atalaya sociopolítica de casa Árabe nº 01

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Atalaya (Del ar. hisp. attaláya‘, y este del ár. clás. talâ’i‘). 1. f. Torre hecha comúnmente en lugar alto, para registrar desde ella el campo o el mar y dar aviso de lo que se descubre.2. f. Eminencia o altura desde donde se descubre mucho espacio de tierra o mar. 3. f. Estado o posición desde la que se aprecia bien una verdad.4. m. desus. Hombre destinado a registrar desde la atalaya y avisar de lo que descubre.5. m. desus. Hombre que atisba o procura inquirir y averiguar lo que sucede. (DRAE) Análisis Mauritania: reforma democrática y nuevo gobierno Revisiones ideológicas del islamismo radical: Imam Fadl Comicios locales en Egipto: ¿elecciones sin elección? Perfiles Sidi Muhammad Ould Sheyj Abdallah, Presidente de Mauritania. El hombre tranquilo. El Doctor Fadl o Mister Sharif. Historia del primer “emir” del grupo egipcio al-Yihad y padre de la “Constitución” de al-Qaida. La opinión pública árabe e islámica La situación en el Líbano Irán y la energía nuclear ¿Quién mató a Benazir Bhutto? Musharraf y los paquistaníes Islam y Occidente Los muertos en Iraq Documenta 11 Reunión de la Organización de la Conferencia Islámica Cumbre de la Liga de los Estados Árabes de Damasco Resolución de los Ministros árabes de Información sobre la regulación de la emisión vía satélite, radio y televisión en la región árabe. Reseñas de libros Publicación del IEAM de Casa Árabe Dirección: Gema Martín Muñoz Director adjunto: Rafael Ortega Rodrigo Investigadores: Rocío Vázquez Martí y Amira Kedier 01 mayo/junio 2008 www.casaarabe-ieam.es Análisis Mauritania: reforma democrática y nuevo gobierno El gobierno en pleno de Mauritania presentaba su dimisión el pasado 6 de mayo, acuciado por las críticas sobre su mala gestión y debilidad política. El nuevo gobierno afronta la responsabilidad de consolidar la reforma democrática que desde 2005, no sin dificultades pero con importantes avances, está desarrollando este país. En 1991, el pueblo mauritano votó en referéndum una nueva Constitución por la cual se establecía un régimen pluripartidista, si bien resultó ser un pluripartidismo artificial ya que el Partido Republicano Socialdemócrata (PRDS), liderado por Muawiya Ould Sid Ahmed Taya, gobernó el país desde las primeras elecciones celebradas en abril de 1992 y ejerció un rígido control, lo que originó una desconfianza entre el régimen y la oposición, la falta de un diálogo político y social y la ausencia de una alternancia pacífica en el poder. Las políticas fiscales y monetarias seguidas por el régimen llevaron al déficit económico y la inflación. Como resultado de todo ello, las condiciones de vida empeoraron y la seguridad se degradó. En este contexto se produjo el cambio del 3 de agosto de 2005 de la mano del ejército y de las fuerzas de Seguridad. Ese día, un grupo de militares protagonizó un golpe de Estado y el autodenominado Consejo Militar para la Justicia y la Democracia depuso a Taya y nombró a Ely Ould Muhammad Vall, director de la Seguridad Nacional, nuevo Presidente del país, y al entonces embajador en Francia, Sidi Mohammed Ould Boubacar, Primer Ministro. El CMJD se comprometió a establecer la democracia en un periodo transitorio no superior a dos años, poner en pie el Estado de derecho y el buen gobierno, mejorar la economía y el nivel de vida. La estrategia seguida para poner fin a la degradación de la vida política, económica y social fue definir, entre agosto y diciembre de 2005, las prioridades en coordinación con los partidos políticos y la sociedad civil a través de tres comisiones ministeriales encargadas de la Democracia Transitoria, la Justicia y el Buen Gobierno. Los resultados de las comisiones se debatieron democráticamente durante los llamados Días Nacionales de Consulta (25-29 octubre 2005) con la participación de 600 representantes de todos los partidos, ONG, sindicatos, empresarios, fiscales y abogados, cargos electos, ulemas, profesionales liberales, periodistas, universitarios y personalidades independientes. Durante las reuniones se fijaron los puntos para la gestión de la Atalaya sociopolítica de Casa Árabe Sumario

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Primer número de la Atalaya Sociopolítica de Casa Árabe, correspondiente a los meses de mayo/junio de 2008. Incluye unos análisis sobre el proceso de democratización en Mauritania; las revisiones ideológicas del islamismo radical y las elecciones municipales en Egipto del 8 de abril. Se presentan los perfiles del presidente de Mauritania Sidi Muhammad Ould Sheyj Abdallah y del Sayyed Imam Abdelqader Abdelaziz al-Sharif, referente de autoridad de al-Qaida y otros grupos similares.

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Atalaya (Del ar. hisp. attaláya‘, y este del ár. clás. talâ’i‘). 1. f. Torre hecha comúnmente en lugar alto, para registrar desde ella el campo o el mar y dar aviso de lo que se descubre.2. f. Eminencia o altura desde donde se descubre mucho espacio de tierra o mar. 3. f. Estado o posición desde la que se aprecia bien una verdad.4. m. desus. Hombre destinado a registrar desde la atalaya y avisar de lo que descubre.5. m. desus. Hombre que atisba o procura inquirir y averiguar lo que sucede. (DRAE)

Análisis

Mauritania: reforma democrática y nuevo gobierno

Revisiones ideológicas del islamismo radical: Imam Fadl

Comicios locales en Egipto: ¿elecciones sin elección?

Perfi les

Sidi Muhammad Ould Sheyj Abdallah, Presidente de Mauritania. El hombre tranquilo.

El Doctor Fadl o Mister Sharif. Historia del primer “emir” del grupo egipcio al-Yihad y padre de la “Constitución” de al-Qaida.

La opinión pública árabe e islámica

La situación en el Líbano

Irán y la energía nuclear

¿Quién mató a Benazir Bhutto?

Musharraf y los paquistaníes

Islam y Occidente

Los muertos en Iraq

Documenta

11 Reunión de la Organización de la Conferencia Islámica

Cumbre de la Liga de los Estados Árabes de Damasco

Resolución de los Ministros árabes de Información sobre la regulación de la emisión vía satélite, radio y televisión en la región árabe.

Reseñas de libros

Publicación del IEAM de Casa Árabe

Dirección: Gema Martín Muñoz

Director adjunto: Rafael Ortega Rodrigo

Investigadores: Rocío Vázquez Martí y Amira Kedier

01mayo/junio2008

www.casaarabe-ieam.es

AnálisisMauritania: reforma democrática y nuevo gobierno

El gobierno en pleno de Mauritania presentaba su dimisión el pasado 6 de mayo, acuciado por las críticas sobre su mala gestión y debilidad política. El nuevo gobierno afronta la responsabilidad de consolidar la reforma democrática que desde 2005, no sin dificultades pero con importantes avances, está desarrollando este país.

En 1991, el pueblo mauritano votó en referéndum una nueva Constitución por la cual se establecía un régimen pluripartidista, si bien resultó ser un pluripartidismo artifi cial ya que el Partido Republicano Socialdemócrata (PRDS), liderado por Muawiya Ould Sid Ahmed Taya, gobernó el país desde las primeras elecciones celebradas en abril de 1992 y ejerció un rígido control, lo que originó una desconfi anza entre el régimen y la oposición, la falta de un diálogo político y social y la ausencia de una alternancia pacífi ca en el poder. Las políticas fi scales y monetarias seguidas por el régimen llevaron al défi cit económico y la infl ación. Como resultado de todo ello, las condiciones de vida empeoraron y la seguridad se degradó. En este contexto se produjo el cambio del 3 de agosto de 2005 de la mano del ejército y de las fuerzas de Seguridad. Ese día, un grupo de militares protagonizó un golpe de Estado y el autodenominado Consejo Militar para la Justicia y la Democracia depuso a Taya y nombró a Ely Ould Muhammad Vall, director de la Seguridad Nacional,

nuevo Presidente del país, y al entonces embajador en Francia, Sidi Mohammed Ould Boubacar, Primer Ministro. El CMJD se comprometió a establecer la democracia en un periodo transitorio no superior a dos años, poner en pie el Estado de derecho y el buen gobierno, mejorar la economía y el nivel de vida. La estrategia seguida para poner fi n a la degradación de la vida política, económica y social fue defi nir, entre agosto y diciembre de 2005, las prioridades en coordinación con los partidos políticos y la sociedad civil a través de tres comisiones ministeriales encargadas de la Democracia Transitoria, la Justicia y el Buen Gobierno. Los resultados de las comisiones se debatieron democráticamente durante los llamados Días Nacionales de Consulta (25-29 octubre 2005) con la participación de 600 representantes de todos los partidos, ONG, sindicatos, empresarios, fi scales y abogados, cargos electos, ulemas, profesionales liberales, periodistas, universitarios y personalidades independientes. Durante las reuniones se fi jaron los puntos para la gestión de la

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Sumario

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1En agosto de 2007, esta corriente islamista, situada en la órbita de los Hermanos Musulmanes, consiguió la legalización de su propio partido político, la Agrupación Nacional para la Reforma y el Desarrollo-Tawasul (al-Tayammu‘ al-Watani li-l-Islah wa-l-Tanmiyya), presidido por el parlamentario Muhammad Yamil Mansur.

transición democrática con un amplio consenso. Esos puntos se integraron en el Programa de acción del gobierno de transición (1 de enero 2006 a 31 de marzo de 2007).

Desde ese momento, el país ha dado importantes y rápidos pasos hacia una democratización de la vida política: la celebración de un referéndum el 24 de junio de 2006 en el que el 97% de la población aprobó una nueva Constitución que reduce la legislatura de seis a cinco años y no permite más de una reelección presidencial; el inicio de procesos electorales; la concesión de una amnistía general que incluyó presos políticos y militares que habían participado en anteriores golpes de Estado; el regreso de antiguos opositores que permanecían en el exilio; el comienzo de la extracción del petróleo mauritano; el inicio de la “guerra contra la corrupción”; la creación de una Comisión Nacional de Derechos Humanos; el compromiso de “acabar con la esclavitud”; la concesión de libertades a los medios de comunicación y garantizar el retorno de cerca de 30.000 refugiados mauritanos en Senegal y Mali, cuestión fundamental para conseguir la unidad nacional y revisar una de las páginas más oscuras de la historia del país.

Las elecciones al Congreso de Diputados (95 escaños) se celebraron a dos vueltas, el 19 de noviembre y el 3 de diciembre de 2006, con altos índices de participación (73% y 40% respectivamente) y la presencia de 28 partidos. Si bien las autoridades de transición prohibieron la creación de un partido de corte islamista, la tendencia de los islamistas mauritanos “Reformistas Centristas” (al-Islahiyyin al-Wasatiyyin) sí pudieron presentarse a las elecciones como independientes, obteniendo 5 escaños1.

54 escaños fueron ocupados por partidos políticos y 41 por listas de independientes. La Coalición de Fuerzas por el Cambio Democrático (Ittilaf qiwa al-tagyyir al-Dimuqrati), formada por once partidos de la antigua oposición, obtuvo 41 escaños.

Desglose:

1. Bloque de Fuerzas Democráticas (Ahmad Ould Dada): 152. Unión de Fuerzas de Progreso (izquierda): 83. Partido Republicano Social-Demócrata (ex–gobernante): 74. Alianza Popular Progresista (Masoud Ould Beljayr): 55. Agrupación por la Democracia y la Unidad (Ahmad Ould Sidi Baba): 36. Unión Por la Democracia y el Progreso (Naha Bint Meknas): 37. Unión y Cambio Mauritano (Hatim): 28. Partido de Renovación Democrática: 29. Unión y Cambio Mauritano+ Alianza Popular Progresista:210. Bloque de Fuerzas Democráticas+Unión de Fuerzas de Progreso:211. Partido Unionista Democrático Socialista: 112. Agrupación Nacional Por la Democracia, Libertad e Igualdad: 113. Frente Popular: 114. Unión de Centro Democrático: 115. Partido de la Alternativa: 1

Las municipales se celebraron también el 19 de noviembre y el 3 de diciembre con similares porcentajes de participación (73,64%). Los partidos obtuvieron el 62,81 % y las listas de independientes el 37,19%.

Hay que señalar que una nueva ley (2006-029 del 22 de agosto de 2006) relativa a la promoción de las mujeres en el marco electoral, ha establecido normas de discriminación positiva: una cuota del 20% de los escaños en los consejos municipales; y en las elecciones legislativas una cuota que corresponda globalmente

al 20% de los diputados de las circunscripciones a las que les correspondan dos o más escaños.

Así, de los 3.688 consejeros municipales elegidos, 1120 fueron mujeres (30,33%); de las nueve comunas de Nuakchot, tres están actualmente gobernadas por mujeres; y en las elecciones legislativas, de los 95 diputados totales, 18 son mujeres (17,9%). A título comparativo, en el Parlamento anterior sólo había 3 mujeres de 81 diputados (3,70 %).

En las elecciones al Senado (53 escaños) del 21 de enero de 2007, con segunda vuelta el 4 de febrero, el bloque parlamentario al-Mithaq (Pacto), que englobaba a diversas formaciones políticas, la mayoría partidarias del ex presidente Ahmed Taya, obtuvo 37 escaños frente a los 15 obtenidos por la Coalición de Fuerzas por el Cambio Democrático y los 3 que consiguió la corriente islamista de “Reformistas Centristas”, como independientes. De los 53 senadores, 9 fueron mujeres (15,1%).

Las elecciones presidenciales se celebraron el 11 y 25 de marzo de 2007. El candidato Sidi Ould Sheyj Abdallah, que obtuvo un 24,8% en la primera vuelta y que goza del apoyo de los partidarios del antiguo régimen, obtuvo la victoria en la segunda vuelta (52,85%) frente a Ahmad Ould Dada (47,15%), nuevo líder de la oposición.

Hay que señalar que estos procesos electorales se desarrollaron con la presencia de observadores nacionales e internacionales organizados por Naciones Unidas, quienes elogiaron el clima de libertad y transparencia en el que transcurrieron. El programa político del nuevo presidente pretende solucionar las principales cuestiones espinosas que siguen pendientes, entre ellas la de la población negra refugiada en Senegal y Mali desde 1989 tras una serie de confl ictos étnicos. Otras prioridades de la agenda del gobierno ha sido poner fi n a las violaciones de los derechos humanos; acabar defi nitivamente con la esclavitud, abolida ofi cialmente en 1981; extender la cultura de la democracia, la separación de poderes y la justicia en el marco de un Estado de las instituciones; la lucha contra la corrupción, muy extendida entre la jefatura anterior que, y esto puede constituir un obstáculo a corto plazo, ha sido quien más ha apoyado al nuevo presidente; y mejorar el nivel de vida de la sociedad sin renunciar al liberalismo, que constituye un punto central en su programa económico. La estrategia de Sheyj Abdallah es la del diálogo con todas las clases sociales buscando el consenso nacional, hacer partícipes a todas las fuerzas políticas en el proceso que ahora comienza; la creación de un gobierno de coalición en el que tienen cabida tres mujeres y representantes de la población negra (especialmente de la tribu Fulan); y la promesa de que abandonará la presidencia tras agotarse la primera legislatura. Cabe destacar que la complejidad de la sociedad mauritana, tradicionalmente tejida en torno a alianzas tribales, ha impregnado irremediablemente el proceso de democratización que vive el país. Así, es importante que Sheyj Abdallah, además del apoyo de los grandes partidos del Bloque, muy próximos al régimen anterior, consiga el progresivo respaldo de otras fuerzas políticas, de manera que se garantice cierta estabilidad y pueda ir eludiendo las tradicionales alianzas tribales e ir optando por un gobierno de tecnócratas.

Masoud Ould Beljayr, presidente del partido de la Alianza Popular Progresista y líder de los esclavos liberados, conocidos localmente como Haratin, fue elegido presidente del Parlamento y Aba Mbari, ministro de Pesca del régimen del depuesto presidente Ould Taya, fue elegido para la presidencia del Senado. Esto demuestra que el programa del presidente tiene como objetivo crear un equilibrio entre los componentes étnicos esenciales de Mauritania. La mayoría considera que este equilibrio es fundamental para la estabilidad del país: el presidente de la República pertenece a los «árabes blancos»,

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país: el presidente de la República pertenece a los «árabes blancos», el presidente del Parlamento a los esclavos liberados, un grupo que ha hecho escuchar su voz en las últimas décadas, y el presidente del Senado es zeny (negro). Con este “gobierno de tres” el presidente garantiza la estabilidad, la consolidación de la unidad nacional y la armonía de su mandato durante los próximos 5 años. Mauritania entra así en una etapa de transición que se caracteriza por el ejercicio de las comisiones constitucionales cuya misión es garantizar la pluralidad del régimen.

Antes de ganar las elecciones, Sheyj Abdallah prometió solucionar el problema de los refugiados mauritanos en Senegal y Mali “en un año, o tal vez en seis meses”. En este sentido, el pasado 21 de noviembre, se celebraron las Jornadas Nacionales de Consulta mediante las que se pretendía estudiar el problema de los expulsados y encontrar una solución para su regreso a Mauritania. Estas reuniones pusieron de manifi esto que éste es uno de los problemas más complicados a los que se enfrenta el país. La mayoría de los participantes en las jornadas, excepto los expulsados y los familiares de las víctimas de aquella época, no desean desenterrar toda la verdad de lo que ocurrió durante aquellos años pues consideran que podría afectar gravemente a la estabilidad del país.

Al igual que ha ocurrido y sigue ocurriendo en otras partes del continente africano, la herencia colonialista ha marcado las relaciones entre las antiguas colonias francesas de Mauritania y Senegal desde la Conferencia de Berlín. Las fronteras entre ambas zonas fueron trazadas a golpe de decretos presidenciales franceses (1895, 1905, 1933) lo que provocó la dispersión de una misma tribu por diferentes territorios. Los tratados fi rmados por ambos países en 1959 sobre la delimitación de las fronteras y el estatus de las tribus que habitaban la zona fronteriza del río Senegal, así como los acuerdos de explotación del río, entre Mauritania, Mali y Senegal, y de la producción ganadera a lo largo de los setenta y principios de los ochenta y las resoluciones de las conferencias de presidentes de países africanos independientes que mantuvieron las fronteras heredadas de la etapa colonial, han actuado como bombas de relojería que han ido estallando poco a poco, y concretamente en el caso de Senegal y Mauritania en la segunda mitad de la década de los ochenta del pasado siglo.

La crisis de fi nales de los ochenta tuvo diferentes componentes. Por un lado, se produjo un confl icto étnico en Mauritania entre la etnia mayoritaria y dominante, los maur, moros, que representan el 60% de la población, y la población negra marginada, alrededor del 40%, con un reparto geográfi co concreto, el norte es mayoritariamente de población árabo-beréber y el sur de mayoría negra, entre ellos los wolof, población mayoritaria de Senegal. Esa distribución se encontraba detrás del apoyo senegalés a la corriente nacionalista negra en Mauritania, que provocaría, a su vez, la confi scación por parte del gobierno mauritano de las propiedades agrícolas en manos de senegaleses, la intransigencia de las autoridades senegalesas con los ganaderos mauritanos en territorio senegalés y las presiones por ambas partes sobre el movimiento de población entre ambos lados de la frontera y sobre el movimiento comercial en la misma. La tensión fue en aumento hasta que un incidente fronterizo entre agricultores de una aldea senegalesa y ganaderos de una aldea mauritana, que terminó con varios muertos y heridos senegaleses el 9 de abril de 1989, degeneró en un confl icto entre ambos países, lo que supuso un punto de infl exión en las relaciones entre ambos desde su independencia. Al factor étnico se añadieron otros componentes: fronterizos, de recursos (explotación del río Senegal), de situación interna en ambos países, y económicos. Tuvo graves consecuencias, ya que provocó movilizaciones populares agresivas en los dos países, pérdidas materiales, saqueos de propiedades de mauritanos en Senegal y de senegaleses en Mauritania, pérdidas humanas (asesinato de senegaleses y de mauritanos), desplazamientos de población y aparición de refugiados en ambos países, guerra de declaraciones y actos de violencia y reivindicaciones étnicas. Una de las consecuencias del confl icto fue que desde mayo a agosto de ese mismo año, las autoridades mauritanas, que explicaban el confl icto como una conspiración urdida por el régimen senegalés

en colaboración con frentes internos, comenzaron a expulsar a Senegal a ciudadanos mauritanos negros (zunuy), en respuesta a la expulsión por parte de Senegal de ciudadanos senegaleses de la etnia moro.

En 1990 se produjo una escalada de acciones militares en la que entraron en juego la oposición mauritana armada, personifi cada en el FURAM (Frente Unido de Resistencia Armada de Mauritania) con bases en Senegal e integrado básicamente por población negra mauritana no arabizada, que luchaba contra un régimen monopolizado por los sectores beréberes y árabes, y en el FRUIDEM (Frente de Resistencia por la Unidad, la Independencia y la Democracia en Mauritania) formado por negros (sudán) y por algunos maur (moros). También Senegal vio surgir y reforzarse el movimiento de resistencia interno (Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance) al tiempo que Mauritania acusaba a Senegal de discriminación contra la población arabizada.

Tras esfuerzos diplomáticos desplegados por la Organización de la Unidad Africana, ambos países llegaron a un acuerdo en octubre de 1989 de contención de la crisis, pero no a un acuerdo sobre el derecho del retorno ya que Mauritania solo aceptaba el regreso de los mauritanos que habían permanecido “retenidos” en Senegal y no de aquellos que habían sido expulsados al país vecino y que constituían los verdaderos refugiados.

El escenario mundial tras la crisis del Golfo ejerció presión sobre Mauritania para que abandonara el discurso intransigente. Sin embargo, la cuestión del retorno, al igual que la delimitación de

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2 Nacido en 1960, Ahmad al-Waqif ha sido profesor en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas de Nuakchot y ha trabajado en organismos internacionales (Programa Mundial de Alimentos). En 2003 fue nombrado director de la compañía Somagaz (de distribución del gas en el país), posteriormente fue director general de las Líneas Aéreas Mauritanas y en 2007 consejero del ministro de Finanzas. Ha estudiado y analizado la comercialización de la producción local de arroz y grano y ha contribuido a la elaboración de la política de precios y comercialización del arroz en el país. Ha presidido la comisión ministerial encargada del dossier de los refugiados mauritanos y ha sido coordinador de la mayoría gubernamental (que engloba a más de 40 partidos).

las fronteras y la explotación del río Senegal, ha seguido pendiente hasta el actual gobierno que se ha comprometido a solucionarla en cuestión de meses. El principal escollo han sido las compensaciones y las investigaciones sobre lo que realmente ocurrió. Desde julio de 2007 miles de mauritanos negros han comenzado el regreso ofi cial a su país, aunque preocupados por su difícil integración. Si bien Mauritania había declarado durante años que los refugiados podían volver cuando quisieran, no fue hasta el 20 de junio de 2007, con el gobierno de Sheyj Abdallah, cuando las autoridades mauritanas presentaron la primera petición de ayuda ofi cial a la Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR). El primer paso deberá ser el reconocimiento por parte del gobierno de su condición de ciudadanos mauritanos para, acto seguido, iniciarse el proceso de repatriación que tendrá que ser supervisado por ACNUR, después se fi jarán las compensaciones, la devolución de sus propiedades y la creación de la Comisión de Reconciliación y Confi anza.

Según el documento Return and Reintegration of Mauritanian Refugees 2007-2008 (http://www.unhcr.org/partners/PARTNERS/46d68dfa2.pdf) de ACNUR, a fecha de julio de 2007 había unos 20.000 mauritanos negros refugiados en Senegal y unos 6.000 en Mali. En 1989 se contaron unos 60.000 refugiados, pero entre 1996 y 1998 unos 35.000 decidieron volver. ACNUR ha lanzado un llamamiento con el fi n de recaudar los 7 millones de dólares necesarios para el retorno de unos 24.000 refugiados mauritanos en Senegal y Mali. Teóricamente, la operación de retorno podría durar año y medio, si bien la cantidad recaudada hoy por hoy es insufi ciente (500.000 dólares). El pasado mes de noviembre ACNUR fi rmó un acuerdo con Mauritania y Senegal para el retorno de los refugiados con el fi n de iniciar su programa de retorno voluntario y ofrecer a los retornados diversas ayudas (techo, alimentos durante tres meses). Pero se desconoce cómo volverán esos refugiados, si el gobierno será capaz de asumir esa tarea, de crear las infraestructuras necesarias, destruidas en el pasado, o de si podrán volver a sus hogares, ocupados muchos de ellos por mauritanos moros. El desafío es que el retornado sienta que está en su casa, que no es un extranjero en su propio país. Según ACNUR, unos 12.600 han expresado ya su deseo de volver. Ahora bien, sigue habiendo una cuestión que provoca serias diferencias: la forma en que se deberá solucionar ese pasado de “violaciones de los derechos de los mauritanos negros” entre 1989 y 1991. Tales diferencias salieron a la luz durante las jornadas de consulta (http://www.alakhbar.info/233-0--FAB--F-F-FF0CC0-FF-C.html) sobre el tema, organizadas en Nuakchot en noviembre de 2007, planteadas como paso previo a la celebración de una Jornadas Nacionales de Consulta, con la participación de unas 1000 personas representantes de todas las tendencias políticas, miembros de gobiernos anteriores, técnicos y representantes de los refugiados en Senegal, delegados de los principales movimientos de los negros mauritanos en el exilio, ONG´s y organizaciones internacionales. Las jornadas, en las que se llegó a un Informe Final (http://www.alakhbar.info/200-0--FC-F-CFFAC--F0CFF-00F0-FBC.html), se dividieron en cuatro talleres de trabajo: órganos nacionales y locales necesarios para gestionar todas las operaciones relacionadas con el regreso y la integración; medidas prácticas para organizar el regreso, tales como la identifi cación de las personas; la integración permanente de los refugiados y la recuperación de sus derechos; el marco institucional y presentación de propuestas para establecer la identidad de las víctimas. Si bien se llegó a una especie de consenso en cuanto a que la solución al problema deberá tener en consideración la memoria y el perdón para la comunidad, la justicia y las compensaciones a las víctimas, hay diferentes posturas: por un lado, los activistas políticos negros exigen que sean juzgados aquellos que cometieron graves violaciones de derechos humanos

contra la población negra; por otro, representantes de los refugiados son más partidarios de dejar las cosas como están. Es decir, el país se debate entre la necesidad de hacer justicia y la de pasar página en aras de la unidad nacional.

Más información: Informe de International Crisis Group (en francés) de abril de 2006 sobre la transición en Mauritania. (http://www.crisisgroup.org/library/documents/middle_east___north_africa/egypt_north_africa/53_la_transition_politique_en_mauritanie_bilan_et_perspectives.pdf)

Más información: El Observatorio Mauritano de Derechos Humanos hizo una declaración en abril de 2006 sobre el regreso de los refugiados como factor indispensable para la democratización del país y las compensaciones como mecanismo para hacer justicia: (http://www.almarsad.org/CF100.html).

Además de las cuestiones mencionadas anteriormente, decisivas para conseguir la unidad nacional, el gobierno ha tenido que hacer frente a la presión de la oposición ejercida en forma de manifestaciones “espontáneas” que denuncian la situación económica (aumento del precio de productos básicos) en un marco en el que la lucha contra la corrupción tiene todavía camino por hacer. De hecho, Mauritania ha vivido en los últimos meses varias revueltas por el encarecimiento de productos básicos como el arroz, el trigo o el maíz, que han duplicado su precio en sólo dos meses. El gobierno puso en marcha un plan urgente para tratar de asegurar la disponibilidad de alimentos básicos y frenar la subida de precios. El Programa Mundial de Alimentos considera a Mauritania como uno de los puntos más sensibles en la crisis alimenticia que sacude a numerosos países, ya que la escasa producción local sólo supone el 30% del consumo, teniendo que importar el 70% restante.

No obstante, las continuas críticas contra el gobierno del primer ministro Al-Zeyn Ould Zidan, por “demasiado tecnócrata” y contar con una escasa representación de los partidos políticos, así como las acusaciones por lo que se considera una mala gestión del país desde que asumiera su cargo en abril de 2007, han conducido fi nalmente a su dimisión y a la de todo su gobierno pasado 6 de mayo. El presidente, Sheyj Abdallah, aceptó dicha dimisión y, acto seguido, nombró en su lugar a Yahya Ould Ahmad al-Waqif2, hasta ese momento secretario general de la Presidencia mauritana y presidente del Partido del Pacto Nacional por la Democracia y el Desarrollo, partido del Presidente y mayoritario en ambas cámaras. Ahmad al-Waqif, con un perfi l de economista, será el encargado de dirigir el nuevo gobierno, formado por partidos políticos, incluidos los de oposición, y por tecnócratas, y tendrá que hacer frente a diferentes retos, entre ellos a la crisis económica y alimentaria. A esto se le une el desafío del gobierno de lograr mejorar la seguridad del país y controlar el denominado “triángulo de los peligros”, un vasto territorio en las fronteras de Mauritania, Senegal y Mali, que hasta ahora ha servido como campo de actuación de contrabandistas (tabaco, alimentos y armamento), refugio de evadidos de la justicia y, recientemente, como zona de paso de grupos armados. Los últimos actos terroristas acaecidos en esta zona (asesinato de turistas franceses y asalto a un puesto militar) tuvieron graves consecuencias políticas y económicas para el país, entre ellas la suspensión del rally Lisboa-Dakar. En conclusión, Mauritania ha vivido una importante experiencia política en la que el poder militar ha cumplido su compromiso de democratizar el sistema político y traspasar el poder a los civiles. Los cambios experimentados han sido muchos y positivos en los últimos tres años. No obstante, siguen siendo también muchos los desafíos que aún tiene que afrontar este complejo país.

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Atalaya Sociopolítica Casa Árabe 05

Los jefes históricos de al-Yamaa al-Islamiyya en la cárcel desde 1981 (Nayeh Ibrahim, Osama Hafez, los hermanos Darbala, Fuad al-Dawalibi y otros) iniciaron en julio de 1997 un signifi cativo cambio de registro proponiendo al régimen egipcio un alto el fuego unilateral. Las razones de este cambio parecían responder a la constatación de la imposibilidad de vencer por las armas, el elevado coste humano que les suponía la represión y la degradación de su imagen y su aislamiento de la sociedad por el recurso al terrorismo. Si bien cuatro meses después tuvo lugar un sangriento atentado terrorista contra turistas en Luxor, en el que murieron más de 60 personas, esta operación marcó un punto de inflexión en la organización y abrió un intenso debate. El liderazgo se apresuró a calificarlo como error, mientras algunos analistas lo interpretaron como una reafirmación de la capacidad militar de al-Yamaa para desmentir el argumento del gobierno de que la tregua declarada venía dada por la debilidad de la organización debido a la actuación de las fuerzas de Seguridad. Poco después, un dirigente en el extranjero, Muhammad al-Muqri, condenaba en un opúsculo, y basándose en el derecho islámico, el asesinato de turistas y civiles. La propuesta y la revisión de los presupuestos del grupo fueron recibidas por el régimen con dudas sobre su seriedad, y por parte de la jefatura en el exilio con muchas críticas. Las dudas se fueron disipando con el paso de los años, a lo que contribuyó sin duda que algunos medios de comunicación se ofrecieran como plataforma para exponer el debate interno y la revisión ideológica del grupo, de forma notoria el semanario egipcio al-Musawwar que publicó una serie de entrevistas con dirigentes de al-Yamaa en las que reconocían el error cometido al enfrentarse con el régimen en los 90 y pedían perdón a la sociedad egipcia “por los crímenes cometidos”. A partir del año 2002, el gobierno egipcio permitió la publicación de varios libros de al-Yamaa en los que se exponían las bases teóricas de este cambio de estrategia, y un año después comenzó el proceso de liberación de presos (la jefatura y mil miembros del grupo comenzaron a abandonar las cárceles). En sus nuevos escritos, el grupo reflexiona sobre varios conceptos y posiciones: el yihad deja de ser lícito si conduce a la fi tna (sedición), el asesinato por diferencias doctrinales o de no-musulmanes se considera ilícito.

La iniciativa de al-Yamaa fue apoyada por la jefatura de al-Yihad, y de otros grupos como al-Nayun min al-Nar, en las cárceles, y supuso también un debate interno que condujo igualmente a un rechazo del uso de la violencia y una revisión general de postulados y estrategias que ha cristalizado años más tarde, en 2007, con la iniciativa de quien fuera el primer “emir” de al-Yihad, Imam Fadl. El resultado, hasta ahora, ha sido la liberación de unos 130 miembros de al-Yihad (se calcula que hay unos 2000 más en las cárceles) y se especula con la posibilidad de que pongan en libertad a los dirigentes, entre ellos el propio Imam Fadl, detenido en Yemen en 2001 y entregado a las autoridades egipcias en 2004.

Al-Sayyed Imam Ibn Abdelaziz al-Sharif, más conocido como Imam Fadl o Doctor Fadl, (ver itinerario biográfi co en Perfi les), fue el primer “emir” de al-Yihad y está considerado como “el padre de la Constitución de al-Qaida” por su libro, considerado de cabecera para cualquier “buen muyahid”, al-Umda fi -iidad al-udda li-l-yihad fi -sabil Allah (Compendio básico sobre la preparación de lo necesario para el yihad por Dios), publicado

Revisiones ideológicas del islamismo radical: Imam Fadl

Es de gran interés sociopolítico el proceso de revisión de las posturas radicales y violentas que en los últimos años están llevando a cabo infl uyentes líderes de dos de los grupos más radicales del islamismo egipcio, con gran repercusión en todo el universo árabe e islámico: al-Yamaa al-Islamiyya y al-Yihad.

en 1988 en pleno proceso de la lucha de los muyahidin contra la ocupación soviética de Afganistán. En este libro eran califi cados de infi eles todos los regímenes, fuera y dentro de países islámicos, que no se regían por las leyes de Dios y contra los que era obligatorio declarar el yihad, entendido como lucha violenta. Es decir, era toda una preparación para el yihad. Preparación que integraba dos aspectos: el material y el espiritual. El primero es considerado cuantitativo y tiene una dimensión jurídica, relacionada con la formación del grupo, con la política a seguir en su gestión y con las relaciones entre sus individuos; y una dimensión individual consistente en la preparación militar. En cuanto al aspecto espiritual, el “cualitativo”, éste comprendía, según su autor, la educación y el desarrollo del grupo sobre fundamentos jurídicos, por un lado, y la preparación espiritual del muyahid, por otro. Es decir, la obra de Fadl se ocupaba del aspecto jurídico de la preparación material y, sobre todo, de la preparación espiritual; iba dirigida a los muyahidin en los campamentos de entrenamiento afganos y exponía cómo debían ser las relaciones entre ellos y en el “campo de batalla”. Y ello, según decía, “a petición de algunos hermanos que practicaban el entrenamiento militar y el yihad”. Para Fadl el campamento de entrenamiento era “un modelo a escala reducida de la acción islámica colectiva” y las reglas que se debían aplicar en el campamento debían ser las mismas que se aplicasen a cualquier sociedad islámica. Es decir, establecer el campamento de muyahidin como modelo ejemplar de sociedad islámica. Una advertencia sobre la lealtad, la pureza y la valoración; el juicio sobre el entrenamiento militar de los musulmanes; el emirato; las obligaciones del emir y las obligaciones de los miembros conformaban los principales apartados de esta “epístola con fi nalidad pedagógica”, que basaba sus argumentaciones en El Corán, la Sunna del Profeta y en las obras de antiguos ulemas, como al-Bujari.

Como se ha señalado, esta obra fue fundamental en los campos de entrenamiento afganos para la formación ideológica de los muyahidin desde fi nales de los ochenta, y más tarde de los que constituirían la organización al-Qaida, vinculados a aquella generación.

Años después, Imam Fadl ha realizado un ejercicio de revisión de los postulados expresados en al-Umda. Ya en 1995 publicó otra obra que, aunque se considera también una referencia fundamental para los movimientos yihadíes, al-Yamii fi-talab al-ilm al-sharif (Compendio sobre el estudio del noble conocimiento religioso) publicado en 1993 y en 1995, incluía una autocrítica y una fatua en la que se desentendía del grupo egipcio y en la que calificaba a sus miembros como “una pandilla de corruptos”. Al-Yamii, de más de mil páginas, abarcaba cuestiones científicas y prácticas que según el autor han sido objeto de debate y de interés entre los movimientos islamistas desde la desaparición del Califato en 1924. Finalmente publicó un documento de retractación, Tarshid al-‘amal al-yihadi fi-Misr wa-l-‘alam (Encaminar la acción yihadí en Egipto y en el mundo), escrito en la cárcel en 2007 y publicado a finales de noviembre y principios de diciembre de ese año por el periódico al-Masri al-Yaum (http://www.almasry-alyoum.com) y reproducido posteriormente en muchos sitios de Internet, entre ellos el de al-Yamaa al-Islamiyya (www.egyig.com).

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La reciente revisión ideológica ha provocado reacciones diversas en los círculos yihadíes y en la cúpula de la organización dirigida por Osama Ben Laden y Ayman al-Zawahiri, antiguo compañero de armas de Imam Fadl.

La publicación del documento vino precedida por la difusión en los medios de comunicación, en mayo de 2007, de una carta de Fadl fechada el 25 de abril, en la que llamaba “a todos los movimientos yihadíes a orientar sus acciones de acuerdo con las reglas legítimas, especialmente tras la aparición en muchos países de nuevas formas de asesinato y combate en nombre del yihad que contravienen la legalidad”, en clara referencia a Iraq y a los atentados ocurridos en diversas partes del mundo, “como matar por la nacionalidad, por el color de la piel, por la doctrina…o asesinar a quien no es lícito matar tanto entre los musulmanes como entre los no musulmanes…”, todo ello rechazado, según las nuevas posiciones del autor, por la legislación islámica incluso en caso de yihad. En el documento anunciaba la aparición de su obra de retractación “para evitar el enfrentamiento con el gobierno y el derramamiento de sangre”, y proponía la firma de un documento de reconciliación con el gobierno egipcio, similar al que hiciera al-Yamaa al-Islamiyya en 1997. En ese mismo mensaje, Fadl, conocedor de que el libro generaría gran polémica, argumentaba que no se le debía criticar partiendo de la premisa de que había sido escrito en prisión, es decir que pudiera ser resultado de la coacción, y se esgrimiese contra él el mismo principio que, sin embargo, él mismo había utilizado en los noventa: el principio de “la wilaya li-l-asir” (“el detenido carece de autoridad”). En efecto, una de las principales críticas contra la retractación propuesta por Fadl ha sido que la obra es fruto de la coacción experimentada en la cárcel. Fadl, por su parte, solventa la cuestión afirmando que no pide la obediencia, ya que la obediencia sólo se le debe a Dios, y que grandes referentes del islam como Ibn Taymiyya y Shams al-Aima al-Sarajsi (jurista del s. XI encarcelado por criticar a la autoridad) redactaron sus escritos en las cárceles.

Sea como fuere, este documento puso en alerta a todos los círculos yihadíes, a investigadores, especialistas, fuerzas políticas y al propio régimen egipcio, a la espera de la publicación de Tarshid al-‘amal al-yihadi.

¿En qué consiste la revisión ideológica de un erudito que autoerigiéndose a la misma altura de grandes juristas como Ibn Taymiyya, reniega de la violencia que defendió hace más de diez años, apostando por la predicación y el conocimiento correcto de la religión?. Uno de sus argumentos es que los enfrentamientos con los regímenes llevan consigo muchas extralimitaciones legales, como asesinar por motivos de raza, por pertenecer a diferentes escuelas, o asesinar a otros musulmanes y a no musulmanes, lo cual, en palabras de Fadl exige orientar bien la comprensión de la obligación del yihad, declarando ilícito el asesinato “de cruzados, judíos, shiíes y civiles”, en clara referencia a las acciones de al-Qaida en Iraq. Se retracta de parte de sus afirmaciones aparecidas en al-Umda. Por ejemplo, en esa obra permitía utilizar el dinero ilícito para el yihad, apoderarse de los bienes de los kuffar (infieles); no pagar impuestos a gobiernos impíos; no consideraba obligatorio obtener el permiso de los progenitores para embarcarse en el yihad. En su obra más reciente considera ilícito atacar a los extranjeros en sus propios países aun si sus gobiernos atacan a países islámicos (en clara referencia a los atentados del 11S, del 11M y similares). Es decir, a lo largo de su última obra va deslegitimando todo aquello que había defendido anteriormente basándose en las mismas fuentes en las que se inspiró para elaborar su “guía” del muyahid: el Corán, la Sunna del Profeta y las grandes autoridades del islam.

La revisión propuesta por Fadl no parece estar dirigida a los activistas en Egipto, ya que hace años que tanto al-Yamaa como al-Yihad renunciaron a las acciones violentas y han revisado muchos de sus presupuestos ideológicos, sino más bien a los movimientos yihadíes internacionales. Y en concreto, a ese nivel formado por individuos que simpatizan con la ideología de al-Qaida, sin estar integrados ni mantener vínculos orgánicos con ella y que se “autorreclutan” a través de los “muftíes de Internet”. De hecho, dice Imam Fadl que “no hay que dar por bueno todo lo que se publica en Internet…sin conocer la capacitación legal de quien lo promulga”.

El nuevo documento de Fadl ha provocado diferentes reacciones, pero lo más interesante es subrayar que ha suscitado un debate interno y público en el que han participado fuerzas políticas, activistas radicales, el islam oficial (al-Azhar tuvo que dar su visto bueno al documento de retractación, que fue aprobado sin ninguna observación por una comisión ad hoc, antes de que se permitiera su difusión), investigadores, la propia organización al-Qaida y muchas páginas web.

Al-Yamaa al-Islamiyya considera el documento de Fadl “fruto de nuestra iniciativa”, en palabras del teórico del grupo, Nayeh Ibrahim. De hecho, algunas de las conclusiones a las que llega Fadl son similares a las que presentó el grupo en los años noventa. Nayeh Ibrahim cree, de manera muy optimista, que aunque Ben Laden nunca renunciará a su lucha contra EEUU, las propuestas de Fadl quizás influyan en la naturaleza de las acciones de al-Qaida.

Los Hermanos Musulmanes han recibido la iniciativa de Fadl con cautela, ante el hecho de que puedan aparecer nuevos grupos islamistas en el terreno del activismo político que compitan con ellos. Issam al-Ariyan, dirigente de la organización, es partidario de esperar a ver a qué conducen esas revisiones de los planteamientos que “son fruto de una dura experiencia, de una larga ausencia de la sociedad…, la organización debe refundar su comprensión (de la sociedad) y conectar de manera diferente”. Al-Ariyan no cree que se integren en el proceso político. Sin embargo, el Guía General, Muhammad Mahdi Akef, ha dado la bienvenida al documento, en tanto que revisión intelectual de grupos que pensaban que la violencia y el terror formaban parte del islam: “estas revisiones hay que apoyarlas siempre y cuando sus promotores hayan reconocido sus errores”.

El Partido de Centro (Hizb al-Wasat) (www.alwasatparty.com) joven escisión de los Hermanos Musulmanes que todavía no ha obtenido el permiso de las autoridades para constituirse como partido legal, considera la propuesta de Fadl como algo positivo y valiente, si bien necesita perfeccionarse y madurar, como ocurrió con las revisiones que hizo al-Yamaa al-Islamiyya anteriormente.

Refaat al-Said, presidente de al-Tayammu‘ (partido egipcio de izquierdas) también ha dado la bienvenida a la iniciativa del antiguo dirigente de al-Yihad, declarando que es positiva y que supone el regreso de una corriente fundamentalista a la correcta comprensión de los fundamentos de la religión.

Muntaser al-Zayyat, abogado de muchos de los islamistas detenidos en las cárceles egipcias y buen conocedor de las interioridades de estos grupos, cree que el documento de Fadl tendrá una gran influencia entre los movimientos yihadíes más allá de las fronteras egipcias, hasta Afganistán, dada la posición que sigue teniendo Fadl entre muchos yihadíes. Dice al-Zayyat que el documento influirá

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en las relaciones de estos grupos con los regímenes árabes y en la actitud de los jóvenes que han adoptado las ideas de al-Qaida, para quienes las obras de Fadl constituyen un referente. Cree, aunque esto puede ser aún mucho más dudoso, que provocará una importante escisión en la organización de Osama Ben Laden.

Al-Zayyat pide que cese todo el debate sobre la autenticidad de la propuesta de Fadl, especialmente las dudas manifestadas por dirigentes yihadíes en el extranjero que ven el documento como resultado de la presión de las autoridades egipcias, al tiempo que solicita, algo hoy por hoy imposible, la realización de un amplio diálogo islamista que discuta la propuesta. (www.al-araby.com)

Diya Rashwan, investigador especializado en movimientos islamistas, cree que los niveles dos y tres de al-Qaida, es decir, los grupos que voluntariamente han declarado su ingreso en la organización y los jóvenes que se autorreclutan, revisarán sus convicciones, formadas en parte por los escritos precedentes de Fadl. En cuanto al primer nivel, la jefatura, es difícil, según Rashwan, conjeturar cuál será su reacción.

En cuanto a al-Qaida, ha sido sobre todo al-Zawahiri, que tiene una historia compartida con Fadl, el que ha reaccionado de manera más visiblemente contraria. Después de que Fadl publicara el comunicado de abril de 2007, en el que anunciaba que estaba escribiendo su documento, al-Zawahiri difundió un video en el que criticaba implícitamente la revisión de Fadl. En esa cinta, emitida por Al-Jazeera, al-Zawahiri dice lo siguiente “hay quienes se retractan en las cárceles alegando que Ibn Taymiyya e Ibn Hanbal escribieron sus obras en prisión. No hay nada que objetar a eso, solamente decirles que Ibn Taymiyya e Ibn Hanbal no se retractaron de lo que habían escrito en la cárcel”.

Poco después, llegó una respuesta más meditada y completa de al-Zawahiri a las revisiones de Fadl. En su opúsculo al-Tabria. Risala fi-tabria umma al-qalam wa-l-sayf min manqasa tuhma al-jawar wa-l-daaf (Absolución. Epístola sobre la absolución de escritores y combatientes del defecto de la acusación de debilidad y decaimiento), se refiere ya directamente al escrito de Fadl como “al servicio de los intereses de la alianza cruzada y judía con nuestros gobernantes que infringen la sharia; es un intento de despertar entre los muyahidin dudas sobre su método, sacarlos del campo del enfrentamiento con el argumento de la impotencia y la debilidad, de que no se dan las condiciones para el yihad, y con el argumento de la renuncia a la posibilidad de que los movimientos islamistas produzcan algún cambio en Egipto”. Muhammad al-Hakayma, presentado por al-Zawahiri como responsable de al-Qaida en Egipto (al-Qaida fi-Ard al-Kinana) recalca que Fadl nunca perteneció a la organización y que, a pesar de que su obra al-Umda fi…se estudiaba en los campamentos de entrenamiento de la organización, esto no quiere decir que fuera miembro ni tampoco que se le considerara uno de sus teóricos. Un intento de minimizar el posible efecto del documento de Fadl.

Una treintena de cuadros de al-Yihad en las cárceles egipcias, donde Fadl expuso sus ideas sin, al parecer, encontrar un oponente de su categoría intelectual, rechazaron la propuesta, entre ellos Muhammad al-Zawahiri, hermano de Ayman. Asimismo, la Shura de al-Yihad en el exilio, la vieja jefatura del grupo que rodea a al-Zawahiri, publicó un comunicado el 30 de noviembre de 2007 en el que advertía a la “juventud de la Umma”

de que no prestara atención a las “revisiones hechas en las cárceles” y recordaba que las acusaciones que lanza Fadl a la jefatura de los muyahidin y los errores que les atribuye son precisamente responsabilidad suya puesto que fue el primer emir del grupo, a quien se le prestaba juramento de obediencia y quien tomaba todas las decisiones. De esta manera, la vieja jefatura, según el islamista egipcio refugiado en Londres, Hani al-Sibaii (Centro al-Maqrizi de Estudios Históricos http://www.almaqreze.net/), reaparece en público para desvincularse de las propuestas de Fadl.

En realidad, el opúsculo de Fadl parece ir dirigido sobre todo a las nuevas generaciones o las generaciones futuras que pudieran enrolarse en al-Qaida o en organizaciones satélite, con el objetivo de evitar nuevos reclutamientos. Pero ahora bien, si para la generación de Fadl, la que luchó en Afganistán y luego peregrinó por Sudán, Yemen, Albania, Bosnia o permaneció en Pakistán, “el Doctor” era una referencia indiscutible, ¿ocurre lo mismo entre las jóvenes generaciones cuyos referentes se multiplican en los nuevos medios de comunicación, especialmente en Internet?

Es difícil concretar el alcance de su nueva posición ideológica, en la que se retracta de sus ideas anteriores, ya que algunos pueden considerar que nacen del hecho de que se encuentre en la cárcel y que han surgido bajo presión de las autoridades. Además, como él mismo refiere en Tarshid… “No invito a nadie a la obediencia ni exijo de nadie un compromiso con lo que yo digo en nombre de la obediencia debida a la jefatura, no existe tal cosa. Yo simplemente aconsejo, transmito conocimiento y exijo a los musulmanes que obedezcan la indicación legítima, no a mí, ya que si bien no hay entre mi persona y aquellos a los que me dirijo en este documento compromiso alguno de autoridad ni jefatura, sí es cierto que entre todos los musulmanes hay un compromiso mayor y es la conformidad con la palabra de Dios y de su Enviado (…) creemos que el enfrentamiento con las autoridades gobernantes en los países islámicos para hacer que se gobierne con la sharia, sea en Egipto o en cualquier otro país similar, no se debe llevar a cabo a la luz de las condiciones anteriores, ni en nombre del yihad ni para cambiar aquellas cosas reprobables por la fuerza. Nada de eso es lícito ni se debe hacer, no es lícito enfrentarse a las fuerzas de esos gobiernos (ejército, policía, fuerzas de seguridad) injustamente por las muchas causas de corrupción que hay en ello. Esto se lo aconsejamos a todos los musulmanes; creemos que la dedicación a la predicación islámica y al acercamiento de los musulmanes a su religión, que reduciría las corruptelas extendidas, es lo más beneficioso para el islam y los musulmanes”. Fadl llega a esta conclusión a través de la revisión de la Historia “ya que a lo largo de la historia de Egipto la autoridad no ha cambiado salvo por invasiones extranjeras o por golpes de Estado internos… y dado que los movimientos populares no han tenido éxito en el pasado, tampoco lo tendrán en el presente”.

Muntaser al-Zayyat analiza en dos artículos las propuestas de Fadl y sus posibles repercusiones.

En el primero recoge las declaraciones de al-Azhar respecto a la revisión expuesta por la jefatura de al-Yihad en las cárceles egipcias, que fue previa, hace tres años, al documento de Imam Sharif. Así mismo, se pueden encontrar análisis de las revisiones que hizo la jefatura de al-Yamaa al-Islamiyya en las cárceles hace unos diez años. El documento en árabe en http://www.egyig.com/Public/articles/books_studies/6/95424151.shtml

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Comicios municipales en Egipto ¿Elecciones sin elección?

El pasado 8 de abril se celebraron elecciones locales en Egipto en un clima tenso debido al deterioro de las condiciones socio-económicas que han llevado a los obreros del textil a una serie de huelgas y manifestaciones y en un controvertido marco político y electoral.

Las asambleas locales constituyen una institución en la vida administrativa egipcia con una larga tradición. La Constitución de 1923 estipuló un régimen de administración local en los artículos 132 y 133, completado después en la Constitución de 1971, que dividía al país en unidades administrativas con cinco niveles cada una: gobernación (muhafaza), región (markaz), ciudad (madina), distrito (hayy) y pueblo (qaria). Más tarde, se regularían en virtud de la Ley 43/1979, aunque sin alcanzar el objetivo de descentralización que en principio la motivaba.

En abril de 2006 se debían haber celebrado elecciones municipales. Sin embargo, el 14 de febrero de 2006 el parlamento egipcio aprobó, con 348 votos a favor y 196 en contra, una propuesta del presidente de la República, Hosni Mubarak, para aplazarlas dos años en pro de introducir modifi caciones en la Ley de Administración Local para que las asambleas locales gozaran de mayores atribuciones e iniciar así el proceso de descentralización. También se quería instaurar un sistema electoral alternativo al de las listas individuales, problemático a la hora de elegir a los cerca de 52.000 representantes locales.

Varios factores explican la importancia que revestían estas elecciones municipales de abril de 2008 en relación con las anteriormente celebradas. Eran las primeras elecciones municipales que tenían lugar en aplicación de las enmiendas constitucionales aprobadas en marzo de 2007. Concretamente el artículo 76 establece que cualquier candidato independiente que quiera presentarse a las elecciones para la Presidencia de la República, además de tener el apoyo de 65 miembros de la Asamblea del Pueblo (Congreso de Diputados) y 25 del Consejo Consultivo (Majlis al-Shura), debe también lograr el apoyo de 140 miembros de los consejos locales de las gobernaciones (a condición de que sean de 14 gobernaciones distintas). Esta nueva legislación daba un poder cualitativo a las municipales de cara a las importantes elecciones presidenciales.

Asimismo, aunque la prometida nueva ley de descentralización que daría más poderes a los consejos locales no se ha aprobado, todo parece indicar que se hará en un corto período de tiempo, de manera que el voto municipal podría adquirir mayor interés político. No obstante, hay que tener en cuenta que la gran atribución de poderes sobre la administración local de los que gozan los gobernadores de provincia, de designación presidencial, diluye considerablemente el alcance de dicha descentralización.

La ley que regula estas elecciones (49/1979) da un gran poder a las autoridades gubernamentales en la organización de las principales fases del proceso electoral, ya sea en la nominación de los candidatos, la campaña electoral o la verificación del escrutinio.

En consecuencia, la tensión prevaleció en todo el proceso. De los más de 5000 candidatos que presentaron los Hermanos Musulmanes, sólo 21 fueron admitidos; y de los 4000 que presentaban los otros partidos de oposición (1700 el partido liberal de al-Wafd, 600 el partido de izquierdas al-Tagammu‘ y 700 el también liberal al-Gad) sólo 1200 consiguieron registrarse. Incluso en las filas del partido gubernamental, Pa rtido Nacional Democrático (PND), hubo conflictos entre distintos pretendientes a las candidaturas (y finalmente 600 dimitieron), lo que ha sido interpretado como parte de las tensiones que vive el partido gubernamental desde hace un tiempo, dividido entre diversos sectores que tratan de imponerse ante la futura sucesión del presidente de la República.

La Ley 18/2007 que regula el papel de la Junta Superior Electoral le da una escasa autonomía y el papel del ámbito judicial como garante del proceso ha quedado muy disminuido tras las enmiendas constitucionales, de manera que la supervisión del mismo ha quedado excesivamente centrado en los ministerios de Interior y de Desarrollo local, así como en los gobernadores provinciales. Doce organizaciones de la sociedad civil egipcia obtuvieron del Consejo Nacional de Derechos Humanos el permiso para supervisar el proceso electoral. Los informes de estas organizaciones, como los del Centro Egipcio de Derechos de Mujer o la Asociación Egipcia para el Desarrollo Democrático, expresaron los obstáculos con los que se encontraron en su labor de supervisión y las múltiples irregularidades que constataron durante el proceso. Los Hermanos Musulmanes, la principal fuerza política de oposición con 88 diputados en el Parlamento, anunciaron el 21 de febrero su participación en las elecciones. El Guía General, Muhammad Mahdi Akef declaró en conferencia de prensa que participaban para “salvar a la nación”, renunciando a su eslogan El islam es la solución en favor de otros sobre la lucha contra la corrupción y el alza de precios. Con el objetivo de generar un estado de movilización en la vida política, al-Tagammu‘ dijo lo propio ese mismo día, al igual que al-Wafd, el Partido Naserista y el Frente Democrático, anunciando una coordinación entre todos ellos.

Sin embargo, el día anterior a la cita electoral el liderazgo de los Hermanos Musulmanes anunció que por el acoso sufrido, reduciéndose su número de candidatos y aumentando el de detenciones entre sus fi las, se retiraba de los comicios y llamaba al boicot.

El número de escaños en juego en los consejos locales de las 28 gobernaciones (muhafaza) egipcias y en sus diferentes niveles era de 52.000, a los que concurrieron unos 57.000 candidatos, de ellos 52.000 pertenecientes al Partido Nacional Democrático. La participación, según observadores y oposición, osciló entre el 1% y el 5%, según la prensa ofi cialista entre el 5% y el 10%, y según fuentes del PND ascendió al 30%.

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Nació en el seno de una respetada familia religiosa del país en Alka (250 kms. al este de la capital). Siguió sus estudios primero en Senegal y luego en Francia, donde cursó estudios superiores de Economía y Ciencias Políticas. Al regresar a su país comenzó a desempeñar algunas tareas ofi ciales en el terreno de la planifi cación económica, posteriormente detentó algunas carteras ministeriales en la época del presidente Ould Dada, en 1971, permaneciendo en el gobierno hasta el golpe de Estado de julio de 1978 que depuso al presidente. Alejado de las diferentes corrientes ideológicas presentes en el país desde los sesenta, si bien fue uno de los fi rmantes del memorándum que exigía la liberación del dirigente político Ahmad Baba en 1967, al nuevo presidente se le considera más un tecnócrata de amplia cultura política y de ideas atrevidas. Durante la presidencia de Ould Dada, estuvo vinculado a las grandes decisiones: planifi cación económica, intentos de industrialización, la nacionalización de la compañía minera, las relaciones económicas con los países árabes, con los fondos de fi nanciación del Golfo (llegó a ser consultor experto en el Fondo Kuwaití de Desarrollo). Tras el golpe de Estado de 1978, pasó una temporada en prisión, hasta 1980. Después se dedicó exclusivamente, y durante nueve años en Kuwait, a su trabajo en el Fondo Kuwaití de Desarrollo. A fi nales de los noventa aceptó la propuesta del presidente Ould Taya, y regresó a Mauritania para hacerse cargo del complejo dossier de pesca, en una época en la que el régimen mauritano predicaba la reforma y la modernización para dinamizar la economía del país y llevar a cabo una buena gestión de los recursos nacionales. Ould Sheyj Abdallah se propuso la modernización del sector pesquero encontrándose con muchos problemas. Renunció a esa misión y regresó a Kuwait. El Fondo le envió como consultor para el gobierno de Nigeria donde permaneció trece años y pudo establecer muy buenas relaciones con la presidencia del país. En 2003, regresó a Mauritania cuando el régimen de Taya agonizaba y hacía frente a intentonas golpistas. Aunque no se metió de lleno en la vida política, sí que apoyó la candidatura a la presidencia de su colega Ahmad Ould Dada en noviembre de 2003 y quiso crear un observatorio electoral, idea que fracasó por la oposición del gobierno. Participó también en la iniciativa, promovida por Ahmad Ould Sidi Baba, presidente de la Agrupación por la Democracia (al-Tayammuu min ayl al-Dimuqratiyya), de iniciar un diálogo sereno entre gobierno y oposición, iniciativa que fue abortada por el presidente Taya. Esto contribuyó a agudizar la crisis política del país que desembocaría en el golpe de Estado del 3 de agosto de 2005, protagonizado por el director de la Seguridad, Ely Ould Muhammad Vall, quien propiciará el

Perfi lesSidi Muhammad Ould Sheyj Abdallah (1939) Presidente de Mauritania.El hombre tranquilo.

traspaso del poder a los civiles en el marco de un modelo de transición y reforma ejemplar. A partir del derrocamiento del anterior régimen, Sheyj Abdallah comenzó a aparecer cada vez más en el escenario político y participar en las reuniones consultivas de diálogo nacional organizadas por el Consejo Militar con todos los partidos políticos y representantes de la sociedad civil y en las que se pusieron las bases de la transición, la celebración de elecciones parlamentarias y municipales y las reformas constitucionales. En julio de 2006 anunció su decisión de presentarse a las elecciones presidenciales, enarbolando el eslogan del “consenso nacional” como salida a la crisis del país, lo que le valió el apoyo de la mayoría de las formaciones políticas y de destacadas personalidades independientes, que fue básico para su victoria frente a su rival Ahmad Ould Dada. Es un gran lector del legado árabe-islámico y de estudios de economía y política.

“Elecciones sin elección” ha sido una de las frases más repetidas por los políticos de la oposición, dado que en numerosos distritos electorales no hubo votaciones debido a la presencia de un único candidato que obtuvo su puesto de forma directa. Del total de escaños, 44.000 fueron adjudicados directamente por falta de otros candidatos. Así pues, sólo quedaban 8.000 escaños objeto de elección entre 10.000 candidatos, pero de esos 8.000, 6.000 fueron también adjudicados a un único candidato tras concretarse acuerdos entre el PND y algunos partidos de oposición para el reparto de los escaños sin recurrir a la votación. De manera que las elecciones reales han sido por 2.000 puestos (4% del total).

Las fuerzas políticas que participaron en las elecciones fueron: Partido Nacional Democrático, al-Wafd (rama Mahmud Abazha); al-Wafd (rama Nuuman Yumaa); Partido

Naserista, al-Tagammu`, al-Yil al-Yadid, Misr al-Arabi al-Ishtiraki, al-Gad (rama Musa Mustafa Musa), al-Gad (rama Ayman Nur), al-Yumhuri al-Hurr, al-Yabha al-Dimuqratiyya (rama Osama Gazali Harb), al-Yabha al-Dimuqratiyya (rama Muhammad Anwar Esmat al-Sadat), al-Dusturi y al-Ahrar. Los Hermanos Musulmanes y varios partidos minoritarios como Hizb Misr 2000, Hizb al-Umma y Hizb al-Salam al-Duwali, boicotearon las elecciones. Además de las fuerzas políticas, otros candidatos se presentaban como independientes.

Los resultados no sorprendieron a nadie: el Partido Nacional Democrático consiguió 51.000 escaños. El resto, unos 1.000, se repartieron entre los diferentes partidos de oposición siendo al-Wafd el que más representantes obtuvo (unos 200).

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Sayyed Imam Abdelqader Abdelaziz al-Sharif, que tal es su nombre, está considerado el auténtico teórico del concepto de “yihad” de fi nales del s. XX, y su magna obra, titulada al-Umda fi -iidad el-udda li-l-yihad fi -sabil Allah, ha sido el libro de cabecera de todos los grupos que en un momento u otro han recurrido al concepto y a la praxis del yihad, desde las organizaciones egipcias al-Yihad y al-Yamaa al-Islamiyya, hasta la propia al-Qaida. Ha sido el “ulema” por excelencia de todos esos grupos. Nació el 8 de agosto de 1950 en Beni Suef (Alto Egipto) y de pequeño recibió enseñanza religiosa, memorización del Corán incluida, en una de las escuelas-kuttab de Beni Suef. En 1974 se licenció por la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo, donde trabó amistad con Ayman al-Zawahiri, con mención de honor, trabajó después como vice-director del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de Qasr al-Ayni, en el centro de El Cairo.

Según Muntaser al-Zayyat, abogado egipcio de al-Yamaa al-Islamiyya, siempre fue una persona muy reservada, retraída, y dedicada al estudio de las ciencias religiosas, alejada de las obligaciones sociales de la jefatura política o activista, de ahí que pronto se transformara en la referencia ideológica de los “árabes afganos”.

El ex militante de al-Yihad, Kamal Habib, dice de él que “goza de gran aceptación y respeto en los círculos de los movimientos yihadíes, y que su categoría científi ca no tiene igual, sobre todo porque se ha dedicado a las ciencias religiosas y para esos círculos es un gran referente científi co”.

Sayyed Imam fue uno de los fundadores, junto con Ayman al-Zawahiri, de la “célula de al-Maadi” (barrio residencial cairota), primer núcleo de lo que después se constituiría como organización al-Yihad. En 1981, poco antes del asesinato del presidente Anwar al-Sadat (octubre de 1981), abandonó el país, si bien su nombre apareció en el dossier del magnicidio, llamado “el gran caso de al-Yihad”, fue juzgado en rebeldía y declarado inocente. Se instaló primero en Emiratos y en Arabia Saudí, dónde según algunas fuentes trabajó como médico en un hospital de Yedda, y según otras fuentes en una compañía petrolífera, hasta que en 1986, y en compañía de al-Zawahiri, se dirigió a Pakistán donde trabajó como cirujano; más tarde fue nombrado director del hospital kuwaití de la Media Luna Roja en la ciudad pakistaní de Peshawar, como aportación al yihad contra las tropas soviéticas. En Peshawar reorganizó el grupo al-Yihad con los miembros que habían cumplido condena en Egipto y abandonado el país tras su puesta en libertad.

Fadl fue elegido “emir” del grupo en 1987, aunque el hecho de que se moviera con un secretismo absoluto, y de que al-Zawahiri fuera la cara visible de la organización, llevaron a creer que el verdadero “emir” era éste último y no Fadl. Durante su estancia en Pakistán y Afganistán, Fadl siguió siendo el emir de la organización, aliado de Ben Laden de quien recibía ayuda económica. Tras la derrota de los soviéticos en Afganistán y con el inicio de la guerra civil entre los grupos afganos y debido también a la campaña de acoso emprendida por la administración pakistaní de la primera ministra Benazir Bhutto en 1993 contra los denominados “árabes afganos”, parte de los muyahidin árabes que habían ayudado a los afganos a luchar contra las tropas soviéticas, entre ellos un buen número de miembros de al-Yihad, abandonaron el país. Algunos de ellos se dirigieron en primer lugar a Sudán, entonces refugio de los árabes afganos. Durante el período sudanés, el grupo al-Yihad sufrió una crisis interna, motivada fundamentalmente por la falta de recursos y plasmada en el fracaso de las acciones violentas realizadas por la organización en Egipto, que provocaron una transformación interna. Ese mismo año de 1993, las autoridades egipcias desmantelaron

El Doctor Fadl o Mister Sharif. Historia del primer “emir” del grupo egipcio al-Yihad y padre de “la Constitución” de al-Qaida.

gran parte de la estructura de la rama militar de la organización en el país, las llamadas Vanguardias de la Conquista (Talaii al-Fath), lo cual, unido a los continuos fracasos de las operaciones de al-Yihad y a la crisis económica por la que atravesaban, provocaron que un sector amplio del grupo exigiera cuentas a la jefatura y, entre otras cosas, que Fadl, residente todavía en Pakistán, y que se había mostrado opuesto a las acciones armadas en Egipto, se reuniera con ellos en Sudán. Mister Sharif viajó a Jartum a fi nales de 1993 donde le recibió al-Zawahiri. El grupo que rodeaba éste último exigió la renuncia de Fadl y eligieron a quien creían que estaba más capacitado para ejercer el imarato, a al-Zawahiri. Fadl se vio obligado a renunciar a la jefatura. La ruptura defi nitiva con al-Zawahiri se produjo en 1995, tras las operaciones fracasadas de la organización en Egipto, entre ellas el intento de asesinato del ministro del Interior, Hasan al-Alfi ; y, sobre todo, el intento de asesinato del Primer Ministro Atef Sedqi que causó la muerte de la niña Shaymá que tuvo un fuerte impacto en la sociedad egipcia. Fadl no era partidario de apresurarse en el enfrentamiento contra las autoridades, prefería un buen entrenamiento militar y preparar a la gente para “una revolución popular”. El distanciamiento personal entre Fadl y al-Zawahiri ya fue defi nitivo a raíz de la publicación de al-Yamii fi talab al-‘ilm al-sharif, compuesto por Fadl durante su estancia en Sudán. Esta obra fue publicada por al-Zawahiri con otro título y suprimiendo los párrafos en los que Fadl criticaba algunas actuaciones del grupo.

En 1994 se trasladó a Yemen, donde tenían lugar los últimos actos de la guerra civil en la que las tropas del norte acabaron con las intenciones separatistas de las fuerzas del sur. Imam Fadl, que ya había abandonado el activismo político, pero no así el proselitismo, se instaló en la ciudad meridional de Ibb, donde trabajó como voluntario en el hospital general y, posteriormente, en el hospital Dar al-Shifá de la misma ciudad hasta que fue detenido el 28 de octubre de 2001, poco después de los atentados del 11-S.

Tras permanecer casi dos años y medio en prisión, fue entregado por las autoridades yemeníes a las egipcias el 20 de febrero de 2004, junto con otros cinco egipcios juzgados en rebeldía y condenados a pena de muerte por los tribunales militares. Fadl había sido juzgado en rebeldía y condenado, en abril de 1999, a cadena perpetua por su implicación en el caso “los retornados de Albania”, a pesar de que, según parece, nunca había estado allí.

Con su primera mujer, palestina, tuvo cuatro hijos y una hija que viven en Yemen, y con su segunda mujer, yemení, tiene una hija.

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La organización independiente Information Internacional, con sede en Beirut, realizó el pasado enero (publicada en marzo) esta encuesta, con una muestra de 1000 encuestados, (http://www.information-international.com/pdf/iipolls/2008/The%20Lebanese%20Polled-March%202008.pdf )

Preguntados sobre su postura frente a la intervención de actores externos en la solución de la crisis actual, el 34,7% aseguró estar “completamente en contra”; el 31% está “totalmente a favor”. Atendiendo a las confesiones, un alto porcentaje de drusos, sunníes y maronitas están a favor de la mediación extranjera, frente a un reducido porcentaje de shiíes.

Por otra parte, el 36,4% responsabiliza a las fuerzas progubernamentales de la crisis actual; el 26,7% responsabiliza a la oposición y el 31,6% acusa a ambas partes. Los porcentajes de quienes acusan a las fuerzas progubernamentales o a ambas partes de la crisis son similares entre las confesiones cristianas, mientras que existe una gran diferencia entre las musulmanas: entre los shiíes, el 73% acusa a las fuerzas que apoyan al gobierno y el 2,3% responsabiliza a las fuerzas de oposición. Por otra parte, la mayoría de drusos y sunníes responsabiliza a la oposición.

La opinión pública árabe e islámicaSobre la situación en Líbano

En cuanto a la visión de las fuerzas políticas, el 41% describe a las fuerzas de oposición como un “partido nacional libanés” frente al 31,2% que las considera “un partido libanés trabajando para intereses externos”. En este sentido, el 35,6% ve a las fuerzas pro-gobierno como un “partido nacional” y el 41% las ve “sometidas a intereses extranjeros”. El 14,8% cree que las fuerzas de oposición trabajan sólo por los intereses de sus seguidores y el 11,9% ve igual a las fuerzas progubernamentales.

Respecto a las elecciones presidenciales, el comandante general del ejército Michel Suleiman es el favorito, con un apoyo del 52,8%; seguido de Michel Aoun, con un 23,4%. En cuanto a la formación del gobierno, el 36,7% apoya la creación de un “gobierno neutral de tecnócratas”; el 28,8% apoya la creación de un “gobierno de unidad nacional que representa a los partidos según su presencia en el Parlamento”; el 18,2% cree en un “gobierno con una mayoría de dos tercios para las fuerzas progubernamentales”; el 9,4% apoya un “gobierno dividido a partes iguales entre fuerzas progubernamentales y de oposición”.

Finalmente, en cuanto a la ley electoral, el 28,1% apoyan la “ley de pequeño distrito”; el 24,4% apoya el sistema de muhafaza (provincia) con sistema proporcional”; el 27,1% no saben; el 12,7% apoya la ley actual; y el 7,7% apoya la ley de1960.

Irán: armas nucleares y energía nuclear

¿Quién mató a Benazir Bhutto?

Encuesta realizada por la organización World Public Opinion durante los pasados meses de enero y febrero con una muestra de 710 iraníes http://www.worldpublicopinion.org/pipa/articles/brmiddleeastnafricara/469.php?lb=brme&pnt=469&nid=&id=

La mayoría de los iraníes cree que su país no debe fabricar armas nucleares pero considera muy importante que desarrolle un programa de energía nuclear. Tres de cada cinco iraníes (58%) opina que fabricar armas nucleares va en contra del islam mientras sólo uno de cada cuatro (23%) cree que está permitido. Al mismo tiempo, la mayoría de ellos (81%) considera “muy importante” que Irán desarrolle un programa completo de energía nuclear. Una amplia mayoría (66%) apoya a su gobierno y opina que Irán debe desarrollar energía nuclear pero no fabricar armas nucleares; sólo el 20% cree que debería fabricar armas nucleares y el 5% piensa que no debería desarrollar energía nuclear. Tres

Esta encuesta llevada a cabo por Gallup Pakistán, la filial local del grupo estadounidense, se realizó en dos rondas: la primera, los días 30 y 31 de diciembre, y la segunda entre los días 6 y 8 de enero. Se encuestó a 1.300 pakistaníes de las cuatro provincias del país (Baluchistán; Frontera del Noroeste; Punjab; y Sindh)

A la pregunta ¿quién ha asesinado a Benazir Bhutto?, el 23% respondió que sospechaba de agentes del gobierno y el 25% culpabilizó a políticos aliados del gobierno. El 17% sospechaba de al-Qaida o de los Talibanes y el 16% lo relacionaba con fuerzas externas, principalmente Estados Unidos (12%) y la India (4%). Entre los votantes del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) (http://www.ppp.org.pk/), el porcentaje de acusaciones a los agentes del gobierno o a sus aliados era algo mayor, un 61%.

de cada cinco encuestados (59%) considera que fue una buena idea que Irán fi rmara el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) y el 63% cree que debe seguir formando parte de dicho tratado. El 72% apoya la eliminación de armas nucleares como estipula el TNP. El 58% está a favor de hacer un pacto con Naciones Unidas que les permita desarrollar energía nuclear a cambio de permitir las “inspecciones permanentes y completas” de la Agencia Internacional de Energía Atómica. A pesar de que la mayoría de los iraníes apoya el TNP, no están muy seguros de su fi abilidad a largo plazo. El 75% cree que hay países con programas secretos orientados a desarrollar su capacidad para fabricar armas nucleares. De éstos, el 24% opina que hay “pocos” países con agendas secretas; el 28% cree que hay “algunos” países; y el 24% considera que son “muchos” los países con programas secretos. Sólo un 3% no cree que haya países con semejantes agendas secretas.

Respecto a si sería correcto o no invitar a expertos extranjeros a que participaran en la investigación del asesinato (esta encuesta se realizó en la primera ronda, antes de que Scotland Yard fuera ofi cialmente invitado), el 46% lo consideraba apropiado y el 30% se oponía (el 24% no respondió).

En relación con la sucesión de Bhutto al frente del PPP, se proponían, en la primera ronda de la encuesta, dos nombres de posibles candidatos, ofreciendo la posibilidad de que el encuestado propusiera otro nombre. Así, el 48% apoyaba a Amin Fahim (vicepresidente del partido); el 30% a Asif Zardari (viudo de Benazir); y el 17% propuso una tercera alternativa. En la segunda ronda, celebrada cuando Bilawal Bhutto, el hijo de Benazir, ya había sido elegido, la pregunta fue ¿cree que el partido ha tomado la decisión correcta? El 53% consideraba que sí; el 28% opinaba que no era la decisión apropiada; y el 19% no respondió. Entre los votantes del

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Los pakistaníes consideran que la dimisión de Musharraf mejoraría la estabilidad del país

Islam y Occidente: informe anual sobre la situación del diálogo

Según una encuesta publicada por la BBC World Service, un 64% de los pakistaníes creen que la estabilidad y la seguridad en Pakistán mejorarían si Musharraf dimitiera ahora, mientras que sólo el 25% considera que empeoraría. Es interesante observar que un 29% de los encuestados opina que la elección de Musharraf como presidente, el pasado noviembre, fue válida, frente a un 49% que no lo ve así; un 22% no dio ninguna respuesta. En otro orden de cosas, el 63% asegura que, tras las elecciones, la Asamblea Nacional debería restituir a Iftijar Chaudry en el Tribunal Supremo; sólo un 19% cree que no debería hacerlo.

Preguntados sobre el asesinato de Benazir Bhutto, sólo el 16% cree que el líder talibán pakistaní, Baitullah Mehsud, y su red vinculada con al-Qaida están implicados en el atentado. Frente a esto, el 39% considera que los servicios secretos pakistaníes o personalidades vinculadas a ellos son responsables del asesinato; el 24% respondió que “otros grupos” están detrás del atentado; y el 21% no supo dar una respuesta.

A pesar de todo, los pakistaníes parecen conservar cierto optimismo respecto a la mejora de la situación en el país durante los próximos seis meses: el 51% asegura sentirse muy (16%) o en cierta medida

(35%) optimista respecto a la mejora de las condiciones; por el contrario, el 39% declara sentirse muy (19%) o en cierta medida (20%) pesimista respecto al futuro.

Los resultados refl ejan cierto cambio en las cifras según la provincia que se observe. La creencia de que la dimisión de Musharraf ayudará a estabilizar el país es mayoritaria en todas las provincias, pero en Sindh la mayoría no era tan fuerte (56%). La convicción de que las fuerzas de seguridad están implicadas en el asesinato de Bhutto es más fuerte en la Provincia Fronteriza del Noroeste (48%) y en Sindh (46%) y más débil en Baluchistán (30%). Sindh es la provincia que menos confi anza tiene en que mejoren las condiciones en los próximos seis meses (38%) y Baluchistán la más optimista (76%).

La encuesta fue realizada por el grupo Gallup Pakistán, con un grupo de 1.476 pakistaníes, entre los días 27 y 28 de enero de 2008.

http://www.bbc.co.uk/pressoffi ce/pressreleases/stories/2008/02_february/14/poll.shtmlhttp://news.bbc.co.uk/2/shared/bsp/hi/pdfs/13_02_08_ws_pakistan.pdf

El Foro Económico Internacional y Gallup han realizado una encuesta sobre cómo se perciben las relaciones entre el mundo islámico y Occidente (www.weforum.org/pdf/C100/Islam_West.pdf) El estudio se ha llevado a cabo en 21 países3, encuestando a mil personas en cada uno de ellos sobre la situación del diálogo entre Occidente y el islam. En este estudio, que fue hecho público el pasado día 21 de enero por el Foro Económico Mundial, se puede observar que la mayoría de los encuestados, tanto de los musulmanes como de los no musulmanes, considera que un confl icto violento entre Occidente y el mundo islámico se puede evitar, aunque expresaban también su pesimismo frente al estado actual de las relaciones. Amplias mayorías de los países europeos en los que se desarrolló la encuesta (79% Dinamarca; 68% España; 67% Italia; 67% Holanda; 65% Suecia; 59% Bélgica) creen que las relaciones con el mundo islámico suponen una amenaza. Según el estudio, esto podría deberse a que, dado el aumento de la inmigración, los europeos perciben al mundo islámico como un peligro para su identidad cultural. Frente a esto, los encuestados en Estados Unidos (70%), Canadá (72%) e Israel (56%) opinaron lo contrario: que una mayor interacción entre las dos culturas es algo positivo. Sin

3Bangladesh, Arabia Saudí, Holanda, Canadá, Singapur, Irán, Israel, Bélgica, Indonesia, Estados Unidos, Territorios Palestinos, Egipto, Malasia, Suecia, Italia, Dinamarca, Turquía, España, Pakistán, Brasil y Rusia.

embargo, tres de cada cuatro estadounidenses consideran que los países islámicos no están comprometidos con Occidente; exactamente la misma proporción de palestinos que achaca a Occidente la misma apatía. Israelíes y estadounidenses (73% y 82% respectivamente) aseguran que el mundo islámico no respeta a Occidente; igual pasa en el mundo islámico, donde la mayoría está convencida de que sí respetan a Occidente y que es este último quien no les respeta. Rusia, Brasil, Pakistán y España fueron los países encuestados cuya población expresó un menor grado de optimismo acerca de las relaciones entre Occidente y el mundo islámico, por debajo del 33 por ciento. De acuerdo con los datos, Arabia Saudí es una de las naciones cuya opinión pública es más optimista acerca del estado de las relaciones (el 46%). En Irán, el 43% manifestó su optimismo sobre el futuro de las relaciones, mientras en Estados Unidos un 40%, casi el mismo porcentaje que en los territorios palestinos, en donde el 39% de la población es optimista a este respecto.

Una referencia en árabe:http://www.daralhayat.com/world_news/01-2008/Item-20080120-98d0c5a4-c0a8-10ed-01ae-81aba21bb031/story.html

PPP, el apoyo a la decisión del partido era mucho mayor (74%); sólo el 14% la consideraban un error. En este sentido, cuando fueron preguntados ¿si usted fuera miembro del Comité Ejecutivo Central del PPP, a quién habría apoyado para que asumiera el liderazgo del partido: Bilawal Bhutto Zardari, Asif Zardari, Sanam Bhutto (hermana) u otro miembro competente del partido? El 47% eligió al primero; el 21% a Sanam Bhutto; el 6% a Asif Zardari; y el 19% habría elegido a otro miembro del partido.

Por último, fueron preguntados acerca de la capacidad de los líderes políticos en la gestión de la crisis. El 34% considera que la gestión del presidente Musharraf ha sido “pobre”, el 24% buena y el 32%

aceptable; la de Nawaz Sharif (ex primer ministro y líder del partido Liga Musulmana de Pakistán/ Nawaz (http://www.pmln.com.pk/) ha sido buena según un 62% de los encuestados (el 2% opina que ha sido pobre y el 30% aceptable); la de Chaudhry Shujaat (ex primer ministro y ex ministro de Interior, miembro del partido Liga Musulmana de Pakistán/ Quaid-i-Azam (http://www.pml.org.pk/) ha sido pobre según el 38% (buena según el 25% y aceptable según el 33%); la de Altaf Hussain (fundador y líder del partido Muttahida Qaumi Movement (http://www.mqm.org/) ha sido califi cada de buena por el 21% (pobre según el 15% y aceptable según el 48%); y la de Qazi Hussain Ahmad (presidente de Jamaat-e-Islami (http://jamaat.org/indexe.html) buena según el 28% (pobre según el 12% y aceptable según el 43%)

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Más de un millón de muertos en Iraq desde el comienzo de la invasión

Un estudio (http://www.opinion.co.uk/Newsroom_details.aspx?NewsId=88) de fi nales de 2007, dado a conocer a fi nales de enero de 2008, realizado por el instituto británico Opinión Research Business (http://www.opinion.co.uk) en colaboración con el Independent Institute for Administration and Civil Society Studies de Bagdad (http://www.iiacss.org/), establece que entre el comienzo de la invasión de Iraq, en marzo de 2003, y agosto de 2007, han muerto 1.033.239 iraquíes. Es decir, uno de cada cinco hogares (el 20%) ha perdido al menos a un miembro. Según el estudio, el mayor número de víctimas se ha registrado en Bagdad, donde el 40% de las familias han perdido a alguno de sus miembros.

El estudio se ha realizado en 15 de las 18 provincias del país, dejando de lado las regiones de Kerbala y al-Anbar por motivos de seguridad. Además, las autoridades de la región de Irbil se negaron a conceder permisos a los investigadores para que pudieran realizar su trabajo.

Los autores del estudio han confi rmado que el último censo de población se realizó en época de Saddam Huseyn, en 1997, donde se registró que había más de cuatro millones de familias y más de veinte millones de personas.

http://www.opinion.co.uk/Documents/Revised%20Casulaty%20Data%20-%20Press%20release.doc (comunicado de prensa)

http:/ /www.opinion.co.uk/Documents/MRS%20story.pdf (entrevista con el director del IIACSS, Munqith Daghir)

Documenta11 Sesión de la Organización de la Conferencia Islámica

Cumbre de la Liga Árabe de Damasco

Ministros árabes de Información

13/14 Marzo 2008 - Dakarhttp://www.oic-oci.org/oicnew/is11/english/ Los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la Organización de la Conferencia Islámica, reunidos en Dakar, abordaron diversos temas relacionados con la Umma islámica, incluyendo Palestina, Líbano, Iraq, Somalia y Darfur. Otros temas tratados fueron la islamofobia y el programa de desarrollo para África.

24/25 Marzo 2008 http://www.arabsummits.org/default.aspxDeclaración http://www.arabsummits.org/MainPage.aspx?Page=AnouncementDecisiones (documento PDF) http://www.arabsummits.org/PDF/final.pdf

Documento de los ministros árabes de Información sobre la regulación de la emisión vía satélite, radio y televisión en la región árabe: http://www.aawsat.com/details.asp?section=4&article=458371&issueno=10669

Reseñas

Mohamed Mestiri, Ramón Grosfoguel y El Yamin Soum (Dirs.). Islamophobie dans le monde moderne. París: IIIT France, 2008 (440 págs.). Este libro es fruto del coloquio internacional Nuevas Confi guraciones Étnicas y Raciales tras el 11-S: el problema y las consecuencias prácticas de la islamofobia, celebrado en París el 2 y 3 de junio de 2006. El coloquio fue organizado por la Universidad de Berkeley en colaboración con la Fondation de la Maison des Sciences de l´Homme de Paris, y dirigido por Ramon Grosfoguel, Mohamed Mestiri y El Yamine Soum. En las jornadas participaron especialistas de distintas disciplinas que hablaron sobre el fenómeno de la islamofobia y se centraron en analizar y comprender las razones por las que las comunidades musulmanas globalmente se están convirtiendo, a raíz de la lucha contra el terrorismo, en objeto de rechazo y discriminación. Así, se intentaba construir un diálogo interdisciplinario con el que refl exionar sobre la cultura de los estereotipos y los prejuicios.

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Sa´id Ali ´Ubayd al-Yamhi. Tanzhim al-Qaida: al nasha’… al jalfi yya al fi kriyya… al imtidad (La Organización al-Qaida: creación… base ideológica…alcance). El Cairo: Maktaba Madbuli, 2008, (556 págs.). Publicado este mismo año, el libro ofrece un análisis de los orígenes ideológicos de esta organización, tomando como punto de partida los textos fundacionales del grupo. Este investigador y escritor yemení hace un repaso de las ideas salafíes y su relación con los grupos yihadíes actuales. El autor toma como modelo el Yemen y describe cómo la organización al-Qaida recluta y ayuda económicamente a los jóvenes yemeníes, facilitándoles el viaje a Afganistán. Explica también los cambios y consecuencias que se han derivado de este proceso y de la infl uencia de esta organización en las corrientes islamistas yemeníes.

Al Taqrir al Istratiyi al Arabi 2006-2007 (Informe Estratégico Árabe 2006-2007). El Cairo: al-Ahram, 2007 (498 págs.). El centro de Estudios Políticos y Estratégicos de al- Ahram publica su informe anual sobre la situación política internacional y regional y las políticas exteriores de los actores internacionales de más peso. Así, un equipo de investigadores coordinados por Abdelfattah al-Yabali, elabora un informe dividido en las siguientes secciones: procesos internacionales, procesos regionales, la cuestión palestina, el orden regional árabe y Egipto. En la introducción, al-Sayyed Yasin, profesor de Sociología Política, plantea la cuestión del diálogo de civilizaciones en la zona euro-mediterránea y se cuestiona sobre el concepto del diálogo cultural como medio para solucionar los confl ictos en dicha zona.

http://acpss.ahram.org.eg/ahram/2001/1/1/RArb0.htm

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Patrick Cockburn. Muqtada: Muqtada al-Sadr, the Shia Revival, and the Struggle for Iraq. Nueva York: Scribner, 2008, (240 págs). El autor, reputado corresponsal del Financial Times durante muchos años y actualmente en el diario The Independent of London, es un avezado periodista que ha seguido los acontecimientos políticos del Oriente Medio y particularmente la situación de Iraq desde la invasión de marzo de 2003. En este libro analiza la personalidad y recorrido político de este joven líder de la resistencia shií iraquí contra la ocupación norteamericana y sus complejas relaciones con la estructura política iraquí y shií. Muqtada al-Sadr, demonizado por la administración norteamericana y cuya familia sufrió la represión del régimen de Saddam Huseyn, se ha convertido en un actor principal en el panorama iraquí y el análisis de Cockburn es de un enorme interés.

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