articulo la voz dormida

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  • 7/26/2019 Articulo La Voz Dormida

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    LA VOZ DORMIDA

    A mi ta Carmen y a todas las mujeres que nuncaabandonaron el deseo de saber y nunca

    traicionaron su memoria.

    Durante el inicio del otoo del ao pasado, me encontraba como viene siendohabitual en mi, en el festival de Cine de San Sebastin, dnde entre tantas pelculas seestrenaba la ltima de Benito Zambrano, con el titulo que ho do nombre a esteescrito! "na historia de tiempos de silencio, donde se relata el sufrimiento de aquellasmu#eres que perdieron una $uerra la a$ona que vivan sin conocer cual sera su final!Basada en la novela de la escritora fallecida Dulce Chacn, refle#a las penurias desolacin de miles de espaoles, que moran en las crceles por hambre, fro enfermedades, si antes no eran fusilados!

    Deca Benito que llorar viendo arte es bonito, te reconcilia! %a cuestin es que parami fue una ca#a de resonancia que al&aba la vo& dormida de los perdedores recuperabasu memoria! 'sa que tantas tardes de sbado, a sea al fresco o al calor de la camilla,se$n la estacin del ao, mi ta comparta conmi$o a veces con otros contertulios enuna amena conversacin! De pronto, todos aquellos relatos que me haban contado,tenan su e(presin ah delante de la pantalla, en el anonimato de miles de espectadores,que contemplaban al i$ual que o, con mucha atencin, la secuencia de im$enes quemarcaban un $uin odo mucho antes por mi, $racias a los recuerdos de mi ta!

    'l impacto que me de# la contemplacin de la pelcula, levant un deseo decompartir al$o tan familiar con ella mi madre, prometi)ndome que al$n da las

    llevara a verla en al$n cine de Sevilla! Sin embar$o, el tiempo iba mu rpido paraella, que a marcaba con sus palabras, sin saber sabiendo, que este ao era bisiesto, que siempre traa malos presa$ios! *s fue para ella, pues apenas entrado el ao, caminhacia el sueo eterno, en plena lucide& autonoma, en una vida di$na que llevaba a$ala, estando siempre pendiente de sus seres queridos, cuando era ella de quien losdems tendramos que haber estado atentos, pues su edad hacia tiempo haba entrado enel invierno de la vida!

    %a vo& dormida incomoda porque habla del dolor, de un dolor inmenso, asusta,asusta mucho porque habla de memoria la memoria asusta! +or eso al$unos nosquieren desmemoriados, porque el olvido entierra las culpas! Sin embar$o, mi taCarmen siempre estuvo bien despierta con su vo& en alto, para que las $eneracionesque continuaban la cadena familiar supieran lo que pas, al menos al abuelo comofueron sus sufrimientos en la crcel, como la familia se parti ante la huida despu)sencarcelamiento! 'l empobrecimiento la miseria de una madre que sola se tuvo quehacer car$o de una familia numerosa, cuos nios nias se tuvieron que hacerhombres mu#eres aceleradamente, sin apenas vivir infancia! - de cmo el abuelo tuvosu vuelta, de nuevo marcando el comps de la familia, al&ndola, para construir desdela p)rdida!

    'fectivamente en ./0/, tras el fin de la 1uerra Civil 'spaola, la Dictadura2ranquista convirti las crceles en un almac)n de reclusos, donde todos eran hacinados tratados en p)simas condiciones! De hecho, la crcel en la que se basa la novela es la

    madrilea crcel de mu#eres de las 3entas, que fue construida para un nmero de 456personas superaba por aquella )poca 4!666 reclusas!

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    7i ta siempre contaba que su padre le peda a *suncin, su mu#er, mi abuelamaterna, que en ve& de llevarle un queso bueno, le diese ms quesos de peor calidad,

    para que al menos cundiesen pudiesen ser compartidos por todos los que estabanhacinados en la celda! +rimaba la cantidad por la calidad para que todos pudiesencomer! 8ambi)n me habl de las noches, terribles noches de muerte, dnde haba

    fusilamientos nunca se saba si vendran por )l! Slo el silencio de la celda, una lar$aespera, hasta que al$una vo& di$na, $ritaba en el ltimo adis, en el ltimo suspiro, poraquellos ideales vencidos! 8odo eso se ve refle#ado en la pelcula, mientras sentado enuna cmoda butaca, un nudo en la $ar$anta un pelli&co en el estma$o, me haciasentir lo duro de aquellos relatos reales, que siempre me haban contado, desde miadolescencia!

    Como dice la escritora, la $uerra no acab para todos el mismo da! 8ras la duracontienda armada se puede entender el horror, sobre todo si son $uerras civiles, pero la$uerra sucia, de e(terminio, el terrorismo de 'stado, es ms terrible todava porque vadisfra&ado de le$al, no ha defensa posible!

    Sin embar$o, no quisiera detenerme en aquellos aos de la post$uerra, que mefueron contados, pues mi $eneracin por suerte no los vivi, al menos con la ma$nitudde los primeros aos, aunque s nos sacudi la dictadura, pues en nuestra #uventud lle$la democracia, que ho en da con la voracidad del capitalismo la crisis econmica

    provocada, parece que han hundido las ideas para dar paso a las cifras con la prima deries$o, pues a no cuentan las ideas polticas sino las maniobras econmicas!

    'n cambio, mi ta era una mu#er llena de ideas, con una curiosidad que seapro(imaba ms a la de una nia que a una persona de la tercera edad! Durante suinfancia tuvo que madurar demasiado pronto, pues todos tenan que colaborar en lastareas de la casa en el sustento diario! Cuando la situacin me#or al$o, a en su vidaadulta, era una mu#er que imparta clases en su taller de corte confeccin, a lasmu#eres del pueblo, que queran saber del arte del patrona#e del te#ido, bien para saberhacer en casa o como medio de subsistencia o de apoo econmico familiar!

    * sus cerca de 96 aos de edad, quera introducirse en un mundodesconocido para casi toda su $eneracin, que es :nternet hasta el punto que un da lequise hacer una demostracin con un pequeo ordenador porttil, pues estabaconvencida de que quera tener uno en casa! *l mismo tiempo, no de#aba de leer,novelas histricas o de ficcin, al$unas de ellas voluminosas, que devoraba con laavide& de una nia, pues muchas veces, a la pr(ima semana que volva a encontrarmecon ella, a andaba en otra trama novelstica, de la que me haca partcipe, en aquellas

    charlas en su camilla, que ahora que escribo estas palabras, me producen des$arro,porque a nunca las podr) compartir! ;tras veces, siempre preocupada por no perder lamemoria, andaba enfrascada haciendo #ero$lficos en estas revistas que se compran enlos ora ?5@, se converta para m en una ventana al mundo! 3aa

    parado#aA, su sobrino con carrera que vive en Sevilla, tena menos para decirle, que

    ella que viva en el pueblo, atendiendo las tareas de su casa atenta a su vecindad! *sque todas esas tardes de sbado, ella me esperaba con inquietud, con deseo creendo

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    que o le abrira al$o nuevo o no sabido por ella! Sin embar$o, ms bien le serva paraentrar en conversacin con al$uien ms abierto que su entorno de vecinos, que la

    pudiese escuchar en sus hiptesis e interpretaciones de este caleidoscopio que es larealidad! *l$o que qui&s con las mu#eres de su $eneracin no poda compartir en ladimensin que ella se propona! Sin embar$o, lue$o era discreta capa& de moverse en

    una conversacin ms cotidiana liviana, dnde todas las dems opinaban, siempredesde esa puerta abierta, espacio creado para el encuentro entre vecinas familiares,que todos los das compartan, en un nico momento del da en el que cesaba la soledad

    por unas horas o un rato! 8odava a su edad conduca un pequeo turismo, que era todava es de mi madre, bien para visitar familiares, ltimamente casi todos enfermos,

    pero tambi)n para salir los domin$os dar un paseo con su hermana, sobrina otrosfamiliares, parar en una venta para merendar!

    Su historia es la de muchas mu#eres, que con poco supieron inventar se$uiradelante con deseos de vivir, pero sobre todo con deseos de saber! >asta en sus ltimosmomentos, postrada despu)s de lar$as horas esperando para ser socorrida, en el mismohospital, sin apenas tener habla, dado el alcance de su infarto cerebral, nos deca a lossobrinos que estbamos all acompandola, que estuvi)semos atentos a lo que deca elm)dico!

    7enuda leccin nos has de#ado ta, vaa vaco ms tremendo, pues ahora quevamos a hacer los dems sin tus ocurrencias, pensamientos, sin tu conversacin! SiA, alo s) que desde el cielo nos dirs que continuemos conversando, que no nos de#emosen$aar por las palabras fciles, sobre todo hasta el ltimo momento, que si$amosconversando en compaa con lucide&! *caso, ha al$o ms importante que nos d)tanta compaa como las palabras compartidas

    Supon$o que ahora que estas en el cielo, has or$ani&ado una tertulia con losabuelos, con los tos con mi padre, que deben estar asombrados al da de tus lcidasconversaciones, aunque supon$o que el abuelo es el que ms tiene que conversarconti$o, pues $ran parte de lo que fuiste de tu deseo de saber, se lo consa$raste a )l!>asta siempre tita! Como dice nuestro poeta 2ederico 1arca %orca en sus primerosversos de *lma *usente =Eo te conoce el toro ni la hi$uera, ni caballos ni hormi$as detu casa! Eo te conoce el nio ni la tarde porque te has muerto para siempre@!

    *E8;E:; D' %* C"'3* D'%1*D;!