artes 6 julio 2014

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www.lahora.com.ec Ecuador, domingo 06 de julio de 2014 4-5 TRIBUNA. Fútbol y literatura, ni la muerte los separa. >> 2 CINE. ‘Bajo la misma estrella’, un mensaje positi- vo sobre la vida. >> 7 874 FOTO: JAVIER PARRA ‘Quiero hacerme el bacán’ Andrés Villalba comparte, sin reservas, sobre poesía, sus perspectivas, su familia, el fútbol y otros temas.

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Artes 6 julio 2014

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CYAN MAGENTA YELLOW BLACK

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Ecuador, domingo 06 de julio de 20148

Ecuador, domingo 06 de julio de 2014

4-5

TRIBUNA. Fútbol y literatura, ni la muerte los separa.

>> 2

CINE. ‘Bajo la misma estrella’, un mensaje positi-vo sobre la vida.

>> 7

Nº 874

foto

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IER

PARR

A

galería

‘Quiero hacerme el bacán’Andrés Villalba comparte, sin reservas, sobre poesía, sus perspectivas, su familia, el fútbol y otros temas.

MADRID, EfE • Desde Manet hasta Bacon, pasando por Picasso, Cé-zanne, Modigliani o Pollock, El Greco ha sido el pintor que más ha influido y durante más tiempo en los artistas de las vanguardias y, de su mano, sus principales re-presentantes entran en el Museo del Prado.

‘El Greco y la pintura moder-na’, organizada con la colabora-ción de la Fundación BBVA y Ac-ción Cultural Española, es una de las exposiciones más destacadas de las organizadas para conme-morar el IV Centenario del falle-cimiento de El Greco y fue inau-gurada el 23 de junio por la Reina Letizia.

Un total de 106 obras, 26 de ellas de El Greco, procedentes de 70 prestadores públicos y priva-dos de 15 países, permiten articu-lar un discurso con tres lecturas complementarias, según el direc-tor del Prado, Miguel Zugaza.

Por una parte, se trata de una antológica esencial formada por obras maestras del artista cre-tense; por otra, se propone una muestra visual de sus influencias en artistas modernos y, finalmen-te, tiene un carácter historiográfi-co sobre los estudios sobre el Gre-co que empezaron a publicarse en el siglo XIX, al exhibirse también 13 libros e impresos.

El proyecto, dedicado al falle-cido conservador del Prado José Álvarez Lopera, muestra que de El Greco fue un triunfo universal “ya que seguramente no hay otro maestro antiguo como él que haya ejercido una influencia tan clara y duradera en la pintura moderna”, señaló Zugaza.

El recorrido finaliza con ‘La Resurrección de Cristo’, pintada

al final de su carrera “y repre-senta la resurrección del propio artista ante la mirada moderna”, mostrando que “el arte corre más que la historia del arte”, señaló el director, para quien esta exposi-ción ilustra la vocación moderna del Prado.

“Hemos querido celebrar lo más valioso que resulta de un artista y que es su influencia en otros creadores”, comentó Javier Barón, comisario y recientemente nombrado jefe de área de Conser-vación de Pintura del Siglo XIX, que ha dividido el recorrido en ocho ámbitos desde los princi-pales movimientos de finales del XIX a principios del XX, con espe-cial atención en Cèzanne, Picasso, el artista en el que más claramente influyó el cretense, y Pollock.

‘La Trinidad’, fundamental para los artistas modernos, pre-side la primera sala en la que se puede contemplar su inspiración en Mariano Fortuny, mientras que ‘Anunciación’ tiene una relación explícita con la obra de Manet ‘Cristo muerto con ángeles’.

Como uno de los espacios más apasionantes de la exposición se presenta el dedicado a las sucesi-vas aproximaciones de Picasso a la figura de El Greco.

‘El Bautismo de Cristo’, uno de los retablos que más influyeron en los expresionistas alemanes, ‘El expolio’, ‘Laocoonte’, ‘La visión de San Juan’, que Picasso pudo contemplar antes de pintar ‘Las señoritas de Avignon’, y ‘La Resu-rrección de Cristo’ son obras que sirven para ilustrar unas huellas que atravesaron fronteras y que se hicieron patentes en creadores como Chagall, Kokoschka, Po-llock, Giacometti, Saura y Bacon.

El Grecoda la mano a

las vanguardias‘CRIsto AbRAzADo A lA CRuz’

‘El bAutIsMo DE CRIsto’ ‘El ExPolIo DE CRIsto’

‘AnunCIACIón’

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2 Ecuador, domingo 06 de julio de 2014

Ecuador, domingo 06 de julio de 2014 7bambalinas

RECoMEnDADos

La Semana de Cine Argentino, organizada por la Cinemateca de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y la Embajada de Argentina, presenta esta tarde dos filmes en la Sala Alfredo Pareja Diezcanseco (Patria y 6 de Diciembre, en Quito).La jornada arranca a las 16:00 con ‘Séptimo’ (2013), una película de sus-penso dirigida por Patxi Amezcua y prota-gonizada por Ricardo Darín y Belén Rueda (foto), quienes interpretan a una pareja de divorciados. En un día de visita del padre a sus hijos, los menores desaparecen. La angustia crece al saber que los menores son secuestrados.Tras esta proyección, a las 18:30, se exhibirá la cinta ‘Cuando yo te vuelva a ver’ (2013), una comedia romántica de Rodolfo Durán, que cuenta con la actuación de Ana María Picchio y Manuel Callau, quienes interpretan a una pareja de exnovios que se reencuentran 30 años después en una boda. La nostalgia y los reproches son el abrebocas de un inesperado secreto.

El 3 de julio de 1971, con 27 años de edad, fue encontrado sin vida, dentro de una bañera, Jim Morrison, líder y vocalista de la icónica banda The Doors.Muchos fanáticos aseguran que todo fue un complot y que su cuerpo no descansa en el Cementerio Père-Lachaise de París, que sigue vivo. Más allá de dar valía al mito, sin duda, el ‘Rey Lagarto’ siempre estará presente.Para conmemorar un año más de su ‘partida’ se puede escuchar el primer álbum donde se dio a conocer junto a su agrupación. El disco ‘The Doors’ trae grandes clásicos del rock como ‘Break on through’, ‘Light my fire’, ‘The end’, entre otros temas.

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CInE ARgEntIno

RECoRDAnDo A un íDolo

País: EE. UU.año: 2011 Director: Josh Booneguion: Scott Neustadter, Michael H. Weber, John Green reParto: Shailene Woodley, Ansel Elgort, Nat WolfftiemPo: 120 minutos calificación: ****

‘bajo la misma estrella’

RICARDo sEgREDA • ‘Bajo la misma estrella’ es inusual por tener la mejor y la peor escena de cualquier película que he visto este año. De hecho, no recuerdo haber visto una dis-paridad de calidad tan extrema previamen-te a lo largo de una vida de ver cine.

También es inusual por su ironía. Dado el hecho de que los jóvenes constituyen la audiencia principal del cine popular, los es-tudios casi nunca hacen dramas y cuando lo hacen tienen que incluir mucha comedia. Esta película no es una excepción, a pesar de que su tema es el cáncer. Los realizado-res hacen un esfuerzo para incluir muchas frases y situaciones cómicas, pero la ironía es que el tema serio de esta película es sobre jóvenes y para jóvenes.

Hace 30 o 40 años tal obra no se ha-bría sido de interés para los críticos. Aho-ra, debido a la escasez de seriedad en el cine popular, ‘Bajo la misma estrella’ re-cibe más elogios que los que se merece.

Esto no quiere decir que sea una mala película. A pesar de su tendencia al melo-drama, la historia, basada en la novela de John Green, comunica mucha compasión y un mensaje positivo sobre la vida.

¿Y cuál es la historia? Hazel, una ado-lescente con cáncer en la tiroide, asiste a un grupo eclesiático de apoyo para jóve-nes con padecimientos similares. Allí co-noce a Augustus, otro paciente, un chico atlético que ha perdido su pierna debido al cáncer del hueso.

Sienten atracción mutua (por supuesto,

los dos son guapos) y en poco tiempo se convierten en novios. Hazel, quien a menu-do está deprimida y negativa, comparte con Augustus, que encuentra consuelo en una novela sobre una niña con cáncer. Sin em-bargo, se siente frustrada porque la novela no tiene conclusión y, así, el lector no sabe lo que pasa con el personaje principal.

En un acto audaz de la galantería, Au-gustus negocia con organizaciones bené-ficas para obtener fondos para llevar a Hazel, su familia y su equipo médico con él a Amsterdam, donde el recluido autor vive. Allí podrá pedirle directamente ex-plicaciones sobre lo que ocurre en el libro con la heroína.

En la víspera de su reunión con el es-critor, Augustus confiesa su amor a Ha-zel, a pesar de su negatividad. Este sería un momento banal si no fuese escrito con tan hermosa elocuencia poética por Green. Por eso es sublime. Como Augus-tus, el actor Ansel Elgort, actúa con un equilibrio perfecto entre pasión y modes-tia, y tal vez es la mejor escena de una pe-lícula de este año.

Al día siguiente se encuentran con el autor, que resulta ser vulgar, antipático, alcohólico y grosero. Hazel y Augusto sa-len de la reunión indignados y deprimidos. Esto nos lleva a una escena terrible. Hazel y Augustus visitan la casa de Ana Frank, que les conforta e inspira. Con las palabras y las imágenes de Ana Frank en el fondo, procla-man su amor y deciden regresar a su hotel

PElíCulA. Ofrece una mezcla de tristeza, compasión y esperanza.

Estrellas y enfermedades

y tener sexo por primera vez. La idea de reducir la historia trágica de

Ana Frank y su familia, así como los seis millones de víctimas del Holocausto, a la motivación para la renovación de un ro-mance de adolescentes, aun enfermos, es más vulgar que lo que las palabras pue-dan describir.

A pesar de esto, en parte debido al ta-lento del reparto, la película se recupera de este absurdo para lograr una conclu-sión que es una mezcla de tristeza, com-pasión y esperanza. Los jóvenes actores nunca parecen realmente enfermos, así que la película no es tan eficaz como po-dría haber sido. Sin embargo, es mejor que la mayoría de las películas contem-poráneas de Hollywood.

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“Cómo explicar lo que siento si nadie puede sentirlo, como contar lo que vivo si nadie puede vivirlo.

Solo te invito a que vengas a mezclarte entre esta gente, que lleva los mismos colores que llevo yo desde siempre…”

Ese es el arranque, ‘la patada inicial’ –po-dría decirse-, del poema escrito por Mar-co Gerbaldo a su querido club. ‘Belgrano pasión inexplicable’ no tiene las hazañas de Boca, las estrellas de River o el tricam-peonato de Estudiantes, pero cuenta con la pasión de un hincha de verdad, de esos que no solo visten su cuerpo, sino el alma, con los colores de su equipo.

Y, aunque suene curioso, el fútbol y la li-teratura están ligados estrechamente y son incapaces de separarse. El hincha puede di-vorciarse de su pareja, puede alejarse de su familia, pero no puede dejar de alentar a su equipo o, por lo menos, des-vincularse de este.

De manera estereotipa-da, se piensa que aquellas personas apegadas a las manifestaciones artísticas son reacias a las activida-des deportivas. Simple-mente, no hay que genera-lizar. De hecho, una buena muestra es el derroche de versos y textos que inspira el fútbol.

Es que “¿Cómo vas a saber lo que

es la poesía? Si jamás tiraste una gam-beta”, como diría aquel exdefensa, hoy periodista deportivo, ‘Quique’ Wolff, a quien no le falta nada para ser poeta: “¿Cómo vas a saber lo que es el arte?/ Si nunca, pero nunca inventaste una rabona/ ¿Cómo vas a saber lo que es la música? Si jamás cantaste desde la popular”…

El correr de la pelota es como la mano y el lápiz sobre el papel. Una galleta equi-vale a un soneto, un autogol puede ser un verso sin rima, una chilena, una oda a la alegría, y una mala decisión arbitral pue-de dejarnos la sensación de una elegía.

En ambas canchasInnumerables son los autores que le han dedicado páginas al ‘rey de los deportes’. Una jugada asombrosa, un jugador clave, el olor del césped… Varias co-sas han inspirado a escritores a driblear en las canchas de la literatura.

Está, por ejemplo, el urugua-yo Mario Benedetti, quien

siempre mostró su simpatía por la pe-lota. Al igual que el reconocido poe-ta, su coterráneo

Eduardo Galeano también gambetea en

sus textos: ambos plasman su garra charrúa con tinta.Miguel Hernández, poeta y dramatur-

go español, también mostró su cariño por el fútbol. Con más riesgos escribió sobre

quien impide que la bola entre: el arquero. “Goles para enredar en sí, derrotas,/ ¿no la mundial moscarda?/ que zumba por la punta de las botas,/ ante su red aguarda/ la portería aún, araña parda”, escribe en su ‘Elegía al guardameta’.

Para que Hernández no quede solo, Rafael Alberti, otro grande de la poesía española, se le une, y también se inspira en un portero. Él halaga a Franz Platko, guardameta húngaro que atajara en clu-bes españoles: “El mar, vueltos los ojos,/ se tumbó y nada dijo./ Sangrando en los ojales,/ sangrando por ti, Platko,/ por tu sangre de Hungría,/ sin tu sangre, tu im-pulso, tu parada, tu salto/ temieron las in-signias./ No, nadie, Platko, nadie,/ nadie se olvida”. Esto, luego de que el portero lesionado, con una herida sangrante en su cabeza, siguiera atajando.

Eso sí, la mejor delantera la tiene Chi-le. Los araucanos se caracterizan por ser cantera de poetas, y muchos de ellos le han dedicado gran espacio al balón.

Algunos parecerían hasta profe-tas. Por ejemplo, Nicanor Parra,

en su ‘Noticiero 1957’, escribe: “El equipo chileno juega bien/ pero la mala suerte lo persi-gue”, algo nada de lo distante por lo vivido en Brasil 2014: la suerte de los penales les fue

ingrata. A él se suman Eric Po-hlhammer, Claudio Bertoni, José

Ángel Cuevas, entre otros.

[email protected]

tribuna

El gol de la palabra

IlusIón. Mario Benedetti, poeta, y ‘Quique’ Wolff, exfutbolista y periodista, son el ejemplo de que poesía y fútbol se juntan.

Hoy tu tiempo es realPoema de benedetti dedicado a Maradona

Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventaY aunque otros olviden tus festejosLas noches sin amos quedaron lejos

Y lejos el pesar que desalienta.Tu edad de otras edades se alimentaNo importa lo que digan los espejos

Tus ojos todavía no están viejosY miran, sin mirar, más de la cuenta

Tu esperanza ya sabe su tamañoY por eso no habrá quien la destruya

Ya no te sentirás solo ni extraño.Vida tuya tendrás y muerte tuyaHa pasado otro año, y otro año

Les has ganado a tus sombras, aleluya.

un texto dedicado al juez‘El árbitro’, de Eduardo galeano

° El árbitro es arbitrario por definición. Este es el abominable tirano que ejerce su dictadura sin oposición posible y el ampuloso verdugo que ejecuta su poder absoluto con gestos de ópera. Silbato en boca, el árbitro sopla los vientos de la fatalidad del destino y otorga o anula los goles. Tarjeta en mano, alza los colores de la condena-ción: el amarillo que castiga al pecador y lo obliga al arrepentimiento, y el rojo, que lo arroja al exilio.

Los jueces de línea, que ayudan, pero no mandan, miran de afuera. Solo el árbitro entra al campo de juego; y con toda razón se persigna antes de entrar, no bien se asoma ante la multi-tud que ruge.

Su trabajo consiste en hacerse odiar. Única unanimidad del fútbol: todos lo odian. Lo silban siempre, jamás lo aplauden.

Nadie corre más que él. Él es el único que está obligado a correr todo el tiempo. Todo el tiempo galopa, deslomándose como un caballo, este intruso que jadea sin descanso entre los veintidós jugadores; y en recompensa de tanto sacrificio, la multitud aúlla exigiendo su cabeza. Desde el principio hasta el fin de cada partido, sudando a mares, el árbitro está obligado a perseguir la blanca pelota que va y viene entre los pies ajenos. Es evidente que le encantaría jugar con ella, pero jamás esa gracia se le ha sido otorgada. Cuando la pelota, por accidente, le golpea el cuerpo todo el público recuerda su madre. Y sin embargo, con tal de estar ahí, en el sagrado espacio verde donde la pelota rueda y vuela, él aguanta insultos, abucheos, pedradas y maldiciones.

A veces, raras veces, alguna decisión del árbitro coincide con la voluntad del hincha, pero ni así consigue probar su inocencia. Los derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él. Coartada de todos los errores, explicación de todas las desgracias, los hinchas tendrían que inventarlo si el no existiera. Cuanto más lo odian, más lo necesitan.

Durante más de un siglo el árbitro se vistió de luto. ¿Por quién? Por él. Ahora disimula con colores.

fútbol&

lEtRAs

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Ecuador, domingo 06 de julio de 20146 biblioteca Ecuador, domingo

06 de julio de 2014 3homenaje

Composición electrónica:Pantone Impresiones

Edita: Editorial Minotauro S.A.Correspondencia:

Planta Diario La HoraAv. Galo Plaza N62-08 y Nazaret

fax: 247-6085 casilla 17-17-243 CCIcul tu ra @la ho ra .co m.ec

Quito, Ecuador

Director (e): Francisco Vivanco RiofríoEditor: Agustín Garcells CordónRedactor: Damián de la Torre AyoraDiseño: Ma. Leonor Oviedo Luis Alberto Aspiazu

MADRID, EfE • “El que no inventa no vive”, decía Ana María Matute, la niña que co-menzó a escribir a los 5 años y que se ha ido el 25 de junio en Barcelona para volver seguro a su bosque y seguir fa-bulando en compañía de sus duendes y hadas, para inventar y no perder ese ‘mundo de papel’ que le salvó la vida en la Tierra.

“La literatura ha sido el faro salvador de muchas de mis tormentas”, dijo en el discurso de entrega del Premio Cervan-tes de Literatura en 2011 (tercera mujer en obtenerol), esta dama de las letras es-pañolas, que a sus 88 años seguía siendo una niña con cabellos blancos, llena de luz, ternura y picardía.

Una idea que siempre repetía la escri-tora catalana, que descubrió desde niña que la imaginación, el cruzar al otro lado del espejo, como Alicia, era lo mejor para despistar los zarpazos ásperos de este mundo.

Esta maga del bosque, como a ella le gusta calificarse, miembro de la Genera-ción del 50, fue creadora de un mundo narrativo propio, lleno de unicor-nios, trasgos, duendes, cuartos ce-rrados, y paraísos inhabitados, con los que siempre ha intentado bus-car su lugar en el mundo.

La Edad Media, la infancia, la injusticia social, los marginados, la incomunicación, la guerra y la pos-guerra, y la otra orilla, porque ella siempre se ha situado “al margen”, son los temas que centraron la gran obra de este mujer, que nació en Barcelona, en 1925 y que a los 17 años escribió su primera novela, ‘Peque-ño teatro’.

Una obra que para publicarla necesi-taba el permiso de su padre y así lo pudo hacer ocho años más tarde.

su bosqueLibre, moderna, rebelde, Ana María Ma-tute siempre ha dicho que la palabra era “lo más hermoso que se había creado” y que su sitio, su lugar, era “el bosque” y ese fue el tema, precisamente, que esco-gió para su discurso de entrada en la Real Academia de la Lengua en 1998 para ocu-par el sillón ‘K’: ‘En el bosque’, que así era el título.

“El bosque es para mí, el mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia literatura, y, a fin de cuentas, de la palabra”, dijo.

También creó una inabarcable obra para jóvenes y niños, con cuentos, y como creadora de cuentos para niños, obtuvo

EsCRItoRA. La decisión de separarse de su esposo, en 1963, le costó la pérdida de la custodia de su hijo, al que no pudo ver durante años, como consecuencia de las leyes de la España de aquella época.

AnA MARíA MAtutE Libre, moderna y rebelde

Humillada y victoriosa° Ana María Matute, en la medida de lo posible, sorteaba los obstáculos. Sorteó uno y, además, feno-menal: su difícil matrimonio con el también escritor Ramón Eugenio de Goicoechea, un hombre vital, carismático, seductor, pero de carácter acanallado y peligrosamente autodestructivo.

Matute se casó con él a los 26 años, en diciembre de 1952, fascinada por el personaje, siendo ya una mujer rebelde y curtida. Sus padres se oponían al matrimonio, pero ella siguió adelante. De esa relación nace su hijo Juan Pablo.

En 1962, Matute descubre que su marido acaba de vender la máquina de escribir con la que ella se ganaba la vida como cuentista y decide poner fin a la relación.

Ramón Eugenio le quita a Juan Pablo y la escritora, desarbolada, es acogida por el matrimonio Cela en su casa. Estuvo entre dos y tres años viendo de caridada su hijo algunos sábados porque su suegra se lo permitía. Por supuesto, a escondidas de Goicoechea.

Todo eso dejaría a Ana María Matute en un estado de ruina emocional del que le costaría mucho recuperarse, pero finalmente pudo demostrar que su marido se había desentendido de Juan Pablo, confiando la crianza del niño a su madre y al recobrarlo se lo llevó a EE. UU.

En algún momento impreciso de esta etapa, tal vez en Palma de Mallorca, conoció al empresario francés Julio Brocard y a su lado emprendería una relación que duró cerca de 30 años.

–AbC

Ana María Matutesus libros

° ‘Torre vigía’° ‘Olvidado Rey Gudú’° ‘Aranmanoth’° ‘Los soldados lloran de noche’ (Premio Fastenrath de la Real Academia Española)° ‘Los Abel’° ‘Fiesta al noroeste’ (Premio Café Gijón)° ‘Pequeño teatro’ (Premio Planeta)° ‘Los hijos muertos’ (Premio de la Crítica 1958 y Premio Nacional de Literatura 1959) ° ‘Primera memoria’ (Premio Nadal en 1959)

“A veces pienso que me caí de otra galaxia”.

también el Premio Nacional de Literatura Infantil por ‘Sólo un pie descalza’.

‘La Matute’, como así le gusta que la llamaran, se manifestó muy en contra de la idea de lo políticamente correcto en los cuentos que se escriben ahora.

“Lo políticamente correcto lo fastidia todo. Ahora no le puede leer a un niño un clásico, que son fabulosos, porque hoy hay que decirle amén a todo y al final la Caperucita se hace amiga del lobo. Y esto no es así, porque en la vida te vas a en-

contrar lobos tremendos...”, decía en una entrevista con EFE.

Además, para la autora la in-fancia, como para Rilke, “es todo y nos marca a todos de una manera tremenda”. “A veces la infancia es más larga que la vida”, escribió en ‘Paraíso inhabitado’.

Y el mundo de carne y hueso también puso a Matute a navegar por aguas procelosas, llena de vi-cisitudes.

Marcada por la guerraHija de una familia burguesa, de padre catalán y madre castellana, vio cómo la Guerra Civil española también afectó de fondo su vida familiar, caracteriza-da por grandes ausencias. Después, en 1952, se casó con el escritor Eugenio de Goicoechea, ‘El Malo’ y en 1963 se separó, pero como consecuencia de las leyes de la España de aquella época, le quitaron la custodia de su hijo y no pudo verlo du-rante años.

Hechos, cicatrices, de una autora que ha viajado por todo el mundo, que ha cruzado casi un siglo y que ha visto “casi todo”, y cuya principal característica fue ser un persona buena, siempre preocu-pada por el ser humano: “El mundo está tan desquiciado hoy como cuando tenía 14 años. Las formas cambian, pero no el egoísmo y la intolerancia. Todo eso es igual que cuando empecé a vivir”, y así seguirá.

Enferma de depresión, Matute estuvo casi 20 años sin publicar, a partir de un largo silen-cio originado en 1971 y que no terminó hasta que, en 1996, publica ‘Olvidado rey Gudú’.

el Dato

VItRInA DE lIbRos

ARguCIAs DEl PoDERJosé Ron Rodríguez

Este ensayo es una indagación multidi-mensional desde diferentes perspectivas de lo que algunos han llamado “el miste-rio del poder”. El autor explora las múlti-ples facetas en las que se nos muestra el poder, con sus contenidos y sus másca-ras. Es una contribución al mejor cono-cimiento de este tema haciendo énfasis en la realidad histórica latinoamericana. Según Francisco Proaño Arandi, es una “obra plena en incitaciones intelectua-les” en torno a una problemática muy ligada al hombre.

El HoMbRE PRogREsA, lA nAtuRAlEzA suCuMbEgustavo Cascante Cabezas

Esta obra analiza la explotación del petróleo, el flujo continuado de desechos industriales y domésti-cos, la utilización de plaguicidas, los gases que despiden los auto-motores, las aguas residuales y la acumulación de basura. El autor reconoce los avances científicos y técnicos de los últimos años, pero reflexiona sobre el olvido de una obligación fundamental de la espe-cie humana: salvar al planeta. EL CONEJO

los MÁs VEnDIDos

ARgEntInA

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° El juego de Ripper, Isabel Allende (Sudamericana).° Cincuenta sombras más oscuras, E. l. James (Grijalbo).° Las tres bodas de Manolita, Almudena grandes (Tusquets).FUENTE: GRUPO ILHSA.

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° El mundo de afuera, Jorge franco (Alfaguara).° Cien años de soledad, gabriel garcía Márquez (Carvajal).° El ruido de las cosas al caer, Juan gabriel Vásquez (Alfaguara).FUENTE: LIBRERíA NACIONAL

ColoMbIA

EsPAñA

MéxICo

° El libro Troll, El Rubius (Temas de Hoy). ° Un paso al frente, luis gonzalo segura (Tropo Editores).° La ladrona de libros, Markus zusak (Debolsillo).° Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, Elvira sastre (Lapsus Calami).FUENTE: CASA DEL LIBRO

° Buscando a Alaska, John green (Ediciones Castillo).° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° Bajo la misma estrella (Portada Película), John green (Nube de Tinta).° Eleanor & Park, Rainbow Rowell (Alfaguara).FUENTE: LIBRERíA GANDHI.

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° Últimas noticias del nuevo idiota iberoame-ricano, Plinio Apuleyo Mendoza (Planeta).° La analfabeta que era un genio de los números, Jonas Jonasson (Salamandra).° Pepe, el lobo marino, Andrea Holguín (Libri Mundi-Edic. Enrique Grosse Luemern).FUENTE: LIBRI MUNDI

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° Sé fuerte, Demi lovato (Altea).° Cien años de soledad, gabriel garcía Márquez (Norma).° Leal, Verónica Roth (Molino).FUENTE: MR. BOOkS

ECuADoR

nota: listado de libros de ficción de efe, excep-to ecuador.

Datos del autorÁlVARo MutIs

° Poeta y narrador colombiano (1923-2013). Nació en Bogotá aunque pasó parte de su infancia en Bélgica y desde la década de 1960 residió en México. Empieza muy joven a colaborar en revistas literarias. ‘Los elementos del desastre’ (1953) es un poemario donde aparece por primera vez su emblemático personaje Maqroll, el gaviero, uno de los grandes hitos de la literatura en lengua española de este siglo. Hacia 1960 inicia un viraje hacia la prosa, con ‘Diario de Lecumberri’, escrito en la cárcel mexicana del mismo nombre. En 1973 publica la novela ‘La mansión de Araucaíma’. En 1983, se le concede el Premio Nacio-nal de la Literatura de Colombia. Entre sus otras obras en prosa merecen destacarse ‘La nieve del almirante’ (1986), que recibió en Francia el premio a la mejor novela extranjera, e ‘Ilona llega con la lluvia’ (1988), entre otras.

osWAlDo PAz Y MIño J. • Mientras el mun-do sigue girando y girando, y nadie lo puede parar, tal como recitaba Leonardo Favio en su poesía siempre profunda, el balón de fútbol tiene atrapado a millones de seres humanos en su vibrar hipnóti-co, cuando flota en los estadios del Brasil para el planeta al que consume el Mundial de Fútbol, 2014 con absoluta intensidad.

Rueda la pelota desatando en cada lugar de la Tierra estallidos de alegría y trances de agonía y muerte. Los que si-guen en competencia rozan la gloria, los que fueron de ella apeados, algunos, par-tieron sin la pena de nadie y otros, nunca vencidos, llenos de honor, con el deber cumplido, con la satisfacción en la mente propia y en la conciencia colectiva de ha-berse batido bien hasta el último segun-do, de no haber estanciado jamás en los vanidosos y frágiles vapores de la nube rosada, dejaron su nombres escritos para siempre en la memoria del deporte popu-lar y en el cariño de sus pueblos.

Entre los hablantes del castellano, cualquiera que sea la ubicación final a la que lleguen a la hora de los recuentos, el planeta proclama la hidalguía, la técnica, el coraje, la casta, el buen hacer de Colom-bia, Chile, México, Costa Rica y Uruguay. Los ciudadanos jugadores de los citados equipos nacionales han vivido en el ‘petit’ torneo los grandes temas de la humani-dad, felicidad por instantes, injusticias flotantes, dolor ante el error, rebeldía y asco ante el abuso de poder y la poca obje-tividad de ciertos juzgadores de dentro y fuera de la cancha y el éxtasis del triunfo que, por naturaleza, es siempre frugal.

Nuestro homenaje a ellos y fundamen-talmente a Colombia. Para ellos, y por

ellos, los lectores de esa fraterna y querida tierra, la palabra de uno de sus sobresalientes escritores, las le-tras de un autor cosmopolita con el que declaramos identificaciones. No faltaba más, un tomo de Álvaro Mu-tis que es un deleite, que bien cabe tener entre manos, que contiene 266 páginas, ‘De lecturas y algo del mundo’, esparcidas en 95 pequeñas joyas literarias envueltas en notas, artículos, reseñas, y otras finuras que el bogotano escribiera entre 1943 y 1998.

Por casualidad hemos bajado el libro de nuestras estanterías personales. Los que no han conocido a Mutis se harán de él una idea con fondos y se envolverán de su cultura, prensada en un tomo de dos partes donde el escritor revela y se decanta en temas siempre actuales como paso a comprobar: “No creo innecesario insistir de nuevo en que el mundo reco-nozca en el rey Juan Carlos I de España un ejemplo admirable de nobilísimo ri-gor, equilibrio y humana comprensión en contraste con el delirante juego de masa-cre a que se dedica una minoría (ETA) sin otro rumbo, ni distinto propósito que el de sacrificar vidas inocentes con una san-gre fría que denuncia la demencia. Hay épocas de la historia en que figuras como la del actual monarca español (1980) dan al mundo la norma de conducta a seguir en la medida de las virtudes necesarias para contrarrestar un mal que atenta con-tra las bases mínimas de nuestra civiliza-ción”. (Pág. 167)

Ya veis todos, lecturas compatibles con los tiempos, óptimas para hacer contras-tes, rescates literarios, para apreciar la

Lecturas para contrastar

gestión vital de los personajes. Todo está en los libros y los grandes escritores pue-den marcar huellas en estos para que la memoria no sea frágil.

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4 Ecuador, domingo 06 de julio de 2014 5

‘Escribo por libertad y albedrío’

protagonistaTermino de leer ‘Soterramiento’ (Ruido Blanco), el reciente libro de Andrés Villalba, conocido con cariño como ‘Tush’, un aco-rralado que reina en las canchas de la lite-ratura y la bohemia, y me pregunto: ¿Cómo hablar de soterrar, cuando todas sus neuro-nas y dendritas están expuestas?

Esta duda se despeja durante la charla que mantenemos en una cafetería ubi-cada en plena Avenida Amazonas, en el centro neuronal de Quito, donde se va soterrando el cableado público, sitio tan recurrente suyo y de los de su estirpe.

Allí, Andrés comparte sin reservas so-bre poesía, sus perspectivas, su familia, fút-bol y otros temas. Al igual que en sus libros, queda de lado el artificio de la palabra para dar paso a la honestidad absoluta.

“De los acorralados es el reino”, parecería que tú gobiernas en él. ¿Cómo es el reino de la poesía? Yo no sé si hago poesía. Lo definió bien el Cristóbal Zapata, atrás de ‘Soterramien-to’, cuando habla de ‘promiscuidad tex-tual’. Sí, lo que escribo es hibridez, textos cargados de elementos. Claro que quiero hacerme el bacán y quiero sentarme a es-cribir un poema y que esté más depurado: sé que puedo lograrlo. Pero, yo tengo una turbulencia de ideas, de cosas que no tie-nen nada que ver con poesía.

Vamos con el libro, empecemos por el título. ¿Cómo hablar de un soterramiento cuando lo expones todo, con mucha honestidad?Claro, en el libro está lo opuesto a soterrar. Como dice el Fernando Escobar: “Libro en flagrante contradicción”. Pero, mira, la idea de que se llame ‘Soterramiento’ vino por conceptualizar una idea de lo laboral. El Adolfo Macías me decía que lo que proponía olía a sótano y a entierro, y creo que huele a eso. De ahí el título.

sótano y entierro… Entonces, por eso es que el recuerdo está tan encarnado en los textos que propones. ¿la memoria no te permite virar las páginas, sino escribirlas?A ver, soy de los que pongo todo sin un proceso de pulir. Claro que luego, con el producto en mano, te arrepientes de cier-tas asperezas. Lo bueno de las nuevas ediciones es que sirven como ejercicio de exorcismo, pero, en la primera edición, siempre estará la crudeza y la decadencia en su esplendor. El Juan José (Rodríguez) me decía que en mí, la personalidad está explícita. A mí me cuesta mucho concen-trarme y, entonces, hago un ejercicio de digresión y las cosas salen porque salen.

A la crudeza y decadencia súmale la “pa-labra poeta”, esa a la que fernando Vallejo dice que “llegó a la cúspide de la degrada-ción” y que tú tanto repites…Por eso es mejor decir que uno es escritor de poemas, por eso es mejor hablar de al-

guien con cierta amplitud en el campo del exceso. Yo escribo las cosas que voy acu-mulando, eso que me permite la hibridez y el hallazgo de las formas, eso que me da libertad y albedrío.

Dices en un verso que “la vida es una can-ción de Madonna cantada por stephen Haw-king”, ¿cuál canción cantarías?‘Like a virgin’, sin duda. Claro que a mí me gusta Madonna, aunque eso tam-bién es una impostura, le doy la vuelta. Recuerda que a ese verso, en la página siguiente, le sigue: “imagínate cuántos corolarios alcanzaríamos/ de la fórmula simplona y ramplona del versito/ men-dicante de la página anterior”. Creo que todo se trata de un ejercicio de la lengua, de darse a puños con esas palabras, aun-que muchas veces abuses del pleonasmo. Te descuartizas, yo lo hago, porque hay una especie de bronca. Debe ser por-que ando trabajando y me queda menos tiempo. ¡Qué gracioso! Antes tenía todo el tiempo y no hacía nada. En fin, nunca sabes si algo está logrado.

A mí me parece que ‘soterramiento’ está bastante bien… Es que, aunque no lo creas, haciendo este libro sí hubo mayor concentración. Mira, el Raúl Pacheco, quien es un gran editor, me sugería y encontraba erratas y aspe-rezas. Me decía: “Borra eso que no se en-tiende”. Pero, yo en cambio le decía: “Solo deja, Pacheco, así sean huevadas, solo deja”. Entonces, mira, el libro creció así, usando todas las lecturas, todo lo que veía en la tele y todo lo que escuchaba…

La conversación se corta cuan-do una indigente arriba a nuestra mesa, donde reposan unas cerve-zas en medio del humo del ciga-rrillo. Ella pide alguna ayuda. ‘Tush’, tras beber un sorbo de su

vaso, saca un dólar y le da a la mujer, mientras la mira directamente a los ojos. Tras la interrup-ción, declara que:

Yo no fui criado para trabajar y, ahora que me tocó, siento que es una pérdida de tiempo. Sí, hay que ver cómo se consigue la platita, y a estas alturas del siglo darse de poeta es duro, porque a quién le intere-san los traumas y los complejos de uno. A quién le importa el exceso de onanismo que viene a ser la poesía en prosa. Sufi-ciente con los traumas de uno para que te carguen con los del prójimo. Claro que no se puede negar que, en estos años, ha cre-cido una generación excelente de poetas ecuatorianos. Entonces, toca seguir em-papándonos de los problemas del otro.

Hablando de poetas, en tu caso, has sabido mediar entre exaltar a las nuevas generacio-nes, pero sin caer en el parricidio literario...Es que uno no puede negar los que están antes, mucho menos con la calidad que DIÁlogo. Cargado de honestidad, ‘Tush’ habla sobre su propuesta literaria.

hay. El Zapata (Cristóbal) es funda-mental, no te hablo como pana, sino como escritor. Cómo negarle al Juan José Rodríguez, al César Eduardo Ca-rrión, y a tantos otros su talento. Uno recién empieza y hay que saber sus límites para hacerse el bacán, mucho menos con la serie de asperezas que uno presenta. Por suerte, en la rees-critura te redimes de tanto papelón y bochorno.

Nuevamente la conversación da una pausa. Al lugar, de manera coinciden-cial, llegan el editor Raúl Pacheco y el poeta Juan José Rodríguez. “Justo ha-blábamos de ustedes, se los juro”, dice ‘Tush’, mientras los abrazos fraternos afloran. “Terminamos la entrevista y juntamos las mesas”, señala Andrés, al momento en que sus “panas del alma” se re-tiran. Allí prosigue:

Mira, ya me lancé a la escritura y no hay marcha atrás, así los libros de poesía sean un festival de polillas en las libre-rías. Pero, aunque no lo creas, los libros salen. No conozco a un poeta que viva de sus ventas, pero nunca lo subestimes. Lo que pasa es que no hay una buena cir-culación. No te hablo solo de los jóvenes poetas, sino hasta de los grandes: quién conoce a Jorge Carrera Andrade, a César Dávila, a David Ledesma, pero quién co-noce a Alfredo Gangotena, ese extraordi-nario poeta, un ídolo en la Francia de Bre-ton… pero, bueno, por lo menos el mito no envejece.

¿Y tú no quieres envejecer?Chuta, no… ¡qué hecho verga! El termó-metro de que pasa el tiempo es cuando te das cuenta que se empieza a morir la gente que conoces. También cuando ca-chas que el pana Mussó (Luis Carlos), otro gran poeta, ya es abuelo. Ahí te das cuenta que no hay como hueviar porque el tiempo pasa. Eso sin contar con los rigores del chuchaqui. Uno resistía los embates de la noche y salía a la mañana a jugar fútbol. Ahora, una mala noche me cuesta porque quedo como cucaracha fu-migada, terrible.

Pero, ¿la noche siempre será tu espacio ideal?La noche fue. Ahora es un lugar trillado, más común. Uno debe ir en contra de lo que le sale al natural. Entonces, ya fue, ya abusé, ya me aburro cuando estoy bo-rracho con los panas. Ya no me banco el no saber si son las seis de la mañana o las seis de la tarde porque la luz es la misma.

¿Hay resaca cuando se escribe?Esa es la falsa expectativa, por eso sí me sirvió el chuchaqui en su momento. Re-cuerda que la poesía habla de aquello que siempre se escapa.

Con ‘soterramiento’, ¿cumples alguna ex-

pectativa?Por lo menos la de vender no. Es que el Pacheco no pone el libro en Mr. Books to-davía (sonríe con fuerza y levanta su vaso de cerveza a manera de brindis, mientras su mirada se dirige con complicidad a la mesa de Pacheco y Rodríguez).

bueno, pero es un libro muy íntimo, una bi-tácora de vida donde incluyes a la gente que amas. toda tu familia está aquí, hasta la por-tada la ilustra tu hijo…La historia del papá de mi abuelo es cier-ta, con sus imposturas, pero cierta: soy bisnieto de un moro sapo. Del Tomás, puedo decirte que es un tributo a los di-bujos que hace y al tiempo que me acom-paña: siempre está, como su mamá (Silvia Stornaiolo).

¿Cómo lo ves a tu guagua, considerando que es tataranieto de un ‘moro sapo’, nieto del gran luigi stornaiolo e hijo tuyo y de silvia, dos escritores?Es un bacán. Ha tenido un poco de que-brantos, con esto de la adolescencia, pero está bien. Ahí uno debe estar más a su lado.

¿Es que cuesta más ser padre que poeta?Parafraseando al Fernando Vallejo, “na-die tiene el derecho de imponer en la vida de nadie, pero, bueno, ya lo hiciste”. En-tonces, trato de hacer bien mi papel de papá.

Mientras habla de su hijo, mientras re-cuerda a su esposa Silvia, mientras trata de explicar esa labor de ser padres, recuerdo que la mamá de Andrés lo educó con ‘The Doors’. En su adolescencia, ella fue quien lo motivó al mundo del rock y la poesía. Esa etapa, la adolescencia, que atraviesa ahora Tomás, fue donde Andrés sintió “el quebranto”. “Mi mamá siempre me habló en inglés y me hizo escuchar a Morrison. Me impactó cuando escuché a Jim decir: ‘El ce-

rebro le está croando como un sapo’”. Ahí es cuando le apostó a lo que es ahora…

“le toqué un muslo y la muerte me sonrió”, dice Jim Morrison, uno de tus ídolos. ¿A quién le acariciarías el muslo y está prohibi-do decir silvia stornaiolo?Ja, ja, ja, en las que me pones… ¿A quién? Al Enner Valencia (vuelve a reír). No, a ver, me quiero dar de ba-cán… Al Fernando Vallejo, no; porque no nos da lo héte-ro-flexibles (vuelve a reír con mayor intensidad). Verás, las plenas, le tocaría a Lana del Rey y a Me-ssi, ese muchacho se merece todo.

Para cerrar, aludiendo a la memoria, que está muy presente en ti, ¿qué falta por recordar para soterrarlo en páginas?Hay un momento en que siempre me pierdo, cuando mi papá se regresaba a vi-vir a Los Ángeles, un recuerdo que tengo bloqueado, sin imágenes, aunque el dolor

está acá –dice, mientras se golpea con fuerza el pecho-. Todavía me quiebro un poco y eso habrá que sacarlo algún día –pronuncia con la voz entrecortada, mien-tras los ojos se empañan-.

Como para apaciguar el momento, le re-cuerdo su otra pasión, el fútbol. Ahí sonríe y se frota los ojos. Con orgullo, viene a la memoria

sus años jugando en las meno-res del Deportivo Quito, “antes de saber algo de literatura”. Vuelve a enfatizar su admira-ción por Messi, “ese muchacho

que se merece ser campeón”. “Vamos, vamos, Argentina”, hincha bamboleando el brazo, para luego manifestar su gusto por Maradona. “Soy diestro, pero en el fútbol soy zurdo, como Diego… Ah, ese Maradona, un ídolo, siempre jugó con la nariz en offside y con el juez de lí-nea a su favor”. (DVD)

[email protected]

PerfilAndrés Villalba becdach

° Escritor ecuatoriano (Quito, 1981). Colabora en varias revistas culturales. Ha publicado los libros ‘Cuaderno Zero’, ‘Luigi Stornaiolo: el arte de la digresión’, ‘Obscenidad del vencido’, ‘Menos que cero’, ‘Muñones’ y ‘De los acorralados es el reino’.

ExPREsIVo. Sus manos y sus gestos van en armonía con sus palabras.

PoRtADA. La cara de ‘Soterramiento’ está ilustrada por su hijo, Tomás.

Yo escribo las cosas que voy acumulando”.

la poesía ha-bla de aquello que siempre

se escapa”.

‘tusH’

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CYAN MAGENTA YELLOW BLACK CYAN MAGENTA YELLOW BLACK

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‘Escribo por libertad y albedrío’

protagonistaTermino de leer ‘Soterramiento’ (Ruido Blanco), el reciente libro de Andrés Villalba, conocido con cariño como ‘Tush’, un aco-rralado que reina en las canchas de la lite-ratura y la bohemia, y me pregunto: ¿Cómo hablar de soterrar, cuando todas sus neuro-nas y dendritas están expuestas?

Esta duda se despeja durante la charla que mantenemos en una cafetería ubi-cada en plena Avenida Amazonas, en el centro neuronal de Quito, donde se va soterrando el cableado público, sitio tan recurrente suyo y de los de su estirpe.

Allí, Andrés comparte sin reservas so-bre poesía, sus perspectivas, su familia, fút-bol y otros temas. Al igual que en sus libros, queda de lado el artificio de la palabra para dar paso a la honestidad absoluta.

“De los acorralados es el reino”, parecería que tú gobiernas en él. ¿Cómo es el reino de la poesía? Yo no sé si hago poesía. Lo definió bien el Cristóbal Zapata, atrás de ‘Soterramien-to’, cuando habla de ‘promiscuidad tex-tual’. Sí, lo que escribo es hibridez, textos cargados de elementos. Claro que quiero hacerme el bacán y quiero sentarme a es-cribir un poema y que esté más depurado: sé que puedo lograrlo. Pero, yo tengo una turbulencia de ideas, de cosas que no tie-nen nada que ver con poesía.

Vamos con el libro, empecemos por el título. ¿Cómo hablar de un soterramiento cuando lo expones todo, con mucha honestidad?Claro, en el libro está lo opuesto a soterrar. Como dice el Fernando Escobar: “Libro en flagrante contradicción”. Pero, mira, la idea de que se llame ‘Soterramiento’ vino por conceptualizar una idea de lo laboral. El Adolfo Macías me decía que lo que proponía olía a sótano y a entierro, y creo que huele a eso. De ahí el título.

sótano y entierro… Entonces, por eso es que el recuerdo está tan encarnado en los textos que propones. ¿la memoria no te permite virar las páginas, sino escribirlas?A ver, soy de los que pongo todo sin un proceso de pulir. Claro que luego, con el producto en mano, te arrepientes de cier-tas asperezas. Lo bueno de las nuevas ediciones es que sirven como ejercicio de exorcismo, pero, en la primera edición, siempre estará la crudeza y la decadencia en su esplendor. El Juan José (Rodríguez) me decía que en mí, la personalidad está explícita. A mí me cuesta mucho concen-trarme y, entonces, hago un ejercicio de digresión y las cosas salen porque salen.

A la crudeza y decadencia súmale la “pa-labra poeta”, esa a la que fernando Vallejo dice que “llegó a la cúspide de la degrada-ción” y que tú tanto repites…Por eso es mejor decir que uno es escritor de poemas, por eso es mejor hablar de al-

guien con cierta amplitud en el campo del exceso. Yo escribo las cosas que voy acu-mulando, eso que me permite la hibridez y el hallazgo de las formas, eso que me da libertad y albedrío.

Dices en un verso que “la vida es una can-ción de Madonna cantada por stephen Haw-king”, ¿cuál canción cantarías?‘Like a virgin’, sin duda. Claro que a mí me gusta Madonna, aunque eso tam-bién es una impostura, le doy la vuelta. Recuerda que a ese verso, en la página siguiente, le sigue: “imagínate cuántos corolarios alcanzaríamos/ de la fórmula simplona y ramplona del versito/ men-dicante de la página anterior”. Creo que todo se trata de un ejercicio de la lengua, de darse a puños con esas palabras, aun-que muchas veces abuses del pleonasmo. Te descuartizas, yo lo hago, porque hay una especie de bronca. Debe ser por-que ando trabajando y me queda menos tiempo. ¡Qué gracioso! Antes tenía todo el tiempo y no hacía nada. En fin, nunca sabes si algo está logrado.

A mí me parece que ‘soterramiento’ está bastante bien… Es que, aunque no lo creas, haciendo este libro sí hubo mayor concentración. Mira, el Raúl Pacheco, quien es un gran editor, me sugería y encontraba erratas y aspe-rezas. Me decía: “Borra eso que no se en-tiende”. Pero, yo en cambio le decía: “Solo deja, Pacheco, así sean huevadas, solo deja”. Entonces, mira, el libro creció así, usando todas las lecturas, todo lo que veía en la tele y todo lo que escuchaba…

La conversación se corta cuan-do una indigente arriba a nuestra mesa, donde reposan unas cerve-zas en medio del humo del ciga-rrillo. Ella pide alguna ayuda. ‘Tush’, tras beber un sorbo de su

vaso, saca un dólar y le da a la mujer, mientras la mira directamente a los ojos. Tras la interrup-ción, declara que:

Yo no fui criado para trabajar y, ahora que me tocó, siento que es una pérdida de tiempo. Sí, hay que ver cómo se consigue la platita, y a estas alturas del siglo darse de poeta es duro, porque a quién le intere-san los traumas y los complejos de uno. A quién le importa el exceso de onanismo que viene a ser la poesía en prosa. Sufi-ciente con los traumas de uno para que te carguen con los del prójimo. Claro que no se puede negar que, en estos años, ha cre-cido una generación excelente de poetas ecuatorianos. Entonces, toca seguir em-papándonos de los problemas del otro.

Hablando de poetas, en tu caso, has sabido mediar entre exaltar a las nuevas generacio-nes, pero sin caer en el parricidio literario...Es que uno no puede negar los que están antes, mucho menos con la calidad que DIÁlogo. Cargado de honestidad, ‘Tush’ habla sobre su propuesta literaria.

hay. El Zapata (Cristóbal) es funda-mental, no te hablo como pana, sino como escritor. Cómo negarle al Juan José Rodríguez, al César Eduardo Ca-rrión, y a tantos otros su talento. Uno recién empieza y hay que saber sus límites para hacerse el bacán, mucho menos con la serie de asperezas que uno presenta. Por suerte, en la rees-critura te redimes de tanto papelón y bochorno.

Nuevamente la conversación da una pausa. Al lugar, de manera coinciden-cial, llegan el editor Raúl Pacheco y el poeta Juan José Rodríguez. “Justo ha-blábamos de ustedes, se los juro”, dice ‘Tush’, mientras los abrazos fraternos afloran. “Terminamos la entrevista y juntamos las mesas”, señala Andrés, al momento en que sus “panas del alma” se re-tiran. Allí prosigue:

Mira, ya me lancé a la escritura y no hay marcha atrás, así los libros de poesía sean un festival de polillas en las libre-rías. Pero, aunque no lo creas, los libros salen. No conozco a un poeta que viva de sus ventas, pero nunca lo subestimes. Lo que pasa es que no hay una buena cir-culación. No te hablo solo de los jóvenes poetas, sino hasta de los grandes: quién conoce a Jorge Carrera Andrade, a César Dávila, a David Ledesma, pero quién co-noce a Alfredo Gangotena, ese extraordi-nario poeta, un ídolo en la Francia de Bre-ton… pero, bueno, por lo menos el mito no envejece.

¿Y tú no quieres envejecer?Chuta, no… ¡qué hecho verga! El termó-metro de que pasa el tiempo es cuando te das cuenta que se empieza a morir la gente que conoces. También cuando ca-chas que el pana Mussó (Luis Carlos), otro gran poeta, ya es abuelo. Ahí te das cuenta que no hay como hueviar porque el tiempo pasa. Eso sin contar con los rigores del chuchaqui. Uno resistía los embates de la noche y salía a la mañana a jugar fútbol. Ahora, una mala noche me cuesta porque quedo como cucaracha fu-migada, terrible.

Pero, ¿la noche siempre será tu espacio ideal?La noche fue. Ahora es un lugar trillado, más común. Uno debe ir en contra de lo que le sale al natural. Entonces, ya fue, ya abusé, ya me aburro cuando estoy bo-rracho con los panas. Ya no me banco el no saber si son las seis de la mañana o las seis de la tarde porque la luz es la misma.

¿Hay resaca cuando se escribe?Esa es la falsa expectativa, por eso sí me sirvió el chuchaqui en su momento. Re-cuerda que la poesía habla de aquello que siempre se escapa.

Con ‘soterramiento’, ¿cumples alguna ex-

pectativa?Por lo menos la de vender no. Es que el Pacheco no pone el libro en Mr. Books to-davía (sonríe con fuerza y levanta su vaso de cerveza a manera de brindis, mientras su mirada se dirige con complicidad a la mesa de Pacheco y Rodríguez).

bueno, pero es un libro muy íntimo, una bi-tácora de vida donde incluyes a la gente que amas. toda tu familia está aquí, hasta la por-tada la ilustra tu hijo…La historia del papá de mi abuelo es cier-ta, con sus imposturas, pero cierta: soy bisnieto de un moro sapo. Del Tomás, puedo decirte que es un tributo a los di-bujos que hace y al tiempo que me acom-paña: siempre está, como su mamá (Silvia Stornaiolo).

¿Cómo lo ves a tu guagua, considerando que es tataranieto de un ‘moro sapo’, nieto del gran luigi stornaiolo e hijo tuyo y de silvia, dos escritores?Es un bacán. Ha tenido un poco de que-brantos, con esto de la adolescencia, pero está bien. Ahí uno debe estar más a su lado.

¿Es que cuesta más ser padre que poeta?Parafraseando al Fernando Vallejo, “na-die tiene el derecho de imponer en la vida de nadie, pero, bueno, ya lo hiciste”. En-tonces, trato de hacer bien mi papel de papá.

Mientras habla de su hijo, mientras re-cuerda a su esposa Silvia, mientras trata de explicar esa labor de ser padres, recuerdo que la mamá de Andrés lo educó con ‘The Doors’. En su adolescencia, ella fue quien lo motivó al mundo del rock y la poesía. Esa etapa, la adolescencia, que atraviesa ahora Tomás, fue donde Andrés sintió “el quebranto”. “Mi mamá siempre me habló en inglés y me hizo escuchar a Morrison. Me impactó cuando escuché a Jim decir: ‘El ce-

rebro le está croando como un sapo’”. Ahí es cuando le apostó a lo que es ahora…

“le toqué un muslo y la muerte me sonrió”, dice Jim Morrison, uno de tus ídolos. ¿A quién le acariciarías el muslo y está prohibi-do decir silvia stornaiolo?Ja, ja, ja, en las que me pones… ¿A quién? Al Enner Valencia (vuelve a reír). No, a ver, me quiero dar de ba-cán… Al Fernando Vallejo, no; porque no nos da lo héte-ro-flexibles (vuelve a reír con mayor intensidad). Verás, las plenas, le tocaría a Lana del Rey y a Me-ssi, ese muchacho se merece todo.

Para cerrar, aludiendo a la memoria, que está muy presente en ti, ¿qué falta por recordar para soterrarlo en páginas?Hay un momento en que siempre me pierdo, cuando mi papá se regresaba a vi-vir a Los Ángeles, un recuerdo que tengo bloqueado, sin imágenes, aunque el dolor

está acá –dice, mientras se golpea con fuerza el pecho-. Todavía me quiebro un poco y eso habrá que sacarlo algún día –pronuncia con la voz entrecortada, mien-tras los ojos se empañan-.

Como para apaciguar el momento, le re-cuerdo su otra pasión, el fútbol. Ahí sonríe y se frota los ojos. Con orgullo, viene a la memoria

sus años jugando en las meno-res del Deportivo Quito, “antes de saber algo de literatura”. Vuelve a enfatizar su admira-ción por Messi, “ese muchacho

que se merece ser campeón”. “Vamos, vamos, Argentina”, hincha bamboleando el brazo, para luego manifestar su gusto por Maradona. “Soy diestro, pero en el fútbol soy zurdo, como Diego… Ah, ese Maradona, un ídolo, siempre jugó con la nariz en offside y con el juez de lí-nea a su favor”. (DVD)

[email protected]

PerfilAndrés Villalba becdach

° Escritor ecuatoriano (Quito, 1981). Colabora en varias revistas culturales. Ha publicado los libros ‘Cuaderno Zero’, ‘Luigi Stornaiolo: el arte de la digresión’, ‘Obscenidad del vencido’, ‘Menos que cero’, ‘Muñones’ y ‘De los acorralados es el reino’.

ExPREsIVo. Sus manos y sus gestos van en armonía con sus palabras.

PoRtADA. La cara de ‘Soterramiento’ está ilustrada por su hijo, Tomás.

Yo escribo las cosas que voy acumulando”.

la poesía ha-bla de aquello que siempre

se escapa”.

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Ecuador, domingo 06 de julio de 20146 biblioteca Ecuador, domingo

06 de julio de 2014 3homenaje

Composición electrónica:Pantone Impresiones

Edita: Editorial Minotauro S.A.Correspondencia:

Planta Diario La HoraAv. Galo Plaza N62-08 y Nazaret

fax: 247-6085 casilla 17-17-243 CCIcul tu ra @la ho ra .co m.ec

Quito, Ecuador

Director (e): Francisco Vivanco RiofríoEditor: Agustín Garcells CordónRedactor: Damián de la Torre AyoraDiseño: Ma. Leonor Oviedo Luis Alberto Aspiazu

MADRID, EfE • “El que no inventa no vive”, decía Ana María Matute, la niña que co-menzó a escribir a los 5 años y que se ha ido el 25 de junio en Barcelona para volver seguro a su bosque y seguir fa-bulando en compañía de sus duendes y hadas, para inventar y no perder ese ‘mundo de papel’ que le salvó la vida en la Tierra.

“La literatura ha sido el faro salvador de muchas de mis tormentas”, dijo en el discurso de entrega del Premio Cervan-tes de Literatura en 2011 (tercera mujer en obtenerol), esta dama de las letras es-pañolas, que a sus 88 años seguía siendo una niña con cabellos blancos, llena de luz, ternura y picardía.

Una idea que siempre repetía la escri-tora catalana, que descubrió desde niña que la imaginación, el cruzar al otro lado del espejo, como Alicia, era lo mejor para despistar los zarpazos ásperos de este mundo.

Esta maga del bosque, como a ella le gusta calificarse, miembro de la Genera-ción del 50, fue creadora de un mundo narrativo propio, lleno de unicor-nios, trasgos, duendes, cuartos ce-rrados, y paraísos inhabitados, con los que siempre ha intentado bus-car su lugar en el mundo.

La Edad Media, la infancia, la injusticia social, los marginados, la incomunicación, la guerra y la pos-guerra, y la otra orilla, porque ella siempre se ha situado “al margen”, son los temas que centraron la gran obra de este mujer, que nació en Barcelona, en 1925 y que a los 17 años escribió su primera novela, ‘Peque-ño teatro’.

Una obra que para publicarla necesi-taba el permiso de su padre y así lo pudo hacer ocho años más tarde.

su bosqueLibre, moderna, rebelde, Ana María Ma-tute siempre ha dicho que la palabra era “lo más hermoso que se había creado” y que su sitio, su lugar, era “el bosque” y ese fue el tema, precisamente, que esco-gió para su discurso de entrada en la Real Academia de la Lengua en 1998 para ocu-par el sillón ‘K’: ‘En el bosque’, que así era el título.

“El bosque es para mí, el mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia literatura, y, a fin de cuentas, de la palabra”, dijo.

También creó una inabarcable obra para jóvenes y niños, con cuentos, y como creadora de cuentos para niños, obtuvo

EsCRItoRA. La decisión de separarse de su esposo, en 1963, le costó la pérdida de la custodia de su hijo, al que no pudo ver durante años, como consecuencia de las leyes de la España de aquella época.

AnA MARíA MAtutE Libre, moderna y rebelde

Humillada y victoriosa° Ana María Matute, en la medida de lo posible, sorteaba los obstáculos. Sorteó uno y, además, feno-menal: su difícil matrimonio con el también escritor Ramón Eugenio de Goicoechea, un hombre vital, carismático, seductor, pero de carácter acanallado y peligrosamente autodestructivo.

Matute se casó con él a los 26 años, en diciembre de 1952, fascinada por el personaje, siendo ya una mujer rebelde y curtida. Sus padres se oponían al matrimonio, pero ella siguió adelante. De esa relación nace su hijo Juan Pablo.

En 1962, Matute descubre que su marido acaba de vender la máquina de escribir con la que ella se ganaba la vida como cuentista y decide poner fin a la relación.

Ramón Eugenio le quita a Juan Pablo y la escritora, desarbolada, es acogida por el matrimonio Cela en su casa. Estuvo entre dos y tres años viendo de caridada su hijo algunos sábados porque su suegra se lo permitía. Por supuesto, a escondidas de Goicoechea.

Todo eso dejaría a Ana María Matute en un estado de ruina emocional del que le costaría mucho recuperarse, pero finalmente pudo demostrar que su marido se había desentendido de Juan Pablo, confiando la crianza del niño a su madre y al recobrarlo se lo llevó a EE. UU.

En algún momento impreciso de esta etapa, tal vez en Palma de Mallorca, conoció al empresario francés Julio Brocard y a su lado emprendería una relación que duró cerca de 30 años.

–AbC

Ana María Matutesus libros

° ‘Torre vigía’° ‘Olvidado Rey Gudú’° ‘Aranmanoth’° ‘Los soldados lloran de noche’ (Premio Fastenrath de la Real Academia Española)° ‘Los Abel’° ‘Fiesta al noroeste’ (Premio Café Gijón)° ‘Pequeño teatro’ (Premio Planeta)° ‘Los hijos muertos’ (Premio de la Crítica 1958 y Premio Nacional de Literatura 1959) ° ‘Primera memoria’ (Premio Nadal en 1959)

“A veces pienso que me caí de otra galaxia”.

también el Premio Nacional de Literatura Infantil por ‘Sólo un pie descalza’.

‘La Matute’, como así le gusta que la llamaran, se manifestó muy en contra de la idea de lo políticamente correcto en los cuentos que se escriben ahora.

“Lo políticamente correcto lo fastidia todo. Ahora no le puede leer a un niño un clásico, que son fabulosos, porque hoy hay que decirle amén a todo y al final la Caperucita se hace amiga del lobo. Y esto no es así, porque en la vida te vas a en-

contrar lobos tremendos...”, decía en una entrevista con EFE.

Además, para la autora la in-fancia, como para Rilke, “es todo y nos marca a todos de una manera tremenda”. “A veces la infancia es más larga que la vida”, escribió en ‘Paraíso inhabitado’.

Y el mundo de carne y hueso también puso a Matute a navegar por aguas procelosas, llena de vi-cisitudes.

Marcada por la guerraHija de una familia burguesa, de padre catalán y madre castellana, vio cómo la Guerra Civil española también afectó de fondo su vida familiar, caracteriza-da por grandes ausencias. Después, en 1952, se casó con el escritor Eugenio de Goicoechea, ‘El Malo’ y en 1963 se separó, pero como consecuencia de las leyes de la España de aquella época, le quitaron la custodia de su hijo y no pudo verlo du-rante años.

Hechos, cicatrices, de una autora que ha viajado por todo el mundo, que ha cruzado casi un siglo y que ha visto “casi todo”, y cuya principal característica fue ser un persona buena, siempre preocu-pada por el ser humano: “El mundo está tan desquiciado hoy como cuando tenía 14 años. Las formas cambian, pero no el egoísmo y la intolerancia. Todo eso es igual que cuando empecé a vivir”, y así seguirá.

Enferma de depresión, Matute estuvo casi 20 años sin publicar, a partir de un largo silen-cio originado en 1971 y que no terminó hasta que, en 1996, publica ‘Olvidado rey Gudú’.

el Dato

VItRInA DE lIbRos

ARguCIAs DEl PoDERJosé Ron Rodríguez

Este ensayo es una indagación multidi-mensional desde diferentes perspectivas de lo que algunos han llamado “el miste-rio del poder”. El autor explora las múlti-ples facetas en las que se nos muestra el poder, con sus contenidos y sus másca-ras. Es una contribución al mejor cono-cimiento de este tema haciendo énfasis en la realidad histórica latinoamericana. Según Francisco Proaño Arandi, es una “obra plena en incitaciones intelectua-les” en torno a una problemática muy ligada al hombre.

El HoMbRE PRogREsA, lA nAtuRAlEzA suCuMbEgustavo Cascante Cabezas

Esta obra analiza la explotación del petróleo, el flujo continuado de desechos industriales y domésti-cos, la utilización de plaguicidas, los gases que despiden los auto-motores, las aguas residuales y la acumulación de basura. El autor reconoce los avances científicos y técnicos de los últimos años, pero reflexiona sobre el olvido de una obligación fundamental de la espe-cie humana: salvar al planeta. EL CONEJO

los MÁs VEnDIDos

ARgEntInA

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° El juego de Ripper, Isabel Allende (Sudamericana).° Cincuenta sombras más oscuras, E. l. James (Grijalbo).° Las tres bodas de Manolita, Almudena grandes (Tusquets).FUENTE: GRUPO ILHSA.

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° El mundo de afuera, Jorge franco (Alfaguara).° Cien años de soledad, gabriel garcía Márquez (Carvajal).° El ruido de las cosas al caer, Juan gabriel Vásquez (Alfaguara).FUENTE: LIBRERíA NACIONAL

ColoMbIA

EsPAñA

MéxICo

° El libro Troll, El Rubius (Temas de Hoy). ° Un paso al frente, luis gonzalo segura (Tropo Editores).° La ladrona de libros, Markus zusak (Debolsillo).° Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, Elvira sastre (Lapsus Calami).FUENTE: CASA DEL LIBRO

° Buscando a Alaska, John green (Ediciones Castillo).° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° Bajo la misma estrella (Portada Película), John green (Nube de Tinta).° Eleanor & Park, Rainbow Rowell (Alfaguara).FUENTE: LIBRERíA GANDHI.

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° Últimas noticias del nuevo idiota iberoame-ricano, Plinio Apuleyo Mendoza (Planeta).° La analfabeta que era un genio de los números, Jonas Jonasson (Salamandra).° Pepe, el lobo marino, Andrea Holguín (Libri Mundi-Edic. Enrique Grosse Luemern).FUENTE: LIBRI MUNDI

° Bajo la misma estrella, John green (Nube de Tinta).° Sé fuerte, Demi lovato (Altea).° Cien años de soledad, gabriel garcía Márquez (Norma).° Leal, Verónica Roth (Molino).FUENTE: MR. BOOkS

ECuADoR

nota: listado de libros de ficción de efe, excep-to ecuador.

Datos del autorÁlVARo MutIs

° Poeta y narrador colombiano (1923-2013). Nació en Bogotá aunque pasó parte de su infancia en Bélgica y desde la década de 1960 residió en México. Empieza muy joven a colaborar en revistas literarias. ‘Los elementos del desastre’ (1953) es un poemario donde aparece por primera vez su emblemático personaje Maqroll, el gaviero, uno de los grandes hitos de la literatura en lengua española de este siglo. Hacia 1960 inicia un viraje hacia la prosa, con ‘Diario de Lecumberri’, escrito en la cárcel mexicana del mismo nombre. En 1973 publica la novela ‘La mansión de Araucaíma’. En 1983, se le concede el Premio Nacio-nal de la Literatura de Colombia. Entre sus otras obras en prosa merecen destacarse ‘La nieve del almirante’ (1986), que recibió en Francia el premio a la mejor novela extranjera, e ‘Ilona llega con la lluvia’ (1988), entre otras.

osWAlDo PAz Y MIño J. • Mientras el mun-do sigue girando y girando, y nadie lo puede parar, tal como recitaba Leonardo Favio en su poesía siempre profunda, el balón de fútbol tiene atrapado a millones de seres humanos en su vibrar hipnóti-co, cuando flota en los estadios del Brasil para el planeta al que consume el Mundial de Fútbol, 2014 con absoluta intensidad.

Rueda la pelota desatando en cada lugar de la Tierra estallidos de alegría y trances de agonía y muerte. Los que si-guen en competencia rozan la gloria, los que fueron de ella apeados, algunos, par-tieron sin la pena de nadie y otros, nunca vencidos, llenos de honor, con el deber cumplido, con la satisfacción en la mente propia y en la conciencia colectiva de ha-berse batido bien hasta el último segun-do, de no haber estanciado jamás en los vanidosos y frágiles vapores de la nube rosada, dejaron su nombres escritos para siempre en la memoria del deporte popu-lar y en el cariño de sus pueblos.

Entre los hablantes del castellano, cualquiera que sea la ubicación final a la que lleguen a la hora de los recuentos, el planeta proclama la hidalguía, la técnica, el coraje, la casta, el buen hacer de Colom-bia, Chile, México, Costa Rica y Uruguay. Los ciudadanos jugadores de los citados equipos nacionales han vivido en el ‘petit’ torneo los grandes temas de la humani-dad, felicidad por instantes, injusticias flotantes, dolor ante el error, rebeldía y asco ante el abuso de poder y la poca obje-tividad de ciertos juzgadores de dentro y fuera de la cancha y el éxtasis del triunfo que, por naturaleza, es siempre frugal.

Nuestro homenaje a ellos y fundamen-talmente a Colombia. Para ellos, y por

ellos, los lectores de esa fraterna y querida tierra, la palabra de uno de sus sobresalientes escritores, las le-tras de un autor cosmopolita con el que declaramos identificaciones. No faltaba más, un tomo de Álvaro Mu-tis que es un deleite, que bien cabe tener entre manos, que contiene 266 páginas, ‘De lecturas y algo del mundo’, esparcidas en 95 pequeñas joyas literarias envueltas en notas, artículos, reseñas, y otras finuras que el bogotano escribiera entre 1943 y 1998.

Por casualidad hemos bajado el libro de nuestras estanterías personales. Los que no han conocido a Mutis se harán de él una idea con fondos y se envolverán de su cultura, prensada en un tomo de dos partes donde el escritor revela y se decanta en temas siempre actuales como paso a comprobar: “No creo innecesario insistir de nuevo en que el mundo reco-nozca en el rey Juan Carlos I de España un ejemplo admirable de nobilísimo ri-gor, equilibrio y humana comprensión en contraste con el delirante juego de masa-cre a que se dedica una minoría (ETA) sin otro rumbo, ni distinto propósito que el de sacrificar vidas inocentes con una san-gre fría que denuncia la demencia. Hay épocas de la historia en que figuras como la del actual monarca español (1980) dan al mundo la norma de conducta a seguir en la medida de las virtudes necesarias para contrarrestar un mal que atenta con-tra las bases mínimas de nuestra civiliza-ción”. (Pág. 167)

Ya veis todos, lecturas compatibles con los tiempos, óptimas para hacer contras-tes, rescates literarios, para apreciar la

Lecturas para contrastar

gestión vital de los personajes. Todo está en los libros y los grandes escritores pue-den marcar huellas en estos para que la memoria no sea frágil.

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CYAN MAGENTA YELLOW BLACK CYAN MAGENTA YELLOW BLACK

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2 Ecuador, domingo 06 de julio de 2014

Ecuador, domingo 06 de julio de 2014 7bambalinas

RECoMEnDADos

La Semana de Cine Argentino, organizada por la Cinemateca de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y la Embajada de Argentina, presenta esta tarde dos filmes en la Sala Alfredo Pareja Diezcanseco (Patria y 6 de Diciembre, en Quito).La jornada arranca a las 16:00 con ‘Séptimo’ (2013), una película de sus-penso dirigida por Patxi Amezcua y prota-gonizada por Ricardo Darín y Belén Rueda (foto), quienes interpretan a una pareja de divorciados. En un día de visita del padre a sus hijos, los menores desaparecen. La angustia crece al saber que los menores son secuestrados.Tras esta proyección, a las 18:30, se exhibirá la cinta ‘Cuando yo te vuelva a ver’ (2013), una comedia romántica de Rodolfo Durán, que cuenta con la actuación de Ana María Picchio y Manuel Callau, quienes interpretan a una pareja de exnovios que se reencuentran 30 años después en una boda. La nostalgia y los reproches son el abrebocas de un inesperado secreto.

El 3 de julio de 1971, con 27 años de edad, fue encontrado sin vida, dentro de una bañera, Jim Morrison, líder y vocalista de la icónica banda The Doors.Muchos fanáticos aseguran que todo fue un complot y que su cuerpo no descansa en el Cementerio Père-Lachaise de París, que sigue vivo. Más allá de dar valía al mito, sin duda, el ‘Rey Lagarto’ siempre estará presente.Para conmemorar un año más de su ‘partida’ se puede escuchar el primer álbum donde se dio a conocer junto a su agrupación. El disco ‘The Doors’ trae grandes clásicos del rock como ‘Break on through’, ‘Light my fire’, ‘The end’, entre otros temas.

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CInE ARgEntIno

RECoRDAnDo A un íDolo

País: EE. UU.año: 2011 Director: Josh Booneguion: Scott Neustadter, Michael H. Weber, John Green reParto: Shailene Woodley, Ansel Elgort, Nat WolfftiemPo: 120 minutos calificación: ****

‘bajo la misma estrella’

RICARDo sEgREDA • ‘Bajo la misma estrella’ es inusual por tener la mejor y la peor escena de cualquier película que he visto este año. De hecho, no recuerdo haber visto una dis-paridad de calidad tan extrema previamen-te a lo largo de una vida de ver cine.

También es inusual por su ironía. Dado el hecho de que los jóvenes constituyen la audiencia principal del cine popular, los es-tudios casi nunca hacen dramas y cuando lo hacen tienen que incluir mucha comedia. Esta película no es una excepción, a pesar de que su tema es el cáncer. Los realizado-res hacen un esfuerzo para incluir muchas frases y situaciones cómicas, pero la ironía es que el tema serio de esta película es sobre jóvenes y para jóvenes.

Hace 30 o 40 años tal obra no se ha-bría sido de interés para los críticos. Aho-ra, debido a la escasez de seriedad en el cine popular, ‘Bajo la misma estrella’ re-cibe más elogios que los que se merece.

Esto no quiere decir que sea una mala película. A pesar de su tendencia al melo-drama, la historia, basada en la novela de John Green, comunica mucha compasión y un mensaje positivo sobre la vida.

¿Y cuál es la historia? Hazel, una ado-lescente con cáncer en la tiroide, asiste a un grupo eclesiático de apoyo para jóve-nes con padecimientos similares. Allí co-noce a Augustus, otro paciente, un chico atlético que ha perdido su pierna debido al cáncer del hueso.

Sienten atracción mutua (por supuesto,

los dos son guapos) y en poco tiempo se convierten en novios. Hazel, quien a menu-do está deprimida y negativa, comparte con Augustus, que encuentra consuelo en una novela sobre una niña con cáncer. Sin em-bargo, se siente frustrada porque la novela no tiene conclusión y, así, el lector no sabe lo que pasa con el personaje principal.

En un acto audaz de la galantería, Au-gustus negocia con organizaciones bené-ficas para obtener fondos para llevar a Hazel, su familia y su equipo médico con él a Amsterdam, donde el recluido autor vive. Allí podrá pedirle directamente ex-plicaciones sobre lo que ocurre en el libro con la heroína.

En la víspera de su reunión con el es-critor, Augustus confiesa su amor a Ha-zel, a pesar de su negatividad. Este sería un momento banal si no fuese escrito con tan hermosa elocuencia poética por Green. Por eso es sublime. Como Augus-tus, el actor Ansel Elgort, actúa con un equilibrio perfecto entre pasión y modes-tia, y tal vez es la mejor escena de una pe-lícula de este año.

Al día siguiente se encuentran con el autor, que resulta ser vulgar, antipático, alcohólico y grosero. Hazel y Augusto sa-len de la reunión indignados y deprimidos. Esto nos lleva a una escena terrible. Hazel y Augustus visitan la casa de Ana Frank, que les conforta e inspira. Con las palabras y las imágenes de Ana Frank en el fondo, procla-man su amor y deciden regresar a su hotel

PElíCulA. Ofrece una mezcla de tristeza, compasión y esperanza.

Estrellas y enfermedades

y tener sexo por primera vez. La idea de reducir la historia trágica de

Ana Frank y su familia, así como los seis millones de víctimas del Holocausto, a la motivación para la renovación de un ro-mance de adolescentes, aun enfermos, es más vulgar que lo que las palabras pue-dan describir.

A pesar de esto, en parte debido al ta-lento del reparto, la película se recupera de este absurdo para lograr una conclu-sión que es una mezcla de tristeza, com-pasión y esperanza. Los jóvenes actores nunca parecen realmente enfermos, así que la película no es tan eficaz como po-dría haber sido. Sin embargo, es mejor que la mayoría de las películas contem-poráneas de Hollywood.

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“Cómo explicar lo que siento si nadie puede sentirlo, como contar lo que vivo si nadie puede vivirlo.

Solo te invito a que vengas a mezclarte entre esta gente, que lleva los mismos colores que llevo yo desde siempre…”

Ese es el arranque, ‘la patada inicial’ –po-dría decirse-, del poema escrito por Mar-co Gerbaldo a su querido club. ‘Belgrano pasión inexplicable’ no tiene las hazañas de Boca, las estrellas de River o el tricam-peonato de Estudiantes, pero cuenta con la pasión de un hincha de verdad, de esos que no solo visten su cuerpo, sino el alma, con los colores de su equipo.

Y, aunque suene curioso, el fútbol y la li-teratura están ligados estrechamente y son incapaces de separarse. El hincha puede di-vorciarse de su pareja, puede alejarse de su familia, pero no puede dejar de alentar a su equipo o, por lo menos, des-vincularse de este.

De manera estereotipa-da, se piensa que aquellas personas apegadas a las manifestaciones artísticas son reacias a las activida-des deportivas. Simple-mente, no hay que genera-lizar. De hecho, una buena muestra es el derroche de versos y textos que inspira el fútbol.

Es que “¿Cómo vas a saber lo que

es la poesía? Si jamás tiraste una gam-beta”, como diría aquel exdefensa, hoy periodista deportivo, ‘Quique’ Wolff, a quien no le falta nada para ser poeta: “¿Cómo vas a saber lo que es el arte?/ Si nunca, pero nunca inventaste una rabona/ ¿Cómo vas a saber lo que es la música? Si jamás cantaste desde la popular”…

El correr de la pelota es como la mano y el lápiz sobre el papel. Una galleta equi-vale a un soneto, un autogol puede ser un verso sin rima, una chilena, una oda a la alegría, y una mala decisión arbitral pue-de dejarnos la sensación de una elegía.

En ambas canchasInnumerables son los autores que le han dedicado páginas al ‘rey de los deportes’. Una jugada asombrosa, un jugador clave, el olor del césped… Varias co-sas han inspirado a escritores a driblear en las canchas de la literatura.

Está, por ejemplo, el urugua-yo Mario Benedetti, quien

siempre mostró su simpatía por la pe-lota. Al igual que el reconocido poe-ta, su coterráneo

Eduardo Galeano también gambetea en

sus textos: ambos plasman su garra charrúa con tinta.Miguel Hernández, poeta y dramatur-

go español, también mostró su cariño por el fútbol. Con más riesgos escribió sobre

quien impide que la bola entre: el arquero. “Goles para enredar en sí, derrotas,/ ¿no la mundial moscarda?/ que zumba por la punta de las botas,/ ante su red aguarda/ la portería aún, araña parda”, escribe en su ‘Elegía al guardameta’.

Para que Hernández no quede solo, Rafael Alberti, otro grande de la poesía española, se le une, y también se inspira en un portero. Él halaga a Franz Platko, guardameta húngaro que atajara en clu-bes españoles: “El mar, vueltos los ojos,/ se tumbó y nada dijo./ Sangrando en los ojales,/ sangrando por ti, Platko,/ por tu sangre de Hungría,/ sin tu sangre, tu im-pulso, tu parada, tu salto/ temieron las in-signias./ No, nadie, Platko, nadie,/ nadie se olvida”. Esto, luego de que el portero lesionado, con una herida sangrante en su cabeza, siguiera atajando.

Eso sí, la mejor delantera la tiene Chi-le. Los araucanos se caracterizan por ser cantera de poetas, y muchos de ellos le han dedicado gran espacio al balón.

Algunos parecerían hasta profe-tas. Por ejemplo, Nicanor Parra,

en su ‘Noticiero 1957’, escribe: “El equipo chileno juega bien/ pero la mala suerte lo persi-gue”, algo nada de lo distante por lo vivido en Brasil 2014: la suerte de los penales les fue

ingrata. A él se suman Eric Po-hlhammer, Claudio Bertoni, José

Ángel Cuevas, entre otros.

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tribuna

El gol de la palabra

IlusIón. Mario Benedetti, poeta, y ‘Quique’ Wolff, exfutbolista y periodista, son el ejemplo de que poesía y fútbol se juntan.

Hoy tu tiempo es realPoema de benedetti dedicado a Maradona

Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventaY aunque otros olviden tus festejosLas noches sin amos quedaron lejos

Y lejos el pesar que desalienta.Tu edad de otras edades se alimentaNo importa lo que digan los espejos

Tus ojos todavía no están viejosY miran, sin mirar, más de la cuenta

Tu esperanza ya sabe su tamañoY por eso no habrá quien la destruya

Ya no te sentirás solo ni extraño.Vida tuya tendrás y muerte tuyaHa pasado otro año, y otro año

Les has ganado a tus sombras, aleluya.

un texto dedicado al juez‘El árbitro’, de Eduardo galeano

° El árbitro es arbitrario por definición. Este es el abominable tirano que ejerce su dictadura sin oposición posible y el ampuloso verdugo que ejecuta su poder absoluto con gestos de ópera. Silbato en boca, el árbitro sopla los vientos de la fatalidad del destino y otorga o anula los goles. Tarjeta en mano, alza los colores de la condena-ción: el amarillo que castiga al pecador y lo obliga al arrepentimiento, y el rojo, que lo arroja al exilio.

Los jueces de línea, que ayudan, pero no mandan, miran de afuera. Solo el árbitro entra al campo de juego; y con toda razón se persigna antes de entrar, no bien se asoma ante la multi-tud que ruge.

Su trabajo consiste en hacerse odiar. Única unanimidad del fútbol: todos lo odian. Lo silban siempre, jamás lo aplauden.

Nadie corre más que él. Él es el único que está obligado a correr todo el tiempo. Todo el tiempo galopa, deslomándose como un caballo, este intruso que jadea sin descanso entre los veintidós jugadores; y en recompensa de tanto sacrificio, la multitud aúlla exigiendo su cabeza. Desde el principio hasta el fin de cada partido, sudando a mares, el árbitro está obligado a perseguir la blanca pelota que va y viene entre los pies ajenos. Es evidente que le encantaría jugar con ella, pero jamás esa gracia se le ha sido otorgada. Cuando la pelota, por accidente, le golpea el cuerpo todo el público recuerda su madre. Y sin embargo, con tal de estar ahí, en el sagrado espacio verde donde la pelota rueda y vuela, él aguanta insultos, abucheos, pedradas y maldiciones.

A veces, raras veces, alguna decisión del árbitro coincide con la voluntad del hincha, pero ni así consigue probar su inocencia. Los derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él. Coartada de todos los errores, explicación de todas las desgracias, los hinchas tendrían que inventarlo si el no existiera. Cuanto más lo odian, más lo necesitan.

Durante más de un siglo el árbitro se vistió de luto. ¿Por quién? Por él. Ahora disimula con colores.

fútbol&

lEtRAs

Page 8: Artes 6 julio 2014

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CYAN MAGENTA YELLOW BLACK

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Ecuador, domingo 06 de julio de 20148

Ecuador, domingo 06 de julio de 2014

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TRIBUNA. Fútbol y literatura, ni la muerte los separa.

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CINE. ‘Bajo la misma estrella’, un mensaje positi-vo sobre la vida.

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Nº 874

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galería

‘Quiero hacerme el bacán’Andrés Villalba comparte, sin reservas, sobre poesía, sus perspectivas, su familia, el fútbol y otros temas.

MADRID, EfE • Desde Manet hasta Bacon, pasando por Picasso, Cé-zanne, Modigliani o Pollock, El Greco ha sido el pintor que más ha influido y durante más tiempo en los artistas de las vanguardias y, de su mano, sus principales re-presentantes entran en el Museo del Prado.

‘El Greco y la pintura moder-na’, organizada con la colabora-ción de la Fundación BBVA y Ac-ción Cultural Española, es una de las exposiciones más destacadas de las organizadas para conme-morar el IV Centenario del falle-cimiento de El Greco y fue inau-gurada el 23 de junio por la Reina Letizia.

Un total de 106 obras, 26 de ellas de El Greco, procedentes de 70 prestadores públicos y priva-dos de 15 países, permiten articu-lar un discurso con tres lecturas complementarias, según el direc-tor del Prado, Miguel Zugaza.

Por una parte, se trata de una antológica esencial formada por obras maestras del artista cre-tense; por otra, se propone una muestra visual de sus influencias en artistas modernos y, finalmen-te, tiene un carácter historiográfi-co sobre los estudios sobre el Gre-co que empezaron a publicarse en el siglo XIX, al exhibirse también 13 libros e impresos.

El proyecto, dedicado al falle-cido conservador del Prado José Álvarez Lopera, muestra que de El Greco fue un triunfo universal “ya que seguramente no hay otro maestro antiguo como él que haya ejercido una influencia tan clara y duradera en la pintura moderna”, señaló Zugaza.

El recorrido finaliza con ‘La Resurrección de Cristo’, pintada

al final de su carrera “y repre-senta la resurrección del propio artista ante la mirada moderna”, mostrando que “el arte corre más que la historia del arte”, señaló el director, para quien esta exposi-ción ilustra la vocación moderna del Prado.

“Hemos querido celebrar lo más valioso que resulta de un artista y que es su influencia en otros creadores”, comentó Javier Barón, comisario y recientemente nombrado jefe de área de Conser-vación de Pintura del Siglo XIX, que ha dividido el recorrido en ocho ámbitos desde los princi-pales movimientos de finales del XIX a principios del XX, con espe-cial atención en Cèzanne, Picasso, el artista en el que más claramente influyó el cretense, y Pollock.

‘La Trinidad’, fundamental para los artistas modernos, pre-side la primera sala en la que se puede contemplar su inspiración en Mariano Fortuny, mientras que ‘Anunciación’ tiene una relación explícita con la obra de Manet ‘Cristo muerto con ángeles’.

Como uno de los espacios más apasionantes de la exposición se presenta el dedicado a las sucesi-vas aproximaciones de Picasso a la figura de El Greco.

‘El Bautismo de Cristo’, uno de los retablos que más influyeron en los expresionistas alemanes, ‘El expolio’, ‘Laocoonte’, ‘La visión de San Juan’, que Picasso pudo contemplar antes de pintar ‘Las señoritas de Avignon’, y ‘La Resu-rrección de Cristo’ son obras que sirven para ilustrar unas huellas que atravesaron fronteras y que se hicieron patentes en creadores como Chagall, Kokoschka, Po-llock, Giacometti, Saura y Bacon.

El Grecoda la mano a

las vanguardias‘CRIsto AbRAzADo A lA CRuz’

‘El bAutIsMo DE CRIsto’ ‘El ExPolIo DE CRIsto’

‘AnunCIACIón’