asia africa y oceanía. saavedra dario
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7/26/2019 Asia Africa y Oceana. Saavedra Dario.
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frica subsahariana: orientalismo, sumisin y dependencia
Resumen.
La historia de frica es la historia que Europa le impuso, y dicha elaboracin debe ser
rastreada en la misma excepcionalidad que el mismo continente se auto adjudica, en
tanto cuna civilizatoria. partir de tejer sus redes comerciales, cate!orizo su entorno
subyu!"ndolo desde diferentes prismas, pero siempre desde una mirada conocedora
que colocaba al otro en franca subalternidad. #olocar al for"neo en cate!or$as
exticas, o en el estado de la naturaleza primi!enia, les permiti rotular el mundo
conocido con el auxilio de las ciencias, que !ozaban del patronato estatal, en un
estadio de inferioridad, tal como infantes, que en sus discapacidades, necesitaban delhermano mayor para ser !uiados y encontrar el sendero superador. nte este
panorama, el orientalismo posibilit !enerar mapas mentales de superioridad, y que en
el campo de los tericos de las ciencias decimonnicas, al momento de abordar por
asalto el corazn de frica, crear"n el f%rtil campo de la se!mentacin racial, bajo el
etnicismo, herramienta que en manos de las diferentes administraciones coloniales,
moldear"n el continente del presente. #omo superacin a dicha dicotom$a
fraccionaria, el panafricanismo, intent encontrar una matriz unificadora, el ser ne!ro,
que identificar$a a todo el espacio. &ero dicho relato se encuentra en la encrucijada delas nuevas realidades, y en estos momentos, se busca reescribir desde nuevas
perspectivas que otor!uen a la poblacin africana, un relato ajeno del eurocentrismo, y
m"s unido a las tradiciones que han dejado sus huellas, tal vez un poco
imperceptibles, de una verdadera idiosincrasia local.
Introduccin
'ablar de frica, implica un profundo an"lisis de lo que sabemos de ella, de sus
matices, y sus contrastes, de sus diferencias m"s que de sus semejanzas, es poder
referirnos a su hetero!eneidad, y no caer en los estereotipos de creerla homo!%nea,
i!ualada por un rasero cultural, dado que la misma, al i!ual que cualquier otro
continente, presenta profundas diferencias, no solamente sociales, sino econmicas,
pol$ticas, y !eo!r"ficas. (mplica pre!untarnos porque hablamos de etnias y tribus, y no
de pueblos o naciones, es inda!ar quien molde esos t%rminos y para qu%, quien nos
dibuj su exotismo y su rareza en )ltima instancia, porque cuando decimos frica, los
safaris y los salvajes emer!en en la ima!inacin, y ello solo es posible, cuando
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construcciones tericas se han solidificado en la conciencia colectiva. &orque su
historia comienza con la colonizacin, y porque su historia actual, a)n no encuentra su
sendero, es un relato que se ve bifurcado por la experiencia colonizadora, y la
epopeya emancipadora, y por ello es que necesita plasmarse en su autenticidad, de
ra$z autctona, donde lo for"neo debe ser superado desde la propia ne!ritud.
*esandar ese camino de construcciones de dominacin y anclaje en el eurocentrismo,
es lo que en %pocas actuales tratan de abordarse desde nuevas perspectivas, y para
ello es necesario exorcizar la influencia externa sobre la propia historia.
El orientalismo como matriz de dominacin
#ontar la historia de frica especialmente de su parte subsahariana implica tener queabordar diferentes cuestiones relativas a la definicin de los elementos que la
constituyen, y de las formas que fueron abordadas histricamente, sin perder de vista,
sus diferentes periodos, antes de la dominacin europea, el coloniaje y su periodo de
independencias hasta la actualidad, y los intentos acad%micos que intentaron abordar
su pasado, distante y reciente, desde diferentes perspectivas, y en esa construccin
del relato, abordar la ne!ritud y su continentalidad, en toda su dimensin.
Europa siempre fij los par"metros de sus contactos con el resto del orbe en el orden
de su propia supremac$a moral y civilizada. En dicho proceso, es capaz de reconocer
a las civilizaciones pasadas, de otros lu!ares, pero siempre desde su propia
comprensin, es decir, +aquellas son lo que Europa sabe de ellas tal como lo expresa
-aid, despoj"ndolas de su propia historicidad. Esos desarrollos culturales y materiales,
son investidos de nuevos si!nificados, y si!uiendo con el mismo autor, hacen de la
retrica de acon, +el conocimiento es poder, el instrumento de inda!acin de dichos
espacios, y se reconstruye a partir de ello, las necesidades que aquejan a aquella,
pero esta labor no est" destinada a reconocer otro i!ual, muy por el contrario,describen un subalterno, un inferior, sujetos carentes de al!unos de los atributos que
hacen que sus pueblos, no est%n a la altura de Europa. La pre!unta que sur!e, es la
utilidad de dichos conocimientos en una sociedad avanzada, y es ah$ donde dicho
acervo manifiesta su uso, donde no es utilizado para comprender, sino que tiene fines
menos l)dicos al saber, dado que sirven para dominar, expoliar, esclavizar.
En esa construccin del conocimiento del otro, la labor intelectual se enfoca en
describir sociedades que no han alcanzado el umbral del estudioso, y en esa distancia,
emer!en visiones devaluadas e incluso ne!ativas, de dichas culturas, dado que el
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prisma que la otea est" ses!ado por las miop$as euroc%ntricas, que no son inocentes,
dado que buscan refrendar en discursos la salvacin de esas masas que deben ser
!uiadas hacia donde ellos est"n.
#uando -aid postula que Europa orientaliz lo oriental, y deshilvana el discurso
construido desde las academias, emer!en todas esas ne!atividades y diferenciaciones
en oposicin a la cultura europea, y en esa construccin del otro, se empieza a
esti!matizar a lo lejano, como imp$o, lujurioso, extico. Esas sociedades est"n
alejadas de la moral y los principios de las sociedades europeas, y eso las coloca en
inferioridad de condiciones.
#omo herencia, queda una apreciacin muy recurrente al momento de referirnos al
otro a trav%s de la construccin de estereotipos, de miradas totalizantes, de identificar
con la mirada del euroc%ntrico, la !lobalidad de la sociedad. -i la nacin en su
manifestacin bur!uesa es la cumbre, todo bajo ella est" en inferioridad de
condiciones.
El orientalismo, tan prol$fico en sus corpus elaborados de las diferentes sociedades, es
la antesala de los discursos sobre el "frica subsahariana, que si bien conserva su halo
de misterio y salvajismo, posee esos recursos tan necesarios a la expansin del
capital mundial, en un principio como abastecedor de mano esclava, y ulteriormente,
como proveedora de materias primas, hasta el d$a de hoy. 'acer encajar frica en elpuzle de la econom$a fue el trabajo de los tericos que se abocaron a estudiar su
+primitivismo, para hacerlos parte del en!ranaje de la explotacin, y a partir de ello,
se!mentados en tribus y etnias, sojuz!ados en diferentes instancias jer"rquicas,
elaborados por las pol$ticas coloniales, se manifiesta un continente con nuevos
pueblos, nuevas se!mentaciones, nuevas relaciones de poder, hacia el interior de sus
comunidades consuetudinarias.
La pre!unta esencial tal vez ser$a qui%n cuenta la historia de esta porcin de territorio.
&odemos afirmar que el relato histrico del continente ne!ro es la historia de la Europa
bur!uesa y de su expansin comercial y pol$tica. Es la historia euroc%ntrica que nos
relata el devenir de un continente ahistrico, carente de huellas por dnde se puede
desandar el pasado de su !ente y cambiar la mirada en los tpicos que fueron
realizados con auxilio de otras ciencias tales como la antropolo!$a o la etno!raf$a, que
marcaron el continente como un p"ramo salvaje, perdidos en el neol$tico.
Eurocentrismo: la etnia como identidad.
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/al como dice 0entili, la mirada de desarrollo y de &ro!reso ti1en la valoracin qu% se
hace sobre esta porcin de frica a la que se le otor!an al momento de la colonizacin
directa a partir del #on!reso de erl$n de 2334 una nueva realidad basada en formas
diferenciadas de colonizacin que implican un sistema complejo de subordinacin
administrativo burocr"tico, en donde la ocupacin militar, la tributacin coercitiva, la
confiscacin de bienes y la fuerza de trabajo forzosa van a ser los elementos
constitutivos de ordenar la amorfa diversidad, la cual va creando jerarqu$as hacia el
interior de la poblacin africana, arrojando como producto la invencin del frica
subsahariana moderna
'ablar de frica implica tener que referirnos a definiciones de qu% es la nacin, la
etnia y la tribu y de poder zanjar la visin euroc%ntrica entre la evolucin y la
civilizacin, la barbarie y lo primitivo. Los fenotipos raciales, sus aptitudes y lajerarquizacin dar5iniana de la raza otor!aron al colonizador y a la empresa estatal
llevada junto a %l las herramientas conceptuales para la dominacin.
La nacin es la entidad base de ese estado bur!u%s y liberal consolidado del
continente europeo. La nacin es la portadora de valores civilizatorios del cual
emer!en la or!anizaciones pol$ticas por excelencia, es decir, las democracias
bur!uesas. En tanto cuerpo homo!%neo, en!loba las hetero!eneidades
enmascar"ndolas en valores universalistas cuya m"xima expresin es la libertad, un
valor transportable a cualquier mentalidad, pero no a todos los sistemas econmicos,
libre de toda traba. La nacin, solo representa a un estadio elevado de civilizacin y
de or!anizacin, y para el periodo de la dominacin africana, solo Europa encarna tal
ideal. *e lado quedan los postulados de fraternidad e i!ualdad, solo la libertad es
quien abandera las relaciones.
*e i!ual forma que Europa invent el orientalismo, se crear"n relatos semejantes
para el habitante africano, y de ella sur!ir"n la etnia y la tribu, con sus valores y
diferenciaciones.
La etnicidad, portadora de valores intr$nsecos diferenciadores, y las tribus, como
amal!ama de or!anizacin hacia su interior y exterior, son los discursos impuestos
sobre el continente.
6rente a la nacin europea, la etnia y la tribu, corresponden a estadios evolutivos no
civilizados. En ella las or!anizaciones todav$a se corresponden a valores primitivos de
consenso y de or!anizacin, y encuentran en patrones culturales su escasa
homo!eneidad.
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En esta invencin de la etnia se recurri tambi%n a la realidad y a partir de ello, se
aislaron formas y elementos de la cultura o de la tradicin que otor!an sin!ularidad y
valorizacin a dichas formas de or!anizacin. 'ay que reconocer que dicho proceso
no fue unidireccional, sino que tambi%n implic complementariedad de los a!entes
afectados, dado que dichas tabulaciones si!nificaban un reordenamiento en el orden
del estatus y las relaciones que a partir del mismo se realizaban y constru$an. .
*e esta forma 0entili identifica tres procesos que se dan en forma sucesiva en el
frica subsahariana, con respecto a la etnicidad, en sus diferentes etapas de
dominacin:
2. La transformacin y la fijacin de las identidades %tnicas, en correlacin a los
aparatos opresores.
7. l momento de la emancipacin, como dichas referenciaciones se cristalizanen ejes pol$ticos de adhesin
8. -on elementos distintivos en la lucha del poder, de control pol$tico y de los
recursos.
La confrontacin entre hutus y tutsis no es m"s que la manifestacin de esas nuevas
identidades inventadas. -i la etnia africana es invencin decimonnica, las mismas no
fueron ajenas al jue!o de la pol$tica, y van a participar activamente de ella, incluso en
espacios que para la misma, le eran por entero desconocidas, es decir, de las
formaciones estatales occidentales.
Panafricanismo
El panafricanismo viene a poner en crisis la nocin de etnia, dado que la misma es un
elemento disolvente por sus propias particularidades, de la hermandad continental. l
momento de las independencias, diversas voces se alzaron a su favor, pero las
mismas se enfrentaron a imposibilidades materiales que aun hoy en d$a hacen
imposible este sue1o, dado que la misma implica la homo!eneizacin del cuerpo
social, que la herencia europea se preocup en consolidar, y las cuales se ven
reflejadas en las fronteras que el colonialismo impuso y el idioma vehicular que
utilizan.
-i nos pre!unt"ramos si el continente est" preparada para dicha unin, queda
demostrado que no hay posibilidades de que ello ocurra hoy en d$a. . 9 no es porque
los mismos no estuvieran acostumbrados a interactuar con otros vecinos, porque el
comercio fue una pr"ctica habitual que ejercieron, incluso en los albores del islamismo
que cre el corredor s5ahili, sino porque las diferencias impuestas en el si!lo (, son
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resistentes a erosionarse, diferencias ayudadas con estructuras estatales occidentales
y bur!uesas, y con las cuales tuvieron que aprender a convivir con ellas.
uscar una esencia africana, que a!lutine a toda su poblacin bajo una misma
bandera, puede acarrear a peque1a escala, a descolonizarse, eliminar o borrar las
huellas del opresor, pero ello no est" restituyendo la africanidad a los africanos, por el
contrario, est" creando una nueva realidad, y cabe de ejemplo para ello la ;airizacin,
que en su retorno a la ra$z, al ori!en, se metamorfose en otros resultados.
Conclusin
-i Europa creo la etnia, frica cre el panafricanismo, y en ese camino de
construccin se trata de encontrar una v$a emancipadora de su realidad, a partir de
resi!nificar su pasado, desde una perspectiva en movimiento, alej"ndose de esa visin
est"tica que la condenaba a la inmutabilidad.
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Edward W. Said. @rientalismo A2BC3D. #ap 2 Conocer lo Oriental y #ap. 7 La
geografa imaginaria y sus representaciones: orientalizar lo oriental. &. CF2?B.
Editorial de olsillo. 1o 7?28.