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"AUTOCONTROL Y OPORTUNIDAD COMO FACTORES DETERMINANTES DE LA CORRUPCION EN LOS TRABAJADORES DE CUELLO BLANCO DE LA ADMINISTRACION PUBLICA” Un análisis de la corrupción en el Marco de la Teoría General del Crimen y la Teoría Cognitiva Social. AUTOR: Juventino Roque López 20 de Enero de 2003

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"AUTOCONTROL Y OPORTUNIDAD COMO FACTORES DETERMINANTES DE

LA CORRUPCION EN LOS TRABAJADORES DE CUELLO BLANCO DE LA ADMINISTRACION PUBLICA”

Un análisis de la corrupción en el Marco de la Teoría General del Crimen y la Teoría Cognitiva Social.

AUTOR: Juventino Roque López

20 de Enero de 2003

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C O N T E N I D O I. INTRODUCCION ......................................................................................... 3 II. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN ....................................................... 6

AMBITO TEÓRICO ...................................................................................... 7 AMBITO PRÁCTICO .................................................................................... 9 III. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO ................................................................................................................ 10 IV. MARCO TEÓRICO y CONCEPTUAL…………………………………………….13 1. PERSPECTIVAS DEL DELITO........................................................................ 13

1 PERSPECTIVA SOCIAL...........................................................................13 2 PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA .........................................................15 3 PERSPECTIVA LEGAL .......................................................................... 18

2. ASPECTOS TEORICOS DEL DELITO............................................................ 19

1 TEORÍAS CAUSALISTA Y FINALISTA ................................. 19 2 TEORÍA PSICOLOGÍSTICA Y NORMATIVISTA ................... 20 3 EL MODELO LÓGICO ...........................................................20

4 TEORÍA SOCIOLOGÍSTICA ....................................................21 5 ENFOQUE CRIMINOLÓGICO................................................. 21

3. MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL DEL PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN...................................................................................................... 25

1. ENFOQUE MACRO-SITUACIONAL........................................................25

1) CONCEPCIONES DEL PROBLEMA ........................................... 25 2) CAUSAS DE LA CORRUPCIÓN ................................................. 28 3) CONSECUENCIAS DE LA CORRUPCIÓN................................. 31

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2. ENFOQUE MICRO-SITUACIONAL ...................................................... 35

1) TEORÍA GENERAL DEL CRIMEN (1990) ................................. 35 2) PERSPECTIVA EN EL ÁREA DE INVESTIGACIÓN ECONÓMICA

SOBRE LA FISONOMÍA Y CAUSAS DEL CRIMEN……………………………………………………………...….47

V. ANALISIS CRITICO DE LAS ESTRATEGIAS DESPLEGADAS PARA COMBATIR LA CORRUPCIÓN EN MEXICO………………………………………..56 1. ACCIONES DE LA SECRETARIA DE CONTRALORÍA Y DESARROLLO ADMINISTRATIVO……………………………………………………………………....56 2. ACCIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL……………………………………………...61 VI. CULTURA ORGANIZACIONAL Y ANÁLISIS DEL PROBLEMA UTILIZANDO EL MODELO RECIPROCO DE CULTURA ETICA………………………………….63 1. CULTURA ORGANIZACIONAL……………………………………………………..64 2. MODELO RECÍPROCO DE CULTURA ÉTICA……………………………………70 VII. ANÁLISIS DE LOS PERFILES DE LOS FUNCIONARIOS DE MANDOS MEDIOS Y SUPERIORES EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA FEDERAL EN MÉXICO Y SU CORRELACIÓN CON ACTOS NO ÉTICOS Y DE CORRUPCIÓN

1. DESCRIPCIÓN METODOLÓGICA ....................................................... 80 2. RESULTADOS OBTENIDOS DEL PROCESO .................................... 83 3. DETALLES DEL MODELO ANALITICO ............................................... 85

CONCLUSIONES ................................................................................................. 87 RECOMENDACIONES FINALES ........................................................................ 90 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 93 ANEXOS.................................................................................................................98.

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INTRODUCCION La corrupción en México es uno de los problemas más severos y arraigados que ha prevalecido a través del tiempo sin aparente disminución y cuyos orígenes se presume, se encuentran en una multitud de causas. Entre las más importantes se mencionan: a nivel individuo, la falta de educación, la cultura deformada y el bajo ingreso; y a nivel social, el sistema político antidemocrático, el deficiente sistema legislativo, la impartición de una justicia ideologizada, una distribución inequitativa de la riqueza, y otras más. Considerando que la corrupción constituye en si misma un acto no ético y sancionable desde el punto de vista legal, lo que se constituye en un delito o crimen, existen múltiples investigaciones realizadas en otros países acerca de la causalidad del crimen y trabajos de investigación que buscan precisar las razones para que un trabajador se conduzca de una manera ética en su trabajo. En las diferentes disciplinas que incluyen la psicología, la sociología, la administración, la criminalista, la política, incluso la genética, confluyen una serie de creencias que se aventuran en aseverar la causalidad de los actos no éticos, la criminalidad y la corrupción. Las explicaciones van desde ubicar la causalidad en el individuo, ya sea biológicamente por herencia genética, hasta concepciones amplias en las que se involucra el contexto social, político y económico, pasando por las características que atañen a los individuos en lo particular. La mayoría coinciden en señalar que las conductas son el resultado de una cantidad de factores internos y externos al individuo, pero las investigaciones existentes muestran una inclinación a un campo específico del conocimiento, generalmente aquel en el que el científico mejor se desenvuelve de acuerdo a su perfil. Lo anterior no es nuevo, Augusto Comte se quejaba de la fragmentación excesiva de la ciencia, lo que se constituía en una imposibilidad para que el hombre científico pudiera abarcar una realidad completa de los fenómenos.1

1 Ballina Ríos, Francisco, “Perspectiva metodológica y epistemológica para el estudio y comprensión de la administración. Contaduría y Administración, Núm. 185. Abril-junio 1997, FCA-UNAM.

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Por otra parte, Rojas Soriano señala que los proyectos de investigación manifiestan los intereses y posturas intelectuales, así como las tendencias políticas e ideológicas de las personas responsables de los mismos.2 Sin afán de minimizar su trascendencia, hay que reconocer que el problema no es privativo de México, y hay quien se atreve a afirmar que éste nació con la formación de los grandes estados modernos, momento en el cual, la voluntad del poder se desenvuelve en forma más evidente y directa que antes3. Por otra parte, aún y que el Gobierno es el más criticado en este aspecto, la corrupción también ha trascendido a otros ámbitos tales como el deporte, la cultura, la religión, el académico, los negocios, los medios de comunicación y entre los obreros4. 2 Rojas Soriano Raúl. Guía para realizar investigaciones sociales. Plaza y Valdés Editores. 18ª Ed. 1996. 3 Foro Nacional de la Concertación. Propuesta de recomendación de la comisión presidencial para la lucha contra la corrupción al foro de concertación. Presidencia de la República de Costa Rica. 4 Riding Alan. Vecinos Distantes. Joaquín Mortiz/Planeta. 1992

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II. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION De entre la gama de instituciones privadas y públicas destacan por su alto impacto, las prácticas no éticas, corruptas y delictivas, producto de la deshonestidad en los ejecutivos medios y superiores en la administración pública federal, por lo que se puede afirmar que de este ámbito se derivan los principales problemas que afectan a nuestro país, como se ha revelado recientemente con mayor énfasis a raíz de escándalos ventilados en la esfera pública. Durante las últimas 3 décadas, se han suscitado escándalo tras escándalo de corrupción en las altas esferas del gobierno que han sido enterrados por el tiempo. Ex - presidentes que se volvieron multimillonarios a costa de desestabilizar el orden económico y social, campañas electorales financiadas con impuestos del pueblo, infiltración del “Narco” en la política y en los cuerpos policiacos y del ejército, Secretarios de Estado involucrados en actos de corrupción, funcionarios de alto nivel en nuestros órganos de procuración de justicia involucrados en casos de enriquecimiento ilícito, megafraudes bancarios con afectación a la población en general, impunidad en la acción penal contra los infractores de cuello blanco y muchas más. En respuesta a esta problemática social, en México se han realizado investigaciones previas en las que se busca describir la causalidad de la corrupción. Algunas de ellas buscan determinar las variables de mayor relevancia, y han llegado a identificar y proponer la agrupación de las variables intervinentes en categorías, tales como: Entorno institucional, procesos, conductas y beneficios, organización y niveles jerárquicos, términos de la relación entre la esfera pública y privada y moralidad.5 En otros países se han realizado investigaciones en las que se ha encontrado que los trabajadores de cuello blanco en general, cometen actos criminales en el trabajo más frecuentemente de lo que mucha gente podría imaginar. Reid Systems, un líder nacional norteamericano en el diseño de programas de selección y evaluación de empleados, logro desarrollar una prueba que denominó “Reportes éticos de negocios Reid”, consistente en un instrumento de medición de

5 López Presa, José Octavio (coord.), Corrupción y Cambio, Fondo de Cultura Económica / Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo, México 1998.

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actitud que predice las tendencias hacia las infracciones de trabajadores de cuello blanco. La mayor parte de las investigaciones y trabajo teórico y empírico sobre delitos de cuello blanco se han realizado en los E.U. y en países europeos recientemente como Alemania. Entre algunos exponentes, de los que más adelante hablaremos, podemos mencionar a Sutherland, Merton, Clinard, Cressey, Hartum, Neuman, Geis, Block Tappan, y otros. No obstante hay que reconocer que estos trabajos por su origen, están orientados a una realidad distinta a la de nuestro país y podemos decir incluso de Latino América. Los objetivos concretos que persigue este trabajo son: Contribuir a eliminar el carácter extralógico y extrateórico que subyace a las estrategias desplegadas por el Gobierno Federal en el ataque a la Corrupción, mediante un análisis al marco teórico-conceptual relacionado. Analizar desde un punto de vista crítico la actuación del Gobierno Federal parea solucionar este problema. Proponer un marco analítico de trabajo y plantear un análisis más profundo. Para este último, se contemplo el diseño de una herramienta aplicable al medio Mexicano y al sector público, que permita identificar las características que atañen al individuo con mayor probabilidad de incurrir en conductas no éticas o delictivas. De acuerdo a lo anterior y difiriendo de las pocas investigaciones existentes sobre la corrupción, este trabajo presenta un enfoque hacia el individuo (su cultura y su comportamiento) más que a su entorno, sin ser excesivamente reduccionista, ya que se consideraran algunos aspectos externos pero muy cercanos al individuo. AMBITO TEORICO Aportación de nuevos enfoque del conocimiento al estudio de la corrupción en el ámbito de la cultura y comportamiento del individuo.

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Como parte del análisis exploratorio se hace una revisión general del marco teórico-conceptual desarrollado en el campo del delito y del crimen, sus enfoques, sus principales expositores y las críticas que han confluido en su postulación. Para cumplir cabalmente con este propósito se aborda el estudio del delito desde cuatro grandes perspectivas que son representativas del “estado del arte” del conocimiento en este campo: la perspectiva social, la psicoanalítica, la legal y la criminológica. Posteriormente se asume un enfoque particular dentro de la generalidad el Marco Teórico del Delito, para abordar el fenómeno de la corrupción como un delito con características especiales. Se hace un análisis retrospectivo muy breve de la evolución de la corrupción en nuestro país para posteriormente adentrarse a los aspectos teóricos conceptuales del problema de la corrupción. Se revisa el conocimiento desarrollado en torno a este problema desde el punto de vista macroeconómico y social, del cual existen evidencias de arduos trabajos por investigadores nacionales y extranjeros, tanto a nivel de denuncia como de corte científico. Una vez revisada toda la información existente sobre la corrupción como tal y como delito, se incursiona en un tema que actualmente constituye una “laguna de conocimiento”, el estudio de la corrupción con enfoque hacia el individuo. Por primera vez se analiza de manera conjunta las contribuciones que nos ofrecen la Teoría general del Crimen y la Teoría Cognitiva Social para hacer luz en el estudio de la corrupción a nivel individuo. Se propone un Modelo Reciproco de Cultura Ética extraído de la Teoría Cognitiva Social para diagnosticar la cobertura de atención al problema de la corrupción. Se plantea un esquema de medición y comprobación con hipótesis extraídas de la Teoría General del Crimen. El enfoque hacia el individuo constituye la principal aportación teórica al estudio de la corrupción, considerando que actualmente la mayoría de los estudios se han limitado a estudiar este delito con enfoque al entorno, lo cual es demasiado general.

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AMBITO PRÁCTICO Aporte significativo a los esfuerzos del Gobierno para el ataque y prevención de la corrupción en sus diversas modalidades. Para cualquier dependencia gubernamental es de suma importancia contar con información que les permita diagnosticar y dilucidar científicamente el problema de la corrupción y si existe una tipología específica de perfil profesional en el individuo, que puede ser causa latente para en el futuro incurrir en actos de corrupción. Acotar el problema de la corrupción al individuo o a su entorno permitiría reencauzar esfuerzos a actividades específicas, lo que redundaría en un mayor aprovechamiento de los recursos públicos.

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III. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN EN MÉXICO Diversos investigadores concuerdan en que vasta una ojeada al pasado para constatar que la omnipresencia de la corrupción en la administración pública de México no es un fenómeno reciente. Estudiosos como Eric Wolf dan cuenta de una difundida corrupción durante la época colonial de México, la cual estaba asociada con las barreras discriminatorias formales e informales a las que se enfrentaba la creciente población mestiza. Con respecto al período siguiente, Lucas Alamán se refiere a los corruptos privilegios de que gozaban los militares mexicanos a mediados del siglo XIX, y Alan Knigth y Paúl J Vanderwood destacaron la práctica habitual de “convertir” a bandidos en policías durante los períodos pre y pos revolucionarios.6 Retrocediendo en el tiempo aún más, muchos mexicanos culpan al sistema de favores y proteccionismo que floreció en épocas prehispánicas, incluso destacando que el emperador Moctezuma trató de comprar con oro al dios Quetzacoatl (identificado como Cortés)7. El Presidente Álvaro Obregón (1920-1924) reconoció públicamente el uso táctico de la corrupción: “no hay general que resista un cañonazo de cincuenta mil pesos”; y el presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952) dejó un legado mundialmente famoso de corrupción y ganancias mal habidas. El retrato que hizo Frank Tannenbaum de la política mexicana a finales de la década de 1940 sintetiza la magnitud histórica de la corrupción: “Tal vez lo peor de todo sea la mordida, que se expande en un circulo creciente de los burócratas a quienes no lo son, y representa ahora, quizá, el principal impedimento, tanto moral cuan políticamente, para un buen gobierno y para el progreso económico”. Desde un principio, el fenómeno se manifestó en todos los niveles y ámbitos, aun cuando ello no nos permita afirmar que toda la administración pública haya sido y sea corrupta. Los procedimientos para el control y la aplicación de sanciones a las transgresiones administrativas se han desarrollado históricamente; en el mundo tienen una larga historia que se pierde en los orígenes de la constitución de los Estados antiguos, feudales y modernos en occidente. En el caso de México, es claro que la constitución de los Estados nacionales pre-hispánicos, no se podía

6 Morris, Stephen D. Corrupción y política en el México contemporáneo. México: Siglo XXI, 1992. 7 Morris, Stephen D. 1992. op.cit.

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dar, sin un aparato gubernamental que se hiciera cargo de la administración de la sociedad y sus finanzas; pese a no contarse con datos históricos al respecto, no se puede concebir un aparato burocrático, sin un sistema de normas de comportamiento económico y tributario y, consecuentemente, con sus correspondientes sanciones para quienes en el ejercicio de un puesto, incurrían en abuso de sus atribuciones. Existen datos que nos indican que la corrupción tiene una vieja historia, basándose en ello se puede dividir en dos épocas: entre el año 3000 a. C. Y el 1000 d. C. En el que se va desarrollando la idea de no tener que reciprocar por actos gubernamentales contra las normas de reciprocidad que fundamentaba a las sociedades, cuyos gobernantes eran al mismo tiempo receptores de ofrendas y jueces; un segundo período estaría comprendido entre el año 1000 y 1550 d. C., en el que el ideal de la no reciprocidad o anticorrupción domina las expresiones religiosas y literarias y se intenta aplicarlo en sucesivas corrientes de reforma.8 Si bien en la colonia también se contó con normas para regular el funcionamiento de la sociedad, de las que existen algunos registros en materia de fiscalización, los cuales dependían del gobierno Virreinal. En consecuencia, la normatividad durante ésta época, fue una extensión o derivación de las normas ibéricas; se dió el caso que el propio Hernán Cortés, gobernante de México después de conquistarlo, fue sujeto a un juicio de residencia por su irregular forma de actuar como tal. No siempre fue igual el juicio de residencia, con el tiempo se fue ampliando y perfeccionando, llegando a tener como sujetos del mismo a los virreyes, gobernadores, militares, intendentes, presidentes de audiencias y oidores fiscales, entre otros. Es de señalarse que la mayor persecución era contra las infracciones en perjuicio de la Real Hacienda, lo cual reflejaba que el interés mayor era fiscal, más que el político y de buen tratamiento de los particulares.9 De los elementos históricos, los que pueden ser más importantes son los relativos al México independiente, que desde sus orígenes, se fue configurando en su vocación por el derecho y la política.

8 Farell Cubillas, Arsenio. en: López Presa. José O. Corrupción y Cambio. FCE, 1998.

9 López Presa José O. 1998 op.cit.

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“...antes de las proclamas de los líderes insurgentes, aparece la preocupación por cuidar la honestidad en el servicio público, así, José María Morelos y Pavón, en su mensaje denominado: sentimientos de la nación, manifestaba ya las bases de la moral social y del buen servicio, denominándose el mismo Morelos “siervo” de la nación.”10

En el decreto constitucional para la libertad de América mexicana, aprobado en Apatzingán, el 22 de octubre de 1814, se establecieron las primeras normas mexicanas sobre las responsabilidades, sanciones, procedimientos y tribunales, en los que se vería las causas derivadas del ejercicio del servicio público y de los propios servidores. En el período de la reforma, es muy significativa la figura del Lic. Benito Juárez; en la actualidad, con un congreso más plural, se recobra la tradición de búsqueda de la equidad y la justicia, razón por la cual, la sociedad civil reclama un ejercicio más responsable por parte de sus representantes y funcionarios. Es importante reconocer que el problema de la corrupción no es exclusivo del sistema político, ni nación en 1946 con Alemán como algunos marxistas culpan a su modelo capitalista, ni en 1970 con Echeverría o con López Portillo sin embargo, cuando de la Madrid asumió el poder en 1982 la corrupción había proliferado a un grado extremo a todos los ámbitos que parecía imposible tocarla sin provocar desestabilización del orden social económico y político.

10 Klitgaard, Robert; Del Val Blanco, Robert. Prevención de la corrupción en el servicio público. Un

enfoque internacional. México: INAP, Praxis Nº 65, 1984.

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IV. MARCO TEÓRICO y CONCEPTUAL 1. PERSPECTIVAS DEL DELITO Según la definición de Francisco Carrara, como concepto clásico, el delito “ es la infracción de la ley del estado, promulgada para proteger la seguridad de los ciudadanos, resultante de un acto externo del hombre, positivo o negativo, moralmente imputable y políticamente dañoso. El concepto formal del delito se desprende de la propia Ley. El código penal para el distrito federal en materia del fuero común y para toda la república en materia del fuero federal en su artículo 7° dispone: “Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes penales. De aquí podemos determinar que la punibilidad es un elemento indispensable del mismo. Rafael Garófalo define al delito como “la violación o lesión de aquella parte del sentido moral, que consiste en la violación de los sentimientos altruistas de piedad y probidad, en la medida media indispensable para la adaptación del individuo a la colectividad”. Para Luis Jiménez de Asúa, “el delito es un acto típicamente antijurídico, culpable, sometido a veces a condiciones objetivas de punibilidad, imputable a un hombre y sometido a una sanción penal.11 Los anteriores puntos de vista expresados sobre el delito pueden ubicarnos en el punto de partida para la revisión de las corrientes críticas sobre el mismo, las que a continuación señalamos. 1. PERSPECTIVA SOCIAL La investigación sociológica parte del supuesto de que el adulto moldea su carácter en su ambiente, abandona el antiguo concepto de criminal nato y comienza a indagar las diferencias ambientales que se dan entre los delincuentes y los no delincuentes.

11 Jiménez de Asúa, Luis. Lecciones de Derecho penal. Mencionado por Monarque Ureña. Lineamientos elementales de la teoría general del delito. Ed. Porrúa . 2000.

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Como lo afirman los psicoanalistas, destaca el hecho de que el ambiente ejerce su influencia sobre el individuo a partir del nacimiento, razón por la que frecuentemente sus investigaciones se concentran el delincuente juvenil. Características tales como el hogar deshecho, la ausencia de disciplina, la mala compañía, la falta de organización del tiempo libre, los factores económicos entre otros se hayan frecuentemente vinculados con la criminalidad; la investigación de estos factores y el estudio psicológico moderno ha promovido un cambio, desviando la atención del castigo al delincuente, hacia el análisis de las condiciones sociales productoras de la personalidad antisocial. La circunstancia, de que aún, en un ambiente cuyos factores guardan en su totalidad una alta correlación con la frecuencia de la actividad delictiva, sólo una minoría expuesta a ellos llega a la delincuencia, implica que además de los factores estrechamente ambientales, otros también deban desempeñar algún papel en la propiciación de la delincuencia12 . El concepto de desviación social surge en la unión norteamericana ante la necesidad de definir y comprender de manera unitaria una serie de fenómenos que antes se analizaban separadamente y se denominaban “Problemas de la sociedad”. Actualmente, el concepto de desviación social es discutible, sobre todo, en relación a su utilidad en el ámbito de la investigación empírica, como a sus implicaciones práctico - políticas. Tradicionalmente el campo de estudio de la desviación social abarca no sólo las acciones y conductas reprimidas en forma activa por el sistema social y que en general se configuran como “crímenes o enfermedades mentales”, sino también todas aquellas conductas distintas, inclusive heterogéneas entre sí, como la homosexualidad, el uso de drogas etc. Cabe señalar que existen diferencias entre conductas criminales y conductas desviantes; las primeras son las que violan los códigos penales de cualquier sistema social y las segundas violan otras normas, entre las cuáles se encuentran las normas de las buenas costumbres. En este sentido surge el concepto actual de criminalización, como el proceso a través del cuál, una acción o una conducta desviante resulta dotada de características peculiares, definida criminalmente y sancionada de acuerdo a requerimientos precisos del sistema social. La perspectiva correctiva dirige su 12 Friedlander, K. “Psicoanálisis de la delincuencia juvenil”. Edit. Paidós, 1981,

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análisis en función de la solución de los problemas planteados por los fenómenos de desviación social. No obstante, nuestro Derecho Penal no hace distinción entre los delitos de acuerdo a su gravedad (crímenes, delitos y faltas) y contempla tanto a los delitos como a los crímenes simplemente como delitos.13 2. PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA Los descubrimientos en el campo del psicoanálisis, han llevado a considerar las similitudes entre los delincuentes y los no delincuentes, en lugar de sobrestimar sus diferencias y esa acción ha resultado fructífera. Bajo esta perspectiva, en algunos casos el matar no se considera un crimen; el hecho de que, inclusive en épocas de guerra el número de personas incapaces de matar sea tan reducido, permite suponer que ese impulso existe en todo ciudadano normal, sólo que en las condiciones corrientes no lleva a la acción. Otras confirmaciones a esta suposición, la proporcionan los individuos, que al realizar acciones criminales, son dominados por intensas emociones o por un estado de obnubilación de la conciencia. La presencia de pensamientos e impulsos altamente antisociales en la mente de seres humanos socialmente adaptados, demuestra que los impulsos que el criminal pone en acción también existen en la mente del ciudadano normal. Las razones, si existen, por las que algunos individuos poseen suficientes mecanismos inhibitorios para abstenerse de realizar transgresiones, mientras que otros carecen de esas funciones prohibitorias, se encuentran en parte al mencionar los impulsos fundamentales que son esenciales para la vida, y de los cuáles surgen, primero el Ego. Para describir la estructura de la personalidad recurriremos a los conceptos de Freud. En primer lugar, cabe señalar que los instintos o impulsos, son tendencias congénitas que actúan automáticamente, aparecen en forma de energía y tratan de expresarse en el sujeto. Tomando como base sus experiencias con el mundo exterior, en una parte de sus instintos, se desarrollan lo que se denomina el yo o Ego; que es en gran parte 13 Monarque Ureña Rodolfo. 2000. op.cit.

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consciente y representa la personalidad que piensa y que sabe. Así pues una gran parte de los impulsos sirven al ego, pero quedan todavía otros impulsos en reserva y éstos tratan de debilitarlo, llegando quizás hasta su total destrucción por medio del robo, el asesinato o el incesto, esa reserva de impulsos se conoce con el nombre de Ello. El Ello es la más antigua de las instancias psíquicas, tiene por contenido todo lo heredado, lo innato, lo constitucionalmente establecido, es decir, todos los instintos considerados en la organización somática que alcanzan en él, una primera expresión psíquica cuyas formas aún se desconocen. De ahí en adelante, esta parte obstaculiza los impulsos instintivos, en tanto que antes eran los padres quienes decían al niño que se conservara limpio, ahora, esta nueva defensa es la que asume la carga, lo que antes era una expresión exterior se convierte en una presión interior ahora. Esa parte del Ego es la que se denomina Superego. El conflicto exterior original entre el padre y el niño se ha transformado en un conflicto interior entre dos partes del mismo niño: su ego y su superego, éste es juez y conciencia, la autoridad siempre presente, afirmándose al decir “No harás tal cosa”. El superego censura no sólo las actividades criminales sino también, los simples pensamientos o las situaciones de realizarlas, y hace sentir, consciente o inconscientemente, un sentido de culpabilidad. Si una persona prescinde de su ego o de su superego, se hará impulsiva, desorganizada y psicótica. Si su superego se merma o destruye, desaparecen todas las inhibiciones y el resultado será un sujeto antisocial, delincuente; esto es lo que ocurre en un gran número de delincuentes. Los impulsos instintivos tienen que ser domesticados, pero en cierto número de personas, lo que existe entre es tensión en lugar de armonía. El ego lucha por conseguir los impulsos antisociales del ello, y quizás de esta manera provoca actividades abiertamente antisociales. Freud adoptó una teoría dualista de los instintos reduciéndolos a dos grupos: “instinto de vida e instinto de muerte”, ambos buscan por igual la satisfacción, en razón de que sus fines son opuestos entre si, el individuo debe hallar un modo satisfactorio de tratar con ambos; esta lucha constituye las manifestaciones de la vida. Freud adoptó una teoría dualista de los instintos reduciéndolos a dos grupos: “instinto de vida e instinto de muerte”, ambos buscan por igual la satisfacción, en razón de que sus fines son opuestos entre sí, el individuo debe hallar un modo

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satisfactorio de tratar con ambos; esta lucha constituye las manifestaciones de la vida. Para dar una explicación a su teoría Freud, presenta las fases por las cuáles atraviesa el sujeto a lo largo de su desarrollo y que definirán su personalidad ulterior, las fases son: Oral ( primer año de vida), anal-sádica (Desde el final del primer año hasta la mitad del tercero) y fálica( a partir de la mitad del tercer año). Las necesidades antisociales que enfrenta el delincuente, son manifestaciones normales de la vida instintiva del niño pequeño. Los impulsos de los delincuentes no son buenos ni malos, su presencia inmodificada en un niño mayor o en un adulto, indica que la adaptación social no se ha realizado. Freud llevó a cabo el análisis del delincuente y concluyó que el sentimiento de culpabilidad proviene del complejo de Edipo, siendo una reacción a las dos grandes tendencias criminales, matar al padre y desear a la madre; comparados con estos delitos cometidos, constituyen un alivio para el sujeto atormentado. En el caso del delincuente, por un lado, éste comete un delito por sentimiento de culpabilidad y por otro, el castigo que el delito ocasiona, satisface la necesidad de auto castigo que el sujeto experimenta inconscientemente. Freud señala que los individuos que cometen delitos son sujetos que no han desarrollado inhibiciones morales o creen que su conducta se justifica por su lucha contra la sociedad con la que están en desacuerdo. Este tipo de individuos conforman para Freud, las personalidades psicopáticas. El sentimiento de culpa14 es un conflicto de ambivalencia, esto es, representa una lucha continua entre las tendencias de vida y el instinto de muerte. Aclara que no siempre este sentimiento aflora en el campo de la conciencia, sino que muy frecuentemente se encuentra reprimido en el plano inconsciente. 3. PERSPECTIVA LEGAL La teoría del delito comprende el estudio de los elementos positivos y negativos del delito, así como sus formas de manifestarse. Los elementos positivos del delito

14 Freud, S. El complejo de Edipo. FCE.1970.

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configuran la existencia de éste, mientras que los elementos negativos constituirían su inexistencia; las formas de manifestación, se refieren a la aparición del mismo. Este enfoque atiende al cumplimiento de un cometido esencialmente práctico, consistente en la facilitación de la averiguación de la presencia o ausencia del delito en cada caso concreto15. Esta teoría no se encargará de estudiar cada delito en particular, sino las partes comunes de todo hecho delictivo, con el fin de determinar si existe o no un ilícito. Estas partes o elementos son la conducta, la tipicidad, la antijuridicidad, imputabilidad, culpabilidad, las condiciones objetivas de punibilidad, la punibilidad así como sus elementos negativos, ausencia de conducta, atipicidad, causas de justificación, inimputabilidad, ausencia de condiciones objetivas de punibilidad, excusas absolutorias respectivamente, todo esto con el fin de establecer cuando se le podrá imputar un hecho delictivo a un sujeto. La doctrina para conocer la composición del delito, ha recurrido a dos concepciones: a) La totalitaria o unitaria cuyos principales exponentes son Antolini y Carnelutti en Italia, y Schaffstein, Dahm y Kempermman en Alemania, que considera al delito como un todo, como un bloque monolítico indivisible, porque su esencia no está en cada elemento, sino en el todo; los autores identifican al delito como una unidad esencialmente unitaria y orgánicamente homogénea, es decir, la realidad del delito se encuentra intrínseca en su unidad, y no se puede dividir. b) La analítica o atomizadora, o “método de la consideración analítica o parcial16 ” llamada así por Bettiol. La idea analítica estudia el hecho criminoso desintegrándolo en sus elementos, pero con una conexión entre sí que en conjunto forman la unidad del mismo. Los que propugnan semejante diferencia entre los elementos del acto punible, jamás han negado que el fenómeno delito viva existencia conjunta. Como el organismo fisiológico o patológico, es un todo que sólo puede comprenderse si se estudia o se aprecia en su total armonía o en su complejo doliente. 15 Zaffaroni, Eugenio Raúl, Manual de derecho penal” parte general, 2ª. Edición edit. Cárdenas editor y distribuidor México 1991. 16 Porte Petit Candaudap, Celestino, Apuntalamiento de la parte general del derecho penal, edit. Porrúa,S.A., México, 1983,

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2. ASPECTOS TEORICOS DEL DELITO Para estudiar el delito y sus elementos, se han creado diversas corrientes doctrinarias:

1) Teorías causalista y finalista de la acción

La acción es un aspecto del delito y para la teoría causalista “es un comportamiento humano dependiente de la voluntad (voluntario), que produce una determinada consecuencia en el mundo exterior”. Dicha consecuencia puede consistir tanto en el puro movimiento corporal (delitos de mera actividad), como en este movimiento corporal seguido del resultado ocasionado por él en el mundo exterior (delitos de resultado).

Esta teoría trata a la acción como factor causal del resultado, sin tomar en cuenta la intención que llevó el sujeto al cometerlo.

Para la teoría finalista “La acción no es sólo un proceso causalmente dependiente de la voluntad, sino por su propia esencia, ejercicio de la actividad final. La finalidad obedece a la capacidad del hombre de prever, dentro de ciertos límites, las consecuencias de su comportamiento causal y de conducir el proceso según un plan a la meta perseguida mediante la utilización de recursos. Los finalistas consideran a la voluntad como un factor de conducción que supradetermina el acto causal externo. Es decir, el agente para cometer el hecho delictivo piensa el ilícito y realiza la conducta delictiva, porque su voluntad lleva un fin, y éste es el último acto que provoca la aparición del delito. La voluntad lleva un contenido, la intención de cometer el ilícito, el propósito de llegar a algo.

Se debe poner atención especial en las diferencias claras de las teorías causalista y finalista de la acción, en virtud a que la primera, considera a la acción como mecánica: un producto causal, en cambio la segunda determina dirección o propósito a ese producto causal, es decir, existe una voluntad orientada en determinado sentido. Las teorías causales, proporcionan el concepto de acción como la simple producción de una conducta referida al mundo exterior y no el actuar lleno de sentido. Para los causalistas el contenido de la voluntad, separado y declarado irrelevante para la acción, debe parecer en otro lugar de los elementos del delito, concretamente en la configuración del dolo, forma o especie de la culpabilidad.

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2) Teorías psicologista y normativista En el estudio de la culpabilidad, se considera otro elemento del delito que consiste en el nexo causal que une al sujeto con su acto. Se han creado dos criterios; uno que asume la teoría psicologista y otro la teoría normativista. La culpabilidad con base psicológica, consiste en un nexo psíquico entre el sujeto y su conducta o el resultado material, según se trate de un delito de mera conducta o de resultado material. En el primer caso, hay un solo nexo psicológico; en el segundo dos, pues además de éste, se requiere que exista un nexo psicológico entre el sujeto y el resultado material que produzca; por lo tanto para la teoría psicológica, la culpabilidad se origina en cuanto existe el nexo psicológico. La teoría psicológica de la culpabilidad, exhibe serias limitaciones ya que el dolo o la culpa no basta para integrarla, la concurrencia de la reprochabilidad de ese nexo psicológico; de otra manera existiría la culpabilidad en los casos de legítima defensa”17 , estado de necesidad y en las mismas eximentes putativas, en las cuáles el sujeto actúa dolosa pero no culpablemente. Para la corriente psicologista, la culpabilidad es el nexo psicológico que une al sujeto con su conducta, y para la corriente normativa, ésta es un juicio de reproche, porque este elemento del delito es reprochabilidad, un sujeto es reprochable porque es culpable, y dicho reproche no es más que la reacción social o jurídica determinada por el delito cometido con todos sus elementos constitutivos 3) El modelo lógico Dentro del derecho penal contemporáneo se ha expuesto una forma para conocer y adentrarse en la ciencia jurídico penal, denominada “ modelo lógico matemático del derecho penal”, en México sus mejores exponentes han sido los doctores Olga Islas de González Mariscal y Elpidio Ramírez H. Contando con los estudios de los modelos lógicos matemáticos de Karp y Eduardo Terán. La mayor aportación es la división de los elementos típicos en dos subconjuntos: presupuestos y elementos del delito.

17 Maurach, Reinhart, “Tratado de derecho penal” II edit. Ediciones Ariel, Barcelona, 1962.

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4) Teoría Sociologista Su concepción proviene de la escuela positivista; ésta considera al delito como un fenómeno natural y social producido por el hombre. Algunos autores la consideran en una posición intermedia entre la teoría causal y final, la cuál se basa en que sólo las acciones que tienen sentido social pueden ser prohibidas por el derecho penal, porque únicamente pueden ser objeto de éste aquéllas acciones que trascienden a terceros o forman parte de las relaciones humanas, y no así las intrascendentes en el ámbito individual. 4) . Enfoque Criminológico El nuevo enfoque que planteamos, aún y que podría considerarse de tipo positivista por el método de comprobación, va mucho más allá de las premisas que sustentaba el enfoque positivista clásico criminológico basado en los rasgos de los criminales que manejaron los precursores italianos Lombroso, Ferri y Garofalo a finales del siglo XIX, ni al enfoque de los posteriores representantes de la corriente como José Ingenieros que trata al delincuente como un enfermo en su concepto evolucionado de criminología clínica. El enfoque del delito dentro de la Teoría General del crimen parece conciliar muchos puntos de vista heredados de los dos grandes enfoques criminológicos: el propio hacia el individuo y el externo al individuo. Las variables principales manejadas dentro de la Teoría General del crimen, autocontrol y oportunidad parecen confluir en un sincretismo de ambos enfoques. vg. la tesis de Durkheim señala que el delito es inherente a la sociedad, que es algo natural, pero, cediendo sin conceder, si éste se encuentra latente en el individuo, que es lo que lo desencadena de tal forma que se presente en algunos individuos y en otros no?, estas interrogantes son analizadas dentro de la Teoría General del Crimen. En ese sentido, los postulados que se manejan en este trabajo de investigación no confrontan la visión de Durkheim, como lo veremos más adelante, de que el delito es un hecho social normal y que por tanto el enfoque positivista clásico centrado en el individuo no tiene razón de ser. Robert Merton expone el problema de la desviación relacionándola con la estructura cultural en la que el ciudadano está presionado para lograr metas como

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objetivos legítimos para todos los miembros de la sociedad. Su enfoque esta basado en objetivos y medios para lograrlos y cuando estos no están en equilibrio, la estructura social entra en tensión con los valores culturales y esto a final de cuentas resulta en una tendencia al derrumbe de normas o a la falta de normas.18 Sus limitaciones son ampliamente conocidas, pero entre las mas importantes se encuentran en el enfoque ahistórico que hace de la sociedad como elemento inalterable. La teoría ecológica, de Shaw-Mckay, es otro de los intentos simplistas, desde el punto de vista sociológico que busca explicar al delito y su causalidad, que ha manifestado su incapacidad para una aplicación general. La teoría de la asociación diferencial de Edwing Sutherland arguye que la conducta criminal se aprende y para esto existe una gran influencia de las personas y los grupos sociales cercanos al individuo. Sus limitaciones también son concernientes a su aplicación para casos muy específicos La Teoría de Albert Cohen del “Subculturalismo”, Cloward y Ohlin de “La ocasión diferencial “y Daniel Glaser con “La identificación diferencial” al igual que las mencionadas que podríamos encuadrar como de corte funcionalista, han aportado conocimiento para el ámbito criminalístico, pero han mostrado sus limitaciones para explicar el fenómeno objeto de estudio de una manera general y consistente. Dentro de la corriente interaccionista denominada así por involucrar la respuesta de otros al estímulo, se hace énfasis en las normas o reglas que deben imponerse, es decir, la desviación no es una cualidad del acto cometido por una persona sino una consecuencia de la aplicación que los otros hacen de las reglas y las sanciones. El desviado es una persona a la que se ha podido aplicar con éxito dicha calificación.19 Este enfoque reconoce que las reglas se aplican diferencialmente, vg. Los delitos de cuellos blanco son tratados distintos a los demás delitos. Su debilidad radica en su incapacidad para explicar todas las conductas por la reacción social. 18 Robert Merton, Teoría y estructura sociales. Mencionado por Marcó del Pont K. Luis. 1999 Manual de criminología, un enfoque actual. Ed. Porrúa 3ª Ed. 1999. 19 Becker Howard. Los extraños, buenos aires, 1971, ed. Tiempo contemporáneo. Cit. por Marcó 1999 op.cit.

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Los grupos sociales producen la desviación al crear las normas y aplicarlas. Teoría del estereotipo del delincuente de Dennis Chapman, en el que presenta la tesis central de que el comportamiento criminal es un rasgo de los grupos de baja posición en la sociedad. Lo importante es la relación interaccionista del delincuente como chivo expiatorio con la sociedad en crisis. También podemos mencionar como aportaciones teóricas el proceso de criminalización de Austin Turk, la teoría de la desviación primaria y secundaria de Edwin Lemert, la Teoría del derecho penal de Richard Quinney. La política criminal alternativa que postula la necesidad de introducir intervenciones institucionales y comunitarias más adecuadas a las necesidades y a los intereses importantes en una sociedad en transición. Las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud, Teodoro Reik, Franz Alexander, Uho Stab Jacques Lacan y otros que se han venido quedando rezagadas ante la evolución del delito en las nuevas sociedades. Todas han recibido severas críticas, pero quizás la más fuerte que podamos hacer es que la mayoría de estas teorías se han desarrollado en circuitos sociales, económicos y políticos muy distintos al nuestro, por lo que se considerarían extralógicas. Para reforzar la afirmación anterior, podemos mencionar los trabajos de investigación dentro del campo administrativo y organizacional realizados por el investigador Geert Hofstede20 en los que trata de explicar las diferencias culturales entre los países, con objeto de dar respuesta a la pregunta si son aplicables en otros países las teorías desarrolladas en E.U. y en general de diferentes países. El problema de las diferencias entre culturas se acrecienta cuando observamos que dentro de una misma cultura existen subculturas o contraculturas. El problema no termina aquí, sino que se vuelve más complicado ya que no sólo los individuos reflejan las diferencias culturales, sino las políticas gubernamentales y legislativas, situaciones del mercado laboral y posiciones de poder sindical, cuyas implicaciones pueden darse en materia de desempeño, calidad, costo, trabajo etc.

20 Hofstede Geert. Do American theories apply abroad?. Organizational Dynamics, summer 1989. Amacom a division of American Management Associations

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El trabajo de Hofstede está basado en algunas consideraciones de entre las que sobresale el concepto de cultura que utiliza como la “Programación mental colectiva de la gente en un ambiente”. Es decir, para él, la cultura existe en la mente de la gente, y es compartida porque se ha cristalizado en las instituciones que la misma gente ha construido. Estructuras familiares, educacionales, religiosas, asociaciones, formas de gobierno, organizaciones de trabajo religiosas, leyes, literatura y lo principal, teorías científicas. El mayor logro que se puede atribuir a Hofstede es la definición de cuatro criterios etiquetados como dimensiones encontradas a través de una combinación de razonamiento teórico y análisis estadístico masivo.

- Distancia de poder - Evitamiento de la incertidumbre - Individualismo - colectivismo - Masculinidad feminidad

Los mapas culturales desarrollados a partir de las dimensiones mencionadas permiten observar en qué medida las teorías desarrolladas en un país son probables de aplicar en cualquier lugar. Pero sin lugar a dudas, las teorías italianas, inglesas, alemanas y francesas reflejan la cultura de Italia, Alemania, Inglaterra y Francia y las teorías americanas reflejan la cultura estadounidense. Por otra parte, el sustento empírico que respalda el marco más conceptual que teórico del delito y del crimen, nos lleva a la conclusión de que la carencia del fundamento científico, implica que todo este cuerpo de conocimientos tiene un carácter extrateórico. Para empeorar la situación se puede afirmar que desde una perspectiva empírica la teoría general del comportamiento criminal omite los caso de cuello blanco cuya tipología escapa de su ámbito por las características tan especiales del entorno y del perfil de los individuos que los cometen. Incluso se llega a pensar en la viabilidad de la existencia de una sola teoría que pudiera explicar los delitos de cuello blanco y los delitos comunes.

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La criminología se ha debatido en una continuo cambio de enfoques en los que cambia su objeto de estudio de las personas que cometen delitos y otras veces se enfoca a la estructura social y sus presiones. Pero se ha observado que en la nueva criminología se ha mantenido consistente en considerar al delito no en relación a factores biológicos y psicológicos como en la escuela positivista, sino vinculado a la estructura social21. Las investigaciones realizadas han analizado al individuo, desde perspectivas biológicas y psicológicas, la estructura cultural y social profundizando en el terreno sociológico y aún no se tienen todas las respuestas a un problema de gran trascendencia como lo es la delincuencia y en especial la de cuello blanco, en la que la corrupción es una de las principales prácticas. 3. MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL DEL PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN 1. ENFOQUE MACRO-SITUACIONAL 1)Concepciones del Problema Como se ha puntualizado antes, el conocimiento sobre la corrupción como acto no ético y criminal se ha desarrollado en torno a diferentes apreciaciones, las cuales se detallarán a continuación. Indudablemente que un tema con tantas aristas como lo es la corrupción, ha generado estudios sistemáticos que han intentado resolver los problemas de definición, tipología, causa y consecuencia. Existe una gran cantidad de trabajos que han analizado estos temas, pero con bastantes deficiencias derivadas de las innumerables definiciones que plantean de manera inadecuada las dimensiones fundamentales, normativas y conductuales, de la corrupción, y no logran incorporar el fenómeno a un marco de referencia más amplio. Ante la interrogante de que ¿Qué es la corrupción? Podemos acudir a Morris que la ha definido como el uso ilegítimo del poder público para el beneficio privado, todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de

21 Marcó del Pont K. Luis. 1999. op.cit.

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consideraciones de beneficio personal o político, o simplemente como “el uso arbitrario del poder”22. Sutherland define a los delitos de cuello blanco (entre los que esta el de la corrupción), como aquellos cometidos por una persona respetable, de elevada condición social, en el ejercicio de su profesión. Una definición común de diccionario23 indica que la corrupción es la acción y efecto de corromper o corromperse. Vicio o abuso introducido en las cosas no materiales. Luis Marcó del Pont señala que dentro de las formas más graves de criminalidad por abuso de poder se encuentra la corrupción, e identifica distintos tipos, tales como la administrativa, la política, la policial, la de los jueces, la empresarial, la sindical, la periodística, etc.24 Riding puntualiza que el hecho de que la corrupción siga floreciendo en cientos de formas en otros puntos de la sociedad, confirma que el problema es cultural y no moral25, lo que trae a nuevamente a la mesa de discusión los enfoques ya revisados de Hofstede26. Como se puede ver, la definición proporcionada por Morris, ubica a la corrupción en el contexto de importancia en el que la mayoría de la gente la considera, llevándonos ante todo al involucramiento directo del sector público en esta clase de conducta no ética. Es de notarse que el sector privado queda aparentemente excluido de la definición dada por Morris, aunque más adelante, en su modelo presenta una interacción entre ambas partes. A este respecto, hay que reconocer que el fenómeno de la corrupción con su particularidad de ubicuo no es privativo del sector público, pero concordamos con lo expresado por Baena del Alcázar27en el sentido de que la administración pública es una organización como lo son las empresas privadas y otras organizaciones

22 Morris Stephen 1992. op. cit. 23 Alonso Martín. Enciclopedia del Idioma. México. 1991. Aguilar. 24 Marcó Del Pont.1999. op. cit. 25 Riding Alan. op. Cit. 26 Hofstede. op. Cit. 27 Citado en Moreno Espinoza, Convergencias y Divergencias entre la administración pública y privada. Contaduría y administración. No. 188. Enero-marzo-1998.

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existentes en la sociedad, pero se trata de una organización fuertemente cualificada por la titularidad formal del poder, sobre todo la tremenda importancia que tiene por que gestiona los intereses de toda la sociedad y todo los intereses de la misma. Continuando con Morris, con respecto a la forma de comportamiento político desviado, la corrupción es una conducta política contraria a las normas políticas. Esta definición destaca por igual sus componentes normativos y conductuales. El aspecto normativo equivaldría a alguna noción amplia del interés común que está en el meollo de la legitimidad del Estado moderno. La norma brinda el criterio por el cual han de interpretarse y juzgarse todos los actos de gobierno. La Organización de las Naciones Unidas en el Quinto Congreso sobre prevención del Delito caracterizó al “delito como negocio” o “corrupción”, cono el que tiene las siguientes características: Se lleva a cabo priomordialmente por afán de lucro; Implica cierta forma de organización, en el sentido de un conjunto o un sistema de relaciones formales entre las partes que cometen los actos delictivos; Implica el uso o el abuso de formas y técnicas legítimas del negocio, y Típica, pero necesariamente, las personas que intervienen en la comisión de estos delitos gozan de un estatuto social relativamente elevado o de poder político, cuando no de ambos. En el contexto analítico de Morris sobre el aspecto conductual de la corrupción plantea que ésta consiste en un tipo especial de conducta política caracterizada por los actos públicos de funcionarios públicos y de ciudadanos particulares que propicia resultados particularizados, específicos de una situación dada, dentro de un medio furtivo. Podemos decir que existe un interés personal subyacente, que motiva a la acción dadas las características del entorno y generalmente en forma encubierta. Al hablar de interés personal hablamos de dos vertientes que hay que diferenciar y tener presente para comprender mejor la conducta del individuo , que son por un lado el interés genuino del individuo por desarrollarse, que sería compatible con su racionalidad, en cuyo caso todos los actos de los funcionarios sean corruptos o no

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contienen esta racionalidad y por el otro, uno de esos actos racionales por parte de un funcionario público que se desvía de la promoción ideológicamente sancionada del interés común, lo que se constituiría en un acto de corrupción. Para Morris, la atención se concentra sólo en la discriminación de dos clases generales de corrupción –el soborno y la extorsión28– sobre la base de la dirección de la influencia política y de los tipos de organización involucradas. En el soborno el ciudadano induce una respuesta deseada por parte del funcionario público mediante el uso de sanciones positivas como el beneficio monetario. En la extorsión, el funcionario público influye en el comportamiento del ciudadano mediante el uso de sanciones negativas tales como la amenaza de un abuso adicional de autoridad. 2) Causas de la corrupción Se han dado numerosas explicaciones de la corrupción. En general, las teorías causales ofrecen una variedad de hipótesis contradictorias, se hallan fragmentadas y no logran distinguir los diversos tipos de conducta corrupta. La literatura especializada sobre la corrupción propone muchas hipótesis contradictorias. Por ejemplo, en el sentido de que la centralización de la autoridad engendra corrupción, se opone a los argumentos de otros, que afirman que la descentralización la propicia. Se observa una disputa similar en torno a sí la ausencia o la existencia de instituciones políticas fuertes facilita la corrupción. Las explicaciones suelen verse fragmentadas y desarticuladas, y muestran pocos esfuerzos comprensivos para vincular los numerosos factores causales.

28 Para identificar las forma más representativas de corrupción en México Morris realizó un análisis con datos tomados de más de novecientas noticias sobre corrupción aparecidas en la prensa de la ciudad de México en 1970, 1971, 1972, 1974 y de 1976 a 1984, resultando que extorsión y fraude representan el 59.5% de los casos.

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Las teorías actuales no logran distinguir entre las diversas formas de la corrupción. Ninguno de ellos especifica realmente qué tipo de corrupción puede producirse o qué factores específicos pueden relacionarse con diferentes corruptos. La modernización, que considera que una transición de los valores e instituciones tradicionales a los modernos señala el proceso de desarrollo, trata a la corrupción como la expresión de este conflicto entre los valores tradicionales, que condonan la corrupción, y los más modernos, que la condenan. Con la problemática señalada, Morris adopta un enfoque de la corrupción estructural centrado en el Estado. Este enfoque supone que la corrupción es un acto racional en el cual los individuos responden a la estructura inmediata de recompensas y castigos. Aunque el acto, por definición, es ilegítimo se le ve de acuerdo con los dictados de la ideología legitimadora del Estado, puede ser legítimo cuando se le considera en el contexto de los intereses organizacionales. Como tales, los actos corruptos tienden a reflejar el equilibrio inmediato de las normas y estructuras organizacionales. Esto quiere decir que un acto corrupto pone de manifiesto la capacidad relativa de organizaciones en competencia para ofrecer y crear fuentes de movilidad y supervivencia, y de configurar, así, la senda hacia el beneficio personal. Ilustración de la interacción Estado y sociedad sobre la corrupción planteada por Morris:

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Extorsión

Capacidad del Estado de

ofrecer

Oportunidades de

Movilidad

No corrupción

Soborno

Capacidad de las organizaciones sociales de ofrecer oportunidades de movilidad

El eje vertical representa la fuerza de las organizaciones estatales y la horizontal la fuerza de las organizaciones sociales. En primer término, la corrupción se origina por un desequilibrio estructural entre la habilidad y la capacidad de las organizaciones estatales y sociales para influir sobre el comportamiento político. En la parte media de la gráfica- las presiones cruzadas de las organizaciones y de las sociales producen una situación única, un status de equilibrio en la cual se equiparan la búsqueda racional del interés personal, representativo del Estado, y las normas del sistema. En la medida en que las organizaciones estatales y sociales protegen y promueven sus propios intereses y procuran controlar las indicaciones personales, el punto muerto que se produce por las presiones cruzadas da por resultado una burocracia no politizada y profesional que sigue (a veces religiosamente) las reglas expresas de la institución política y el espíritu de la ley escrita; funcionarios públicos y burócratas dispuestos a rendir cuentas, y una profusión de valores modernos opuestos a la corrupción en el nivel moral y ético. Aunque el enfoque de Morris es prácticamente a nivel macro, no olvida al individuo, eso sí sin darle la dimensión de importancia debida, al sólo considerar

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que para la persona, estas características estructurales únicas representan el lujo de guiarse por principios virtuosos y altruistas. Posteriormente, cuando la fuerza de las organizaciones sociales domina a la del Estado, se presenta una tendencia hacia el soborno generalizado. En este sentido Morris propone la hipótesis de que las organizaciones sociales tales como empresas, grupos étnicos o incluso la familia, reflejarán su mejor capacidad para poner en práctica las oportunidades de movilidad y supervivencia del funcionario al tratar de penetrar en el Estado, influyendo así ilegítimamente sobre la conducta de un funcionario público, pero también reflejarán la incapacidad de proyectar adecuadamente el hecho de que sus intereses son también del bien común. Para terminar, en el caso opuesto, en el que las organizaciones estatales son más poderosas que las sociales29, es decir más capaces de controlar las oportunidades de movilidad (a la izquierda y arriba de la gráfica), existe la tendencia hacia la extorsión generalizada. Dada la mayor capacidad de las organizaciones estatales para influir sobre el comportamiento, y la concomitante debilidad de las organizaciones sociales para restringir el poder del Estado, los funcionarios estatales pueden explotar plenamente su posición superior, a veces con el fin exclusivo del beneficio personal. 3) Consecuencias de la corrupción Dadas sus connotaciones morales, siempre ha tenido prominencia la idea de que la corrupción está mal y que, por lo tanto, no tiene consecuencias positivas, pero ciertos analistas, bajo el estandarte del funcionalismo, identifican notorias contribuciones tónicas de la corrupción. Sostienen por ejemplo, que pese a sus efectos obvios sobre la eficiencia y la administración, la corrupción contribuye a integrar a una elite dividida, a facilitar la influencia política oculta de un grupo no sancionado, e incluso a promover la necesaria acumulación de capital.

29 La teoría sugiere que, debido al avasallador poder del Estado Mexicano, la forma más básica de corrupción en México sería la extorsión, más que el soborno.

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Esta es la contradicción paradójica respecto a la funcionalidad de la corrupción: si la corrupción entraña una conducta incongruente con la ideología legitimadora del Estado, ¿en qué medida erosiona la legitimidad del gobierno o de sus integrantes? Si la corrupción proporciona un vehículo para el enriquecimiento ilegítimo de un grupo de elites, ¿cómo puede éste seguir derivando su autoridad de un Estado que está legitimado sobre principios de conducta opuestos? Si la corrupción erosiona la legitimidad del Estado, ¿en qué medida, y bajo qué condiciones, da por resultado protestas y movilizaciones? Por un lado, entonces, la corrupción contribuye a la estabilidad organizacional al contribuir a propiciar una conciliación, un sistema “cooperativo” estable de botín, y al desalentar la movilización de la oposición porque “su lógica y sus incentivos hacen hincapié en lo divisible más que en lo compartido en lo tangible más que en lo intangible, y en lo inmediato más que en lo de largo plazo”. Pero, por otro lado, la corrupción produce una ineficiencia y un desperdicio burocráticos generalizados, que ponen en peligro la legitimidad de esas mismas organizaciones estatales. Los fondos destinados a programas sociales son desviados por y para aquellos a los que sirve el sistema. Al promover fines organizacionales contrarios a los definidos por la ideología legitimadora, la corrupción anula el impacto de los programas gubernamentales. La corrupción generalizada produce en el público una perniciosa “cultura de la corrupción”, que incluye la desconfianza y el cinismo hacia los funcionarios públicos. Esta desconfianza, combinada con la cancelación de los programas gubernamentales que la corrupción acarrea, magnifica en gran medida la pérdida potencial de la legitimidad que sostiene a las organizaciones del Estado. Al engendrar desconfianza e impedir la realización de objetivos sociales, el abuso constante de la autoridad tiene el potencial de socavarla hasta el punto de que pueda ya no haber una autoridad, es decir, un poder legítimo, del cual abusar. Pese a la serie de argumentos exhibidos basados en la investigación de Morris30, él mismo subraya que la corrupción es un fenómeno conductual, no organizacional; y que su predominio en este caso subraya la centralidad de la política personalista en México. Aunque la mayor parte de los trabajos sobre política mexicana destacan la centralización, el corporativismo o el dominio del PRI, muchos han ido más allá de 30 Morris Stephen 1962 op. cit

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las apariencias organizacionales formales del sistema para develar un sistema personalista importante, complejo y ubicuo. El sistema personalista constituye la tercera dimensión del Estado, y es en este contexto cerrado y aislado donde abunda la corrupción. En este nivel la corrupción, las relaciones patrón-cliente, el personalismo, los equipos y las camarillas, los empresarios políticos, los intermediarios, la cooptación y otras formas de interacciones personales dominan la política mexicana. El predominio de estos modos particulares facilita la corrupción y, al mismo tiempo, estructura los tratos políticos corruptos. En términos generales el poder presidencial centralizado se da primariamente en las áreas del reclutamiento y la iniciativa política, mientras que las influencias burocráticas y particularistas descentralizadas dominan la puesta en práctica real de las políticas públicas. La ideología legitimadora sostiene a la legitimación popular, el sistema organizacional contiene a las movilizaciones populares y estructura las relaciones de clientela, y el sistema personalista hace posible el ejercicio formal y público de los controles políticos. La teoría sugiere también que la corrupción se produce con mayor frecuencia en las áreas burocráticas en las que es más grande el desequilibrio Estado-sociedad. Los datos brindan cierto apoyo empírico inicial a la teoría del Estado-sociedad que vincula determinado patrón de corrupción con la constelación estructural de fuerzas estatales y sociales. La corrupción contribuye a fomentar los sentimientos de legitimidad con la elite política al ofrecer beneficios materiales a quienes juegan el juego político. La corrupción ayuda, además, a comprar a los opositores potenciales y a temperar el conflicto, al hacer más flexible y pragmática la ejecución de las políticas públicas, y al consentir las demandas particularistas. La política de flexibilidad inducida por la corrupción ayuda a facilitar las demandas personalistas, con lo que también se da cabida a ciertos deseos de movilidad de la clase media.

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Por último, la corrupción funciona, en este intrincado nivel personalista, para estabilizar el sistema, al desalentar la movilización horizontal de clases o grupos ocupacionales. En suma, la corrupción promueve la estabilidad política31, sobre todo entre la elite, a través de sus tendencias integradoras. Estimula el pragmatismo político y, al alterar su ejecución, le ayuda a la elite a eludir la severidad de las políticas públicas. Básicamente, la corrupción facilita la cooptación del apoyo político. La a cultura mexicana de la corrupción se caracteriza por la proliferación de la corrupción en la vida civil, por la glorificación cultural de la corrupción en ciertos sectores de la población, por el surgimiento de una moralidad distorsionada en la clase media, por la desviación de la responsabilidad individual y por la difusión de la desconfianza y el cinismo hacia el gobierno y los funcionarios públicos. A esta cultura de la corrupción subyace la evasión de la responsabilidad individual. Como lo expresa Romanucci-Ross32: la responsabilidad individual se sumerge en la noción de que todos roban si tienen oportunidad. En suma. Mediante frecuentes movimientos contra la corrupción, el gobierno socializa al público para que la vea como un problema individual de ciertos funcionarios, más que como un problema sistemático. Las nuevas administraciones promueven entonces la visión de que se han resuelto los problemas de personal pasado. Como consecuencia, se separan los sentimientos acerca de los funcionarios públicos de las evaluaciones globales del sistema. Incluso las protestas contra la corrupción o contra funcionarios corruptos se vuelven menos desestabilizadores, porque el gobierno no defiende la corrupción como si fuese una política “oficial”. De hecho, encabeza el ataque contra ella y se alinea así, en este asunto, con el público. Con una firme retórica, el gobierno subraya al respecto su cooperación con el público, dando la impresión de responder a las demandas populares. Mientras el gobierno promueve el status quo y recompensa la elite por su sumisión, condena, combate y maldice a la corrupción, ante los ojos del público. 31 La contribución de la corrupción a la estabilidad está condicionada por dos importantes factores: que se mantenga a la corrupción dentro de ciertos límites y que existan recursos abundantes. 32 Citado por Morris Stephen, 1962. op. cit.

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Este inmovilismo que pregona Morris nos lleva a pensar que el sistema político mexicano, al igual que cualquier otro sistema cerrado sin interacción evolucionadora con el desarrollo del entorno, está llegando a una fase de agotamiento, en el que otrora positivo efecto paradójico de la corrupción brindó estabilidad, ahora se constituye en fuente generadora de presiones desestabilizadoras. La alineación de que hemos sido objetos por la ideologización imperante en los últimos 50 años hay culturizado el problema de la corrupción en la sociedad, lo cual vemos como el daño más importante por sobre las consecuencias políticas y sociales que prepondera Morris. 2. ENFOQUE MICRO-SITUACIONAL

1) Teoría General del Crimen (1990) Gottfredson y Hirschi Esta teoría enfatiza las suposiciones hedonistas acerca de la naturaleza humana en la teoría clásica para establecer la atractividad del crimen y la desviación y de lo que ellos llaman los principios de la teoría de control para explicar las diferencias individuales en la prevalencia y frecuencia de estas conductas. Consideran que el crimen y conductas equivalentes ofrecen beneficios a los potenciales infractores y soportan su afirmación describiendo características o elementos presentes en lo que comúnmente catalogan como diferentes clases de crimen. Tomando en cuenta lo anterior, la explicación de porque no existe uniformidad de conducta en toda la población humana si implícitamente hay beneficios, es debido a que la vida en grupos requiere de regulación y control sobre las tendencias naturales de la gente. Algunas personas requieren de más tiempo que otras para desarrollar el auto-control. El individuo suficientemente auto-restringido o autocontrolado analiza mas cuidadosamente la presentación de situaciones potenciales para satisfacer inmediatamente sus deseos a corto plazo, es decir, considera las consecuencias a largo plazo que sus actos puede traer consigo para sí mismo y para los demás.

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Por lo tanto, las características de orientación de este tipo de personas no corresponderían con aquellos elementos que caracterizan los actos criminales y de desviación, es decir, el reflejo de búsqueda de una gratificación inmediata y fácil de deseos humanos básicos y universales. Las características de aquellos con bajo auto-control, que Gottfredson y Hirschi describen como impulsivos, insensibles, de acción (como opuesto al diálogo), tomador de riesgo, corto de visión y de pocas palabras, son bastante compatibles con los atributos de la conducta criminal, que son “ vida corta, gratificación inmediata, facilidad, simpleza, y emoción”. Gottfredson y Hirschi enfatizan que el bajo auto-control no debe ser interpretado como un rasgo especial que induce a uno a cometer una serie de conductas que pasan a ser definidas como criminales. El bajo auto-control es la ausencia de una visión de largo plazo y esta es representada por la falta de un conjunto amplio de características generales que actúan como restrictores de la conducta. Los individuos de conducta no restringida se caracterizan en la mayoría de las veces por una racionalidad de corto plazo, misma que Gottfredson y Hirschi suponen a la vez que los teóricos clásicos que es parte de nuestra naturaleza o disposición básica. La suposición de que una racionalidad de corto plazo es inherente a nuestra especie nos lleva a la expectativa de que esta puede manifestarse ampliamente dependiendo de las circunstancias externas, las cuales incluyen oportunidades disponibles, y las sanciones inmediatas asociadas a estas. Desde esta perspectiva, la extensión a la cual nuestra configuración básica influencia nuestra conducta está ligada a nuestro nivel de auto-control y a las variadas situaciones particulares que encontremos. El punto de vista que exponen Gottfredson y Hirschi es compatible con la tesis de la anomia que E. Durkheim maneja para explicar la desviación de una conducta, y que se refiere a la falta de normas en su concepción original y a la incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo que le será necesario para lograr las metas de la sociedad.33

33 Marcó del Pont. 1999 op.cit.

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La anomia es el fracaso o la falta de un sistema de convicciones morales arraigadas colectivamente.34 De acuerdo con Durkheim, en las sociedades industriales modernas la gran división del trabajo genera un mayor debilitamiento de la conciencia colectiva porque hay una acentuación de las diferencias individuales, como resultado, la anomia es el estado de desintegración social originado por el hecho de que la creciente división del trabajo obstaculiza cada vez más un contacto, lo suficientemente eficaz entre los obreros, y por lo tanto una relación social satisfactoria. Durkheim plantea el efecto social y Gottfredson el efecto en el individuo sometido a prueba por las circunstancias y contando con una estructura moral de autocontrol que puede resultar en la desviación o no de la conducta . Gottfredson y Hirschi sostienen que el auto-control es producto de prácticas de crianza del niño. Ellos presumen que las reacciones apropiadas de los padres (e.g. disciplina razonable y consistente) hacia la mala conducta del niño durante los primeros 8 años de edad, producirá en éste una orientación general que incrementa la probabilidad de una respuesta apropiada socialmente o restringida a lo largo de la vida en situaciones que ostensiblemente contienen características similares a aquellas que influyeron en la mala conducta en su niñez. En otras palabras, si los niños son disciplinados cuando actúan en forma egoísta, desconsiderada, buscando gratificaciones inmediatas, y empleando maneras dañinas cuando son jóvenes, desarrollarán un enfoque general u orientación a situaciones en las que tendrán consideración por los demás y tomar en cuenta las implicaciones de sus acciones a largo plazo. Los componentes de una conducción apropiada de los padres de acuerdo a Gottfredson y Hirschi (1990) son 1. Monitoreo o seguimiento de la conducta del niño. 2. Identificación de desviaciones en la conducta cuando ocurre. 3. Castigo consistente y proporcional a la desviación de la conducta cuando esta es reconocida.

34 Lamneck, Siegfried, Teorías de la criminalidad, México, 1980, Ed. Siglo XXI, citado por Marcó, 1999. op. cit.

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Gottfredson y Hirschi (1990) consideran a la dedicación de los padres como un punto importante. Sin él, es improbable que en la conducción de padres los componentes para el desarrollo del auto-control sean desarrollados. A pocos años de la publicación de la Teoría General del Crimen, ha existido mucho debate ( e.g. Akers, 1991, Barlow, 1991, Polk, 1991, Tittle, 1995)35 El constructo central en esta teoría es el auto-control, definido como el grado al cual una persona es vulnerable a las tentaciones del momento. Los autores ven al auto-control como la causa del crimen a nivel del individuo. Gottfredson y Hirschi lanzaron su teoría en abierta oposición a otras, perspectivas criminológicas en las cuales los factores explicatorios clave son por ejemplo, tensión (e.g., Merton, 1938), desviación subcultural (e.g. Cohen, 1955) y desorganización social (e.g., Baldwin, 1979, Shaw & Mc Kay, 1942). De las que ya hemos mencionado. Los autores también retaron teorías en las cuales el crimen esta determinado por las características del historial personal de la gente que comete crímenes. En la Teoría General del Crimen, la liga entre el auto-control y el crimen esta condicionada a la oportunidad criminal, la cual es una función de circunstancias estructurales o situacionales enfrentadas por la persona. Esta teoría fue propuesta por ser aplicable ampliamente e formas de crimen mayores y menores así como actos análogos, tales como manejo imprudencial y mentir con afán de ganancias personales. Reed y Yeager36 consideran basados en la Teoría General del crimen que el crimen organizacional puede ser explicado mejor a través de enfoques a nivel macro y su crítica fundamental sobre la Teoría General es que las organizaciones son las unidades de análisis apropiadas en lugar de los individuos. El argumento principal de Reed y Yeager en contra de la Teoría General es que el crimen organizacional puede ser mejor explicado por métodos a nivel macro. En la macroarena estos métodos parece descansar más sólidamente en teorías de 35 Longshore Douglas, Turner Susan Self control and criminal opportunity Criminal Justice and Behavior. Thousand Oaks. Mar. 1998. Vol. 25. Issue 1. 36 Citados por Carey Herbert, Gary S,Green,Victor Larragoite Clarifying the reach of A General Theory of Crime for Organizational Offending: A comment on Reed and Yeager, Criminology Beverly Hills Nov 1998. Volume: 36.Issue: American Society of Criminology Nov 1998.

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ascendencia (estructuras criminogénicas) y Teorías de aprendizaje social (culturas criminogénicas). La ventaja argumentada de su metodología a nivel macro es que esta evita la necesidad de reducir explicaciones de criminalidad organizacional al individuo. El enfoque hacia el individuo de acuerdo a Reed y Yeager inevitablemente fallará debido a que aquellos que cometen crímenes en las organizaciones exhibirán pocos de los rasgos o predisposiciones ordinariamente asociadas con criminales. Adicionalmente, aquellos que cometen crímenes en las organizaciones deben confrontar dilemas morales complicados y estos son a menudo forzados a elegir entre mantener la legalidad (como la sociedad convencional lo dicta) y violarla (como el interés de la organización lo dicte). Desde su perspectiva de nivel macro, evidentemente ven a las organizaciones como entidades que pueden actuar criminalmente. Sin embargo, gran parte de la subsecuente discusión se enfoca a crimen y criminalidad asociada con individuos en las organizaciones. Su incapacidad para sostener el argumento de que las organizaciones son criminales sin referencia a la conducta de los individuos dentro de ellas es quizás el mejor indicador de la insustentabilidad del argumento del enfoque que privilegia el método de nivel macro como único válido. Desde una perspectiva de conducta organizacional, las metas de los empleados, las necesidades y la motivación no son sólo diversos, sino un flujo constante. El entendimiento del crimen en la organización como con cualquier otra conducta organizacional, necesariamente involucra la consideración de tanto el actor como el contexto. Los aspectos organizacionales, tales como: el diseño de puestos, el estrés, procedimientos de resolución de disputas, políticas y poder en la percepción del empleo, comunicación, motivación, satisfacción, desempeño, entre otros más, pueden influir en la generación de prácticas no éticas o ilegales entre los ejecutivos, gerentes y trabajadores en general. Existe evidencia substancial para afirmar que una de las influencias más fuertes en la conducta organizacional del empleado es la conducta de los superiores y de la administración superior (e.g., Baumhart, 1961; Brenner y Molander, 1977; Clinard, 1983; Glenn y Van Loo, 1993) Citados por Herbert (op. cit).

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Los códigos formales de conducta influyen la conducta del empleado, pero sólo en la extensión en que son practicados por la alta dirección y por lo tanto validados no sólo como un mero escaparate. Esto aparentaría ser una cultura organizacional criminogénica, pero, no es así por la participación del individuo que se describe a continuación. La reacción de los empleados a una conducta negativa de algún directivo, estará en función de sus propios niveles de auto-control. Es decir, aquellos con bajo auto-control requerirán mínima motivación para imitar las prácticas de los superiores, a la vez que aquellos con alto auto-control (de acuerdo a la teoría general, una parte substancial de empleados de más alto nivel en la organización) elegirán salir de la organización o, en caso extremo, resignarse a involucrase en prácticas cuestionables, o si los superiores toleran conducta ilegal, sin forzarla, aquellos con más alto auto-control puede elegir continuar manejando los negocios legalmente, a sabiendas de que corren el riesgo de ser apartados y marginados en relación a aquellos que toman la iniciativa. La teoría general predice que la tasa a la cual las personas de más alto nivel jerárquico cometen premeditadamente violaciones legales por su auto-interés en el ámbito de su ocupación (y donde sea) será menor que la tasa a la cual estos actos son cometidos por aquellos que tienen posiciones más bajas jerárquicas. Herbert37 considera que la teoría general del crimen lleva implícita la idea de que factores estructurales condicionan la naturaleza del crimen. La interpretan como una interacción de influencias a nivel micro y macro. Pero creen firmemente que de acuerdo con la teoría general y contrario a Reed y Yeaguer que el individuo, más que el ambiente, es la unidad de análisis más contribuyente en la explicación de transgresiones organizacionales. Herbert asevera que las motivaciones de aquellos trabajando en organizaciones son numerosas y complejas, y que no pueden ser reducidas a simples nociones de auto-interés. Aquí, la Teoría General del crimen y sus nociones de bajo auto-control y delincuentes auto-interesados es simplemente equivocada en el contexto organizacional.

37 Carey Herbert, et. al. 1998. op. cit.

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John J. Gibbs, en su artículo Parental management and self-control: An empirical test of Gottfredson and Hirschi’s general Theory38,hace algunas aportaciones de comprobación de la Teoría General del Crimen al desarrollar una medición específicamente diseñada para cubrir el concepto de conducción de los padres, de Gottfredson y Hirschi, ya que este concepto es un componente esencial de su proposición principal de que la conducción de los padres influye en el auto-control. Adicionalmente, compara pruebas de dos modelos derivados de dicha teoría. En uno de ellos auto-control es considerado la variable dependiente y en el otro, el auto-control es una variable interviniente, que media la influencia de la conducción paterna en desviación, la variable dependiente. El trabajo se oriento inicialmente a probar la proposición de que la conducción de los padres influye en el auto-control, el cual a su vez influye en la conducta criminal. Se administró un cuestionario a una muestra de estudiantes universitarios. El instrumento consintió en una escala de conducción de los padres, una escala de auto-control y ítems autoreportados sobre interrumpir la clase, copiar y consumo de alcohol. Algunos inconvenientes de la prueba fueron la edad de los participantes que no correspondía fielmente al promedio de la población en general, la orientación en el área de las ciencias sociales de los encuestados, y lo raro de aplicar una teoría del crimen a un grupo de estudiantes, sin embargo los investigadores esgrimen un cúmulo de razones para despreciar estas consideraciones, sobre todo que la teoría es de un espectro tan amplio, aplicable a gran variedad de crímenes y a grupos con gran diversidad, que es capaz de soportar estas señalizaciones. Se habla de que es aplicable tanto a un grupo de monjas como a un grupo de chicos banda de un ghetto, ya que el mismo factor “auto-control”, explica conductas equivalentes en grupos muy diferentes. Sin embargo los autores aceptan la remota posibilidad de que Gottfredson y Hirschi pudieran estar mal al considerar que los excesos de violencia entre los dos grupos mencionados no pudieran ser experiencias equivalentes. Con base en la 38 Gibbs John, Giever Dennis, Martin Jamie. Parental management and self-control: An empirical test of Gottfredson and Hirschi’s general Theory. The Journal of Research in Crime and Delinquency. Beverly hills, feb 1998.Vol. 35 Issue 1.

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seriedad de los actos pudieran existir distinciones cualitativas que requirieran explicación, de ser así, esta prueba estaría limitada seriamente para probar el poder de la teoría general del crimen. Los tres aspectos citados anteriormente sobre la crianza de los niños concuerdan con el enfoque de estudios realizados por otros investigadores39 e incluso estos últimos han desarrollado mejor algunas de las definiciones operacionales y conceptuales de los elementos. Los ítems de los indicadores de monitoreo (Larzelere y Patterson) miden lo adecuado del seguimiento y la supervisión de los padres, lo cual incluye: comunicación apropiada, la disponiblidad para aceptar responsabilidad del hijo hacia los padres, cantidad de tiempo que los padres invierten en su hijo. Los ítems de disciplina incluyen: de los padres, el freno de sus amenazas, control del enojo, ser consistentes sin importar el humor, ser consistentes con cada uno, ser firmes, y usar la razón. Patterson y Larzelere al igual que Gottfredson y Hirschi concuerdan en la descripción de los aspectos relacionados con la disciplina como parte de los factores de reconocimiento y castigo inherentes a la crianza del niño, reflejando las suposiciones de la teoría clásica de la disuasión en la que (1) Es notorio cuando un acto es ilegal, (2) Se conoce un castigo asociado al acto, (3) el castigo es humano y proporcional a la seriedad del acto, y (4) el castigo es aplicado consistente y rápidamente enseguida al acto. Las principales conclusiones del trabajo de Gibbs fueron. Individuos con bajo auto-control no consideran las consecuencias de sus actos hacia los demás o a largo plazo para ellos mismos. La orientación general de estos individuos con relación a la vida se caracteriza por ser subsociales o inmaduros, esperándose que esto se evidencie en la calidad de sus pensamientos, emociones y conducta para un rango amplio de situaciones.

39 Capaldi and Patterson 1991; Dishion et al. 1991; Larzelere and Patterson1990; Patterson, Chamberlain, and Reid 1982; Patterson, DeBaryshe, and Ramsey 1989; Patterson and Dishion 1985; Snyder and Patterson 1987) Citados por Gibbs.

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De acuerdo con Gottfredson y Hirschi, su apreciación de corto plazo los hace, impulsivos, insensibles, viscerales (opuesto a mesurados) tomadores de riesgo, cortos de visión y de pocas palabras. Gottfredson y Hirschi sostienen que una alternativa para la identificación de personas con bajo auto-control es a través de indicadores no criminales de bajo auto-control. Es decir, su teoría puede ser probada estudiando indicadores no criminales de bajo auto-control, dando como ejemplo, berrinches, quejas, manipuleo ( como un niño), fumar y beber y excesivo tiempo para ver televisión y alta incidencia de accidentes (como adolescente), dificultades para relaciones interpersonales, inestabilidad en el empleo, accidentes de automóvil, beber y fumar (como adulto). Gibbs propone con base en lo anterior, el índice de involucramiento en la desviación, considerando como variable dependiente un agregado de participación en cada uno de los ítems relacionados con aspectos como consumo de alcohol, interrupciones de clase, copiar (escuela secundaria y preparatoria) , y suspensiones y expulsiones de la escuela. El mismo reconoce la simpleza de su intención al tratar de probar con esto la Teoría General del Crimen, pero considera que no se deben menospreciar estas manifestaciones porque la Teoría debe soportar actos transgresionales no sólo serios, sino leves o menores. La suposición del instrumento radica en que si la criminalidad es una variable latente representando un rasgo, esta debe manifestarse por sí misma en una variedad de circunstancias o de reacciones a varias oportunidades. El trabajo de Gibbs ha contribuido en pequeña medida a una demostración amplia y formal que aún se encuentra pendiente de la Teoría de Gottfredson y Hirschi, pero la principal aportación es que examinando los 2 modelos derivados, se ha establecido la utilidad de considerar una medida del auto-control que es más amplia que el auto-control de la conducta supone explicar. Por otra parte, lo que podría ser una interrogante empírica, por ejemplo, habrá una correlación más substancial entre una medida de auto-control y la conducta criminal que entre, digamos, una medida de un constructo competente y la conducta criminal, traería a la mesa de discusión una pregunta teórica auxiliar, que es, es el argumento de Gottfredson y Hirschi de que el crimen es una

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manifestación de auto-control más contribuyente que alguna otra manifestación de algún otro constructo teórico? Gibbs considera que su hallazgo de que la conducción de los padres tiene una influencia indirecta en la desviación a través del auto-control, mismo que tiene un impacto directo, también prueba la utilidad de una definición operacional del auto-control que va más allá de la conducta que supuestamente explica. Agrega que si existen caracteres más amplios, estos probablemente son mas que conductuales e incluirían cognitivos y emocionales, y quizás psicológicos, componentes que moldean la interpretación de, y reacciones hacia, situaciones que a su vez, son moldeadas, por las situaciones enfrentadas o buscadas. A nivel ideográfico, es el carácter individual el que crea la equivalencia percibida entre lo que puede parecer ser situaciones disparatadas para un observador. A nivel nomotético, Gottfredson y Hirschi argumentan que hay una disposición general representada por su concepto de auto-control que hace un amplio rango de situaciones, equivalentes para aquellas que están al fondo final del continuum. Esta disposición hace ciertas características de la situación relevantes al actor. Todo esto sugiere que la percepción y la cognición pueden ser elementos importantes de esta disposición, y para propósitos, tanto de probar la teoría de Gottfredson y Hirschi como desarrollar modelos explicativos, quizás debemos medir los aspectos cognitivos y perceptuales de la disposición en forma directa e independiente de la conducta que queremos explicar. Gottfredson y Hirschi sostienen que aquellos que poseen auto-control, toman en cuenta las consecuencias de sus actos a largo plazo, lo que ciertamente sugiere cognición. También, existe percepción en el hecho de que situaciones presentadas que revelan los beneficios inmediatos del crimen, son manejadas en forma diferente por aquellos con niveles variables de auto-control. Gibbs concluye que la investigación de los aspectos cognitivos pueden eventualmente proveernos con algo más cercano a los que los teóricos de la personalidad llaman una disposición interna que realiza inferencias basadas conductualmente. En verdad, como se puede ver esto, la principal suposición de la teoría de la personalidad es “que disposiciones internas tienen una influencia importante sobre la conducta”, entonces, se requiere de medidas independientes de la disposición interna y la conducta para probarla.

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Por otra parte, Douglas Longshore y Susan Turner40, prueban dos hipótesis extraídas de la Teoría General del Crimen: El bajo auto-control es una causa mayor a nivel individuo, del crimen. El efecto de auto-control es contingente en la oportunidad criminal. Para medir oportunidad criminal se utilizaron dos variable que la aproximaran: sexo y amigos involucrados en el crimen. Para medir el crimen se incluyo número de actos criminales a la fuerza y numero de actos criminales de fraude reportados en un periodo de 6 meses. El auto-control fue más bajo entre infractores reportando más crímenes violentos y fraudes, pero la varianza explicada por el auto-control fue baja en cada caso. Se detecto la relación entre auto-control y oportunidad criminal en relación a crímenes de fraude. La relación entre auto-control y oportunidad para crímenes violentos no se encontró. El análisis para fraudes criminales puede ser visto como una prueba rigurosa de la hipótesis de que el auto-control y la oportunidad interactúan. Los resultados son congruentes con otros estudios, Grasmick41 et al. (1991, 1993). No obstante, al igual que en otros estudios, que usaron la misma medida de auto-control, solo una varianza modesta en diferentes tipos de crimen fue explicada por auto-control, lo que hace brotar una pequeña duda sobre la hipótesis de que el auto-control es la causa a nivel individual del crimen. Se plantea la posibilidad de que el auto-control pueda emerger como un factor causal primario entre la gente con otras características, por ejemplo, habilidades suficientes y motivos para inclinarse al crimen. (Tittle, 1995)42 Alexander M. Holsinger43, investigador asociado del Center for Criminal Justice Research, Division of Criminal Justice at the University of Cincinnati. afirma que una manera en la cual las actitudes y orientaciones resultan en conducta antisocial

40 Longshore Douglas, et. al. op. cit. 41 Longshore Douglas, et. al. op. cit. 42 Citado por Longshore op.cit 43 Holsinger A. Assessing criminal thinking: Attitude and orientations influence behavior corrections today

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es a través de la neutralización. El concepto de neutralización conductual es en parte el resultado de las Teorías subculturales del crimen que establecen que los delincuentes mantienen valores que son opuestos a la cultura dominante. Por ejemplo, aunque la mayoría de las sociedades reprueban una conducta agresiva, una subcultura puede impulsarla. De acuerdo al investigador Albert K. Cohen44, para cualquier cosa que es mantenida en alta consideración y valorada por la cultura dominante, lo opuesto de esto será valuado por la subcultura. Sykes y Matza45 establecen la idea de que tanto delincuentes como no delincuentes esta orientados en formas similares, pero en ocasiones, los delincuentes son capaces de escapar de su orientación normal y neutralizar ciertas conductas derivando en las que normalmente podrían ser consideradas como negativas. Esto no quiere decir que aquellas técnicas de refugio de neutralización hagan sólo cosas malas, sino que estas tendrán más probabilidad de encauzar una conducta negativa. Los cinco tipos de neutralización que Sykes y Matza presentan son: 1) negación de responsabilidad, 2) negación de daño, 3) negación de la víctima, 4) condenación de los condenadores y 5) acceso a ganancias más altas. Estos tipos de neutralización que representan actitudes anti-sociales se correlacionan con la conducta criminal. Por ejemplo: “Estaba tan ebrio que no supe lo que hacia ( y por lo tanto no soy culpable), “Ellos son tan ricos que no notarán que tome el dinero”, “El me ha denunciado a la policía tantas veces que se merecía lo que le hice”, “ La policía esta en el juego y no es de confianza, así que no tengo por que respetarla”, Considerando que era necesario, no tuve más remedio que robar el dinero”.

44 Cohen Albert K. 1955. Delinquent Boys. New York: free Pres. citado por Holsinger. 45 Sykes, Gresham and David Matza. 1957. Techniques of neutralization: A theory of delincuency. American Sociological Review,22. Citados por Holsinger.

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2). Perspectiva en el área de investigación económica sobre la fisonomía y causas del crimen. Mark Gius46, realizó una investigación denominada “Estimation of an economic model of crime with a correction for aggregate market and public policy variables. Los resultados de un modelo de regresión logit indican que la raza, el sexo y la presión de los amigos tienen efectos estadísticamente significativos en la probabilidad de que un adulto joven cometa un crimen. También de que la presencia policial no es disuasiva. El artículo está apoyado en investigaciones previas realizadas por Gary Becker en 1968 y Trumbull 1989. Cabe señalar que existen muchos trabajos realizados en aspectos económicos del crimen como lo menciona Gius (Ehrlich 1973, 1975; Ehrlich and Brower 1987; Block and Heineke 1975; Block and Lind 1975a, 1975b; Carr-Hill and Stem 1973; Cover and Thistle 1988; Layson 1985; McCormick and Tollison 1984; Myers 1980, 1983; Orsagh 1973; Passell and Taylor 1977; Phillips and Votey 1975; Pirog-Good 1986; Sandelin and Skogh 1986; Schmidt and Witte 1984; Sjoquist 1973; Viscusi 1986; Witte 1980, 1983-, Trumbull 1989; Hsing 1995; Britt 1994; Meera and jayakumar 1995; Young 1993; Hull and Bold 1995; Deutsch, Hakim, and Spiegel 1990; Leung 1992; Howsen and Jarrell 1987; Benson, Kim, Rasmussen, and Zuehlke 1992). La mayoría de estos estudios intentan identificar los determinantes de la conducta criminal y/o las tasas de delincuencia, usando para ello, medidas de datos agregados sobre el crimen, tales como ciudad, estado, estadísticas nacionales de niveles de criminalidad, y medidas agregadas de características socioeconómicas. Existe controversia por el uso de datos agregados para modelar la conducta criminal, desde el punto de vista de que una conducta es una decisión individual dependiente del estilo de vida y de las oportunidades de generar ingreso. Otros problemas con los estudios previos son que la mayoría se han centrado en analizar la conducta criminal de individuos que ya delinquieron y fueron

46 Gius, Mark. The economics of the criminal behavior of young adults: estimation of an economic model of crime with a correction for aggregate market and public policy variables. The American Journal of Economics and Sociology,. Vol 58. Issue 4, oct. 1999.

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castigados, dejando a un lado a aquellos que o no han delinquido o lo han hecho sin recibir castigo. Asimismo, la información utilizada se refiere a formatos de control policial que son escuetos y con propósitos criminalísticos y no conductuales propiamente. En el modelo económico del crimen de Becker47, los individuos son caracterizados como tomadores de decisión racionales que responden a oportunidades, tanto legítimas como ilegítimas. El individuo racional decide que actividades realizar evaluando los rendimientos esperados de todas las oportunidades que se le presentan. Esto es, si una actividad legitima representa una mayor utilidad que otras, entonces decidirá realizarla, pero cuando una ilegitima representa mayor ganancia que las demás opciones, lógicamente se decidirá a cometer el acto criminal. C = PA + PC +S - RL+ RI +T C = Numero de infracciones que una persona comete PA = Probabilidad de arresto PC = Probabilidad de ser convicto. S = Severidad del castigo si se es convicto. RL = Rendimiento o ganancia de las actividades legítimas. RI = Rendimiento o ganancia de las actividades no legítimas. T = Tendencias personales y propensión al crimen.

47Becker, Gary. Crime and Punishment. An Economic approach”, Journal of Political Economy, March/April: 169-217. Citado Por Gius 1999. op.cit.

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La operación de la fórmula es clara, sin embargo, es importante destacar que si RI o T se incrementan o son elevadas, el individuo cometerá más crímenes. Por otro lado, si PA, PC, RL o S se incrementan, el individuo cometerá menos crímenes. En nuestro estudio, y bajo el contexto analítico de Becker, nos ubicaríamos en analizar el factor T para encontrar las causales que por su magnitud pudieran ser determinantes para afectar positiva o negativamente a C. No obstante, de encontrarse que dicho factor exhibe un rango de mayor a menor relativamente limitado en relación a los otros factores, la utilidad práctica, más no de investigación de este estudio se vería limitada en el sentido de que la manipulación de T a través de programas de desarrollo orientados al individuo no tendría un efecto contundente y se tendría que recurrir a medidas complementarias sobre los demás factores influyentes. La operacionalización de las variables utilizadas por Gius se hizo de la siguiente manera: Gastos per capita en policía = Probabilidad de ser arrestado y convicto. La suposición subyacente es que la teoría sostiene que a mayor gasto per cápita mayor posibilidad de arrestar y encarcelar al criminal, y por ende, menor probabilidad de ocurrencia de delitos. Tasa de desempleo para el tipo de labor que desempeña el respondiente, Residencia Urbana o no, Ingreso = Rendimiento por oportunidades legitimas. El fundamento se encuentra en que a mayor tasa de desempleo, menor es el rendimiento de actividades legítimas y por ende, mayor probabilidad de ocurrencia en actividades criminales; Se supone también que hay mayores oportunidades para actividades legítimas en las áreas urbanas, y que los individuos con mayores ingresos tenderán a más a no cometer crímenes. Sexo, edad, años de educación, la presión de los amigos, raza = Tendencias personales y propensión. La suposición se basa en que el sexo masculino tiene más probabilidad de cometer un crimen, a mayor educación menor probabilidad de cometer un crimen, individuos de mas edad tenderán a cometer menos crímenes, individuos influenciados por amigos tendrán más probabilidad de cometer crímenes, y por la

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raza, (propio en E.U.), la raza negra por menores oportunidades de carácter legítimo tendrán mayor probabilidad de cometer un crimen. Los resultados finales indicaron que las variables sexo Masculino, Raza Negra, influencia de un amigo, son significativas a un nivel del 10%, lo que lleva a la conclusión de que las personas masculinas de raza Afroamericanas que son altamente influenciadas por sus amigos tienen más probabilidad de cometer crímenes que otros jóvenes adultos. De esto se observa un dato importante para nuestro propósito, todas las variables significativas corresponden a un solo factor de la fórmula planteada por Becker, T , lo cual nos lleva a pensar que el problema podría estar en el individuo y no precisamente en la sociedad como muchos investigadores, incluyendo a Morris48, lo plantean. Aun y que el estudio de Gius es tan genérico abarcando múltiples conductas criminales, fuera del objeto de este estudio, e incluso desde el punto de vista sociológico, extralógico por estar inscrito en un ámbito social muy distinto al nuestro, es importante desde el punto de vista que proporciona un panorama general combinando factores macro y micro en derredor del individuo, reduciendo la amplitud del problema y ganando en detalle al evitar el uso directo de variables políticas, sociales y económicas que han sido materia prima de otros estudios, en los que se llega a perder la sustancia de la causalidad de mayor orden. En nuestra opinión, la conducta criminal general difiere de una conducta criminal corrupta en el tipo de variables concurrentes, como ejemplo, Gius menciona variables explicativas del rendimiento de actividades legítimas, como ingreso, desempleo, nivel educativo, mismas que trasladadas a nuestro país y al ámbito de la administración pública podríamos ver que son poco sensibles para estimar el rendimiento mencionado, considerando que los mayores fraudes en perjuicio del estado han sido perpetrados en los últimos años por gente acomodada, preparada y cercana al poder, motivados por una variable de difícil apreciación como lo es la ambición. No obstante, y con la cautela que nos debe caracterizar por la naturaleza de este trabajo, podríamos sostener en principio, que el estudio de Gius debería ser valido para el tipo de crimen motivo de nuestro estudio, concerniente con la corrupción en los trabajadores de cuello blanco y de la administración pública federal en nuestro país. 48Morris S. 1962. op. cit.

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El máximo beneficio extraído de este estudio radica en la confirmación de que la variable relacionada directamente con el individuo como causa mayor en la generación de actos corruptos, debe ser susceptible de un estudio más profundo, tarea que estamos emprendiendo con esta obra. El mismo Gius lo menciona en sus conclusiones al comentar que su estudio es uno de los primeros que usan un modelo económico del crimen para encontrar que las características individuales son mucho más importantes que los factores institucionales en la determinación de los factores que afectan la conducta criminal de los adultos jóvenes. 3) Ética en la organización, la otra cara de la moneda En opinión de Michael A. Diamond49, en esta era moderna, hasta recientemente, dos versiones principales de ética han predominado: la llamada teleológica (o consecuentalista) y la deontológica. Ambas comparten un interés en determinar las reglas bajo las cuales debe gobernarse y por lo tanto ser usadas para juzgar la conducta individual como buena o mala, correcta o errónea. La ética teleológica, basada en el utilitarismo y heredada de Bentham (1789/1989) y otros, ofrece el principio superlativo del más grande bien para el número más grande. Esta orientada a los resultados o consecuencias de las acciones. La ética teleológica tiende a elevar los fines sobre los medios usados para alcanzar esos fines. La ética deontológica fundada en el pensamiento de Kant (1959) y su soporte de servicio y orden, contrasta con el énfasis anterior, sosteniendo que las reglas de orden inferior gobiernan los medios y son esenciales para las reglas de orden superior, lo cual concierne a los fines a ser alcanzados. Lo más relevante es que ambos puntos de vista se enfocan en el individuo como la unidad de análisis relevante. Por otra parte, la ética de la virtud ( también conocida como Neo-aristotélica o ética del carácter) ofrece una alternativa interesante. Este enfoque no ubica la

49 Diamond Michael A. Adams Guy B. The psychodynamics of ethical behavior in organizations. The American Behavioral Scientist. Thousand Oaks. Oct. 1999.Vol. 43. Issue 2.

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ética en el individuo autónomo sino que dentro de relacionamientos y ultimadamente dentro de la comunidad. Los autores argumentan, que la acción ética origina mediante una auto autentificación, el resultado de, relaciones objetivas “suficientemente buenas” entre el individuo y su ambiente de tarea inmediato. Actualmente, cada vez más organizaciones se han interesado en estimular la conducta ética y desalentar la no ética entre la gente. Los directivos y gerentes han impulsado la honestidad personal, oportunidades equitativas de empleo, derechos de los empleados y la confidencialidad de los asuntos internos de la organización, a la vez que se busca desalentar el acoso sexual, el robo de bienes e ideas, etc. La literatura existente sobre la ética en los negocios ha explorado las normas morales y los valores de los gerentes administradores y estudiantes de negocios, pero se ha puesto poca atención al desarrollo de herramientas que apoyen la promoción de conductas éticas, especialmente en situaciones de dilema. Uno de los pocos instrumentos sobre el tema es el ABC (Antecedents-Behavior-Consecuences) de los investigadores Andre H. J. Nijhof50 y Marius M. Rietdijk. El análisis ABC esta fundado en una rama de la psicología conocida como análisis conductual y sus autores estiman que puede contribuir a un mejor entendimiento de por que la gente se comporta éticamente mediante un análisis de las circunstancias bajo las cuales tales comportamientos se presentan. Se puede usar para diagnosticar y para modelar y experimentar. El funcionamiento organizacional esta determinado por muchos factores que son únicos a situaciones particulares, por lo tanto se requiere el análisis individual de cada situación en la cual un aspecto ético esta involucrado. El análisis ABC pretende hacer esto porque se concentra en la conexión entre los factores del contexto y la conducta. Los aspectos morales representan un problema por la variedad de normas morales y valores entre la gente, por lo que es muy difícil determinar que es justo y responsable en cada situación particular. 50 Nijhof Andre H. J. Rietdijk Marius M. An ABC-analysis of ethical organization behavior. Journal of Business Ethics. Vol 20. Issue 1.

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Otro obstáculo se refiere a la información limitada disponible de los tomadores de decisión, acerca del alcance de las consecuencias y de los factores del contexto. Un proceso de toma de decisiones lidiaría con las siguientes consideraciones: Consenso en las normas morales y valores subyacentes Reconciliación de diferentes valores y normas Consideración de las circunstancias específicas de la situación Decisión con base en información vaga o incompleta Herramientas para el análisis de dilemas morales Desarrollo de normas morales y valores. En la literatura sobre ética de negocios se pueden encontrar varias herramientas que ayudan a manejar los aspectos anteriores. Sesiones de discusión basadas en la teoría de Kohlberg51 (1984) pueden ayudar a desarrollar conciencia moral de los individuos. El análisis del Socio (Stakeholder) es una herramienta que se enfoca sobre las diferentes alternativas de y por consecuencias de una decisión. En el análisis surgen algunas preguntas como: ¿quién esta involucrado en la situación en dilema? (para determinar la relevancia de los socios). ¿Qué intereses tienen esos socios distinguidos? ¿Cuales son los aspectos morales reales involucrados en la situación en dilema? ¿Cuales diferencias alternativas son posible y cuales son sus consecuencias? Este método aporta información pero su desventaja radica en que se concentra en las consecuencias de la conducta y por lo tanto esta basado en un enfoque teleológico de la ética de negocios. Los argumentos deontológicos referidos a las intenciones de la conducta, sólo reciben una atención mínima, adicionalmente, este análisis no explica por que ciertas conductas o situaciones en dilema ocurren. En el caso del análisis ABC se puede contar con más entendimiento de las situaciones en dilema ético. Kohlber y en cierta medida el análisis del socio (stockholder) suponen que la conducta ética esta determinada por motivaciones intrínsecas . El análisis ABC

51 Kohlberg. Citado por Nijhof. Op. Cit.

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esta basado en la suposición de que la conducta esta motivada por factores externos. El análisis ABC se deriva de un campo teórico denominado análisis conductual que fue establecido por el científico ruso Ivan Pavlov (1927) y del psicólogo americano B.F. Skinner (1938). El análisis conductual se define como un método científico diseñado para descubrir la relación funcional entre la conducta y las variables que la controlan. La importancia de los valores subyacentes y las causas ambientales para entender la conducta se encuentran también en los modelos de toma de decisiones éticas, por ejemplo: Rest J.R. hace una distinción entre: Reconocimiento de un aspecto moral (conciencia moral) Evaluación de los diferentes argumentos en un aspecto moral (juicio moral) Priorización de valores morales (intento moral) Perseverancia para actuar en congruencia con la intención (conducta moral) Estas cuatro etapas están influenciadas por normas internas y valores de una persona, a la vez que por factores externos. En el análisis ABC un antecedente es una persona, lugar, cosa o evento precedente a una conducta que impulsa a los empleados a conducirse de una cierta manera. Todos los recursos provistos para ayudarnos en el trabajo entran también como antecedentes: herramientas, materia prima y condiciones del lugar de trabajo, tales como temperatura, iluminación y mantenimiento, que afectan la manera en que trabajamos. Los antecedentes más influyentes son aquellos que siempre están acompañados de una consecuencia particular. En este sentido, un código de ética, (estimula un proceso de toma de decisiones ético) reglas normativas, el ejemplo de los superiores y de los compañeros, el clima organizacional y las propiedades jerárquicas influyen en las consecuencias organizacionales. Las consecuencias son la razón de la efectividad de los antecedentes.

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Con objeto de manejar la conducta ética, es importante entender las causas del nivel exhibido de la conducta ética. En la búsqueda de causas, cuatro cosas son a menudo omitidas: Los gerentes frecuentemente sin incapaces de colocarse ellos mismos en la posición de otras personas involucradas. Ellos se concentran demasiado en encontrar la causa de la conducta no ética, sin considerar las demás causas ( casi siempre hay más causas) Analizan solo el antecedente de la conducta ética actual, pero no las consecuencias de tal conducta para el empleado. Algunas veces no hay otras razones circunstanciales para que el empleado se comporte éticamente, más que su propio sentido de responsabilidad. Intentan una solución de aplicación universal, ignorando las limitaciones de la situación presente. Las consecuencias pueden ser negativas, neutrales o positivas para el generador de una conducta. Cuando las consecuencias son negativas se puede esperar que la conducta previa disminuya en frecuencia en el futuro. Cuando es neutral, no habrá cambio y cuando las consecuencias son positivas es probable que la conducta sea repetida e incrementada en el futuro. Una vez que se sabe por que un individuo se conduce no éticamente se pueden cambiar algunos antecedentes y por ende las consecuencias de tal conducta. La función del análisis ABC cambia, entonces de ser una herramienta de diagnóstico a una de ejecución. En suma, un análisis ABC, de acuerdo con su autor, puede contribuir a la solución de un añejo problema existente en la ética de los negocios. En la filosofía de la ética, durante siglos ha existido un conflicto en la orientación entre el enfoque intencional (deontológico) y el consecuencial (teleológico). En el análisis ABC ambos puntos de vista son integrados porque ambas intenciones (como antecedentes cognitivos) y consecuencias son tomadas en cuenta.

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El análisis ABC ayuda a aclarar las razones del porque cierta conducta ocurre u ocurrirá. Por lo tanto, ofrece una perspectiva de los argumentos bajo los cuales puede explicarse (en retrospectiva) o predecirse (en prospectiva) ciertas acciones. Esto puede ser útil cuando los administradores u otra gente tratan de diagnosticar la conducta y tratan como resultado estimular una cierta conducta ética deseada. En general podemos concluir nuestro análisis de las diferentes teorías, las más relevantes sobre el campo de nuestro estudio, desde un enfoque macro hasta uno micro, en los que el individuo juega un papel central, que, definitivamente hace caber la posibilidad de que el fenómeno de la corrupción considerándolo como una de las variantes del crimen, para contextualizarlo en la Teoría General del Crimen, o como un conducta no ética, para ubicarlo en el amplio enfoque de la Ética, tenga sus orígenes en el propio individuo y marginalmente en su entorno político, social y económico como lo sostiene el enfoque macro. No obstante, las teorías analizadas con enfoque al individuo reconocen que el entorno tiene cierta influencia sobre la conducta del mismo, en tanto, que el enfoque hacia el ambiente privilegia las condiciones sociales, políticas y económicas que condicionan el comportamiento del individuo, y en esto radican las diferencias entre las apreciaciones de los enfoques. La razón de esto lo podemos encontrar en el comentario introductorio referido a la excesiva fragmentación de los campos de la ciencia, de tal forma que lograr estructurar un esquema analítico que contemple todas las diferentes tendencias sobre un particular con un espíritu sincrético, deberá redundar en un conocimiento más profundo y exacto de los fenómenos que se presentan en todos los ámbitos. V. ANALISIS CRITICO DE LAS ESTRATEGIAS DESPLEGADAS PARA COMBATIR LA CORRUPCIÓN EN MEXICO. 1. ACCIONES DE LA SECRETARIA DE CONTRALORÍA Y DESARROLLO ADMINISTRATIVO. A partir del año 2001, después de más de 70 años de predominio del Partido Revolucionario Institucional en México, la llegada al poder del primer presidente proveniente de un partido distinto, marca el parteaguas de un cambio profundo y radical, pero apenas perceptible en la Política de estado y en la gestión gubernamental.

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Entre los nuevos enfoques destaca la dimensionalidad en su verdadera proporción de uno de los problemas más acendrados y diseminados en la sociedad mexicana: la Corrupción. El cambio en este ámbito incluye una reestructura funcional de la Secretaría, una redefinición de su razón de ser y una obsesión positiva por cuantificar la magnitud del problema y sus proporciones con respecto a otros países, sobre todo, estimar el impacto económico que representa, sin minimizar la distorsión de valores y principios que inciden en la cultura del mexicano. Es así que la SECODAM bajo la bandera del nuevo gobierno emite los siguientes pronunciamientos. Misión Abatir los niveles de corrupción en el país y dar absoluta transparencia a la gestión y el desempeño de las instituciones y los servidores públicos de la Administración Pública Federal" Visión 2020 "La sociedad tenga confianza y credibilidad en la Administración Pública Federal." Objetivos Prevenir y abatir prácticas de corrupción e impunidad, e impulsar la mejora de la calidad en la gestión pública Controlar y detectar prácticas de corrupción Sancionar las prácticas de corrupción e impunidad Dar transparencia a la gestión pública y lograr la participación de la sociedad Administrar con pertinencia y calidad el Patrimonio Inmobiliario Federal Las metas fijadas son compatibles con el reconocimiento del mismo titular de la dependencia de que en un sexenio es imposible abatir la corrupción.52 Las estrategias de este órgano de control giran en torno al establecimiento de medidas que podemos categorizar en los siguientes grupos: Acciones de Sensibilización y concientización, tales como la emisión y difusión de Códigos de Ética, Códigos de honor.

52 Prevalece la cultura de la Transa: Francisco Barrio. Milenio No. 190 Mayo 7 de 2001.

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Impulso a la transparencia de la gestión gubernamental a través de la aplicación de leyes y reglamentos que permiten el acceso a información por parte de los ciudadanos. Control de la gestión gubernamental, valiéndose de los Órganos Internos de Control establecidos en las diferentes dependencias de la administración pública, así como de la Comisión Intersecretarial para la transparencia y el combate a la corrupción y de estrategias tales como el Programa de identificación de áreas críticas para el combate a la corrupción y el Programa Usuario simulado. Como es evidente, la corrupción es conceptualizada como un problema arraigado en la administración pública y no como un mal endémico padecido por México en múltiples ámbitos. Esta visualización limita en principio la definición del problema, y en consecuencia, la formulación de soluciones definitivas. Este alcance reducido puede tener múltiples explicaciones, pero la más convincente es que la SECODAM es un órgano de control para el gobierno y no una institución desconcentrada y autónoma que aborda el problema en todas sus manifestaciones. En principio tenemos un problema nacional atendido parcialmente y por lo tanto ineficiente e ineficazmente. Aunado a lo anterior la propia SECODAM exhibe fallas profundas en su funcionamiento, empezando por la focalización del problema en las áreas críticas o al menos en las áreas en que se manifiesta con mayor fuerza el fenómeno bajo estudio. Este enfoque presenta los siguientes inconvenientes: 1). Determina acciones basadas en manifestaciones y no en causas raíz, aquí, la urgencia se sobrepone a la precisión de actuación y caemos en el típico error de atacar un problema en la misma dimensión en que se generó, cuando su solución se encuentra en otra dimensión. 2).En segundo término, el enfoque es reduccionista e impide visualizar factores externos evidentes y factores encubiertos, aquí, se reconoce la multicausalidad del fenómeno, pero de una manera estrecha y aislada.

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3). Lo anterior se acentúa ante la inexistencia del uso de una taxonomía de la corrupción53, ya que este fenómeno se manifiesta de una manera diversificada, a diferentes intensidades y diferentes contextos, entre estos podemos citar la clasificación que hace Stephen Morris54: Soborno y Extorsión. También tenemos corrupción de cuello blanco de la que poco se ha estudiado y se tienen pocos referentes. Conceptos tales como “Conductas No éticas”, en las que la corrupción es categorizada en términos de intensidad. Un problema derivado de esta carencia se puede ilustrar con el cálculo del Indice de corrupción y buen gobierno (ICBG) por parte de Transparencia Mexicana. Las formulas consideran exclusivamente a las mordidas para evaluar el índice, pero de acuerdo con Morris la corrupción se manifiesta no sólo en sobornos, sino en extorsión, variable no considerada en el cálculo, por lo que el Indice adolece de la cobertura total necesaria y en consecuencia, no es una medición que permita evaluar la corrupción real ejercida en las áreas gubernamentales. 4). Finalmente, la falta de definición del problema desde un punto de vista multidisciplinario con la intervención de las Ciencias Sociales, Económicas, Psicológicas, Administrativas, Políticas y Criminológicas; aquí el análisis del problema debe matizarse a efecto de que la intervención correctiva no se conciba tomando al ámbito gubernamental como eje impulsor y a la sociedad como espectador. Por otra parte, la acción gubernamental exhibe una obsesión exacerbada por la medición, cuantificación y estimación del fenómeno, al grado de que gran parte de sus esfuerzos están encaminados a precisar numéricamente la dimensión e impacto que representa, predominantemente desde un punto de vista económico-financiero. Entre los índices que se manejan se encuentran el de percepciones de la corrupción de transparencia internacional, el International Country Risk Guide, el reporte de Competitividad Mundial, el índice de opacidad, el reporte del World Competitveness Yearbook y de la Freedom House.55

53 Versión estenográfica del informe “Avances del Programa anticorrupción. Francisco Barrio Terrazas.13 de diciembre de 2002. SECODAM 54 Morris Stephen.1962. opus cit. 55 Gaceta de la SECODAM No. 4 Noviembre-Diciembre 2001.

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Es importante precisar y cuantificar el fenómeno, pero más importante es actuar en la dirección correcta. Destaca por su importancia la aplicación por parte de Transparencia Mexicana de la Encuesta Nacional de Corrupción y Buen Gobierno 2001 que mide experiencias reales y percepciones de la corrupción. La encuesta muestra un hallazgo importante que permanece ahogado entre el cúmulo de información que se genera: la encuesta ha mostrado que para los entrevistados, la familia y los maestros son quienes mejor pueden ayudar a combatir la corrupción” . El reporte termina con la consideración de que los jefes de hogar más jóvenes –menores de 30 años- y con mayor nivel educativo, son precisamente el grupo de población que muestra una mayor tendencia a ofrecer un soborno para obtener un servicio público. Este dato es de tal importancia que merecería una investigación a fondo para determinar las causas de comportamiento de este grupo poblacional sumamente abundante, que en cierta manera es compatible con el incremento de la delincuencia. A reserva de abundar en una investigación más específica sobre el tema, hablar de comportamientos “No éticos” nos lleva al terreno de la Psicología Social, y hablar de valores, creencias, rituales y prácticas compartidas colectivamente que subyacen a estos patrones de comportamiento generalizado nos lleva al análisis de la cultura nacional termino cuyas raíces yacen en el terreno de la antropología social. Bajo estas consideraciones el análisis se va tornando más complejo por la confluencia de un gran numero de disciplinas, no obstante, en la sección 4 de este capítulo planteo un modelo analítico que busca integrar en el marco de la teoría cognitiva social y la teoría general del crimen los aspectos situacionales o de oportunidad, el comportamiento observable y los factores psicológicos internos, con el doble propósito de primeramente generar una visión integral del problema, para posteriormente identificar los aspectos subestimados que intuitivamente estimo albergan gran parte de la causa de los comportamientos “No éticos” presentes en la población económicamente activa menor a 30 años.

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2. ACCIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL La SECODAM ha difundido que el combate a la corrupción y la creación de una cultura de la transparencia y la legalidad son metas muy importantes para México. En este sentido, ha desplegado estrategias orientadas a involucrar a la sociedad a través de Foros, convenios y acciones de vinculación con instituciones y asociaciones. Entre estas se encuentran la organización del taller de inconformidades para cámaras, asociaciones y proveedores de la Administración Pública Federal, para una mejor instrumentación de la Ley de Adquisiciones, suscripción del Acuerdo Nacional para la transparencia y el combate a la corrupción, documento que entre otros aspectos destaca la declaración pública de negarse a participar y propiciar actos de corrupción en sus trámites ante el gobierno, entre ellas mismas y con sus propios agremiados y asociados y algo que considero de la mayor importancia: Fomentar en sus agremiados y asociados, en sus familias, en sus centros de trabajo y en su comunidad, una cultura ética que rechace la corrupción. Otras actividad importante es el Acuerdo con la Cámara de la Industria la Radio y la Televisión (CIRT) para promover y difundir las medidas para combatir la corrupción, lograr la transparencia en la gestión publica y preservar el derecho de la población a ser informada. En el renglón educativo destaca el acercamiento con la UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA para el desarrollo de un programa modelo de capacitación y formación dirigido a los servidores públicos de la Secretaría; con el INSTITUTO TECNOLOGICO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY (ITESM) para el diseño e instrumentación de un seminario dirigido a las empresas del país con objeto de promover en las mismas la adopción de prácticas de transparencia y responsabilidad social corporativa y realizar mediciones de percepción de corrupción desde el sector empresarial, en las entidades federativas; y con la UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO (UNAM) para el diseño de indicadores que permitan evaluar con mayor precisión el grado de corrupción y sus efectos. Los Acuerdos también incluyen al sector empresarial constituido por la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA) Confederación Patronal de la Republica Mexicana (COPARMEX) Barra Mexicana Colegio de Abogados, Confederación de Cámaras Nacionales de

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Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO) que difundirán códigos de conducta, y propiciaran la formación de empresas transparentes para coadyuvar en la instrumentación de acciones tendientes al fortalecimiento de la transparencia y del combate a la corrupción dentro de la gestión pública y el ámbito patronal, así como empresarial. Es indudable el gran esfuerzo que se esta realizando y que apunta a un cambio profundo en la cultura del mexicano, sobre todo al ver involucradas a las principales estructuras sociales del país, sin embargo y volviendo al hallazgo de la encuesta de Transparencia Mexicana, se esta omitiendo un aspecto determinante y sobre el cual se habla y maneja marginalmente, la familia como base primaria de la sociedad. Existe un gran vacío sobre este tema, lo que da cuenta de la escasa importancia que representa para la gestión gubernamental. Se reconocen los esfuerzos para educar y concientizar a los infantes a través de información utilizando los medios de comunicación comunes como la Televisión y la Intranet, pero es indiscutible que el seno familiar es determinante en el proceso enseñanza aprendizaje en una etapa en que el proceso formativo es crucial. La trascendencia de este factor podrá constatarse en los siguientes capítulos en los que utilizando el Modelo Reciproco de Cultura Ética identificaremos la debilidad de las estrategias desplegadas actualmente por la entidad gubernamental. Otro aspecto importante es el hecho de que todo parece señalar que la Secretaría de Educación Pública no esta involucrada como pieza clave en el proceso de culturización ética que se pretende. La participación de la SEP debería darse por lo menos de dos maneras: en la integración de los principios éticos y valores a los programas curriculares de enseñanza primaria y secundaria, y el principal que consiste en la educación de los padres para educar a sus hijos. Este aspecto es de tal importancia que requiere de una campaña nacional permanente y un férreo control que asegure la recuperación de los valores perdidos para las generaciones futuras.

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VI. CULTURA ORGANIZACIONAL Y ANÁLISIS DEL PROBLEMA UTILIZANDO EL MODELO RECIPROCO DE CULTURA ETICA. Haciendo a un lado los problemas ya mencionados sobre la cobertura de influencia de la SECODAM y centrándonos en un proceso de análisis de su gestión de acuerdo a sus objetivos, metas y razón de ser, encontramos que no existe una evaluación integral clara y concisa que nos permita conocer el grado de efectividad y eficiencia con el que se esta desempeñando. El informe de labores 2002 es el documento más cercano a un balance de resultados de su actuación, un buen intento, pero que adolece profundamente de una metodología evaluatoria acorde a las necesidades y dinámica actual. Este informe conserva la misma tesitura que los informes típicos de los sexenios anteriores, caracterizados por un cúmulo de actividades operativas intrascendentes que ahogan los programas e iniciativas relevantes y diluyen una atención que podría incidir positivamente en una mejora sustancial del desempeño. A nivel de definición de propósito, se ha expresado el deseo de la SECODAM de cambiar su rol de órgano persecutorio y correctivo a uno de carácter preventivo, pero el grueso del reporte de programas hace mención a medidas correctivas, tales como multas, sanciones y consignaciones. Asimismo no se precisa el grado de avance en el proceso de transición del pasado, actual y el futuro en el cambio de rol, lo que impide el monitoreo y control efectivo y eficiente. No se presenta un balance financiero que nos permita evaluar la rentabilidad de la existencia y operatividad de esta entidad gubernamental, aunque si se manejan muchas cifras, hace falta un reporte breve y sucinto como el de Costo y Recuperación de los Órganos Internos de Control en la Administración Pública Federal (APF) con su conclusión de que esta función es autofinanciable.56 En suma, es importante que la SECODAM como motor impulsor del cambio en la APF modifique su esquema evaluatorio y de transparencia sus propias operaciones.

56 Informe de labores 2002. SECODAM.

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Un esquema que cumpliría con el propósito podría ser el de “Evaluación Integral” que es planteado por Peter H. Rossi y Howard Freeman57. De acuerdo con Rossi, una evaluación integral considera un análisis de la conceptualización y el diseño de las intervenciones, verificación de la aplicación del programa y evaluación de su utilidad. En este sentido, la conceptualización y análisis de diseño involucra estudios de la extensión y localización de los problemas en los cuales intervenir, la manera de definir los objetivos en términos operativos y la posibilidad de la intervención propuesta. La evaluación de la utilidad del programa encierra el estudio de la efectividad (repercusión) y eficacia (costo por beneficio o efectividad) de los programas. 1. CULTURA ORGANIZACIONAL Profundizar en las raíces del problema de la corrupción invariablemente nos lleva a los terrenos de los estudios sobre cultura en el ámbito de la antropología social y del comportamiento en el terreno de la psicología social. Por tal motivo, es importante abordar estos temas para precisar las áreas de oportunidad desatendidas en las estrategias contra la corrupción. El análisis de la cultura nacional se convierte en un problema complejo por la amplitud del concepto. En afán de acotar este análisis lo he delimitado a un ámbito dentro del cual se ha realizado un gran cúmulo de investigación y que a la vez es el contexto principal en el cual se materializa el problema; La Cultura Organizacional. Schein58 ha argumentado que la cultura es una de las fuerzas más poderosas y estables operando en las organizaciones.

57 Rossi Peter H. y Freeman Howard. Evaluación. Un enfoque sistemático para programas sociales. Edit. Trillas. 1989. 58 Schein, E. H. Culture: The missing concept in organization studies. Administrative Science Quarterly. 1996.

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Se presume que la Cultura llega a influenciar el desempeño de la empresa en los aspectos financiero59, desarrollo interno (Cox, Lobel, & McLeod), y éxito estratégico (Bluedorn & Lundgren) citados por Howard60. Algunos analistas consideran a la compatibilidad cultural como un ingrediente vital para la evaluación de fusiones corporativas potenciales61. Desafortunadamente la cultura organizacional ha sido explicada apropiada o inapropiadamente de muchas maneras e interpretada en relación a varios paradigmas62. Se reconoce que los estudiosos del tema han fallado en llegar a un acuerdo o aun, a una definición de Cultura Organizacional. Esto puede no ser sorprendente desde el hecho que los estudiosos en el área de negocios han tomado el concepto de cultura de la antropología63, y en este sentido, los antropólogos han propuesto al menos 164 definiciones diferentes de Cultura64. Granell65 , define el término como “... aquello que comparten todos o casi todos los integrantes de un grupo social...” esa interacción compleja de los grupos sociales de una empresa está determinado por los “... valores, creencia, actitudes y conductas.” Chiavenato66 presenta la cultura organizacional como “...un modo de vida, un sistema de creencias y valores, una forma aceptada de interacción y relaciones típicas de determinada organización.”

59 Denison, D. R. Bringing corporate culture to the bottom line. Organizational Dynamics. 1984. 60 Howard Lary W. Validating the competing values model as a representation of organizational cultures. International Journal of Organizational Analysis, Jul98, Vol. 6 Issue 3, p231, 20p 61 Fairclough, G. Culture clashes after combinations spur a new brand of due diligence. Wall Street Journal. 1998, March 5. 62 Schultz, M., & Hatch, M. J. Living with multiple paradigms: The case of paradigm interplay in organizational culture studies. Academy of Management Journal, 1996. 63 Reichers, A. E., & Schneider, B. Climate and culture: An evolution of constructs. In B. Schneider (Ed.), Organizational climate and culture (pp. 5-39). San Francisco: Jossey-Bass. 1990. 64 Sathe, V. How to decipher and change corporate culture. In R. H. Kilmann, M. S. 1985. 65 Granell H. Éxito Gerencial y Cultura. Caracas: Ediciones IESA. .1997. 66 Chiavenato Idalberto. Introducción a la teoría general de la administración. Mc Graw Hill México. 5ª Ed. 2000.

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Valle67 establece que la cultura de una organización es “... fruto de la experiencia de las personas y de alguna manera, conforman las creencias, los valores y las asunciones de éstas.” García y Dolan68 (1997) definen la cultura como “... la forma característica de pensar y hacer las cosas... en una empresa... por analogía es equivalente al concepto de personalidad a escala individual...” . Guedez69 “la cultura organizacional es el reflejo del equilibrio dinámico y de las relaciones armónicas de todo el conjunto de subsistemas que integran la organización.” Serna70 “La cultura es el resultado de un proceso en el cual los miembros de la organización interactúan en la toma de decisiones para la solución de problemas inspirados en principios, valores, creencias, reglas y procedimientos que comparten y que poco a poco se han incorporado a la empresa”. De la comparación y análisis de las definiciones presentadas por los diversos autores, se infiere que todos conciben a la cultura como todo aquello que identifica a una organización y la diferencia de otra haciendo que sus miembros se sientan parte de ella ya que profesan los mismos valores, creencias, reglas, procedimientos, normas, lenguaje, ritual y ceremonias. La cultura se transmite en el tiempo y se va adaptando de acuerdo a las influencias externas y a las presiones internas producto de la dinámica organizacional. De acuerdo con Schein71, la cultura existe a tres niveles de abstracción: suposiciones, valores y artefactos. La esencia de la cultura según Schein72 es el conjunto de suposiciones básicas que la gente comparte considerando la naturaleza humana, las relaciones sociales, y las relaciones entre instituciones sociales y su ambiente. Estas suposiciones son abstractas, subconcientes y consideradas como dadas. 67 Valle, R Gestión Estratégica de Recursos Humanos. Estados Unidos: Addison Wesley

Iberoamericana. 1995. 68 García S y Dolan S La dirección por valores. España: Editorial Mc Graw – Hill. Interamericana de España, S.A. 1997. 69 Guedez, V, Gerencia Cultura y Educación. Caracas: Fondo Editorial Tropykos/ Clacdec. 1998. 70 Serna H, Gerencia Estratégica. Colombia: 3R Editores.LTD. 1997. 71 Schein, E. H. Coming to a new awareness of organizational culture. Sloan Management Review, 25 (2).1984. 72 Schein, E. H. How culture forms, develops, and changes. In R. H. Kilmann, M. S.1985.

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Algo menos abstracto es el nivel de valores. Los valores representan estándares de criterios para seleccionar entre alternativas (Parsons & Shills), citados por Howard73. Los artefactos son los componentes más concretos de la cultura. Estos pueden ser evidencia física de la cultura, hablamos de arquitectura, atuendo o decoración. Los artefactos también incluyen comunicadores explícitos tales como declaraciones de la misión, memorandums y slogans; así como comunicadores implícitos como ritos rituales y ceremonias (Deal, Sathe,Trice & Beyer, ) citados por Howard74. La distinción entre valores y los artefactos más concretos pueden también ser matizados por “realidades” construidas socialmente, tales como normas, las cuales no son observables directamente, pero que dictan patrones observables de comportamientos. No obstante algunos estudiosos son partidarios de examinar artefactos para inferir niveles más profundos de cultura, y sugerir que una administración orientada a artefactos y normas puede llevar a un cambio cultural, Allen75; Kilmann76. Si los artefactos son normas, estas son susceptibles de manipulación por fuerzas, por lo tanto, son menos confiables como índices de fuerzas internas subyacentes77. Adicionalmente, en la medida en que la cultura se refiere a un contexto evolutivo, arraigado en la historia y mantenida colectivamente, la cultura es suficientemente compleja para resistir intentos de manipulación directa78. Los valores son más accesibles que las suposiciones y más confiables que los artefactos. 73 Howard L. W. 1998. op.cit. 74 Howard L.W. 1998. op.cit. 75 Allen, R. F. (1985). Four phases for bringing about cultural change. In R. H. Kilmann, M. S. 76 Kilmann, M. S. Saxton, R. Serpa, & Associates (Eds.), Gaining control of the corporate culture (pp. 292-331). San Francisco: Jossey-Bass. 77 Rousseau, D. M. Assessing organizational culture: The case for multiple methods. In B. Schneider .Organizational climate and culture (pp. 153-192). San Francisco: Jossey-Bass. 1990. 78 Denison Daniel R. What is the difference between organizational culture and organizational climate? A native’s point of view on a decade of paradigm wars. Academy of Management. The Academy of Management Review. Mississippi State. Vol. 21. Issue 3. Jul. 1996.

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En este sentido, recientemente, los estudiosos del tema se han enfocado a este nivel intermedio de cultura79. Por ejemplo, Quinn80 propuso la existencia de relaciones entre los valores culturales, estilos de liderazgo efectivos y fuentes de poder individual. Otros han sugerido relaciones entre valores culturales y tecnología (Zammuto & O'Connor), estructura y estrategias de crecimiento (Quinn & Hall), aspectos de evolución (Bigelow, Fahey, & Mahon), ética (Sinclair), procesos y efectividad de toma de decisiones grupales (Reagan & Rohrbaugh), y desempeño organizacional (Deal & Kennedy, Gordon, ) citados por Howard81 Si estas relaciones existen, las implicaciones para un modelo de cultura basado en valores podrían ser significativas. A pesar de la insistencia de Schein82 de que cada cultura es única, también ha afirmado que la cultura se desarrolla en todas las organizaciones en relación a la integración interna y la adaptación externa necesaria para su supervivencia, sugiriendo la presencia de al menos una tensión común recorriendo todas las culturas organizacionales. Howard83 resume que la cultura organizacional es una composición abstracta de suposiciones, valores y artefactos compartidos por sus miembros. En este contexto, las suposiciones son aquellas cosas que presumimos son verdaderas sin pensar acerca de ellas. Los valores son selecciones afectivas y compromisos de acuerdo a nuestras suposiciones acerca de estados finales apropiados y los medios de trasmitir las relaciones. Los climas normativos son artefactos que emergen como accesorios simbólicos manifestando valores culturales. La cultura es el “Ethos” de una organización, tanto como su personalidad es el “Ethos” de un individuo84.

79 Denison, 1996 op.cit. 80 Quinn, R. E. 1988. Beyond rational management: Managing the paradoxes and competing demands of high performance. San Francisco: Jossey-Bass. 81 Howard L.W. 1998. op.cit. 82 Schein, 1985. op.cit. 83 Howard L.W. 1998. op.cit.

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Aunque algunos puntos de vista y entendimientos alternativos de cultura organizacional existen, son consistentes con la corriente prevaleciente del pensamiento que propone lo siguiente: Una cultura organizacional puede ser representada confiablemente por los valores (preferencias por medios y fines) que manejan las actitudes y actividades de sus miembros. La alta dirección constituye una fuente de valores culturales importante y algunas veces definidora; y mientras las organizaciones puedan diferir en términos de sus valores dominantes, hay dimensiones de valor comunes que fluyen a través de la mayoría de las organizaciones. Debido a que la cultura organizacional está referida a las creencias y valores de sus miembros firmemente implantadas, estas residen en un nivel más profundo de psicología humana de lo que el clima organizacional podría incluir. La cultura implica una psicología más subyacente y menos conciente en el lugar de trabajo. En tanto que las políticas del clima, prácticas y recompensas son observables, las creencias y valores de la cultura no son visibles directamente. Como evidencia de estas creencias, los equipos de emergencia permanecen solo en caso de que alguna tormenta o proyecto de construcción pudiera interrumpir el servicio, y los gerentes han dado reconocimientos especiales a los empleados por su creatividad en solucionar problemas a los clientes. Schneider85 ha propuesto que la cultura puede ser cambiada a través de un enfoque al clima. El clima refleja lo tangible que produce la cultura, las clases de cosas que pasan a los empleados y a su alrededor que son capaces de describir. Solo mediante la alteración de las políticas cotidianas, prácticas, procedimientos y rutinas y por lo tanto impactando las creencias y valores que guían las acciones de los empleados puede ocurrir un cambio y ser sostenido. El cambio no ocurrirá a través de nuevas declaraciones de misión, discursos, noticias, o una gran fiesta para lanzar una nueva forma de hacer las cosas, o aún a través de modificar la arquitectura de la organización. Para comunicar nuevos valores y creencias se requiere del cambio de las cosas tangibles ( las miles de

84 Mead, MComing of age in Samoa. NY: New American Library.1949. 85 Schneider, Benjamin; Brief, Arthur. Creating a climate and culture for sustainable organizational change. Organizational Dynamics, Spring 96, Vol. 24 Issue 4, p7, 13p.

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cosas que definen el clima, que definen la vida diaria en una organización, los hechos no las palabras son la parte tangible. 2. MODELO RECÍPROCO DE CULTURA ÉTICA La lógica nos dice que cualquier intento para desarrollar o mejorar la cultura ética debe por definición estar orientada a objetivos. Esto visualiza la creación de una cultura ética como una meta super-ordinaria que es lograda desarrollando y orientándose a la consecución de múltiples submetas. En consistencia con el paradigma de fijación de metas, la investigación de la causa de los comportamientos no éticos y la metodología de triangulación se presenta un modelo de cultura ética para permitir que el concepto cultura ética de gran complejidad pueda ser examinado de lleno desde diferentes niveles de la organización86. La triangulación se refiere a la combinación de metodologías en el estudio del mismo fenómeno87. En mayor o menor grado, los modelos de comportamiento reconocen la presencia de una relación recíproca o interactiva entre los factores conductuales, situacionales y psicológicos. La misma relación interactiva esta también relacionada a iniciativas de cambio cultural como los intentos para entender porque programas de administración de la calidad total han fallado88. Las Organizaciones frecuentemente han intentado cambiar las actitudes de la gente sin considerar el trabajo y sus características organizacionales89. Asimismo, los cambios a sistemas organizacionales son hechos sin considerar las actitudes o el comportamiento de la gente90.

86 Jick, T. D. Mixing qualitative and quantitative methods: Triangulation in action. Administrative Science Quarterly, 24. 1979. 87 Denzin, N. K. The Research Act, (2nd ed). New York: McGraw-Hill.1978. 88 Cooper, M.D. & Phillips, R.A. Killing two birds with one stone: Achieving total quality via total safety management. 1995. 89 Atkinson, P.E. Creating Culture Change: The key to Successful Total Quality Management. IFS Publications, Kempston. 1990. 90 Seddon, J. "A passion for quality", The TQM Magazine, May, pp. 153-7.1989. Wilkinson, A., Allen, P. & Snape, E. TQM and the management of labour, Employee Relations , 13, 24-31.1991.

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Más aún, los esfuerzos para cambiar el comportamiento de la gente no toman en cuenta los efectos determinantes de los sistemas organizacionales o las actitudes de la gente91. Estos hallazgos nos indican que las iniciativas de cambio que no consideran las relaciones interactivas entre los factores situacionales, del comportamiento y psicológicos en el desarrollo de una cultura ética están condenados a la falla. La gente no esta controlada deterministicamente por su medio ambiente, ni por sí mismos. En lugar de esto existe un estado de determinismo reciproco con el ambiente dónde ésta y se influencian uno a otro en un juego interdinámico perpetuo.92. Tanto la Teoría del aprendizaje social (TAS)93 como la teoría cognitiva social (TCS)94 explican el funcionamiento en términos de una causalidad reciproca triádica, en la cual los factores psicológicos internos del individuo, el ambiente en el que está y el comportamiento que asume operan como determinantes interactivos que se influencian uno al otro de manera bi-direccional. (Ver figura 1) Desde esta perspectiva, la cultura organizacional prevaleciente está reflejada en las relaciones recíprocas dinámicas entre: las percepciones que los miembros tienen acerca de y las actitudes hacia, la operacionalización de metas organizacionales; la conducta diaria dirigida a metas de los miembros y la presencia y calidad de los sistemas y sub-sistemas de las organizaciones para apoyar la conducta orientada a metas. En esencia, esta definición refleja el modelo de determinismo recíproco de A. Bandura derivado de la Teoría Cognitiva Social. 91 Wilkinson, A., Allen, P. & Snape, E. TQM and the management of labour, Employee Relations. 1991. 92 Davis, G.F., & Powell, W.W. Organisation – environment relations. In: Dunnette M.D., Hough L.M. Handbook of Industrial and Organizational Psychology. 1992. 93 Bandura, A. Social Learning Theory. Prentice-Hall. 1977 94 Bandura, A. Social Foundations of Thought and Action: A Social Cognitive Theory. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall. 1986.

72

FIG.1.

El Modelo de determinismo recíproco de Bandura ha sido adaptado para reflejar el concepto de cultura ética, que contiene tres elementos que incorporan los factores psicológicos internos, subjetivos, las conductas en curso relacionadas a la ética observables, y las circunstancias situacionales, objetivas. En esta adaptación, los factores psicológicos internos (actitudes y percepciones) son evaluadas a través de tests psicométricos o cuestionarios de actitudes (clima organizacional ético), las conductas reales en curso relacionadas a la ética son evaluadas mediante programas como el de usuario simulado desarrollado como parte de las iniciativas de monitoreo visual conductual, mientras que las circunstancias situacionales son evaluadas mediante auditorías al proceso administrativo de la organización por parte de los Órganos Internos de Control.

Persona

Situación Comportamiento

CONTEXTOFactores

observables externos

Factores Psicológicos

internos

MODELO DE DETERMINISMO RECIPROCOBANDURA (1977; 1986)

Persona

Situación Comportamiento

CONTEXTOFactores

observables externos

Factores Psicológicos

internos

MODELO DE DETERMINISMO RECIPROCOBANDURA (1977; 1986)

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Considerando que cada uno de estos componentes de la cultura de la seguridad puede ser medido directamente solo o en combinación, se vuelve posible cuantificar la cultura ética de manera significativa a varios niveles organizacionales. fig 2.

Fig 2

Pennings y Gresov 95 por su parte, enlazan las influencias predispuestas externas con determinantes organizacionales internos describiendo la cultura como una relación entre seis subsistemas a dos niveles. El nivel social o industrial (externo) y el organizacional (interno). Los seis subsistemas encuadran 1) el mercado externo, industrial o ecosistema, 2) Las estructuras externas (e.g. familias, cuerpos normativos, instituciones profesionales, 3) Ideología externa (e.g. valores, creencias, símbolos y ceremonias, 4) Ambiente de Tarea interno, 5) Estructuras Internas (e.g. funcionales, jerárquicas, divisionales ) y 6) Ideología Interna. 95 Pennings, J. & Gresov, C. Technoeconomic and structural correlates of organisational culture: An integrative framework. Organization Studies.1986.

PERSONAClima Organizacional

Etico:Auditoría Perceptiva

TRABAJOComportamiento Etico:

Muestreo conductual

ORGANIZACIÓNProceso Administrativo Administración Pública

Auditoría objetiva

Factores Psicológicos

Internos

Factores Observables

ExternosCONTEXTO

MODELO RECIPROCO DE CULTURA ETICA

PERSONAClima Organizacional

Etico:Auditoría Perceptiva

TRABAJOComportamiento Etico:

Muestreo conductual

ORGANIZACIÓNProceso Administrativo Administración Pública

Auditoría objetiva

Factores Psicológicos

Internos

Factores Observables

ExternosCONTEXTO

MODELO RECIPROCO DE CULTURA ETICA

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El ambiente de tarea representa los modos y medios de producción y su sincronización. Las estructuras internas/externas se refieren al sistema de puestos y sus interrelaciones (e.g. equipos de apoyo, áreas de trabajo, departamentos, sistemas de control administrativo, etc.) mientras la ideología representa los sistemas de valores y creencias de la gente y su manifestación vía símbolos y ceremonias, etc. Cada subsistema individual es construido también como bloques de familia de variables. Un aspecto importante es que los tres subsistemas de Pennings y Gresov son similares a los tres elementos del Modelo Recíproco de Cultura Ética. El ambiente de tarea se equipara conceptualmente al componente trabajo o comportamiento, las estructuras internas se asemejan con los elementos organizacionales o situacionales y la ideología interna es similar a los aspectos personales o psicológicos. Considerando que cada uno de los elementos del modelo de cultura ética reciproca puede ser visto como bloques o familias de variables (ver figura 3), el marco de trabajo de Pennings y Gresov es ideal para guiar la medición sistemática de la cultura ética, en el sentido de que cada una puede ser construida como una imagen espejo de la otra. La matriz de 4 x 3 que resulta de la figura 3 ilustra la relación entre todos los subsistemas en cuatro niveles: Externo, Estratégico Interno, Táctico interno y Operacional Interno. Dado que ningún subsistema o conjunto parcial de variables puede ser explicada de manera aislada respecto a los otros subsistemas y sus enlaces, es importante entender las interrelaciones entre y dentro de los bloques de variables, sobre todo si el Locus de control será identificado96.

96 Louise, M.R. An investigators guide to workplace culture. In: P.J. Frost, L.F. Moore, M.R. Louise, C.C. Lundberg, & J. Martin. Organizational Culture 1985.Newbury Park, CA: Sage.

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Es evidente, aún en este macronivel, que cualquiera de los nodos entre subsistemas compartirán una influencia recíproca con al menos cinco u ocho subsistemas relacionados mediante flujos causales y retroalimentaciones, moviéndose horizontal, diagonal y verticalmente. A cualquier nivel particular cada subsistema será influenciado por los otros dos subsistemas al mismo nivel a la vez que con los tres subsistemas del nivel superior o inferior inmediato. Esto nos indica que cualquier intento para medir la cultura ética necesitará examinar y explicar la influencia que estos subsistemas ejercen entre ellos.

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Fig.. 3

Valores externos y creencias

Valores Internos y creenciasEstructuras

internas

Estructuras externasMercado externo,

industria o ecosistema

Ambiente de tarea

NIVEL INDUSTRIAL O SOCIAL

Nivel Organizacional

Estratégico

Nivel Organizacional

Táctico

Nivel Organizacional

Operativo

Ambiente de tarea

Ambiente de tarea

Estructuras internas

Estructuras internas

Valores Internos y creencias

Valores Internos y creencias

Marco de trabajo contingente múltiple de las relaciones culturales, Pennings y Gresov, 1986.

Valores externos y creencias

Valores Internos y creenciasEstructuras

internas

Estructuras externasMercado externo,

industria o ecosistema

Ambiente de tarea

NIVEL INDUSTRIAL O SOCIAL

Nivel Organizacional

Estratégico

Nivel Organizacional

Táctico

Nivel Organizacional

Operativo

Ambiente de tarea

Ambiente de tarea

Estructuras internas

Estructuras internas

Valores Internos y creencias

Valores Internos y creencias

Marco de trabajo contingente múltiple de las relaciones culturales, Pennings y Gresov, 1986.

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Fig. 4

Cuando los bloques de las variables dentro del marco de trabajo son examinadas a nivel micro (ver fig. 4), la relación dentro de bloques se observa que aparentemente hay muchos tipos diferentes de influencias recíprocas que requieren análisis y explicación. Por ejemplo, en los niveles estratégico y táctico hay 8 relaciones recíprocas persona a persona, 8 situacional a situacional y 8 comportamiento a comportamiento, dos de las cuales están al mismo nivel y tres de las cuales provienen del nivel inferior y superior inmediato, respectivamente.

VariablesPersona

Situacional

VariablesEstratégico

VariablesOrganización

Táctica

Variables OrganizaciónOperacional

Variables Persona

VariablesPersona

Variablestrabajo

PsicológicoVariables

OrganizaciónEstratégico

VariablesPersona

VariablesOrganización

Táctica

VariablesPersona

ComportamientoVariablesOrganización

Estratégico

VariablesPersona

VariablesOrganización

Táctica

VariablesOrganización

Operacional

VariablesPersona

Variablestrabajo

VariablesPersona

VariablesOrganizaciónOperacional

Variablestrabajo

VariablesPersona

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Influencias recíprocas entre subsistemasPennings y Gresov, 1986.

VariablesPersona

Situacional

VariablesEstratégico

VariablesOrganización

Táctica

Variables OrganizaciónOperacional

Variables Persona

VariablesPersona

Variablestrabajo

PsicológicoVariables

OrganizaciónEstratégico

VariablesPersona

VariablesOrganización

Táctica

VariablesPersona

ComportamientoVariablesOrganización

Estratégico

VariablesPersona

VariablesOrganización

Táctica

VariablesOrganización

Operacional

VariablesPersona

Variablestrabajo

VariablesPersona

VariablesOrganizaciónOperacional

Variablestrabajo

VariablesPersona

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Variablestrabajo

Influencias recíprocas entre subsistemasPennings y Gresov, 1986.

78

En los niveles externo y operacional hay cinco influencias recíprocas. Persona-situación, persona-comportamiento y comportamiento-situación, representando cada una 9 en número. Es así que en los niveles más bajo y más alto hay 17 relaciones recíprocas posibles y 26 en los niveles medios (ocho al mismo nivel, nueve en el más alto y 9 en el más bajo). Más aún, dependiendo de cual nivel es analizado, algunas de estas influencias recíprocas son también directas (próximas) o indirectas (distantes). Por ejemplo, si el nivel operacional es analizado, habrá influencias distantes emanado del nivel estratégico (distantes en el sentido que éstas tienen que extenderse a través del nivel táctico para ejercer su influencia al nivel operacional). Contabilizando para todas las tres relaciones dentro de bloques y las tres entre bloques a nivel micro, es evidente que hay 68 relaciones reciprocas posibles para analizar en el más alto y el más bajo nivel ( 17 dentro X 3 Bloques = 51 + 17 entre = 68), y 104 en los niveles medios ( 26 dentro X 3 Bloques = 78 + 26 entre Bloques = 104). Dependiendo del nivel de análisis estas relaciones recíprocas también necesitan ser multiplicadas por el número de variables usadas para su medición. Así, el número de enlaces y su complejidad nos lleva a la conclusión de que se requiere un enfoque sistemático para la medición de la cultura ética, tanto en el sentido de abajo hacia arriba como viceversa97 Esto también resalta la necesidad para los investigadores de reportar los niveles de medición y de asociación dentro y entre las células de correlación para todas las influencias recíprocas pertinentes a sus estudios. El modelo de Pennings y Gresov nos muestra la complejidad que puede encerrar el estudio de las relaciones recíprocas, y la necesidad de abundar en el tema de la corrupción como un efecto resultante de esas interacciones para futuras investigaciones. En nuestro caso, y volviendo al Modelo recíproco de cultura ética propuesto, derivado de la teoría cognitiva social y aplicándolo al contexto de la administración pública habíamos determinado que las conductas reales en curso relacionadas a 97 Glendon y Stanton, 1998 op.cit.

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la ética son evaluadas mediante programas como el de usuario simulado desarrollado como parte de las iniciativas de monitoreo visual conductual, mientras que las circunstancias situacionales son evaluadas mediante auditorías al proceso administrativo de la organización por parte de los Órganos Internos de Control. En el caso de los factores psicológicos internos (actitudes y percepciones) no se cuenta con información tangible que nos permita profundizar en la determinación y atención al problema de la corrupción a nivel interna del individuo. Se reconoce que existen y se aplican a funcionarios de niveles medios y superiores tests psicométricos que buscan ubicar el grado de afianzamiento de los valores morales y éticos, pero en principio, no se ha logrado determinar los factores o variables determinantes de los comportamientos deshonestos dentro de un marco teórico-conceptual y acorde a los rasgos culturales de nuestro entorno como país. En este sentido, y al nivel reduccionista que lo maneja el Gobierno Federal ( por el ámbito limitado a la administración pública) las estrategias de ataque a la corrupción presentan un ámbito de debilidad revelado dentro del marco analítico del Modelo Recíproco de Cultura Ética que he planteado y que consiste en el análisis psicológico a nivel individuo. Lo poco existente aplicado actualmente es indudablemente de carácter extrateórico y con altas posibilidades de ser extralógico. La teoría cognitiva social, sustento del Modelo Recíproco de Cultura Ética, como primer paso, ha acotado, dentro de un marco de trabajo, el carácter del problema y su ubicación, el siguiente paso es profundizar en el problema a nivel del individuo, para lo cual, en el siguiente capítulo me valgo del marco teórico proveído por la Teoría General del Crimen para, en un ejercicio de “logicidad” (pasar de una categoría extralógica a una lógica) identificando las variables que propician los actos de corrupción. No obstante y como se ha visto en el Modelo reciproco de Cultura Ética, las influencias situacionales, conductuales y psicológicas interaccionan entre sí, muchas veces, con poca claridad. La misma Teoría General del Crimen se entremezcla con la Teoría Cognitiva Social a nivel conceptual, ya que la TGC plantea factores situacionales como la

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oportunidad, factores psicológicos como el autocontrol y factores conductuales, como la influencia de los amigos o compañeros. Un análisis más profundo de esta mezcla es de gran interés para ahondar en los aspectos que conforman una verdadera cultura ética. VII ANÁLISIS DE LOS PERFILES DE LOS FUNCIONARIOS DE MANDOS MEDIOS Y SUPERIORES EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA AFEDERAL EN MÉXICO Y SU CORRELACIÓN CON ACATOS NO ÉTICOS Y DE CORRUPCIÓN Partiendo de la idea de que no existe en México una investigación de carácter científico orientada a determinar las características del individuo que determinen su proclividad a incurrir en actos no éticos, la utilidad práctica de un producto de este tipo a desarrollar permitiría a los instrumentos de evaluación de empleados, incorporar una herramienta predictiva del comportamiento ético del empleado, para identificar la probabilidad de ocurrencia de actos reprobables. También para prevenir esta proclividad a través de subsanar las características negativas que favorezcan la probabilidad de infracciones menores o delitos graves. La aplicación de medidas de prevención permitirá reducir la probabilidad del mal uso de recursos y la minimización de actos que afecten la imagen y las condiciones financieras de la organización. 1. DESCRIPCION METODOLOGICA Para justificar el diseño de una herramienta como la descrita sería necesario previamente demostrar con el mayor rigor científico la trascendencia de los rasgos del individuo en conductas criminales y de corrupción, para lo cual se tendrían que identificar las variables o factores influyentes en la generación de conductas con mayor probabilidad de incurrir en actos no éticos e incluso delictivos o criminales. Posteriormente identificar las variables de mayor contribución. Determinar las infracciones de mayor incidencia, y finalmente, determinar la correlación entre el perfil del individuo, su auto-control y sus rasgos principales con la conducta ética o no ética.

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Las interrogantes que surgen en torno a clarificar los orígenes de la corrupción como acto delictivo son: ¿Es el autocontrol una de las variables explicativas de la conducta no ética? ¿es el autocontrol una de las variables explicativas de una conducta delictiva?, ¿es el autocontrol una de las variables explicativas de una conducta corrupta?, ¿es la conducción de los padres sobre los hijos una variable influyente en el autocontrol?, ¿una conducta desviada en la adolescencia es producto de una conducción deficiente de lo padres sobre los hijos?, ¿una deficiente conducción de los padres sobre los hijos provocará un nivel bajo de autocontrol en la edad adulta? ¿un nivel bajo de autocontrol es influyente en la generación de conductas no éticas?, ¿un nivel bajo de autocontrol es influyente en la generación de conductas criminales (corruptas)? ¿un nivel bajo de autocontrol y una oportunidad son explicativos de una conducta no ética, criminal y corrupta? ¿una conducta corrupta es explicada más por las características del individuo y su entorno cercano que por las características de su entorno societal? ¿los valores morales son reflejo del nivel de autocontrol? . Con objeto de llevar a la practica todo lo anterior y corroborar las interrogantes anteriormente planteadas se recurrió al planteamiento de un modelo con las variables contempladas en la Teoría general del Crimen98 y a las técnicas de demostración disponibles para una investigación no experimental o expost-facto, transeccional correlacional tomando en cuenta que se trataba de medir la relación entre las variables que intervienen en el modelo, buscando la correlación y posteriormente la causalidad. Aún y que la Teoría General del Crimen que es una de las bases de este trabajo es de una aplicación totalmente general, ya que incluye crímenes desde los más leves hasta los más graves, y que su aplicación mediante las herramientas desarrolladas en este trabajo deberían ser universal para cualquier empresa en cualquier parte del mundo, el instrumento de medición que se diseñó contiene algunos ítems aplicables sólo a las empresas o instituciones del sector público y limitados a México, por la terminología utilizada. La Administración Pública Federal comprende una cantidad muy elevada de trabajadores, y aunque el sondeo proyectado está acotado exclusivamente a los manos medios y superiores (Directores de área hasta Subsecretarios) la cantidad de personal no deja de ser excesivamente vasto, por lo que la aplicación de la encuesta diseñada se efectuó como muestra por conveniencia a las siguientes dependencias: Petróleos Mexicanos, Secretaria de Comercio y Fomento Industrial y Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica. 98 Cfr. Anexo 1 Esquema del Modelo.

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Se reconoce que la muestra por su número limitado no es representativa de la Administración Pública Federal, como para generalizar los resultados que se obtuvieron en el sondeo, pero la utilidad aquí, radica en que los datos recabados son suficientes para la utilización de las herramientas estadísticas y aportan una idea de qué tipo de hallazgos se pueden encontrar. Para recabar la información del factor humano se diseñó un instrumento de medición (cuestionario) con tres secciones: la primera contempla la captura de datos generales del encuestado, la segunda es una serie de preguntas cerradas a efecto de determinar las variables relacionadas con sus valores, su educación su criterio (perfil) y la tercera sección incluye una serie de preguntas sobre situaciones en las que se observará el enfoque ético o no de acuerdo a su forma de pensar, conteniendo una escala de 5 opciones de actitudes tipo Likert99. Considerando la naturaleza dialéctica de la investigación se utilizaron las siguientes variables independientes Autocontrol, integrada por disciplina en la niñez, consistencia en castigos en la niñez, conducción de los padres, tiempo invertido en el niño, comunicación Padre-Hijo; Moralidad, oportunidad, y los datos generales comunes, edad, sexo, religión, ocupación, educación, educación de los padres e ingreso. Como variables dependientes se eligieron: Actos No Eticos y Actos de Corrupción. Considerando que el tipo de relacionamiento a examinar es de dependencia, es decir, predicción de una variable dependiente por variables independientes, con la intervención de variables métricas y no métricas, se pensó en utilizar un análisis de regresión lineal múltiple. Además para ver la interdependencia identificando la estructura de la interrelación, se recurrió al análisis de factores. Las hipótesis planteas fueron: H1: La ocurrencia de un acto no ético es explicada significativamente por el autocontrol y la oportunidad. H2. Existe una correlación significativa entre la desviación de la conducta adolescente, y la posibilidad de incurrir en un acto no ético en la etapa adulta, 99 Nomakforoosh Naghi Mamad. Metodología de la Investigación. 2ª. Edición Limusa 2000.

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2. RESULTADOS OBTENIDOS DEL PROCESO Se realizó una regresión lineal múltiple utilizando como variable dependiente a: “Posibilidad de acto no ético”, y como variables independientes: Los datos generales: edad, estado civil, ingreso, religión, sexo, nivel académico. Variables de antecedentes familiares: Nivel académico de la madre, nivel académico del padre. Variables de conducción de los padres (autocontrol): disciplina en la niñez, comunicación con los padres, consistencia de castigo, tiempo dedicado a él por sus padres. La variable oportunidad: influencia de la oportunidad. La variable valores morales. Encontramos que la mayoría de las variables empleadas fueron eliminadas por su baja significación, quedando sólo la variable disciplina en la niñez . Los resultados muestran que la posibilidad de un acto no ético, sólo es explicado en poco más de 10% por la variable disciplina en la niñez, por lo que seguramente existen otras variables diferentes a las definidas que pudieran ayudar a explicar la concurrencia de un acto no ético por parte de un individuo. H1: No pudo probarse. Introducimos en el modelo anterior, la variable independiente: “Desviación de la conducta adolescente”, buscando incrementar la explicación de la variable dependiente, pero sorpresivamente, observamos que su contribución fue nula. Como segunda conclusión tenemos que no hay relación significativa entre la desviación de la conducta adolescente, y la posibilidad de incurrir en un acto no ético en la etapa adulta, por lo que probablemente la desviación de la conducta adolescente no predispone a un individuo a conducirse no éticamente en su etapa adulta, infiriéndose también que no hay garantía de que un individuo que haya tenido una conducta socialmente aceptable no incurra en un acto no ético en su etapa adulta. H2: Fue rechazada. Aplicamos la Regresión lineal utilizando como variable dependiente a Posibilidad de incurrir en Corrupción, y como variables independientes:

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Los datos generales: edad, estado civil, ingreso, religión, sexo, nivel académico. Variables de antecedentes familiares: Nivel académico de la madre, nivel académico del padre. Variables de conducción de los padres (autocontrol): disciplina en la niñez, comunicación con los padres, consistencia de castigo, tiempo dedicado a él por sus padres. La variable oportunidad: influencia de la oportunidad. La variable valores morales. Encontramos que la mayoría de las variables empleadas fueron eliminadas por su baja significación, quedando sólo la variable influencia de la oportunidad. Los resultados muestran que la posibilidad de incurrir en corrupción sólo es explicado en poco más de 16% por la variable influencia de la oportunidad, por lo que seguramente existen otras variables diferentes a las definidas que pudieran ayudar a explicar la inclinación hacia la corrupción por parte de un individuo. Aunque no se acepta H1, una de las variables registra influencia en la ocurrencia de actos de corrupción. En este sentido, la oportunidad es una de las dos variables utilizadas por Gottfredson y Hirschi en su teoría general del crimen. Se corrió el modelo de regresión lineal anterior, incluyendo como variables independientes adicionales: acto no ético y conducta desviada en la adolescencia para ver si su efecto incrementaba la explicación de los actos de corrupción. Se encontró que no hubo variación en los resultados, con lo cual se saca una tercera conclusión consistente en que, tener una desviación en la conducta adolescente, sin incurrir en crímenes mayores, no influye en una conducta adulta con proclividad a cometer actos de corrupción. Se realizó una corrida más del modelo utilizando como variable dependiente la posibilidad de incurrir en corrupción y como variables independientes todas las definidas exceptuando aquellas relacionadas con la conducción de los padres (autocontrol): disciplina en la niñez, comunicación con los padres, consistencia de castigo, tiempo dedicado a él por sus padres. El resultado nuevamente confirmó que la variable influencia de la oportunidad es la única que contribuye significativamente a la explicación.

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Para despejar toda duda acerca de lo anterior, se corrió el modelo utilizando como variable dependiente la posibilidad de incurrir en corrupción y como variables independientes únicamente aquellas relacionadas con la conducción de los padres (autocontrol): disciplina en la niñez, comunicación con los padres, consistencia de castigo, tiempo dedicado a él por sus padres. El resultado confirmó todo lo anterior, al no encontrarse ninguna relación significativa entre el autocontrol y la posibilidad de incurrir en actos de corrupción. Con esto, se falla en probar que la variable causal: autocontrol contemplada conjuntamente con la variable oportunidad, en la teoría general del crimen pueda predecir la ocurrencia de la corrupción como delito o crimen tipificado. No obstante, la confirmación de estos resultados se tendría que dar utilizando los instrumentos de medición desarrollados expresamente por Gottfredson y Hirschi con los ajustes correspondientes de acuerdo a las particularidades de nuestro país. Lo anterior, considerando que el instrumento diseñado para este sondeo fue construido de acuerdo al marco teórico desarrollado por los autores mencionados. 3. DETALLES DEL MODELO ANALITICO La aplicación de la encuesta se realizó en una de las Direcciones Corporativas de la empresa pública Petróleos Mexicanos, siendo esta la Dirección Corporativa de Seguridad Industrial y Protección Ambiental compuesta por un total de 80 personas agrupadas en 6 Gerencias. También se aplicó en la Dirección General de Industrias de la Secretaria de Comercio y Fomento Industrial, área que representa también a casi 50 personas. Por último, se aplico en el área administrativa del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) entre un total de 50 personas. Es recomendable aplicar el instrumento de medición siguiendo los cánones estadísticos necesarios a otras dependencias del sector público para corroborar su aplicabilidad a todos los ámbitos del sector público.

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Debido a restricciones de confidencialidad por parte de la SECODAM, no fue posible accesar a la base de datos de los funcionarios sancionados durante los últimos cinco años, ni sus datos a efecto de aplicarles el instrumento diseñado, con objeto de identificar factores incidentes en el perfil y comprobar fehacientemente las hipótesis planteadas en una población infractora, lo que podría haber dado mucha luz en la consistencia de la herramienta desarrollada. Un modelo explicativo podría incorporar el conocimiento en torno a la Teoría General del Crimen y la Teoría Cognitiva Social orientadas al individuo, con las Teorías Económicas, Políticas y Sociales orientadas al entorno, con lo que se lograría la intervención de factores individuales y datos agregados simultáneamente y se podría identificar finalmente que variables son las más importantes en el fenómeno de la corrupción, lo que podría considerarse en el diseño de Políticas Públicas y planes de estudio en las instituciones educativas de nivel básico. El conjunto de características del individuo se limitó a los señalados, en la Teoría General del Crimen, por lo que existe la probabilidad, de acuerdo a investigadores previos ya citados, de que se haya omitido alguna variable que pudiera ser significativamente más contribuyente que las seleccionadas. En este sentido, no obstante que la variable autocontrol definida por Gottfredson y Hirschi contiene otros aspectos adicionales al manejado en este trabajo como conducción de los padres (utilizado como disciplina en la niñez, comunicación con los padres, consistencia de castigo y tiempo dedicado al individuo por sus padres) se ha demostrado, como se puntualizó en el marco teórico, que la conducción de los padres es la subvariable más importante en la definición de la variable autocontrol, por lo que su utilización única obedeció a una simplificación del concepto para hacerlo más manejable sin perder su esencia, propósito que creo se cumplió.

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CONCLUSIONES El análisis critico a la gestión gubernamental para atacar el problema de la corrupción revelo fallas profundas tanto al nivel de concepción del problema, de una manera reduccionista, limitada al ámbito administrativo público y un despliegue ineficiente e ineficaz de estrategias y tácticas de atención a la erradicación del problema en nuestro país. Las estrategias y acciones adoptadas tienen sus orígenes en prácticas actuales internacionalmente probadas (muchas de las ocasiones sin conocer sus efectos tangiblemente) pero carecen de un engranamiento teórico conceptual lo que las lleva a catalogarse como extrateóricas y extralógicas y por lo tanto sospechosas de ser efectivas en el contexto nacional. En especial, el Modelo Reciproco de Cultura Ética propuesto exhibió carencias y limitaciones de estos enfoques en la profundización del problema ubicado a nivel individual-psicológico. Los postulados de la Teoría General del Crimen permitieron avanzar en el análisis de fallas que diagnosticó este Modelo. Esta Teoría establece que básicamente existen dos variables o factores intervinentes en la comisión de un delito, en este caso de un acto de corrupción: el autocontrol y la oportunidad. Mediante la aplicación de una encuesta con un instrumento de medición desarrollado en México se esperaba confirmar que la variable autocontrol constituida básicamente por la conducción de los padres fuera explicativa a un nivel de significancia aceptable, pero esto no fue así. En E.U. se ha comprobado repetidas veces que la educación impartida por los padres a los niños hasta la edad de 8 años es determinante de la conducta en edad adulta, sobre todo, de conductas que pueden ser delictivas, en nuestro caso, corruptas ante un contexto de oportunidad. Considerábamos que en México, dado el tipo de sociedad más tradicionalista y conservadora que en los E.U., la teoría debía comprobarse exhibiendo cifras comprobatorias más firmes incluso que en las replicaciones hechas en los E.U.

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En México, aún tenemos en alta estima los valores inculcados durante la niñez, razón que reforzaba la expectativa que se tenía. Pero como conclusión principal se ha extraído la aseveración de que la oportunidad es una de las variables explicativas de una conducta corrupta. Una explicación probable del porque el autocontrol, manejado como conducción de los padres sobre los hijos no fue una variable relevante es quizás, que debido a las mismas expectativas citadas anteriormente, la educación recibida en México, en cuanto a ética y moral es en general estándar, es decir culturalmente exhibe una variación muy baja entre los individuos de nuestra sociedad, por lo menos en los estratos económicamente medios y altos en los cuales se aplicó la encuesta, lo cual impide asociar dichas variaciones a distintos tipos de comportamiento. Otra explicación y que coincide con el punto de vista de Sutherland100 sobre la comisión de delitos de cuello blanco por “una persona respetable, de elevada condición social, en el ejercicio de su profesión”, es que en el fenómeno de la corrupción por sus características atípicas a las de los delitos comunes, el factor autocontrol no juega un papel determinante ante la presentación de una oportunidad de “oro”. Lo anterior es respaldado por la fórmula económica de Gary Becker101 en la que los individuos son caracterizados como tomadores de decisión racionales que responden a oportunidades, tanto legítimas como ilegítimas, es decir, aquí observamos que la oportunidad es la parte medular de su enfoque. Finalmente, si recurrimos a todo el proceso histórico en torno a la corrupción fue y a hemos analizado al principio de este trabajo, podemos considerar que los valores en torno a la corrupción concernientes a desarrollo acelerado a través del enriquecimiento fácil e impunibilidad para lograrlo, así como lo extendido de esta práctica, han permeado a la cultura de la sociedad mexicana y se han arraigado en “ideologías” y costumbres aceptadas y reconocidas para crecer individualmente, como lo señalan Morris y Riding102, fusionándose en los valores morales que considera la variable “autocontrol”.

100 Sutherland. Loc. op.cit. 101 Becker Gary. op. cit. 102 Morris S. 1962.op. cit.

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De aquí que este factor se vea diluido como variable explicativa y se encuentre incapaz de mostrar su contribución, dado que se ha convertido en parte del propio fenómeno que tratamos de explicar. No obstante y ante la escabrosa conclusión a la que hemos llegado, es necesario, por rigor científico, abrir la posibilidad de dos acciones que nos ayudarán a clarificar más la problemática de la corrupción con enfoque al individuo: Aplicar la encuesta a grupos de individuos que pertenezcan a estratos sociales bajos y medio-bajos para corroborar los resultados y concluir definitivamente la aseveración previa. Si se comprueba lo anterior, cabe la posibilidad de iniciar una investigación de mayor detalle, hurgando en dimensiones más profundas y precisas que las utilizadas por Gottfredson y Hirschi que nos permitan identificar variaciones de mayor amplitud en algunos factores educativos de la niñez e intentar probar la validez de la teoría general del crimen.

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RECOMENDACIONES FINALES El problema de la corrupción es sumamente complejo como para atacarse de una manera improvisada o basándose en practicas intuitivas. Este problema requiere de un gran cúmulo de investigación que podríamos catalogar como básica en algunos casos y de aplicación en otros. El problema debe ser visualizado en su sentido más amplio, es decir, no sólo como un problema de la administración pública, sino como un problema de deformación de la cultura nacional. En el caso particular de mi análisis, el hecho de haber encontrado que una de las variables contribuyentes a la corrupción es la oportunidad, permite a los órganos y autoridades definir con mayor precisión estrategias encaminadas a disminuir o erradicar los actos de corrupción. El comportamiento de personal contratado bajo cierto perfil para puestos de alta responsabilidad y con toma de decisiones no puede ser predicho en términos de proclividad hacia la corrupción. Por otra parte, son las condiciones (oportunidades) las que hay que vigilar para evitar que los trabajadores se sientan tentados a caer en actos de corrupción. En este sentido, la existencia de órganos de control y autoridades es totalmente justificable, dada la imposibilidad de controlar totalmente las actividades de trabajo ante la posibilidad de aprovechamiento de oportunidades circunstanciales o construidas deliberadamente. Ahora bien, asumiendo un enfoque más global, como el que plantea Morris, se observaría a la corrupción como algo que entraña vastos factores estructurales y fuerzas históricas, la oportunidad también vista a nivel macro por la configuración de factores sociales, políticos y económicos, ejercería una influencia considerable. Bajo esta perspectiva se plantea el reto de cómo desensamblar esas condiciones que propician una oportunidad magnificada a la vez externa e interna al individuo.

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Morris menciona que las reformas destinadas a atacar la corrupción podrían desencadenar y revelar otros problemas, tal vez más desestabilizadores y quizá irreconocibles. Poner freno a la corrupción podría poner en peligro el acuerdo pragmático y acomodaticio que durante tanto tiempo ha unido a la elite; reducir el control político centralizado o el control corporativista, pese a ofrecer ciertos beneficios, podría dar por resultado movilizaciones políticas incontroladas y demandas no mediatizadas, enfrentar la corrupción misma; el cierre de las vías de conciliación enraizadas por la corrupción podría reencauzar las demandas hacia escenarios más públicos, atizando el conflicto político y desencadenar debates ideológicos divisorios, acrecentando la “lucha de clases”. En realidad, estos vínculos y ramificaciones hacen que la puesta en práctica de cualquier plan anticorrupción resulte compleja y que sea vital incorporar la corrupción a una amplia perspectiva general en la que se considere no sólo los aspectos sociales, sino los relativos al individuo como parte de la misma. La corrupción es, más que el deterioro o la decadencia de un Estado antes sano, una manifestación y recordatorio constante de lo imperfecto que pueden ser los gobiernos, siendo entes artificiales creados por el ser humano. El hallazgo relacionado con la oportunidad como parte causal del fenómeno de corrupción, se ve complementado con una parte del cuestionario que dedicó un espacio para captar la actitud hacia el gobierno en cuanto a sus niveles de corrupción en el desempeño de sus labores, y el resultado fue que la gente esta de acuerdo que sí existe tal problema. Como se puede apreciar, el problema de la corrupción no puede ser limitado a un estudio con enfoque hacia el individuo o hacia la sociedad, sino que se requiere la intervención de múltiples disciplinas para precisar las dimensiones del problema real. Pero el problema más grave derivado de la corrupción es que la ideología de la clase en el poder durante por lo menos los últimos 70 años, con sus prácticas no éticas, ha permeado a la sociedad del futuro, la que ha asimilado los valores del dinero fácil, la impunibilidad y la indiferencia hacia los semejantes, como muestra más de esa individualidad exacerbada que nos caracteriza como mexicanos.

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La corrupción debe desaparecer, ya no por el argumento típico de los problemas económicos y políticos que ha generado, sino por el daño alienante que está provocando en la conciencia del imaginario colectivo del futuro. Por último, es importante puntualizar que esta investigación procuró analizar un enfoque más específico hacia el individuo, pero inexorablemente hemos llegado a un punto en el que nuestros resultados convergen con otros hallazgos en investigaciones anteriores cuyo punto de partida fue totalmente distinto.

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