asesinas javier nuñez

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Libro de cuentos

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  • Javier Nez Asesinas

  • AsesinasPrimera edicin, diciembre, 2010

    Serie narrativa breve Presagio N 06Hecho el Depsito Legal

    en la Biblioteca Nacional del Per N 2010-16048

    ASESINAS Javier Nez [email protected] www.javierysalome.ucoz.com

    De esta edicin reservados los derechos en espaol Gladys Hinojosa Aguirre Grupo Editorial Hijos de la Lluvia http://hijoslluvia.blogspot.com/ Cel. 951-333723

    Editor: Walter L. Bedregal Paz

    Diagramacin / Composicin / Diseo de portadaDavid C. Colquehuanca Aamuro

    Lima /Per Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el permiso previo de los titulares de los derechos de propiedad intelectual.

    Hecho e impreso en el Per / Printed in Per

  • A Shirley, Pamela,Sheyla, Stephanie, Paola,

    con la esperanza de volver a verlas.

  • Las mujeres son putas asesinas, Max, son monos ateridos de fro que contemplan el horizonte desde un rbol enfermo, son princesas que te buscan en la oscuridad, llorando, indagando las palabras que nunca podrn decir.

    Roberto Bolao, Putas asesinas

  • El crimen

    Nunca pens asesinar a tres personas el mismo da. Pero lo hice sin titubear un solo instante. An no puedo creer que fui capaz de cometer semejante barbaridad. Siempre he sido una nia buena, con principios y valores firmes. No s cmo ocurrieron los hechos, pero de algo no me olvido: que una mujer enamorada es capaz de cualquier cosa

    Te admiraba mucho, no sabes cunto, an te sigo admirando. En todos tus conciertos estuve presente y en siete ocasiones te ped autgrafos. Siempre me sentaba en los primeros asientos para verte de cerca. Solas acomodarte al lado del piano para abrir tu repertorio de msica clsica.

    Decan que cuando eras nio no habas dejado de pensar en ser msico. Decan tambin que estabas convencido de haber nacido para componer piezas musicales y los conciertos. Tu felicidad, tu vida misma era la msica. Qu ms podas pedirle a la vida aparte de envejecer jugando con las teclas del piano Lo ms gracioso fue cuando me contaron que te convenciste de haber superado a Mozart.

  • Eras simptico y algo nostlgico. Llevabas cabellos medio rubios que se deslizaban por tu frente amplia. Me senta atrada por tu figura de prncipe Para m eras el hombre ms apuesto del mundo. Quera renunciar a todo con tal de estar a tu lado

    Una noche ofreciste un concierto inolvidable. Asist con mi amiga Katyuska desde tempranas horas. La gente no tard en ocupar todos los asientos. Estuve sentada cerca del estrado de donde vi claramente tu rostro de ngel. Recuerdo que saludaste al auditorio con una sonrisa. De pronto me miraste a los ojos y me qued paralizada. Baj la cabeza para tomar aire Nunca te haba visto los ojos, salvo aquella noche. Siempre te vi con tus gafas oscuras Cuando volv a mirarte advert que tus dedos jugaban con las teclas del piano

    Despus del concierto me fui a casa pensando en ti. Tu mirada me persegua a diestra y siniestra. Crea ver tus ojos en todas partes Antes de llegar a mi cuarto sent que caminabas a mi lado. Te mir de soslayo y ca en la cuenta de que era mi sombra Esa noche dorm pensando en tus ojos y so que habas compuesto un tema inspirado en m y dedicado a m. Tuve la sensacin de que tus manos recorran mi cuerpo Me sent la mujer ms feliz del mundo, y despert todava con una sonrisa en los labios Ese da me desaprobaron en el curso de Anatoma, porque no pude concentrarme en el examen. Tu imagen me nublaba la mente, y slo quera verte, hablarte, rerme contigo Tu recuerdo me enloqueca, me llenaba de pasin Al llegar a casa

  • quera verte a costa de todo. No prob ningn bocado, ni dorm como corresponde. Tu imagen y tus ojos invadan mi pensamiento

    Una semana despus como a las diez de la maana alguien me dijo que te casabas Sent un dolor intenso que no se puede expresar con palabras Quera morir en el acto si es que estaba viva. No pude soportar la noticia A cada minuto me repeta que era mentira En un estado de delirio busqu la pistola que mi hermano trajo de la selva. La encontr en su habitacin, bien guardada y con varias balas Me mato, dije sin que nadie me escuchara, pero luego cambi de opinin. Lo mato, dije enfurecida, las traiciones se pagan con la vida

    Llegu a la plaza de Armas como una loca. Pareca reinar un silencio absoluto. Entr en la catedral a pasos rpidos. Todos me miraron como a una manitica En eso te vi junto a tu novia, al frente del cura. No poda creerlo Inclin la cabeza, derrotada, humillada, decepcionada Otra vez alc los ojos y te mir para comprobar si eras realmente t Ella me vio pero t no. Me mir como quien ha triunfado, como quien se lleva el trofeo. Y me ech una sonrisa sarcstica No soport la humillacin Le grit a voz en cuello: No te saldrs con la tuya! El diablo se apoder de mi mano. Apel a la pistola y le dispar directo al corazn. Lo mismo hice con el cura, por cmplice. Se arm un alboroto macabro, terrorfico Nadie entenda lo que estaba pasando. La escena pareca de pelcula Satans, satans, le

  • escuch decir a la gente Mir tus ojos claros, esos ojos que he amado en silencio, y me enloquecieron ms Creo que me gritaste, asesina, asesina Tu novia estaba muerta, baada de sangre, an suspendida de tus brazos. En tanto, el cura acababa de morir en la ley de Dios Nadie lo entenda Volv a mirarte a los ojos Tu mirada era insoportable En ese momento te am intensamente, como nunca, no pude controlarme. Ese amor me quemaba el corazn, me nublaba la mente Me desesper la idea de perderte para siempre. Entonces, en pleno delirio presion el gatillo tres veces Caste de espaldas al lado de tu novia Creo que lleg la Polica No lo recuerdo bien Me sent extraa, un sudor fro me invadi el cuerpo, los ojos se me nublaron. Creo que me ca en el acto Deb de haber perdido la conciencia

    Cuando recuper el sentido me sorprend de no estar en la comisara sino en una cama de esta clnica. Ya transcurrieron ms o menos tres horas. Lo curioso es que nadie me comenta sobre los crmenes que he cometido. Nadie me trata como a una asesina, por el contrario, todos me muestran su buen talante. A ratos quiero gritar que soy una asesina, que liquid a tres personas, que merezco una pena En eso una enfermera se dispone a decirme algo; pienso que me va a despachar a la comisara. Querida, me dice, te vamos a enviar a la clnica de salud mental.