artes vivas

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  • Artes vivas?

    (Abrebocas)

    El arte es lo que hace la vida ms interesante que el arte

    Robert Filliou

    Acaso existen artes muertas se podrn preguntar ustedes, si no con disgusto,

    probablemente s con escepticismo o desconcierto. Abundan, como los muertos en vida,

    respondemos con certeza, sabiendo, claro est, que las certezas no son eternas, ni

    tampoco garanta de verdad absoluta. Digo pues certezas, verdades provisorias,

    sentidos que se producen desde y para un determinado diagrama de fuerzas que agitan un

    contexto particular.

    Se trata, es un abrebocas, de una provocacin. Lo que no le resta seriedad y rigor, y una

    razn de ser a estas dos palabras, artes vivas, transcritas aqu entre signos de

    interrogacin: ha sido necesaria para la construccin de nuevos procesos de pensamiento-

    creacin en el arte, desde el cuerpo y con l, indisociablemente. Una construccin de

    enunciados por fuera de su tradicional escisin, pensamiento y/o creacin, prctica

    pensante y/o prctica artstica.

    La provocacin hace parte de una prctica antropofgica postura tico-esttica propia

    de nuestro continente- que rige el trabajo que hemos venido desarrollando algunos

    pensadores, artistas o tericos, desde varias dcadas en Latinoamrica. Una poltica del

    deseo que consiste en hacerse vulnerable a otros imaginarios, a otras poticas y modos de

    hacer, en toda su heterogeneidad y extraeza. In-corporarlos, digerirlos, hacerlos

    nuestros, (sub)vertirlos en acontecimientos1, provocando fricciones en nuestras propios

    cuerpos, en nuestras subjetividades, que buscan forma en gestos y acciones artsticas,

    individuales y colectivas -corporales, coreogrficas, cinematogrficas, escnicas,

    escriturales, musicales, plsticas, sonoras, vocales, visuales, cartogrficas. Fricciones que

    1 Entiendo el acontecimiento como la expresin de las fuerzas en la forma que estas producen. Irrupcin de lo extrao en lo familiar, como seala Suely Rolnik.

  • nos llevan a otros enunciados y dispositivos como este que nombramos artes vivas2,

    potenciadores de posibles desplazamientos en un paisaje de paradojas y contrastes como

    el nuestro: opulento y miserable, abierto e intolerante, convencional y creativo, recatado

    y desfachatado, todo a la vez.

    Tras las (mal) llamadas crisis de la representacin3 que tanto repercutieron sobre

    nuestros modos de hacer y de pensar el arte, desafortunadamente ms en el plano de las

    formas que de los conceptos, y del auge de la sociedad del espectculo y de la

    industria del entretenimiento, que las acompaaron de lejos mientras se metan

    imperceptiblemente en nuestras camas, sentimos con urgencia y obstinacin la necesidad

    de dirigir nuestra energa creativa hacia un campo poitico, potico-poltico, ms all de

    las disciplinas. Un campo no solo abierto -un arte en el campo expandido4- sino

    indisciplinado, un arte decididamente no ideolgico, no cannico, no normativo.

    Nada novedoso hasta ahora: soplarle vida al arte, al deseo, cuando el aire parece agotado,

    no ha sido una preocupacin exclusiva de nuestros tiempos, sino de todos los tiempos.

    Muchas otras iniciativas han actuado en este sentido, siempre que esto ha sido necesario.

    2 No se trata, a priori, de actos colectivos de creacin, tal como los conocemos en Colombia y, en general, en Latinoamrica. Tampoco del espectculo vivo (spectacle vivant) con el que los franceses rotularon las formas escnicas no texto-cntricas; ni del performance art, o arte del performance, popularizado en todas sus vertientes por los anglosajones, o del refinado teatro post-dramtico alemn. El trmino artes vivas, traducido del ingls Live arts e introducido en Colombia por el autor de este ensayo es, en realidad, una tctica de sobreviviencia y de resistencia producida por artistas de muy distintos orgenes, nacionalidades y disciplinas, en los mrgenes del establecimiento artstico de finales del siglo XX. Ms all de una forma especfica de espectacularidad, las artes vivas constituyen un dispositivo de pensamiento-creacin inherente a una postura tica/esttica frente a la mundializacin conducida por el capital y sus efectos sobre la subjetividad y la creacin. Se ha dado a conocer en Colombia y en otros pases de Latinoamrica, a travs del programa de posgrado de la Maestra Interdisciplinar en Teatro y Artes vivas (MITAV) de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogot. Creada en 2007 por Heidi Abderhalden, Jos Alejandro Restrepo, Adriana Urrea, Vctor Viviescas, -este ltimo, coordinador de la MITAV entre 2009 y 2013- y Rolf Abderhalden -gestor y coordinador del programa entre 2007 y 2009-, con el acompaamiento de pensadores-creadores de las Amricas y de Europa, la MITAV ha puesto en juego, y sigue reinventando, los planteamientos aqu sealados. Vase: www.farbog.unal.edu.co 3 Parafraseando a Heiner Mller, diramos que la representacin (l dice el teatro) no puede estar en crisis puesto que el teatro (yo digo la representacin) es crisis. Por qu no hablar, entonces, de crisis de la expectacin? 4 La nocin de campo expandido -un lugar comn en la jerga artstica actual- fue utilizada, inicialmente, por Rosalind Kraus en un intento por aprehender y repensar la produccin escultrica de la segunda mitad del siglo veinte por fuera de la lgica modernista. Constituye, sin duda, uno de los planteamientos fundacionales de la reflexin del autor de este ensayo sobre las artes vivas y de la creacin de la MITAV.

  • Artistas de distintas pocas y contextos, bajo condiciones incluso inimaginables, han

    hecho los gestos necesarios para salvar la excepcin, de la regla. No como proyecto

    mesinico sino como tctica de sobrevivencia, como forma de resistencia y de

    celebracin, en medio de la banalizacin de la muerte y, por lo tanto, de la vida.

    Por eso quizs ha sido aqu, precisamente, en este lugar del mundo atravesado por tan

    antiguas y permanentes prcticas de violencia, y sometido a tan diversas formas de

    colonizacin, desde la lengua y el cuerpo hasta la representacin, que hemos querido

    traducir nuestra singular experiencia antropofgica en una suerte de contra-dispositivo

    artstico (Agamben), que permita la emergencia del deseo y sus potencias y lo conecte

    con las fuerzas de la vida y de la creacin, contra-dispositivo al que he llamado de esta

    forma: artes vivas. Ms all de toda genealoga5, podramos expandir el concepto de artes

    vivas a cualquier forma de desplazamiento vital que se ha producido en las prcticas

    artsticas, toda vez que los cnones vigentes han impedido dar cuerpo a las fuerzas que

    agitan la realidad y su contexto.

    As pues, no es posible definir las artes vivas como una disciplina sino, ms bien, como

    un campo, ya que todo en ellas es in-disciplina. Incluso inscritas, en la actualidad, en un

    programa acadmico que lleva su nombre, ni siquiera la tan en boga

    interdisciplinaridad de las artes hace parte de sus inquietudes y objetivos.6 Soportes,

    medios y formatos son portadores potenciadores- de significado, pero solo adquieren

    plenamente sentido cuando devienen la expresin de necesidades y preguntas, planteadas

    en contextos particulares. La produccin de acontecimientos estticos su eficacia- no

    radica en un efecto de montaje sino, ms bien, en el desplazamiento y la

    deslocalizacin de sentido(s) que son efecto de las fuerzas de un pensamiento-montaje.

    Su rigor est en desordenar, minuciosa y poticamente, nuestro ordenamiento territorial, 5 Siendo simplistas, podramos decir que el live art es el nieto de un matrimonio ilcito entre las artes visuales y el teatro experimental, un descendiente hbrido de las prcticas del performance art de los sesenta y los setenta y de los cambios radicales que se produjeron en el mbito de los setenta y los ochenta, declaraba Lois Kedan antes de que devorramos y transformramos aqu a esta criatura. 6 Observemos bien cmo lo in-disciplinar se camufla en la palabra in(ter)disciplinar. Toda propuesta interdisciplinar contundente se gesta en algn gesto indisciplinado por parte de su(s) creador(es). Hoy en da, lo inter-disciplinar es la regla, lo in-disciplinar, la excepcin. El prefijo in no indica aqu la transgresin de la disciplina en tanto que revs simtrico, y por lo tanto prisionero de su lgica, sino un desplazamiento de la idea misma de disciplina.

  • des-territorializando la propiedad privada que detiene el arte, el capital cognitivo, cultural

    y econmico, el orden moral vigente y las normas preestablecidas, y en particular el

    cuerpo adiestrado y obediente, vigilado y controlado en sus predios por barreras

    limtrofes o por peligrosos perros de seguridad y vigilancia. Se vale, por supuesto, de

    cdigos y convenciones artsticas tradicionales; de creencias y comportamientos

    culturales; incluso de la doxa en vigor, pero siempre con el propsito de interrogar,

    problematizar, re-significar y re-vitalizar su lugar y su sentido con el objeto de producir

    su desplazamiento.

    Una no-categora, demasiado heterognea, vasta e indefinida para serlo, que hace uso de

    todas las herramientas disponibles del pensamiento-creacin, sin privilegiar ninguna ni

    someterla a priori a una jerarqua determinada, para darle cuerpo7 a una sensacin que

    busca salida, en su friccin con el mundo, actualizndose en un modo de expresin un

    gesto: La especificidad del arte como modo de produccin de pensamiento consiste en

    que las fuerzas que desestabilizan la textura sensible se encarnan, presentndose en vivo.

    () Pensar este campo problemtico impone la convocatoria a una mirada que no se hace

    desde ninguna disciplina ya que estn imbricadas all innumerables capas de realidad,

    tanto en el plano macro-poltico (los hechos y los modos de vida en su exterioridad

    formal, sociolgica) como en el micro-poltico (la fuerzas que agitan la realidad,

    disolviendo sus formas y engendrando otras en un proceso que abarca el deseo y la

    subjetividad), afirma Suely Rolnik, una de las pensadoras que ms ha inspirado este

    proceso que ella misma nombra pensamiento-creacin8.

    La columna vertebral de las artes vivas no podra estar en otro lugar que el cuerpo, los

    cuerpos, con todas sus fuerzas y en todas sus formas; en sus posibles configuraciones y

    des-configuraciones fsicas, simblicas, polticas- pero, sobre todo, en su presencia viva,

    ineludible, inaplazable, incluso cuando este est ausente, y que aparece -en su silencio y

    cruda desnudez- como promesa de un acontecimiento.

    7 Dar cuerpo, dar cuerpos, sin cerrar, sin reducir (a) la forma. Por eso artes vivas y no artes del cuerpo. 8 Entrevista con Suely Rolnik, psicoanalista, crtica de la cultura y curadora brasilera, co-autora con Flix Guattari de Micropoltica, Cartografas del deseo, Traficantes de sueos, Madrid, 2006.

  • Si el o la Performance es una praxis que la constituye y antecede, es en particular lo

    performtico (o performativo)9, no solo de ciertos actos y operaciones artsticas, sino de

    distintos escenarios de la cultura y dinmicas del cuerpo social, lo que nutre las acciones

    y reflexiones de las artes vivas. As como es la teatralidad, y no el teatro, el mecanismo

    de figuracin de la realidad que nos permite tender el arco entre las fuerzas y las formas

    de la vida y entender su potencia para la construccin de acontecimientos. Ahora bien, si

    lo performtico y la teatralidad, entre otros, son dispositivos de lectura de las fuerzas que

    mueven las formaciones socio-culturales, tambin lo son, sobre todo, para la produccin

    de actos vivos sin la cual la lectura no hara posible el acontecimiento. Estos actos vivos

    pueden ser gesto, escritura, performancias, teatros u otras, posibles e inagotables,

    formaciones de arte. Las artes vivas no escapan a la representacin pues el problema no

    es la representacin en s sino las polticas de su produccin: desde aquellas (polticas)

    que producen mera repeticin hasta aquellas que producen diferencia, entendiendo esta

    ltima como una actualizacin de fuerzas que agitan un determinado contexto. Las artes

    vivas son laboratorios de cuerpos, de voces, de textos y de texturas, de imgenes y de

    sonidos; escenarios de caos y conflictos; campos de fuerzas, puntos de fuga; dispositivos

    de actualizacin y montaje, potico-poltico, de pensamiento-creacin10. Si opera y

    produce objetos, estos son tcticos, tctiles, testimoniales, conductores de afectos y

    traductores de experiencia. Son rastros del mundo, huellas, sobrevivencias11 que dan

    cuenta de la vida o de su ausencia. As, los dispositivos propuestos por los artistas (sobra

    decir, investigadores, creadores provenientes de todas las disciplinas pero que transitan

    con sus cuerpos en sus bordes) re-inventan y re-definen permanentemente el campo, es

    decir su propio campo -sea este cual fuere- como artes vivas. No siendo esta una

    disciplina, sino una postura que las atraviesa para inquietar, problematizar y activar su

    9 I suggest that we borrow a word from the contemporary Spanish usage of performance performtico or performatic in English to denote the adjectival form of the non discursive realm of performance, propone Diana Taylor en The archive and the repertoire: Performing cultural memory in the Americas. 2003, Duke University Press. La nocin de performativo ha sido problematizada a partir de los trabajos de John L. Austin. Ver: Cmo hacer cosas con palabras: Palabras y acciones, Barcelona, Paids, 1982.

    10 Siempre Suely Rolnik, nuestra antropfaga brj(ul)a. 11 El trmino ha sido actualizado por Georges Didi-Huberman a partir de su lectura de la obra de Walter Benjamin.

  • sentido (hasta su re-afirmacin o eventual disolucin), la definicin de su objeto de

    estudio es el acontecimiento que resulta de su proceso artstico-investigativo. Sus

    acciones dibujan y desdibujan, dicen y contradicen, afirman e interrogan los paradigmas

    y diferencias tradicionales entre artes de espacio y artes del tiempo, obra y

    proceso; autor y espectador; espacio de trabajo y espacio de representacin;

    espacio privado y espacio pblico, entre otros, privilegiando la experiencia del

    acontecimiento, all donde este advenga.

    Aunque abiertas a mltiples y heterogneas fuentes de inspiracin, no hay lugar aqu, sin

    embargo, para las teoras de la comunicacin que invadieron el mundo del arte y

    consumieron al espectador, tampoco para las retricas discursivas que se apropiaron del

    cuerpo. Las artes vivas no comunican: son transmisoras, no comunicadoras12; no son

    portadoras de informacin: son re-cicladoras, problematizadoras, traductoras (es decir,

    traidoras) de informacin en experiencias poticas y acontecimientos estticos, haciendo

    del acto de creacin un posible acto de resistencia micro-poltica contra las formas que

    ahogan la vida13. Intentan no ocupar el lugar de la vctima ni del victimario, no los

    representan; no pretenden victimizar ni fetichizar el cuerpo, ni la imagen del cuerpo, sino

    problematizar su presencia viva, as como la presencia viva del otro y la tentacin de su

    instrumentalizacin. El cuerpo no es su objeto de estudio ni tampoco su medio de

    expresin: es la materia viva del pensamiento y el pensamiento vivo de la materia.

    Las artes vivas no ilustran ni estn al servicio de las polticas culturales del momento;

    sus acciones, al contrario, pueden inspirar y proponer polticas de pensamiento en las

    artes que produzcan la excepcin en la cultura. Su accin y su espectador, as como su

    lugar y su tiempo, son impredecibles. No poseen un declogo o un manifiesto: solo

    algunas coordenadas flexibles, hoja de ruta de una embarcacin imperceptible que

    construye su propia cartografa mientras navega por -entre- las corrientes de la creacin

    artstica. La nica coherencia a la que puede pretender radica en asumir -con sus riesgos y

    contradicciones- los peligros del viaje.

    12 Debray Rgis, Vida y muerte de la imagen, editorial Paids, Buenos Aires, 1994. 13 En rigor la obra de arte no contiene la ms mnima informacin. Sin embargo, existe una afinidad fundamental entre la obra de arte y el acto de resistencia, afirma Gilles Deleuze.

  • P.S. Estamos en un museo de arte contemporneo del distrito capital. Hago parte de una

    visita guiada conducida por un importante curador de una exposicin sobre la obra de un

    reconocido artista nacional. Con agudeza y generosidad, el curador explica los conceptos

    de su curadura y los criterios de su museografa, mientras visitamos las obras expuestas

    en las salas de exposicin. Nos detenemos frente a la ltima obra, un retrato dibujado con

    lquido de caf sobre terrones de azcar. Mientras el curador habla de la naturaleza frgil,

    perecedera del soporte y de los materiales (el caf lquido, el azcar), del carcter

    transitorio, metafrico de la imagen (el retrato de un hombre), del gesto radical del artista

    (fijar la imagen para que desaparezca por su propio medio) y del destino efmero de una

    obra viva, advierte sobre un terrn blanco de azcar, localizado en una esquina del

    retrato, la presencia de una mosca. Sealando con discreta irritacin a la intrusa, el

    curador concluye seriamente con una nota de humor: Esto no debera estar aqu, no hace

    parte de la obra y aqu finaliza la visita. Mientras los visitantes se dirigen rpidamente a

    la salida, yo me quedo observando, largo rato, el retrato. Efectivamente, los cubos

    blancos de azcar han absorbido, con el paso de los das, el caf lquido, diluyendo el

    rostro dibujado hasta su posible desaparicin. Pero y la mosca? La mosca no se ha

    movido, est ah, es parte de la obra. No solo es el punctum de la imagen, me digo

    remitindome a su origen fotogrfico, sino que es el punctum obrando. Este

    acontecimiento, potico-poltico, imprevisible, encuentro improbable de dos formas de

    presencia viva -una mosca y el retrato de un hombre que desaparece-, esta imagen

    paradjica, me digo choque fugaz entre el arte y la vida- no es acaso el sntoma que

    advierte y anuncia la sutil, pero abismal, diferencia entre una obra de arte museal y el

    obrar de las artes vivas?

    Una mosca, en un museo, devorando un retrato en descomposicin, obrando, ante la

    presencia de un testigo: esto es para mi artes vivas.

    *

    Rolf Abderhalden Corts

    Artista, co-director de Mapa Teatro-Laboratorio de Artistas, Profesor Asociado de la Facultad de

    Artes de la Universidad Nacional de Colombia, gestor y profesor de la Maestra Interdisciplinar

    en Teatro y Artes Vivas.