atalajes y jaeces del caballo jerezano

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ATALAJES Y JAECES DEL CABALLO JEREZANO MILAGROSA ROSA GITO 34 A Jerez de la Fronte ra se la cono- ce como la cap ita l española del caballo. A través de los siglos el caballo jerezano ha supuesto una simbiosis de identificaciones y de identidades ante el extranjero que lo visita. Su fama alcanzó tal prestigio que incluso se dice que los primeros caballos que llegaron al continente americano fueron de Jerez. Posiblemente el origen del caballo jerezano no se pueda establecer con absoluta exactitud aunque sí se pueden determinar sus raíces histó- ricas con cierta precisión, ya que se sitúan en el período de dominación árabe en el sur peninsular. En el siglo X IV, la orden de los cartu- jos, fundada por San Bruno siglos antes, se instala en Jerez, levantando el Monasterio de la Cartuja, junto al Río Guadalete, ubicado a unos 5 km de la población. En este monasterio los monjes se hicieron cargo de sementales perfectamente cruzados entre caballos árabes y otros de raíz autóctona, logrando unos ejemplares de especiales características y de her- mosa estética: los Cartujanos, que definen la raza caballar española. En la creación por cruces de distintas razas intervinieron los hermanos Pedro y Juan Zapata, a partir de 1818. De esta forma el caballo jerezano es un animal de singular belleza producto de las tres sangres que lo forman: anglo-hispana-árabe. Esta raza de caballo se caracteriza, aparte de su estilizada belleza, por su velocidad y su marcado trote; noble movimiento de la rodilla y jatrete y marcha elegante. LOS ENGANCHES Al andaluz que hoy goza de cierto status social y poder adquisitivo, bien sea hombre relacionado con los negocios agrícolas, ejecutivos o pro- fesionales, le gusta en determinados días y momentos rememorar lo que fuera principal y más lucrativa ocupa- ción de los andaluces de ayer. Añora la dehesa o el cortijo que posi- blemente nunca conoció ni existió en lo más lejano de su historial genealó- gico, pero percibe la llamada del campo, viste traje campero, alquila, incluso si no lo tiene, un caballo o un carruaje de tracción animal para pasear por sus ferias y romerías. Así, a través de la celebración de estas ferias, empezó la afición por el caballo de muchos andaluces que no conocía n el mundo del campo ni mucho menos del caballo. Epocas hubo no muy lejanas, en las que el hablar de enganches en toda la Andalucía baja, era referirse sin más a un determinado grupo de familias, generalmente relacionadas con el campo y que de manera habi- tual utilizaban sus carruajes, según el momento y época del año, para sus desplazamientos a la hacienda cerca- na o en la propia ciudad. Así por ejemplo se conocen aquellas maña- nas de compras por las calles de Jerez, o el lucir los caballos sobre todo cuando llegaban los días de feria en los que en realidad se sacaban a la calle los enganches de lujo, en sus más variadas formas y carruajes. Hoy en día se está revalorizando la afición al enganche, afición antiquísi- ma por todo cuanto con el caballo y el carruaje se relaciona, que viene practi- cándose desde tiempo inmemorial en una gran parte de los países de la vie- ja Europa y en el continente america- no, donde nuestras costumbres que- daron como testimonio de la presencia de sus primitjvos colonizadores. Técnicamente hablando, el engan- che es el conjunto de: carruaje, caba- llos que tiran del carruaje y atalajes que llevan los caballos.Los enganches se clasifican de la siguiente forma: a) por el número y forma de colocación de los caballos; b) por el tipo de atalaje. Colocación de caballos respecto al carruaje Hay diferentes formas de enganche dependiendo del número de caballos que vayan tirando del carruaje y de la forma en que estos se dispongan (fig. 1); así, por ejemplo, cuando es un caballo sólo el que tira del carro se lla- ma a la inglesa o limonera; cuando son dos caballos los que tiran, si se disponen uno al lado de otro se llama tronco, pero si se disponen en fila, es decir, uno delante (pericón) y otro

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ATALAJES Y JAECESDEL CABALLO JEREZANOMILAGROSA ROSA GITO

34

A Jerez de la Fronte ra se la cono­ce como la cap ita l española de lcaballo . A través de los siglos elcaballo jerezano ha supuesto unasimb ios is de identificaciones y deidentidades ante el extranjero que lovisita. Su fama alcanzó tal prest igioque incluso se dice que los primeroscaba llos que llegaron al continenteamericano fueron de Jerez.

Posiblemente el origen del caballoje rezano no se pueda establecercon absoluta exactitud aunque sí sepueden determinar sus raíces histó­ricas con cierta precisión, ya que sesitúan en el período de dominaciónárabe en el sur peninsular.

En el siglo XIV, la orden de los cartu­jos, fundada por San Bruno siglosantes, se instala en Jerez, levantandoel Monasterio de la Cartuja, junto alRío Guadalete, ubicado a unos 5 kmde la población. En este monasteriolos monjes se hicieron cargo desementales perfectamente cruzadosentre caballos árabes y otros de raízautóctona, logrando unos ejemplaresde especiales características y de her­mosa estét ica: los Cartujanos, quedefinen la raza caballar española. Enla creación por cruces de distintasrazas intervinieron los hermanosPedro y Juan Zapata, a partir de 1818.

De esta forma el caballo jerezano esun animal de singular belleza productode las tres sangres que lo forman:anglo-hispana-árabe. Esta raza decaballo se caracteriza, aparte de suestilizada belleza, por su velocidad ysu marcado trote; noble movimiento dela rodilla y jatrete y marcha elegante.

LOS ENGANCHES

Al andaluz que hoy goza de ciertostatus social y poder adquisitivo, biensea hombre relacionado con losnegocios agrícolas, ejecutivos o pro­fesionales, le gusta en determinadosdías y momentos rememorar lo quefuera principal y más lucrativa ocupa­ción de los andaluces de ayer.Añora la dehesa o el cortijo que posi­blemente nunca conoció ni existió enlo más lejano de su historial genealó­gico , pero percibe la llamada de lcampo, viste traje campero, alquila,

incluso si no lo tiene, un caballo o uncarruaje de tracción anima l parapasear por sus ferias y romerías.

Así, a través de la celebración deestas ferias, empezó la afición por elcaballo de muchos andaluces queno conocía n el mundo del campo nimucho menos del caballo.

Epocas hubo no muy lejanas, enlas que el hablar de enganches entoda la Andalucía baja, era referirsesin más a un determinado grupo defamilias, generalmente relacionadascon el campo y que de manera habi­tual utilizaban sus carruajes, según elmomento y época del año, para susdesplazamientos a la hacienda cerca­na o en la prop ia ciudad. Así porejemplo se conocen aquellas maña­nas de compras por las calles deJerez, o el lucir los caballos sobretodo cuando llegaban los días de feriaen los que en realidad se sacaban ala calle los enganches de lujo, en susmás variadas formas y carruajes.

Hoy en día se está revalorizando laafición al enganche, afición antiquísi­ma por todo cuanto con el caballo y elcarruaje se relaciona, que viene practi­cándose desde tiempo inmemorial enuna gran parte de los países de la vie­ja Europa y en el continente america­no, donde nuestras costumbres que­daron como testimonio de la presenciade sus primitjvos colonizadores.

Técnicamente hablando, el engan­che es el conjunto de: carruaje, caba­llos que tiran del carruaje y atalajesque llevan los caballos. Los enganchesse clasifican de la siguiente forma: a)por el número y forma de colocaciónde los caballos; b) por el tipode atalaje.

Colocación de caballos respectoal carruaje

Hay diferentes formas de enganchedependiendo del número de caballosque vayan tirando del carruaje y de laforma en que estos se dispongan (fig.1); as í, por ejemplo, cuando es uncaballo sólo el que tira del carro se lla­ma a la inglesa o limonera; cuandoson dos caballos los que tiran, si sedisponen uno al lado de otro se llamatronco, pero si se disponen en fila, esdecir , uno delante (pericón) y otro

UMONERA TRONCO TANDEM TRESillO

35Fig. 2. Caballos de tiro a la ..inglesa.. Feria de Jerez 1995.

cuero de vaca negro y las piezas quelo componen son: el bridón, el collerón,sillín o sobreaguja y retranca. Estosson los elementos fundamentales.

El bridón se coloca en la cabeza delanimal y su misión es impedir la visiónlateral y trasera mediante las anteoje­ras puesto que de lo contrario el caba­llo al mirar hacia atrás y ver los caba­llos de atrás y el carro que arrastrapodría asustarse provocando undesastre o dejando de tirar. Esta pie­za va colocada en los laterales de lacabeza del animal y es la que mayordecoración admite. Otras piezas quecomponen el bridón son: el montante,que es una correa que recorre todo elperímetro de la cabeza del animal yes la que une a las demás piezas quecomponen el bridón; la frontalera ,correa que se coloca en la frente delanimal; muserola, que rodea la bocadel caballo, y el ahogadero. El colle­rón va situado en el cuello del animaly consta del llamado horcate, que serellena de paja de centeno, donde seinserta la costilla. De la costilla salenuna serie de argollas que tienen suutilidad propia: unas llamadas pasa­rriendas cuya función, como indica sunombre es para que las riendaspasen por ellas, y otras dos argollasson para los manoplillos , que sonunas correas que van sujetando altiro, que a su vez va tirando del carro;existe otra argolla enmedio, llamadaabarcón o cangreja, cuya función esdar mayor sujeción al collerón.

Para la parte del lomo se emplea elsill ín, aunque éste sólo se empleapara tiros que llevan un solo caballo.Lo común es emplear en su lugar lallamada sobreaguja , que se colocaen la parte superior del lomo y su fun­ción es la de impedir que los tiros secaigan. Lleva también unos pasa­rriendas con la misma intención quelos del collerón. Siguiendo la línea dela sobreaguja se encuentra la barri­guera y sobrebarriguera, coincidiendocon lo que sería la barriga del caballo.Su función es la de que los tiros no seeleven y para ello enganchan con losmanoplillos en su parte externa y conel abarcón en su parte central.

Tipos de atalajes

Los arneses, atalajes o guarnicio­nes son una serie de piezas de cue­ro enlazadas entre sí por medio dehebillas y argollas que, dispuestassobre el caballo , permiten unir ésteal carruaje formando el conjunto queconocemos por enganche.

Los atalajes son de diferente estilosegún el lugar donde se utilizan, perolos tipos más corrientes son a la ingle­sa o continental, a la húngara y a lacalesera. La primera es la de más fre­cuente uso por su racionalidad y sen­cillez. Las otras dos no es frecuenteverlas fuera de sus lugares de origen,Hungría para la primera y Andalucíapara la calesera. Tanto una como otraañaden frecuentemente adornossobre ellas siendo , sin embargo, lainglesa poco dada a añad ir nadasobre lo funcional, salvo en ocasionesmuy especiales, tales como Ceremo­nias Reales y para enganches encarrozas de Gran Gala.

Atalaje a la inglesa (fig. 2). El apa­rejo de estas caballerías se hace con

detrás en vara, tiene un nombre dife­rente: tándem; tres caballos dispues­tos uno delante y dos detrás, se deno­mina como tresillo, pero en caso deestar los tres caballos a la par es unenganche a la potencia; cuatro caba­llos sería una cuarta; cinco caballosmedia potencia. colocados tres delan­te y dos detrás; constituido el engan­che por seis caballo s se denom inagran potencia o seis a la larga encaso de ir los caballos dispuestos enfila de dos en dos. A partir de aquí noexisten nombres específicos aunquesí es cierto que en algunos engan­ches se ha podido ver hasta oncecaballos componiendo el conjunto dela caballería que tira de un carruaje.

Fig. 1. Nombres de los enga nches seg únel número de caballos.

POTENCIA CUARTAS MEDIA POTENCIA GRAN POTENCIA

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Atalaje a la calesera. Este tipo deenganche típico español tuvo su ori­gen como carro de mulas , para eltrabajo del campo. Posteriormentese adaptó para caballos de paseo yse refinó su atalaje (fig. 3).

También la ca lesa se destinó alservicio público. Este vehículo tienedos grandes ruedas y una caja parados ocupantes, con capota de tresarqu illos y doble compás. No llevapescante porque el cochero se sien­ta sobre la vara derecha. En la trase­ra lleva una espec ie de red llamadazaga, para el equipaje.

Mayormente adornado este en­ganche, se diferencia del anterior enalguna de sus partes: en la cabeza elanimal lleva el llamado quitaipón , envez del bridón inglés (fig. 4). El nom­bre de quitaipón le viene dado por lacircunstancia de que era una piezaque se hacía doble, es decir, una detrabajo y otra de fiesta. A la hora detrabajar con los animales, se le poníael quitaipón de trabajo y a la hora de lafiesta se hacía la propio; de esta for­ma se quedó con el nombre que lecaracte riza. Las piezas que compo­nen el quitaipón son las mismas queen el bridón inglés, con un añadido enla parte superior, que es el penacho,pieza que será utilizada como adorno,decorada con borlones; otra pieza quese añade es el collar de cascabelesque se pone al iado del ahogadero.

El cuello lleva tres tapas de piezas.Es ésta una parte fundamental porquede aquí saldrá la mayor fuerza paratirar del carro. La pieza más alta es elhorcate, que en este caso es de made­ra, y tiene diferentes argollas para lostiros; debajo se encuentra la collera ,realizada en cuero de vaca, que recogela retranca, y debajo de estas dos pie­zas, se pone la entremanta, realizadaen lona, rellena de paja de centeno,cuya función es la de proteger dedaños al animal, puesto que la durezade las piezas podrían proporcionarlegraves rozaduras. Al igual que el inglés,tiene barriguera y lomera . Una piezaimportante es la retranca que se colocaen la parte trasera del animal. La fun­ción de la retrancaes la de evitar dañosal caballo en caso de que el carro se

Fig. 3. Enganche a la calesera. Feria de Jerez 1995.

Fig . 4. Cabeza de caballo con quitaipón y collera.Feria de Jerez.

eleve, por un frenazo brusco. Si estoocurre el animal queda sentado sobreella, de tal forma que se pueda desen­ganchar sin que sufra ningún daño.

En cuanto al tiro, en un engancheinglés, está realizado en cuero ; sinembargo, en un enganche a la calese­ra, está realizado en cuerda de cáña­mo y durante su recorrido cuenta connumerosas piezas que lo sujetan y loguían como son la carterilla, el man­gote y el pasatirantes , piezas todasellas realizadas en cuero (fig. 5).

Como se atalaja

Para atalajar un caballo, se comien­za por ponerle el collerón; se cogeéste al revés, es decir, con la partemás ancha hacia arriba para podermeterlo por la cabeza del caba llo.Cuando se ha hecho esto , se gira,siempre en el sentido de la crinera,poniendo la parte más ancha haciaabajo , y se introduce hasta la basedel cuello. A continuación se coloca lasobreaguja sobre el dorso del caba­llo, se pone la baticola y se abrocha lacincha sin apretarla. Se repasa yajusta todo y se aprieta la cincha. Silos tiros estaban sujetos al collerón,se cruzan sobre el dorso del caballo.Después se pone el bridón y se ajus­ta la cadenilla a la argolla necesariapara que el bocado tenga la posturacorrecta. Por último se ponen las rien­das pasándolas por las llaves (o argo­llas) de la sobreaguja y del collerón yabrochándolas a la altura deseada dela cama del bocado.

Enganchar es la acción de colocarel caballo entre las varas y unirlo alcoche a través de las diferentes pie­zas del arnés o atalaje. Para ello secoloca el caballo frente al coche, degrupa, y se adelanta el coche con lasvaras en alto para bajarlas suavemen­te hasta apoyarlas en los portavaras.

Fijar los tiros a su correspond ientecogida y abrochar los cejadores deretranca a las varas; abrochar a lashebillas de la barriguera los latigui­llos del portavara sin apretarlos , esdecir, dejándole un poco de juego alas varas.

CABALLO DELANTERO CABALLOTRASERO JAECES

Fig. 5. Atalajes a la calesera.

El sistema para que los caballos y elcarro queden unidos entre sí vienedado por la existencia de unos ele­mentos que se encuentran en la partedelantera del vehículo. Se trata de losbotariles y de la abrazadera de balan­cín. Los botariles son unas piezas dehierro en forma de seta que van fijas ala varaguardia, dos en el centro y unaen cada extremo, que sirvenpara suje­tar a ellas los tirantes . Los hay decabeza redonda, plana o bombeada ycuadrilonga.La varaguardia o balancínes un palo que se coloca en la partedelantera del juego y permite engan­char a él los tirantes o tiros y así dirigirel carruaje. La lanza para tronco pasapor su parte baja central y se sujeta aella por la abrazadera de balancín, quees una pieza metálica. De este modola lanza quedaría enganchada en elcarro y pasaría entre medias de losdos caballos prolongándose hasta lacabeza de los mismos. A esta lanza seunen los balancines, madero que llevacada caballo en su parte trasera, encuyos extremos se atan o enganchanlos tiros de cada caballo, tiros que a suvez tienen su origen en el horcate delanimal. De esta forma el sistema detiro queda asegurado (fig. 6). .

El sistema de riendas es complica­do: se originan las riendas en el hierrode bocado , donde se atan, de aquípasan por el horcate y la sobreaguja olomera y de aquí a la mano del coche­ro. En caso de ir dos caballos parale­los, el caballo derecho lleva las rien­das derecha de los dos caballos, y elcaballo situado a la izquierda lleva lasriendas izquierdas de los dos c~ball~s,

es decir, que las riendas en el interiorse cruzan, pasando por el horcate delcaballo compañero. Después de pasarpor el horcate las dos riendas se unenen una de forma que el cochero sólolleva dos riendas en la mano, una paraconducir hacia la derecha y otra paraconducir hacia la izquierda. Para con­ducir una cuarta, es decir, cuatrocaballos se realiza con el mismo sis­tema, p~ro el cochero llevará dos ~en­das en cada mano; el número de nen­das será igual a la cant idad decaballos que compongan el enqanche.

Por último decir que todas las nen­das pasan por los atalajes del caba­llo posterior a ellos, de modo que porel último caballo pasarían todas lasriendas de los demás delanteros.

Se conoce como jaeces al adornoque se pone a las caballerías en losdías de función, feria o gala.

Los adornos son diferentes segúnel tipo de atalaje.

Ya nos hemos referido a los en­ganches a la inglesa y de su escasadecoración ya que cas i todas suspiezas son func iona les ; se deco rasomeramente con costuras las ante­ojeras, la sobreagu ja y la gamarra.

En un enganche a la caleseraencontramos una mayor profusióndeco rativa, tanto de adornos comode sonido de cascabeles que dan alcarruaje un sabor típico de nuestratier ra. Se ado rna con bor lones delana el quitaipón, en todas sus par­tes, desde las anteojeras al montan­te, la muserola y el penacho, elemen­to que se añade con el fin de dar unamayor profusión decorativa. Tambiénla collera lleva estos adornos de lana.

El adorno de cascabeles puede lle­var lo en el ahogadero, al que leacompaña un collar de cascabe les;en la lomera pueden aparecer cas­cabeles y también en la retranca, enla parte trasera del caballo.

El resto de las piezas se decorancon costuras ; son todas las piezasrealizadas en cuero sillero que apesar de tener una utilidad definidase decoran con profusión con dibu­jos variados y arabescos.

LA REAL ESCUELA ANDALUZADEL ARTE ECUESTRE

Mención especial merece la RealEscuela Andaluza del Arte Ecuestrepo r su pretensión de cons~rva.r. elprestigio de nuestra equitac i ón,nuestra raza de caballos españoles,nuestra tradición y nuestra cultura.

~~~W=J._BOTARILES

Fig . 6. Enganche de caballos.

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La tradición que posee esta tierradel vino sobre la cr ía caballar diolugar a la creación de la Real Escueladel Arte Ecuestre, bajo el patrociniode la Excma. Diputación Provincial.

Aunque los antecedentes históricospodrían remontarse al siglo XVII, cuandoen la Plaza del Arenal se realizaron lasentoncesdenominadas vueltas escara­muzas a la gineta organizadas por donBruno de Morla y Melgarejo, los oríge­nes fundamen tales de la hoy RealEscuela Andaluza del Arte Ecuestre seremonta al año 1973. En mayo de eseaño, el rey don Juan Carlos (entoncespríncipe de España) hizo entrega a donAlvaro Domecq Romero del PremioCaballo de oro, máximo galardónecuestre que anualmente se concedeen nuestro país. Y para conmemorar talacontecimiento, el homenajeado pre­sentó por primera vez su espectáculo«Como bailan los caballos andaluces».Así se fue desarrollando una escuelainicial hasta que se realiza la compra dela finca del duque de Abrantes, conoci­da como Recreo de las Cadenas, en laque se ubica un palacete del siglo XIX ydonde se decide construir un picaderode gran capacidad. Hoy en día desarro­lIa una gran actividaddesde la atenciónal turismo ofreciendo espectáculos ofi­ciales a actividades docentes de diver­sa consideración.

Especial mención merece la exis­tenc ia de una co lección de 19car ruajes de tiro, pertenecientes alpatrimonio hípico de Pedro Domecq,con sus correspondientes guarnicio ­nes, algunas de las cuales datan de1730. El patrimonio adqu irido cuentatambién con monturas, arreos ybocados para caballos y cocheros delos siglos XII YXIII . Esto ha permitidocrea r la Escuela de Cocheros yEnganches e incluir en el espectácu­lo una exhibición de enganc hes.

EL ARTESANO

El oficio del guarnicionero es pro­ducto de un arte, que aunque mecáni­co en sus elementos, se enlaza conlas artes de lujo en sus principalesartefactos. No es por consiguiente unsimple oficio mecán ico , en el quebaste un trabajo material y un ciertonúmero de años para llegar a produ­cir labores perfectas; requiere absolu­tamente algunos conoc imientos pre­vios, constante laboriosidad, y ciertogusto inventivo para poder ocuparsecon éxito de sus artefactos, en cuyamayor parte entra por complementoun esmerada elegancia (fig. 7).

Normalmente el trabajo se realizaen un taller, los trabajos son realiza­dos por encargos.

En algunos lugares sigue predomi-

Fig . 7. Guarn ic ionero cosiendo con latabilla. Guarnicería Ouarte.

nando el sistema gremial. El maestro,la figura principal dentro del taller, pue­de tener a su cargo un oficial y unaprendiz. Las piezas nuevas siempreson realizadas por el maestro, rara vezse encarga al oficial, y menos al apren­diz, ya que de la calidad y el acabadofinal del producto depende el precioque se la pone y la seguridad de tenerun nuevo encargo. Para este menesterdebe el operario, antes de ponerse acortar, sea cual fuere la pieza de nues­tro arte, haber pasado en él un tiempode bastante consideración cosiendocuantas piezas tenga la guarniciónporque de otro modo es imposible eje­cutar el trabajo de preparación con laperfección que éste requiere.

Existen en Jerez algunas guarni­cionerías de tradición; tal es el casode Guarnicionería Duarte, donde setrabaja de modo muy manual conpieles de vaca, becerro y toro, emple­ándose las tradicionales tablillas paracoser. Destacan en esta guamicione­ría los bordados en cuero efectuadossobre las sillas de montar, ademásde otras técnicas de omamentación.Asimismo existe un taller de guarni­cionero en la Real Escuela Ecuestre,cuya existencia se remonta a la crea­ción de la Escuela. Su maestro deguarnicionero, Manuel Román, dedi­ca horas a lfi realización de piezaspropias de la Escuela así como a lareparación de las mismas.

En otros pueblos gaditanos se tra­bajan los ata lajes pa ra el caballojerezano, tal es el caso de Ped roJiménez Gómez, en Alca lá de losGazu les, o el de Jos é Moreno, enArcos de la Frontera, o el de RamónBolaños, en Rota.

BIBLlOGRAFIA

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Pope , Max: Die Kunst des Fahrens,Stuttgart, 1976.

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