hasta las minas de oro en Tipuani y
levantó a los mineros. A su regresó, se repartió el oro con su ejército: “Donando Laura
una libra y media de oro a la Virgen de Chuchulaya, como muestra de su devoción”
(Jáuregui et al. 1991: 30). De esta manera, sugiero que si bien una de las medidas
recurrentes para debilitar el poder de la iglesia fue el saqueo, destrucción y quema de
iglesias, como sucedió en esta gran rebelión indígena liderada por Amaru, también
existió una reapropiación del poder simbólico de los iconos religiosos como el de la
Virgen (Behoteguy 2011: 82).
Virgen del Calvario de Letanías. Viacha 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos.
Actualmente, las tres Vírgenes son celebradas principalmente por aymaras y mestizos.
Posiblemente ésta sea la razón por la que la memoria social no alude a la cultura inca.
Sin embargo, al convenir en que la memoria del parentesco se remonta a esta época en
que los incas se encontraban manejando indirectamente estos territorios como caciques,
entiendo que el parentesco entre las tres hermanas articula la memoria de una unidad
política territorial en estos tres lugares, donde había una élite inca que estratégicamente
se apropio de la imagen de la Virgen María.
Virgen de Copacabana y Virgen de Chuchulaya. Imagen de Copacabana, fotografía de Carlos Rúa (Enero 2011) e imagen de
Chuchulaya, fotografía de Gabriela Behoteguy, noviembre 2011.
Escuché sobre el parentesco entre estas tres imágenes en el pueblo de Chuchulaya,
cuando Rosario Peñaranda me relató lo que le había contado un yatiri de Viacha. En
Viacha es una tradición difundida: “Había tenido la Virgen sus hermanas, una es la de
Copacabana y la otra está en el valle se llama Virgen de Chuchulaya” (Yaneth
Benavides. Calvario de Letanías, 12 de julio 2014). En Copacabana, doña Vicenta Vega
me contó: “dice que su hermana había sido de Chuchulaya, tiene una estrella grande
pues la de Chuchulaya, es muy milagrosa también y está por Sorata adentro (...) Y mi
abuela también me decía que su hermana está en Chuchulaya, a veces, en la fiesta, la
Virgen se va a Chuchulaya en las fiestas, porque muchas fiesta hay y lo hacen renegar
(a la Virgen)”7.
El relato de doña Vicenta no articula a la Virgen de Viacha en el parentesco. Sin
7 Copacabana, noviembre 2012 citado en Behoteguy 2013.
embargo, su descripción me hizo pensar en el dominio que el inca tuvo sobre los
distintos pisos ecológicos del departamento de La Paz.
5. El culto de la Virgen Natividad de Letanías
Fiesta de la Virgen del Calvario de Letanías. Viacha 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos.
“La zona de Viacha antes de la llegada de los españoles, estaba
administrada por mitimaes estacionales del Estado Inca, por ello
existen algunas toponimias aymaras que tienen su distinción por el
dominio quechua, que aunque fugaz tuvo sus connotaciones en la
historia viacheña” (Mendoza 2009: 513).
La ciudad de Viacha se ubica en las faldas de una mediana cadena de montañas, donde
destaca la del Calvario de Letanías por su gran altura (4000 msnm) y cercanía al centro
poblacional. Según la tradición popular del lugar, éste fue fundado durante la época
Colonial en conmemoración al milagro de la aparición de la pequeña imagen de la
Virgen de piedra. En Viacha se conocen varias versiones sobre la aparición de la
Virgen, pero ahora sólo analizaré los relatos mencionados8.
La fiesta principal de la Virgen se celebra en la cima del Calvario, el sábado próximo al
13 de julio, día en que se recuerda la aparición de la imagen de piedra. Este año (2014),
la fiesta cayó en día 12 de julio. Temprano por la mañana, después de celebrar la misa,
la Virgen fue trasladada en camioneta, desde la iglesia de Viacha hasta el calvario de
Letanías, por los prestes Rossmary Flores y Alfredo Espinoza.
8 Para conocer otras versiones revisar Behoteguy (2013: 139-141).
La Virgen fue instalada en el atrio de la capilla. La morenada “13 de julio” la recibió
danzando y varios devotos se acercaron para recibir su bendición. Posteriormente fue
llevada al templo, donde el sacerdote la recibió con oraciones. Mientras las muñis9
sahumaron a la imagen con incienso, encendido dentro de dos grandes sahumerios de
plata.
Pareja de Muñis 2014. Viacha 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos
Las parejas de muñis se encargaron de arreglar el templo y decorarlo. Este día, la
fachada principal resplandecía con hermosos adornos de plata (platos, cálices, vasos,
cucharas, pututus y bastones de mando) que colgaban de las torres y el arco de la puerta.
Este cargo festivo no es generalizado en todas las fiestas andinas, sólo algunas iglesias
son decoradas con platería. Las demás solamente con flores y banderines de papel.
Cuando le pregunte a doña Lidia Mamani, residente de Viacha, ella me explicó: “Acá
siempre había sido importante, antes era camino. Dice que de aquí había camino
directo hacia Potosí, era zona de paso, como decirte La Paz-Potosí. Entonces, la
platería que ves es para eso, porque había llegado mucha plata aquí. Incluso puedes
ver abajo la iglesia es pura platería que ha venido directamente de la mina de Potosí”
(Letanías, 12 de julio 2014). Posiblemente, el cargo de muñi mantiene relación con la
memoria de la antigua ruta de la plata10.
9 El muñi es “el que quiere a la iglesia”. Éste se encarga de arreglarla y decorarla para la celebración de la misa en día de fiesta. 10 Pude observar muñi en la fiesta de Santiago de Callapa y en la de San Pedro de Achacachi, lugares que aparentemente también formaron parte de la ruta de la plata.
La Capilla: decoración de la fachada en día de fiesta. Viacha 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos
El ritual que más me impresiona durante la fiesta se realiza en el hueco o túnel por
donde se dice que salieron las tres Vírgenes. Éste se encuentra aproximadamente a mil
metros de distancia bajando la colina por la parte trasera de la capilla. Se trata de un
ritual de salud que no es conocido, ni practicado por mucha gente. Pude llegar ahí
gracias a la familia Fernández de Viacha, quienes se dirigen allí todos los años para
arrastrarse como serpientes por debajo del túnel:
“Según como pasas así te va ir. Si pasas facilito, así va ser. Se pasa
como una manera de limpiar los pecados. Para tener buena salud,
buena suerte también. Tienes que tener fe de que vas a salir, si no
sales, si retrocedes es para morir (…). Dice que antes era más
encantado este lugar. Las personas que no subían con fe, los
pecadores, entraban y directo se caían al infierno. Dice también que la
serpiente sabía salir del túnel y sabe hacer daño a las personas” (Carla
Fernández, vecina de Viacha. Calvario de Letanias, 12 de julio del
2014).
Saliendo del túnel con júbilo. Viacha 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos
El túnel está formado por un conjunto de piedras que forman la imagen de una serpiente
arrastrándose por la tierra. Las personas ingresan al túnel y se desplazan de un extremo
al otro. Para esto llevan un overol que es utilizado por los hombres y un mandil para las
mujeres. Cuando pregunté, a la familia Fernández, sobre la relación entre la Virgen y el
túnel de Letanías, un señor me contestó que “es bueno pasar por debajo del túnel el día
de la fiesta”.
Esto me recordó la conocida imagen de la Virgen María pisando una serpiente, que
simboliza como el culto mariano venció sobre el culto a la naturaleza, duramente
reprimido y satanizado desde la época Colonial. Pero, en la montaña de Letanías la
serpiente no es considerada un demonio, sino que es venerada en ritual dentro del culto
a la Virgen de piedra.
En este ritual del Calvario confluyen dos discursos: el cristiano donde la serpiente
encarna a las fuerzas diabólicas del mal (“Dice también que la serpiente sabía salir del
túnel y sabe hacer daño a las personas”) y las representaciones andinas donde la katari
(aymara) o amaru (quechua) es: “una fuerza destructiva surgida las entrañas de la tierra
en un intento de reconstruir la estabilidad cuando no se mantiene una relación de
equilibrio en el universo social y natural” (Griffiths 1998: 16).
A partir de esto, entiendo que cuando las personas se arrastran por debajo del túnel, se
autorepresentan como serpientes. Esto les permite “limpiar sus pecados y reconstruir su
estabilidad con el universo social y natural”. Se trata de un ritual de salud que como se
mencionó anteriormente no es muy difundido en Letanías.
Al acabar la tarde, la Virgen fue trasladada nuevamente a la iglesia de San Agustín de
Viacha, donde permanece durante todo el año dentro de su altar. Los prestes, muñis y
demás invitados se dirigieron al local para continuar con los festejos que se extendieron
hasta el día lunes, 14 de julio, cuando se entregó el cargo de preste a la pareja pasante
2015.
Traslado de la Virgen de Letanías a la iglesia San Agustín de Viacha. 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos
6. Conclusiones
Posiblemente fue la alianza entre incas y españoles la que permitió que actualmente
podamos celebrar ritos ancestrales como los de la fiesta de la Virgen de Letanías. En
esta se venera la piedra, pues se trata de una Virgen pétrea; el achachila, porque la
celebración principal se realiza en la antigua montaña; y la wak´a o lugar de origen,
pues hay quienes se arrastran por un túnel con forma de serpiente.
Los relatos tienen un contexto espacial y temporal que articula a los territorios de
Copacabana, Chuchulaya y Viacha durante la Colonia Temprana. Este esquema fue el
que permitió identificar la presencia inca; pero, la memoria colectiva la omite porque
actualmente Viacha es una población aymara y mestiza. La tradición oral es una
herramienta de la memoria social que permite identificarse con el pasado para auto-
constituirse socialmente, por lo que resulta obvio que se haya optado por olvidar el
periodo de tiempo en que los aymaras pacajes estuvieron subordinados a las políticas
incaicas. Así, este análisis evidencia cómo los grupos sociales nos apropiamos del
pasado para construir nuestra identidad a través de juegos de poder.
Dentro del Túnel del Calvario de Letanías. 12 de julio 2014. Fotografía: Usnayo, Juan Carlos
Bibliografía
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Fuentes Orales:
Benavides Yaneth es forastera pero reside en Viacha, su profesión es la elaboración y manejo de fuegos artificales. Letanías, 12 de julio 2014. Registro: grabadora.
Fernández Carla, vecina de Viacha. Calvario de Letanias, 12 de julio del 2014. Registro: Libreta de campo.
Peñaranda Rosario es residente de Chuchulaya y vive en la ciudad de La Paz. Chuchulaya, Semana Santa de 2009. Registro: Libreta de campo.
Revellín Pucho Gechi tenía 22 años; era párroco de Viacha y estudiante de sociología (UMSA). Parroquia de Viacha, Octubre 2009. Registro: grabadora.
Vicenta Rocha Vega tenía 62 años, es residente de Copacabana, donde se desempeña como artesana, comerciante de estampitas y medallas religiosas. Puerta de la Iglesia de Copacabana, 22 de noviembre del 2012. Registro: grabadora.