articulo cientifco. shirlet andrade, priscila goenaga, indira macken, actual

Perfil Docente Y Modelos De Enseñanza

PERFIL DOCENTE Y MODELOS DE ENSEÑANZA EN CORRESPONDENCIA

CON EL HORIZONTE CURRICULAR EN EL CONTEXTO COLOMBIANO

Shirlet Andrade Hernandez*, Priscila Goenaga Caro**, Indira Macken***

RESUMEN

El artículo es producto de la reflexión acerca del perfil del educador de hoy en día,

de acuerdo con el contexto educativo actual, resaltando su relevancia en el rol de

conductor y facilitador de espacios para que los estudiantes sean críticos y

autónomos del aprendizaje; pues es él quien enseña y por lo tanto, debe facilitar el

desarrollo en lo cognitivo, afectivo, en valores y aptitudinales . Por ello, las nuevas

teorías en educación le exigen al educador generar cambios en la práctica

pedagógica, a tener una visión menos academicista y más humana en el rol de

enseñar.

Como es de esperarse, toda institución educativa genera en el Proyecto Educativo

Institucional, constructos que le dan un norte a la formación de los estudiantes

para que sean críticos e intervengan sus realidades y asuman posturas y

lenguajes de acuerdo a los contextos. De igual manera, el modelo pedagógico le

da soporte y solidez a la propuesta formativa declarada en el PEI, y de esta

manera se convierte en el marco conceptual que brinda los fundamentos del

proyecto educativo y desarrolla los principios, valores e intenciones formativas;

define, igualmente, los conceptos relacionados con formación, educación,

pedagogía, didáctica, currículo, institución educativa, rol del maestro, rol del

estudiante, aprendizaje, enseñanza, evaluación, competencia, ser humano, entre

otros.


Por lo tanto, el docente debe apropiarse del Proyecto Educativo Institucional y

dinamizarlo en la práctica pedagógica; esto exige transformación y dinamismo en

el andamiaje curricular, porque la educación actual no puede mostrarse

anquilosada, sino avanzar con celeridad de acuerdo a la dinámica de la ciencia y

de la pedagogía.

Palabras Clave: Educación, Perfil Docente, Modelos de enseñanza, currículo,

práctica pedagógica, contexto.

1

*Enfermera del Hospital Cari, del Distrito de Barranquilla. Maestrante en Educación, Universidad Simón Bolívar, Cohorte 16. **Licenciada en humanidades y lengua castellana, Docente del Colegio de María Auxiliadora, del distrito de Barranquilla. Maestrante en Educación, Universidad Simón Bolívar, Cohorte 16. ***Psicóloga, Docente de la Institución Educativa Distrital José Martí, del Distrito de Barranquilla. Maestrante en Educación,

Universidad Simón Bolívar, Cohorte 16.


ABSTRACT

The article is the result of reflection about the profile of the teacher today,

according to the current educational context, highlighting its relevance to the role of

the driver and facilitator of spaces for students to be critical and autonomous

learning; for it is he who teaches and therefore should facilitate development in the

cognitive, affective, and attitudinal values. Therefore, new theories in education will

require the teacher to generate changes in teaching practice, to have a less

academic and more human insight into the role of teaching.

As expected, any educational institution generates in the Institutional Educational

Project constructs that give a north to training students to be critical and tap their

realities and take positions and languages according to the contexts. Similarly, the

pedagogical model gives support and strength to the training proposal stated in the

IEP, and thus becomes the conceptual framework provided the basis of the

education project and develops the principles, values and educational intentions;

defined likewise concepts related training, education, pedagogy, teaching,

curriculum, school, teacher's role, student role, learning, teaching, assessment,

competence, human, among others.

Therefore, the teacher must appropriate the Institutional Educational Project and

build momentum in pedagogical practice; this requires transformation and

dynamism in the curricular scaffolding, because the current education can not load

stagnant, but rapid progress according to the dynamics of science and pedagogy.

Keywords: Education, Teaching Profile, Models of teaching, curriculum,

pedagogical practice, and context.


Introducción

En una sociedad globalizada, mediada por relaciones sociales donde la

interacción es la constante predominante, la educación al igual que la cultura debe

modelar constantemente la capacidad receptiva de los individuos en procura de un

mejor desempeño cognitivo y social que se manifiesta dependiendo de la situación

que se presente en el contexto. Tal pretensión, que es la base fundamental en la

que debe descansar todo modelo educativo, está sujeta a intereses contextuales

que determinan herramientas, métodos y procedimientos que exigen un educador

capacitado y orientado a entender los parámetros de la dinámica de la ciencia y de

la pedagogía, en este sentido, (Vygotsky, 1995, p. 78) plantea que:

Deben estar por encima de cualquier pretensión academicista, en la medida

que es a partir de ellos que se debe procesar la academia y el conocimiento,

y no a la inversa, en la que se tengan que sacrificar o violentar las condiciones

contextuales del entorno.

En este orden de ideas, la misma práctica social intencionada o

espontánea de los acontecimientos configuran de manera inherente unos moldes

o perfiles que sean afines a estas prácticas. Y que ante todo, se busca

potencializar lo considerado dinámico y aprovechable dentro de los fines que el

modelo educativo en cuestión pretenda conseguir. En educación, esta práctica es

direccionada y controlada para provocar comportamientos con sentido en función

del perfil deseado. Pero las condiciones en que los modelos educativos diseñan

ideales de sujetos para sus fines de enseñanza no están pensadas muchas veces

en el que aprende sino en el mismo modelo. Esto es, que el perfil diseñado en el

que descansa la misión educativa restringe la capacidad de formación y auto-

realización de quien experimenta un proceso de cambio.


La concepción de los modelos pedagógicos

Al entender los modelos como representaciones mentales, se considera

oportuno discurrir la forma en que estos constructos de pensamiento puedan

operar de manera práctica y respetar la esencia de la teoría que le precede,

aportando la constitución epistémica, y mejor aún, siendo coherente con la

realidad a la cual plantean intervenir. (Padrón, 1992. p.59)

En el siglo XX, surgen multiplicidad de modelos pedagógicos en función de

dar respuesta a problemas educativos y culturales y se han fundamentado en el

marco de tres conocimientos, los cuales son: técnico, teórico y crítico, tal como lo

plantea Habbermas; en el orden cronológico, un modelo ha sucedido a otro,

teniendo en cuenta las necesidades contextuales que lo fundamentan y los hacen

necesarios. Estos modelos soportan el Proyecto Educativo Institucional de las

instituciones educativas, de allí la importancia que cada constructo del PEI permee

por completo la función educativa; por lo tanto, se espera que el educador se

apropie del sistema de gestión administrativa, lo cual le permitirá formar un

ciudadano ético y comprometido con la sociedad. A propósito de ello, dice

Goleman (1996) que todo educador “Debería prestar atención a la alfabetización

emocional de sus alumnos. Y procurar ayudar a sus alumnos a mirar en su interior

a menudo para descubrir cuáles son sus estados emocionales y por qué están

provocados.” (p.36)

La educación no se concibe en función de la transmisión de

conocimientos, sino de conocer de manera humana, a quién y para qué se

enseña. Esta es uno de los retos en la educación de la actualidad, antes de ser un

estudiante, hay que considerar que es un ser humano.


Los actores del proceso frente a los modelos

El aprendizaje y la enseñanza, modelan individuos en función de alcanzar

un propósito educativo. Por lo tanto, los que enseñan, así como los que aprenden

están en condiciones correlativas frente al conocimiento. Un modelo educativo los

sitúa en un escenario en común. Les proporciona herramientas, los provee de

actitudes, les infiere comportamientos, los condiciona a unos supuestos

epistémicos y metodológicos, crea un perfil de cada uno. En e l que enseña, le

asigna un rol instructor, en quien aprende, lo hace receptor, independiente del

concepto que se tenga de conocimiento. Lo anterior se fundamenta en la

conciencia que se debe tener en el acto de educar, es decir, que el currículo

fundamente las estrategias y el perfil que deben asumir los actores del proceso,

sin esto, no es posible una educación pertinente frente a los cambios que se

propone.

Pero a veces se entiende, que es el educador el responsable del

aprendizaje y quien aprende sólo está sujeto a este. Estas percepciones de

pasividad han contribuido a que los modelos educativos sean limitados en el

sentido que no consienten la participación recíproca de sus actores, y que al no

haber una conciencia epistémica fundamentada en lo metodológico sea más

complicado aún alcanzar los fines propuestos.

Un modelo pedagógico debe garantizar las posibilidades de inferir por lo

menos el perfil del educando, así como el de educador. Y los perfi les no son sólo

prescripciones abstractas sobre el rol a asumir por quienes experimentan el

proceso formativo. Lo anterior se puede evidenciar en que el contexto determina

la modelación real de cualquier representación teórica de una propuesta

educativa, es decir, que si se piensa, por ejemplo, desarrollar una propuesta

educativa constructivista, se deben tener en cuenta los recursos con que cuenta

la institución.


Perfil del Educador según lo contextual

Si bien es cierto que el contexto posibilita la generación de propuestas de

cambio, éstas no deben pasar por alto la realidad a la cual se destinan; es decir,

no deben estar al margen de los componentes que conforman el mismo. El

educador debe tomar conciencia de las potencialidades de los estudiantes, como

bien lo plantea Vygotsky, lo que le permitirá el fortalecimiento de los supuestos

que el enfoque teórico le proporcione, pero también, con más precaución los

obstáculos e inconvenientes que a veces son inherentes al contexto y que

subestimarlos en su razón utópica conlleva en cierta medida a ignorarlos como

realmente son. Los actores del proceso por lo tanto, al asumir la realidad plena

que experimentan han de ser consciente de lo uno y lo otro para que así su rol no

fundamente su accionar sobre deseos y no objetivos o metas realizables.

En torno a lo anterior, el error estriba generalmente en tomar en

consideración los supuestos teóricos de un enfoque en su linealidad, pretendiendo

así justificar su falta de idoneidad cuando en realidad la falta de contextualización

del modelo fue la que no permitió su plena realización. Siendo así, el verdadero

perfil del educador será aquel que concilie las distancias establecidas entre las

condiciones ideales de intervención que exige el enfoque con aquellas

determinaciones del contexto, que generalmente no son las más comprensibles a

la hora de intervenirlas.

Por otro lado, el contexto condiciona los procedimientos de intervención de

la enseñanza en función de su propia realización. El rol del educador, por lo tanto

deben seguir esta dinámica. Éstos no son necesariamente obligaciones

epistémicas y metodológicas que pretenden mostrar una identidad teórica. El

contexto modifica y es el que permite la identidad en el abordaje.


Al respecto, (Gardner, 1987, p. 45) considera que “el contexto es pieza

fundamental en desarrollar las potencialidades de los individuos, pero si este no

aporta incentivos o no se manifiesta en función de ser aprovechado se pierde la

oportunidad integral que el individuo lleva consigo”, es decir, los individuos son los

productos de los distintos procesos que hacen parte de los currículos, planes de

estudios y modelos pedagógicos adoptados por las Instituciones educativas.

Dentro de esta panorámica, el educador como responsable de la formación

integral de sus estudiantes, debe propiciar las condiciones para que desarrollen

competencias metacognitivas.

Características del Educador

Generalmente, lo académico es lo primero que salta a la vista cuando se

tiene que hablar de un docente con un perfil acorde a los retos de la educación, y

está vinculado al grado de profesionalización y conciencia que el educador tenga

de ella, para así hacer uso del rol comprometido que le corresponde. Pero dentro

de esta profesionalización, entendida en el sentido cognitivo, están otros

componentes que contribuyen significativamente para su plena realización. A

continuación se describen algunas características que deben del educador,

teniendo en cuenta lo profesional y actitudinal, pensando en dar una visión crítica

de las responsabilidades, desde la profesionalización y del carácter social y crítico

que representa dentro de una sociedad, las cuales son: innovación, liderazgo,

formación comprometida, formación axiológica y comunicación asertiva.

Innovación

El docente tiene la responsabilidad de ofrecer propuestas encaminadas a

hacer rentable lo que hace teniendo en cuenta el contexto. Pero debe tenerse en

cuenta que innovar no es hacer algo exótico, deslumbrador para la vista, o

contrariar lo habitualmente desarrollado. Innovar es rehacer lo habitual de una

manera mejor aprovechable. Esta característica está fundada en desarrollar


habilidades y competencias en pro de solucionar los problemas que presenta el

entorno.

Liderazgo

Tanto el enfoque humanista, como el evolucionista de la educación

consiente que el educador debe ser un líder con la capacidad de orientar

procesos educativos, incentivar la búsqueda permanente de nuevos horizontes,

así como la comprensión inmediata de los distintos interrogantes que apremian en

el día a día.

Este liderazgo, debe tener como premisa fundamental propiciar iniciativas

emprendedoras en los estudiantes, capacitarlos en su auto-concepción social,

ética, histórica, social y política entre otros. (Vaillan 2005, p.36).

Formación comprometida

El educador debe entender los distintos conceptos que sean afines al acto

educativo, manejar constructos significativos y semióticos para darle una

interpretación coherente a los juicios que el mismo construye y que le son dados

por otros. Esto lo conlleva a dar una interpretación epistémica de la realidad, en la

cual, los protocolos y herramientas de su profesión serán su medio idóneo para

develar lo que se manifiesta problémico e impide que su accionar sea coherente.

Lo anterior es posible en la medida que haya espacio para la reflexión, y que esta

permita la reorganización, planificación y ejecución con miras al cambio (Carr, W.

y Kemmis, S. 1986).

Formación axiológica

Las convicciones propias del educador emanan de las responsabilidades

sociales del profesional con su medio, valores como la honestidad, el auto-

convencimiento, la autonomía y la responsabilidad social, son fundamentales para

proponer la transformación en la práctica pedagógica.


Comunicativa asertiva

El lenguaje se constituye en una herramienta indispensable para reorientar

procesos educativos, la deliberación permanente, la búsqueda de un consenso y

la valoración del interlocutor son condiciones indispensables para el desarrollo de

la autonomía y libertad en el escenario académico generando respeto por las

opiniones que se comparten y se constituyen en una verdadera estrategia

axiológica.

A manera de Conclusión, el educador del siglo XXI debe estar a la vanguardia de

los nuevos desafíos, religar lo que el contexto plantea y asimilar las distintas

herramientas que le sean indispensables para liderar y resolver las problemáticas

del escenario académico. El desarrollo de las competencias es fundamental, como

la formación del educador, pero cuentan también el carácter y la inteligencia

emocional que imprima vocación a lo que se hace. Los modelos pedagógicos

establecen perfiles para los actores del proceso educativo y se debe tomar

conciencia de ellos, para que los roles sean pertinentes con la realidad a la cual se

enfrentan. El perfil profesional del educador no debe ceñirse de manera

unidireccional a un solo Modelo educativo, debe ser abierto y ecléctico en el mejor

de los casos para brindar posibilidades a la hora de alcanzar los fines propuestos.

El contexto hace parte de los supuestos teóricos que se fundamentan en Proyecto

Educativo Institucional. Es decir, la realidad propone métodos de intervención de

acuerdo a su complejidad.


REFERENCIAS

Goleman, D. (1995), Inteligencia Emocional. Editorial Kairós.

Vygotsky, L. (1978). Mind in Society. Cambridge, MA: Harvard University Press.

Vygotsky, L. S. (1978). Pensamiento y lenguaje. Madrid: Paidós.

Gagner, H. (1993). La Teoría de las Inteligencias Múltiples. Basic Books.

Carr, W. y Kemmis, S. (1986). Teoría crítica de la enseñanza. La investigación-

acción en la formación del profesorado. Barcelona: Martínez Roca.

Protagonismo docente en el cambio educativo (2005) Oficina Regional de

Educación para América Latina y el Caribe

Padrón Guillén, José: (1992) “Paradigmas” de investigación en ciencias sociales,

Un enfoque curricular. Papel de Trabajo, Postgrado, USR. Caracas.